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II.

VIOLENCIA FAMILIAR

2.1.-LA VIOLENCIA

Cuando nos preguntamos qué entendemos por violencia la asociamos


generalmente a la producida por la agresión física. Sin embargo, en nuestro país
la violencia tiene diferentes manifestaciones, las cuales podríamos clasificar las
expresiones de violencia en:
2.1.1 Violencia Doméstica. La violencia psicológica y física con el cónyuge, el
maltrato infantil y el abuso de los niños.
2.1.2 Violencia Cotidiana. Es la que venimos sufriendo diariamente y se
caracteriza básicamente por el no respeto de las reglas, no respeto de una cola,
maltrato en el transporte público, la larga espera para ser atendido en los
hospitales, cuando nos mostramos indiferentes al sufrimiento humano,
los problemas de seguridad ciudadana y accidentes. Todos aportamos y vamos
siendo parte de una lucha cuyo escenario se convierte en una selva urbana.
2.1.3 Violencia Política. Es aquella que surge de los grupos organizados ya
sea que estén en el poder o no. El estilo tradicional del ejercicio político, la
indiferencia del ciudadano común ante los acontecimientos del país, la no
participación en las decisiones, así como la existencia de las
llamadas coimas como: manejo de algunas instituciones y las prácticas de
Nepotismo institucional. También la violencia producida por la respuesta de los
grupos alzados en armas.
2.1.4 Violencia Socio-económica. Que es reflejada en situaciones
de pobreza y marginalidad de grandes grupos de la población: desempleo,
subempleo, informalidad; todo esto básicamente reflejado en la falta o
desigualdad de oportunidad de acceso a la educación y la salud.
2.1.5 Violencia Cultural. La existencia de un Perú oficial y un Perú profundo
(comunidades nativas y campesinas), son distorsiones de los
valores de identidad nacional y facilitan estilos de vida poco saludables.
2.1.6 Violencia Delincuencial. Robo, estafa, narcotráfico, es decir, conductas
que asumen medios ilegítimos para alcanzar bienes materiales. Toda forma
de conducta individual u organizada que rompe las reglas sociales establecidas
para vivir en grupo establecido no ayuda a resolver los problemas. Todos
sueñan con el modelo que les vende la sociedad, el éxito fácil. Pero ser un
profesional idóneo o un técnico calificado requiere de esfuerzo y preparación.
Requiere desarrollar recursos internos y metas. Los jóvenes de nuestro país
tienen oportunidades de orientación y canalización de sus frustraciones y en
esto dependen de sus familias, la escuela y las instituciones;
la responsabilidad es de todos. Es decir, las expresiones de violencia sin futuro
y sin horizontes pueden cambiar.
2.2.- Violencia sexual, un asunto de derechos humanos.
La violencia constituye un elemento cotidiano en la vida de miles de niños y niñas
en el Perú, siendo la violación y el abuso sexual que se cometen contra este
vulnerable sector de la población, una de sus manifestaciones más dramáticas y
extremas. La violación y el abuso sexual afectan una pluralidad de derechos
humanos fundamentales tales como la libertad sexual, la integridad corporal y
mental, la salud integral, la vida en su dimensión más amplia, comprometiendo el
futuro de las víctimas.
Los derechos vulnerados con las agresiones sexuales han sido
constitucionalizados a nivel mundial, como muestra de su trascendencia. No
obstante que tales agresiones involucran un problema de derechos humanos,
coexisten al respecto diversas percepciones sociales, muchas de las cuales lo
asumen como de segundo orden, silenciándolo, desconsiderándolo políticamente
y tolerándolo; de modo que la mayoría de violaciones se mantienen en
la impunidad.
Asimismo, los distintos sectores sociales en el Perú, al abordar el problema de los
derechos humanos, no conceptualizan las agresiones sexuales como un problema
que afecte profundamente tales derechos sino, más bien, como un asunto
de naturaleza puramente sexual. Se diferencian así de la comunidad internacional,
para lo cual la violencia contra la mujer es tema de la agenda pública y constituye
un problema global que afecta los derechos humanos, y es un obstáculo para
el desarrollo.
Son múltiples los factores que contribuyen a producir y perpetuar la violencia,
siendo fundamental, a nuestro juicio, la socialización, que forma individuos con
roles diferenciados y asimétricos, y coloca a la vez en posiciones de subordinación
a las mujeres y de dominación a los varones, adjudicándoles valores distintos. Al
respecto, David Finkelhor sostiene que la victimización sexual probablemente es
tan común en nuestras sociedades debido al grado de supremacía masculina
existente. Es una manera en que los hombres, el grupo de calidad dominante,
ejercen control sobre las mujeres. Para mantener este control, los hombres
necesitan un vehículo por medio del cual la mujer pueda ser castigada, puesta en
orden y socializada dentro de una categoría subordinada. La victimización sexual y
su amenaza son útiles para mantener intimidada a la mujer. Inevitablemente,
el proceso comienza en la infancia con la victimización de la niña.
Factor importante que actúa en la reproducción social de este fenómeno es
también el derecho legitimado que los padres y tutores tiene de utilizar la violencia
física y emocional o sexual como medio eficaz de control y socialización. Se
produce así una internalización y aprendizaje de estas conductas, las cuales se
repetirán más adelante, garantizándose su permanencia. Otro elemento, no
menos significativo, es la violencia ofensiva o sutilmente transmitida por los
medios de comunicación, que difunden imágenes y mensajes cargados
de sexo, discriminación y muerte, invadiendo y agobiando permanentemente a
personas de todos los sectores sociales.
2.2.1 Dimensiones de la violencia sexual contra niños y niñas.
Las características de las agresiones sexuales perpetradas contra los niños hacen
prácticamente imposible aproximarnos siquiera a su verdadera magnitud. De otro
lado, no existen investigaciones científicas oficiales que permitan
un diagnóstico veraz; tampoco existen registros rigurosos, elaborados con criterios
homogéneos que proporcionen información cuantitativa adecuada.
Asimismo, los mitos y prejuicios sociales, los obstáculos que se presentan en
la administración de justicia contra quienes deciden denunciar la legislación
inapropiada que no recoge las distintas modalidades de agresión sexual, sin otros
tantos factores que impiden acercarnos a una dimensión más realista de este
fenómeno social. Los casos registrados, que corresponden sólo a algunos
denunciados, significarían apenas la punta del iceberg, sobretodo en cuanto se
refiere a violaciones, incestos y todo tipo de agresiones sexuales contra niñas y
niños, ya que por investigaciones no oficiales sabemos que la mayoría de
violaciones no se pone en conocimiento de las autoridades, formando parte en
gran medida de la criminalidad oculta.
Si bien es virtualmente imposible contar con cifras exactas, algunos estudios
ofrecen una aproximación, la cual constituye una referencia alarmante.
Prado Saldarriaga concluyó en una investigación:
Que los delitos contra las buenas costumbres son un problema de importancia, ya
que estas infracciones se mantienen en el tercer lugar de mayor frecuencia en el
país.
Que las violaciones en menores de edad constituyen el atentado de
mayor registro en los últimos 20 años.
Que la mayor incidencia de infracciones sexuales se registra en las zonas
urbanas, principalmente en el departamento de Lima.
Que los autores de este tipo de delitos presentan mayor constancia en el grupo
etario de 18 a 27 años, y entre personas con educación básica regular.
Que la criminalidad sexual sigue una tendencia ascendente en los últimos años en
el Perú.
2.2.2 Consecuencias de la violación y el abuso sexual.
En cuanto a las consecuencias, estudios realizados a nivel internacional concluyen
que las agresiones sexuales perpetradas contra un niño impactan gravemente su
mundo interno, destructivos en la vida de la niña o niño. Dichos estudios sostienen
que estas agresiones producen en la víctima serios trastornos sexuales,
depresiones profundas, problemas interpersonales y traumas que pueden ser
permanentes e irreversibles, incluso en algunos casos pueden ocasionar la
muerte por traumatismo o suicidio, efectos que requieren intervención profesional
inmediata.
Al respecto, el Dr. David Finkelhor, del Programa para el Estudio de la Violencia
Familiar de la Universidad de New Hampshire, en una investigación realizada en
1980 con una muestra de 796 estudiantes de colegio, encontró problemas
de sexualidad y bajos niveles de autoestima en aquellos participantes que habían
sido victimizados sexualmente durante su niñez. El Dr. Nahman Greenberg,
psiquiatra e investigador de la Escuela de Medicina de Illinois y Director de la
Unidad de Servicios por Abuso a Niños (CAUSES), en su escrito "La
epidemiología del abuso sexual" (1979) plantea la existencia de un alto riesgo de
trauma mental para las niñas y los niños que han sido envueltos por adultos en
actividades sexuales.
En la práctica clínica con jóvenes y adultos (as) que han sido abusados
sexualmente durante su niñez, se han encontrado:
1) Dosis internas de emociones, como desesperanza, minusvalía, vergüenza,
culpa e ira, acompañadas de inhabilidad casi total para manejarlas. La víctima
siente terror al identificarla y en algunos casos invierte dosis inmensas de energía
en reprimirlas. En el caso de ira, si ésta se expresa, los varones tienden a dirigirla
hacia fuera, siendo agresivos con otras personas, mientras que las mujeres
tienden a dirigirla hacia ellas mismas, envolviéndose frecuentemente en
comportamientos autodestructivos, mutilándose con cortaduras, quemaduras o
golpes y realizando intentos de suicidio.
2) Una gran dificultad para confiar. La misma entorpece grandemente el proceso
de terapia.
3) Poca habilidad para establecer relaciones con pares.
4) Desbalance en las relaciones que se establece, en las que tiende a ocupar una
posición inferior. Es común que la mujer abusada sexualmente en su niñez se
convierta en esposa maltratada.
5) Temor a convertirse en agresor o agresora.
6) Problemas en su sexualidad.
7) Neurosis crónica de origen traumático.
2.3.- Violencia familiar, mecanismos legales de protección
La conveniencia de regular jurídicamente la violencia familiar se fundamenta en la
necesidad de encontrar mecanismos para proteger los derechos fundamentales de
los integrantes del grupo familiar frente a los cotidianos maltratos, insultos,
humillaciones y agresiones sexuales que se producen en el ámbito de las
relaciones familiares. Si bien es cierto que las manifestaciones de violencia
familiar no se producen exclusivamente contra las mujeres, son éstas -a los largo
de su ciclo vital- las afectadas con mayor frecuencia. De este modo, la casa
constituye un espacio de alto riesgo para la integridad de mujeres y niños,
derivándose de ahí precisamente la denominación de violencia doméstica o
familiar.
Resulta evidente, sin embargo, que el agente de la violencia no se limita siempre a
dichos espacios; encontramos casos de agresiones en las calles, los centros de
estudio y/o trabajo y en general los espacios frecuentados por las víctimas.
El sistema jurídico tiene tres componentes básicos:
El primero, la ley. Es la norma escrita, la que encontramos en los códigos y en las
disposiciones legales. Es importante porque tiene carácter universal, es decir, de
aplicación general para toda la sociedad desde el momento en que se encuentra
vigente. Un ejemplo es el Código de los Niños y Adolescentes, que es
precisamente el texto de la Ley, el componente central de lo que significaría un
mecanismo legal de protección a niños y adolescentes.
Un segundo componente es la institucionalidad. Es decir, todos aquellos
operadores de la administración pública o privada que están involucrados en la
aplicación de este componente normativo, de la ley escrita. Es un componente
clave cuando hablamos de mecanismos legales de protección frente a la violencia
familiar. Son las instituciones que nos ofrecen la sociedad y el Estado para hacer
realidad aquello que disponen las normas legales.
Un tercer componente es el relativo a lo cultural. Alude a la idiosincrasia, a
la ideología que está detrás de los aplicadores de la norma. Pero no sólo de ellos,
sino también de quienes la concibieron y de aquellas personas que, en
determinado momento y frente a un hecho concreto, deciden acudir y solicitar su
aplicación.
Estos tres elementos son claves para entender todo lo que significa el problema
de los mecanismos legales en una sociedad determinada.
Hecha esta precisión, pasaremos a definir lo que entendemos por violencia
familiar. La misma alude a cualquier acción, omisión o conducta mediante la cual
se infiere un daño físico, sexual o psicológico a un integrante del grupo familiar
-conviviente o no-, a través del engaño, la coacción, la fuerza física, la amenaza,
el caso, entre otros.
La mayoría de casos de violencia se producen donde existe una relación de poder,
de jerarquía. Tanto en los casos de violencia sexual como familiar, podemos
apreciar que existe una relación del fuerte contra el débil. Muy rara vez
escucharemos hablar de la violencia del niño contra su padre. Por lo general,
cuando los hijos expresan violencia contra sus padres se trata de padres mayores,
muchas veces dependientes de sus hijos, y de hijos que los superan en fortaleza
física.
El elemento de poder puede estar relacionado a la ubicación en el contexto
familiar: padres-hijos, tíos-sobrinos; o también por la edad: adultos-niños; o por
relaciones de jerarquía: marido-mujer. Estos son, pues, elementos claves que
debemos tener presentes al hablar de violencia intrafamiliar.
2.3.1 Manifestaciones más frecuentes de violencia intrafamiliar.
2.3.1.1. El maltrato físico. Su explicación es obvia; se refiere a todas
aquellas acciones violentas que dañan la integridad física de las personas.
Por lo general, es un maltrato visible. Puede afirmarse que fue el tipo de
maltrato que propició todo este proceso de búsqueda de respuestas legales,
por tratarse de la agresión más evidente.
2.3.1.2 El maltrato psicológico. Que se refiere a toda aquella palabra, gesto
o hecho que tienen por objeto humillar, devaluar, avergonzar y/o dañar
la dignidad de cualquier persona. Esta es una manifestación de violencia
mucho más difícil de demostrar, sobre todo en los casos en que se produce
en el interior de un grupo familiar.
2.3.1.3. La violencia sexual. Que es toda manifestación de abuso de poder
en la esfera de la vida sexual de las personas, pudiendo ser calificada o no
como delito. Decimos esto porque, actualmente, algunas manifestaciones de
violencia sexual son ignoradas por nuestra legislación penal. Pueden ir
desde imposiciones al nudismo hasta la penetración anal o vaginal. Estos
últimos supuestos son considerados por nuestra ley como delitos de
violación.
2.3.2 Contra la Violencia Familiar.
A fines de 1993 se promulgó la Ley 26260 que establece la política de Estado y de
la sociedad frente a la violencia familiar. Esta ley constituye un recurso
complementario al Código de los Niños y Adolescentes porque reconoce como
actos de violencia familiar los de maltrato físico y psicológico entre cónyuges,
convivientes o personas que hayan procreado hijos en común, aunque no
convivan, y de padres o tutores a menores de edad bajo su responsabilidad.
Hasta ahora, la Ley 26260 ha sido difundida básicamente como una ley de
protección a las mujeres frente a la violencia familiar. Sin embargo, sus alcances
protegen a estos dos grupos humanos que mayoritariamente son afectados por
estas manifestaciones de violencia: a las mujeres y a las niñas y niños. En este
sentido, constituye un recurso que creemos puede ser utilizado y redimensionado
para proteger a los niños y niñas frente al maltrato en la familia. Esta norma tiene
como objetivo fundamental comprometer al Estado en la erradicación de la
violencia familiar. Está destinada a prevenir y proteger a las personas que son
víctimas de violencia en el ámbito de sus relaciones familiares. Su importancia
radica en plantear medidas en diversos niveles, siendo la más urgentes de
atención:
2.3.2.1. Las acciones educativo-preventivas: Tienen como objetivo
fortalecer la formación escolar y extraescolar en la enseñanza de valores
éticos y humanos, de relaciones humanas igualitarias para, precisamente,
prevenir que se sigan reproduciendo las relaciones de jerarquía que ubican a
unas personas en desventaja frente a otras, y que constituyen causa
importante de la violencia en el interior de la familia.
2.3.2.2 Las acciones organizativas: La Ley 26260 se plantea entre
sus objetivos promover la participación de la comunidad en la prevención y
denuncia de maltratos producidos dentro de la familia. La idea es que
la organización comunal pueda participar en el control y seguimiento de las
medidas que los jueces adopten frente a casos de violencia familiar.
2.3.2.3. Instalación de servicios: Esta Ley ofrece la posibilidad de instalar
servicios especializados. En ellos se ubican las delegaciones policiales para
menores, las delegaciones para mujeres, e igualmente plantea reforzar las
delegaciones policiales que existen con personal especializado para atender
problemas de violencia familiar. Del mismo modo, plantea la necesidad de
crear hogares temporales de refugio para víctimas de violencia a nivel de los
gobiernos locales. Un aspecto importante que ofrece esta Ley, y que antes
no había sido considerado en ninguna otra norma, es que se puedan diseñar
programas de tratamiento a los agresores para evitar, precisamente, que el
maltrato continúe y se multiplique.
2.3.2.4. Acciones de capacitación: Dirigidas a los agentes de las
instituciones que constituyen uno de los componentes del sistema jurídico:
policías, jueces y fiscales.
2.3.2.5 Acciones legales: Esta Ley ofrece mecanismos de carácter
sumarísimo. Esto significa celeridad, inmediatez, es decir, un contacto directo
de la autoridad con la víctima. Es un procedimiento, en principio, que no
debería ser obstaculizado por ningún tipo de formalismos. Lamentablemente,
la legislación se enfrenta en este aspecto con el componente cultural
señalado originalmente. Porque nuestros jueces, en general, no han estado
acostumbrados a aplicarse este tipo de legislación.
2.5.-PERFIL DEL MALTRATADOR
La persona que sufre el maltrato puede quedar marcada de por vida. Pero, ¿cómo
es un maltratador? ¿qué rasgos característicos lo definen? En muchos casos, este
tipo de personas sufren problemas a nivel psicológico, algunos han crecido en
familias poco estructuradas y en entornos propicios para desarrollar este tipo de
personalidad.

Los maltratadores suelen ser personas intolerantes, autoritarias, psicológicamente


inflexibles, agresivas, crueles e insensibles. Pero, lo que más destaca de este tipo
de personas es que suelen mostrarse agradables al principio, son chantajistas y
se sienten ofendidas con facilidad.
2.6.-Maltratadores
2.6.1 ¿Quiénes son maltratadores?
Son todas aquellas personas que cometen actos violentos hacia su pareja o
hijos; también puede ser hacia otros en general.
2.6.2 ¿Por qué maltratan?
Porque no saben querer, no saben comprender, no saben respetar.
2.6.3 ¿Qué características tienen los maltratadores?
1. Tienen baja autoestima.
2. No controlan sus impulsos.
3. Fueron víctimas de maltrato en su niñez.
4. No saben expresar afecto.
2.6.4 ¿Qué características tienen los maltratados?
1. Tienen baja autoestima.
2. Sumisos.
3. Conformistas.
4. Fueron víctimas de maltrato.
5. No expresan su afecto.
2.6.5 ¿Qué se debe hacer para no llegar al maltrato?
Aprender a:
- Comprenderse.
- Comunicarse con calidez y afecto.
- Respetarse.
- Dominar sus impulsos (ira, cólera).
2.7.- Tipos de maltrato
Existen distintos tipos de abuso, pero. ¿cuáles son? A continuación, puedes
encontrar una lista con la definición y las características de las distintas
clases de maltrato.
2.7.1. Maltrato Físico.
El maltrato físico es un tipo de abuso en el que hay más que solo palabras,
es decir, hay violencia física. Por tanto, este maltrato suele producir una
lesión física, producto de un castigo único o repetido, que puede variar en
su magnitud o intensidad. Las formas más comunes de maltrato físico son:
 Rascar, golpear, morder, estrangular o dar patadas
 Lanzar algún objeto contra unas personas: teléfono, un libro, un zapato o un
plato.
 Tirar del pelo
 Empujar, tirar o zarandear
 Agarrar de la ropa
 Agarrar para impedir que la víctima se vaya
 Lesiones físicas graves: fracturas de huesos, hemorragias, lesiones internas,
quemaduras, envenenamiento, hematomas subdurales, etc.
 Lesiones físicas menores o sin lesiones: No requieren atención médica y no ponen
en peligro la salud física del menor.
2.7.2 Maltrato Emocional.
En el maltrato psicológico no existe contacto físico, sin embargo, las
secuelas pueden ser más duraderas que las producidas por empujar,
golpear o tirar del pelo. Puede aparecer junto con el maltrato físico, y se
caracteriza por ser un tipo de violencia emocional en el que se emplean,
entre otros, estos comportamientos:

 Insultos, gritos, chantaje emocional y manipulación


 Control de las redes sociales los teléfonos, el horario y las amistades de la
víctima
 Críticas constantes
 Actos para avergonzar en en público
 Impedir que la víctima hable con familiares
 Decirle qué hacer y usar
 Dañar objetos de la propiedad de la persona maltratada. Por ejemplo, tirar
su teléfono contra la pared
 Amenazar con hacer daño a la víctima, su hijo, familia o mascota sin
llevarlo a cabo
 Amenazar que se va a llevar hijo
 Rechazar: Implica conductas de abandono. Los padres rechazan las expresiones
espontáneas del niño, sus gestos de cariño; desaprueban sus iniciativas y no lo
incluyen en las actividades familiares.
 Aterrorizar: Amenazar al niño con un castigo extremo o con un siniestro, creando
en él una sensación de constante amenaza.
 Ignorar: Se refiere a la falta de disponibilidad de los padres para con el niño. El
padre está preocupado por sí mismo y es incapaz de responder a las conductas
del niño.
 Aislar al menor: Privar al niño de las oportunidades para establecer relaciones
sociales.
 Someter al niño a un medio donde prevalece la corrupción: Impedir la
normal integración del niño, reforzando pautas de conductas antisociales.

2.7.3. Maltrato por Negligencia.


Significa una falla intencional de los padres o tutores en satisfacer las
necesidades básicas del niño en cuanto a alimento, abrigo o en actuar
debidamente para sal aguardar la salud, seguridad, educación y bienestar
del niño.

Pueden definirse dos tipos de abandono o negligencia:

a. Abandono Físico: Este incluye el rehuir o dilatar la atención de


problemas de salud; echar de casa a un menor de edad; no realizar la
denuncia o no procurar el regreso al hogar del niño/a que huyó; dejar al
niño solo en la casa o a cargo de otros menores.

b. Negligencia o Abandono Educacional: No inscribir a su hijo en los ni


eles de educación obligatorios para cada provincia; no hacer lo necesario
para proveer la atención a las necesidades de educación especial. En
diversas oportunidades realizar el diagnóstico de negligencia o descuido
puede presentar problemas de subjetividades. El descuido puede ser
intencional como cuando se deja a un niño sin comer como castigo, o no
intencional como cuando se deja solo a un niño durante horas porque
ambos padres trabajan fuera del hogar. En este último ejemplo como
tantos otros que genera la pobreza, el abandono o descuido es más un
resultado de naturaleza social que de maltrato Se priva al niño de los
cuidados básicos, aún teniendo los medios económicos; se posterga o
descuida la atención de la salud, educación, alimentación, protección, etc.

2.7.4. Maltrato Infantil


El maltrato infantil puede ser de distintos tipos, por ejemplo, físico o
psicológico. Su principal característica es que la persona que es víctima de
este tipo de maltrato es un niño o niña, alguien en una etapa vital en la que
se es especialmente vulnerable. A estas edades, las secuelas pueden durar
de por vida, aunque su gravedad varía mucho. Uno de los fenómenos
psicológicos que más propicia son los problemas de baja autoestima y
apego evitativo.

2.7.5. Maltrato de Abuso Sexual


El abuso sexual es una de las peores formas de maltrato, porque las
secuelas de estos actos íntimos pueden no desaparecer nunca. El abuso de
este tipo puede ser de dos formas: o bien ejerciendo este tipo de violencia
directamente sobre la víctima o a través de la explotación sexual. Este tipo
de maltrato puede manifestarse no solamente con un contacto muy violento,
sino que los besos, caricias, tocamientos e incluso palabras con contenido
íntimo son catalogados como comportamientos de esta clase de abuso. El
impacto psicológico que puede generar varía dependiendo de la naturaleza
de la agresión y de ciertos atributos de personalidad de la persona atacada.

2.7.6. Maltrato Bullying


El bullying es un término de origen anglosajón que goza de gran
popularidad en la actualidad. Hace referencia tanto al maltrato físico y
psicológico que se produce en el ámbito escolar. La vulnerabilidad de las
personas que padecen el acoso escolar y el dolor que sientes es tan grande
que pueden llegar a suicidarse en los casos más extremos, ya que el niño o
niña, además, tiene la obligación de ir constantemente a la escuela,
exponiéndose a los malos tratos.
2.7.7. Maltrato Mobbing
El mobbing es un fenómeno prácticamente idéntico al bullying, con la
diferencia de que ocurre en el ámbito laboral. Esto causa serios problemas
para la víctima, que se ve forzada a ir al trabajo y a sufrir todo tipo de
abusos y menosprecios que pueden socavar su autoestima. Muchas veces,
el mobbing está orientado a forzar una renuncia al trabajo, ya que el
despido de la persona maltratada causaría problemas con la ley. En otros
casos, puede estar motivado por problemas de competitividad y envidia
asociados a un entorno basado en el individualismo.

2.7.8. Maltrato Digital o Ciberbullying


Una forma moderna de maltrato es el ciberbullying. Este tipo de maltrato es
más frecuente en la adolescencia y se caracteriza porque se lleva a cabo a
través del mundo digital y en las redes sociales. El ciberbullying puede
manifestarse de la siguiente manera:

 El maltratador envía correos electrónicos negativos, insultantes o incluso


amenazantes a la víctima. También envía este tipo de mensajes por
facebook, twitter y otras redes sociales
 Utiliza la cuenta de la persona maltratada sin permiso. Por ejemplo,
haciendo actualizaciones de su estado de facebook
 Pone a la víctima en sus actualizaciones de estado, intentando
desprestigiarle
 Le envía imágenes no deseadas por medios digitales
 Le amenaza con publicar y hacer difusión cosas que pueden comprometer
su intimidad en el mundo 2.0.

2.7.9. Maltrato Institucional


No solo las personas pueden ejercer maltrato sobre otros individuos, sino
que las instituciones, tanto públicas como privadas, pueden, por medio de
leyes, normas, procedimientos o acciones, causar abuso, negligencia y
malestar a individuos o colectivos de individuos.

2.7.10. Maltrato Económico


El maltrato o el abuso es un patrón de comportamiento empleado para
ganar y mantener poder y control, y puede producirse de muchas formas.
Una de ellas es el maltrato económico, que puede producirse con cualquier
individuo, pero mayoritariamente con la pareja o con persona mayores. Por
ejemplo, dentro de la pareja, cuando uno de los dos miembros se gasta el
dinero del otro miembro o le imposibilita hacer uso de su propio poder
adquisitivo.

DISCRIMINACIÓN DE GÉNERO: CARACTERÍSTICAS, CAUSAS Y


CONSECUENCIAS

La discriminación de género se produce cuando se trata de manera desigual, en lo


negativo, por razón del género de la persona. Aunque, por su definición, dicha
discriminación puede afectar a hombres o mujeres, en la realidad son las
segundas las que la sufren de manera más habitual. Las causas de esa diferencia
de trato tienen una raíz histórica y cultural. En ocasiones ha intentado ser
justificada por razones biológicas, que explicarían para sus defensores un papel
inferior de la mujer. Las religiones han jugado un papel determinante en el trato
otorgado a las mujeres, ya que todas la colocan en un plano inferior al de los
hombres.
CARACTERÍSTICAS
En general, la discriminación se presenta cuando se considera a una persona
como de menor valía por cualquier característica individual. La razón puede ser
desde la raza y la orientación sexual hasta el género.

Cuando el motivo de la discriminación es el sexo, se suele denominar


discriminación de género. Este afecta a muchos ámbitos sociales, como puede ser
el trabajo y el sueldo a cobrar, la independencia vital frente a sus parientes
masculinos o la violencia sexual.

PREJUICIOS

Por definición, los prejuicios no están basados en ningún criterio lógico o científico,
sino que la mayoría de las veces nacen del desconocimiento, temor o costumbres
culturales. En el caso de las mujeres, se dan muchos prejuicios en el día a día.
Así, es relativamente frecuente escuchar que conducen autos peor que los
hombres, o que no son capaces de desarrollar algunas tareas pesadas.

a. Considera inferior a las mujeres


La característica central de la discriminación por género es la creencia de su
inferioridad frente al hombre. Los expertos consideran que, alrededor de ese
pensamiento, gravitan el resto de las razones por las se trata de manera desigual
a las mujeres. Esto está unido a una concepción de la sociedad en la que se
consideran más importantes las tareas desarrolladas, tradicionalmente, por los
hombres. Las mujeres se han visto rechazadas para realizar muchos trabajos
pensando que no iban a ser capaces de hacerlos.

b. En ocasiones es poco visible


El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo declaraba lo siguiente: “Una
de las más frecuentes y silenciosas formas de violación de los derechos humanos
es la violencia de género”.

Frente a otras discriminaciones, la motivada por el género es más discreta; la


razón es por estar interiorizada en el interior de las sociedades. Al normalizarse los
comportamientos discriminatorios, estos no parecen ser tan graves, o tan siquiera
existir.

Esa es la razón por la que las organizaciones que luchan contra este problema
ponen el acento en cambiar los llamados roles de género.

c. Raíces históricas y culturales


No cabe duda de que la discriminación por razón de sexo tiene unas raíces
históricas y culturales que se han mantenido hasta hoy. La tradición señalaba que
el lugar de la mujer era la casa; era la que debía ocuparse de las tareas
domésticas, cuidar al marido y criar a los niños.
Por su parte, los hombres estaban destinados a ocupar el espacio público. De
hecho, una cierta discriminación también era sufrida por ellos, ya que la sociedad
los obligaba a hacer la guerra y a soportar los trabajos más duros.

A esto hay que unir que las mujeres no tuvieron derechos políticos hasta hace
apenas unas décadas. Se las consideraba ciudadanas de segunda, sin posibilidad
de votar y opinar sobre política.

Durante los últimos 30 años aproximadamente se ha producido una mejora en


estos aspectos. La mujer ha conseguido trabajar fuera de la casa, ganando su
propio sueldo. Sin embargo, si el hombre no se incorpora a los trabajos en casa, el
acceso de la mujer al mercado laboral puede provocar que acaben cargadas con
una doble tarea.

La evolución de las leyes, muchas veces más adelantadas que la propia sociedad,
ha sido fundamental para que la situación comenzara a cambiar.

d. No es solo un acto individual


El hecho de que los comportamientos estuvieran tan asimilados por la sociedad
hace que la discriminación no sea solo individual. De esta forma, hay un trato
desigual en el que participa toda la sociedad.

No solo los hombres perpetúan esa discriminación. Muchas mujeres educadas en


esos valores reproducen los mismos patrones.

CAUSAS
A pesar de que parte de la sociedad piensa que la discriminación por género es
cosa del pasado, los datos reales desmienten esa creencia. De acuerdo con
informes oficiales, solo en los Estados Unidos en 2008 se presentaron casi 30 000
cargos por este tipo de discriminación. En otros países con legislaciones menos
avanzadas el problema es mayor.

Precisamente, para solucionar el asunto, los expertos afirman que es


imprescindible conocer los motivos de su persistencia.

a. Religión
Una de las bases del comportamiento discriminatorio por género son las
religiones. En general, sus postulados ponen a la mujer por debajo en valor de los
hombres. Esto no solo se contempla en sus textos, sino también en las
instituciones creadas por los religiosos.

b. Leyes de familia
Es un asunto muy ligado al anterior. En la mayoría de los países occidentales, las
leyes familiares discriminadoras para las mujeres han desaparecido, pero eso no
es así en buena parte del mundo.
Entre los aspectos más nocivos están los matrimonios concertados, en los que
muchas veces las novias son extremadamente jóvenes. Además, se establece a la
mujer casi como una propiedad más del hombre.

El ámbito económico también es importante en este aspecto. En muchos lugares


las mujeres no tienen derecho a poseer nada, teniendo que pedir permiso para
comprar bienes materiales.

c. Discriminación en el lugar de trabajo


Este punto es, a la vez, una causa y una consecuencia de la discriminación
por género. Como causa, estar peor pagada o solo poder optar a trabajos
menos cualificados perpetúa la situación de desigualdad.

El menosprecio de las mujeres en el ámbito laboral supone que no ganen su


propio sueldo; de hacerlo, la independencia frente a los hombres de la familia
sería menor.

Detrás de esa dependencia se encuentran muchos casos de tener que


soportar malos tratos en el entorno familiar, ya que no existe una salida digna
a la situación.

d. Educación
La educación ha perpetuado durante siglos la discriminación de género. Frente a
una enseñanza integral, que señale la igualdad entre hombres y mujeres, ha
continuado transmitiendo los valores desiguales tradicionales.

Aparte de esto, todavía hay muchas zonas del planeta en las que las niñas no
pueden acceder a la educación; esto las coloca en una posición más complicada
para poder mejorar sus condiciones de vida.

e. Diferenciación de roles
Es quizás la causa más repetida de la existencia de la discriminación por motivos
de sexo. Para llegar a establecerlos, han participado las religiones, las costumbres
sociales, las posiciones de fuerza y otros factores diferentes.

En líneas generales, esos roles establecen que el género masculino es más fuerte
y capaz que el femenino. De esta forma, a los niños se les educa como líderes
fuertes, mientras que las mujeres reciben mensajes centrados en la sensibilidad y
como fuente de cuidados.

En el lado contrario, muchos psicólogos afirman que esa educación en los niños
hace que repriman su faceta afectiva, desequilibrando también su desarrollo.

En gran parte del mundo las niñas tienen un proceso de socialización que se
centra en su labor reproductiva. La presión, incluso en Occidente, es para que
asuman el papel de madre; este rol acaba siendo el centro de su vida.
CONSECUENCIAS

a. Violencia de género
La consecuencia más grave de la discriminación de género es la violencia física,
sexual o psicológica que produce. En el primer caso llega a provocar la muerte de
las víctimas, aunque también se dan muchos casos de palizas o golpes sin llegar
a ese final.

La violencia sexual se traduce en violaciones, abusos o acosos, causando un gran


daño psicológico y físico en la persona que la padece. En cuanto a la psicológica,
menos visible, también llega a causar graves consecuencias.

En muchos países se han promulgado leyes para intentar evitar estos actos. Por el
contrario, en otros no se han desarrollado esfuerzos para frenarlos. Casos como
los llamados crímenes de honor aún son habituales en algunas zonas del planeta.

b. En el empleo
La discriminación en el empleo puede comenzar, directamente, por la negativa de
contratar empleados por ser mujer y hombre. El salario es otro asunto en el que
suelen existir diferencias, especialmente porque se ofrecen menos oportunidades
a las mujeres para que alcancen posiciones superiores y mejor pagadas.

Por otra parte, una de las grandes consecuencias de la discriminación de género


en el empleo se da por la maternidad. Muchos empresarios no quieren contratar
mujeres que puedan quedarse embarazadas, ocasionando una clara
discriminación hacia ellas.

Por último, también son graves los casos de acoso sexual en el trabajo. Estos se
ven agravados cuando se dan por parte de superiores jerárquicos, aprovechando
la amenaza o el miedo al despido.

c. Brecha de género
De manera general, las diferencias entre hombres y mujeres en varias categorías
diferentes se denomina brecha de género. Esta brecha se mide teniendo en
cuenta diversos aspectos, desde los derechos políticos y la influencia en ámbitos
laborales, hasta los derechos públicos o el sueldo medio.

La diferencia proviene de la jerarquización social, que sitúa al hombre por encima


de la mujer. Esto se puede contemplar en el llamado “techo de cristal”.

La expresión indica la máxima posición que una mujer alcanza en cualquier


organización. Se ha comprobado que, sin importar sus méritos, es más
complicado para ellas superar ciertos niveles.

De acuerdo con el Foro Económico Mundial, en 2017 se constató un


empeoramiento en la lucha por la igualdad en el mundo. El organismo
internacional apunta que cerrar dicha brecha costará, al menos, 100 años.
d. Problemas de salud
Algunos estudios apuntan a que la discriminación por género puede tener
consecuencias negativas para la salud. Según los datos aportados, en todo el
mundo la mayor causa de muerte entre las mujeres de 20 a 59 años de edad es el
suicidio. Igualmente, hay una mayor propensión a desarrollar depresiones o
ansiedad.

La desigualdad en el trato es uno de los desencadenantes de esas enfermedades.


La violencia sexual, la psicológica y la presión social para mantener unos roles
estrictos son responsables de parte del malestar psicológico.

SOLUCIONES
Las soluciones a la discriminación por sexo se afrontan desde diversos frentes.
Los expertos señalan que algunos de los frentes más importantes son el
educativo, el legislativo y el de los medios de comunicación. Al ser un fenómeno
con un fuerte arraigo cultural, es necesario un cambio en la mentalidad general de
la población.

a. Educación
El aspecto pedagógico es uno de los más fundamentales para evitar
comportamientos discriminatorios en la sociedad. Según los pedagogos, niños y
niñas deben recibir una educación inclusiva, sin hacer hincapié en los viejos roles
de género.

Para ello se han desarrollado herramientas educativas para eliminar los


estereotipos creados, como las que eliminan las referencias sexistas respecto a
las diferentes profesiones.

b. Legislación
Aunque las leyes no pueden cambiar la mentalidad de una sociedad, sí son un
apoyo para las personas que sufran discriminación. Además, sirven para
establecer qué actuaciones son intolerables y castigar los actos que puedan ser
punibles.

Son de especial importancia para acabar con la violencia física y sexual, así como
para limitar las consecuencias de la desigualdad en el campo laboral.

c. Favorecer la presencia en el espacio público


Dado que en muchas ocasiones la dinámica social no permite que la mujer llegue
a posiciones visibles, los gobiernos han de realizar un esfuerzo para apoyarlas. En
muchos lugares se han establecido cuotas de género en los parlamentos,
consejos de administración y otras organizaciones.

Se trata de medidas temporales, en vigor hasta que los efectos históricos de la


discriminación se hayan reducido. En este aspecto, los expertos recuerdan la
importancia de la presencia femenina en los medios de comunicación.
d. Procurar los cambios de roles
La solución definitiva sería acabar con los roles establecidos y con los prejuicios y
estereotipos creados con los años. Sin embargo, ese cambio de mentalidad es lo
más complicado de lograr.

Mediante actuaciones divulgativas, educativas y artísticas, se intenta promover la


mayor participación masculina en las responsabilidades en el hogar y con los
hijos.

Por ejemplo, en Nepal y Noruega se están desarrollando programas para mejorar


la paridad. En el primer caso, incluye legislación para favorecer la presencia
femenina en el sector privado. Por otra parte, los noruegos se han centrado en
promover la paridad en el empleo.

VIOLENCIA SEXUAL

INTRODUCCIÓN
La violencia sexual se manifiesta con actos agresivos que mediante el uso de la
fuerza física, psíquica o moral reducen a una persona a condiciones de
inferioridad para imponer una conducta sexual en contra de su voluntad. Este es
un acto que busca fundamentalmente someter el cuerpo y la voluntad de las
personas.

La violencia sexual tiene múltiples formas:

 Acceso u hostigamiento en la calle, en el trabajo, en la casa, en el colegio,


en la escuela, en la universidad, etc.
 Violación
 Explotación sexual, turismo sexual
 Abuso sexual de niños y niñas
 Prostitución
 Pornografía

La violencia sexual es el claro estigma de la degradación del espíritu cívico de una


sociedad totalmente ausente. El grado de agresividad que coexiste en cada caso
de violencia sexual es increíblemente desesperante. En nuestros días son tantos
los actos de vandalismo que existen que resulta imposible su control.

Los actos que solo se pueden calificarse “auténticas aberraciones”, son los que
actualmente crecen a un ritmo vertiginoso (en detrimento de la seguridad pública)
y cada vez son peores; estos actos son, sin duda alguna, las agresiones sexuales.
Tanto las mujeres como los hombres son víctimas de abuso sexual. En Australia,
las estimaciones conservadoras indican que uno de cada 11 niños y una de cada
cuatro niñas han sufrido algún tipo de abuso sexual antes de cumplir 18 años. Los
hombres son los perpetradores de casi todos los casos de violencia sexual (97 por
ciento), pero los hombres también constituyen una significativa proporción de
todas las víctimas: 26 por ciento de menores de 18 años.

Investigaciones recientes realizadas en los Estados Unidos sugieren que hasta un


20 por ciento de los hombres sufrió abuso sexual en la niñez. Adicionalmente,
debemos reconocer la incidencia de ataques sexuales contra hombres adultos. El
ataque sexual se presenta en muchas formas, que incluyen abuso sexual infantil,
violación, acoso sexual, incesto y cualquier otra forma de violación sexual de la
cual la víctima nunca es culpable. La responsabilidad recae en el ofensor y en
nuestra sociedad, una sociedad que permite y promueve la violencia sexual.
Son numerosísimos los actos de agresiones hacia menores, que se han
convertido en los últimos años en el plato favorito de estos delincuentes, de
mentes retorcidas y carente de sentido común.

Este tipo de situaciones causan a la persona agredida, en la mayoría de los casos,


perturbaciones psíquicas que a menudo son irreparables. Físicamente también
resultan afectadas y en el peor de los casos, brutalmente asesinadas, algo cada
vez más frecuente en nuestros días.

Generalmente, quienes cometen este tipo de actos son personas afectadas


mentalmente, y si digo generalmente es porque en innumerables casos se
cometen estos crímenes en pleno conocimiento de los daños causados, y no
tienen reparo en los perjuicios acarreados a la víctima.

Como ya se ha indicado las agresiones sexuales están principalmente orientadas


hacia las mujeres, que son claro objeto del deseo de las mentes obsesas de estos
delincuentes a quienes no les importa cometer tales actos de violencia, con tal de
satisfacer sus deseos más instintivos de una manera atroz y sin ningún tipo de
escrúpulos. Y lo peor es que este tipo de personas, si no son arrestadas la primera
vez, van a volver a delinquir de nuevo.

En verdad nuestra seguridad se ve mermada por este tipo de actos, que son claro
objeto de preocupación para todos. Recurren al asesinato después de una
violación con el solo motivo de ocultar pruebas, cuando en verdad lo que intentan
esconder es la propia fealdad de sus actos, de los cuales son conscientes y que
les atormentan.

En una sociedad extremadamente liberal, éstas han sido las consecuencias que al
fin y al cabo nos impiden poseer esa auténtica libertad de que nos vanagloriamos,
y que se nos arrebata a cada hachazo de violencia sexual.

Este tipo de violencia, lo único que consigue es crear pánico en la sociedad y


robarnos la seguridad que por norma nos debiera pertenecer. Nuestra sociedad,
indignada, acusa a diferentes factores de lo que está sucediendo, aunque a
ciencia cierta no existen unos factores que provoquen estos actos, pues el hacerlo
o no está en los ideales de cada persona.
Ahora bien, se intenta demostrar que hay una serie de cosas que mal forman la
mente de las personas, especialmente de niños y adolescentes, y posiblemente
sea verdad, pues lo que se ve hacer y se aprende termina siendo lo que hacemos.
La violencia sexual es producto del alto nivel de vida del hombre, que le ha llevado
a deseos de disfrute de la vida totalmente equivocados

ABUSO SEXUAL EN NIÑOS


Cuando un niño/niña le confía a un adulto que ha sufrido abusos sexuales, el
adulto puede sentirse muy incómodo y puede no saber qué decir o hacer. Se
deben seguir las siguientes sugerencias para responderle a los niños que dicen
haber sido abusados sexualmente:

Qué Decir
 Si el niño de alguna manera indica que ha sufrido abuso sexual, aliéntelo a
hablar libremente de lo que le pasó.
 No haga comentarios pasando juicio.
 Demuéstrele que usted lo comprende y que toma muy en serio lo que dice.
Los psiquiatras de niños y adolescentes han encontrado que los niños que
tienen quien los comprenda reaccionan mejor que los que no los tienen. La
respuesta inicial a la revelación de abuso sexual es crítica para la habilidad
del niño para resolver y sanarse del trauma del abuso sexual.
 Asegúrele al niño que hizo bien en decirlo. Si el niño tiene una relación
cercana con el que lo abusa, se sentirá aterrado si lo ha amenazado con
hacerle daño a él o a su familia como castigo por decir el secreto.
 Dígale al niño que él/ella no tiene la culpa por el abuso sexual. La mayoría
de los niños tratan de entender el abuso y piensan que ellos fueron la causa
del abuso o se imaginan que es un castigo por cosas malas (reales o
imaginarias) que hicieron.
 Finalmente, ofrézcale protección al niño, y prométale que hará de inmediato
todo lo necesario para que el abuso termine.

Los padres deben de consultar con su pediatra o médico de familia, quien podrá
referirlos a un médico que se especialice en la evaluación y el tratamiento del
abuso sexual. El médico que examine al niño podrá evaluar su condición y dar
tratamiento a cualquier problema físico causado por el abuso; podrá también
obtener evidencia que ayudará a proteger al niño y le asegurará que todo está
bien.

Usualmente, el niño/niña deberá también tener una evaluación psiquiátrica para


determinar cómo le ha afectado el abuso sexual y así determinar si necesita ayuda
profesional para superar el trauma del abuso. El psiquiatra de niños y
adolescentes también puede ayudar a otros miembros de la familia que pueden
estar muy afectados por el abuso.

Aunque la mayor parte de las acusaciones de abuso son verdaderas, pueden


haber acusaciones falsas en casos de disputas sobre la custodia infantil o en otras
situaciones. Ocasionalmente, la corte puede pedirle a un psiquiatra de niños y
adolescentes que le ayude a determinar si el niño/niña está diciendo la verdad, o
si le hará daño prestar testimonio en corte sobre el abuso.

Cuando el niño/niña tiene que testificar, se pueden tener consideraciones


especiales para reducir su estrés, tales como el uso del video para grabar el
testimonio, pausas frecuentes, la exclusión de espectadores o la opción de no
tener que mirar al acusado.

Los adultos, dada su madurez y experiencia, siempre son los culpables en los
casos de abuso. Nunca se le debe de echar la culpa al niño.

Cuando el niño hace una confidencia a alguien acerca del abuso sexual, es
importante darle apoyo y cariño; éste es el primer paso para ayudar al niño a que
restablezca su confianza en los adultos.

Pornografía Infantil Pedofilia


La pornografía infantil es la reproducción sexualmente explícita de la imagen de un
niño o niña. Se trata, en sí misma de una forma de explotación sexual de los
niños. Estimular, engañar o forzar a los niños a posar en fotografías o participar en
videos pornográficos es ultrajante y supone un menosprecio de la dignidad y
autoestima de los niños. Esto significa que el cuerpo de un niño o niña carece de
valor y les demuestra que su cuerpo está a la venta.

Los niños son desposeídos de su infancia. Los niños pierden la confianza en los
demás, particularmente en los adultos, y se quedan a merced de otros tipos de
explotación y pueden desarrollar toda una gama de síntomas de tensiones
postraumáticas tales como la depresión, la agresión y la violencia, pérdida de
autocontrol e inclinación a la automutilación. Frecuentemente sus vidas terminan
en suicidio.

Es realmente difícil lograr una aplicación efectiva de las leyes contra una actividad
encubierta. Pero las leyes deben ser aplicadas. Son la protección final de los niños
y hasta ahora no se ha hecho lo suficiente para promulgar leyes realmente
eficaces o para aplicarlas cuando ya están en vigor.

ACOSO SEXUAL
En cualquier caso, la violencia es un caso que abarca diferentes facetas, la más
preocupante, está presente en una cara un tanto oculta, que sin embargo es la
más frecuente y discutida por todos: el acoso sexual.

Esta clase de hechos se producen gracias al equivocado fenómeno que afecta a


nuestra sociedad, el incesante machismo que reina en otros lados y que a menudo
conlleva a ideales falsos sobre la verdadera concepción de la vida. El acoso
sexual comprende una serie de abusos (generalmente de hombres hacia
mujeres), por el hecho de llevar ropa corta, por ejemplo, que lleva a pensar a los
hombres en un consentimiento por parte de las mujeres que en realidad nunca se
ha manifestado.
Uno de los casos más frecuentes es el de la secretaria acosada por su jefe que a
menuda la amenaza con el despido y consiguiente adentramiento en la jungla del
desempleo, si no acepta una serie de normas despiadadas referidas a todo tipo de
manoseos. Del mismo modo las jóvenes se sientes cada vez más indignadas, con
mucha razón por el continuo acoso al que son sometidas por el hecho de resultar
atractivas a los hombres mayores. Aunque hay que aclarar que no son solo éstos,
sino también los jóvenes los que pretenden aprovecharse demasiado de su
amistad con una chica.

También hay que nombrar la existencia de muchísimos casos de acoso sexual de


los padres hacia sus hijos menores. En estos casos no suelen ser denunciados
por temor a las posibles represalias, aunque se debería tomar valor y contarlo
todo. Estas denuncias significan un paso duro por parte de la persona acosada,
pero hablarlo resulta más importante de lo que a simple vista parezca.

ABUSO SEXUAL EN EL MATRIMONIO O LA PAREJA


Muchas veces nos hemos encontrado con mujeres y hombres que después de un
tiempo de psicoterapia, por diversas razones, y habiendo restablecido
problemáticas de su personalidad, como ser identidad, discriminación, cuidado de
sí misma, se dan cuenta que su marido abusar sexualmente de ellas. Otras
personas saben que se están dejando abusar y no pueden reaccionar ni hablar
sobre esto. No pueden poner límites a lo que saben bien es un atropello a su
persona.

Ejemplos: Llegar a una relación sexual sin haberla querido, quede claro que no
haberla querido y no habiendo entrado posteriormente en un juego de seducción y
erótico de los dos.

Con las siguientes particularidades en orden de gravedad:


 forzada físicamente, esto constituye una violación
 con amenazas explícitas o implícitas
 habiéndose negado explícitamente
 habiéndose negado implícitamente
 hacer o dejarse hacer prácticas eróticas que le desagradan, no le gustan o
le causan displacer
 tener reiteradamente relaciones sexuales sin tener ganas
 Tener relaciones o practicas eróticas o distintas técnicas como canje o a
cambio de determinadas cosas, es una especie de prostitución. Se hace a
sabiendas do los dos o de una sola persona. Y en el caso puede ser que
ambos sean los abusados mutuamente
 sufrir actitudes violentas
 fingir el orgasmo

Contra la Agresión Sexual Conyugal ...


Se impondrá pena de reclusión según se dispone más adelante a toda persona
que incurra en una relación sexual no consentida con su cónyuge o ex-cónyuge, o
con la persona con quien cohabite o haya cohabitado, o con quien sostuviere o
haya sostenido una relación consensual o la persona con quien haya procreado
hijo o hija, en cualquiera de las circunstancias siguientes

 Si se ha compelido a incurrir en conducta sexual mediante el empleo de


fuerza, violencia, intimidación o amenaza de grave e inmediato daño
corporal; o
 Si se ha anulado o disminuido sustancialmente, sin su consentimiento su
capacidad de resistencia a través de medios hipnóticos, narcóticos,
deprimentes o estimulantes os sustancias o medios similares; o
 Si por enfermedad o incapacidad mental, temporal o permanente estuviere
la persona incapacidad para comprender la naturaleza del acto en el
momento de su realización; o
 Si se obligare o indujere mediante maltrato y/o violencia psicológica al
cónyuge o cohabitante a participar o involucrarse en relación sexual no
deseada con terceras personas.
La pena a imponerse por este delito, excepto la modalidad a que se refiere el
Inciso(a) de este artículo, será de reclusión por un término fijo que quince años.

De mediar circunstancias agravantes, la pena fija establecida podrá ser


aumentada hasta un máximo de veinticinco años, de mediar circunstancias
atenuantes, podrá reducirse hasta un mínimo de diez años.

La pena a imponerse por la modalidad del delito a que se refiere el Inciso(a) de


este artículo, será de reclusión por un término fijo de treinta años. De mediar
circunstancias agravantes, la pena fija establecida podrá ser aumentada hasta un
máximo de cincuenta años, de mediar circunstancias atenuantes, podrá ser
reducida hasta un mínimo de veinte años.

Cuando la modalidad del delito descrito en el Inciso(a) de este artículo se


cometiere mientras el autor del delito hubiere penetrado al hogar de la víctima sin
el consentimiento de ésta o a una casa o edificio residencial donde estuviere la
víctima, o al patio, terreno o área de estacionamiento de estos, y cuando los
cónyuges o cohabitantes estuvieren separados o residiendo en viviendas
diferentes o hubieren iniciado una acción legal de divorcio, la pena del delito será
de reclusión por un término fijo de sesenta años. De mediar circunstancias
agravantes, la pena fija establecida podrá ser aumentada hasta un máximo de
noventa y nueve años de mediar circunstancias atenuantes, podrá ser reducida
hasta un mínimo de cuarenta años.

El tribunal podrá imponer la pena de restitución además de la pena de reclusión


establecida en cualquiera de las modalidades anteriormente señaladas.

DOMINACIÓN FEMENINA
Dicho juego erótico consiste básicamente en un cambio de los roles tradicionales
(o al menos antiguamente tradicionales) de "pasividad-sumisión" por parte de la
mujer y "dominación-agresividad-iniciativa" por parte del hombre durante el
desarrollo de las actividades sexuales y en especial durante los juegos eróticos
que muchas parejas disfrutan y practican como un estimulante aperitivo previo a la
consumación de la relación sexual propiamente dicha.

En la Dominación Femenina el juego consiste en implementar una fantasía erótica


muy habitual en muchos hombres y en muchas mujeres: el que la mujer domine,
comande, sea el ama y señora que ordene a su hombre a hacer todo lo que ella le
diga, y el hombre a su vez asuma el rol de siervo, esclavo o prisionero que,
cediendo su libertad y voluntad a la mujer, se esforzará en cumplir con las órdenes
de ella mientras dura el juego.

En dicho juego, que puede tener una duración de unos pocos minutos previos al
acto sexual o prolongarse durante horas e incluso días, la mujer podrá asumir
roles tales como los de ama (la más común y abarcadora), diosa, dueña,
empleadora-patrona, jefa, secretaria o colegiala dominante, amazona, etc. y el
hombre los roles complementarios como los de siervo o esclavo, humilde
empleado, prisionero, y hasta sufrir una cosificación por lo que será tratado como
un objeto (asiento, lustrador, cenicero, trono, etc.) que brindará placenteros
servicios a su ama o ser "animalizado" y transformado en caballo-humano o perro
propiedad de su dueña, que sabrá como adiestrarlo para que pueda satisfacerla
de la mejor manera posible.

ABUSO SEXUAL EN HOMBRES


El abuso sexual es una realidad en muchos países y, sin embargo, continúa
siendo un tabú. En las últimas dos décadas, el movimiento de mujeres ha
contribuido enormemente a abrir la discusión del abuso sexual. Ese trabajo básico
ha hecho posible que los hombres que han sufrido abuso sexual hablen sobre sus
experiencias y busquen ayuda para superar el trauma del abuso.

El abuso sexual tiene consecuencias devastadoras en las víctimas, incluyendo


aquellas que lo sobreviven. Las víctimas deben luchar por superar los efectos
emocionales y sociales del trauma que han sufrido.

Una Cultura de Silencio


Es particularmente difícil para los niños y los hombres revelar que fueron
sexualmente atacados. Nuestra sociedad nos condiciona a creer que los hombres
deben estar siempre "en control": de sus emociones, de otras personas y de su
entorno. Se les enseña a definirse a sí mismos como hombres por el grado al que
puedan alcanzar con éxito este control. Como consecuencia, la mayoría de
hombres no cree que será una "víctima", y especialmente no en el terreno sexual.
Cuando esto ocurre a menudo provoca un fuerte choque emocional, siendo algo
tan alejado de la experiencia normal de los hombres.

No sólo es difícil para los hombres aceptar el ser sexualmente atacados, sino
también común que vivan en silencio, ya que las reacciones de otras personas
aumentan la sensación de ser victimizados. Al igual que al sobreviviente le resulta
difícil creer lo que le ha ocurrido, también otras personas responden con
incredulidad. Si un hombre revela que fue abusado sexualmente, a menudo se le
castiga aún más cuando su "hombría" y orientación sexual son cuestionadas.

El ataque sexual es una forma de violencia en la cual el "sexo" es utilizado como


arma contra la persona de quien se abusó. Como consecuencia, a la mayoría de
hombres sobrevivientes les preocupa en alguna medida su sexualidad, ya sea en
lo relacionado a nuestra identidad masculina, nuestra posición entre hombres, la
masculinidad de nuestra conducta, nuestras preferencias sexuales, la frecuencia y
satisfacción de nuestra actividad sexual o nuestra capacidad para la intimidad
sexual.

Estos problemas afectan nuestras vidas cotidianas, a menudo durante años


después de que terminó el abuso.

Por lo general, la gente asume que cuando un hombre ataca o viola sexualmente
a otro hombre, el ofensor es homosexual y la víctima también lo es. Estas
nociones, populares pero equivocadas, tienen su raíz en el mito de que el asalto
sexual busca principalmente la gratificación sexual, y la gente ignora los asuntos
del poder y el control. Las investigaciones han mostrado que la mayoría de
hombres que atacan a otros hombres tiene una orientación heterosexual y que la
mayoría de sobrevivientes de violencia sexual también es heterosexual.

Asumir que los ofensores son homosexuales protege y exonera al ofensor


heterosexual e injustamente hace surgir sospechas y culpabilización hacia la
comunidad homosexual.

Asumir que la víctima es homosexual tiene consecuencias negativas para el


sobreviviente, quien, sin importar que sea heterosexual u homosexual, sufrirá el
estigma social de ser considerado homosexual, además de la sensación de culpa
por el ataque. Esta culpa está basada en la incapacidad de hacer una distinción
clara entre el sexo con consentimiento y sin consentimiento.

Aunque el abuso sexual crea confusión y preocupación acerca de la sexualidad,


no determina la preferencia sexual del sobreviviente. Es solamente el
sobreviviente, y no el ofensor, quien determina sus preferencias sexuales y con
quién está dispuesto a tener relaciones sexuales.

¿De Víctima a Victimario?


Los hombres que fueron sexualmente abusados en la niñez responden al abuso
en una variedad de formas. A algunos les abruman tanto los devastadores efectos
del abuso que sufrieron en su propia vida que deciden firmemente ayudar a que el
mundo sea más seguro. Así, se aseguran de que, al ser padres, la relación con
sus hijos e hijos sea responsable y libre de abuso; se dedican al servicio de la
humanidad, aprendiendo habilidades de asertividad y comunicación o
combatiendo la injusticia social a través del activismo. Otros sobrevivientes
continúan viéndose a sí mismos como víctimas indefensas, y luchan
continuamente por sobrevivir día tras día. Carecen de la capacidad y voluntad de
abusar de otros, y a menudo están sujetos a sufrir nuevos abusos.

Muchos de los ofensores son hombres, pero el ataque sexual contra hombres o
niños también puede ser y es perpetrado por mujeres. Es importante reconocer
que algunos hombres y niños han sido sexualmente abusados por una o más
mujeres, y siendo así merecen apoyo.

REFERENCIAS
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Fucsia.co. Discriminación de género. Obtenido de fucsia.co
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Parker, Kim. Gender discrimination comes in many forms for today’s working
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