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Zorraquín Becú, Ricardo.

La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

lilTUTO DE FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES


~ORI~ DEL INSTITUTO DE HISTORIA DEL DEH ECHO R ICARDO LEVENE
~ERE CHO Co lección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino
XI I
F.sTUDIOS
XII

RICARDO ZORRAQ UÍN BE CÚ


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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

COLECCIÓN DE ESTUD IOS


PARA LA
H ISTORIA DEL DEREC HO ARGENTINO
VOL. XII

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES


INSTITUTO DE HISTORIA DEL DEHECHO RICARDO LEVENE
Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino
XII

RICARDO ZORRAQUÍN BECÚ

LA ORGANIZACION

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EL PE RIODO HISPANICO

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EDITORIAL PERROT
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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

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Facultad d e D erecho y C iencias Sociales

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los casos_ só lo las partes d el texto ind ispe nsa bles a ~·st decl a.r-
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t1culo 172 y concordaotes de l Código Pena l .( arts. 2 ' '
71 , 72 ley 11.72.'3).

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I MPRESO EN LA ARGENTI NA
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Zorraquín Becú, Ricardo.


La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

PUBLICACIONES DEL INSTITUTO DE HISTORIA


DEL DERECHO RICARDO LEVE NE

INSTI'rUTO DE HISTORIA DEL DERECHO RICARDO LEVE NE


\.OLECCIÓ:'\ IJE TE:>.TOS \' DOC U ~IENTOS PARA LA
ll lSTOHIA IJEL DERECHO ARCENTIKO

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DIRECTOR
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VICEDIREC1'0R rense (ree<lkión facsí mil). Con apéndice documental. Ño-

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us eca
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SECRET.\ RIO
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Ricardo Levene, 1949.
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JEFE DE CUR SOS Y l' U BJ.ICACIO~ ES
CO LECCIÓN DE ESTUDIOS PARA LA HISTORIA
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T Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

l.ECCIO:'\E~ DE lll STOlll:\ Jl 111 l>IC ..

l. E DUA RDO MARTIRE:, Pa11orama de la /cgislac11ili 111i11cra


ar¡¿enti1ia en el" periodo his¡iá11ico. Ed. Pe rro!. 1\1&! .
ír. Jo s E: M. M A111 1.l'Z U t1<,H ºIJO. f./ rrgi111e11 ele la ti1•rr11 ('11
el derecho i11dia110. Ed . l'c rrot. I·' cd .. 1968. 2·' l'd .. l !J7H .
111. VICTnn T ALº A'\Zw,n:c:v1. Las idea ~ j11ridie11s <'11 la :\ r- Abrev iaturas usadas ei1 las notas
gen tina (siglos XIX-XX ). Ed . Pc:rro t 1977 .
IV. EDL'AHDO ~IAHTrni:: . C1111sicle roci11 11es me tod11/1lg in1 s rnh rl'
0

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AHC l ll\ ºO GE:\E llAL DE L.. NAClc'>:\ ,
la Historia de l Derecho. Ed . Pc: rrot , HJ77.
do Ca /Ji/do de Buenos Aires:
V. ABELARDO L EVACC: I, Historio d e/ De rech o Pe 110/ Argc11t i- ¡Se ri e IJ. 18 tomos (1589- 1700). Bu e nos Aires y Bim.:d o-
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E_DL'ARDO~1AHTIFIE:, G11 i ó 11 so!Jre el ¡1rucew ren1¡1il111/or Se rie Ill, 11 tomos (175 1- 1800), Barce lo na y Buenos Ai-
dé leyes de Indias. Ed. Pe r rot, 1978.
V I I. ~Dl'ARDO \1AHT IR f.:, llistorio del Derecho .\f i1wro :\ rg<•11 · res, l 9:!6- 1933.
Serie IV, 9 tomos ( 1801- 182 1), Bue nos Aires. 19:1.5- 1934 .
t 1110. Ed. Perro t, 1979. AHC:lll\-O DE L" NACIÓ:'\ :\RCE:'l:TI:\ ... , Epoca i:olo11ial, Rea-
RCP. les Cédulas y Provisio11es, 15 17- 1662, tomo 1 ( y !mico pu-
VIII. AMAR tA .l SABEL SEOA:'\E, La e nse1iar1::a de l Derecho eri la
b l icadoJ, Buenos Aires, 19 1 l.

A
¿fe?t rna (desde .~us orígenes hasta la prime ra d écada Recoj1ilació11 ele leyes efe los rei11os áe las India s (e.Je 1680):

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1 XX). Edit. Pe rrot, 198 1.
sigo Rec11¡1.
se ci ta primero el libro, e n segundo lugar el titulo, y

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luego la ley o leyes, ést.1s 1-.ltimas con n 11111e rac i6n ad-

ém ioja
biga . Se utiliza la ed ic:i6n de ~ l adrid. 1791, rcprodutida
fo togr.ílic:;u nen tc por e l Consejo de la H ispanidad ( \ 1a-

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ll F.\' ISTA DE I. l :'\~T I Tl ..f<>
drid, 1943).

ac el
N rímero l Año 1949 ( 133 · · )l' :\:\ DE Sor.óHZA:\O Y PEH EYll ... Politico i11diarw (pri mera
So1.<>nzA.°'º.

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Número 2' A - P•.1 g~ nas ) . Agotado. ed ic:i11n : \ladrid . 16481. :2 to mos. \ladri<l. 1736- 17.'3 9.
3' A ~o 1950 (2,41 p;~g~nas). Agot ado .

us eca
Ntímero
N rímero 4' ~o 195 1 (222 pagin as) . Agota do .
s:
~~~ ~~~~ ~250 P•~g~nas). Agotado .

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Nlimero
( 286 P•~g~nas) . Agotado.

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Ntímero 6 A-
7' A ~o 1954

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Ntimero 192 paginas). Agot ad11.
Ntímer s' A ~os 195.5-.'56 (192 p ;íginas ). Ag11 taclo .
Ntímer~ 9: A~~ ~~~~ (3 16 P•~g~ nas). Ag11todu.
Nrímero JO A - o 72 pag111.as). Agotado .
~<\ginas). Ago~~do~1 9 · H omenaje a l doctor Hicu rc.lo L e,'l'llC (;2.1 8
N111_nero 11 , Año 1960 .. ..
~aginas). Af.!,otado. · H ornen.1Je a la Rcvo l11 c1011 de: \la~·o (:2.18
Numero 12.~i\.ño 1961 (22 . .
Nrímero /3 A- 4 paginas). Agotado.
Nrímero 14: A~~ 1:
1
(226 P•~g~nas). Ago tad o.
Niím ero ¡5 A- · (206 paginas). Agotado.
Ntimero 16: A~~ l~
1
(24 3 P•~g~ nas). Agotado.
Ntimero 17 A - 196 (259 pagrnas).
püginas). ' no 6. H omenaje a l Congreso de: Tun11 11it11 (.1-IO
Nt!mero 18, Año 1967 (276 l·) ·Í"i11·1~)
N um ero 19 A - . ,.., ' · ·
N · ·' no 1968 (.328 p·íg1·n·1s)
N 11mero
. 20• Año 1969 (380 pági' nas).
•· ·
''.mero 21, Año 1970 (380 p <ig inas).
N . ero 22 • A no
N wn - 1º7
·1 1 (4()() pag
. inas).
.
umero. 23. Año 1972. H ome naje a l <lo<:tor, Sa11111e l \\ · \'!edran<> 1-leclio el de11ósito de ley.
(42 1 paginas).
~•!me ro 24 , Año 1978 (344 p;íginas).
um e ro 25, (En pre nsa ).
r Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
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CAPIT ULO I

LA FUNCION DE J USTI C I A EN EL DERECHO I N DIAN O

l. La justicia, fin supremo del Estado.

AL sancionar la R ecopilación d e 1680, Carlos JI recordaba que fu é


~ "el primero, y mas principal cuidado de los Señores Reyes nuestros

A
gloriosos predecesores, y nuestro, dar leyes con que aquellos Reynos sean

o B
ic .U
gobernados en p az, y en justicia" 1. Esta afirmación n o era exagerada. Todo
fon.

ém ioja
el ordenamiento legal ideado para el nuevo mundo procuraba, en el
do, crear comunidades regidas pacífica y justicieramente, a l amparo de

ad G
una legislación protectora de todos los derechos. Y examinando esas nor-

ac el
o d
mas en su conjunto, es f<ícil ad vertir que ese mismo era el fin supremo de

us eca
la mon arquía indiana, si se prescinde de su aspecto misional. Desde el
punto d e vista exclusivamente políti co, en efeáo, el Estado d e las I ndias

t
io
se creó fundame nta lmen.te para eso: para que los grupos sociales autóctonos

bl
Bi
o adventicios gozaran en paz de un regimen jw:íc.lico q ue asegurara el im-
perio de la justicia en el orden.
No tuvo Espaiia un puro deseo imperial ista, ni quiso dar a las comar-
cas americanas el as pecto de colonias. El nuevo mundo era la prolongación
n atural de la metrópoli, y se implantaron en él las mismas orientacion es
políticas que con stituían el ~cervo tradicion ~l de la monarquía castellan a .
Como ésta se había caracterizado d esde an tigu o por su vocación jurídica
y por su espíritu relig ioso, a mbos fines pasaron lógicamente a ocupar el
primer plano en tre las preocupaciones del Estado Indiano. D e tal m anera
que al lado del prop~sit~ evang~lico, _Y compl~ t~n d olo,. puede colocarse
a la justicia como la fm ahdad pnmord1.al del rcg1men as 1 creado. Los de-
más objetivos posibles quedaron subordinados a aquéllos, y sólo eran per-
seguidos en cuanto no Jos contrariaran . Por eso se descu idaron los factores

1
Ley que declara Ja au toridad q ue han de tener las leyes de esta R ecopilación, mayo
1tl de 1 G8o.

7
r Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
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Y es que, m:í.s que ninguna otr::i comunidad medie\·al, España había


materiales, y España no supo ni quiso fomentar el eng randecimiento de
recibido y asimilado caba lmen te las dos influencias superiores de todas las
las. nuevas comunidades, pre firitnd o mantenerlas en un orden :1mien to es-
épocas: el derecho roma no y la religión católica. :\mbas, aunque inspir adas
tát~c? m ás favorable al desarrollo de aquellos propósitos. N o porque la
en móYi les di versos, coin cid ían en dar a la j usticia un puesto sobresa liente
r~hgtón, la.~az o l.a justicia se oponga n al progreso material, p ues antes en el ordenamiento socia l. ya para mantener la paz en el imperio 5, ya
bien lo facilitan, smo porque ello hubi era s ignifi r ado en cierto modo el para conseg uir por este medi o el desarrollo y eclosió n ele las demás virtu-
~bandono o la subordinación d e esos obj etivos que cons tituí a n las bases des. ;\l asimi lar la tradi ción j urídica de Roma, Esp a1ia supo agregarle los
inquebrantables del orden am erican o. ideales religiosos que le dieron un contenido de q ue ames carecía, eleván-
Coincidía esa orientación, por lo <lem ás, con Jos principios doctri n arios dola a la categoría de suprema fina lidad políti ca.
que prevalecían en el derech o hispánico. E l b ien comú n , o bjeti vo supre- La justicia fu é colocada por encima ele todas las Yirtudes, puesto que
mo_ del ~stado en la doctrina catól ica, n o era simplemente e l bienes tar ma- las comprende y p erfeccion a ll, y p or en cima de los clenl<Í.s fines que el Es-
terial m el progreso de los indi viduos. Era u n propósi to sublime a l que tado podía ambicion ar. Sabían los espai1oles que la libertad o la riqueza
c?ncurr.ían parejamente la I glesia y el Estado, procurando ambos el perfec- s<'ilo se a precian en un régimen justiciero y baj o el imperio de la ley. I\fás
ciona~ient? moral d e la sociedad p ar a que su s comp o n entes realizaran que el prest igio o la grandeza de la monarquía, aspiraban a crear un orden
un~ vida Vlrtuosa alcanzando así la salvación. Por un lado se desdeñaban 1 justo, a fin de no caer en el despot ismo ni en la idolatría d el Estado. Y apli-

A
la libertad • la fel·1c1·d a d o l a riqueza
· ·
tal cual las con cibe ·
el mundo mod ern o · cand o e l pensa miento político católico. reconocían qu e sólo la justicia

o B
Por ~l o~ro se comprendía que el gobierno n o er a el único intérprete de d aba existen cia legí tima a una comunidad, diferen cdndola ele otras aso-

ic .U
ém ioja
esa fm alidad. La misión que este último se impuso fu é, sobre tod o, lá d e ciacio nes que no tu Yieran esa insp iración sublime'.
asegurar las con d ic10nes
' · adecuadas pa ra conseguir ese perfecc1o · n am 1en
· to Estos ideales se trasladaron de inmed iato a la legislació n indian a. La

ad G
moral · Con este 0 b'Jeto se 1ctaron leyes inspiradas en ideales de 1usu· ct·a '
d' · R ecopilnció11 afirmaba que "la buena adm inistración de justic:ia es el me-

ac el
.
~se orgam~ó un régimen político que tendía a idéntica finalid ad, olvidan-. dio en que consisten la seguridad, quietud y sosiego e.le todos los estados" S;

o d
us eca
h 0 0 descuidando los demás. obj etivos con currentes de la acción estadu al ; y un siglo después Ja R eal Ordenan::.a d e lnt e11d c11/ cs recomendaba a estos
astla que el cambio de las d octr in as políticas dió a lo que er a secundario fun cionarios "mantener la paz entre Jos pueblos de su!' pro\·incias, ev ita n-

t
io
un ugar de predominio. do que las Justi cias de ellos y r?ceda n con parci.;il idad.' p~s i.ón o Yenganza"9.

bl
De ta l manera, e l establec1011en to de un régimen JUl'ld 1co era el med io
ª
Bi
de El fin del. Est d o, as1· concebido, . n o era una n oved ad en el mome nto
escogido para gobern ar pacífi camen te las comunidades d el nuevo m undo.
· 1da conquista
. · Desd e antiguo· 1a monarqu1a . v1s1gó
. . t1ca
. se h a b 1a
· ca r acte·
.
nza o por impl an t ar un sistema . j urídico muy su perior al d e cu a 1q u1er o " R icn ne maintcn:iit tanl la paix ele l'cmp ire, que l'onlrc ele la justi ce. L'a ncienne
otro estado contem porá neo. Y su obra fund am e ntal explicaba: " Ca de Ja
ré publ ique l'avai l étahli : les c mperc u rs e l les sages l'ont ex_rliq ué sur les mcmes fo nde·
mesura de los príncipes · n ace e l ordenamien to de las lees, e t de 1as lees
nacen 1as bonas
cim' ·d
. costumpnes, e t de las b o n as costumpn es n ace el a píl z e t
elª concord 1a entre 1
os pob l os, e t de la concordia de los poblos nace e 1 ven·
t . ts: wus les pcu¡>lcs. j usq u 'au x p lus barbares, le regard a tenl :ivcc a<lmira1ion , el c'esl
. · · é _, · ¡· ·
~UossUF.T. Disco u rs s u r /'/11s~Oll'C 11111urrst'll e, 3e. p;:rl 1e. ch~~- \ ~).
J ·
ar l:t pri ncipa lemc11l qu e_ lcs .R o ma.ms éta1enl p 1g s ."1gnes ( c ~re es ma llres du mo nde"
lll Cll

. . .
" ,\tttsi ó n:l.ES, f '.tirn 11 .\'1co111oco . lt h. V, cap. 1; SA;o.;To 1 OMAS, S11111a 7 colog1ca, II-11.
iento e los ene . ,, 2 • • 1 struc-
c¡u. 5 8 . • . 1 -·
turar los re· h ' mi?os · Siglos después, cu a ndo fué pos1b e ree ·das ·i rl ~ " l ·i i· usticia ... com¡)rehende tocias las o tras " i1 tueles p rinci¡):ilcs" ( P nrt.
.• .
volvía iz:os ispámcos destruidos por l a invasión arábiga, las Parti_ -
n a senal ar los · b' . d "Jusuc1a · 3 ~ . ! Í l. i , ley 1). " J usti cia es nat ura l en e l homhr~. Y comprehende en s1 todas las ol~:ts
virtu des principales" (CASTILLO DE BovADILLA, Pofll 1ca j1orn correglllorcs, I, 262, Madrid.
-aecía este Cód. mismos o Jetivos a la acción del Esta o: <la-
mente s . igo- es una de las cosas porque mejor, e mas endere~a d i77:,). · srwl 1·eg 11n 111s1
, R l'lnO lll jr1.1/i t in . q 111d . . ' \'SAN / \ CUST ! '. D e c1..
· · m agna l ot1·or111rn. 111/o l e
e matiene el mu d ,, a "f .
su estado"•
' .
n ° , aziendo beuir a cada vno en paz,
segun n ei, lib. IV, cap. JV). ·Ver, sobre estos tem:is, Jos~ A="TO " 'º l\IARAVALL, T eoría espa1io la
de l estado en rl si g l o xrn. 1 0~. 1 ~7 y 1.¡G, l\! ad nd , 19.¡.¡.

Fuero ]uzg l'b


" u rro /1., l. X. 2. . . . . . . .
i o }leal orde a 11 zt1 fHlra d est11blec1m1e11to e 111stru cnó11 d e fo tc11de11tes d e Exac1to y
3 Part ~ º'. 1 • 1, tlt. i, ley 1· 11
• · 3 • lit. 1• proemio. . l'rouill cia e 11 el Virrei1111t o dt: B11e1ios Aires, nrt. 17, Madrid, 1·782 .
Part. 3<', tít. i, le 2 y . . 5 tici a ser:\
la paz, y el efecto d y · ~ 10 . habia dicho el profeta Isala s: " la o bra de l a JU 17. Lr:i·
ducción Petisco-T e esta JUSlicia el sosiego y segu ridad sem p iterna" (XXX II.
orres Amat).

8
'

¡ 9
r Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

ronau, de la cual derivaban su jurisdicción los otros magistradost2. Pero


Antes que I_a fuerza se empleaba el derecho, procurando que del respeto
este supremo poder no procedía simplemente de las leyes o del consenti-
a la ley derivara un orden libremente admitido.
miento de los súbditos, sino que era una especie de delegación divina otor-
La imposibilidad de utilizar otros sistemas coactivos obligó también gada precisamente para ejercer la justicia. "Vicarios de Dios son los Reyes,
ª buscar por este procedimiento la forma de arraigar la colonización. At'm cada uno en su Reyno, puestos sobre las gentes, para mantenerlas en jus-
así, no fué tarea sencilla la que este aspecto de la conquista impuso a la ticia, e en verdad quanto en lo temporal" 18 • Era la más pura doctrina es-
metr~poli. El clima de la empresa no era propicio a la consolidación de colástica: "el Rey es puesto en la tierra en lugar de Dios, para cumplir la
un sistema de derecho. Tenían mayor impulso, en el nuevo escenario, el justicia, e dar a cada uno su derecho" 14 •
desborde de las pasiones incontenidas y la alt;inería de los caudillos sin Esta obligación de justicia se completaba naturalmente con otra: la
contro~ q~e. el deseo, puramente idealista, de gobernar a éstos y aquéllas sumisión a la ley. Es cierto que el soberano podía modificar el derecho,
P.or prmc1p1os que apartaran a la fuerza del manejo de las relaciones s~­ como supremo legislador que era 15 ; pero mientras no recayera un.a expre-
aales. Incapaz de imponerse por la violencia, el estado indiano tuvo lógi- sa decisión al respecto, el monarca tenía el deber de cumplir las leyes 16,
camente que recurrir al derecho para ser respetado y mantener el orden lo cual era precisamente el signo que distinguía a la realeza de la tiranía17.
en esas comunidades levantiscas, aisladas en medio de los salvajes Y a enor- y para mantener el imperio de la justici~, el mi~mo rey or~enab~ que no se
mes distancias de las autoridades superiores. Pero es preciso agregar que cumplieran sus mandatos cuando hubieran sido expedidos violando la

A
e! respeto a la ley -en la medida en que fué logrado- no pudo obten~r~e

o B
legislación imperan te 18•

ic .U
smo gracias al auxilio de la religión que lo predicaba, cuyo predomimo

ém ioja
moral contribuyó enormemente a afianzar el orden en el nuevo ~undo. n Fuero Viejo de Castilla, lib. 1, tít. i, ley 1.

ad G
Así la Iglesia y el derecho indiano convirtieron a los hirsutos conqmstado- "jurisdicción suprema civil y criminal pertenece a Nos, fundada por derecho común,
1.:1

ac el
en todas las ciudades y villas y lugares de nuestros Reynos y Señoríos" (Nueva Recopila·
res en pacíficos habitantes, que formaron comunidades regidas por ideales

o d
ción, lib. IV, til. i, ley 1; Novísima Recopilación, lib. IV, tít. i, ley 1).
superiores.

us eca
i:i Part. 2\\, tít. i, ley 5·
i. Id., ibid. Sobre la doctrina de los reyes como vicarios de Dios, ver MARAVALL, ig6

·::1

t
príncipe .. ·. es mini~tro de Dios,. para ejercer su

io
y sig. Ya San Pablo había dicho:
2. Concepto de la justicia. justicia, castigando al que obra mal (ad Rom., XIII, 4J· ~o fué ésta, sm d~da, la doc-

bl
Bi
· que Jos españoles trina que prevaleció en el siglo X\'llI, pero las leyes citadas no fueron objeto de una
Cabe ahora preguntarse cuál era el concepto preCiso . t d ex presa derogación.
tenían acerca de la justicia y qué ámbito abarcaba. Adv1~rte~e,. ante. o,
0
is "Emperador ó Rey puede facer leyes sobre las gentes. eles~ ~eñorío, é otro nin~uno

que esta función gubernatÍva no parece limitada en su e1erc~c10 a CI:rtos 00 ha poder de las facer en lo temporal: fu.eras ende, s1 .10 fic1esen con otorgamiento
· las generalidad de estos. dellos" (Part. 1\\, tít. i, ley 12; ~on!:= Ordenamiento de Alca/a, tít. 28, ley i; ley i de Toro;
órganos o poderes del Estado sino que concierneª d .. Nueva Recopilación, lib. 111, lit. 11, ley 3).
. . . ' . rivadas y de las ec1s10nes 1e1 "Guardar debe el Rey las leyes ... " (Part. 1\\, tít. i, ley i6; conf.: Fuero }u%go,
La JUStlc1a supera el campo de las acc10nes P . d
· d"1aales
· lib. 11, Lit. i, ley 2 ; Fuero Real, l.i~. 1•. tít., vi, !ey.~; Ordenamiento de Alcalá, tít. 28, ley i;
JU para extender su esfera d e ap l ica
º ción a todas
. las
, matenas
. d b' e ley 1 de Toro, Nueva Recopilacion, hb. 111, ut. 11, lt!y 3). Sobre este punto, ver !\IARAVALL,
gobierno. De tal manera los actos de los funcionanos pu bhcos ~ 1a~
201 y sig. . .
también inspirarse, en prÍncipio, en las normas impuestas por esta v1rtu 11"Facicndo derecho el rey. eleve aver nomne de rey, et fac1endo torto, pierde nomne
de tan amplia difusión de rey. Onde los antigos dice~. t.al proverbio: ~ey serás! si ficieres dere~ho, .et· s~ non
federes derecho, non serás Rey . lFuero Juzgo, hb. 1, tít. i, ley 2; ver también id., hb. 11,
Era el Rey el prime.r encargado de llevar a la práctica esos ideales: "su
tít. i, ley 2).
proprio officio, es hacer Jºuicio y ·usticia", según repitieron las leyes desde 111 "Porque nuestra voluntad es que la nuestra justicia florezca, y aquella no sea

1a más remota antigüedad 10. Era ' 1ésta la primera de las rega l'ias o•e la co- contrariada, establecemos, que si en nuestras cartas mandáremos algunas cosas en per-
juicio de partt!S, que sean contr~ ley ó f~ero ó d~rec~o, que la tal ~a.rta sea ob~de~ida
10 o d y nn cumplida'' (Nueira Recopilación, hb. ~V, l~~: x1v, ley 2: Novmma Recopilación,
. r enamas Reales de Castilla, lib. 11, tit. i, ley 1 ; Nueva R ecopr·1ac1.'ó n. de Castilla
n/ lib. 111, tít. iv, ley .1; ver también Part. 3~. t1t. xvm, leyes 2') a 31).
hb. II, tít: ii,. l_ey i; Novísima Recof>ilación, lib. 111, tít. vi, ley 1. Consutm le Rege '
ut faceres 1ud1cmm, et justitiam (1 Reyes IO, g).

11
10
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

tir proporcionalmente el bien común de la sociedad entre sus miembros"21 ,


y la conmutativa, que rige las relaciones individuales conforme al derecho
La justicia del rey se ejercía, sobre todo, mediante la alta función rec-
privado. Ya Aristóteles había distinguido ambas especies, estudiando "la
tora q~e le incumbía, ya fuera legislando, ya diri<1icndo o vigilando la justicia distributiva de los honores, de la fortuna y de todas las demás
actuac1ó d 1 d n
, n e os emás organismos del Estado. En este sentido, se estable- ventajas que pueden alcanzar todos los miembros de la ciudad", y la jus-
cia u?a relación de orden general entre el monarca y los st'Jbditos, corres- ticia conmutativa "que regula las condiciones legales de las relaciones ci-
pond.iendo a aquél ordenarlos al bien común. La J·usticia que preside esa viles y de los contratos"22. En ambas lo justo se rige por una cierta pro-
relación "e I · · · ·
. s a JUStlCla general, la cual llámase así, ya del objeto y fin, porción, que es geométrica en la primera porque debe hacerse el reparto
pues el b1e ' ·
. . n comun es general de todos; ya también del efecto y propio atendiendo a los méritos, la jerarquía o los servicios de cada uno, y arit-
of1c10,. a saber por que d d 1 . . , . y
' or ena to as as virtudes a tal lHcn comun . · · mética en la segunda, que prescinde de la calidad de las personas para dar
por que este orden de partes hácese al bien com ün por las leyes por las simplemente a cada uno lo suyo 23 • • • •
cuales el Pr' · · · . · ·
11ámase también mcipe mstuuye a todos para el mismo bien la misma Jusucia El constitucionalismo moderno, al atribuir a uno solo de los poderes
legal" 19. ' del Estado la función de impartir la justicia, parece dar a entender que
Así el rey' en qu1·en res1"d'ia esta virtu · d .. casi· arqmtect
· ó mcame
· nte" 20 ' esta virtud no debe inspirar también los actos de los demás. Sin embargo,
era el T el poder judicial sólo puede hacer cumplir la ley en las controversias pri-
arti ice que orientaba a la comunidad hacia el bien común mediante
el ordenamiento
. 1ega l mspirado
· · en la justicia. y rara vez ha de lia b erse vadas de tal manera que sólo ejerce o aplica la justicia conmutativa. El

A
recurrido más a ell l h' · · · 'd"co derecho español e indiano no cayó en este equivoco, que parece derivarse
d 1 ª en a 1stona, que al organizar el régimen JUfl 1

o B
e as c~munidades americanas. Pues no sólo se estableció el derecho para del predominio del individualismo igualitario. Reconocían los españoles

ic .U
1os

ém ioja
espanoles que p b 1 . . 1 do- que "non tan solamente ha logar Justicia. en los pleytos que son entre los
. . asa an a nuevo mundo y que const1tman la e ase
mmante smo que t bºé re- demandadores, e los demandados en Juyz10; mas avn entre todas las cosas,

ad G
mo afán'. . . am 1 n. se el~boraron normas inspiradas en un _sup 11
que auienen entre los omes"24; ca la justicia non es tan solamente escar-

ac el
.. JUStlClero para regir la vida de los naturales de América, evitando

o d
corrigiendo l~s consecuencias del predominio español. La protección del
0 mentar los males, mas aun en dar gualardon por los bienes"2 fi.

us eca
~d po dmás. débil -llamada ahora justicia social- se completaba con un Al rey y a las autoridades superiores correspondí~, en primer término,
ejercer la justicia distributiva, mientras la conmutativa .era normalmente

t
ecua o sistema de í · , . 1 ma-

io
. garantas 1und1cas para los otros grupos, de ta
del resorte judicial. También pertenecía aquélla a los virrey~s. y go?erna-

bl
nera que la sociedad l · ele-
. co on1al constituía un organismo compuesto por
mentas diversos e
como 1 d
l
' n e cual se respetaban tanto las jerarquías natura Bi les dores como ejecutores de la voluntad real y delegados admm1st~auvos2a.
y en tal sentido la aplicaban al repartir tierras o encomiendas a los con-
tías p os 1 erechosd de cad a m · d 1v1duo
· · dentro de ese orden. Aque 11 as g aran- quistadores, en retribución de sus afanes y sacrificios, al recomendar a los
' or o emás e · ternas
constitu · ' ran a veces tanto o más amplias que en los sis.
c1ona1es modern . , 1 c1ones
del mon os, pues mclu1an recursos contra las reso u a SANTO ToMÁS, Suma Teológica, ll·ll, qu. 61, art. 1.
arca o de los f · . . .1. a }os a Etica a Nicomaco, lib. V, cap. 2.
derechos d 1 uncionanos, y normas de respeto y proten:wn d .

esos tiem poL


e a personal·d d d
ª i a ecuados a las posibilidades y a 1as 1·deas e
=Id., ibid., caps. 3 y 4; SANTO TOMÁS, 1. c., qu. 61, art. 2.
· lM Part. 3", tít. i, ley 1.
• Part 2 ;;t tít. xxvii, ley 2.
Además de esa · · · d'aba • "En °10 que mas se deb~~ esmerar los Yirr~yes es en ~l ~elo, de que. se administre
Justicia general o legal, la doctrina escolástica estu ~d d
con cada un:
la justicia pa f

que hay dos 1


1
1
~~u :;, ~ se~ aquélla que rige las relaciones de la autor~u~e
subd1tos, Y las de éstos entre sí De lo cual se de r
bº y con igualdad la justlCla en las Aud1enc1as, y Provmcias, que tuvieren á cargo:
p~~~ue ... esta virtud encierra en si las demás, y pa~a que se consiga f~er~n criados
los Reyes principalmente. Y supuesto qu~ la conmutativa cor~e ~n l? ordmano por las
c ases d · · · · epa -
e JUStlCla particular: la distributiva, "llamada r ª A d' ncias y otros Ministros, deben cmdar mucho de la d1stnbuuva, que es la que
u ;epor s~la su mano" (JUAN DE SoLÓRZANo Y PEREIRA, Política Indiana, Il, 371, Madrid,
ªDor.uNco So
Torrub· TO, Tratado de 1 . . .

oP Ja11ne ~~~~; conf.: id., Disputationum de lndiarum Jure, lib. IV, cap. ix, n9 50-51, p. 1017,
. . . iano Ripoll, U ~ 111.sttcia y el derecho, vert!do al castellano P y Matriti, 1639).
~Sllc!a
0
particular ver· t: 37b.¿\fadnd, 1926. Sobre la cfütinción entre justicia gencr~ y
1
~AS D. CASARES, La ju~ic~an SANTO TOMÁS, Suma Teológica, 11-11,. qu. 58, art. '
Dor.nNco Seno Y el derecho, 2;;t ed., A1 y sig. Buenos Aires, 19.15· 13
' i. c., 1I, 239. ·r '

12 .
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"
que su~ mandatos no fueran obedecidos si Yiolaban la legislación imperan-
funcionarios o al proponer candidat te, se~n hemos re~ordado. Fuera de este caso, tampoco era oblig<.torio
o civiles También era 1·ust· . dº .ºbs para llenar las \'acantes eclesiásticas
.. · 1c1a 1stn utiva e · · cumplir las resoluc10nes del soberano cuando tenían los vicios de obrep-
ce1iles •fueran eleo-idos los . xigir que para los cargos con-
º vecmos princip 1 d d . .
a los que se habían distin ido e . ~ es e ca a cmdad, premiar ción o subrepción (información falsa o incompleta) 2s. Y por último, se
dad del ganado a los prim:s b~ ~l servmo del rey,. conceder la propie- acordaba ~ las autoridades superiores de las Indias la posibilidad de pedir
y repartir entre los vecinos po
1
ª 0
.r:s -como ocurrió en Buenos Aires- la revocac1~n. de las órdene~ reales 20 • M~diante estos recursos que daban
Por ello es que l as pe~m~siones mercantiles21. mayor ~lasuc1dad a la func1~n gubernativa, p~día conseguirse que el rey,
. as 1eyes no se hm1taban d . . .
magistrados, sino a todos los f . ª
. recomen ar la JUSt1oa a los me1or informado y contando con el asesoramiento de los organismos es-
de sus posibilidades e1·erc"t unc1onlanos; pues todos debían, en la medida pecia~es, modificara las providencias inconsultas. Es que ni la teoría ni la
' 1 ar aque la virt d y
-como veremos más adel . , u · por eso es que tampoco pr~cu_ca. de la .mona:quía indi?na admitían la fórmula absolutista: quod
l · ante- ex1st1a u ·
os orgamsmos jurisdiccionales d . ?ª s:parac1ón estricta entre prmczpi placmt, legzs habet vzgorem. Por el contrario, la corona misma
1
concernía la obligación de · . ~ os ª
1ust1c1a, no se pen 6
mmistratlvos; pues como a todos
dº . .
había orga.ni.zado ~od?s esos c~~trapesos a su autoridad, precisamente para
Persegu Í an en el fondo idénticos fines. s en istmguir poderes que que la op1món publica le h1C1era llegar sus aspiraciones por intermedio
de los organismos gubernativos. Y ésto era lo contrario del despotismo.
3. L a ¡ustzcza
. · · y los derechos particulares. , . Co?vi:ne advertir asimis~o, para juzgar con precisión el sistema po-
h_t1co md1an~, q~e en la realidad de los hechos era excepcional la adop-
~a justicia, elevada a la cate oría d . . . ción de medidas mconsultas. Uno de los defectos más señalados en la ad-
ceb1da como una de sus func· g e f~n. pnmorchal del Estado y con- ministración colonial fué la lentitud de los trámites y la tardanza de las

A
los d h iones caractenst1cas t '
. erec os particulares de los habitant . ' ~nia por objeto amparar resoluciones. Y ello obedecía al deseo de asesorarse cabalmente antes de

o B
a. fm de conceder a cada uno el tratami:snsm me~gu.a del interés general,

ic .U
tomar una determinación. Estas, a su vez, muy pocas veces eran influidas
to eqm~at1vo que le correspon-

ém ioja
diera. La legislación organizó de tal m por las inclinaciones personales o por preferencias políticas. La misma
pre~den.te para esa época, encar anera un s1~tema de garantías, sor- distancia y la falta de contacto directo entre los gobernantes españoles

ad G
tecc1ón Jurídica de los miembros g~n~o a los ~rganismos estaduales la pro- y los súbditos americanos constituían garantías de justicia que no existían

ac el
peto dtrl régimen legal estable ºd e Na comunida~, y la permanencia y res-

o d
en la misma metrópoli. Pueden señalarse, sin embargo, algunas notorias

us eca
entre e1 m • dº1v1duo
· y el Est d ci º· o se. conoció l a antmom1a· · moderna excepciones a aquella práctica de la consulta previa, sobre todo en el si-
men te de ampararlo contra · ª loso, pues era
d este el ~ue se_ encargaba precisa- glo xvm. El tratado de 1750 con Portugal, y la expulsión de los jesuitas

t
b

io
los particulares. ª usos e los func10nanos o las injurias de en 1767, fueron resueltos sin oír a los .organismos que hubieran, sin duda,

bl
Es que el sistema político i d'
como se ha repetido E . n iano no era tan absolutista y despótico
Bi manifestado su opinión adversa. Pero lo corriente era, no obstante, que
el asesoramiento y la deliberación precedieran todas las órdenes reales.
· s cierto que el rey no tá . .
ta d, pero el ejercicio de ese es SU Jeto a ninguna po~es-
actual del vo bl L . ~oder no puede llamarse absoluto en el senudo :?S Recop., II, i. 22. Conf.: Part. 3~. tít. xviii, ley 36 y sig.; Nueva Recopilación, lib. IV,

ca o. a religión el d h d tít. xiv, leyes 1 y 2. El Obispo del Río de la Plata, fray Martín Ignacio de Loyola, sobrino
tales de 1 , ' erec o e gentes, las leyes fundamen- de San Ignacio, explicaba en 1606 esta doctrina: "el fin que tiene el Rey Nuestro Señor
a monarqma los fuero . ·1 .
blecido y la prudenci~ olí . s. Y _Pnv1 eg1os, el respeto al derecho esta- como catholico y cristianísimo en las cedulas que despacha es el servi~io de Dios Nuestro
monarca impidie d P tlca limitaban y restringían las facultades del Señor y el bien y aumento de la rrepublica y de sus vasallos y si alguna zedula emagnase
El mism'o rey se ~0 ~~= ~ayera. en. el despotismo y en la arbitrariedad.
0
contraria deste fin seria por falsa y siniestra informazion y los Governadores la an de
P ª obhgac1ón de respetar las leyes, y ordenaba rreveren~iar pero no executalla en quanto es repugnante al dicho fin y deven dar quenta
y rrela~ion fiel y verdadera a Su Magestad" (AEC [serie l], I, 193).
::rr Las reales céd 1 • Recop., I~- i. 24. En est~ caso, l~ providencia debía ej~c~tarse a pesar de la supli·
tráfico
t" rimitado
· as d e agosto
por uBuenos 20 de 160 2
Aires dº { •
Y otras posteriores, que autorizaron un cación, "salvo siendo el negocio de cahdad, que d~ su cumphm1ento se seguiría escándalo
r~~;l etntre los vecinos de este pu~rt~s~~n an que el permiso de comerciar debía repar· conocido, o daño irreparable". Si se trataba de órdenes dictadas en favor de los indios,
Airesª ense,) 1580-1620, en SocIEDAD DE H:CARDO ZoRRAQUIN BEcú, Orígenes del comercio era obligatorio cumplirlas aunque estuvieran suplicadas (Recop., 11. i. 5).
• 1 9·17 • STORIA ARGENTINA, Anuario, vol. V, 87, Buenos

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

catc~<H Ía supre ma a ning ún orga nismo estadu a l. Cad a un o tenía p o deres


ExisLían . ª
también 1 e n 1 1egis · l ac1·ó n 1mper
· am e, olras g ara n tías d irect·1-
mente .v mcu 1adas co n los de rec1los pan1cu . 1ares. Así por e jemplo n o d ebían . limitad os. y es taba suj eto a la \'i g ila n cia y a l con t ro l de los demás. E l
l
cump irse 1as cartas r eales para d d . \'Í rrey d o n Fra 11cisco d e T o ledo ath ·i rtiú co n d is~usto el cerce nami ento
h abe ·d . esapo erar a alg uno d e sus bien es, s in
r s1 o antes 01do y vencido ao L 0 . . . d e su autoridad escribiendo: '" H ase Jle,·ado el intento a que esta ti erra
comiendas d e · dº :n L . : m ismo ocurna s1 se tralaba d e en- !>e gobie rne por muchos, y que cada uno tenga su pedazo de poder, co n
m ios · a leg1slac1ó n recon · 1 · . . .
vio 32 y la real éd l d ocia a g ara n t1a d el JUI CIO p r e- el cual pueda interpretar c1 uc no es suj e to a o tro, y que cada un o se tenga
"Se arr 1, e u a e febrero 19 de 1775 · · ·
m sistJ ó en qu e los tribu nales
eg en a 1as Leyes en la formació d p . . por e ncargado de la esecución de las cosas, n o pa ra esecuta llas, sin o para
cometan a tentados d e d 1: e recesos crimin a les y n o se c,wrb:1r q ue 11 0 las esec ute e l otro'":11.
autos ni o írle" Cua dpréen efr y Senten z1ar a nin g ún Basallo s in for mar Entre los o rga nism os de m ayor j erart¡uí a en 1\m éri ca, er an las Audien -
. n O Sta ué J)rese ntad l C b 1ºld
su alcalde d e · ..
primer voto dIJO que era m
ªª
.. ·1
ª o d e Buen os A ires, cias las e11cargad:1s d e 111 amener celosamente el imperio d e la ley. " Sin-
l os a cuvierto d e Tr r .' u y Ull a los Vassallos por p o n er - 1iéntlose a lg unas personas agra\·iadas tic qua lesq ui er autos, ó de termin a-
' ope ias, y oprec1o nes" 33.
Fuera d e la am oridad del m o n arca que rara ve· . cio nes, qu e pro ,·eyere n ú o r de naren los V irreyes, ó P reside ntes p o r v ía
. . . . . d e gob ierno, pued an apela r ~í nu estras Audiencias, d onde se les h aga jus-
propia m1c1ativa en los d ' z 111 terve n1 a por s u
as untos e ultramar el d . t icia, co nforme ;í J .eyes y Orclenanzas":i;.. Media nte este impo rt an t ísimo
es ta b a calculado p ar a imped· b ' o r en a m1 e nto p o lítico
1 recu rso co nten cioso el m;ís alto t ribuna l pod ~a corregir los ab usos de los
dencia d el Consejo d e Ind . ir os a . us?s d el poder. E l presti g io y la pru-
. d . ias const1tuian un er . fun cionarios. :\ los parti culares y a las corporacio nes -entre ellas los Ca-
trane ad siempre posibl . . icaz correct ivo a la a rbi-

A
. e, pues su o p1111ó n d t . . 1 b ildos- les c¡uedal>a siem pre abi erta un a \'Ía para lograr que se l1iciera
en 1a mmensa generalidad d 1 e e1mma )a las r esol u cio nes

o B
Amé . e os casos. y en cuant l j usti cia a sus r ecla mos. Y de es ta m a nera eran los jueces los e n ca rgad os

ic .U
nea, puede afirmarse que e l b o a as auto rid ades d e

ém ioja
eJº er , s a an organizad d l ele d ecir Ja últim a palabra e n inn umerab les conflictos ad ministra ti vos y
cian. un recíproco control, sin u . ~s e ta manera ci u e
y superi or. q e nm guna tunera u n p o d er absol uto po líticos .

ad G
Se h abía cread o así un sistema dú ctil y adecuado a !as posibilidades

ac el
. Un signo característico del sistema im 1 . ele la \'id :1 colo nia l. Aunq ue r n la práct ica se n o taron abusos y se com e tie-

o d
fue, en efecto, la existencia de ciertos P_antad o en el nuevo mundo

us eca
com1 a pesos que impe
. d ia n as ig nar ron a rbitrari edades, e ll o n o fué un res ult ad o d el régimen es tablecido sino
de Jos ho m bres encargados d e aplica rlo. Aqu él procuró en lo posib le rea-

t
l "" Nueva R ccoj;i/ación lib I V t ·1 .. .

io
a exp ropiación por ca us~ d . . '. i . x11.1. ley 7. La Par/. 3" l it . ,··· lizar el idea l d e justicia qu e se h a l> ía propuesto la m o narquía, y no es

bl
:n R ectJp., VI. viii, r. L e uu l.ida.d pulili ca. ' · X \lll, ley 3 i orga 11 i1.a li:i
p osib le d ejar e.le reconocer que casi siempre lo consig uió.
Bi
dacios, si no h ubiera ~~~ ª.ley siguiente ord enaba n o e u ita .
hién Rccop. ll . i i 9 et1do algú n deli to qu e ent ra J . . r ~ n?d1 e los in dios en come n -
,, N ' . . 11a1a ptnluh d l . ..J. Clasificación d e las funci ones del Esta do .
• 11 eva R ecopilación l"b . . ' c ll enes. Ver 1:1111·
. ..., AF.C, serie 111 V ' i . IV, t1t. x1v, ley 1· ¿Cu á les eran Jos o rg anismos enca1 gados de ejercitar la [unció n d e jus-
li b. 111 , tít. iv lcy ' G ,E5 17-5i8. Concordaba con lo ¡·
• . · stas ga · < is puesto e 1 ticia ? Ya hemos v isto que la a mp litud d e es te con ce pto i mpid e limitarlo
eran de origen antiguo y uede~a~t1as contra la arhitra ricdad n a N ueva !lcco/1i/ació11 ,
RAFAEL AtTA~llRA (La J..j encontrarse sobre tod 1 o el d espotismo d el rey al simple propósi to d e dar a cada uno lo su yo, según la clásica defini ció n.
d e C~encias J urídicas y So:fP't Crta y las libertades ~1~~· a !legislació n fora l castel la n a. P ero a ún res tr ing ie ndo el con tenido d e la pregunta a la tarea d e impartir
ª~.t enores a las que se Corn;~l~s, ' 151-163, i\radri<l, 191 8) l~~a c¡s en J:sf;aiia, en R tuista Ja justicia con mu ta ti ,·a, se ach'ierte de inmediato que n o existieron ó rga-
ex iste entre un as y Olr ' ron en I ng laterra sin a < emostrado que son at"111
noble · l as, pu es la M • conta r la di fc · ' nos co n facu ltades exclusivamente jurisdi ccio n a les, ni t r ibuna les d edicados
s mg eses y a hacerlo . . agna Carta se diri . . rencia su bsta n cial que
~~ E~paña esas libert;ides sa~arti cipar obl igatoriamem;~~r~~c1 pa!mente a pro teger a Jos por en tero a l cumplimiento d e esa funció n .
mbién lo expuesto por R f'.aran a todos los hombr l"b .gobiern o del p a ís, mientras " Cana ele mayo d e 15¡3 a l rey. citada por Co:\ST,,:-;n:-;o Il AYJ.f., S. J.. El protector dr
i93 i , 548-55 1). Pero conv· OMA~ R iAZA en el Anuari es ' ~es ~ a los mun ici p ios (ver
el concepto moderno de i~ne, sin embargo, no confu~;!e H 1sto na d e l Derecho E sf1a1i ol, imlins, .¡::;. Sevilla . 19 ¡5.
~' /? eco Ji .. ¡J. xv . 35 ..F.sle r~cu~·so 110 se acord:1ba en '" las materias de grac.i~ y pr.ovi-
~~mo un reconoci miento d~sl derechos absolu tos ele la ir esas ir:1rantías y libertades co n siuues <le oficios y eu conuen das ( 1d., II . xv. 3.¡). Ver Pfo IlALLf.STf.RO~. La f1111cio11 /10/1t1rn
. l poder de la coro na os derechos individuale . persona lidad, pues no se daban
1 F . o LIVIER-MARTI N H. • ·st si. no co m o restnccio d e las reales cha11cillu ías colnnialrs, en R evista de Es/ u dios Políticos, vol. X\', 98 - io 1,
a a l'é ' uo ¡ ut1011,
. . 340 •Pa (ver . . nes vol untarias
' r s, 1!)18) · • is 01re du dro 1, ·, f ra11¡:a1s,
. d es origw.'. es :'l fa drid , 1!11<i.

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F.;_-~-:~---=----:-::..~-c~~--~=-=~------ ----- --· --
1

Zorraquín Becú, Ricardo.


La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

Mientras en los sistemas constitucionales modernos existe, por lo ge- No hubo separac10n de poderes, porque derivando todos del rey, era
imposible dividir lo que emanaba de una fuente t'mica. Así por ejemplo,
neral, un poder del Estado encargado especialmente de la tarea judicial,
en virtud de una ficción legal que implkaLa al mismo tiempo un home-
en la administración indiana no ocurre nada parecido. Resultaría adcmüs
naje a la soberanía del monarca, todos_ los m~gistrad_os impartía~ la jus-
imposible asimilar o encontrar semejanzas entre los poderes actuales y los ticia en nombre del rey, aunqu~ no hubieran sido designados por el. Y los
organismos encargados de regir los destinos de las Indias. No existía en- alcaldes, que recibían su título del Cabildo, llevaban "la vara de la real
tonces la separación .estricta ~e funciones que hoy se estila, ni podrían justicia", símbolo a la \'ez de su jurisdicción y del sistema político que
comprenderse las antiguas aplicándoles los calificativos modernos. En vez integraban. . . .
de los tres pod~re~ que la doctrina constitucional distingue, encontramos Pero si no existieron en el derecho mdiano poderes separados, se im-
en el derecho md1ano cuatro grandes categorías de funciones netamente puso en cambio una marcada distinción de funciones adecuada a la natu-
sep~radas: el gobierno, la justicia, la guerra y la administración de la real raleza simple de las materias que entonces formaban la competencia esta-
hacienda. dual. Las cuatro enumeradas eran, en efecto, las funciones esenciales del
La distinción entre las funciones de gobi'erno d · · · r · ¡ r organismo político, dn las cuales éste _no habría ~odi?o subsistir. Y ~orno
bl 'd Y e JUStma ue e a a-
~ente _esta ec1 .ª desde que se organizó con caracteres estables la admi- su na.turaleza diversa ·obligaba a organizar una leg1slac1ón y un tratamiento
mstrac1ón colomal. La real cédula de febrero J!Jr d e l 567 concentro' en diferentes para cada una, la recordada distincic>~ ~e realizó lógica?1ente
una sola mano las funciones políticas r· d .. · en el derecho indiano. Pero no se la llevó a sus ultimas consecuencias se-
. . • a irman o que conmene a Nuestro

A
sermc10 y a la buena gouernación de · · parando también los funcionarios que debían impartirlas, sino que se

o B
essa tterra que las cosas del gomerno limitó a acordarles cierta autonomía, amoldándose a las características
della las tenga vna persona y no e t

ic .U
d' 'd' ·
. . . ' s en mi idas, porque por spirenna particulares de estas mat.eri~s, tan diversa~. De_ tal maner?, la divisió~ de

ém ioja
sean visto los yncombm1entes que destar d' 'd'd · 11
. . iv1 i as se siguen"· v por e o funciones no siempre comc1d1a con una idéntica separación de funciona-
man d a b a a l os 01dores -limitados d d ' '

ad G
fun 'ó · d' · 1 " es e entonces casi exclusivamente a su rios; pero se dictaron normas especiales y hubo sistemas propios para
c1 n JU lCla - que no os entremetái

ac el
1 b' . . d
, s en e go 1erno del distrito e regir el desenvolvimiento de cada una. . . , , . . .

o d
essa Audiencia"ªª· Más d
1

us eca
nab al t 'b 1 d Ch tar e, a real cedula de octubre 15 de 1595 orde- Por extraño que parezca dada la grav1tac1on que el reg1men mdiano
a n una e arcas· "todo l 0 asignó a la justicia, no hubo magistrados encargados exclusivamente de
cartas lo reducireis · que acostumbráis escrebir en muchas

t
io
, a quatro por sus mater· d' . . .. esta función. El gobierno y la guerra quedaron a cargo de los virreyes y

bl
Guerra y Haciend "37 A ál ias istmtas; Gomerno, Jusucia,
ª · n d oga orden se imparti demás funcionarios menores; el manejo de la hacienda correspondía a los
Bi
promulgar la Recopilación · ·ó a los virreyes 38• Al
1680 oficiales reales; pero la función judicial no tuvo magistrados autónomos.
llegaran a noticia de todo ~l ' el monarca dijo que era preciso que Todos los jueces de primera instancia fueron a la vez mandatarios de otras
guardar en materias de gob. s as 1eyes . . con. que son go b ernados y d e b en
ierno, 1ustic1a gu h . d á categorías: los alcaldes ejercían también fi:nciones ad~inistrativas en el
y las penas en que incurren 1 ' erra, acienda, y las em s, gobierno c:omunal.; los g~?ernado:es,. c~rreg1dores. Y. temen tes acumulaban
os transgresores" ao y , l . l R l
Ordenanza de Intendentes reprod , . · por u timo, a ea atribuciones políucas, militares y JUdmales; los ofmales reales, además del
ª
ucia 1 misma distinción de funciones 40 • cobro, cuidado y aplicación de las rentas, podían perseguir a los deudores
as Colección de documentoJ in~d't . del fisco sin necesidad de recurrir a los tribunales. Una superposición
xadó d I t. . • o.s re 1ativos al des b . . .
n e as an 1gflas poseswnes españoles de An . cu r1m1ento, conquista y organi-
1872. La Re~ºP:· ,v. ix. • ordenaba a su vez "•érica y Ocea111a·, XVIII, 76-¡7, Madrid,
análoga de funciones existía en los d~más magistr~cl?s con p?deres juris:
malerias de Jllstma". que los virreyes 110 se introduzgan en diccionales, configurando una modalidad caractenst1ca del sistema. Y s1
in Colección de documentos in 'd't analizamos la organización de las audiencias, que eran los tribunales su-
: Reco~., 11. xvi. 6 y 111. xiv. :. 1 os, etc., XVIII, 279. eriores en América, es fácil advertir que a sus facultades predominante-
Ley citada en la nota 1
• La función de gobierno. es allí 11d ~ente judiciales unían otras de índole gubernativa, realizando idéntica
go), por la natural · . ama a de "policf .. . acumulación.
tenían los . t d eza pecuhar y en cierto modo boa . (con el antiguo sentido gne-
10 en entes. su rdinada de las atribuciones que Es que la división de funciones ya expuesta se vinculaba estrechamente

18 19
í
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

a otra de índole jurisdiccional. A cada una de las materias d. .


día la competencia del Estado -exce t en que se 1v1-
correspondía un fuero e . P ua~do naturalmente a la justicia- auxiliares como los defensores de pobres y de menores, los escribanos del
1
la función. Así los man~~:~;~s cu~~s. magistrado~ ejercían la totalidad de cabildo, los alguaciles y los ministros, todos ellos integraban un sistema
llamadas "causas de gobierno" p uicos ent~n~~an por lo general en las judicial constituido por magistrados electivos, que no recibían sueldo de
administrativo. Los capitanes ':n:~:l:sn lo~ Jlllcios de orden contencioso- la corona, carecían de títulos universitarios, desempeñaban casi siempre
competencia exclusiva par g (virreyes Y gobernadores) tenían una función anual, y dependían exclusivamente del ayuntamiento. En
a conocer en las ca . efecto, esos magistrados eran elegidos cada año por los regidores salientes
de guerra. Y los oficiales reales usas ~ertenec1entes al fuero
judici_almente a los deudores del'fi~~:oLya _h~~os ~icho, pod!an perseguir
o por los que recién se iniciaban en el gobierno de la ciudad, y resultaban
o ratione materiae- a estos f os _JU•caos ªJenos -ratzone personae así jueces designados por algunos de los que luego, eventualmente, iban
alcaldes ordinarios de los cabºldueros especiales debían tramitarse ante los a quedar sometidos a su imperio. No era necesario tener conocimientos
. 1 os o ante los fu · - .. jurídicos para desempeñar esos cargos, pero sí era preciso ser vecino de
na d ores, tenientes, corregidores t ) . nc1onanos poli t1cos (gober-
comenzara a entender en la ca ,"e c(.. ' siendo competente el primero que la ciudad en donde iban a actuar, y tener otras condiciones señaladas en
d d u~a sistema de l . las leyes. Completaban este sistema, aunque sin tener todas sus caracterís-
~a e to os estos jueces -exceptuando ~_prevención). Y por enci·
man a constituir el tribunal d 1 d ª los m1htares- las audiencias ,·e- ticas, los alcaldes provinciales de la Santa Hermandad, que adquirían su
. . .
d ef m1uvas. e a za a cuyas d ec1s1ones
..
eran generalmente título en remate público y formaban parte del cabildo a perpetuidad. El
ayuntamiento era, a su vez, tribunal de alzada en juicios civiles de menor
Esta distinción de magistrado 5 f .
cuantía.

A
a la especialización 1·udicial no ué motivada por el deseo de llegar

o B
ces1'dad d e reunir en las mis -como ocurre actua lmente- sino por la .ne- Los jueces reales constituyen otro grupo completamente diferenciado

ic .U
entera independencia del comas manos cada categoría de funciones con del anterior. En él pueden agruparse los gobernadores, sus tenientes y los

ém ioja
los poderes. De tal modo la nrcepto ~oderno relativo a la separaciÓn de jueces comisionados nombrados por ellos; los capitanes generales y demás

ad G
·
diec10na Jes comcidía,
• • por' lo espectiva compe tencia · de los órganos juris- militares subalternos que .actuaban en el fuero de guerra; los oficiales

ac el
que hemos señalado. general, con aquella distinción de funciones reales como magistrados encargados de conocer en los pleitos del fisco; los

o d
intendentes, sus asesores letrados, y la Junta Superior de Real Hacienda;

us eca
5. Clasificación de las m . los virreyes; y por último los jueces de residencia nombrados por el rey.
agzstraturas.

t
Salvo estos í11timos que ejercían una magistratura limitada por su objeto,

io
Pero la enumeración d

bl
nismo d 1 · · · e estos magist d los demás desempeñaban el cargo por un plazo incierto que generalmente
de los fe a JUstma en Indias. La abun ra ~s no agota el complejo meca- Bi duraba varios años. Todos ellos recibían un sueldo fijo y eran nombrados
amer· uerosbl~ue por motivos divers d~~cia de los jueces y la diversidad directa o indirectamente por el soberano, ejerciendo al mismo tiempo fun-
icano 0 igan a intentar un os 1 an apareciendo en el escenario ciones ejecutivas mucho más importantes que sus tareas judiciales. Tam-
Jube ahctuaron en nuestro país dur ª nu eva clasificación de los tribunales poco necesitaban ser letrados para desempeñar el cargo, salvo los asesores
e e acerse tratand 0 d ante 1a época ¡ ·
tiguas f d • e conservar e
1 . co onial. Esta clasificación de intendencia que requerían tener esa condición. Integrando este sistema
Pu~~e~ndi e. no ~phcar conceptos ~o~ posible las denominaciones an- actuaban numerosos funcionarios auxiliares o ejecutores, como los escri-
mentales d 6stmgu1r~e, en el régimen . er?os a hechos pretéritos. banos, alguaciles, asesores letrados, tenientes de los oficiales reales, subde-
siásticos el rgano~ jurisdiccionales· h ~di_ano, cuatro categorías funda- legados de real hacienda, comandantes de ~rm~s, comisionados de justicia,
grupos ~JstI:roque Integraban el sis~emua ~Jueces c~pit~lares, reáles, ecle- administradores de rentas, etc. La denommac1ón de jueces reales era CO·
racterística n: como luego verem e la. audiencia. Fuera de estos mún en la época, pero se empleaba con diversos significados. A veces se
Lo . s propias. os, otros tribunales especiales con ca-
s jueces capitula hacía referencia a la justicia. real por oposición a la eclesiástica, y otras
bramien to de 1 res eran los que fo comprendía. tanto ~ los magistrado~ que hem~s enumerado en este pará-
ª.
Hermandad . corporadón mun. . rmaban parte o recibían su nom·
grafo como a los oidores y demás 1ueces que mtegraban el sistema de la
' indios, de aguas · icipa1· Alcaldes ordinarios de la Santa
' Jueces de menores, y algunos ' funcionarios audien~ia. Hemos. l.imitado aún má~ e~ c~nt.enido de la expresión con el
propósito de clasificar los grupos 1unsd1cc1onales, entendiendo que las
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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

pafiado de un oidor. Y los rectores de las universidades, que ejercían una


audiencias constituyen una categoría que puede f~ícilmcntc distinguirse
jurisdicción especial sobre profesores y alumnos, eran designados por el
de las demás.
,·irrey o por el claustro según las épocas, pero no pueden ser considerados
Los jueces eclesiásticos, que debían ser religiosos y por lo general no como funcionarios reales. Fácilmente se advierten las diferencias que exis- .
pertenecientes a órdenes monástícas, se diferenciaban totalmente de los ten entre estas tres magistraturas y las que integran los cuatro grupos anali-
anteriores que eran casi siempre legos, y a los cuales se los denomina~a zados. Por último, cabe agregar que en otras regiones de América actua-
genéricamente como jueces seculares. Aquéllos eran los obispos Y arzobis- ron también otros jueces que no hemos enumerado, como los alcaldes de
pos; los vicarios generales, capitulares y foráneos: los jueces conservadores; minas, los alcaldes mayores, los jueces gremiales, etc., que por esa razón
los capellanes castrenses; los JUeces . hacedores de diezmos: · · el tn'b una 1 de quedan fuera de los límites asignados a este estudio.
la Santa Cruzada; y el tribunal de la inquisici<'>n. Peritos todos ell?s en Es frecuente ver en la documentación de la época referencias a jueces
el derecho canónico que de preferencia aplicaban, recibían su inv~sudura ordinarios y delegados. Los primeros eran los que tenían imperio propio
directa o indirectamente del Sumo Pontífice, aunque el rey realizara la Y jurisdicción en un conjunto de causas, aunque fueran de un solo género,
presentación del candidato. Y en razc'm de aquella investidura actuab~n Y en tal sentido la expresión comprende a los alcaldes ordinarios -de ahí
con entera independencia de las autoridades seculares, aunque ~xcepc;o~ su nombre- y de la hermandad, los gobernadores y sus tenientes, el asesor
nalmente las audiencias podían modificar sus decisiones mediante 0 letrado de la intendencia, los ordinarios eclesiásticos (arzobispos, obispos
llamados recursos de fuerza. . . Y vicarios generales) , los oficiales reales, los intendentes, los oidores, y en
1
· · · · en electo, los supremos tn·¡ >Ltnales 1n<.

A
1.as au d 1encias constatman, b ta- general todos los que ejercían una magistratura con carácter permanente.

o B
nos, en representación directa del monarca en cuyo nombre ac.tu~ da.n. Los demás eran jueces delegados, con una competencia claramente señalada

ic .U
e omo organismos. co1egiados
. . por Jos olC . lores, y SU JUflS ¡c-

ém ioja
estaban tormados en cada caso. Los ordinarios tenían la facultad de delegar el uso de su
., . , . . . Pero a su vez jurisdicción ya fuera en otros jueces, ya en personas comisionadas al efecto
cion se eJercaa generalmente en segunda o tercera instancia. . .

ad G
esos 01'd ores se desempeñaban individualmente como Jueces · de ¡JrOVlnCia,. e para impartir justicia con las facultades que les señalaba el poderdante.

ac el
El juez delegado 110 podía trasmitir la jurisdicción que le había sido con-

o d
de bienes de diíuntos comisionados de los virreyes en casos especiales, JUe-
, . d l rotom -

us eca
ces de alzada en el fuero mercantil integrando el tribunal e P d' cedida, quedaba sometido a las órdenes del ordinario, y sus resolucio~es
. . , .
d 1cato, y como alcaldes del crimen en Lima y en Mepco. su , . . A vez la au ien- eran apelables ante él. Este sistema fué muy utilizado en la época colonial
. tra

t
io
· · · bros o ,i 0 por todos los jueces de primera in~tancia, ya para di.rigi~ la tramitación

bl
Cia -o su presidente- podía nombrar a uno de sus m1em . 'dor
. . . . · pesqu1s1 bra-' de una causa, ya para dictar sentencia. Los alcaldes ordmanos delegaban su
persona para actuar como visitador, juez de com1s1ón,
juez de tierras, o para •:esidenciar a funcionarios que no eran de n~fini­
1uez Bi jurisdicción en los de la Santa Hermandad para actuar en lugares aparta-
dos; los gobernadores comisionaban a unos u o~ros akal~es par~ entender
miento real. Estos últimos eran magistrados especiales, con poderes .e da
en determinados pleitos, o designaban a sus tementes a fm de liberarse de
dos en cada caso, y que se limitaban al desempeño de una determin~ '
ml's1'ó n. E n cam b'10 Ios 01'd ores e1ercaan
· · · l'1c10, · e ran nombra 05 la tarea judicial; y los ordinarios eclesiásticos realizaban l~ misma delega-
un cargo vita de la ción en los vicarios especiales y foráneos. Cuando estos JUeces delegados
por el rey con sueldo fijo, y constituyeron durante la mayor parte n sc)lo tenían poder para instruir el. sumario,. re~ib.ir pruebas º. r~alizar otras
e'poca .co l º.ma
· I ,Ia umca
' · magistratura
· · ·
e1erc1da por peritos · e n derecho, e funciones ajenas a la labor propiamente JUrtschcc10nal, rec1bian el nom-
cuya c1enc1a mas de uno se destace'>. . bre de jueces ejecutores. .
F uera d e estas cuatro categorías o grupos de mag1stra . d os, a parecieron
. es Todos estos magistrados podían ser recusados y excusarse en virtud
en nuestro territorio a f rnes del siglo xvm tres fueros especiales con Juec _ de las causas enumeradas en las leyes castellanas. Cuando la recusación
. .
privativos que no caben dentro de esa clasificación: el consu 1a d o, el pro -que también podía ser sin causa- se dirigía contra un magistrado secula.r
to
. me acato Y e l f uero universitario. El prior v los cónsules surgia
d' ' n de una
de primera instancia, éste no ~uedaba totalmente. apartado d:l conoci-
1
1
JUnta de comerciantes, formándose con ellos un tribunal encargado de ª miento del pleito, sino que deb1a nombrarse otro 1uez acampanado para
jurisdicción mercantil, cuyos fallos eran apelables ante otro tribunal cons- dictar sentencia conjuntamente, y no conformándose ambos en el fallo pa·
tituido por un 01·d or y e1os comerciantes. . El protome'd'1co, aun que nom·
brado por las auton'd ac 1es poht1cas. . . no pod1a . dictar
. sentencia · si·no acom-
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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

ti . Co11diciu11 es de lus jueces.


saba el asunto al superi o r. En las aueliencias 110 se admití:111 rerns.1cio 11 es
sin causa. Cuando era procedente la ele un oidor el plei to pasaba ::i. los Esta abundancia de magistrados diferentes era resultado de la forma
dem ás, y no habiéndolos en nllmero sufi ciente se n ombraba n tantos a ho· en que se fué organi za ndo la justicia en las Indias.. No hub_o ~n _pl~n pre-
gados como fuese necesario pa ra integrar el tribun al. I .os jueces ecl es i;ís- concebido y sistem á tico, s ino que se cre~ro~ :os
organos 1 ur~sd1cc_10nales
ticos t ~ mbién podían ser recusad os con ca usa , p ero n o sin ex presa r\ a . :\cl- a medida que res ultaban n ecesarios. Al pnnop10, un solo funcionario .tu~o
poderes abso lu lOS en lo gubernativ_o y judi~ial. Lueg~ .se trató de re~trm_gir
mitida la recusación, el juicio p asaba a conocimi ento del s u perior. o a l
de otro juez no sospech oso con acuerd o de partes. esa a mplitud de atribuciones mediante la 1mplantac1_on ~e las audiencias.
A l fundarse las ciudades aparecieron los alcaldes ordmanos encargados de
Era frecuen te q ue los jueces legos, e n asuntos de cie rta difirnlt :1d jur í·
dica, pidieran el d ictamen de un abogado. cuyos hon o rarios corri:1n por dirimi r los p le itos del fuero comú n . La mu lti p l icaci ó~ _de íuncionari~s
cuenta .el~ las partes. Aunque el juez no estaba o bligado a confo rmarse r o n no impidió que cada u no conservara los p_oderes qu_e on~ma l mente . hab1a
tenido el primero de su categoría. De aht el excesivo nume~o. de 1 uece~,
esa º.pm16n, como generalmente lo lucíll, podían los litiga ntes r ec us:tr
las contiendas de competencia entre unos y otros, y la superposición de atri-
t~mb1én a los _letrados. Y para evitar los ab usos qu e se com e tían, Ja rea l
cedula de noviembre 18 de 17B dispuso que n o se admitieran "rec usacio· bucio nes que en mu chos casos se a d\:i e r~~- . . . .
nes evide nte11·1ente fr1'\-(¡)·1s 11 · 1 · · · Pero Jo caracte r ístico d e esta organ1zac10n JUd1 c1a l reside sobre todo en
· · . 1 p:1ra e e ter1111nanone' in terlon1 ton:1-; crn111 1 l:t inexis tencia d e organ ismos exclusivame nte <lestin ad os a esta función . _A
no_ ten~a n fuerza de .A u '.os clclinit i\-ris, c'1 inclu yan g ra\·;ímc n inTp:ir:1hl e
pesa r de Ja impo rta ncia acordada a la justici a, no hubo mag.ist~ados espeoa-
pat a ellos. Que en nmg1111 <'\C' llt o 'iC aclmi1 :111 t:trnpoc u rec ~ac io11 L''i 1111i · 11

A
lizad os. y es que, ro incidiend o en ello con el derecho publico coetáneo,
versa le~ de tod os los abogados ele l:t Cindacl . de l:t Prov ine ia c'i de l R e ino :

o B
Y. c_1:1e p _más _se puedan r erus:1_r ~i n o solo~ rre<; Abogados po r cad a p ;1rt e no se creía necesari o separar la ta rea judicial de las o tras m a terias guberna-

ic .U
~n1ga n.te . . !)e10 que esto se e nuenda en el caso de que e n la Ciudad, ó su t ivas, y antes bie n se procuraba que és tas se ejercieran con el espíritu que

ém ioja
111med1ac1on, queden ótros ido ¡ · debía inspirar a aquéllas. En el caso d~~ ~ue v? m_undo, el deseo de no

ad G
lerse"H neos t e l! u 1e nes los .Ju e ces pueda 11 ,·a· multi plicar los organismos p o líticos deb1c influir, sm du?a, en es~ con~e­

ac el
b sión de poderes que hoy se consideran excluyentes a un m 1s~o func1onano.

o d
Vinculado con este problem
. d · ª
es ta a e 1 (e1 la res pons·1hi li(hcl d e los

us eca
mag1stra os que podía Jn cer· e r · • ' Tampoco estos mag istrados eran hombres de_ leyes dedica dos por e n-
. ' . · . ~ e ec t1\'a so 1)re tod o en los juici os d e r es ide n -
cia. La 1eal cedula de septiembre 22 ele ¡~93 d 1 ·ó 1 · 1 · .
tero a impar t .11. e l derecho · Con exce¡xión de. • los oidores y del asesor letrado
·

t
• . •

io
no eran responsables de la . . I e~ª ' c.¡ue os J U ece~ egos 1 d · tendencia -cargo que aparece reo en a fmes del s1g o xvm- todos 1

bl
conform J n<lo . . • s provHlen cias qu e d tclaran cuand o lo h acía n leca a1n . . · ·c1 · S d' ·
1 0 11110 gistrados so n ª J.enos a l tecniosmo Jllfl 1co. e aten 1a mas
.• . se ª .~ P n c~el letrad o asesor , el cu a l sí lo ser ía . \' dis·
1os el em.is
Bi
.<

puso ac emas qu e Si estos m ·ig ist . d . .
ma ·l · ·
a su honorabilidad y rectitud . Las leyes de Partic a ex1g 1an que sean ea-
.. l
di ctamen del ab ov ado d'. t a os tuvie ran raLO nes para no adher ir al les, e de buena fama, e sin mala cobdicia. E que h ayan sabiduría.' para
..., ' r o tan suspender 1 . 1 .
buna l su peri o r 42 Se "el · ·. a se nten cia y consultar a tn · · el . los pleytos derech amente por su sa ber, o por u so de luengo tiempo.
· · " rnnia en efecto J ·b·1 ·
en consu lta antes de la d et .' . .. '
e1rn ma no n de h ..
ª
post 1 1dad d e ele\·a r los autos
el .
JU ga1
E que sea n m a n sos, e de buena pa labra,
l · ·
a os q ue vinieren ante el os a
l
de l fa llo 11 ue correspo nd · .
i ..
' e.u isa . cuan o e l J ucz eluda u.t . · l C · D·
. , ta, ) entonces co · · juyz io. E sobre todo, que tem a n a Dios, de a qmen os y po_ne .. da dsi a _ios
g1Strad o o trib un a l superior e l . ' n cit ación de partes, era e l n1a · ·
temieren, gtiai·darse
• h an de fazer
· peca o, e auran en si pie a , e JUS·
e¡ ue (1ICta Ua se n tent ia -1:1. . . "44
. " fu é m;1111Jada guanla r p o r c:I an . uoa . l . el l . . l
hlicada como apéndice 119 Q
1
de la 11 · · 1 de la R eal Orclc11a11~a ele / 11 tl'lide t ·s ,. ¡111·
Más importa nte era, p o r consig uiente, a rect1tu . e e conoencia q u e e
.u , - ' l1S 111 a. · 11 1 • .
saber jurídico. Tan señalada estt'.vo esta ~referencia que hasta se llegó
Ced11 lrm o d e la !ka/ .·l udirncia d n .
de la 11· · ·e· b' l'd l e 11e11os Ai res 111 ..
1 Jponsa 1 1 Jl rno ra l de los igno-- · · :;2 • 1. a l'l :lla , 1 y38. L a cuesu o n a formar al prin cipio de la conqmsta un_ ':h.ma adverso a los abogados, te-
era _doctrin a ya estahlccida en la íilos r'~ntes que ~cgu ian la opinión de los e nte ndid os
"quien e
·
· l ° i .1 escol ·\st1ca \ · F
n m a teria < u c1osa consultó CCln los · . .' . ' · : s1 ' RA\'. c 1sc.;o D F. VITORIA cli rc:
miendo que éstos perturbaran con sus ltt1g1os el desarrollo de las n u evas
que se pro ponía hace r , pu ede tener la · . sah_ios. c u yo p a recer fu é que era lícito lo
13 l~s indios, primera parte, ¡>. I' de cl~11~1lc 11r_1a tranquila al efec tuarlo" ( Uclcrcio111'S
rn /Jre ~• Part. 3 ~. tít. iv , le y 3. Conf.: N ueva R eco pilación , lih. III , tít. ix, ley 1.
\'e·ts 1 '
. ,.
• e so irc c:stu: D c11 tero 1101 11 io 1 ~
.I ,¡ Cl J• SJl 'l S'I C 1
• •
]'
' ' · a pe, >llenos A ires. 1~ ¡ ti) .

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

comunidades. .Pero. más tard e, ya impuesta . 1a d ommac10n


. . . htspámca
. . y afian-
. tet~~oráneamen~e., se habían organizado castas de funcionarios que ad-
zad quman y trasm1t1an a sus herederos los cargos jurisdiccionales, en España
ªr 1•a co1omzac1ón ' fu e· preClso · a d mlttr· · y aun. buscar el auxilio . . de los
quedó establecido desde época remota ,.que agora ni de aquí adelante no
Pr 0 1 es1ona
técnico d 1es del . dere ch º· D e ta l manera, éstos se convirtieron . . en asesores se pueda vender ni comprar oficio de jurisdicción""º·
. s e 1os JUeces, que buscaron el ~derto en su dictamen. Y ya en el . No hubo, por consiguiente, una casta judicial, ni los magistrados ejer-
s1g
fall1o XVIII ' la o_Pm . 1.ó n d el JUrisperito
. . . se hizo obligatoria antes de emitir el
cieron su elevada misión con espíritu de grupo. La atribución de otras fun-
fo o,ó que se. ªJ_ustaba naturalmente a aquélla. El asesor letrado se trans- ciones a los jueces los obligó a mantener estrechamente el contacto con la
ré ~ ' podr ultu~o, en magistrado con imperio propio al implantarse el comunidad, cuyos intereses estaban confiados a su custodia. Se obtuvo así,
gimen . e las mtenden c1as, · . pero 1os <lemas , 1ueces
. .
de primera .
instancia ·
Contmuaron por lo · . o se quiso conseguir, un mayor sentido de la realidad en el desempeño de
consider .' d' comun, sm 1os conocimientos jurídicos que hoy se la magistratura, tratando también de que el espíritu de justicia privara en.
an m ispensables en la función judicial
los demás campos sujetos al poder de cada juez. Y este espíritu, resultado·
un Y ello tése explica
cargo . ª ª l d ~erur · que esta última, ·más que el desempeño de
o combinación de principios religiosos y de normas éticas más que de re-
los fu . c~ico, era considerada como un deber de conciencia para todos glas jurídicas, fué el que inspiró la acción de esos magistrados huérfanos
traturanc1onanosse . '¡ y como un a1tlSlmo ,. honor que se les discernía. La magis- .
muchas veces de sabiduría pero plenos de sentido común y de rectitud
chos d vmcu aba estrechamente a los principios religiosos. Entre mu- moral.
reprodu ocumentos
· emanados d e 1as autoridades . .
españolas no es inoportuno No es posible, sin embargo, emitir un juicio de conjunto respecto al or-
. c1r -con la · '
fürigió a . mexperta ortografía del escribano- la exhortación que denamiento judicial de las Indias. Las diferencias de tiempo, de lugar v de
y Preside 1~s ~ue~es d~ Buenos Aires el gobernador del Río de la Plata

A
personas impiden apreciar el valor o la eficacia de tantos jueces y tribunales
ª

o B
recisión ne e P.nmera Audiencia de esta ciudad, porque define con como los que se sucedieron durante los tres siglos de la dominación his-

ic .U
P Y e 1ocuenc1a el · 'ó n
de aquéllos· ºb
e c_oncepto que entonces se tenía sobre la mm

ém ioja
pánica. Existieron con frecuencia jueces venales o corrompidos, y se dic-
offizios de os~~ros senores que administrays Justizia exerciendo los taron sentencias pronunciadas con deliberada parcialidad. Estos defectos

ad G
ttierra save orr~xi or .Y alcaldes ordinarios y como criollos e yjos desta humanos, que todavía no se han podido extirpar totalmente, ¿pueden fun-

ac el
Y deveys ys yd onozeis Las ynclinaziones y costumbres de sus avitadores

o d
dar un cargo a la organización judicial del nuevo mundo? ¿Podía aspirarse
onor So enten er que 1as varas que traes en las manos siendo de uanto

us eca
· a la perfección en este medio de violentas pasiones y de lejanos recursos?
vien publi'co n JUntamente ca rga Y o bl'1gaz1on . prezisa de velar y atten d er ª l No hay duda alguna que los errores y las deficiencias que la historia re-

t
en ttanta M anera que delante de Dios se os a de azer ten'ble

io
cargo de la o . . cuerda no fu eron consecuencia del sistema. Este aspiró a crear magistrados
· d ª d que en esto tuvieredes Por ser el f e·in pn·n·

bl
cipal y vazo e m1ss1on y fl ºJe
Umana y que n ¡u~ se ffunda el mayor servizio de la magestad divina Y Bi '° Nueva Recopilación, lib. VII, tft. iii, ley 7. Sin embargo, esta norma no siempre
estaba en formm 'ós rava la conzienzia"45. Es que el derecho, que entonces fué cumplida. La Recop., VIII. xx. 1 distingufa los oficios ..con jurisdicción" de aquéllos
subordinado nat ac1 n y no h ª b ia · ª 1canzado un perfecto tecnicismo, que d ªha "con alguna participación de ella, que no la tienen derechamente", y ordenaba la venta
· 1
e1 rigorismo legalura mente a .los prmcip1os · · · de equidad que no buscan t nto ª de los de esta segunda categoría. Entre los oficios vendibles figuraban los regidores, los
alcaldes provinciales de la Santa Hermandad, los fieles ejecutores, y otros muchos vincu-
m as morales y rel' · cuanto derivan d e un 1'dea1 de 1ust1c1a
· . . funda d o en las nor-
lados a la admi~istr~ción de justi~ia (alguaciles. e~cribnnos, depositarios generales, etc.).
ajustarse a la le 1~1osas. En otras palabras, la misión de los jueces no t;ra Pero la~ urgencia.~ f 1s~a!c~. dctermmaron la concesión de otros oficios más importantes
objetivo de la ay ~ mo procurar el bien público el bien comían, supremo
grab a la compleja
6 cci n estadual y
. . ·
' · · l · te-
en tal sentido la función jud1c1a in
a cambio de un serv1c10 prestado a la corona. En otros casos, estos adquirentes eran
"futurari?s", porque tcnfan el de~echo d~ ocupar el cargo concedido una \'ez que quedara
vacante. 'Hasta el cuarto decenio del siglo xvn por lo menos se mantuvo en firme la
La doctrina y 1actv~dad. gubernativa. . . teoría de que ningtin oficio fuese vendido si tenia que ver algo con la administración
una importancia soªbreg1sll.ac1ón españolas asignaban a la función jud1c1al de la justicia o de la Hacienda Real" (ERNF.sro ScHAFER, El Consejo Real y Supremo d
· esa 1ente· M'ientras en otros países de Europa, co n - ~espués
las Indias,. I_I, 187, Sevilla, 1947). Pero se enajenaron cargos de contadores d:
cuentas, of1c1ales reales, gobernadores y aun -aunque excepcionalment.P- de oidores (
" Manifiesto del M .. . 11 6 ) .,. ver
SCHAFER, Cit., , 1 l )' 191 •
AEC, [serie l], XIII,
33 ;~stre de Campo José l\fartínez de Salazar, julio 6 de •6'7 1 • en

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Zorraquín Becú, Ricardo.
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íntegros inculcándoles los principios morales que forman la base · CAPÍTULO 11


v1.ble d e1 espmtu
, . d e eqm"d ad . También quiso adecuar el d mconmo-
- d
· · · 1 "d d . esempeno e
esa 1usuc1a, a as neccs1 a es simples de las comunidades americanas· que
no requenan un profundo .saber jurídico
. sino un amplio se n t"d
1 o h umano
'
Y d es d e estos puntos de vista, es indudable que el sis te f é d· ·
admiración. . ma u igno de

LOS ORIGENES DE LA ADMINISTRACION DE JUSTI~IA


Y LA ORGANIZ:\CION POLITICA

A NTES de ocuparnos especialmente de los distintos tribunales que

A
..[}_ integraron, a lo largo del período hispánico, el complejo mecanismo

o B
ic .U
de la administración de justicia, conviene tener una idea precisa de la

ém ioja
forma en que se fueron organizando tales magistraturas. El sistema espa-

ad G
ñol en América no fué, en efecto, ni un trasplante liso y llano de las ins-

ac el
tituciones castellanas, ni se manifestó con idénticos caracteres en todas

o d
las regiones. Este doble orden de diferencias y especialidades, relativas unas

us eca
al sistema castellano y otras a las demás comarcas americanas, es el que da

t
a cada una ciertos rasgos distintivos que impiden asimilar totalmente los

io
bl
diversos regímenes que aparecieron en América.
Bi La formación institucional del nuevo mundo resulta así casuista y regio-
nal. Las soluciones que se fueron adoptando no derivaban ni de una posi-
ción doctrinaria ni de un deseo de uniformar el gobierno de las colonias.
Así como en España existía una gran diversidad jurídica, así también se
crearon sistemas diversos en el nuevo continente. Este resultado no se debió
a ninguna incapacidad de los juristas hispánicos para organizar adecua-
damente las comarcas que iban apareciendo e incorporándose a su domi-
nio, sino por el contrario a una gran ductilidad que les permitió adecuar
las soluciones a las necesidades que se iban presentando.
Los españoles del siglo xv1, como los antiguos rnmanos, tuvieron un
profundo sentido de las instituciones jurídicas. Heredaron de Roma, tal
vez más que ningún otro pueblo, esa capacidad para crear un derecho ade-
cuado a las circunstancias y a las necesidades de la empresa que paralela-
mente desarrollaban. Y la conquista de América, con ser una hazaña mat:a-

28 29
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
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conocían la estructura y las características de estos ·territorios, se completa


villosa· en su ejecución, presenta a los historiadores este otro aspecto no
la organización política subordinando a esos jefes y a las demás autorida-
siempre advertido: la sorprendente facilidad con que se forjan los ideales
des a la vigilancia y al control de otros organismos superiores que repre-
políticos y las normas gubernativas que han de encauzar la realización de sentan al rey en América. Esta rápida evolución -cuyo detalle estudiare-
aquélla. Desde el principio aparecen los móviles que inspiran la conquista: mos- revela que la hazaña imperial no quedó librada al azar de las cir-
la propagación de la fe católica, la evangelización de los naturales, y el cunstancias ni fué obra del capricho de los conquistadores: una tendencia
deseo de implantar de este lado del Atlántico nuevas comunidades regidas constante a orientar su acción impuso, en época temprana, el ordenamiento
pacífica y justicieramente, al amparo de una legislación protectora de to- político de más larga vigencia entre los que ha conocido nuestro país.
dos los derechos. El actual territorio argentino vió llegar a los españoles por tres caminos
En la Península, hombres de gobierno, juristas y teólogos se aplican a diferentes, creándose así otros tantos distritos políticos de larga perdura-
traducir en normas legales esos propósitos. El resultado fué la creación de ción. Dejando de lado -por no interesar a nuestro propósito- las expedi-
instituciones originales, en las cuales las viejas ideas hispánicas se adaptan ciones iniciales, que sólo tuvieron como resultado explorar las distintas
a las modalidades que impone la conquista. Y así" surgió, por obra de esa comarcas, debemos comenzar nuestro estudio con las célebres capitulacio-
misma vocación por el derecho, el ordenamiento político que iba a presi- nes que Carlos V firm<> en Toledo los días 4 y 21 de mayo de 1534. En ellas
dir y orientar la empresa imperial, no como copia servil, sino como trans- quedó dividida la mayor parte de la América del Sud que correspondía a
formación substancial de lo que ya existía 1 • España en cuatro grandes distritos, cuya dirección se confió a Francisco
En lo que a nuestro propio territorio se refiere, podemos distinguir dos Pizarro, Diego de Almagro, don Pedro de Mendoza y Simón de Alcazaba.

A
momentos o etapas en su organización política: durante el primero se im- El territorio, que apenas había sido explorado, no pudo ser repartido

o B
ic .U
plantan gobiernos a los cuales se les reconoce una relativa autonomía, in- atendiendo a los accidentes geográficos naturales. Se hizo la división otor-

ém ioja
dispensaole para la realización de la empresa; mientras en el segundo se gando el primero 270 leguas de costa sobre el Océano Pacífico, y a los de-
integra el ordenamiento jerárquico de las autoridades españolas en. Améri- más 200 leguas que debían ubicarse a continuación de aquéllas, hasta lle-

ad G
ca, creándose una organización que va a perdurar durante dos siglos en gar a la línea de Tordesillas o al Océano Atlántico. La región concedida

ac el
o d
nuestro territorio. Esta evolución se produce en poco tiempo, y es asom- a Mendoza se ubicaba· entre los pa;ralelos 25º 31~ y 36º 57~ de latitud sud,

us eca
broso ver cómo al período inicial caracterizado por cierta indecisión en y la confiada a Simón de Alcazaba debía quedar entre esta última línea
cuanto a las fórmulas políticas, sucede de inmediato el orden jerárquico del y los 48° 23~ 2 •

t
io
poder que da a estas regiones una constitución estable y regular. Estas concesiones territoriales implicaban la obligación, por parte de los

bl
Bi
En los momentos iniciales de la conql:lista se pensó naturalmente en personajes mencionados, de implantar la dominación hispánica en las res-
crear un orden militar, dando a sus jefes ejecutores la mayor parte de las pectivas comarcas. La corona no disponía de medios suficientes para rea-
atribuciones políticas. Y ello era lógico, pues las huestes hispánicas debfan lizar por sí sola la conquista, y confió esta empresa a distintas personas que
ser dirigidas a modo de ejércitos, y para mantener la disciplina y la jerar- debían costearla y cumplir así la obra imperial. Aunque librada a la inicia-
quía era preciso dar a una sola autoridad todos los poderes. Más tarde, ins- tiva individual, no por ello dejó la monarquía de orientar las expedicio-
taladas ya las nuevas comunidades, aparecen' otros organismos que colabo- nes y de vigilar el cumplimiento de los compromisos contraídos, de tal ma-
.ran con aquella autoridad, cuando no le sirven de contrapeso. Y por último, nera que la incorporación de estos países al dominio español f ué una em-
aun antes de que hubiera terminado la conquista pero sí cuaHdo ya se
s y no hasta el Estrecho de Magallanes, como generalmente se afirma. La capitulación
de Alcazaba en Colección de documentos inéditos relativos al descubrimiento, conquista
1
La Recop., 11. ii. 13 disponía sin embargo: "Porque siendo de una Corona los 'Y organización de las antiguas posesiones espa1iolas de América ~' Oceanía, XXII, 36o,
R.eynos de Castilla, y de las Indias, las leyes y órden de gobierno de los unos, y de los Madrid, 42 vols., 1864-1884. La concesión hecha a Francisco de Camargo en noviembre
otros deben ser lo mas semejantes y conformes que ser pueda, los de nuestro Consejo 6 de 1535 sl llegaba al estrecho desde el paralelo 36° 57' (CARl..Os MoRLA VtcUÑA, Estudio
en las leyes y establecimientos, que para aquellos Estados ordenaren, procuren reducir histórico sobre el descubrimiento y conquista de la Patagonia ~· <le la Tierra del Fuego,
la forma y manera del gobierno de ellos al estilo y órden con que son regidos y gober- apéndice nQ 11, Leipzig, 1903).
nados los Reynos de Castilla y de León, en quanto hubiere lugar, y permitiere la di-
versidad y diferencia de las tierras y naciones".
31
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Zorraquín Becú, Ricardo.
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presa . de estado acometida p ore1 es ruerzo privado . y muchas veces a su ex- distritos. En ca.mbio, Alcaza~a sólo recibió los nombramientos de gober-
el usivo costo. nador y alguacil mayor. ¿Cual es la razón de estas anomalías? Y además,
Pero esas concesiones no · ¡ · b . ¿no había una inúlil superposición de funciones entre los cargos de ade-
En ese p , d imp ica an la creación de un régimen feudal.
erio o en que las · · · lantado y gobernador? Para resolver este problema preciso es analizar la
y en que el Est d d . mstltuciones medievales se van transformando naturaleza de cada uno de esos oficios.
ducta política ªy~ª .J~iere una personalidad cada vez más vigorosa, la con-
las otras nacioneJuri tª· de España fué mucho más prudente que la de
control del Bras·; co ~mzadoras. Mientras Portugal, en 1533, perdía el
"Adelantado significa hombre antepuesto o preferido"-t; en otras pa-
labras -para u~ar las mismas de la ley- "adelantado tanto quiere dezir,
como ome metido adelante, en algun fecho señalado, por mandado del
las capitanías yim~n avor de los grandes donatarios que iban a fundar
' ientras , a1go análogo en Norte- rey" 5 • ~a institución se generaliza en Castilla durante los siglos xm a xv,
américa por las . posteriorme n te ocurria y consiste en el nombramiento de grandes dignatarios para gobernar en
.
rios de las colonias
concesiones que s h · ·
e lClerou a 1os gobernadores prop1eta-
.
1 nombre del rey una provincia o distrito importante, teniendo siempre ele-
blemente sus dere 'hen e. caso de E~paña la corona mantuvo inquebranta-
vadas facultades judiciales y también de orden militar. Por eso dice un
necesidad de ase~ os sm transferirlos a ningt'm panicular. Pero en la
autor que "el Adelantado en la paz, es Presidente, ú Justicia mayor de
tanto riesgo, les diór~r~ e\ concurs~ de sus súbditos en una empresa de algun Reyno, Provincia, ó distrito: y en la guerra el Capitán general"ª·
nimiento de su sob 0 ~s as ventaps que eran compatibles con el mante- De las leyes que reglamentan este oficio parece desprenderse una sub-
.
c10nes y el derech erama d' ' reservánd ose siempre
· el control de las exped 1- ·
'ó o a ictar las norm . 'd' , . 1 división del cargo 7 : los adelantados mayores, que residen en la corte, y
acc1 n de aquéllos as ]Un ICas que debian orientar a
L . en e1 nuevo mundo cuya misión es resolver las apelaciones deducidas contra los fallos de los

A
os asientos o capitula . . magistrados inferiores 8 , y los adelantados que residen en comarcas aparta-

o B
revestían la forma d CIOnes que con tal motivo se firmaban, aunque

ic .U
das, llamados menores o de frontera, con funciones militares, judiciales y
brados entre el sob e una concesión real, eran verdaderos contratos cele-

ém ioja
m·isos y obligacioneerano, y uno de sus su'bd'Itos, que entrañaban compro-

ad G
Solamente el rey p sd~eciproc_os. Pero eran contratos de derecho público 3 • ' ~ALAZAR DE ME~OOZA, Origen de las dignidades seglares de Castilla y J.eon. l!H·

ac el
. 1adas y si el b o iar· examinar
t1pu . . s1. se h a b ían cumplido las condiciones es- Madrid, ii9·1·

o d
Pa1·tida 2;;i., lÍ.l. ix, ley22. "E por esta razón, -continúa la misma ley- el que anti·
obl'1gac1ón . que el ene ic1ano era acreed or a los prem10s . promeudos.
. y 1a G

us eca
guamenle era ass1 puesto sobre llerra gramle llamavanlo en latin praeses provinciae.
c·io, inspirado
. el
monarca cont ,
ra1a quedaba así sometida a su prop10 JUI- . . . El oficio deste es muy grande. Ca es puesto por mandato del rey, sobre todos los merinos

t
el fundament~ d:~odestá, en las consideraciones morales que constituían

io
tamhien sobre los de las comarcas, e de los alfozes, como son los otros, de las villas". '

bl
E n esos docum erecho en tonces imperante. . a SAi.AZAR DE l\f E:\ OOZA, cit., 15.t.

Bi
1 E~pécu~?.' lib. IV, tít. ii, ley 11; Partida !l\\, tít. ix, leyes 19. 22 y 23; 3\\, tít. iv, ley 1;
del conquistador eLntos s~ consignan los derechos obligaciones y poderes y '1\\· tll. X\'111, ley 8; Leyes jJara los adelantados mayores; Ordenamas reales de Castilla
de impuestos
· y en· el os pnmeros consistían generalmente ' en la exención 1ib. 11, lit. xiii, ley i; Nueva Reco/Jilación, lib. 111, tít. 4; etc. Sobre este tema: Rosco~
util'd~ ªd reconocimient
es de la empresa La 0 d e eterminados porcentajes so b re 1as
d R. H11.1., Tite office of adelantado, en Political Science Quarterly, XXVIII, 646-668, New
realizar la expedición ·, s segundas se referían a la forma de armar Y York, 1913; ALFO:'IOSO GARcfA GALLO, Los orígenes de la administración territorial en las
q ue inspiraban· la acc'ó ' asid como al cu mp 1·1m1ento· ·
de las normas superiores ludias, 83-90, :\ladrid. 194.1; y C. H. HARl!liG, T/1e spanish empire in Amcrica, 23- 25 ,
1
e~ trato a los aboríge~e~ ; Estado en la población del nuevo mundo Y en :.\"ew York, 1917.
" "Aclelanlado de la Corte, porque el rey lo adelanta, poniendolo el Rey en su lugar,
titulas que en el m· · d 1os poderes del conquistador derivaban .de los para oyr las al~adas: e porende pues que tal lugar tiene, e tan honrraclo, ha menester
ob.
Y g ierno de la hu ismo ocument0 el rey les concedía para la direcc10n ., que sea de grande linaje, e muy leal, e entendido e sabidor" (Part. 2\\, tít. ix, ley 19).
Pizarra, Alm este expedicionaria. "Adelamado mayor de la Corte, que es puesto como en logar del Rey, e qtic es mayor
dores Y capitanes · agro
geneY Mendoza , fue ron d es1gnados
· adelantados, goberna· que todos los olros Officiales, para judgar, e librar en ella todos los pleitos del Reyno,
1 as1 como l
raes, ·1 . e las al~adas de los jueces de la Corte. que vinieren ante\" (Partida 4\l, tít. xviii, ley 8).
a guac1 es mayores de sus respecuvos La exigcnda del linage no era infundada, pues otra ley explicaba sagazmente: "ca si
"'{
ª SrLv A
. ro • ZAVALA L · . de buen linaje non fuesen, podria ser que algunas vegadas non ouiessen vergue111;a, de
~' adncl, r:
193:>· ' as instituciones juríd.
icas en la conquista de América, 125-128. fa1cr cosa que les cstouicssc mal" (Partida 2'1, tít. ix, ley 9).

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

adm~nistrativas 9 . Mientras los primeros desaparecen al final d e la Edad sucesor ya no ejercía la función, el adelantado sólo conservaba un título
de dignidad 1;;.
~edia, los segundos van a perdurar en las Canarias )' en las I ndias, cons-
tituye?d o el or·ic10
· más alto des tinado a la conquista. El cargo era siempre de elevada jerarquía, sin llegar a tener carácter
nobiliario. El título dacio a don Pedro de Mendoza lo faculta para usarlo
-~nstóbal Colón dió este título a su hermano Bartolomé, y la coro na "como lo \'San los nuestros adelantados destos nuestros Reynos de castilla
ratificó en 1497 el nombram ientoi o. P os te rio rmente, desde la capitu lación y de las dichas Indias", y ordena q ue le "sean guardadas todas las honrras
con ~u~n Ponce de León en 1512 hasta la d e Juan Ortiz de Z;ír:lte en 15G9, gracias mercedes franq uezas liuertades y exenciones preheminencias prerro-
el oficio se c~nvierte en el más importante q ue concede la corona p:1ra ga ti\'as e inmu nidades ... y otras cos::is al dicho officio de adelantamiento
empresas destinadas al descubrimiento y conq u ista d e a lg un a región 11 · deuiclas y penenecien tes" rn. La concesión se hacía siempre en forma vitali-
Pero en todos los casos, sm · excepción· - ·1do
alg un a, este cargo va acompa11. cia, y mu ch as veces con derecho a trasmiti rla a un heredero 17 • En el ceremo-
de otros ~capitán; gobernador; gobernador y cap idn gen era l) , lo q ue ha nial tenía categoría superior a la audiencia 18 .• El adelantado costea la em-
dado, . motivo para
· preguntarse s1· aq uél n o era s1m¡)lcme
· · 1o 110·
nte un tltu presa q ue toma a su cargo y no recibe rem uneración alguna, salvo los por-
nonfic0 i2. centajes q u e la corona le reconoce sobre los beneficios que obtenga. Pero
. Parece ~vidente que la respuesta a este interroga nte debe ser negativa. lo característico del oficio es que en Indias está destinado a ser ejercido
S1 en Castilla el ofi'c1'0 era d e gob'1erno, d e JUSt1 · · c1a
· o m 1·1·1tar, segu1 • i los en territorios no conquistados todavía, o cuya conquista no ha concluido, de
casos' debe suponerse que a1 p asar a I ndias . con servó atnbucrones
· · · n- tal m anera que se dirige al descubrimiento y población ele vastas e impor-

A
sernep

o B
ta ntes comarcas. Las funciones del adel antado comprenden, por lo tanto,
tes. H ay dos cap't 1 u IaC1ones
· que o torga n simplem ente el cargo d e Ad e ª11 -
l

ic .U
tado Y facultan al b r· ·
en e 1cia o a "conquistar corn o N u es tro cap1tan J·1s
d ' · · ·· la jefatura m ilita r de la hueste, la d irección política del territorio, y la

ém ioja
. . ·
. 1o que pone de mani fiesto el conte01do . justicia superior del distrito.
t1enas a donde sed'm. gia, po1·iu. co

ad G
. . Cierto es que tales son también las atribuciones de los gobernadores y
del
l nombramiento
. 13· El a d e1antado de las Cananas al ca pitular en 1h35

ac el
:J
a conquista de Sant 1\. I . ' N ues tro capitanes generales, pero debe ad vertirse que estos cargos son de natura-
ª

o d
lv arta, recibe nue vamente "el título de leza más modesta. No llevan aparej ada la misma jerarquía y son oficios
Ad

us eca
bl elantado
..14
E de las dich as tierras
· . Y p rovm . cias
. qu e a ns1. descu bne1 · .en Y po-
esencialmente administrativos que dependen en su ejercicio de las au to-
da;en d. ' n la mayor p arte de los documentos se h abl a del "ofic io" de

t
ridades sup eriores. Mien tras el adelantado tiene gran libertad de acción

io
ª e ~nta o, lo que en el lengu aJ·e de la épon impide confundirlo con

bl
y sólo está constreñ ido por las reglas de la capitulación, el gobernador h a
p simple. t 1't u 1o, aunque a veces se use tambié n •esta última de n orn inaci·ó n.
un

Bi
de actuar sujeto al ordenamiento ad ministrativo; y esta subordinació n en-
ero 10 cierto es que cuand o se lo conced ía con carácter h ereditari o Y el traña na turalmen te la fijac ión de un sueldo o salario anual, a cobrarse
excl usivamente con los recursos fiscales t¡ue se obtengan en la comarca. D e
0
La Partida 2\1 tit ix 1 · ' ·1110
del Rey en las co~ · ,,' ey 22 se ocupa de "los adelan tados, que son p11es10s por 111 '
fu nciones· "par f arcas. ' ~ después de definirlos (ver supra texto y n ota 5), sci1ala sus " Juan Alonso de Vera y Z:i rate, h ijo de Juan Torres de Vera y Aragón y nieto de
· a azer JUSt · ' tas
al~das anda . icia · · · enderec;:ar los yerros . . . guardar la tierra .. · oy r • Juan Ortii de Z:\ra te, gest ionó inutilmcn te en la corte se le reconociera en Ja sucesión
a los 0 ~.e~ ar porb.ª tierra··· escarmentar los malfechores ... fazer alcan~ar dercclJO
1 de su padre y abuelo, pero no obstante el Consejo de I ndias ~iguió llamándolo "ade-
1arse ante el· · ·Reperce
C
1r al Rey del
.
.• .• I' apc·
estauo u e la tierra ... ". De sus senten cias po< 1 ª · lantado del Río ele Ja Plata", título que "no lllvo más que un car:l<.Ler honorifico"
· 'º GARCIA CA;~ o~f.. O ~dena 11 za.s de Castilla, lib. II , tít. x iii, ley 1. (CARLOS A. LUQUE CoL<>MllRES, Do n ]11a11 Alonso de Vera y Zdrate, Adelantado del Río
u Ver 1 . . ' os ongenes, c11 .. 83·84. . de la Plata, 18, Córdoba . 19.1-1). Fué gobernador del Tucumán desde 1G19 hasta 1627.
XXIII. as capitu laciones en Colrcrión de doc11mc11tos inéclitos. cit .. tomos X:\.II y 'ª Título de adelan tado, julio 19 de 153.¡, en A11ales de la Biblioteca, VUI, 50, Buenos
12 Aires, 1912.
. RosooE R. HtLL, Th e o¡¡· . •f 11111 " Solo excepcionalmente era perpetua: Ortiz de Zárate recibió el nombramiento de
de h istoria del d h _ ice, cit., 652 y 667 -8; Jos~: MARIA ÜTS CAl'DEQU I, ' ' an
Ruenos Aires erec El o espa11ol
. en l as I n d'ias y del d erech o propiame11te
. . d'rn110, II • 11'.l•
in · • adelantado "asi para vos como para vuestros herederos y subccsorcs con vuestra casa y
·
s1mp ' 1913·
1emente honorT pnmero d e estos · aut9res llega a la conclusión . de que 1 10 era mayorazgo, perpetuamen te, para siempre jamas" (Colecció11 de doc11111e11tos i11 édi tos, cit.,
i co, pero no señala 1
u C
apitulación i co . as <J'(
1 erencias e ntre el adelantado y e 1 go b e rnaclor.
• . /' XXIII, 11 8). Pero el úl timo que llevó el titu lo fu é su nieto: ver no1a 15 anterior.
0
los, etc,. XXII , . Con f. iego. Vel~zquez, de 15 18, en Colección de dow 111 entos. i 711' ~·
1
38 •• Recoj1., III. xv. 7·1·
11 Id., ibid., o6. n .. capHulación con R odrigo de Daslidas, de 1524, en id . ibid ., 9 ·
1

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Zorraquín Becú, Ricardo.
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aparejada la facultad de "determinar todos los pleitos y causas ansi ciuiles


tal manera, a la vez que la corona otorgaba la dignidad de adelantado
como criminales que en las dichas tierras y prouincias y pueblos ansi entre
d~ndole poderes de gran amplitud, el nombramiento de gobernador y ca-
la gente que lo fuere a poblar como entre los naturales della houiere y na-
pitán general convertía a ese dignatario en un funcionario polílico, re-
cieren"; podía además nombrar lugartenientes para ejercer en su nombre el
munera~o y sujet_o a las órdenes reales. Así se evitaba que el adelantado
gobierno del distrito, así como los de~ás o:icios que estu~i.eren ~ac~n~es o
pretendiera asumir en las Indias una actitud de independencia hacia las
fuese necesario proveer; hacer pesqmsas, e1ecutar las decmones 1ud1c1ales,
autoridades españolas, o implantara en su distrito un régimen feudal..
. De t~l manera puede afirmarse que entre ambos títulos existían las
y desterrar con "muy gran causa" 21 • Todos esos oficios eran concedidos en
d~ferenc1as señaladas en cuanto a la retribución, el rango y la subordina- forma vitalicia y con la facultad de trasmitirlos a un heredero 22 • La capi-
tulación lo autorizaba además para repartir solares, tierras y encomiendas
crón másº. men?s rigurosa hacia las autoridades superiores. El gobernador
de indios entre los españoles que los acompañaran, y le imponía la obli-
es un funcionario rentado; el adelantado obtiene una concesión terri toria1
gación de "guardar en todo y por todo lo contenido en las ordenarn;as
para ac~uar con gran independencia, y sólo reconoce el vínculo jurídico
que deriva de la capitulación. e Ynstrucciones" relativas a los indígenas 23 • .
La actuación del primer adelantado resultó efímera, y a su regreso a
Pe:o no debe verse en el adelantamiento un simple oficio: es además
España el territorio fué gobernado por lug~rtenient~s que tenían las mis-
una digni~ad que fa corona confiere a los grandes personajes que se ofre- mas atribuciones. En junio 23 de 1539 fue reconocido como tal por las
cen.ª reahzar la conquista, o a quienes ya han realizadó ciertas empresas demás autoridades Domingo Martínez de Irala 24 , que rigió los destinos
d~ importancia. Por eso no todas las capitulaciones contienen ese nombra-

A
o B
miento. El adelantam· · í 1 de la comarca hasta la llegada de Alvar Núñez Cabeza de Vaca 25 • Dos

ic .U
b1.11ario
. . lento era un escalón más para conseguir un t tu o ~0- años después, a raíz de una conjuración de los pobladores asunceños, Al-

ém ioja
y algunas cap"t
1 l · 1
d : u ac1ones prometen el ennoblecimiento para e caso var Núñez fué desposeído del mando y reemplazado nuevamente por !rala,
e realizarse cumplidamente la empresa

ad G
. ~a función judicial, indispensable ta~to en el desarrollo de las expe-

ac el
d1c1ones

o d
como en el terr1· t · d 21 Título de gobernador y capitán general, julio 19 de 1534. en Anales de la Biblioteca,
b . . ono una vez poblado correspondía sin du a a am-

us eca
os ~ficios. Además, la mayoría de las capi tulaciones contiene el nom- cit., VIII, 45· . . .
1

b ram1ento zi Real cédula de julio 19 de 1534, en ul., 1tnd., 54·


de 1 ·1 · ·

t
. .. ª

io
guaci mayor, cargo relativo a la ejecución de las decisw- :?3 Estas úllimas eran entonces las leyes de Burgos, de 1512-13', y la re?l cédula de

bl
· b re 1 7 c.le 1 5-.,6 • más conocida ba1·0 el nombre . de . ordenanzas de MonleJO, por haber
nes JUdicrales, Y que incluía el derecho de nombrar tenientes 19• nov1em . . .

153 ~ 00 Pedro de !'1endoza recibió en la capitulaciém del 21 de mayo <le Bi


s1·d o mcorpor
· ..... <ta poi· vez. ¡>r1"mera
• a la cap1tulac1ón firmada con . Francisco
. de Monte10 .
(Colección de documentos itit!ditos, cit., XXII, 201-223). Tambi~n figuran en las c~pl·
_los nombramientos de adelantado gobernador y capitán general, al- ·
tu l ac1ones de ....~fendoza y Alvar Núliez · Estas ordenanzas . establec1an
. reglas para
· realizar
gu~cll mayor y teniente de las tres for;alezas que se lo autorizaba a cons-
truu20 Era " d l d . l
la conquista y prescribían la lectura del famoso Requermuento redactado por el doctor
Palacios Rubios.
b . · ª e anta 0 de las dichas tierras y prouincias que assi les-
cu r1eredes y pobl d " d. l 21 Anales de la Biblioteca, cit., VIII, 249-257.

tierras r . . are es ' y "gouernador y capitan general de las ic 1as 25 e t lo que se afirma generalmente, Alvar Núñez no fué designado adelantado
. yl p oumc1as y pueblos del dicho Rio de la plata y en las dichas do- l 1 R . ondra 1 Plata. La capitulación comienza nombrándolo "Gobernador y Capitán
<e io e a . d d . 1 d'ch
z1entas eguas de d d ' General de las dichas tierras y provincias que as1 estaban a as en governaoon a 1 o
costa e1 mar del Sur". Este último título llevaba a em~s Don Pedro de :\kndoza", en forma vitalicia y con 2000 ducados ~e suele.lo. Luego a~ega:
19 "P rome temos de vos hacer Nuestro Governador de . lo · qued ans1 l de nuevo· descubierdes,
"Alguazil llaman e · l
la corte del Re n Arauigo, aquel que ha de prender e de justiciar los omes er conqms · t aret es y poblardes , con que no sea en 1os 1. imites. e _a governac1on que . estava
l~amanle Justid~·porp~~t~:nd:do, o _de los Juezes que judgan' los pleitos, mas los Latin~~ l d 1 d . ho Don Pedro de Mendoza". Y a contmuacion anade el nombramiento de
ctles mayores co i 1 2 • tít. ix, ley 20). En cada audiencia se nomhraban alG:u
ticia" (Nuev~ Rn a~lu t~d d~ nombrar tenientes para la "execucion de la nuestra 1u.s-
ª ªª
..<Adelantado ic de las tierras que así de nuevo d escu b ner · d es, conqmstar
(Colección de documentos inéditos, cit., XXIII, 8). De manera que el titulo de adelan-
· d.es y po bl ard es "

... ecopi ación hb IV n1 ... . "ó l"b v ut.


xvm, ley 1). ' • • • xxm, 1ey 1; Novlsima Recopi 1aci n, 1 • • tado se refiere. con toda evidencia, al territorio que Alvar Núíiez conquistara fuera del
20
Anales de t n "bl" . distrito señalado a ".\f endoza.
XXII, 350. ª ' ioteca, cit., VIII, 28; Colecció11 de documentos illéditos, cit.,

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
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Quedaba así establecida, con carácter obligatorio, la colaboración entre


queEmás tarde recibió el t't 1 u ¡o d e go 1Jernador por nombramiento real ::?G.
el poder civil y los religiosos. y entre el gobierno y los oficiales reales de
de ~t;e tanto.había llegado a la Asunción la real cédula de septiembre 12
1
encontr' autorizando a los vecinos allí afincados para elcair -en caso de
hacienda, que eran -unos y otros- los únicos elementos de la expedición
º general a "la que no dependían del adelantado. En realidad, este último, aunque jefe
personaarse
quevacante
se d eld' cargo- como. go b.emador y capitán supremo de la empresa, no ejercía sino tres de las cuatro funciones en que
el dicho cargo"fr"1~ste :~s Y sus ~on~i~ncias pare~iere mas suficiente para se dividía entonces la acción del Estado: tenía a su cargo el gobierno, la
te el siglo . · stema fue ut1hzado en varias oportunidades duran- guerra y la justicia, pero la administración fiscal, la Real Hacienda, estaba
democráticoxvi,de pero b. no debe . verse en él l a 1mplantac1on
· ·, de un n.:g1men
. ·
exclusi\'amente encomendada a los Oficiales Reales, que desde el principio
vacantes gubern ~~ ierno, smo un procedimiento simple para cubrir las acompañaron a las expediciones. En el Río de la Plata hubo durante el
ª
tada de la vi . iv~s Y par~ mantener la paz en esa comunidad tan apar-
siglo xv1, tres oficiales: el tesorero, el contador y el factorªº· ~ientras que
g1 1anc1a superior.
La autonomía con que h en el Tucumán sólo existieron los dos primeros. Todos ellos tenían a su
superiores del Río d PI asta entonces habían actuado los gobernantes cargo la cobranza, guarda y empleo de los impuestos y derechos que corres-
jerarquía que im re b1 ª ata. ~o era, sin embargo, absoluta. A pesar de la pondían a la corona, debiendo intervenir en los rescates, fundiciones y de-
ciertos contrapes~ ica. ª.e.1 oficio de adelantado, la corona había impuesto más actos que podían significar un beneficio fiscal. De tal manera, los
empresa y· con sdpf~imlitivos -los t'micos compatibles con el éxito de la mismos gobernadores quedaban subordinados a ellos para el cobro de sus
1
tuación de don pa d 1 icu d tad de e·1ercer e1 control desde España- a la ac- salarios, pues los oficiales reales tenían una completa autonomía y se con-

A
e ro e Mendo za Y e1e sus sucesores. En la cap1tulac1ón
· · ei e

o B
aquél lo obligab trolaban recíprocamente. Y no sólo asesoraban y cooperaban con los gober-

ic .U
,ia: "con cuyo pa a a traer religio . . .
. sos para e\'angeluar a los indios, y presc11- .·
b nantes, sino que también debían "thener mucho cuydado y vegilancia

ém ioja
.
miento y población" y recer y no sm e 11 os 1aue1s de hazer la conquista descu n-.
l . b
1 de ver lo que a nuestro servi~io cunple e se haga en la dicha provin~ia e
lla- disponían que ·.. ª~ orden~n~as de Montejo -incorporadas a aqué-

ad G
1os escubnm1entos, o población o rescate" debían yslas a ella comarcanas para la pobla~ion e pa~ifica~ion dellas e abisarnos

ac el
hacerse siempre .. larga e particularmente ~omo se cunplen y executan nuestros mandados" s1.

o d
e11o fueren por N con acuerdo Y parecer de Nuestros oficiales que para

us eca
Todo ello configuraba un sistema más complejo del que a primera vista
fueren con ellos yos ndombrados, e de los dichos religiosos o clerigos que parece. Si ·bien los jefes de la conquista tenían amplia libertad de acción,

t
d e todos sus biene ' no e otra ma nera, so pena de perdimiento de la mita · d

io
las decision~s fundamentales debían ser tomadas consultando la opinión

bl
1
fisco"2s. y las fort si, a que hiciere lo contrario para Nuestra Camara y de los sacerdotes y de los oficiales reales, que se convertían así en órganos
~acuerdo de los d' a ezas
h de piedr ª d e b'rnn ser hechas
ic os nuestros officiales"20.
, también "con parecer Bi de asesoramiento y vigilancia, cuyas informaciones eran decisivas en el
juicio de residencia y cuando se trataba de apreciar el modo cómo.se habían
cumplido las capitulaciones. De tal manera, aún en los momentos iniciales
2' El motín co t A
los oficial n ra lvar Núñcz s . . . de la conquista, la corona procuraba limitar o restringir los poderes abso-
minado es r~ales eligieron tenien e produjo el 25 ele abril de 1544, y al día siguiente
es d la conjuración. La real é t lle de gobernador a Irala cuyo influjo había deter- lutos que era necesario dar a sus jefes, a fin de impedir las arbitrariedades
e nov1embr
CRAIN, El
e e u a designa n do a este último
b e 4 de 1552 y fué rccib.d
' ·ec1 d
gobernador en prop1 a y la violación de las normas que regulaban la obra de España en América.
Vrcus go e~nndor Domingo l\J ti 1 en agosto de 1555 (ver R. DF. LAFUENTE MA·
ª Mientras. tanto, la conquista había comenzado en otras regiones del
ninWi~~ ~st~dzo. histórico, cit., a;;n~ez de Ira/a, 265-268, Buenos Aires, 1939; y M~RLA territorio argentino. En junio 19 de 1549 el licenciado Pedro de la Gasea,
de t d u ordinación a otra . ce, P· 53). El titulo de Jrala que no entranaha
bier: os los pleitos y causas a/u~o~1dad rle América, incluía la f~cultad de "conocer
v y se ofrecieren". Podfa d j l civiles como criminales que en la dicha provincia hu-
Reeralu~ tí!~lo de alcalde maveoreg~r sus poderes en lugartenientes o en otros magistrados:
•JUSt1r1a
"S ~ev1·1 e criminal/ • para ad mm · 1·strar determinar scntcndar y csecutar la
311 Ver los títulos e instrucciones de todos ellos en Anales de la Biblioteca cit. VIII

7·1· 85 y 97. En ciertos momentos hubo, aunque sin carácter estable, un veedo; de fundi~
0

M ar:!1t rnez de· l ra l a, 437. mente" ' en L AFUE.!IJTE MACHAIN, El gobernador


') Domrng. o
cion~s, cuyo primer titular fué ·"lonso de Cabrera. El cargo de factor no siempre fué
Anales de la B'br
211 Ver nota 23 ' rotrca, cit., VIII, i •R prov1sl0.
!!S • I • :11 Instrucciones al tesorero Gonzalo de Alvarado, en id., lhid., 101 •
- Capituladón de ~f t
· ene oza. ya citacla.

39
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La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

c.¡ue como presidente de la audiencia de Lima go bernaba el Per ú 3 '.!, designó la región del Tu curnán conti nuó siendo gobernada por luga rtenien tes envia-
dos desde el otro lado de los Andes, h asta que en 1563 d esapareció esa
a Juan Núñez de P rado "capitan e justicia mayor" ele la " provincia que
subord inación inconve niente.
se llama en lengua ele ynclios tucuman" 33. E l objeto ele es te nombramiento
Hasta en tonces, talllo en el Río de la Pla ta como en el Tucumán, los
era fundar una población en el distrito que h as ta en tonces no había sido mandatarios políticos habían desenv uelto su acción con cierta independen-
conquistado, y atraer a la religión católica a sus na tura les. Para ello se lo cia de las autoridades superiores del Perú , moti\'ada, sobre todo, por la
facultaba para tasa r los tributos de los indios, encomendarlos, repartir tie- dificultad de las comun icaciones. Pero debe además notarse que las jurisdic-
rras a los pobladores, y realizar la empresa con el "parescer y consejo" de ciones del \'irreinato lime1i o, insta lado en 1543, y de la a udiencia de Char-
los religiosos que llevara. En el orden judicial tenía atri buciones para "co- cas, fundada p osteriormelllc, no llegaban legalmente a l sud del paralelo
nocer de todas las causas ceuiles y criminales ansi en primera como en se- 25° 3 1'., que h ab ía sido el límite septentrional del distrito con cedido a
gunda ynstancia y aquellas difinir y sentenciar y cxecu tar las sentencias l\fendoza y a sus sucesores. Y aunque en algun :;s ocasiones excepcionales
que en ellas y en cada vna dellas diere.les y otorgando las apelaciones en las au toridades del Perú tomaron determinaciones fundam entales con . res-
los ~asos que de derecho lugar obiere para ante nos y la dicha nuestra pecto a estos clistritos:w, ello se debiú a la neces idad imperiosa de adoptar
aud iencia". La empresa que iba a extenderse por el centro y el norte tic mecl idas que no a<lm i tía u d ilaci1'i11.
nuestro país comenzó mediante la funda ción de la ciudad ele! Barco, en el Esa au wnomía, producto a la ,·ez ele la forma en que se ha Lía desarro-
oto1io ele 1550, pero sufri ú inmed iatamente un cambio fundam ental a llado h;1sta entonces la conquista y de la imposihiliclad de entablar comu-

A
causa de la intromisión de Francisco de Villagra. que la suje te'> a la j uris- ni caciones regulares a través de b s \':tstas ex tensiones inexploradas, iba

o B
dicción de Ch ile. E[ecti\'amente, un afi o antes el mismo La Casca h abía

ic .U
fijado el distrito correspondiem e a la gobernaciún chilena, asign;índole e l

ém ioja
"' El licenciado La G asea , en dicicmhre de 15 ¡8. nombró gobernador del Paraguay
territorio que llegaba hasta cien leguas d e la costa del Pacífico, entre los a Diego Cen teno;ubicando su distrito ent re el Brasil y Charcas, y entre los paralelos 14º

ad G
paralel?s. 27º y 4 1° ~4 - Y Vi~lagra, que se dirigb por el interior para a uxiliar ,. 23• 33'. entendiendo q u e así n o invadía la r egión del R ío de la Plata. Y efectivamente

ac el
~ Valdl\'Ja, cre)'.Ó q~e la ~iud ad del B:uco cab dentro de ese distrito y le el d istrito acordado a Centeno c:iía íntegram ente en los límites de la capitulación de

o d
Almagro, sobre cu yo territorio actuaban los gobernantes d el Peni (ver l\loRLA V1cuÑA,
impuso la dommaoón chilena. No obsta nte la ilegitimidad de este paso:'\

us eca
Estudio histórico ci t., apC:·ndice n Q 13 ; LAFUENTE l\! ACllAIN, El gobernador D omingo Mar-
ti11ez de !rala, 205; CoLF.CCIÓN DE PUBLICACIO:'\ES HISTÓR IC:AS DE LA llllJLIOTECA DEL CONGRESO
"" La .Gasea h abía recibido una ~ut.ori zación esp ecia l para "probeer alguna 0 algunas

t
io
/iRGENTtNo, Gobcrna11tes del Pcni, Cartas)' j1a/1elcs, siglo x1·1, 1, 136- q6, Madrid , 192 1).
g~be.~nac1ones pa ra nuevos descubrimi entos y poblacio nes en las dichas provincias d e l

bl
J\fi os d esp ués e l li cen ciado Lo p e G arcía d e Castro dió la .gobcrnació·n· del Río de Ja
p1ru (febrero 26 de 1546 : CoL~~CIÓ:" DE l' UIJLIC:ACIO:-.:Es HISTÓR ICAS DE l.A BlllLIOTECA DEL
~ONGRESO ARGENTIN.o , Goúernaczon del T11 c111111í11 , Corres/10nde11cia de los Cabildos e 11 el Bi !' lata a Juan Orti L de Z;\rate, e n 23 de febrero e.le 1567, baJO la con d1C1ón de que este
no mbramiento fuera confirmado por el rey en el pl azo de tres a 1ios, procedie ndo así
siglo xv1, 21, i\ladnd, 1 9 1 ~; l\ !oRLA . V1~1JÑA, Jo:stu d.io histó rico cit. , a p éndice, p . ¡). Pero p or la urgen cia del caso "y procurancl~ c¡1~e esto se hi ciese brevem.cn te" (cana del 2 de
5
r.n parece que las ronces1on~ terrttona l~ qu e h11.0 fu era d e l distrito peru ano se ajm- abril de 1567, en Goberrum tcs del Peru, ctt. llI, 2.¡2; el n ombra miento e n Anales d e la
t.iran cabalmen te a esa autorización.
Biblioteca, cit. X , 3). Pero antes h abía reconocido implícitamente que n o tenía poder
• 3.'1- Real .provi sió1~ dada en Lima a 19 de junio de 15 .19 , e n RICARDO j AIMES FRE\'RJ::, para h acerlo, al pedir que "vu estra sc1ioría mande proueer gobernador para aquella
U 7 11r11ma11 co/fJ111a/, 23, Bu enos Aires 191-- y en Gobe 'ó 1 ¡ T · · ti erra" (ca n as ele mano 2¡ y n<)\ iemhre 28 ile 1566, en r.ohenia11t es del Perti, cit. III,
d · · · · :>• rnaci 11 <e 11c11111an Corres·
po11 e11na de los Cab ildos, cit., 28. Esta no era una capitu lación sin o una sim le ~omisión 163 y 213). En carta ele marzo 1\l ele 1572 el virrey Toledo pedía autorizació n especial
para fund ar un pueblo v establecer el dominio es - 1 1 . • p · ·
. l1a, como es o b vro,
f1ca · 1a · creación
· de un n uevo d' tp ··ano en¡· ·a coma rca·. · famp· oco ·s1rn11- ,,. para n o m brar gobernadores e n e l Tucum;\n (id. IV, 192), lo cu al le [ué inmediatamente
.. _ . . . . is 1n o po 1t1co o ad m1111stra t1vo. con ced ido por real cédula de mayo 26 d e 1;,i3 (id ., I V, 2.18 ; CoLt::cr.16:-1 DE PUIJLICACIONES
;\!ORLA V1cu:-1A, Est udio l11storico cit. a éndice n •
capitá n gener al d ado a don Pedro de Va ldi\'1a ~ · 4· f l lllt.110 de gobernador ~
2
11 eva . ce113 e e abn l 18 ele 1548, y fu e
HISTÓRICAS DE LA Brnuon:CA DEL CONGRESO ARGENTl:"O, Cobernació11 del Tucu111ci 11, Pape-
confir m ado l)Or real céd ula ¡ . les ele gobernadores r11 el siglo xn. 2~ parte, 54, l\!adr id , i 920: aunque e n esta última
episodios· RonFRTO LEl'ILLIER <c \ ' marL03ode
. . . 1 .">.•-
- ~( 1 cl " •a Pé n el'ice n \ l29) . So b· re estos publicación ~e da como fecha la del a1io 1563, d ebe entenderse que es de 1573 por ser
·. .- • ' ucva cror11ca ele la co11r¡11ista d el T11c11mdn J 1-6 · si dirigida al \'Írrcy Toledo y consecuen cia de la gest ión realizada por éste un aiio a ntes) .
Buen os Aires. 1926; 1cl., Desc11/Jri111if•11to )' jlOl>lació11 1 / ·t . . ' ' / ) • ~ ..
d el PerlÍ, 93 y sig., Buenos Aires, . <e 11°• e a1gc11trno j1or csjia110/es El n o mbra m iento de gobernador del T ucundn, hecho por e l virrey d el Perú a favor de
1943
'" El nombram iento de Valdi\'ia con ten ía un·1 el" ¡ · · · Fra n cisco el e :\g uirre en 1563, se [urnlaha también en la imposibilidad d e socorrer a esa
territori ales- que le prohibía ocu ·ir 10 ' ' ausu a -dcsu n:ida a evnar conrJ1ctos provincia desde Ch ile (ver Ront-:R10 Lu 11.1.1Ht , l\' ueva crón ica d e la conr¡ u is ta del Tucu-
ele los límites ele su cl 'istri' to ¡1 t· p. s pueb los fundad os por o t ro conqu istador dentro mrín, ci r. , T, 2íi"1).
· . as '' c¡ue e 1 rey 0 la ~ 11 ¡· · . .
penenecía. • " < iencia reso 1neran a qué iur iscl icció n

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40
-~-~ '·~
·1

Zorraquín Becú, Ricardo.


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bien pronto a desaparecer. La organizac10n política indiana se orientaba bernaciún del Río de la Plata había sido incorporada a su distrito, en vir-
cada vez más al establecimiento de un sistema jerárquico en América, para tud de otra provisión expedida en 1566 40 • Y de tal manera el tribunal pla-
implantar un control efectivo de unas autoridades sobre otras. El tense, que anteriormente no habí~ ejercido juris~icción al~na sobre el
territorio argentino, vino a converurse en la autoridad superior tanto des-
terr~torio de nuestro país se incorpora así a la jurisdiccic>n de aquellos or-
de el punto de vista político como judicial.
ganismos. Y esta transformación fundamental ocurre en la séptima década
del siglo xv1, aún antes de que hubiera concluido la conquista. Pero inmediatamente, en febrero 15 de 1567, se dictó una real cédula
~ste proceso de incorporación política del territorio argentino a los ?r- que restringía considerablemente las func!ones política~ de las ~ud~encia~
gam~m~s superiores que han de regirlo en el curso de las dos centurias y encomendaba el gobierno superior al virrey del P~ru, cuyo d1st:1t~ f~e
subsigmentes comienza mediante la ocupación del distrito cuya~º'. que extendido a todos los territorios sobre los cuales teman entonces 1unsd1c-
hasta ~nt~nces no había sido conquistado. Contando con el asentumento ción los tribunales de Charcas y Quito·n. A consecuencia de ello, las gober-
de los mdios huarpes, el gobernador de Chile nombró al capitán Pedro del naciones del Río de la Plata y del Tucumán quedaron incorporadas al vi-
Castillo teniente de gobernador en la comarca, "para que como tal, tra- rreinato del Perú, cuyo jefe recibió luego el poder de designar a los res-
yendo vara de la real justicia, useis el dicho oficio y cargo en todos los pectivos gobernadores 42 •
casos Ycos~s á el anexos y concernientes y conoscais de todos los pleitos Y En el Plata perduró durante un tiempo el si~t~ma de l~s ad~Iantados.
causas ceviles Y criminales ansi de vuestro oficio como á pedimento de El JO de julio de 1569 Juan Ortiz d_e z:í~ate recibi~ est.~ ~1tulo ]Unto con
pa~tes en primer~ instancia ó en grado de apelacic>n ... otorgando las. ape- los de gobernador, capitán general y 1usuc.ia mayor. El ohc10 de _adelantado
laciones ante quien y con derecho deban otorgar" 37. Fundadas. las cn~da­

A
eta concedido en forma perpetua, para el y sus herederos. mientras que

o B
des de_ Mendoza Y San Juan en 1561-1562, y luego la de San Lms ~~ 1.~ 94 · la gobernación era otorgada por dos vidas y el mismo salario de don Pe-

ic .U
dro de l\'1endoza·1=1•

ém ioja
la región. de Cuyo .formó .uno de los corregimientos en que se ?ividia la
gobernación de Chile. El Jefe del distrito -o el monarca excepcwnalmen- Sin embargo, Ortiz de Zárate no ib~ a ~ener tanta libertad de acción

ad G
te- nombraba los tenientes de gobernador o corregidores que iban a repre- omo los anteriores adelantados. La aud1enc1a de Charcas quedó encargada
~e vigilar el cumplimiento de la capitulación, y en caso necesario de nom-

ac el
o d
sentarlo Y. ejercer el mando en la comarca con inmediata subordinación al
d

us eca
mandatario h ·¡ l\ . ' . . ·.
Ch' . c _1 eno. Iás tarde, al instalarse la auchencia en Sanu,igo e
i~e, el ~istmo cuyano quedó dentro de su jurisdicción 38•

t
111 Carta de octubre ¡? de 1566, en Col.FC:CIÓN DE PUBLICACIONES HISTÓRICAS DE LA 1:ll-

io
. ª región del Tucumán, que hasta entonces había dependido de la Co :'\GRF.SO ARGF.NTI:'llO La audie11cia de Charcas, I, 680 y 11, d .¡61;h Madnd,

bl
l\l.IOTF.C.\ DEL . ·•I • • • • • , • f
191 R,. e.o l eccror
· · 1 de· documentos inéditos, cit., X\ 111, 72. La. carta menciona a aceºb re e-1
misma gobernación, fué convertida implícitamente en un distrito autóno- Bi . á
renda a una real provisión que no hemos encontrado._ casi s1mu 1.t. neamen te e 1.. tn unda
?10 medi~nte la real cédula del 29 de agosto de 1563, que la separó de Chi~e de Charcas hacía saber al rey el éxodo ele los asunccnos al Peru, los cua 1es, creyen o
mcorporandola al territorio sobre el cual ejercía 1"urisdicción la audiencia que cayan ell e l distrito de esta audiencia. pidieron gouernador . .. y .socorro
· para
V .aquella
de Charcas 3D Per 0 l ºd a tierra". Como tal cosa no era exacta, los oulores agregaban. conve1ma que . M. ma~-
., · en rea i ad no hubo creación formal de una nuev
go bernanon o al m , 1 · · dasc declarar a que audiencia a de estar snl>jcta" (noviembre JO de 1566, en La audiencia
~' enos no se conoce documento que as1 lo estab ec1era.
Pocos anos desp ' 1· I dt' Charcas, dt., I, 210-211). . ...
urs se uzo saber a la audiencia de Charcas que a go- ~i Colección <le docllmentos iiiéditos, dt., XVIII .. 76 y 78; Recop.~ 11. xv1. 1 y ~II. m.
6 ; ( .r< · ¡ 11 di'ano , reco¡>ilado
. l ll ¡ano por D1rco DF. ENCINAS,• 1, 245, Madnd, 1945; [l\IAURTUA],
cit.~ a~~:~:~~i~~~o del 22 de no\'iemhre de V1cu~A.
• • • •
1560, en MoRl.A Estudio histórico ExfJosicwu· · · d e ¡a Rcpit"b/ica <lel l'erú presc11tada
. . al Excmo. Gobierno Argentino en el
· : · d e ¡·,,,,,·1es con fa Rrpública ele Rolww, I, 71, 1 Barcelona, 'd 1906. En Gobernantes del
3~ La audiencia de Samia f é JUICIO
111 6
. 1
figura una transcripción de a misma ce u a pero e~mvoca amente
. d
instaló el 8 1 . • go u creada por real cédula de marzo 23 de 1606, Y se Peru,· Cit.,·
, ·l·I• . · · "dé ·
<e sept1emhre ele 1609 H 1 · ~ una con fecha de tj66. Roberto Lcvillicr, t'n la p. xx1 <e 1 1 mismo tomo, mcurre en 1 nuco
audiencia en la · 1 • u >o anteriormente, desde 1r;67 hasta 157:,.
Historia d CI .1 eme ad de Concepción. Sobre estos tribunales: FRA:-.c1sco :\. E~cll'óA, error. 6 ·r l l . .
. e .11e,I1, 3r-·11 v 132· S . . - , L ia- Real cédula de mayo 26 de 15;:-l: ver nota 3 >. a es nom >ram1entos eran sm per-
gistratura ¡11 f • • · ·135. · anttago, 1911; E~RIQUF. Ruiz Gu1:-.AZU, a 11 '2
<1ana, 1 3~·11~ Bue o A" a
de la justiria en éJiile · :» . 11 s tres, 1916; y E:-.RIQUE ZoRRll.LA Co:-.cllA, Esquem juicio ele los que ~ealizara e~ pr~.pio monarca. . . . . . . .
:u Coft•crió11 l d colmuaf • fi2 y sig., Santiago, tg.¡2. 4J La capilulanón en Coteccron ele docume11~os. medito~. e•~·· XXIII, q8, ) los lltulos
• <t' oriw1r11tos ; 11 =ciit · X\"I · · de adelantado y gohcrnador en .·lnah·s ele la BlMwteca, cu., X, 33 y 37.
111ca . dt .. I ' ...
.,Hu. \' cr lllfra,
. l·ap. \'I,' nota cit., ·
os, 31. lI • 2H·• RouFRTo
. . .l .IF.R • Nueva ero-
LE\'11

43
42

i
Zorraquín Becú, Ricardo.
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brar ejecut? res que a su costa realizaran las obligaciones a que se había
dias- o por el virrey con carácter interino 4 8 • Sus fun ciones eran relativa-
comprometido el n uevo mandatario44.
mente elásticas e indefinidas, pero siempre tenían la au toridad superior
Muy poco tiempo gobernaron los dos últimos adelantados riopla tenses. de l distrito en lo gu bernativo, militar y j ud icial.
Ortiz de Z;írate murió en la Asu n ción. en enero de 1576, un año después El derecho público espafiol no acoswmbra ba, en efecto, a señalar con
de h aberse hecho cargo del mando en la capital del distrito, y dejó como absol uta precisión Jos poderes de los orga nismos políti cos. Se creaba antes
heredero s~yo a. la persona que se casara con su hij a doña Juana de z~írate . el cargo y luego, a medida que se suscitaban dificultades o conflictos, la
Obturn as1 el titulo Juan Torres de Vera y Aragón, oidor de la audien cia coron a fi jaba los límites de sus poderes. Formábase así un cúmulo de nor-
de C~arcas, que ejerció ~l gobierno p?r medio de luga rtenie11les hasta c¡ue mas, muchas veces especiales para un distrito y no aplicables a otro ele
en b87 ll~gó a la As un c~ón. Y a mediados de 1588 -después de haber fun- n aturaleza análoga, que cons tituía el status ele un funcion ario y pasaba na-
<la~o ~a c1~dad de Corrientes- se embarcó en Buenos Aires rumbo a Es- tura lmente a sus · sucesores.
pana 4", depn do ~ n. reemplazo s~yo a distinlOs tenientes. Pero como p or Los gobernadores de las Indias acum ulaban tres funciones diferentes,
lo genera ~ es~os ull!mos era n pnmos o sobrinos del adelantado, la \'i gi- o ejercían tres oficios distintos: eran gobernadores, ca pitanes generales y
l ~nte aud1enc1a ordenó -a p edido ele los pobladores rioplatenses- la cesan- justicias mayores. A veces los nomuram ientos respectivos no especificaban
ll ~ de toda es_a parentela; y p ara proveer a su reem plazo au torizó a los ca- con claridad esos títulos·H>; pero no por eso puede desconocerse la distin-
bildos a elegir nuevos mandatarios i11lerinos '-º. ción que. correspondiente a las di versas materias en que se repa rtía enton-
~l \"Írr~y d.el Perú, que desde tiempo antes n ombraba gobern adores en ces Ja competencia estadual, daba a estos manda tarios una trip le y e levada

A
función.

o B
el 1 ucuman sm q_ue por ello dejara el rey de hacer tales designaciones, dió

ic .U
a Fern ando. de Zara te'. en 1593, el tíllllo de gobernador de las provincias El gobern ador era Ja autoridad política más alta del distrito. Sus facul-

ém ioja
de l Tu cum an y del R10 de la Plata; y aunque la unión de ambos distritos tades eran ampl ias y relativamente indefinidas, pues se dejaba a su prudente
arbitrio el tomar las medidas requer idas de acuerdo a la situación de b

ad G
no .rasó. de ser una experi.en.cia pronto abandon ad a, desde entonces la con-
quista n op1atense se convirt1ó en una gobernación organizada y comarca. Entre ellas merecen record arse las siguientes: nombramiento de

ac el
tó .
· b 1 · . •. au nomc1,

o d
que-_m tegra a a Jerarqu1a polll1ca del régimen indiano. tenientes generales para toda la gobernación o para algunos asuntos sola-

us eca
Estos gobernadores del Río de la Pla ta, Tucumfo y Chile e f · mente, de tenientes de gobern ador para actuar en cad a una de las ciuda-
· d · · · . ran unc1ona- des subordinadas del distrito, ele oficiales reales interinos en caso de encon-
1
···

t
n os a mm1strauvos, subordinados al virrey del Perú con Id

io
. . . , , Slle O IJ O y trarse vacante el cargo, y ele otros empleados subalternos; provisión de
¡E~od eres l 1mb1tados, que eJercian el cargo durante un ti empo cletermin adoH

bl
ra n nom raclos por el monarca -previa propuesta del Consej o de In: Bi
gob ierno de las Ciudades y sus Partidos" ( R ecop., V. i. 1). Los gobernadores debían
o bedecer a los virreyes y cum plir sus m anda tos (itl., 111, iii , ~ y V. i. 3). Eran nombrados
" ~ea ! cúl11l a de dicie m bre 11 de 157 1. en L a audiencia de CI · .
Co/:cc1ón d e clocum e11tos irieclitos, cit. X VIII , . la reas, Cll., l. 686 , y en por cinco atlas si esta ban en Cspatia, .Y por tres si ya se encontraban e n las Indias (id .,
96
" RAÚL A. l\ I OLl:-iA, I-lernandarias, el hijo d e la tierra 8- n A" V. ii. i o); pero debían contin ua r en el car~o hasta la llegada del sucesor (id. 111. ii. 4
'" R ca 1 p1ovis1
. . 'ó n el e oct uh re 20 de 1•8- ue a l h, 1'b·1:>• uenos ires ' 19·1R· y V: ii ..19). Ver ER1'ESTO Sc11XFEn, E.I Co11sc1.o R eal y S11J1rcmo de las Indias, II , 15 8 y sig ..
la ntado dentro del cu arto gracia usara n :iorÍ~i¿ . P~ºd. .r que. los pa rientes del ade· Scv1lla , 19 17; CARLOS l\!OLJNA ARGUELLO, /:/ gobernador de Nicaragua e11 el siglo X\'1,
1
Just• E r regim iento de la d icha \iudad de : te JU ~is l ~Clón, dispuso q ue " El cavi ldo 39 y sig., Sevilla, 19.¡9.
1
a utualm ente exer\ iere El off9 d e teni' • de go ~su3 \ion JUntamente con la psona que '" R ecu/1., II, ii. 38; III. ii. 1 y V. ii . 1 y 4.
demas offi\ios y ministros de Just• e n Ju ar d v~i na ~ nombraran El ten 1 • de goverº ' y
0
'" D ura nte el siglo X\' I los nombramientos h echos p or los virreyes d el Perú para e l
e l dho. nro. governado r " (RCP 22 . ve~'
· 1 • ' '
n. ;,
<v n ; L
oAs parientes que en ellos Huvi ere dexado
· i\fouN \ H er d · ·
T ucumá n conced ía n siempre los tres oficios, mientras que los expedidos en Espaiia se
primera e ecc16 n de esta clase se rea lizó el 1 d . . ' • na 11 arras, cu .. 105). La limitaban a designar gobernador (ver los títulos en Gobernació11 ele/ Tucumd11 , Papeles
miento ele teniente de gobernador <le la As 3 . e JUl1IO de 1592, recayendo el n o mbra· d e gobernadores c11 el siglo X\' I, . ~ Y 2" partes , cit.). Esta última práct ica pr evaleció e n
1u;; y ~Gt). unci 6 11 e n H erna ndo Arias de Saavedra (id., defi niti va (Rccop. V. ii. 1; Sc11XFER, El Conse jo, cit., ll , 162), pero no por ello de jaban
" Las Indias se d ividían en provi ncias ma .0 . . de ejercer los tres cargos. En el Río d e la Pla ta y en Ch ile se no m braron siempre go·
ras a los distri tos de las a udiencias y q u ed } dresl Y menores, correspond1e nclo las prime· bernadores y capi tanes generales (ver RCP, passim). La difere ncia d erivaba sin !l uda
particula res, que por esta r mas dist.a ntes de n ºA as .seg~mdas a ~argo de "Gobernadores
)' i· 11s11c1a
ª
1 1
. ,-.n ot ra s 1egiones se n ombra ban as"C· uc. 1enc1as
· · •. r
. • las nia n y go 1i1· ernen e n paz
de la di fere n te impo.r tancia . de las provin~ ias, y de estar e xpuestas a Jos a taques de
enemigos las que te m a n capitá n general, siendo las otras interiores.
.orieg1 dores y Alcaldes ma yores para e l

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Zorraquín Becú, Ricardo.
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ban en las expediciones. i\Iás larde se fueron organ izando las milicias lu-
encomiendas y reparto de tierrasr,o, con cargo en am bos casos de obtener gareñas, y luego -ya en el siglo xv111- aparecieron los. ejé.r citos .r~gulares
la confirmación de las autoridades ñtper iores competentes, y sin perj udicar con oficiales y tropas a sueldo, fo rmándose una orgamzaoón ~1l~la~ con
a los p obladores ya a fincados ni a los indios; expulsión , por razones gra- su correspondien te jerarqu ía. La actividad d el gobernad_or debta !1mtta~se
ves y previa formación de causa, de p erson as cu ya perm anencia en la pro- a Ja guer ra defensiva fre n te a los indios, pues sól~ el vir:ey pod1a enviar
vincia resultara inconveniente; prom ulgación de autos de buen gob ierno expediciones de conquista a regiones que no h ub1e:an sido ocupadas :o-
dentro del marco de sus a tribuciones; informes al monarca y a l virrey de clavía 53. Pero ambos podían ordenar la guerra ofensiva contra los espano-
cuanto fuera conveniente; presid ir los cabildos; etc. les que no reconocieran la soberanía del monarca 5 \ e.x~edicionar .contr:/os
Entre sus obligacion es pr incipales se encon trab an las de procu rar la pro- indios en caso ele agresión, castigarlos por sus acttv1dades belicosas º , y
tección de los indígenas y su conversión al catolicismo y a formas de vicia defender el terr iwrio cuando ocurriera u n a invasión extranjera o u n ata-
más civilizada, para lo cual debían agru parlos en redu ccion es; vigilar el que pirático. . . .
comercio y comba tir el contrab ando; cuidar la moralidad pública y privada; El j usticia mayor era un magistrado de gran 1erarqu1a y con. u na am-
y en general cum plir y h acer cum plir las leyes dictad as para la goberna- . · competencia que podía entender en las causas de gobierno, en
p i 1s1ma • ¡ · · ·1 ·
ción dei nuevo mundo 51. Pero les estaba prohibido -salvo autorización ·
1os asun tos correspondientes al fuero mi lilar, y en los p enos ctv1 es y cn-
d d' · 1
expresa en contrario- iniciar nuevas expediciones de conquista, fundar n11· na 1es, con J'tiri'sdicción acumulativa a la de los. alca! es or . .manos
. en o.

A
referen te a estos ú ltimos j uicios. Su potestad de 1uzgar se ejeroa )'~ en pn-

o B
ciudades o cambiar su ub icación , crear nuevos oficios, e inter venir en la

ic .U
adm inistración fiscal y en el gobiern o religioso del d istr ito, pues deb ían .
1nera 1nstanc1a · ya. poi· v1'a de •apelación de los alcaldes o del ten.iente de

ém ioja
dejar actuar a los oficiales reales y a los di gnatarios eclesiásticos guard ando gouernador r.u, quedando siempre la posibilidad de una lerce1:a rnstancia
con ellos buena armon ía. D e las resolucion es que el gobern ador tomara en ante La aud iencia del clistriw. .. .

ad G
el ejercicio de su car go podían apelar los particulares perjud icados o los En cada ciudad existía además, desde su funda~10n, un orgams~o mu-

ac el
. · l

o d
cabildos a la audien cia, en uso del recurso genérico que las con vertía en e in tegraba el crobierno local. L os cabildos se componian de
mopa. q u o . . • . ' •· d l ·l

us eca
organismos superiores de vigilancia y control; pero esta fac ultad n o se · l ld de cuatro o seis regidores, segun la 1mpor .anl.la e ugar,
d os a ca es y b ·1a 1'
con cedía en ma terias de gracias y provisiones de oficios. L a su bord in ac:icín · d ellos el p rimer día del ai'io por los· ca 1 antes sa 1entes.

t
eleg1c1os lO os . d · · · 1

io
del gobernador con respecto al virrey se m anifes tab a mediante el cum pl i- · l men te hubo recridores perpetuos q ue a qutna n su tltu o en

bl
Excepciona o
mien to de las órdenes q ue podía enviarle; pero la distancia y la len titud
de las comun icaciones quitaron impor ta ncia a u n a d ependencia que fué Bi ... ~R Los nuc:vos descubri m ientos fueron prohibidos a mediados <le!
. '~ Rero~i .. Il l · '. • ; • IV. i. , ). A ! ra la Je fu é comunicada · tal orden jnn.to con la real
11

más nominal que efectiva. En el R ío de la P la ta, sob re todo, los gobernado- siglo X\ 1 (id. Ill. iv. Y . lo <lle gobernador (ver noca 26). Solo excepcionalmente se
" ¡ ¡ e le daba <; 1 LILU . •
res mantenían corresponden cia d irecta con las a u toridades de Ja península, ce< ll ~ qu · • . f . contra los indios. como ocurnó en Clule respecto a los
autonrnba la gu~r2~ 0 cns~va los guaycurúcs. En este ú ltimo caso se autorizó a los espa-
y recibían de all í las instru cciones para su desem peii o, sin in ter venció n araucanos )' en e iaco e n. e iitre los ynclios ele guerra en. siguimiento v alcansse cle
algun a de los lejanos virreyes. - ¡ es a " qt.ie se puedan
no _ enuar ine "n representado
· .
por las cl1cl1as .
nudades· y matarlos

1os que ys1cron los 11anos c¡ne se ·• . .
El capitán gen eral era el jefe de las fu erzas ar madas existentes en cada . ' . 1ldcrlos para servirse de ellos" (real cédula de abril 16 de
· d'
si pu 1ere n 0 capuvar

1os y p1e . lpidió la destrucción de la ciudad de Concepc1·ó n te
· · 1
p rovi ncia. Es tas se constituían al principio con los vecinos en com e nd eros:.~ 1618, e n J(Cl', 113), ' lo ella.1 no 111 .
N uestta Señora. cerca del no l\c1 mc¡o.
o los pobladores que volun tariamente concurria11 a los alardes y coopera-
&1 Reco/1. 111. iv . 6'. .
. "' Facul tades que no siempre ten ían los gobernadores: ver Cedulario Iudia 11 o rew · '"' Id., Jll. iv. 9 Y sig. <l s expresamente conced;uos para ejercer • 111. segunda ins·
"" E . tucl de los po ere . . •1 . . d
pilad o por D I EGO DE ENCINAS, cit., I , 26. ' · n vir .. L Ordena 11 ui sobre d escu/.Jr i111ie1110 11ucvo y poo ac1011, e
10
: Véase la fórm ula del _ju r.amento que d~bían pres:ar, en R eco/J., v. ii. 7 . 1ancia, según h emos vd1'. ó • l~s adelantados " la jurisdicción civil y criminal en grado de
. l'10 13 d e i --3
JU § 68 i
d a '·ernador y de los . .. alcaldes ordinarios. . que no ov1ere. de
Los encomenderos de m~ 1os estaban obliga.dos a tener armas y caha llos para acud ir ·6 d
:> t ' . '
1 temen te e gou ' IV .. ·
a su costa en defensa de la u erra (Re~op., VI 1x. 4). Como el puerto d e Buenos Aires ape1ac1 n e e . " (Co lecció n de document os i11 éd i los, cit., Vil!. 50!1; R ero p., . u1.
era el más expuesto a los a ta q.ues e~e~111gos, y a unq ue sus vecinos 110 tenía n encomienclas , ir an te los conse¡os
q). Ver infra, cap. 111 . § ~·
la corona orde?ó su preparación mili tar (reales céd ul as d e ma rzo iB de i Gig y julio 1,
d e 166 1, e n RCP, 11 8 y .126). ·'
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46
r--~--~-----~--~--

1 1

Zorraquín Becú, Ricardo.


La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias 1
\l
Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

subasta pública, y lo desempeñaban ad vitam. Los alcaldes ordinarios de creándose también, por obra del virrey Vértiz, la comandancia general del
primero y segundo voto ejercían la función judicial en forma acumulativa Entre Ríos.
a la del gobernador con respecto a los juicios civiles y criminales, siendo La audiencia de Buenos Aires, que había funcionado entre los años
competente el primero que entendiera en la causa. 1663 y 1672, fué restablecida en 1785, completando así las reformas bor-
E~ta organización perduró, con ligeras variantes, desde que se fijaron bónicas en el orden judicial. Esta enumeración de autoridades con poderes
s~s !meas f_un~ament~les en la séptima década del siglo xv1, hasta la crea- jurisdiccionales no agota, sin embargo, la larga lista de las que actuaron en
ción del virreinato rioplatense en 1776. Conviene, sin embargo, indicar nuestro territorio durante la dominación española. A medida que aparez-
b~e~emen_te ~os. p~incipales cambios ocurridos, a fin de dejar señaladas las can los nuevos tribunales y los fueros personales irá estudiándose su res-
distintas JUrisd1cc1ones en cada momento histórico. pectiva organización y competencia. Pero basta, a los efectos que nos he-
La go,bemación .d~l Río de la Plata fué dividida en cumplimiento de mos propuesto en este capítulo, dejar señalados los distritos políticos en
la real ,cedula de d1C1embre 16 de 1617, que creó dos distritos con igual los cuales van a actuar esos magistrados, y el nacimiento de los tribunales
categona en su reemplazo. La gobernación del Guayrá incluía las ciudades que han de constituir, durante todo o casi todo el período colonial, los
fun~adas en e~ Paraguay, y la del Río de la Plata las que se habían esta- engranajes básicos y fundamentales del ordenamiento judicial. Estos son
b~ec1do en el l~tor~l actualmente argentino. Esta última, además, compren- los jueces del cabildo, los justicias mayores (gobernador, corregidor, te-
d1a vas.tos te~ritorios. desocupad?s hacia el este, lindando con las posesio-

A
nientes) y los oficiales reales (fuero de hacienda), en lo que se refiere a la

o B
nes _lusitanas. A _mediados del siglo _xvn.1 se crearon allí dos nuevas gober- justicia secular. Los estudiaremos sucesivamente, analizando luego algunos

ic .U
naciones ~ubordmadas al man~atano rioplatense: la de Montevideo, que
fueros especiales surgidos con posterioridad, y los distintos tribunales

ém ioja
se extendia alrededor de esa cmdad y luego fué ampliada a casi toda la
Ba.nda Orient~l, y la d~ Misiones, al p~oducirse la expulsión de los je- eclesiásticos que tuvieron jurisdicción en nuestro territorio. Por último,

ad G
suitas que hab1an organizado esas comunidades. También se creó en 1766 las audiencias y los jueces particulares nombrados por ellas nos permitirán

ac el
la gober~ación de M~lvinas, que del mismo modo fué puesta b~jo la de: completar el cuadro general de la justicia que constituye el objeto de este

o d
us eca
pendencia <le la del R10 de la Plata; y esta última vió casi simultáneamente libro.
ampliado su ~istri~o al, sometérsele to~o el litoral patagónico y fueguino.

t
io
La preeminencia as1 alcanzada fue luego reconocida por la corona al

bl
crear, por ésta y otras causas, el virreinato del Río de la Plata, que con-
vertía a Buenos Aires en capital de los vastos territorios que comprendía
aquel organismo. Subsistieron las gobernaciones del Río de la Plata, Mon-
Bi
tevideo, Misiones, :t\falvinas, Paraguay y Tucumán, y los corregimientos
de Cuyo ,Y del .Al_to Perú; pero en 1778, al nombrarse segundo virrey a l'
Juan Jase de Veruz y Salcedo, el cargo de gobernador del primero de esos )
distritos quedó incorporado al oficio virreinal.
Pocos años después,. en 1783, se implantaba una reforma fundamental.
La real _ordenanza de intendentes reemplazó a los antiguos gobernadores
y cor_reg~dores por ~os nuevos f~~cionarios, alterando en algunos aspectos
lo~ chstntos de ;~quello~ ..·\pa:e~10 el cargo de superintendente de Buenos
:\Ires, q~e en l 188 fue s~pn_m1do trasladando sus funciones al virrey; y
se organizaron en el terntono argentino las intendencias de Córdob
Salta, • comprendiendo
T
la primera • los distritos de Cuyo , ¡ .a RºlOJa· y e·ord oab a,y
yI\T la segunda
·1
el resto de la antigua gobernación del T
l\ . .
· Al
ucuman. e emas,
'
1 ontenc eo y Imones se transformaron ' e 11 gobiºern l' · ·1·
os po 1t1co-m1 1tares,

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Zorraquín Becú, Ricardo.
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1 La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"
'I

CAPÍTULO 111

LA JUSTICIA CAPITULAR

A
o B
ic .U
ém ioja
T os cabildos traducían legalmente la existencia de una ciudad, dán-
L

ad G
dole una jerarquía política que la distinguía de las simples agrupa-

ac el
ciones urbanas. Mientras las campañas carecían de personalidad. propia y

o d
eran una dependencia de las respectivas ciudades, estas últimas concentra-

us eca
ban toda la vida social y política de su distrito, como destinatarias de un or-

t
den jurídico especialmente creado para ellas. Heredera de la tradición muni-

io
bl
cipal romana y de los privilegios del antiguo derecho español, .la ciudad
Bi indiana continuó teniendo "el carácter de la antigua civitas, o ciudad-
estado. Era más que una comunidad urbana; incluía también un vasto dis-
trito a su alrededor" t. Un conjunto de ciudades formaba una provincia,
de tal manera que aquéllas eran las unidades políticas fundamentales y
necesarias en el ordenamiento indiano.
La ciudad no era el resultado de una concentración de familias en un
lugar determinado, sino que era consecuencia de un acto administrativo
que la fundaba, asignándole categoría, distrito y autoridades. Y lo que le

1 C. H. HARINC, The Spanis/i Empire in America, 161, New York, 1947. Con razón
se ha dicho que "el régimen colonial es un régimen de ciudad, como que lo primero de
'i todo era plantar el rollo simbólico de la fundación urbana, desde la cual, trocada en
'I fortaleza, comenzaba la lucha defensiva y ofensiva contra el indígena, y la expansión
\ agrfcola hacia las tierras circunvecinas" {JOAQUIN V. GoNúLEZ, El juicio del siglo o cien
años de historia argentina, 109, Buenos Aires, 191~). El derecho indiano solfa también
llamarse municipal de las Indias.

SI
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
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inferiores a 60.000 maravedíes concluían dentro de la justicia capitular.


daba existencia no era el mayor o menor número de pobladores, sino el Las demás podían ser llevadas en segunda instancia a los jueces reales o
funcionamiento del Cabildo que la representaba y dirigía. a la audiencia, de tal manera que los magistrados del cabildo quedaban
Este cabildo era un organismo colectivo, cuyos miembros eran desig- en cierto modo subordinados a aquéllos. Además, tanto los gobernadores
nados por el fundador de la ciudad, y que luego se renovab:i totalmente como las audiencias debían vigilar la actuación de los alcaldes para obli-
cada año por elección que hacían los mismos cabildantes salientes. Este garlos a cumplir las funciones que les corresp~ndían. No o?stante es~a
procedimiento quitaba todo aspecto popular a las designaciones, pero ello dependencia, la justicia de los cabildos adqumó una gran importancia
no impedía que el cabildo fuera en realidad un cuerpo representativo de como definidora e.le las cuestiones de índole privada que se suscitaban en
los intereses y de las aspiraciones de la comunidad, y que ejercitara con
esas comunidades pequefias. Fué la justicia lugareña, con~ced~ra de las
ahinco la función tutelar que naturalmente recaía sobre él.
personas y de las costumbres, que se adaptaba a las convemencias y ~ las
Componían el cabildo o ayuntamiento los dos alcaldes ordinarios -de
los cuales vamos a ocuparnos especialmente- y un ní1mero variable de necesidades locales y era administrada por elementos estrechamente \'mcu-
regidores que en nuestro país nunca pasó de seis 2 • Estos y aquéllos se re- lados a los demás pobladores. Y en este sentido ejerció una influencia que
unían para tratar los asuntos generales bajo la presidencia del gobernador, no podría ser desconocida.
su teniente, o el alcalde de primer voto en ausencia de los funcionarios
reales. Su competencia se extendía a todos los problemas municipales (po- l. Los alcaldes ordinarios.
licía, abasto y ornato de la ciudad), pero también ejercía su accic'm sobre Desde la fundación de cada ciudad, el fuero general o común estuvo

A
todo el distrito rural anexo e intervenía en otros asuntos políticos o eco- confiado a los alcaldes de primero y segundo voto. Estos entendían por ,1

o B
ic .U
'i nómicos que interesaban a la colectividad. Como organismo representativo turno y en primera instancia en todas las causas civiles Y criminales que

ém ioja
; 1
•1 de los sentimientos generales podía además peticionar ante las autoridades, se suscitaran en la jurisdicción de cada ciudad, siempre que no correspon-
! pedir la revocación de los actos gubernativos, y realizar funciones admi- dieran a alguno de los fueros especiales 4 •

ad G
1
• •
nistrativas que expresamente le eran delegadas o conferidas por las leyes. El origen de los alcaldes debe buscarse, como el de ta~tas otras mst1-

ac el
o d
Además de esas tareas de índole gubernativa, el cabildo ejercía poderes tuciones indianas, en la legislación española, y más prec1sam~nte en ~l

us eca
jurisdiccionales por intermedio de los alcaldes ordinarios, de los alcaldes derecho hispano-árabe. La palabra, derivada de la lengua arábiga (qadi:
de la Santa Hermandad que él mismo designaba, y de los otros f uncio- juez), pasó al castellano con el conocido prefijo que denota su proceden·

t
io
narios a quienes daba atribuciones especiales. Esta justicia capitular se cia 5 • En tiempos de Alfonso el Sabio los alcaldes eran nombrados por. ~l

bl
1i
distingue, por consiguiente, de la que impartían otros funcionarios, en
razón de que los magistrados encargados de ejercerla recibían su nombra-
Bi ·
rey 6 , pero luego los designaron los cabildos · en vir
o conse1os · t u d de pnv1·
l legio o por costumbre, hasta que los corregidores vinieron a r~em~lazarlos
1
miento de un cuerpo no elegido ni nombrado por la corona o por las de- en sus funciones judiciales7. Sin embargo, el derecho del siglo xv pasó
más autoridades españolas. Eran los cabildantes salientes -vale decir al-
4
gunos de los que luego quedarían sometidos a su imperio- los que desig- Recop., V. ii. 1.1 y V. iii. 1.
.j 5
"En tierra de moros un solo alcalde
1 naban anualmente a los alcaldes ordinarios y a los de la Santa Hermandad: Libra lo ceuil e lo criminal
.I y era el propio cabildo el que elegía los otros magistrados que debían ca.' E todo el dia sse esta debalde
i Por la justizia andar muy egual",. . ( it or Pfo BALLESTEROS
laborar en la función jurisdiccional, mientras los demás jueces recibían
decía el poeta Juan de Mena en la prime~a ~itad del siglo xvR e : / d Indias año vi:
su poderes directa o indirectamente del rey. . Los indios y sus litigios, según la Recopilación de 1680, en evis
9
e ª '
El localismo judicial así admitido por la legislación indiana era, sin N 22, pág. 613. Madrid, 1945). . . VII le 2 • Espéculo, lib. IV,
embargo, relativo. Como veremos más adelanteª, solamente las causas civiles ª Partida 3', tít. XVIII, ley 7; Fuero Real, hb: .1· tit. ' y · ' I Madrid,
tít. 11, preámbulo. Ver CASTILLO DE BovADILLA, Pol1t1ca para Corregidores, ' 1 7•
1
11
La Recop., IV. x. 2 disponía que en las ciudades principales de las Indias hubiera
77?·CASTILLO . UE Rmz GUJÑAZÚ, La Magistratura Indiana,
doce regidores, y en las demás ciudades, villas y pueblos fueran seis. Pero csla norma no 283-286,
DE BovADILLA, 1, 17. ENRIQ
Buenos Aires, 1916; ALFO!'\SO GARcfA
G
ALLO, 8 is. toria del derecho espaiiol, I, 526,
siempre se cumplió, habiendo ciudades que sólo tenían cuatro regidores. 606 y 693, Madrid, 1943-1945.
ª Infra, § 3.
53
52
'"?j=
1

Zorraquín Becú, Ricardo.


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La competencia de los alcaldes se extendía, en principio, a todas las


a América a pesar de la decadencia de l~s cabildos y de los privilegios fora- causas ci\"iles y criminales, cualquiera fuese su importancia rn; pero no
les en la Península, y la magistratura municipal perduró hasta después de 1¡
;~ podían inmiscuirse "en las materias de gobierno" 1°, ni en los -~suntos co-
la independencia sin que sufriera variantes fundamentales. rrespondientes a algún fuero especial o privilegiado. Con ex_cepcion de es_t?s
Nunca se exigieron conocimientos técnicos a estos jueces. La legisla- casos, por consiguiente, entendían en los pleitos entre espanoles, Y tamb~en
ción antigua -influenciada por las condiciones imperantes- confió más en los que fuese parte un indio 11. Su jurisdicción _no ~ra excluyente smo
en su honorabilidad y prudencia que en su saber jurídico. Debían ser acumulativa, debiendo los gobernadores y las audiencias hacerla guar~ar
"personas honradas, hábiles y suficientes, que sepan leer y escribir.. 8 , y se r cumplir conforme a la costumbrelS. Ni aquéllos ni los oidores _p~d1an
recomendaba nombrar con preferencia a los descendientes de conquista- impedir o dificultar su ejercicio, y mucho menos avocarse al conocimie~to
dores y primeros pobladores 9 • Los aicaldes tenían que ser vecinos y con de las causas pendientes ante los alcaldesrn; pero los gobernadores sohan
casa poblada en el lugar 10, y formaban parte integrante del cabildo, el ), intervenir a prevención en pleitos que competían a la justicia capitular º·
2

cual era presidido por el de primer voto en caso de ausencia del gober- Los juicios civiles en que uno de los alcaldes era parte iban al goberna-
nador o su teniente. dor, y a falta de éste al otro alcalde; pero en las causas criminales contra
Eran los mismos regidores salientes quienes elegían anualmente a los un alcalde entendía la audiencia en primera instancia 21 ·
alcaldes, pero éstos no podían ser reelectos sino con un intervalo de dos 1: Estos magistrados, cuyo número quedó expresamente l imita. · d o ª dos 22'
¡1
años 11 • Los nombramientos tenían que ser confirmados por ~l goberna- entendían por turno en las causas de su competencia, · vanan· d o segun
' los

A
dor12. El cargo de alcalde nunca fué venal1 3, y estaba prohibido elegir a

o B
los oficiales reales, a los deudores del fisco, a los extranjeros y a los pa- dEC, [serie I], X, 297 . Los dcudorco; de la Real Hacienda: Recop., V. ii!. 7} Real Cédula

ic .U
de junio 15 de 1620 y Real Provisión de la Audiencia de Charcas de JUDIO 19 de 1624.

ém ioja
rientes del gobernador o de los cabildantes 14. en RCP, 150. Los extranjeros: Nueva Recopilación, lib. VII, tít. III, ley 2 : R~ales Pro-
visiones de la Audiencia de Charcas, de 1626 y 1629, en RCP, 175. Los parie~tes del

ad G
it Recop., V. iii. ·1· gobernador: Real Provisión de la misma Audiencia, de 1589, en RCP, 22. ~s .cabildantes

ac el
9 no podian• ·
votar a sus parientes para alca Id es: R ea 1 p rovi's"ón
1 de la Aud1enc1a ya nom-
Recop., V. iii. 5. En Buenos Aires, durante el siglo xvm, se exigió que la elección

o d
recayera en "personas, que fueren tenidas, y reputados por Hidalgos, y Christianos viejos" l>rada, de 16:!4, en RCP, 153. 11 d" ·

us eca
u ··· d" í . "s an elegidos cada año ... dos alca e es or manos,
(Estatutos y Ordenanzas de la ciudad de la Santísima Trinidad puerto de Santa María La R.ecop., V. m. 1 ispon a. e . . ia de todos los negocios, causas
d~ ·.fJuenos Aires, 31 de diciembre de 1695, Buenos Aires, 1939). Excepcionalmente se los cuales mandamos que conozcan en primera rnstanc . lle en cuanto a Jo civil y

t
)' cosas que podía conocer el gobernador, o su lugar·temeór ' .

io
eligieron abogados: JosÉ M. SÁENZ VALIENTE, La justicia capitular porteña durante los v en 1 53 7) · Conf·;· dSoL alRZANO, 11 , 251·

bl
tí/timos a1ios del funcionamiento del Cabildo (1810-21 ), en Revista del Colegio de Abo- criminal" (Fué dictada por Carlos. gobernador, como luego
111 Recop., v. iii. 11. Estas t'1lumas estaban rescna as
gados de Buenos Aires, año XVI, tomo XV, p. 88, Buenos Aires, 1937.
»- Recop., IV. x. 6 y V. iii. 8.
Bi \·cr~:nos. .. . utorizaba a los alcaldes a entender en pleitos de indios
11
Recop., V. iii. 9. Sin embargo, la ley IV. ix. 13 exigía tres años de intervalo, pero . La .Reco/J., V. ui. 16 ~ólo ª t 1 fué la práctica en nuestro territorio:
debía aplicarse aquélla por ser posterior {JUAN DE SoLÓRZ.\No Y PEREIRA, Política Indiana, s1 '"estuviere en costumbre ; pero parece que aNQ en Correspondencia de la
· f . O r<tenanzas d e Alfaro Para el . Tucumán, _ lI74 Y 75·Madrid
con
11, 25.1, .Madrid, 1726) . Esta norma no siempre se cumplía, pues en varias oportunidades 6 191 8 y Ordenanzas
se reeligieron a los alcaldes ordinarios. Pero Ja reelección debía hacerse "por cabildo ciudad de Buenos Ayres co1r las rey~~ d: Espm~~ r.'#:e~o HERNANDF.z.' J .. Misiones
s.
pleno" es decir por unanimidad de votos: ver, por ejemplo, AEC, [serie I], XVIII, 434 , de Alfaro para el Rí~ d~. la Pl~ti3,de la~ Joc~~inas guaraníes de la Compmiía de jesús,
y serie JI, I, 252. l\fartín de Alzaga fué reelecto el 11J de enero de 1808: AEC, serie IV, del Paraguay, Organrzacron socia
Ill, 12. JI, ~¡1, Barcelon~•. 1913:. . isdicdón acumulativa es la que tiene ºun juez para conocer
1!I Recop., V. iii. 10. Los alcaldes reemplazaban a los gobernadores si éstos fallecían Recop., V. m. 19. La 3ur a revención entre ellos'"' dice l\fANUF.L ANTONIO
sin dejar tenientes (id., V. iii. 12). de Jas causas, de que _otro puede. con,occr se PN 9 30 Buenos Aires, 1 834 (reeditado por el
DE CASTRO Prontuario de j>rclctica oren , '
~a 1!-.ecop., VII~. xx. 1 no lo menciona ~ntre los oficios vendibles, y Ja Nueva
1
'
1NSTITUTO 'D E HISTORIA l>F.I. DERECHO ARGE!'\TINO,
T •••
en 1945).
Recoprlacion de Casulla expresamente ordenaba "que agora ni de aquí adelante no se 111 Recop., II. ?i:V. 70; V. ii. 14 Y \ · 111 •
21 ·
pueda vender ni _compra~ ?fido de jurisdicción" (lib. VII, tít. 111, ley 7). SoLÓRZANo; JI, ·:0 R op V xii l" So1.ÓRZA!l:O, II, 256. l ..
483, era de Ja misma opm1ón. - ec .• . . ... V iii 20 Este último era uno ele los llamados "casos < e corte
:11 Recop., II, xv. 71 Y • • •
H.1:-ºs Oficiales Rea~es: .Recop., V. iii. 6; Real Cédula de mayo 11 de 1588 y Reales (SoLÓRZA:>;O, II; 256).
Pr.ov~s1ones de la A~d1enc1a de Charcas, de 15go y 1592 , en Revista de la Biblioteca n Recop., IV, x. 1 y \'.iii. t.
P1!b1Jca de Buenos Arres, fundada ... por MANUEL RICARDO TRF.LLES, 111, q6-i , Buenos
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Aires, 1881, y en RCP, 36-37; Reales Cédulas de julio 15 de 16 20 y abril 15 de 16 , en
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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

lugares y las épocas la forma de dividirse la tarea judicial. Actuaban "a


t
(
Sin em bargo, con el cor rer de los años estos defectos de la j usticia capi-
tular fueron sin duda atenuándose, sin desaparecer por completo. El aumen-
costas", es decir, que los litigantes debían pagar su trabajo con arreglo
to de la población y Ja creciente complejidad de las funciones gubernativas
al arancel, y sus autos y sentencias eran certificados por el escrib ano del
obligaron a los mandatarios políticos a desentenderse de los pleitos judi-
cabildo o por d os testigos a falta de éste. En Buenos Aires, y durante el
ciales. La riqueza y Ja mej or a en las condiciones sociales trajeron consigo
siglo xvm, debían dar audiencia dos horas por la mañana y o tras dos por
u n m ayor prestigio para las m agistra turas capitulares, que fueron cada
la tarde 2ª. vez más codiciadas. Los alcaldes olvidaron poco a poco sus antiguas incli-
Esta justicia era adm inistrad a en forma primitiva. De las cond iciones
n~ciones hacia el favoritismo, p ara buscar el acierto en los consejos téc-
precarias en que se desenvolvía la actu ación de estos magistrados puede <lar
111cos. Fueron cada vez más frecuentes las consultas a los abogados en los
idea el acuerdo del cabildo de Buenos A ires del 15 de ab ril de l7:í8. En
él se expresa: "mediante no aver Sala En que los Señorez Juesez :-igan asuntos de cierta dificultad, y el mismo cabildo de Buenos Aires tuvo su
audiensia y por esta Rason Se ben presisad os a andar de Ofisio En Ofisio asesor letrado a p artir de 1784 2º. Poco tiempo antes se h abía discutido mu-
para despach ar laz Cauzaz. Y Convenir as i -para la m aior desensia Como cho si los escritos que se presentaban ante la justicia debían llevar la firma
de letrado. El gobernador así lo dispuso en 1755 y 1757, pero el cabildo
para Todo- lo demaz el que Se Componga y Asee, una Sala donde Se
resolvió pedir la derogación del requisito'27 . No obstante, en 1784 el virrey
pueda aser la dha. Audiensia y despachar todaz las Cauzaz. Y Se acordo
prohibió que en la capital se adm itieran "Sin firma de Abogado r ezivido
que Se Conpo nga y asee, El Cuarto, d. 0 de Vive aora el Carselero que es

A
Sufisiente Estenso, Se le abra Puerta a la Plaza - y Se le Zierre la que Cae, por tal los alegatos en Dro. demandas y recursos" 2 s, y esta vez el cabildo

o B
tuvo que conformarse con la orden. Es que la an tigua preven ción h abía

ic .U
al asagu an Se revoque y blanque, y que este sirba de Sala para el Efecto
ya desapareci~o,. Y. los pleitos se s u b~ta~ ciaban cada vez m ás con arreglo

ém ioja
en El que Se pondran dos mezaz dezviadaz la una de la otra Con una silla
E n cada meza - para Cada Jusgado, la Suia d. 0 de Concurriran los Escriv.• j a ~as nor~nas JUn~1~as -en el pr~ced1m1ento y en la sentencia- obligando

ad G
al dezpacho Cada uno Con las Cauzaz que ante ellos Corran . .. "24. Si esto as1 a la mtervenc1on de los peritos en derecho, cuya influencia en favor

ac el
de una mej or adm inis tración de justicia sería imposible desconocer. Una

o d
ocurr ía en Buenos Aires y a mediados del siglo xvm, cabe imaginar que en

us eca
las demás ciudades los alcaldes no tendrían ni siquiera el cuarto del car- e~olución an áliga se iba perfilando, con cierto retraso impuesto por las
celero para instalar su tribun al. circunstancias, en las demás ciudades del territorio.

t
io
Aparte de ello, no es preciso ahondar el análisis para imaginar que la El ordenamiento judicial de las ciudades se fué completando, a m edida

bl
autor idad de los gobernantes o las inevitables inclinaciones personales de- que las necesidades lo requerían, con o tros funcionarios que colabo1:aban
bían influir considerablemente en los fallos q ue pronunciaran los alcaldes. Bi en él. A partir de 1661 se confirió anu almente, en el Río d e la Plata, a uno
Justicia eminentemente localista, por su origen y por su desem peño, la de los alcaldes ordin arios el encargo de actuar como juez de menores acom-
que se im partía en los Cabildos debía estar imbuida de todas las preocu- paña.do por un regidor del cabildo, com isionándose a ambos para que en-
paciones políticas, religiosas y sociales que tanto predominio ejercían en tend ieran " en las causas de tutelas de dichos menores y hagan las cuen-
aquellas com unidades incipientes, quitando así a los alcaldes gran parte de
su independencia y de su imparcialidad 2~. c?r~a hace. inacabable~ los pleitos; y s'. al_guno se sente_ncia es con tra el pobre sin patro-
cm '.º• la v111da desvalida, el Monasten o mdefenso, y sm el remedio de la apelación por
:i Estatutos y Orde11a11ws cit., NQ 1 2 . Reglas semejan tes se siguieron en las demás
lo m cómodo, lo costoso y lo intratable de esta diligencia" (en SANTUARIO DE NUESTRA
ci udades. SEÑORA DEL VALLE, Documentos del 1l rchivo d e Indias para la historia del Tucumán
º' AEC, serie III, II, 3 16. T odavía en marzo 8 de 1808 se quejaban los alcaldes de ll, 58, Tolosa, 192¡) . '
'" la incomodidad que sufren para administrar justicia por lo reducido é indecente de "" AEC, serie 111, VII, 590, 591 y 615.
,., AEC, ser ie 111, 11, 221 -226. Conf.: RICARDO LEVENE, La historia de los abog d
en el ~ío de la Plata y su ir1 terver1ci~11 e 11 la R evolu ción de Mayo, en R evista ]ur~i;~
sus juLgados" (A EC, ser ie IV, lll , 61).
00 Con e xageración evidente, el Obispo del Tu cumán, don Ju an de Sarricolea, infor·
Arger1t111a La L ey, 1p , 9 15, Buenos Aires, 19.¡6.
m a ba al Rey e n 1729 q ue ··o la incuria de los Alcaldes q ue precisamente son h ombres
"' AEC, serie lll , VII, 355 y 531.
tota lmen te des n~ dos de la teórica y sin el menor tinte de prá cti ca de los n egocios forenses,
o la depenclenc1a y conexión d e unos co n otros d e q ue ninguno se li bra en una tierra

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
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como el alguacil mayor o los "ministros" que con funciones subalternas


· - · } orcs":?D
tas ... de Jo que hubieren rendido los patnmon10s e.le die 10s mcn 30 '
aparecieron para auxiliarlos a fines del siglo xvn.
Tres afios después se nombró también un defensor. general de Menor~sd· ' En los distritos rurales, durante el siglo xvm, se hizo frecuente nombrar
res :n ·u11 bus e leg1 os
y posteriormente hubo además un d e f cnsor e1e Pº 1J ' ' jueces comisionados que entendían por delegación expresa en las causas
· siguieron en 1as para las cuales se les asignaba competencia. Así, por ejemplo, el cabildo
entre los regidores del cabildo. Normas semepntcs se ·
· ·d· d ya fuera en de Buenos Aires, el 25 de enero de 1717, nombró siete comisionados de
otras ciudades durante el siglo xvm y aun con antcr10n ·• '
. l de c¡ue a veces
virtud de reglas legales o por costumbre, con e l agregac 0 ..
justicia para otros tantos distritos o "pagos" 34 • En Santiago del Estero el
· I · Id de aguas 3 -. cabildo nombró cinco jueces en 1754, uno para cada parroquia rural, upara
se designaba a uno de los . cabildantes .como . ª ca . e r a todo el d"1stn'to que administren Justicia en auz'l de la Justicia hordinaria y de la Her-
La 1'urisdicción de los alcaldes ordmanos se extem 1ª tan
. . ~ · 1 posible actuar en mandad y hagan Pagar asta l~ Cantidad de sinq.ta pesos y lo mismo se En-
de cada crndad o v1lla. Empero, no siempre es era d otros
·n- <l ·ts faculla es en tiende En las cauza criminales remitan prezos y a buen recaudo a los
vastos territorios, y entonces d e 1ega ban dctcrnu
. . .
ª : ..
. . . d l· 1usuC1a co 1oma 1.
· . todos
delinquentes con sumaria hecha a uno de los Juzgados hordinarios"ss.
funcionarios. Esta delegación era caractensuca e ª pero
- t s en su recmp1az 0 ' Diez años después se designó un juez para los partidos de Sumampa y
los magistrados con imperio podían designar 0 ro
ueva delegac10n ·
ª . , a:i Los goberna-
. Salavina, en la misma provincia 36 •
éstos no tenían facultad para 11acer una. n ·. a os a 1 . Ides ordinarios
ca El establecimiento de las Intendencias introdujo una modificación subs-
1
dores y sus tenientes nombraban con f iecuenCJ, 1
. omún. Y los
tancial en la duración del cargo de los alcaldes ordinarios. Estos, que hasta

A
. 1 . t de competencia e
para entender en determinada causa 0 P ei 0 .

o B
. del sumario o la entonces habían actuado durante un año, pasaron a ser bianuales, debien-
. d· ban la mstrucc1 6 n

ic .U
Id
·ueces capitulares, a su vez, encamen ª ente los alca es
J · t . dos -genera 1m do el de segundo voto sustituir al de primer voto al concluir su período.

ém ioja
recepción de las pruebas a otros magis ra , aun a su b ordinados ·suyos De tal manera, los cabildos sólo tenían que elegir un alcalde cada año37.
de la hermandad de que luego trataremos- }

ad G
El ayuntamiento de Buenos Aires opuso seria resistencia al cumplimiento

ac el
66 i ordenando que
l 1 ' de esta norma, alegando que las obligaciones de los alcaldes resultaban

o d
v·n
Auto del gobernador Mercado y i acorta, .
de marzo 31 te 'I
AEC [serie I). X , 32 7.'
. hay

us eca
:o
en toda la provincia los cabildos hicieran esa elección A(cn, ~ap'itulart•s de Corriente~~ demasiado gravosas para extender su período, pero fué expresamente obli-
N · LA 1-I1sT<>RIA e as y el no1

t
otra versión en ACADEMIA

io
ACIONAL UF. 1:alde de segundo voto.. NQ q) .
M No consta con precisión la competencia que les fué atribuida pues el acta se limita

bl
111 95, Buenos Aires, 1946). Generalmente _fué( el ªEstatutos \' Ordeuari:as cu.. Virtud
hr~miento se hada el 2 de enero de cada ano ver . 1 <le esta Ciudad. en C~1ya a yns- a decid que ..siendo servido Su Señoría [el gobernador] ~e les podrá conferir Comis.OD

Bi
'd 1 "Costumbre ynmemona · 11 primer. amplia para todos los Cassos que se puedan ofrezer en que Conozcan En primera Ynstan-
Un siglo después se cons1 era >a 1 y pribatibamcnte, e d \pelasion
siempre se an Conosido las Cau~s ~le d~;nc;:.~~.:~ fdc 2v voto]: y en _gra~oe ~e' 1752, en
cia" (AEC, serie II, 111, 374). En septiembre 6 de 1755 se nombró un Comisionado para
administrar justicia en la Banda Oriental, facultándolo para tomar presos "A. los que
tansia, y sin novedad en El Juzga o <e . . " (Cabildo del 9 de nov1em r
resultaren reos. Asiendoles Sumariaz, y re~itiendolos, A los juzgados para Su castigo"
en El Juzgado superior de esta Gov~rnac10? 102-106. . nte Jas
AEC, serie 111, 1, 25~)· Ver tamhié~ id., s~ne ~~· ~~cultándolo par~ "q.~1e :,;~, ~serie J].
(AEC, serie 111, I, 552). Esta delegación se refería a la zona no comprendida en la juris-
:io Resolución capitular de marzo 13 <e i 1· su segundad (• . ombre dicción de Montevideo.
• ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA, Actas capitulares de Santiago del Estero, u.
·ustizias mayor y hordinarias lo que les toca y pel ~t~nen~~ ~n gran manera qude se e~ 7 y 8
J · h b' suelto ··qucs com mue 0 ciona as 136, Buenos Aires, 1942.
XII, 30). Años antes se a ia re s . uerfanos" (ordenanzas ~a ión con enca1 go M En esta oportunidad el juez fué nombrado por el gobernador, y el Cabildo dispuso
persona con titulo de l?adre de men~~..cdé~lCfose de inmediato la dcs1gnac a las justicias y que "se entienda su comiss.ºª en casos de no haber donde se hallare en dichos partidos
de febrero de 1642, en id., IX, 2 ~ 6 )' .' .. dello de qucnta menores Y Juez alguno, arreglándose al Superior Despacho, y se le amplia por este Cavildo la
de protegerlos, tomar cuentas, d1sc~rn1r tut~a;, n:~c.,d/ Jos dichos guer~an~~rsclas" (id .. facultad de poder entender en cosas de poca monta comoes, de cavallos, mulas, y Bacas
si fuere necesario pedir por escnpto ;" lte: tan amplia como puec e < y toda especie de quadrupcdos y el zelar la Honrra de Dios sobre los de mal bibir
obres este cavildo le da poder e acu a almente un juegos, y demas bagos, que biben sin arrimo, ni conchavo con españoles Hazendados".
P ··· mbró anu dcs-
IX. 265). · 1 B 1 nos Aires no . t ras Jas (Actas capitulares cit., 11, 420).
:n. Desde principios del siglo xvm el cab1ldo1·c e ~ eque amhas n1ag1stra u nuevamente "' Real Ordenan:a para el establecimiento é instrucción de Intendentes de Exército
E 61 el gobernador < 1spus quedaron
Defensor de Pobres. n l 7 . . 111 11 607) pero en 176 4 )' Provincia en el Jlirreinato de Bue1zos Aires, arts. 8 y 116, Madrid, 1782.
empeñara un solo regidor (Al-.C, sene , , •
separadas (id., 111, 225) •
:i2 Ver infra, § 5·
1.A:'i<>S, Curia PltilíjJica, 19, l\
r d ru,
ª · t 1"'9"'
'·''
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:-.1 JUAN DE HF.\'IA no

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Zorraquín Becú, Ricardo.
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o a petición de parte, substan ciaban la causa y dictaban sen tencia "simple-


gado a acatarla por el Intendente 3s. S in embargo, al p oco tie m po la R eal
me n te y de pla no, sin estrépito y figura de juicio"43. Su jurisdicción era
Orden de julio 8 de 1789 admitió las pre tension es d e Bue n os :\i rcs, Y
ac umtila ti\·a a la ele los alcaldes ord inarios, Jos cuales podían prevenirlos
desde entonces los alcaldes volvieron a ser d es ign ad os a nu almente e n esta
en el con ocim iento de la causa, pero n o avocarse a ella una yez que hubiera
ciudad 39,
come nzado a en te nder el alcalde de h ermandad ·14 .
La misma Real Ordenanza alteró tambié n la compete n cia d e ci e r~os
Fué .J ua n R am irez de Velazco, gobernador del Tucum;'1n, el pr imero
alcaldes. La jurisdicción de éstos h ab ía si<lo h as ta e nton ces acu111ul;iuva
q ue creó estos cargos en nuestro terri torio, en cumplimiento de una orden
ª . 1~ del gobernador, de tal man era que entendía en el ple ito el que pre:
dacia e n tal sentido p or la Audiencia <le Charcas. En carta suya al rey d e
viniera al otro en su función judicial. La co mpe ten cia del gobernador paso
íntegramente al teniente letrado de cada intende n cia, pero sólo respecto ª fin es <le 1586 le in forma que había "pro\·eíclo en todas las ciud ades alcal-
la capital del distrito y su propio territorio 40; y com o al mismo tielll¡>O se d es <le la Ermandad como Jos ay en el piru e quede en costumbre que Jos
suprimieron los tenientes de gobernad o r que se desig n a ban en las ci uda.d es que dej a n las Yaras de alcalde ord in ar io tomen las ele la Ermandad"45. Y en
s~baltern as, en estas últimas los alcaldes ordinarios pasa ron a ejercer pn v~­ o tra carta posterior el m ismo man da ta rio agregaba que "A seido de mucho
cfe to los alcaldes de la E rm andad que tengo proueidos que con esto . . .
t1vamente la jurisdicción ordinaria en lo civil y criminal, sin ingeren cia
esta la t ie.rra segura"·IG. En cua n to a lo que se expresa en la primera m isiva,
de ningún otro magistrado. debía en efecto elegirse en el Tucum án como alcaldes de hermandad a

A
2. L os alcaldes de la San ta H erm andad. qu ie nes d ejaban el cargo d e alcaldes ordinarios, debido a la experiencia

o B
q ue ya ten ían adq uirida"' ; pero en cambio el cabildo de Córdoba protestó

ic .U
Además de los alcaldes ordin arios d e p r imero y segundo voto, hubo
con tra una orden expresa q ue en tal sen t ido imp:utió el mismo R amírez

ém ioja
desde antiguo en España y luego en las colo ni as o tros fun cio n a rios ele m e-
d e Velazco, y a parti r de 1593 los regidores sal ientes eligieron a los alcaldes
nor jerarquía, que en nuestro territorio apa recen a lines d el siglo x v1.

ad G
d e h erm andad sin sujetarse a la n orma establecida por ayuéJ·1 •

ac el
Eran los alcaldes de la santa herma ndad, elegidos anualme nte en núme ro

o d
de .dos, e n tre personas "que no sean hombres b axos ni viles", sino " de Jos ca usas q ue las cstablccidas en esa ley ele la R ecopilación (:l rc/1iuo M1111i ci/1a/ de Có 1·do/1 a,

us eca
mejores y mas h onrados que hubiere" '11 . Libro VII. G2) . Y m ~s de un siglo después el Cabi ldo de Sa ntiago del Estero ordenaba
Su competencia se limitaba, en principio a entender en Jos ll;unad~s en 1750 qu e n o pud ieran conoc_cr "clc mas casos _q u~ los . qu_c por 1:.1 les les compelen y

t
io
constan en la ley d os t ít u lo 13 11 1> 8 de la rccop1lanón s111 1111rocluc1rse a la J urisclicc.º"
delitos de h ermand ad, que se cometía n "e~ yermos o en <lespoL lat~os :
0

bl
o:·dinaria " (:l elas capi111la1'eS, cit.. JI , G7). '-

Bi
robos Y hurtos de bienes muebles o semovie ntes, sa lteamie ntos de c<1 in in os. ,, N 111·ua R eco/Ji/ació 11, libro \ ' 111 , 1i1. xiii. ley G.
muertes Y heridas, incendios de campos viol acic'm de muj eres, Y e. tras. s_e- « Id . ibid., leyes 8 y 10: ver no1a 18 )' H E\"IA llo1 ..,~os. cit., 21 . Por auto ele ocLUbrc
. 1 ¡ ' d · l ele of 1c10 20 de 1¡¡G el gobernador del Río de la !'la ta ordenó ;i los capitanes y oficiales destacados
me1antes que as eyes enumeraban ·12 . En estos casos, p roce 1ent 0 en los fuertes de la ca111p;11ia que dejaran "obrar Librc111en1c a los Alcaldes de la Her-
mandad en los Casos d e su c? ' ~?cim i_en t o. y q ue l~s den los ;iusil ios q .• les pidan guar-
' · b re 23 de 1786, de Francisco ele Paula Sa nz . orclenanc10 1 Cab ildo
"" Auto . d e d 1c1em ª . Ill dan do rnn ellos buena ;u1110 111 a (tl ! .. C, sen e Ill . \, 7.¡7).
.., Carta ele diciem b re 10 de 158G. en R 1cAR1>0 j.\DIES F1n:\'RE. ¡.:¡ T11cr11111í11 colonial,
que cumpliera lo dispuesto por el art. 8Q de la Ordena nza ele Jntcnden Lcs (A ¡.; e, sene '
\ ' Ill, 260) . 10
3, Buenos Aires. 19 15. A p ri ncipios del a1io a nterior el Lrihunal pla tense había r esucito
"q u e los alcaldes que ouiescn sido el aiiu an tes fuesen el bcnidcr o de la· crmandad los
: n e III • I X_, 199. L o mism o ocurrió en San ll· ago d e l Eslcr o a p ar t1·r de 18o:¡:
si AEC se ·

Actas capitulares cit., V, s6o. q u ales h;ista aq u í no los a a uido" (carta al R ey , d e febrero q de 1585, en .111dil'l1Cia de
'°41 Real Ordena nuz de Intenden tes, art. 12 . Charcas, cit., JI , 1G7).
•• Carta de abril 10 ele 1590, en Cou:cc16:--1 DE PUllLICACIO:-;F.s HISTÓRICAS Dt: LA Brnuo-
Nueva Recopilación de Castilla libro VIII lft x 1·1·¡ lC)' 1 Sobre el origen d e esLOS Tl'CA DEL Co:-;GRESO ARGE:-;TINO, r.obenrnción del T ucu111 d11, Pa peles de gobcrnado'r·cs e11
f · · ' ' · · ' · · den-
~ncionanos en España : ANTONINO SALVADORES Alcaldes de H e rm andad, en Junspr~i d'
r·. . ·
0

cia Argent.i11a, XXXII, secc. docl., 61 Buenos Aircs 193 1 y l' fo BALLESTEROS, L os
. · · r
111
'°"
u so
d siglo X\t, 1 ~ par te. :?81, ;\ lad rid , 192_º· .
'7 Ver ÜN l\'ERSIDAD NACIO:-;AL ll E 1 VC!l~I A :--1, FACU l.T,\D DF F11.osofiA \' LETRAS, 1:-;STl-
) s us 1t 1g1os, ~t~., en R evista de In dias, cit., 6 23. El gobernador de Tucum án e ~ s~ n~
TUTO DE HISTORIA, XIII . Doc11111.eritos co/011 iales, Actas ca/IÍ/11/ares de Sa11 Miguel de
P r. auto de diciembre 2 de 1628, que no se eligiera alcalde ele hermandad
0 ªq tllC · 3 11
T ucu111d 11, I, 158 )' 172. T ucu man , lfl.¡6 .
tuviera "edad cump l 1'd a d e veinte · · co a1ios" pues en algunas CllH
y cin · l3(les
· se h ;i lJ1L'
~ombrado "personas de poca edad y sufici en cia"' (Archivo 'i\fonicijJal de Córdoba, ,. 'ªA rch ivo i\f1111 ici/Ja/ de Córdoba, Libro ~ · 586-587, Córdoba , 1880, y Lihro ll , 259. ele.,
Jro VII, 63, Córdoba, 1884). Córdoba, 1882. En en ero q d e 1592 el tenien te de gobernador de Córdoba nombró dos
hih7ó Ni~eva R ecopilación, libro VIII, L.ít. xiii. ley 2. E l gobernador d el :-ucuzoán P~~~
' e octubre 19 de 1628, que los alcaldes ele la hermandad entench eran en ot
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Zorraquín Becú, Ricardo.
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En el Río de la Plata no hubo, durante el siglo xv1, alcaldes de her- En la campaña bonearense el aumento dd número de alcaldes de her-
mandad. Una Real Cédula dictada al principio de la conquista autorizaba ma~dad resultó más complejo. A propuesta del alcalde de primer voto, el
a los alcaldes ordinarios a entender en los delitos de esa jurisdicción 40 • cabildo del 1Q de enero de 1766 resolvió nombrar dos alcaldes de herman-
~ero más tarde el crecimiento de la población rural y las inmensas exten- dad para los arrabales de la ciudad y cuatro para otros tantos distritos.
siones que abarcaba cada distrito hicieron necesario recurrir a estos fun- U na elección análoga se hizo el año siguiente, y ambas fueron confirma-
cionarios para regir la vida de esas poblaciones diseminadas y poco respe- das por el gobernadorM; pero luego éste declaró ilegal el aumento de los
tuosas de las leyes. El cabildo de Buenos Aires nombró dos alcaldes de cargos quedando sin efecto las designacioness1.
hermandad el IQ de enero de 160650; en Santa Fe hubo otros dos a partir Sin embargo, el a_u~ento de ~a poblaci~n y la extensión cada vez mayor
de 16_16ril; Y en Corrientes ocurrió lo mismo desde 1607 r>2. Mendoza tuvo que ésta abarcaba h1C1eron senur la necesidad de solucionar el problema.
también un magistrado de esta clase a partir de 1605 53. El 31 de diciembre de 1777 el virrey Cevallos autorizó al cabildo para
Estos ~lcaldes de la santa hermandad, elegidos anualmente por los regi- nombrar hasta ocho alcaldes de hermandad, fijando el distrito en que
d.ores sah_entes del cabildo, tenían jurisdicción en todo el distrito rural cada uno debía actuar, "por la nezesidad que hay en los contornos de esta
circunvecmo. ~ás tarde, ya en el siglo xvm, se hizo necesario señalar a cadn Ciudad de Ministros de Justizia que persigan los delinquentes, y que zelen,
~no º~, det~rm~nado sector, y así surgieron alcaldes para cada uno de los y eviten las ofensas de Dios y perjuizios de este Vezindario"ss. La función
~agos. 0 _d 1 s.tn~os más importantes y poblados. Desde 1725 se nombraron de estos alcaldes debía limitarse a formar el sumario antes de las 24 horas

A
- n la JUnsdicc1ón de Santa Fe- uno para el pago de Coronda y otro para de aprehendidos los delincuentes, y a remitirlos luego a los alcaldes ordi-

o B
ic .U
el de los Arroyos, en el sud de esa región M. En 1734 se designa otro para narios para su juzgamiento.

ém ioja
la banda del Paraná, o sea la actual provincia de Entre Ríos 55• Posteriormente siguió aumentando el número de jueces en la campaña.
A fines de 1784 el superintendente Francisco de Paula Sanz ofició al cabildo

ad G
ac el
alcaldes
• • de hermandad pa ra ese ano - exc1us1vamente,
• •
con facullades para imparur• "·JU s• autorizándolo para que nombrara todos los alcaldes de hermandad "que

o d
ns1 e o r·ic10
· como a ped1myento
.
l ma a 1as partes a · d
_ de partes en aquello que os toca Y considere Sufizientes para evitar quanto Sea posible los exzesos indica-

us eca
ª
atane c~mo tales alcaldes de la santa hermandad y sentenciareys las causas y en aquello dos, deviendo recaer esta elección en Sujetos de notoria conducta, y pro-
~:u~ba~re lugar de derecho les otorgareys las apelaciones ..." (id., Libro JI, 26o). En

t
vi<lad":>D. La corporación municipal resolvió entonces designar 16 jueces

io
~ivo los nombramientos se hicieron por el Cabildo. A principios del siglo xvn

bl
el Cabildo de Córdoba designaba como alcaldes de hermandad a regidores, pero en para la campaña bonaerense y otros 6 para el territ· 1rio de la Banda Orien-

Bi
oct.~br_e 7 d~ i6o8 resolvió nombrar a "personas libres de los oricios públicos de rregido- tal no incluido en la jurisdicción de Montevide· ·, efectuándose las elec-
res (id., Libro IV, so8). ciones el 19 de enero de 1785°0 • Y debido a ulter:ores providencias, el nú-
0
C Real . Céd uª
1 d e sepuembre
· "· •
21 de 1546, en RCP, 7, incorporada a la Recop., V. 111
1 8 • omp .. SALVADORES, l. c., fü.

. r.o AEC, [serie 1), I, 174: ADOLFO CARRETÓN, La Municipalidad colonial, 249, Buenos
r.o AEC, serie 111, 111, 334, 336, 46oy 463: RoMA' :.! ~. ~ ¡j,
Airea, 1933 FRAsc1sco L R Id., ibid., 482: cabildo de enero 22 de 1767. ! ,:criormente el Alcalde' Provincial
· qoe por otros documentos se conoce que e1 an-o
rn
. · · OMA Y afirma
anterior e1· erció d de la Santa Hermandad pidió que se aumentara <: , 1mero de alcaldes de hermandad,
. ~sas f unciones
· · 1

(Anti u Juan de Garay, el Mozo, hijo del fundador de la cauda


f.
a¡ os servicios policiales, 11, Buenos Aires, 1939).
pero el Cabildo se remitió a lo resuelto en 22 de eie de 1767; íd. ibid., IV, 218 y V, 8.
i;a AEC, serie 111, VI, 168; SALVADORES, 62; Rm .\Y, 27-28.
I é dA~UEL M. CERVERA, Historia de la ciudad y provincia de Santa Fe, J57J-J85), 81 AEC, serie llI, VII, ·1-15 (diciembre 30 de i ¡ ·l4).
' ap n 1ce, 12, Santa Fe, 1907 .
00 Id., ibid., 446-447 y 453-459. La jurisdicción d.~ Montevideo comprendía originaria-
.,
m ACADEMIA NACION L
Bue A' A DE LA
H , :i- .
ISTORIA, Actas capitulares de t.urnentes, 1, 240, 255
y
- 79 • nos 1res, 194 1. . mente desde la boca del arroyo Cufré hasta el Pan de Azúcar, y tierra adentro hasta
113
ACADEMIA NACIO · S las cabeceras de los ríos San José y Santa Lucia (Revista del Arcliivo General Administra-
Aires, . l'OAL DE LA HISTORIA, Actas capitulares de Mendoza, 1, 332, Bueno tivo, 1, 100. Montevideo, 1885). La gobernación, creada en 1749, abarcaba idéntico dis-
1945
66
JUAN ALVAREZ Hº t · d · trito. pero e~ virrey Loreto lo amplió a toda la Banda Oriental, hasta el río Negro, por
nación de alcald d i~ orza e Rosario, 43, Buenos Aires, 1943. Sin embargo, la desig: a~~o de sepuem~rc 4 de 1788 (~ARLOS FERRES,. Epoca colonial, La administración de jus-
CERVERA, I, . e e oronda no se efectuó con regularidad sino a partir de 1774. ticia en Montevideo, 9, Montevideo, 1944). Sm embargo, el Cabildo montevideano no
667
lil5 CÉSAR B. P.ÉREZ COLMAN H. . 4 obtuvo con ello mayor jurisdicción, y el de Buenos Aires siguió ejerciendo sus poderes
Paraná, 1936. ' istoria de Entre Ríos, Epoca colonial ( 1520-1810), l, 22 '

63
62
,
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

A fin es del siglo xvm, si n embargo, aquella competencia limitada a


mero de m agistrados rurales en B u enos Aires aumentó h as ta 19 antes de
juzgar los delitos de hermandad les fu é cercen ada, y en todos los casos en
la revolución a1.
c¡ ue p odían actua r su función q uedó limitada a ins tru ir el sum ario en las
La competen cia de los alcaldes d e la h erm a nd ad es ta ba limi tada a los
ca usas criminales y a recibir la prueba en los juicios civiles 6 5. Idéntica
delitos d e ese orden que ya hemos e n umerado. Tenían , :u.lcm ;ís, fa.cu ltades
c:o;npetencia tu vieron siempre en los p le itos de indiosºª·
p olicia les y hasta administrativas en s u j urisdicción, y con frecuen<.:1:'. actua: Además de estos alcaldes, hubo también en casi todas las ciudades un
ban también como d elegados de los o tros m agistrados para per~eg un~··ª 1 .?s funcionario perpetuo llamado Alcalde Provincial de la Santa Hermandad.
delincuentes, instruir el s umario o juzgar las causas correccionales -. ~n L a R eal Cédula <le ma yo 27 de 163 1 creó el cargo y ordenó la venta del
realidad, las necesidades de cada época y <le cada lu ga r h icieron .\·an_ai oficio en rema te p úblico, asigná ndole asiento en el cab ildo con voz y votoºr.
· 1.
m u chas veces, por providencias especia les, 1as atnuuc10nes· d e estos
. . (uncJO·. . Se tra taba, sobre todo, de una función honorífica, pero que también incluía
n arios, q ue aumen taban en deter minadas ocasiones por d elcga cwn expies.t la fac ultad de "en tender e n la execución De la J usticia De la dha. Erman·
de los a lca ldes ordin arios o del propio gobernador. . ele dad ... y en todas las otras cossas y e n cada una dellas en q ue los Juezes
En la j urisdicción bonaerense, además d e entender en los delitos ejecutores Pueden y d e\'en ten er y conocer" 08 •
herman dad los alcaldes obtuvieron también compe tencia para actuar en Orig in a lmente la competen cia de los alca ldes prov inciales era idéntica
d em andas .:por cantidades cortas sin <laño grave y c.¡. asi pueda oyr Y Ju~?: r 3 a la de los otros jueces rurales. La primera vez que un título de tal natu-

A
· · ¡1a e1e ser Verbal d ·

o B
as ta Veinte p.ª y n o mas en la entelig.ª de l q. e l ju100 ra leza fu é presentado en Buenos A ires, el cabi ldo entendió que aquél venía

ic .U
Posteriormente se aumentó esa cantidad a 30 pesos, y se les d ieron fa cu lta . es a reemplazar a Jos mag istrados q ue se elegían anualmente p ara la campa-

ém ioja
para determinar verbalmente la tute la d e huérfanos, debiendo ~ace~ . 1;~·
1

ventan·o y tasac1'ó n d e s u s b'ienes, y rem 1ll


· · r ¡a causa a· J·a J·ustic ia o rc.1111an a ·

ad G
de corta en tidad desde el :uio pasado de ochenta y cinco, en que dhos. Alcaldes ordinarios
mu1·idos de la d istancia de los territo rios, y d e la d ificultad de ocur rir p or ellas a tantas

ac el
i1rgcn cias como l:is que se presentan les concedieron y ca ~la a1io les conceden la delega·

o d
. 1 ie se re fi ere al
en el r es to <le la Banda Orien ta l hasta la re\"olu c1ón , exccpl<> e n °
_<! L tl . '-'· C:u los tión " (.·11-:C, serie 111 , VIII , 327. El expedien te comple'.> ha siclo publicado por R1CAROO

us eca
. . . <l . Id
ternto no asigna o a la i:wdad de Sa n Fern a ndo de ,\la una o > ª tl . la villa c ..,.111
L El'F.:-;F.. ll istoria del derecho arge11ti110, III , 243-26..¡. J;luenos Aires, 19-16).
<le Mal<lona<lo.

t
"" SALl'AIXJRES. Gj. La Audiencia de Buenos Aires 1'esolvió en n oviembre 10 de 17Rg

io
. . - d 1 ar a la campa_1í:1
01
El 1Q de enero de 18 10 se eligiero n 19 alcaldes ele_ h er m an ª.e P orteii o (.-ll~c.;, que los alc:a ld c:s d e hermandad "solo p0<lran celar los pecados publicas, cuidar de los

bl
bonaerense, y 5 para la r egión de la Ba n da Oriental suje ta a l cabil_d o P . 'ó tanibién vagos, prentlc:r in f1 aga nt i en las cau sas graves de heridas, muertes o semejantes, después

Bi
. . 1 L :\ n e 1ig1 •
sene I V, I V, 6). Conviene recordar, además, c¡ue el Cabildo. e e . 11 !:1
. idad. de prec:nder al réo, cia ndo cuen ta inmediatamente a qualquiera de los Jueces, formar
sumaria Instructiva con los test igos p resenciales ... que pasarán dentro de las veinte y
alcaldes de hermandad para s u propio d istrito , aunque con oerta in cg u .ir . 193 8 :
02 MANUEL lnÁ,' iEZ FROCllAM , L a orga11izació11 judicial arge 11 t1na, . 6 · La p 1.ita. t1 uatro horas, ó ;í mas tardar por alguna casual idad dentro de tres días á los Jueces . . ."
189 51 .¡0-.¡ 1.
SALVADORES, 62; L u is E. GJMÉNF.Z CoLODRERO, Historia de l'ag11111111v hasta (Li:1·EN1':, III , 260; \"er rl F.C, serie III , IX , 197). Del mismo modo. en enero · 22 de 1681
el cabildo tucumano autorizó a los alca ldes de hermandad para "evitar todos los pecados
La Plata , 1945. ·dcn·iha publicas y esca ndalas q u e u biere entre ynd ios y espa1ioles ... )' puesto en estado de
. . V x. 1 01 •
G3 Cabildo ?e f~brero 3 <le 1735 (AEC, sene ll, VII . 16!ú: ~ª. RccoJ:• ".~nf.: J·;statu/VS sentencia remitir dhos. aut os y causas a uno de los alcaldes orclin.º " ' (Actas capitulares
1

que en los p lenos inferiores a 20 pesos deb ía proced erse en JU~cw vc_r IJ,il. ~ Tucuni:\n. en
Y Ordenanzas de la ciudad .. . de Bue11os Aires, cit., ord. 3·1· U Ca hildo _lc a n cl'1r pag:~r 1 de Sa11 Miguel de Tuc111111i11, cit., I , 106).
"" Segú n las Orde11a11:as de !\) faro para el Rio de la Plata los alcaldes de hermandad
111
enero 22 de 168 1, au torizó a los alcald es de hermandad "para c¡ue puecl.i_n ' .-
11
admiur eran incompetentes en c;rnsas de indios. salvo . el caso de hurt~s d e gan~d~s (ord. no 52,
1lasta en ca ntidad de d ose o q uin ce pesos a las partes que ante e 11 os ociirn.esen si~ : ·11 ran1 .'º 1·cr supra. nota 17). Igua lmente, la Rcrnp .. V: 1v. ·1 e~ta?leda: Los provmc1ales y al~-i l des
·
escritos de ninguna parte sin o verbalm.« formara n un breve JUISIO · · · re< 1l1c1en<1o " , en este de la herma ndad n o puedan con ocer de plenos de md1os en mas que hacer la avengua-
. . . · · dolcs so 10 •
Y ss1 ub1ere negativa lo rremitira con los primeros escritos ad nuuen lo .1 juste ·Y tion y rem itirla al ordinario; si 110 fue re sobre hurtos ele ganados, que en este caso
· d · · · · · d"
caso y 1lac1en o rem1S1on <le ellos a Ja J USll cia or 111 . • d e e "s t ~ ciu 1
·' ¡1ara· qu e poclr;\ n proceder com o los ord ina rios". Respecto del Tucumán, ver infra, notas 94 y sig.
determine" (Actas capitula res de San Miguel de Tuwmá11 , cit. , l. 106 )· ¡\u ;.Jiencia. 07
.·JEC, [serie IJ . VIII , 395; R ecop., V. iv. 1.
· fo rme a 1a ·do
.. Resolución d e e nero 10 de 1786: SALl"ADORES, 63. E n un 111 d . d "h a n cxerCI "'' R ea l Cédula d e agosto 31 de 16.¡..¡ , confirmando el nombramien to de J uan Crespo
de marzo 3 t de 1787. el Cabildo expresaba: Jos alca ld es de herman
1
ª Ley s::gu nda . Flores com o alcalde provin cial de Buenos Aires, en RCP, 2¡6, y en AEC, [serie I), IX,
J.urisdiccion ordinaria en los cinco casos de Hermandad qu e pres~n ve ª
del?nc¡uen · 1-16. Los jueces ejecutores, en la legislación espa1-10la , eran simples comisionados o dele·
titulo trece li bro octavo de Castilla, ceñid a solamente á la aprehensio~ ~e cover 11 adores,
1 105 gallos de la justicia ord inaria.
tes, formacion d e el Sumario, y r emision de e l un as veces á a lo~ S~n~r es dclegacla _con
y otras á los Alcald es ordinarios, y [han ej'er cido cambiéll jurisclicción] l Jos cinlcS.
. . "ó n, asi en los ciernas negocios, que n o son ele H erm:HH hd
l lln!lac1 • como c1 65

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

pleitos substanciados a los alcaldes ordinarios parl que éstos pronuncilran


ña6º; pero la R eal Cédula de octubre 3 de 1643 declar ó que la Yenta de
el fa llo, ya fuera porque en casos determinados actuaban en la misma for-
ese oficio debía entenderse " sin perjuicio de La elección de alcaldes de la ma como oficiales cuadri lleros del alcalde provincial. En cambio, éste con-
hermandad q ue antes salia a ver" 70, y desde 1649 volvieron a realiza rse los tin uó teniendo el carácter de juez ordinario con respecto a los delitos de
nombramientos de estos últimos. hermandad que se come tían e n lugares despoblados 7 5 •
Empero, la falta de definición legal de sus atribucion es respectivas pro· Pero las resoluciones de la a udie ncia no dieron término al problema.
vocaba numerosos conflictos. El gob ern ador Bruno Mauricio de Zaval a, E l cab ildo continuó protesta ndo p or aquella subordinación impuesta a
a fines de 1717, ordenó que los alcaldes de la h ermandad estuviesen subord i- los a lca ldes de h ermandad 1a, y esta si tuación se complicó aún más t1 causa
nados al provincial, y que éste fuera juez de las apelacion es interptH:stas de los abusos y de litos que com etía el provincia l. El 8 de marzo ele 1805 el
contra las sentencias d e aquéllos 7 1 . No obstante esta resolu ción, con tinua- ay untam ien to resolvió, p or esas razones, no invitarlo a las sesiones del
r on las protestas de los alcaldes de hermandad apoyadas a veces por el cuerpo, y en caso de que concurri era n o permitirle tomar asiento 77 • Pocos
días después el mismo cabildo sostenía que "este empleo se considera ente-
cabildo, el cual opinaba en contra de esa subordinación impuesta por el
ramente inutil, h aviendo como hay Alcaldes de H ermandad, y mas bien
gobernador 72 • En definitiva, y a fines del siglo xvm, se llegó en B uenos perjudicial, por que n o teniendo maiores emolumentos, no puede entrarse
Aires a una solución ecléctica. En efecto, en nov iembre 10 de 1789 la en él por compra sin fines torcidos" 7 8 . En consecuencia pidió al rey la
Audiencia resolvió que los alcaldes d e hermandad no debían estar su jetos

A
supresión del cargo, sin que se llegara a tomar resolución alguna al res·

o B
al _provincial, pero éste tendr~ a "facultad de n ombrar á estos ú otros Qua- pecto 10. Pero e l cabildo h abía advertido sagazmente la inutilidad de esta

ic .U
dnlleros, para el mas expedito vso de su Jurisdicción" . y en febn:r o 9 m agistratura, creada para lucrar con la venta de un oficio que por su

ém ioja
~e 1791 el mismo trib.unal volvió~ declarar q~e. el alcalde provincial podía n aturaleza n o deb ía ser entregado a l mejor p ostor.

ad G
n ombrar ~~ra el mejor_ desem peno, d~ su Of1C10 en la Campaña, y d espo-

ac el
~lados, OflCl~l~s Quadnlleros'. que ba10 sus ordenes inmediatas ... , prac- 3. Las apelaciones en la justicia capitular.

o d
tique~ . las pr:sio~es. delos De~mcu~ntes, suge tos asu conocimiento p i-ibati-

us eca
L as sentencias de los alcaldes - ta nto de los ordinarios co1Tio d e los d e
bo ... ; y que as imismo podn a design ar a los alcaldes de h erm and d hermandad e n cuanto éstos tuvieron el poder d e j uzgar- eran susceptibles
. ·

t
· a como

io
"o f 1C1a 1es su10s, yservirse de ellos del (mismo) modo que los Alcaldes or- de un recurso de apelación . Las Leyes de Indias disponían que la Audien-

bl
cia del distrito debía entender e n el recurso, o que éste debía interponerse
dinarios lo egecutan, a fin de que le ayuden ael mas exacto desempeño
desu obligació n de Alcalde Prouincial, dandole cuenta d elo que ocurr;.i. e nla Bi ante e l cabildo si la cond ena no pasaba de 60.000 maravedís 80 • Pero estas
campaña, sobre D elitos de Hermandad"73. reglas no siempre fueron observadas en nuestro territorio, debido sin duda
Por consiguiente, a la dista ncia que lo separaba del tribunal superior.
. . . desde fines del siglo xvm el alcalde provmc1a · · 1 de
Buenos Aires ejerció la misma jurisdicción que h abían tenido origina l-
men te los alcaldes de herman dad. Estos ú ltimos privad d 1 · · ·
'º I nformes del cabildo, ele diciembre 19 de 1789 y marzo 18 de 1805: AEC, serie I II,
l d . . . . 4 • os e e1erc1cio I X, 208 y serie IV, Il, 18.
~omp eto e la función JUd1C1al7 , quedaron reducidos a la condición de ''' AEC, ser ie I V, II , 19 (enero 17 de 1805).
1ueces delegados, ya fuera porque tenían que enviar los s um ari· o~ y os ~ AEC, seria I V, 11, 40.
1 .,,, AEC serie IV, 11 . 45: sesión de marzo 11 tic 1805.
'º La r~al céd ula de abril 18 de 1806 pidió a la audiencia que in formara acerca de
eo AEC, [serie l), VIII, 38 2-1 16 Y 437·.¡.i7; IX, 416·-119; v X , 11 7- 121·, GARRETÓ:-1., la conveniencia de suprimir el cargo de alcalde provi!1ci3:! (Ced ulario _de la _R ea~ Audien-
25 1-255; ROMAY, 18-19. I
cia de Buenos Aires, Ill, 1¡ 17, La P lata, 1938; pubhcac1ón del Archivo H1stónco de la
~ AEC, [se.~ie I]. X, 134- 136, y R ecop., V. iv. 3.
AEC, se11e ll, IV, 456; SALVADORF.s; 6 .
Provincia de Buenos Aires).
3 t<1 Reco/J., v. iii . 1; V. x_i i. 17 y y. xi i: 23. El fallo ~el C~?.ild? era definitivo, pues
:J AEC, ser ie 111, VIII , 328, serie lV , I , 53.¡, y serie IV II 1 n o quedaba o tro recu rso (id ., \. 1 x 11 . 20¡. La ley 17, lit. xv111, libro IV de la Nueva
.J LEVEl"E, llI , 260 y 263; AEC, serie lII , I X, r. 2 • • .' ' 9· . .. .. .
q ue se seguira a el buen orden y recta a.d ministr~z·3· E\ cajhtlclo protestó por el per.1u1z10
Recopilación con ced ia el mismo recurso. Pero r n América "'pocas veces lo vi practicar",
a devi<lo efecto d ho . Auto en Ja parte ele ion . t ~ ust. ·ª en la campaña de llebarse di ce SoLÓRZANO, II, 256. Los 60.000 maravedíes equ ivalían a 133 1{3 pesos de la época,
• coarta y hmll•t la Jur º r . a r azón de '15º maravedís por peso.
ejerzen los Alca ldes de Ja ermandad nombrados ' . ,' ... tst 1z1?~ que al p r esen te
" Supra, n ota 6 . por este l. C. (1d., 1b1d., 52 1).
5

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,--
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

la d ha . p ro,·in cia·· 11 1• Luego la Orden anza sobre descubrimiento nuevo y


En lo q ue se refiere a las apelaciones an te el cab ildo, n o consta que población, de julio 13 de 1573 8 :;, comirtió a los adela ntados en trib unal
este cuerpo ej erciera tal a tribu ció n d ura nte los siglos xn y xn1. Lo com ú;t su perior de los alcaldes. Al desa p arecer aq uellos fun cionarios, los gob erna-
era entonces recurrir al gob ernador o su te nien te pa ra que éste re formar:i en d ores que les suced ieron continuaron ejerciendo idénticas atrib uciones, ya
segunda instan cia la sente n cia. Per o du rante la sigu ien te cen tu r ia se hi10 f uera di rectame nte o por medi o de sus tenientes, de tal modo que se in-
frecuente apelar a nte el cab ildo e n las causas de me n or cua ntía, posible- cluyó en la R ecopil ació n de 1680 una n orm a es pecial p ara esta provincia,
mente al encontrar en la R ecopilación de 1680 la no r ma es pecial que ncor- que decía : "de las sentencias pronunciad as p or Jos alcaldes m ayores de la
d~ba tal recurso. En esas ocasio n es el cuerpo municipa l - d espu és de tleci- p ro \'incia d e l río d e la Plata, o del teniente de gobernador, pued a haber,
dir acerca de la procedencia del r ecu rso- admitía Ja a pe lación y d esign a·
Y haya a pelació n para ante el gobernador de aquella p rovincia, el cual
b a ~ ~~s de sus miembros para que com o "eliputad os" dictaran la sen te nc ia
conozca y de termine en este grado en los casos que no h aya n de con ocer
d efm1t1va,_ recurriendo a veces a l dicta me n de un abogad o 81.
p or apelación los ay untamientos" sa. N o obsta nte esta última restricción,
El cabildo sólo admitía la apelació n e n los jui cios civiles, n eg;índose a
dura nte los siglos xv1 y xv11 los gobern adores entendieron también en las
fallar l~s d e orden crimina lS'.!. Y en cu a nto a aq ué ll os, no sólo ac tuaba
causas de men or cu a ntía.
como tribuna l de a lzad a d e los alcaldes o rd in arios, sino que ta m b ié n d a h a
En la gobernación de l Tucumá n ta mbién estu vo en costu mbre apelar
curso a las ap elaciones que se interponía n contra las sente n cias de l te nien te
al gobern ador o sus tenien tes de las resoluciones judicia les de los alcaldes 87 •
genera l de la gobern ación, y a un del tribuna l de R eal . H acien da, siemp re

A
A mediad os c!el siglo xvm la Audi encia d e C harcas quiso reaccion ar con tra

o B
que se tratara d e juicios de men or cu an tía s3.

ic .U
El c_abildo tenía también , com o orga nismo d e gobiern o , ciertas fac ul- esta usu rpación de sus facu ltad es, y en junio 2 de 17-15 dictó una Rea l

ém ioja
tades vmcula~as a la administración de justicia. D irimía las contien das P ro\'isión orden ando " l1ue las apelacion es de las causas que se siguen ante
los Alcaldes Ordinari os y clcmas Jucses de esta Provincia n o se ar ras tre a

ad G
de com petencia entre los jueces que él h abía design ad o fij ab a sus faculra-
des y obligaci ones, Y d es1gnab
· ' · o los J u zgaclos, d e los Se1iorcs G overn ad ores y sus luga res Thenientes, por

ac el
. . a sus reem plaza ntes e n casos d e a usen cia
bia de ap e lacion ni o tro m o ti bo a lguno " ·~ . Pero inmedia tamente el virrey

o d
impedi'.11ento. Ante él debían inscribirse los ab ogad os, y e l m ismo cuerpo

us eca
entend1a en las queJ· as d e 1os 11uga· · ntes y e n las recusac10nes · ¡·ormu I·,1d ··'1s d el Perú dispuso, e n 1750, que los gobernad ores eran jueces d e apelación
"de los Alcaldes ordin a rios en las causas de m a ior quantia y e n las de

t
contra los alca ldes.

io
men or, O torguen los A lca ldes ordin arios a los Ay unramientos " S9 •

bl
E n las causas superi ores a G0.000 maravedís era común a p e la r a nte el
g?bernador d el distrito o ante su teniente d e c;<l a ciud ad. Este rec urso de-
rivaba de la costumbre y el e ciertas
·
Bi M RCP, 7: ver supra , n o ta ,19·
n ormas p n· m 1t1
· · , ·as q ue paree "t,tn aco r- .., Los ad e la ntad os " tengan Ja ju r isdicción civil y cri mi na l en grad o de apelación de
e l te nie nte d e gohcrnador , y de los ... alca ldes o rdin a r ios q u e no oviere de ir a nte lo~
dar!~, Y fué en d efiniti va adm it ido por la legislac ión . L a Real Céd ula ele consej os" (Colecció11 de docu111e11 tos i11éditos, ci t., VIII , 508, y Rccop., IV. iii . 14).
sept1em br~ 2 1 d e 1546, que facu ltó a los a lca leles o relin a rios para e ntender "' R ecop., V. x ii. 27. ·
en los _de litos de herma ndad en el R ío ele la P lata , el is¡, uso aelem ás " que las • 1 Esta fa cul tad le fu é reconocida. por la A u diencia de C h arcas, en su Real Provisión

apelac10nes que d ello se ynterpus1eren · d e e nero 30 de 1Go8, q u e ordenaba a l goberna dor del T uc um;\n "qu e en p ri mera insta n cia
. . . vayan ante! nro. go, ·ern a el or <le no q u ité is las ca usas civiles ni crimi nales a los j ueces ord inarios de la d ich a ciudad de
San Mig uel hasta que las vea n , sentencien y d e te rminen , ni desp ués de sentenciadas
in
•.
1umcrosos c¡·emplos
. en ¡ as a ctas. tcl • .
1 Cabildo: ver :ll·: C , serie 11 VIII. :19. li 1· -1.l' , ,· si las partes n o apelaren a nte vos" (PUnLICACIONES DE LA J UNTA CoNSERV.\ DORA DEL ARCHI ·
5º:>· 1XÉ Sr.·
13· 1 • vo HrsTÓRIOO DE T ucuMÁN , serie I , vo l. JI, Docu me11/os co loniales relatiuos a Sa n M iguel
:>• se n e III • I • 388 •etc., Actas caJiitula rcs tic Sr111t iilf!.O ' ¡fe/ r:sta o, (lt.
· . ~TI '
de T ucumá n y a la gobcruació11 ele Tucu111á11, siglo xv11, 109, T uc umán, 1937). En esta
e121
n / ; 74:ó n una 0 _p ortu nidad la A u diencia ele C h artas d crnl vió los a ut os rcm it ,dC>S
misma o b r a , vol. IV, ya citad a. se publ ican varios pleitos seg u idos a nte el a lcalde o r d i·
d Bpc ao n ~ ese tn b u na l, por ser "Causa d e m e n o r 1¡11 a nt ia" )' los env ió a l Ca t,.ldo
. y tlctc rm inc ronío r m· c a dro, c 11 g r a< 1o 1le 11ario y llevados e n a pelació n a l ten ien te d e gobernador: ver p . 59, 7 1 y 138.
hea p u enos. "·A ire s " para q u e 1o 5u sta n s1c "' Actas capitula res ele Sa 11 t iago del Es tern, c it ., 1, 480.
e 1as ion • pero e l c ucr · · ¡ · · e l exped ie n te a l gohcrn aúor (1 11·~ C, se·
ríe lI III po murn c1pa r e m1t1ó "' Id .. ll, 78. Con f. : EFRAbr CAROOW, La A udirncia de Charcas )' la faculta d de go-
• • 2 14 y 2 16).
bierno, e n H 11 111a11idacles, ni'11nc ro de ho m e naje a Ricardo L cvc nc, XXV, 1\\ p a rte, 15 1,
: A~C, serie 11, VI, 729 .
A l~C, serie 11 VII 8 ¡o L1 Pl a ta, 1!)36.
535 y 544, c te. E n ~ocio ~st ym.
99 Y 1~ 2 ; 1 73- 338, 505 y :,;.,8; y se rie 111. II , 17. 7· ·. ji;
d e Castilla lil> . ~..se segu 1a n las n o rmas establ ecida s e n la Nueva R ccop1/oc '
• . 1V, lit. XV III , leyes 7, 8 )' 18.
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L.
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

r
En 1764 quedó precisado aú n m ~ís e l procedimiento, a l resoh ·er la Au- común, aunque en definitiva no llegó a crearse un sistema original debido
diencia de C h a rcas que "la s apelaciones de las cente ncias dadas de los . \1- a l es~a~o número_de naturales que exis tía en nuestro territorio, y al pre-
caldes ordinarios, sean sola men te concedidas, a este Go\'iern o, y no a su dom11110 que rápida men te alcanzaron los interesados en mantener aquella
Then.tc Gral." !Hi_ D e todo lo cu a l se deduce que e n la mayoría de los casos subordin ación.
se ago taba n las instan cias en e l mism o terri tori o, siendo excep cion <d es los . No f~lt~r~n, sin embargo, ten tativas para crear una jurisdicción espe-
pleitos que ll ega ban al supremo tribuna l insta lado e n C h arcas si se ~ rataba cia l ª. pnnc1p1os d e l siglo xv11. En diciembre de 1606 el gobernador Alonso
del fuero o rdin ario. Pero cuando se in sta ló la Aud iencia en Buenos Ai res de ~1 be~·a n om bró \'arios jueces de naturales p ara distintas zonas pobladas
~e hizo más fre cuente recurrir a ell a en procura d e reso luciones definitivas. po~ md1gen as, con encargo de h acer cumplir las ordenanzas que los pro-
También la creación de las Intende ncias hi 70 variar el tdrnite d e las t~gr an Y de _entender en todos los pleitos que se suscitaran, con apela-
a pelaciones. L a fac ultad del gobern ador p asc'i a l teniente le trad o ele cad a ción al propio gobernador. Los cabildos de Córdoba y Santiago del Estero
intendencia, pero sólo en lo referen te a los pl ei tos suscitados "en la Ca- protestaron y resolvieron apelar d e estas medidas ante la Audiencia de
pital y su particular territorio", de ta l m a n era que e n las ciudacle~; subal- Charcas, la cual resolvió dejarlas sin efecto !l3.
ternas se hizo forzoso recurrir a la Audie ncia e n apelación de las sen tencias A los pocos años las Ordenanzas de Alfara reconocían a los alcaldes
di ctadas por los alca ldes ordinarios 01 . o rdinarios jurisdicción para entender en las causas d e indioslM. También
~os alcaldes de la hermandad recib ieron cierta competencia limitada para

A
o B
4. Los jueces de naturales. Juzgar a los indígenas en el Tucumán, pues las mismas Ordenanzas los

ic .U
Problem a muy debatido, especialmente en e l Tucum;ín a principios facu ltaron p ara conocer en los casos de muertes, heridas y hurtos de ganado

ém ioja
del siglo XVII, fué el del régimen que convenía dar a los indígenas. La abu- mayor º5.

ad G
si va explotació n de su trabajo y la incuria de los e n comenderos en el cum- Las normas impuestas por Alfaro crearon también un alcalde indígena

ac el
plimiento d e s us o bligaciones, su scitaron entre las autoridades eclesi<is~i:as como a uxiliar ele la justicia, y con facultades policiales "para que los yndios

o d
us eca
y civiles frecu entes protestas, que e n definiti,·a produjeron la famosa v1slla \'ayan entra ndo en pulicia". Se ordenó que en cada reducción hubiera un
de Alfara en 161J02 • alcalde y un regidor si el pueblo tenía más de cuarenta casasºº, teniendo

t
io
E l problema era ge neral en América, y se vinculaba con los_ a~pectos

bl
r eligiosos y m orales de la conquista. Para evitar la absoluta su1ec1ón d e "'Archivo Mun icipal d e Cdrdoúa, Lihro I V, 268-272 , 312-316, etc., Córdoba, 1883;
las razas vencidas, las leyes procuraba n organizar s u existencia impo niendo Bi carta d el gobernador Ribera . ele fehrcro 11 ele 1Go8, en JUA N PABLO VERA, Catamarca y
la s ci ud ad es de J.011dres, 1 ¡o (puhlicaciunes de la Sociedad Argentina ele America nistas,
cierta separación entre los esp a11 oles y los indios, y evitando en ~o ~o~ ibl e I, Bue11os Aires, 195 1).
11
la explotació n de éstos por los conquistadores. En lo que a la 1ust1cia_ se ' Ord e11 a111as para el Tucumán, Nt:> ¡:;. en Corcspo 11de11cia d e la ciudad d e Bue nos
r efiere, las n ormas legales se a p a rtaron un ta nto de las reglamen tación Ayrn rm1 los R eyes d e F:sp(J)ia, Il , 31G, Mad rid 191 8; y Ordenanzas para el R!o de la
Plata , NI> 53, en P. J>Anr.o lfrRNÁ NOE7., S. J .. Misiones del Paraguay, Orga11izacid11 social
de las doctrinas g uaran íes de la Co111j1miin ele ] es1ís, Il , 671, Barcelona 1913. En estos
oo R eal provisión ele novie mbre 10 ele 176.¡, e n llH:. serie 111, Ill , 30~. Sin ~mbargo. casos la competen ci a ele Jos alcaldes ordinarios era acumulativa a la del gobernador
el Teniente Gen eral de la goberna ció n, qu e durante ~I . s.1¡:;10 x1·111 h ab1a suslltt1!do a l ) sus tenientes, según queda ya ex pli cad o. Se dispo~ía también que "no puedan sen-
-obern ador en s us funci ones judiciales, conser vó la pos1h1l1datl d e actuar como tnln1nal ten ciar ningun yndio sin traerle a la ca r re l de la cmdad o pueblo de españoles". La
~e alzada, pues la Real Provisión con tin uab a dici~1Hlo q~1e "Solo _en caso dde cometerse~~
1
J?ecof>., V. iii . 16 sólo autorizaba a los alca ldes a entender en pleitos de indios si "estu-
"º Scguira la secue la ele la Segunda rnstanc1a, en cu10 casso e a ce11tenc1.1 viere en ros tumhre".
p o r dh o. Gov · ' ' R 1 !\ 1· · "" Ordenanzas para el Tucumán, NO 7·1· Esa compe tencia se extendía a todos los
• t )ronunciare se inter pon ga y otorgue la apelación p_.• la . . uc _1enc1a y n o. para
q. es e. l Q s n usas c¡ue n o Exsed ieren Ja cantidad de q111111cntos . p.' c1enclo delitos de hermandad si el alcalde bahía sido antes ordinario en el mismo distrito. En
el Gov1erno. ue en 1a • · . · O d' · s t Si i el Río de la Plata, en cam b io, sólo se les permitía conocer en casos de hurtos ele ganado,
· d l ·c·or Gov º ' confirma toria ele las just icias r manas. e excu e , 1
la cen ten cia e s 11 • .. • • • 1 -G·) facultánd olos ta mbién para instruir el sumario y remit irlo al alcalde ordinario (orde-
embargo de la apelación q.• se interponga (Cabildo del 28 de JU1110 t e 11 :> • nanza NQ 52). Lo mismo dispo nía la /l crop., V. iv. 4.
01 Ver s u p ra, nota 40. . . . 00 Ordenanza NO 22 para el Tucumán. Coní. : ord. NQ 8 para el Río de la Plata .
. 13F.cu' ¡ n r etT /a111r11/nció11 de las e11ro 1111P11<1as e11 tcrnt o n o Cuando la reducción 1enía más de ochenta casas d ebían elegirse d os alcaldes y dos
1r.: Ver R1<.: AROO Z.ORRAQ UI:-< . · • • o . . _
· 1a rl e. 1a Facultad
ar,,en /1·110, e n !', eurs . d e, D erecho y Ci e11 n as Sorwl<'s, ano l. tercera época, 1egidores.
N; 1 , 129 y sig., Bue nos Aitcs, • ~Jlli.

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IU_ _
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

las referidas ordenanzas


. _ . .de Alforo.. Desde entonces , por lo t an t o, ¡os p 1ea· os
aquél "jurisdicción para tener un dia o dos preso el ynclio que f._JLare d e en .~11e era ~),11 te .un md1gena deb ieron substanciarse ante los alcaldes ordi-
mita o doctrina o se emborrach are y ansi mesm o les pueda dar seic; u ocho na1 10s o an.e el JU7gado del gobernador o sus tenientes, con exclusió dº
a~otes ... pero quando el yndio delinquiere mas conciderable me!He a d~ todo otro fuero. n ~
prenderlo y traello a la ciudad y en tregall o a la justicia"!lí. Dd mismo J
También
- -
hubo
1 [ alcaldes· indi os en b reducción de los quilmes, l os cua-
modo, "en los pueblos de españoles n ombrara el cabildo un yffJio para es e1erc1eron as un ciones policiales que ya se han indicadoI03
alcalde mayor el cual tenga asu cargo el gou ierno de los yndios"!_.ñ_ . 1 Pero .1
donde ¡ mejor se organizó la 1·usLicia ' confiada a 1os mismos · . natu-
Esta última norma comenzó a cumplirse e n Cúrd oba, Y posi~Jlemente 1 a es,. ue . , acuen
. , o a 1as prescr·ipciones , d e Alfaro , fue' si' n d u d a en 1as m1s10-··
en otras ciudades. El 3 de enero de 161 3, "en con fo rmyd;1cl de 1:1s horde- nes 1esu1t1c,1s. Anualmente eleg1a cada reducción su cabildo ·
nanzas del señor licenciado Don Fra n cisco d e Alfaro .. . se juntaron Jo-; d acles debí an ser confirmadas por el gobernador Hube ' ~~yas aut~n·
yndios natura les desta ciudad y entre ellos se LraLo y se elix io pr.r alcalde a1lcaldes ordinarios y dos alcaldes ele la hermand.ad , cot1 getn'eb1 a i:nente aná-
a n uc10nes os
d e los n aturales a Miguel yndio de la e ncomie nda d e Pedro d e las Cassa;; ogas a las que tenían los jueces capitulares entre los españoles104 s·1
al qual se m ando llamar para le e ntregar la bara de la rrea l jusLicia"!H>_ L:.. bargo, como es lógico, aq uell os alcaldes estaban subordinados mo. ¡ n em-
-- 1 · ra y ma-
te11 a mente a 1a a utoridad del cura respectivo - qt1ien sol 1'a n 1os in
- 1 " · d'ws
actuación d e éste no debió ser muy conspi cua, pues un tiem po d espués
someter directame nte sus querellas y li tigios, m ás como árbt. ti·o
el cabildo cord obés hacía constar que "acude mu y mal a ello enborrachan - - Ad · .1 - que como
JUez. emas, queuaba siempre a los n aturales la posibilidad de ·
d ose muy de ordinario y h aziendo otras cosas que no debe". l · d 1 l\ · . recurrir
l

A
a. · -superior e
.-·. 1 ·
as f 1s10nes o
.
al gobernador español ,
en el .
CUISO
d e as

o B
Fué destituido el 7 de septier1bre de 161'1, y reem plazado por el indic. \ 1s1tas pe110u1cas que se rea lizaban a las doctrinas 10.; .

ic .U
Jua n García, con todas las facultades con[eridas en las Ordena nzas d e
· Este sistema · se modificó después de la ex pulsión d e los 1·es u1' t as. e on-

ém ioja
Alfara, "y pueda quitar las borracheras y castigarlas y prender culpados f
100 tmuaron
· d unc10nando
- los cab ildos. indígenas has ta qu .º. ft•ero · n d esapare-

ad G
q ue cometieron d eli tos y dar a biso a Ja justi cia desta ciudad" . cien
_ o paulatmamente .. al producirse
. la decadencia de las m 1s1 · ·0 nes; pero

ac el
El sistema <le los jueces indios desapareció al poco tiempo . Los alcaldes ]Un.to a esas a~1tonc1ades surgieron las d el gobernador español v sus tres

o d
<le la herm andad, que lógicamente te nían contaclo mf1s esLrecho con los tenientes, a qu 1~nes se.facultó "para conocer civil y criminalmem'e d e todo

us eca
naturales, comenzaron a abusar de sus facultades y a ejercer jurisd icción lo que se ofreciere as1 entre españoles, como entre españoles e · d.
. d. . 1- "iou L .
quedaban subordinados al gobin . w ds, e.

t
io
sobre ellos, a pesar de las limitaciones lega les. Llegó a tanto el exceso, <¡uc m 10s con rnt 1os - os tenientes
· 1 d · · et na 01,

bl
el teniente de gobernador de Córdoba se rese r\'6 el conocimiento de todas y este a man atano nop_1a tense. que los designaba. Este sistema subsistió
las causas de indios, ordenando a los alcaldes de la hermandad que n o Bi has ta _181 ~· c~n la sola d1fe ~·en c~~ d e que. el territorio mision ero d ejó de
en trara n e n sus pueblos sin licencia 1º1. Y pocos a iíos después el gobern ador estar m c01 .1
poi
d ado ·a la gobe111ac10 . n del R10 d e Ja Plata, ¡nra p asar 1uego
del T ucumán, por auto d e julio 20 de 1628, les prohibió terminantemente a d epenuer e 1a 1ntenc1enc1a del Paraguayioí .
conocer "de ningunas causas de yndios" 1°~, no obstante lo d ispuesto en
nLICAC IO=- r-~ DE LA JUNTA (A
. ,SER\' ,\DORA
. OF.l. r\RCHI\"() H1sTÓRICO DE T UCUMA. N, sene . II
vo 1_ l V , Doc11111<·11t
· · ¡ ns r o 10 11wles 1·1,lntmos n Sn11 i\li "'1t11e/ de Tucum<'111 Y a ¡n g o b· en1ació11'
"7 Ordenanza N <> 23 para el Tucum;ín. C o nf.: ord . :\'1 !) para el Río de la !' la ta. eIe T11 c111111111, s1g o X\ 11 , :i9 -¡o, Tucllln á n , 19 ¡ 1 ).
"" Ordenanza J\:9 ¡9 para el T ucum;in . ''ª (; i; 11 . 1.1-.R~11 :-;A Sons. Qui/mf'S rn /o 11 ifl /, 37 y sig .. La P lata , 1937.
w Archivo M1111ici pnl de Cónlol>a, Libro V , 287.
'º' I'. P A111.o HFR1'Á:\"m.Z, S. J., J\lisi o11es del Pnrnguny, cit., I, 110 .
>tG I d .. J , 120.
'°" Id .. 357· iw ..·/ 11diciú11 fÍ mi l nstrucrió11 de· 23 rif' A g.,st o de li68 ' ele fran c·isco <e ¡ p au ¡ a Ilucareh
. .
'º' I d ., Libro VI , 165. Auto el e dic iembre 13 el e 1Gzo.
y· Ursua
1 w Id., Libro V II , G.¡. En un proceso cri min a l contra un in<lio , por h u no ele un os ¡ . enero
¡ · · ¡1r; ¡de 17¡0, . IF.R BRAIJ.O, Co lección d e <I ocume11tos relatiuos
· · e n If RA:\"C1sc:o. j •\l' .
11 a expu sw11 < e os 7es 111/11s r e 1n Re¡m/J/1cn 1l rge11ti11n )' d el p -
·/ 11 , ' r- 1·· 1 . , .
¡ .
aiag uay , e 11 e remado de
a nimales , seg uid o en T ucum:i.n en 165.¡, el Alcalde !'roY incial de la Sa nta H ennan clad
condenó a l i nd io; p ero su e ncome nde ro - que era parte n ecesaria en el juicio como de- eai os . ! , 13, R 1872. y· · en Rc¡i1sln de la Diblioteca p 11· /JI"ica de B 11e11os Aires,
. l\I 1\ ..1t .11<.
[ensor del indio- ohtu,·o la nulid ad <le la se 11Le 11 cia y Ja imposició n de costas. al alcaide, ( un d acl .1 p 0 1 . ANUF.L ICARIXI 1 RF.l.l l'S, 11 , 329. Ruc nos Aires, 1880.
o r<len :\ndole el te nie nte de gobernador ¡ 1ue 110 e j e rciera "m;'1s j u risd icción que l a que °'
1 Rea l C.cdula de ma yo 1¡ ele 1803 y R e al Orclcn de marzo 2 .1 ele i 8o6.
por derecho puede y elche usar con los indios". E llo a p e sar de que el alcalde invocaba
a s u favor la referida ord e nanza de Alfa ro y una co 111isión ele Ja justicia ordinaria (PU-
73

72
,-'

Zorraquín Becú, Ricardo.


La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

5. L os alcaldes de aguas. nes . . .·· i i E n ciert as oport un idades el m ismo cabi ld o designó para .d es-
11

em peiiar estas fu n cio nes a u na p erson a q ue no er a miembr o d el. cuerpo


Integraba la justicia capitul ar, en algun as ciudades, un fu ncionario
m u n icipa l, pero e n IG20 reso h ·ió e legir siempre a uno d e los cab ildan tes,
especial cuya m isión consistía en mantener y d istri b ui r la prov isió n de ag ua,
\º de~cle entonces e l n om b ram iento reca ia siempre en u n a lca lde o e n u n
y con facu ltades también p ar a en tender en los p leitos relat i,·os a estos regidor i i i.
asuntos. L a acequia públ ica, q ue tanta importancia te nía en la Yi<l a de
' E n c tm bio, la \'i lla d e Co ncepción d el R ío C u a rto p re firió eleg ir para
a.q uellas poblac!o nes primi tivas, es pecialmente en el in teri or, req uer ía u n la distribu ciún de l ag u a a u n a perso n a aj en a al ca bi ldo. E n Yista de las
sistem a d e gobierno que asegurara el aprovisio nam ie nto y la equ itat i\·a
"continuas d isco rd ias em re los ,·ecinos", no mbró a un alcalde d e agua
distrib ució n d e tan indispensable elemento.
pa ra qu e "Celase ele la lim p ieza d e la Aseq ui a, y el repartimiento d e Agua
Magistrad os d e es ta clase ex istiero n en ciert as ciud ad es del inter io r , a los Vecinos", fac11lt:u1clo lo " para qu e impong a la pen a ele qu atro p esos
aunque p~r lo_ general se encomendó el reparto d el agua a uno d e los a l· de m ul ta a los ,·ecinos q ." co ntr a,·inieren a sus disp osiciones" 1 1:.!. l\Lís tard e
caldes . ordma~1os. En Mendoza, y por resolu ció n d el 3 de enero d e 1603, d esicrnc'> a es te fu ncio na ri o ba jo el tíLU lo ele Ju eL d e Aguas, " p ara q .r o iga
el cab1ldo designó u n func1·o n · · l "
an o esp ecia p ara qu e las R ep arta y m a nd e en dem andas q." se sucitare n sobre su n:iismo empleo p re nda a los d es-
d ar acad a chacara d e los vz os e d ¡ ¡ · obedientes in ponga mu l tas hasta la Canu dad d e d os pe!>os y m as si fuere
· ncomen eros, ye e os ynd1 os n aturales y
otras personas que senbraren la agoa que fu ere nessesari a para las dh as coll\·eniente seg." la ca lidad d el d el ito" i 1=1•
chacar as y asy m as par a las vm· - as q uees ta n f uera d el ex 1do
· . . . y las pen as

A
q ue por el suso dho fueren pues tas . . . le clavan fac u ltad par a q uelas pued a (i. L os fieles ejcrn tures.

o B
mandar executar " 1os.

ic .U
~ 3 ;e:~i~~c~~sedla ci~da~ de San J uan
1 O tros miem b ros d el ca bi Ido ejerciero n tam b ién fun cio n es j ud icia les

ém ioja
en Ba utista de la Ribera (L o nd res), d e un a n atu ra leza panicu lar y l im itada, q ue hoy pod r ía considerarse in-
' ª. or asigno
d e aguas d e es ta ciudad en qu e al alcalde d e segu ndo rn to el cargo d e "a lcald e
cl uida d ent ro d e la ju risdicció n ad m in is tra ti,·a o d.e fa l tas. Se Y i n c u~ aba

ad G
. . .
1d d ' agora Y para siem pre p mas h an d e suced e r ella a ciertas a tri bucio nes peculi ares de los a yu n ta1~ 11 e n tos, en cua nto estos

ac el
e e segun o vo to en es te o fi cio p 11 1.
ara e ) uen g_o )l~rno d el agua _Y ~c~m ~ ·

o d
nistració n d e justicia" 1ou. D ebe d ebía n ,·e lar po r la exactillld d e los pesos y m edid as c¡ ~e empleaba n ~ os

us eca
g·e d C supo nerse qu e la misma n orm a Sl).i;UIO TI · co m er cian tes a l menu deo, y procu rar el abasto. d e la.s ciud ad es a p recios
i n o en atamar ca cua ndo lo . 1 S
. ' s vecm os ( e · a n Jua n Bautista se t ras la- r a1.0n ab les. Tales fun cio nes se co n l.iaban a los lieles ej ecuto res, que a ta les
c1aro n para 1u nd ar la nueva ciud ad d e San Fern :rn do

t
io
efectos recib ieron ad em ás la fac u ltad d e im poner multas y pen as d e o t ra

bl
E n Córdo ba, el ca bildo d e · · HiO'' • . ·
no en i r .1 un o d e sus re~1 dores como iudo le, co n fig u ra ndo así una ,·ercl aclera m a~ i strat u ra capit~tl ar. .
Bi
a 1ca 1e1e (el ag-uas "a el qu a! dsig av·in ¡· 1 · · • ·'
d · .' . ' ' ' Y ( 1ero n pena JUnsd 1c1o n para que Este fu ncio n ari o a parece a Jos pocos a nos d e es ta blecid a la ciudad ,
pluel a s.acar los m~1os necesar ios d e los veún os feud a tari os p ar a el re p ·1ro cua nd o se h ace senti r la n ecesid ad d e regul a r i1.ar ) ord enar la. i ncipien te
e e a d 1clrn azequ ia y pod er pen ar a quien n ¡ dº '
t 1 1 Id 1 . o os iere y executa llas y a v ida econcírn ica. E n Córd oba se cl ig ic'i por Yez p r im er a a u n o ele los regido·
es e ta a ca e e e aguas le de cada vez ino y morador que t u h iere casa qu~ r es de l cabildo par a qu e desempe i-1a ra este ol ici0 e n 111 ar10 3 ele 158 1.
se aproveche d el agua d os pesos por cad a veún o y estos p ued a cobr ar el en carg;índ olc la ,·igi lanc ia d e las m edi das; y a los pocos ;11~1.os, el 2 ele enero
tal alca lde de aguas y sobre ello sactr y bender prend as y h acer p;es io- de 1588, se resolvió que "de hoy en ad ela n te q u ~ ~ ya l~e l ~x.ecu tor que
·
tr a1u-a ' l , ._ , '"
. . 11. •1 ·il t·t d e h real J·usticia y con e lla ad m1111stre JUSllc1a e n todos

Air1r:JJ AcA~H~IA NACIONAL D~ LA H 1sro~1A, Actas ca/1it11lares de Mendoza, I . 26.j . Buenos los ~asas c¡ ue se o frecieren toca ntes al d icho cargo y qu e d e e llo usen y
es, ig ¡:¡. En esa oponun~dad se designó a uno ele los regidores del Cabildo, pero el
2 de enero de 16o5 se resolvió que desempeiiara el cargo "EL alcalde mas modern o" q
:I
fué 1 de segundo voto, ~ebido a la escasez de pobladores (id., 3.¡6; ver también' ~\~
Acta del i:; de sepuembre de i633, en· SA:,..rUAKIO DE Nur.sTRA SF.i(OKA DEL VAi u37
"ª -lrclifoo ,\frrn ici/ml de Cúnlo/1(1 , 1.ihro IV. 6:, lfa hi ldo del 3 de enero ele 160.¡).
\'er ia.mhil:n id .. r:,6 y 232. y Lihru V ..HJ , i82 y 3uli.
11 1 Id .. Li hru \ 'l. 99 (fa hi ldo de enero 2 de 1G~o) .
v, lumen ~erccro, Documentos del Arch ivo de In dias para la historia del T 11cu lllá n I ;~ -·
9
0
110 ·\ Ct\UE.\l l.\ :\ .\ClO:-i .\ t. ur t.A H1s·101uA, A ct11s rn/Ji l 11/arcs de la villa d e Co11ce¡1ció11
1•llenos Aires 1n23 y en J ' p Alll.O VERA, e· ala111arca V /as Ciudades
. ' • • '
C f. Q 1 ' " ' UAN de Lo11dres cit i 19 del Ri:o c; 1111 rto, 8 2. ll urn oo; :\ ires. 19 ¡ ¡ (sesión del 2G de scpl ie mhre de 1 Ruo) .
on .. n enanzas del ' 7 de septiembre de i633, en id., i 59· ' ., ' . '" Id.. l!J~ (Sesió n de 2 ~ de fe brero de 1XoG) . \ 'er tamb it'·n id., !? ¡o . 2 ¡2 y 338.

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"
gozen todos los r~egidores cada dos meses" 114. Análoga evolución surge de Los padrones- ele los pesos y medid as de la ciudad debían estar en su poder ,
las ac:t~s del cabildo bonaerense. No se conoce cuándo aparece el cargo. debiendo ,·isitar en compai1ía de uno de los alca ldes ordinarios todas las
p~es faltan los acuerdos de los primeros años, pero desde 1590 el nombra· tiendas y pulperías, controlando los pesos y medidas, e irnponiendo penas
mie_mo s: hace "p~ra que pueda ver y bisitar lo que se vende y pesa" . S! no est 11\·ieran sellados o resultaran falsos. En este último caso se lo auto·
Qm_nce ~nos despues se le otorgan poderes judiciales: el 2 <le ma yo de J605 ri zaba a imponer cien pesos de multa y a desterrar al comerciante p or
el fiel e1ec~tor q~e?ó facultado "para que con vara de la Real Justic¡:ia el término de un aiw; pero si la falta deri ntba de no estar selbdos los
exersa el_ dicho ofic¡:10 para lo cual le dieron poder en forma bastante" 11:;. pesos o medidas, la multa era de treinta pesos. En la aplicación de estas
En Corr!e.ntes el cargo aparece a principios del a ño 15921rn, sin que Juego p en as el fiel ejecutor debía proceder sumariamente, "sola verdad sabida,
se especihg~en sus facultades; y análogos nombramientos se hicieron en y en los negocios de poca importa ncia sin escribir cosa alguna, lo cual se
las dem.ás cmdades. con fía a su pruden cia y rectitud". También debía este funcionario poner
d El ofici~ ~urnaba. cada dos meses entre los seis regidores, sigu iendo el precios o ara nceles a 'ºtodas las cosas de ~omer, y que esta mandado por
or e? numenco de estos. Pero n o siempre se mantuvo este sistema pues ordenanza, ll ue se vend an, por peso y med ida", tasar los precios de los
oficios mednicos, impedir el acaparamiento ele artículos, ,·igilar la edifica-
en
b ciertas
· partes se amplió el turno a cuatro m"ses111 - , y aun
• h u ·oo
'' nom-
ción de la ciudad, e imponer penas a los vecinos p or falta cie limpie1.a ele
ram1cntos para todo el año 118 • Excepcionalmente fué vendido el car o
las calles. En retribución d e sus sen ·icios, el fie l ejecutor quedaba autori-
actuando entonces fieles ejecutores perpetuos con asiento en· el cabildo g '
zado para cobrar pequeilos ·derechos por el sellado de las medidas, y un ter-
. Los der~chos y atribuciones de estos fun cionarios estu vieron regid~s en
cio de las multas que impusiera.
~uestro pa1s, ~egun parece, por las ordenanzas dictadas por el virrey To-

A
Estas ordenanzas fueron adoptad:i.s por el cabildo de Buenos Aires en

o B
edlo paral la ciudad del Cuzco, y por las costumbres existentes en Charcas

ic .U
T a es, a menos lo que se de d d ¡ · • · su acuerdo del 8 de octubre de 16 1O, en el cual se dispuso también que
. ' spren e e as actas cap itulares de Córdoba

ém ioja
B
y uenos A1res. fueran pregonadas públicamenle 1 ~ 0 . Figuran asimismo transcriptas en las
El virrey don Francisco de Toledo . . actas del ayuntam iento cordobés de ese año, y poco después el gobernador

ad G
extenso cuerpo de d expidió el 18 de octubre de 1572 un disp uso que fuera n obsen·adas y cumplidas 1 ~ 1 •
or enanzas para la c1ud d d l c

ac el
y XII tratan "del oficio de fiel eºecutor" ~ En la m isma época los fieles ejecutores de estas ciudades hicieron certi-

o d
e u zco, cu:,os títulos XI
del primero se dice allí "que el f~ !

us eca
0 ficar, por el escribano de Charcas, "las preem ynencias con t1ue el fiel exe-
. Y de s regatones m. Respecto
1
jurisdicción, para conocer y ejec~~a:J~~u:~~ tr~1ga vara ?e justicia y tenga cutor usava el ofici o" en esta última ciudad. De ellas resu lta "que en las

t
io
nidas en la$ ordenanzas hechas para el b os osb~egoc1os y causas conte- cosas tocantes al oficio de fiel executor tiene jurisdicción pribativa y co-

bl
uen go ierno de la República". noce de todas las causas y las sen ten cias y determina y se obedecen y exe-
'ª Archivo Municipal de Córdoba Libro 1 8
"° AEC [serie I]. 1, go y i3r.. , • 3 9 y Lib ro 11 , 13.
Bi cutan sus mandamientos". Debía, en unión con uno d e los alcaldes ordi·
narios, realizar la visita general de las tiendas y pulperías cada cuatro me.
l!O A :J
CADEM IA. NAC IONAL DE LA HISTORIA A . ses, sentenciando ambos "en las causas que se hacen en la dha visita", y
Aires, 1941. • etas capitulares de Corricntrs 1 8 B
u~ A • . , • 3, uenos
1
s1 o resolvió el cabildo de Buenos Aires el '-~ AEC [serie IJ. 11. 297. En la sesión del 7 de febrero de 16.¡2 se dió cuenta de
1v.,l4t y es~a nolrm;:. se mantuvo en vigencia. 2 de enero de iG20 (:I EC [serie 1), haberse buscado en el ar chivo del cabildo las ordenanzas de Toledo , sin encontrarlas.
ay e1emp os en Corrientes· Actas . a r aíz de lo cual se dictaron nuevas cli~posiciones s.obre los regatones, ¡mlpcrias, pesos
"' Publicadas en la CoLEcc16. capitulares cit., 1, 3H5 y II 7i
CoN A N DE PUBLICACIONES 1 Ó ' . y medidas, etc. (id ., ibid .. IX. 255 y síg.). Pero luego vol\"ieron a aparecer. pues el 21 de
' CRESO RCENTISO, Gobernantes del Peri· llST RICAS DE LA i318LtOTECA DEL julio de iG61 se afirma ··que se an ohserhaclu Y guardado en esta probinzia de sinquenta
~~~¡~~~~os a que n_os referimos llevan los n~,m~:~:· ,¿i~·I142 ·:i~drid,
i925. En esta obra ~ i1 os a esta parte.. (ih., ibid., XI , :? 1:;). . ..
que mencronamos más adelante se d" Y ' pero en las actas de los "'' /\eta d e enero 11 de 1f>10 (tl1rl11110 Mw1icrJ1al de Córclu/Ja, Libro V, 112-1w).
eran los comerciantes al menud S ice que son los títulos X I y XII R El auto clcl gobernador lleva íccha de ditiembre 17 de 1Gq (íd., 3ú.¡-3f>G). El l!aslado de
sellado• fº eo. e ordenaba que t d . · egatones
- por e1 iel ejecutor con el sell .d 1 . o os tuvieran sus pesos y medidas las ordenanzas de T oledo se puso en las actas capitu la res a pedido ele L uis ele Argüello,
MEoR~No, _La f10Utica de abastos rn la ~ad~ .ªciudad. Ver sobre estos te mas SAMUEL \~ fi el ejecutor perperno, que había adquirido su t ítulo en remate público. según consta
de Hi storia rlrl Derecho, nQ 2, 11 9- 130 B ción d:
Buenos Aires, en R evista del In 1·t t.
, uenos Aires, 1950 . s1 u o en el 111ismo \'Oiú111e11.

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"
percibiendo aquél la sexta parte de la condenación; pero "en las <lemas parte en el abasto de la ciudad, tener tiendas o tabernas, ser regatón y
~ausas · · · las sustancie y sentencie solo el dho fiel executor sin acompa- usar de oficios viles 121.
nar~e con alcalde ni otro juez, y en estas lleva la tercia parte de la conde- Para el control de las medidas de longitud, peso y capacidad que se
usaban en los negocios y tiendas de la ciudad, se nombró en Buenos Aires y
nacion por entero". Este funcionario debía también poner aranceles "en
también en otras ciudades a un oficial carpintero, pero sin facultad judicial
las cosas de comer", "sellar todos los pesos y medidas", etc., y tenía voz y alguna. El 11 de septiembre de 1606 los cabildantes resolvieron elegir "una
voto en el cabi~do Y ~odos los demás privilegios de los regidores 122 • persona que hisiese el ofi~io de Almotasen y tuviese en su poder los padro-
Quedaba as1 configurada una jurisdicción especial, destinada princi- nes de las medidas varas de medir y que se le de lo que fuere razon",
palmente a controlar el abasto de la ciudad y la exactitud de las ventas designándose como tal a un carpintero con el encargo de construir los pa-
al menudeo
.ld ' pero que se amp¡·1ab a a veces, por resoluciones . .
especiales del drones de esas medidas, y de sellar las de los comerciantes cobrando dos
cab i o, .a otros problemas co nexos.. e I arreg1o de las calles, la v1g1lancia
· · · de reales por cada una 12s. Más tarde desaparece el título de almotacén y se
1as carmcerías la fabri ·ó d l nombra con idénticas facultades un "Fiel de las medidas y pesos" 12&,
Má ' caci n e pan, la ven ta de mercaderías escasas, etc.
s tarde, al compás del desarrollo económico, sus funciones administrati- cargo que luego se resuelve rematar en persona que fuera carpi~teroiso.
vas se fueron . amprian d o consi·derablemente123, y en el siglo xvm el de
Buenos Aires tuvo un 7. Los alcaldes de barrio.
. ayu d ante rentado a quien · se pagaba con fon d os
provementes de los derechos percibidos por el fiel ejecutor 124 • También con funciones judiciales de escasa importancia aparecieron

A
Respecto
_ de sus f unciones
· · d 1ciales,
JU · · queda ya expuesto que actuaban a mediados del siglo xvm otros alcaldes o comisarios que en lo fundamental

o B
~cOI~~anados por un alcalde ordinario en las causas originadas durante

ic .U
tenían atribuciones policiales.

ém ioja
a v1s1ta general de las tiend 1 h En Buenos Aires el cabildo designó para el año 1734 varios comisarios
éstabl í as, pero o acían solos en las demás. Nada se
1 de barrio, dividiendo la ciudad en cuarteles, con el objeto principal de
ec a, en as . normas hast a a h ora record adas, respecto a la apelac1ºó n

ad G
de esas
sentencias pero la R p.1 . , que reprimieran el contrabando. Otra elección análoga se hizo en 1748,

ac el
fines del· · 1 ' . eco z aczon de 1680 contiene una norma de pero no parece que tuvieran atribuciones judiciales 131 . No debieron dar

o d
s1g o anterior que aut . l . . .
en los . . ' onza e recurso al cabildo y a la audiencia

us eca
asuntos mfenores y . . buen resultado estos nombramientos, pues cuando a fines de 1754 el go-
de un · d d superiores a tremta ducados cuando se tratara bernador propuso al cabildo que eligiera alcaldes de barrio, este organis-
ª
cm a en donde a t · '

t
io
suponerse ue en las c. ua~a un tribunal de esta última clase 125 • Debe mo consideró "que maz servian de Acresentar disturbios que de refrenarlos

bl
aplicaban lq · demas cmdades, en donde no había audiencia. se ni contenerlos" 132 • No obstante, Juan José de Vértiz designó 16 comisio-

Bi
as normas comunes rel f
a resolución del cabildo cu ª ivas a 1as apelaciones, yen~o el riu.g10
·· nados para que en cada uno de los distritos ejercieran funciones policia-
garlo del gobernador des ando_ la ca~sa era de menor cuant~a, y al JUZ· les e incluso matricularan a la población, señalando con precisión sus de-
0
tamiento En t 0 d u teniente si superaba la competencia del ayun- beres en el bando de 21 de mayo de 1772. Y por otro de diciembre 2 de
• os 1os casos debía el r 1 · 120
Para asegurar su im arcialºd . ie e1ecutor a~tuar con escribano · Id., IV. x. y
P 1 ad Y rectitud se le prohibía contratar o tomar 121 11 12.
AEC [serie I]. 1, 227-228. Al año siguiente se nombró otro almotacen haciéndole
128

. m ·Esta certificación se hizo "d . entrega de los padrones: id., ibid., 442·444. El oficio d~raba ~asta que el cabildo resol
ciudad de la Trinidad d 1 e pedimento de Geronimo Lopez fiel executor de l~ viera reemplazarlo. En las ordenanzas de Toledo ya citadas figura este cargo pero con
tra~~cripta en el acta d:l ~~;~:de Buenos Ayres", a 4 de noviembre de 1606, y f~gura otras funciones: "que el Cabildo ponga un almotacen que entienda en la limpieza de la
~rguello (Archivo Municipal cit co~dobés de enero i 1 de 1610, a pedido de Luis de <licha ciudad".
121 AEC [serie 1), 11, 436 (octubre de 1612) y 111, 135 (enero de 1615). Más tarde se
atado en la nota precedent d ·• Libro V, 120·121 y 126). El auto del gobernador.
m Ver FACULTAD ~E F1 e, orf enaba también cumplirlo. menciona• 'el ofissio de las pezas y medidas" (id., ibid., IV, 368: marzo de 1620). También
Buei!!ºs Aºires, 1914. LOSOF A y LETRAS D

.
ocumentos para la historia argentina, 1V• actuaba este funcionario como medidor de tierras (id., ibid., V, 261). En Mendoza el
encargado de medir las tierras se llamaba alarife (Actas capitulares cit., I, 68 y 95).
1
En 73S se resolvió re ·
anualmente el cargo en B part1~ eso!; derechos entre los tres regidores que e1"erdan 1311 AEC [serie I], X, 24.
m R ecop., V. xii. . uenos Aires (AEC .
• , sene 11, VI, 717 ). m FRANCISCO L. RoMAY, Antiguos servicios policiales, 51-60, Buenos Aires, 1939.
120 19
Id., IV. x. 14 , 1:1:1 AEC, serie 111, I, ,175 y 494; RoMAY, 61-62.

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

1774 les <lió :~cu l tades _para impo ner multas a Jos contraventores y para CAPÍTULO IV
detener a los \"agos, ociosos, ma l entretenidos, o agresores"'!~~- El super in -
~:~~~n te Fr~~ci~co__de_ P~~la Sanz'. en ma yo de 1785. clió a es tos alcaldes de
. _1,º toda la JU! 1sd 1cc10n, funo o nes, facultades y p ri,·ilcgios c¡ .P S. l\f. se
sirvio declararles por su R eal Instrucción y Ctclula de G de on11bre de
1 768" 1 ~4 · E l v1"rrey Ar·1e.d on d o e¡·1v1"d·10· 1a c1u( · 1at1 en ~O d1· 5tri tos, y cl10 ·' a
los alcaldes de barrio facu ltad para "entender en tocios los asuntos partirn -
lares qu e no tengan trascendencia por su corra cantidad y compone r amis-
tosa 0 con ven cion~lmente co n sua\'idad y pr ud en cia las diferencias oc11-
r rentes en sus Ilarnos"l:J:.
< -
y e·1S11eros, a 1 r·111 a 1 e1e1 pen.oc1o l.llspan1co
. . re un 10.. Lr\ .J USTI CI A R EAL
a estos alcaldes
. . en cin co g r
·ti¡Jo ¡ · ¡ · · ¡ · 1
s qu e puso J<IJO a v1g 1 an c1a e e un m1 em ro '· b
e.1e 1a aud1enc1a
. . con e 1 t1t.u · 1o e1e acald 1 e d e cuarte l d ecl arando ;<d em ;1s qu e
l,1s func ion e~ judic' 1 1 • . . '
. 1a es e e aq 11c 11 os se l1m n aban "a prender a l d e lincuente
yue
C hallaren mfnga ' n t·
1 • <tn o cuenta 111 med 1atame nte al Sr. J uez d e 1
d· d · ·
uar_tel · · · -~ tranzar y componer por sí m i~mos aquellas l irreras d esa, ·e-
nenc1as
.. y nnas nue ·1 0 curren f recue ntemente entre mando . "' .
y mujer padres 1. L os gobernad ores o justicias ma)'ores.
1
e HJ OS, .y otras en que n o mte1 · ..'enga cosa el e co ns 1derac10n,
· .. · r' es u ¡ ten

A
. 111

o B
go1pes n 1 hendas" 13G A . · d _
pai t1r e1 an o 1800, los n om bramientos de es tos
L

ic .U
al · Id d b . · leg islación hispánica descono cía l a división o separación de pode-
A
· ca es e arna fueron ¡ J1 · •
. b' . lec os por e l ca b ildo y a ¡Jrol>ados ¡)Qr el \'lrrey.

ém ioja
T .1111 ien se nom braro 1 . Id . . . r es que forma una d e las b ases fundamentales del derecho público
tiago del E d n ªca es d e barno en otras oudac.les: en San · moderno. Tanto el gobierno como la justicia derivaban del rey y se im-

ad G
a partir de stero esde 1792 hast·1 ' 1796 m , en .sa 1ta, e'ore1o 1)a y s an .Ju.111 . partía n en su nombre, pues éste era la fuente indiscutida de todos los

ac el
1785 138
En r ealidad, est~s fun · .. ·

o d
. . . poderes. Nada impedía, entonces, q ue el monarca atribuyera a un mismo
. ~w n .ti ios tuviero n atn liuciones judi ciales mu y !t-

us eca
mitaclas S . .. funcionario el ejercicio de facultades ejecutivas a la vez que judiciales.
• .
y cuidar de 1. .ª. ei ..ª d e po 11C1
ti 111 ISI0 11 J) l'In CIJY )
.
· '
a: m an te ner el orden p11bl 1co
' .
Y ésto fué lo que efectivamente ocurrió con l os gobernadores y otros fun-

t
lll <Ís múltipl ~ segu_ndad, hig~e~e Y m oral <le la po blació n , r ea lizando ade-

io
cion arios que act u aro n en América por nombramiento de la corona, los
es 1un ciones d e \'1<>1J·1n

bl
" • c1,1 . at1as a ¡)J'e \·e n 1r
-. el esun . los d e ¡ 1tos.
· cuales recib ían el n ombre gen érico de jueces reales.
""' Ro~1 Av, 75 .90 .
'" FACULTAD DE f l!.OSOFfA y l Bi Ya hemos visto qu e desde el p rin cipio de la conquista sus jefes ejecu tores
tuvieron, además del m ando político y militar, el cargo de justicias mayo-
Il ucnos Aires 191s Eti 1 . F.TRAs, Dorn111 c11tos JH1ra la historia nrrrenti11a, IX, 16.J.
1~1Gs Y la .instrucción
' · del a mdisma .publ'c 1 aci-6 n r·1guran la real cédula de "'6 de oc whre d e r es d el distrito que estaban llamad os a dirigir. Afianzado luego el régimen
21 1 mismo mes ('d
las cua 1es se ma11ú·iro . e 1 ·· 1.¡ 6 · 162).
· ex¡1cd1das
. ambas 1>ara :'lladn·c1. hispá n ico en n uestro territorio, los gobernad ores d el Río d e la Plata y del
· ' 11 ap 1rcar [)Of !' · ·
americanas que tenían al Id l is_posiciones especiales en casi todas las ciudade> Tucum án , y los corregi dores d e Cuyo - dependientes estos úl timos de la
de los ªca / I
des de barrio ca ¡ e
es de harno (ver Jos..:1. :'11. :'ll ARll.UZ URQU IJO , La crt·nczo • •
11
("a 11 F 1·1 1 ce·'ª 1la 3-- S lt 1 gobern ación de Chile- con tinu aron ejerciendo las funcio nes judiciales
- • ·e Je Y Santiago de Salt~ '._ ~· ª ª• !J51 , a pa rtado del R olct í11 del Inst ituto de
~cni an "jurisd iction p~cl:\n ca ~)- - cgun la rea l céd ula m cncio 11 acla los alca ldes de barri o que más adela nte es tudi aremos.
imponer mullas. ' } para h acer su mari as en casos ¡lrontos" pudiendo adem:b Conv iene advertir, sin embargo, que esta acumulación de funciones n o
~ '
Instrucción de fe brero ' 1 d significaba atr ibuir p oderes judiciales al m andatario político, si no q ue era
'~' 1ns1rucc1
· ..on de . e 1790· R ·
· OMA \. 1o.¡.
i:n ~
q
2 - e1e nov1cmhre 1 el r esultado de la conces ió n de tres oficios d istintos al m ismo personaje.
1
CAon11A NAcio~AL <e 1809, en ROMA\' 109- 1q 1
V 8
' '3·1· Cte., Buenos Aires
' DE LA H lST
N
• . ' - .
OR I A, . lelas cnprt1tlarcs de San tiago del Est ero.
Los gobern adores, además d e este título, recibían l os d e capi tán general
1as cuales se hicieron cs tc;s 19.¡ 8· ° constan las íacu ltadcs que tenían ni las razones por y d e justicia m ayor, y como tales, de acuerdo a la m ateria en que les toca-
131 i\I nom 1>ramr cnto . 1
AR ll.11 7. llR~U IJO. r s r a inter venir, ej er cían simultá n eam ente las funciones de gobierno, de gue-
1.os. alcaldes ¡, 1 . . :.i· e conocen los r I·
s Y uego q ued aron su spendidos .
.
· <e i.1rno de esta i'1lt' . . · eg .imcnt us <1 1c1ados para Córdoba y Sa l ta. rra y d e justicia.
11n,1 c111chd• n o te1 11·;111 fu nciones judiciales: icl ., 8.

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"
Supérfluo sería insistir en la gravitación decisiva que este ct'1mulo de cargado entre otras cosas de dictaminar en los juicios que se \'entilan ante
atribucio~es confería a esos mandatarios. "La autoridad de los o-oberna- el juzgado del gobernador, y cabe afirmar que sólo en ocasiones excepcio-
dores -dice Ricardo Jaimes Freyre- era vastísima y completa. Al>arcaba, nales ocurría apartarse de la opinión así formulada.
por las leyes y por la costumbre, toda la trama de los negocios pt'1blicos. La competencia de este tribunal comprendía las tres materias o funcio-
Generales, jueces, administradores y árbitros, tenían no solamente el de- nes en que intervenía la autoridad del gobernador. Como capitán general
r~cho ~e resolver, sino también la fuerza necesaria para ejecutar" 1 • Las tenía jurisdicción en todas las causas pertenecientes al fuero militar, según
d_1stanc1as y la lentitud de las comunicaciones consolidaron un poder amplí- veremos más adelante. Como mandatario político entendía en las llamadas
simo ~ una capacidad de decisión que rara vez les fué desconocida. Los "causas de gobierno", cuyo conocimiento estaba vedado a los alcaldes. Y
otros JUeces quedaron así sometidos a esa autoridad omnipotente, incli- como justicia mayor tenía competencia para resolver todos los pleitos civi-
nada muchas veces a abusar de su influencia o a ejercer presi<'m sobre los les o criminales, ya fuera en primera o en segunda instancia, siguiendo el
demás ~uncionari~s. Y para tener idea del poder que en materia judicial les sistema de la prevención con respecto a los jueces capitulares.
~abía si~o confer~do, basta señalar que la mayor parte de los pleitos de Las causas de gobierno eran las de orden contencioso-administrativo,
guna importancia debía pasar por sus manos ya fuera en primera o regidas por el derecho público de la época, así como también los pleitos
en segunda instancia. ' entre particulares originados por esa legislación. El gobernador era, por
Este ~istei:ria, sin embargo, se explica y aún se justifica por los antece- consiguiente, el encargado de hacer cumplir las normas fundamentales dic-
dentes histó.ncos Y por la forma en que debía desarrollarse la colonización. tadas para el desenvolvimiento de estas comunidades, y especialmente las
Era n~cesana la presencia de una autoridad ejecutiva fuerte que en repre-

A
leyes que traducían el orden público de la época.

o B
s~ntación del Rey asumiera en principio los mismos poderes soberanos, a Entre esas causas tuvieron particular importancia en el interior las re-

ic .U
~n d~ encauzar debidamente la evolución de estas sociedades incipiente<;. lativas a las leyes protectoras de los indios, y en el litoral las derivadas del

ém ioja
os a u~os de autoridad tuvieron contrapesos y limitaciones derivados del intercambio marítimo. Unas y otras quedaron naturalmente fuera de la

ad G
competencia de los alcaldes, interesados como los demás vecinos en \'iolar
edngra~da1e ~dministrativo: la posibilidad de ser condenados en el juicio

ac el
e res1 enc1a la · ·1 · las ordenanzas represivas. El gobernador era quien entendía en las causas

o d
. d . ' vigi anc1a constante de la Audiencia, y los poderes más le-
de indios y sobre todo en lo relati~o. al cumplimier~to de l~s no~n~a~ desti·

us eca
11anos el virrey Ydel Consejo de Indias fueron correctivos eficaces -aur.que nadas a protegerlos contra la codicia de los espanoles. Estos JUICIOS de-
en tos- de las in1· ust. . . .

t
ic1as cometidas por los gobernadores. Y es prt:ciso

io
bían substanciarse sumariamente y a verdad sabida 2 , con ayuda de
agregar que estas últimas se tornaron cada vez menos graves y frecuentes

bl
con el correr de los anos. - E n e1 siglo
· . · un intérprete. Hemos visto, sin embargo, que también los alcaldes tu-

Bi
1 xvm, implantados ya la burocracia vieron competencia acumulativa para entender en causas de indios, siem-
¡ e asesoramiento técnico de los gobernantes los actos y sentencia~ de
éystos
1 ! se encauzaron de t d 1 f , pre que no se tratara del cumplimiento de las reglamentaciones vigentes.
f . . . n ro e as ormas consagradas, procurando la con- El gobernador del Río de la Plata actuaba como juez en todos los liti-
1

1 ornudad del 1u1cio con el derecho vigente.


!
Desde los orígenes d . gios vinculados al intercambio marítimo •. a veces ~olo y ot.ras en uni~)n con
tario lí . Y urante todo el siglo xvu, en efecto, los manda- los oficiales reales, recibiendo en este caracter el titulo de 1uez de arribadas.
f
lo
6
~ P~ tl~~s ejercieron personalmente o por medio de sus tenientes la
unci n judicial sin int
d . '
"ó d
ervenc1 n e asesores letrados en los pleitos, salvo
Al llegar un navío al puerto de Buenos Aires -y lo mismo ocurría en los
s casos e cierta dºf ¡ d · 'dº . . . .
1os T en1entes
. i icu ta JUn ica. Pero desde prmc1p1os del siglo xvm
Generale d l b . . . . 2 Recop., v. x. JO. La Recop., ll. xv. 127; 111. iii. 65 )' V. x. 13 autorizaba la compe·

d erech o, y reemplaz s1 e ad go ernac1ón son casi siempre peritos en. tencia de los gobernadores pára entcn~er en las cau!'as ~e i~dio~, con apelación a la
. audiencia. El tribunal de Charcas cxphcaha que esos pleitos se 1uzgan hreue y suma-
bu · . . . an a man atano político en el ejercicio de sus atri-
ciones Judmales Por últ° d d b riamente de manera que si no es plcilos de unos pueblos con otros sobre tierras o terminos
nación del Río de· 1 imo, es e mediados del mismo siglo, la go er- ,, cacicazgos no tienen para que uenir al audiencia porque los mesmos corregidores lo
a Plata cuenta con un asesor letrado permanente, en- difinen e acauan entre ellos" (carta de marzo 5 de 15go, en Col.F:C.'CIÓN DF. PUIU.ICACIONF.s
HISTÓRICAS n.: J.A BIBLIOTECA Dt:L CoNGRF.SO ARGF.NTINO, Audiencia de Charcas, 111, 63.
1 El Tucttmcin del siglo XVI t40 Il ,
' "' ucnos Aires, tgq. Madrid, 1922).

82 83
- -. _
f Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

demás puertos de las Indias- debía hacerse la visita conj untamen.te por ~l Durante 1a tercera d c.:··cad·l• del siglo X\' II quedó zanjado . · • este
el b'problema 1
gobernador y los oficiaies reales, para inquirir si el buque había sido debi- . . . . 1 p , . cédulas se d ispuso que tales ht1g10s e ian reso -
JUrtsd1cc10na . . or 'arias or el go 1Je rna d or y los of1'ciales reales • va
· se tratara
damente despachado, y si el registro consignaba las personas y la carga Yerse conJ UtHamente P. ; a ele la introducción ilegal de es-
que traía. Todos esos fun cionarios formaban u n tribunal que tenía compe- de la en trada clandestina d e pasaJ.eóros, yl fundarse la aduana de Córdoba
tencia para resolver "si los pasajeros van con licencia ó sin ella, ó si llevan . d ·as s Por excepc1 n, a .
clavos _. I' · ·en exclusiva
. .o me1ca . . a. 1os o ["1c1'ales reales del Tucumán, . para mter-
se d.16 JUI isc icc10~
mercaderías de contrabando, porque en todos los ciernas casos civi les y
bre contrabando!>. Las sentencias d ictadas en .los
criminales, el gobernador ó su teniente solos han de ser jueces de sus cau-
sas"3. De tal manera era el mandatario político quien entendía en los plei-
vernr en
))uertos ~ e asl plle111~1º1·
lols :s
·
sopor el tribunal así fo rmado debían ir en apelación
· d' · · pero
tos sobre entrada y salida de buques, carga y descarga, deiitos cometidos a . . . d Indi as las d e tierra aden tro a la respectiva au ienoa, .
bordo, litigios entre tripulantes, etc., o instruía los sumarios correspon- ª.! se
s1 ConseJOb
tra ta a de e con.t.'.1 <L
byando d e esclavos debía apelarse siempre al ConseJ010.
• 1 t
dientes para remitirlos a la Casa de la Contratación o al Consulado de T b'én hu bo excepciona lme nte un a j'..irisdicción espeoa piara en eni
Sevilla, según fuera la naturaleza del as unto o las personas interesadas·1• am i . . . : d al comercio de esclavos, que por o genera
der en los ht1g1os vm cula os • oncedio' por primera vez el privilegio
En conexión con esas causas derivadas del tráfico marítimo, el contra- 1 b dor La coron a c .
recayó en e go erna ·. 1 'ntroducción de esclavos en Aménca-
bando dió origen a múltiples litigios y confli ctos de competenci a, d e los del Asiento - o monopolio ~ara ~ i on facultad de "meter hasta seiscien-
e no deynlea,P~ata
cuales derivaron las prin cipales cuestiones políticas ocurridas al comienzo al ponug 1 uésdellos Pedropor Gómlez. e ' en cada \·no de los dichos nueue

A
del siglo xvn. La falta de precisión legislativa con tribuyó no poco a q ue se
tos ese auos ·d los fraudes el asentista o su repre3entante . po-

o B
- "11 p ra salvagua1 ar ' ,
suscitaran esos conflictos. Al principio, eran los oficiales reales quienes

ic .U
ª ?ºs · . ª mbnmiento de jueces de comisión a fin de persegmr a
tenían obligación de iniciar o p rosegui r las -causas relativas al contraban-
ped1~

ém ioja
do~; pero como éstos no cumplieran en debipa forma su cometido, en el d1a.n
qmen~s v10lar~~
el n o 1 '
e .. o~º~~fos
olio debiendo esas comisiones ser encargadas
úl,timos q uedaba n facultados para recibir de-

ad G
curso de su famosa visita don Francisco de Alfaro sancionó las Ord enanzas
a los JUeces ore. ina1i d b. én debían visitar los navíos del asien to

ac el
para los Oficiales R eales de Buenos Aires, cuyo artículo 35 declaraba que ta~
é~tos eran "jue~es para conocer de qualesqu iera descaminos" , agregando
nuncias de contraban Ro, y d1 el priv\leo-io por Gúmez Reynel en ene-

o d
a ¡ 11egar 'a los P uertos. en un cia o o

us eca
que "en estos casos a lugar a preben~ion y pu~de conocer de llos el goberna-
d~.\: .º su teniente o 6qualquier alcalde hordinario o los juezes offi~iales

t
¡ . So/órvmo y Pi11elo, 16-28, Buenos Aires, 1947
A. ~IOU!';A, N11evos .antccedc~:~:w~~;'~cl Derecho Argentino); RICARDO ZoRRAQUIN BECÚ,

io
Réa~es preben~ion" .
bl
ll!bli c:ición del I nstJlU~O de
a Fué por ello que en alguno3 casos el alcalde o rdi- (l
Bi 15 ''0 /6?0 en SoCIF.()AO () F. HISTOR IA ARGENTINA, Anua-
nario entendió en asuntos de contrabando, y que Hernandarias, en su úl- Ori~f·11cs d,•/ comercio. TI o/Jlalc11sc " · - •
L
d
Cl iación de los alcaldes en asuntos e contra-
~doª
. '

timo período de gobierno, substanció multitud de procesos contra los veci- rio .19·/J -1 9./5, !J!I· lluenos AircsS. • !) 17d· 1 a1 ello SI! dictó la real cédula de 1630, citada
Rc p 138 V l 2 )' e )1 ' ' J d
liando consta eNn d 1 , olv1da . ' rsr. • a CS l C rcsp
. celo • que las lc}·es 11npon1an mu tas o ceo·
nos ele Buenos Aires y aún contra los mismos oficiales, vinculados todos !'
m
m ;\s
isosadelante.
cuyo produculoo . e Jese tl 'JVH . "en ire e l denunciador. el juez y la corona, lo que exp tea
: 1ia
ellos al escandaloso comercio ilícito que por este puerto se realizaba 1.
la act itud de los alcaldes. RCP ¡2· R eco'•. VIII. xvii . 3 a 5 y IX. xxxv.
1 f 1 ·e 0 7 de 1622. en , ·l· • r ' .
' Real cédu la de mayo 20 de 1618, e n Reco /1., IX . xxxv. 19· Conf. : J osEP11 DE VE1n,. • R ea l ci·clula le e Jl r e de 16 o recordaba: "esta dispuesto Y
IC) 1 1 cédula e1e octu 1Jr 11 3 . ·
L1NACE, Norte de la co11tratacio11 ele las Indias Occide11 tales, lib . II, cap. xvii , n Q 35 y · · Postcriorme11lc 1 a rea ·
· le dos <1e . 1-l e
e n r0 ele! aiio pasado de seisº y vcmte y c111co
·
cap. xviii. nQ 3 y sig.. Sevilla, 16¡2; 2\l ccl., B uenos Aires, 19.¡5. o;·dcnarlo por ..:edu a m1a . < uc se offre1 icrcn en las dhas. provincias las scnte.nc1en
• Sobre las facu ltades jurlicialcs de la Casa de Contratación, ver C. H. H AR1:-..c:, El <¡uc las causas
· Governado1q ). o .ff'ici.
1de ·descammos 'ales R.' dellas todos juntos.. }' no los unos sm los
comercio y la 11avegació11 entre Esj1aria y las Indias 1'11 é/1oca ele los H absb u rgos, 45-5 1 y dc1crm 1nen e18º)mi Ver tam 1J I'é n \ 'F ITIA Li :->AC.E, lib. 11, cap. xvn, n 9 -0 7·
.. (RCP
y 65 , París, 1939 (edición de la Academia Naciona l d e la Historia, de Caracas). 0 1ros ' - · f b.
u Real cédu la d e e 1cr0 /
~ de 16 22 , en RCP, .¡ .¡2.
• VEITIA LINACF., lib. II , cap. xvii, n9 2¡.
• Ordenanzas de julio 4 de 1611 , e n El'\RIQUE DE CA "\DIA , F ran cisco de A/faro y la
'º Reco/1., VIII. xvi i.1:]' 1r. r. en í.Pdulario ludia110, recopilado por D1r.co DE ENCI-
co11dició11 social ele los i11dios, 429, Buenos Aires, 1939. " Asien to ele dlll'1}0 ele :.19.> J)i r <·o l l!IS l\ IOLINARI L a tra ta ele 11 egros, datos f1ara
'd 19 • 18 }'en '· . . • . D.
:->As, I\', .10 1' :\ la n 1 • ·b·· .
¡ R'o d e ta Plata, .~ .,' Cl 1·• '1- nuenos Aires, 19.¡ ¡. El traba¡o de ieg.o
7
Ver la lista de los procesos incoad os, con e l detalle de sus causas y resultados, en . · 1• D
Revista de la Jli blioteca Nacional, II , 91 -100, Bu enos Aires, 19.10. Sobre estos episodios:
.rn .est 11d10. e11· e Jll bh. có por vcl p11" mci.1• " en f ,\CUl.TAD DE l'!LOSOFL\ y LETR AS, ocume11-
. a, fo 1·ma ndo la ¡ 111md11crión al 'tomo VIL
RAú1. A. l\fo1.1N,\, flenw11darias. el hijo de la tinrri, 1 79-2~2. Buenos Aires, 1948; RAÚL
Luis¡iara
tos :\Iohnan. se I_ a1gP11
la /11slnr111 . . /111

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

r? de 1601, _se contrató nuevamente el asiento con Juan R odríg uez Co u- .-\ n .ílogos pri,·ilcg ios fueron concedidos a I nglaLerra, luego d e term in a-
tmho, también portugués, bajo idénticas cl;í usulas 1~. Pero en ma yo 8 le da la guerra de la sucesión e pa t1 ola. El Lralado ele marzo 26 de 17 13, fir-
1605, al concederse por tercera vez el monopolio del comercio n egrero, mado en \faclricl. con tenía la faculLacl de inLroducir 4.800 piezas de ind ias,
q~edó expresamente prohibido " llevar, ni n a\·ega r Esclarns a lg unos por el de b s rn;des 1.200 por Bu enos .-\ires. pudiendo in tern ar a C hil e y las pro-
R!o de la Plata, y Puerto de Buenos Ayres"1:1. Por consiguiente, entre los \·incias ,·ecin:is ·100 de esLas últi mas. Podía n Lambién nombra r jueces con-
ª?ºs 1595 Y 1605 los j ueces ordinarios de Buenos A ires tu\·ieron j ur isdic- sen ·acl ores con la misma jurisdicción excl usiva que establecía el asiento
ción para entender en las causas relativas a l comercio de esclavos, siempre fran n '·. s 11;. Luego d e habe r siclo suspendid o varias \·eces :i ca usa de las gue-
que hubieran sido nombrados para ejercer tal comisió n . JTas d ec bradas emre Espa11a e Ingla terra, el asiem o confiad o a la South
Durante el resto del siglo xv11 quedó cerrado el puerto de Buenos A ires Sea Compa n y fu é sup rimido en 1750.
p ara los ase-~tis tas del tráfico n egrero, p ero a l concederse este m onopolio 1.a jurisdi cción otorgada a l go bernad or para entender - en la forma
ª la Compam a Real de Guinea, establecida e n Fran cia, se creó sim ultá n ea- q ue se ha exp ues to- en todos los pleitos vinculad os o que derivaban d el
mente una JUns· · d 1cc1ón
" · especial para esta clase de asu ntos. Los franceses Lr;ífico marítimo, fué expresamente confirmada en el R eglamento y Aran-
contrataron la introducción de 500 a 600 esclavos a nua les por el Río <le rel f's parn el Com ercio Libre d e Espa 1ia a I ndias, del 12 ele octubre de
la Plata, pudiendo nombrar en los puertos de América "jueces consern- 1778 1 7 , y p as<'> a los inLendentes a l crearse esta nue\·a magistratura.
do~es, que no sean oficiales reales ... , y sean vasa llos de Su l\lagestad Ca- El gobern ador del Río de la P la la ob tuvo además una ampli a y cxdu-
tólica de grado y calidad que merezcan y tengan su rea i" a p robación Y •Í si\·a jurisdicción para entender en todos los pleitos suscitados a cerca de

A
est~s se ha de conceder el priva tivo conocimie nto <le todas las causas, n e- los bienes d e los jesu itas, luego de ser expulsada la Compa1iía de los do-

o B
ic .U
g~ci?s Y d~pendencias de este as iento, con plena a utoridad, fac ul tad, juris- minios espa11olcs. Co1'i respecto a los juicios pendiemes e n que estuvieran
diccio~ é mhibicion de aud ien cias, ministros y tribuna les . . . otorgando las

ém ioja
i11teresad os los j es uitas o los bienes de la orde n, se dispuso que continua-
apela~iones en los casos por derecho perm itidos para e l rea l y supremo ran tramitá ndose por los ju eces que había n comemado a conocer en ello5,

ad G
conse}o de las Indias" H. De tal manera, en la mayor pa rte de los p uertos substan cd ndo los con audiencia d e un de fen sor que d ebería n ombrar el

ac el
encargado d e rea li zar la exp ulsi<'m 1s . Y en lo re lativo a las ca usas que

o d
amenca?os los gobernadores u otros fun cion a rios de gran jerarquía fue-

us eca
ron de~ignad?s jueces conser vadores con s ue ldo pagado por la Compañía se p1:omo \·ieran contra los bienes d ejados por los jesuitas. o con mot ivo d e
de Gu mea, si? que por ello obtuviera ésta plena sa tisfa cción d e sus pre· su ocupación por las autoridades espa11olas, se di ó com petencia para tra-

t
io
tensiones deb ido a las inmoderadas ex ige n cias de estos ju eces 1 ~. 111 i tarlos a 1 "] uez De legado, e¡ ue e mienc.la en la ocu pa ci6n de temporal ic.l:i-

bl
Bi des d e cae.la Casa ó Colegio" ; dispon iéndose adem;ís q ue " Instruidos así
" i\101.JNARI, 167. estos Procesos ... d eben los Delegados consultar con los Autos a l Virrey, ó
,. MOLINAR!. 196. La real cédula de ma rzo " n d e 163 1 concedió a N icol:ís Sa l vago Preside m e, de la Rea l Aud iencia de la Provincia adonde toq u e, y esperar
el derecho de int d · ' - :1 • · • •• o
. . . ro u c1 r 1.500 esclavos por Bue n os A ires. p e ro no como asknto s111 la reso lución q ue tome en el asunto". Esta regla ge nera l sufrió una !.!xce:p-
como pnv1lcg1? excepcional (:'>louNARr, 21in) . La con cesiém duró una d écad a (CEORGES
SCEllE La tra1t 1 . . . "J • ción importa nte en lo re lativo a nuestro terr itorio, pues e l gobern ad or
A• . e _iegnere aux lndes de Castil/c I. .¡ ~7-.¡Go . Pa rís, 190G).
11
C , C 1 .
siento [dec1moc t ) . , .
uar O• a¡ustado en l\ladritl eJ 27 de agosto d e qo 1. t·ll
eARl.OS
AL\O,K o ecció n com~·l"ta r · de 1os tratados d e la 1 1111érica latwa . e tc., 11 , G1, l' :111s,
·· 186?- · >• CA1.\·o . 11. ¡ R; 0\10 1.1.-.:ARI. ·l i!l· \'er tam hién ScEl.LF, 11 . c,~ 3 - :; 8 1.
Y en l\ •OLI NAR! 463 D d f ' . .
de Ind " [ é ' · es e mes <le 1703 h asta marw de 1708 , sm embargo, el Conse¡o ' ' l'uhlicado en f ,\Cl•l:I AD llE F11.o soFfA Y LETR ·\ S. Doc111111»1t os pam la histm·ia argnt ·
a fi' n ias 1 u reemplazado por una ] unta especial com puesta ¡Jo r t res tic s u s 1111em · 1iro~· . t i 11 a. \ ' l. 3 r sig .. Bue n os A i re~ . 19 1:;. En esa t'pora el ca rgo d e go h cmaélor d e l R ío d e Ja
e e to rna r más ex·ped"illvo
11 , 2 2 . _ 8).
· . '
- y complacien te - e l d e sp a cho ele los a suntos (SCF1 .1.t •
.
Pl ata h a h ia sido in corporado al oficio de vi rre y. a l design arse para este úllimo ;i J uan
1 22 Josi· de Vért i1 y Salced o q u e hasta e n tonces e ra gohern a<lo r.
" SCELLE 11
gobernadore~ AÍ • 14· Fueion particul arm e nte notables las d ific ultades opuestas por lo s
? . •
'" R ea l cédula de octubre 7 de 1¡67. en Colecció 11 Gen eral de las j1rouirle11cias l111stn
alegand o no h obn~o Ju ~n de Valdéz e lnclán y l\l anucl d e VclalcO y Tejada . F.I primero. iu¡ 11 i tomarlas /1or el (;11/Jicm o so bre d l'Str111ia 111 il'lt to y orn /111r io 11 de tempo ralidades
blemente la el e1 ª " ¡u ¡a a pro b a toria
. rec1b 1do la r e 'al c<:t · d e l a siento,
· · 1er.1
r et ardó con sH •- rle los reg11/ar1's d1· /11 Co111j)(11iia r¡111' n:isti1111 e11 los D11111i11ios d e S. M . de J·:s/Jaiia,
escarga d e los negros •: 1 · -· ¡· 6
negocios il ícitos en : "" segundo extors10116 a la Co111 pa u1a y r ea ll Tnclias. e islas Fili/Ji11as, ctr .. [ 1 ~ parle]. 9!í· :\ladr id . qG7: ejempl a r existe nt e e n la Bi-
1
audiencia d e Cli·ircasesca ª lan con siderable que [ ué s u hstitu ído por un oidor de la hl io teca el e la Farn l tad de Derecho y C ie n cias Soci a les , de B11c11os Ai res.
, • nom 1Jra<l · · d
' o visn a or <le la go bernación (Sc u .1. E, JI , 363 -379).

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

I déntica competencia a la del gobernad or, aunque sujeta siempre a sus


Bucareli, que había sido encargado de ejecutar la expulsión en los di-;tri-
órdenes y a su vigil ancia, tu\'ieron los tenientes que se nombraban para d
tos del Río de la Pla ta, Paraguay y Tucurn;ín. recib ic'J compctr11 ci.1 rxciu· distriw de cada ciudad subalterna. Estos, a partir de 1627, debían ser veci·
siva en lo referente a los mismos distritos, y con absoluta indepe11dc11ci.1 de nos y moradores de las ciudades en donde iban a ejercer el cargo 22, aunque
las au toridades superiores. "El gobernador de Bu eno~ Ayres -decí.1 1:1 no siempre se cumplió este requisito. Los tenientes de gobernador en el
Instrucción que transcribimos- por lo wcame al distri to de s11 ProYinci :i, Río de Ja Plata y en el Tucumán, y los Corregidores de Cuyo, eran nom-
Y de las de Paraguay y Tucuman, podrá elegir un J\se:;or ele su sa L!$fa C- brados y podían ser removidos por sus respectivos superiores. También
cion, y un Oficial R eal para que le acompaiien en las detcrrnin;ici:)nes, cesaban en el desempe ño d e su cargo cuando moría o era reemplazado el
por las p articulares circunstancias de aq uel las Provin cia<;, si n necesid ad de gobernante que los había nombrado, y en estos casos el alcalde de primer
acudir al Presidente y Audiencia de Charcas" rn. voto as umía las funciones vacan tes 23 •
En los primeros tiempos el gobern ador di r ig ía person ;1 Jmrnte Ja substan- En el siglo xv111 aparecieron, en el d istrito rioplatense, tres nuevas go-
ciación de las causas y dictaba sentencia. l\ fás tarde, po r dispm ic1ó11 r-xp re- bern aciones subordi nadas a la de Buenos Aires. En d iciembre 22 de 1749
sa tomada en cada caso, solía delegar esa tarea en o tro5 ma~istradm c.om- se creó la de Montevideo, con jurisdicción sobre el territorio vecino a esta
patentes, ya fueran los alcaldes ordin arios si el asu nto era civil o criminal, ciudad ~4; en octubre 2 de 1766 se nombró al primer gobernador de las
ya fu era ('l teniente general de la go bernación o los otros tenientes que islas !\!alv i nas ~~; y en agos to 24 de 1768 Bucareli resolvió designar dos go-
ac tu aban en cada ciudad, ya fueran sus p ropios subordinados miliures si bern adores para el distrito misionero, luego de expulsados los jesuitas, pero
en diciembre 27 de 1769 reclu jo a un solo mandatario la dirección de esa
el juicio pertenecía al fuero de guerra. En tales casos quedah?. siem pre

A
o B
abierto el recurso de apelación al m ismo manda tario'.!º. Esa delegación d e

ic .U
"' Real Frovisión de la audiencia de Charcas, de julio 8 de 1627. en Actas ca/1itulares
funciones judiciales podía también ser general, p ara todos o cleletminados

ém ioja
de Corric11/es, 11 , 79 y ·1~6. Buenos Aires, 19.16 (publicadas por Ja Academia Nacional
asu ntos, o p ara ciertos Lerritorios, nombdndose entonces a l teniePtC gene- rle la Historia). Se prohibió también que el gobernador designara parientes suyos en

ad G
ra l de la gobernación o a comisionados de justicia cuya competenc:i:1 era oficios de jurisdicción ( Rea l cédula de d iciembre 12 de 161 9, y real provisión de la

ac el
aud iencia de Charcas, de agosto 20 de 1621. en RCP, 130).
expresa mente seilalacla. Así, por ejemplo, el gobernador del Tucu n1án de-

o d
"" Así lo resolvió. por ejemplo, el cabildo de Santiago del Esiero en 1750. "confor-

us eca
signó en 17'14 un comisionado p ara la zo na del río Salado, en Sant i;igo del mandonos a la provision Real de su Alteza, y practica inm emorial ele esta Ciudad" (Actas
Eslero, a fin de que entendiera en primera instancia en wdos los pleitos rapitularcs de Sa11tiago del l~slero, II , 37, Buenos /\ir.es, 19.12). Lo mismo ocurría ~n caso

t
io
de ausencia del teniente d e gobernador. Pero el teniente general de la gobernación era
que pudieran ocurrir 21. Estas delegaciones fueron relativamente numerosas

bl
d recmplazanle legal del jefe del distri10 en casos de ausencia o muerte; R ecop., V.
durante los siglos xv11 y xv1JI, sobre todo con respecto a regiones apartadas. Bi iii. 1 2 . D urante la gobernación de J osé l\lartinez de Salazar, que fu é al mismo tiempo
Otras veces, como ya se ha expuesto, eran los alcaldes de la herma ndad los presidente de la pri mera y efímera audiencia de Buenos Aires, aquél nombró corre-
g idores lugarten ientes de gobernador y capitanes a guerra, elevando así la jerarqu ía
comisionados. de los antiguos ten ientes genera les (tlEC [serie I ), XI, -120; XII , 229 y .123 y XIII, 377).
Pero al sc1 suprimida la audien cia en 1672. volvieron a designarse lugartenientes jus-
'" " I nstrucción formada por los Seliorcs Fiscal es tic ord en del Consejo en :::1 Ex tra- ticias mayores (:IEC (serie I] , XIII , ·179 y XIV, 99), que por lo general sustituían al
ordinario, sobre el orden y método, con q ue deberá procederse :\ la su bstanciacion y dcter - mandatario polít ico en el ejercicio de sus atribuciones judiciales.
minacion de los pleytos y negocios, que se s usci ten contra los bienes y efectos pe1 teneci cn- "' Supra, cap. Ill. n. 60. Sobre la jurisdicción del gobernador montevideano ver el
tes :\ las Casas, Coleg ios, Resid::n cias. ó Misiones, que los Regulares de la Com pa1iia tenían excelente est udio ele C1\Rl.OS f f.RRES, Epoca colonial, La ad111i11istració11 de justicia en
en los domi n ios de Indias é Islas fil ipinas", en Cvlecció11 General d e las providC>,cias, etc., Munt euideo, H y sig .. :\lontcvidco, 19-14.
Parte Segu nda, 30, :\l aclricl. 1769. ,,. "Ha determinado S. ;\l. que estas Islas estén precisamente dependientes del go-
"' Supra, cap. lll , nota 86. . . bierno y capitanía genera l de Uuenos Aires, y q ue el citado don Felipe Ruiz Puente
"' Actas ca/iitulares d1• Santiago del Estao, 1, .¡.¡9, Buenos Aires. 19.11 <publicadas quede de gobernador de ellas" (Real orden de octubre 2 de 1766, en V1cE1>TE G. QUESADA ,
por la Academ ia Nac iona l de la Historia). Ver tamhié1~ supra. cap. III 11. 36_. En octubre Virei1U1to ele/ Riv tic la P/aw, 1776 -11110, 109, Buenos Aires, 1881). La comunicación a
19 de 1507 el gobernador del Tucumán designó un ..¡uez ele quc ni~ s ele l>1encs de me- Ruiz Pu ente lleva fecha de ·1 de octu bre (en 1--IAN UEL HIDALGO N1ETO, L a cuestión de
nores" para tocio el distrito. a fin de averiguar el . estado de esos h1e 11es, rnhrarlos'. sen- /as l\la/ui1U1s, Cv11tri/Jució11 al 1•s111div tle las re/acio11cs hisj1a110- i11glesas en el siglo xvm,
tenciar los p lC'itos, nomb ra r tutores, etc., con ap c l ac1ó~ al gobernador (:lrd11uo ¡\[u111c1pal 588, ;\ lad ricl , 191 7).
de Córdoba, L ibro I V, .p 1- ¡i G, Có rdoba. 188;¡).

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~~~~------1...................____________~
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

falladas en segunda instancia por los virreyes. y ~obernadores, p~ro el re-


provincia26. La competencia judicia! de todos ellos fué análoga a la de
curso no suspendía la ejecución de la sentencia d1ct~~a en Am~nca .
31
los otros tenientes, quedando por lo tanto sometidos a la vigilancia del
Además de los capitanes generales, hubo tambien excepcionalm~nte
gobernante porteño, que actuaba como tribunal de alzada respecto a sus
comisionados especiales que entend~an en las cau~as de guerra com~ Jefes
fallos.
de ejército en campaña. Así, por e1emplo, al designarse a Juan An.as de
Saavedra "super intendente delas armas delacivd~d ~es.ta ffe y corrientes
2. El fuero de guerra. y desus jurisdiciones", en la campaña contra los md1os, se le facul~ó. para
El gobernador, como Capitán General de su distrito, tenía competen- que "en los dhos. cassos de guerra c?nosca de todas las. caussas C1v1les y
cia exclusiva para entender en las causas correspondientes al fuero militar. criminales prosiguiendolas ydeter mmand?las y sentencian~olas . . . otor
Este era privativo de los virreyes y gobernadores, sin intervención alguna gando las apelaciones que dellas interpuc1eren para anteqmen p~~d.en Y
de la Audiencia21. debenser interpuestas" 3:?, La progresiva regula~izació~ de las milicias y
Los capitanes generales tenían facultad para entender en estos pleitos ·· · t raJ·0 consiºgo naturalmente un perfeccionamiento mayor en este
e1ercitos •
en primera y en segunda instancia, pero generalmente el juicio era seguido r ero· a arecieron en el siglo xvm el Teniente de Rey, los Sargentos Ma-
ante un jefe subalterno, cuya sentencia podía luego apelarse al gobernador. u ·d PPI . y luºego el Inspector General que reemplazaba al gobernador
yores e aza, . . bº' c d
Estos subalternos podían ser el jefe de una plaza o presidio 28 , el teniente · ·1i·tares y en ciertos d1stntos hubo tam ien ornan antes
en sus f unciones mi · · · dº
de gobernador, o el superior jerárquico del militar que era parte en el de Armas y Comandantes Generales de Frontera, todos ellos con JUTIS ic-
litigio. Y éstos entendían ya fuera por delegación expresa del capitán ge- ción sobre sus tropas 33 •

A
, • ,
neral, ya fuera en virtud de normas comunes que así lo disponían. Luego No siempre fué fácil determinar en que matenas y respecto de que per-

o B
ic .U
quedaba la segunda instancia conferida al gobernador o al virrey -cada
~onas f unc1ona a
· b el fuero de guerra · La real cédula de diciembre . . 2 de 1608

ém ioja
uno en su propio distrito- que fallaban previo acuerdo de su asesor letra- lo concedió en "todos los delitos, casos, y causas, que en qualqmer manera
do, y también de otro abogado en los casos en que lo consideraran con- Generales Capitanes, Oficiales, y á la <lemas gente de Gue-

ad G
veniente29. tocaren á los os ' que sirven
. a sue Id o ,, , y tam bº1cn
· a 1os so Id a dos en

ac el
rra d e -aq ue 11 os Reyn de ' manera que mientras durara e1 servicio · · nmgun· '

o d
Contra la sentencia del capitán general cabía la apelación a la Real
campana o en armas, .

us eca
Junta de Guerra de Indias. Era éste un organismo formado por miembros . d' · d'a conocer "de caso de ningt'ln Soldado, en causa, m
del Consejo de Indias y del Consejo de Guerra de Castilla, creado en el Juez or mano Pº 1 .. 34
demanda civil, hasta que cesse el arma . . . ,

t
io
año 1600, con autoridad para entender en todo lo referente a la guerra . · t por lo tanto el fuero m1htar comprend1a los asuntos

bl
Ongma1men e, '
tanto terrestre como marítima, y con facultades judiciales. En primera ins· Bi . . - · les de las tropas regulares, que estaban a sueldo; y respecto
tancia conocía respecto a las presas, y "todo lo que pertenece a despacho de nviles y cnmma · - · 1
mente cuando estaban en campana. Al organizarse as
Armadas, Capitanas y Almirantas de Flotas, Barcos de Aviso y todos los de 1os so Id a d os, Sola .
.. · B enos Aires el gobernador obtuvo competenc1~ para conocer
demas Navios de Guerra"ªº· Por vía de apelación le llegaban las causas nu 11cias en u ' .
"en rimera y segunda ynstan~ia, todos los delitos casos y causas que en
• ~ FRANCISCO jA~IE~ BRABO, <:olección de documentos relativos á la expulsión de los
t r
qua q. m~ .
nera tocaren a los Capitanes ofi.es y a la <lemas gente de Guerra
á sueldo en el Presidio del dho. Puerto de Buenos ayres
¡esuitas de l? Republtca Argentina y d~l Paraguay, en el rei11~do ~e Carlos 111, 13, 193 que me sirviere .
y 298, Madrid, 1872; Juuo CÉSAR GONZALEZ, Notas para una historia de los treirita pue-
blos de Misiones, en SocIEDAD DE HISTORIA ARGENTINA, Anuario de Historia Argentina,
atios 1941-1945, 141 y sig., Buenos Aires, 1947; ver también supra, cap. 111, n. 106. • SoLÓRZANO 11 417 y Recop., ll. xv. 43·
31 P1NELO, 217;con f .. ' ' . . . . . l 6 A t
27
Recop., 11. xv. 43 y 111. xi. 1 y 2. edro dr Ba1gorn Rmz. de d1c1emhre 23 e e 1 54, en c as
33 Auto de 1 go 1>ern ador .P .
:za En las causas entre soldados de un presidio o fortaleza debía conocer en primera 't l de Corrientes, cit., ll, 3()4. . .
instancia el jefe de la plaza, con apelación al gobernador (Recop., 111. xi. 7). capi u ares El virreinato de las provincias del Río de la Plata, su organr%ación
2:1 Recop., 111. xi. 1.
3.1 JUAN BEVERINA,
.. •
n enos Aires, 1935 (Biblioteca de l or· . 1 1 . )
1c1a , vo . cc1v-ccv .
ao ERN.ESTO ScHAFER, El consejo real y supremo de las /~días, 1, 204 y si.g •• Sevilla, 1935; rmlitar, 33- 37: u en SoLÓRZANO. 11 4 16. De esta Real Cédula, y de otras posteriores, se
ANTONIO DE LEÓN PINF.LO, Real ]unta dt; Guerra de Indias (1659), publicado por L.:w1s ,. Transcnp 1a • • .
ecop III xi 1 en la cual quedaron comprendidos otros casos que
HANKE en Revista chilena de historia y geogragía, LXXX!II, 215, Santiago, 1937. Ver [ormó la ley de 1a R ·• ·. · .' d.
tamhién RICARDO LEVENE, Historia del derecho argeutiuo, 11, 50, Buenos Aires, 1g46. • 'do expresamente incluidos en la e 1608.
no ha 1J1an s1

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
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y se juntare para qualesq.r conquistas y pacificaciones ... y q. lo mismo se sido activo y pasivo (cuando los militares eran actores y demandados),
quedó reducido a esta última calidad·U.
guarde en los casos criminales con los capitanes ... que ... Goviernen las
En las ordenanzas navales de 1748 se concedió un fuero análogo a los
compañías de los Ve~inos y con sus sargentos y Alfere~es", y también con
que se matriculasen en el servicio de la Real Armada, acordando a los ~~­
los milicianos en campaña 35.
pectivos jefes jurisdicción exclusiva par:i en~e?der en t~das las causas civi-
En ciertos casos, y sin duda debido a los abusos cometidos por las tro- les y criminales. Pero luego de otras d1spos1c1ones particulares que lo ~e­
pas, este fuero fué derogado. Quedó sometido a la jurisdicción común todo rogaban parcialmente, el Real Decreto de febrero 9 de 1793 lo restableció,
soldado "que se hallare con pulperia"ªª· También se hizo una excepción, haciéndolo "comprehensivo de todos sus juicios civiles y criminales en
mucho. más importante, "en fabor de los Artesanos, Menestrales, .Jornale- que sean demandados, ó se les fulminaren de oficio; exceptuando unica-
ros, cnad~s, Y Acrehedores alimentarios de Comida y otros Semejantes co- mente los de mayorazgos en posesión y propiedad, y particiones de heren-
~o Al_qmleres ~ Cuias deudas deben mandar pagar las Justizias ordina- cias, cuando éstas no provengan de disposición testamentaria de los matri-
~ias, librando las ejecuciones competentes, exceptuanda Solamente a las culados: que sus Jueces conozcan privativa y exclusivamente e~ aquellos,
fropas de S. M. Yempleados Durante la residrncia en el lugar de sus em· con total inhibicion de los demás; . . . y no obstante lo prevemJo en las
37
cPleos" :. Y por
. u.'lt'im~ se suprimió
· · también
· el que gozaban los emplead os, Reales Cédulas de 16 de Septiembre y 26 de Octubre de 1784., 6 de Diciem-
uando delmqmese en el oficio Politico y en todo lo que fuese anexo ª bre de 1785, 19 de junio de 1788, y 11 de Noviembre de 1791 sobre desafue-
su inanejo"ªª· ' ro en punto á deudas de menestrales~ artesan~s, criados, jorn~l~ros y a~­

A
En cambio, Y con el objeto de fomentar las vocaciones militares, la Real quileres de casas, ú en otras qualesqmera relativas á asuntos civiles y cri-

o B
0
.~denanz~ de octubre 22 de 1768 extendió el fu ero de guerra a las mujeres, minales" 42 .

ic .U
ém ioja
hi1os Y criados de los oficiales, concediendo además otros beneficios co- Al final de la época colonial se completó la organización del fuero de
nexosª9 p ·1 ·
· or u timo, el Real Decreto de febrero 9 de 1793 dispuso: "en marina al nombrarse a Manuel Godoy, Príncipe de la Paz, Almirante Ge-

ad G
d
a elante los Jueces MTt . .
1 1 ares conozcan privativa .
y exclusivamente de to- neral de España e Indias, facultándolo para ejercer el mando de todas las

ac el
1 1
e ~s ;s ,ca~sas civiles Y criminales en que sean demandados los lndividos de

o d
fuerzas navales, y "sobre la gente empleada en los Buques de mi R.1 Ar-

us eca
md i xercito, ó se les fulmináren de oficio exceptuando únicamente las mada y mercantes toda la jurisdiccion Civil., y Criminal ... que Yo tengo
emandas de M ay . '.
. , orazgos en posesión y propiedad, y particiones de heren· y podria exercer"4S. Para el mejor desempeño de esa vasta comisión se

t
io
c1as,
l\s·¡·
como,,
estas no pro d d" . . .
vengan e 1sposic10n testamentaria de los mismos creó poco después el Consejo Supremo del Almirantazgo, cuya presidencia

bl
·11 llares 40 De tal m . l f h b'1
· ane1a e uero de guerra, que hasta entonces a ª fué confiada a Godoy, el cual se convirtió en tribunal supremo en las cau-
31
Real Cédula de octubr 1 6 d 1 6
Bi b
sas de justicia pertenecientes a dicho fuero. En América, los virreyes y ca-
nador debfa hacerse ao; e e ~1, en RCP, 433. En segunda instancia el go er· pitanes generales queda~on convertidos e~ lu~artenientes de ª<J.uél, .Y con
en Buenos ~ircs p cs~rar por un oidor de la Audiencia que ese mismo afio se creó
los dos oficiales de marma de mayor graduación, y otros func1onanos, se
abogado 0 del · aseso
· ostenormente
1 d • al su p1·amarse
· · ésta, fallaba previo
· d1ctámen
· e1e l m
111, 69), confirieron rel e:ra · L~~ Ordenanzas de !\filicias del afio 1733 (AEC, serie 111. formó en cada distrito un tribunal superior de Almirantazgo, para enten-
0

Y también el civil si est:~ro militar en_tero a los oficiales, y el criminal a los soldados, der por vía de apelación _en las causas ~aliadas por los jueces inferiores44.
! 1

'1
• A d an en campana
uto el gobernador Z 1 . En Buenos Aires dicho tribunal quedó instalado el 21 de enero de 180845.
:r. Reales Cédulas de
16 ;va a,?e marzo de 1718, en AEC, serie 11, IJI, 549·
269; ver también id. VII Se) septiembre Y 26 de octubre de 1784 (AF.C, serie III. XI,
·¡ ª"' R 1 • , 63 . 41 Conf.: CARLOS FERRES, Epoca colonial, La administración de Justicia en Montevi-
ca Cédula de septiembre 1 d
:13 Publicada como a énd· 5 e 1 796 (AEC, serie 111, XI, 450). deo, cit., 6. .
1
a la Novísima Recopil~dónac~. n ~~de la. Real Ordenanza de Iutemleutes, e incorporada
9
&:1 Cedulario de la Real Audiencia de Buenos Aires, 11, 92. Conf.: FERRES, 6.

:º Cedulario de la Real ·A~~· '.tít. iv, ley 14.


cac1ón del Archivo H'1 tó . iencia de Buenos Aires, 11 96 La Plata 1937 (pubh·
. ~ Real Cédula de enero 13 de 1807, en Cedulario de la Real Audiencia de Buenos
Aires, 111, 321, La Plata, 1938. . . ·
después el conocimie ~t ncdo die 1ª. ~r?vincia de Buenos Ai1~cs). 'sin cmhargo pocos atios
1

r 011 f" d e OS JUICIOS S " Real Instrucción de febrero 27 de 1807, en Cedulario cit., 111, 329.
'ª o a los jueces e1Oe este
privil · d
. f
uero· infra

ucesonos '
de militares c1ucdó exclusivamente
1 .a AEC, serie IV, 111, 37. Pocos meses después concluía el valimiento del Príncipe
,.· ~gao e su fuero (Real Orden d • 8
P· 1 o. Los soldados desertores perdían e de la Paz, y Espafia comenzaba su larga guerra con los franceses.
'ª• cit., U, 3o6). e mayo 8 ele 1797, en Cedulario ele la Real A udien·

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Zorraquín Becú, Ricardo.


La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
¡ Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"
1

~a mism.a Real Instrucción que organizó jerárquicamente el fuero de 3. El fuero de hacienda.

1

,I
marma lo hizo extensivo a otros casos que hasta entonces caían dentro de
1o que podría Hamarse' el fuero mercantil, confiado entonces al Consulado.
En efecto, no solamente podía entender el tribunal del Almirantazgo en
todas las causas concernientes a los marinos, conforme a las reglas anterior-
. Los pleitos Y. ejecuciones. relati\'os al cobro de impuestos y deudas al
fisco se substanciaban exclusivamente por los Oficiales Reales de cada dis-
trito. Estos eran funcionarios autónomos, nombrados por el Rey, que exis-
t~ero? desde el. pri?cipio para el m_anejo de los. intereses fiscales, y que
mente dictadas, sino que también quedaron esos tribunales facultados para e1erc1an sus atnbuc:1ones con entera mdependenc1a de los mandatarios po-
r intervenir en todos los pleitos derivados de la návegación (presas, resca- líticos51. En cada capital de provincia se designaban un Tesorero, un Con-
tes, pesca, salvamento, fletes, incendios, naufragios, echazones, arribadas, tador y un Factor, que bajo el título común de oficiales reales tenían el
averías, etc.), y en "todos los delitos cometidos á bordo de buques esp~- encargo de recaudar los derechos e impuestos y de efectuar las libranzas
ñoles mercantes en el mar ... , y tambien en los rios navegables", conh· correspondientes.
gurándose así, mediante reglas precisas, una jurisdicción especial relativa A fines del siglo xv1 la corona les dió además atribuciones judiciales,
de acuerdo a la tendencia ya analizada de unir las funciones ejecutiva
al derecho marítimo 4 ª.
En los últimos años de la dominación española se dictaron otras reglas y jurisdiccional. Así lo solicitaron los oficiales reales del Río de la Plata
especiales relativ~s a los fueros de guerra y marina, derogándolo en las en 1585, "conforme a la mer~ed que V. magestad tiene echa En los <lemas
puertos de yndias" 62 ; y por diversas cédulas se otorgó a estos funcionarios

A
"Causas de intentada sublevación, y sus incidencias, ú otras de igual na-

o B
turaleza"-t7, y en los pleitos mercantiles que entonces correspondían al la facultad de hacer "las execuciones, prisiones, ventas y .remates de bie-

ic .U
nes, y otros qualesquier Autos, y diligencias, que convengan y sea necesa-

ém ioja
Consulado"s. También se dispuso que el fuero militar concedido en Es-
paña a los· extranjeros transeúntes no regía en las lndias 49 • Por ,t'1ltimo, rio, hasta cobrar lo que así se nos debiere, y enterar nuestras Caxas Rea-

ad G
el Reglamento para las milicias disciplinadas del virreinato d~l ~10 de la les" 53, Su jurisdicción era privativa, ordenándose a los virreyes, audiencias

ac el
y gobernadores que no intervinieran en la administración fiscal ni en el

o d
Plata dictado en enero 14 de 1801, fijó las normas de proced1m1ento que
ejercicio de sus atribuciones judiciales, pero las apelaciones de sus fallos

us eca
debían regir en los juicios de este fuero 50• iban a la audiencia del distritoM. .
Todas estas ·resoluciones a veces contradictorias y no siempre clar~c;,

t
io
provocaron innumerables conflictos de competencia entre distintos magis-

bl
Gl Esta independencia y separación de los oficiales reales se acentuó paulatinamente.

trados, produciéndose así interminables dilaciones en l~s pr~c~sos. Ta~­


Bi
Al principio los adelantados y virreyes tuvieron cierto imperio sobre ellos, pero luego
el ordenamiento fiscal adquirió una completa autonomía. También· intervenfan los ofi-
bién la especialidad de los fu eros militar y naval debió ongmar senas ciales reales en el gobierno municipal, como miembros de los cabildos, pero a fines
resistencias entre los habitantes civiles, que se vieron obligados a tener del siglo xv1 la audiencia ~e Charcas. les p~ohihió integrar los. ayuntamientos (ver cap.
111, nota 14), y en i622. se dictó una d1spo~1c_16n ~en.eral c1~ el mismo sentido (SoLÓRZANo,
que r~currir en demanda de justi~ia ante jefes de tropas naturalmente 11. 5o6; Recop., VIII. 1v. 53). Se les prol11h1ó asmusmo ejercer otros cargos ni gozar de
inclinados a proteger a sus subordinados. otros beneficios que los derivados de su emplco (Rccop., VIII. iv. 45-55).
ro Carta del tesorero Hernando de l\fontalvo al rey, de octubre 12 de i585 , en Co-
'ó 't rts y 39. Puede considerarse éste un antecedente de la rrespondencia de los oficiales reales de hacienda del Río de la Plata con los Reyes de
'º Real · Instrucc1
· d n ac1 Jos · 37
·• a tribunales federales para entender en 1as causas ..d e alm 1-
· España, I, 377, Madrid, 1915.
cc;>mpetencia as!g~a .ª , . a" (art de la Constitución Nacional). r..i Recop., VIII. iii. 2. Conf.: GASPARE DE ESCALONA AcUERO, Gazophilacium regium

rantazgo y junsd1cc1ón manumd . ~~ Cedulario cit., 111, 47· En esos casos debían perubicum, lib. I, part. ii, cap. vi, Matriti, 1775. Al pasar por Buenos Aires en su famosa
41 Real Cédula de agost~ 3•. e •79i~cto ri or segun previenen las Leyes, al pronto visita, don Francisco de Alfaro dictó con fecha 4 de julio de 1611 unas minuciosas Or-
"proceder mis Reales Aud1enc1as co~ so q~e ~e de exemplo, se afianze la seguridad denanzas para los Oficiales Reales de Buenos Aires, que entre otras cosas disponían: "los
Castigo de Jos reos, de suerte que a .Pª. .. offis-iales Reales tienen jurisdi~ion para cobrar qualesquier marauedis que por qualquier
• de aqueJlas Provincias · . A Razon titulo o caussa pertenesca a su magestad y en Razon de lo susodicho puedan quales-
publica, y e1 sosiego d' . b de 1802 en Cedulario cit., III, 227. ntes se
quier autos execu~iones prendas de personas y bienes Rematarlos y azer lo demas que
48 Real Cédula d_e 2 7 de ·~iem ~ hadend~ derogaba al militar (Real Orden de
jues-es pueden ha~e.r. conf~rme a der~ch~" (art. 33, en ENRIQUE DE GANDfA, Francisco de
había resuelto también que ~ 1 .uero e
en Cedulario cit., 11. 186). f F Al/aro y la condiczon social de los indios, 429, Buenos Aires, 1939).
mayo 21 d e 1795 • f b de 1801 en Ceciulario cit., 111, 211. Con .: ERRES, 49-50. r.1 RecoJ1., v. xii. 1.1 y VIII. iii. 2; SoLÓRZANO, II, 516.
" Real Cédula de e rero ~7 '
r.o Cedulario cit., 111, 8i Y sig.

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. Los tres oficiales, aunque tenían obligaciones diferentes, podían· susti- Los pleitos del fisco corrían a cargo de estos oficiales, configurando así
tmrse unos. ~ otr?s; ~fero debían firmar todos juntos las libranzas, autos un fuero independiente. Estos, que solían también llamarse Jueces Oficia-
y demás d1hgenc1as 0 , de modo que actuaban conjuntamente y ejercían les, tenían poder y jurisdicción sobre los demás magistrados en lo relativo
u? r~cíproco control. En las ciudades que no eran las de su residencia po· a los asuntos de su competencia&\ sin que pudieran aquéllos intervenir
dian nombrar por su cuenta y riesgo tenientes encargados de cobrar allí en los pleitos del fisco.
l~s rentas reales Y de ejecutar sus órdenes en lo relativo a la administración
Además del cobro de los impuestos y rentas fiscales, y debido a su vincu-
lación con esta materia, los oficiales reales entendían también en las causas
fiscal 56• El cargo _de Factor fué suprimido en la mayoría de los distritos57 ,
pero se restableció en el Río de la Plata 58. de contrabando; pero existían reglas diferentes según el lugar. En princi-
Para la. viuilancia de estos f unc1onanos
· · y para la revmón .. pio, era la Casa de la Contratación el tribunal competente en "las causas
o· de las cuen- de arribadas, comisas, y extravíos hechos á los Puertos de las Indias, si allá
tasd res~ect.ivas se ere~ e~ 1605 un Tribunal de Cuentas en la capital de
ca "da v1rremato, supnmiendo las a t n'b uc10nes
. no se hubiere conocido de ellas, y se hallaren los reos, bienes, y Navíos
. que hasta entonces habían en estos Reynos"H. Por excepción, a partir de enero 18 de 1661 el Rey dió
tem o, en esa
d Lº materia los v·rr
1 d"
eyes, au 1enc1as · y gobernadoreslin La con-
t ad una e 1ma tuvo la supe · ºó d 1 · comisión a don Juan Ramírez de Guevara y Arellano, luego macrqués de
territorioªº hast rv1si, n e a Real Hacienda en todo nuestro Miranda de Anta, para conocer de todas las causas de arribadas al puerto
un tribunaÍ de eªs qule por rBeal cedul~ de enero 24 de 1768 se estableció de Buenos Aires'°is.
a e ase en uenos Aires . . d" . .
reales del Río de la PI t p ' con JUns 1cción sobre las caias Cuando la causa se iniciaba en América, por haberse comprobado aquí

A
. . a a, araguay y Tucumán6t.

o B
Los oficiales reales de esta últi b . el contrabando y estar los culpables en las Indias, correspondía entender al

ic .U
ciudad de Córdoba al · ma go ernación pasaron a residir en la gobernador y a los oficiales reales conjuntamente, según queda ya expli-
, 1
msta arse en esa c· d d 1 d

ém ioja
cédula de febrero 7 de 16 2262 C d m ª a a uana creada por real cadoºª; pero en el Tucumán estos últimos tenían jurisdicción privativa.
. . · uan o la aduana f é 1d d J ··

ad G
a f mes del siglo xvn, aquellos funcion . .u tras a a a a . UJUY, En el primer caso podía apelarse directamente al Consejo de Indias, y en
ciudad. arios se avecindaron en esta última

ac el
el segundo el recurso debía substanciarse ante la audiencia del distrito67.

o d
Sin embargo, en 1783 el Rey resolvió que "todas las apelaciones delas Cau-

us eca
s Recop., VIII. iii. 5 y VIII. iv. 21. "Nin no d • sas de Comiso sobre com9 fraudulento, deben benir ami R.1 Persona, yami
decía el art. 10 de las Ordenanzas de Alf gu . ellos por s1 solo pueda sentenciar...

t
io
11ct So aro, ya citadas (en G f Consejo de Indias, a excepcion solo delas de contravando de Estrangeros,
L6 RZANO, 11, 505; Ordenan ...,.... de Alf ANO A, 425).

bl
. · l ...... aro art 17 · E
1
a os o f ioa es reales a nombrar "algua ·¡
za para 1
• · • cit. stas últimas autorizaban
Bi quedeben fenecerse en Indias" 68 •
·
con d
e sus mandamientos" (en GANDfA ) a cobra n~a d e l a Real hazienda y cxecu· Con respecto a las causas de echazón y avería gruesa, se estableció que
í í
m a Y no ten an que depender del auxilio d 1 • • • • 434 • con lo cual ad quman
· · una mayor autono·
111 Recop., VIII. iv.
3
8. ªe JUSt1c1a ordinaria. debían tramitarse "en las Indias ante la Justicia de tierra, ó nuestros Ofi-
158
Real Ordenanza de Intendentes art
• m Recof·• VIII. i. 1 y sig.; SoLÓRZA~o92¡/ ~e~laración g\\ anexa a ella. ~ "Yo tengo dada juriscfü;ion a mis ofi~iales reales de las provincias del Rio de la
c.it., apéndice, p. 318 y sig. • , 5 4. ESCALONA ACUERO, Gazophilacium, Plata en lo que toca al buen recaudo ~branza y adm~n.istr:izion de mi hazie~da:··
oo Recop., VIII. i. 79 y VIII v1' 6 T . )' todos los funcionarios de Indias debían e1ec~~~r sus requmtonas (real cédula de 1uho
d · · · res oidores d l
cnten er en. los pleitos originados contra los ofi . e a audiencia de Lima debían 10 de 1610, en RCP, 94. Conf.: Recop., VIII. 111. 18 y 19).
cuentas, debiendo estar presentes dos contad c1ales reales por mala rendición de ~ Recop., IX. xxxviii. 26.
Conf.: EscALONA ACUERO, Gazophilacium ci~re~~o~I voto co?sultivo (Recop., VIII. i. 36). 11;1 JosEPH DE VEITIA LINACE, Norte de la co~.t.ratacion ~e las ln~i?S occi~~ntales, II,

Gl Revista de la Biblioteca Nacional IX·• · • part. 1, cap. ix. 220 , Sevilla, 1 672. Por eso la Recop., IX. xxxvm. 26 conunua~a diciendo: excepto el
instaló en 1769 (FACULTAD DE FILOSOFfA ~ L ' 294 • Buenos Aires, 1943. Este tribunal se puerto de Buenos Ayres ••• , Porque nuestra vol\lntad es dar comision á Jueces par-
I, 15 Y 3~· Buenos Aires, 1913), extendién:=s; D~~u"!entos para la historia argentina, ticulares".
de 177? (id., 39). En 1780 ~e transformó en tribun~l i:!nto ª todo el virreinato en julio m Supra, nota 8.
Y funciones de este organismo véase el erud't yor de cuentas. Sobre la actuación 01 Recop., ·vnI. xvii. 4.
El t ri'b una l may~r y audiencia
· . real
• de cuentas 1do Bestudio d.e JosÉ M. MARILUZ URQUIJO, ea Real Cédula de octubre 6 de 1783, en Cedulario de la Real Audiencia de Buenos
de Derecho Y Ciencias Sociales año VI nQ e uenos Aires, en Revista de la Facultad Aires, I, 10, La Plata, 1929 (Publicación del Archivo Histórico de la Provincia de
23
en RCP, 442; Recop., VIII. ~iv 1 y '14 La' 2d5·54, Buenos Aires, 1951.
· · a uana se i nsª t ló en septiembre de 1623. Buenos Aires).

96 97
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"
'

BIBL 1C"'T!-
'

ciales Reales" 69 • Estos últimos debían averiguar también si llegaban a los te n ían que elegir un alcalde anualmente, pero tal medida fué posterior-
puertos mercaderías pertenecientes a extranjeros, y decomisarlas en caso mente derogada H.
de que no tuvieran licencia especial rn; pero se les negaba competencia en En lo que respecta al juzgado del gobernador, la misma Ordenanza dis-
las causas entre comerciantes 11. puso que a medida que se suprimían los gobernadores y corregidores, "la
Entr.e los beneficios correspond ientes a la corona, tenían particular im- Jurisdicción R eal (debía recaer] .. . en Jos Intendentes respectivos como
portancia los di:zmos deb.idos a la Iglesia de tocios los frutos y productos, .Justicias M ayores de sus Pro\'incias, sin perjuicio de la que corresponde a
Y que por espeoal concesión del Sumo Pontífi ce habían sido ocorgados a Jos Alcaldes Ordinarios" 7 5 . Pero esta norma no debe interpretarse literal-
los Reyes Católicos y a sus sucesores 72 • Al con vertirse así en bienes fisca- mente. Con respecto al fu ero ordin ario o común, los intendentes carecían
les -aunque destinados principalmente al sostén de las iales ias y obras ele at ri b uciones judiciales, pues sólo ejercían este poder por intermedio
Pías- s u cob ro Y d 1 ·stn·b uc1ón
· 0
quedaron encomendados to ta l o parcial- de los Tenientes Letrados ele cada In tendencia, creados precisamen te para
me~te a los oficiales reales (aunque generalmente se arrendaba su recau- ejercer "por sí la Jurisdicción con tenciosa Civil y Criminal en la Capital
dación) y éstos 1·nt ervenian
1 · como d e fensores del fisco en los pleitos que
por tal causa ocurriesen 73. y su particular territorio. y que al mismo tiempo sea Asesor ordinario en
todos los negocios de la Intendencia, supliendo las veces del Gefe de ella
. La competencia judicial de los oficiales reales continuó hasta que se en su falta"7G. De sus fallos se apelaba a la Audiencian.
instalaron
. . . los. I ntendentes en nuestro terntono,· · pues a partir · de entonces
su JUnsd1cc1ón quedó trasladada a los nuevos funcionarios continuando En las capitales de cada intendencia, por lo tanto, la jurisdicción de los

A
aquéllos como subordinados su yos. ' alcaldes ordinarios no sufrió alteración alguna. Pero en cambio aumentó la

o B
ic .U
competencia de los j ueces capitulares en las ciudades subalternas, pues la

ém ioja
4. Los I ntendentes. Ordenanza d ejó sin efecto la facultad de nombrar tenientes en ellas1s.
De modo que los poderes jurisdiccionales que hasta entonces habían ejer-

ad G
La Real
. . Ordenanza
. de Intendent
. ·
es mtro el LIJO
· en nuestro tern· tono · diver-
·
cido los tenien tes d e gobern ador con respecto al fuero ordinario, tuvieron

ac el
sas mod1f1cac1ones en la administración de · · · L f

o d
líneas generales te dí b ' JUSt1 c1a. a re arma, en sus necesariamente que recaer en los alcaldes, convertidos así en únicos jueces

us eca
, n ª.so re todo a dar una nueva estructura al virreinato de primera instan cia.
que ha~ía poco se habia creado, uniformando el gobierno de las colon ias
Para reemplazar a los antiguos ten ientes en el ejercicio de los poderes

t
io
y orgamzando
. . un control más estricto en el s1'stema
· fi'nan oero.
· p ero a 1teró
de policía, hacienda y guerra se crearon Subdelegados de Real Hacienda,

bl
también, en oertos . puntos esenciales • el ordenam 1·ento JU · d.1c1a
· l que h asta
ahora hemos examm ado. Bi que generalmente eran tamb_ién Comanda~t~s. de Armas~ y que unían a sus
Los alcaldes ordinarios, q ue duraban un a 1-10 e 11 el eJerc1c10
· · · 1 atribuciones fiscales las de Jefes de las mil1cias lugarenas. Estos Subdele-
. e e su
cargo, • pasaron a ser bianuales,

debiendo el de segttndo L · ·
VO O SUStllUir a
¡ gados eran ejecutores de las órdenes de los intendentes en lo relativo a esos
de p rimer vo to al conclui r su periodo. De tal manera, los Cabildos sc'ilo tres ramos, y debían además substanciar las causas contenciosas de hacienda
y gu erra "hasta ponerlas en estado de sentencia, pues en él han de remitir-
00
R ecop., I X. xxxvi ii. 20.
"°I d., IX. xxvii. 3.
n Id., I X. xxxiii. 59. " Supra cap. 111, nota 39·
,. R ea l Order1a r1za para el establecimiento é inst ruccio11 d e 111te11denles de Exérxito
.,. Bula Eximiae Devotionis, de Alej andro VI, expedida el 16 de n oviem bre de 1 "º 1 y Provincia en el Virrei11ato d e Buenos Aires, art. 8, Madrid , 1872. A continuació n se
(SoLÓRZANO, 11, 3; su tex to latino en P. FRANcisco J AVI ER H ERNÁEZ, Colección de Bulas imprimieron las Declaracio nes de agost.o 5 de 1783. .
Breves, y otros d ocumentos relativos a la Iglesia de América y Fili/Ji nas I 2o Brusela ' -:u Art. 12. se oficializó así la práctica entonces existente, pues los Asesores Letrados
1879). ' • , , S,
ele la gobernación eran en realidad los verdaderos jueces. Su dictámen era generalmente
. " Recop., l. xvi. 1; SoLÓRZANO, 11, 6. Ver in fra, cap. V, § 4. Los o fic iales reales tam- ; 1 ceptado p or el gobernador, y la Real Ordenanza convirtió en norma legal esa costum-
b~én. debían cobrar y g_uardar las r entas eclesiás ticas en sede vacante, que luego se bre, asegurando a Ja vez el predominio de los abogados en la resolución de los pleitos.
distribuían en tre la Iglesia y el nuevo prelado (R ecof1., l. vii. 37 y VIII. xx iv. 2 ; Sor ÓR· 71 Art. 14.
V.NO, 11, go y 92) . .
7• Art. 8.
1

98 99

:
y-··-- l
Zorraquín Becú, Ricardo. 1

1
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

las al Intendente de la Provincia para que pronuncie, con acuerdo de su intendente eran apelables en todos estos casos ante la Junta Superior de
Asesor, lo que corresponda en Justicia" 7!>. Real Hacienda, quedó correlativamente cercenada la competencia de las
audiencias, que hasta entonces habían conocido de estos pleitos en segun-
En efecto, la jurisdicción contenciosa que hasta entonces habían ejer- da y tercera instancias. La jerarquía de los funcionarios y la centraliza-
cido los oficiales reales, quedó "trasladada á los Intendentes en sus respec- ción gubernativa quedaron así firmemente establecidas mediante la nueva
tivas Provincias, con absoluta inhibición de aquellos Ministros de Real organización, que se extendió además a los otros organismos locales al
Hacienda" 80. Los nuevos magistrados debían .. conocer privativamente" en disponer que los intendentes vigilaran la recta administración de justicia.
esas causas, quedando sólo el recurso de apelación ante la Junta Superior pudiendo "llamar á sus Tenientes, subdelegados, Alcaldes Ordinarios y
de Real Hacienda 81 . Esta última quedaba encargada de resolver ••breve demás Jueces subalternos, para advertirles su obligación y exhortarlos á
Ysumariamente ... con audiencia de mi Fiscal, y, executada su providencia, que cumplar. con ella"s7.
me la consulte con remisión de autos si la reclamare alguna de las partes. También sucedieron los intendentes a los antiguos gobernadores en la
Pero quando la competencia ó duda fuere sobre las facultades de la dicha jurisdicción cor~espondiente al fuero militar o de guerra. Los subdelegados
Junta Superior de Hacienda, la resolverá el Virréi ... dándome cuenta debían formar el sumario y remitir luego la causa al intendente, a fin de
por la misma via reservada de Indias"s2. Idénticas normas se establecían que éste pronunciara la sentencia "con acuerdo de ~u Asesor" 88 ~ Idéntica
con respecto a los asuntos contenciosos, fraudes y contrabandos derivados competencia, y con apelación ante la Junta Superior de Real Hacienda,
del estanco del tabaco, pólvora y naipessa; en "los casos de presas, naufra- tenía aquél en todos los pleitos que se ofrecieran "sobre provisión de .Jas

A
gios, arribadas y bienes vacantes"84; y en "las Causas de Contrabando y Co- Tropas y sus Dependientes" 89 •

o B
misas de mar y tierra" 8 G. También eran jueces privativos los intendentes

ic .U
Al producirse la supresión de la Superintendencia de Buenos Aires, a
en los pleitos que ocurriesen "sobre ventas, composiciones y repartimien-

ém ioja
causa de la interferencia de sus funciones con las del virrey 90, las faculta-
tos de tierras Realengas y de Señorío", y en los que se suscitaran para la des de aquel magistrado pasaron a ser desempeñadas por ei jefe del virrei-

ad G
enajenación y cobro de bienes confiscados Ko. De acuerdo con estas normas, nato. Este funcionario ejerció, desde entonces, mayores poderes judiciales

ac el
los intendentes asumieron una jurisdiccic>n exclusiva en todos los asuntos que los que normalmente correspondían a su cargo, recayendo en él no sólo

o d
us eca
en que por razones fiscales o de orden pt1blico la corona tenía interés en ia facultad de resolver los pleitos del fuero militar, sino también la de
asegurar que la justicia fuera impartida por medio de sus propios organis- fallar los demás asuntos que antes competían al superintendente. A pesar

t
io
mos delegados, reservándose el Rey el conocimiento de la causa en tercera de esa supresión, quedó en funciones el teniente letrado de la intendencia 91 ,

bl
instancia, por medio de[ ministro correspondiente. Y como los fallos del que continuó actuando como juez en las causas correspondientes _al fuero
Bi ordinario. Posteriormente se nombró un Intendente de Buenos Aires y su
':'!• Are. 73. Sin embargo, al fundarse l:t dudad de Or;"m, c1 Comandante <le Armas y provincia, concediéndole atribuciones judiciales limitadas al distrito rural
Subdelegado de Real Hacienda ohtuvo lamhién compelcnria para entender en las causas de esta ciudad~ 2 •
de justicia y policía (Orden;rnza de julio 27 de 1795. an. q, confirmada por real céclula
de diciembre 4 de 1796, en ~l:\RIA:'\o ZoRRt:<;u1ETA, A Jnmlt•s históricos de la J>rovi 11 cia
de Salta en la t:Jmrn tlt·l co/o11iajt', 15· Salla, 1872). En los gohicrnos políticos y militares hiendo en el primer caso conocer la Junta Superior de Real Hacienda, y en los otro~
(Montevideo, l\·f isiones. etc.). los gohernadores ejercían las mismas funciones <le los el intendente en primera instancia (arts. 82 y 84).
subdelegados (art. 73), y no parcrc que <p1cdaran inhibidos de actuar como jueces. "
1
Art. 17.
~ Art. 72. 1<11 Arl. 73, ya citado.

lj1 Art. 74· Art. 247.


61

l<'J Art. ¡5. w Real Cédula de mayo g de 1788 (en VICENTE G. QUESADA, Vireinato del Rio de la
l'3 Arts. 76 y 77.
Plata, /ii6-1810, 465-467, Buenos Aires, 1881). cumplida a fines de agosto del mismo año.
!•l Qt:F.~ADA, ,
"i Art. 80. 179 ..182; RICARDO LE\'E:'\E, Historia del derecho argeutino, 11, 397, Buenos
l'G Art. 212. Airc!l, 19_¡6. \'er cap. VI, nota 115.
11.:11 En el Cabildo de enero io de 1806 tuvo entrada una comunicación del virrey Sobre
"" Arts. 78 y 79. En todos estos casos podía apelarse a la Junta Superior de Real
':'ª~ien?ª· Los intendentes, sus mujeres, hijos y criados, los oficiales reales y -con ciertas Monte, noticiando el nombramiento de Domingo Reinoso como "Intendente de esta
Capital y su Provincja, ... para que con arreglo á lo dispuesto en real orden de veinte
hm1tac1ones- los demás empleados de Real Hacienda, gozaban del fuero militar, de-

101
100
,..
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ii
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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

cir en las Provincias de aquel Virreinato á un método igual, en quanto


Por último, los intendentes tuvieron también jurisdicción en ciertas cau- fuere posible, el gobierno y administración de justicia en materias de mi
sas que pertenecían al fuero secular, aunque estaban estrechamente vincu- Real Hacienda, y en lo económico de Guerra; cuidando privativamente ...
ladas al eclesiástico. Entendían, en efecto, como jueces de primera instan- también ... de los Propios y Arbitrios, y Bienes de Comunidad de los
cia en todos los pleitos que pudieran suscitarse a raíz del cobro de las Pueblos: para cuya dirección y conocimiento la concedo quanta jurisdic-
limosnas impuestas por la Bula de la Santa Cruzada, con apelación a la cion y facultades sean necesarias, con absoluta inhibicion de todos mis Tri-
~nta Superior de Real Hacienda 93 , y en las "Causas que ocurran sobre bunales, y la sola dependencia de mi Real Persona por la Via reservada
los ... Espolios", o sea los bienes dejados a su muerte por los Prelados, del Despacho Universal de Indias; dexando los asuntos contenciosos que
quedando la audiencia del distrito como tribunal de alzada 94 • Formaban, traigan origen de la Jurisdiccion Real ordinaria y causa de Policia y Go-
además, parte integrante de las Juntas de Diezmos que se creaban en cada bierno, en apelacion de los Intendentes, sus Subdelegados y demás Jueces
capital de obispado, aunque sii:i facultades judicialestiis. ordinarios, sujetos á la respectiva Audiencia del distrito" 98 •
La Junta Superior de Real Hacienda, a la cual se enviaban en apela- Antes de que se instalaran en nuestro territorio los intendentes, pero.
ción todos los juicios en los casos mencionados anteriormente, era presidida después de creado el virreinato del Río de la Plata, hubo un fuero especial
por el Superintendente y se integraba al principio con "los dos Ministros que luego recayó en aquellos funcionarios. En marzo 17 de 1?78 se ordenó
más antiguos del Tribunal de Cuentas, del Asesor de la Superintendencia, establecer en estas regiones el estanco del tabaco y de los naipes, cuya ad-
del Contador General de Exército y Real Hacienda con voto sólo infor- ministración quedó a cargo de Manuel Ignacio Fernández como "Super-

A
mativo, y del Fiscal de mi Real Hacienda, que le tendrá decisivo en todos intendente General Subdelegado de las Reales Rentas de Tavaco y Nay

o B
pes en las Provincias" del virreinato recién erigido. Este a su vez nombró

ic .U
los asuntos y expedientes que no actuare como parte"96. Al crearse en
administradores generales en cada distrito y otros funcionarios locales en-

ém ioja
Buenos Aires la Real Audiencia, se modificó la composición de la Junta
cargados de la fiscalización y venta de esos productos 99 •
en la forma que ya había previsto la Ordenanza de Intendentes, y desde

ad G
Al mismo tiempo se organizó un fuero especial en torno al nuevo es-
entonces la integraron "~ mas del Superintendente, el Regente de ella; un

ac el
tanco, para proteger el monopolio estadual. Quedaron sujetos a él .. Todos

o d
Oidor, que será el que Yo nombrare; el Fiscal que despachase los asuntos
los cosecheros, sus capataces, Mayordomos, como los Peones que esten asa-

us eca
de mi Real Hacienda, también con voto en los casos que ya quedan indi- lariados por estos para el cultivo y beneficio de las siembras de Tabaco, ...
cados; el Ministro mas antiguo del Tribunal de Cuentas, y el Contador

t
por lo q. pertenece a las tierras, Aguas, cercos y plantios de su cosechas" 100,

io
General de Exército y Hacienda según queda expresado" 97.

bl
así como "todo Ministro y dependiente de dha. Renta ... en todas las cau·
Las funciones de esta Junta -que debía reunirse al menos una vez por Bi sas y delitos que cometan e~ ~l uso de sus encar?os, e incide~cias de sus
semana- eran a la vez administrativas y judiciales. Debía tratar "de redu- mismos manejos" 101; y por ulumo los que cometieran cualqmer fraude o
contrabando respecto del estanco. Quedaba a tales efectos derogado cual-
y dos de octubre de mil ochocientos cuatro ... exerza Jas facultades declaradas á los
demas Intendentes de Provincia en todo el distrito de esta Capital, excepto en ella, quier fuero privilegiado 102, Jueces pri~at~vos en todas estas ~ausas eran ~os
donde solo deben ser limitadas al exercicio de la juriscliccion contenciosa en los asuntos administradores generales de cada d1stnto, los cuales deb1an sentenciar
que ocurran en las oficinas, á la asistencia á los cortes y tanteos mensuales y extractos de "con acuerdo de Asesor". Si el sumario o el pleito se iniciaban ante un
revista, presidencia de las Juntas de almoneda, y otros actos de igual naturaleza en que funcionario. subalterno, éste debía igualmente remitirlo al superior para
no se toque en el govierno y arreglo de los Tribunales, y oficinas directoras ó matrices,
e:ntrada de caudales y sus gastos, recivo y despacho de los navíos que arriven; porque.
que dictara el fallo correspondiente 103•
todos estos puntos y los que sean relativos á la causa de policia, presidencia, y regimen 08 Id., art. 5.
de Ayuntamiento, sus elecciones, y govierno de los Propios han de quedar reservados e1 Documentos para la historia del Virreinato del Río de la Plata, 111, 143, Buenos
éÍ este Superior mando" (AEC, serie IV. II, 211).
Aires, 1913 (publicación de la Facultad de Filosofía y Letras).
113
Real Ordenanza de Intendentes, art. 148.
IH Id., art. 198.
100 Id., 129.
io1 Id., 158.
m Id., arts. ;51 y sig. Ver infra, cap. V, § 4.
00
Id., art. 3.
1111
Id., 136 y 159.
07 Id., ibid. tll.1 Id .. 133.

102
103
,.-
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

Algu n as leyes le dab an, sin embargo, facultades judiciales de índole es·
.Este fuero especial se mantuvo luego de dictada la Orden anza de In-
pccial. :\sí, por ejemplo, tenía poder para "con ocer en primera instancia
tendentes; pero los nuevos funcion arios sustitu yeron a los administradores
d e los p leytos, que en qualquiera forma se ofrecieren entre los Indios, y
gene_rales en el ejercicio de su jurisdicción, quedando a su cargo "toci as las
asi mismo entre Espa1ioles, en que los Indi os fueren reos", con apelación
causas y negocios contenciosos que ocurriesen en dichos ramos, con las
ante la audien cia 1os. Otra ley lo facultaba "para proceder de oficio, ó á
apelaciones á la Junta Superior de H acienda" 1<>-1.
pedimento ele parte criminalmente contra los Oidores, Alcaldes y Fiscales
5. Funciones judiciales de los virreyes. de las Audiencias, que fueren delinqüentes, y sentenci~n sus causas" io9.
Y por último tenían también facultades para entender en todns las causas
Los más encumbrados representantes del Rey en América carecían . en j udiciales que se suscitaran sobre interpretación y aplicación del patro-
principio, de las facultades jurisdicciom1les conferidas a los m a g i ~ tra dos na1.go real, con apelación a la audi encia, y sin perjuicio de la jurisd:cci6n
de menor jerarquhi. Limilaúos, en términos generales, a ejercer 3ltas . f un- su prema qu e en csla ma teria lcnla el Consejo de Indias11 º.
ciones de gobierno, la legislaci6n quiso apartarlos de las p rcocupacw nes Obluvieron también los virre yes una d elegación del poder real de
particulares y ele la mi nucia judicial, para que pudieran dedicarse por "perdonar qualesquicr d elitos y excesos cometidos en las Provincias de su
entero al desempeño de su elevada misión. Exccptuábase, como ya lo h e- gobierno, que Nos, conforme á derecho y leyes de estos Reynos podríamos
mos señalado, el ejercicio de la jurisdicción superior e n el fuero de gue-
perdon ar" 11 1. La redacción d e esta n orma parece referirse a las amnistías

A
rra, que as umían por s~ r al mismo tiempo capitanes generales.

o B
generales, pues o tra ley les prohibía dar "Decretos en perjuicio de la cosa
Pero al excluir al virrey de las tareas judi ciales las leyes de Ind ias n o

ic .U
le quitaron toda intervención en ellas. L os virreyes eran presidentes de las j uzgada, por gracia ó gobierno, .. . alterando las penas, ó suspendiendo la

ém ioja
audien cias que residían en cada capital, y tenían como Lales las facultades execución de las sentencias" 11 2, con lo cual el indulto y l a conmutación

ad G
propias de ese cargo. Además de esa colaboración con el alto tribunal, les d e penas 4uedaban reservados al rey en los casos particulares.

ac el
competía también ejercer cierta vigilan cia su perior sobre la adm inistra- La obligación d e suprema vigilancia que incumbía a los virreyes, se

o d
ción de justicia, a fin de que el orden am·iento social estuviera siempre orien· a plicaba también en los asuntos judiciales, pues debían tener ".muy es·

us eca
tado a realizar tan alto objetivo. pecial cuidado de informarse, y entender como se administra y executa la,

t
io
El virrey del Perú, que h asta 1777 tuvo imperio c.>n nuestro territorio. justicia por sus Audiencias, Gobernadores, Corregidores y Justicias, con

bl
era presidente de la audiencia de Lima, y tenía a su cargo el gobierno <le mucho reca to y secreto, y nos avisen en carta aparte de su propia letra"11s.
los distritos de las audiencias de ~ harcas y Quito105. Pero n o intervenía Bi
directamente en la substanciación de los pleitos, sino que debía dejar pro·
"~ R rco¡1., III. iii. 6;,. Cuando los ind ios fueran actores dehlan acudir a la justicia
ceder a las a udiencias con entera 1ibertadlOG; y aunque podía pres idir los
ordinaria . Esta íaculta d judicia l de los virreyes íué escasa mente ejercida.
acuerdos, no ten ía voto en las materias de justicia101. "'' Jl ecop., 11. xvi. 41 · L a real cédula de a bril :.! de 1 ¡ 89, dirigida a l vir rey Arredondo,
le o rdenaba d ispo ner "q• co n hrevedad seh aga Justicia en las causas civiles, y en las
ini R eal OrdenanUI de lntenden trs, art. -;íi. Ver ta mhién a r1s. 77. 110 y ¡,¡ 1. Se incluyó

' cri min a les cleofici o, y :\pedimento departe así contra qualquier mis Governadores, y

l
a la pólvora e n el estanco. Ju sticias, y Oíicialcs d emi H acienda . . . co mo co111 ra qualesqu ie r a personas de qualquier
1
~• R ecop., III . iii. '1 y 6. Estaclo, comlic ió n, preemi11e ncia, y calidad q• sean , pues para todo e llo os d oy porla
'°' Id ., III. ii i. 36 y 37. En térm inos m:\s gene rales, la ley an terio r disponía "que los pr<.:sc1t le tan bastante y c umplido poder y facultad como se requ iere y és necesario con
Vireyes n o saq uen las causas d e los Tribunales done.le pertenecen , y dexen las primeras tudas sus incidencias y anexidadesºº (Cedulario cit., I, 274).
y demas instancias :\ quien tocan por derecho" (id., III. iii. 3r,; con f.: id .. V. ix . 1 ). 11 " SoLÓ RZAl"O , 11 , 15· 16.

La real cédula de julio 14 de 1800 informaba a la aud ie n cia ele l.luenos Aires: " tengo 111 ll eco/> ., 111. iii. 27. L a mism a ley dej aba a salvo ""su derecho en lo civil, daiios, é
encargado y mandad o á los d ichcs Virreyes que os la d ejen libremente h acer sin entro- intereses <le la s panes"" .
meterse, ni e mbargaros e n ello. ni permi tir que se os haga impedimento, n i estorvo 1 u I d., 11 l. iii . 60.
a lguno" (en Cedulario de In R eal Audiencia d e Bue11 os Aires, 111 , 6 1, La Pl ata, 1938).
"" I d .. 111. iii . 38. O tra ley les ordenab a inform ar " sobre el gobierno de las Audien-
'"' R ecop., II. xv. 32. Se exce ptuaba el caso de que e l virrey fu ese let rado: id ., II .
cias. y que plans huhi ercn vatad o . que sean d l! nu es tra p rovisión: si convendrá hacer
XV. 44.

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l
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

Esta última prevención· pone de manifiesto la importancia asignada a la Pero los virreyes del Río de la Plata no se limitaron a ejercer esa fun-
recta administración de justicia por las leyes de Indias. ción tutelar en materia judicial. En realidad, desempeñaron activamente
Al llegar a su ·distrito, los virreyes debían informarse acerca de los deli- la magistratura en forma mucho más amplia que la que hasta entonces
había correspondido al oficio de virrey.
tos: que se hubieran cometido antes de su gobierno, a fin de o~denar "se
En primer lugar tenían competencia para entender en todas las cau-
haga justicia en las .causas civiles, y criminales, de oficio, y á pedimento de
sas de gobierno que ocurrían en el distrito de la antigua provincia del Río
parte, contra qualesquier Gobernadores, Justicias y Oficiales de nuestra de la Plata. Efectivamente, al nombrarse segundo virrey a Juan José de
Real Hacienda"lH. Y se les encomendaba también especialmente que Vértiz y Salcedo, que ya era gobernador de esta región, quedaron unidos
hié:ieran "castigar á los blasfemos, hechiceros, alcahuetes, amancebados, Y ambos empleos en la misma persona, de tal manera que además de tener
lós. demás pecados públicos, que pudieren causar escándalo, ... para que el mando de todo el virreinato, Vértiz desempeñó el gobierno directo de
cesen las ofensas de Dios, escándalo, y mal exemplo de las Repu, b}'icas,, llG · Ja provincia rioplatense. Y en tal carácter asumió -o continuó ejerciendo-
Los virreyes del Río de la Plata asumieron idénticos poderes a partir la función jurisdiccional que correspondía al segundo de esos oficios.
de 1777, y más tarde presidieron la audiencia de Buenos Aires, instalada Las causas de gobierno eran, como ya lo explicamos, las de orden con-
en 1785. En su Memoria, Juan José de Vértiz y Salcedo expone que en ~us tencioso-administrativo regidas por el derecho público de la época, y los
tareas de gobierno ''propendía á evitar los escándalos, y ofensas de Dios, pleitos entre particulares derivados de esa legislación 117 • En este sentido
y á la debida administración de justicia, que procurando yo desempeñarla la actividad judicial del virrey fué intensa, ya que no sólo habían aumenta-
do considerablemente los litigios con el desarrollo bonaerense, sino que

A
con el dictámen de los Asesores nombrados por el Rey, también estimu-

o B
al mayor intervencionismo del Estado correspondía naturalmente una am-

ic .U
laba á los otros jueces para que procediesen con toda rectitud". Y agrega
pliación de los pleitos incluidos en esta categoría. Por lo general el virrey

ém ioja
que encargó "á los jueces, abogados, y escribanos, el pronto espediente de
encomendaba la substanciación del juicio y aún la sentencia al teniente
los juicios, especialmente criminales, porque retardando el castigo no se

ad G
de rey o a su teniente asesor, reservándose la segunda instancia con apela-
escarmientan los delincuentes, y aun en este concepto pasé oficios á la

ac el
ción a la audiencia. También le correspondía entender en los pleitos de

o d
Real audiencia de la Plata, que teniendo mandado por providencia gene-
esta naturaleza fallados por los gobernadores político-militares del distrito,

us eca
ral, que no se ejecutase sentencia capital sin preceder su conformación, la que eran los de Montevideo y -hasta 18?~- Mi~on:s. .
demoraba con esceso y en perjuicio público; determiné también que men-

t
La preservación del orden y la tranquilidad pub~1ca se mcluyó natural-

io
sualmente se diese razon del estado de estas causas, y que los profesores mente en esta categoría jurisdiccional. El 23, de ~?ni de 1~~5 S~bremonte

bl
del derecho no se negasen á promover en ellas la vindicta pública haciendo Bi encargó al oidor Juan Bazo y Berry, c?n caract_e~ reservad1s~mo., que ave-
de fiscales: que no se admitiesen escritos con espresiones ajenas del debido riguara sobre "la repetición de especies y noticias extraordmanas que de
honor de los jueces, ni injuriosas á las partes ...116. poco tiempo a esta parte se han esparcido en el público anunciando tras-
tornos y variación en nro. Govierno"; pero Bazo y Berry, aunque tuvo
nuevas ordenanzas para la mejor administración de justicia civil y criminal, y las causas conocimiento "de unas maquinac.ª las mas delinquen tes", no pudo llegar
y razones, que para esto se ofrecieren; y también nos avisen si se guarda justicia á las a "el conocim.to seguro de sus Authores" 118• Liniers comisionó al oidor
viudas, y personas pobres y miserables, anteponiendo el despacho de sus pleytos y causas Manuel de Velazco para que substanciara la causa seguida ~ontra Diego
á los demas, como es justo" (id., Ill. xiv. 5). Paroissien y Nicolás Rodríguez Peña, "conforme á derecho y dictando to-
m Id., Ill. iii. 25.
1111 Id., 111. iii. 26. Idéntico encargo se hada a los gobernadores.
u1 Véase, por ejemplo, en RICARDO LEVENE, Historia del derecho argentino, 111, 2~0-226,
uo Memorias de los Virreyes del Río de la Plata, 40, Buenos Aires, 1945. En el Cabildo Buenos Aires,. 1946, el pleito civil tramitado entre dos personas que pretendían tener
de Buenos Aires se registró el auto del virrey Vértiz, de octubre 4 de 1779, en el que derecho a la Casa de Comedias. El juicio se ventiló ante el Juzgado del virrey, en razón
ordenaba a los alcaldes ordinarios que en el término de 24 horas le dieran cuenta de de que el teatro era una concesión adjudicada en remate público.
todas las causas criminales que se iniciaran, y de las prisiones decretadas, prohibiéndoles u.e RICARDO LEVENE, Causas criminales sobre intentada independencia (1805-1809), en
también que pusieran en libertad a los presos sin consultar antes sus providencias con Anales de la Facultad de Derecllo y Ciencias Sociales, tomo llI, 3'- serie, 526, Buenos
el virrey (AEC, serie 111, VI, 442).

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
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. das las providencias que considere convenientes hasta ponerla en estado de ron a ser desempeñadas por el virrey, que fallaba previo dictamen del ase-
sentencia, en el que la pasará á este superior gobierno para pronunciar la sor letrado y con apelaci<>n a la Junta Superior de Real Hacienda122.
que corresponda" 119 • Cisneros absolvió a los autores y c<'>mpliccs de la re- Por último, los virreyes ejercieron jurisdicción en los asuntos relativos
volución del 19 de enero de 1809, y al final de este mismo año creó el al fuero de correos, de acuerdo a facultades concedidas contemporáneamen-
Juzgado de Vigilancia, que no era otra c9sa que una comisión de orden te a Ja creación del virreinato. Este fuero tenía remotos antecedentes que
policial encargada de instruir los sumarios correspondientes. conviene referir en forma suscinta.
Esta última creación fué consecuencia éle una "R.I Orden para que es- A imitación de lo que entonces se hacía en España, en 1514 se creó el
ta~l~cie~e un Juzgado de Vigilancia (sin excepción de fuero alguno por cargo de Correo Mayor General de las Indias, invistiendo con este título
pnvileg1ado que sea) que en clase de Comisionado de este Superior Go- al doctor Lorenzo Galíndez de Carvajal y a sus herederos con carácter per-
vierno, cel~, y persiga, n~ solo á los que promueban ó sostengan las detes- petuo. Estos obtuvieron así el monopolio del transporte de la correspon-
tables maxima~ del Partido Francés, y qualquiera otro sistema contrario dencia entre la Península y el nuevo mundo, con la obligación ~e organi-
a la Conservación d~ estos Dominios, ... si no también á los que para lle- zar los servicios poniendo tenientes o administradores en los lugares ade-
gar á tan perversos fmes esparcen falsas, y funestas noticias sobre el estado cuados123. A mediados del siglo xv1 el segundo Correo Mayor se instaló en
de. la ~ación, inspiran desconfianza del Govierno, y autoridades consti- Lima, donde continuaron residiendo los sucesivos poseedores del título
tmdas, m~entan al~er~r su forma establecida por las Leyes; y en fin á todos hasta su extinción en 1768. Don Diego de Carvajal, que fué el cuarto en

A
los que directa ó mdirectamente atacan la seguridad del Estado, y el Or- ejercer el monopolio, capituló en 1599 con el virrey del Perú, don Luis de

o B
d 'bl" "120 p d

ic .U
en pu ico · ara esempeñar estas funciones se nombró al fiscal del Velazco, la organización del correo en el virreinato. Y entre las normas
':i~e~ Antonio. Caspe, pero no se le dieron atribuciones propiamente ju-

ém ioja
establecidas en ese acuerdo se dispuso que "todos los negocios que ocu-
risdiccionales ni el cargo d • 1 • l · · · I rrieren y se ofrecieren tocantes a la execución y cumplimiento de este Asien-

ad G
deb1a, dJCtar
. 'sentencia. e este as me ma. El virrey era s1em pre e que
to su Sefioría -Jos declara por caso y negocio de Govierno. cuyo conocimiento

ac el
o d
ha de pertenecer a su Señoría y a los demás Señores Virreyes que le sub-
En segundo lugar los virreyes rioplatenses tuvieron también a su cargo

us eca
l~s causas pertenecientes a los fueros de hacienda y guerra en la intenden-
cedieren"124.

t
Este servicio no se extendió a las regiones que hoy forman la República

io
cia de Buenos Aires, luego de ser suprimido por real cédula de mayo 9 Argentina. La correspondencia se remitía en nuestro territorio por medio~

bl
de 1788 el cargo de superintendentel21. Las funciones de este último pasa-
Bi
particulares, aprovechando a los viajeros o las tropas de carretas que con-
Aires 1917· fd H" · · · tinuamente transitaban el país. Y en cuanto al correo marítimo, lo ser.
1 : ·• en 1 istoria de la Nación Aruentina
939 ' (publicada A o ' V · 1\l sección • 6or.:>• Buenos Aires.
lJt 'lf por a CADEl\llA NACIONAL DE LA HISTORIA)
n USEO l\f lllU: Do · . · 8· •~"l ,\lt•morias tft· los 1•irrrvrs • .p-¡o.
auto de di· c1em · bre 1 ' d cumentos del arcluvo . de· Be/,,rano, V, 91, Buenos Aires,
7 1a0 8 p o • f19 1 • 1:.:.i A partir de 15fi8 el oficio quedó dividido entre dos nietos de aquél: Juan de
que gocen lo · I' . J e • or otra providencia quedó "allanado cualqmera uer 0
RICARDO L .~ lll< lVlc uos que fuese necesario examinar" (id., 111). Sobre este proceso vt:r
Vargas Carvajal tomó a su cargo el correo desde Sevilla a la corte, y a su hermano
110 F.\f.SE, Causas criminales, cit. niego -que desde 1560 residía en Lima- se le adjudicó el servicio terrestre en Amé-
Decreto de noviembr 2 1 · · l cit., rica. Luego de varias transferencias la parte espaiio)a fué adquirida en 1633 por don Iñigo
581- 8 p . e 5 <e 1809: ver RICARDO LEvF.:'liE Causas crmuna es, .
5 3· ocos d1as antes h b'1 11 ' . dec1µ: de Guevara y Tasis, conde de 011ate, que ya era Correo Mayor de España, quedando
··un sist d . ª ª egado a poder del virrey un papel anómmo que .
como a ':iªrr lobie~no
e
una verdacl o e um~ad,
colonial sin Metropoli y sin Gobernador elec1ivo. a q.• owrri;
es un absurdo que choca en toda razon de sana palíuc.a os
unido a la familia Tasis el monopolio postal de la península hasta que en 1706 el
Estado se hi1.0 cargo del servicio. La incorporación del correo americano a la corona
solo se produjo en 17fi8 (WAJ.Tt:R n. L. BosF., Los orígenes del correo marítimo español
como \'i'r era . anarqu a q ·o ex·pon d na . 1as Américas. . • .
en t an tos Re} n
1
a ser d1v1chdas a las ludias Occirfr11tales, en llNIH:RSIDAD NACIONAL DE LA PLATA, Labor del Centro de
re}es, en tantos R 1 'd · quanto5
son los hombre egu os como Gobernadores, y en tantos paru an.os olo Estudios Históricos, -t1·52, La Plata, J~).12).
Por la s osados de que abundan" (id ibid r.81) Es curioso este escnto, no 5
preocupación qu .1 ·• ·• :J • • 1 voca· :i:u RAMÓs DE CASTRO Es1i'.:n:z, Historia de Correos y Telégrafos de la República
bulario entonces d e rc\e a Y la profecía que contiene, sino también por e ja
Argentiua, I, 123, 'nucnos Aires, 193.1.
de los escritores f esusado (colonial, Metrópoli, América) que demuestra la influenc
ui ranccses. '
Supra, nota go.

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vian los navíos de avisos o los buques de iegistro que por autorización ex· ~astilla~ G~erra, Indias y _Hacienda) y otros funcionarios, y tenía jurisdic-
presa -aunque con grandes intervalos- rregaban al Plata 125. ción privativa con exclusión de cualquier otro tribunal 120.
En 1748 don Domingo de Basavilbaso logró que el correo mayor resi· Este fuero de correos comprendía no solamente los casos contenciosos
dente en Lima lo designara administrador de estos servicios en la gober· que ocurrieran en ocasión o a causa del servicio publico a que se refería
sino también los pleitos de los funcionarios y empleados a fin de que Ja~
nación del Río de la Plata, y así se organizaron por vez primera los correos
otras jurisdicciones no entorpecieran su labor. Quedó así declarado .. que
terrestres en nuestro país. En 1767 aquél fué reemplazado por don M~teo
todos los Empleados en la Renta de Correos han de gozar del Fuero pasivo
Ramón de Ahaga y Sobrado, pero este sistema de administradores parucu·
lares cesó al año siguiente, cuando la familia Carvajal cedió a la corona su en todas sus Causas, y negocios, de ql!alquiera naturaleza que sean, excep-
tuando solamente en lo Criminal las incidencias de tumulto, ó motin toda
antiguo monopolio 126.
comisión [¿conmoción?] o desorden popular, el desacato a los magist~ados,
Entre tanto se habían organizado en España los correos marítim~s ª quebrantamientos de Vandos de Policia y de las Ordenanzas Municipales
las Indias. Al extenderse al Plata este servicio en 1767, el mismo Basavilba·
de los Pue~los que les comprehendan, y las Causas de Contravando y Frau-
so fué designado administrador, y dos años después se puso tambi~~T ªsu des cometidos contra otras Rentas; y en lo Civil, los Pleitos de Cuentas,
cargo el correo terrestre, pero en ambos como func1oua.do del Estado · 1 par~iciones, c~ncursos d~ acree~ores, y juicios posesorios de bienes perte-
· El primer Secretario de Estado español, como Superintendente Genera necientes á Vmculos, amversanos, patronatos de Legos, y otras disposicio-
de Correos, tenía la dirección de estos servicios, y a su cargo que~aron

A
nes de tracto perpetuo, y sucesivo"iao.

o B
también los correos marítimos y los terrestres una vez extinguido e u:io-

ic .U
En 1785 se confirmaron estas normas y se hizo saber expresamente al
nopolio privado de la familia Carva1· al 12s. Aquél tenía la dirección superiobr

ém ioja
d • • tradores Y su · \'irrey del Río de la Plata que en todo su distrito él debía ser el juez sub-
de toda Ja organización, y la facultad de nombra~ ª
rm~is .. 1 en cada delegado que entendiera "privativamente en primera instancia en todo Jo

ad G
delegados para el ejercicio de las funciones ejecutivas Y 1udicia es jurisdiccional y contencioso que se hallare pendiente, y ocurriese en ade-

ac el
o d
provincia. ,, conocer en las lante relativo a los Correos, Postas y estafetasº. con apelación a la Real

us eca
Respecto a estas últimas se dispuso, en 1776, que par:ntaren y en los Junta de Correos y sin mezclarse en la administraciónta1.
5
primeras instancias" en los casos contenciosos qu~ ~ ¡r~~los Virr~yes, Ca· Mediante la atribución al virrey de todas las causas gubernativas, mi-

t
io
litares y de hacienda, incluyendo entre éstas las derivadas del fuero de

bl
concernientes al fuero de correos, tuvieran jurisdicci n elaciºón a la Real
d ,. con ap ó

Bi
pitanes Generales, Presidentes y Governa ores 'd. ue al efecto se ere · correos, la jurisdicción de aquel mandatario adquirió una extraordinaria
junta de Correos y Postas de España y de las In ias q .0 de Estado corno amplitud y una enorme importancia. Es cierto que no siempre sus senten-
Esta última debía estar formada por el primer secreta(~e Jos Consejos de cias eran definitivas, y que por lo general cabían recursos a los tribunales
Supei:intendente General, cuatro ministros togados superiores, pero la jerarquía del virrey daba a sus decisiones una trascen-
. 'ón 'Y transporte en la dencia realzada por su autoridad política. Todo ello configuraba una ju-
• RAMÓN J. CÁRCANO, Historia de los medios de comunicaca risdicción administrativa, paralela a la judicial, que intervenía con carácter
República Argentina, I, 440 y sig.• Buenos Aires, 1893. é exclusivo en todos los asuntos que interesaban directa o indirectamente al
• CÁRCANO, 1, 379 y sig. y 461-466. ciertos puertos de Am • fisco y al orden público de la época. Justicia gubernativa, emanada de un
m El correo marítimo, organizado en agosto 24 de 1764 par~re 29 de 1 767 (fACUl;T": funcionario político, y naturalmente inclinada a robustecer su imperio,
rica, fué extendido al Rlo de la Plata por real orden de º'?vie~ 172 y 104 , Buenos A~~ '
DE Fn.osoFIA y LETRAs, Documentos para la historia argentana, ' Jeadas en las In ~s
1915). En aquel reglamento se declaraba que "'las persona: '::l:.vo,
y pasivo en t~.~
Occidentales en la dependencia de Correos gozarán del. fuer á sus ersonas tos AdrP· al
y Telégrafos, n9 69). La segunda también en FACULTAD DE F110soFiA y LETRAS, Docu-
me11tos para la historia arge1Uina, V, 392. Buenos Aires. 1915.
lo que mire á Ja misma dependencia, y en lo correspandae~t~ d~ qüenta de la lle 1l!9 Real cédula de diciembre 20 de 1776, ya citada.

los interventores, y oficiales de las Estafetas que se planufiiu~~ n aprobadas par S. lJ. UD Id.

Hacienda se gobernarán por las mismas ordenanzas, que se 181ª ª m Real cédula de octubre 12 de 17R:;. en BosE, op. cit., y en Documentos para la
para los Dependientes de correos en toda Ja ·penfnsula" (id., ~ de 1777• en WAL~P. historia argentiHa, VI, 291.
• Reales cédulas de :zo de diciembre de 1776 Y 11 de febrer denles sobre la nacio·
B. L. ·BosE, El correo en la Constitucidn Nacional de JBJJ, Antdecel Revista de Correos
nalizacidn del coTf'eo argentino, Buenos Aires, 1943 (apartado e a 111

no
Zorraquín Becú, Ricardo.
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ella era impartida, sin embargo, mediante procedimientos legales; y la in CAPÍTULO v


tervención del asesor letrado en los pleitos obligaba naturalmente al \·irrey
-que por lo general se adhería a su dictamen- a adecuar sus decisio nes a
las normas jurídicas vigentes, limitándose así la posible arbitrariedad del
mandatario.
Pero, a fin de dar mayores garantías a los litigantes, y evitar el predo-
minio incontrastable de tan alto magistrado, sus fallos eran recurribles an te
diversos tribunales que eran, según la naturaleza del pleito, la audiencia
pretorial y la Junta Superior de Real Hacienda. De tal manera, el más TRIBUN ALES ECLESIASTICOS
alto representante del rey en América veía subordinada su autoridad, en
materia judicial, a la de los dos organismos que él mismo presidía, pero
que podían revocar sus decisiones. Era una de las formas, imaginadas en el
ordenamiento indiano, de crear un sistema de recíproco control entre los
funcionarios, a fin de que ninguno ejerciera un poder absoluto y superior.

1. La Iglesia en América.

A
o B
ic .U
L A Iglesia form aba parte integrante del gobierno español en l as In-

ém ioja
d ias. El sentido religioso y misional que desde el principio se dió a
Ja empresa american a obligó a la corona a considerar a los sace~otes como

ad G
ac el
el auxiliar indispensable en la realización de los fines que se proponía la

o d
conqu ista. El Estado adoptó los objetivos espirituales que la Iglesia perse-

us eca
guía, y se formó un im perio orientado principalmente a cumplir lps ideales
católicos que tanta influencia ejercían ya en España misma. Recon oc ie~do

t
io
la sinceridad de esos propósitos, la Santa Sede otorgó a los reyes de Cas tilla

bl
Bi el privilegio de nombrar a los prelados del nuevo mundo, constituyéndose
así un gobierno dual ista que regía a la vez los aspectos temporales y los
fines rel igiosos de las comunidades americanas 1 .
Por la bula Universalis Ecclesiae, del 28 de julio de 1508, el papa Ju-
li o II concedió a los reyes de Castilla el derecho ele presentar personas idó-
n eas al Sumo Pon tífi ce, para que éste confirmara los nombramientos de
arzobispos, obispos y ab ades; y el ele proveer los demás beneficios y dig-
nidades menores median te la presentación a los respectivos diocesanos 2

t R AFAEi. A LTAM IRA v C REVEA (Es tudios sobre las fu entes de conocimiento del derecho

india110, Análisis de la R ccoj1ilació11 de las leyes de In dias, de 16SO, •1º 5 y sig.. Buenos
Aires, 19 .11; publi ca ción del I nstituto d e historia del derecho argentino) analiza " la
conce p~ i ón dualista del gobierno <le las l 11dia'"-
' Su t ex t o l a tino e n I' . F RA:"CISOO j Al' lFR 1-Irn:-. ,\EZ, Colecrión de Bulas, Breves y otros
docum e11tos 1 cla t ivos a 111 l glcsin d1· A mt'rirn y Fili Jiilws, l. 2.1. Rrusclas. 1879. Tracl uc.

112 1J. 3
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En virtud de este derecho de patronato, el soberano español se considen'> nuevo mundo; pero ya desde fines del siglo xvn se advierte la aparición
como un Vicario Apostólico o delegado del Sumo Pontilice, con plena po- de un regalismo que se acentúa al llegar los barbones al trono español, y
testad para disponer lo conveniente al progreso religioso <le las Indias:{ que en síntesis pretende subordinar el poder de la Iglesia al del Estado,
La Iglesia quedó en América bajo la dependencia directa de la corona; convirtiendo a aquélla en un instrumento de la política real. Más tarde,
pues aunque la institución canónica de los prelados quedaba rcscn·ada al y por efecto de las nuevas ideologías que llegan a prevalecer en la segunda
pontífice 4, los reyes ejercían d gobierno espiritual por intermedio de los mitad del siglo xvm, se fué olvidando cada vez más la primitiva finalidad
que habían promovido a las altas dignidades, los cuales reconocían su auto- misional y religiosa con que había comenzado la empresa hispánica. No
ridad en todo lo que no fuese relativo a la doctrina y a la disciplina ecle- obstante ello, nunca dejó la corona de respetar la dignidad de la Iglesia y
siástica. Eran, por otra parte, muy escasas las relaciones directas clllre la de bregar por el mantenimiento del catolicismo como única religión ad-
cabeza visible de la Iglesia y los prelados americanos, pues ninguna dispo- mitida.
sición papal podía publicarse ni cumplirse sin tener la aprobacic'm pre· De tal manera la Iglesia, protegida por el Estado y al mismo tiempo
.via del Consejo de IndiasTí. sujeta a su estrecha vigilancia; con amplísima libertad para cumplir sus
Es cierto que en su origen, y durante todo el periodo de la dinastía de fines pero privada de las comunicaciones directas con Roma; constituía en
los austrias, estos extraordinarios privilegios fueron ejercidos con un ele- la práctica un organismo del gobierno indiano que olvidaba con frecuen-
vado espíritu religioso y con el propósito de afianzar el catolicismo en el cia su carácter universal. Ella misma estaba imbuida de ese regalismo ex··
clusivista qoe hacía derivar sus poderes y su importancia de la autoridad

A
ción en Cm.F.cc1ú:-.: DF. Pun1.1cAc10:-.1-:s H1~1úR1cAs ni-: l.A n11u.10TECA u1-:1. C..o:-.:r.RFSO AR<:•::-.;- civil. Y aunque esa orientación se explicaba por la coincidencia de los fines

o B
ic .U
T!No, Orga11izació11 de la lp,lt•sia )' úrdt•11ps 1·e/igiosas t'11 el virrl'iuato dd J>aii en el religiosos y políticos, la alteración de estos últimos tenía forzosamente que
sigl~. xv1: 2~ parte, 38-.10. :\1.adrid, 1919. Ver tamhii·n juA:-: nF. Sou'>RZA:-..o y t>t:Rt:IRA,

ém ioja
incidir en perjuicio de la organización eclesiástica, acostumbrada a admitir
;.olzttca .rndia~1~, 11, 9 •.:\l.adnd, 1¡26, y llt'roJ>., l. vi. 3 y ·I· La misma hula prohibía
la superioridad del Estado aún dentro de la esfera espiritual.

ad G
constrmr, cchf1car o cr~g1r en las dichas islas y lugares ... más Iglesias magnas que las
qt~~ los reye~ ... auton1aren expresamente". La UuojJ., l. vi. 2 dispuso "que no se El gobierno religioso y el gobierno temporal se ~rganizaron en forma pa-

ac el
o d
tnJa. ·• Iglesia Catedral. ni Parroquial, Monasterio, Hospital, Iglesia votiva. ni otro ralela y complementaria. Debía procurarse la coincidencia de los distritos

us eca
lugar pio ni. religioso sin licencia expresa nuestra" (con f.: id., l. ii. 1 y ·1. iii. 1). Las políticos y eclesiásticos, haciendo corresponder l~s de las audiencias ~on los
normas relativas al patronato real de las Indias íueron reunidas en la real cédula ele
arzobispados, y los obispados con las gobernac1ones 6 • Ambas autondades,

t
junio 19 de 15¡1 (en Orga11iz.ación de la lglt·sia, dt., 2~ parte. 130-138, y en FRA:-.:c1sco

io
C. Acns. Actas y documeutos del Ca/Ji/do Eclesitistim <k Buenos Airt•s, 11. 22-31. Buenos además, debían colaborar estrechamente en el cumplimiento de los objeti-

bl
Ai.res. 19.1 . 1). ~.incluidas luego en la. lfrrnjJ., l. vi. Ver tamhién FAtrSTl:>:o J. Lt:1l>~. Doc·
Bi vos que se proponía la corona; y esta cooperación impu~sta obligó a la
trrna )' e¡ercino del jJatr<mato tiacwnal, 177-223, Buenos Aires, 1920. El patronalO de:
los reyes de Espai1a quedó confirmado al firmarse con la Santa Setle el concordato de
Iglesia a ejercer funciones que si bie~ .coady~vaba~ a su fm sobrenatural,
enero, 11 de 17:;3. siendo papa Benedicto XIV y rey de Espaiia Fern~mdo VI (en eran substancialmente de índole pohuca o mvadian el campo del orden
Hr.R:-..AI-:z, 11, G.¡!!).
temporal. . . .
:t JoA:-..:-.:1s Dl'.I. CORRAi. CAl.\'O ni:: l.A ToRRF., Commt•ntaria in libros RrrojJil<;t. ludiar.,
En época temprana se erigieron en nuestro te~ntoi:10 dos obispados
J, 279. Matriti, 1756. Coní.: DAl.!\IACIO Vt.l.EZ SARSFU-:1.1>, Daecho PIÍ/Jlim Fc:lesiástico,
Rl'/aciom·s dd J·:stado con la lp;frsia c11 la a11tigua :I mérica es/1a1iu/a, 21, Uucnos Aires, sufragáneos de la arquidiócesis de Charcas: del cons1stono celebrado el l Q
1871. de julio de 1547 surgió el del Río de la Plata 1 , y en mayo 14 de 1570 se
1 SoLÓRZA:\O, 11, 1 ¡.

:; Rerop., l. ix. 1. Las audiencias americanas, a su vez. podían retener e impedir el 0


Recop., 11. ii. 7· · 1 ·
cumplimiento de las hulas que no tuvieran el pase del Consejo de Indias, o 1¡uc fuesen 1 CARBIA, Historia eclesidstica, I, 28 y sig. La bula respectiva s~ publicó en a Revi!ta
contrarias al patronato real (id., l. ix. 2). Sobre la situación de la Iglesia en América, Eclesiástica del Anol>ispado de Buenos Aires, IV.,62~, Buenos ~1~es, 1904. V~r también
ver L1-:GÓN. 211-223 y . p6 y sig., \'í-:u:z SARsFIH.I>, cit.: J.uc:As A\'ARRAC:ARAY, La Iglesia VICENTE D. SIERRA, El sentido misio11al de la conquista de Amenca, 154 y ~1g., Buenos
en América y la dominación l'SjJmiola. 2\L ecl., Buenos Aires. 1935; C. H. HARI:'\<;, Tlic .
A ues, L d'ó ·s fué dividida en mayo 30 de 16:m (P. PABLO HF.RNANDEZ, S. J.,
1942. a 1 ces1 . •• • • IV 6 6)
spa11isll empire iu .·lmaica, 1¡9-182, ;:'l;ew York, 1947; ALFo:-..so GARCÍA G.;1.u,, Curso •
O ngenes dp ¡ ¡ lesias del Río de la Plata, en Revista Ec 1esiastica, cit., , 2 , para
_ as g . El · b' d B
de historia del derecho es/Jaiio/, I, -t-10·.f.12, Madrid, 19.16; y Ró:-.ruLO D. CARl\IA, Historili C1justarla a las nuevas gobernaciones creadas a fmes de 1617: pnmer o aspo e uenos
eclesiástica del Río de la Plata, 11, .18-5.1 y 231 y sig., Buenos Aires, 19q. !\ircs fué fray Pedro de Carranza, que dictó el auto erecc1onal el 12 de may<> de 1622

114 115
--,
r.
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

creó la diócesis del Tucumán 8 • Hasta el aiio 1807, el distrito de Cuyo parte que eran zanjados por el Consejo de Indias o la audiencia del
formó parte integrante del obispado de Santiago de Chile. distrito.
Estos episodios ingratos se originaban generalmente por rozamientos
2. Los jueces ordinarios y conservadores. producidos en la esfera de acción común a gobernantes y prelados. Ambos
tenían el encargo de evangelizar y proteger a los indígenas 10, y de propen-
En la organización jurídica de las Indias los obispos tenían, además de
der a que los españoles guardaran buenas y cristianas costumbres, confor-
las f~cultades de orden religioso que les atribuye el derecho canónico,
me a las normas morales de la Iglesia 11 • Eran los obispos también los pro-
una mtervención activa en la vida social y política de su grey. Sus funcio-
nes, a veces, se superponían a las de los mandatarios reales, ya que en ésta tectores naturales de los desvalidos, y tenían por ello que velar por las
~orno en otras materias la legislación no había querido dividir los poderes,
causas de los indios, viudas y demás personas que el derecho calificaba de
miserables, tratando de evitar que los jueces seglares procedieran injusta-
sm~ crear organismos diversos que se complementaran o ejercieran un
rec1 proco control D. mente hacia ellas. Y en el ejercicio de tales funciones podían compeler
con censuras a los magistrados para obligarlos a cumplir debidamente su
. La importancia que entonces tenía la religión como reguladora indiscu- misión, y aún en caso extremo se admitía su intervención con mano arma-
tida de las costumbres y como fuente casi única de vida espiritual Y cul- da para impedir o reprimir sus excesos 12 • Para el desempeño más expedito
t?ral,. daba a la jerarquía eclesiástica un imperio manifiesto sobre las con- de su jurisdicción, les estaba permitido también proceder contra los jueces
ciencias Y sob~e. la. conducta de los fieles, que le asignaba prim:i~ía · a~n

A
reales y contra cualquier persona que la usurpara o impidiera su ejerciciots.

o B
sobre los. funcionarios políticos. Estos quedaban sometidos a su vigilancia,

ic .U
Tenían los arzobispos y obispos amplios poderes judiciales que configu-
Y los. ~bispos podían informar al rey acerca de su desempeño Y de sus

ém ioja
raban el fuero externo eclesiástico. No sólo intervenían como jueces en
condmones. Y en el ambiente reducido de las pequeiias ciudades en qu.e
las causas de orden puramente religioso -como ahora oc;urre- sino tam-

ad G
ambas potencias se enfrentaban, ocurrieron frecuentes conflictos en los
bién en juicios que por su naturaleza o por la calidad de las personas te-.
cuales las penas canónicas se imponían a la arrogancia de los deleg~dos

ac el
o d
nían cierta relación con las normas canónicas o interesaban directamente
reales. E~tas controversias apasionaban y conmovían a toda la poblac1ém,

us eca
a ~ Iglesia.
que sufna a veces sus consecuencias, produciéndose abusos de una Y otra Por razón de la materia, "al fuero eclesiástico pertenecen las causas espi-

t
io
rituales, y anexas, pertenecientes á ellas: como sobre órdenes, beneficios,
en e~ta ciudad ~publicado en La Revista de Buenos Aires, VIII, 337-352, B~tenos Aire~,

bl
Bi
1869, en la Revista Eclesidstica cit., I, 744 y sig., Buenos Aires, 1901; y en 1-RANCISCO C.
:~~Is, Actas Y documentos del Cabildo Eclesiástico de /l uenos A ircs, 1, 3- i 5, Buenos 1
º Recop .. l. vii. 13 .
•"l.tres, 1943). 11 Id., l. vii. 53. Los obispos debfan denunciar a los españoles casados que vivían
l'l La hula en HERNÁEZ, Colección de /Julas cit 11 320· ver tambi(·n Mo:--;s. PAnt.o 0 separados de sus mujeres, a fin de que la autoridad civil los enviara a sus hogares
CABRr:RA
Bu ' lntroducciºón
. a 1a ¡us · t ona ec1eswstzca
·• · ' del·• Tucw11111i,
' '. 1531:., a J 1:.90
1 11 • .,- 19-"- - f•
,
(id., l. vii. 14).
as~ 1 ~~ tire~, 1.935· La sede de 1:1 diócesis fué Santiago del Estero ~rn~ta 1699, en <~t~e 1:1 SoLÓRZANO, 11, 45 y 46. Agrega este autor, sin embargo, que en tales casos "se ha
pécl d ª cmda<l de Córdoba. Este obispado se dividió en cumphnucnto de la ical de proceder con gran tiento, y suma deliberación, y muy raras veces", para evitar los
el ~1 el 11 de febrero de 1807, creándose los de Córdoha (que comprendía el distrito
ª escándalos . y sediciones, y tamhién para n~ confundir las jurisdicciones ni quitar la
'.e<l. uyo) Y Salta (al cual fué incorporada la provincia de TariJºa). cuyos distritos coin-
. rcs1Jectivas (Ct·tfulnrio de la Jll'al Au dºznina · de suya a los JUeces naturales. A este respecto cita Solórzano el conflicto ocurrido en Buenos
c1~ ieron as{ . con los eJe 1as intendencias
·
l · d Aires ' 111 ' 38o · L a Pl ata, 1938· ¡>Ublic:adón del Archivo H1s1
.·>ttenos · ó neo· 1 1a J>1·c·· -
<e
Aires entre el obispo Carranza y el gobernador .Francisco de Céspedes: éste habfa puesto
~mCla e Bueno pr~so a jua~ de Vergara, encumbrado pcrson~J': de la época que fué libertado por el
del Estero el s Aºires) : E1 auto ereccional
· • de la clióccsis ele Salta, cxpedu.10. en Sanuago ·
obispo aduc1~ndo que .conceptuaba a ~er~ara m1ustamente detenido, y porque lo recla-
C _ 1 4 de alml de 1809, puede verse en HER":\t:z, 11, 328-33:1.
maban tamb1~n para juzgarlo el Com1sano del Santo Oficio y el de la Santa Cruzada,
al ol . om~ ejemplo de .ello merece citarse la real cédula de marzo 7 de 1677, que encarg<Í
9

A d)élspo<l e Buenos Aires la averig11ación de ciertos exc-esos cometidos por el gohernad<JJ por se~ notario ~lel uno y tesorero. del otro (CAR~IA, f!istoria eclesiástica, I, 1 4 2). La go-
.-,.n r s e Robl es• .especia · l mente vmculados
· · · ~ ·
al contrabando. En ella se orden: b ª d. bernación de Cespedcs se caracterizó por sus arh1tranec.lades y sus negocios ilícitos.
Prelad 13 josi::rH ~IANUEI. DOMl!l:GUF.Z V1c~NTE, Ilustrncion )' continuacion á la Curia Filípica,
de l o · que
d d procediera
. contra e l mandatario
· político y sus cómplices los l11ncra · · sal·r
• ·
remitiera a cm los
a mientras se su.b stanc1aba · la causa, trahara embargo sobre ' sus 0 1cn
· · es • ..Y l. 218, .l\!adnd, 17go. A su vez .10~ J~c~es seculares tenían idéntico poder con respecto
(FRANcisco e at~tos alA Consejo ele Indias en cuanto estuvieran en estado de scntc .'.1ª
11
a. los clengos que esLOrharan su )tmsd1cc1ón, pero sólo podían castigarlos pecuniariamente
tica cit., II, ~-~;~is, etas Y docu meutos cit., 11, 13¡; comp.: CARlllA, Historia cc/t•sws-
2
1
i (ad., I, 226-227).
1

:¡,
1 1
117
116
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u
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
i.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

patronazgos, diezmos, primicias, ofrendas, sepulturas, matrimonios, legi- declaró que si no bastaran las amonestaciones y penas espirituales a los que
timaciones, que proceden de ellos, y todas las demas semejantes, que lo fue- vivían en concubinato, los prelados debían dar "cuenta á las Justicias
ren, aunque sea entre legos, y contra ellos" 14. Hubo, sin embargo, reglas Reales, á quienes toca su castigo en el fuero externo y criminal" :.m.
especiales relativas a algunos de estos casos, que obligan a considerarl~s Ante el tribunal eclesiástico debían tramitarse las oposiciones a los ca-
separadamente. samientos, las licencias para contraerlos en caso de impedimento, y las
Los juicios derivados o relativos al patronato real escapaban siempre causas de disenso. Respecto a estas últimas, la ~eal pragmática de marzo 23
a la competencia de los jueces eclesiásticos: en ellos debían entender los de 1i76 dispuso que los menores de 25 años debían pedir el consentimien-
virreyes con apelación a la audiencia rn, por tratarse de cuestiones que en to de los padres, abuelos, parientes o tutores antes de celebrar matrimonio,
el fondo eran de gobierno y se vinculaban a una regalía de la corona, ce- bajo pena de perder los derechos hereditarios. Y creó también, "contra el
losamente defendida siempre. irracional disenso de los padres, abuelos, parientes, tutores o curadores",
Las causas relativas a los diezmos se prestaron a grandes controversias un "recurso sumario á la Justicia Real ordinaria", con apelación a la
respecto a la jurisdicción competente, hasta que se organizaron tribunales audiencia 21 • Desde entonces entendieron los jueces seglares ordinarios en
especiales 16. las causas de disenso, con exclusión de todo otro tribunal 22 • A principios
E~ matrimonio, de institución exclusivamente canónica, dependía de la del siglo x1x estas normas sufrieron una nueva modificación, al reducirse
Ig~e~1a tanto en ~o referente a su celebración como a los juicios que podía a. 23 años la edad de las mujeres que debían pedir la venia paterna, y al
ongmar, extendiéndose la jurisdicción eclesiástica a todo lo relativo a es- disponer además que si el consentimiento debía requerirse a la madre, al

A
o B
ponsal~s, nuli~ad del sacramento, divorcio, alimentos, litis-expensas, dotes, abuelo o al tutor, los hombres y las mujeres tendrían libertad para casarse

ic .U
tenencia d~ h~1os, .etc.17. El adulterio, el concubinato y el incesto se consi- uno, dos o tres años antes de cumplir los 25 o los 23 de edad, respectiva-

ém ioja
deraban mixtz fon, Y competían al juez -religioso o seglar- que primero ~ente. La pragmática del 10 de abril de 1803, que impuso esa modifica-

ad G
entendía en ~l P.ro~es~ 18• Pero. a f~nes del siglo xvm se restringió considera- ción, resolvió también que el recurso contra el disenso de los padres y

ac el
blemente la 1unsd1cc1ón ecles1ást1ca en esta materia, sin suprimirla en lo demás autorizados a oponerse al matrimonio debía substanciarse ante "Jos

o d
~.undamental. La .rea~ cédula de marzo 22 de 1787 declaró, en efecto, que Presidentes de Chancillerias y Audienciac;" 23•

us eca
los Jueces Ecles1ast1cos solo deven entender en las Causas de divorcio Ciertos delitos que ofendían a un tiempo a la Iglesia y a la sociedad

t
io
sin mezclarse con pretexto alguno en las temporales, y profanas sobr; eran también considerados mixti fori, como los ataques a religiosos, los

bl
alimentos littis expenzas, ó restitución de Dotes" 1D. y otra del mismo año
Bi :.'O Real orden ele noviembre 19 de 1787. en Cedulario cit., l. 194.
BoLA~os, Curia Plziiipica, 26, Madrid, 1797. Conf.: Partida 1:;i,
11
.JUAN DE HEVlA :n Novísima Recopilación, lib. X, tft. ii, ley g. Se admitía también un recurso a Ja
lft. VI, ley 56. corona en tercera instancia: ver un caso en Cedulario cit., Jll, 213. RAÍJL DE LABOur.u:,
SoLÓRZ~NO, 11, 15-16;
15
JUSTO DoNoso, Instituciones de Derecho Canónico Americano, Litigios de anta1io. 2o-26, Buenos Aires, 1941, refiere varios casos de oposiciones y disen-
111, 249. Paris, 1852. sos tramitados antes y después de la referida pragmática.
11 Infra, § 4. 21 La real cédula de septiembre 25 de 1798 resolvió que no perte~ecfan al fuero

iT DoNOSO, Instituciones, 111, 248. mili Lar, aunque se tratara de 'individuos sometidos a esa regla (•IEC~ serie 111, XI • .¡50 y
18
DoMfNCUEZ VICENTE, llustracion ·y continuacion a la Curia Filípica, I. 221 . El Cedulario cit., 111. 19).
concubinato daba lugar sobre todo a medidas policiales. destinadas a proteger la mora· :113 Cedulario cit., 111, 22 1-223. Pero las audiencias podían delegar el conocimiento del

lidad pública. El Cabildo de Buenos Aires, en febrero 12 de 1669, comisionó al alcalde <1sunto en primera instancia a otro juez ordin~rio. La rea) céduJ? d~ 27 de mayo _<le
de segundo voto para que "corriese los pagos rreferidos y procurase evitar semejantes 1805 dispuso que sin la anuencia de los presa~entes de las aud1e1?ªª~ n~ se podaan
pecados ynponiendo el remedio que convenga". Poco tiempo después, el alcalde informó "efectuar los matrimonios de personas de conocida nobleza, ó notoria hmp1ez0t de san-
que había enviado a Santa Fe a una mestiza que vivía en concubinato (AEC [serie I], gre, con las ele Negros, Mulatos y ciernas castas, aun 'ttmndo unos y otros sean de
XIII, 153 y 161). mayor edad"; y ello porque de Jo contrario "se originaria la con(usion de las familias.
111
Cedulario de la Real Audiencia de Buenos Aires, 1, 166. Esta ley fué expedida > otros gravísimos perjuicios de funestas resultas'". Se expidió a solicitud del virrey del
primero para las Indias, y luego se resolvió que tamhién dehía aplicarse en Espaiia Río de la Plata (Cedulario cit,. 111, 294).
(cédula de marzo 18 de 1804, en Novísima Recopilació11, lib. 11, tít. i, ley :?O).

119
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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

E l in venLario y la g uarda d e los espolios -o sea los bienes adquiridos


robos
f . a .las iglesias
l o de
. cosas
. sagradas
' ' l·.i ex h umac1o
.. n d e caclá,·eres l· 1 l·
em1a s1mp e, el sacnleg10, el duelo la falsific . . , .1 ) .is- por los prelados y de los cuales éstos no habían dispuesto antes de su muer-
la usur? , etc.24. ' ' acw n ele lcLras aposlólicas, Le- as í como las rent as eclesiásLicas en sede vacante, se r egían por n ormas
Quedaban sometidos a la compete . l 1 . especiales:¡.¡.
los bautizad os!?;;. pero espe · ncia. e e os JUeces eclesiüsticos tocios En los casos en .q~ie el obispo tenía competencia, su imperio se ejercía
' c1a 1mente se ejercía est . .· ¡· . . . tanto so bre los religiosos a él sometidos, como sobre las personas segla-
personae- sobre los que hab ' ºb"d a JUI tst icc1on -ra t1011e
. ian reci 1 o órdenes reli ri ..
tod os los pleitos que interesaran .1 1 I 1 . g ~s<1s, Y respeclo d e res. P~ro no p o.clía proceder judicialmente contra esLas últimas sin pedir
L , a g es1a o a sus b ienes el auxilw a los Jueces r ea les, ya fuei·a para detenerlas, ya para ejecutar sus
. as causas en que eran p arte los canóni os . .
clus1vamente a l obispo diocesan o 20 E .' y p1e~en<lados com pelían ex- bien es; y en tales casos aqué llos estaban obligados a impartir el auxilio
. ste u. gltimo tenia l"tn11 . • . .
para reso1ver todos los J·uicios ya f . . . ' ' ) Ie n JUnsdi cción siem pre que la causa resullara ajustada a derech on 5. Tratándose de indios

.
,
parte un clérigo secular27. Tratá el
ue1an civiles o crimin 1
d . . .
n ose e I elig1osos pe .l
a es, en que fu era
.
el o bispo no podí a condenarlos a penas pecuniarias, ni a traba jar en lo~
nes men d icantes monacales o ·¡· 1 enec1entes a órcle- o bra jes, ni al ser vicio person al forzoso 30 ; y se encargaba a los jueces ecle-
. ' m1 nares que habían co .el .
su r egla o m stituto tocaba su cast · l . met1 o d elitos contra si;isLicos que no los sacaran de sus pueblos, y trataran de corregirlos suave-
' 1go a respect ·
tos eran de orden común entend ' 1 bº i~o superior; pero si los cleli- m ente, y casti ga rlos "atencl;endo á la fl aq ueza, cortedad de ánimo, y cauda-
. ·1 . , ia e o ispo-s En tod les de esws nuestros vasa llos, porque nuestra intención y voluntad es, que
pnv1 eg10 del fuero era irrenun ciabl . .. . . . os estos casos el
a la j urisdicción dt los tr ibunales civ~'le~2~mgun rehg10so podía someterse n o r eciba n agravio, ni mo lestia" :n.

A
El juez ecl esiástico competente para entender en los asuntos de este

o B
Cuando el p leito interesaba a 1 I l . . . .
di cción eclesiástica; salvo que fuer a bg es1ba ele~·~ tramnarse a nte la juris-

ic .U
fuero era en p rim er térm ino el obispo o arzobispo diocesano, también lla-
a so re enef1 c10s el .
acordado~ por el rey, en cuyo caso debían

ém ioja
. 1 ' .merce es o pnvilegios mado ordinari o e n virtud de su jurisdicció n . Por lo general, el ordin ario
a nte los JUeces seculares3o. las ig esias Y conventos litiga r nom braba uno o varios vicarios o provisores, con poderes generales o espe-

ad G
ciales, o sin indicar el alcan ce ele su a utoridad. En este último caso, y en

ac el
. En los1 juicios sucesorios de los el cn
\ .gos no poclí .

o d
l..l ispuso a real cédula de oclllbre 30 d e 159 ¡ 31. an intervenir, segt'111 lo el primero, se en tendía que el mandato era ge neral, con virtiéndose así en
. 38

us eca
. . •
c.1sos en que por testamento se h ab ._ . . . . ' pe1 o si lo hacían en los juez ordinario, con facu ltad de delegar su jurisdicción • En los casos de
h b' ia 111slltu1clo ·il -1 1 sede vacanle, el cabildo eclesiüsL ico n ombraba un vicario capitular que
' ' ma por h ereder a 3~

t
o se a ian hecho legados a la Igle -.

io
1 . s1,1, o para obras . ' asumía las fun cio nes judicia les del ordinario. También, y especialmente

bl
le ca uti vos, hasta que en 1781 se les 1 ... , p1as, o para r ed ención
~ ucesiones~~. pro l ib io toda in lro rnisió n en las Bi para la subsLanciación de las causas de m enor importancia, los diocesan os
n onilnaba11 vi carios for;\ neos en cada ciudad sub alterna. Esta designación
~~ - Oo:-.;o so. illstit11riones. 11 1. 2 " 0 . ~" 1.
.-.; ll.o:-.;oso . /11stit11cio nrs, 111, 2 j~. - .> ' RonRfr .flf 7. \ ' 1c:r-.,;·1T. I 2 111 . 222 . " \'cr «ap. J\', nota i '.J y c:1p. Y!. no ta :,8.
". . 1a l es I ~ conclu sión a que llt:ga FR.\Y G As'
,L; u ao/J.. l. x.
11 y 1!! : .\'111·1•11 U1·111¡Jil11 ció11, lih. I Y. 1it. i , h·y 1.1 y No11isi111a R eco-
/11111 (1111, ,. v 11w11 <fr /ns dos cnchil/n ... . 1 AR ¡1i/oriti11. Jil> . JI. I Í l. i. ll'~ ·I·
c:1hil:Ío~o11/1(1.'.'º'. \' rc~io, i~crno
Co . .
iti:,1i. a Jll'Sar <le que a lgun os
UF. V H .1.AROF.I.
pa rte 1, «l; F.clrs1ásl im '" J( no¡i., l. x. li a ti.
c¡ut: lo~ plt:i!Os de los canó111· • cos f 11e1..rn sei1t
ed es1;h1 • • ··1 1cn1..
· 1rns d e Es1>:11i ª'l.
1an ,el lll...
·I· 1Mad . rid , "' J( nO/J., l. \·ii . !!j. . . . .
1"a1 1os p o r el p ropio ca bildo V .. .' ·.. c 11na1 o~ por t:l obi~
1 .., \ · u .1.A1tOt.I ., p a 1l e l. qu . rn, a rt . 7. 1-.I 1111s1110 onl 111a n o represen ta ha a l obispo e n
. in t:g10 d t:
l!J~
"' Y ll .1.Al<OFI., p a n e I . <111. ·, o c1 1.1111l ucn ll rn :-.; ,\1:1 , 1, y Sgº. y dos acljtllltos n o m . el u i i>u u a l d t: la l11q11isitiú1i. t uando >e 11a1.1ha11 ca us as d e su s s úbditos (íd .. parte 1, qu . 5 ,
.., S 6 . art. l. ª'c. !!). ¡• c,ccpt ión . d Con< iliu l' ro~·in cial tt:khradu _en Lima resoh·ió, e 11 agost o 15
de .-.~:l· qu
1 e .. ¡.. , pk~ 1m ó 1 :111-:1~ d l" d 11101110 solo c.1 oh1~po P? ''. s u pc~·son a. conoLca ele
111
- · 0 1. 1tzA:-.;o, 11 , r. 1 · lleco/' ..
~· )' ., 1• X I V. 71
dla> , 1:.- ,entc ic" (0 1w1111u1riu11 tic /11 l g/1·<111 y 11nlc11n re/1g1nsas, ci t. . 11 . 1 ~7) . A iios
. .J •
. . ero c1e 1to~ delitos gradsimos · ."
' i 1111111al a la jus1 icia secu la r (i)o:-..
·" 11 . . 13 -
ca/u~a 1~an .la pérdida ele! f uero y la e111rega d el
. oso. 11s/1/ 11n o111•s lll 2 2
111
ck')' ;,.,. Ja c:o ,1i1 111 iú11 ele' 1111\ il'111 1>1e 3 tk 17 ¡ 1, l'C1.¡>1' di cla p n1. llcncdi110 \ I\ ', dt:daró
11
1 ,~··~" ~¡· tic 1Ja ; , u 'ª' ,11 i 1o u i:dn d c hi.111 'c1 ,1·11 11·1111:11!.1~ pnr el ul 1t'po p e1">11almcn1e; que
,. OIÍ;A:-..os, C11ria /Jhili/Jira , /frrn/i j ..: :1 1 )· 111 1 11
. ' · ' 3:; ; ?rrn¡J .. IJ . xxxii. H· ver e'. , ·· · \1 1. i· 1J u el J"" 1 1
,., c1<1 111·u ·,:u i11 d .1r i11 1c11c 11.1iú11 a un ddc1.1 ~or del 111:.111i 111011io IJlll' e n Ju
.u R t:a l cédula clt: fchrero '> d e ,·-r. ti · /..P: \ 11: not a H.
· ' R t:al cé d ula dt: a bril ~ - «1e i - 8/.1 .. (U. . seri e l~I. 11 . 2 1fl·
,mil.le f 1c a J,: 1 :11 111: ' q11c ,,. 11·c¡1w11:111 dm "·111c11ua~ t o11 1ra11:1s a 1.1 \;ilidl'l Je 1
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1 t ·I· e n . r•d 11/11no en . 1 1 ~ V . . f
' ' . . e 1 111 ra , cap. \ ' JT , n o ta 8. 11 1 11111 p.1r.1 couti.1~·1 11111·1.1' 111i¡ •1ia' •l'll 11 11<,\I/, f. !!o-, !!1!!).

121
120

l
n
1,

Zorraquín Becú, Ricardo.


La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

por derecho"4 1• El primer caso se substanciaba como un recurso de compe-


recaía generalmente en los curas párrocos de las iglesias matrices, quienes
tencia común, a pedido de parte, del juez que consideraba usurpada su
obtenían así una jurisdicción delegada, sujeta al ordinario, y apelable
jurisdicción, o del fiscal de la audiencia. El segundo tenía lugar cuando el
ante él.
tribunal eclesiástico violaba en la substanciación de los litigios el orden
El Breve de Gregorio XIII, de mayo 15 de 1573, organizó las apelaciones procesal establecido por las leyes 9 por los cánones: previo pedido de revo-
en las causas eclesiásticas indianas, para evitar el largo y costoso r~cur~o catoria denegado, podía entablarse el recurso de fuerza ante la audiencia,
a Roma. En el nuevo mundo, dictada sentencia por el obispo o su v1cano la cual libraba una provisión para que el juez revocara la medida contra-
general, podía recurrirse al arzobispo metropolitano, y allí concluía el ria al orden procesal o devara los autos al tribunal para que éste resolviera
pleito. Si en primera instancia había fallado un ·arzobispo, se apelaba al en definitiva. En el tercer caso, si el eclesiástico denegaba la apelación,
ordinario sufragáneo más próximo, ejecutándose la sentencia en caso de podía recurrirse a la audiencia que con vista de los autos podía conceder-
ser ambas conformes. De lo contrario había una tercera instancia ante el la 4~. De tal manera, eran los tribunales reales más altos de las Indias los
obispo o arzobispo cuya sede estuviera más cerca de la del primero, hacien- encargados de vigilar la recta administración de justicia por los jueces
do cosa juzgada la resolución que tuviera dos votosªº· De tal manera, todos eclesiásticos, manteniendo así el imperio del derecho que éstos podían
los pleito~. eclesiásticos finiquitaban en las Indias. vulnerar.
Eran frecuentes los conflictos de jurisdicción provocados por la abun- Hubo también otros jueces eclesiásticos llamados consemadores, que
danc~a de magistrados, la relativa imprecisión de sus atribuciones, Y. la ten- entendían en ciertas causas que interesaban a las órdenes religiosas. Este
denaa natural de todos ellos a ampliar su competencia y a ex~lmr a l~s

A
privilegio, de origen antiquísimo, había sido concedido por la Santa Sede

o B
demás del conocimiento de las causas. Cuando la competencia ocu~na a la mayor parte de las órdenes, para favorecerlas y facilitar la defensa de

ic .U
entre jueces eclesiásticos debía decidirla el rey como delegado apostólico; sus derechos. Pero los abusos cometidos por éstas al nombrar jueces con·

ém ioja
Y si era entre un eclesiástico y un seglar la audiencia tenía facultades ~a~a servadores en causas nimias, y al instaurar procesos que escapaban a la

ad G
resolver~a, salvo los casos en que se discutía la jurisdicción del Santo O~icio índole de este privilegio, obligaron a dictar diversas normas destinadas

ac el
0 del tnbu_nal de la Santa Cruzada, en cuyos casos existían reglas especiales
a limitarlo, hasta que desaparecieron totalmente estos magistrados espe.

o d
para solucionar los conflictos4o. dales.

us eca
Tamb~én era la audiencia el tribunal encargado de reprimir los abu- Su nombramiento procedía siempre que se intentaran acciones civiles

t
sos- cometidos por los jueces eclesiásticos, mediante los llamados recursos contra los conventos, o para iniciar juicios destinados a' mantener los pri·

io
bl
de fuerza. Estos consistían en una queja 0 súplica interpuesta por la pe:so- vilegios de las órdenes y castigar las injurias hechas a éstas o a sus miembros.
na. que s.e c?nsideraba agra~iada, a fin de que la audiencia. restabl~c~er:
Bi
Si el convento o la orden no designaban juez conservador ante quien presen-
el imperio ue las leyes eclesiásticas y civiles. Los excesos del 1uez reh?1 º~ tar la demanda, la causa competía al obispo. que también podía exigir
· P?<1~an originarse, "o de conocer en asuntos no pertenecientes a su 1uns; que se hiciera el nombramiento dentro de un plazo determinado, bajo
d~c~ión, 0 en no proceder en los que les correspondan con arreglo a la~ ~eye
civiles 0 canónicas, o en no admitir las apelaciones que sean admmbles ., fI.ORF.:-\CIO GARcfA G<>n:NA Y joAQUIN Ar.UtRRE. Febrero o libreria de Jueces. Abo-
gados y Escribanos, 4\l ed., IV, 471, Madrid, 1852. Ver tamhién Co~or. DE 1.A CA~ADA.
811
HERN' I 8 [' · sas Obsenmriones prdctiras .sobre los recursos de fuer:a. 2\\ ed., Madrid, 1794, y HF.\'I.\
cit AEZ, • 1• S; SoL6RZANo, 11,
11 65; Organir.ación de la 1glesia y órdenes re ag~o ~ Bo1.A:i:OS, 32.
ca~~ 'e : A?tenorm~nte el Breve
122
de junio 20 de 1566 había resuelto que todas 1~- e1 GARdA Gon:~A y Ar.UIRRE. Febrero, IV, 476-499: Nun•n Reropilaridn, lih. 11. til.
. clestásticas termmaran en las Indias (Organir.ación de la Iglesia y órdenes rel .... le\' g6 y lih. JII. tít. ii. ley 7: Nov,.sima Ruopilarion. lib. 11. tít. ii. leyes a y 6;
giosas 11 91) s· b . ciaban
1 0 b'.15 ' · m em argo, estas reglas se referían solo a los pleitos que senten fü•rop .• J. x. 9 y 10; iñ .. 11. xv. •!H y sig. En España tenra la misma rnmpetcndu el
os. pos,
. pero no a aqu e11os en que 1os prelados eran parte· los 1mc1os
· · · ci'v1'les de los
d Consejo de Indias. para resolver Jos recursos de ft~~rzn relativ~s. al nuevo nHmtlo ttuc
0 b 15pos •han al met
(ve H Á
· . a la san ta Se .e
ropo l'itano, Y las causas espirituales de importancia pudieran suscitarse en Ja penhm1la (Rerop .• 11. u . .1). F.n d1e1embre 11 de '59U la
pe ~I ~ EZ, 1• 189)· Aún cuando el breve de 15 73 fué expedido a solicitud de Fe1t· audiencia de Charcas resoh•ió que el gobernador del Rio de la Plata no tenia jurisdif.
1 . ' so se ordenó cumplirlo en América por real cédula de marzo 7 de 16o6 (Rec~p.,
0
ción rara entender "de causas en bia de fuer~a y agrahio de los juescs edesiustic:uf'
d •xl · R•o), Y.se~n Vélez Sársfield continuaron los recursos a Roma hasta la publicación ~C~4~. .
e a ecopllación de 1680 (D h • . . .
'° Notas ¡ R erec o publico eclesiástico, 1o6).
ªª ecopilación de Indias, por MANUEL JosEF DE AYALA, 1, 192, Madrid, •945·
123
122
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

pena de continuar entendiendo en el pleito 43. Cu an do se trataba de un entendían en las causas eclesiásticas concernientes a esas personasGº. Este
pri,·ilegio fu é prorrogado posteriormente ele siete en siete años por suce-
j uicio en que el convento o los religiosos iban a actuar como actores o
sivas le tras a:)o~tó licas, las cuales determinaron cada vez con mayor pre-
querellantes, se estableció que antes ele designar a l juez era n ecesar ia u na
cisión el ámbito que abarcaba~ 1 •
autorización de la audiencia, la cual declar:iba en cada caso si el asunto Como se suscitaran duelas acerca de sus lím ites, el breve de Pío VII,
era susceptible de tal nombramiento. De lo con trario, el tri bunal podía exped ido el 12 de junio ele 1807, defi n ió su alcance es tableciendo que que-
expedir una provisión pidiendo el envío de los au tos y el soureseimiento darían sujetos "á la en unciada jurisdiccion Eclesi;ística Cas trense, asi aque-
de la causa44. llos que gozan de l fuero m ilitar 6 político de Guerra, ó ele l\larina, con
Esa au tor.ización .sól~.s~ a~ordaba "en casos muy graves"·!~, en tendién- ta l que lo gocen íntegro; esto es, civ il y criminal, como también sus fami-
d ose que cleb1a n mecl1~r m1un as y ofensas mani fiestas y notorias que suelen lias y todas las personas destinadas a su se rvicio, con tal que igualmente
ser hechas á las I glesias 6 Monasterios y person as eclesiásticas"·Hl. Nunca estas fami lias y person as goce n de dicho fuero total é íntegro" . Y el m ismo
se admitía p~ra litigar ~ontra los obispos o arzob ispos·l7. L os jueces conser- breve agTegó que no estarían su jetos a el~a. '_'los ~ficiales y <lemas indivi-
vadores deb 1a n necesariamente ser clérigos secul ares·is. du os de las tropas llamadas en Espath M1l 1nas, siempre que ... no esten
sobre ]as ann as" 5'.?. En o tros térm inos, la j urisdicción castrense coincidía
La bula ~u~ Omnium, ele abril 23 ele 17 62, expedida por Clemen-
con los fueros de guerra y marina que ya hemos estudiado. Ella tenía acle
te XIII, pr.o l11b10 a los regulares el nombramiento de jueces conservadores
m;ís la obligación de investigar los matrim~n.ios clandestinos contraídos
J

en las. Indias; y con l~ r~al cédula de diciembre 1Q ele 1763 que ordenó
'

A
nor los mil itar es, imponiendo las penas espmtuales correspondientes en

o B
cumplirla, quedó supn m1da esta jurisd·icción especial -rn.
~aso de probarse la clandestini?ad del vínculo; y ~ebía l uego pasar la

ic .U
Otra surgió, en cambio, casi . simultáneamente, q u e confio-uraba un

ém ioja
0 causa al juez militar para que sm nuevo examen aplicara las penas de or-
· · · . 1a JUnsch
fuero person al dentro del ecle s1ast1co. · · .coon. . castrense. Por b reve

ad G
del 1O ?em arzo de l 762, el papa Clemente XIII confirió a l Patriarca de denan za 53 •

ac el
. el . cargo ele Vica n·o G enera ¡ C as trense, p ara que como delegado
las Indias '.~.

o d
El trib 1prnl de la Santa Cruzada.

us eca
. co e1erciera sob re tocl os 1os mr
<1postóh ·¡·1v1cluos
· del e jército y b armad a . les ·q u e se resolvían a tomar las armas contra los turcos obtuvie-
las mismas
. facultades q e ·
u compet1an a los obispos . ·
sobre sus sú b d .itos. El L os f1e a ns en la época de las cruza d as, nertos . b ene r·1nos
. esp1ntua
. . l es

t
io
Patriarca <le las Indias • a su vez, nombraba Subdelegados Castrenses que 1os P 1 '
r on ·e1e do a favorecer aquellas empresas e a cnsuan a . u 10 II h.izo
d 1 · · el el J l.

bl
e1esona· . s.., España la concesión en el a no - l!J-og. , y G regona · XIII , en JU · l.10
" \ "n.LAROEL.d parte
""'nhnl s· . .
. 1 ' C[U · 6 · arl. 3 · 1 el pleito ocun1a en tre dos con ventos, y ambos
Bi r,n
extens iva " otorgó esos pnvileg1os . . . . .
a las Indias ampliándolos cons1clera- .
. ' ~an sen os ¡ueccs conservadores. era com¡Jc lc11L c el c¡uc ¡Jrcvcnía al o tro en el l O d e 1:J '4 ' Los beneficios se ciaban a 1os que se a l'1staran en 1os ej·é rotos ·
1011uc11111cnto tic la ca usa (J ., . • · . . b 1emen te ·· .
/ilnos Reco/Jilat d" . OA1'N JS 0~ 1: CmtRAL CALl'O IJE L A ToRRE, Co111111l'lllar1a 111
,, . , · 1 11 zm. 11 , 15:,. r.Iatnt1, 17 ~6) .
/?(./' L¡O, 1.¡.¡ y 3.¡9 ; So1.óRZ\1'0 II 2 . . • ..,, lh:1t:-;Ar.z, ¡, . El d ecrct? el~ .1~1ay? 11 de 1¡(i~ 01:t1c11~ ct~ mplir el icho hr~ve, .Y
c;,.¡,¡,.,.,,o de los re '' .'. • 39· RecojJ., l. x . 17; FR. l'rnrw J osi:1•fl P ARRAS, 323
·ó . Pa t riarca de tas J11d1as \ icario general de mis cxé1c1tos ele ma1 y u er ra ,
g11 1ares e1e 1a A menea lI ~ . , . 1101u h 1 :'. 1 .· .•
"' Jfrro¡1 ¡ x L· · ' • · ·11 ·2.¡1i, " 1ad11d. 1783. .. (lirccción de Jas almas de los c¡uc sirven en ellos, y con ocer y
·' •
<"i <:onLilio de Trel\lo l· 18 • ·l U eco /J I x 1 6 ¡1
·, ; · · .' sp11 so que 11g1c:ran l as normas cl .1ct acla~ por
· . h
I" : . · ·as1,tc11c1.1
·na · .. ..Y . ·
con troversias ¡lcrte11ec1cn1cs a ¡ f ucro ce1cs1.,.1st1co
· " (/\' ouzszma
· ·
1
1
1.1d01 cs. agregan do si n' c~nb~ ~.ª 1labia prohihiclo en i;;e ncra l el nombramiento de rnnscr· •1cc1<h r. en. . s usj·!JL.lll>· s Yvi, ley i). Anterio rmente, por 11rcvc <e 1 I noccnc10 · ,X , e1e scpt1em-
·
1
JI . tít.
"1·11cralcs )' lo· . g 0 que n o se comp1cnd1an en ese clccrcto "las 11 n 11·c1s1<laclcs
]{cro/Jziarw:i, 1 · el Japa ba hía concedido a los capellanes mayores nombrados por el
.~ '
los h os¡>it·tlcs s coe1eg1os
· de doctores· 0 CStll(¡i;u1tcs,
· 1· las casas de re.. 1tlares, así como hrc 26 de . .l· 6 ·1:1· ·c!esi:\stica castrense en tiempo de guerra.
IC).. la' ¡unsc 1cc1 6 11 ,. e VII • de • ¡' unio 12 de 1807; h ace 1a 111stona . . ce
1 esas pr 6rrogas : ver
· · ··
·111Tos11 to y ecum · ·
1gua1mente . . las
' ¡1crson.is ¡ e¡¡'os ( l<;:-; Ac:IO Lól'rz
· " (e " DE J\Y ,\J.A, /-.·1 1 10¡ l udic
11 · .hrcvc e1e TI.,
,,, Fl ' cia de IJ11e11os ·
tlzrcs, l I 1, 3:;.1·373, La PI a ta, 1938 .
lkcrc:tuin de Rcfoe111co. . . concz 1w de Ti·l'izlo , t 1.ª'1u c1t · 1o a 1 1t· ¡·10ma cas tc 1!ano, scs1'ó n ""l\'
·'" , Crd11/ano de 1a ca f . •
11
•• ' 1m.1t1011c, cap. "· \ l adrid, 1857). "' Cedulario cit., III . 3~2-36:t · , . .. .
i\ ucva Reco f1ilación li b r · ... · . "" i\'011isi111a ]{ eco pilano11, l ib. X, lit. u, le) 6. . .
:, ' li. Coní.: H Ei , ; · ' til. ' 111 • ley 1; l\'011ís1111a R cco/1ilación, lih. II, t it. i , 1 . .• . _ . . Sin embargo, Ja Santa Cruzad a fué prccl1cacla en Indias antes
,. , •.1 11 OLi\'.'>OS, 197· )' Do ~li:->c;UEZ \ ' 1c: 1 ' 1 ~ - 20 727
· Ncro¡1., J. x. .
17
· ''11. . . - i:J · "'r.:l ~.11 ~'1 F.~i. 1~L:Ri:-.r., Tite S/Hrnish E111[ii1:e i11 .·lmerirn, 2!.lG_, Ncw York, 1947;. RA~1ó:-1
" •s01.(>RZ. \:->o, 11 , ~.¡o; V i 1.l.ARtll'r., parte 1, ele 1 .J/3· e' ·/ I' y SllS /Ja11q 11eros, La lwc1 e11da rea l de Castilla, 153··155· ;\[ac\ncl, 19.¡9.
t¡u . G, art. r ."•· Ct\RA;>.Df., .111 os
' .' lll lC\AJ· Z, ( , 201J·!lll'.'
y JI '85 ¡·8;,7.
125
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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

. d del cobro y de las cuen tas de la cruzada, pues ningún otro podía
para luchar contra los turcos, y a los que facili ta ran el envío de gen te p ara d en va as . . d f r;o
. . tos n i siqU1era por via e uerza .
la guerra abon ando determinadas contribuciones. U nos y otros obten ían inm1scu1rse en esos asun . . . d 4 de 1750 otorgó
d. X IV mediante el b1 eve e marzo '
indulgencia plenaria, y privilegios tales como la exen ción de ayuno, la re- El papa Bene icto ' b 1 prod ucto de la bula por personas
. . . ¡. facultad de hacer co rar e . .
misión de los pecados, etc. El Sumo Pontífice hizo don ación a los reyes a 1os 1eyes ,1 • - 11 1 d e invertirlo sin mgerenc1a de otras
eclesi;.isticas designadas poi edos, ! . a contra los infieles y otros enemigos
de Castilla del producido d e esas contribucion es 55 , q ue vinieron así a con- 'el el lefen de r sus om111 s 10
vertirse en un verdadero im puesto destinado a exaltar y p rop agar la fe auton a es en ( . ¡· . o se con virt ió así en un impuesto meramen-
uo El gravamen re 1g1os . .
católica. el e 1~ fe · ~ bro ·, admi nistración en manos de func10nanos
te fiscal, quedando su co . l? ór den es mandando observar un nuevo
La donación se h ada p or tiempo d eterm in ad o mediante una "bu la de D 'n med iato se exp1c ieron
1 ' h' .
1
la santa cruzada", que debía predicarse por personas autorizadas en los te-
rritorios suje tos al tributo. Este, aunque d estinado a las arcas fiscales, fué
rea es. e . ·
método en la recaudac1~n ~e pi o uc 1
tern tono hasta que el
'1:
. d to ero no parece que éste se 1c1era
Rea l Ordenanza de I ntendentes
d
efectivo en n uestro . l . General del expresado ramo se ha e
h as ta mediados del siglo xvm una limosna eclesiástica p ercibida y admi- dispuso que "b Supenntenc endciad 1111. Rt>al H acienda y en cada lnten-
nistrada por religiosos. Un Comisario General d e la Santa Cruzad a, d esig- 'd · . la Subdelega a e - ' . · ..
entender u ni ti ' 1 . t la articular de su terntono ; porque
nado p or el Sumo Pontífice y r esidente en Madr id como delegado apos tó- dente de Pr?vincia respect~v:~;~O e"coYi·es ponde á mi suprema regalía ~a
lico, n ombraba Subdelegados Generales p ara cada distrito audien cia!, y de confonnidad al .bre~e. dar )' d istribuir, con independencia
de ad nu mstrar, recau · ¡· d 1
éstos a otros Comisarios, Contadores y T esoreros en las distintas ciud ad es. plena f acu 1ta d. . " General de Cruzada y demás Aposto icos, to o e

A
los cuales debían predicar las indulgencias, cobrar el impuesto y deposi- absolu ta de l Co~msa1 10 J· .. u1 La jurisdicción especial que hasta enton ces

o B
ic .U
tarlo en las cajas reales previo d escuento d e los gas tos y salarios. E l monto producto de Ja Santa Bu ,1 , 1 . 'stica para convertirse en secular, y los
. do deJ·ó de ser ec es1a .

ém ioja
del tributo, según Solórzano, era de d os reales plata anuales para los ind ios h ab ía fu nc10na . . eten cia para entender en ta 1es causas
. . dentes recibieron comp .
y los n egros, ocho reales p ara los esp añoles, y cuatro p esos p ara los f uncio- m ismos int·e·n . Superior de R eal H acienda.

ad G
n arios y los encomenderos 56, pero estas cantidades aumentaron en el si- con apelacwn a Ja J unta

ac el
o d
glo xvm. , . . . . e11 111ateria de diezmos .

us eca
Para "la administración y cobranza d e la Cruzada" se creó, en mayo 16 4. ju nsd icnon 1 . . .. n espa1iola en América, los diezmos
. . . de la t om m ac10 l t.
Desde e l pn nc1p10 d stin ados principalmen te a sos en

t
d e 1609, una jurisdicción especial destinad a a mantener la autonom ía de

io
fueron bienes de la corona, a ~ nq~~e ~G de 150 1 en efecto, había conce-

bl
quien es ten ían a su cargo la percepción del tributo. Los pleitos originados
Bi lc h s I <d esias. La b ula de nolv1enl1 I de "percib ir Íícita y libremente de los
por tales causas debían substanciarse en primera instancia ante los comi- l ' b e· t , licos el. (cree. J·10
. Jo a Jos R eyes •1 0
' - l
el diezmo despues de sena ar rea
l
sarios o subdelegados particulares, pudiendo elevarse en apelación a u n t1t .. les de thchas is as . . . ' . .. l' d d
trib~nal. fori:na do por _el subdeleg?d o general y el oidor m ás a ntiguo d e la lnb
'
il'ln tes y n atu1.1
e •
,.. . te para las I glesias a2. La tota i a o
la dote su 1oen '
efecll\·amen te . ..
au dien cia. Si ambos discrepaban en su voto, el presidente de la a udien cia ) . .. on [licto tic co mpetencia entre éste y ot~o
debía integ~ar el ~rib~nal con otro oidor, resolvien do así la m ayoría. Y de . • E n caso lle ocu 1n1 u n c . re o 1residente de la au1henc1a ,
" Ji! .. l. J(~;. ~. \i~· u~a junta co1nl?uesta Pº\ ~~ :~ ~ / adol general. resolvié ndose J:>?r
esta sentenc1~ cab1a aun recurso ante el comisario general y el Consejo d e tribtll\ a l. se e
1 1 r 111
• fu era el 111;\s antigu o)_. e 1 l· c~usa (id., v. ix. 6; ver tamh1cn
un oido r (que no . ·· 1 toca h a el conoc11mento le a
Cruzada residentes en Esp añ a 57 • Esta jurisdicción esp ecial n o consti tu ía . 1 votos a q t11c1
ma~ona e e . . . d e Indias p or l\fANUEL JosEl'll DE
un fuero person al 58, pero tenía competencia privativa en ~od as las (JI.Usas id .. l. ;.;x. •_:,) · 1 fiH·--1; No/as a la Reco/1~/ar~o118 de i¡r.o 'ordenó cumplir el breve
'"' l lt R'";;:· \i a~lriit'.' l !J 15 . El decreto t1 ~)~ :;~ la cruza~la (Novísima R ecopilación ,
0
11

:\\'Al.\, l , 3 -~· ' tlió nueva fo rm a al e


"" HARING, 286; Sor.ÓRZANO, 11, 218 y sig.; CARAN DE, 435-461. 1 ·I 111is1110 ano. )
' e . 1 )' i ~)
l ih. JI. tít. :-. i. e - · · · ' d la
"" SoLóRZANO'. II:
220; Conf.:. H ARING, 286-287. Q u edó p roh ibido p redicar la b ul a e n K
"' ¡\rt. 1.1 '. .
.\ l ·.mi ro VI , traducida en Organizacion_ e
· 11is del p :1pa · e¡.i Su texto launo en
los p u e blos de m d 1os, y a p remia rlos al pago d el tributo (RecofJ., l. xx . IO). "' Uula ¡.;,\11111ac cl~v~tw '.· 11 3r. . Comp. SoLÓRZANO, ll , 3·
º' R ecop., l . J(X. 1. . , ·d e11es rel1 g1osas, cit., • :J
08
Id .. l. XX. 13 y 14 . / glesu~ )' º' .,
HER' i\l'l, I , -º·

127
126
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

diezmos debían rematarse en subasta pública, quedando prohibido que


la mayor parte de los diezmos se entregaban a las autoridades eclesiásticas . , 1 . , • 69
de cada distrito, contribuyendo también la corona con otras rentas fiscales los arrendara nmgun ec es1astico . .
Corres )On<.lia al Consejo de Indias determinar la procedencia ~el cobro
si aquéllos no alcanzaban para sufragar la decorosa cóngrua de los Prela- . 1
de d1e1.mos sobre productos o f.1 u tos qu e hasta entonces .no hubieran pa-
dos y canónigos, así como el mantenimiento del culto. · · mterveman
· ' en las cuestiones que se sus-
gado el tributorn. Las audiencias . .
Los diezmos constituyeron uno de los impuestos más importantes en ·
cllaran · ·
entre los oficiales rea 1es, 1as au toriºdades ecles1ást1cas y los arrenda- .
el nuevo mundo. Su cobro y distribución dieron origen a innumerables · d l d · . ei·ca de su distribución y de las cuentas
tanos e os 1ezmos, ,te . . respectivas,
· 1
cuestiones en las que intervenían los prelados, las órdenes religiosas, los ·
feligreses y las autoridades civiles. La donación pontificia los había con- siempre que e1 co b ro d e ellos estuviera a cargo de los ministros fisca . es,
· d los dos novenos pertenecientes
o en lo referente a la percepción y monto e .
:vertido en bienes de la corona, y era por consiguiente ella la que determi- . d b· agarlos debían substanaarse
al reyn. Los pleitos contra qmenes e ian P , b .
naba su procedencia y las normas relativas a su percepciónªª; lo cual no ºá . ue teman a su cargo 1a co ranza,
por los J. ueces -seculares o eclesi sucos- q . al d 1
impedía que la Iglesia, cómo principal interesada, participara activamen- b. ues debido a 1a natur eza e
pero sin hacer ejecución de sus ienes, p. ºó . iºtual de abonarlo
te en todo lo que a ella pudiera referirse. l ª obhgaci n espir
g raYamen
.
se consideraba su f ic1ente
· · al l ·
El tributo consistía en el pago de la décima parte de las cosechas, de . . · al respecto72 • De t manera os
los frutos de la tierra y de los productos de la ganadería64. La ordenanza Especialmente se prohibía hacer pesqmsas í . . dºcciºón para resolver
. sfera ten an JUflS i
general relativa a su cobro establecía que "donde los Diezmos no fueren tribunales reales,. cada un~ en su e ' alía· ero sin jurisdicción pri-
las causas y cuestiones suscitadas por esta ~eg , , p bºén competencia en

A
suficientes, para que de ellos se pague la dotación de la Iglesia ... , los Ofi- . . 1 ., . se atnbman tam 1

o B
ciales de nuestra Real hacienda cobren todos los Diezmos, y los metan en vauva, pues los 3ueces ec esiasucos C bºld tenía la administración

ic .U
. . 1 te cuando el a 1 o
Ciertos casos, y especia men

ém ioja
nuestra Caxas Reales"; pero cuando bastaran, se dejaba su administración . b e tales causas no pertene-
al Prelado y Cabildo Eclesiástico, previa orden expedida al efectoºl5. Su de los diezmos. En cambio,. So~órzano opinad~';~ ninguna regla destinada·

ad G
cían a los tribunales eclesi~stIC?S • N~ase u:cen 17 77 se organizó una ju-
'I 73
distribución se hada asignando la cuarta parte al obispo, otro tanto al

ac el
!

ª definir la imprecisión leg1slauva, has q

o d
Cabildo Eclesiástico, y el resto, dividido en nueve partes, se destinaba a

us eca
la fábrica de la Iglesia Catedral y hospitales y salario de los curas, quedan- risdicción especial.
do dos novenos para el reyªª· Si la cuarta del obispo no alcanzaba a 500.000 · entes en el remate (íd .• l. xvi. 27).

t
io
· · 1
Id., l. xvi. 31. Los of1C1a es r~a
les debian estar pres ·¡ "ó lºb 1
6 ; Novísima recopi ac1 n, i · •
00
. t"t " ley
maravedís, la real hacienda debía completar su dotación 67 • De lo contra-
bl
7 1 1• 1 • '
" N1tl'l'll n•co¡1i!ació11 de Castilla, h >.

rio, los oficiales reales sólo debían cobrar los dos novenos de la corona, que Bi lit. vi, ley 7.
ésta aplicaba también con frecuencia a otros destinos religiosos o pia- 71
lfrco/1., l. X\'i. 2.1 y 30. dezmeros, que hubieren de dezmar s~s
•:i"No se haga l>esl1uisa contra los ma1os e hizo ni u'só" (Nueva recopi-
dososºª· . porque nunca s
frutos, á pedimento de los arrcm1ad mes, . . 1 lib I, tít. vi, ley 3). .
La recaudación de los diezmos se hacía directamente -por los oficiales /ación lib 1 tit v ley r;; Novísima recop1lac1ót, .ri·vativamente de todos los pleitos,
, . ' . , .., R les conozcan p . nce-
reales o el Cabildo Eclesiástico- o por medio de un arrendatario que ad- 73 "Los Conse1·os, "' otros jueces ca '. trataren sobre Diezmos co
1
1 sc1u1cr personas se LÓ II 6· conf ·
quiría el derecho a cobrarlos pagando una suma global. En tal caso los que de cualquier suerte, y entre qua e or bienes seglares" (So RZANO, • . ' ·:
didos á Rcvcs: por 1·uzgarsc desde entonce 5
P J EPH DE AVALA. 1, 320, Madrid, i945,
Sotas a /a Recopilación de 1ti dºias, Por MANUEL. · osHiºspani et Indici, · · lºb
1 • III ' n9• 286 '
1

03 P1-:11m ~lrnm.LO \'t:LARDE, Cursus Jur


is Ca11omc1,
.. . Madrid,' 1797). L 0 mi·smo dispuso
WooDROW BoRAH, The co/lection o{ tithes in the Bislwpric o{ Oaxaca during the
sixteenth century, en The Hispanic American Historical Review, XXI, 486 y sig.• Durham, MaLriti 1""63· HEVIA BoLANOS,
- euria. PJ111tp1ca,
.. 27,
pi/ación hb. . 1, Ut. · vi,· ley 11) '. aunque
' / ' d s (Novwma reco ' A Política para
North Carolina, 1941. el real decreto de octubre 3 e i¡.t d"as
1 CASTILLO DE ·BovADILL • f b
06
La Recop., I. xvi. 1 a 10 contiene reglas minuciosas relativas ~ cada especie. no sabemos si fué dictado también para las 1n( ág · Madrid, 1775), aunq_ue .a irma ía
704
05
Recop., l. xvi. 23. Conf.: id., l. xvi. 29. •
coregulon·s, •
hb. 11, cap. xvm. • •••
nQ 147 y 150 1 sP jueces
· 'seglares ,,, Y qu e lo mismo ocurra i
118
Id., l. xvi. 23. que ' "las causas dcc11nales
.
.. • se tratan ª nte o
d
·
de los diezmos, siendo legos •
" reconoc a
Ch
01
Id., l. vii. 34 y l. xvi. 28. . •
en los plenos segu1c1os wntra
.. los Arrenda ores . ·
ellos los Ecles1asucos, • · •
y en las an·
I?·· 1
que ··1a práctica es, cptc · · · pr~~cdcn r'~"~:.~. A BoLAÑOS, cit .• 27).
65
l. xvi. _24 .. Los oficiales reales podían recurrir a las audiencias en caso de que
el Cablldo Ecles1ást1co no les dejara cobrar los dos novenos. cillerías se les remiten las causas (con ··

129
128

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

· d d Indias [valiéndose] de Alguaciles ordinarios" 77 .


la Via reserva a e ··· . . . . · l ·
El reglamento de abril 13 de 1777, en efecto, se dictó para "uniformar Se creó así, a fines del período colonial, una JUnsdicción especia y pnva-
la practica mandada guardar ultimamentc en todas las Iglesias de mis Do- . . . de d1·ezmos que entendía tanto en las causas sobre arren-
uva .en matena '
d' 'bución · 1es, como en 1os
de los productos dec1ma
minios en las Indias", disponiendo "que no se ha de conminar á los d eu-
dores para la paga . .. y que el apremio de los deudores morosos legos se dam1entos, cuentas Y istn . y esta magistratura integra-
1os mismos.
haga por la via ordinaria y con el privilegio que compete á la naturaleza p leitos relativos a la cobranza de nombramiento . 'd
derivara de las auton a-
de los Diezmos". También estableció el nuevo reglamento "que en los ba la justicia real, aun cuand su °
des eclesiásticas. · ·6 l competencia res-
arrendamientos, administraciones, recaudacion, y distribucion de los Diez-
mos, y en las quentas de fabrica intervengan, con jurisdicción igual y uni- Años después que
dó e d on mayor prec1si n a
ip a c Hacedores con motivo de haberse sus-
da al propio fin, el Virrey, Gobernador ó Intendente, los Ministros Reales, pectiva de esa Junta y de;os J~e~e.s pagar die~mos cierta tribu de indios.
y Juez ó Jueces Hacedores de Diezmos nombrados por el respectivo Arzo- citado una duda acerca e si 9e3 ia bl .6 que la Junta de Diezmos "no
4 de 17 esta ec1
bispo ú Obispo, y Cabildo [Eclesiástico]". Y por último, creando así un La real cédula de mayo d' .b economica y dispositiba, y la
. . d. - que la irectl a, '
fuero especial, resolvió "que los rematadores y administradores legos se tenía otra JUrlS 1cc10n, tencioso és reducida a las cau-
H edores en 1o con ' .
han de someterá esta jurisdiccion unida de Diezmos, y no privativamente á P ribatiba de los Jueces é acde arrend ad os 0 puestos en administración los
la Eclesiastica, como se ha hecho antes"H. sas que ocurran, d espu s ión cobranza ... pero no en aquellos en
Esta nueva jurisdicción sólo entendía, como claramente lo expresa la Diezmos en orden. a su percepc Y ó pagarse"· pues en tal caso co-
que no esta deCI·d·d i o si· d ev en pagarse. o n. 78 '

A
real cédula, en lo relativo a los arrendamientos y administración de los
nto a la aud1enc1a · . .

o B
diezmos. Pocos años después se dictaron nuevas disposiciones relativas a 1
rrespondía r esol ver e pu . ·mnaron en nuestro terntono,

ic .U
. · a los diezmos onb. • . .
este fuero, que acentuaron su carácter especial. La real ordenanza de in- Las cuestiones re1auvas

ém ioja
.d d eclesiásticas y civiles. Ya al engir
tendentes dispuso la creación de una Junta de Diezmos, que d ebía for- .
largas controversias en ret las auton a Tes . 1 d
án los respectivos pre a os se

ad G
marse en l as capitales de lbs obispados, y componerse "del Intendente. del las diócesis del Río de la Plat~ Y delá ucudme recopiladas, tanto en lo rela-

ac el
Oidor mas moderno, del Fiscal que despache los negocios de mi R eal Ha- apartaron de l as normas g enéncas ro.d s tar 0 resoecto a los bienes
· ·
sujetos

o d
. . d produc1 o com • 1 d.

us eca
cienda, de dos Jueces Hacedores, el úno nombrado, h as ta nueva providen- tivo a la distnbución e su bl ·6 que la renta de os 1ezmos
. es se esta ec1 b. t
cia mía, por el Prelado y el ótro por el Cabildo [Eclesiástico]. y de uno de al tributo En ambas erecc1on d·udicarse una al o ispo, o.ra
Y ª

t
· . tes iguales, J d ·

io
los ministros de Real Hacienda Principales de l a Provincia". Agregaba e1 debía repartirse en tres par nos de la corona- estmarse
los dos nove ·

bl
mismo artículo que "donde no haya Audiencia compondrán dicha Junta el Bi al cabildo, y la tercera -sacad os
79
Intendente, los dos Jueces Hacedores, uno de los Ministros de Real Hacien- a otros fines enumerados •
da Y el Fiscal defensor de ella"75. Esta Junta de Diezmos sólo tenía facu l-
tades administrativas 76 , pues "el conocimiento de todo lo contencioso que .res Il. 89. Sohre el mismo asu~to
ocurra :n ~rden á la percepcion y cobranza de los productos de Diezmos .. ·
" l d ., art. 155. . · de Buenos Al '
'" Cedulario de la R eal A11d1enc1a 1· . de la Real A udiencia e
d B Aires
uen~s . d
ver también Libro d e informes 'Y o _ 1c1~só del Archivo Histórico de Ja Provincia e
será privativo de los Jueces Hacedores, que en ello han de obrar y proceder ubhcac1 n
con s~lo la Juris~iccion Real delegada ... , con las apelaciones á la Junta (1785-1810) 175, La Plata, 1929 (p . l
.' a citado, art. 32; auto erecc1ona
Superior de Hacienda de Buenos-aires, y de ella á mi Real Persona por Iluenos Aires). d roayo 12 de 1622, Y• d . mbre de 1 5 ~8 por
"' Auto del obispo Carranza, :1~ ex edido en SeviJJa a i8 e no:~: 111ST6 111cAS 'oE LA
de la iglesia catedral . del Tu~i:orla . (~n CoLECCl~N ~E runL1~~1~111án, ll, 248, Madrid ,
~• Notas a la R ecopilación de Indias, por l\ IANUF.L JosF.1•11 of: AVALA. l . 332-333; D o- el obispo fray Francisco dAeRCENTINO, Papeles ecles1dst1cos die/dos "que en Ja distribución
cumentos para la historia argentina, I , 46-.¡9, Iluenos Aires, 1913 (publicación de Ja Il iDI.IOTECA DEL CoNGRE.50 p 1 ¡¡. 9 encarga ba a los . pre a .
d na en las erecciones
;acullad de Filosofía y Letras); Documentos para /a historia del virreinato del Río de 2
) U J y de Ja Reco ., · J ue se dispone y or e
ª Plata, ll, 178- 181, Iluenos Aires, 1912 (publicación de la misma Facultad); a pénd ice
n9 20 a la Rea/ Ordena nza d e ¡ ntenc¡en tes. Fué reciluda
. . en Buenos Aires. .
en sc pt1cmhrc
~~ ~o~ d~e:~~s gu~i:~a: ;~ga;os~·~ª;~;~
de sus Iglesias apr
d~b~ ad~~rt~;~:r q~ee!:s r~~~c~~~1~~~., º:i~~c~:ond~
iatro partes era 1
el e ·1777. el reparto de Jos diezm~s ae~1e~~os autos habían sido aprobados por e rC) .
:: Real ordenanza ele Intenden tes, art. 151. discutió, por lo demás, 51 q
lcl., art. 154 . ·

131

130
r

Zorraquín Becú, Ricardo.


La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

ele Jos tri bu nales ecles i ~íst icos 84 . El cabi ldo secular propuso celebrar un;:
También dispuso el primer obispo de Buenos A ires que todos los fieles "concordi:i. entre uno y otro sobre la forma de la paga", )'aunque ésta fu~
debían pagar diezmos "de todos los fru tos que D ios les diere en los cam· aceptada en principio por su con trincam e, no se p ud ~ ll e,·ar ~ cabo _clcb~ ­
pos y en la C iudad", enumerando especialm ente la cal y ladrillo, el ganado clo a las en fermedades del obispo y del de;ín s.-.. Fa llec1d o aquel, al a no si·
cimarrón, los cueros, el sebo y las maderas ~º . El Cab ildo ele B uenos A ires ~u i ente llegaba el nuevo diocesan o fray Juan de Arregui, el cual ordene'>
protestó contra el cobro de diezmos sobre el ga nado cimarrón y los pro· que "los nuevos d iezmos de cal Ladrill~ Ze~o Graza C~eros .'. 1:1a<leras se CO·
du etos silves tres, a consecuencia d e lo cual quedó en suspenso la cobran1.a s t. l..iren en Ja p.tc y Jugar d onde se fabrican , clan.do_ as. la 1.izon_ al ~y~nta­
Un siglo d espués Ja real cédula ele febrero 2-1 de !72-1 ordenó pagarl os so· miento sG. Pero la aceptación satisfecha de este ulumo llevab a 1m p!icllo el
bre la cal, tejas, ladrillos, cueros, sebo y grasa, origin ;'r nd ose una larga )' eru· reconoci miento ele Ja jurisdicción eclesi;ística en materia de dieL_mo~.
dita controversia entre ambos cabildos, durante la cual e l gobernador Bru· Esta úllirna fu é, en efecto, la pdctica segu ida en nuestro terrn on o. El
no Mauricio de Zabala estu vo de parte d e l ay unta mie nto. Las reales cé· · ¡ ¡ ºId o eclesi'ístico en sede ,·acanle. nombraban u n Juez
ti 1)1spo, o e ca J I ' · d ma·
dulas de octubre 16 de 1727 y agosto 26 de 1728 insistieron en el cu mpli- >
1 ],enlas pa1a • tod·i la diócesis y 1· ueces de rentas subord111a os d.
yor te ' ' • . . ..
miento de aquélla, debiendo enton ces someterse la corporaci<'>n m u nici· · ·1 1 · ¡ les suba lternas des1g na ndose gene1almen te para ta 1es
:iq uc en. as Clll ·C a·c t1·1os foraneos.
.' ' . · E· I ·
111a )'01· e1·,·1 q111ºc11
p al 82• Pero de inmedia to se ren ovó Ja discusión entre los mismos orga nis- ca rgos a un ca no111 go y ·,1 los ,·tc·c • •
JUez
.
mos respecto al modo de cobrar los nue\'os diezmos, pretendiendo el Ca· hacía Jos remates de Jos diezmos, y tanlo el co111_0. sus delegados efe~tu~-
bildo Eclesiástico que la percepción del tribulO se hiciera en Buenos Ai res, . . l 'a partici¡nndo
b:!ll Ja cobranLa e1e 1a 1eg.1 1, · ' los oftoa les rea les en la• d1st11-

A
1
y el ayuntam iento que Ja cobranza tuYiera Jugar en el sitio en donde se ·, 1 1 . 1 lo ... 1 solo efecto de percibir la parte corresponc.iente a

o B
1J U C10 11 te p1 OC U C " . •

ic .U
fabricaran u obtuvieran los productos. En esta nueva controve rsia se discu · la coron a s•. Las causas decima les no eran resueltas por esos p1eces smo

ém ioja
tió con gran acopio de au toridades a qué jurisdicción corres po ndía resolver p or los ordinarios · ecles1ast1cos;
·· · . el o a dYertirse .que fueron m uy
e¡e b 1en . esca.
.
. no atnorizaln ·1 perseiruir a los d eu<lo1es, s1110

ad G
acerca de la forma en que debían pagarse los diezmos: los regid ores sos· sas ¡)on¡ue 1a f a1ta el e p.1go ' ' 1" • •
· . d ·el relicriosol>S. A f111es del siglo xn11

ac el
tenían "que el Juez secular pudiese conocer (como malheria d e echo) e n lo solamente a imponerles censu1as e 01 en t>

o d
to_cante al modo Lugar citio y for ma en t¡ue se DeYia pagar l .os nueuos

us eca
. . - ) xviii 110 !.Vi ( l. ¡u:¡. ;\ l:ul r id, 1775), sin adve1!Ir
_D iezmos" 83 ; mientras que los canón igos afirmaban la jurisdicción cxdus i\a /'olil1ra ¡wra rorreg1dores, li 1>. 11 • ca¡.· :ó ' . ºen bs ca tis·is deci males. pero no ;1!
.· ~ h i
· urisd1cc1 n co11H1n · ··
que cslc.: a utor se re fc11a ~ •

t
. . lnhían sido dm1ados a la corona .

io
1
l t a ln Cll 'llldO los ( IC7 lll0S • • l
p ro hlcma qu e se pan c. • · . i r.-·i ·j. cspccial111e11te el acuerdo (e

bl
"' Auto d e 1622, ya ci taclo, a n. 30. Sobre e l ganado, cu e ros, sebo y m ad e r a se onlc · M FRA:-;cisco c. ;\cns, A etas y don1111c 11 1os, 11 · :J / /
naha pagar el 5 % .

61
CARBIA, H istoria erlrsiástica, 1, 136; AF.C [serie I], V, 2 22. Anteriormente los , ·e·
Bi a gosto 3 1 de 1729.
"' .·11-.·e·•, sene
. 11 • VI · •. G S •te ,\ c n s. /l elas )' dor11111.·11t11s, 11 , 1; 3- 1;5.
89 · 1 :>·G • -~ 1 •• -0 1. ' e le.. nnyo i : de - 1. El Cabildo Eclcs1ast . . 1co.
1 3
cmos de Santa F e. Buenos Aires y /\sunción h a b ía n protestado ante la a ud iencia de ~' .·/J:C, snie 11, \'l , 376: auto tic 1 0 1llsp~ <_ le, cn en·: de 1; 32 . y piclió su rernc:1toria
Charc~s por ~ue e l obis.p~ del Paraguay prete nd ía cobrar die1111os de los produdos sil · reric'.- n tomó co11onm1cn
· · t de este 'lSlllltO e. / <
° . . ·. o r dro Can o n ico, su ssa . Ilhn a. no pued e
\ esties. El Lnh una l cx p1d 1ó e n 1586 y 1;,87 varias p rovision es ord e nando s u spe nde r d p o r lr:Jlarse 1c
..
1 1,en as• t· · cdcs1asllcas.
. en q · P
C· .10
• s)
.. ( ·\ c i ts :l etas \' dorn111 t'11los, 11. ~ . ¡. t'l'11
1>
wbro h asta · que se pro11u noara. e .
e 1 onSCJO, tic acuerdo a la ley n tacla en la n ot.1 í'>. . . . deliberar p o r s1. · slll 11
· con senllllllO · .1e ."" · .. · ) 1 ' ·
12 20 Y 40-~3. Pocos a1fos a n tes e l Con cilio P rovincia l ele Lim a hahía dispuesto, · 1 . la sú1>hca (u!.. JI. -!1 1 ·
1 J< 1 "º' 33º ) 33
RCP, · el ohis110 110 h110 uga1 a . ~ ,. 11 l l" · 1-,o- 1r,;. 181. 18fi. 203 ,. 21_¡:
en 13 de octubre de 1583, percibir "'c\iern10 ele todos los fructos tic la tierra , aunque
. -' ' .• . . .
., Ac11~ . 1lrtos V tlorumr 11 1 · • .' - ;)· de Snu ,\iigurl d e T11r111111i11. l. :1·,0·:1:; 1. Tun: ·
1
sean sylvcstres,_ ): que nacen y se crian sin beneficio h um ano" (Orga11 i:arió11 d1· la lg!t-sia Dnn1111c11 tos rn /011io/1•s, Arlas rot1~11 ~r;sl· 1 Ñ·1cíonal cie Tucundn): !'11/wl<'-' rrlrsiti>tiros
. ºó de h 1 111\"elSI( ,1( e ' 'l l l .
Y Ordenes reli giosas e11 el Virrei11alo dl'i PcrlÍ ' II ' ~~-) zll"ín 1g 1G (puh l 1c;1c1 n · .
'
fi · i·il cs real es del Río dc la l ata 1a >1.111
E.i _ .. . , • • : . . 1 G O ri 01Ti11ana111c 11 te 1os o e , . . . . . 1·1 / ' . / 1
. . ~ARlllA, Historia eclesiástica, II, 85 ; A l~C . serie i1 . v. :, 11 , ;, 16, :;:iG·;,17 y G:;!) ·Gú2; del T 11cu1111111, Cll. , • 1· . ,. tic roníorn11tl:ul a lo d 1s puc,to P'" • "ro ·•
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Buenos •Aires' .I • 3 -:J ~". 3 66 • Bue n os /\"1rcs, 1913; 1c. 1., 1hlll.,
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11. 11 3. 17:;. Buen os : 1rcs, 1!)11·" I . .xvi . 1. !'ero e ºóouspl 1
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80
A~C, se n e 11, VI , 221. La controversia ocupa las p•ígs. 1>9·;2. 7x -Rq (ses ió n del 1:; liena de cxcon111n1 .n . lrs car . . ¡ el ·l !lío tft· la /'lrtln ro11 /o , " '" ' tic· J '/'" ""·
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. 9 • 5 • 2 11 -2 1R, 221-230 (sesión . ele! 21 ele m ayo ele · • í3o), y 21 G· ,~:>) -r ¡10111/c11cia dr 111 s_" fina _ .
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r u"ó 19 de 1730) . del to rno citac· 1o. El ·
· cabildo sernl;ir sosten1a . la tesis . de que la Jlll · .·IS· 1• ••c¡8
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1111irchiclad en el 11ap;o ck \ch . .
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. a . de diezmos corresponc 1·1a a l os JUeccs · eclcsiilst icos o seculares segun ·
• , I ,, i - Y 11 . ~ i 1). . " irc ' ' . .
<:sLUv1e1a en d1scus1ón un 11 1 ) tirias y d or11 1111· 11t11>. · - / ·
.
0 una rncst1ón de hecho I , pro> ema <e derecho (la p rorcd e n ci'I d e l cobro p o r eje m p lo ·
' '
· moca 1>a e n su a p oyo la o pi n ió n de C.\sT11.1 o oi-: Bo\' ADI LLA.
13)

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ZJ
-
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

sidores ordi narios9'. Pero Ja posibilid ad de que las nuevas herejías protes-
!>e pusieron en práctica las nuevas n ormas establecidas en la real cédula tantes se in filtraran en América, y de q ue pasaran a las Indias los musul-
de 1777 y en la ordenanza de intendentes. ma nes y Jos j udíos que Espa1ia había expulsado a fin~s del siglo xv, det:r-
En lo referente a la distribución de los diezmos, qu e has ta enton ces se m inaro n la implantación de tribunales !~cales subord.mados al de.. Espa~~·
rep artían en tres p artes, la real cédula d e noviembre 7 de 1772 dispuso Por real cédul a de enero 25 de 1569, Felipe II resolvió nombrar InquIS1-
que en el Río de la Plata debían ajustarse a la norm a gen érica que ord e- dores Apostól icos contra la h~:~ ti ca prave? ad y ap.ostasía:: que.debían for-
n aba su división en cuatro partes, reiterándose esta orden en junio 29 e.le mar send os trib un ales en Mep co y en Lima, a fm de dar a conocer á
1775 y en o tras cédulas pmteriores que desestimaron la op osición de l Ca- Dios Yerc.laclero, y procurar el au mento de su San ta Ley Evangélica, y que
bildo Eclesiástico y la súplica del obispo sn. se conserve lib re de errores y doctrinas falsas y sospechosas" 92 • El tribunal
Jimeño se instaló el 29 de enero d e 1570, expidiendo en esa fecha un edicto ·
5. El tribunal del Santo Oficio. en el que declaraba que su jurisdicción se extendía a todo el virreinato
del Perú 93.
En época tem prana se extendieron al nuevo mundo los tribunales de Estos tribunales tenían jurisdicción priva tiva, con exclusión d e toda otra
la inquisición , destinados a mantener la unidad y pureza de la religión m agis tratura, p roh ib iéndo.se. expresamente a las audie.ncias y aú~ al Con-
católica, que tan celosamente defendían las autoridades políticas. Y ello sejo de Indias que intervm1eran aunque fuer~ por via de. a.gra~10, o por
se explica al recordar que la empresa american a había adoptado como su- recurso de fuerza94. En realidad, el tribunal mismo era el umco 1uez de su
propia com petencia, p ud iendo recurrirse únicamente al Consejo de la

A
premo objetivo el propósito misional y evangélico, resultando lógica y

o B
consecuente con aq uella fina lidad la instalación de un organismo que vi- Santa y General Inquisición que funci on aba en España 95 .

ic .U
gilara estrictamente su cumplimien to. No era, por otra parte, el único Los inquisidores entendían - según Solór zano- en "todas las c~~sas

ém ioja
remedio i~aginad~ ..L as prohibicio~es de pasar a las Indias a los que no civiles, y crim inales, <le que suelen, y pueden conocer los otr?s Inqms i~o­

ad G
eran católicos, la v1g1lanoa de los libros que se rem itían al nuevo mundo res e.le los Tribunal es el e Espa1ia, é I talia, como son <le H ereg1a, Apostas1a,
Blasfemias hereticalcs, Hech izos, en cam aciones, supersticion es, y l~s de-

ac el
y el exclusivismo
. . religioso consta ntemente m antenido, eran o t;·os tant os'

o d
proce d i~i~n.tos q ue coad yu vaban en la ob tención de ese objetivo. Cuando más"!lr.. H ev ia Bola1ios agrega Ja idolatría, la adi vinación, el sortil~g10, los

us eca
las proh1b1c10nes no daban resultado, la inquisición quedaba encargada agoreros, los h echiceros y la b igamia, esta úilima "por la presunción qu~

t
<le res tablecerlo. 11ªY de heregía" D7. Pero desde m erliados d el ·siglo l xvm se puso de mam-

io
fiesto una tendencia a res tringir la com petenoa de S a:i to O f'1c10:. e l d el.1to

bl
El tribun al del Santo Oficio se había creado en España poco antes d el
Bi l d o b le matrimonio o b igamia fué declarado
descubrimiento de América. Sixto IV, por bula del 19 e.le noviembre e.le l-1 78, de m ixto fuero por real
ce . · · á b
h abía a utorizado a los reyes católicos a n ombrar inquisidores, organizán- cédula ele mar zo 19 d e 175'1, y "q ue perteneoa su conoc1m1ento , pre en-
~ose el r,tribun al en 1180 90 . Su acción se ex te~dió a l nuev.o mundo a par- cion a las Justicias Reales y el san to oficio" ; pero después de haberle d e-
1
tir de b 17, estando entonces a cargo e.e los obispos respectivos como inqui-
º' C. H . H ,\Rl ~r.. Tite- S/ia11 ish F.mpire i11 America, 203: Ncw York, 1947; HE NRY
. L . TI 1e 111quisitio11 in the SfJa11ish De/1eude11c1es, 321, N cw York , 1go8;
( . llARLF..~ EA, . . 1 1 . . ºó d L" ( 1569 1820)
"Cana paswral. . , exhortativa
_ a la paga d e los Diezm os · y Pritn1·c1·as · Por el Il ustn·ss1mo
y R e\'erencl1ss.1mo Se nor Docto r Don Fray Bernardo Carrasco ele Saavc<lra", publicada
·
. , 'I L/ " t ·a del tribunal del Sa11 to Of1c10 de a 11 r¡um c1 n e 11110
j . 1 . " EDl :-;A. r I S O TI
1, 2:; . San liago. 1887 .
· ,

e n Synodo D1uresarin, ron la carta pastora l convocatoria J1nra ella en o-d


. l ¡· e· l b l •
l
• en a a j1aga
"', \I
/l ero/1., l.¡ xix. , 1.. L ~A Th c /7J r711isit io11 i11 tire Sj1a111•s¡1 D epen d euc1es,
· 32 s ·329. E 5-
cu· . os <1ez111os. e .e ro a ... Fra~ Bernardo Carrasco y Saavedra. Obisjio de Santiago de i.. •
· F.Ul ~ A , , 13 · 1. 1• '""· ' · · · i
or d os i nquisidores un 111q u 1s1dor- 1sca , un cscn ano o sccrc l ano
(º ºb .
y
ta l la <Olll J> UCSlO p ' · C
Cl11le ... [ 1688], rei mpresa en ~11na, . . . 1764. En e l Rio ele la P la ta los diezm o s ;e Jrc· · fc riorcs En 1610 se cr eó ·otro tribuna l e n art agena.
sentaron sumas d e poca cons1dcración hasta 17!)0 ( CARUI A Histori l · · · 1 II otros cm p1ca<1o S 111 ·
!i y 8). • a ec es1ast1ca, , "' R ecu p., l. xix . .¡: Sot.óRZ,,~o . 11 , ~07.
1 23
'"' Ueco/1., l. xix . ..¡ .
"' Vc r A 11 tecede11/cs de pofític~ ec onó'.11ic~ e11 el Río de la Plata, l.
1 1
6_ , M ad rid.
49 516 &I SoLÓRZASO, JI. 207. .
1 ~15, y 0 ocu111e11tos para 1a 11ston a ce/ v1rre111ato del Río de fa Plata II 11 . ~
1 Il º' J L' •'~ DE '11..:1 JA llo1.A~os, Curi~ PhiliJ1ica.' 183, M~dn~ '. 1_779; JosEPH MAN.UEL Ro·
A ires, 19 12. ' • 9 - 4· uenos _ y .F._.:1.1. ll ristrnció ri )' co 11 11111111 c10 11 a la Cuna F1/1jJ1ca, l, 220 , Madrid, 1790.
DRIC. Ul"Z IC ··' "
. 1
A. history o/ the /nl7uisition o/ s p 111
1922;
\O H F.NRY C ll AR l. F.S L EA,
· ·
N ov1s111111 R ecojJ1·1ncro11,
·· 1·1
1 i. II, tít. vi i, ley 1 (nota). ª • • 157- 160, Ncw York ,

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

vuelto a este último su com pelencia excl usiva (rea l céd ula de sep1iembre púb licos o eclesi;ísti cos, y cuand o se hu biera in iciado causa contra ellü!i
8 de 1766) , se lo declaró privativo d e los jueces ord inarios en agoslo 10 por aman cebamientoio3. Y para soluc ionar los.conflictos entre los_ distintos
98 tri bu n ales, se d ispuso allí mismo q ue las cuest10nes de competencia debían
ele 1788 . En el ejer cicio de su jurisdi cción este lrib u na I podía proceder
resoh·erlas el o idor de Lima y el inquisidor m ás an tiguos, y no llegando
contra los eclesiás ticos y los seglares o legos pero deb ía abs le n erse de pro- a un acuerdo se integraría este trib unal con un d ignatario eclesiástico ele-
<"esa r a los indios "por su rudeza, é incapacidad , y que much os ele el los vido por el virrey de una tern a propuesta por la inquisición ic>4.
aun no estan bien instruidos en las cosas de nuestra San la Fe ca tholica" DD. "' L a tendencia a li mitar el fuero inquisito rial determinó, en febrero 29
L a inquisición n o solame nte tenía competencia en razó n d e la ma leri a , de l 7GO, la su presión ele éste con respecto a las causas de los familiares.
sino que en t~rno suyo se creó u n fuero perso na l qu e di ó luga r a gra nd es consen ·ándose sólo el de los olros oficiales que p ercibieran sueldo, pero
abusos y apas10n ados debates. Para el ejerci cio de su mi nisterio, el tri bunal ú n icamente cuando fu era n dem andados en j u icio civil o criminaP 05 •
nombraba di~t~ntos oficiales q ue con los no mbres d e comisari os y fami liares L os inquisidores acluaban pidiendo el a ux ilio a los ju~ces sec~Ja:es,
del Santo Of1c10 acluaban como delegad os suyos e n los distritos apartados. q ue estab an obligad os a im partirlo 1.ºº; pero en 1~07 se resolvió q u e s1 bien
o cor:i~ a~udantes en la sede del tribunal. Todos estos oficiales tenían en los asu ntos rela tivos a las materias de fe deb1a man tener[_ esta norma,
el p~1 :ileg10 del fuero, "de suerte que n o puedan ser com ·enidos an te las cu ando el auxilio se pidiera en causas pertenecientes al fuero personal de
Just1 c1~s Reales, Y. Ordi1~arias; sino anle Jos mismos Inquisidores" 100. El los inquis idor es y oficiales, el ju~z secular podía r equerir informes pa~a
conocer si la petición resu ltaba ªJ ustada a derecho y era de competencia
~rop?sJto ele e~ta i~~u111dad ~ra n a turalmente el ele a fir ma r la inclepen-

A
uen cia de los mq_u 1S1dore~, evitando que los Olros magistrados p udi eran del San to Oficio 107 •

o B
ic .U
· Las primeras causas contra person as residentes en el territorio ar genti-
cn~o.rpe~er su aco ~n urdiendo procesos a sus oficiales. P ero como "este

ém ioja
pnvileg10 creaba virtualmente una inmunidad p ar a el del"l " · · n o fueron incoadas a Fran cisco de Aguirre, gobernado r del Tucumán . D e-
. . 1 o , se o n gina- puesto éste por un m otín de los. soldados que esta~an . a sus ó rdenes, fué

ad G
1 o n frec uentes confiictos con los otros organismos prO\'Oc d · ·
. , a os casi siem- remitido a Charcas por los cabecillas de la sublevació n imputándole haber
pre por 1os abusos de los fam iliares y de los mism os inquisidores 101 P· .

ac el
pronun ciado ciertas expresio nes co~trarias .ª l~s dogmas ~eligiosos. Co mo

o d
1
w lu cionarlos se m an dó g uardar en las Indias la con cord · b ·d ªª

us eca
_ . . 1a ce 1
.E· spana, que nega ba a los mqu1sidores Jºurisdicció n en las causas · ·1e ra a en todavía no se había fundado el tnbun al Itmeno, entendió en el p roceso
¡ el obispo de Chuquisa~a, quien d~legó su j urisdicción par a dictar_ senten-
¡ f T 10 ~ . ' c1v1 es e e

t
io
os . am i 1ares -. P osten o r meme, reunidos los Supremos Co nsejos de las cia en cua tro eclesiásucos. Despues de estar preso durante dos anos, fué
J n~lias Y. de la Inquisició n, celebraron en 1610 una nueva concordia que

bl
condenado a abjura r públicamente de las proposicio nes er ró neas que se

Bi
fue sa ncionada por r eal céd ula del 22 de m ayo. En ella, además de resol- le atribuían 1os. Vuelto Ag uirre a l Tucum án, en marzo de 1570 el tribun al
,·er~e muchos prob len:as de ~ rden. g uberna tivo, se r estringió el fuero per-
son,tl a q ue ~ o~ r~fe~1.mos, d1spo111endo que aunque los inquisidores con- 18): traición, sedición , pecado nefanc.lo, violación de . 1~ujeres, quebranta~1iento de casa,
s~rva_ban s~ JUnsd1 cc10n en las causas cri m ina les ele los fami liares, el pri- Ig lesia 0 m onasterio, y delito com e llclo por un familiar en el desempeno de un cargo
nl eg10 cedia cuando éstos com etían delitos en el ejer cicio de otros cargos público.
M Recop., l. xix. 29, arts. 19 y 20.
10 1 Id., arl. 25. En 1633 se cclchró o tra con cordia que resolvió nuevos motivo¡ de
1111
'"' Cedulario d i' la ::,·a/ .·l 1ulie11rin d e llru»ios .'l irf' S. I , 22 ,¡.
221
. I.a cé«ii rl a d e __

~11.1r~cb e~1 el c.;i lnldo de Sant!ª ?º del Es1ero. hJciéudose 110 1;1r allí< ue ¡.,~ ah :il:i~! co11fl ic1os: R eco/1., J. xix. 30.
1
''.'
ord111.11 10~ pocl.1a11 e111c11dn en lm Jll lClm de hi ga 111ia (:\ C·l!Jf. \llA !\'r1c.io:-.:/1. HE l..I l lt~ ro- iu' LEA, op. cit., 269.
Rt.1 • • /etas rn¡nt11lan•s d e .\1111/111;:0 del F s/1·m 11 l<V l\ ueuo~ \i n:~ l<J ~) ¡: 1 · · · "'' R ccop., I. xix . 1 . . • . .
de t\lJ · · I' ·ó 1 · · ' · . :.i · · • .1- · .n e qrn1 no 'º' R ea l cédula de diciembre 12 de 1807, en Cedulario de la R eal Audiencia de Buenos
. 1cc1 n _os Jlleccs sendares dthian aplitar b s pen as prc1·is1;:s en b /'arti:!a - '.
. .. JUílS( Airrs . cit. , I JJ , 353·
l tt. .;; 1111 · ley 16, Y /\ 1uw1 N cm /11l11 r i cí11, lili. \'. lit. i. leyes ;, a . 1
"" J. T . i\IED INA, El tribu11al del Santo Oficio de la ln quisició 11 en las provincias del
7
'>oIÓRZ l '\O, JI , zn¡ ; /f rm /1., J. '-iX. 17 v \'! . i . :¡r . !-lata. ~~ ed., 2 1-.¡2, 13 ue nos Aires, 1945; R ooERTO LF. VtLLlER, Nu eva crónica de la conquista
''" 'iot.Ólt7. \\O "JI ~ ' f ' ] · .. ' ' ' . ·'. . .
,., '. · _10, cu11 ·· .r 1 . //1" /1111 111s1tzo11 111 !he .\fJa11 1s/z D1·¡1n1dn ir in, ~¡-,. del T11cu11ui11 , 11 , 108-118 y 136· 141 , Buen os Aires, 1930; J osÉ TORRE REvELLO, Esteco
l.1 l. op., < 11 .. 2 (.í·
,.•, l frrn fi. J :-. ··-· \ _ .• . . • • v Ca11cepcifin riel Brnnejo, das ciudades dcsa/1arecidas, 13 y sig., B uenos Aires, 19r¡ ; 3
1 ' . · · "· - , . · """'' /( i·n1f •1/11r um , lili. 1\ , lt l. 1, 1<:1 20: S<11ÓR! l'- O Il ""' ·Colrrrió11 d e docu111e11tos i1u'ditos relativos al d esc11bri111ie11to, conr¡uista y organización
l;~1·~1011¡1pctcl1H 1al 11.l<:I .'ia11111 Ol icio t·n l." ca1 1 ,a~ rri 111i 11alt-~ el ~ lm f.1111ili ;1rt'\ ·11., · H~"¡ .;
u.tlt O 'C < e<c ll O S <>1a1 ~ 1 j · "> '
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137
~
i

1
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

recié~ i~stalado en Lima resoh-ió apresarlo nuevamente en ,·irtud de car- Más tarde, durante las dos primeras décadas del siglo xvu, este tráfico fué
gos s1m1lares que se le formulaban, y efectivamente f ué desposeído otra autorizado por la corona, que otorgó permisos temporales y limitados para
vez del gobierno y enviado a Lima en donde, luego de cinco aiios de pro- realizarlo 112 • Al amparo de ese intercambio fueron llegando en número
ceso, se le condenó a abjurar de sus proposiciones heréticas y a destierro creciente una cantidad de portugueses, en gran parte judíos, que se ave-
perpetuo del Tucumán 1 º9 . En ambos casos es evidcnle que inter\"inieron cindaron en este puerto y en las demás ciudades del interior. Alarmado
otros .motivos de índole política e inquinas personales de las autoridades por esta afluencia, el gobernador Diego Marín Negrón escribía al rey en
s~penores, para agravar la situación de Aguirre y apartarlo de un go- 1610 .que debía instalarse en Buenos Aires un tribunal del Santo Oficio na.
bierno que no ejercía con el beneplácito de aquéllas. Los inquisidores limeños denunciaron también este peligro al Consejo
~ost~riormente siguió actuando la inquisiri<'>n ele Lima sobre nuestro Supremo de Madrid, recibiendo como respuesta que no convenía que se
terr1tono, ya fuera en forma directa, ya mediante lo'i comisarios que no~­ ocuparan de ello 114 • Ya desde 1607 actuaba en la provincia el comisario
braba para cada distrito. Estos comisarios, que aparecen a fin~s ~lel .si- Fran~isco de Trejo, nombrado desde Lima, el cual enviaba informaciones
glo XVI en la gobernación del Tucumán, y hacia 1fi07 en la pro\'mcia no- tanto a esa ciudad como al Consejo de la Inquisición. El problema se agra-
platens.e, e:an simplemente funcionarios ejecutirns y no judi.ciales, pu~s vó con motivo de la llegada a Bahía, en 1618, de un inquisidor cuya pre-
sus atnbuc10nes se limitaban a enviar informaciones y denuncias, cumphr sencia determinó la fuga de muchos judíos que se habían instalado en el

A
1as ore
· lenes del tribunal,
· y levantar sumarios o recibir pruebas. ·S0'lo en Brasnu:s. Al año siguiente el capitán Manuel de Frías, procurador gen~ral

o B
º
cas <l e pe11gro
· •mmmente
• de fuga por parte del inculpado PO(1ian
· 'arres-

ic .U
del Río de la Plata, presentaba en la corte un extenso memorial en el que
tarlo 110

ém ioja
suplicaba la instalación del Santo Oficio en Buenos Aires, fundándose
Con. respecto a nuestras provincias, la actuacic'm del Santo Ofici? fué para ello en la distancia enorme que existía desde Lima, y en la numerosa

ad G
relativamente intensa a fines del siglo X\'I y Ja primera mitad del siguiente, afluencia de "Portugueses christianos nuevos de judíos", que constituían

ac el
Pero ya en el s1g · I o XVIII su act1\·1dad
· · , ocurriendo
. ·. en wda

o d
de('avo, 1o nusrno un peligro para la pureza de la religión y para el monopolio económico,

us eca
Améri ca 1 compds
ª -'- ele las nuevas ideologías ' que se iban 1mp· 0111·cndo •en pues "son muchos dellos ricos y poderosos muy inteligentes en todo género
el mundo · Se conservan y 11an sido · . · l 111 •·'s
1 de C1Cll de mercadurias y negros que ocultamente ... las meten por el dicho puer-

t
csttu.11adas las rclanones (e

io
·• 11 1
~a usas concernientes a personas a\'encindadas o nativas de esta~ rc?ioncs rtu~ to y tienen correspondencia con otros muchos portugueses y mercaderes

bl
ª
Bi
mayor parte de ellas contra bígamos, frailes solicitantes, Y Jl 1clt0 5 Pº tratantes y contratantes que residen de asiento en los dichos Reynos del
<Tu
n
eses ·
que continuaban practicando' su rcligi<'>n. · · Pcru ... y les corresponden con la plata que por los mesmos caminos y
E bl · .
. ste pro ema de los JUd1os que entraban ' ¡Jor Rucnos Aires· (Ietcrnun<> ·. partes la sacan y passan ocultamente al brasil" 116•
vana . s t entativas
· para el establecimiento de un tribunal en nue.stro pI· ternta Con esta carta, y otra de los inquisidores peruanos, el rey consultó al
tono ' 10 que por cierto · nunca se verificc). La \'ecimlad de I no • ele la ~1 Consejo de Indias acerca de la creación de un tribunal en Buenos Aires,
Y el Brasi·1 • Y 1a circunstancia
· de que ambas regiones pertenecian · entonces .
a un I · . . ' . · mediante
ª ª so corona, ongmó a fmes del siglo xv1 un acuvo comercw
el cu 1 e I mcip1ente
· · · · . bonaerense ' pudo surtirse.
, · _ 1u RICARDO ZoRRAQUJN BECÚ, Origenes del comercio rioplatense, 1580-1620, en Soc1E-
. ª de merca denas bin
DAD DE HISTORIA ARGENTINA, Anuario 1943-1945, 71-105, Buenos Aires, 19-17. .
nllorno u.s Carta de junio 15 de 1610: ver jost TORRE REVELLO, Nuevos datos para el estudio
chspens bl
ª ¡·
es Y sa ir del estancamiento y de la pobreza en que se en
contra a.
de la inquisición en el Río de la Plata, en Humanidades, XX, 319, La Plata, 1930;
BoLEsLAO LEWIN, op. cit., 19. .
.. 'f ad riel, ua TORRE REvELLO, Nuevos datos, 319-320.
de las a11tirr11as po scsw11rs
. · csJ1miolas de América )' Oceauía, X"""
..
.~ \', 362·J 8:J,. · 11.
0
de
u& PEDRO CALMON, Historia do Brasil, 11, 47-48, Sao Paulo, 19.p; TORRE RE\'ELLO,
h
1861·188r. El mot'
· ·" m contra Aguirre se produjo en la región ele Cór<loba en J "
1
º Nuevos datos, 318.
•5GG, Y la sentencia fué dictada en octubre 1:- de ir:.68. ua Memorial de fe~rero 3 de 1619•. en Corespondencia de la ciudad de Buenos Ayres
IOCI MEDINA . .) ;i
110
L ' ' º!?· cit., 8¡-107; LEVILLIER, op. cit., 11, q2-q7. con los reyes de Espana, 11, .152, Madnd, 1918. Ver también ERNESTO ScHAFER, El Consejo
EA, op. Cll 334 l
m Ad · ., • · · · . a cita( 0 • Real y Supremo de las Indias, 11, 349, Sevilla, 1947.
. t cmás de los oen expedientes estudiados por :\f cclina en su hin ° ~ ¡ 11 .12. /.
e'.\Is en unos diez e • • co/011in ,
B . iuc menciona BoLESLAo LEWIN, El judío en la "poca
uenos Aires, 1939 .
139

138 ) '
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

suprimida en 1813 tanlü en España como en América122, pero <le hecho


había dejado de funcionar en nuestro territorio como tribunal desde la
contestando éste que por los crecidos gastos que demandaría "sin que
re\"Olucic'm ele l\layo.
V. Md. tenga alli Renta ni aproucchamiento", no con\'enía hac~rlo. Ar-
gumentaba también el Consejo "la poca Vezindad" que tenían "los peque-
ños pueblos que ay en aquella larga y eslendida prouincia ... Y poderst::
reconozer fazilmente los que entran y salen en ellas viuiendo los que
Gouiernan en ellas con el Recato y prevenzion que conuicne" lli. El rev
se ajustó a esta opinión.
La idea resuscitó años después. En 1635 el fiscal de la audiencia de
Charcas proponía la creación de un tribunal en una de las ciudades de
: 1
1 Ja .provincia del Tucumán, para "el castigo de innumerables judíos que
han entrado y de nuevo entran con mavor crecimiento por aquellas par·
tes" 11 ª. El rey pidió informes a varios ~rganismos acerca de este asunto.
Y aunque la audiencia de Charcas adhirió a la opinibn de su·, fiscal, y laelpro·vi·

A
o B
rrey del Perú expuso las dificultades económicas de su creacwn. '

ic .U
puesta quedó abandonada un. oti''º de 1a in · s-

ém ioja
. ,
Idé nt1co proyecto resurgió, sin embargo, en 1662, con m . . pe-
'ó el · . . . ·nquis1dores

ad G
ta1ac1 n e la pnmera audiencia de Buenos Aires. ~ s 1 0 1
• ia de

ac el
ºb' · · · · l I 1 convenienc
ruanos escn 1eron al Conse10 Supremo sug1ncnt o e ª . tó la

o d
. 1 El e 0 nsCJO acep

us eca
msta ar otro tribunal en esta ciudad o en Cc'>rdoba. }\'erse
ºd llegó a reso
1 ea optando por el lugar mediterráneo, pero tampoco

t
io
la cuestión 120. 1·nfluenda

bl
En definitiva, la inquisición no alcanzó a tener una ~ªº. d a vez 1ne·
m· una act1v1
·
· 'd a d mtensa
·
d e I os comisan·
· · 1·•1
en nuestro terntono - . L a v igilanc1a
· te d ecac¡enc1a
· os y la crec1en
. ca 1 litneñO·
· del tnln1nanaran. no
Bi
nos estricta
d e1aron
. 1 .
en re ativa i erta a estas regiones para qu.e se
lºb d . . , desarro
que 00 senuan ,
ya tendencias heterodoxas, pero sí corrientes de opin10n de }os
. l que uno
m actuaban con el fanatismo primitivo. Basta recon ar f aciel, cu·
u•lt"irnos com1sanos
· · rioplatenses
· fué el canómgo. Juan H·'11t'1sar '. 1.1 l'V'ntensida
' d
yas tendencias modernistas son bien conocidas, para adverur • ~ • ión fué
1:-:1 En F.spalia por decreto de las Cortes, ele fchrero 22 ele 1813 (:\ft.:01-.;,,, op. cit., 2¡7),

y en nuestro país por resoludón de la Asamhlea General Constituyente de marm 2 ¡ de


-1 1 bº . l la inqu1s1c
1 1e cam 10 que se había operado a través de los s1g os. ~ iH•:l· que dcdaró ""cxtinguitla la autoridad del tribunal de la inc¡uisición'·, devolviendo
""a los orcl in arios eclesiasticos su primiti\'a facultad ele velar sohre la pt1rc1a de la
o· d I ,~ 3''3 y 3 29 ' crcenda !>or los medios canonicos" (juA;o.; CA:'lin:R. l.n :lsa111blt•a Ct·1wml Co11sliluyr 11 tt•,
11

' 1ctamen de julio 25 de 1623: ToRRE REVEl.LO, Nut•110s
ll:t 11.,f • 1 Schastian
ª '·' .: .1
uC
Alarcóll·
Cll
en Historia dt• la Nació11 .·lrgc·11ti11a, publicada por la :\c:.\D1:'.\t1\ '.'\.\C:IO'\I. 111-: J..\ Ilt•:ioRI\
1~ emona de marzo 19 de 1636; firmado por el doctor · , 1. \'I, 11.1 seer., 178, Buenos Aires, 19.1.1; El /frdmtor dt• la A.\11111/Jlt•a (IS/1-JS]S):
0
MEDINA, op. cit., 213. ,·cr reimpresión falsimilar, 18, Buenos Aires, 1913). ·
111
' MF.DINA, op. cit., 2 q-22o.
análogas:
op. cit., Posteriormente hu ho ol ras
propuestas
• l2l MEDl1':A, 220. 224 •
"d {l's 11, J !)~•
id., 225-30.
121
ENRIQUE Rmz GUIÑAZÚ, La inquisición en América, en
Hummu ª' ' 141

La Plata, 1g21.

140
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

CAPÍTt:LO \ ' I

LAS AUDIENCIAS

A
J. Funciones e importancia de las audiencias indianas.

o B
ic .U
ém ioja
L A función de justicia no tenía, en la España de la conquista y de la
colonización, el sen tido restringido y concreto que se le asigna en

ad G
ac el
la actualidad. No era sólo la adecuación de la conducta a los mandatos

o d
de la ley, sino que era también el ideal jurídico a que aspiraba la monar-

us eca
quía. Aquélla se limita a la simple función jurisdiccional de declarar el

t
derecho, mientras que ésta encierra un supremo esfu erzo, constantemente

io
bl
renovado, de adecuar las instituciones, la vida social y el desenvolvimien-

Bi
to político a las ex igencias de un orden temporal justo.
Las audiencias fueron creadas en Indias con ese doble criterio. Además
de tribunales ele justicia, fueron también organ ismos que al integrar el
gobierno debían procurar la realización de aquel objetivo supremo. Al la-
do de sus a tribuciones judiciales aparecen otras de índole gubernativa.
que en la mayoría de los casos sólo implicaban el ejercicio de una justicia
legal o política. Así ocurría respecto a la protección de los naturales, a la
conservación del orden social, a la buena armonía de los gobernantes, al
con trol de Jos funcionarios y a la vigilancia que estos cuerpos ejercían
sobre toda la vida social y política de sus distritos.
En estos casos las audiencias no procedían judicialmente, sino como
órganos de gobierno; pero la formaci ón jurídica y los hábitos legalistas de
sus miembros debían llevarlos naturalmente - al menos en teoría- a re-
solver esos problemas con ins tinto justiciero. Y debe advertirse, como lo
hace un autor, que "en Indi as, la creación de Audiencias viene siempre

143
==¡
'
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

estimulada por algú!l aprem io político que espolea la urgen cia m era men- mientas y con fli ctos que ser dan, sin embargo. para m oderar los abusos
te procesa l'' 1; o sea, que b fun ció n gu bern a ti,·a pri,·a so bre la de índole , ·irrei nales y m antener inform ad o al rey acerca <le la conducta d e unos y
jurisd iccional, la sobrepasa en importancia y d etermina b s rcsol11cio nes del o tros mag istrados. . . .
mo narca. Esta admirable conjunción de poderes, hoy d esaparecida po r el L a colaboración preconiz::ida se torn aba mas es trecha aun en ciertos
a uge de la teor ía que busca su diYisión, permitía asignar a un organ ismo casos, en que la audiencia dej aba su papel cons ul t ~,·o para actu ~ r como
integrado por legistas la m isión suprema de mantener el pred o minio de la ó raano a uberna ti,·o. Esto ocurría cua nd o era necesa n a un a resolución con-
b
junta "
del ,·irrey y la audiencia. Tal er~ la norm a para nom b r~ r JU . ~ces pes-
justi cia, en comunida<les que n o siempre querían res petar esos pr in cipios .
ll uisidores, d e com isión y .d e res iden~ 1 a, en cu yo ca.so la <les1~nac1ón q~e
Las fun ciones atribuid as a las audi en cias indi anas pueden clasificarse
hacía el pres idente del tnbu11al d eu1a estar precedida d e u~ cl resoluc10n
en tres grupos diferentes: consul tivas, g ubernati vas y judiciales. L as est u-
de la :wdiencia ordenando su enví oG. También era necesa ri o el acue~·do
diaremos a través de las leyes de Indias que co nd ensaron su organ i1a cic'in d e amuos pode res y d e los o fi cia les r ea les. para r eal i1.ar .~astos no auto.riza-
d efiniti va ; pero debe ad vertirse que no tod as tenía n idénticos p oderes. d os en ciruimtan cias u rge ntes•. Y la 1111sma cooperac10n entre el virrey
Estos orga nismos d ebían, en primer términ o, inform ar a l rey de tod os y el tribunal se retruer ía par.a " cla.r . pro ,·isio nes. d~ ruego y encargo, para
los problemas que se planteara n en sus distritos, y cu ya natura leza los que los Prelados J e sus distntos v1s1ten sus Ob1sp.1dos, y se hallen en los
hiciera susceptibles de ser ele,ad os a la consideració n del monarca, ya
Concilios~. . . . · b
fue ra con fines legislativos, ya para mod ifica r situ aciones o remoYer fun- Las facultades g ubern ativas de las aud1enoas .no se 11m1ta an ª.esa

A
cio narios. Y ello aunq ue se tratara de qu ejas contra el Yirrey o el propio cooperaoon · · con el Yirrey· · El pro1)iO monarca . pod1a .encomendarles . direc-
·

o B
pres idente d el tribunal 2 • Sobre todo se r ecomendaba a los oidores "tener tamente Ja r ea lización de determinadas func10nes ej ecut.1,·as, y e 1 virrey

ic .U
ém ioja
muy especial cu idado d el b uen tratamiento d e los Indios, y su conser va- solía tamb ién delegar el cumplimiento de actos de gobierno en las au-
cic'm", a cuyo efecto d ebí:rn informarse "ele los excesos, y ma los tra tamien. diencias situadas lejos de su sede. . . . . .

ad G
tos, q ue les son, ó fueren hechos por los G o\'ernadorcs, ó personas parti cu- Pero las más importantes d e sus atnbuoones cons1man sm duda .en

ac el
1os recursos a Cordados contra las resoluciones tomad as por los m. and atan os

o d
lares"3. Recíprocamente, las audiencias debí an ta mbién ciar su opinió n ..

us eca
respecto a los asu ntos qu e les eran som et idos en co nsul ta por el monarca, · ·
po11t1cos en nlaterias de gobierno ' en la resoluc10n de los ·conflictos
. d 1 que se
de ta l m anera q ue se con ,·ertían en altos cuerpos asesores en cues ti o nes suscitaban entre diversas autoridades menores, y en la revlSI 6.n e os actos

t
io
d e toda índo le. .·
po1lllCOS SI· no e r an r ealizados
' con arreglo a las . leyes. . Func10nes . todas de

bl
índo le g ubern a ti va, qu e con ,·enían a .1 ~1s aud1enuas_ en o rg~ n1 smos su pe-

Bi
Actu aba n tam b ién en el mismo cad cter con respecto a los virreyes.
especialme nte las a udi en cias subo rdi nadas, cu yos distri tos es taban aleja- n.ores en ca rga <los de vigilar la act ua cwn de los ou os m ag istrados, y d e
restablecer el derecho violado por los d emás P?d eres. .
d os d e la capital del \' irreinato, d eu iendo " ad,·ertirlcs y ª'·isa rlcs de tod as
El recurso m ás trascendente era el conced'.do comra las res?luc1ones
las cosas q ue se ofrecieren, y les pareciere que con viene proveer" 4 . A su
del úrrey: "sintiéndose alg un as per: onas ,1gr_a \'lad:'.s e~~ _quale:q u1er. autos,
"ez se reco mendaba a los virreyes que consu lta ran con los o idores, en el
o• el e1e1.m1na
· c10 · nes , c¡tie prove}·eren u ordena1 en los V .m e yes, . o Presidentes
Acuerd o, las m aterias "ardu as é impo rta ntes para resolver con mejor acier . ·
por na e go 1d b ºerno , puethn , apelar á nuestras :\ucl1 •enc1as, donde se . les
5
to" . Se procuraba as í esta blecer un a estrecha colabo ració n entre ambos · · ·
11aga Jll ~ l! Cla, c onforme ·í Leves y Ordenan 1as" u. Este r ecurso era ex tens1Yo,
' · ·. . . · .· d . ·
!)ocleres, a fin d e que las tareas d e gobierno se desarrollaran con mayor .. ·
c.:o n ma yo r 1.110 , • 'n ·1 las d e tenrnnac1o nes d e. los l un c10 . na11os e . meno1
· ¡Je·
ilustra ción Y lega lidad. Ello no impidió, como es obvio, frecue ntes roza- ran¡uía. -siempre que se tratara d e m aten as d e gobierno- y ,nm de os

. ~· l'ío fiAl.l..EST~Ros. l .n. f1111ció1? fJO!itica tic la s l?ra/cs Clta 11 cil/erías colo11iales, e n o I d ., 11 . XV. 17G; v. XV. 2 1 ; VIL i. 7. 10 ...1. 1 )' 1G .
litr,1stn, rle Est 11rlws J~olít1ros. vol. xv, ¡G, ~¡ adrid, 1 ~JIG.
ll<cop., 11 . xv. 36, 40 y .¡i. ' Id .. 11. :(I'. l '.\2; 111 . iii. 5i y \ 111. XX\' 11 !. 11.
' Id., 11.. XV. 83 . " I d. 11 . X\'. 1.1 7· 5· 1 1 rt o· I na n aen cnl
' Id ., J l. XV. '19· o It! ' II . xv. 3r, . Ve r s upra . cap. l. nota 35· i se ªl.'e a >a e ¡u·na . i c~ l ' 1111'1 "'··· ,
0 . ·· · . 1 ·b··
d el nrrey, es ta e e 1,1 cumpl irse has t a tanto se pronun ciara la a u c 1e n c1a: i t ., . 111. :;2.
I d .. 111. iii. ·I' Pero la s 0¡1· · ¡ 1 . ·¡ · . ·
:J· 1n1011es < e os ot< ores 110 eran o hl1gato nas para el v i rrey.

145
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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
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cabildos, y podía ser interpuesto por éstos o por los particulares agra\'ia- nían idénticas atribuciones a las de aquel mandatario 15, y el oidor más an-
dos. De ahí que se plantearan, en numerosas oportunidades, conflictos tiguo quedaba como presidente de la audiencia y capitán genera11e. En esas
circunstancias otra ley ordenaba "que en las materias de gobierno proce-
administrativos o políticos que la audiencia debía resoker adoptando
dan con el amor. y templanza que conviene para su buena execucion, sin
~ierta forma judicial, y con arreglo a la legislación.
fallar en nada á la severidad y cumplimiento en las de justicia" 17 •
Este recurso no se acordaba en "las materias de grilcia, y prm·isiones Por último, tenían las audiencias un destacado papel en el gobierno
de oficios y encomiendas" 10, ni en los asuntos correspondientes a la [un- eclesiástico de sus distritos, como defensoras del real patronato de las In-
ción de guerra 11 • Su establecimiento. sin embargo, resulta de una extrema dias is, y como organismos destinados a vigilar el cumplimiento de las
importancia para valorar el régimen jurídico que Espafia implantó en normas que regían las relaciones entre los poderes espirituales y tempora-
América, acordando a las corporaciones y a los particulares la po~ihilid~1d les. Especialmente tenían encargado no permitir que los jue~es ~clesiásticos
de obtener una revisión de los actos gubernati\'Os ante un tribunal que so- invadieran la jurisdicción real 1º; pero debían respetar la dignidad de los
lía defender celosamente sus prerrogativas. Así se prornraba mamcner prelados y darles el auxilio para la ejecución de su justicia'2°. En' los con-
incólume el imperio de la ley1:?. flictos entre una y otra jurisdicdón, intervenía la audiencia como poder
Tocaba al virrey decidir si un asunto era de gobierno o de justicia, moderador encargaao solamente de declarar la existencia de los abusos
en cuyo caso debían los oidores atenerse al dictamen de <1<ft1él 1 =1; pero si en que hubieren incurrido los tribun~les eclesiásticos 21 •
éstos creían <¡ue el virrev se excedía en sus atribuciones -aún en las polí- Esta variedad de facultades de índole gubernativa, aplicables a las
ticas- la audienda est;ba facultada para "hacer las diligencias, preven- diversas circunstancias que pudieran presen~~rse, y difer~n~es aún según

A
o B
ciones, citaciones y requerimientos, que segun la calidad del caso, <> negocio la jerarquía de cada audiencia, pone de mamfiesto la elast1c1dad del meca-

ic .U
miento tenia. Las audiencias, dice un autor reciente, 1 gobiernan con el
pareciere necesario, y esto sin demostracion, ni publicidad, ... y los Oido- nismo político que éstas i~tegra~an, y la trasce~denci~ qu~ su estableci-

ém ioja
res nos dén aviso particular de lo que hubiere pasado, para que ~o!' ~o
virrey, en lugar del virrey e incluso contra e~ vi~rey" 22 • <:ompletan, en otras

ad G
mandemos remediar como con\'enga" u. Todo este complejo engratrnJe
palabras, un sistema político en el cual nmgun orgamsmo tenia poderes

ac el
revela el deseo de establecer en América un sistema de recíproco control

o d
ilimitados y todos se contrapesaban eficazmente 28•

us eca
entre los di\'ersos organismos gubernativos, a fin de que ninguno abusara Entre ~I virrey y la audiencia no existía, en efecto, superioridád algu-
del poder c¡ue se le había confiado, y de que las extralimitaciones encon- na. Ambos representaban la persona misma del monarca y eran la imagen

t
io
traran un correctivo eficaz e inmediato, a la espera de la resolucit)n su- del príncipe en cuyo nombre actuaban, de tal manera que los dos poderes
bl
pre~a del monarca. Sin necesidad de dividir los poderes ni separ.ar ~as Bi
fun~iones, se logró en cieno modo un resultado análogo al del consutucio- is Recop., 11. xv. 46-48. ~onf.: real cédula de mayo 13 de 1786, en C,ed~lario de la
nahsmo moderno, Y·aún a \'Ctes superior a éste en teoría, puesto que se Real A ruliencia de Buenos A ares, I. 97, La Plata, 1929. Podfan encomendar md1os (Recop.,
desenrnki~ con una elasticidad mayor y se adecuaba más estrictamente 11. xv. 56) • y proveer oficios (id., 111. ii. 11) •
a las neces~dades cambiantes de los tiempos. 10 l<i., U. xv. 57. Ver también id., 111. ii. 10.
11 Id., 11. XV. 60.
. Excepcmnalmente, las audiencias asumían todos los poderes guberna- 11
Id., l. ii. 1.1: l. vi. 45 Y 47·
uv?s en caso <!e muerte o enfermedad del \"irrey, a quien reemplazan in- ID Id., l. x. l.

termamente. Cuando ésto ocurría, las audiencias de Lima y Méjico obte- m Id., 11. xv. 1r;o. Lo mismo se disponía respecto a la Inquisición (íd .• l. xix. 1 y 4).
:n Id .. 11. xv. ;g1-136 y q2-143. Quedaban, sin embargo. inhibidas de entender en
1
º Id., 11. XV. 34. los pleitos rchativos a la Bula de la Santa Cruzada, ni aún por vía de fuerza (id., l.
11 xx. 1 y 5; ver cap. V. n. 59·
Id., JI. xv. 43 En tal cas0 J 1 'ó 1·
a Sol · a ape ac1 n iba a la Junta de Guerra ele Inc ms. :a J>fo BA1.1.F.sTuos, l.a función política de las Teales cliancillerias coloniales, cit., 5S·
>re este recurso: Plo BALU:sn:aos cit 8 . :n .. La exégesis legal y el análisis de la acción polf tica de estos altos tribunales
i:1 Recop•• 11 • XV. 3ri • ' ., 9 10.¡.
1 cvela de modo ine<1uivoco su importancia; no solo por sus atribuciones de juzgamiento,
.. Id •• 11. XV. 36 }' 111 r e f .
sino también como defensores de las libertades públicas" (ENRIQUE Ruiz·Gu1~AZÚ, La
de 1 R. ¡ -• d" . l. 9·
• .on .: Real Cédula de j·ulio q de 1800. cit. Cetlufal'W
" 'a de ll ru· 110 A ·
n. u l<'11c1a ·. magistratura ifidia11a, 18, Buenos Aires, 1n16).
Histórico de la Pro,·in . d s •res, .111, Ga, La Plata, 193R (publicación del Archno
cia e 8 uenos Aires).

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Zorraquín Becú, Ricardo.


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tenían la máxima jerarquía en América. El elevado rango de los oidores, 2. La audiencia de Charcas.
el cuidado con que defendían sus prerrogativas, y el respeto que sabían
imponer les otorgaban un prestigio que el rey cuidaba siempre de pre- . E.l progreso ob.teni~~ por la conquista peruana, y la extensh>n que ese
servar. Frente a la autoridad de los virreyes y gobernadores, las audiencias <l1strno c:omprcn<lia, lucieron pensar en la conveniencia de crear un nuevo
fueron un poder moderador, que trataba por lo general de hacer preva- tr_ilmnal en _la región del Alto Perú. Tenían especial importancia, a me-
lecer las normas legales sobre la voluntad no siempre justiciera de los diados d~l s1?lo ~v1, las minas de Potosí recién descubienas. cuya riqueza
extraunhnana ex1gfo. mayor \'igilancia gubernativa y judicial.
funcionarios políticos. Mientras estos últimos eran temporarios, las audien-
Desilc 1551 el Consejo <le Indias preconizaba la fundaci<>n de una au-
cias formaron "cuerpos permanentes y continuos, que adquirieron una pro-
diencia "en la villa de la plata que es en los charcas cerca de las minas de
longada tradición corporativa. Y aunque la política española tendía a
Patos.si .., agregando que ··~a mas principal ol>ligacion que vuestra mages-
mantener el oficio de oidor como un monopolio virtual de los españoles ta<l llene para la governac1ón <le aquellas tierras nuerns de las yndias que
europeos, la institución hincó sus raíces en las colonias y llegó a estar nuestro sefior h~ puesto en sus manos es proueer en ellas abundancia de
completamente identificada con la vida colonial" 24 • j.usticia por que con esta se funda la religion c:ristiana )' nuestra sancta
Pero no todas tenían la misma jerarquía; y aún cuando en los hechos lee se acrecienta y los naturales son bien tratados e vnstruidos en ella":!G
su influencia f ué análoga, cabe distinguirlas en diversas categorías según En 1559 el monarca resolvió definiti\'amente la c1~eación del nuevo tri:

A
el funcionario que las presidia y la extensión de sus atribuciones guberna- bunal, encomendando al virrey y a los oidores de la audiencia de Lima

o B
tivas. Las que actuaban en las capitales de los ~irr~inatos tení~n. todas las que le sC'aialaran un distrito adecuado a las particularidades de Ja tierra 21.

ic .U
facultades que hemos analizado, y eran por cons1gmente l~s mas 1mportan- La real provisión surgida de esta orden dispuso acordarle jurisdicción sobre

ém ioja
t Una segunda clase la constituían las audiencias pretoriales, a cuyo fren- cien leguas alrededor de la ciudad de Charcas 2 ;.;; pero ante la protesta de

ad G
t:s~staba un gobernador, y que sólo tenían atribucio~es gub~rnati.vas res- los oido1:es interes_ad~s se expid~ó I_a real cédula de agosto 29 de 1563, que

ac el
ecto de este funcionario, sin llegar a reemplazarlo ~1 a ~l m al v1~rey. Y al ampliar ese d1smto lo hacia mcorporando comarcas determinadas2u.

o d
por último, la tercera categoría la formaban l~s aud1enc1as. subordmad~s,

us eca
Las funciones de la audiencia ya habían sido inauguradas solemnemente
~on un presidente togado, que sólo tenían funciones consultivas, _contencio- el 7 <le septiembre <le 1561, mediante las ceremonias rituales que se des-

t
io
sas frente a los mandatarios de su distrito, y delegadas por el virrey,. pero arrollaban en torno a la recepción del sello real, símbolo de la delegación

bl
de justida por parte del soberano3o.
que no reemplazaban a éste en caso de vacancfa25. Dentro de la prime~a
categoría están la de Lima y Ja de Buenos Aires, fundada en 1783; en . a Bi "' C:om11h:t de ahril :m de 1:;51, en CoLECCIÓN DF. rUBLICACIO:l:ES HISTÓRICAS DE LA
segunda las de Chile y Buenos Aires (1661); y en la tercera cabe me~c10- BIRl.!OTEC:A DEL CosCRESO ARGEN11NO, La Audiencia de Charcas, Correspondencia de
~ar la de Charcas. Nos ocuparemos separadamente de las que mayor mte- Pres1de,,tes y Oidores, J, 503, Madrid, 1918. En junio g )" agosto 2 .. de 1r.w.l el Conse·
. . • • "ó .l ] I .>:> JO
ms1st1a en su proposlCI n (ll ., , 505 y 50¡). hasla que en mayo g ele 1:-:-r. le avisa 1
rés tienen en nuestra historia. Rey haber recibido su consentimiento (id., 1, 509). .•.,., ª
:n Reale~ c~ulas de ju~io .12 y agosto 18 de 1559: [VfCTOR M. MAÚRTUA], Exposición
::u e· .
HARING The spamsh Emp1re in
H
. . A ·
menea. • 13
~ New York, 1947.
. dr"aria • ,_t2 ' que ~e la. Re¡mbl1ca del Per_u. cit., I, 126. La real cédula de seplicmbre 8 de 1559 a Jos
· ' • . - ú ¡ 111 agistratura m hcenc1ados Rccalde. Mauenzo y López ele Haro los íacullaha para que .. llegad s a l
m Adoptamos Ja clasificación de Rmz-GuaNAZ • ·~
distingue las audiencias pretoriales virreinales, pretonaJcs Y su,
1 rdimulas. Vfc:-roK M.
>0 Fx;,,w. (;o/Jiemo
d.icha c~udad de la Plata, ~sent_eis vuesl~a audiencia" (~mz-Gm:lilAzú, 1.19). Ver t~mbié~
· · d / R p · b/"ca del prese,,ta 1 " a / · · C.oleccum .de dorum~ratos méd~tos relativos al cle.scubrm1iento, corrqllista y orgallización
MAÍJRTUA, en la Exposacrón e a e u ' . .Perú d JJ 0 /'1111• 1 66, Barcelona, 1go6 • de las ant1g11as pnsesrone.<t espanolas de América y Ocea1iia, XV111 19 v 20 !\ola lri 1 1 8 2
Argentino en el juicio de límites con la Rcpubl•.ca e . ª' .' ue el gobernador .n R 1 . "ó." d e. 1~1~~·0 22 de 1561, en La Audiericia de Charcas,
' • 1,' ·r. 6-r.
' t •• 7 •
divide la segunda categoría en pretoriales Y semipretoriatcs, ses:unu~tancia no incidía
ca. p10\·1s1 2 2
211 (MAURTUA]. l~xpos1C1011, I, 129-qg. D D 9
. . tºd 1 virrey Pero esta carc . . 1l
que las presidía ei;tuv1era o no some 1 o a •. . . "bien clefuuda l e ai La .1ludie11cia de Charcas, 1, 23: Ru1z-Gu1~Azú, 150. '"Porque como 5 ..
en las atribuciones de la audienc~a. !ª~~oco la división ,~:ª~:;e hechos examinados" . • •
.. uc1s, quan"o
..1

e1 •N uestro se11 o R ca 1 entr~ en qualq~1era de las Nucslras Audiencias Reales c.lestos Re\··
punto de vista legal, y menos aun 1usuficad 3 ª
la faz . f ndada en 1661 seria nos, . entra con la authomlad . que
., s1 Nuestra Persona Real enlrase". ( ra
e· l ccua<e
'd ¡ 1
(R.uIZ-Gu1f:iAZ!J, 42). Según Maúrtua, la audiencia de Buenos1Aarcs u fa de semi pretorial. scpuembrc 1 de 1559, en <.u/t'rcaon de docume11tos im?ditos, cil. X.VIII, 19 ).
pretorial, mientras Ja de Santiago.de Chile estaría dentro de a categor
Ver infra, nota 75.
149
148
l Zorraquín Becú, Ricardo.
1
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias liSociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"
1
1

La audiencia platense conservó, no obstante, facultades consultivas y


Al determinar la jurisdicción de. la audiencia, la real cédula de 1563
gubernativas de menor importancia o jerarquía. Las primeras le fueron
incorporó a su distrito la gobernaciém del Tucurmin que simult~incamente
expresamente reiteradas en 1591, al ordenarle que tuviera "grande y con-
se creaba, así como las regiones de Moxos y Santa Cruz de la Sierra y en
tinuo cuydado de advertir y auisar al dicho Virrey de todas las cosas que
general todas las provincias altoperuanas 31 • Pocos aiios después, en carta de
se ofrecieren y os pareciere conuenir" ª5 • También conservaron los oidores
octubre IQ de 1566, el rey le informaba que había "mandado poner d~­
baxo del distrito de esa audienci:i" a la gobernacic)n del Paraguay o R10 la facultad de resolver -en asuntos de gobierno- los problemas urgentes.
de la Plata a2. Desde entonces, la mayor parte del territorio aclll~lmente "que no sufran dilación", pero con la obligación de consultarlos luego al
argentino quedó incluida en la jurisdicción del tribunal. . virreyªª· Y por último ejercieron, en amplia escala, atribuciones guber-
Originalmente la corona le concedió todas las facultades gubernau~·as. nativas delegadas por el mandatario peruano, lo cual les permitió mante·
La Instrucción de agosto 16 de 1563, remitida a su presidente, le encomien· ner el predominio del tribunal sobre el vasto distrito que dirigía.
da como "el principal y final deseo e yntento que tenemos ... la conber- En cambio esta audiencia perdió la facultad de entender en recursos
sion y cristiandad de los dichos yndios", para lo cual debía promover su contra las resoluciones del virrey 37 , y la de reemplazarlo en caso de vacan-
evangelización. También le indica la conveniencia de abrir camin.o~, hacer cia del cargo. Esta última cuestión fué motivo de apasionados debates.
puentes, vigilar la moralidad pública y privada y evitar los serv1c10s per- Protestaron los oidores por la minoración que se hada de sus atribuciones,
sonales de los indios. Lo autoriza a controlar los repartimientos y enco· y al morir en 1583 el virrey del Perú se adjudicaron el gobierno de su dis-

A
trito; en 1586 el monarca les prohibió hacerlo en lo sucesivo, pero al

o B
miendas tasar los tributos tomar las cuentas a los oficiales reales, hacer

ic .U
la guerr'a a los españoles que .. estouieren ynouidientes .. , tomar residencia ocurrir otra vacante pretendieron ejercer nuevamente las atribuciones po-

ém ioja
a los corregidores y funcionarios del distrito, y autorizar -con acuerdo de líticas que les habían sido quitadas, hasta que la real cédula de noviem-
los oidores y oficiales reales- gastos no previstos "en tiempos de alborotos bre 20 de 1606 dispuso que en tales casos asumieran el poder las audiencias

ad G
y guerra". Prohibe también a los oidores y al presidente toda c!as~ d~ ne· instaladas en las capitales de los virreinatos 38 •

ac el
o d
gociaciones, casarse, nombrar parientes, proveer oficios y repartir md10s 0 A pesar de que mediante esas prohibiciones la audiencia de Charcas

us eca
encomiendas 33• perdió las vastas atribuciones que originalmente tuvo, no por eso dejó de

t
Estas amplias facultades, sin embargo, fueron inmediatamente cer~ena­

io
1

das por la real cédula de febrero 15 de 1~67, que. dispuso aco_rda~ al virre!
115
Real cédula de agosto 28 de 1591, en Ant~cedentes de la Reco.pilación de Yndiai,

bl
r·uhlicados por Víctor M. Maúrtua, 186, Madrid, 19o6, en Colección de documentos

Bi
del Perú "el gouierno de todos los. dist.ntos, ans1 de la Aud1en~1a.. de ess.i inéditos, cit., XVIII, 211, y en Cedulario Indiano, recopilado por DIEGO DE ENCINAS,
Ci-ooad de los Reyes como las Audiencias de l?s Charcas y Q~It? ; Y por T, 288, :'\la<lrid, 1945. .
otra de la misma. fecha se hizo saber a los oidores de estas ulumas que ,_, Real cédula de febrero 15 de 1567, ya cuada.
:1
7
"Si de las cosas que el gouernase en essas proui~cias y proveyere e~ los n~go~i~s
"no os entremetais en el gouierno del distrito de cssa Audiencia" 34 • ,1e gouierno, algunas personas pretendieren ser agraviados, pued~n s~gmr su J~sttcia
sohrc el agrauio que pretendieren que se les hace ante la Aud1enc_ia de la Cm~ad
. · d e ClzarC'lS de los Reyes donde a de residir el que asi gouernare, y no lo pueda segmr en essa Audien-
l a A u d 1encia • , I · :>r.88·• Colección de documenlos iuéclitos, cit., XVIII,
A· 28:
cia" (real cédula de febrero 15 de 1567, ya citada). Pero contra la~ resoluciones ~e los
:11
R LEVILI.JER, Nueva Crónica de la conquista del Tucumán,. 1, 280, ~ucn~s 1res,
o:ER;.fícil resulta determinar con precisión los límites que tema la auchencia: s~hre
J

gnhernadores y demás autoridades menores cabía el recurso contencioso ante el tribunal


~Ü~ ~er~ principalmente el conflicto de límites entre Bolivia y Perú, y en los respectivos plalcnse. Cuando Hernando de Lerma, designado gobernador del Tu~umán, presen~ó
su titulo al virrey Francisco de Toled~, éste se negó a r~conocerlo aduciendo que babia
alegatos se so~tie~cn tesis contrapu~~tas. 11 61; Colección de docume11t<>s i11hlitos, cit.,
:1:1 La Audiencia de Charcas, 1, o ~ r'
XVIII. 72. La carta mencionada hace re erenc1a a una
real cédula que no ha siclo posible
pasado el término dentro ~el cual .debió entrar ei~ posesión del cargo. Apelado este .Pro·
mmciamicnto a la audiencia de Lima, ésta resolvió en 1579 revocar la orden del virrey
(COLECCIÓN DF. PUBLICACIONES HISTÓRICAS DE LA BIBLIOTECA ~EL CoNGRESO ARGENTINO,

encontrar. . . .:-- .... . Gobernación del Tucumán, Papeles de gobernadores en el siglo xv1, 1\l parte, 62-77.
8
33 La Audiencia de Charcas, ~· ~7:1 :> 1. ... , .-¡i· Rao/J., JI. '.\Vi. 1 , 111. h; Madrid, i920). . . .
31 · d d e tos meditos cll., XVIII, / 6 } / • as [MAÚRTUA], Exposición, 1, 71 y. sig.; EFR~fM CAROOZO, La audiencia de Cha1·cas
Colección e ocum n . ' d . or el mismo acto se i1uo1porahan
(MAÚRTUA,
· · · 1• 71 · Conviene
J E x Posicion, a verur que p
. . t 1 1 Perú que hasta entonces solo wm·
)' la facultad de gobierno, en Humanidades, XXV, 1\l parte. 138-140, La Plata, 1936; La
el Tucumán y el Río de la Plata a 1 virreina o e e . A:idiencia de Charcas, l, 42, 227 Y 240, Y 11, 25, 74· 93, 239 Y 550; Y Recop., II. xv. 46.
prendía las comarcas del Pacifico. Con f.: cap. 11' nota ·P ·

151
150

r
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

puso su au toridad a la d el gobern ad or d el T ucumá n 4 3. En disti n tas op o r-


ejercer en gran escala un a influen cia prepond er a nte sobre los te rr it~ri~~ w n idad es se le en comendó a l m ism o tribun a l que vigilara el co ntr abando
incluidos en su distriw. L a config uració n geogdfica d e éste Lt conn r t 10 ri oplate nse, y con tal m o tivo envió nrios com isionados par a r epri mirlo.
en e l o rrra nism o intermedio e ntre el Tucu m;í n y el Rí o de la Pla ta, p or Su dictame n fué d ecisirn par a que no se ins ta lara un a aud iencia en Có rdoba
o .
un lacio, y el \·irrey de Li m a por el o tro. ,\J tri b un a l acudí;.in los ha u1ta~tes a l ser suprim ida la p r imer a d e Buenos Aires; y de allí partió la in iciativa
de a qu ellas r egio n es e n p rocura d e justicia o en qu eja contra las a u torid a- para la creación de l virreinato rio pla tense y de la segund a aud ien cia d e
Buenos Aires 41 • Si en p roblemas de tal m agn itud se impuso y ejerció in-
des inferi or es, con prefe ren cia a la le jana magistratura perua na . A ~l
fl ue ncia prepo nder ante, no fué m en or su inter ve nció n en los asu n tos u ue
se diri gía n t;.imbién el soberano y el virrey en consulta o d elega ndo a tri-
p or estar m:ís p róx imos a sus atribuciones jud iciales le p ermit ía n asu~1ir
bu ciones g ubern a li\·as, q ue la audien cia estaba m;is capacitada pa ra c ui~­ ~ in rea tos la preem inencia a qu e aspiraba. Y así fueron frec uentes las que-
p li r p or ~u m ejor con ocimiento y prox imidad a estos territor ios. Y sena jas y los con fli cLos enLre las d iversas auLoridades, que b ajo la aparien cia
e ngar'ioso desconocer esa in · fl uen c1a
· · eJerc1(
· · l·a , no e n \·1·1·tt1 cl de s us ¡Jode1cs <le un litigio j urídico entra ñaban cuestiones políLicas sometidas a la de-
legales, sino como resultado d e 1a Jerarqu1a · · qu e cl·ilnn
, ' a l tri b u nal la cisió n d el tribunal 4 " .
preparació n y ca pa cidad de sus mie mbros. En el desempe11 o de esas elevadas funciones se pusieron en eviden cia
P ara dar idea de esa in . terve nc1·ó n pre p o n d er.1. n re en los as untos de..1 los defectos y virtu des del sistema. Las fa llas person ales de los oidores for-
. ¡ ¡ eJ·em p los sull- maron a veces un \'iolento contraste con las ventajas d e la o rganización.
Río d e Ja Pla ta y del Tucum á n, b as ta ra r econ a r a g un os . .

A
-~ e ndó q ue vwtla ra e 1 Aquellos m agistrados tan alejados de las auto ridades superio r es se sintie-
cientem e nte d em ostra ti vos. En l::> t l e1 r ey 1e e n com

o B
0
.. ro n con frecuen cia incl inados a abusar de sus poderes. L a ambició n polí tica,
0

ic .U
·. · ¡ l lelanv1do Juan ru z
cumplimie nto d e la capitulac10n firm ac a con e ac. ' ' .d . el deseo d e m an dar, las infl uen cias person ales y el afán d e riq u ezas deter-

ém ioja
. . d . tantes p r o v1 enoas
(le Z'·'1ra te 3º ' y e fectivamente Jo hi zo di cta n o impo 1 V
r
Aragon
. L
as m inaron mu chas veces las resoluciones jud iciales o g uberna t ivas ; y j u nto
dura nte e l gobierno de su s u cesor _Ju an Torre~ e e_ci~1~ªc1~ la con q~1ista,

ad G
a esos inconven ientes :ipar ecen las ri\·alidades entre sus m iembros, las ni-

ac el
indicacio nes de la a udien cia de tennm ar o n Ja o n e m a A º ..io Ell a fué la m ias cuest iones de preeminencia o los conflictos con o tras autoridades.

o d
ó d b S ta Fe y Buen os ires . para empa11 ar a ún m ás la gestión del tribun al. Pero por en cima de esos
fundá nd ose las ciuda des de C r o a, , a n

us eca
. d 1 d esenfren ada adminis-
. J" b · 1 Tucum a n e a · defectos, q ue a l fi n y al cabo son de ord en person a l y no a fecta n al sistem:.l,
q ue, en vacante de virre y, J _ero.¡~ D Charcas partió, por manda to r eal,

t
io
tra ci<'>n d e H e rnand o d e Le1 ma . ~ . . ¡·zar su célebre visita a b s d os

bl
. d e Alfara pat a 1e.1 1. ••Arch ivo M 1wirifial de Córdo ba , Libro VII, •!)¡·202. Córdoba , 188.¡ : p rovisión d e
el o ido r d o n F ran c1sco
Bi
d·r · (: l)s tan,·i·1lmente el o rdenamien to st:ptie mhre 2.¡ de 1G32. El m ismo proced im ien to se u tili1ó en 1659 para com batir el
. 1 cual m o 1 1c > su ' .... ' nue vo alzam iento ele los ind ios ca lchac¡ t1 íes, suhlcvados bajo la d ire cció n de P edro
g o b e rn acio n es, dura nte a . . ·I " L ·t mism a audien cia, p o r en cargo
. · l el mbos d 1s tntos -. ' • . d 13ohórc¡ues. El vi r rey d ispuso q ue fuera a l T u cu m á n e l oidor cle la aud iencia ele Ch a rcas,
econ ó mi co y soC1a e a . <l U lloa Ch aves supennte n en-
. ·· ¡ ¡ n Anto1110 e ' licenciado don j ua n de R et uerrn (SA NTU ARIO DE Nm.S rRA S F.¡¡ORA nEL VALL E, vollimen
d e l virrey, n o mbro a su 11s~a <l~ o lchat¡u íes r euelados, en 1632, que super- terce ro, 1Jowme11 tos del archivo rie ludias /Jara la h istoria riel Tucu11uin, l. 22 1, B uenos
te d e la g ue rra contra los m ios ca Aires. 192 3; .J osf.: T ORRE R H El.l.O, T.a mr moria riel p rim er go bierno dr Mercado y T'illa-
¡ i11éditos, cíe., rn rta e11 T11 c11 111d11. e n /l o/c ti11 dd lnsti/11 /0 de l m1rstigacinr1cs Históricas, XXV, 29 .
- Co/a rió11 d e do cu m c11 os Buenos Air es, l!Jcl 1) .
,. R 1 cé<l 11la de cl icic m h rc 11 el e 15 , 1, en
ca ¡ · . · d e C/larr(ls, l. GSG. · ( ·r1 d e 111 " \'e r infra , § ,¡ .
:\.VIII ,,r, )' e n L a Aiu u 11 na . ... F I licniri(ldO ¡\[a t1r 11zn ni . or "' Com o ejemplo ele ello p uede recorda rse que ante é l se venti ló el p leito en tre l a~
• • " ' . Ro11F RTO L t .\' JLL I LR. , I . . /" .
••• So b re este asu n!O \ Cr 1 d 'c icin de Cha rras, ! , x v 11· ix. go he rna ciones ele! R io de la !'lata )' T ucum á n . a cerca del mejor der echo a po bla r la
a 11dicn ri11 d e C/la rrns, 1561·1579) e n . ~(l / ~ ' 1~ cv11~ uis/(l drl T ur 11 11ui11 , 111 , 139· 1..¡G, c iud ad de Concep ción de Nu es1ra Sciior a . . e n .e l C haco (carta d e mano 5 de 1590 al
Lf·v i 1.1.1 F. R. ,Vu cva 0 ·011: ca e e 1 G El pro cccl in ii e n to elegido 1·e y y cúlula d e j unio 22 de 1592. en , / 11d1e11na de Ch arcas, 11 , 58 y '172). Y el mismo
•• R o nERTO . r1 · . de Clwrcas, 11 , i o o y ' 1. . . .. 1 1 1 o
A. es 193 1; / .(l .·111 1e11 rw • 1 r m a e n i r8.¡. 1111 n ;11H o e ueg tri bun al resolvió la cuest ión susci tad a e ntre las ciudades de Sant iago del Estero y Sa n
Bue n os ir • . .. 6 11 que to mó preso .1 .e • " i\l igu cl de Tucum;ín, re lativa ~ la 111 ilizació t1 el e un ca mino c¡t1e no pasa ba por esta
iué el e n vío d e un Jll C/ le 1 co 1111s1 , . . .
. .. · ¡ de /os 111d1os n u c nos ú ltima e n la rnta de Buenos :\1res al Alto l'erú (JUA N F. Dt: L ÁZARO , U n p leito secu lar
1111 proceso. . ¡ , ·
1 /faro ,, fa rnml1n c111 sorw · . .· e11t re Smitiag? del faw rv. )' T 11cur11ii'.1 ( 1685 -1_788), Buenos Ai res, 1943 [apartado d e Ana -
" E-·1•1m·r. DE GA:-."DL\ , Fra 11nsco e e . 1 . 1 r ·v·11 de las <•11 co 111 ie11 rlas c 11 tc rnt o110 les de la Socrcclacl C1c11t1f1ca .frgc11t111a, sept iem bre de 19.¡3, to mo 136].
" ' ~ . 13 ·ú J a l"l'"a111 e11 a i • ..
·\ ir cs ¡ M <) ; R1 C:A ROO Z O RRAQU I:-.' t.lc '1 ·,. Dal'rlw y Cien cias Sociales, I , ierccr a epot.1, 1
· · • . J J . R isla d e la Faw 1111 1 e
"l"f!. 1'11/ 11111 . e n ev . .
l :1
. ,,
(j . 11 •• ~
J'uc nos 1\1 r cs, 1 9 16 .
153

152
j
1
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

sobresale la organización . d ci:i.s"H. Claro es gue los plei10s inferiores a 60.000 m ara\'edís solían apelar-
- A . oea a para mantener e l orde n jurídico en :\ m é- se a los cab ildos, en donde la sentencia era defini ti\'a En .cuanto a los supe-
nca. pesar de los 111con ·e ·
arroll d . . ' nien tes anotados, d ebe recon ocerse q ue el des-
0 r iores a esa sum a, tampoco llegaba n a la audiencia si los jueces loca les
~ e 1ªvida colon1al hubiera siclo mu y distin to a no med iar ese p o-
er moderador y legalist -alcaldes ord inarios, tenientes y gobernador- habían dictado tres senten-
traried d d ª
a .es e 1os func10nar ios.
. que su po e n mu chas ocasiones li mitar las a rbi-
· p ues aunque estuviera · - cias conlormes, pues en tal caso no cabía recurso a lgu no ·1s.
das n a ,·eces d eterm1na-
adecpor mtereses de toda índo le, las reso lu cio nes d e l tr ibun a l tenían c¡ue Su bordinada a esta última regla, la a udiencia debía resol \'er los juicios
uarse a 1as leyes imperan t 1 en vista y revista. La segun da era un nue\'o estudi o de la cuestión solicitado
riencia · 'd. · es, con o cua l se logra ba a l m enos la apa-
J11n 1ca necesaria . por las partes al mismo tribun al gue h;ibía fallado en vista. Bastaban los
era prefe ·bl L • • para conser \'ar e l o rdenamiento len-a l. Y ell o
n e a t1e1ar 11b d ¡ ·d ·
g obernantes s111 . ª
control Sin c t
ra a v1 a sooa l al desenfreno arbitrario de
..
n
.
votos conformes lle dos o idores para resolver 4 n. Dictada la sentencia defi-
inspirados e 'd · on ar con que tamb1cn hubo magistrados nitiva no ha bía ya m ;.'1s recurso y debía cumplirse b uecisión del tribuna l.
1
n 1 ea es de b · · 1 l· ' Sólo en casos excepciona les se au to ri zaba un recurso de segunda suplica-
condiciones · t ien pu) 1co, y otros dotados de sorprendentes
111 e1ectuales cuya ac · · d · . . . ción a nte el rey, que reso lvía el Consej o de Indias, pero aú n en tal caso
adqu irir el tribunal ' , cwn eterm1110 el gran presug10 que supo
. fl
E sa 111 uenc1a . ª traves
1· · d
de su larga actuación. podía ejecutarse la- sentencia dando fianzas~'º·
argentino se h. po ~tica e la a udi encia de Charcas sobre el territorio También entendía la aud ien cia en apelación de las sen ten cias dictadas
quista y a p . iz? ~entir en forma preponderante en el período de la con- por los oficiales reales en los plci tos y ejecuciones de l fi sco ~ 1 . Originaria-
rmc1p10s del siglo x m en te tuvo además jurisdicci ón para tomar las "q uentas a los oficiales que
iniciales el . v u ; pero un a vez trancu rridas esas épocas
creciente orden adm · · . · d

A
sus atribucione h . . . mistrat1vo y la progresiva disminución e tienen cargo de nuestra rreal hazienda" 52 , pero al crearse en 1605 un tri-

o B
. que por ellos d 1C1er on perder a 1a a u d 1enc1a
· · el preclom11110
· · e1erc1· 'd o,

ic .U
sm . bunal de cuentas en cada capital de \'irreinato, la audiencia perdió esta
esaparec1era tot al L · d

ém ioja
menor impo t . ' meme. as facu ltatles gubernau\'as e atribución 53 •
. r an c1a, que el trib l l b' . d
quitadas paul at· una la ia consen·ado, le fueron sien o Las senten cias dictadas por los jueces nombrad os por ella, o g ue fo r-

ad G
m amen te por obra 1 . .
tarlo a las f . . . . <e una tenden cia que procuraba 111n1-

ac el
unoones JU<hc1a les 1a p
· ero nunca desapareció, sin embargo.

o d
esa· fac ultad de .. " Ordc11a11ws de octubre ·I de 1563. dadas para el régimen y gob iern o de la audiencia
rev1s1 6n de los actos 1' .

us eca
d ores o los cab1'Id po 1t1cos producidos p or los goberna- de Charcas. art. 2. en La 1l 11riic11ria de Clw.-cc1s, l. 609-6¡0; Ruoj1., 11 . x1, G8. Esas o r-
to destinado a , os, que era
. el engr ana1e f une1amen ta l en ese ordenam 1en-
· · den a nzas constan de 31 1 a rtículos, lllle e n s11 mayor parte se i11corpora ro 11 a la R eco/1.,

t
JI. xv. co 1110 formando el estat u to gen era l de la s a udie ncias indianas. f.11 fo r111a suple -

io
En l0 prese_rvar incólume el imperio de la ley.
toria regía n las ordenanzas di ctadas para las reales ch ancillerías de Va lladoli d )' Gra n ada,

bl
, que se refiere a sus d . . . . . .
d1a en segund po eres 1unsd 1cc10n ales, la aud 1en c1a enten - incorporadas a la /\' uc•uc1 R ccopilació11 d e Castilla, li h. II , lit. v, leyes 1 y sig . (.\'o¡¡isima
d' ª-y ª veces también ter · · 1 · · · Bi es R ecopilacióu, lih. V , tít. i. leyes 1 )' sig).
P?n ientes al fu ero ordinario ( .. ce:a~ 111stan c1a en os JUICIOS corr -
1 "' "Tres se n tencias conformes, las quales acaban enteramente el plc;y to. hacen cosa
c1enda, conforme a civi Y crim ina l), y e n los del fuero de 11a-
1 juigada. se cxccu tan, y no recihe n apclacion ni súplic-.i" (Cox oE m: 1.,, C: \'.At>.\, lrist~/ 11 .
normal 0 com( eº
m. a1ec1a en
_Yª .expuesto. Esta era la competencia que ll amaremos
b' rimu.'S /mict irns de los j11irios riuiles, etc.. l. 302. 2\1 cu ., :'>ladrid . ' i!)I). Conf. : Particla )Q,
casos en que exist' f ' cam 10, de todo derech o a entender en los t ít. 2.¡. ley ·I· y Nueua Ua opiiaci<i11 , lih. IV, tit. xvii. ley !í y tit. x ix ley 2 (refundidas
. ia un uero pe 1 estas últ imas e n la N mdsima .I?ccopilació11, lih. X I, til. xx i. ley 2).
competían a otros t 'b rsona - eclesiüsti co o militar- ni en los q ue
d e esta aud iencia eln .unales espe cia · · · 'ó n
· Jes. S'o l o trataremos d e la JUnsd1cc1 •• u erop.. 11. xv. 88. En caso de discordia, o si no hu biera más que un oidu1 en
. uiante el pe110 .· d . fton cio11cs. dehía in tegrarse el trihuna l con el fiscal o con uno o d os ahoAados. hasta
tono (1564 a 1 78~) o en que actuó sobre n uestro tern- lograr los dos votos req ue r idos (id .. II. xv. !Ji). Conf.: Orrin1011:as lit., art. ti. \'cr So-
E o .
LÓRZAxo. JI . 326. y .·J 11dit•11ci11s de Charcas, II ..¡28··t3º ) 111 . <iu.
. n. primer lugar, com d .
Y_ cnmmales que a 1 c1· ° ecimos, conocía "de todas las causas civiles "' Urde11a11: as cit., art. 5. Ver in fra. § 5.
c1on de los ª
ª ic11 nuestra a ud iencia vinieren e n grado d e apela- "' R eco/1., V. xii. q y VIII. iii . 2; Orde11a11ws ci t. , art. ;,7. Esta ú ltima disponía •¡uc
" los pleytos ele nuestra rrea l lw zicnda se vea n )' determine n p1i 111eru que olios 11i11gu11 0 , ...
governadores alcaldes mayores y o tras justicias de las prouin-
"" Ordewrn:as cit. . art. r,X.
'º EFRAÍM CARll() :.o Ver supra . ta p. I V, nota !i!J·
ma11idrules X'"V zo, La audien cia d e CJ
' '" • 1~ parte, _ ;,G. · iarras Y la /ami/ad d e gobir.mo, cit., en H u-
117 1

155
154
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

maban parte del tribunal, eran recurribles ta mbié n a nte la mism a au-
diencia :w. deudas, etc."8 . Algunos de los oidores, además, ejercían funcio n es adminis-
Fuera de estos tra tivas o ju d iciales q ue se indican a l tratar de cada institución.
. . casos en que el tribun al act uaba e n segunda o tercera
instancia ten ía compete · . . . . La aud ien cia era tamb ién el tribunal en cargado de dirimir los numero-
. ' nc1a on gm ana en cienos as unws especial es. En
primer lugar entendía en l os " casos d e con e .. , que así se llam aban los plei-
· sos con flictos de jurisdicción que se suscitaban en América debido a la
abundancia de magistrados y a la rela tiva indefin ición ele sus atribucio-
tos en que eran pane los cabildos, los alcaldes o los funcionarios rea les, nes. Ella era la q ue resol\'Ía las competen cias entre magistrados eclesdsti-
las causas suscitadas po d l' . . .
. . r e Jtos grav1s1m os, entre los cual es esta ba la fals1- cos y seglares r.:i, y entre jueces reales y capitu lares uu. Y tenía, finalmente,
ficac1ón de moneda y otr . . . . , .
• as que 1a antigua leg1slac10n caste llana se iia la ba "'" la facu ltad de entender en los recursos ele fuerza intentados contra Jos
Actuaba también en p · . · . . . trib unales eclesi;íst icos Gt .
. nme1a instan cia para resolver las causas cnm111al es
ocurndas dentro de ¡ · Cua ndo se fundó la audien cia ele Charcas su personal se componía ele
. as cinco 1eguas del lugar e n que residía ,-,i;_ En tercer
1ugar, tenia competen · b · . un regente que la presid ía, cua tro oidores y u n fisca l ü:?. El cargo ele re-
. cia para su stanc1ar y resolve r los p leitos sobre en-
comiendas de indios cuy ' l . . . . . -~ geme fué suprimido poco después, siendo reern plaLado por un presidente
. .
Y por ultimo debía ent
o
el 1

or o re nta fu era ml e nor a nul Jurados"'. togado que además de sus fu nciones illlerven ía en los asuntos de justicia G:i.
1os 0 b1spos
' . en eren as demandas contra los bienes d ejados p or
fallecidos • ya f uera por cobro de salanos,
. . Posteriormen te se a umen tó a cinco el número ele oidoresª4 • Y por decreto
donac10nes, pago d e de marzo 11 d e 1776 el rey d ispuso que en lo sucesirn la audiencia se
compusiera de un presiciellle - que por lo ge neral no fué letrado sino un

A
"' Jueces de comisión (R V . .. . . . . .
oidores visitad .d -~cop., '. x u. 7), de resulcnc1a (id .. 11. xv. 69 y \'. x v..¡), funci on ario de carrera militar, a cuyo cargo quedaba el gobierno de la

o B
T ambién i ba nor~s (i " v_. xu_. 9) ; Y Jllez mayor d e bienes d e difun tos (id .. 11 , xxxii, 1).

ic .U
1 provin cia de Ch arcas-, un regente, cinco oidores y dos fiscales 05 • El tribu-
juicios de r esidenci: ~i~~ie~cia .. en ap~lación las dema n~as de los p_ani'.·ul a1 es . en los

ém ioja
nal platense se convinió así en una audiencia p retorial.
por rea l acuerdo d.d' · x i1._ 8) · 1 ero e n 176 1 se q 11116 a la a11 clte 11 c1a de Charcas,
expe 1 o en Lim a 1 · f · · La creación del. cargo de regente en cada una de las audiencias indianas,

ad G
las residen cias q • a anugua acuitad de a p robar "en esa A11cltcnc1a
ue se lomaren a Gober d . e . . . .. . . f
na ores )' orreg1dores de s u distrito ( ErnA ~1 resuella en esa fecha, venía a significar una innovación fu ndamental. L os

ac el
CARDozo La d' .
• au 1c11c1a d e Charcas ¡ ¡ ¡ · · 1
Y ª acu tad d e gobierno, ci t., e n H11111a11idad es, XX\ . nuevos fun cionarios eran es tablecidos p ara ejercer principalmente el go-

o d
1\1 parte, is i ).

us eca
"" Orrlenanws cit a rt E . . bierno interior ele las audiencias, limita ndo en esta forma las atribuciones
"adbocar a sy la c· " '.. .( . 2 • n 1os casos de "falsedad d e mon ed a" la audie n cia poc ha de los presidentes y recibiendo todas las que tenían los oidores decanos .
•tusa 1c1 an 22) v R ·1 · ·

t
io
de Castilla en 1• " • • e r eco/1. , ll . xv. 7 1--1 3. L a N 11t' va R cco/n ac1011 L a Inst rucción de junio 20 de 1776 sei'ialó las funciones q ue correspon -
umcraua los sigL · 1·

bl
tregua q ue bra l d . · uentes casos de corte: "muerte segu ra, mu ge r forzac a ,
n ª a, casa quemada· · día n· a los rege ntes, facultá ndolos para presidir las audiencias cuando fal-
d e viudas, y hu érfa .
Bi
• · camino qu e bra ntado; trai ció n , aleve . riepto , p lcyto
6 otro oficia l del t ~o,s. Y personas miserables; 6 contra Corregidor 6 Alca lde ord ina r io, ta ra el ti tular, asistir a los acuerdos y votar como los demás oidores, for-
ª
d e su oficio" (lih I V ugar, . ...Y sobre caso e n· que pu eda ser con venido d11ra11te el u· e m po m ar 0 alterar las salas en que se dividía el tribunal, repartir las causas a los
am b as proven ían ·d 1• lit. P 111,. ley 8·• conf ..· N ov1.. s1111a Reco jn·lac1011,
.. ·
lth. '
XI. · 1e)· 9··
· 1v.
lit. relatores, e "informarse con freqüencia del estado que tienen los Pleytos
· e a art1da )~ 1 · 111 .. .
cinos, aunque fueran ca ' ll. • ley 5). L as causas contra los Con sejos o ve·
1
caso fuere de gra n · ' sos . e e. cone' p o d ian · entablarse ante el gobe rna d o r , "sa h·o s1· e 1 '" Soi/>R7.A'W , 11 . R3 -85; Ucro/1., J. ,·ii . .¡n; T.a :l 11dic11ria df' C/ia,.cas, 11 , ~91. Esos
1mpo1 ta nc1a ans· .
6 sobre muerte
0 fcr·d
1 d • 1
como so 11re b1 e11es d e mayora1go. 6 sobre vasa ll os. b ienes era n lla111ados espolios. ·
R ecopilación, lib. 111 , ~~l. ~ ca ballero pri? ~i pa l, 6 sohrc o tros se 111 eja nt rs casos" (S11 1 ·t>n ••Notas a fa /fr ro/1ilarió11 dt: ludia s. por :'o. L\N tTFI. J osH m: .\\'Al.A, l. 192. :-.taclrid,
~e a.d mit ían como . . <l ' ley 4 Y N ovm ma R ecopilarió 11. l ih. V. t ít. ii. ley _:;). Solo _ Pero cu:irnlo el tonfl irlo c1a con el trihu nal de la Inquisición o con el de la
.. casos e cone lo
cop1tac1on, li b. I V t ' ... s Pen 1 . os supe n.ores a 10.ooo m :uavcd 1•cs (N ueva R e- •
"l h· Cr uzada exi,lian regla' especia
sº:1111 · · lo: l',ero J1., 1. :1-1-.:.
· 1es para <1·11111111 · ~ !) y ' ' . 1-.:
· . 6.
"' • 1l. 111, ley 11 y No • · . 3
Orde11anuis cit., an . R visima R eco/n lació11, lib . X I , tít. iii . ley 5). '" 1?ao/1., V . iii. 19.
2
a lgu no. · ' ecop., ll. xv. 68. De estas sente n cias n o b a hía recurso "' Cap. V. notas .¡ 1 )' .12.
•· L '" La .·l 1ulir11ria dt• C:l111rcas. l , 527. .
17 de . os de mayor va lor iban d irect . . .
16 10, en R CP 1 R a me nte a l Conse¡o d e Ind ia s: rea l céd ula ele ahn l ., Titulo de prcsicle111e de la a11dic11c~a. ele a~os to 16 ele >563. en icl .. J. 572 .
CI ON • , 9 y ecop. II. XV 1
1
Es DE l.A J UNTA Co"sE ' · · ~9 . ..:ase un p leito de esta clase e n P1111L1CA·
Q , , ,, •
"' R rco/J., 11. xv. 9. El a um ento deh16 ocu rn r pruhahlcmc111c a principios del si -
DEL A
Do cume11tos co/011iales " RVADORA
1 . Rcuivo H1sTóR1co DE T ucu~ 1 AN, seri e I. vol. !\ •• glo X\11.
cum.an, siglo
. re
xv11, 2 r. 2 • 2 8
ativos
. a · San Mig ue' i d e 7· 11c11111c111
.
y a la gobernación de .T11· "'Notas a /a 11an/1ilació11 de flldias, po r i\fANUEI. J osEF DE :\ YAl.A, 11 , 167. i\ladr id ,
:i 3• 1 u cumán , 194 1 _ ; conf.: Cedulario de la R eal A11die11cia de B11c11os Aires, l. 103 y ·1·1·1· La Plata , 1 9~9.
19 16

156 157

'
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

Posteriormente los cabildos de Cór<loba y d e Buenos Aires solicitaron


e n l a~ :'-udien cias . .. , a fin d e q ue la JusLicia te n ga e l d e b id o, y p ronto la f un<l acic'>n de un Lrib un al en sus respecti·;:is ciudades 70, pero la sugestión
exer_c1CI0 que le corresp on de"ªª· Lam poco Lu vo Lrasce n<lencia.
En las relaciones de la a udi e n cia con su pres iden t e (Yirrey o goberna- Sin e mba rgo, la prosperidad crecie nte d e Buen os Aires y e l escandalo-
dor), el regente act u a b a com o organ ismo d e e nl ace y d e control. A él le so co ntra bando que por es te p u eno se realizaba -con la consig uiente eva-
correspood ía " h acer que tengan puntua lísimo cumplimiento" las n orm as sión d e l m et<Uico- hi cieron pensar en la utilida <l que reportaría el esta:
que c:onc~dí a n la facul lad d e ape la r co nlra las d e i ennin acio nes tomad as b lecimie nlü d e un a nueva a udie n cia. Ya en ! G·l -1 se consu ltó sob re ello
~n materia de gobierno. Y tambi én d ebía n Loma-r r azó n semanalme nte al rey, y d on Jua n de Solóua no P ereira sostuvo la com·en iencia del pro-
de los Presos que hu biere e n la Caree! p o r o rd e n d e l Virrey, ó Preside nte", yecto, ex presa ndo " que con esto se h allar í:I la Ciudad m ás poblada y asis-
'!. p asar los a utos a la sala d el crimen para su re co n ocim ie nl o y aprobac ió n . tida d e p ersonas d e a utorid ad, la justicia y Real H ac ienda mejor adminis-
Qu~ndo no se aprueben por la Sa la las <le Le rminaciones d el Virrey, ó trada, y aq uella p la za m ás ay udada para cualqui er defen sa de e n e migos"71.
President:, se lo manifest ará e l Regente, a fin de que las moderen, ó re- En 1659 la Junta d e Guerra volv ió a fo rm ul ar idé nti ca propos ició n , pues
voquen" c.'. poniendo a l fre me de la a ud ien cia a un milit ar, '"sería el va luarte mas se-
. P.or últ~m_o'. e l r egente podía actu ar t a mbi é n co m o juet d e primera ins- guro para la defensa d e aquell a plaza, y para precaver e l concurso de t a ntos
l ct n cnt .en J u1c10•- \'e 1·b ale s· <l e escasa 1111
· p ona n c1a· t¡ u e se 1e so rn e u·cra n \ ·o - n a \·íos es trangeros" 7 :! .P or estas y o tras razo nes el Consejo ele Indias adhi-
luma n a m ente por l as panes: "Sºle n d o regu la r gue acu d a n mue h os a' 1os rió al proyeclo, clictú ndose la real céd ul a de abril G de 1G6 J que orden aba
R~gemes p ara l a expedi ción ele s us Negocios' que p or su natu ra leza no crear e l nu evo Lribuna P 3.

A
o B
exigen. . la. f orma J"d
1 ad <le un Pleyto, y especialmeme ' l os P obres, p odrá n te-

ic .U
i~et Jui cios verba les, Y de termin a rlos n o excedi e ndo e l importe de la ca n- Córdo lir., Lihro J\' , 380. 38.¡ . .110 y .4 6~. Córdoba, 1853) y Buen os Aires (AEG [serie l ),

ém ioja
li<lad ciue se. controv1eita · . d e qu1111en· · ' tos p esos" us. r. !j88 y II , ;,5). Este úl timo pro puso instalar la audien cia en Córdoba, por su ubicación
c:eutral (AEG [serie 1), II, Go; conf.: R u 1z -Gu 1 ~AZÚ, L a magistratura indiana, 164-16);).

ad G
,\lws a ntes. en carla de a bril 28 de 1600 , la audiencia de Ch arcas habfa sugerid o al

ac el
L a Primera audiencia .de Bu e nos A ir es. r cr la n ecesidad de crear en Buenos A i re~ una .. chancillería R eal que tuuiesse por

o d
d is trito tas d os goucrnacioncs del Rio de la Plata y tucuman .. , a fin d e co ntribuir ··a la

us eca
clcft-~1sa de aq u ~l p uerto tic buenos arres r poner en orden aquellas prouincias .. . y se
A_prin cipios d e l siglo xv11 se pensó en al terar el disLrito d e la a u d iencia podia conseguir el prohiuir la entrada de la nacion port uguesa .. (A udien cia de Charcas,
<le · ¡ de

t
Charcas : co n s1·d era
. d o d emasrad
· o ex tenso e n razón de la a m p !JLU(

io
•· ci t. , Jll , .152) .
1 5 1
.~ . Len .to_nos ocu pad os, y <lel desarrollo q u e iban aclq uiri en<lo l as comar-

bl
'º Eu junio 11 de 16 15 e l cabi ld o de Córdoba pedía se creara un tribunal con juris-

Bi
c.15 me nd10n ales A [" clicc:ión soh re el Tucum án , Río de la Pla ta y Cu yo, para evi tar Jos inconvenienteSl de
1. 5. . • • mes d e ¡ GO G una real cé<lula soh.c1ló · mform
· es a t o d·ª s tener que acudi r al de Cha~cas (A rcrivo i\ft~11icipal ? e Có rdo_ba, Libro V, 370-373) .
. '~ ~tu t~nda<les acerca d e la convenie ncia de SUJ. e lar las gobernaciones del
1 uc uman y d 1 } > 1· d _ . . . . . .· _
.\n;: lo;:;a sol'tit ud . pe1 0 referida a Buenos A ires, hacia esta crndac.l e n 162 1 y años
· .d _e '
nut1a , la opmión s
º
e la Pla ta a la a uc.11 e n c1a clule n a. Con rar a undor
·r , , e
su bsiguien tes (Corres jJ011de11ria ele la ciudad de Bue11os Ayres con los reyes de Espa1ia,
J I, 189 , 20 1, w9, 283, etc., ;\laclrid, 1919). Anton io de León Pinelo escribió en 1624 un
d a nd . _b e man 1 esto adversa a l cambio que se p ropoma , qu -
o as1 a and onado el p r oyectoGD. M emorial e n apoyo d e las pre tensiones b on aerenses.
" Memorial ajustado d el exjJcdient c obrado sobre resta/Jlecimiento ó creación de
Aud1e11ci11 Pretorial e11 la Capital de Jlu c11os Ayrrs ( 1781), en R evista de la Biblioteca
"' Cec/11/ariu cit. ¡ 101 . _
•• 1 1 • • . 1 t :> .\'aciu11al, X I . 277. Buenos Ai res, 19.¡5. En este i\lemorial se refieren los antecedentes
.· l · • i bid., a rts. 28 ·
"" l l 1.,. y4 1. d e la t1111clatión t¡ue se p roycctaha. Con f.: R ICARDO LEn::-;E, Historia d el derecho argen-
l ·• lid., an. 0r.2 Sol . .. . ·s ti11o, 11. 3¡0 y si¡;. , B uenos Ai res, 19.¡6.
d 1: las Reales At . . · ire cst.t Instru cc10n de lo c¡uc dchcn observar los R egente
• 1< 11c11c1a s de Amcr·1 .. ·· . . · ¡ / d , 1·ec/to '" M emoria l tí t., 278.
1· r~<"11 t11w , 11 ., _ 0 c:.1 . ver ta mbién R ICARDO LEVI-:NE, Historia e e ~
... Cana . ' - -l:r-·19· llucn os A ires, 19_16 _ ,. l'uhl itacla c 11 R u 1 z-G 1 11~AZ Ú. 363; RCP, .121; R evista de la Biblioteca Pública,
s de los gobernad · · Al . . . . · bf"ca cit.. J. 237; y To~1 ,\ s JoFIU:, Ca usas i11struidas e11 Buenos Aires durante los siglos xvn y
,,,. ll111'>1us '1ircs r I· l· Ol es o nso de R1 her a (en R evist11 de la Btblto tcca P u . 1
·. / une .11,1 ¡JOr x n11 . iii, ll11 e11os Ai res, 191 3 (Estudios edit ados por la lºacultad de Derecho y Cie n cias
1 ·~·~1, )" C ll R ... ' ANUF.L ICAROO T RELLES Ill 110· 11 8, Bucn05 •turcs '
:\1 . R
ICAR l)Q j A l \i ES fR EY · Jºl - · ' ' · 1 •) Socia les ele la l ºni\'crsiclad de Buenos Ai1cs, JI) . Sobr e la fundación de esta audiencia
' 1il'rnandarias (. Ji · . RE, : I uc1111uí11 colo 11 ial 13¡ · 138 Bu enos Aires, 1 9 :J
d i'! oh!spo fra y Hcn cvista de la JJilJliotcca Nac io 11al I ' ifi3. 168' Buenos Aires, t !)39)• \'Cr tam h i(·n :~R' I "º S c:11'\H R. n Co11srjo R e11l ."Supremo de las 11l d ias, ll, 94-99, Se-
RI! ',\~ l>F. L·\· l.l lllLJOTJ'
crnando de Trcjo y Sa nabri a (C'll c·u'1 l' ,CC I(,)" DI' ' l'Ulll IC \ Ciü NES J-I isTÓ-
(;A IJ . C . ' · ·· ·' · · ' .
\ il l:1. 1:i li ·
1· i!J, :\lad rid ., )· 1.1. .o.-.; cau:w A1tG1:::-;n ;-.;o, Paj1elcs Eclcsitisticos del Tu cr
111111111
' 10"- 6 • Y acuerdos tic ¡os ca. b.il dos de Córdoba (Arcl11vo . ·
Mu111cr '·1 al de
159

158

...
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

Ella pone en evidencia que el obje li\'O primario perseguido por la petencia 00 . Como uno de Jos propósitos f un ciarnenta les que se había n teni-
do en vista a l establecerl o era la rep resión del comercio ilícirn, este cuerpo
c?rona al crea~ este organ ismo no era de orden judicia l, sino polilico, m i-
legal dispuso "que la d icha mi audien cia ha de conocer p recisamente de
h~ar Y económico. "Conviene - dice la real cédula- c¡ue las l' roYinc¡ ias del
todas l ~s causas de arrib:tdas de bajeles, así ele n a turales como ele ex tran-
~ 1 0 de la plata Tucuman y Parag uay, sean bien gm·ernadas assi e n lo m i- jeros, qtie en cua lq uier manera enlraren en cualq uier puerto sin mi licen-
litar como en lo político adminislra ndosse a Jos \'e<¡:inos e.le ellas J uslic;ia cia, y <le: las causas de comisos y decom isos que se hicieren en él"''· Q uedó
con toda yntegridad, y auendiendo, a que respeclO de esta r wn distan Lcs asi cerce:nada tem porariamellle la j uriscl icción q ue pa ra en ten der en La les
aque~la~ provin<¡:ias de mi Audie n cia R..1 <le Ja <¡:iudad de la Pla la en la causas Lcnian el gobernador y los oficiales reales. Con esta exce pci1in . la
Prov1?<¡:1a de l?s charcas, en cuyo dislri to se com preh cnd ian, n o podían competencia del tribun al era análoga a Ja que hasta entonces hab ía tenido
ocurrir los ve<¡:mos de ellas a seguir sus pleytos y ca ussas y a p ed ir se )es -y luego reasumió- la a ud iencia de Charcas, cuyas ordenanzas inspiraron
guardasse ] usti<¡:ia en los agravios tf ue se les h acia n por 111i s gon:rnadores consicler;;blemen te la redacción ele las ele 1661.
Y otras personas poderossas, y p ara que en las dhas. Prov."·" se atie nda con Conviene ad verti r, sin embargo, que en Buenos Aires debió actuar tam-
la puntualidad n e<¡:essaria a la administra<¡:io n de m i ha L.'1ª y se c,·iten los b ién u no de los oidores como j uez de provincia, aunq ue n o podemos con-
fraudes que se an cometido y com ete n con tra e lla admitie ndo l\a,·ios ex- firmar documentalme nte esta presunción. Esta magistratura fué creada
tran~e~os en el Puerto e.le Buen os a yres al Lrafi co y co111c rcio estando ta n en todas las audie ncias que no tenía n alcaldes del crimen. por rea l cédula
p:ohivido, y se ayude de la defensa de mi R.I Pa tronazgo ponien<lo re me- de abril 8 de 15G5. La d irigida al Lribunal pl atense disp onía : "yno de \'OS

A
los d ichos oydores hagais Audiencia de prou incia a las tardes, el q ua! co-

o B
dio .en la poca observan<¡:ia que e n esw ú h a,·ic.Io y an iend ie ndo asi inisQ

ic .U
n ozca ele tocias las causas ceu iles que ante Yosotros suelen \'enir demro de
al bien d.e los Vecinos de las dh as. P rovin<¡:ias, y por lo que c.lesseo el lus tre

ém ioja
las cinco leguas, y cada oydor de vosotros haga esto tres m esses a l año" •s.
Y pobla<¡:10n de ellas"H.
De las sentencias de este oidor juez de provincia podía a pelarse a me la

ad G
La ~é~ula de creación de la nue va audiencia disponía que ella debía aud iencia, que en tal caso se integraba excluyendo al que había actu ado

ac el
ser presidida por el gobern~dor y capitán ge nera l d e l Rí o de la Pla ta, Y estar en primera instancia.

o d
compu~sta por tres oidores y un fiscal. Su distri w comprendería las g~­

us eca
En las otras audiencias (l\féjico y Lima) esta jurisdicción fu é conferida
bernaciones del Río de la Pla ta, Paraguay y Tucumán, y tanlO su ¡~resi­ a los a lcaldes de l cri men, que así vin ieron a tener compe tenci a para em en-

t
io
dente c?mo la aud iencia quedaban subordinados e n lo político al nrrey

bl
d el Peru . Era' poi· lo tanL o, una au d 1e
· n c1a
· pre tona· 1~-
Bi
' ". " P ublicadas en A uRt:l.10 l' R,\00 Y R OJAS, , Jc11 crdos y se11lc nrias d ictados jJOr la S11-
Con el ceremonial de práctica, el tribuna l quede) insta lado en julio 28 ¡irellla Co:-te de j 11sticia de fo Pmvi11cia de ll11c11 us :l ircs, 1 ~ serie, I, 33G·;;G:3. n u.cnos
Aires. 18 75 ( 2 ~ edición: 1892). Llevan fecha tic 1GG1. y 110 de 1 GG~ como po r error afi rma
de 1663 baJ·o la. p res~·d enc1a
· d el maestre de campo .Jost: l\ laruneL · <le Sala- la real cédula d e al>ril 1.1 d e 1783 al o rden a r el es ta blecimien to de la segunda aud ie n cia.
zar, que ese mismo
. . d1a a . . l d l
sum10 e man o c. e la gober11a c10n . . . " Ordc11a mns cit., art. 2Q.
. Para su regimen interno se habian sa n cion :1do, p o r real céd u la de no- ,. Colrcrión de doe11111<·11tos i11éditos rl'/atiuos al dcscuúri111ie11to, co11quisla y orgnni·
viembre 2 de I 66 ¡ , Jas 01·d en anzas dest 111a<las w ción de /ns antig11ns /JOS<'siones es/10110/as rle A111érirn )' Orea11ía, X V II I. l!JG, :'\lada id.
. ..
a f11ar sus po <l er c.:s }, 5·u com- a8¡ 2 ; Cedulario !n d ic1110, recopil ad o !~o r Dm;o DE E" "''"AS, II , 53. :'\f aclrid, •9Eí· Conf.:
14
R rco/J., JI. x ix. 1. Esta li l tima ley f1pba los martes, J UC\'CS y sábados, ordenan do que
RCP, 42 1. en tales d ías el tribun a l tlchía con stitu i rse "cu las plazas de las Ciudades don tlc r esidiere
,. L
a re~! cédula agrega: " y que .el gov.º su perior d e totlo lo ª"ª de tener e n la~ la r\u<licn cia". Trei nta aiios d espués fueron supr imidos los jmgaclos de provin cia. porque
dhas. Provm~ias e l q u e f . . · · Jos "del cumplimiento y cxecu cio.n clclla resu ltan n~ u ~ h ?s y n~om~i~ i cntes " ( ~cal cédu la
Prcss.'"• de 1 d . . u crc Prcss.'• de la dha. Autl .' seg.• \' como le u.cn c n d 1
ele julio 19 tic 1;¡86. en Colcrc1ó11 de d orn111l'11tos 111t'd 1tns, cal., Xvlll , •!)7; l,;-.:c1"" s, 11.
p .) ~s . e Chi le Y Panama y e l a <le es tar s ubo rdinado a vos" (el- v i rrey e
eru · Esta ultim a rcgl . . 2ig 11ra :;:,) ; pero de inmediato se .ºr~lcnó restablecerlos: "Sm embargo de auer yo n~ancbclo
en la R ecop 11 a, que mantenaa la j er arquía p o lítica de América, n ~ .. qui tar la audien cia de prou 111c1a v.osotros . los Oydorc s por vues tro. t urno ¡~ harcas ~01110
ent ., . · xv. 13 ' lo c1uc sin
· <l u d a htZo
· ercer a l\l a .
unu a que 1
hall" · u na d afcrenc•·1
1
re as audien cias <le Cl11· 1 • • te e sia ~e ctisp on c p or las ordc n a n ~as d ~ .' a ll adolu l y Grana~ l a . )'_ ay sc..so l 1~ hacer (real ccdula
restricci'ón el b e Y Buenos Aires: ver su pra, n o ta 2r;. No o 1istan tic junio 22 de 1592, e n Colecc1011 de donwie11los rned1tos, en .. X Vll l, 227, y e n A,,.
• go crnado · ¡ · d l s go ·
bernado . r nop atcnsc o btenía una categoría superio :· a la e 0 c;'1c11cin d e Charcns, cit., JI! , '17·1)·
res vecinos, c¡ue en 10 l" .. . . l s a él.
Ver cap IV r o rlr co y mtlna r qu edaba n a su vez subo rd1n.H 0
· , n o ta 2 3.

16 1
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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

der en primera instan cia en todos los pleitos civiles y criminales que oc u- cantil s:i. Sólo se perm itió el comercio con Sevilla por med io de a lgunos
rrieran d entro de las cinco leguas de la ciudad 70 . La jurisdi cció n de estos buq ues de r egistro que llegaban ocasio nalmente y con permiso especial
alcaldes del crimen y <le aque llos jueces de provincia era ac umulat iva a. la a l río de la Pl ata, ya fue ra trayendo a un nuevo gobernad or, ya por otro
de los alcaldes ordin arios del Cabildo y a la de los demás m agistrados com- mo tivo de similar importancia 84 •
petentes, como era el gobern ado r de Buenos A ires so. Pero aq uéllos se con- Entre tanto, florecía extraordinariamente el comercio ilícito con b
virtieron también en tribunal de a lzada de los alcaldes o rdin arios: en las com pl icidad de las autoridades encargadas de r eprimirlo. Pero d espués ele
causas criminales se apelaba a la Sala de los Alcaldes del crimen , y e n los 164 1, a raíz del alzam ien to de Portuga l, que h as ta entonces había estado
juicios civiles podían " las partes ape lar p ara las Audiencias, ó p ;i ra los unido a la corona es pafio la, el tráfico con el Brasil decayó considerable-
Jueces ele Provincia, con fo rm e fuere la voluntad del a pelante"s1. mente85.
De tal ma nera los oidores jueces de provincia ejercieron esta jurisd ic- Vino en tonces a sustituirlo otro de más lejan a procedencia, realizad o
ción civil en primera o en segund a instancia, en los pleitos que ocurrieran
en la ciudad o en los alrededores del lugar en donde residía la audiencia ,
' por n aves ex tranjeras llegad as de E uropa, que también obtuvieron la ay u-
da de los gobern adores. En 1658, al llegar el yi;:ijero Acarette frente a
qued ando siempre a esta úl tima la posibilidad de rever, mediante el r e- Buenos Aires, encontró "vein te buques h ola ndeses y d os ingleses, carga-
curso de apelació n, la senten cia pronun ciada por aquél como juez origi- d os de regreso con cuero de toro, p lata en lámin as y lana de vicuña, qu e
n ario o como juez de alzada 82. habían recibido a cambio de sus mercaderbs" 8 6 .

A
El. ~ropós ito que i~spiró la creación de este juzgado fu é suplir con La vigilancia estri cta ele Ja aud ien cia instalada en 1663 suprimió cas i

o B
la act1~1d a~ d e ~m m ag1stra~o de gran jerarquía y con ocimientos jurídi cos

ic .U
to talmente el contraband o S7 ; pero esta reacció n dej ó tan ex hauslO al vecin-
l~ posible mep~ 1tud ~e los JUeces legos, y los gastos que causa ba la n ece-

ém ioja
dario bonaerense que se mu ltiplicaron las súpli cas par a qu e fuera ~evanta­
sidad de recurrir al dictamen de los abogados. E n cada ciudad a udiencia!, da Ja prohibición ss, y h asta el incorruptible mandatario ex puso sus inco n-

ad G
o sea en las m ás im.portantes de .las Indias, los jueces d e provincia vi nieron venien tes a la eone s!!. Ante tales informes la corona resolvió su prim ir la

ac el
a hacer co~petenoa a los magistrados del cabildo y a los mismos gober-

o d
us eca
n adores .. Sm au ment.ar el número de jueces, se d aba a los litigantes la " RICA ROO ZoRnAQU IN Il Ec:Ú. L os orígc11cs del co me1·cio . rio/1latc11se, 1580· 1620, e n
.SOCIEDAD DE HISTORIA AR<:E:-ITINA, A 11 11a rio 19.f ] . ¡ 9.¡ 5'. 7 1· 105, Buenos Aires. 19.¡ 7.
oportuni~ad de elegir al magistrado de su preferencia. .

t
io
., No logrnron éxito lo~ procu radores y me m.on:i les env1ado.s a la co r~e pa ra pedir
~os fm~s ele orden po.lític?, econó mico y militar qu e se habían tenid o

bl
. a ·ititorización ¡Jermanente y amplia para comer cia r cou Sevilla: Ycr , JEC
q lle se (l l era ll I 1 .._
en vis ta al instalar la ~ud1.e~~1a de Buenos Air es n o llegaro n a co nseguirse,
. ... ... . . -
Bi ·t:•
n - • ... - ... • ,... • •
serie I]. VI , 5 1.5 5 , 188, 257· 260 y .p 8 ·.12:.. , VII , 3:i~·_.:>6!.> ) ·13:1 • etc .. ~o rrespo11de 11 cia
pues al decaer el tráfico 1lioto disminuyeron correl ativamente la riqu eza [l 1 · d ¡ de Buenos ll )·res co n los Te)'CS d e F.spa11n, JI , 168 ·2 10, Madrid, 19 18 ; y espe ·
<e · ¡mente ª' 111
.
a rru 1 /\fe orial de Anto n io de León P 1ne 1o, en 1.d ., 212·2¡5 (e~ .e u· 1limo . e s e1e l
y el progreso de esta r egión, perjudicándose asimismo la d efensa del puer to. Cla e
a iio 1623 y 110 ele 1629. co mo alli se di ce) .
Es que Buenos Aires era u n a ciudad cread a precisam ente para comu- ,...;JEC [serie IJ. IX. 28 1 Y 359· . . . . . . .
nicar al. río de la Pla ta y al Tucumán con E uropa, d e ta I manera que e 1 oo ACAREITE, Relación de 1111 vrn1e al Rio de la Plata )'. d e al/1 j1or tierra ~l P~''.'•
comerc10 era Iluen os "• 1res,
· . · . El ·a u tor llegó en un buq ue de reg istro, lo cual
1943 . no le 1mp1d1ó
.
. para ella una necesidad vital . D m.ante l as d os primeras
· d e-
' ~g
. . -llevar
' sus me1 c.. aclc · i·i
· ·1s
•· •·il A lto Perú y t raer de re to rno plata, hacien do el navio un
cadas
. d el siglo xvu
. la corona h ab1a concedi' d · · l. · d
o p ermisos imita os y tempo- Lcncficio del 250 % (id., 93). .
r arios para traficar con el Bras il , pero los e xcesos d e 1os comerciantes
· "' .. Antes que llegase a este Covierno. El macst~e d e Campo . Don J oseph 1\!artmcz
y el •• entrado muchos nav1os de arnvada )' pernuso . . . y aora .. . serro
escandaloso contrabando determinaron la prol11·b·1c1·ón d e esa ruta roer- ele Sala¡;-ar . .. av1.111 . d d .
ta que pretendio un n a v10 car gad o e mas e nove¡;-1entos negros . ..
Ja puerta a 1a en t r.al . 'EC - · J
' · d
y dos navios e ~ 0 e ·no ! ·ses .. (carta
' del Cah1ldo, octubre 29 de 166¡ , en ,. · [sene 1 ,
"º R eal cédula de diciembr e 19 d e 1r.68 en ENc . ··
"' Nu eva recopilación lib II t ' t :-'.. '1 INAS, II, 5g y 76; Recop., Il. xv11. J. XII, 4 " ~· d· ya citada, y de junio 12 de 167 1, en AEC [ser ie I J, X III , 329. En
ley 9· real céd ul a de m a , . ,
d • . v111, ey •y·
• Novisi R ·1 'ó ¡·b V
ma ecop1 ac1 11, 1 . , t1L . x1v,
.- "" Ca i tas e i 667 ' • . .. fl . . . 1 1 f 1
. · 1· e el 1rnerto de Il uen os Aires se encuentra a 11 1c o po )re y a to
St . .. yo 18 e 1572, en f,~INAS, 11 So· Recoj1 II xvii 4 esta u loma se e ice e¡ 11 . · d ..
R ecop., II . xv11. 1. Comp.: ENCINAS II 8 1 8., ' ' " · · · . •
de Jo m as n essesano J) •'Jl"'t el uso ele la . vida uman a ¡Jor fa lla rle e l com crc10 e Ja m ar .
"' R ea 1 C<.:t
/. ¡ll1a (e
1 JUnlO
. · 16 ele 1572: ' ENCINAS,' y II,- · 8 1. .., Ruiz CU IÑAZÚ, 175· 177; AEC (se n e l] , XIII , 338.

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales.
\ "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

sentido n egativo, y cuatro años después el Consejo se conform ó con esa


audiencia, al miºsn1o t. , opinión° 3 .
1empo que 11ac1a más frecuen tes los ,·iaJ C~ d t: los
buques de registrono.
En efecto, el objeti\'o principal que se hauía tenido e n Yista al esta- 1. La segu11da audiencia de Buenos Aires.
blecer el tribunal era 1 d f . . . ,
. e e 01 mar en torno a d un nue,·o sistema econo- Un siglo después se volvió a pensar en España y en América en resta-
m1co y militar que conc1·¡·. · 1 <l · ·
1a1a e progreso e la proY111CJa con su adec ua a d blecer el tribunal bonaerense. Las circunstancias habían sufrido una trans-
defensa impidien-L · 1 .· formación total, y el humilde villorrio se había convertido en una ciudad
. ' uo sunu taneamente el contrabando y Ja e1Hrad;t d e ex-
tran_Jero~ por este puerto 91 . Al advenirse la ine fi cacia polí tica de 1:t nue,·a importante, que aspiraba y tenía títu los suficientes para adquirir la ca te-
aud1en cn . ' • se p enso· d e mmec · .
11ato en suprimirla. goría máxima en América. Esta transformación se produjo durante todo
A
. fmes de 16i l s ¡
e 1ato e pro bl ema en el Con sej· o de Inclias.
t · · · L:i ma- el siglo xv111, pero fu é m<is perceptible cuando ya había pasado la mitad
yona expuso su o¡)· · · d d de esa cent uria. La ciudad que hasta entonces sólo era una simple capital
. m10n e que ebía tras lad arse a Córdoba, "por su me-
de provincia vió a su gobernador superponer su autoridad a la de los man-
JOr t:mple, mayor ,·ccinclacl, y estar en paraje cómodo, y cam ino por d onde
precisamen te habian · · cua ¡esqu 1er· mercaclenas · que qu1s1esen
· · JI ev,tr
• datarios vecinos 1M, y crearse dentro de su distri to nu evas gobern aciones
. ' ' d e p:is,u subordinadas que realzaron la jerarq uía del mandatario riop late nse. Era el
a Potosí y al Pe "' D . ..
ru os consejeros fueron de parecer que por entonces momento ele elevarla a la máxima categoría en el ordenamiento indiano.
se conservase" y 0 t 1os
. d os c1eyeron
. ·
con veniente · ·
supnm1rla. El rey ac1opto'
. . • A mediados del siglo xvm el gobernador d on José de Andonaegui pro-
esta u luma opini ón, expidiéndose la real cédula e.le diciembre 3 1 e.le l 67 1 puso el res tablecimien to de la audiencia portefia, argumentando que con

A
que así lo dispuson~.

o B
ella mejoraría la administración de justicia, perturbada en tonces por las

ic .U
6 malas prácticas existentes y la dificultad -de los recursosn:;_ Pero la inicia-
El 2 de octubre de 1672 dejó de funcionar el efímero tribun al, pasando

ém ioja
1as causas y el arch ivo
. a 1a aucl.1enc1a · ele Charcas. Pero la misma· ccc· 1u 1a tiva no tuvo trascendencia. Correspondió al fiscal de la audiencia de Ch ar-

ad G
que resolvió su ext' · · c1· . . . . · 1 cas, don T omás Alvarez de Acevedo, proponer la nueva fundación q ue en
. m c1011 1spuso tamb1cn pedir 111fo rmes a l virrey Y a

ac el
orglanism? platense, a fin ele resolver si con venía instalar el mismo tribu- definitiva, luego de tdmites prolongados y de numerosas consultas, iba

o d
n a en Cordoba L . l. · J a ciar vida al tribunal bonaerense.

us eca
· a a uc 1enc1a de Charcas, en J G7'1, evacuó la consu ta e n La propuesta de Alvarez surgió en un expediente ele gob ierno, actuado
en la audiencia de Charcas con el objeto de informar al virrey del Perú acer-

t
00

io
Consta e n las a cta 1 1 c ,_.1 I <os
I• · .s <e au1 do que en no vicmhre de 1GG9 llegaron c os n :n • ca de la conquista del Chaco. El fiscal aprovech ó esta oportunidac.l, y en

bl
t e registro, en e ne ro d e 1G- 1 ·· to
13 otros dos, en 111a )'O ele 1G7 ¡ h ahia tres más en e p11e 1 •
o tros · .
en JUn10 <le 1G-7 )' <l
1·I _• 6 • •32 y •38. t
Bi
os en octubre de 1G8 1 (,11-:c [serie IJ X III , 20 1 y 21 5 : ·
X IV

su dictamen de junio 30 de 1770 expuso las deficiencias d e que adolecía
X \/ G . ' . .
productos .11. ' ~ • ' 3 Y sig. Y 465). Todos e llos lle va ron e.le re torno c ue ros Y oll O> ., M emo rial cit., 283. Sobre la actuación de la audiencia de Iluenos Aires ver LEl'ENE,
0

01 n ' ' Jas_tcclenc.lo a la ciudad de mercadc rí;is europc;is. Historia d el d erecho arge11tino, Il , 374-38.1, que la estudia a través del "Libro de Acuer -
"'-UIZ GUINAZ Ú 168 G p - 1 e b'J lo dos de la R. 1 Audien cia de Buenos Aires", que se conserva en la Biblioteca Nacional
e' · · ' · 1 9· ocos a11os d espués Bernardo Ga yoso, regidor d e a 1t •
· pon ia conceptos c¡u . ¡ . el de Sucre, Bolivia. Un pleito llegado a esta a ud iencia por un recurso de nulidad se
gobierno es - e re\e an un pro fund o co11t r;i~te con las ide;is 11npe r;int es e n
p a no 1• y que lrad · os ho· transcribe en PUULICACIONES DE LA J UNTA COl'SER\'ADORA DEL ARCHl\'0 HISTÓRICO DE Tucu-
n;ier ucen con no table precisión el criterio de los vecin MÁN, serie I, vol. IV, Docume11tos coloniales re lativos a San Mig uel de Turnm dn y a la
' enses sobre la impon · d · es
c¡ue la · 1 ;in cia e 1 comercio y la fun c ió n de s u ciud;id: "Sa ne 1a cosa gobernació11 de Tucumdn, sig lo xv11 , 138- 182, Tucumán, 1941.
s ciu c ades y puen o sio
y fr:inca ¡· 1 s e n tanto son gr;incles en r¡uanto t iene n grande comer. o. La rea l o rden de marzo 12 de 1762 hizo saber a los gobernadores del Paraguay
sa •e a de sus frm · ¡ · las
familias .1 os Y e ntrada d e los agcnos; E~ t e es el clarín que a Ji va ª · y del Tucumán que debía n esta r ~ u.b~.rdin ados ~l d e l Río d_e ~ a Plata ."p~ra las opera ·
' p o 1>la r y acres t . 1 • 1 Ja
abundans·1
ª ' ª
en· lodo y la ra)·s
en 1 as poblas1o nes, Este es e l y man d e las rir¡uesas Y e e .' dones e importancias del real serv1CJ0 (en Revista de la Bzb/1ote~a Publi ca de Bue 11os
cresio y fl o1.. ' (1e ¡os auginentos de la r eal hasie nda ... Es ta c1u
· d a d 1ns10' A ires fund ada ... por MANUEL RlCAROO TRELLES, 11, 297. Buenos Aires, 1880). Esa depen -
esio e n moradores · ¡ frutos denc/a se hizo efectiva en las carnpatias contra los portugueses, en las lu ch as contra los
Po r rnai·" ( \f . Y nr¡u esas con e l medio d el comersio y saca e e sus .
1 e 111 o n al 1 · .· • I J indios del Chaco, y al realizarse la expulsión de los jesuitas.
<e o ctu 1>re 18 ele 1G75, que n o llegó a env iarse, en;J F.C [sei ie

X I V, 272) A ·
· ntcs de que apa 1. · . · B n os "" RICARDO LEl'ENE, Hist oria de/ derecho ai·ge11ti110, 11, 399. La car ta ele Andonaegui
Aire~ se . 1
. ' ' ecieran as doct rmas libe ral es en materia económi ca, ue
sent1a pred estrna 1 1 ¡·1¡ . . . d' ·¡ . a es de mayo 8 de 1748.
prosperar. ª ª t >re camlHo y sallla que solo por este 111e 10 1 M
l•J \(
· l'l // Orinl citado en 1 (i
ªnota ;1, p;ig. 280 -2R:!. La real cédul:J ·en Rwz Gu1;'i ,,zú. 3 ':i ·
165

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

la ad ministración en la provincia del Tucum·''1n , y Jos g"s .. t os exces1· \ 'OS nario diciendo " que la ciudad de Buenos Ayres por su situación y circuns-
~J.usados .en las campañas contra los indios del Chaco. Para remtd iar esos tancias, y <lemas consideraciones expuestas, estaba pidiendo de justicia
m ~o~,·e ni:ntes prop.oní~ "div.iclir aquella pro,·incia en dos Gobiernos, y que se estableciese en ella un Virrey con R eal Audiencia á que estu viesen
su! ct,irla ª una Audien cia Y nrreynato que con\'enía establecer e n Buenos enteramente subordinadas las provincias de Paraguay, Tucuman, y C uyo".
A1res"OG. L a a udiencia de Charcas hizo suyos los fundamen tos y las proposicio-
E l tribunal pla tense resolvió iniciar p or separado un expediente distin- nes del fiscal, y elevó el asun to a la consideración del monarca, el cu al,
como era de práctica, requirió informes al virrey, a udiencia de Lima, y
to, 1y pasó
f nuevamente el asun to a dictamen fisca l ar·m d e que este · a mp 1·1a-
ra os ~nclamentos de sus proposiciones. Alvarez ele Acevedo, en 12 d e en e- gobernador de Buenos Airesºs. El primero de estos fun cionarios, don l'vfa-
. . . sobre el asunto m a ni·res·tan d o g ue " el prm
ro de 117 nuel de Amat y Junient, se expidió en 22 de enero de 1775 acep ta ndo la
. 1, vuelve · c1·p al obstücu-
creación ele la audien cia de Buenos Aires y la di visión del distrito tucu-
1
º. quepimposibil!laba el buen gobierno de estas cuatro provincias [Buenos
f \ ires, ;iraguay, T ucumá n y Cuy0 ] · J · m ano, pero agrega ndo que el virreinato debería comprender ad emás tod o

1
¡S . . ei a a suma distan cia en que se h alla- el reino ele Chile, cuya capital debería ser la del nuevo organismo . .Ju an
a n te upen or Gobierno de Lima d 11
q ue estaban b 0 1·u· d • Y e aque a Audien cia de Charcas, á J osé de Vértiz, en su informe de julio 27 de 1776, también adhería a l
. . . , ' d sul ma . os Y sugetas p ara la terminación ele sus litig ios, y proyecto de Acevedo ºº· Pero simultáneamente intervenían en el asu nto
1 epos1c10n e os agravws que les 111 . f . .
r1sca 1, con cierta •
exageración sin d d
enan 1os JUeces in ferio res" . D ecía el
. . .
otros problemas funclamenlales, resolviéndose en España crear el virreina-
to con un distrito mucho müs vasto que el propuesto por el fiscal platense.
Jos mand· rar·o 1 . 1' .. u ª· que esa distan cia h acía surgir en
, , i s oca es un genero de lt . Don Pedro de Cevallos, con un a visión genial acerca de las n ecesidades
_ J· . ., , a ane n a, y despotismo insoportable;

A
Y poi c1 rr 1sma razon Jos subdi t ~ . . . del nuevo oraanismo que él h abía contribuido tanto a implantar, sostuvo

o B
. os se creen const1tu1dos en el mayor aball-
m'. e~to, ~.~1 gedtos al arbitrio y gobierno volun tario de un h ombre sin con- r la convenien~ia de ciar carácter permanente al virreinato, y de trasladar

ic .U
sejo, y priva os de los recursos q

ém ioja
f a Buenos Aires la audiencia de Charcas 100 • Pero luego, ya concluída la
b no , . ue ranquean las leyes". E ste cu adro som-
no aparece corroborado o 1 d . campaña contra los portu gueses, propuso. al :ey la fundación de un tribunal

ad G
jor pruc.:ba de ell . P. ~ ~ ocumentac16n d e la época, y la me- distinto en esta ciudad, como elemento md1spensable al adecuado desarro-
1

ac el
p artió de ning una o eds que a m1c1at1va en la fundación d e la a udien cia no llo y organización del sistema que había tran sformado tan profundamente

o d
e esas cuatro p · ·
mente los tintes d 1 d rovmcias. El fiscal recargaría posible- a esta región 101 . Y es que, e~ efecto, en el ordenami~nto i~diano n o s.e con-

us eca
. e cua ro para d ar m ayor fundamento a ~na propuesta cebía la existencia de un virrey que no fuera al mismo tiempo presidente
que no necesitaba de ello . . ' ' .

t
s p ara resu 1tar adm 1s1bleD1. Concluí a este fun c10-

io
de la audiencia.

bl
La sugestión de Cevallos deten:ninó la reunión ele, todos los ~nteceden-
Bi
00 M e morial ci tado en Ja n ota
1 á
de 178 1 )' ha sido pubr d 7b, P g. ~85. Este l\lemorial lleva fecha d e o ctubre 4 tes del asu nto y el envío de los mismos a la contaduna y a los fiscales del
m • 33r..'38r.
;, ;,·
De l.J 1 . ical o tam ié n por LEVEN F., T-list01·ir; d el Derecho A r1?;Ct1 ti110,
<. e en van as n o ti cias qt . · · t t Consejo de Indias, que se expidieron con todo detalle acerca de ,los me-
::x puesto sucesivam e t E ie acerca de la creación d e este trihuna 1an
1'IANULIS La R eal A d' n e 'NRIQUE
. R u1z Gu1Ñ L · · ·
' • a magist ratura 111d11111a, 197-:10.8·, Is,, AC
\ ZÚ
• u 1enc1a Pretorial de n · . · t de
l 11vestigaciones Históricas VI ·" ue~os I 1ircs, e_n Doletm del fost1t11 ? .. r"poner a Cam pero en su cargo, po r d o nde resul<aría que e n la emergen cia h abría sido
nato del Río de la PI t '( 7 21
3 -43· Buen os A ires, 1927; EM1uo RAv lr.NANI. El vmei-
17 6 -l BlO), e~ Historia de In Nación Argentina , vo l.. I V, pri - i t ibunal platense el que eje rci tó e l "despotismo insoportable" que provocaba las
mera sección, g _ : ~ e ·~ del fi scal (véase ANTONIO Z1NNY, Historia de los gobe rnadores de las prcuincias
DF. LA HISTORIA)'
7 97 ~ 4. - 44, Buenos Aires, 1938 (publ icada por Ja Ac,\DEMIA NACIONAL
2 qucps . Bo ROA, T-1 1.storia
. d el T ucu man
.
argen t 111as, 11 , 142 , Buenos Aires, 1880, y MANUEL L1z0Noo
cosa r¡ 11c sin1e1 i;a~ ~u:.~smo LEvlF.NE en _su obra ya citada, 11, 400-405. No h acem os o tra . .
(siglos x vu y xvm), 138- 1.¡7, T ucumán, 19_41). En el ~on~o. todo este ep1sod10 denva de
.
,,, l\f . . me nte e conocido proceso.
emana/ c1t "86 28 7 E . . h 11 ¡ las disensiones a que dió lugar Ja ex pulsió n de Jo~ JCS~11tas.
l'<'fcrido especia l m~; 11; j · n su a nten?r d ictamen , A lvarez de Acevedo se ª ª "' R eales cédulas de octubre 8 de 1773: M e morial cll., 295.
nández Cam a gohernador del 1 ucum ;i n . tenien te coronel J ua n l\la nuel Fer ·
re·1 Jiza~lo la pero. lq_t~e gobernó d esd e 1764 hasta 1769. En el afio i -,6-, d espués d e h a ber .. I d., 295-299. ·
' -
bl icos y Juego
' expu 'iOn de los j' esu 1·1·
.. d ·
C · . '
as, a m pero lué acusad o d e malversar caudales pu -
' 100 Carta del
14 de junio d e 1777: íd., 274. Ver también E~ RIQUE l\f. BARBA , D on
del T~ cu m:\n y r~lmllib ª Charcas en dond. e la a udien cia decretó su prisión. E l obispo
0 f'<•d ro d e Ceual/os, go bernador de Bue n os A ires y virrey del Rw de la Plata, 205, La
mie lllos de la e l'g o :mador d e l Río de la Pla ta (Ru careli) se que jaron d e los procedi· Pla ta, 1937. · ·
"obern·1ll •r cl,elaTuc ienci_;i. mfluenciada sin duda por su preside n te 'c¡ue h a bía sido a ntes un Carta a d o n José ele Galvez, de enero 26 de 1778: M emorial c it. , ~ 7·1- 276.
" ' ' ucum.1n • v. t e nia
· parie · ntes e n esta provincia. E n definitiva el rey orden ó

167
166
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

di os de realiza r la creación. Este úllim o, reunido en pleno, fué d e p arecer en 166 1, con algunas adiciones determinad as por la legislación m <ís re-
que se erigiera el tri bunal, expidié ndose entonces la real cédula d e julio 25 ciente 106.
de 1782 que así lo disponía 10:.i. Determinaban las ordenanzas de 1786 que correspondía al virrey "el
conocimiento privativo en las cosas de Superior Govierno, ... consultando
Pero la ex traordin a ria len tit ud con que se h abía tramitado este expe-
las de mayor impon a ncia con el real Acuerdo", es decir, con el regente
dien te subsistió a ún después d e resu elto el p roblema. Recién el H de abril
y los oidores, cuyo voto no era decisivo. El mismo virrey debía conocer,
d e 1783 se f irmó la real cédula que hacía saber a las autoridades de l virrei-
juntamente con los alcaldes ordinarios, en las causas criminales de los
n a to e l e5tablecimiento de "una Real A udien cia Pre tori al en la misma
miembros de la audiencia, y esta última quedaba tamb ién inhibida de
Capital d e Buenos Ayres, la qual tenga por distrito la Provincia de este
entender en Jos juicios civiles de los oidores y de sus parientes, siendo éstos
nombre, y las tres de Paraguay, Tucuman y Cuyo" 10:1• E l nuevo organismo
actores, pues tales casos eran d e competencia exclusiva de los jueces capi-
debía comp onerse "del Virrey como Presiden te, de un Regente y quatro tulares con apelación al Consejo de Indias 107.
Oidores y un Fiscal ... , dos Agentes Fiscales, dos Relatores y dos escriba- El tribuna l tenía competencia p ara entender en grado d e apelación de
n os ele Camara", sin contar otros fun cion ari os ele men or j erarquía. todas las causas civiles y criminales falladas por los jueces inferiores de su
J\fos de dos años ta rd ó en instalarse el tribuna l, a la esp era de la llegada distrito. Estos eran los alcaldes ordinarios, los asesores letrados de las inten-
d el ~~! l o real y d e los miembros que d ebían integrarlo. Era entonces virre:y dencias que hacia poco se habían establecido, y los gobernadores político-
de l Río de la Plata d on Nicol ás Fra n cisco Cristóbal d el Campo, m a rqu és militares de MoP.tevideo, Misiones y Malvinas. La audiencia p0día enten-
de L o re to, quien hi zo saber a la p ob lació n , m ediante el b ando del 5 de d er en segunda o en tercera instancia, según fuera el trámite d ado anterior-

A
agosto d e 1785, que tres días después se iba a celebrar la solemne ceremo- mente al litigio. En los juicios civiles venidos en apelación directamente

o B
ic .U
ni a d e ape rtura. Al día sigu iente se recibía el sello real, quedando en con- •f de Jos alcaldes bonaerenses, cuya cuantía fuera inferior a doscientos pesos

ém ioja
dic io nes de funcion ar la fl am a nte audiencia pretorial 10·1• ele minas, la resolución de la audiencia causaba ejecutoria 108. En todos los
En la misma real cédula de abril l4 de 1783 se dispuso que el virrey, el demás, el tribunal debía resolver en vista y revista, salvo en el caso de

ad G
regente y los oidores debía n "formar sin la m enor dilación las correspon- que la sentencia de vista fuera confi.rmatoria de dos a~ter_iores ..s~ ad.m_i-

ac el
o d
die ntes ordenan zas para su buen régimen y gobierno, teniendo presentes las tían, sin em!Jargo, los recursos de nulidad, segunda suplicación e m1ust1c1a

us eca
de mis R eales Audiencias de Lima, y Charcas, ele las que les pedireis co- notoria, según veremos más adelante. ~o ocurría esto último co~ las. cau-
pi as como las que se formaron en dos d e Noviembre de mil seiscie.ntos sas criminales, las cuales debían conclmr forzosamente en la audiencia 109.

t
io
sesenta y cuatro [sic: 1661] para la que anter.i~rmente hubo en la ~1sma El tribunal entendía también en los conflictos de compe tencia y en

bl
Capita l de Buenos Ayres ... po~i e ndol ~s provmo~a lme nte en exe~u c.1.on,, '!
remitiendo las al enunciado m1 consejo p a ra m1 R eal aprobaoon . En
Bi los recu rsos de fuerza interpuestos contra las decisiones de los jueces ecle-

junio 20 de 1786 se remitieron las nuevas ordenanzas 10 ~, pero fueron des- '°" Los autores de las Orde11a11zas n o se preocuparon de adecuar la regfame ntación
a las leyes ullima mente san cionad as. Se limita r~ n , en g_eneral, a copiar las ordenanzas
aprobadas por e l r ey en 22 de enero de 1790. No _obsta nte :no,. e l extenso
1 1 66 olvidando las reform as fu ndamentales introducidas p or la Real Orden anza de
código redactado por la audiencia est uv~ y contmuó prov1sonamen te :n ~ e nd~;Hes y por o tras leyes de la época. La carla de la audiencia, de junio 20 de 1786,
Yigo r, sup liendo Ja falta de otro ordenamiento que n.unca ll~g~ a concluir- a~H~lcvar el proyecto de ordenanzas, d ice que "~~ h an adopta~o es~as úllim as [,las d.e 166 1)
con las adi cciones, y Decla raciones, que m anihesta el Tes timonio N um.0 2 (Libro de
se. E n térm inos generales, aquél era un ~ reproduc~1ón. casi litera l de las iuformcs y oficios de la R eal Audie11cia de Buenos Aires (1785-181 0), 3. La Pla ta: ~ 929;
reglas em itidas para e l gobierno de la primera aud1en c1a de Bue nos Aires publicación d el ARCHIVO HJSTÓRIOO DE LA PROVINCIA DE BUENO S AIRES) . Estas ::d 1 c1on~s
y declaraciones aparecen al final, form a.ndo los. artículos 327 y 328, q ~e hacen re~er~nc1 a
a Ja ordenanza de intende n tes y a la 1.nstrucoón . de regentes. Tambié n se supnm16 el
iro R evisla de la Diblioleca Nacional, XI. 339; L F.l'FNE, op. cit., III, 396.
art. 2 11 <;le Jas ordenanzas de 1fi61, a nteriormente alacio (supra , nota 77).
100 R evista cit., 3 .11 -344 ; L EVE:'IE, Ill , 398; R u1z Gu1ÑAZÚ, 368. 10 : Ordenamas cit., arts. 3, 28, 34 )' 37·
10
• Ru1z Gu1ÑAZÚ, 2 10 -2 12. •
· 1as antenormen
• te . por. .A UREI-10 PRADO ' "" Id ., art. 10.
"" R u1z Gu1ÑAZÚ, 3~, 1-.¡3 1. F u eron pu hl 1c:1c 1:1., :irt. !?2.
e
ROJAS, Acuerdos y se11tencias diclados j1or la S11 /Jre111a orle e1e J11st i cia de la Provincia
)U')

de JJ11e11os Airrs, serie 1 \1, I , .182-507, Il11enos Aires, 1H75 (2\1 ecl., 189 2).

~ 169
168
J:
1

1
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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

siásticos 110 y ant él d· en las causas criminales ocurridas en la campaña. Pero ambos conservaron
. , e po 1an apelarse las resoluciones del virrey y de los
~ntendent_es expedidas en asuntos de gobierno. Pero había perdido toda su antigua competencia en la ciudad, junto con la audiencia que podía pre-
mtervenc1ón
. . . en los pi e1'tos d eI f"1sco 1 11 y en todos los juicios contencioso- venirlos en el conocimiento del asunto.
ª d mimstrativos que desd 1783
. ' e cornan · a cargo de los intendentes con
Los oidores, actuando individual y separadamente, tuvieron también
apelación
. a la Junta s · d
upenor e ea Hacienda. R 1 . Tampoco tuvo inter-
importantes funciones judiciales. El regente podía actuar como juez de
vención en las causas pe t · primera instancia en juicios verbales cuyo monto no excediera la suma de
. r enec1entes a 1os fueros de guerra y de marina y
a 1os pocos años deºó d ' quinientos pesos114. Uno de los oidores era juez mayor de bienes de di-
. J e ser competente en los pleitos mercantiles.
Excepc1onalmente la aud' · enten d'ia en pnmera . . . en los funtos, durando dos años en el desempeño del cargo. Otro· debía acom-
1enc1a mstanc1a pañar al protomédico en sus determinaciones judiciales, desde que en 1798
casos de corte cuva nat l h
' . / ura eza ya emos explicado, y en las causas crimi- se instaló este tribunal en Buenos Aires. El decano de la audiencia era jue7.
na1es que ocurrieran en B A. .
Pero esta competencia or· uenos .
1res o en cmco leguas a su alrededor 112•
. d l . de alzada para entender en grado de apelación -acompañado de dos co-
les no · ó igmana e a audiencia en los asuntos crimina- merciantes- de las sentencias pronunciadas por el Consulado; pero desde
n'd pnv a 1os alcaldes ord'manos · d e la que hasta entonces habían te-
1 o, pues ambas magistrat d' 1804 esta función debió turnar cada dos años entre todos los oidores. Uno
·
el sistema d . uras po 1an entender a prevención siguiendo de éstos y el regente eran miembros de la Junta Superior de Real Hacienda,
e la JUrisd. .ó . . ,
icci n acumulativa. Sin embargo, el virrey dispuso que además de sus funciones administrativas fallaba en segunda instan-
d
Por or en d e febrero 8 d 1800 .
los reos d t .d e • reiterada en septiembre 30 de 1805, que cia los pleitos fiscales y administrativos. Y por último los oidores actuaban

A
e em os en la cam - b

o B
PrivileP'iad d b' ~a~a onaerense, que no gozaran de un fuero también como jueces de provincia, de conformidad a las reglas menciona-

ic .U
o- o, e 1an ser rem1t1dos 1 d. . .
inhibición de los ·ue . . a a au 1enc1a para ser Juzgados, con das anteriormente.
.¿

ém ioja
113
mente la jurisd' ces ordmanos • Quedó así cercenada correlativa- Por lo tanto, en la ciudad de Buenos Aires hubo desde entonces cua-
la superintend icc~ n de los alcaldes del cabildo y del teniente letrado de

ad G
tro magistraturas competentes para entender en primera instancia en los
' ª
encia que hast entonces habian · entendido a prevenc1ºó n

ac el
juicios civiles: los alcaldes ordinarios del Cabildo, el teniente letrado de

o d
Id., art. 57. la superintendencia 115, el oidor juez de provincia 116, y el regente de la

us eca
i10
111 s·
. m embargo, la Ordenanza d í . audiencia, con jurisdicción limitada este último. A su vez el juez de pro-
Hacienda se vean y d t . ~c a, copiando a la de 1661, "que los pleitos de Real

t
vincia podía actuar en segunda instancia en los juicios resueltos por los

io
11
:11 Id. art r. Al t e ermmen
. . pnmero q ·
• ue otros ninguno ·
que huv1ere en e 11 a " ·

bl
• ' • :>· ranscnb1r este tí l alcaldes111, y de ésta o aquéllas sentencias cabía el recurso ante la audien-
tido graves erratas de . ar cu o en la obra de Rmz GUJÑAZÚ se han come-

Bi
dichos mis Oydore imprenta que lo tornan ininteligible Dehe leerse así: "Que los cia, cuyos fallos eran definitivos en la inmensa generalidad de los casos.
. s conouan de tod ¡ · 1
dicha mi Audienci'a . . · as as Causas Civiles y Criminales, oue a ª
viniesen en grado d 1 .
yores, y otras Justicias de las p . . e ape ac1on de los Governadores, Alcald~s ~a- m Art. r. 2 de la instrucción de regentes: ver supra. nota 68. No hemos encontrado
y las determinen en v· t rovmcias, l~las, Y distritos sugctos a la dicha mi Audiencia. nstancia documental de que se ejerciera esta jurisdicción. ·
de c?.usa alguna sino ifs a, y grado de revista, y no puedan en J>rimera Instancia conocer
. • uese en casos de c t 1· n co ns Al suprimirse la sup~rintend~nci~ de Buenos A!rcs en 1788, continuó el teniente
en 1a Ciudad Vi'lla V'll or e, o en las Causas CriminaJcs, que sucec 1ese lrtrado ejerciendo las funciones pnvat1vas que le senalaba la real ordenanza, y entre
· ·
cmles de la dicha v'll •
1
• o 1 as donde
1
resi iesen, con cinco leguas alrededor, Y en I as
'd ·
ellas las de juez en las causas civiles y criminales. En 17~0 uno de los ?idores, que actu~·
• ,,
nos . Era copia del a at o 0 ugar d donde resi'd'ieren conozcan de ellas los Alcaldes ord'ma·
ha como juez de provincia, planteó. el prol~lema ?.e s1 debía el temen~e &asesor segmr
1
Recop., II. xv. 68. A:vÍé:tesee a~e Ordenanza de Charcas, y la norma fué incluida en la ctuando como magistrado, y la aud1cnc1a dispuso suspender toda Prov1d. en el asun-
autores no se preocuparo d ;:1ás en este artículo, como en muchos otros, que sus : dejando al citado Teniente Letrado seguir en la posession, en que quedó, hasta q.0
funcionarios entonces ex· tn e ª ecuar la terminología a las denominaciones de los ,~· M.... se digne dclibcr~r lo que sea -~as d~ su soberano agr~?º" (carta de septiembre
:w is entes.
AEC, serie IV 11 146 El . de 1790 en Libro de informes y oficios, cit., 39). Ver tamb1en Cap. IV, nota 91.
us La r~al cédula de agosto 8 de 1790 declaró que el fiscal no debla intervenir en
20
previamente las sent'enc'- · virrey Loreto pretendió que la audiencia le consultara
1a instrucción de regent 1as en causas cnmina
• · · 1es. Se fundaba para ello en el art. 39 de
"los reparos que les ocu~' qu~ orde~aba pasar los acuerdos al virrey quien podía señalar 1 juicios que se tramitaban ante el oidor juez de provincia (Libro de informes )' ofi-
~;s 42 ). Este último entendía también como comisionado del virrey. aún en caus.as
que esa disposición se re~ª~· evolviéndolos a las veinte y quatro horas", pero olvidaba ~~i~inales originadas fuera de las cinco leguas de su jurisdicción (ver un caso en id., 22).
justicia, según había d" era exclusivamente a los acuerdos de gobierno y no a los de 11~ Ver un ejemplo en id., 86.
l.ibro de informes)' ofic~?u~to la real cédula de abril 8 de 1778 (MANULIS, 235-236;
s, cit., 2 4· 2 7: nota de la audiencia del 25 de noviembre de 1789).
171
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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

. En el ej~rcicio de sus funciones judiciales e] tribunal bonaerense tuvo del S. 0 r Comandante D. Santiago Liniers ... , y e! S. 0 r Regente de la R.1
senos conflictos con el · l . Aud.n despachar lo diario, y vrgente en los demas ramos de govierno, y
ti 1 . virrey y as autoridades eclesiásticas. Fueron par-
~u armente tirantes las relaciones con el marqués de l.oreto a raíz de R. 1 Hacienda" 120 • Desde entonces, y por un largo período, la audiencia
ª usos de poder cometidos por este ultimo 118, pero todas las cuestiones iba a ejercer una influencia preponderante en el desarrollo de los acon·te-
a1canzaron a ser resueltas por lo d. l l . cimientos. La junta de guerra convocada por Liniers el 1O ele febrero de
armón· d l ·d . . . s me ios cga es, sm ·perturbar el desarrollo 1807, a pedido del cabildo y a raíz de la ocupación de Montevideo por los
JCO e a VI a JUdICJal.
En materia de gobierno 1 · ·, . . ingleses, resolvió que Sobre l\Ionte debía "ser suspendido por aho!'a de to-
d . ªmtervenc1on de la audiencia fué aumentan- dos sus cargos, ... asegurada su persona ... , y ocupados sus papeles, .•.
oda med~da que se producían los acontecimientos trascendentales que iban
a etermmar la revolución de M N ól y tome en si el mando la Real Audiencia" 121 . Convertida así en goberna-
cuerpo . ayo. o s o actuó este organismo como dora, continuó desempeñando estas funciones hasta el 29 de junio, en
1
bl consu uvo en el real acuerdo, y como asesor del monarca en los que llegó la real cédula que ordenaba entregar el mando al oficial de ma-
pro. emas que e~an sometidos a su informe o parecer, sino que también yor graduación, que era precisamente Liniers 122. ·
ª
sustituyló los virreyes en determinados momentos y llegó a dirigir y en- No por ello dejó de inten·enir el alto tribunal en los asuntos políticos,
cauzar a evolución política de los últimos años coloniales.
tratando sobre todo de defender a las autoridades constituidas, mantener
suceLa1·ó real d cédula. de agost0 2 d e 1789 h a b'1a confiado
. . . la
a la aud1enc1a el prestigio deca~ente de la monarquía, y preservar celosamente el orde-
por ; n ~ 1os vureyes, siempre que no estuviera "'determinada otra cosa

A
namiento legal. En este sentido su acción moderadora resultó impotente

o B
. º~. P1i~gos de providencia, 6 en cualquier forma que estime conve-

ic .U
para reprimir la separación de !\fontevideo en 1808, y para evitar el esta-
niente ·. En tal. caso deb'ia recaer ,. e1 man d o político y militar en las refe-

ém ioja
'd llido revolucionario de 1810. No obstante ello, no puede de:;conocerse
n as mis Audiencias mme · d.1atamente que se verifique la vacante con -como lo han notado todos los autores que se han ocupado de este tri-
.

ad G
toela la plenitud de t .d d f , bunal- que la actuación política de la audiencia de Buenos Aires fu_é
au on a y acultades que lo haya exercido la persona

ac el
P.~r cuya muerte, promocion o ausencia se verificare". La misma sustitu- constante y decish·a en los í1ltimos años tlel dominio español, desarrollando

o d
ci d~dse producía en el caso de que los virreyes "enfermen ó se hallen im-

us eca
I\ una lucha intensa que le dió singular prestigio y una autoridad jamás
pe 1"m/
mo os de tal. suerte que no pue d an totalmente gobernar por sí m1s- · discutida.

t
io
p : · La primera de estas normas tuvo aplicación al morir los virreyes Contrastaba ella con la del cabildo de Buenos Aires -con el cual tuvo

bl
e ro Mel? de Portugal y Joaquín del Pino, a la espera de la llegada de a veces violentas controversias- que fué interviniendo también cada vez
Bi
1 más profundamente en la dirección de los asuntos públicos, más por efecto
os respectivos sucesores designados por pliego de providencia, que se en-
cont~aban fuera de Buenos Aires. En estos casos la audiencia ejerció el del carácter representativo que espontáneamente asumió, que por la ín-
~and'o interino desde el 16 de abril hasta el 2 de mayo de 1797, y entre dole reducida y limitada de sus atribuciones. Este cuerpo se impuso en de-
os ias 11 Y 28 de abril de 1804. · finitiva a la audiencia, pues tenía el apoyo de un vecindario que iba per-
. En la última de esas fechas asumió el poder el marqués de Sobre Mon- diendo el respeto a los principios jurídicos, mientras el tribuna1 se am-
~e. Luego del cabildo abierto o congreso general del 14 de agosto de 1806 paraba solamente en el ordenamiento. leg~l del cual ~ué el más eficaz y casi
ste delegó "el mando de las Armas en la Plaza [d~ Buenos Aires] al Carg~
1
ímico defensor. Aun en aquellos ep1sod1os que asignaban a los oidores
una función directiva que debía naturalmente halagarlos, la actitud de
118 v·
d 1 t 'bease LEVENE, Historia del derecho argentino, 11, 411 ·425, que estudia la actuación este organismo fué siempre de una gran prudencia y moderación, procu-
J.u~d' ~ 1 unal
1 ªtravés de los documentos originales; Luis MÍ:NDEZ CALZADA La función
op icaa .t en las pri . meras é pocas d e la in
. d epen dencia,
. 51-75, Buenos Aires,
. , ; MANULIS,
i94.1 11» Decreto de agosto 28 de 1806, expedido en San Nicolás de los Arroyos, y recibido
ci d·• 2 85 Y s1g
ya · cit - ú , op. cit.,
. ·•• Ruiz G UINAZ · 214-22 6 ; y e 1 Labro
· de informes y oficios en Buenos Aires el 2 de septiembre: TORRE REVELLO, 159 y cxlviii; .4EC, serie IV, 11. 29 1•
l 5
,¡ º·
mem ª. dob re la actuación del tribunal véase también Jost M. MARILUZ URQUJJO Las
orias e 1os regentes d l R l A d. . d B ,
1!11 AEC, serie IV, 11, 4.16. Conf.: TORRE REvt:u.o, i84-186. La audiencia asumió el

de Historia del e a ea · u iencia .e uenos Aires, en Revista del Instituto mando el ig de febrero: AEC, serie IV, 11, 460.
: 1 uo MAN Dere~ho, n 9 1, 19-26, Buenos Aires, 1949. t!!:l Real orden de octubre 23 de i8o6: TORRE RE\'ELLO, i89 y i93; Cedulario de /a
! uus, op. Cll 218·• Jost T ORRE RE VEU.O, El
nador Intend t d ·•

• · marques de· Sobre Monte 1 Gobrr- Real Audiencia de Buenos Aires, III, .pg-421.
1 1
en e e Córdoba y Virrey del Río de la Plata, 61, Buenos Aires, 19.16.

! 1 173
172
'1
; \
91
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

rando orientar por cauces legítimos Ja tendencia avasalladora de los gober- diencia, a la Junta Superior de Real Hacienda, o al virrey si se trataba
nantes o el desordenado dinamismo popular. Si a ello se agrega la conducta de un juicio perteneciente al fuero de guerra. Pero la instalación de una
intachable de sus miembros, el profundo saber jurídico que revelaron ~n audiencia en Buenos Aires subsanó los inconvenientes derivados de aque-
el ejercicio de su alto ministerio, y la decorosa prestancia con que actuaron, lla supresión, aproximando a los litigantes a un tribunal que reunía todas
puede afirmarse que la audiencia de Buenos Aires desemper16 con brillan- las garantías de eficacia y de acierto. La progresiva mejora en la adminis-
tez la función que le había sido asignada, dejando en pos de sí un ejemplo tración de justicia, y la necesidad de agilizar el procedimiento evitando
que tardaría muchos afios en ser igualado. sus largas dilaciones, hicieron que la reforma resultara conveniente al
reducir a dos -en la inmensa generalidad de los casos- las magistraturas
5. Los recursos. que intervenían en la substanciación de los pleitos.
Las decisiones judiciales eran susceptibles de diversos recursos que es-
En su ~~án po.r c~n.ceder a los litigantes las mayores garantías de acierto tudiaremos suscintamente.
en las decISJones jUdmales, la legislación hispánica organizó diversos recur- El de apelación se concedía para que un tribunal de categoría superior
sos c?ntra los pronunciamientos de los magistrados, que al mismo tiem~o reviera el fallo del inferior. Debía interponerse dentro del quinto día de
implicaban un control eficaz de su actuación. Pero su resultado fué sm notificada la sentencia 124, y procedía en los casos que ya se han menciona-
<luda prolongar indefinidamente la substanciación de las causas, al amparo do al estudiar cada magistratura. Este recurso correspondía mientras hu-
de un procedimiento que favorecía los abusos de los litigantes inescrupul_o- biera un tribunal superior competente, pero subordinado a dos limitacio-

A
nes: la existencia de tres fallos conformes impedía toda nueva apelación 125 ,

o B
sos. No. obstante, las mismas leyes procuraron evitar esas dilaciones, sm

ic .U
consegmrlo totalmente. y en cuanto el pleito llegaba a la audiencia quedaba excluido este recurso

ém ioja
. El defe~to más notable era el de obligar a litigar ante magistrado~ ale- para ser reemplazado por otros que recibían d~nominaciones distint?s.
También se llamaba apelación el recurso concedido contra las resolucio-

ad G
jados, considerablemente del domicilio de las partes. Esle inconv7mente
6quedo subsana~o acordan~o. un solo recurso en los juicios infen?res ª
nes gubernativas de los mandatarios políticos, las cuales podían ser revo-

ac el
. · respec t'1va120 .
0.000 maraved1es, Y mult1phcando las instancias en los que excedian d~

o d
cadas por 1a au d iencia

us eca
esa suma. Según queda ya explicado, los cabildos constituían el t'Inico tn- El recurso de súplica o suplicación se entablaba, ante el mismo tribu-
~u~a~ .de alzada en los juicios civiles de menor cuantía, y su decisión era ! Colegiado que había fallado antes, al cual se ped1a que se avocara nue-

t
. .. . s·1 se tratab a

io
na ente al conocimiento de la causa "en gra d o d e revista

bl
defmitiva. En los otros casos, el pleito podía substanciarse sucesivamente
v am a sentencia interlocutoria, el recurso debía interponerse dentro del ter-
a~te los alcalde~ ordinarios, el teniente de gobernador, y el gobernador d
Bi
e un 'a· y si era . . .
defm1tiva eI .
mteresa d o tema, d'1ez d'ias para presen t ar1o 121 .
mm~o, completandose así tres instancias dentro del distrito en donde se cer d i , . I d I ·
E t ecurso estaba subordinado a la misma reg a e as tres sentencias
ventilaba la causa'. ~i las sentencias dictadas por tales magistrados eran s ef r mes pues no cabía en el caso de que al fallar en vista la audiencia
conformes, no adm1tian recurso alguno y la decisión debía ejecutar~e. con or , . · · 1 1 · h b,
h b .era confirmado dos anteriores. De lo contrario, o s1 e p e1to a ia
. La Real Ordenanza de Intendentes, sin embargo, eliminó una mstan· u d'
comenzado en la audiencia, las mismos oi ores enten ian nuevamente en l a
1 • 'd
c~a en nuestro territorio al impedir las apelaciones de los alcaldes ordina- causa y dictaban la resolución . d efºm1tiva
• • 128. . .
nos al te?iente, ~e gobernado~ -cuyo cargo fué suprimido- o ~e éste al La segunda suplicación era un re~urso ext~aordm~rio otorga?? para
mandatario pohtico 128 • A partir de entonces, cualquiera fuese el juez ante ue el rey, por intermedio del Consejo de Indias, reviera la dec1S1ón de
el cua.l se habí~ i~iciado el pleito (alcaldes ordinarios, teniente letrado Íos otros magistrados. La legislación española lo concedía contra los fallos
de la mtendenc1a, mtendente, etc.), quedaba expedito el recurso a la au-
~ Nueva Recopilación, lib. IV, tít. xviii, ley 1.
El intendente del Paraguay invocaba en 1804 la ley de la Recop., V. xii. 27 (ver
l!l.1
Ul!S Supra, nota 48. ..
Cap. III, nota 86), dictada precisamente para esa provincia, para convertirse en tribunal ,_.,. Supra, notas 9 y sig. y Recop., V..xu. 24.
de1 alzada ,de los alcaldes ordinarios, pues interpretando la ordenanza de intenden,tes Jzt Nueva Recopilación, lib. IV, tft. x1~! ley 1. . .
ª.
Y real ccdula de creación del tribunal porteño se entendía que las apelaciones debian 1• Nueva Recopilación, lib. IV, tít. xvu, ley 5 y hb. IV, tít. x1x, ley 2.
ven~r. a la audiencia. El expediente pasó en consulta a esta últilJla, sin que llegara 3
decidme el problema (ver redulario de la Real Audiencia de Buenos Aires, 111, 303-3o7).
175
174

1
l....
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

refiere a nuestro territorio te nía a1io y medio para presentarse al Consej.o


dados por la a. udiencia en ;:,· oT ac¡o <l e re\ 1st · a, " s1· los ta les p lcy tm fu e ren desde qu e le fu era no tificada 1:1 sentencia r3 c. El pleito -que debía l\ernrse
mu. y grandes . , o de cosa a· r d ua .. , d e 1Jtcnc · ¡o .m terpo nersc en el tfrm i;io de original al Consejo de Indias dej and o copia en el tri buna l- era resuelto
veinte
d r·d1as dando fia n zas le ¡ pagar una d eten11 111ada . cantidad en el ca~o . por cin co jueces del Co nsejo sin admitir nu e\·os escritos ni probat1las 13•.
e con irmarse . . la senten cia izn l 1 . l· . . . ¡ ·
. . a eg1s .1c1on 111c 1ana tamb 1cn lo :id 1111 ttc'> . . . . El recurso de i11iustirin not oria lué organizad o a pri ncipios del si-
aunque . . . . l imttándolo . consi 1 .
e er.1 ementc para C\"llar las dtlanones y los'
b l . . . glo xvr1 r, y res u ltaba de d ifi cil utili1ación, pues debía alc~:-i rse Ja comisi<'m
peqmc10~
Conse· que pod1a
d. ocas io n ar. E n e rcelo, . se o rde no. ;1 los 1111e . mbros d el de una "injusticia no toria". No se admitía en los casos en que proced i:-i
1 la segun da su plicaciún , y el td mite era el mismo qu e el de esta última 13¡:.
e JO Ce . 1 n 1as . "que quant ' 0 f uere pos1·¡Je 1 se a bste no;111 d e ocuparse
Por ú ltimo, el recurso de 1111/idad debía interponerse conjuntamente
l n negocios
¡ particulares. )' d e JllSllc
. . . 1a . entr.e pa n es .... y n;-,o ach·on uen ;Í si
os P eytos 1 conocer las :\11d1.cn n.as y Chancillerías ·
1 con el de apelació n , la súplica o la segunda supli cación, y 3ólo proced ía
Reales d 1 y Inegocios d· · de qu e d eJen
cua nd o éstos fuera n admisibles 1 :w.
nerroc· e as n tas, con fo rme á h• ·s 1e)eS
del ;:, 10 grave, • • • y de cal idad q .· 1
' . e1e e 11 as, ~alvo s1. se ofrecier
·
• ue ·1 os e1e e 1 d icho Come1·0 ¡Jarezca c¡ue
. e a lcrli n
'=' se
, El recurso a la co ro na era largo , d ispendioso e incierto, y sólo fu é utili-
1nd o en raras ocas iones. Lo norn1 al er a co ncluir la causa en 1\mér ica , pro·
)e :i.c1voc.1r a el, pon¡ue ~ n l 1 . . .
Cédula nu . " 1 ~11 - . ·' _<-·• ~o JK i 1111111110~ i¡11e lo puedan hace r por curándose t:imhi~ n C\'ilar el costoso 1ccurso al trilrnna l platrnsc mediant e
a la ·1dni' estra .6 cl 1 · Po r consw . ,.., u 1c n te . J:-t •. tlllO l •ll:t <. 11>11 ·, e~ pc nal . e ra pre\ 1a • l:t uLi li LélCÍCÍll el e lí1 5 tres i mtan c ia~ or¡; :ini 1 ad a~ en ca ll a di:. u ito. l\ f:b tard e,
' ISI 11 e r ecu rso P c i o . . 1 1 . . Ja insta lación dt: la ~c¡; u nd.t audie11 Li.1 d e Bu eno~ .\i1 es ' i n o " 111 c j o rar

A
CUantJo "el } f . !.C . l lOll :i l::t & lll 11e<es1dad de rea \ u :dula

o B
la propiedadp sea e ytod u er. e ele. tan • ta' c-1 · n t.ic1ac. 1 e• 1mportanna
. . , qu e e l \·a lo r d e considerablcmc111c la tramilaci<'> n de los liti g ios. no súl o po r la p rox im id ad

ic .U
e seis m tl pesos cnsa)•·1do el • . tos y c1ncue . :-iyor de un trib unal de esa categoría, sino tamb ién por los reg lamentos

ém ioja
maravedis cada un .· ,, ' s e a quatroc1e11 rH:t 111
o, 6 m<1s 131. y cua 1 f . . . . . procesales que és te dictó a fin de mejorar la ad111 inistraciún de justicia1·10.
cuentas tomad . ' • m O uer a un JUICIO derl\·ado d e la~

ad G
. as poi 1as contad . d . . .
revista ame la au<l· . . un as e Indias, y substanciado en \"ISta y

ac el
1enc1a 1.1~ E 1 . . . .
ban a las ·tud· . · n os <1suntos cn 1111na les y en los que llecra-

o d
. ' ienc1as p or vía de . l· . . ' . º

us eca
ordm arias no se ad . . .tpe ac10n de los gobernad o res y Jusu c1as "' ' Tal era \a regla e n los di ~t 1iros de las audiencias de C ha rcas y Chile. F.n los
cac1ón . no ¡' )ed " ma1a este r ec urso extraor . d.111a n·o 1.3·.1• La segunda suplt· · dcnds de A mé ri ca el t é r mino era de un aiw (l frcu /1. . \'. xi i i. '.l).

t
. 1111 1ª qu e 1a sentencia

io
. · . . . . . . 1>: R ccn/J., V. xiii. !? . 5 y w . N ueva. lleco/Ji/ación. lih . l \.", tít. xx. le y 2.
su cumplmiiento ·ir· d . se eJec uta1a. E l be ne[1c1ado pud ra pedr!·

bl
13< Nm •isi n Rrrn¡1ilariií11. l ib. X I. 1i1. xxi i. le yes 1 a 3· Según e l Cox 111·: DF. 1.A CA:';AIH,
·< ianzan , o la rest nu cio . . n e1e lo perc1b1do . . a ca usa d e e lla .·H.
1 111
¡ ¡ituri o cs tmíctic11s de los j11irios civ il<'>. I , ~ ;• cd ., r¡oS, \latl ricl ..' ¡C) I· esl e rccm so se

Bi
A su vez e l 11
que llHerponra e l rec ur d b ' .. l ract icaha antes del ai10 1¡no, 1~s:\.11dose el.e él en lo s p lc llos r¡uc te r111111ab:111 por sc 111 c11cia
11 5
cad os de pena · . so e 1a dar lranza de 1)agar "m il t111 -
... s1 se confirmare 1a se . nten cia . de revista" . 1:1:;; y e n lo qu e se
:le
_
revi st a en \ as audi en cias. l· uc orga11 1 ~ado por a u to acordado <_le~ 1¡ ~\~ fc\11 ero de
e rc"'la m cn ló nucva111e11te e n abnl 2.( de 1¡03, y se p ro h1h16 1111lt1arlo e n las
1 00, s
caus;:¡s
1
,,
cri minales en j u1110. 3 1 d e 1¡;,S (.V ov1s1111a
· · p
.cco¡, 1·111n.011,
· • cit.
· ) ...
1
a ¡cg 1slac
· 1·6 11 no
'"' N ueva R cco itac ·
en Ir . P ión, li. b. I V lÍl xx ¡ . . L
es p.11 tes, dando u na a l \' ' ,, · · · • C) 1· a s uma afia11 l acla se repartía luego ·11"ecisaha los (a SOS en que era proced e n le, re.ro ~e. rec~noc1a p~r lo gen e ra l q11~ CI a
· n,·oc·ir h com isió n d e una gra ,·e lllJ UStlCla o irregu la ridad p rocesal a l 111 tc1 .
lllOlla rca· · Con f .: 1d.,
. Jib IV · ence11or
.. del Jll ~ o, 011 .t a Jos Oidores
. 1
· 1 . y l a tercera a 1
1 .
necesario 1ecurso. • ·
Ver tambié n F1..0RFXCIO GARciA GoYF.xA y JOAQL"i x Ac:L' IRRF . Fc úre10
t:>J }' • , lt l. X X le)· - '
.ero¡1., ll . ii. - 8 e . .id ' V x/• S . poner . e·1 r de j ucrcs. Abogados)' F..sen.ba11os, .¡ ~ e. d , I\' , 1,¡- - 17,. 8 \ I·acn<.
1 . 1 18;.¡2
• .
a · .la Heco¡n·1ación de !JIndias • .on f..
Il ., ,· · · :I· · egun ~ fAxuri. J o~rl'11 nr: AYAl.A (.\'o las 0 111ircn n . .. . . ,. . ¡ .
• 2 '-1 1 '"" \ Turva R ecn pilacw11, lth. IV, lit. X\ 11, C) 4.
\ l 1spuso
. ciue ¡os p len. os se co ' ncl . · ,, ad n d • 1!) lv
r.) • t·.1 rea ¡ ced · ula d e mayo z 1 d e 17 1!)
, .. 'La aud iencia no solo ahsorbió b ue na parte el~ los l.i<igios q u e ant~rior111cn1e com ·
l n d 1as ' "á' m enos de que in t . U}eran e n. .las .1 d 1e. n c1as.
· . remi tirlos a· l Consejo . de
e tian a los jueces legos, sohre tod o en Bue n os Aires._s mo_ q ue taml.J1c11 ordc~16 . a lo~
' •u s111
i.11 R , I e1 vengan mu1 ¡us t· . 1·r· .
" <Co 1. , V. x iii. 1. Pero · as Y (a 1 1cada s C"ausas". P <l. -ios que con u ltara n con ella las sentencias di ct adas en causas cr1111 1na lc,.
,, ucva"" R/( eco¡n·iano11, . . lih. I V ¡estaxxn orma
1
. S)no regia· e n los pleit os sohre poses ión ( id .. )'
•a lca• 11 e es or 11131 •
erlas e n e¡·ccución. Con este t rámite · o>1 11gatono
· · se d 1ó· ma yo r ag il ·idad ;1\
ecnp., YIII 1. ' 1· · · . 1e y . antes e.1e · pon to evicmdo la se u u nda ·111s1anna · sm · elepi · · 1·b
1 rato 1 e1 a sun to a la \"Ol t1ntad
36
. : 3 ·}' V
""' fl ceo¡l . , 11. X·\" 11 ... 8 1Jroccd.11n1c . n los . ¡· ueces
· o
capiw\ares (ver J o s(.: 1\1. l\I ARILUZ U RQUIJO. Las 111c111o ru1. . 1 ele los
'" /l .
''" ero¡i., V. xi ii. 1. Con[. N
. X I II.
'
y N u ev~ R <:cnJnlan . .
ó 11 , li h. I V, tít. xx , ley 11 . cxclus1v.1
· de1e J' elll Auclie11 cin de 811 e11os 1l1res · 1\ I <11w e ¡ A11to11w · e¡e A r,.cdo11clo )' ¡¡,.,,¡¡0
. . Rern¡1., V. xiii. 6. Es l a ¡·: ucva RcrojJ1/ació11, lih . I V, tít. xx, ley ir.. rege11tes e 111 · 'ares en Revista del !11st1t11t · o e1e H1stona · · eI eI D cree J10, 11Q 1 , 2 ¡. Buen os
p1ocuraron · . . ' ey est á formada
j usti [ic- . . ev1t.i1 los abusos cometid o·
1 . . . ·'
. P ?r <os. 1e,il es cédulas de 1620 y 1fi27, que de la ¡) I a ta L ' 1' '
/1
1'1arsc ~~1 6 d e lo r¡ue [u e re just o" ~ofº1 . quienes interponían e l recurso " con m e nos
.tilo- entre el fi sco · · rnrl ducacl os se repartían - e n caso d e confir·
Aires. •!l·HJ)·

' 1a pa rte contra ri a y los o i <lorc;. 177

176
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

CAPÍTUW VU

LOS J UECES DE LA AUDIENCIA

he_mos_ señalado las ~is tintas f_unciones que correspoudían a la


Y A
audiencia como organismo colcg1ado, o a sus miembros actuando
individualmente. En este capítulo estudiaremos con mayor de talle algunas

A
o B
d e las magistraturas que cor respondían a los oidores, o que eran desem-

ic .U
peñadas ge nera lmen te por enviados de las audiencias para cumplir fines

ém ioja
determinados.

ad G
ac el
l. El juzgado de bienes de difuntos.

o d
us eca
La necesidad de asegurar las herencias de los españoles que morían en
América dió origen a un régimen especial en la legislación indiana. Ya en

t
io
el año 151 O se d ispuso que las propiedades de esas personas fueran inven-

bl
tariadas y convertidas en dinero, el cual debía ser remitido a la Casa de
Bi la Contratación de Sevilla para su custodia y entrega a los herederos le-
gítimos 1. Cuarenta ~ños después Car~os V organizó el ~ue~o sistema, dis-
poniendo q ue los virreyes y los P~.es1dentes de_ l~s aud1e noas n ombraran
un oidor de estos tribun ales para cobrar, admm1strar, arrendar y vender
los bienes de difuntos", y "hacer acerca de lo susodicho todo lo que nues-
tras audiencias reales pudieran h acer con todas sus incidencias y depen-
dencias, an exidades y conexidades; y si de él se apelare o suplicare vaya
el p leito a la audiencia, para que todos los oidores lo determinen, y de lo
que determinaren n o h aya más grado" 2 •
1
C. H. HARING, El comercio y la navegación ent1·e Espmia y las Indias en época
de los Habsburgos, 35, París, 1939 (ed. de la Academia Nacional de la Historia, de
Caracas). · ..
2 R ecop., II. xxx11. 1. Pero si quedaba el recurso de súplica ante la misma audiencia
(SoLÓRZANO, II. 310).

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

E.l oidor qn: ejercía estas fun ciones se llamab a Juez i\Iayor (o General)
.. .'ie l'.at:i ?a, p o r cons iguiente, de una m<l g ist rawra especial, ele j urisclic-
de bienes _d e d1 fu nLos'. duraba dos a11os en el ejercicio de su cargo, y podía
no r'• pnv·1tl\"a
' ' :i, cu yo pr"n · a 1 o 1>je
1 crp · t1\'0
· era <lseg urar Jos bie nes s ucesorios
ser removido p or el virrey o el presidente de la a ud ienciaº· Su juriscliccióri
par:1 e ntrega rl os a los he red eros a usentes. De a h í que no e n tod os los c 1sos
se ex ten~ía a todo el distrito del mismo tri bunal 10. Para la ejecución d e
'u
. \'JCra
. . compctcnc1·a · -F sta ' le e 1a
· negac.]a, e n e fcno, c. uando los he rederos
sus fun ~1on es en los l ugares apa rtados, el Juez Mayor designó en l os p ri-
111 suu11 ~l os c.staba n en el lugar"', o "s i e l difunto dejare e n Ja pro,·incia m eros tiempos a delegados suyos especiales, con facul tad es judiciales, a fin
do nde lal lecic rc noto riamente hijos o d escc n d ien tcs Icgí ti mos 0 ascencl ic11- de recaudar los ~ienes dejados por los espai'íoles fallecidos. Así, por ej em-
tes, por fa 1ta de ellos, tan conocidos q uc n o se d udc d el parent es co"~.• pues plo, en 1589 fue n~m?rad~ un ? para las gobernaciones de Tucumán y
c:;tos c~sos eran de con:p~ t.c n cia de la jus ti cia com ún. En cam bi o, aqu élla del Paragu ay (esta ulLuna 111clu1a entonces al Río d e la Plata), facult~tn­
2nte nd1a :~ todos los JU 1cros suceso ri os en c1uc Jos h erederos, 0 Ja lllayor dol o p ara p ercibir el 5 por 100 d e lo qu e cob rara 11 . Diez ai'íos después
panc, res1d1eran en otro distrito º, o no fu era n co nocidos•. y en tales casos 5e nombró otro juez p ara Córdoba y Santa Fe, con idéntico porcentaje, el
te n ia competen cia aunque se tratara de juicios ab i11t cslato Je Jlli li ta rcs c.ual podía administr ar "justicia a las partes civil y criminalmente en todas
o e:lcs'.;ísti cos 8 , i nten·iniendo también en to d os los pleitos en que el Sllce- las causas tocantes a bienes de difuntos" 12.
so n o ucn e fue ro de atracció n. Esta prácti ca, costosa e inú til, fué pronto prohibida. L a real cédula
de octubre 5 ele 1606, dirigida a la a udi encia de Lima, disponía que ésta

A
no consintiera el en vío de "comisarios y personas particulares a la cobran-

o B
3
ll rco /1., 11. xxx ii. ,,.

ic .U
' Ur·co/1., 11'. ,x,,. !i. ¡2. Co~ f.: /1/cC:. serie 111 , IX , .¡¡1. La real céelula de septie mbre za de los dhos. vienes sino que la cometa a las Justi zi<ls ordinarias mas

ém ioja
28 de 1¡y7. dc.:s t111ada a corregir los abu sos c¡u e cornetiau los juece ~ ele bienes d e difu n tos . ser canas" l 3 . Y posteriormente se estableció que cuando el Juez Mayor con·
d i'> pll>O q u e ~stos no conocieran " el e !:.is he re n ri a ~ abint estato ó ex-testamcn1" ele los siderara n ecesario ma nd ar u n "J uez comisario panicul ar . . . lo proponga

ad G
'l_''e clexa n en l:i s p artes en que mueren d esce nd ientes lcgi timos , 6 asce n<lientes 6 pa ·

ac el
11 c.: 11tc.:s trans1·cr>alcs dentro del grado q ue p or d c1ccho dc.:bcn heredar" (Ced11/ario d.: testament arios (RCP, 3:,. de la cual se fo rmó la R ecop., ll . xxxii. 8). Posteriorm ente se

o d
0
la U cal .·l 11d ie11rirz d e /311 e11ns 1l ires, 11 , 30¡, La Plata, 193¡). insistió en esta n orma al prohib{rscl es tomaran "conocim iento sobre validacion , ni nu-

us eca
0 llt'co /1 ., TI. xxx ii. 13· Es ta ley. que r eglaba s implc.:m en lc un prohlcma de com p eten · lidad de Testamentos, hacer In ven tar_ios, Seques t~o, ni Deposito de bienes, que dejaren
1.ia, 01 igi11ó una in ter pretación equivocada ele Ih lma ciu Véle1. S:'1rsfi cld, en su no la al Jos Testadores. aunque estos sea n Clcngos, y también sus h erederos, ó hubieren instituido

t
io
art. :1.¡ 10 <lcl Có<ligo Civil ,\rgenti no. El codificado r creyó q u e por virtud de aqul·l la l;i á su Alma, ú Obras Pías: .. . qne lo mismo se debe observar en los Abin testatos de

bl
; 1o>c.:·; ió n l!cr cd itaria correspondía por d erecho a los hered eros leg ítim os, " sin n ecesidad Clcrigos, y en los de Legos, cuyas herencias correspond an á Eclesiasticos, pues todos ...

Bi
q u e e l juel m ande darla ". Po r el lo ::1 a n . 3.¡ 10 del Código acordó la posesión d e la deben acudir ante las Jusricias Reales Ordin arias" (Cedulario cit., 1, i3: real cédula de
h c.:1e n e ia e nt re ascendi en tes y d escend ien tes "sin n inguna fo rm alidad o intervención d e abri l 27 de 178.¡). A1ios d espués. la real céclu l_a ele noviembre 29 de 1796 dispuso que;
· los R eligiosos profesos de ámhos Sexos, son rncapaces de testar, y también lo son de
lm jueces", di ~pos irión q ue n o se CU lllJ'le en la pr:lt tica. Conf.: SALVADO R Fcm.-.: 1E1.F~.
toda sucesion abin testato, asi ellos c? mo sus Conventos" (Ccd u/ai·io cit., II , 272; conf.:
·r rafl:do dt: fas s11r1·sio11t·s I , 180- 18¡, J311 enos :\i res , 193 1, en donde se rea liza un agudo
1 AEC serie III, X I. 33.¡). !'ero en abril 29 de 180.¡ quedó aclarado "que solo debe enten -
a n ;iJ i,i -; d e Jos j 111gados ele b ie nes ele difuntos. Yer ta m bién FKA:-;usoo :-r. frnK ER. l'11a dersd la capacidad de los Religiosos qnan:lo lo son d e Orden que puede poseer bienes"
i11~tit 11riún ju ridira d e la colo11 ia, F.l ju~gado de /.Ji1·1u·s de di/1111/os, en llofrt/11 df'I (Cedulario cit., 111, 250). Esta inca pacid~~ d~ los religiosos profesos para testar y recibir
lJt'/1t1 r/11111 e11/o d e F.s/ 1ulzos Et11 ogrtifiros )' Culo11ia/f's, ;11io 11 , n9 2. 39·.¡8, Sar.:a Fe , 1!) ¡ ¡. por testamento derivaba de su m uerte civil, impuesta tan~o po~ ~¡ derecho espaliol como
,, ~ cal céd u la d e septiem bre 28 ele 1/ !Ji· ci1a da (' 11 la nrlla •1· en el canónico (ver notas a los arts. 103 )' 3733 del Código C1v1! Argentino).
• R ecop., 11. xxx ii. 1. Conf. : real cédula de noviembre 29 de i794 . ordenando que el
' Rc.:a ! , écl11la d e n oviem b re 19 de 1786 , en Crdulario de la R eal .·l 11die11 ri11 de Jl 11 e11os
cidor juez tic bi enes de difu ntos no durara más de dos alim en el ejercicio de su cargo
:l irt'.1 . 1, :F)l. La !'lata, 1929.
' f{ crn/1.. ll. xxx ii . 7 y 8. Poster iormen te la rea l ord en de agosto 29 de 1¡98 (en (Cedulario cit., ll , 1?3) .
C<"d11/ario d e la f?t'fll Audien cia d e /111 e11 os :t ires, 111 . 20, La Plata, 1938), dispuso que
'º R ecop., 11. xxxu. 2.
u Auto de febrero 20 de 1589 (Archivo Municipal de Córdoba, Libro II , 16.¡, Córdo-
" el co nocim iento d e las T es tamentarias, y abin tes tatos de los In d ividuos Mi litar es, q ue ba 332). Otro n ombramiento análogo se hizo en 1603 (id., Libro IV, 46).
1
1n uercn en. Am crica ... dcx and o h erederos res iden res en Esp a1ia. pertenezca privativa · 'u Auto de m arzo 30 de 1599 (id ., Libro 111, 143).
m c111e ;\ la juriseli cción militar". Con ello se am p liaba la com petencia de esta úl tim a ,, RCP, 2. ; Actas capitulares de M e11doza, l. 445 -461. Buenos Aires, 19.¡5 (publicación
15
(vrr 5obre es lc p11nto las No tas a la R erofJi/arión d e Indias, p or MA°NUF.I. J 0 su OF. AvM.A. de la ACADEMIA NACIONAi. DE LA H1STORl1\); Rccop., II . xxxii. 10.
!l, ¡3:?, ¡.t ad rid , 1946). La rea l céd u la d e ocLUhre 30 de 159 1 p r ivó a tos jueces eclesiás·
ti cos d e toda inte rvención e n los j11icios s ucesorios d e los clérigos, ya fu esen ab intestato,
18 l

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
1
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

fac ultades a las del oidor is; pero esta norma turn escasa aplicación en
en el acuerdo", requiriéndose así el vo to ele la m ayoría de los oidores
para su en vío 14 • n uestro territorio 19 .
La competencia de este juzgado espec~al destinado a p~oteger los inte-
Es probable que la real cédula de 1606 no fuera la primera orde n en e · de los herederos españoles fué cl1smmuyendo progres:vamente al au-
el sentido de atribuir a los jueces ordinarios -alcaldes y gobernad ores- res ~ . "d' \ ·
men t a r los 1·uicios sucesori os en que los causa-habientes
. . res1 . 1an en. f mc-
la cobranza de los bienes de difuntos. Ya en 1587 el gobernador d el Tu- .· y esta magistratura fué IJerdiendo así la importancia y 1erarqu1a que
cumán, don Juan Ramírez de Velazco, dispuso que en todas las ci udades 11ca. . 1.· • 11 ·
tuvo en los orígenes de la colon ización. Contribuyó. tamu1c.:n a e o c1er~o
de su distrito "tengan é tomen á su cargo el tomar las cuentas de bien es d esprestigio der ivado ele la tardanza con ~ue se ~eahz?ba el cobro. _Y e~v1_0
de difuntos el Alcalde mas antiguo é de l .0 r vo to así de abintestatos com o de los bienes por fun cionarios que carecian de mt~rcs en cumpln e(.1caz-
de testamentos é los hagan cumplir y ejecutar" i :;. Asimismo, a partir d e mente su cometido, y ele los cuantiosos gas to: que 1rro?aba el mecan ismo
1605 el Cabildo de Buenos Aires asignó a uno de los alcaldes ordinar ios el 1 1 Pero el ordenamiento así creado continuó Cunc10nanclo, al menos
ega. · d · ·
título de juez de bienes de difuntos, n ombrando a un regidor para que · l sta que una vez producida la separación e nuestro terr!lono
en teona, rn · · F · l d"
actuara como tenedor de los mismos rn. Y aunque estas designaciones p o- y Espana - se hizo evidente la conveniencia . .de suprimirlo.
.. · ··ue · o que · d1s-
drían también referirse a los juicios su cesorios que escapaban a la juris- puso el R eglamento de institución )' adm111 1straczo12 de ¡usticza, sanciona o
dicción del juez mayor de la audiencia de Charcas, el hecho de n ombrarse por el triunvira to el 23 de enero de 18 12.

A
un tenedor o depositario de esos bienes indi ca que se tenían en cuenta

o B
2. El juzgado de tierras.

ic .U
además los casos en que los h erederos no estab an en el lugar.

ém ioja
No cesaron, sin embargo, los envíos de jueces especiales al amparo de . · d a d ele las tierras que paulatinamente . iba n ocupando
la norma que a utorizaba a nombrarlos previo acuerd o de la audiencia. La p1op1e · · 'd los º
éspañoles tu vo, sobre todo en el siglo ~vm, enorme 1 m~ortanc1a 1un .1c a

ad G
En 166 1 se presentó al Cabildo de Buenos Aires un título de "Juez comi- · · ¡rns ta determi nar ' la' creación de una . magistratura · especia ¡ 1.

ac el
Y econom1ca, . el
sario y general <leste Jusgado mayor" para las tres provincias d el P araguay,

o d
· ·
Al pnnc1p10 e· d la conqui· ta
~ • la abu nda ncia e
. ., . . · tierras, su exiguo va or, .

us eca
Río de la Plata y Tucumá n, y con facultades para "conoser de todas Y ,
). el escaso nume10 . de pobladores pen111t10 distri buir 1as b generosamente
" el ..
cualesquier caussas que se han ofresido y ofresieren", hacer inventa rios, ' 1 por los cabildos, los cuales otorga an merce es
por los gob~rnai:tes y .ª u11· con firmación real 20 . Es tos repartimientos tras-

t
io
cobranzas, y tramitar los pleitos sobre esos bienes "asta poner las causas uc req uenan s1emp1e .i 1 . . .

bl
, . .
ql daban al nuevo mun(lo la' figura' J. und1ca medieval . 1 de a apnszo fo pt. e-
Bi
en estado de sentencia en el qual con si tasion de los ynteresaclos las r e- ºó
mitira para su determinasion a este jusgado mayor" 11. ª ' .,
" I que ex1g1a para a a
1 dquisición del dominio a ocupao b "d n1 e ecllva
Una ley d e la Recopilación de I ndias establecía que en las provincias sura - ' . la aprisio se realizaba después de o tem a a con ce-
de la tierra. ~ veces pación del bien precedía toda in tervención
en donde no hubiera audiencia, el gobernador y los oficiales reales de- ºó bernat1va· otras 1a ocu . c1·
bían nombrar anualmente un juez de bienes de difuntos, con idénticas si n gu . '' En el' rimcr caso el dominio se consolidaba me iante
de la autondad. P. ·ento por el rey· en el segundo, se trataba de
la confi rmación del repa1l·t1n~1 si un tí tulo . definiti vo e incon trovertible.
" Real céd ula ele noviembre 23 de 1636. en RCP, 2.¡6; Recof1., II. xxxii.
,_. Archivo Municipal de Córdoba, Libro I, 586.
10.
b 1 tanbié
1 n para ogiar ª
o tener a . . d. ·ecto de tocias las tierras americanas corres-
'" AEC [serie IJ, I , 153 y 179. Conf.: MANUt:L RICAROO TRELLF.S, juzgado de bie nes E efecto el clom1mo n l S - .
pondia n a la cor' on a, por ¡1a ber "subcedido enteramente en e enan o que
de di/u11l os, e n R evista d el Archivo General de 1Jue11os Aires, l , 449, Buenos Aires, 1869.
En las ciudades donde no había Cajas Reales, los bienes de difuntos debía n guardarse
en un arca de tres ll aves, las cuales se e ntregaban a un alcalde, un regidor (nombrados 1
•·• R ecop., II . xxx ii. 9· C vallos y Jos oficiales reales hicieron una designación de
ambos a l principio de cada año), y a l escribano d e l cabildo (R ecop., II. xxxii . 20). En ,, En • 760 el gohernador e
las otras ci udades, los oficiales reales tenían a su car go la custod ia de las cajas ele bienes e.; ta clase (A EC, serie III, Il , 489). . .
de difuntos (id. , xxxii . 25). En fehrero 15 de 1758 el juez mayor de Charcas r esolvió SoLÓRZANO, 11, .18 1.
:D • • . de la tierra en la Amé rica F.sf1miola, 4~ Y s1g.,
que en ausencia de j uez espec ial , los alca ldes ord inarios y el gobernador debían dar O e l'DEQUI E 1 rcg11111m .. I p ··
"' JosÉ M. TS A ' . CONCllA y i\! ARTINEZ. / .(! ··¡1res11ra ' a OCll aczo11
"Cuenta de los Avi ntezta los, y de los inventarios y dem az diligensias de los Vienez de º" ll in t6· I GNAC IO DE LA ' "d
Ciudad Truj• o, '!" ' . / de la reco11quisla, Madn • 19.1 6 ·
di funtos" a l ju zgado mayor (AEC, serie III, 11, 323; conf.: R ecoj1., II. xxxii. 18). de tierras e u los f1nmcros s1g os
" Auto de marzo 5 de 166 1 (AEC [serie l ), XI, 267) .

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

en momentos en que e l desarrol lo de la colonización daba a la propiedad


tuu ieron en las Yndias los SCl'iores qu e fu eron de ellas"'.!'.?_ El rey dej aba inm ueble un valor de que antes carecía.
;:i los indígen as en comun idad "lo que buenamente huui eren menester.p ar;:i Un siglo más tarde se creó, respecto de las Yentas y composiciones de
que tenga n con que labrar y h ace r s us sem enteras e cri anzas " 2 ~, y luego tierras, una jurisdicción especial qu e fué confiada a las audiencias. La
repartía tierras a los conquistadores. y p obladores, en premio a su esfuerzo leal instrucción del 15 de octubre de 175i confirió a los presidentes de
y en proporción a sus m éritos y ser vicios, con el objeto de foment :ir el las aud iencias "la facu ltad ele nombrar los ?\finistros Subdelegados, que
a rra igo d e Jos habita ntes y el desarrollo econ ómico ele las colo nias . deben exercer y practicar la \"en ta y composición de las tierras y valdíos
En 159 1, a l mismo tiempo que afirma b a su dominio de todo el nuev~ pertenecientes al R ey". L as personas que estaban en posesión de tales
mundo, Fe lipe II ordenó "que toda la tierra q ue se p osee sin j ustos 111 tierras desde antes del a fio 1700, debían manifestarlo al Subdelegado a
verdaderos títulos se Me restituya", a cuyo efecto debían los poseedores fin ele que previas las comprobaciones del caso los dej aran "en la libre y
exhib ir a nte el virrey o an te el fun cionario que éste designara "los títulos quieta poses ión cie ellas, si n ca usarles la me nor molestia·', quedando así
que tuuieren de las tierras ... , y amparandolos en los que con bu enos confi rmado el dominio por prescripción.
titulas y recaudos poseyeren, se me b ueluan e restiLU ya n las <lemas para En cuan to a los poseedores de tierras vendidas o compuestas desde 1700
t:n adelan te, no debían tampoco ser molestados si habían obtenido con-
disponer d ellas a Mi Voluntad , sin que aya ni pueda a uer sobre e ll o pleyto
firmación por parte del rey o de los presidentes de las audienci as autoriza-
a lgu no, m as que la cleclaracion que Vos a las p erson as que tuuieren n1estro
dos p ara darla: pero a falta de este requisito debían solicitar la confirma-
p oder y com ision hicieren cerca d e llo" 24 • •

A
ción an te las audiencias o los subdelegados que éstas nombraran, a fin
Al iniciarse así una re visió n gen era l de los títulos de propiedad,

o B
de que se les despachara n los títulos una \·ez comprobada la legitimidad

ic .U
perdieron las a utorid ades coloniales la facultad de o torgar nuevas mercedes de !a posesión y pagado el precio de la venta o composición.

ém ioja
ele tierras, salvo fa cultad expresamen te con ced ida al efecto. Y las urgen- Estos mismo · subdelegados tenían facul tad para conocer en primer:i.

ad G
cias fisca les introdujeron también contempor;ineamente el sistema de va- instancia, y con apelación a la audiencia, de todos los pleitos que pudieran

ac el
lidar la posesión o aprisio que se había obten ido sin t_ítulo legíti m~,, me; ocurrir "acerca de la venta o composición de realengos, sus determinacio-

o d
dia nte la cobran za de un donati vo del ocupante de la u erra que rec1b 1a e n es, medidas y tasaciones". Pero en provincias distantes, como la de Bue-

us eca
nombre de composición 2 :; . • • nos Aires, la instrucciém d isponía q ue las confirmaciones debían ser des-

t
io
M ás tarde, en 163 1, al mismo tiempo que confirmaba el dom11110 d e pachadas por el gobe rn ador con acuerdo de l_os. oficiales ~eales y del te-

bl
todas las tierras ya "compues tas", otra real cédula dispuso que "tod.as las niente general letrado, los cuales formaba n as1m1smo el tribuna l que de-
que estuvieren p or componer, absolutamente harán que se ven.da n ~ vela Bi b ía entender en las apelacio nes que se interpusieran contra los fa llos de
}' pregón, y rema ten en el mayor ponedor" '.!G. Y otra ley posterior d1sp_uso los su bdelegados, "sin acudir a la Audiencia o Chancillería del distrito,
que no fuera " admitido á composicion de tie~ras el q ue no las hub1e~e sin o en cas~ de no estar conformes las dos sentencias" ~s. ·
·d d ·e a ños" 21 Se generalizó así el sistema d e las ventas en pu- De acuerdo con estas normas, el oidor decan o de la audiencia de Char-
pose1 o por 1 z · 'd ·· t c;is nombró subdelegado para "en tender, en la Ven ta, y Compocicion, de
bli ca su basta de las tierras baldías y de aquéll as no pose1 as 1eg1t1111amen e,
tierras y baldios, pertenecie~tes a esta _PrO\...;¡. del Ria de la P lata" :?11 . Pero
· d · de 1°•91 en Colección de documen-
¡ 1Q al im plantarse las intendeno~s, las atnb.uoones. de _estos subdelegad~s pa-
"' R eal cédula. al v irrey del P~n~ , e nov:e~/s~~ or a~iz~ción de las ar1tiguas p ose·
tos inéditos relativos al d_escu br1mie ~ ~~~1
11 01
sio11cs espa1iolas de A mén ca y Oceanw, 1
y 1Ma~ rid 1 5 72 incluida luego en la
• 23· ·I · • •
·saron a los nuevos funcionarios con caracter pnvat1vo, y con apelación a
la Jun ta Superior de R eal H acienda.
R ecop., I V. xii . 1.1._ . . . sola m e nte e l d o minio util, reservándose el rey e~ R eal instrncción ele oclll b re 1,; ele 1¡ ,;.¡ . publicada en CTS C ,\l'DF.QUI, 16¡, y como
:o I dem. ¡\ los rnd1 os se les trasm1uja <\ DE LA NACIÓN, Fallos, tomo 155, pág. 313
el domin io directo : Sll l' RE~IA CORTE DE USTICI a é ndicc 11 <J 9 de Ja R eal Onfrn~n211 dt' lnt'. ndc11/es. . ,
(sep1ie:11i>re 9 de 1929). . p ,,.. AI:C, serie 111. V, 5 1 (cab ildo de abrd ~6 el~ 1769). f:l nombram1cnt~ fue hecho
en octubre 3 de 1¡G 7 a favor de J osé de_ R1 vada~ 1a. Posteriormente se r egistró otro a
"' R e al C:édula d e 159 1, ya Citada.
favor ele ~!:111ucl ere Basa ,·ilbaso: 1I EC , sene. 111 , \ •! , 236.
:r. Ver 0Ts CAl'DEQ UI, 68 y sig.
"' R ea l céd ul a de mayo 17 de 163 1: R ecop., IV. x ii. 15·
07 Rea l cécl ula el e junio 30 de 1616: Reco f1., IV. xii. 1 9·
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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

3. ]ueres de comisión y pesr¡uisido,-es. . Estos jueces ~e ~omisión t~nían poderes limitados: no podían senten-
ciar las causas cnmmales, debiendo remitir los presos a la cárcel d 1 _
dº · ea . , e a au
. _Las ~udiencias tenían, como ya lo hemos señalado, un gran poder de .1enc1a ; en nmgun caso reemplazaban al gobernador, aunque la comi-
vigilancia Y control sobre toda la administración de justicia, entendién- s~ón fuese en su contra 34 ; ni entendían en pleitos ya sentenciados defini-
u~a~ente ; y debían por último limitarse al cumplimiento de la co-
35
dose por tal no solamente los organismos encargados de dirimir las con-
troversias jurídicas de los particulares, sino también todo lo referente al mmón para la cual habían sido designadosªª·
recto ordenamiento de la administración, en cuanto éste contribuía a Los j.ueces pesq~isidores tenían mayor importancia, pues su misión no
mantener el ideal de justicia al cual aspiraba el régimen indiano. Desde se reducia ª. cum~hr .un mandato puramente judicial, sino que realizaban
este punto de vista, las audiencias invadían un campo que ahora aparece verdaderas mvest1gac1ones sobre la conducta y actuación de los mag· t _
d l l "L . is ra
re~ervado al gobierno, pues el concepto de justicia tenía entonces una ª!11- os o~a es. a avengu~c~on, y castigo de los excesos cometidos por los
phtud que superaba la función puramente jurisdiccional, para irradiar Corregidores,. y otros Mm1stros, es materia de justicia, y á esta causa se
su espíritu a todos los ámbitos de la organización social. ha de determm~r ~orlas Audie?cias", decía la RecopilaciónB1; ampliando
Esa función de vigilancia y control se ejercitaba ya fuera impartiendo en la forma ya md1cada el ámbito de la función judicial. A ese efecto 0 •
órdenes a los jueces inferiores para el pronto y eficaz despacho de los dían sus miembros "mandar que se hagan averiguaciones secretas ó enpl
. l . , a
asuntos, ya enviando comisionados que los reemplazaran o suplieran su f orma que mejor es pareciere; y resultando culpados, remitirlas a las

A
ausencia o incuria, ya investigando por medio de sub0rdinados suyos los Audiencias, que llamadas y oidas las partes, hagan justicia"3S.

o B
Estas investigacion~s sólo debían realizarse "en casos tan graves, y escan-

ic .U
defectos y vicios existentes en regiones lejanas; pues así como los jueces con
dalosos, que haya peligro en la tardanza, y dilación de la residencia"ªº

ém ioja
imperio podían delegar sus poderes en otros ejecutores, así también y con
mayor razón las audiencias tenían la facultad de designar otros magistrados En tales casos el juez pesquisidor era nombrado -por resolución del tri:

ad G
con plena jurisdicción para administrar justicia, aún sobreponiéndose a los bunal- por el presidente de la audiencia 40, el cual, una vez hecha la

ac el
jueces ordinarios. averiguación, quedaba informado "para proveer en el Govierno lo que

o d
conviniere" 41 •

us eca
Estas delegadones de la justicia audiencia! se efectuaban por medio
de jueces de comisión o de jueces pesquisidores, así llamados según fuera No obstante las limitaciones impuestas al ejercicio de esta facultad

t
io
el encargo especial que tenían. Desde el principio de la conquista quedaron excepcional, la audiencia de Charcas la utilizó en numerosas oportuni-

bl
facultados aquellos tribunales para enviar jueces de comisión fuera de las dades, provocando las quejas y protestas de las poblaciones. En el Río de

Bi
cinco leguas del lugar donde actuaba la audiencia, pero los abusos corn:e- la Plata se hizo relativamente frecuente el envío de jueces de comisión
tidos obligaron también a restringir en lo posible esta atribución. Se dis- y pesquisidores, destinados a investigar sobre todo la conducta de los fun-
puso que solamente fueran "proveidos quando fuere justo, y conforme á cionarios con respecto al comercio ilícito. El primero, designado por el
derecho, y no de otra forma, y los ménos que fuere posible, y en casos ra- visitador de la audiencia a indicación del virrey, tuvo facultades para ha-
3
ros, por excusar, como conviene, qu~ sean m.?lestados. los .pobladores" º. cer "todas las ynformaciones y averiguaciones prisiones embargos y todos
En los casos comunes quedó establecido que las Aud1enc1as no provean los demas autos y diligencias que fueren necesarias", a fin de mantener
Jueces de comision para sus distritos, y remitan· el co~ocimiento de las
causas, que se ofrecieren, á los Gobernadores, Corregidores, ó Alcaldes a Recop., VII. i. 4·
mayores, si no fuere en casos inexcusables, y á costa de las partes c:iue los S& Recop., VII. i. 17.
ss Recop., VII. i. 21.
pidieren"31. Si los jueces inferiores no cu~~!ían los mandatos del tnbunal, ao Recop., VII. i. 8.
podía éste "enviar executores con salano , a costa de los culpables o 11 Recop., VII. i. 11.
:is Recop., VII. i. 11.
remisos 32• 111 Recop., VII. i. 16: conf.: id., V. xv. 20.
'ºId.
30 Recop., VII. i. 4· n Recop., VII. i. 11.
31 Recop., VII. i. 1. Conf.: id., 11. xv. 175.
a:i Recop., 11. xv. 117 y VII. i. 6.
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il
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"
Ja clausura del puerto 42 • El segundo, aunque recibió el título de juez e.le 4. Residencias y visitas.
comisión, fué en realidad un verdader~ pesquisidor que se limitó a levan- A pesar de que la legislación procuraba limitar, los poderes de los d~s­
tar una información de testigos sobre el tráfico ilícito que se realizába tintos funcionarios, y establecer entre ellos un rec1proc~, contr_ol.' las d1s-
por el puerto de Buenos Aires4ª. . la relativa independencia con que actuaban podian ongmar abu-
tancias y ' . . . , · d·
Ante las protestas de los cabildos, el rey ordenó que la audiencia de sos que era conveniente evitar o reprimir. Se idearon as1 v~nos reme ios
Charcas no enviara jueces de comisión a las provincias del Plata, "sino contra Ja arbitrariedad de aquéllos, procuran~o hacer efectiva su respo~­
que las cosas que se ofrecieren las remitais a mi gm·ernador dellas sino sabilidad al término de su mandato o corregirlos durante el desempeno
fuere en casos ynescusables"·H. Y efectivamente, desde fines del siglo xvn de sus funciones. . . . .. ,
cesó el nombramiento de estos comisionados especiales, cuya actuación no P aia . mplir este último obJ. euvo se enviaban 1ueces de common o
cu · ó b. ·
era siempre todo lo legítima a que aspiraban las autoridades superiores. pesqms1 · ºd ores, de los cuales ya nos hemos ocupado, . . .y se orgamz · · tam
,\tl ien •
La misma audiencia hizo, excepcionalmente, una delegación integral · · ·ó n de alcance más político que 1ud1cia.1: 1a . v1s1ta. ,"'\. emas,
una mst1tuc1 ,
de poderes judiciales con menoscabo de los magistrados locales, al nombrar genera 1mente a 1 terml· nar el mandato de cada func1onano, se le sometia
Y
· · · d e res1·denc1a,
al JlllCIO · antigua institución española que como tantas . otrasJ
a su fiscal don Antonio de Ulloa Chaves, superintendente de la guerra
· d. t apliºcación en América. El objetivo de e11 a era castigar os
contra los indios calchaquíes. En septiembre 2'1 de 1632 le dió comisión tuvo mme ia a . l. d 1 .
d r e podían cometer las autoridades, ap ican o as sanc10-
"para que en todas las· ciudades villas y lugares partes donde se hallare abusos y e itod~ qutes a la gTavedad de los hechos demostrados. También
pueda con bara de ntra justicia conoser y conozca de todas las causas civi- nes correspon ien ºd . 1 d bº,

A
ventivo pues la seguridad de ser res1 enciac o e 10
les y criminales q~e estubieren pendientes ante ntros governadores corre- actuaba a mo d o pre ' f · ·

o B
· · en m ás de un caso• a morigerar la conducta de los unc10nanos

ic .U
gidores y sus tenientes alcaldes hordinarios jueces y justicias asi de oficio contnbmr, . · •
. , d 1 mplir fielmente su deberes 46 • Y por u 1umo, servia para

ém ioja
coino de pedimentos de partes y de todas las que de nuebo se ofrecieren obligan o os a cu · l' · d
obtener la m · formac1·ó I 1 que permitiera premiar a los que sa ian airosos e

ad G
advocandolas en si en las quales y en cada una dellas haga y administre 1

47
I d 1T ·¡ prueba

ac el
justicia sentenciandolas y determinandolas definitivamente otorgando las 11
a ici . . · nsiºstía en la averiguación, hecha por un juez especial,

o d
apelaciones que se ynterpusieren para la dha. ntra rreal audiencia en los La residencia co . f . . el
· delictuosos cometidc;>s por un unc1onano urante

us eca
casos que aya lugar de dro.''45. de los acto~ abusivos o El juicio constaba de dos partes: la investigación
I' el desempeno de su ~~rg;· las demandas o denuncias ht!chas por los particu-

t
io
bl
1 de oficio y la recepc1on e .ados La causa era seguida en el lugar en donde
ue se creyeran agrav1 . b br
Bi
42
Auto de julio 8 de 1595, en ·correspondencia de los Oficiales Reales de Hacienda 1ares q. . abía eºercido su empleo, a cuyo efecto éc;te queda. a o . 1-
del Río de la Plata con los Reyes de Espa1ia, l, 5i3, Madrid, 1915. En cumplimiento de
su mandato el comisionado decomisó algunas partidas de mercaderías y esclavos, pero I'¡ el funcionario h
gado a permanecer en e1
J distrito 0 a designar un representante. Substanc1a-
los .oficiales reales lo acusaron de participar en el contrabando~
43
· do estarán mas atentos, y ajustados á cumplir sus
, Correspondencia de la ciudad de Buenos Ayres con los Re)•es de Espatia, 1, 99-134,
Madrid, 1915. Conf:: RICARDO ZORRAQUIN BECÚ, Orígenes del comercio 1·iojJ/ateuse ta
.ca "Con este freno se ª e!iº~!: excessos, e insolencias, que en Provincias tan remota.~
1
obligaciones, y se m?derar a mano oderosa, de los que se hallan tan lex?s de la Real
(1580-1620), en SocJEDAD DE HISTORIA ARGF.NTINA, Anuario de Historia Ar~rntina, aliol 1
niede, y suele ocaswnar •. CAsTifi.o DF. BovADILLA, Política fmra c_orregidores, ~le:• II,
1943-1945, 80-88, Buenos Aires, 1947. l(SoLÓRZANO 11, !H3)· Con~.. t ata minuciosamente lo que se refiere al procetlinucnto
• 1: te úlumo autor r S e , TI 1c
.. Reales cédulas de enero 23 de 1602, y diciembre 18 de i6io, en RCP, 52 y i 12, s 5 Madrid, 1775. i:..s . ºd 11 n-66 7) Véase también Ront:RT . HAMBF.~LAI~.
reiteradas en noviembre 4 de 1636 y mayo 19 de 16.15 (RCP, 214 y 2R6). Hubo otra :n Íos juicios de res_1de~cia h~ ;ixt;;!ith ccntury and tlle Residencia as applied to the
anterior, referente a las dos gobernaciones del Tucumán y del Río de Ja Plata, expedida Corregidor in Castile ~"p t . American liistorical Review, XXIII, 246 y s1g., Durham,
'd en Tire His ame
<'n agosto 29 de 1598 (en Colección de documeritos inéditos, cit., XIX, 93): ver su comen· Corregi or, . . . . .
tario en Audiencia de Charcas, cit., III, 431. North Carolina, 1943. osÉ M. l\IARILUZ URQUIJO, Ensayo sobre. los. 1uicw~ de r~siden~ia
2
41 Recop. V. xv. 3 • J y Ciencias Sociales, iecomcn-
411
Provisión de la audiencia de Charcas, en Archivo ~Municipal de Córdoba,, libro VII, '. · éd"t 1a a 1a Facultad de Derecho
¡ · d"anos
m ' ª i prcsental
, tesis . m Facultad d
.
Buenos Aires • 19.1s. Este capitulo
· · 1 t
, se basa, prmcipa mcn e, en
,! 203, Córdoba, 1884. Esta delegación era prohibida por la Recop., 11. xxxi. 18, pues de dada al premio • dº d• l cual constituye un apreta o resumen.
ella "resulta turbarse las jurisdicciones, ... y hacerse otras cosas .no convenientes á la ese importante estu io e
recta administracion de nuestra justicia".

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

bernadores que desempeñaran su oficio a perpetuidad 5 5• Los presidentes,


d~ la causa con audiencia del interesado, y producidas las pruebas, el juez oidores y fiscales de las audiencias debían hacerlo al pasar a otro destino,
! dict~ba sentencia adecuada a la gravedad de los cargos demostrados, .ab- y antes de dejar la ciudad en donde habían ejercido el cargo 56. Pero a
:f so~v~endo o condenando a penas pecuniarias, a destierro o a la privación de mediados del siglo XVIII comenzó el rey a otorgar dispensas en casos espe-
:i ofic~os. Est~s sentencias eran apelab1es ante la audiencia o el Consejo de ciales. Uno de los primeros fué el gobernador del Río de la Plata don Do-
11 Indias, segun se tratara de un funcionario nombrado en América o en mingo Ortiz de Rosas (1759). Posteriormente se generalizó esta práctica
11 ~spaña: pero las demandas de los particulares iban siempre en segunda especialmente tratándose de altos funcionarios-, concediéndose el mismo
mstancia al tribunal del distrito 4R. beneficio a Ramón García de León y Pizarra, intendente de Salta del Tu-
!j
~os jueces de residencia de los funcionarios nombrados por el rey eran cumán, y al marqués de Sobre Monte, que desempeñó idéntico cargo en
1
i designados por el presidente del Consejo de lndias4D, salvo que éste dele- Córdoba (l 796) . También fueron eximidos de la residencia los virreyes
gara en el virrey la provisión del cargo. A veces, la demora en hacerlo obli- Cevallos, Vértiz y Arredondo 57 • En estos casos, el procedimiento se limita-
go a los virreyes a designar los jueces residenciadores. Para los funcionarios ba a publicar un bando para que en un plazo determinado se presentasen
las personas que tuvieran que hacer denuncias contra el mandatario sa-
nombrados por éstos o por los presidentes de audiencias, que eran a la
liente, de modo que lo suprimido era únicamente el juicio secreto.
v~z gobernado.res en su distrito, el juez era elegido por quien había en-
Las residencias se daban en el "lugar principal de la Provincia" en
viado al func10nario oo.
donde el funcionario había desempeñado el cargo!>8, para poner al alcance

A
Desde la primera mitad del siglo xv1 se generalizó la práctica de desig-

o B
de los gobernados la presentación de las denuncias y la producción de las

ic .U
nar como jueces a los sucesores del residenciado; y aunque esta costumbre
pruebas, y también para que el juez pudiera adquirir una impresión di-

ém ioja
fué condenada por los tratadistas y se ordenó no utilizarla sino en casos
recta del asunto. Este último, al llegar al lugar, debía pregonar el auto que
especiales 51 , se hizo difícil desarraigada. La real cédula de febrero 26 de

ad G
le encomendaba la residencia, señalando además las personas que iban a
1557 dispuso -atendiendo a la distancia y dificultad de las comunicacio-

ac el
ser sometidas a proceso. Esto último era importante, pues quedaban suje-

o d
nes- que los alcaldes ordinarios de la Asunción tomaran residencia cada tos a él todos los funcionarios dependientes del principal residenciado.

us eca
año a los que sustituían, .,y las apela~iones que se ynterpusieren en la La causa constaba, como ya dijimos, de dos partes: secreta y pública.
Residen~ia que asi fuere tomada Vaya al mi g.or de las dichas Provincias".

t
La primera· consistía en la averiguació~ de oficio, medi~nte el in~errogato­

io
Y esta norma fué mandada guardar en todo el distrito por real provisión

bl
rio de testigos, de la conducta y actuac~ón del m~ndatano. También podía
de la audiencia de Charcas, expedida en abril 10 de 1589 52 • Esta regla
excepcional convirtió al gobernador del Río de la Plata en tribunal de Bi el juez requerir informes~ otros orgam~~os, ~ev1sar ~ocumentos, o recibir
denuncias anónimas. Realizadas estas d1hgenc1as, deb1a formarse una lista
alzada de las residencias tomadas a los jueces capitulares. de los cargos que se formulaban, dando traslado de ella al funcionario.
En principio, todos los funcionarios estaban sometidos a· este proceso. Sólo se admitían cargos concretos y no denuncias vagas o imprecisas. Con-
Ninguno podía ser promovido a otro oficio antes de haber dado residen- testado al traslado y producida la prueba que pudiera solicitar el residen-
cia del primero 53, se prohibió prorrogar el término de los cargos proveí- ciado, se dictaba sentencia. En el juicio público se admitían las denuncias
dos en Indias54, y se dispuso tomar residencia ca.da cinco años a los go- Recop., v. xv. 5. El único goberna?or perpetuo que hubo en nuestro territorio
1511
f é 1 del Tucumán, don Esteban de Unzar y Arespacochaga (1707-1724).
u 00e Recop., v. xv. 3. Sin embargo, en 1787 se eximió de la residencia a los oidores
48 Recop., II. xv. 69, V. xii. 8 y V. xv. 4·
Recop., V. xv. 4. Pero en 1754 el rey se reservó el nombramiento de los jueces que que fueran promovidos.
1 JOSÉ ToRRE REVELLO, juan ]osé de Vértiz y Salcedo, gobernador y virrey de Buenos
49
6
habían de residenciar a los virreyes. A" es 8 Buenos Aires, 1932. Id., El marqués de Sobre Monte, gobernador intendente
r.o Recop., V. xv. 4. El nombramiento de juez de residencia debía ser precedido de un d '~ Cdrd~ba
3 y virrey del Rio de la Plata, E~ayo histórico, 49-52, Buenos Aires, 1946.
acuerdo de la audiencia, que decidía la conveniencia de enviarlo. ~CARDO LEVENE, Historia del derecho argentino, 11, 128, Buenos Aires, 1946.
:.i Recop., V. xv. 25. 68 Recop., V. xv. 27.
r.::i RCP, 39.

,.., Recop., 111. ii. 6. Conf.: id., 11. ii. 49 y 50.


c;i Recop., 111. ii. 61. 191

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'r

Zorraquín Becú, Ricardo.


La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
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E n térm inos gen erales, el juicio de residencia fué paulalinamente me-


formu ladas por los p art iculares, los cuales clebí:rn tamb ién segui r la sec ue- • jorando en su organización y eficaci~, resultando de posilirn benefi cio
la d el procedimiento y d emoslrar sus afirmaciones, bajo pena d e paga r. las para sanear la admin istració n, p re\·enir ).os abusos d~l pode_r, y poner ~n
COSlas d el juicio. L a sen te ncia d eb ía lilllilarsc a dc.:clarar la buena o mala e\·idencia los defecws del gobierno amencano. Connene senalar, adem;ts,
conducta del fu ncionario, pero n o po día re\·er sus decisiones ni a\·ocar que la res idencia co nsti Luyó una instilllció n que farnrecía el espí~i~u pú-
a sí juicios pendien tes o ca usas ya juzgadas. Los resiclcnciad ores debían blico y el control de los funcionarios por los gobernad?s, al pe1:~11t1r que
"averig u ar los b uenos, y ma los proced imienLOs de los residenc iados, para esws últ imos no só lo criticaran la gestión ele aquéllos, s1110 tamb1cn ayuda-
que los buenos sean premiados, y Gtslig ados los m alos" ~:i. E n este últ imo ran a la juslicia a pronunciarse en defin it iva. Y éste er.a, por. co~ 1s.iguienlc .
caso se impo nían penas de multa, inh ab ilitac ió n tem p oral o perpetua, des- o tro de los lll edi os ideados para ma ntener el ordenamiento 1und1co en la
tierro y traslad o, adecuadas a la gravedad de las fa ltas cometidas. L os suel- \'ida de las co111 u nidades indianas.
dos de los jueces y los gastos del proceso corrían a cargo d e los residen- Difícil res ulta sciialar las diferencias que ex1suan entre el juicio d e
residencia \' la \·isila. Esta última era una instiwción excepcional, cuyo
ciados en caso de cond ena, se imponían a Jos denunciantes si éslos no
propósito ¿onsislia en subsanar se~·ias d eficie'.1cias. que se _aclvertí-~ n en .~1-
d emostraban los cargos, o era n sufragados por las au di en cias en caso de ab-
« Úll dislrito u organ islllO del gobierno. Tema ast ~11: alc,tnce p1.1rnor~1 .tl­
solució n o insoh ·encia del procesado c11 • Sin embaq.~·o, en ciertas oponu 11i- ~1e11te politico, aunque también solía ~nv i a rse un nsna<lor para. Jll\·esugar
dades se im p uso a los residenciados la obl igación de abon ar l os gasws,
..•.1 con d u ct·.1 ele un fu ncionario detenrn nado, en cuyo caso asum1a . . aspectos
a unque resul taran inocentes. Dictada la sente ncia, se enviaban los autos al

A
· ¡· .- . ¡ . L residencia en cambio, siempre tenía -por su tramne y por
1uc 1ci.t es. a ' . 1 J' ··

o B
Consejo d e Indias o a la audien cia d el distrito, los cu ales d eb ían resolver ~ u resu ll;ido- este úllinto cadcter, y podía considerarse e e ap 1caoon nor-

ic .U
e n defini tiva. .¡ 1 lesenYolvirniento admi n istral i\'o del nue\'O mundo. De tal ma-

ém ioja
Al final d e la d o m inació n espaii o la se di ctó la real cédula d e agosto 2·1 m.1 en e c. . . · 1f · ·
·a cnvi·nse un J· uez de res1denc1a sm que e unc10nano
ncra, au nque pocl1. • . · · · · · l

ad G
d e 1799, que introdujo cambios fu nda m entales en la inslitución. E n ell a . d el caro-o lo corriente era que el 1u1c10 se 1111c1ara a
hu b 1era cesa o en • o ' . . d. . 1 ·

ac el
se di vidía a los fu n cionarios en tres categorías: a) los virreyes, presid e n tes Lénnin o d e su mandato. En cambio, la v1s1 ta po ~a reso1ve1se en cua quier

o d
de a udi encias, gobern adores, intenden tes y sus respectivos asesores letrados; urr ien una gra \·e perturbac16n en una rama del go-

us eca
m omen to en qtle Oc ' . . · · c1·
b) corregidores, alcaldes m ayores, subdelegados, Lenie ntes, y los d e m ;ís b 1cr no. Era un 1 ernet11·0 lieroico • mien tras aquella consutu1a un proce 1-
· .

t
io
fun cionarios no comprendidos e n los otros g rup os; y c) alca ld es ordinarios, m iento d e ru tina. . h ·
e eralcs y p anicu lares'."1. Los primeros aoan una

bl
· · 1 .
regidores, escrib a nos, p rorn radores, alg u aciles y dem;'ts emplead os su b al te r- H abía "v1s!la< mes g t1 ' ' . . .. . .
Bi
nos. Para los de la p rimera categoría se m antenían en todo su vigor las . . · · . ·' d e un dist nto entero, m1entt .1s los segun(1os .ic-
in\·es ugac1ó n o 111specoon . ~ 'l .1 ·
' [u 11c1'011ari o u orgamsmo c- . So o estos u urnos
reglas q u e orga nizaba n el juicio de r esid en cia, d ebiendo remilirse la causa b 'lo respecto a un ' . . .
tua . an so . . cl'cial pues en las generales el visnador se ltm1-
a l Consej o de I ndias. · Al concluir e n el ejercicio de l q rgo un fun cionario ternan, a veces, aspecto JU J ' ' • • • • 1 l c1· .
· . ". l· · ' n JJarticular d1rio-1d a al Consejo ce n 1as, pata que
d e la segu nd a categoría, se hacía sa ber públ icamente q ue si alguno tenía ·aba a enn at ie ,1c10 o b' 1 ..
"· ' •
pro\'e·1 . i·ec·tei·e co n ven ie11le"G3. En cam 10, as nsllas
agraYios que formular co ntra él, d ebía presentarse ante la a ud iencia d el 1o que p.1 .
v ista.' se ,. proced imien to similar al del juicio de residenoa,
distrito. Previo acuerdo del tri bunal, el virrey o el pres idente design aba P' aruculares te m an un . ¡ · b ·
el L los fu ncio narios "copia ele los e11c ws, 01 nom 1 es
al juez, y éste seg uía e l trcimite común de la residencia, y su fa llo se en via- salvo q ue ~10 se . a 'c1ª a . ·en" d ebiendo r ealizarse el trámite "con tocio
de los tes u gos q ue epusiet ' · d ' bl'
ba l uego a la a ud ie ncia respeCL iva. En caso ele no presentarse qu eja a lg una ' 'bl "o~ Se adm itía n también deman as pu 1cas, y
el secreLO y recato pos t e ·
en el p lazo señalad o, el jui cio no se ini ciaba. Los funcionarios de la ter-
cera categoría q ued aron ex imidos d e es te proceso, pues d ada su cont inua · se distinguen luego las tlos
º' T:il es el titulo de la R eco/J., JI. xxx1v; pero no
s~bor?inación podían ser vig ilados eficazmente p o r sus superiores je- cHegorias. . ¡:; pire i11 A111 crica, 1:¡3. Ncw York . l!J.lí·
rarqu1cos. "' C. H. HAR l NC., Tli e Spa1m/i 111
"' necop.. 11. xxxiv. 8.
"º Reco¡i.,
00
V. x v. 32. 01 Uern¡i .. 11. xxxi\'. 2 ¡.

R eco¡i., V. xv. 12 .

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CAPÍTULO VIII
aún podía el visitador avocar a sí pleitos pendientes an te el juez visitado,
siempre que lo pidiera alguna de las partes in teresa das 6 ~. En la visi~a de
los oficiales reales del Río de la Plata, en comendada al licenciado Fernan-
do Yravedra de P az, oidor de nuestra primera audien cia, se le en comen-
d aba rever las causas de contrabando, examin ar nuevamen te a los testigos,
y oír a los que resultaran culpables, citándolos para que comparecierar..
luego an te el Consej o de Indias, el cual debía dictar las sentencias de-
finitivasªª·
En la generalidad de los casos los gobernantes visitad os p ermanedan OTROS FUEROS ESPECIALES
en el desempeño de sus cargos, salvo que por causa grave el vis_it_ador r e-
solviera suspenderlosª 7 • Con respecto al nombram~e~t? de los :ISlta~ores,
se aplicaban reglas similares a las que regían el JU1c10 de re~1denc1a.

A
l. El protomedicato.

o B
ic .U
ém ioja
N o solamente los funcionarios del Estado fueron investidos del poder

ad G
de juzgar. La legislación de España y de Indi as organizó otras ma-

ac el
gistraturas de índole especial, con jurisdicción definida, ejercidas por quie-

o d
nes no formaban parte de la administración política, pero que se convertían

us eca
por este hecho en jueces con imperio. En el territorio argentino estos tri-

t
io
bunales sólo aparecen a fines del siglo xvm, y se limitan a l os que men-

bl
cionaremos en este capítulo.
Bi La facultad de curar las enfermedades no quedó librada en España a
la iniciativa individual. Se reconoció en Castilla l a necesidad de regla-
mentar y vigilar el ejercicio de esa profesión, pues quienes l a practicaban
eran "dueños de la vida y de la muerte de los enfermos que caen' en sus
manos" l. P ara ejercer tal autoridad se organizó en el siglo xv el P rotomedi-
cato, cuyas facultades quedaron definidas a mediad os d e l a siguiente centu-
ria, al . declarar que debería examinar, admitir o prohibir el ejercicio de
Bo Polít ica f1ara corregidores, lib. V. su arte a los físicos, ciruj anos y boticarios; imponerles penas pecuniarias
OG R ecop., II. xxx iv. 35: CASTILLO DE VADILLA, en caso de que violaran sus disposiciones; conocer "de los crímenes y exce-
cap. 10, no 20 (11. 745, Madrid , 1775). insLrucción anexa, en R CP, 447-449. ConLra sos y delitos . .. que en los tales oficios y en cada uno de ellos cometieren '"
y resolver los juicios criminales o civiles "sobre los dichos oficios entr~
oo R eal cédula de diciembre 15 de 166 1, e . . . egularm •• su bsLanciando
. . d d bía proceder "en Ju1~10 av1erto r . ..
los part icul a res el v1s1ta or e d . otorgandolcs las a pela~iones ·
l as ca usas con forme .ª derecho y las eterm~nar~os virreyes, q ue n o podían ser visitad~s
º~ Recop., II. xxx1v. 25 y 26. Se ex~eptu a adn l' cia y a quienes no se les pod1a 1 Así se ~xpr~sa la real cédul~ de 18 de febrero de 1646, transcripta en ]UAN RAMó:-<
- 1 o presidentes e auc ien ' C TJLLÜ
como ta les. 5100 so a me nte co m . b'é . GUILLE RMO CtsrEDES DEL AS • BELTRÁN, Historia del protomedicato de Buenos A ires, 24, Buenos Aires, 1937 .
'd 11 . • 3 y 27) Véase tam 1 n. - 111 9 84 1025,
s uspen d er (1 ., . xxx iv. · . d Estudios i1merica11os, • ·
La v isita como instit ución indiana, e n A11uano e
Sevi lla, 1946. 195

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
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Jos dichos Físicos y Cirujanos y en salm;idores, y Boticarios y especieros":-!. in fo rmes a la:, autoridades com pe ten tes, resoh·ien<lo en to n ces el Yirre y \ ·L·r·
Se trataba, por lo tan to, de un tribunal con jurisdicción privativa, forma- t i1. crear el cargo de Pro tom..:di co suj eto a la aprobación del monarca . El
do por médicos, y cuyas resoluciones eran inapelables. ~ ~ derreto fué expedido e l 19 de febrero d e 1779 7 , y luego de hauilita!·se un
Lsta jurisdicción se extendió posteriormente al nuevo mu ndo. En ~:J3 :> loca l adec uado el tribuna l di(1 com ienzo a s us fun ciones el 17 de agosto
se prohib ió el ejercicio de la profesión a los que no tuviera n título univer- de 1780::1.
sitar io 3 . En 1570 se nom bró al pr imer protomédico, dándole - además de Sin embargo. el soberano n o aprobó e l n om bramiento de Corn1a11 ni
las atri buciones ya señaladas- el encargo de estud iar las p lan tas medici- la creació n del pro tomed icato, admitiendo n o obstante q u e permaneciera
na les y escribir la h istoria natmal de la región '1• Los pro tom~d i cos d~s igr:a­ aquél en Buen os Aires "para arreglo d e los h ospitales, y corregir los al.Ju.
dos para las Indias deb ían residir en una ciudad do nde hubiera a:1d 1en c1a. sos n otados h asta ahora en los Profesores d e i\ ledicina y Cirujia" 9 . NucYa~
y sólo podían dictar sentencia acompa ñá ndose con u n o de los oidores de gest iones se rea lizaron p osteri ormente, pero el rey, a pesar d el dictamen
Ja misma ¡¡. fa ,·orable del Consejo de I n d ias y au n que a ceptaba el establecimiento d el
tribu nal, n o se resoh·ió a "con firmar e l n om bramiento del Virrey Vcniz
! .a jurisdicción del protoméd ico q ue actuaba en L ima se exten dió ~ a­
en Gorman p.r su calidad ele extranjero" 1 º.
turalmente al distrito de todo el virre in ato; pero respecto a n u estro ter nto-
Es te últi m o sigu ió actuando en Buenos .-\ ires con e l t ít ulo de proto-
ri o ella iué más nominal que e[ectiva. Hubo en Buenos A ires, desde prin- médico, pero limit~1 ndose en sus fun cio nes al ejercicio d e b com isión re la-
::ipios del siglo XVII, méd icos que ejercieron SU pro(esión Cn virtud de ui- ti,·a al arreglo de los h os p itales y examen d e los fa cultat i\,os q u e pretendían

A
olomas expedidos por un iversid ades europeas; y cuan do se plan teó el pro- actuar en su profes i<'> n . Tamb ién tu vo a su cargo el asesoram ie n to d e la~

o B
olema de saber si podía ad miti rse a alguna person a como médico o ciru-

ic .U
auto ridades en materia san itar ia y méd ica, pero no parece que as umie ra las
. ano, fué el Cab ildo el q ue actuó como trib unal exigiendo la presenta-

ém ioja
fun ciones j ud iciales que las leyes acordaban a este tr ibun a Pt .
~ión del título, prohi b iendo que conti nuaran en el oficio a los que no lo A1ios más tarde, en 1798, e l rey se decidi ó a confirmar definitiYamente

ad G
poseía n, y aún sometiendo a un examen teórico a quien es p retendían se- el organ!smo ~reacio por Vérti z, y cuy~ ~ennanenci a habían aconsejado

ac el
guir ejerciendo la profesión 6 • · • . los sucesivos virreyes. La real orden de 3uho 19 de ese año h i 70 saber a las

o d
La creación del virreina to del Río de la P lata, y la escasez de mec!tcos <i utoridades r ioplatenses que "S. i\ [. v iene en q.c se erija e n Buenos Aires

us eca
en estas provincias, determi naron la fu ndaci~n del P1:ot_o~1e?icato de Bue- vn P rotomed icato . independ ien te com o esta acordado desde 1783 cLi·lajU
º dº.
· _

t
io
nos Aires. El n uevo establecim iento se deb ió a la m1c1at1 va d el doctor n : 1cc1on y au toridad h a ele comprende r todas las prov.n• sugetas a aquel

bl
Miguel Gorman, irlandés, llegado al Río de la P lata como pr imer méd ico Vr rreynato, y se ha de comp on er por ahora de u n l'vfedico y vn Cirujano ...

Bi
de Ja expedición de Cevallos. An te las gestiones de Gor man, el rey pidió
r fii:1.TR,\;-.;, ll isto 1i11 dt'/ jJ1"0/01111•dirnt~ n.'i!J·62.
7
F.1 n o m b r amiento 1 ,... .
2 Nueva R ecoJ1i/n ción, lib. 111, lÍl. xvi, ley 1 y Novísima R ecopilarió11 , l ih. VIII. ~ í t: x, con 0 1.me a 1o e1.1~puc~to e n la RcrojJ., \ ,. '·.· 3 (\"er n•-LTR ·\N • -fi) I' ce ,. 1.0 1ma11 se 1! 1111
18 de 11i¡G- l:a lua • resuello que los . cargos d e 1xotoméd icos · · en
· • :1
:-.11 ·•··
• .sta. ev : -de · febrero
.
ky 1. En mayo 16 d_e 1737 e_l re_y declaró ad_en~ás que respecto al ~xame n ~e los mc~li c~~ ·¡ . .· , · . . · q ico ) 1,1ma estuncran
'" bot ica r ios "sea ú n ico y pnvauvo el c~ no~1111_iento de~ Protom ~d 1 cat o, y srn apel a~ 1 on , unu os a la c.Hecl ra de 1 rima ele '.\lcd1 c111 a de l a~ res¡1ect i vas · .. . . · I· 1 1 ·
. . el t11nl11
. • 111 1· I\ c1 'H .ll es:. e eh1enclo el
~.\.cepto "en e l caso de r~pro~arse en e l J lll~!º 111Cormat1vo ·la ca l1d~d ele l~s pretenc~ 1en tes virrey ex pedir ron la '"obligacion ele lle,·a r co nfi rm . ..
B A" 1 . , acron 1111est1.1 . Pero como
por ¡0 respectivo a Ja l ~ r'.1p1eza de san~~e . _pu es de ~s ta sen tencia_ calma ~pel ac1 6n al en u en os . 1res n o lal ua cated ra de m edicina , la resolu ción de \ ºériiL . ·
:::onsejo del Reino (Nov1s1m? Recof1zla~1011, lib. VII I, tll. ~· ley 9). Es ta. ley, s m embargo, pararse en .aquella no r ma. · no pod1a am
solo fué expedida para e l remo de Cas11l la, y n o se com u ni có a las I ndias (ver Cedularzo " Eus r.o CANTÓN, La Fa rn/tad de i\l rdi ri1111 y sus rscuclns I ., 11 .
de la Real Audie11 cia d e Buenos llires, III , 15 , La P lata, 1938). c 1_1 ./{" · re
· _ist ona ¡ /11 ll11wcrsulad
· · • -e10, la ucnos
d t· n11r1111s Aires y de su influe • cia 1 :\ircs. 1921 ,
• Rea l cédula ele octubre 15 de 1535, en Cedulario lndia110, recopilado por DI EGO nE u 1rig1da por j lJAN Acus·llN GARclA, Vol. v . 11 11 Cll l11ra argr11ti11a,
[.;-.;c;1;-.;As, 1, 226. ;\l;id rid, 1!J.15 ( Recop., V. vi. 5). :. Rea l or~e1~ _ele tliciem b r: 3 de 1779. en BELTRÁN, G3.
• Real cécl11Ja de enero 11 de 1570, en Cedulari o llldiano, cit ., I , 2~.¡ ( R ecop., V. vi. 1). Comun1cac1ó n al Conse¡o de octubre 22 de 178 y real .1 d ·
• Id. Solo podían dar licencia para ej ercer el arte de cu ra r a lo. que se p resen<aran mism o afio ( llELTRÁN, 11 G. 119). 3 OI( <'n e n o nernbre 3 del
personalmente ante e llos ~ ser exan:ii1~ados (r eal _cédula de 1579: f! ecojJ.'. .'~· ~i . G) . " E n varios casos ocurridos en esta é 1Jo ca los conflicto · · 1· ·
d
o RAÚL A. ": \lou ;-.;A, Pri meros med1cos de la ciudad de la Sa11t1s1111a 1 rmulad , 57-59 e on1en ac1m111 . 1s
. t rat
. 1vo
. fu e ron resu eltos p or' el v· . . r 1cc10nalcs )' los 'ast 1t1 t os
. s .JllTISl
r 83-85, Buc: nos Aires, 19¡8. 111-:1.TR,\;-.;. <i;,-93 )' 1.13- 15 1). in cy p1evw < ictamcn de Corman (ver

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

siendo del cargo de ambos enseñar sus respecti vas facul tad.s, bajo el meto- ron la creación de un fuero especial destin ado a presen·ar la autonomía
do Y forma q.e acuerden con el Virrey" 12. Se organizaban simultánea- con q ue deb ían desarrollar su actividad. Se pensaba, adem;ís, que las auto-
mente'. p_or lo tanto, los estudios de medicina y el tribunal judicial. En ridades uni\'ersitarias tenían a su cargo no solamente una función educati-
cumphmr~nto de ella el doctor Miguel Gorman fué designado protoméd ico ,·a, sino tam bién cierta vigi lancia sobre las costumbres de los profesores
Y. c~tedrát1c~ d~ medicina, y Agustín Fabre catedrático de cirugía, a prin- y estudiantes, pues todo ello contribuía a la formación moral perseguida.
c1p10s del s1gmente año. Las leyes de I ndias concedieron a los rectores de las universidades ele
La. mencionada real orden disponía además que la audiencia de Bue- Lima y J\féjico, y por su ausencia a los vicerrectores, una "jurisdicción en
nos Arres formara el arancel e.le derechos q ue debería cobrar el tribunal, los Doctores, J\I aestros y Oficiales de ellas, y en los Lectores, Estudiantes
así como una "instrucc.º en que se puntualicen las facu ltades que ha de y oyenLes q ue á ellas concurrieren, en todos los delitos, causas y negocios
tener Y causas de q.c debe conocer". Esta instrucción nunca llegó a ha- cri min ales, que se cometieren é hicieren dentro de las Escuelas de las Uni-
cerse13, pero no ?bstante ello el protomedicato ej erció n a turalmente las versidades, en qualquiera manera tocantes á los Estudios, como no sean
facultades que asignaban a este tribunal las leyes de Indias y las recopila- cielitos en que haya de haber pena de efusión de sangre, ó mutilación de
das de Castilla, a las cuales ya hemos hecho referencia. miembros, ú otra corporal; y en los demás delitos, que se cometieren fuera
P ara el ej.ercicio de su jurisdicción se dispuso poco después -de acuerdo d e las Escuelas, si fuese negocio tocan te, ó concern iente á los Estudios" .
ª_lo establecido en aquellas leyes- que "en los· casos en que los protomé- Esta jurisdicción crim inal concedida para castigar los delitos cometidos
dicos conforme á su Of1c10
· p ue d an, y deban conocer, se acompañen para dentro o fuera de las casas de estudio, se extendía también a la corrección

A
.

o B
s~n~~nci ~rlos con un O ydor, que n ombre el Presidente de la respectiva y castigo "de los excesos, q ue los Estudian tes tuvieren en juegos, desho-

ic .U
~ u ó ie~cia j¡' · 1 de_ forma que no puedan sentenciar sin acom pañarse". L a nestidades y distraccion de las Escuelas", y de "las inobediencias que los

ém ioja
iaz ~ e e 0 .estnb~ba en que el médico debía tener "la asisten cia de una Doctores y Estudi:mtes tuvieren con los Rectores en no cumplir y guardar

ad G
u n a e~so na m strurda en las disposiciones del derecho que es l a que d e-
1 sus m andatos" 1 ~. Se trataba, por lo tanto, de un poder disci plinario y
c1ara, si e caso esta com

ac el
d'd 1 ' j urisdiccional limitado a los asu ntos crim inales que no tenían mucha gra-
real cédula de d p_renb r 0 en ª ley, p ara la aplicación de ella". La

o d
16 e nov1em re de 1798 q · vedad, pero los juicios civiles no quedaban comprendidos en este fuero
estas d 1spos1c10nes,
' ..

us eca
organizó ade · • ue contiene
formado otomas dun recurso ~ontra las determinacion es d el tribunal así especial.

t
• rgan o una "acción p ar · · . . En nuestro territorio sólo fu ncionó, en el período hispánico, la univer-

io
tes Governadore · d d' ª ocurrir a mis Virreyes, y Presiden-

bl
, s m epen rentes e 1 · · · · sidad de Córdoba. Fundada en 1614 por el obispo fray Hernando de Trej o
que preceden a la admisión d n os JUl~IOs m formativos qu~ son los
voto consultivo de 1 R e ex~me?es, ª fm de que los determmen con Bi y Sanabria, los estudios habían sido confiados a la Compañía de J esús,
no la hubiere as ea1es ~ud1encras de su respectivo d istrito y dorrde que tanta jerarq uía supo darles. Pero este institu to, n o aprobado por la
con sus respectivos Asesore 1 d ' coron a, carecía <le los privilegios concedidos por la legislación a las uni-
ciosas relativas a los e s; Y en as ependencias con ten-
del crimen de las m. xcesoA s qdu_e ·se_cometen por razón de oficio a las Salas versidad es reales. Su fu ncionamiento se aj ustaba al breve de Gregorio XV,
1smas u 1enc1as"H. del afio 1621, que otorgó á los obispos la facultad de conferir grados acadé-
2· El fuero universitario. micos a quienes hubieran cursado estudios en los colegios jesuíticos ubica-
dos a más de 200 leguas de las u niversidades públicas rn_
La importancia asignada a 1 d' . . . . .
española e indian os estu ros umvers1tanos en la legislaoóh "' R ecop., l. xxii. 12 (real cédu la d~ a.bril 19 de 158!)). Cuando . el delito merecía
1
a, Y e respeto que merecían esos institutos, determina-
pena corporal, la fu nción del recto: .se limn aba a ~oner pr~so ~l delincuente y formar
"' B , 133-134; CANTÓN I el su mario, debiendo entonces rem itir los autos al JUez ordmano.
ELlllAN, .
agosto 17 de 1798, que relacio~a • ~ 4· ~ocos dias después se dictó la real cédula de
10
2
JO Breve del 8 de agosto d e 162 1, en UN IVERSIDAD NACIONAL DE CÓRl>OBA, Constituciones
ord~n ~nterior (en Cedulario de la Re!r ~~~-enti:s d e la creación y reproduce la real de la u11 ivcrsidad de Córdoba, 75-83, Córdoba, 19411. Aunque este hreve obtuvo el pase
Q L ibro de informes y oficios de la R ea ienc!a d_e Buenos Aires, III , 10- 12). real, no por ello la universidad de Córdoba adquirió los privil~gios y la categoría de
Á7res2)69), La Plata , 1929 (publicación del ~rAhu~1enc1~ de. Buenos. Aires _(1~85-1810), 228
. c ivo Histórico de la Provmc1a de B uenos las fu ndadas 0 aprobadas por ~l rey. ANTON INO SALVADORES ~dv1~ne con razón que se
" Cedulario de la Real A d ' . t rataba de una un iversidad parucular, de acuerdo a la dcnommacaón que usa la R ecof>.,
u ienc1a de Buenos A ires III 6
' • 13-1 .

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

gman los de esta clase de Espalia e Indias, con el Titulo de Real ni,·er-
Fué por ello que el p oder jurisdi ccio n a l uni,·ersiLario no correspondía ~ idad ele San Carlos, y de Nues tra Señora ele ;\1onserrat", acord<indole ade-
al rector cordobés. "N o demos a nuestros eswdios no mbre de U ni \'crsicbd m;ís la "Jurisdiccion Acaclemica , tanto en los n egocios contenciosos como
n~ tomem os armas p rop ias, mazas, Y Pend a n, como ellas, ni pre tendamos en Jos guverna ti vos" 2º. i\Iientras se fo rmaban las nuevas constit uc iones de-
nrng un genero de jurisdir;; ion sobre los estudia ntes ciue no la tenem os por bían aplicarse las que tenía entonces la uni\'ersidad lime11 a de San i\Iarcos,
la bula, antes n uestras consti tu<;ion es ... nos las ,·ecbn'', decían las 01 rfr- cuyo artículo XXXI transcribía la ley ya citada de la R ecopi lación . P ero
naciones del P adre P edro de Oñate, expedid as en 1li1 8 para el ~ohierno d e el nuevo ordenamien to sú lo entró en vigor al com enzar el a t"i o 1808, cuan-
esa casa ele estucl íos 11. do e l claustro universitario eligió rector al deán Gregario Funes.
La Compafüa de J esús fué expulsada ele los dom inios hispán icos en El titular <le esta j urisdicc ión académica era el r ector. i\ l ientras los je-
1767. Bucare li e ncomendó a los fran ciscanos la ta rea d e reemplazarlos en su itas tu vieron Ja direcció n de la universidad, esLe fun cio nari o era elegido
la Un iversidad de Córdoba. A lg unos alios des pués, el obispo fray .José por el provin cia l de la Compañía res idente en Có rdoba; m ás tarde el rector
pasó a ser nom bracio por el virrey como vicepa trono 21 ; h asta CJ ue de acuer-
Antonio de San Alberto reco nocía que e l reCLo r desempet'iaba los poderes
do a la real cédu la de 1800 fu eron los d octores y m aestros quienes lo ele-
jurisdiccionales que competía n a las dem;\s universidades. "Las m ismas
gían en claustro pleno. De las sentencias del rector podía apelarse a la
Justicias Reales - decía- le han rem itido los asumptos, y causas políti cas ci-
audiencia del dis trito-.:?::?.
Yiles, y criminales de ellos y quando éstas, ó los exesos d e los delincuentes
han tenido su origen en la misma Universidad, o los han juzgad o inse-
parables de ella, de su profesión, grados, y matri cula. Sin embargo nada 3. El Consulado.

A
hay determinado, para esta Uni versidad". /\ pesar de la a usen cia de facul ·

o B
if E.n 1794 se estableció, en nuestro territorio, otra jurisdicción au tón o m a

ic .U
tades expresas, se pone así de manifiesto qu e en época in cierta los r ectores
que hasta en tonces había integrado la de los alcaldes y el gobernador com o

ém ioja
cordobeses comenzaron a actuar j ud icialmente contra los estudiantes o pro- J
magistrados competentes en el fuero ord ina ri o. L a re al cédula de enero 30
fesores delincuentes, y aún a juzgar sus asuntos civiles por espontán ea

ad G
ele ese alio dispuso, en efecto, instalar en Buenos Aires un Consulado se-
remisión de los a utos h ech a por los mismos j ueces compete ntes. Teniendo

ac el
mejante a los que ya existían en otras ciudades es pañolas y america n as,
en cuenta la costumbre, el ob ispo dispuso que el rector continu ara "en

o d
con el propósito de serv ir a un tiempo de tribunal de justicia en los p le itos

us eca
el u so <le la m isma Jurisdiccion. que le han conced ido la legitim a pres-
cripcion, el consentimiento d e las Justicias Rea les, y el dere cho comun de mercantiles y de organismo encargado de proteger y fomen ta r el comerci o

t
y las i ndustrias locales.

io
las demas Universidades aprobadas"J 8 • Y así quedó legitimado e11 Có rdoba
El desarrollo del tráfico indiano determinó la creación, por real cédula

bl
e l fuero estudiantil , con el aditam iento de que también incluía los asun-
tos civiles. Para evitar l os d esórdenes y escándalos que cometían los al um- Bi de agosto 23 de 1543, de un Consulado en la Ciudad de Sevilla , que debía
nos, el claustro resol vió en 1783 que no debían admitirse demandas conLra titularse U niversidad de los cargadores a l a~ I ndias :! 3 • Los pleitos entre
e llos provenientes de deud as de j uegorn. wmerciantes, o derivados de sus operaciones, que hasta entonces· habían
L a real cédula de 19 de diciembre de 1800 dió a la de Córdoba la cate-
goría de "una Universidad mayor, con los privi legios y prerrogativas que ,., Const ituciones rit., 239-2.15.
i "' "El Rector de la Universidad no es electivo: su no mbramiento es del R eal P:llro·
nato, y lo elige el seiior Virrey de Buenos Ayres por el t iempo de su voluntad" (COllS·
l. xxi i. ~ <_T.a 11ni1•l'rsidad d e Córdoba, en A CADF.MIA NACIONA L DE LA H ISTORIA, Historia 1it11rio11es del obispo San Albe rto, ya citadas).
de fo Nac ión Argentina, IV , 2<' secc ión, 206, Buenos Aires, 1938). La rea l cédula de \· "' Co11stitucio11es cit., 2 ..¡.¡; R ecop., l. xxii. 12. El fuero universitario continuó en
abril 10 de 166.¡ d ispu so que e n ausen cia del obispo podía otorgar los grados el Maestre ' vigencia en Córdoba h as.ta el año 1 ~;,6,. e n q ue fu.é suprim ido por decreto de LJrq uirn
1:.scuela ( Const itu ciones de In Universidad de Córdoba, 167). ( RAÚL A. ÜRGAZ, La primera Co11st1t11c1ó11 republ1ra11n de In Unive rsidad rle Córdoba,
17
Con stitucio nes de la Unive rsidad de Córdoba. 86. en noleti 11 de In Fa~ultad d e Derech o)' Ciencias Sociales. año IV, n O 3. ~95· Córdoba. 1940).
" Constituciones sancionadas por fray J osé Anton io de San Alberto como visitarlor "" R eeop., I X, VI. 1 ; J O SE l'll DF. VEITIA LI NAGE, Nortl' de la cont,.atnción de las I ndias
de la Universidad, en 1784 (Constituciones cit., 20.1). Occidentales, li b . 1, cap. xvi i, Sevill a, 1672 y Buenos Aires, 19.¡;,; C. H . H AR l:"G , El
'~ JUA N PR0~1s~·· La educación e11 la República Argentina durar~ te la época colonial, com.errio ~ la 11avegnció11 e ntre F.spa1i~ y las .Indias en epo~a d~ los H nbsb urgos, 49 . 50 ,
en FACULT.AD DE Fn..osoFfA Y LETRAS, Dornm e11tos jJara la historia argentina XVIII xci ii r ans· IlruJaS, 1939 (ed. de la Acade mia Nacional de la H1stona , de Caracas).
nuenos Aires, 1924 . ' ' •

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

sido resueltos por la Casa de la Contrat~ción, pasaron a ser de competencia d e que conoce y debe conocer el Consulado de Bilbao":?•. S u jurisdicción
de un p~i or y d os cónsules, elegidos anualmente por los mercaderes se\' illa- se ex tendía a todo el ,·irreinato, pero para m ayor comodidad d e los liti-
n os que mtervenían en el tr:ífico ultrama rin o. De sus sen te ncias se apela b a gantes pod ían nombrarse Diputados en los lugares de m;í.s comercio, los
a nte un tribun al form ad o por uno de los jueces oficiales d e la Casa y d o.; cuales tend ría n la misma competencia. Cada uno de estos d iputados no
comerciantes elegidos por él. podía juzgar p or sí solo, "sino acompaiiado de dos Colegas" elegidos por
. A n áloga org;:m i zación tuvieron los consulados d e l\féjico, fundad o a él entre dos h ombres prácticos y de caudal conocido que le propusiera
fm es del sig lo XV! , y d e L ima, erig ido en 1613 y aprobado por real cédula cada parte".! 8 .
de marzo 30 de 1627, que ordenó d arle el título de Unive rsidad de la Ca- Este tribunal debía "proceder siempre á estilo lla no, verdad sab ida y
r~dad 2·1. Pero este úl timo no extendió su jurisdicción a nu estro territorio buen a fe guardada", sin intervención de le trados y con prohibición expresa
smo e~ cuanto alcanzó a internarse su tráfico en las provincias actualmente de admitir "todo lo que huela á sutileza y formalidad es de d erecho" 20.
argentmas.
Bastaba n dos votos confor~1es para sentencia r. E n caso de ausencia, impe-
E l a uge del comercio porteño, acrecentado considerablemente a ra íz dimento o recusación, el prior y los cónsules eran reemplazados por sus
d.e la h abilitaci?n d el puerto en 1778, y la oposición de intereses q ue exis-
respectivos tenientes. Cuando el pleito pasaba de mil pesos se admitía un
t1~ entre _esta ciuda? .Y la de Lima, determinaron un movim iento de opi-
recurso de apelación para el tri bunal d e Alzadas, compuesto por el decan o
m ón des t~na?o a erigir e~ Bue nos Aires un tribunal "que comprehendiese
to~? el. d1stn to de este Vir~eynato del Rio d e la Pla ta", a fin de p ropender d e la Audiencia y dos colegas igualmente elegidos por él entre dos que
al maior aur~en~o, segur_idad , y arreglos de nros. Giros, y n egociaciones, debía proponerle cada una de l_as p~rtes, los cuales de~ían ser "hom_bres

A
o B
con ?tras mui ut1les,_ y ciertos ~fectos que produciri a". Así se ex presaba d e caudal conocido, p r<lcticos é mtehgentes en las m aterias de .comeroo, y

ic .U
una JUnta de comerc1:1 0tes reu 111da el 7 de ju lio de 1785, la cual resolvió de buena opinión y fama" 30 • Posteriormente se dispuso que el cargo d e

ém ioja
n?mbrar apoderados e ncargad os de gestionar la referid a creación. E l p e- juez de alzadas turnara ~ntre t~dos lo~ oidores cada d os años ~ 1: Con firmada

ad G
d ido, a p~sar d~ contar con la adhesión del Cabildo, el Superintendente, la sentencia, quedaba eJecutonad a. S1 era revocada, se adm 1t1a u_n recu rso

ac el
los ~rga111smos fi_scal ~s y el propio virrey, tu vo que superar una sorda resis- de súplica a nte el mismo juez y otr~s dos colegas, cuya sente~cia. era de-

o d
tencia de la AudienCia, hasta que elevado a resolució n del mon arca en 1790 finitiva. y con las limitaciones propias de estos recursos, pod1an mterpo-

us eca
se dictó luego la real cédul a ereccio n al d e enero 30 d e J 794 2r.. Como e~ nerse también los de nulidad e injusticia notoria ante el Consejo de In-

t
io
esta última se ha cía n las designaciones de los primeros m iemb ros, el tri-

bl
b un al pudo instalarse de inmedia to, prestando juramento el 28 de mayo "" R eal cédula cit., arl. ii . En el mismo art ículo se _establecía un n~1 evo orden de
del mismo año :w.
E l nuevo organismo se componía de "un Prior, dos Cónsules nueve
Bi .
Prelac1 6 n e a
d 1 s lc)•es que debía n aplicarse por este tribunal : la propia real cédula,
.
ilbao las lc)·es de Indias, y las d e easll·11 a, siempre
. que no 1rn bº1era
las ord enanzas de B • '
Consiliarios, y un Síndico, todos con sus respecti vos Tenientes; u~ Secre- le ·es expedidas con posterioridad. . . . .
tario, u n Contador, y un Tesorero"; pero sólo los tres primeros formaban ) .,. Id., arl. x. Se establecieron diputac~oncs en i\fontev1deo, Santa Fe, Corn~llles, Asun-
c1.6n, Có rd o ba, 'Iei 1d oza San Juan, Sa ntiago d el Estero,. Tucum án,. Sal ta y Ju1uy, además
el triounal d e justicia e ncargado de conocer "pri va tiva m ente de todos los ·
l• ' ' . .
el Alto Perú (EM ILIO RAVIGNANI, El v1rreinato, cit., 260). En los pueblos
pleytos y diferencias qu e ocurran entre comerciántes o mercaderes, sus de otras cm co en , . . . .
·putados los litigantes pod1an ocurrir a los 1ueces ord manos , los cuales
don d e no h a bía d l . . . .
compañeros y fac tores, sobre sus n egociacion es de comercio, compras, ven- . · t
d ebian a1us arse
a Ja misma legislación al dictar sen tencia (real cédula cit., art. x).
' . . . . . .
tas, seguros; cuentas de compañía, fl etamentos d e n aos, factorías, y demas :.v Id arts. v, vi, x i y xvi. Pero en los casos de grave d1 h cu ll.ad 1und1ca, pod1an los
., · al dictamcr. de letrado, para lo cua l el Consulado debía tener asesor
jueces recurrir d' d" .. 1 c1· d l T . . .
titular (id., arl. vii). Tam~'.é n po 1an pe ir e 1ctamen e os cons1 1anos mas JUSll-
"' R ero¡1., I X. xlvi. 2.
f' dos y expertos" (art. v111).
:.,; EMILIO RAl'JGl'ANI, El virreinato del Río de la Plata (1776-1810), en ACADEMIA NA- •ca._, Id., a~ts. iv, v, ix y xv. Este tribunal de alzadas entendía también en las apelaciones
C:IONAL DF. LA H1sTOR IA, Historia de la Nación Argentina, vol. IV, •" secc., 2.17·255, Buenos
de Jos diputados y de los jueces ord in arios (art. x~.
Aires, 1938. La rea l céd ul a de 179¡ ha sido publi cada en FACULTAD DE F1LOSOFIA y LETRAS, $1 R eal cédula de enero 17 de 1804, en Cedu lario de la Real Audiencia de Buenos
Documentos para la historia argent ina, VII , 47-75. Buen os Aires, 19 16.
'-" AEC, serie III, X, 348. Aires, 111. 256, La Plata, 1938.

203
202
Zorraquín Becú, Ricardo.
j
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

dias, sin que por ello se suspendiera la.ejecución de la sente ncia-:!:.?. En las
contiendas ele competencia con otro tribunal en tend ía e l regente de ·Ja de las obras que podía realizar por sus propi.os med.i?s o mediante la
a udiencia sin recu rso a lguno 33. . · · de los comerciantes interesados,
cooperac10n . . deb1a tamb1cn da r cuen
· tad a· las
Al resolver la creación de este o rgan ismo, e l re y d esig nó p or vez P:'.mera · j d r[e Jas StJ<Test ion es y pro ndenet aS que fuera conve111ente IClar
a u tone a es . ' o . . . d ¡ · ·· 3G
a todos sus miembros titulares y su plen tes. Para lo su ces i\·o reso lv10 q~e "en beneficio de Ja agricultura mdustna y comerc10 e pa1s .
cada a iio se reuniera un a Junta General d e l Comerc io, a la q ue podían asis. ·
tir los mercaderes , cargad ores, capita n es y m aestres de na\'Íos, con tal c¡ne
estu vieran domiciliados en Buenos A ires y fue ran vecinos d e l luga r. Ent.rc
todos los concurremes se sorteaba n cuatro que h acía n de electores •. d esig-
nando cada uno a una persona para integrar cada cargo, y se procedia n.ue-
vamente a un sorteo entre los gue integraba n las listas, resu ltand o eleg ido
titular el primero insacu lado, y suplente el segundo. El con sulado se re-
novaba por mitades anualmente, p asa ndo el prior y los cón sules a ser con-
ci liarios al cu mplir su ·período d e d os aiios. Todos los mie mbros de Ja
corporación debían ser espa 1 oles, "mayores de edad, ho mbres de ca ud al

A
conocido, de buen a opinión y fama, prácticos é ime lige ntes en las 111 ~.ite­

o B
ic .U
rias de comercio"; pero no deb ía n ser parientes un os d e otros, ni socios,
ni mercaderes .con tienda abie.rta. Se adm itía la elecció n d e rentistas que ~~

ém ioja
ad G
fueran comerc1antes:i4 • Posteriormen te la real orden de marzo 3 1 d e 17

ac el
d ispuso que el Consulado se compusiera " en Jo sucesivo de ig u a l numero

o d
de comercia ntes, y Hacendados instruidos en sus respectivos ramos:. que

us eca
alternen las d os clases en los Empleos d e Prior y Sindico por bienios, Y
que se repartan los d e Consules y con cili arios en la forma m as con venie~ te

t
io
1

bl
'. evitar toda especie de superioridad entre dos profesiones, que contribuien
igualmente á la prosperidad d el Estado"ª::;· Bi
. El consu lado n o se limitaba a esta función jurisdiccional. Todos sus
m iembros -prior, cónsules, conciliarios y síndico- formaban ta mbién una
Junta que debía reunirse por lo menos dos veces al mes, y que tenía su ª
cargo la protección y fomento del comerc io, a cuyo e fecto debía procu_rar
por todos los medios posibles e l adelanto d e Ja agri.cultura, la introducción
de_ máquinas, la faci lidad de la circulación interior, la constru cció n d e ca-
mmos, la construcción de un muelle en el puerto d e Buenos Aires Y en
general cuan to fu era conducente a l progreso económ ico. A ta l fin, adem ás
"' Arts. xi i y x iii.
,.., :'\n. xvi i .
31 . · .. ·· · El co nsu 1a d o a Cl l ló Co mo tr ibunal m ercantil e n B uenos Aires hasta
Arts xxxi x a 1 · L d · ¡ fJOr e l "" Arts. xxi· x x ui. f é la a (lo ¡Jor i·ueccs de comercio. J\ 11 t cs, en 182 1, se le h ablan
<órlsul nu.evo · ·el x vi .. os iputados era n tam bi é n Li a n11a lcs, y se e le g an . da
el - 186 2, e ti c¡ue " rec mp .. 7.-. .. · as quedan d o as l lim
allO
. .n a tlo a la tarea "' JU
. d teta
' . 1
.
lugar y son d y 1 1 c umplulo , . pro po nie ndo cada un o ele los dos llH d iput a d o par:i c.i ' . . "b ' ·iones ad1oln1 sll a 1iv ._ , . . . • ,
'" D • ne o os e n la misma for ma (a rt x lviii) quitado sus a t n l e ·ucccs d e mercado que l11nna r o n a un m as la compe-
1SgG se crearon 1os J
or 11111r 11 tos fiara la historia ar,,e11ti11a .V II , ;~ d . . 1. · ¡ ··
e nel m . b• u11al (C ARLO5 J\t, llERTO A c f.l'EDO, E11sayo /11stón co so u re 1a 1egis a c 1011
Más . tarde e,aqu
~ I 1 / •

1cnc1a .
r u 111erci al argc111111a,
(j
•'
n ucuos Aires, 19 t.¡).

204
20)
D I t?

Zorraquín Becú, Ricardo.


La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
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CAPÍTULO IX

CONCLUSION

A
o B
L LEGADOS al término de nuestro estudio, después de h aber analizado

ic .U
el origen, organización y competencia de los distintos tribunales

ém ioja
que actuaron en el territorio argentino durante la época colonial, conviene

ad G
extraer de ese análisis las conclusiones que de él derivan naturalmente,

ac el
a fin de elaborar el juicio histórico que corresponde. Pero an tes debemos

o d
scfialar, sobre la base de lo ya estudiado, cuál era el ordenamiento judi-

us eca
cial vigente en el momento en que se produjo la revolución de :Mayo, pues

t
así podremos apreciar mejor los cambios ulteriores y la influencia rela-

io
bl
tiva que la ad ministración de justicia pudo tener en el movimiento emanci-
Bi pador. Lo cual nos permitirá determinar, por inferencia, la eficacia de
aquel ordenamiento en la tarea siempre anhelada de afi anza r la justicia.
Al término de la dominación hispánica se había ya impuesto la división ,
p rogresivamente establecida, entre la justicia administrativa y la justicia
ordinaria. Aquélla no formaba parte, en realidad, de la función "de justicia,
puesto que pertenecía lógicamente a las de gobierno, guerra y hacienda,
a las cuales, por obra del creciente intervencionismo del Estado, se habían
ido incorporando otros poderes y atribuciones. Y en consonancia con aque-
lla tenden cia a a tribuir a los mismos funcionarios las facultades judiciales
vinculadas a sus poderes políticos 1, la justicia administrativa (causas de
gobierno, fuero militar, fuero de hacienda, fuero de correos, etc.) quedó
completamente apartada de la competencia de los tribunales encargados
m ás especialmente de ejercer la tarea jurisdiccional. El hecho, por lo de-

1 Ver Cap. 1, § 4·

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más, . no . debe
. . sorprender en a bso 1uto s1. se ac 1\'ICrte
. c¡ue la ex istcn ci ·i d e Al producirse la rernlu ció n de i\fayo se intentó modificar este ordena-
una J Un ~d1cc1ó n ad 111 · · · •· · · · ' mien to ele la época colon ia l. El Reglamento di ctado por el Cabildo a l
, ' rn1strall\'a \'Cn1a impuesta por el cl crccho cspaiiol )"
a un. por el de otros ¡nises
' • pcH . 1urarn lo en la actu;tl1.cl ·1d en cierta ICrris· designar. a los miembros de b primera Junta expresa: "Lo septimo : Que
lac10nes. . n los referidos SS. que compo ne n la Junta pro\'iso ri a queden excluidos de
Es. ta justi eger cer el p oder Judiciario, el qu a! se r efundirá en la R eal Audiencia, ;í
. cia admi nistra tiva' te n 1.1 '- . ..11 tu ". mino· d e l peri.odo colonn . l s11 s
propios tri bun a les que no se f ¡ ·. . .. quien se pasar;\ n todas las causas contenciosas, que 110 sean de Go\"ierno".
. . . .. con un e 1<1 n co n los 01 ros d e~ t1naclos cs ¡)eci:d -
menteJ a la 1unscl1cc1o n orcl in- -. \ · ¡¡ . Un mes y m edio después decía el Ca bildo que "el importante objeto de
. .t n .1. : qu e os er;1n los 1n t('1Hirntcs el \·irre y
y 1a unta Superi or ele Real H 'e a icmI·.1, con 1a pos1bil1CL.icl . . . ' dicha restri ccion fué el que <lesembarazada la Junta d e los asuntos con ten-
d e recurrir o
consu 1tar los fa llos co n el r · · · ciosos, pudiese fi xa r enteramente su a tenció n en los de alto goviern o"2.
. . ey po i 11Hcrm ed1 0 d el Sccrct:1rio d el clcs¡ucho
coi respond iente y como las . t .. , . 1 Par ecería, de acuerdo a estas expresiones, que el pensamiento del Cabildo
me t d .. a 11 rn c1o ncs e e estos ma gistrados lnhian ;rn-
11ª
los t .. b
0 progres1\·amente lJUe ¡ ·
l. , ' · 1
e o as1 tam Jlc:n cercenada.. · la ro111pe·ten c i·1· d e f ué quitar a la Junta todas las cau sas d e hacienda, g uerra y dem ás con ten-
ciosas que h asta en to n ces tram itaba n ante el \"irrey, con excep ción de las
. 11 un a es co munes limi ta d os 1 . . .
t' n l . ' • caeª \CZ mas a entender ú11ic1mentc llamadas de gob ierno. U n episodio ocurrido poco después confirma esta
. os as un~ os ~J en os a to cios esos fueros pri\'ilegiados.
idea. Desde antes ele la revolu ció n sostenía el Cabildo un pleito con don
Las aud 1e n nas, que al princi¡1io 1 1 1 . ..
tenido . . .:
una \ as11s.in a competencia se \'i cro
. ee ª e omm;1c1on espa1i ob h abía n
1 · . 1.
Gerarclo Esteve y Llac, segundo comandante del cuerpo de patriotas de l:t

A
.
clusi\·amente ·'e los · · · . . ' . n rec u ciu.is a conocer cas i ex - U n ió n (sostenido a expensas del ayuntamiento), sobre rendi ción de cuen·

o B
u JUI CIOS Cl\"I 1 es y . 1 1

ic .U
y aunque co .1 . cr 11111na es e el fuero ordinario o común . tas de los uniformes que se habían hecho para ese reg imiento. El Cabildo
nser v.1)an Ciertos poderes 1 . ·¡ .

ém ioja
clemás magistrad os (recursos 1 f e e n g1 an c1a o cont ro l sobre los le había intimado esa r en di ció n, pero Esteve y Llac elevó un recurso "al
e e uerza apehciones . . Superio r govierno y Capitania ge neral, sobre que se avoque alli el cono-

ad G
vas, etc.), sus facu l tades · .. ' ·. ' en materias g ube rn a t1 -
JUC1JC!a 1es se vieron dis . . 1 cimiento del asunto" (fund ad o sin duela en su condició n de militar ), y

ac el
intervenció n en el fuero d e 1 . mrnu1c as al p erd er tod a
1ac1enc1a, en 1 · · · .

o d
?.suntos merca ntil es l o . . os JU1 c1os sobre ller ras y en los el Cabildo dispuso la remisión del expediente 3 • Instalada la Junta, r esol-

us eca
· , mismo ocurrió en o t ._1 vió abrir la causa a prueba, objetando entonces el Síndico municipal "qut>
eclesiásti ca ciue deJ·Ó d e se ' · ro senuu o, con la just icia
' r com petente e n el fu 1
ero te 1a San ta Cru zad a con arreglo al Cap i tulo Septimo d e la acta de elección de di cha Junta ,

t
io
Y en otras ca usas (especialm ·I .
' ente ,1 g un as vincuhd· l . hú quedado ésta excluida de egercer el poder jud iciario, deviendose r e fun-
bl
que an tes eran ele su ex 1 · . . • .is a os ma trim o nios) Bi
. · e U S I\ a com petenc1a F · 1 . dir en la R eal A ud ien cia, á cuyo tribunal se h av ian de pasar todas las
d el prog res1rn cen tralismo imp e d . · u~ tOLo e llo consccucnc1a
. . u Sto lll an te la epoc b 1. . • ca usas contenciosas que n o fu esen de go\'ierno". Inmediatam ente el Ca-
onentao ó n esta tista que pro b . a o ruon1 ca , y de la
cura a asumir fac ultad bildo dispuso oficiar a la Jun ta para que se abstuviera d e " conocer en los
nas a las fun cio nes del gobiern o. es t¡ue antes e ra n a jc-
contenciosos que n o sean ele govierno, á menos que no ten ga motivos mui
La justici a que h emos llamado ordin aria .
sig lo XJX, con los aJcaJcJes .le p . ' se mtegra ba, a principios de) gra ves que la estr echen á proceder ele o tro modo" 4 • Negóse esta . últi ma:.
< u rim ero y seguncl . e insistió el Cabildo recordando nuevamente el artículo 79 y atribuyéndose
dos de las intenden cias los oidores e '¡· . o voto, los tenientes le tra-
' n sus e 1st1ntas fun · . d .. el carácter d e úni co intérprete del R eglamento, al cual " compete decidir
Y !a aud iencia como tribunal supe . · . .cio n es 111 1ndua les,
11 01. Q uedab·111 s1e l sobre qualquiera duda que pueda suscita rse"ª· Y un mes d espués se leyó
extraordinarios al ConseJ· º de Indi as d ¡·r· . • .
' e tan e I •C! I ut il iza 'ó
mpre os recursos
. un oficio de Ja Junta "e n que avisa se lleve á efecto lo que determinó sobr e
las trabas impu estas a su e1·ercicio S . • c1 n en virtud d e
. . . . . . u com petencia aba r e b I
JU1 c1os C1\·iles y crimin ales ajenos por r 6 d 1 ' ' a a tot os los
ria, a los demás fueros especiales 'H abíaaz n d~I as perso nas o de la m a te-
2 AEC, serie IV, IV, 208 : acta del 6 de julio de 18 10.
¡ · ' ' n per 1c o sus a tribuc· · d. · 3 A EC, ser ie I V, III, 55 Y 98.
es los alcaldes de la Santa Hermandad h b' el . wnes JU ic1a- ' AEC, serie IV , IV, 197-1 98: jun !o 26 de 1 ~ 1 0.
rio del país los ju eces de nat urales y lo' sy . a iand es~parcc1 do d el escen a- o ;-.: 0 surgen del acta ca p itu lar las razones in vocalbs por la J unta Dar a no desprc 11
. JUeces e u erras Qued· b derse del pleito (ver id .. ibid., 206).
ca mbio, el protomedicato, el fuero uni\'ersitario )' el consui d ..t an, en • Id., ibid., 207: julio 6 ele 18 1Cl
a o.

208 209
!1----..---· -----<'----·--.. _-- . -.-... -.. . . ~-~- ----- -- _, __ .__ .---- .

Zorraquín Becú, Ricardo.


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destinados a reorganizar total o parcialmente la administración judicial.


la exc~usiva del. articulo septimo de la acta de eleccion ... en orden á que Pero ni éstos ni los demás documentos emana~os de las autoridades
el gov1erno dev1a desprenderse del conocimiento de los asuntos judiciales, revolucionarias hacen referencia concreta a defectos o inconvenientes de-
Y pasarlos á la Real Audiencia. Y los SS. mandaron se copie y archive rivados de las magistraturas coloniales. En realidad, el movimiento eman-
el oficio"7. cipador no buscó su justificación en la necesidad de reorganizar la justi-
En realidad, era el Cabildo en su tendencia moderadora de la actividad cia. Tuvo simplemente causas políticas y tal vez económicas, pero no se
revolucionaria el que pretendía limitar, en ésta y en otras formas, los po· pensó en el primer momento en modificar el ordenamiento judicial 11 •
deres de la Junta que se había visto obligado a nombrar ante la presión Las magistraturas coloniales perduraron así, en su competencia y es-
del pueblo y de los militares. Pero su triunfo fué de corta duración. El 17 tructura, después de producida la revolución. Las nuevas ideologías y las
de ~ctubre la Junta destituyó a todos los miembros del ayuntamiento y
orientaciones que sucesivamente predominaron en el escenario del país im-
designó a otros en su reemplazo, y desde entonces el artículo que limitaba
pusieron reformas parciales que alteraron paulatinamente el sistema ju-
las facultades del gobierno revolucionario cayó en el olvido más absoluto.
dicial que hasta entonces existía. Interesa, para concluir adecuadamente·
La ~unta, en efecto, ejerció no sólo los poderes judiciales que competían
el estudio que forma el objeto de este libro, recordar esas modificaciones
a~ virrey depu~~to .-fue~os d~ guerra y hacienda y causas de gobiernoª-
s1.no q.ue tamb1en m~ervmo, impulsada por móviles políticos, para zanjar hasta la extinción sucesiva de las magistraturas creadas por la obra de
e1ecuuvamente multitud de asuntos que por las leyes vigentes requerían España en América. Para ello, en vez de resumir cronológicamente las dis-
la substanciación de un proceso. tintas disposiciones legislativas y constitucionales, hemos de recordar las

A
La revolución no trató, por consiguiente, de alterar el ordenamiento vicisitudes de cada institución siguiendo el mismo plan que nos permitió

o B
estudiarlas anteriormente 12 •

ic .U
judicial de la colonia. Las reformas que se fueron paulatinamente realizan·
La justicia capitular fué mantenida y afianzada en el Reglamento de

ém ioja
~o. no .respondiera~ a un~ .necesidad. de m~jorar. la administración de jus·
t1cia, smo a ~rgenc1as pohucas o a orientaciones ideológicas más modernas. institución y administración de justicia, dictado por el primer Triunvirato

ad G
Entre las p.nmeras ~abe menciona~ la expulsión de los oidores y su reem· el 23 de enero de 1812. Los alcaldes de la Santa Hermandad recuperaron

ac el
plazo por JUeces cnollos 9 , la destitución de los cabildantes bonaerenses

o d
y la creación de diversos tribunales de excepción con miras evidentement~ con~cer en los ca~os d~ robo, muerte Y. as~i?ª!º;

us eca
[leglamento de ahril 20 de 1812, para
políticas1°. Entre las segundas deben recordarse los primeros reglamentos y otros muchos que se suceden durante Ja epoca revoluc1on~na, alter~ndo las JU~1sd1cc10-

t
nes y creando magistraturas destinadas a entender en dehtos o pleitos producidos con

io
bl
anterioridad.
u "N" · n levantamiento patriota de Hispano· . Amenea,
· · • h emos sostem'd o, ms-
segun ·
,. Id .• íbid., 220: agosto 7 de 1810. Bi mgu • · ·
cribió en sus lemas, como motivo especial de ins~argcncaa, estarpa~ una .unesta 1usucaa,
f · · ·
. 8 Luis M.ÉNDEZ ':ALZADA, La función judicial en las primeras épocas de la independen·
. · on por ej"emplo las colonias anglo-sa1onas. Los agravios denvaban substan-
et~, .271, .Buenos Aires, 1944. Este autor es~udia la evolución ulterior de la jus:icia! ad- como h 1c1er ' • . .
mm1strauva, que perdura hasta que se implantaron las reformas impuestas por la cialmcntc del régimen político" (LUIS MÉN?EZ CALZAD~, op. cit., 93). · .
u Las normas legales que se irán mencto~ando, as1 com<:> las rec~rdadas anterior·
Constitución de 1853. . ubli'cadas en Asambleas Constituyentes Argentinas, seguidas de los textos
·
" El ~cto ~el 22 de ju~io ~e 1810 fué una medida impuesta por la actividad contra· roen te, ., f 1guran
· ¡
p le•Ti.slati'vos y pactos interprovincia
. . 1es que orgam%llron po ¡·aticamente
· ¡
a
rrevoluc1onana de la audiencia. Pero adviértase que la Junta, al sustituir a los oidores c011s·t 1· ucaona es,E"IIl 0 • f
IO RAVIGNANI, V, 2\L ¡>arte. Buenos Aues, 1939. Esta re erencia excusa
·
por abogados, utiliz~ el pro~dimiento le~l para integrar el tribunal con conjucces, de N acion
la . . . por .. de· cada una. Para el estudio
cita individual . de la evo1~c1·6 n JU · d 1c1a
· · t p~stenor ·
a 18 10,
acuer?o a las le~es VJgentes:. El nombra~mento de el Juez, que por falta, ó impedimento ·1 R LEVESF Historia del derecho argentino, IV y V; l\IENDEZ CALZAD..\.
consu·ttese: Ir.AR 00 ·• • •• · d· · ¡ · La PI ata, 193 8;
d~ Oidores hubiere de suphr su ausencia para la determinación de los negocios con el . M NUEL loÁ1'iFZ fROCHAM, La orgamzacron ¡u icia argentina,
O~dor que .quedare en la Audiencia, toca al Presidente de ella" (Recop., n. xv. 6 3). Lo
op.
JosÉ l\fARfA SÁENZ VALIENTE, La justicia capatu ~r portena u:an e os u amos anos
Cl " A ' ' [ - d t / '[t. - d (
e
mismo deb1a hacerse en caso de recusación cfo un oidor (id., V. xi. 4). funcionamiento del cabildo (1810-1821 ), en Revista del Colegio de Abogados de J!ue~os
..
10
~ales fueron Ja Comisión de Seguridad Pública, creada en enero 20 de 18 11 para . - XVI tomo XV Buenos Aires, 1937; y ABEL CHÁNETON, La reorganización
A ires, ano
judicial , • H
y el procedimiento, 1810-18.~0, en SoctEDA~ DE ISl'ORIA RGENTINA, nuano e
A A · d
pes~msar la conducta de los que formasen congregaciones nocturnas ó secretas sembra-
sen ideas subversivas de la opinion gral. sobre la conducta y legitimidad d~l actual Historia Argentina, mio 19./1, 179-200, Buenos Aires, 194~. No pretendemos, como es
gob."º, ó ~eduxesen á los ofic.• Soldados y Ciudadanos de qualesquier clase"· el Tribunal lógico, hacer una historia. detallada de las reformas posteriores a 1810, pues ello escapa
de Seguridad Públ'1ca, crea d o en a b n·1 13 de 1811 con jurisdicción
· para 'entender "en al tema central de este hbro.
todo género de causas de esta naturaleza"; la Comisión de Justicia, organizada por el

211
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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

demanda alguna sin la resolución previa del tribunal de concordia que


la declarara procedente.
sus antiguas atribuciones jurisdiccionales al recibir competencia en los
Casi inmediatamente, el 20 de abril de 18 I 2, quedó organizada la Co-
asuntos inferiores a cincuenta pesos, y los alcaldes ordinarios conserv;}.ron
misión de Justici~, con cargo de fallar privativa ~ sumar~amente, sin ape-
su facultad de entender en los juicios superiores a esa cantidad. Para las
lación ni súplica, los delitos de robo, muerte y _asesmato, e mcluso l_as causas
apelaciones el mismo Reglamento creaba un sistema más complejo. Los
que en ese momento tramitaban ant.e ~tros tribunales. Este org~msmo con
pleitos menores de cincuenta pesos podían llevarse en segunda instancia
facultades extraordinarias f ué supnm1d~ cu~!ro meses des pues, pasando
a los alcaldes ordinarios, cuya sentencia era definitiva. Los asuntos de cin- los expedientes a la Cámara de Apelaciones .
cuenta a doscientos pesos eran apelables, en los pueblos subalternos, ante Las normas establecidas en el Reglamento del 23 de enero de 1812
tres miembros del Cabildo; y si éstos revocaban el pronunciamiento del fueron confirmadas por el Reglamento d: Administración d~ Justicia,
alcalde cabía una tercera instancia ante un tribunal de alzada de provincia, sancionado por la Asamblea General Const1tu_rente el 6. de .s~pt1em?re de
compuesto por el jefe del gobierno local y "dos individuos de buen juicio 18 I 3, con las siguientes modificaciones relativas a la. JUStma ~ap1tula~:
Y conducta del vecindario" elegidos por el mismo jefe entre los que le pro- los alcaldes de hermandad volvieron a tener competencia en los cmco deli-
pusieran las partes. Idénticas normas regían en los juicios de cincuenta a tos cometidos en yermos o en despoblados, d~ acuerdo a la ª?ti gua legis-
quinientos pesos que se tramitaban en las ciudades capitales de provincia lación española; los juicios inferiores a trescientos pesos deb1an sub_stan-
(intendencia) . En los pleitos superiores a doscientos y quinientos pesos se c·arse verbalmente; volvió a exigirse firma de letrado; y las apelaciones
suprimía la instancia ante el Cabildo local, y las apelaciones debían ele- d~ las sentencias dictadas por los alcaldes ordinarios debían interponerse
a~te los gobernadores o sus tenientes, quedando abierta la tercera instan-

A
varse "precisa é· inmediatamente á las alzadas de provincia". Si el fallo de

o B
ésta revocaba la primera sentencia, podía recurrirse a la Cámara de A pe- cia a las Cámaras de Apelaciones. Se mantenían sin alteración los tribuna-

ic .U
1aciones que allí mismo se creaba en sustitución de la antigua audiencia. les de concordia.

ém ioja
Ante la misma Cámara debía "siempre apelarse sin omitir el recurso á la La misma competencia fué otorgada a los alcaldes ordinarios del ca-

ad G
alzada provincial en todo pleito, cuyo valor exceda de mil pesos". Respecto bildo bonaerense en las Ordenanzas provisionales expedidas el 13 de oc-

ac el
a las causas criminales el mismo Reglamento -que negaba a la Cámara tubre de 1814. Al de segundo voto, siguiendo las normas y costumbres

o d
establecidas, se le encomendaron especialmente ~os plei~os ~n que era

us eca
la. facultad de entender en primera instancia- disponía que "podrá hacerse
un reparto de causas criminales en varios de los individuos de la cámara, parte un menor, y también los juicios testamentarios. El fiel e1ecutor ~on­

t
io
comisionados al efecto, relevando de este modo la imposibilidad que in- servó la facultad de imponer multas por falsedades en los pesos y medidas

bl
ducirá en los alcaldes ordinarios el concurso á la vez inexpendible de unoBi y por alterar los precios establecidos. . .
y otro género de asuntos". Quedaba por lo tanto facultado el gobierno para El Estatuto Provisional de mayo 5 de 1815 devolvió a los alcaldes ordi- ,I
retirar los juicios criminales a los alcaldes ordinarios, a fin de entregarlos narios su antigua competencia criminal, y declaró disueltos los tribunales
a los miembros de la Cámara como jueces comisionados al efecto, pero de concordia. il
nada se decía respecto de las apelaciones que, como es lógico, competían Lo mismo dispuso el Reglamento Proviso~io de dicie~b~e. 3 de _1817,
al mencionado tribunal. Se advierte en todo este ordenamiento el deseo el cual sólo modificó el régimen de las apelaciones de la JUStma capitular
11
manifiesto de hacer más asequible la justicia a lo~ litigantes descentralizán- creando el cargo de juez de alzadas de p~ovincia, el cual. debía. confiarse
dola, y de facilitar el despacho de l?s asuntos, a cuyo efecto se eliminaron letr ado Este magistrado entendena en segunda mstancia en los
a· ·un · ·1es,· y también en los criminales, pero respecto d e estos u'l timos
· civi · 1
los derechos que cobraban los jueces y su suprimió el requisito de la fir- JUICIOS
ma de letrado. Pero la celeridad de los trámites quedó en cierto modo 1

desvirtuada mediante la creación simultánea de tribunales de concordia, R


i:i L . NE Historia del derecho argentino, IV, 166; JU,\N CAr-;TER, El mio XII,
ICAROO E\ E ' I fl. . d l N "ó A
Ias asam bleas gen e rªles "' . del 8 de octu. >re, en rstona e a acr n r-
,, /a revolución
formados por el síndico procurador y dos regidores del Cabildo local, que entina, v, 2 \l sección, 705, Buenos Aires, 1939. Anteriormente, el 4 de octu~re de 1811,
debían actuar como amigables componedores antes de iniciarse la acción ~l mismo gobierno había expedido un bando. en el que se ordenaba aphcar la pena
judicial. Estos organismos debían también determinar ."si hay mérito ó no, de muerte en la horca a los culpables del dehto de robo.
a una question judicial sobre hecho ó derecho"., y no podía entablarse
213
212
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

El fatntu to Pro1'isio11al de 1815 acordó al Director Supremo comp.eten-


era facultativo para las partes recurrir di rectame nte a las Cám aras de Ape- cia p ri,·a ti,·a para e n tend er "en las causas de contrabando Y ~emas de
laciones. E n los pleitos inferiores a mil pesos dos semencias conformes ·
Haoend;1", con a pcl'1c10n · · ante u n a Junta com¡)uesta' por el presidente. de .
eran definitivas. la Camara ele Apelaciones, el <¡ecano e\ e 1 T 1"1bu11al ele Cuentas •..el n11111s-
· · .
La abunda n cia de las causas criminales, que ya h abía de terminado la tro <le Caps · mas · anuguo · y el r·1sca J le l d.1c11a Cámara ' ·
Tambu.:n pocl1a ..
creación de varias magistraturas especiales en esos ailós de grandes pertur- conf irma r o re,·ocar " en ulumo . - gra d o 1as sen tei1 cias ' dadas- contra . m1 hta-
baciones sociales, motivó la aparición en Buenos Aires <le un alcalde d el res''. Quedaba reem pl azada as1 1a unta u . J S perior ele R eal . H aoenda.
LI . el ..
1
crimen, miembro del Cabildo, según lo dispuso la ley del 2 1 de diciembre " Los p leitos sob re contraba ndo, y cernas 1 i.am os • y negooos e e Je ac1en a
de 1820 dictada por la J un t~ de Represen ta ntes. Este tercer alcalde debía . . · . - el d · ciem bre 3 de 18 17, a 1os
com pe t1a n, segun el R ep;la111 e11lo Pro111so 11 0 e 1 . . el
entender de oficio en todos los d elitos, y acu mulativamente con sus colegas .mtendentes de ' p rov .incia, . queel an el o 1a segu1 . 1cla instancia ' a la . Camara _ e
en los asuntos criminales que se iniciara n por querella o denun cia. . . · . b ·endo en el mismo cue1 po
Apel aciones E l Director Supremo con u nu.1 a s1 • . _.
No llegó a actu ar sino un año este novel magis trado, pues el 24 de · -1· E ordenam iento de la 1ust1oa
legal, juez definiti vo en el fuero m1 1tar. ·ste .
diciembre de 182 1 la misma Junta de Representantes sancio nó la ley que - .. t s hasta que se pusieron en
admi nistra tiva subsistió, con pequenas va11an e · ' . _ _.
5uprimía los cabildos de Buenos Aires y Luj án, y design aba j ueces de . . . d 1853 e encomenclo a la 3usuc1a
vigor las n ormas d e la Co11stlluc1on e • qu . d ·'s
paz y jueces letrados en reemplazo de los alcaldes de h ermandad y ordi- ' N · · l'> E sabido por 1o enu •
federal las ca usas en que era pa rte la ac10n '- s ' • . .
narios, que así desaparecieron d el escen ario local. Análogas reso l u cion~s . .. 1· . l obernadores e3erc1eron, con
nue en las é pocas de d 1s0 Te"aCIOn po JllCa os g e • l L
fueron tomando las d emás provincias a medida que suprimieron los tradi- •1 ~ · <l . · l d toda indo e. os

A
"' .
o sin fund amen to legal, ampltos poderes JU 1oa es e

o B
cion ales ayun tamientos H. ' .. . .. el l ·en da y de correos-
f ueros personales -ecles1asu cos, m111tares, e 1aci

ic .U
. .
Los primeros gobiernos patrios ejercieron las funciones judiciales que . . B A· or ley del 5 ele Ju 110 <1e

ém ioja
las leyes atribuían a los antiguos virreyes, tanto en este carácter como en el fu eron abolidos en la provincia ele u en os ires P
18 23. Subsistieron sólo los fueros rea les o de ca usa. . . ...

ad G
de superintenden tes. T al vez con la revolución d ejó de act u ar el te niente . do los ordinarios ec1es1,1s-
Con esta liltima reserva, conunuaron actuan

ac el
le trad o de la intendencia bonaerense, cuyas atribucion es judiciales en el _ t ahora lo hacen con 1as
ticos en las ca usas de su competencia, corno 1rns ~ '.

o d
fuero ordinario ya n o tenían razón de ser. P ero aquellos gobiernos conser- . ,. de
1 1 . 1 ión ovil que 1os exc1U)O

us eca
varon la jurisdicción en l as causas de gobierno, h acienda y gut-rra, de r:iodificacion es introducidas por ª egis ac. . . .• e n oin i·nalmente
·1 · L n sc11cc16 n qu '
enten der en tod os Jos asuntos de fami 1ª· ª JU

t
acuerdo a las reglas de la legislación indiana con firm ad as luego en los . . ntiedó legalmente

io
. . . or· . nuestro terntono ' l
i c i ~ en, en su le de marzo 24 de J8 1'.~ .

bl
sucesivos reglamentos y constituciones. eJerc1a el tnbunal del Santo
E l decreto del 11 ele febrero de 18 11, por el que se creab an Jun tas pro- Bi )
su p rimida por Ja Asamblea del ano XIII ,
. . \· como ya 1p mos,
d . .. y fti c' reemplazada a
vinciales, confirió a las que debían instalarse en las capitales todas las fa- . La aud1en c1a de Buenos t ires:. . . A elaciones, creada entonces
cultades q ue an teriorme nte compe tían a los gobernadores intendentes. Al 1 fines de enero de 1812 por_un~. Camai a ~le. ·pciún de ·usticia . En él se
suprimirse aquéllas y restablecerse la inte ndencia de Buenos A ires (enero por el Reglamen to de msti tu cwn y adm1mst1a }cinco indi viduos,
. 1 ·¡ . estar compuesto por
de 18 12) , l os jefes d e cada provincia reasumieron las mismas atrib11ciones, esta blecía que el tribuna 1n ~ . rc1 d pero con las precisas
tres de ellos letrad os, y dos vecu~o~ sm es~~d~: ci~c~ empeiia<los en soste-
1
y luego recibieron además la de ser jueces de segunda in stan cia en l as
causas falladas por los alcaldes ordinarios, ya fuer.a asociados con dos veci- d e buen juicio, costumbres Y opinión, Y .
nos (R eglamento de enero 23 de 18 12) , ya actuando individualmente (Re-
.
n er la li bertad d e su pa tria · u
· .. s competencia. . se r edticía a resoh ·er en ter-
en c.:)11sulta Jos asuntos
. . 1 . . . . 'les y en ape 1ac10n o
glamento de septiembre 6 de 18 13) , h as ta que en 1817 se creó el cargo de cera 1nstanoa os 1u1 c10s c1v1 • . . era instancia y en casos
etencia en prun
juez de alzad as en cad a provincia. criminales. Se le negaba to d a comp
. C·\nnra de Di¡Jutaclos ele\ Estado
,. Entre los años 1822 y 1837 quedaron suprimidos los cabi ldos en todas las ciudades, 1 1iat c sostenido
'" De mucho in terés fu é el te . .
en 1a • ' ·1
Jll'O)'CCLO creando un tn Ju na
¡ 1
c•.esignándose en reemplazo de los al~a ldes, por lo ge.neral, jueces de paz y jueces letrados • . 1 <l Ju lto <le 1858 • un , .
de Buenos Aires al <l1scuu rse. e 1.1 e . . · lela y las nue nacen l.e conllatos
tenc10sas de 1i.1c1e1 .,
de primera instancia, cuyas a t ribuciones se determ1~a~an en se?das leyes locales so~rc especia l para juzgar " las causas con
,_.
t
" El pro)·ec o 110
llegó a sancionarse. 1
orga nización judicial. Para el detalle de cada provincia ver IBAÑEz FRoCHA M, op. cit., en tre particu lares y el Gou1erno ·
- 101 - 15 6.

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

P ero la Jun ta de Representantes, por ley del 5 de diciembre de 1838,


de corte, q uedando suprimidos los jm:gados d e provi ncia y de bienes d e vol vió a crear un tribunal de recursos extraordinarios que perduró hasta la.
d ifu n tos. Pero al poco tiempo, al suprimi rse en agosto d e 18 12 Ja Com isión
caída de R osas 16 •
<le Justicia creada cuatro meses an tes, se encom endó a aquélla la substan- En cuanto a los de más fueros especiales, subsistieron, como ya se dijo
ciación d e las causas sobre robo, muerte y asesinato, con el mismo p roce- al tratar de cada u no, hasta la época de la organización nacional.
d imiento sumario . T ambién podían actu ar Jos miembros del tri bunal Esta ligera revis ta de las principales reformas introducidas en el orde-
como jueces comisionados por el gobierno en asu ntos crimin ales. n am iento judicial de la colonia n os revela que en su mayoría vinier on im-
Para los recursos que debían entablarse, según las leyes de Indias, an te pu estas por las circunstancias ~olí~i~as q ue s~ presenta_ban. Tanto en lo
las a uto ridades residentes en España, se hizo forzoso crear desde el princi- rela ti vo al gobierno como a la 1us t1 oa advertimos la misma falta de plan
pio un nuevo régimen. En junio 2 1 ele 18 11 la Jun ta G r ande sancionó a o rgá nico, y su reemplazo p or una seri e de m edidas precipitadas, sin funda-
tal es efectos el R eglamen to provisorio sobre los recursos de segunda supli- mento y much as veces contradictorias, que no alcanzaron ni aproximada-
cación, nulidad, o injusticia notoria , y otros extraordinarios, q ue acor daba mente a m ejor ar la administración. Por el contrar io, puede afirmarse que
jurisdicción para en tender en ellos a cinco miembros de la Jun rn, y estable- la justicia resultó n otablemente per judicada con las reformas revolucio na-
cía el procedim iento a seguir. Disuelta ésta, el Triunvirato se atribu yó esa ri as y sobre todo con la aparici~n de tribunales. especiales y n~tamente Pº:
facultad, pero "asociado a d os ciud ada nos de probidad y luces" (Estatuto líticos que sustituían sin \'entap a los establecidos desde antiguo. Las cn-
Provisional del 22 de noviembre de 1811). El R eglamento de enero <le 18 12 ticas de los contemporáneos son suficientemente explicitas y categóricas
di ó cornpeten c:ia a la Cámar a de Apelac ion es para conocer d e la "se~und a p ara eximirnos de dem ostrarlo.
suplicación, recursos ordinarios y extraordinarios por i n justicia o nulidad T ambién deb emos llegar a la con clusión de que los prim eros gobiernos

A
notori a, fuerzas ecles iásticas, y <lemás que por leyes, y ordenan zas h an po- volucionarios no pretendieron modificar -en sus lineas generales- el

o B
re . l dº

ic .U
dido y deb ido conocer las audiencias y ch a n cillerí as de América". ordenamiento judicial anterior. Los sucesivos r eg amentos que se 1ctaron

ém ioja
La misma competencia fué co n cedida a la C ámara en el R eglamento de sólo contien en reformas parciales y relativas a _prob~emas de ?etalle, y ~e jan
septiembre 6 de 1813, q ue d ispuso reemplazar los dos vecinos legos por bs 1·sten te el sistema creado por las leyes h1spámcas. Reo én a partir de

ad G
otros tantos letr ados. Pero al suspender sus sesiones (n oviembre 18 de ~~2 1 se r ealizan transformaciones fundamentales al supri~ir. ~os alcaldes

ac el
lazarlos por 1· ueces letrados. Y sólo con la Const1tuc10n de 1853

o d
18 1~) , la Asamblea resolvió nombrar una Com isión P erm anente que, en tr e y r ee m p 1 . . - h h b.

us eca
otras funciones, te nía la de r esolver los r ecursos extraordinarios, a cuyo se llega a la transfor mació n total de a JUS t1c1a, qu~ asta entonces se a 1a
efecto expidió luego un R eglamento el 3 de febrero de 1814.
El R eglamento de 18 15 continuó, como los anteriores, confiriendo a
la Cám ara de Apelacio nes las facultades de la antigua audiencia, con lasBi
bl
modificaciones in troducidas después de la r evolución . D ecl aró abolirlo el
sistema creado en abril 20 de 18 12, " y restablecido el órden de derecho io
t
l~
· d por las ve tustas n ormas del pasado colomal.
gu iaT 0 d ello pone en eviden cia que n o se h a b'ia senu·d o 1a urgencia
modi~c~r el sistema judicial que h emos estudiado, y que éste r es pondía
ca b a 1men
d
23
· de

te a las n ecesidades de la época. En el preámbulo del R eglamento


f · 1 .. ºb · l
de enero de 1812 se hace una vaga r e eren cia a os tn una es nu-

p ara la prosecución de causas crimina les". En cuanto a los recursos de


segunda ~~plicació~ , nulidad e injt~sti ci a notoria, debían ser r esueltos por
un a com1S1ón de cm co letr ados desig n ados p or el poder ejecutivo.
i e
merosos,
complicados, é instituidos para colocar y sostener en la
d d
mayor elevación á los agentes e 1 espo t1smo, y
- á 1 - ·
as provmoas en

10
AoEL CHÁNETON, Un precursor de Sa rmien to y otros ensa)'OS históric?s, 69-96. Bue-
Idén ticas normas contenía el R eglamento Provisorio de 18 17, el cual . . l oÁÑEZ FRoCHAM, op. cit., 227-238 . En la Cámara de Diputados de Ja
nos ~ir~·d 193· 4 ' os Aires sesión del 26 de julio de
agregó a la competencia de la Cámara el conocimiento, en segunda ins-
P
8
rovincia e uen ·storia de • Jos recursos de nu lºd
18:.,s.
don Francisco de El izalde hizo
1 a d e m1usucia
. . . . no tona, . a 1 .m formar un
tan cia, de " los pleitos sobre contrab andos, y <lemas r amos, y negocios de extensamente 1ª 111 ' d dº · b d 8 8 1 bº ·
.royecto de ley declarando que Ja ley d~ld 5. e . 1c1fem re e 1 3 . nod _1a d1a podido
Hacienda ", exceptuándose los que comp e tían a los tribunales de presas. P activa'º Se procuraba as1 epr sm e ecto 1as sentencias 1cta as por el
'"tener
. fuerza dre t rdurante
º ' ·Ja época de R osas. en cuanto h a b 1an
' resue 1Lo p Jcitos
· · · ·
defmtll-
El recurso de in j usticia n otoria fué suprimido por decreto del 20 de octu- tnbunal crea o antes de su establec1n11ento. . . p ero e¡ proyecto -que ongm · · 6
movidos
bre de 1829, d ictado por el gobernad or Juan J osé Viamonte, que al mismo vamente fa 11a d 0 S Cámaras- fué rechazad o en d e fº1111uva. · ·
tiempo devolvió a la Cámar a de Apelaciones el de segunda suplicació n. debates en am b a5

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216

!
{
(
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

una gravosa dependencia"; pero la reforma, si bien fortaleci ó los tribu- Lo cierto es que en esos ambientes reducidos en donde cada fun-
nales locales, mantu\·o y aún agravó el sistema complicado y num er~so cionario debía considerarse un jefe absoluto, fué necesario multiplicar los
que existía. No se \·uel\'e a hacer referen cia a lgun a a la neces id ad de la controles y los recursos a fin de e\·itar los abusos y las arbi trariedades.
reforma judicial, y en el Manifiesto del 25 de octubre de 18 17, "sob re el Todo ello creó, si no un sistema perfecto, al menos un régimen en el cual
tratamiento y crueldades que han sufrido ele los espaiiolcs, y motivado la triunfaba a la larga la justicia, quedando espontáneamente contenido el
declaración de la independencia", ning una queja aparece sobre defectos despotismo. De ahí la impresión de paz y de seguridad que da la Yida colo-
de la administr;ición de justicia. nial, no por exceso de qu ietismo sino porque, los habita~~es se se~tían
amparados en un régimen jurídico. Nuestro pa1s no conoc10 reY?luc1ones
Es que las magistraturas coloniales habían cumplido eficazmente su
misión. Habían sido instaladas para realizar uno de los fines primordiales intestinas durante los siglos xv11 y xvm , salvo algunos levantamientos en
del Estado indiano, y durante su actuación consiguieron por lo general Corrientes. Lo cual es un indicio importante para juzgar el resultado del
orden amiento judicial de la época. Si éste tendía, como la virtud que debe
llevar a la práctica esos propósitos. Claro es que la aspiración just iciera
presidirlo, a lograr la paz de las . co_munidades ~olítica: 17 , fácil resul,ta
de la corona no podía cumpli rse únicamente mediante la actividad de los
llegar a la concl usión de que el objetivo se cumplió, llevandose a la prac-
tribunales, puesto que esa funci ón tenía mayor ampl itud que la ele resolver tica el ve rso del salmista: ]ustitia et Pax osculatae sunt 18•
los con fli ctos particulares. Pero como las magistratu ras integraban un sis- Los sucesos posteriores a 181O revelan, por, contraste, la desa~arici?n
tema complejo en el cual no h abía separación de poderes, su presencia de esa finalidad. Suprimidos los controles rec1procos entre func10nanos
servía también para reprimir las arbitrariedades ele Jos funcionarios polí-

A
·strados aprovecharon aquéllos del poder que espontáneamente asu-
ymían

o B
ticos controlando su actividad guberna ti va. Y es por ello que el sistema magtpara ejercitar
' . . trabas sus a~pirac10nes.
sm · · Se establec1' ó con en f ati:a
' ·

ic .U
llenaba la aspiración para l a que hab ía sido creado. insistencia el principio de~ª. separació~ d.e los po_dere.s, pero no se cumd pl 1ó

ém ioja
En efecto, ese sistema de contralor recíproco en tre funcionarios y ma- con ese postulado. La justJC1a quedó limitada a mspirar a uno so1o e 1os

ad G
gistrados, y aún entre los mismos jueces, signifi có u n a eficaz ga rantía para el Estado, deJ· ando a los demás huérfanos de todo fund amento
Pº d eres d . 6 . bl l .

ac el
los gobernados. En el orden puramente judicial, la relativa indetermina- de virtud. El descontento creciente mot1v. m_numera es evantam1entos,

o d
ción de las funciones y de las competencias, y a veces la superposición de · es y luchas civiles durante medio siglo, h asta
. que los hombres

us eca
revo1uc1on . .
atrib uciones entre distintos tribun ales, daban a los litigantes mayores de la organización nacional advirtieron que era necesario volver a :os
prm-

t
posibilidades de encontrar quien les hiciera justicia y les reconociera su . · · 'd ' cos y crear el régimen legal que encauzara y contuviera t an-

io
c1p10s 1un i ,

bl
derecho. Si fallaba n aquéllos, siempre quedaban las audiencias y en últim o tns expresiones de malestar.

Bi
extremo el rey ante quienes recurrir, en la seguridad de ciue sus resolu-
ciones iban a estar fundadas en la ley y exentas de toda parcialidad. Fuera
del orden judicial, las resoluciones gubernativas que afectaban los derechos
ele los p articulares, de las corpor aciones o de las mismas ciudades eran sus-
ceptibles de diversos recursos, y mientras se suspendía su cumplimiento
podía lograrse también su revocación. T odo ello mediante procedimientos
. ali'daJ de la 1·usticia en cuanto función del Estado? Los diversos
legales y con argumentos jurídicos, que daban a e.sos problemas políticos 1 f
i7
'·Cuál
' .es. a ¡ m dado soluciones diferentes. Ya d 111111os
... que segun· 1a B'bl ' e1
1 ia,
o económicos un aspecto judicial. sistemas pohucos rnt d recho espaiiol (Cap. I, notas 3 a 5) , la justicia tendía al man·
derecho romano Y e cocía! Idéntica era la finalidad en el Estado indiano. ¿Puede
Es cierto que esos recursos tardaban a veces años en resolverse, si es tenimiento d~ la Pª~ ~erecl.;o moderno? Estimo que ya no se a tiende tanto a aquel
q u e llegaba a producirse el fallo definitivo. Pero aún estas largas d_i~aciones decirse lo mi~mo de salvaguardar y defender los derechos individuales o sociales,
servían para suavizar con el tiempo la aspereza de la lucha. Tamb1en hubo objetivo pacifico, como .~ ue predom ine. La justicia no aspira a la paz sino a la
según ~ea l.a pr~ocudea~~sn i;tcrescs que se consideren superio:es o cuya defcns~ asume
abundancia de pleitistas y de litigios, pero ello _elimin ó explosiones más protecoón 1undica éll puede llegar a verdaderas persecuc1oncs contra los m tereses
violentas d e descontento. Y aún esa abundancia revela que alguna fe el Estado. Y así aqu ªt ralrnente la subversió n de toda idea y de · todo sentimientc
contrarios, lo que es na u
existía en el resultado final, cuando se recurría con tanto empeño a los ele justicia.
magistrados para resolver las controversias. u Salmos, 84, i 1.

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Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"
-
1NDICE DE MATERIAS Y DE NOMBRES

(No se mencionan los nombres geográficos ni los autores citados)

A Audiencia de Concepción: 42.


Ahogados: 2.1. 25, 26, 57, 68. Audiencia de Charcas: 18, 42 •44 , 61, 69 _71 ,
Acarettc: 163. 13~. 1~9-15S, 1.59· 164, 165, 167, 187, 188.
Acuerdo: 144, 145. Aud!enc!a de Lima: 96, q 9, 151 .
Adelantados: 32 y sig., 43, 44. 47, 69. Aud1enc1a de Santiago de Chile: 42, 148,
Aduana de Córdoba: 85, 96. 16o.
Aguirrc, Francisco de: 41, 137, 13S. Audiencias: 22, 129, 131, 143· 148, 185·1S7,
Alarcón, Sebastián de: qo. 192, 198, 208.

A
Alarife: 79. B

o B
Alcalde provincial de la Santa ii<:rmandacl:
Baigorri Ruiz, Pedro de: 91.

ic .U
65·67. 72.
Alcaldes: 19, 47, 48, 52-61, 67, 69, 71, 74, Basavilbaso, Domingo de: 110.

ém ioja
77, 78, 84. 98, !l9· w5, 106, 169, 170, 182, Basavilbaso, Manuel de: 185.
Bastidas, Rodrigo de: 34.

ad G
190, 212, 213, 214.
Alcaldes de aguas: 58, 7'1· 75· Bazo y Berri, juan: 107.

ac el
Alcaldes ele barrio: 79. Benedicto XIV: 114, 127.

o d
Alcaldes de cuartel: So. Bohórques, Pedro de: 153.

us eca
Alcaldes ele la Santa Hermandad: 52, 6o· Bucareli y Ursúa, Francisco de: 8S, 89, 2oo.
67. 71, 211, 213, 214. Bulas, pase de: 114.

t
io
Alcaldes del crimen: 161, 162.
c

bl
Alcazaba, Simón de: 31, 33·

Bi
Alejandro VI: 127. Cabeza de Vaca, Alvar Núñez: 37, 38.
AHaro, Francisco de: 70-73. 84, 95, 152. Cal>~ldo eclesiástico: 128, 130· 133.
Alfonso el Sahio: 53. Cabildos: 47, 51-53, 68, 95, 132, 133, 196,
Alguacil mayor: 32, 33, 36. 209. 211, 214.
Almagro, Diego de: 31, 32, .p. Cahrera, Alonso de: 39.
Almirantazgo: 93, 94· Cámara de apelaciones: 212-:u6.
Almotacén: 79· Camargo, Francisco de: 31.
Alvarado. Gonzalo de: 39. Capitanes generales: 20, 32, 33-36, 46, 47,
Alvarez de Acevedo, Tomás: 165-167. 81, 83, go-93. .
Alzaga, Martín de: 54· Capitulaciones: 32.
Alzaga y Sobrado, Mateo Ramón de: 110. Carlos 11: 7.
Amat, Manuel de: 167. Carlos V: 31, 179.
Andonaegui, José de: 165. Carranza, fray Pedro de: 115, ll7, 131.
Argüello, Luis de: 78. Carvajal, Diego de: 109.
Arias de Saavedra, Juan: 91. Casa de la Contratación: 8.1. 179, 202.
Arrcdondo, Nicolás de: So, 105. 191. Casas, Pedro de las: 72.
Arregui. fray Juan de: 133. Casos de corte: 55, 156, 216.
Arzobispado de Charcas: 115 .. Caspe, Antonio, 10S.
Asesor letrado de la gobernación: 82, 99· Castillo, Pedro del: 42.
Asesor letrado del Cabildo: 57· Causas civiles y criminales: 55, 68, 99 , 154 ,
162, 169.
Asiento: 85·87.
Audiencia de Buenos Aires: 26, 49, 65, 66, Causas de gobierno: 20, 55 , s3, 107 , 109
89, 148, 153, 158-174, 175, 177, 198, 209, 209.
Centeno, Diego: •ti·
210, 215.
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

Céspedes, Francisco de: 11 ¡. Fueros especiales: 22. i\felo de Portugal, Pedro: 172.
Jueces de comisión: 186·187.
C:~vallos, Pedro ele: 63, 167, 183, 191, 196. Funcs, Grcgorio: 201. jueces de las audiencias: 22: ver oidores. Mene.loza, Pedro de: 31, 32, 35-38, 41, 43.
<-:1sneros, Baltasar HitlaJgo de: 80, 108. Futurarios: 27. Jueces delegados: 23, 58, 59, 88, l 88. Mcrrndo y Villacorta, Alonso e.Je: 58.
<:lcmente XIII: 12.i. G ~figucl, indio: 72.
Colón: 3.¡. Jueces de naturales: 70·73.
Galín<lcz de Carvajal, Lorenzo: 109. Jueces de provincia: 161-162, 171, 216. Ministros: 59.
Compafiia Real de Guinea: 86. jueces de tierras: 100, 185. Misiones jesuíticas: 73.
~arantias individuales: 12, q-16.
Consejo de Indias: 86, 123, 129, 176-177 • jueces eclesiásticos: 22, 24. Montalvo, Hernando de: 95.
19u, 192, 19.¡. Garay. el Mow, juan de: 62.
jueces ejecutores: 23, 65. ~fontcjo, Francisco de: 37.
Consulado: 91 , 201 . 20 :;. García, Juan, indio: ¡2.
García de Caslro, Lopc: ·1' · Jueces hacedores de diezmos: 130-131. N
Consulta: 2.1, 177 . ·
García ele León y Piwrro, Ramón: 191. Jueces legos: 24.
Contrahantlo: 8.1, 97, wo, 139· 161-163, 188, j ueccs ordinarios: 23. Núñez de Prado, Juan: 40.
19.1. 215, 216. Gasea, Pedro de la: 3 !J".l I.
C:orrcgimientos: .12, •18, ·l9· Cayoso, Bernardo: 16.¡. jueces pes<1uisidores: 186-187. o
C:ohernac~ón ele l\falvinas: .¡8, .19 . Jueces reales: 21, 81. Obispados: 115-116, 131.
Correos: 109- 1 1 1 •
Crespo Flores, Jmtn: 65. (:ohernac!ón de Misiones: ,18, ¡ 3. s9 . juez de arribadas: 83, 97· Obispos: 116, 118, 120-124, 127, 132, 137,
C~ohcrnac!ón ele Montevideo: .18. 63, 89. juez <le meno1es' 57, 88. 99·
Cuad~illeros: 66, G7.
~ohernac~ón del Guayr;í o Paraguay: .¡S. Juez mayor de rentas: 133· Oficiales reales: 20, 38, 39, 54, 83-85, 95-98,
Cucsuoncs de com1letcnda: 100, 122, 127, Juicios sucesorios: 92. 120, 180. 100, 127. 133, 182, 185.
137, l.J7· 157· 16!), 20.1. Gohcrnac1ó11 elel Río de la Plata: .¡3-.16. 48,
69, 83-89, 107. 123, 150, 160, 165, 18j. julio 11: 125· Oficios vendibles: 27.
n 190. junta de diezmos: 130-131. Oidores: 22. 24, 92, 105, 153, 161, 169, 171,
Defensor de menores: 58. Gobernación del Tucum;in, 42, 44, 45, 69, Junta de Guerra de Indias: go, 146, 159. 179, 181, 191, 1g8, 203, 210.
88, 150, 166, 16¡. junta de Mayo: 209, 210. OJ1ate, Pedro de: 200.
D~fensor de pobres: 58.
Junta superior de Real Hacienda: 100-10.¡, Organización política del territorio argenti-
D~czmos: 98, 10 2, 127 . 134 . Gobernadores: 13, 32-36, .J-1-46, .¡8, 68, 69,

A
Diputados. G8, :?o3 • 81 ·89, 97, 99, 182. 127, 130, 215. no: 30 y sig.

o B
Gobiernos politico·militares: 48. Jurisdicción acumulativa: 55, 162, 170. Ortiz de Rosas, Domingo: 191.

ic .U
Disenso, causas de: 119 .
Godoy, Manuel: 93 . jurisdicción administrativa: 100, 107, 111, Ortiz de Zárate, juan: 34, 35, 41, 43, 44,

ém ioja
E Gómez Reynel, Pedro: Ar,. 207. 208, 215. 152.
~l~cción popular de gobernantes: 3 s, 44 • Gorman, !'\ligue): 1g6. 198. Jurisdicción castrense: 124. p

ad G
E.hzahlc, Francisco de: 217 • Grcgorio XIII: 122 ,' l:? 5 . justicia conmutativa: 13.

ac el
Esclavos: Xr,-87. Gregorio XV: 199. Justicia distributiva: 12-14. Palacios Rubios: 37.

o d
Espolios: 102, 121. Guerra: ·17· justicia, función de: 7-9, 143, 186, 18¡, Paroissien Diego: 107.
Patronato: w5, 113, 11.1. 118, 147.

us eca
~stado indiano: 7 y sig., 29 , 30. Guerra, fray Alonso: 133 . 218, 219.
Estanco del tabaco, pólvora y naipes: Gucvara y Tasis, Iiiigo de: log. Justicia general: 12. Pino, Joaquín del: 172.
100,
Pío VII: 125.

t
103. justicia particular: 12.

io
Excusación: 23. H justicia social: 12. Pizarro, Francisco: 31. 32.

bl
Hernandarias: 44 • 8 4, 158. justicia, virtud de: 9-14. Policfa: ¡9-80.
F Bi juzgado de bienes de difuntos: 179·1R3, Ponce de León, juan: 34.
Fahrc, Agustín: 1uH. 1 Protomedicato: 195-198.
i:clipe 11: 122, 13;j. 18.¡. 216.
Iglesia Cat?lica: 113 _115 , 120. Juzgado de vigilancia: wR. R
1:\!rn:irnlcz Campero, Juan Manuel: 166.
Fci n;índcz, :\Januel Ignacio: 103. Incorpo_rac1ón del territorio argentino a las Ramírez de Guevara y Arellano, Juan: 97.
autoridades del Perú· 42 . L
,,.<'rilando VI: 1 1 1· Ind' l · • Y sig. Ramirez de Velazco, Juan: 61, 182.
:Fieles ejecutores: 7:;-79, 213. ios, p e1tos o causas de: 55, Gr., 71-"13• León Pinelo, Antonio de: 159, 163.
fines clcl Estaclo indiano: 7-8.
83, 105,
. 121, 136 ' 1ar.6 . ª Lerma, Hernando de: 151, 152.
Recalde, licenciado: 149.
1noc~n.c1.? X: 125 . Recurso de apelación: 17, 46, 47. 67-70, 78,
Firma dl' letrado: 57. Liniers, Santiago de: 107, 173. 85. R6, RS, 90, 95, 97. 99, 100, to9, 110,
InquJS1c1ón: 13¡-1,p, 157, 215. López, Gerónimo: 78.
Fiscales: JO!). Inspector general: 91 . 112, 122. 1.15. 151, 155, 170, 174, 175• lgo,
1:rías, :\tam:el de: 139· López de Haro, licenciado: 149·
Intendentes: 48, 59, 98-104, 127, 214. Loreto, el marqués de: 63, 168, 170, 172. 198, 203. 212, 213.
Fuero ele guerr;;: 20, go-92, 9.j, 100, 101, Recurso de injusticia notoria: 177, 203.
108, 180, 215. Loyola, fray Martín Ignacio de: 15.
J 216.
Fuero <le hacienda: 9.1·98, 100, 108, 215, 216. Jesuitas: 73, 87, 88, 199, 200. M Recurso de Nulidad: 177• 203. 216.
Fuero de marina: 93-94. Judíos: 139· Recurso de segunda suplicación: 175-1¡¡,
Fuero eclcsi;íslico: 117-123, ,215. Maciel, Juan Baltazar: 140. 216.
Jueces: l 9-20, 25-28.
Fuero mercantil: 94. Jueces capitulares: 20, 21, 52, 221: ver Marfn Negrón, DieJ!'O! 1"19· Recurso de súplica o suplicación: l 75, 179,
Fuero ordinario o comím: 53. 55, 154, 169, Alcaldes. · Martínez de Jrala, Domingo: 37-38.
Martínez de Salazar, José: 26, 89, 16o, 163. 203.
207, 208. Jueces comisionados: 59 , 88. Recursos de fuerza 122-123, 169.
Fuero universitario: 198-201. Jueces conservadores: 123 . 124 . Matienzo, Juan de: 149. Recusación: 23-24, 68.
Matrimonio: 118-119.
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

Rega lismo: 115. Trejo )' Sanabria, lray H crnan do úe: 15 :--
Regatones: 76. 199·
R egen tes: 157- 158. Trib unal d e concordia: 2 12, 2 13 .
Regitlores: .¡7 52, 76, 7 s. ' J~ r~llllnal d e cuent as: 9 ¡¡, 15 ;,.
R ei n oso, Domingo: 101. fNDICE
R e ntas eclcsi;isti cas: 98.
1 nbunales eclcsi;isticos: 113 . ..11. 18
2 15.
º·
208 •
R eside ncia , juicios <le : 156, 189- 193.
R c llle rta, Juan tlc: 153.
R eyes: 10- 15
u
Rihera , Alonso de: 158. Ulloa Cháves, Antonio te: 1 152. 188.
R o bles , Andrés <le: 11 6. Un.iversicladcs: 199 . 2 " 1.
Rodríguez C:outinho, Juan : 8G. Un za; Y Arespacochaga , Esteban de: ig1.
Roc.l riguez l'e1ia, l\ icol;is: 107. Urq111za, Justo José de: !!0 1.
Ru1z Pu ente, Felipe: 89.
V
s Valcléz
V e In cl;i n, Alo nso J u a n de: 86.
a 1! 1ivia, l'e<lro de: 40 .
S:t lvago, N icol;\s: 86.
~:irgas C:t r \'a ja l, Ju an de : 109. CAPITULO l
~an ,\ll_ieno. fra y J osé Antonio d e: wo. \ c lazco, Luís <l e: iog .
S:t nt a <.rn1ad a: un . 12 5 . 127 , t.¡¡. 157 .
Vela zco, 111anucl de· 10-
Sa n 1. Fran cisco d e Pa 11 l:t : Go 63 So \/ . /· LA F UNCi óN D E J USTICIA EN EL DERECHO INDIANO
Sarr icolea, Jna n de: 56. ' · ,e l~zco y Tc~ada, :\la n uel d e: 87.

A
\i.~ lazque¿ , Diego: 3.1. PÁC.

o B
Six to IV: 1:q .
\ clc1. S;:ir~íicld, Dalm acio: i8o. 1. La j usticia, fin s 11¡ire1110 de l Estadu.

ic .U
!)o bre :<.!onte, el m:trqnés de: 101 ,
1¡ 3. 191. 10 ¡, 1¡2, ',e ra y Zarate . Juan Alonso de: r. Los fi nes del Estado ind ia no. Preocupación por la justicia e n Espaiia y en la

ém ioja
\~rg.a ra , Ju an <le: 117 . :J legislación de 1nclias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Solórrnno Pereira, Juan de: 159 .
South Sea Com p~n y: s7. \ e n1¿ y Salcedo, Jua n J osé ele: 48, 49 . 79· " Co11ce/1/o de la justicia .

ad G
Suhcle.lcgaclos d e Real Haciend a: . _87 . .106, 107, 167, 191, 197. Amplillld de su esfera de a pl icació n. El oficio del rey como sometido al dere-

ac el
Superrntencl e nte ele Bu enos Aires: 8
99 ~~Cl.Ol'l a, f:a y ~rancisco de: 131. cho y d est inado a ejercer la justic ia. Justic ia genera l y panicular, d istributiva

o d
1<18. 4 • 1o 1. \ ~ll.1gra, han nsco de: 10 . y co!11nutativa. Apli caciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10

us eca
\'~ 1-re~n:no del l'erú : .13 , i o.¡. 3. La j11s liria y los d erechos ¡iarlic11larcs.
Virrem :no d el Río de la Plata ·. ·.¡ 8 , 10 1, 106- Limitacion es jurídicas del p od e r. (;aran t ías d e los d erechos particu la r es. Con -
T

t
.112, 1;; 3. 1G,; -1G7, 169.

io
trapesos y co nt rol recí proco en el ordenamiento indiano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . q
T e mpora lidad cs: 8 7 . Virreyes: 13, 90, 93, io.¡-112, t.¡5 · 1.¡8, 169,

bl
18.¡. ,¡. Clasificnrión d e las f1111cim1 cs d rl fa tado.
T e niente de R ey: 91.
Tenie nte le trado de Intend e ncia: 6
º· 99,
Visita : 193 - 19 1. Bi Difere n cias en tre e l d e recho pi'lhlico m oderno y el antiguo. Las funcio n es del
Estado : gobierno , just ic ia. ,,i.:ncrra y hacienda. Corresponde ncia d e esta distin-
10 1 , 1 71 .
y ció n con los fueros es pel ia lc~ . .. . .. .. ... . .. .... . ...... .. · · ... · · · · · · · .. . - . · · · 17
T e ni c mes ele gohernaelor: 68, 82, 88, 89, 99.
18:;. Yraveelra de Paz, Fe rnando ·. 19.¡. 5. Clasif icación cic las 111agi; t ra /11 ras.
T ierras: 1R3- 18:;. Categorías de ó rganos juriscliccio nalcs: jueces capitulares, reales. eclesi;isticos y
Toledo Francisco ele: 17, 41, 76. 15 1. z audie n cialcs. Otros fn cros especia les. Justi cia ord in aria y d e legada. R ecusacio-
nes. I.a fun ción ele Jos ahogados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ::!11
I orres ele Vera y Aragón, Juan: 35 , ·l·J. 7.árate, Fernando de: 1'1 ·
152 . (i. Co miir im1es de los j u eces.
! ára te, Juana de: <l ·I·
Trejo, Fra n cisco de: 13 9 . fa lta de plan e n la orga11 i1ación ele la justicia. Ause mia de magistrados espe-
Zavala, Bruno. de Mauricio de: ciali1;ulos. Predom ini o d e la ~ condi ciones mor a les sohre el sahcr jurídico. El
GG, 92, 132.
honor y la responsa bilid ad de los jueces . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . :.?::¡

CAPITULO 11
LOS OR!GENES DE L A /\ U~ll :-..' ISTRACióN DE J USTI CIA
Y LA ORG:\ N li'.:\ClóN POLfTl CA

formación del régimen indiano. La e tapa inicial. División d el . t~rritorio ar~cn ­


Lino e n 153 ¡. L os adc.:la n tados y los gobernador es: sus cara c tc r~ s u cas r espectt vas.
Facultades judi cia les. Li111itacio11 es a los poderes de los conc¡u1staclores. Integra-
ción d e las jerarq u ías p ol íti cas. Cu yo. Incorporación de l Tucum;in y del R ío
ele la Plata a la audien cia de C h a r cas y a l \'irrcinato d el Perú. Los gohernad on :, ,
capita nes genera les y justi ci as m ayores. R eformas p ol íti cas 111Leriores . . .... . _. . . ~~)

J
~ 1

Zorraquín Becú, Ricardo.


La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

CAPITULO 111 CAPITULO V

LA JUSTICIA CAPITULAR TRIBUNALES ECLESIASTICOS

Importancia y funciones de los cabildos. Composición y poderes . . . . . . . . . . . . . . 51


1. La
EJ Patronato Real. Depen d enc1a
Iglesia en América. . d e 1 Iglesia El gobierno eclesiástico. Obispa-
ª ·
1. Los alcaldes ordinarios. dos en el territorio argentino .... · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 113
Origen y competencia de esta magistratura. Condiciones de su actuación. Me· 2. Los jueces ordinarios ? conserofdo~e:· colonial Poderes judiciales. Competencia.
Gravitación de los obispo~ en . ª ~ ª de lo~ religiosos. Los jueces ordinarios.
jora paulatina. Funcionarios auxiliares. Jueces delegados y jueces comisionados.
Reformas introducidas por la Real Ordenanza de Intendentes . . . . . . . . . . . . . . . . 53 Causas vinculadas al matnmomo. Loausa_s s conservadores: procedencia de su
2. Los alcaldes de la Santa Hermandad. A J · s Recursos de fuerza s JUece
pe ac1one .
nombramiento . La. JUrIS
y competencia. • • d.1ca.ón castrense . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 6
Naturaleza y competencia de estos magistrados. Creación de los cargos en nues-
tro territorio. Aumento de su número en el Río de la Plata. Variaciones en sus
3. El tribunal de la Santa Cruzada. C d Jurisdicción especial. Su traspaso a
facultades. El alcalde Provincial de Ja Santa Hermandad. Creación del cargo. Orígenes y privilegios de la Santa ruza a. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
Conflictos de competencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60 los intendentes ....... · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · ·
3. Las apelaciones en la justicia capitular.
4• Jurisdicción en materia de diez"! 0 s: 'ó com etente. Jueces hacedores de diez-
El Cabildo como tribunal de alzada en los juicios menores. La apelación ante Natura)eza de los diezmos. Junsd1cc1l n gapde los diezmos .................. 127
los gobernadores ............................ , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67 mos. Controversias rioplatenses sobre ª pa
4. Los jueces de naturales.
5 . El tribunal del Santo Ofici~.

A
. de Lima. Fuero personal. Actuación
1
El problema del indio. Nombramiento de jueces especiales. Los alcaldes indios. La inquisición. Competencia del. tr*u~a tivas para crear un tribunal en Bue-

o B
·La justicia en las Misiones jesuítica~ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70 .............................. ·~H

ic .U
5. Los alcaldes de agua.s. del Santo Oficio en nuestro paas. enª
nos Aires ........ · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · ·

ém ioja
Datos acerca de la existencia de esta magistratura en algunas ciudades del interior 7.
6. Los fieles ejecutores. 1 VI

ad G
CArfTULO
Atribuciones judiciales de estos funcionarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

ac el
LAS AUDIENCIAS
75

o d
7. Los alcaldes de barrio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
1. Funciones e importancia . d ¡ audiencias indianas. • b . y

us eca
e as d' . s Funciones consuluvas, gu ernallvas
Jerarquía y gravitación ele las au 1e1;~::~ de los gobernantes. Re~mp.lazo de los
J'udiciales. Recursos contra las resolu~

t
IV Clasificación de las aud1enc1as ...... .

io
CAl>Í1"ULO
virreyes. Otras atn•1mc1·ones guhernauvas. . .

bl
LA JUSTICIA REAL 2 • La audiencia de Charcas. nstrucción a su pres.i~ente. At.nbt~c1o~es.
Bi
. .·
Fundación del trihunal .. Su. chst11to. J Competencia jud1C1al. La mst1 ucc1ón
1. El gobernador y justicia may01. Influencia sobre el tcrruor10 argentino. . ............................... . 1.J9
Funciones del gohernador. Gravitación de su cargo. Competencia judicial. Cau. de regentes ...... · · · · · · · · · · · .... ···········
. .
sas de goherno. juez de arribadas. El contrahando. El comercio de esclavos. juirios 3· La primera audiencia de_ Buenos Airf:·su establecimiento. ~rdenan~as. Los Jlleces
relativos a los hicnes de los jesuitas expulsos. Delegación de facultades judicia1es. Antecedentes de su creación. Cau~a~ < ersegnidos con la mstalac1ón de la au-
Los tenientes. Gohiemos subordinados ...................................... . de provincia. Fracaso de los ohjeUvos P.ón del tribunal · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · ·
2. El fuero de guerra. diencia. El comercio rioplatense. S~pres1 .
Los capitanes generales ..Junta ele guerra de Indias. La jurisdicción militar. El . La se unda audiencia de Buenos Aires. ula de 1¡83. Ordenan~as. Comp~t~nc1a
fu ero de marina .......................................................... .
90
4 TrámYtcs para cstablec~rla.
La rc::ó~é~e
Jos virreyes. Influencia y prest1g10 de
3. El /uero de hacienda. del tribunal y de los oidores. Suce ..................................... .
Los oficiales reales. Tribuna1es de cuentas. Competencia judicial de los· oficiales la audiencia .. · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · ·
reales ...................................................................... . 5· Los recursos. • . R ursos de a p elacl.ón, súplica, segunda suplicación, nu-
.¡. Los i11te11dentes. Las distintas instancias .. ec ....... · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 17-1
lid ad e in justicia notoria · · · · · · · · · · · · · .
Reformas impuestas por la Real Ordenanza de Intendentes en la administración
de justicia. jurisdicción de los intendentes. Los tenientes letrados. La Junta Su- CArfTuLo VII
perior de Real Hacienda. Fuero especial del estanco del tabaco .............. .
5. Fu11cio11es judiciales de los virreyes. 98 LOS JUECES DE L.\ AUDIENCIA
Atribuciones ~le los vir~cy~s v.ir~culadas a Ja administración de justicia. Vigilancia
y contralor. C?rnpetcnc1a JUdmal. Causas de gobierno. El juzgado de Vigilancia. 1. F.I juzgado d e. b 1e
· nes de
C difuntos. ·
11 ctcncia. juicios sucesorios te
t militares y eclesiásti- ..,,,
Causas de hacienda y guerra. Fuero de correos .............................. . Origen del sistema. ~s ~ueces especiales . · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · ' · · · · · 1
cos. El Juez Mayor Y ·
,..
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"

2. Los jueces de tierras.


PUBLICACIONES DE LA SOCIEDAD DE HISTORIA ARGENTINA
Modos
de de adquisición
tierras. Creación de de la unaproJacris~
ied d inmueble
. ..~fcrccdcs, composición ·Y venta
siglo xvm . . . . . . . . . . . . . o· ratura especial en la segunda mitad del
3· Jueces de comisión y pes~~f;i~~;e~· · · · · · · · · · · · · .. · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · .. · .. 183
Control.~ vigilancia de las audien~ias sobr l· . . . .
de com1s1ón: su nombramiento y facultad e a admm1strac~ó.n de JUSticia. Jueces
para el territorio argentino . . . . . . cs. Jueces pcsqms1dores. Designaciones FOLLETOS
4· Residencias y visitas. · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · ·.. . . . . 18'>
Responsabilidad de los funcionarios. El ·uici . .
las causas. Nombramiento de lo . J .º de. res1dcnc1a. Substanciación de
Las visitas .....................s.. J-~~~~- -~c.sidcnciadorcs. La reforma de 1799.
. . . . . . . . • . . . · · · · · · · · · · · · · · · · ...•.. 1Bu 1. Precursores de Colón. Las perlas agri y las representaciones sobre tejidos arcaicos,
como prueba del descubrimiento de América antes de Colón, por ARTHUR PossANSKY,
CAJ•f TULO VIII un folleto de i6 páginas, con dos láminas fuera de texto, con advertencia de Narciso
OTROS FUEROS ESPECIALES Hinayán, 1933. (Agotado).
2. Ciclos en la historia argentina, por NARCISO B1NAYÁN, un folleto de 8 páginas, 1933.
1. El Protomedicato.
La jurisdicción
· del protomédiºco en E'spana
_ y en A · · 3· (Agotado).
El padre Castmieda a la luz de la psicología patológica, por ÜS\'ALOO LoUDET, un
en B uenos Aires. Funcionamiento y atribucion me~ica. Creación del cargo folleto de 32 páginas, con nueve láminas fuera de texto, i934· (Agotado).
2. El fuero universitario. es del tribunal ............... . 1· J'ocación histórica de Mitre, por S1GFRIOO A. RADAELLI, un folleto de 16 páginas,

A
o B
Alcance del fuero en el derecho indiano S . . 1934.
doba. La real cédula de 1 8oo ........ '_. u aplicación en la universidad de Cór- 5. La Casa-Fuerte de la Asurición, por RICARDO DE LAFUF.:>\TE MACHAJ;-:, un folleto de

ic .U
3· El Consulado. · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · ......... . 198

ém ioja
:?8 páginas, 1936. (Agotado).
6. Algunos aspectos de política internacional durante el gobierno de Cevallos, por
Los consulados
· "ó n y de .Sevilla
. y de Liºma · C reac1.6 n del 0 · ENRIQUE l\t. BARBA, un folleto de 32 páginas. 1936. (Agotado).
¡. Los clérigos Agiiero en la ltistoria argenti1~a. Un trastrueque biográfico aclarado, por
mposici atribuciones Procedi · rgamsmo en Buenos Aires

ad G
eº . b
m1em ros
d
el
.
consulado. La
miento en las causas
Junta de Comer . mercantiles. Elección
.
de los

ac el
cio . • ...... • ....... • ... • 201 RóMUl.O D. CARBIA, un folleto de 32 páginas, 1936. (Agotado).

o d
8. J'ida de don Francisro Javier de Repia ( J9' parte, Río de la Plata), por FERNANDO

us eca
CAPITULO IX J\.IÁRQUEZ Df. LA PLATA, 64 páginas y 6 láminas, 19.10. . • •
9· El alarde de Santa Fe ( J5i2-l 5i) ), por l\llGUEL y JORGE ESCALADA \ RIONDO, 24 pági-

t
CONCLUSióN

io
nas, 1942.

bl
del 2!) de Mayo y las reformas ost~ri:rc~evoluc1ó~ de . Mayo. El Reglamento
La organización judicial al producirs 1 .
coloniales. La administración de ·upf . . Supcrvi~enc1a de las instituciones Bi BIBLIOTECA DE LA SOCIEDAD DE HISTO_RIA ARGENTINA

revolu~ioi:iario? La ohra ele la j{1s~i~~~ª· ¿pr~vocó qu.ej~S o contribuy~ al estallido l. /.ns guerras civiles arg<'ntinas )' el tJrobl~1~1a de Buenos ~ü:es en la RcpúfJlirn,
tado mchano . . . . . . . . . . . . . . . . . . en e cmnplmuento de los fme-; del Es- por juM~ AL\'ARF.Z, un \·oJumcn de 320 paginas )' cuatro lammas fuera del texlO,
............... ............ 1 •••••••••••••••••••• 2f>7
con prólogo de Narciso Ilinar¡:1n, 1936. (:lgotado). •
11. F.l general Paz desde su evaswn /lasta sil mue1te, JS./0-185./, por JUAN B. TF.RA~.
un volumen de So páginas, 19~6. (Agotado). •
III. Erección y abolición del Cabildo de Salta, por l\hGUl-'.L Sol.A, un volumen de
piíginas,de 1936.
IV y v. 112Historia •
Vélcz s,írsficld, por AnEL CllANETOS, dos tomos, de 448 y 56o

VI. páginas, del flio de. la Plata, por W ~LTER B. L. BosE,. ~m voh~me?. de
1937· (Agotado).
Signos postales ·
páginas, con 274 t1ustrac1ones, 1938. (Premiado en las Exposmone.s F1latchcas
"llrapex"
92 de Río ele Janeiro, 1938, Internacional "Cytra" de Buenos Aires,

J'iaje al Río de In Plata en el siglo X J'lll, por AI.F.JA:>\DRO ~fAI.ASPINA, un volu-


i938, y Nacional de Córdoha, 19:10). .
VII.
men ele 38.i p;\ginas y 24 láminas fuera de texto, con prólogo y notas de Héctor
R. Rallo, ig38. (Agotado).
\'111 y IX. Historia de Drow11, por Hi':.croR R. RATJ'O, prólogo de Ahel Cháncton, 1'1
edición, dos tomos, 436 y 392 p<iginas, 46 ilustraciones y un retrato, 1939. (A go-
tado ). 2\l edición, 4.10 y 396 páginas, respectivamente, 46 ilustraciones y un 're-
trato en color 1939.
Zorraquín Becú, Ricardo.
La organización Judicial Argentina en el período Hispánico. Buenos Aires: Ed. Perrot, 1981.
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. "Colección de Estudios para la Historia del Derecho Argentino XII"
-
X. El Gobernador Domingo Martínez de Ira la, por RICARDO DE LAFt.:F.~TF. M ACllAIX.
un volumen de 592 páginas, 1939. .
XI. El federalismo argentino, por RICARDO ZoRRAQUf:-t BEcú, un volumen de 320
p<'iginas, 1939. (Obra premiada con medalla de oro por la Facultad de Derecho
ele la Universidad de Buenos Aires). (Agotado).
XII. La lucha con el indio en la jurisdicción de San Luis, por RE\'NALDO A. PASTOR,
prólogo de Héctor R. Ratto, un volumen de 596 p•iginas, 11 ilustraciones y 4
láminas, 1942.
XIII. La instrucción primaria en la época colonial, por ABEL CnÁNF.TON, 2\1 edición,
un volumen de 384 páginas, 19.12. (Primer premio del Consejo Nacional ele
Educación).
XIV. La intervención extranjera en el Río de la Plata, 1838-1850, por Jom-1 F. CAD\',
traducción del inglés por Juan M. Uteda, introducción de Luis A. Podcstá Cos·
ta, un volumen de 312 páginas, 1943.
XV. Retorno de Eclzeverria (obra póstuma), por ABEL CHÁNETON, prólogo del Ca-
pitán de Fragata Héctor R. Ratto, un vo!umen de 176 páginas, 10 láminas, 19-13.
XVI. Historia de la enseñanza naval en la Argentina, por HÉCTOR R. RATro, un vo-
lumen de 153 páginas, 31 láminas, 1944.
XVII. Los comodoros británicos de estación en el Plata, por HÉCTOR R. RAlTO, un
volumen de 240 páginas, 1945.

A
o B
APORTACIONES ARQUEOLóGICAS

ic .U
Este libro se terminó de
I. Carabelas descubridoras, por HÉCTOR R. RATIO, planos originales de Hugo Leban,

ém ioja
imprimir el 19 de junio
42 páginas, 6 láminas y 9 planos, 1942.
de 1981 en los Talleres

ad G
"El Gráfico/Impresores",

ac el
OTRAS PUBLICACIONES
Nicaragua 4462, Bs. As.

o d
Boletín de la Sociedad de Historia Argentina, 4 números (NQ 1, octubre de 1936, 4 pá-

us eca
ginas; NQ 2, abril de 1938, 4 páginas; NQ 3, noviembre de 1938, 8 páginas; N9 4,
junio de 1939, 8 páginas). .

t
io
Estudios sobre la vida y la obra de Juan R. Terán. Con:enido: La Nación Argentina,

bl
por el doctor JUAN B. TERÁN y estudios sobre el mismo, por GASTÓN TERÁN ETcHÉ·
OOPAR, JUAN ALVAREZ, R. DE LAFUENTE MACllAIN, ABEL CHÁNETON, NARCISO BINAYÁN,
SICFRIDO A. RADAELLI, HÉCTOR R. RATIO, MIGUEL SoLÁ, JULIO ARAMBURU, RICARDO Bi
ZoRRAQUfN BEcú, JosÉ ARMANDO SEc.o, WALTER B. L. BosE, un volumen de 352 pá-
ginas, con un retrato y tres facsímiles, 1939.
Anuario de Historia Argentina, vol. I, 1939, 832 páginas y 3 láminas, 1940.
Anuario de Historia Argentina, vol. 11, 19-/o, 832 páginas y 4 láminas, 1941.
Anuario de Historia Argentina, vol. 111, 1941, 664 páginas, 18 ilustraciones, 12 láminas
y un gráfico, 1942.
Anuario de Historia Argentina, vol. IV. 1942, 524 páginas, 2 ilustraciones, 1943.
Anuario de Historia Argentina, vol. V, 1943-1945, 542 páginas, 19 ilustraciones y 1 lá-
mina, 1947.
Abel Cháneton, estudios sobre .su vida y su obra, por RAFAEL BARRIOS, NICOLÁS C.ORo-
NADO, EDCARDO HILAIRE CHANETON, HÉCTOR ~· RATl'O, RICARDO ZoRRAQUfN BECÚ y
JosÉ TORRE REvELLO, un volumen de 88 págmas, con un retrato y 3 ilustraciones,
1944.

LIBRERfA DEL PLATA, s.R. L.


Lavalle 558, Buenos Aires

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