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ESTUDIOS DE LOS PROBLEMAS

Y REALIDAD URBANA
ACTUAL EN MÉXICO
Sergio Gabriel Ceballos Pérez
Coordinador
Estudios de los problemas
y la realidad urbana actual
en México

El Colegio del Estado de Hidalgo

México, 2017
Estudios de los problemas
y la realidad urbana actual
en México

Sergio Gabriel Ceballos Pérez


Coordinador

Raúl Figuera Díaz y César Cabrera Cedillo, Ramiro Flores-Xolocot-


zi y Alejandra Peña García, Liu Xue Dong, Hugo Nathanael Lara
Figueroa, Yoan Saidt Beltrán Martínez y María del Rosario Dolores
Mijangos, María Mayela Benavides Cortés, Claudia Paulette
Escalona Muñoz y Patricia Catalina Medina Pérez

México, 2017
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual
en México.

© Sergio Gabriel Ceballos Pérez, coordinador, 2017

© Mario Reyes, por la obra “Figura alegórica”, 2011

Primera edición, 2017

© El Colegio del Estado de Hidalgo


Calle Hidalgo, Núm. 618, Col. Centro,
CP 42000, Pachuca, Hidalgo.
www.elcolegiodehidalgo.edu.mx/

ISBN 978-607-8082-¿?-?

Edición: Editorial Elementum SA de CV.


Dirección editorial: Mayte Romo, dirección de arte; Brenda
Zavala, corrección de estilo: **, revisión ortotipográfica: ***,
maquetación de interiores: Brenda Pérez, libro electrónico:
Jovany Cruz.

Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción


total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema
informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cual-
quier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u
otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares del
copyright. La infracción de dichos derechos puede constituir
un delito contra la propiedad intelectual.

Impreso en México
A mi esposa e hijos; Karlita,
Fares, Jahdaí y Yoshua
Índice

Introducción .........................................................................................
Primera parte. Aspectos de sustentabilidad y gestión

1. Contribuciones de la contabilidad ambiental de


México al Acervo Estadístico Nacional y a los
Objetivos de Desarrollo Sostenible
Raúl Figuera Díaz y César
Cabrera Cedillo............................................................................

2. 2. Riesgos y virtudes de la democracia participativa
en el diseño de políticas para la gestión de
espacios públicos urbanos

Ramiro Flores-Xolocotzi y
Alejandra Peña-García...............................................................

3. La desincorporación del suelo ejidal y el ajuste
de políticas de vivienda, 2000-2015.
Liu Xue Dong .................................................................................

4. Sostenibilidad de los servicios de salud como
proporción del gasto por tipo de aseguramiento.
Un análisis comparativo entre lo rural y urbano.
Hugo Nathanael Lara Figueroa ..............................................

5. Análisis de los factores que condicionan la


movilidad urbana en la Ciudad de Pachuca de
Soto, Hidalgo
Yoan Saidt Beltrán Martínez y
María del Rosario Dolores Mijangos .....................................
Segunda parte. Estudios de caso de hidalgo

6. Un análisis económico e institucional del


servicio de agua potable en Pachuca De Soto,
Hidalgo

Alejandra Peña García y


Ramiro Flores-Xolocotzi...........................................................

7. Turismo y segundas residencias en el Pueblo


Mágico, Mineral del Chico, Hidalgo

María Mayela Benavides Cortés................................................

8. La vulnerabilidad social urbana en el municipio


de Pachuca De Soto, Hidalgo

Claudia Paulette Escalona Muñoz

9.- Transporte y estructura urbana de la zona


metropolitana de Tulancingo, 1980-2010

Patricia Catalina Medina Pérez................................................


Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Introducción

La investigación de fenómenos urbanos ha pasado por diversas escuelas de


grandes pensadores como Manuel Castells, Henri Lefebvre, David Harvey y
Milton Santos, quienes concibieron lo que hoy podríamos denominar como
una teoría contemporánea urbana, basada no sólo en la estructura o análisis
materialístico de expansión urbana, resultado de las políticas públicas y la
economía, sino en los aspectos sociales y humanos que lo configuran. Lefeb-
vre, por ejemplo, concibió a la ciudad como un laboratorio histórico, donde la
sociedad urbana para él, no sólo es una definición, sino una hipótesis, que se
convertirá después en lo que él mismo llamará “La Revolución Urbana”, en-
tendida como el conjunto de transformaciones y cambios que se producen en
dicha sociedad (González, 1998.) De igual forma, la contribución de Manuel
Castells (2004), fue identificar el concepto urbano como un sujeto ideológico
de difusión y creación de valores, cultura y concentración del poder, que va
más allá de la concentración poblacional y las edificaciones.2 Por otro lado,
investigaciones actuales como la de Cabrera N., Hermida M., y Calle C. (2016),
donde el crecimiento urbano actual en Latinoamérica representa un producto
más del sistema capitalista neoliberal, ciudades con un patrón de crecimiento
disperso, consumo de suelo innecesario, altos costos de infraestructura, mo-
vilidad, servicios, desempleo, inseguridad, detrimento de la calidad de vida,
evidencian el menester de un modelo de desarrollo urbano sustentable que no
se quede en el tintero, sino que también analice la inoperancia de las políticas
públicas, mediante un análisis más riguroso de la gestión.
En ese sentido, el fenómeno urbano se ha ido complejizando, agregándose
más variables de diversa índole, contemplando desde aspectos arquitectónicos,
económicos, sociológicos, geográficos, normativos, ambientales, entre muchos
otros, mismos que han generado estudios de movilidad, de metropolización,
de pobreza urbana, ordenamiento territorial, género, y que requieren de un
marco conceptual integrador de todas estas variables dentro de un mismo
enfoque multidisciplinario.
En México el fenómeno urbano también presenta distintos retos. De acuerdo
con el inegi (2010), 78 por ciento de la población vive en 384 ciudades con
más de 15 mil habitantes, las cuales se distribuyen en 59 zonas metropolitanas,
78 conurbaciones y 247 centros urbanos.

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Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Un análisis realizado por autoría propia a través de las Series iii y v de inegi,
muestra que, tan sólo la expansión de la mancha urbana en nuestro país, au-
mentó al doble, al pasar de 0.4 a 0.8 por ciento del 2000 al 2008, es decir el
doble de espacio, sin contar toda la infraestructura asociada, como pueden
ser carreteras a lo largo y ancho del país. La urbanización ocupa el segundo
lugar, como causa de la pérdida de ecosistemas y biodiversidad sólo después
de la agricultura.
Aunado a ello, la demanda de servicios ambientales y recursos naturales es
cada vez mayor, por ejemplo, la disponibilidad de agua ha disminuido de 10
mil m3 per cápita anual en 1970 a 4,230 m3 en el año 2010 (Conagua, 2011). El
consumo de agua en las ciudades en México representa alrededor del 14 por
ciento del consumo total, considerando que existen 24.5 millones de vivien-
das que reciben agua potable. Su distribución no es equitativa, en las zonas de
mayor escases va desde 28 litros diarios, mientras que en las zonas de mayores
ingresos va hasta 800 litros diarios.
De igual forma, los mayores índices de consumo de energía se encuentran
en las ciudades. De acuerdo con informes de la Secretaria de Energía (Sener)
el consumo de energía eléctrica ha crecido en 1.4 por ciento debido al creci-
miento de viviendas y de la mancha urbana, aunque a nivel de los hogares el
consumo eléctrico ha disminuido en 0.5 por ciento debido a la mejora tecno-
lógica y eficiencia energética (Sener, 2011).
Por su parte, los mayores índices de generación de residuos sólidos urbanos
se encuentran en las ciudades y al parecer, de acuerdo con el análisis estadístico,
existe una correlación positiva entre el ingreso, la concentración poblacional
y la generación de residuos sólidos (inegi, 2015). La generación de residuos
sólidos promedio en nuestro país es de 1.1 kg. Si continuamos este análisis
con otras variables como número de áreas verdes en las ciudades, pérdida de
biodiversidad, emisiones de gases de efecto invernadero, entre otras, nos dare-
mos cuenta del grado de agotamiento y degradación de los recursos naturales
y el medio ambiente, no solo dentro de las ciudades sino también hacia fuera,
es decir, de los recursos naturales que se “importan” hacia las ciudades, sin
necesidad de que tengamos que pagar por ello. Así es como desde hace algunos
años se comenzó a pensar en las ciudades sustentables como una alternativa
ante esta tendencia depredante de los recursos naturales y degradación de los
ecosistemas.
De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (bid, 2016), una ciudad
sustentable es aquella que ofrece una buena calidad de vida a sus ciudadanos,
minimiza sus impactos al medio ambiente, preserva sus activos ambientales y
físicos para generaciones futuras, y a través de ello promueve la competitividad.
Por otra parte, el desarrollo urbano sustentable se concibió para remediar los
grandes problemas que enfrentan las urbes tales como contaminación atmos-
férica, falta de agua, congestionamientos, pobreza urbana, etc.

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Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

De acuerdo con Castro B. (2008)9, el Desarrollo Urbano Sustentable es un


concepto cuyo origen puede ubicarse alrededor de 1970, cuando se comenzó
a tener una idea generalizada de que no bastaba con el crecimiento desmedido
de las ciudades. El término “desarrollo” implicaba no solamente el crecimiento,
sino una visión más orgánica en donde la evolución del espacio urbano debería
considerar el bienestar social, en un marco de respeto por la naturaleza.
No obstante, esta perspectiva de la conservación y medio ambiente en las
ciudades no ha dado los mismos resultados dentro de las agendas políticas y
de los modelos de desarrollo adoptados en todos los países.
Diversos apoyos se están brindando a través de iniciativas como 100 Ciudades
Resilientes (100 Resilient Cities), Red de Ciudades Inteligentes (Smart Cities),
la Red de Ciudades Europeas, Latinoamericanas y del Caribe para el Desarrollo
Urbano Sostenible (urbelac), entre otras, las cuales incorporan métodos y
herramientas multidisciplinarias, además de buscar nuevas alternativas dentro
de la innovación y el desarrollo tecnológico.
Otro concepto relacionado con el desarrollo urbano sustentable, es el de
resiliencia, término que proviene de la psicología pero que también es utilizado
en ecología para denotar la capacidad de restablecer el sistema ante los cambios
abruptos o amenazas (Metzger y Robert, 2013). Las ciudades resilientes de
acuerdo con 100 Resilient Cities, son aquellas que cuentan con siete cualida-
des: 1) son reflexivas 2) ingeniosas 3) robustas 4) redundantes 5) flexibles 6)
inclusivas e 7) integradas.
La resiliencia urbana se puede definir como la capacidad de los individuos,
comunidades, instituciones, empresas y sistemas dentro de una ciudad para
sobrevivir, adaptarse y crecer sin importar que tipo de tensiones crónicas y
perturbaciones agudas experimenten (100 Resilient Cities, 2016).11
Las ciudades son resilientes en la medida que se preparan para gestionar
sus riesgos, respondiendo a los desastres por fenómenos naturales –incluso
económicos- contando con instrumentos tanto técnicos como humanos e
institucionales, que respondan ante las emergencias y cambios abruptos, que
bien pueden ser de seguridad, económicos, físicos, entre otros (ocde, 2015).
Otra alternativa con el desarrollo urbano sustentable son las ciudades inte-
ligentes o también conocidas como Smart Cities que buscan la eficiencia del
consumo energético, el tiempo, y otros recursos involucrados dentro de una
ciudad, es decir menos contaminación, menos daños al ambiente, menores con-
gestionamientos vehiculares. Lo anterior a través de la innovación, las mejoras
tecnológicas y de infraestructura, así como la propagación del conocimiento.
Distintas ciudades como Tokio, Londres, Nueva York, París, e incluso países
como Singapur, Malasia y Corea del Sur, están apostando fuertemente por este
modelo de ciudades. ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de este modelo?
Aún no se sabe con precisión. La introducción de robots en la enseñanza, en
seguridad, en las fábricas, los nuevos automóviles autónomos, la realidad vir-

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Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

tual, entre muchos otros nuevos fenómenos serán parte de los estudios que
se tendrán que realizar.
Este libro coordinado, parte de un proyecto de investigación de largo alcan-
ce, basado en la investigación básica y aplicada enfocada a aportar elementos
de análisis y reflexión para la solución de los problemas urbanos en México,
así como proponer modelos de desarrollo urbano sustentable considerando
la brecha tecnológica y la economía del conocimiento, propuesto dentro de
la Red Multidisciplinaria de Investigación en Innovación y Desarrollo Urbano
Sustentable (Redmiidus).
En esta primera etapa se trató de integrar un estudio de realidades y retos
actuales de distintos aspectos urbanos, tales como problemas de transporte,
movilidad, construcción excesiva de viviendas y sus efectos en el cambio de
uso de suelo, limitantes de la democracia participativa, vulnerabilidad, salud,
segundas residencias, observando que existen dos elementos en común que
requieren atención: por un lado la gestión pública y en segundo lugar la sus-
tentabilidad. Se presenta un trabajo que da pie a la discusión y a la búsqueda
de respuestas que logre aminorar los efectos negativos de las ciudades, no sólo
en la población humana, sino también en los ecosistemas y el medio ambiente.
En la primera parte del libro “Sustentabilidad y Gestión” se abordan temas
de discusión y reflexión, tales como el capítulo 1 “Contribuciones de la conta-
bilidad ambiental de México al Acervo Estadístico Nacional y a los Objetivos de
Desarrollo Sostenible” de Raúl Figueroa Díaz y Cesar Cabrera Cedillo, donde
explican la utilidad de las cuentas ambientales, desde la perspectiva teóri-
co-práctico de la sustentabilidad, así como su función en la construcción de
los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ods) en México, relacionadas con las
áreas de oportunidad, proponiendo indicadores para el monitoreo de variables
del desarrollo y sustentabilidad, tales como agua potable, energía, economía,
ciudades, entre otros.
Dicha medición ambiental se refleja también en las iniciativas enfocadas en
dar respuesta a necesidades que presentan las ciudades y el territorio en Mé-
xico. En este contexto, es fundamental que los nuevos objetivos e indicadores
planteados involucren elementos de gestión que permitan dar seguimiento a
los objetivos internacionales.
En el capítulo 2 “Riesgos y virtudes de la democracia participativa en el
diseño de políticas para la gestión de espacios públicos urbanos” escrito por
Ramiro Flores-Xolocotzi y Alejandra Peña-García, se presenta un análisis teórico
de los modelos de gobernanza neoinstitucional y neomarxista alternativos a
propuestas tradicionales para la gestión de espacios públicos locales citadinos.
El análisis se realizó desde las categorías de bien público y recurso de uso co-
mún propuestas por Ostrom y basadas en la tipología económica tradicional.
Ambas propuestas de gobernanza reclaman el derecho de las colectividades
urbanas a involucrarse en la gestión de bienes y servicios urbanos como los

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Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

espacios públicos locales. Sin embargo, también presentan desafíos prácticos


en su implementación en los procesos de gestión. En el caso de un posible
modelo de gobernanza neomarxista de espacios públicos citadinos, se apoya
en un supuesto de no jerarquías en el sistema, el cual favorecería la contención
de intereses diversos, mismo que permitiría la gestión del bien común.
En el capítulo 3 “La desincorporación del suelo ejidal y el ajuste de políticas
de vivienda, 2000-2015” escrito por Liu Xue Dong, se describe cómo en las dos
últimas décadas el área urbana de México se expandió de forma anárquica y
desordenada, principalmente por la desincorporación de la propiedad social del
suelo, con la reforma al Artículo 27 Constitucional que se efectuó a partir del
año 1992 y la política pública de vivienda instaurada en el 2000. Liu Xue Dong
concluye que las desincorporaciones de suelo social debieran ser sustentables,
fundamentadas en estudios sobre la demanda real de suelo requerido para el
crecimiento de cada una de las ciudades, previniendo la especulación y el mal
desarrollo urbano. Esto se logra a través de los mecanismos de transparencia
sobre la compra-venta del predio y de los desarrolladores.
En el capítulo 4 “Sostenibilidad de los servicios de salud como proporción
del gasto por tipo de aseguramiento. Un análisis comparativo entre lo rural y
urbano”, Hugo Nathanael Lara Figueroa realizó un análisis de la sostenibilidad
y acceso a los servicios de salud por nivel de ingresos y el gasto catastrófico
de los hogares de México, ante algún evento de enfermedad que requiere de
servicios de atención médica ambulatoria; Encontrando que el gasto en salud
se concentra fundamentalmente en los quintiles de ingreso más altos y en
zonas urbanas. Quienes habitan en localidades rurales de alta marginación,
destinan una mayor proporción de sus recursos totales en cuidados de salud
poniendo en riesgo su economía o su salud. En México, los esfuerzos de cober-
tura y aseguramiento debieran concentrarse en dichos grupos poblacionales
de manera más efectiva.
La segunda parte, aborda estudios de caso en Hidalgo, tales como el capítulo
5 “Análisis de los factores que condicionan la movilidad urbana en la Ciudad de
Pachuca de Soto”, escrito por Yoan Saidt Beltrán Martínez y María del Rosario
Dolores Mijangos Hidalgo. Se presenta un análisis de los diversos modos de
movilidad en la Ciudad de Pachuca, efectuado a partir de una conceptualiza-
ción del término movilidad, también se incluyeron el concepto de transporte
y el movimiento de personas. Con el propósito de examinar la situación de
la movilidad urbana se utilizaron aspectos teóricos y estadísticos. Considera-
ron la movilidad urbana como un requerimiento vital de los ciudadanos de
desplazarse de un lugar a otro con el propósito de satisfacer sus necesidades
laborales, sociales y de recreación dentro de una ciudad. Esta movilidad viene
acompañada de dos términos complementarios: la accesibilidad y la conecti-
vidad. Siendo la primera considerada como aquella capacidad para unir dos
lugares, y la accesibilidad como la capacidad de llegar a ellos.

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Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

En el capítulo 6 “Un análisis económico e institucional del servicio de agua


potable en Pachuca, Hidalgo”, de Alejandra Peña-García y Ramiro Flores-Xo-
locotzi, se contrastó el enfoque de racionalidad de dos modelos de gestión de
servicios públicos; el modelo de la Nueva Gestión Pública frente al modelo de
la Gobernanza, y su relación con la gestión actual de servicios de agua potable
en México. Bajo este contexto teórico, se describe el caso de la provisión mu-
nicipal de agua potable de la Ciudad de Pachuca y se planteó la problemática
particular de los tandeos en el abasto de este servicio. La situación del servicio
convencional de agua potable en ámbitos urbanos, suministrado a través de
redes públicas, no llega a la totalidad de sus habitantes. El servicio formal de
agua potable apenas atiende entre el 40 y el 70 por ciento de los habitantes en
ciudades de los países capitalistas periféricos porque existe una red de infraes-
tructura incompleta e ineficiente en la prestación del servicio.
En el siguiente capítulo “Turismo y segundas residencias en el Pueblo
Mágico Mineral del Chico, Hidalgo” de María Mayela Benavides Cortés, se
presenta un estudio de las implicaciones para los pobladores de Mineral del
Chico ante el crecimiento del fenómeno de segundas residencias derivado
en gran parte por la declaratoria de Pueblo Mágico. En términos prácticos, la
transferencia de propietarios por el atractivo turístico, derivó en la pérdida
de espacio, negocios, medio ambiente y cultura de los pobladores originarios.
Mayela Benavides encontró que la demanda turística y lo atractivo del lugar
generaron el fenómeno de segundas residencias, dada la falta de empleo y la
venta de sus propiedades a un precio razonable, con un detrimento a mediano
plazo en términos territoriales, sociales, culturales y ambientales.
El capítulo 8 “La vulnerabilidad social urbana en el municipio de Pachuca”,
de Claudia Paulette Escalona Muñoz, es una aportación a las herramientas de
planeación territorial sustentable y vulnerabilidad, que coadyuva en la genera-
ción de propuestas de políticas públicas, con el objetivo de disminuir de forma
preventiva las carencias de la población para enfrentar la vulnerabilidad social
urbana en Pachuca. La investigación fue abordada con un análisis histórico
sobre el origen de la vulnerabilidad en el municipio, las instituciones que ac-
tualmente la miden, los componentes ligados a la planeación en los gobiernos
nacionales y municipales, hasta finalizar con la medición y adaptación meto-
dológicas internacionales y nacionales en un indicador integral compuesto por
cinco dimensiones: sociodemográfica, económica, residencial, capital humano
y subjetiva, llamado Índice de Vulnerabilidad Social Urbana.
El último capítulo “Transporte y estructura urbana de la zona metropolita-
na de Tulancingo 1980-2010” escrito por Patricia Medina, está integrado por
cuatro apartados. En el primero se revisaron los antecedentes del proceso de
crecimiento urbano de la zona metropolitana de Tulancingo y las rutas que
configuran el transporte concesionado existente. En el segundo, se realizó un
análisis estadístico de la Encuesta Origen-Destino del transporte público del

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Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Plan Integral de Movilidad Urbana (pimu), y se generó un diagnóstico de la


movilidad en transporte público. Posteriormente, como parte de los resultados,
se construyó un índice de movilidad sustentable de transporte público con el
que se miden cinco niveles y el grado de intensidad en su uso como alternativa
de movilidad cotidiana en orígenes y destinos. A modo de conclusión se observó
una expansión desproporcionada de la mancha urbana que genera necesidad
de movilidad y de cobertura de servicios cada vez más difícil de atender.
Se espera que este libro sirva para ampliar los horizontes, metodologías,
perspectivas y conocimientos del lector.

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Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

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Contribuciones de la contabilidad
ambiental de México al Acervo
Estadístico Nacional y a los
objetivos de desarrollo sostenible

Raúl Figuera Díaz y Cesar Cabrera Cedillo1

Instituto Nacional de Estadística y Geografía

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Es importante aclarar que las opiniones vertidas en este artículo son responsabilidad de los
autores y no necesariamente reflejan la posición del inegi al respecto.
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Introducción

Las principales variables de la contabilidad económica de hace algunos años


reflejaban factores como el capital natural, el capital social o el capital humano.
En los registros contables de los insumos de la producción se incorporan los
pagos correspondientes a los proveedores de insumos, excluyendo de ellos el
pago por los servicios prestados por el medio ambiente. Por ejemplo, los daños
al medio ambiente ocasionados por la economía no se internalizan, sino que
se vuelven externalidades negativas para la sociedad en general.
Ricardo (1817) mencionaba la forma en que la economía utilizaba los ac-
tivos del medio ambiente como si fueran una fuente inagotable de insumos,
situación que luego de muchos años de consumo irracional generó que las ta-
sas de deterioro del medio ambiente fueran igual o más altas en comparación
con las de producción de bienes y servicios económicos, surgiendo entonces
la idea del acoplamiento de la economía con el daño al medio ambiente. En
contrapartida, se esperaría que un desacoplamiento mostrara el grado en que
el crecimiento del ingreso y del consumo ocurriera con un uso decreciente de
recursos ambientales; por ejemplo, un menor uso de energía o menor cantidad
de emisiones al aire (onu, 2012).
En México, a través del inegi, se han desarrollado proyectos en materia de
economía y medio ambiente desde hace casi 25 años, generando información
para el monitoreo del impacto ambiental de la economía y para la formulación
de políticas públicas, como la alineación con ordenamientos internacionales
como los ods y las Metas de Aichi.
En materia de planeación en el país, el Plan Nacional de Desarrollo (pnd) ha
considerado tanto los procesos metodológicos como los resultados de las cuentas
ambientales (Segob, 2006 y 2012), lo que le otorga un carácter colaborativo para
el desarrollo nacional. Por otra parte, los planes sectoriales de la Secretaría del
Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), utilizan los resultados de las
cuentas ambientales para el seguimiento en los tableros de control (Semarnat,
2012). Por otro lado, la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al
Ambiente (lgeepa, 1988), señala la realización de valoraciones ambientales y
su imputación en la contabilidad nacional (Cámara de Diputados, 1988). Por su
parte la Ley General de Cambio Climático (Cámara de Diputados, 2012) indica
la necesidad de estimar los costos atribuibles al cambio climático e incluirlos
en el cálculo del Producto Interno Neto Ecológico.

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Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Figura 1.
Metas de Aichi para la biodiversidad

El Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020, del


Convenio sobre la Diversidad Biológica, consiste en un marco de
acción global de diez años en el que los países se comprometen a
proteger la diversidad biológica y mejorar los beneficios que esta
proporciona para el bienestar de las personas. Entre otros elementos,
está conformado por 20 metas globales (Metas de Aichi).
En particular, la Meta 2 refiere: “Para 2020, a más tardar, los valores
de la diversidad biológica habrán sido integrados en las estrategias y
los procesos de planificación de desarrollo y reducción de la pobreza
nacionales y locales y se estarán integrando en los sistemas naciona-
les de contabilidad, según proceda, y de presentación de informes”.

Fuente: elaboración propia con base en Plan Estratégico para la


Diversidad Biológica 2011-2020

Las metas de Aichi (recientes acuerdos mundiales para la biodiversidad), en


particular la meta 2, señala que los valores de la biodiversidad deben integrar-
se en la contabilidad nacional (Secretaría del Convenio sobre la Diversidad
Biológica, 2010).
Con lo anterior, se puede afirmar que la estrategia de generación de infor-
mación está inscrita dentro de la legislación del país, por ello resalta que los
demás productores de información piensen en que esa interacción entre los
diferentes sistemas económicos y ambientales debe generar información para
dar seguimiento al avance de los ods. 

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Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Incorporación de las cuentas satélite en los


esquemas tradicionales contables

En principio, se considera importante partir de algunas reflexiones sobre las


cuentas nacionales, las cuales son instrumentos contables que permiten medir
los flujos económicos que suceden en la esfera del mercado.
Esto es relevante porque todos los eventos en los que se produzca algún bien
o servicio, se distribuya, sea consumido o acumulable, están contabilizados en
la frontera de la producción del Sistema de Cuentas Nacionales (scn). Entonces,
la producción de bienes y servicios de los más de 5 millones de establecimien-
tos económicos del país (inegi, 2014), queda incluida en este marco contable,
por ejemplo, la producción de maíz, petróleo, viviendas, automóviles, servicios
educativos, etcétera.
Sin embargo, hay actividades que no están consideradas dentro del scn
pero que también generan valor y bienestar. A través de las cuentas satélite
se pueden utilizar las reglas contables del scn para hacer un análisis con más
detalle y revisar aspectos o fenómenos que no se pueden medir con el esquema
contable tradicional (inegi, 2008), por lo que es necesario utilizar un esquema
analítico más específico, como es la contabilidad satélite.
Este esquema analítico-funcional permite estructurar mediciones físicas y
monetarias de entidades específicas con carácter social, económico o ambiental,
vinculadas a procesos que resultan de fundamental relevancia para el bienes-
tar y el desarrollo de los sectores institucionales de un país: gobierno general,
sociedades financieras y no financieras, instituciones sin fines de lucro, y el
sector de los hogares.
Ejemplo de ello es la medición del Trabajo No Remunerado de los Hogares
(tnrh), en el cual se asigna un valor económico al trabajo productivo que to-
dos los días se genera y consume en el hogar, pero que no tiene un precio en
el mercado. Por ejemplo, cuando los miembros de una familia cocinan para el
resto de los habitantes del hogar, el “servicio” puede incluir, además de cocinar
con la sazón del gusto de la familia, llevar los alimentos hasta la mesa e incluso
lavar los platos utilizados en dicho servicio. Considerando que estas actividades
tienen un valor, es menester asignar un precio similar cuando estos mismos
servicios se ofrecen en un establecimiento. Situación similar ocurre con ac-

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Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

tividades de lavado y planchado de ropa, entre muchos otros ejemplos. Estas


actividades en el hogar tienen un valor importante, sobre todo en términos de
bienestar. En este caso la cuenta satélite realiza imputaciones de mercado de
lo que costaría pagar por los servicios de lavado y planchado de ropa, adquirir
alimentos preparados, limpieza de la casa, etcétera.
Otro ejemplo que resulta ilustrativo del análisis satélite es el caso de las
instituciones sin fines de lucro que proporcionan la dimensión, participación
e impacto económico de las actividades realizadas por las organizaciones no
lucrativas del país; es decir, las acciones en las que participa, de manera orga-
nizada, la sociedad civil y cuyo objeto es el beneficio social.
Con los ejemplos citados, se puede hablar de un análisis económico llevado
a esquemas no de mercado que van más allá de la contabilidad económica
tradicional, la cual mide todas las transacciones económicas que se dan más
allá de la frontera de mercado, como la producción, distribución, consumo y
acumulación de bienes y servicios.
Con esta perspectiva, se puede tener una idea general del porqué se consi-
dera que las cuentas satélite son un instrumental contable que permiten una
visión “reblandecida” de ciertos fenómenos económicos vinculados a aspectos
sociales y ambientales, e incorporan un análisis detallado sobre temas como
salud, vivienda, cultura, trabajo voluntario, etcétera.

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Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Figura 2.
La primera cuenta satélite

Ante la preocupación por el deterioro ambiental en el mundo y la creciente ne-


cesidad de dimensionar sus efectos económicos, a partir del año 1988, el inegi
unió esfuerzos materiales y humanos con las Naciones Unidas y con el Banco
Mundial para desarrollar un proyecto pionero que permitiera cuantificar el impacto
de las actividades económicas de producción, distribución y consumo sobre el
medio natural, pero que respetara las reglas contables propias del marco central
del Sistema de Cuentas Nacionales de México (scnm). Dicho proyecto arrojó los
primeros resultados en el año de 1991 con la publicación “Contabilidad Econó-
mica y Ambiental Integrada. Un caso de estudio para México” (Van Tongeren y
Schweinfest, 1991).

Esta primera experiencia permitió inte-


grar y relacionar la información económi-
ca con la ambiental, creando indicadores
económicos ajustados ambiental-mente,
y adicionalmente sentar las bases para
publicar de manera recurrente las Cuentas
Económicas y Ecológicas de México (ceem)
cuyo principal indicador, el Producto In-
terno Bruto Ecológico (pibe), acapara la
atención de los usuarios que vislumbran un
matiz ambiental en sus investigaciones, y
porque continuamente se ha visto reflejado
como un insumo importante para la planea-
ción, donde incluso ha sido considerado
como el indicador para medir el desarrollo
sustentable del país.

Fuente: Elaboración propia con base en Van Tongeren y Schweinfest, 1991.

Por lo anterior, se considera que la operatividad de las cuentas satélite juega un


rol central y determinante para el análisis estructural y social de la economía,
pues al utilizar simultáneamente diversos enfoques metodológicos (económi-
cos y funcionales) con nuevas clasificaciones y conceptos, permite examinar
y caracterizar ciertos aspectos con mayor énfasis, dimensionando actividades
de interés nacional de manera que su funcionamiento integre aspectos que no
son exclusivamente económicos.
Por ejemplo, al analizar la actividad forestal (silvicultura, viveros forestales y
tala) desde la perspectiva de la frontera de la producción de las cuentas nacio-
nales, se puede observar que el monto económico que alcanza dicha actividad

25
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

es cercano al 0.1 por ciento del pib nacional2, por lo que, de manera simplista,
se podría pensar que el agotamiento de las selvas y bosques como proveedores
de madera no sería una carga superlativa para la economía.
Las cuentas satélite, sin embargo al incorporar otros elementos de análisis
económico como la ofelimidad, la escasez, las externalidades o el análisis
de la conducta del consumidor, permiten efectuar esquemas de valoración
económica adecuados para dimensionar el valor de los bosques (incluida su
actividad silvícola) a partir de elementos como el agotamiento de los recursos
maderables, la reforestación, la degradación y erosión del suelo, los servicios
ambientales, la recreación, el paisaje, la producción de plantas medicinales,
etcétera. De esta manera, con la cuantificación de la cadena de riqueza que
deriva de los bosques, es factible establecer el valor económico de un mosai-
co de suelo visto como un conjunto de funciones productivas, lo que ayuda a
reflejar de manera más certera la importancia de la frontera ambiental en el
desarrollo de las sociedades humanas y, desde luego, de la actividad forestal.

Figura 3.
Comparación de actividades y sectores satélite contra el pib del total
de la economía. (Porcentaje)

24.2
25

20

13.9
15

8.6
10
5.3 5.3
5 2.8 3
0.9

0
Cultura CTADA 1 GPA 2 ISFL 3 SALUD 4 TNRH 5 TURISMO VIVENDA
6

1 ctada: Costos totales por agotamiento y degradación ambiental.


2 gpa: Gastos en protección ambiental.
3 isfl: Instituciones sin fines de lucro.
4 salud: Incluye el valor de trabajo no remunerado en cuidados de salud.
5 tnrh: Trabajo no remunerado de los hogares.
6 vivienda: Incluye alquiler imputado de la vivienda.

Fuente: inegi. pib y Cuentas Nacionales.


Cuentas Satélite http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/proyectos/cn/

2
inegi. pib y Cuentas Nacionales. pib- Actividad de los Bienes y Servicios, anual. Cuentas eco-
nómicas totales. Producto interno bruto total.

26
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Más allá del crecimiento económico

Como se ha señalado, la importancia de las cuentas satélite radica en el sentido


de que permiten “reblandecer” la frontera de la producción y la contabilidad
nacional, realizando estudios específicos de temas sociales o ambientales.
Considerando otro tipo de esquemas metodológicos, el Banco Mundial publi-
có el documento “Moving Beyond gdp” (2012), el cual reconoce la necesidad
de hacer mediciones no exclusivamente económicas, es decir, considerando
la riqueza en su más amplio concepto –la combinación del capital producido,
social, humano y sobre todo el natural– lo que otorga la posibilidad de hablar
de desarrollo económico más que de crecimiento económico.
Un ejemplo que puede dar cuenta de las diferencias entre crecimiento
económico y desarrollo es el de una economía con altas tasas de crecimiento
sostenido como la de China, que ha llegado a tener niveles de hasta 13 o 14 por
ciento en los últimos 25 años (Banco Mundial, s.f.), mientras que países como
Dinamarca, aun cuando tiene un menor crecimiento económico, cuentan con
cobertura y acceso universal a la atención sanitaria, educativa, de vivienda,
etcétera (Chaignon, 2014).
Una primera conclusión en que se debe seguir abonando al diálogo de las
diferencias entre crecimiento y desarrollo económico, tal como se ha plan-
teado en el llamado Informe Stiglitz, en el sentido de que “ha llegado la hora
de que nuestro sistema estadístico se centre más en la medición del bienestar
de la población que en la medición de la producción económica y que es con-
veniente que dichas mediciones del bienestar se restituyan en un contexto
de sustentabilidad” (Stiglitz, Sen y Fitoussi, 2008). Así pues, es importante
generar información sobre sustentabilidad e información relacionada a temas
de desarrollo más que solamente de crecimiento económico.
Se debe aclarar, en este punto, que el planteamiento de “más allá del pib” no
significa invalidar la medición del mismo o la producción, significa que tene-
mos que complementarlo con más información para poder dar un panorama
real de lo que está sucediendo en algunos países y desde luego cómo vamos a
transitar hacia sociedades con desarrollo económico bajas en producción de
carbono, sociedades desacopladas en términos del uso intensivo de recursos
naturales y sociedades con esquemas de igualdad generalizadas.

27
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

En las agendas política y pública se debe considerar que el medio ambiente


es un tema que atañe a todos y no solamente al sector ambiental del gobierno.
El tema del medio ambiente es un asunto público y por lo tanto es transversal
y se considera que debe de estar en las agendas de todas las instancias guber-
namentales. Pero además hay que considerar que cuando se habla de toma de
decisiones no solamente nos referimos al gobierno, pues uno de los lugares
más importante donde se toman decisiones son los hogares, ya que desde ahí
se define si los productos tendrán éxito en el mercado, considerando que la
producción de bienes y servicios depende de la última cadena del esquema
del mercado, que es el hogar.
Para que lo anteriormente descrito tenga sentido, es necesario contar con in-
formación confiable y comparable internacionalmente, de manera que se tengan
para monitorear el estado del medio ambiente y los resultados de su interacción
con la economía. Así pues, resulta que México fue el primer país en realizar
ejercicios de valoración económica de los recursos naturales e imputarlos den-
tro de la contabilidad nacional; desde el año 1991 se han estado publicando las
cuentas económicas y ecológicas, las cuales incluyen aspectos de agotamiento
de recursos naturales, degradación del medio ambiente y gastos en protección
ambiental (Van Tongeren y Schweinfest, 1991).
Con el paso del tiempo se han ampliado los estudios ambientales, de tal forma
que ahora, entre otros, se destaca la elaboración de las cuentas del agua en apego
al Sistema de Contabilidad Ambiental y Económica para el Agua (seea-w por
sus siglas en inglés) donde también México ofreció algunos trabajos pioneros.
Por otra parte, la ocde impulsa otros proyectos como el crecimiento verde o la
medición de los Gastos en Protección Ambiental (gpa). En ambos resalta la idea
de cómo estamos creciendo en términos “limpios” y cómo estamos transitando
hacia economías bajas en carbono. También la Organización Internacional del
Trabajo (oit) busca “pintar” de verde las estadísticas relacionadas con el empleo,
al emplear el Marco de Central del seea (seea-cf), pues éste dicta cuáles son
los criterios para hacer clasificaciones de bienes y servicios ambientales para
determinar qué procesos industriales y empleos son considerados “verdes”,
ya sea porque su proceso productivo es reduce la contaminación o porque su
producto final tenga la finalidad de proteger el medio ambiente o conservar
los recursos naturales. En este sentido, la oit señala la importancia de realizar
las mediciones del empleo verde, no sólo en términos de la mano de obra que
ayuda al medio ambiente sino además, considerando la relevancia de que sean
trabajos decentes3, el cual de acuerdo con la oit “sintetiza las aspiraciones de
las personas durante su vida laboral. Significa la oportunidad de acceder a un
empleo productivo que genere un ingreso justo, la seguridad en el lugar de tra-

3
El trabajo decente forma parte de los proyectos impulsados por la oit como un nuevo concepto
sobre las aspiraciones laborales de los individuos en el mundo. Consultar http://www.ilo.org/
global/topics/decent-work/lang--es/index.htm.

28
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

bajo y la protección social para las familias, mejores perspectivas de desarrollo


personal e integración social, libertad para que los individuos expresen sus
opiniones, se organicen y participen en las decisiones que afectan sus vidas, y
la igualdad de oportunidades y trato para todos, mujeres y hombres” (Anker,
Chernyshev, Egger, Mehran y Ritter, 2012).

Figura 4.
Identificación de los empleos verdes en los esquemas
tradicionales de empleo.

Fuente: Elaboración propia

Es importante tener en consideración estos elementos, por ejemplo cada vez


que se analiza el tema de la llamada pepena se podría pensar que esta actividad
es un empleo verde básicamente por el reciclaje de basura, sin embargo, de
acuerdo con los lineamientos de la oit, este tipo de empleo no tiene los elemen-
tos suficientes para considerarse como decente, pues se carece de un contrato
laboral, un salario establecido, acceso a la seguridad social, etcétera. Entonces
la pepena no puede ser un empleo verde porque incluso cuando es un empleo
que ayuda al medio ambiente (empleo ambiental) no es un empleo decente.
Actualmente la investigación está desarrollándose en coordinación con al-
gunas instancias del sector ambiental del país, la cual se sumará a los trabajos
actuales en materia de contabilidad ambiental, particularmente al agotamiento
de recursos forestales, recursos hídricos subterráneos e hidrocarburos, así
como las emisiones al aire, agua y suelo; además de los Gastos en Protección
Ambiental del sector público, los cuales en el año 2014 presentan un nivel de
casi 1 por ciento del pib nacional.

29
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Algunos resultados reveladores

Como ya se ha mencionado, el tema del desacoplamiento resulta fundamental,


pues muestra el grado de disociación de la producción económica respecto
al daño ambiental. Hemos observado (ver figura 5) cómo el pib (línea azul)
en México crece y el impacto ambiental o ctada (Costos Totales por Agota-
miento y Degradación Ambiental) (línea roja) se separa paulatinamente de
la producción. Este ejercicio resulta interesante porque pudiera indicar que
estamos caminando hacia la llamada sustentabilidad.

Figura 5.

Desacoplamiento entre la economía y el deterioro ambiental


(Índice 2003=100)

250

200

150

100

50

CTADA PIB

P: Cifras preliminares a partir de este año

Fuente: Inegi. Sistema de Cuentas Nacionales de México

30
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Otro elemento revelador es cuando se comparara el daño ambiental (ctada)


contra los esfuerzos para proteger el medio ambiente (gpa). En la figura 6, la
parte café representa el impacto ambiental medido en unidades económicas, y
la parte en verde se refiere al esfuerzo que se está llevando a cabo para resarcir
ese daño. Resulta que se tiene que invertir 5 veces más de lo que ya se hace
para hacer los “pagos” al medio ambiente por el daño causado.

Figura 6.

Déficit ambiental

Fuente: Elaboración propia

Aún se observa un déficit ambiental considerable y además está el tema de la


eficiencia en el gasto en protección ambiental, en el sentido que la reforestación
tenga tasas altas de éxito, por mencionar un ejemplo. Así resulta que el gasto
en protección ambiental es en promedio del 1 por ciento del pib (Figura 7).

31
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Figura 7.

Gastos en protección ambiental como proporción del pib, países


seleccionados. Año 2016. Porcentaje

Alemania 0.3
Islandia 0.4
Hungria 0.4
Turkia 0.4
Portugal 0.4
Austria 0.4
Rumania 0.5
Polonia 0.5
Republica Checa 0.5
Chip re 0.5
Lituania 0.6
Luxemburgo 0.6
Francia 0.6
Belgica 0.6
Finlandia 0.6
Dinamarca 0.6
Eslovenia 0.7
Grecia 0.7
Letonia 0.7
Irlanda 0.8
Noruega 0.8
Suiza 0.8
Italia 0.9
México 0.9
Reino Unido 0.9
Bulgaria 1.1
Malta 1.4
Holanda 1.4
0 0.5 1 1.5

Fuente: Eurostat (2016)

32
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

A nivel internacional, hay varios países que elaboran cuentas ambientales.


En el siguiente mapa se pueden observar los países marcados en color morado
los que ya cuentan con esquemas de contabilidad ambiental recurrentes, entre
ellos México. Los de color rosa representan a los países que apenas están pilo-
teando estudios. También se muestran los países que están haciendo cuentas
de ecosistemas.México se incluye dado el desarrollo estadístico y científico y
por ser seleccionado como país piloto de las cuentas de los ecosistemas por la
División de Estadística de las Naciones Unidas, unsd por sus siglas en in-
glés, donde se ha conformado un grupo técnico siendo inegi que funge como
coordinador y participan agencias nacionales e internacionales4.

Figura 8.

Mapa comparativo internacional sobre los trabajos


en materia de contabilidad ambiental

Fuente: Editado por los autores basados en Banco Mundial. Moving Beyond gdp.
How to factor natural capital into economic decision making. 2012

4
Participantes: la academia (unam, El Colegio del Estado de Hidalgo), la Semarnat, la Comisión
Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), la Comisión Nacional de
Áreas Naturales Protegidas (Conanp), el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático
(inecc), la Comisión Nacional Forestal (Conafor), la Comisión Nacional del Agua (Conagua),
además de Financiamiento para la Biodiversidad (Biofin), la Agencia Alemana de Cooperación
para el Desarrollo (giz) y la unsd.

33
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Aprovechamiento de la información para


el monitoreo de los ods

A lo largo del texto se ha hecho hincapié en la importancia del monitoreo de los


indicadores de los ods. Profundicemos un poco en lo que son propiamente los ods.
Los ods no solo son un seguimiento a los Objetivos de Desarrollo del Milenio,
sino que buscan transformar el mundo a través de 17 objetivos, 167 metas y
230 indicadores. Los temas generales que estarán siendo monitoreados como
parte de los ods son el combate a la pobreza y el hambre, salud y bienestar,
educación, igualdad de género, agua, energía, trabajo y crecimiento económico,
industria, reducción de las desigualdades, ciudades sostenibles, producción
responsable, clima, vida submarina, ecosistemas, paz y las grandes alianzas
internacionales para la consecución de los objetivos.
Los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 para el Desarro-
llo Sostenible, aprobada por los dirigentes mundiales en septiembre de 2015,
entraron en vigor oficialmente el 1 de enero de 2016. Con estos objetivos, en
los próximos 15 años, los países intensificarán los esfuerzos para poner fin a la
pobreza en todas sus formas, reducir la desigualdad y luchar contra el cambio
climático garantizando, al mismo tiempo, que nadie se quede atrás.
A pesar de que los ods no son jurídicamente obligatorios, se espera que los
gobiernos los adopten como propios y establezcan marcos nacionales para el
logro de los 17 objetivos. Los países tienen la responsabilidad primordial del
seguimiento y examen de los progresos conseguidos en el cumplimiento de
los objetivos, para lo cual será necesario recopilar datos de calidad, accesibles
y oportunos. Las actividades regionales de seguimiento y examen se basarán
en análisis llevados a cabo a nivel nacional y contribuirán al seguimiento y
examen a nivel mundial5.
En este sentido, las Naciones Unidas (un), a través de grupos de trabajo,
ha organizado rondas mundiales de consultas sobre la estructuración de indi-
cadores que den seguimiento a los ods y en particular hay un subgrupo para
indicadores relacionados con la contabilidad ambiental, en donde México
también participa.
5
Para mayor información sobre el impulso de los ods consultar http://www.un.org/sustaina-
bledevelopment/es/la-agenda-de-desarrollo-sostenible/

35
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Ahora bien, se propone que algunos de los temas ambientales y de los resulta-
dos que se han mostrado anteriormente, sean insumos importantes para algunos
de los indicadores, al estar basados en estándares estadísticos internacionales.
Tal es el caso del scn, el cual es un estándar estadístico internacional que
establece las bases para el registro ordenado y lógico de las actividades de
producción, distribución, consumo y acumulación de los bienes y servicios
generados dentro de la esfera económica, en los sectores financiero y de bienes
y servicios, en los ámbitos nacionales y regionales, independientemente de la
temporalidad con la que se puede presentar dicha información.
Esta la información generada bajo el soporte del scn permite mostrar la
dinámica de una economía dada en distintos periodos de tiempo, sirviéndose
de indicadores derivados como el pib , la Inversión, el Consumo de Capital
Fijo o la Productividad Total de los Factores, entre otros.
Sin embargo, es importante acompañar estos indicadores con información
adicional que permita dar cuenta del avance en la sostenibilidad del creci-
miento, de manera que un país pueda hacer mediciones tomando en cuenta
el uso que se hace del capital natural, financiero, social y humano, además del
capital producido.
En este sentido, el mismo scn permite, a través de las cuentas satélite, realizar
una medición que permita mostrar la relación que existe entre la economía y
el medio ambiente, destacando el estándar estadístico internacional (seea-cf).
Para la construcción del seea-cf, se requirió del esfuerzo conjunto de exper-
tos estadísticos de la unsd junto con la Unión Europea, la Organización para
la Alimentación y la Agricultura (fao), el Fondo Monetario Internacional, la
ocde, y el Banco Mundial; así como la colaboración de diversas Oficinas de
Estadística de los países.
Como resultado de este esfuerzo internacional, el seea-cf logra plasmar la
relación directa que existe entre los recursos naturales y el medio ambiente
con las actividades económicas. Es decir el aprovechamiento de los activos de
la naturaleza para su incorporación a los procesos productivos, así como la
emisión de residuos al medio ambiente (agua, suelo y aire).
En este sentido, resulta fundamental aprovechar los estándares estadísti-
cos internacionales del scn y del seea-cf como los marcos de referencia que
permitan generar información para dar seguimiento a los avances en el cum-
plimiento de los ods.
Una cuestión fundamental para el monitoreo de estos objetivos es la dispo-
nibilidad de información con el detalle suficiente que permita caracterizar los
escenarios actuales y deseables del desarrollo sostenible en el mundo. Sobre
todo, considerando que dicha información debe ser coherente, objetiva, acce-
sible, recurrente, oportuna y fiable; de manera que el monitoreo del progreso
en las metas sea claro, conciso, demostrable e inobjetable.
Por lo anterior, es importante destinar esfuerzos para la generación de
capacidades que coadyuven al desarrollo de la información tanto del primer

36
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

(particularmente) como del segundo nivel, que permitan no sólo la amplia


disposición de datos, sino que se sustenten en una metodología robusta y clara,
internacionalmente discutida y avalada.
La implementación del seea-cf permite generar un primer set de información
que, conjuntamente con la que deriva del scn (también avalado como estándar
internacional), cumple con las propiedades o características establecidas para
determinar la información de primer nivel que permitirá elaborar los indica-
dores de monitoreo de los ods.
La implementación generalizada del seea-cf en complemento con el scn
permitirá una amplia diseminación de capacidades que, al conjuntarse con la
información de las unidades de estado, establecimientos privados, hogares y
la academia, podrán garantizar que ningún país presente desventajas en esta
gran iniciativa mundial. Lo anterior deberá estar alineado asimismo con las
metas nacionales que cada gobierno habrá de fijar, guiándose por la aspiración
general, pero tomando en consideración las circunstancias del país.

Información de las Cuentas Nacionales de México para los ods

Como se mencionó, el tema de los ods se refiere a cuestiones como pobreza,


hambre cero, salud, educación, medio ambiente, etcétera, y cada uno de ellos
contiene metas e indicadores. Uno de los objetivos principales de los organis-
mos generadores de información oficial es planear la forma en que cada país
debe alinearse con dichas metas e indicadores, en el sentido de la forma en
que debe generarse la información6.
Un tema importante es que el diseño de los indicadores considere implícita-
mente variables cuya información esté disponible y sean sencillos de estructurar,
con la finalidad de que se potencialice su aprovechamiento. Habrá casos en
los que puede resultar pertinente estructurar una canasta de indicadores de
la cual se puedan seleccionar aquellos elaborados con base a la información
disponible de cada país. Es decir, deben existir alternativas para que todos los
países, con menor o mayor rezago en desarrollo de datos estadísticos, sean
capaces de sumarse a las iniciativas y sus avances puedan ser cuantificables.
Un primer paso es identificar dentro de las cuentas satélite qué información
puede ser funcional para los indicadores.
En este sentido, se debe considerar que el estándar estadístico seea-cf es
uno de los marcos de referencia para el desarrollo de los indicadores de los ods,
lo que implica que, en principio, los países deben emplearlo para la recopila-

6
El Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica (snieg) desde 2008 faculta al inegi
desde diseño, captación, producción, actualización, organización, procesamiento, integración,
compilación, publicación, divulgación y conservación de la Información de Interés Nacional.
Art. 1 Ley del snieg dof: 16/04/2008

37
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

ción de las cuentas ambientales, que son insumos para los indicadores. Vale la
pena resaltar que existe una estrategia mundial para que cada vez más países
cuenten con esquemas estadísticos, donde la meta para el 2020 es que haya
100 países implementando cuentas ambientales y 50 cuentas de ecosistemas.
En principio y a manera de ejemplo, la información que de manera directa
se considera de utilidad para la construcción de los indicadores, en sus dife-
rentes niveles, se relaciona en la siguiente lista de información tanto del scn
como de la Contabilidad Experimental del Ecosistema, seea-eea por sus siglas
en inglés, y el seea-Water. Por lo general, las variables están disponibles en el
país y otras se están construyendo a partir de la implantación de los proyectos.
Además, estas variables sirven para cumplir la visión del proyecto de los ods
a nivel internacional, como con las prioridades nacionales.

Cuadro 1.
Ejemplos de la posible contribución del seea en la construcción de
indicadores de los ods

Objetivo Meta Indicador Información


6. Agua limpia y 6.3 Reducción 6.3.1 Porcentaje de Descargas de agua residual
saneamiento a la mitad del aguas residuales total y por actividad
porcentaje de tratadas de manera económica
aguas residuales segura
sin tratar • Tratamiento de agua
residual total y por
actividad económica
• Uso del agua residual por
otras unidades económicas

6.4 Aumentar 6.4.1 Cambio porcen- • Cuentas físicas del


sustancialmente tual en la eficiencia agua (extracción, uso y
la utilización del uso del agua consumo) por actividad
eficiente de los con el tiempo económica
recursos hídricos • Productividad y eficiencia
y asegurar la en el uso del agua
sostenibilidad de • Sobreexplotación del
la extracción y el recurso
abastecimiento
de agua dulce
6.4.2 Porcentaje del • Extracción de agua
total de recursos subterránea total
hídricos disponibles • Extracción de agua
utilizados, teniendo subterránea a nivel de
en cuenta las ne- acuífero
cesidades hídricas
ambientales (nivel
de estrés por esca-
sez de agua)

38
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Objetivo Meta Indicador Información


6.6 Proteger y 6.6.1 Porcentaje del • Cuentas económicas-am-
restablecer los cambio en la exten- bientales de la extensión de
ecosistemas sión de los ecosis- cuerpos de agua
relacionados con temas relacionados
el agua con el agua a lo
largo del tiempo
7. Energía 7.2 Aumentar sus- 7.2.1 Proporción de • Consumo total de energía
asequible y no tancialmente el la energía renova- • Consumo de energías reno-
contaminante porcentaje de la ble en el consu- vables
energía renova- mo final total de
ble en el conjunto energía
de fuentes
7.3 Duplicar la tasa 7.3.1 Intensidad ener- • pib del total de la economía
mundial de mejo- gética medida en • Consumo de energía pri-
ra de la eficiencia función de la energía maria
energética primaria y el PIB
8. Trabajo decen- 8.4 Mejorar progre- 8.4.1 Productividad • pib del total de la economía
te y crecimien- sivamente, para de los recursos • Valor bruto de la
to económico 2030, la produc- producción
ción y el consu- • Consumo final de los
mo eficientes hogares
de los recursos • Cuenta de flujo de
mundiales y pro- materiales (biomasa):
curar desvincular
el crecimiento · Agricultura
económico de la · Ganadería
degradación del · Pesca
medio ambiente · Hidrocarburos
· Agua
8.9 Para 2030, ela- 8.9.1 Proporción • pib del total de la economía
borar y poner en directa del turismo • pib turístico
práctica políticas en el PIB (como • Empleo en el turismo
encaminadas a porcentaje del pib • Áreas Naturales Protegidas
promover un tu- total y en la tasa de y establecimientos
rismo sostenible crecimiento); y nú- turísticos
que cree puestos mero de empleos • Turismo en zonas
de trabajo y pro- en las industrias arqueológicas
mueva la cultura del turismo (como
y los productos porcentaje del
locales número total de
puestos de trabajo
y la tasa de creci-
miento del empleo,
por sexo)
9. Industria, 9.4 Mejorar la 9.4.1 Emisiones de • PIB del total de la economía
innovación e infraestructura y co2 por unidad de • PIB de la industria manu-
infraestructura reajustar las in- valor agregado facturera
dustrias para que • Emisiones de co2
sean sostenibles

39
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Objetivo Meta Indicador Información


• Emisiones de contaminan-
tes del aire:

· Partículas
· Monóxido de
Carbono
· Azufre
· Óxidos de Nitrógeno
· Amoniaco
· Compuestos
Orgánicos

• Costos por abatimiento de


las emisiones al aire
11. Ciudades y 11.4 Redoblar 11.4.1 Proporción • pib de la cultura
comunidades los esfuerzos del presupuesto • pib del patrimonio material
sostenibles para proteger nacional (o mu- y natural
y salvaguardar nicipal) dedicada • Puestos de trabajo en
el patrimonio a la preservación, patrimonio material y
cultural y natural protección y natural
del mundo conservación del • Gastos en:
patrimonio cultural • Protección y conservación
y natural nacional, del aire, ambiente y clima
incluidos los sitios • Gestión de aguas residuales
del Patrimonio • Gestión de residuos
Mundial • Protección y conservación
de agua y suelo
• Disminución de ruido (y
de las vibraciones) en
protección y conservación
de la biodiversidad y los
paisajes (ecosistemas)
• Protección contra la
radiación
• i+d en protección
ambiental
• Otros de protección
ambiental como la gestión
y la educación
• Patrimonio material y
natural
11.6 Reducir el 11.6.1 Porcentaje de • Recolección de residuos
impacto ambien- residuos sólidos separada por tipo de
tal negativo per urbanos recolecta- desecho, por entidad
cápita de las ciu- dos periódicamen- federativa
dades, prestando te con descarga • Recolección total de
especial atención final adecuada con residuos
a la calidad del respecto al total
aire y la gestión de los desechos
de los desechos generados por la
municipales ciudad

40
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Objetivo Meta Indicador Información


12. Producción 12.5 Disminuir de 2.5.1 Tasa nacional • Reciclaje total
y consumo manera sustan- de reciclado, tone- • Reciclaje por tipo de
responsables cial la generación ladas de material material
de desechos reciclado
14. Vida 14.4 Para 2020, 14.4.1 Proporción de • Pesca no sustentable de
submarina reglamentar poblaciones de peces pesquerías seleccionadas
eficazmente que están dentro de
la explotación niveles biológica-
pesquera y poner mente sostenibles
fin a la pesca
excesiva, la pesca
ilegal, la pesca no
declarada y no re-
glamentada y las
prácticas de pesca
destructivas
14.5 Para 2020, 14.5.1 Cobertura • Cuentas económicas-am-
conservar por lo de las zonas bientales de extensión
menos el 10% protegidas en marítima
de las zonas relación con las
costeras y marina zonas marinas
15. Vida de 15.3 Para 2030, 15.3.1 Porcentaje de • Extensión de la superficie
ecosistemas luchar contra la tierras degradadas degradada total, en hectá-
terrestres desertificación, en comparación reas
rehabilitar con la superficie • Extensión de la superficie
las tierras total por tipo de uso del suelo,
y los suelos en hectáreas
degradados • Extensión de la superficie
degradada por tipo de de-
gradación física y química,
por tipo de uso del suelo
y grado de afectación, en
hectáreas
• Superficie erosionada por
tipo de erosión y grado de
afectación, en hectáreas
• Volumen de suelo erosio-
nado por tipo de erosión
y grado de afectación, en
toneladas.
15.5 Adoptar 15.5.1 Índice de la • Cuentas económicas-am-
medidas urgentes Lista Roja bientales de condición
y significativas • Cuentas económicas-am-
para reducir la bientales de biodiversidad
degradación
de los hábitats
naturales

41
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Objetivo Meta Indicador Información


15.a.1 La asistencia Ambiental total
oficial para el
desarrollo y el • Gastos en protección y con-
gasto público en servación de agua y suelo
la conservación y • Gastos en protección y
el uso sostenible conservación de la bio-
de la diversidad diversidad y los paisajes
biológica y los (ecosistemas)
ecosistemas • Gastos en i+d en protec-
ción ambiental
• Gastos en otros de pro-
tección ambiental como la
gestión y la educación

Como se mencionó, es importante considerar una canasta de indicadores


alternativos que dependerá de la disponibilidad de información de cada país,
siempre en el marco del seea y sus extensiones.

42
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Conclusiones

De lo anterior, pueden comentarse al menos dos reflexiones. En primer lu-


gar, destacar la importancia de la difusión de un esquema contable ampliado
en donde podamos vislumbrar que la perspectiva tradicional de la actividad
económica ha quedado rebasada, pues en ésta solamente se contempla a los
consumidores y productores que ofrecen bienes, servicios y mano de obra. La
propuesta es que comencemos a observar el esquema tradicional como parte
de un sistema más amplio.
Este sistema más amplio –los ecosistemas-, incorpora tanto a todos los seres
humanos como a todas nuestras actividades cotidianas. Además nos enseña
que tenemos que comenzar a contabilizar en una perspectiva más amplia al
capital natural, los recursos naturales y los servicios de los ecosistemas, como
parte integrante de la riqueza de los países; adicionalmente se deberá integrar
también al esquema ampliado el capital humano y el social, los cuales captan
fenómenos como el entrenamiento, la educación, el conocimiento, entre otros.
Por otra parte, se destaca el hecho de que la comunidad estadística debe enfo-
car más esfuerzos en trabajar con el desarrollo de estadísticas que involucren al
ciudadano de pie; hacer estadísticas que podamos explicar a cualquier persona
y expresar de manera sencilla lo que está pasando con la frontera ambiental.
Debemos trabajar en esquemas que involucren al más importante tomador de
decisiones de la cadena productiva; el hogar, para que conozcan la estadística
y se tomen mejores decisiones que se reflejen en un incremento del bienestar.
Bajo este enfoque, la utilidad de la información será aprovechada de mejor
manera tanto para fines de política pública (ods) como para las decisiones
cotidianas de la sociedad.

43
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Referencias

Banco Mundial. Base de datos del crecimiento anual del pib, 2016, disponible
en http://datos.bancomundial.org/indicador/ny.gdp.mktp.kd.zg
Chaignon, A. (2009). Un vistazo a los sistemas de salud en Europa. Recuperado
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44
Riesgos y virtudes de la democracia
participativa en el diseño
de políticas para la gestión
de espacios públicos urbanos

Ramiro Flores-Xolocotzi y Alejandra


Peña-García

Universidad La Salle, Facultad de Ciencias Químicas


e Instituto Mexicano de Tecnología del Agua
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Introducción

Desde una perspectiva de planificación crítica urbana Jacobs (2011) describió


los espacios públicos citadinos a nivel local o barrial (calle, parque y plaza)
como un sistema interrelacionado, cuyo uso está en función de la riqueza de
actividades sociales en la trama urbana local. De esta forma, el espacio urbano
a nivel local como parques, calles y plazas, está relacionado funcionalmente
con los diferentes usos comerciales, educativos, recreativos, culturales y habi-
tacionales, presentes en los barrios citadinos (Gehl, 2009), por lo que conocer
el uso que se le da a esta infraestructura es fundamental en los procesos de
gestión y planificación urbana (Cardona, 2008; González y Sánchez; 2014);
sin olvidar la importancia ambiental que pueden tener algunos de ellos, espe-
cialmente los parques y otras áreas verdes públicas (Falcón, 2007; Vélez, 2009;
Wolch et al., 2014).
El espacio visto desde esta perspectiva hace referencia al espacio territorial
que es gestionado, planificado, diseñado y transformado para prestar diversos
servicios públicos. Esta propuesta data de los años sesenta del siglo xx y fue
discutida como parte de la corriente del Urbanismo Crítico, cuyo principal
representante Henry Lefebvre (1973), destacaba el derecho a la ciudad, “para
que los ciudadanos pudieran vivir en territorios dotados de espacios públicos
adecuados para la sana convivencia, el desarrollo individual y colectivo, la
cohesión social y la identidad cultural” (López, 2012: 107).
Considerando lo anterior, este trabajo no omite la posibilidad de que el es-
pacio pueda ser analizado desde diversas perspectivas que comprenden una
amplia posibilidad de análisis sociológicos con diferentes niveles de profundidad
teórica, que comprende de lo totalmente sociológico, hasta discusiones que se
extienden a lo territorial y su transformación e incluso a la infraestructura o
al espacio como prestador de servicios para el citadino (Borja; 2003; Lezama,
2010; Harvey, 2013). De esta manera se podrían abarcar diversas reflexiones
teóricas y estudios empíricos sobre las conductas de los actores sociales, las
condiciones sociales de la producción del mismo espacio, el espacio público
como espacio democrático donde se construye ciudadanía, las interacciones
sociales en el mismo, y otros. Varias de esas reflexiones han sido aspectos
analizados por especialistas sociales y humanistas como Manuel Castells, Emile

47
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Durkheim; Henry Lefebvre, Lewis Mumford, Georg Simmel; Max Weber, entre
otros autores, los cuales son citados en trabajos como los de Lezama (2010)
Saucedo y Elvia (2011) Subirats y Blanco (2009) y De la Torre (2015).
Esta discusión teórica de tipo social y humanista se enriquece bajo el contex-
to de sustentabilidad y ambiente que se incorpora con firmeza en el discurso
teórico y político sobre el espacio público urbano, en la penúltima década
del siglo xx. Lo anterior ocurre con el advenimiento del Informe Brundtland
en 1988 (wced, 2009), el cual sugiere incorporar en los modelos de gestión
y planificación urbana un modelo de desarrollo sustentable que -siguiendo a
Foladori (2005) y Lezama y Domínguez (2006)- debe comprender aspectos
sociales, económicos y ambientales. De esta forma el modelo de sustentabilidad
urbana señala aspectos que han de influir en nuevas propuestas que conciben
a los espacios públicos urbanos como sistemas socioecológicos complejos
(Crojethovich y Rescia, 2006; Salas et al., 2011; Challenger et al., 2014).
De acuerdo con García y Guerrero (2006), dicha sustentabilidad debe cumplir
metas de eficiencia ecológica, eficiencia económica y condiciones de equidad
en su uso que, aunque la autora las plantea como metas para áreas verdes ur-
banas, pudieran extenderse a los espacios públicos interrelacionados. Aunado
a ello impacta también en nuevas propuestas administrativas o de gestión ci-
tadina, denominada en años recientes, como propuestas de gobernanza de lo
público, reconceptualizando el término de democracia hacia estructuras más
participativas por parte de los citadinos, y que vienen a cambiar los modelos
tradicionales jerárquicos de gestión y planificación urbana.
Teniendo en cuenta lo anterior, este trabajo busca discutir el desarrollo
de nuevas propuestas de gestión de espacios públicos locales, considerando
el concepto de democracia participativa en la Nueva Gestión Pública (ngp),
entendiendo a éstos como el sistema de calles, parques y plazas en localidades
urbanas (sistema de espacios públicos). En una segunda parte, este artículo
se dirige a analizar nuevas propuestas de gobernanza de tipo neoinstitucional
y neomarxista que se están proponiendo para la gestión de dichos espacios
urbanos, y la forma en que dichos modelos impactan en la inclusión social que
proponen los modelos de desarrollo sustentable y de democracia participativa
para espacios públicos.

48
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Democracia participativa, desarrollo


sustentable y espacios públicos

De acuerdo con Falcón (2007), después de la publicación del Informe Brun-


dtland (wced, 2009), el desarrollo sustentable se tradujo en un compromiso
internacional no vinculante jurídicamente al que se comprometieron los países
participantes en la Conferencia de los Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente
y el Desarrollo de Río de Janeiro en 1992. Lo anterior permitió que, a través de
estrategias como las Agendas 21, los gobiernos locales citadinos se pudieran
comprometer por primera vez a hacer frente a problemas ambientales. Como
parte de dichas Agendas, se sugirió el desarrollo de procedimientos políticos
adecuados, así como el fomento de la participación ciudadana y la inclusión
social en el disfrute de bienes y servicios públicos (incluyendo parques, plazas
y calles), relacionando la sustentabilidad ambiental con principios de democra-
cia que permitan transitar hacia modelos sustentables desde una perspectiva
integral (Bosselmann et al., 2008; Speer, 2012; Joshi et al., 2015).
Con este escenario, se han propuesto nuevos modelos de democracia que
redefinen la gestión y que puede tener fuertes implicaciones en modelos
sustentables de gestión y planificación citadina, tales como la denominada
democracia directa (Innerarity, 2006; Lizcano-Fernández, 2012) o la demo-
cracia participativa (Alguacil, 2005; Lezama y Domínguez, 2006; Leff 2007),
como nuevas opciones frente al modelo general de democracia representativa
para atender y gestionar bienes y servicios que requieren los habitantes de las
ciudades (López, 2012; Speer, 2012).
Este modelo de democracia participativa, constituiría la base de los modelos
de gobernanza que se basan en espacios participativos y decisiones consen-
suadas y aceptadas por los citadinos que, como actores sociales son -a fin de
cuentas- el objetivo de las políticas públicas urbanas (Wollebaek y Selle, 2003;
Filho et al., 2016). Entre los modelos de gestión que incorporan principios de
democracia participativa se tienen iniciativas que van desde enfoques de nueva
gestión pública de tipo jerárquico, con algunos principios participativos, hasta
modelos alternativos que reconocen las limitantes de la ngp como la Nueva
Gobernanza Pública (Gruening, 2001; Moyado, 2011; Almqvist et al., 2013;

49
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Fukuyama, 2013), y otras propuestas que consideran principios de desarrollo


sustentable (Meadowcroft, 2007; Joshi et al., 2015¸ Filho et al., 2016); además
de modelos que se abren al nuevo institucionalismo económico como el de
Innerarity (2006), además de alternativas teóricas de gobernanza institucional
basadas en el enfoque de recursos de uso común de Ostrom (Vergara, 2014;
Giglia, 2013), y en la gobernanza de bienes comunes de corte neomarxista o
afines (Bookchin, 2012; Harvey, 2013; Mattei, 2013). Todas las propuestas se
caracterizan por considerar diferentes niveles de participación e involucramiento
en la gestión de bienes y servicios urbanos y, por tanto, modifican también los
esquemas de planificación urbana presentes en las localidades.

Modelos de democracia en la gestión


de espacios urbanos

De acuerdo a Innerarity (2006), las teorías modernas de la democracia se


fundan, entre otros aspectos, en modelos de contrato social que generan un
sistema político representativo, que da forma política a opiniones, identidades
e intereses, bajo el supuesto de que las sociedades deben ser representadas
para tener una mínima coherencia y poder actuar. Sin embargo, esta forma
política está actualmente cuestionada, ya que la representación política pudiera
no coincidir exactamente con los intereses de los electores (Eberhardt, 2015).
Siguiendo con Innerarity (2006), las actuales prácticas políticas modifican el
modelo democrático incorporando un subcontrato social, en el cual, al titular
del encargo se le responsabiliza de la realización de una tarea que podrá estar
bajo supervisión popular y que, incluso, puede delegar y devolver a ciudadanos.
Por otra parte, Alguacil (2005) y Lezama y Domínguez (2006), exponen que el
tránsito de una democracia representativa hacia una democracia participativa
y deliberativa considera la participación ciudadana en la toma de decisiones.
Es de destacar que, en las propuestas anteriores a este enfoque, la gestión y
planificación de lo público no va más allá de la transparencia en la rendición
de cuentas y en la participación referida a un involucramiento en la decisio-
nes, mas no alcanza a contemplar aspectos de cogestión ciudadana de bienes
y servicios como los espacios público citadinos. .
De esta forma, el gobierno pasa a ser facilitador y promotor de participación
ciudadana, constituyendo una fase previa a las propuestas de gobernanza que se
basan en procesos de decisiones consensuadas con los citadinos, y en el posible
involucramiento de las colectividades en los procesos de gestión y planificación
de lo público, ante la impericia de los gobiernos locales para proveer espacios
públicos que satisfagan sus necesidades (Roth, 2013; Eberhardt, 2015). Lo
anterior implica un movimiento descentralizador en la toma de decisiones
que, siguiendo el modelo Brundtland, moverían al Sistema Urbano hacia una

50
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

sustentabilidad integral, que incorpore una dimensión social a la perspectiva


económica y ambiental, a veces predominante en los modelos de desarrollo
sustentable en ciudades (Foladori, 2002). Este modelo de democracia participa-
tiva, constituiría la base de los modelos de gobernanza que se basan en espacios
participativos y decisiones consensuadas y aceptadas por los citadinos que,
como actores sociales constituyen el objetivo de las políticas públicas urbanas.

Los espacios públicos locales citadinos


como bienes públicos económicos

Samuelson (1954) clasifica económicamente los bienes como aquellos de con-


sumo privado y aquellos de consumo colectivo; considerando ésta dicotomía
Buchanan (1965) señala que los bienes se pueden concebir como privados
puros o públicos puros. Las diferencias recaen en los criterios de exclusividad
y rivalidad que, en el caso de los bienes públicos puros, exhibe las caracte-
rísticas de no exclusividad y no rivalidad en su uso o consumo. Sin embargo,
en este modelo ideal de lo público y lo privado, sólo podrían existir bienes
públicos puros bajo condiciones óptimas e ideales de producción y provisión,
considerando de esta forma una dicotomía de lo que es público y de lo que es
privado (Ostrom et al., 1961; Sandler, 2004; Araral, 2014).
De esta forma, Camelo (2009) señala que los bienes públicos exhiben diver-
sos grados de exclusión debido a motivos geográficos, de distancia o de mem-
bresía, asunto que es abordado también por Buchanan (1965) y de rivalidad
por la presencia de congestión (Adams & McCormick, 1993; Sterner, 2008;
Camelo, 2009). Por lo anterior, en una situación óptima e ideal de producción,
provisión y de no exclusión por distancia, las calles, parques y plazas de una
localidad, se podrían considerar un sistema de bienes públicos puros (en el
sentido tradicional de la teoría de la elección pública), que cumple también
la condición de no rivalidad en su consumo; aunque esta última condición se
podría cumplir sólo bajo determinadas densidades poblacionales que permitan
bajos niveles de intensidad de uso (Adams & McCormick, 1993; Ostrom, 2010;
Ostrom, 2015a). Sin embargo, los espacios públicos mencionados, no se pue-
den considerar bienes públicos puros, ya que al incrementarse el número de
usuarios en un momento dado, se podría presentar la congestión (rivalidad)
(Sterner, 2008; Choumert & Cormier, 2011); por lo que desde una perspectiva
microeconómica, la utilidad derivada por cada usuario será una función decre-
ciente de acuerdo al número de usuarios, generando externalidades negativas
(los costos económicos de la congestión son públicos), tal como lo mencionan
Sandler & Arce (2003); Sterner (2008) y Camelo (2009).
Los citadinos que hacen uso del sistema de espacios públicos locales pudieran
causar que, el número de vehículos automotores que circulan por una calle a de-

51
terminada hora, provoque una congestión vehicular, o bien que el incremento en
usuarios de un parque local, lleve a los visitantes de ese espacio verde a rivalizar
o competir entre ellos por los servicios recreativos (Choumert y Salanié, 2008;
Freeman et al., 2014). También hay que tomar en cuenta lo que señalaron en su
momento Adams y McCormick (1993: 109) sobre la independencia entre la no
rivalidad y la no exclusividad, además de sugerir que ambas características se
pueden presentar en varios grados (no son características de todo o nada). El
problema económico de provisión, producción y congestión en vías públicas es
mencionado por Urrutia (1975); Cornes y Sandler (2003); Mozsár (2003). Por
otra parte, los mismos aspectos para parques públicos y servicios recreativos
en espacios públicos son descritos por Edwards (1990); Choumert y Salamie
(2008); Choumert y Cormier (2011) y Freeman et al., (2014).
Siguiendo a Cornes y Sandler (2003) y Sandler y Arce (2003), la conges-
tión pudiera darse por diversos factores tales como: la falta de producción o
la subprovisión de infraestructura, la falta de mantenimiento, el incremento
poblacional o el incremento en el número de usuarios de bienes públicos en
determinados tiempos y espacios.
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Bienes y servicios en la Nueva Gestión Pública

Bajo los supuestos del paradigma de bienes públicos impuros, el modelo de


gestión de espacios públicos locales deja de ser también un ideal y, en conse-
cuencia, los gobiernos locales deberán encontrar soluciones a los problemas
mencionados de producción, provisión y planificación de calles, plazas y par-
ques urbanos, considerando también la congestión y la exclusión por distancia
(Camelo, 2009; Choumert y Cormier, 2011). Por ello, el análisis de estrategias
de producción y provisión del sistema local de calles, plazas y parques como
bienes públicos citadinos, permite identificar diversas posiciones teóricas sobre
cómo se puede realizar dicha gestión. Una de estas posturas que se ha desa-
rrollado desde los años ochenta del siglo pasado a la fecha, es la ngp (García,
2007), que ha sido el paradigma configurador, caracterizado por procesos de
desburocratización y simplificación administrativa, que han proporcionado
como soluciones el outsourcing y diferentes niveles de concesión administrativa
a compañías privadas o público-privadas, ante una gestión ineficaz e ineficiente
de las estructuras burocráticas para producir y mantener los servicios públicos
(Innerarity, 2006). En la ngp se puede identificar como paradigma subyacente
la Teoría de la Acción Racional, basada en una relación de medios y fines, y
cimentada en principios de optimalidad y eficiencia económica en los procesos
de gestión urbana (Ramió, 2001; Innerarity, 2006; García, 2007). La Nueva
Gestión Pública cuestiona los modelos burocráticos ideales y tradicionales
asentados en principios de jerarquía vertical y procedimental, y que reducen
la toma de decisiones a una gestión centralizada. Recordando a Ostrom et al.
(1961), un sistema político con un centro dominante para la toma de decisiones,
es un modelo ideal para la organización de gobiernos metropolitanos. De esta
forma la ngp reconoce la importancia de incorporar la participación ciudadana
como un mecanismo de supervisión que permita elevar la calidad, eficiencia
y eficacia de los bienes y servicios públicos que los gobiernos locales prestan
a los gobernados, tal como lo señala la Teoría de la Agencia (Oriol, 2007; Var-
gas, 2008), lo que trae consigo principios de transparencia en la gestión y de
participación ciudadana como sistema de control (García, 2007).
Sin embargo, según García (2007), algunos aportes del neoinstitucionalis-
mo económico permiten el cambio de la ngp a una estructura que incorpora

53
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

aspectos como costos de transacción y cooperación; (De la Garza, 2005; Téllez


y Cubillos, 2009; Caballero et al., 2015; Rivas, 2015). Lo anterior, no necesaria-
mente incorpora en la toma de decisiones de la ngp un nivel de participación
ciudadana (Gruening, 2001) que permita, a su vez, niveles de involucramiento
profundo de los actores sociales en la gestión de los bienes urbanos. Sin embargo,
la influencia del modelo de sustentabilidad en el diseño de políticas públicas
urbanas en gobiernos locales, permite que, desde una dimensión social del
desarrollo sustentable (Lozano, 2008; Filho et al., 2016), se sugiera enrique-
cer el modelo de la ngp con un enfoque de participación, equidad e inclusión
social que parecen llevar hacia nuevas propuestas de gestión (Meadowcroft,
2007; Guevara et al. 2010), como la denominada Nueva Gobernanza Pública,
con una visión de cooperación (Almqvist et al., 2013) que permite considerar
diversas formas de gestión de bienes y servicios locales.
En consecuencia, las propuestas actuales de gestión de lo público, están in-
mersas en prescripciones provenientes de diferentes escuelas de pensamiento
como: ecología política, ecología social, economía ecológica (Sneddon et al.,
2006; Venkatachalam, 2007) y el mismo neoinstitucionalismo económico (Su-
birats, 2011; Foster, 2011; Castro-Coma y Marti-Costa, 2016). De esta forma,
la gestión de un sistema local de espacios públicos citadinos pasa a incorporar
principios de lo que se ha denominado como gobernanza, entendiéndola en
su forma básica, como la cooperación de los actores citadinos (sociedad civil,
empresas y gobierno) en la resolución de problemas que afectan a las colec-
tividades.
Estas nuevas propuestas de gobernanza tienen en común la considera-
ción de una reconceptualización de bienes, empleando para ello: a) teoría
neoinstitucional, en específico el modelo de Recursos de Uso Común (ruc)
propuesto por Ostrom (Ostrom, 2012; Caballero et al., 2015; Castro-Coma y
Marti-Costa, 2016) y b) el enfoque neomarxista (Harvey, 2013; Castro-Coma
y Marti-Costa, 2016), y que en ambos casos llevan la participación ciudadana
y social hacia diversos esquemas de cogestión de lo público, como se discutirá
en los siguientes apartados.

La perspectiva no dicotómica del modelo ostromiano de bienes

Entre las propuestas teóricas neoinstitucionales destacan las aportaciones de


Elinor Ostrom sobre gobernanza de recursos comunes locales (Ostrom, 2015,
b), las cuales han permitido desarrollar nuevas formas de entender la gestión
de recursos naturales y bienes ambientales en comunidades, apartándose de
la visión irresolublemente trágica de los comunes de libre uso, en consonancia
con el enfoque instrumental de la racionalidad (Clocquel, 2012; Araral, 2014;
Wall, 2014). La evidencia empírica y experimental aportada por Ostrom, le

54
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

permitió argumentar que existen comunidades o grupos de usuarios de ruc


que ha superado dilemas sociales como la tragedia de los comunes descrita
por Hardin (1968); en el entendido que los comunes estudiados y analizados
por Ostrom (2012), no son de libre acceso, sino ruc manejados por grupos
definidos de usuarios, cuyas acciones se comprenden siguiendo un modelo de
racionalidad basado en la reciprocidad y compromiso en donde los procesos
heurísticos juegan un papel importante en la toma de decisiones (Calvo, 2012;
Clocquel, 2012; Ostrom, 2012); este tipo de ruc, son sistemas locales de recur-
sos naturales o construidos por actores sociales que, sin importar el régimen
de propiedad, exhiben dos características: a) la exclusión de beneficios que a
través de medios físicos o arreglos institucionales es demasiado costosa, y b)
la explotación o sustracción de una unidad de recurso por usuario, reduce la
disponibilidad del recurso para otros usuarios (Ostrom,2012).
Consecuentemente, estos agentes económicos se apartan del modelo clá-
sico instrumental y optimizador de la acción racional (Clocquel, 2012; Wall,
2014), acotando la relación instrumental entre medios o fines ya dados, y el
comportamiento maximizador (Elster, 2007; Calvo, 2012; Nieves, 2014). Si
bien Ostrom (2012) aporta evidencia que prueba que los grupos de usuarios
de diversos ruc, pueden superar dicha tragedia con base en arreglos institu-
cionales, no excluye la posibilidad de que las soluciones jerárquicas estatales o
las soluciones privadas, basadas en el mercado, pudieran también hacerlo; sin
embargo en estos dos casos, los costos de transacción podrían incrementarse
y producir soluciones menos eficientes (Ostrom, 2012; Nieves, 2014).
De esta forma, Ostrom (2015 b) propone una clasificación de grado no dico-
tómica sobre los bienes económicos que empezó a desarrollar desde los años
1970 que permite introducir los ruc en una clasificación de grados categóricos.
Según Ostrom (2010), a la luz de los comunes y considerandwo las propieda-
des de congestión de los bienes públicos impuros, se sustituye la característica
de rivalidad por el término de sustracción, manteniendo intacta la categoría
de exclusión. Sin embargo, se sugiere considerar niveles o potenciales altos y
bajos de exclusión y sustracción, tal como puede observarse en el Cuadro 1.

55
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Cuadro 1.

Los cuatro tipos de bienes según Elinor Ostrom.

Potencial de sustracción de uso

Alto Bajo
Alto ruc: cuencas de agua Bienes públicos: segu-
Dificultad para excluir subterránea, sistemas de ridad pública, defensa
a beneficiarios irrigación, pesquerías, nacional, conocimien-
potenciales bosques, etc. to, protección contra
incendios.
Bajo Bienes privados: alimen- Bienes de club: teatros,
tos, ropa, automóviles, clubes privados.
etc.

Fuente: Ostrom, Elinor (2015, b), modificada por los autores.

56
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

La impureza del sistema de espacios públicos

Analizando el Cuadro 1, cabe hacer algunas precisiones, especialmente antes de


emplear dicha clasificación en cuestiones de gestión y planificación del sistema
de espacios públicos (calles, parques y plazas), ya que, como toda propuesta
de clasificación, no está exenta de dificultades. De acuerdo a la Real Academia
Española (rae, 2011), el término sustracción es sinónimo de extraer, lo que
hace referencia a la posibilidad de retirar cierta cantidad de una producción;
además este término es traducción del concepto del inglés subtractability,
cuya raíz latina es subtractus. Volviendo a la clasificación ostromiana (Ostrom,
2012), el término sustracción se está empleando para abarcar dos procesos
diferentes: sustracción como extracción de unidades y sustracción como uso
no extractivo de unidades (Ostrom, 2015b). Sin embargo, en cuanto al tipo de
bienes públicos urbanos analizados en esta ocasión, el uso o consumo como
vía de paso, recreación o de interacción social en calles, parques y plazas, no
necesariamente implica la extracción de unidades, sino un uso temporal no
extractivo de unidades de espacio. Igualmente cabe aclarar que el término
exclusión se emplea en ruc en dos situaciones que es necesario tener presen-
te, y que son opuestas (exclusión positiva y exclusión negativa), tal como se
describe a continuación.
Siguiendo al modelo ostromiano de ruc local, manejado por un grupo espe-
cífico de usuarios, se excluye a forasteros (exclusión positiva) de sus posibles
beneficios, ya que no es de libre acceso (Vergara, 2014). De esta forma, los ruc
se pueden entender como constituidos por dos procesos: provisión del sistema
de ruc y apropiación de unidades de ruc. En el primer conjunto de acciones,
éstas se encontrarían encaminadas a la provisión de un sistema de ruc, como
acervo, que se puede emplear de manera conjunta. Bajo este supuesto, es muy
costoso excluir (exclusión negativa) a alguien del grupo específico de usuarios
de los beneficios que se pueden generar del sistema de ruc. Es este conjunto
de acciones con elevados costos de exclusión, el que se asemeja al proceso de
provisión de un bien público (Ostrom, 2010; Ostrom, 2012; Vergara, 2014). El
ruc local se caracteriza por un segundo proceso; el de apropiación o sustrac-
ción propiamente dicha de unidades del sistema que, si se refiere a sistemas
de recursos biológicos (poblaciones de peces, bosques con fines maderables,

57
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

pastizales, entre otros), se abre a la posibilidad de un congestionamiento aná-


logo al proceso de congestionamiento de bienes públicos impuros descrito
anteriormente. En los ruc biológicos, un congestionamiento equivale a una
sobreextracción que llevaría a rebasar capacidades de carga determinadas por
una función de crecimiento o producción); así, la sobreextracción podría con-
ducir al sistema a su extinción (Ostrom, 2012). Igualmente, en el caso de los
ruc biológicos, la sustentabilidad del recurso tiene como uno de sus objetivos
determinar capacidades de carga óptimas, que sean acordes a las tasas de rege-
neración del recurso natural renovable. De acuerdo a Cornes y Sandler (2003)
y Sandler y Arce (2003), bajo la teoría de juegos los procesos de extracción de
ruc (descritos a través de funciones de producción) y de provisión de bienes
públicos (descritos a través de funciones de utilidad) pueden ser analizados
con la estructura general del dilema del prisionero; no obstante, las matrices
del juego y la posición del equilibrio de Nash en ruc y bienes públicos son
problemas análogos, más no idénticos.
Así, el caso de bienes públicos como el sistema de calles, plazas y parques, es
diferente en el sentido que hay dos procesos que son: producción y provisión
(Ostrom et al., 1961). El primero implica la producción del bien a partir de
insumos necesarios para construirlo, y el segundo es un proceso de provisión
que no está dirigido a un grupo específico de usuarios, que excluya a priori a
los demás de los potenciales usos del espacio.
De esta manera, se tienen dos problemas con objetivos diferentes: la no sobre
extracción en el caso de ruc, y una meta de provisión necesaria y adecuada
en el caso del espacio público (García y Guerrero, 2006; Vergara, 2014); por
lo que bajo este supuesto, aquellos bienes públicos citadinos que puedan su-
frir congestión (bienes públicos impuros), tales como parques, calles y plazas
-como ya se ha mencionado- podrían considerarse análogos, pero no iguales
a los ruc ostromianos (Foster, 2011; Vergara, 2014).

El sistema de espacios públicos como ruc local

La clasificación propuesta por Ostrom permite analizar los bienes públicos sin
necesidad de tener siempre el supuesto de óptimos ideales de producción y
provisión; de esta forma, los espacios públicos locales pueden estudiarse consi-
derando un gradiente que iría de bien público puro a bien público impuro, con
diferentes niveles de congestión. De esta forma, la discusión sobre el modelo
de Ostrom aplicado en ciudades tal como lo han realizado en sus respectivos
trabajos e investigaciones Giglia (2013), Vergara, (2014) Castro-Coma y Mar-
ti-Costa (2016), podría venir a enriquecer la discusión de nuevos enfoques de
gestión de espacios públicos citadinos tal como se sugiere siguiendo a Cam-
pos y Brenna (2015); sin embargo, se desconoce del todo su impacto en las

58
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

formas de gestión y planificación urbana de los sistemas de espacios públicos


locales, considerando además sus características particulares, especialmente
las posibilidades de congestión y exclusión, y su posible relación con efectos
indeseables de segregación social, según los principios de gobernanza para la
sustentabilidad.
De aplicarse el paradigma de sustentabilidad al sistema de espacios públicos
locales, tal como lo hacen en parques urbanos García y Guerrero (2006) y Vélez
(2009), se tendría como metas, determinar niveles de producción y provisión
necesarios que permitan suministrar el bien público a los citadinos, bajo un
enfoque de equidad distributiva y usufructo pleno y democrático (inclusión
social), en servicios como la recreación y otros derivados del sistema, aspectos
que son señalados y abordados por autores como Cardona (2008), Saucedo y
Elvia (2011) y Wolch et al., (2014).
De esta forma, los análisis de gobernanza y sustentabilidad en ciudades,
deberían considerar que la presencia de congestión en el sistema de espacios
públicos, puede ser temporal y debido a condiciones de subprovisión por una
falta de visión equitativa y de sustentabilidad en los modelos de gestión y
planificación urbana.
Consecuentemente, ante un escenario de impericia en la gestión pública
de los gobiernos locales para la provisión y producción de dichos bienes, si
las colectividades locales gestionaran su espacio público como un típico ruc
ostromiano local, habría que cuestionar qué tanto una posible aplicación de
principios de exclusión negativa -dirigida a delimitar la gestión sólo a un gru-
po específico de usuarios, o bien como medida para superar la degradación o
congestión- pudieran llevar a la fragmentación del sistema de espacios públicos
y conducir a la exclusión social de personas dentro de la localidad o ajenas
a ella, pero que tienen que hacer uso de él (por ser vía de paso o porque no
tienen espacios verdes o plazas en sus localidades), aun y cuando el objetivo
de la gobernanza para la sustentabilidad busca lo opuesto. Lo anterior pudiera
incluso repercutir negativamente en los grupos más vulnerables como pobres,
mujeres, etnias, personas con capacidades diferentes, entre otros, aun y cuan-
do uno de los objetivos de los espacios públicos es la inclusión, por ejemplo,
a través del servicio recreativo (Cardona, 2008; Gehl, 2009; Saucedo y Elvia,
2011; Wolch et al., 2014).
Estos aspectos de exclusión ya han sido analizados a través de problemas
relacionados con la percepción de inseguridad de una colectividad en el espa-
cio público; dicha colectividad puede gestionar su espacio a través de medidas
excluyentes que lleven al cierre de calles o áreas verdes, restringiendo de esta
forma el acceso a un espacio público, y llevando a una posible fragmentación
del sistema complejo (Vergara, 2014). Si dicha exclusión espacial en el siste-
ma de espacios públicos se hace permanente dentro del modelo de gestión,
cabría preguntarse ¿bajo dicha exclusión se sigue estando dentro del modelo

59
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

conceptual de bien público que puede estar sujeto a congestión, o se está mo-
delando un nuevo tipo de bien? Visto así, se corre el riesgo de malinterpretar el
paradigma ostromiano en ciudades. En el caso urbano, esto puede ser un matiz
social oscuro o negativo de los arreglos institucionales dirigidos a rescatar el
espacio público de su degradación, matices que ya han sido señalado dentro
del mismo neoinstitucionalismo (Wall, 2014).

Gobernanza neoinstitucional para el sistema de espacios públicos

Siguiendo a Innerarity (2006), podrían generarse nuevas propuestas de gestión


o gobernanza de lo público, basadas en el neoinstitucionalismo, sin excluir del
todo al mercado y a la jerarquía, con base en las soluciones centralizadas del
Estado. Por lo tanto, la incorporación del neoinstitucionalismo en modelos
de gestión urbana, permitiría considerar aspectos como el reparto de respon-
sabilidades, autorresponsabilidad, cooperación a largo plazo, diálogo social y
democrático, compromiso ciudadano en la gestión (participación) e integración
de instrumentos de gobierno (mercado, comunidad y jerarquía).
Si bien la discusión ha girado principalmente sobre la figura de Elinor Os-
trom y su crítica al paradigma predominante del homo economicus, junto con
la gestión de ruc, hay que citar las aportaciones de Vincent Ostrom sobre el
modelo de gestión no jerárquico, denominado “Gobiernos policéntricos” (Os-
trom et al., 1961; Gruening, 2001; Wagner, 2005) y que, posteriormente fue
enriquecido por Elinor Ostrom a través de estudios empíricos sobre servicios
de seguridad pública en Estados Unidos (Ostrom, 1973; Ostrom, 2010); sobre
ello, el modelo propuesto por los Ostrom es evidencia empírica de que en la
gestión de lo público en ciudades es posible la coexistencia de diferentes tipo
de gobernanza o gestión de los servicios públicos, con diversos grados de
involucramiento entre los componentes: gubernamentales, privado y social
comunitario (Caballero et al., 2015).

Redefiniendo lo público y lo común desde un enfoque neomarxista

Los denominados modelos de gobernanza local, conforme a Innerarity (2006),


deberían estar basados en un modelo de gobernanza que considere a la sociedad
civil, fomentando su inclusión, participación y responsabilidad hacia el bien
común; este último no es el ruc ostromiano, sino el bien de la comunidad o
el bien de todos por igual.
En consecuencia, la discusión de los bienes comunes sigue vigente en virtud
de situaciones como el estado de los bienes y servicios en ciudades, que a su
vez se inscriben en el contexto de una progresiva tendencia a privatizarlos y

60
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

comercializarlos de acuerdo a la lógica del sistema económico imperante, y la


debilidad legal e institucional para regularlos. Esto se puede traducir en disputas
y conflictos políticos, económicos y sociales por su uso, acceso y destino, del
cual están excluidos los citadinos en la toma de decisiones (Gutiérrez y Mora,
2011; Mattei, 2013). Debido a ello y de la existencia de diversas propuestas
teóricas, prácticas y aplicadas para su gestión en ámbitos urbanos en Latinoa-
mérica, es necesario no sólo discutir sobre las posibles categorizaciones de
ese conjunto de bienes y servicios que se usan y se prestan en la ciudad, sino
también conocer las propuestas de modelos alternativos de gestión.
En esta sección se hará una exposición de trabajos de autores cuyas propues-
tas de gestión de bienes y servicios urbanos locales caen dentro de enfoques
neomarxistas (Castro-Coma y Marti-Costa, 2016) y afines, con el objetivo de
identificar características, fortalezas y limitaciones de sus propuestas.
De acuerdo con autores como Harvey (2013) y Bookchin (2012) la crítica
vigente y creciente a los efectos perversos de un capitalismo globalizado, (neo)
liberalizado e individualizado, y a la consecuente pérdida de valores y princi-
pios que antaño fueron más frecuentes como la cooperación, la reciprocidad,
la equidad, la sociabilidad –entre otras– ha motivado e intensificado la acción
social y política, por un lado, y en mucho menor medida, la elaboración de
propuestas teóricas alternativas que, según sus proponentes permitan alejarse
del precipicio inminente al que nos conduciría el actual sistema económico.
Los enfoques neomarxistas y afines se diferencian de los anteriores (los deri-
vados de la ngp y los neoinstitucionales), por su radicalidad, no solo en cuanto
a su racionalidad y a la definición y delimitación de lo común, lo público y lo
privado, sino principalmente en cuanto a las formas de gobernar los recursos
y bienes urbanos. Dentro de esta perspectiva podemos identificar algunos de
los trabajos de autores como Harvey (2013), Bookchin (2012), Mattei (2013),
Roggero (2011), y a Latouche (2008), dentro del llamado movimiento ecologista.
Como coincidencia con la postura neoinstitucional, las propuestas neomarxis-
tas también surgen de los problemas que genera el modelo de ngp, donde el
gobierno local incumple su función de provisión y mantenimiento de bienes y
servicios urbanos. Por lo tanto, un modelo de gestión comunal urbano marxista,
en teoría, debiera apartarse radicalmente también de otros efectos negativos
que surgen del modelo de la ngp, a saber: exclusión social y fragmentación de
lo público, gentrificación, discriminación, y otros aspectos que sólo buscan el
lucro y la maximización de una ganancia. Los principios y valores que Ostrom
(2015b) manejó en su propuesta teórica de la acción colectiva institucional
(efectividad, eficiencia, equidad, sostenibilidad, cooperación, reciprocidad,
confianza, reputación, solidaridad, igualdad de derechos, independencia, sin
jerarquías, dominios o poder de uno sobre otro), son prácticamente los mismos
que desde posturas marxistas se enarbolan, pero fuera de la consideración
de un homo economicus que maximice sus fines. Si las escuelas de gestión

61
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

se desarrollan a partir de teorías específicas de racionalidad y, lo público, lo


privado y lo común se definen a partir de modelos de racionalidad, la primera
tarea será identificar la racionalidad de los enfoques neomarxistas. Se podría
tratar de una racionalidad predominante de corte utópico, lo que implicaría
como condición, la existencia de un mundo sin clases sociales, sin jerarquías ni
asimetrías de poder, lo que posibilitaría la contención de los intereses egoístas
de los actores (Pierri, 2005; Rehaarg, 2010; Latouche, 2008; Bookchin, 2012;
Price, 2012). El ciudadano social que se considera parte de la comunidad es
producto de un sistema de valores y motivaciones completamente distinto al
que deriva del modelo de la acción racional, lo que llevaría a la creación del
hombre nuevo del socialismo movido por una ética personal que lo impulsa
a la solidaridad y al bien común: sin necesidad de incentivos materiales. En
los modelos neomarxistas y afines el común es un bien superior. Para Harvey
(2013), los bienes comunes urbanos están bajo una consideración conflictiva,
en la cual se están produciendo siempre, mientras que los comunes de Os-
trom, y Hardin son trágicos (Vergara, 2014). Aunque la evidencia de Ostrom
(2012) es que dicha tragedia se puede soslayar y es evitable, particularmente
en comunes que no son de libre acceso. Por otra parte, Mattei (2013) en su
análisis jurídico de los comunes y su propuesta de gobernanza de lo común,
ofrece una propuesta alternativa de bienes comunes en la que se incluyen por
igual diversos bienes o recursos tales como parques públicos, calles, seguridad
pública, recursos naturales como los peces de los ríos, la madera (recursos
renovables) y el petróleo (recursos no renovables); es decir, recursos, bie-
nes y servicios en los que están implicadas la producción, la provisión y la
extracción. La diferenciación que establece Mattei (2013) es que los bienes
comunes son una particularización basada en una discusión jurídica de los
tipos de propiedad que pueden ser locales, transmetropolitanos, nacionales
y de alcance transnacional. Desde esta perspectiva, los bienes comunes o la
propiedad común son bienes de la colectividad que deberían desempeñar una
función constitucional de tutela de lo público frente a la propiedad privada
(poder privado) y a la propiedad del Estado (poder del Estado). Así lo común
deja fuera del centro del sistema político a la propiedad privada y al Estado, de
lo que surge la necesidad de crear o, en su defecto, reconstruir instituciones
que permitan su conservación y promoción, lo que por sí mismo, excluiría la
oportunidad de mercantilizar y explotar los comunes.
En el mismo contexto está la propuesta de Bollier (2008), para quien los
comunes, tan diversos como los que describe Mattei (2013), son recursos que
pertenecen a la gente (Gutiérrez y Mora, 2011). De acuerdo a Bollier (2008),
su fin va más allá del mercado, y de la acción gubernamental, especificando
que los comunes se refieren a sistemas sociales y jurídicos cuyo objetivo es
la administración de recursos compartidos de manera justa y sustentable. La
interpretación de Vergara (2014) a dicha propuesta es que, cuando un recurso

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Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

es propiedad gubernamental, su lazo con el citadino se diluye surgiendo así


el bien público. Bollier (2008) citado en Gutiérrez y Mora (2012) reafirma
derechos legales y morales de las colectividades para apropiarse de los bene-
ficios y conservarlos.
La discusión de Gutiérrez y Mora (2012) sobre los comunes aporta una
tipología que permite entender las diferentes definiciones de comunes que
están alimentando el debate. En su propuesta, la definición ostromiana de lo
común es una relación social, mientras que la definición de Bollier (2008) es
una postura política. Por su parte, Roggero (2011) sugiere diferenciar entre
los comunes (the commons) de Polanyi, del común (the common) de Marx,
y propone analizar el conflicto de la producción de lo común y las formas ca-
pitalistas contemporáneas de acumulación y de crisis. Para Roggero (2011),
lo que está en juego es la producción de lo común y la constitución de nuevas
instituciones para su organización lo que nos situarán más allá de la dialéctica
de lo público y lo privado. En la conceptualización de los comunes, cobra rele-
vancia la relación Hombre-Naturaleza/Sujeto-Objeto en cuanto a entenderlos
en una relación dialéctica. Para Mattei (2013), su separación puede derivar en
una mercantilización (privatización) de los bienes comunes que son de interés
para la comunidad de beneficiarios y/o usuarios. Por eso, él propone analizarlos
considerando su contexto social de forma tal que no se pueda separar al objeto
(bien común) del sujeto (las comunidades). Para Roggero (2011), la propuesta
consiste en no igualar lo común con un bien natural, reubicando el debate de
lo común, de uno centrado en relaciones de propiedad, a uno enfocado en las
relaciones de producción. Roggero (2011) menciona que no hay nada natural
en lo común porque los comunes son producidos y definidos infinitamente
en un plano de tensión determinado por las relaciones entre la autonomía de
la fuerza laboral viva y el mando capitalista.
En cuanto a la gestión se encuentran matices en las propuestas, pero de ma-
nera general, implica una gestión comunitaria de todos los bienes y servicios
que requiere la colectividad; lo mismo comprende procesos de extracción,
de producción y de mantenimiento de recursos, bienes y servicios. Bookchin
(2012), por ejemplo, desde un enfoque más bien anarquista, propone la exis-
tencia de gobiernos confederados como forma de organización de las colec-
tividades para gestionar los bienes o recursos existentes en ciudades. A estos
gobiernos les da el nombre de municipalismo libertario, mismo que consiste
en recuperar asambleas populares y la democracia directa a los niveles mu-
nicipales, de vecindad y de barrio. Sus planteamientos parten de la premisa
de una sociedad igualitaria donde no existen asimetrías de poder. En ella el
compromiso e involucramiento de las comunidades o colectividades urbanas
es la clave para evitar problemas como la congestión e incluso la degradación
del bien o recursos urbanos de importancia ambiental.
Desde el enfoque teórico sugerido por Harvey (2013), el reto es construir
normativamente el bien común para poner de manifiesto los problemas es-

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Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

pecíficos de las sociedades contemporáneas, particularmente las urbanas. Su


propuesta de lo común pasa primero por asegurar la gestión de lo público, haya
o no un tránsito a lo común, lo que implica la intervención de los gobiernos
locales, para también de esa forma evitar seguir avanzando hacia la privatización.
Para Mattei (2013), la gestión de los comunes urbanos conllevaría a una de-
mocracia participativa que considere una responsabilidad social con intereses
a largo plazo, un modelo colaborativo y participativo sin diferencias de poder
con un interés por lo común, con lo que se podrían crear barreras contra la
privatización de los comunes. Lo anterior exige contar con estructuras guber-
namentales verdaderamente democráticas, y requiere de administradores con
una lógica transnacional y transgeneracional.
Son diversas las críticas que surgen de los enfoques marxistas en sus diferentes
matices. En cuanto a su conceptualización como bien común superior, Innera-
rity (2006) señala que la ambigüedad del concepto lo lleva a ser empleado para
justificar cualquier cosa, por ejemplo, para neutralizar el conflicto de intereses,
por lo que sugiere un uso más exigente de tal concepto, considerando que: “la
subordinación de todos los egoísmos individuales a un «bien del conjunto» es
algo que no se produce de manera intuitiva o automática, sino que requiere
una articulación y corrección que lo concretan” (Innerarity, 2006: 174). En
términos de gestión la principal crítica a este enfoque sería, por un lado, la de
dejar sin responder cómo serán los procesos de cooperación y negociación
de éstos, los cuales teóricamente tendrían que facilitarse ante la ausencia de
asimetrías y jerarquías, y, por el otro, confiar en que las colectividades urbanas
por sí solas podrán equilibrar sus diversas desigualdades de poder y fomentar
la inclusión social en los espacios públicos.
En modelos colaborativos y participativos en ciudades, como lo señala Har-
vey (2013), considerando la diversidad de intereses presentes en los ámbitos
urbanos, ¿cómo superar las posibles diferencias de poder y de información
que pudieran existir entre los individuos en los procesos participativos?, ¿qué
acuerdos y arreglos institucionales tendrían que existir para definir aspectos
de provisión sustentable de dichos bienes y de inclusión en dichos espacios?,
¿cómo las escalas espacio-temporales o el tamaño de los grupos, variables
señaladas por Olson (2011) y Ostrom (2012) podrían afectar un modelo par-
ticipativo-democrático para alcanzar el uso ecológico de dichos bienes?
Es innegable que el debate sobre los bienes comunes tiene fuertes nexos
con paradigmas sobre sustentabilidad, política ambiental y manejo de bienes
ambientales y recursos naturales. A decir de los trabajos neomarxistas analiza-
dos, lo que se observa es que se piensa que la mera existencia de una sociedad
sin clases generará espontáneamente procesos incluyentes de gestión, libres
de intereses egoístas, y que se reemplazará la lógica materialista, egoísta y
cuantitativa (Mattei, 2013), girando en automático hacia a una dimensión cua-
litativa ecológica y sistémica que provendrá de ciudadanos con motivaciones

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Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

sociales y comunitarias. Sólo que llegar a ese punto pasa necesariamente por
una práctica política revolucionaria que pueda suscitar cambios globales (Ma-
ttei, 2013) que, aunque tendría sobrados motivos para darse, no se vislumbra
la organización necesaria para su realización. En cuanto a la racionalidad que
la sustenta, se cuestiona la carencia de una propuesta teórica de gestión para
procesos de producción, provisión y extracción de recursos, bienes y servicios
públicos, los cuales parecen igualarse ante la ideal de los comunes como bienes
superiores. A considerar también que la ausencia de jerarquías sociales y su
relación positiva con la inclusión social en los espacios públicos, es un modelo
ideal que tendría que probarse en el mundo real. Finalmente, lo que se rescata
del paradigma neoinstitucional y del paradigma neomarxista es la apertura a
nuevos enfoques de gestión de espacios públicos que superen al actual modelo.

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Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Conclusiones

Las propuestas neoinstitucionales y neomarxistas permiten considerar nuevas


propuestas de gestión de bienes urbanos interpretando diversas causas y efectos
para ello. Destacan las aportaciones teóricas y empíricas de Elinor Ostrom que
fundamentan la existencia de nuevas formas de gestión urbana comunitaria que
puedan involucrar lo social, privado y estatal de diferentes formas. En el caso
de las propuestas neomarxistas, la crítica a los modelos tradicionales de gestión
de lo público basada en los efectos que tiene el modelo capitalista sobre el bien
común, llevan a proponer formas de gestión comunitaria que permitan, bajo
ciertos supuestos, superar la tragedia de los comunes presentes en los espa-
cios públicos mencionados. Se concluye que ambas propuestas de gobernanza
(neoinstitucional y neomarxista) reclaman el derecho de las colectividades
urbanas a involucrarse en la gestión de bienes y servicios urbanos como los
espacios públicos locales; sin embargo, ambas presentan desafíos teóricos y
prácticos en su implementación en procesos de gestión.
En el caso del modelo de gobernanza de Elinor Ostrom, al considerar que el
principio de exclusión de beneficios que se derivan del proceso de extracción
de un ruc no coincide del todo con la naturaleza pública, no excluyente de
bienes públicos como plazas, parques y calles, aun y cuando pudieran experi-
mentar un proceso de congestión temporal, pudiera derivar en una exclusión
social, donde esta forma de gestión podría resultar en una fragmentación del
proceso de planificación integral urbana. En el caso de un posible modelo de
gobernanza de espacios públicos citadinos, desde una perspectiva marxista, el
modelo se apoya en un supuesto de no jerarquías en el sistema, el cual favorece-
ría la contención de intereses diversos y permitiría la gestión del bien común.

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Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

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La desincorporación del suelo
ejidal y el ajuste de políticas
de vivienda, 2000-2015

Liu Xue Dong


Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Introducción

La tierra de propiedad social, incluyendo la del régimen de los ejidos y la de las


comunidades, representa aproximadamente 52 por ciento del territorio nacional,
resultado de un proceso prolongado en la aplicación de políticas de reparto de
tierra entre los campesinos. Al mismo tiempo, la urbanización llevada a cabo a
la fecha ha implicado una desincorporación constante de este tipo de suelo y
su transformación casi simultánea a los usos urbanos, entre los cuales destaca
su ocupación para construir viviendas destinadas a los habitantes.
El presente estudio se concentra en el análisis de las vinculaciones entre el
ajuste de políticas de vivienda y la desincorporación del suelo ejidal en el pe-
riodo 2000-2015. La primera parte describe cómo la Reforma Constitucional
realizada en 1992 ha propiciado la flexibilización en la desincorporación de la
tierra ejidal a través de la figura “dominio pleno” y de la aportación del suelo
de usos comunes. Para la segunda parte, se revisan los ajustes de las políticas de
vivienda instrumentadas en el mismo lapso. Al finalizar el trabajo se presenta-
rán las consecuencias de estos cambios sobre el proceso de desincorporación
del suelo social a los usos urbanos y las implicaciones de las adecuaciones de
políticas de vivienda.
Como se puede constatar a lo largo de este análisis, la Reforma Constitucio-
nal de 1992 y la instrumentación inmediatamente posterior de la nueva ley
agraria tenían como propósito principal estimular la producción agrícola para
hacerla más competitiva. Estos ajustes legislativos también han significado
nuevas opciones para desincorporar suelos de propiedad social para propó-
sitos urbanos. De cierta manera las adecuaciones efectuadas en las políticas
de vivienda aplicadas por las autoridades a partir de 2000 están relacionadas
directamente con las medidas relativas a la nueva ley agraria, sobre todo en
el aspecto de la desincorporación de tierra ejidal impulsada por los mismos
campesinos y vigilada por las autoridades competentes. En otras palabras, las
medidas de desincorporación en los aspectos tanto de cantidad como de cali-
dad no pueden aterrizarse sin tomarse en cuenta de la instrumentación de las
políticas de vivienda. Al mismo tiempo, la expansión de zonas urbanas debe
de estar acorde a la disponibilidad y accesibilidad del suelo para las personas
que realmente lo requieren.

77
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Propiedad social y la nueva ley agraria 1992

La propiedad social de tierra en México tiene su origen desde la revolución


mexicana en 1910 por la aspiración de lograr la equidad social para satisfacer las
demandas del campesinado mexicano. Formalmente, la aplicación de medidas
en el reparto de las tierras a los campesinos se inició en 1915 y se prolongó
por casi 80 años hasta el anuncio de la reforma del artículo 27 constitucional
en 1992. En términos concretos, los mecanismos legales del reparto de tierra
consistían en tres aspectos básicos que incluían: 1) la restitución de tierras,
bosques y aguas para los pueblos que habían sido despojados de ellos durante
la época de la conquista y, posteriormente, la colonización; 2) la dotación, de
acuerdo con la cual los grupos de campesinos (núcleos de población) que ca-
recieran de tierras o no las tuvieran en cantidad suficiente para satisfacer sus
necesidades, tenían derecho a ser dotados con propiedades “afectables”; 3) la
creación de nuevos centros de población para el reparto de tierras ubicadas
en lugares poco poblados (Téllez, 1994). A través del primer mecanismo se
construían las comunidades mientras que mediante los demás se formaban
los ejidos; a los dos tipos de núcleo de campesinos se les denominaba como
régimen colectivo o social en la tenencia de tierra.
En la instrumentación de las medidas encaminadas al reparto de tierras a los
campesinos, se lograron resultados importantes: se constituyeron casi 30,000
ejidos y comunidades agrarias y se benefició a más de 3 millones de solicitantes
repartiendo entre ellos más de la mitad del territorio nacional (103 millones
de hectáreas) esto es, un poco más de la mitad del territorio nacional.1 De

1
Las cifras estadísticas de distintas fuentes registran discrepancias entre ellas. Por un lado, si
se suman las cifras reportadas por cada administración presidencial, la extensión de tierras
repartidas llegó a un total de 107 millones de hectáreas, mientras que los datos censales fueron
de 103 millones. Por otra parte, el número de beneficiados derivados de la aplicación de las
mismas políticas fue de poco más de tres millones de campesinos al sumar las cifras reportadas
durante todos los sexenios implicados en el lapso, en contraste con 3.5 millones de acuerdo con
datos censales. La explicación del primer dato es que podrían existir resoluciones presidenciales
publicadas en el Diario Oficial de la Federación (dof) que aún se encuentran pendientes de
ejecución; en cuanto el número de beneficiarios, la cifra es mayor en el censo, pues se han su-
mado ejidatarios en virtud de secesiones o incorporación de nuevos miembros por aceptación
de la asamblea.

79
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

tal manera se puede inferir que al nivel nacional cada ejido o comunidad en
promedio se forma por aproximadamente 100 miembros y con una extensión
en el alrededor de 3,400 hectáreas; y cada ejidatario cuenta con una parcela
de 30 hectáreas aproximadas para explotarse.

Consecuencias importantes del reparto de tierra

Cabe mencionar que las políticas aplicadas para el campo mexicano han propi-
ciado algunos aspectos importantes que vale la pena puntualizarse. En primer
lugar, desde el inicio en el reparto de la tierra existían dos visiones completa-
mente distintas sobre las funciones que deberían desempeñar los ejidos en el
proceso del crecimiento económico y del desarrollo social (Gordillo, 1997). De
la vertiente moderada persistió el ideal de la propiedad privada como el resultado
final del sistema ejidatario y, para hacerlo realidad, se efectuó la parcelación
de algunas de las tierras asignadas a los ejidos que originalmente no debieron
haber tenido menos de 20 hectáreas. De la vertiente radical se insistió en la
importancia atribuida a las tradiciones comunales y, por ende, un componente
clave del ejido fue el área para uso comunitario asignada a cada uno de ellos.
Como se puede recordar, de 1940 a 1970, cuando la economía mexicana entró
la fase de crecimiento acelerado, predominó la versión moderada en el ámbito
de diseño y de aplicación de políticas económicas y sociales que consideraba
el reparto de la tierra como una política transitoria cuyo propósito era lograr
la estabilidad en el medio rural y garantizar la paz social. De esta manera, el
aumento en la eficiencia de producción agrícola y el mejoramiento en el nivel
de vida de los campesinos a través de la explotación de la tierra fueron tareas
subordinadas para las comunidades y los ejidos.
En segundo lugar, la reforma agraria puesta en práctica en casi 8 decenios,
fue un gran pacto social que pacificó al campo, lo cual garantizó el crecimiento
económico y el proceso de industrialización acelerada después de los años
cuarenta. Sin embargo, la extensión prolongada de los repartos del suelo,
derivada de la necesidad de los gobiernos posrevolucionarios con propósito
de legitimarse y obtener el apoyo del campesinado, ha propiciado que en este
proceso no solamente se ha visto necesario ampliar la frontera agrícola a veces
con consecuencias ecológicas que no podían preverse; sino también se ha tenido
que fragmentar la parcela para los campesinos, incluyendo los propietarios,
posesionados y avecinados.
Este problema se agudizó con el sistema de herencia y los derechos suceso-
rios que contribuyen a la fragmentación mayor de la propiedad agraria, a pesar
de que por otros medios se da el fenómeno de concentración de tierras. En la
actualidad se estima que 60 por ciento de las unidades de producción agrope-
cuaria, cuyo promedio de propiedad es de apenas 2.5 hectáreas; 15 por ciento

80
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

de la superficie cultivable, en tanto que 40 por ciento de las unidades, cuya


extensión promedio es de 16 hectáreas, posee 85 por ciento de la superficie
(Salcido e Ibarra, 2011).
En tercer lugar, es importante mencionar que hasta antes de las reformas de
1992 y la promulgación de la ley agraria del mismo año, las tierras ejidales y
comunales eran inalienables, imprescriptibles e inembargables. Es decir, para
la desincorporación de este tipo de suelo y su incorporación posterior al cre-
cimiento urbano se pueden identificar tres diferentes modalidades de acuerdo
con las disposiciones legales y formales: expropiación, creación y ampliación
de zonas urbanas ejidales, y la permuta.

Opciones de desincorporación del suelo social antes de la reforma en


1992 y surgimiento de ocupación irregular

La primera se refiere a la expropiación por causa de utilidad pública, que con-


tinúa funcionando en la actualidad. Esta vía está encaminada para que, a través
de un acto de gobierno, se regularicen a favor de sus poseedores las tierras
ejidales y comunales ocupadas irregularmente, como resultado de la venta
de lotes que los propios ejidatarios y comuneros realizaron, normalmente a
personas de escasos recursos.
La segunda vía es a través de la creación y/o la ampliación de la zona urbana
ejidal, que se efectuaba mediante una acción de segregación y, por decreto
presidencial, cada ejidatario tenía derecho a un solar urbano. En caso de haber
sobrantes, éstos se podían vender a los vecinos; al mismo tiempo, se obligaba
a que en un término de cuatro años se construyera la vivienda, de no hacerlo
se les podía privar del derecho al solar urbano. Después de transcurrir este
tiempo, se establecía la entrega de un título de propiedad del solar, lo cual
también se formalizaba a través de decreto presidencial (Reglamento de las
Zonas de Urbanización de los Ejidos, dof 25 marzo de 1956). Cabe señalar
que este procedimiento con frecuencia generaba condiciones para la venta
generalizada de lotes a lo largo del tiempo, y los núcleos ejidales utilizaron este
mecanismo como “justificación” para la venta de tierras ejidales con propósito
de los usos urbanos.
Por último, la permuta de tierras que se efectuaba entre ejidos y particulares
es considerado como otro mecanismo de desincorporación de suelos de pro-
piedad social. En la práctica, ante las necesidades masivas de suelo para fines
urbanísticos y las atracciones de intereses económicos a corto plazo, los núcleos
ejidales al estar inmersos en la mancha urbana han perdido paulatinamente
los incentivos en la siembra de cultivos en sus parcelas. Si se agrega la visión
especulativa de los agentes inmobiliarios, esta opción de desincorporación en su
mayoría de los casos recurriría como un acto fuera de las leyes y normalidades.

81
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Precisamente por ello, con la expedición de las disposiciones legales guber-


namentales en 1954 y en 1959, concretamente el Reglamento de las Zonas de
Urbanización de los Ejidos y el Reglamento de los Fondos Comunes Ejidales, se
termina por confirmar que para el Estado mexicano la única opción al problema
de requerimiento de suelo urbano en terrenos ejidales era la expropiación, ya
que, en concordancia con la percepción agraria, sólo una causa de utilidad
pública podía justificar que se restaran superficies a los núcleos de población
dotados (Riveros, 2003; Garcés, 2009).
A pesar de las limitaciones impuestas, el exceso de demanda permanente
del suelo susceptible de ser incorporado al desarrollo ordenado y sano de la
mancha urbana derivada de la urbanización acelerada, sobre todo por parte de
un segmento de la población masiva debido a su bajo nivel del poder adquisi-
tivo, ha propiciado el surgimiento y el crecimiento del mercado informal de
tierra. Si se considera en los años de crisis y estancamiento económico después
de los de ochentas por lo que el establecimiento de asentamientos humanos
irregulares se ha agravado todavía más.
Bajo el contexto del nuevo marco legal a consecuencia de la reforma del
Artículo 27 Constitucional en 1992 y la instrumentación inmediatamente pos-
terior de la nueva ley agraria, se han flexibilizado las medidas legales impuestas
respecto al suelo del régimen colectivo, permitiendo la desincorporación de
este tipo de tierra a través de mecanismos de dominio pleno, constitución y/o
participación en las sociedades mercantiles etc., al cumplir ciertos requisitos
que se generan en el marco del Programa de Certificación de Derechos Ejida-
les y Titulación de Solares Urbanos (procede). En consecuencia se abrieron
nuevas opciones de desincorporar la tierra de propiedad colectiva para que
posteriormente se pueda entrar al mercado de suelo y ser destinada a los usos
urbanos. No obstante, en la actualidad el crecimiento urbano continúa gene-
rándose de manera irregular en tierras ejidales, tal como se analizará en los
siguientes párrafos.

El ajuste de las políticas de vivienda, 2000-2015

De lo anterior se puede observar que la oferta insuficiente del suelo accesible


en mercado formal para cubrir la demanda tanto de calidad como de cantidad
para la población del menor ingreso ha sido un tema pendiente por resolver-
se. En otras palabras, la precariedad urbana, derivada del bajo nivel del poder
adquisitivo de más de la mitad de población económicamente activa cuyo in-
greso es inferior a 3 salarios mínimos, se ha visto obligada a vivir en terrenos
ejidales y comunales con características de marginación y con los servicios
y las infraestructuras básicas deficientes, además, por la vía de ocupaciones
irregulares e ilegales.

82
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Nuevas opciones de desincorporar suelos sociales

Con propósito de superar estos retos y reducir los rezagos de vivienda, las
autoridades a sus distintos niveles (federal, estatal y municipal) han instru-
mentado múltiples medidas durante las últimas décadas por medio de dos
ejes principales. Por un lado, a través de la creación de la Comisión para la
Regularización de la Tenencia de la Tierra (la Corett), se tiene contemplado
alcanzar el objetivo de regularizar la tenencia de la tierra en la que existían
asentamientos humanos irregulares y programar la disponibilidad de espacios
libres para el crecimiento urbano, principalmente por la Secretaría de Reforma
Agraria (sra). Por otro lado, se han aplicado acciones preventivas de oferta
legal de tierra barata por medio de la constitución de reservas territoriales, a
cargo del sector urbano gubernamental2.
De acuerdo con el estudio realizado por el cidoc y la shf (2013), las refor-
mas al Artículo 27 Constitucional y la promulgación de la nueva ley agraria a
inicio de los años noventa estuvieron orientadas a dar certidumbres jurídicas a
la propiedad social en el campo, así como a estimular el aumento de la compe-
titividad del sector agrícola a través de atraer las inversiones productivas. Sin
embargo, las estimaciones demuestran que las modificaciones a la legislación
han provocado en muchas regiones que se incremente la especulación del
suelo. Por ello, la población de menor de ingreso sigue ocupando el terreno
de manera irregular debido a la necesidad de vivienda de sectores marginados.
Dentro del total de crecimiento urbano nacional, el 65 por ciento representa
la irregularidad en la tenencia del suelo; y de este universo, cerca del 80 por
ciento corresponde a la demanda de las familias cuyos ingresos son inferiores
a 3 salarios mínimos.
Es decir, durante esta nueva fase de desincorporar suelo de propiedad co-
lectiva, la expropiación concertada entre las partes involucradas sigue siendo
una opción importante, mientras que las nuevas alternativas derivadas de la
nueva ley agraria también han sido participantes activas en este proceso. De
acuerdo con las estimaciones realizadas por la Procuraduría Agraria a septiem-
bre de 1999, un total de 40,618 hectáreas de tierra de propiedad social han
sido desincorporadas por medio de la adopción del dominio pleno; al mismo
tiempo, otras 6,306 hectáreas fueron incorporadas a usos urbanos mediante la

2
El ejemplo evidente fue el diseño y la instrumentación del Programa de Incorporación del
Suelo Social (piso) en el periodo 1996-2000, cuyo objetivo es inducir el cambio de propiedad
en las tierras sociales ubicadas en las periferias de las ciudades.
Dirección de Apoyo al piso de la Procuraduría Agraria, “Estrategias de política pública para
incorporar suelo de origen ejidal y comunal al desarrollo urbano y la vivienda”, Estudios Agra-
rias, núm. 13, 1999, págs. 115-138, Procuraduría Agraria.

83
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

aportación de tierras del uso común sociedades mercantiles inmobiliarias. En


suma, estas dos nuevas formas de desincorporación representaban 61.45 por
ciento del total de hectáreas de suelo social incorporadas al desarrollo urbano
(Procuraduría Agraria, 1999) .

Nuevas medidas para fomentar la construcción de viviendas


para población de ingresos bajos y retos por superarse

A pesar de las flexibilidades registradas bajo el nuevo marco legal del suelo
de propiedad social y las aplicaciones respectivas de las nuevas formas de
desincorporación, la difícil situación económica y el bajo nivel del poder ad-
quisitivo de la gran mayoría de la población mexicana, no les ha sido fácil de
tener acceso a adquirir terrenos y/o viviendas en los mercados formales. Por
su parte, la construcción de reservas territoriales por las autoridades como
medidas preventivas tampoco ha sido exitosa para cubrir la demanda del suelo
accesible de la población de menor ingreso. Con propósito de superar estos
retos, a partir del 2000 el gobierno federal ha considerado formalmente las
actividades relacionadas con la construcción de vivienda como uno de los mo-
tores importantes para incentivar del crecimiento económico. Para tal motivo,
en primer lugar se ha fomentado la iniciativa privada en la participación de la
construcción de viviendas mercantiles del interés social. En segundo lugar, se
han instrumentado medidas complementarias, tales como promover el otor-
gamiento de los créditos hipotecarios a través de las instituciones financieras
públicas, por ejemplo, el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los
Trabajadores ( infonavit), el Fondo de la Vivienda del Instituto de Seguridad
y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (fovissste), etc.
De 2001 a 2010, los créditos hipotecarios otorgados por estas dos institu-
ciones fueron de un total de 4.4 millones, mientras que durante los 10 años
previos (1991-2000), la cifra fue de 1.5 millones. Respecto a las necesidades de
vivienda, en el primer periodo, la razón entre formación de hogares y créditos
otorgados por los dos institutos públicos fue de 4.07 (6.1 millones de hogares
vs 1.5 millones de hipotecas); en el segundo la proporción fue de 1.39 (5.9
millones de hogares vs 4.4 millones de hipotecas). Es importante notar que
probablemente una buena parte de los créditos se destinaron a adquirir segundas
viviendas, ya que de 2001 a 2010 el aumento en el parque habitacional fue de
9.7 millones (cidoc, 2012), cifra superior con 3.8 millones registrados por la
formación de hogares (Cuadro 1).

84
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Cuadro 1.

Créditos hipotecarios otorgados y hogares formados, 1990-2010

Conceptos 1991-2000 2001-2010

Número de Créditos hipote- 1.5 millones 4.4 millones


carios otorgados
Número de hogares formados 6.1 millones 5.9 millones
(2)
Razón (3=2/1) 4.07 1.34

Fuente: Elaboración propia de acuerdo con la información proporcionada por el Centro de


Investigación y Documentación de la Casa, cidoc y la Sociedad Hipotecaria Federal, shf.

La creciente importancia que ha adquirido la construcción de vivienda, sobre


todo la de interés social realizada por la iniciativa privada a partir de 2000 como
actividad económica, también se puede apreciar por medio de su participación
dentro de la industria de la construcción. En el año 2000 su valor de producción
representaba 17 por ciento, en tanto que para el periodo 2006-2011 la cifra
alcanzaba un promedio al alrededor de 28. En 2007, un año antes del estallido
de la crisis financiera iniciada en los Estados Unidos, llegó a su nivel máximo,
esto es, 32 por ciento; es decir, en tan solo 7 años la vivienda prácticamente
duplicó su importancia económica, al punto de que un tercio de lo producido
en todo el sector de construcción fue específicamente generado por esta ac-
tividad (cidoc, 2012).
Por su parte, según un estudio realizado por Ortiz (2007), el sector privado
ha desempeñado un papel fundamental en la producción, ya que en 2005, los
1,200 agremiados del sector contribuyeron con 80 por ciento de la vivienda
del país (Ortíz, 2007).

[...] Nueve de ellos concentraban 25 por ciento de la producción total de vivien-


da, seis cotizaban en la Bolsa Mexicana de Valores (bmv) y de acuerdo con la
importancia de cantidad de reservas territoriales al final de 2011, se encuentran:
Desarrolladora Homex, con 8,020 hectáreas; Corporación Geo, con 7,160 hectá-
reas; Urbi, con 5,690 hectáreas; Consorcio Ara, con 4,450; Sare Holding y Consorcio
Hogar con pesos relativamente bajos, de 862 y 720 hectáreas, respectivamente
(cidoc, 2011). Cabe mencionar que el Índice habita (ih) compuesto de los pre-
cios de títulos emitidos por las 6 empresas tuvo un rendimiento de 1,118 por ciento
de 2000 a marzo de 2007, cifra muy por encima del sector construcción (447 por

85
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

ciento), el índice de cotizaciones (370 por ciento) y el índice de rendimiento


total del mercado (414%).

A partir de 2000 el auge registrado en la construcción de vivienda, sobre todo la


parte realizada por la iniciativa privada destinado a la producción de viviendas
de interés social para la población de bajo nivel de ingreso, ha contribuido a
la reducción de rezago habitacional acumulado durante varias décadas. Entre
los factores que propiciaron este logro se encuentran: la estabilidad macro-
económica, las nuevas opciones de desincorporar el suelo de propiedad so-
cial, las nuevas modalidades y facilidades en el otorgamiento de los créditos
hipotecarios aplicados por las instituciones financieras públicas, entre otros.
Cabe mencionar que a pesar de las nuevas opciones en la desincorporación
del suelo de propiedad social incentivadas tanto por los ajustes constitucio-
nales como por las modificaciones legislativas, todavía existen deficiencias
importantes que siguen dificultando el acceso al suelo para la gran mayoría
de la población. En primer lugar, las reformas al régimen agrario han abierto
la posibilidad a las grandes inmobiliarias y los especuladores a que adquieran
tierras ejidales que se encuentran en proceso de cambio de régimen ubicadas
en los alrededores de las ciudades, lo que ha generado que la tierra limítro-
fe con las ciudades ya no sea propiedad de los ejidatarios, sino que ésta será
controlada por el gran capital, ante la posibilidad de especular con ella en un
futuro cercano (Garcés, 2009). De esta manera, las flexibilidades registradas
en el suelo de propiedad social tanto para los ejidatarios como para los de-
sarrolladores inmobiliarios han fomentado las operaciones de compra venta
no sólo con propósitos de construir viviendas, sino también de especulación.
A raíz de las facilidades brindadas por la nueva ley agraria relacionada con
la desincorporación del suelo social, las compañías en el sector de construc-
ción han empezado a adquirir el suelo con mayor rapidez que antes. Tan sólo
las 6 empresas cotizadas en el mercado bursátil sumaban un total de 26,909
hectáreas como territorios de reserva en 2011; esto es, 0.2 por ciento del área
urbanizada en México en 2005 que es de 12,534 km2. Lo anterior implicaría
la construcción de un total de entre 600 mil hasta casi un millón de viviendas
de acuerdo con el tamaño de las ciudades. El aumento desmedido de territo-
rios de reserva realizado por estos grandes desarrolladores de vivienda, ha
contribuido significativamente a la expansión anárquica de la zona urbana
durante los últimos 30 años en México, el cual se multiplicó de acuerdo con
la información de la Secretaría del Desarrollo Social (sedesol) por 6 veces.
Esto también ha incentivado a las empresas a especular con el suelo a pesar
de resultar difícil de cuantificar la proporción de estas superficies de reserva
entre la demanda real y la especulación.
Existe también la posibilidad de que ante la expectativa de obtener una
mayor ganancia por sus tierras, los ejidatarios opten por mantenerlas fuera

86
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

del mercado hasta que alcancen un precio más alto, lo cual también tendría un
efecto importante en la disponibilidad de suelo en el mercado. Cabe mencionar
que un número reducido de ejidatarios todavía se encuentran renuentes a dejar
de trabajar en la tierra; no obstante, la pérdida de las instalaciones para las ac-
tividades agrícolas, por ejemplo, el sistema de riego, y el aislamiento causados
por la construcción de viviendas en su alrededor, ya no será posible realizar
las actividades agrícolas. Además, debido a la falta de mecanismos eficientes
en el control y la supervisión de las operaciones, los desarrolladores tienden
a optar por comprar el suelo económico para realizar obras de construcción,
que generalmente se encuentra lejano a los centros del trabajo y donde las
infraestructuras y los servicios básicos son deficientes; tiene bajo nivel de co-
nectividad; y además registran alto nivel de inseguridad, etc. Coincidentemente,
estas zonas normalmente han sido objeto de invasión y ocupación irregular e
ilegal por la población con condiciones socio económicas precarias. De acuerdo
con las cifras publicadas en 2014 por el Consejo Nacional de Evaluación de la
Política del Desarrollo Social (Coneval), los municipios conurbados a las gran-
des ciudades presentan problemáticas que están relacionadas con la pobreza,
como falta de servicios en la vivienda, desempleo y falta de servicios en las
localidades como escuelas y servicios médicos.
Para la Zona Metropolitana del Valle de México (zmvm) esta situación se
puede apreciar con mayor claridad. Por ejemplo, respecto a la población en
pobreza extrema, 4.3 por ciento de los habitantes de la zmvm no contaba con
el ingreso suficiente para adquirir la canasta alimentaria y además padecía tres
o más carencias sociales. Los municipios con mayor porcentaje de población
en extrema pobreza se localizaban en el estado de México, mientras que los
porcentajes más bajos los tuvieron las delegaciones del Distrito Federal en un
rango que fluctuaba entre 0.3 y 5 por ciento, correspondientes a las delegacio-
nes Benito Juárez y Milpa Alta (Coneval, 2012).
Ante la inminente entrada en la competencia por los grandes desarrollado-
res en suelo de estas características, la especulación realizada tanto por estas
empresas inmobiliarias como por los mismos ejidatarios han propiciado que
además del alza de su precio, también podría generarse una disminución en la
oferta. En consecuencia, el suelo disponible para la población del bajo poder
adquisitivo tendería a disminuir, lo cual agravaría aún más la difícil situación
de este segmento de habitantes urbanos.

87
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Consecuencias de las políticas de viviendas

De lo anterior, se puede observar que no sería fácil para la población de bajo


nivel de ingreso a obtener el beneficio, al menos de manera directa, derivado
de las reformas realizadas en la tenencia del suelo social, mientras que los
desarrolladores pueden aprovechar las oportunidades para acumular las re-
servas territoriales. Además, las políticas de vivienda instrumentadas a partir
de 2000 también han traído consecuencias de otros ángulos, entre ellos lo más
destacado ha sido la expansión excesiva de las áreas urbanas.
En primer lugar, los mismos constructores de vivienda podrían haberse visto
beneficiados por las facilidades de adquirir suelo económico en las localidades
lejanas del centro de la ciudad para bajar los costos de construcción. En segun-
do lugar, el otorgamiento indiscriminado de créditos por las dos principales
instituciones financieras públicas sin distinguir el tipo de construcciones, ya
que el bajo costo del suelo incentivaría aún más el desarrollo de viviendas ho-
rizontales. Tal vez estos son los principales factores que explican la expansión
excesiva del territorio urbano, tal como ha sucedido desde 2000. Las áreas
urbanas se han expandido anárquicamente generando efectos negativos para
el crecimiento óptimo de las ciudades y uso eficiente del suelo. Por su parte, la
generación de fenómenos sociales y la existencia de un déficit en el abasto de
los servicios urbanos básicos, tales como sistema de drenaje, pavimentación
inadecuadamente construida, abastecimiento de agua potable, etc., amenazaría
el éxito del crecimiento de propio sector de construcción.
Según datos proporcionados por la Comisión Nacional de Vivienda (conavi),
en 2010 las ciudades de más de un millón de habitantes presentan densidades
promedio de 36 viviendas por hectárea (viv/ha); las de 500 mil habitantes a
un millón promediaban 27 viv/ha; las de 100 mil habitantes a 500 mil, 21 viv/
ha; y las de 50 a 100 mil habitantes presentan en promedio densidades de 19
viv/ha, con una media general nacional de 23 viv/ha (Programa Nacional de
Desarrollo Urbano 2014-2018). Por su parte, las cifras reveladas por el inegi
demostraron una reducción de la densidad poblacional medida por número de
habitantes por hectárea en las zonas metropolitanas de 2000 a 2010 (Cuadro 2).
Aunado al crecimiento excesivo de las manchas urbanas en los últimos
años, se ha dado paralelamente la aplicación de los instrumentos de planeación

89
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

urbana y el ordenamiento territorial los cuales han funcionado con frecuencia


de manera ineficiente. Este patrón de ocupación territorial que siguen las ur-
bes, atenta gravemente contra el desarrollo del país. “Nuestras ciudades han
crecido siguiendo un modelo en 3D (Distante, Disperso y Desconectado) ca-
racterizado por la expansión desproporcionada, fragmentada y no planificada
de la mancha urbana” (cts, imco y cmm, 2013)3. Así, mientras la población
urbana de México se duplicó en los últimos 30 años, la superficie urbanizada
se multiplicó por seis (Sedesol, 2012).

Cuadro 2.
Densidad media urbana (dmu) medida por número de habitantes por hectárea,
2000-2010

Años 2000 2010 Variación


porcentual
Promedio de las Zonas Metropolitanas 124.0 111.5 -10.1
Zona metropolitana del Valle de México 170.7 160.1 -6.2
Zona Metropolitana de Monterrey 120.1 109.1 -9.2
Zona Metropolitana de Guadalajara 137.6 124.4 -9.6

Nota: Para 2000, el número de zonas metropolitanas fue de 55, mientras que para 2010
el mismo indicador fue de 59.

Fuente:sedesol , Consejo Nacional de Población y el inegi,


“Delimitaciones de Zonas Metropolitanas de México, 2000 y 2010.

Adecuaciones de las políticas de vivienda

Con la finalidad de reducir el crecimiento horizontal y anárquico de las manchas


urbanas, a partir de 2012 se han realizado varias adecuaciones sobre las políticas
de vivienda con el propósito de impulsar un aprovechamiento sustentable en
términos de urbanización del suelo y de las infraestructuras existentes.
Para esta nueva etapa denominada “Cómo hacer ciudades” es importante se-
ñalar que, al menos a nivel del gobierno federal, se ha formalizado la integración
en el diseño e instrumentación de las políticas para la incorporación de tierra,
sobre todo, de propiedad colectiva a usos urbanos; el desarrollo urbano y la

3
El Centro del Transporte Sustentable, (cts); El Instituto Mexicano de Competitividad, (imco);
y El Centro de Mario Molino, (cmm). http://centromariomolina.org/7-propuestas.

90
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

construcción de viviendas. De tal manera, los trabajos referidos a “otorgar cer-


teza jurídica a los núcleos agrarios; planificar, coordinar, administrar, generar y
ejecutar las políticas públicas de ordenamiento territorial, asegurar una vivienda
digna, un desarrollo urbano y rural4”, etc., se pueden llevar a cabo dentro de la
misma dependencia federal. Así mismo, los tres programas en materia de orde-
namiento territorial, desarrollo urbano, regional, agrario y vivienda a mediano
plazo, han sido diseñados e instrumentados durante la presente administración
por la misma instancia: la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano
(Setadu, 2014). Es decir, las acciones relacionadas con la desincorporación del
suelo social, el ordenamiento territorial y la construcción de viviendas en zonas
urbanas han podido supervisarse, coordinarse y ejecutarse de una mejor manera
que antes, al menos desde el punto de vista teórico.
Bajo esta novedosa modalidad, además de las reestructuraciones y de los
reacomodos realizados en las funciones administrativas al nivel federal, tam-
bién se notan algunas adecuaciones y ajustes importantes sobre las políticas de
vivienda que se pusieron en marcha hasta 2012, sobre todo, las modificaciones
efectuadas en las reglas de operación para el otorgamiento de los créditos que
concederán las dos instituciones financieras públicas.
Un aprovechamiento ordenado; primeramente, el impulso a la vivienda ver-
tical en lugar de la horizontal tanto en las zonas urbanizadas como las recién
incorporadas, sin duda, permitirá el aumento en la eficiencia del uso del suelo.
De esta manera, el aprovechamiento de vacíos urbanos y el desarrollo de en-
sanches perimetrales de mayor densidad podrán también facilitar la introduc-
ción de infraestructura y equipamientos urbanos, generando con ello menores
impactos en el costo de las viviendas y en el deterioro del medio ambiente.
En segundo lugar, se incentiva a que el crecimiento y reemplazo del parque
habitacional requerido en las próximas décadas se concentre hacia el interior
de áreas urbanizadas, estableciendo criterios claros para el crecimiento orde-
nado de las ciudades y de su consolidación mediante procesos adecuados de
densificación y aprovechamiento eficiente de vacantes intraurbanas (predios
baldíos y subutilizados). De tal forma, la ocupación de los vacíos intraurbanos
de las ciudades y metrópolis representa una oportunidad para generar un desa-
rrollo urbano denso, ordenado y sustentable, aunque actualmente los gobiernos
locales tienen pocos recursos para aprovechar este potencial (Segob, 2014).
Por tal motivo, el Gobierno Federal rediseñó normas para el otorgamiento
de subsidios que ahora se realizan de acuerdo a los perímetros de contención
urbana establecidos por la Conavi inscritos en el Registro Único de Vivienda
(ruv). Estos perímetros se determinaron en función del nivel de consolidación

4
Identidad institucional definida propiamente por la Sedatu.
Véase en http://www.sedatu.gob.mx/sraweb/conoce-la-secretaria/mis-vis-obj/.

91
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

urbana medido a través del acceso a fuentes de empleo, servicios de infraes-


tructura, equipamiento y movilidad. Como un ejemplo, en el Cuadro 3 se
puede apreciar los distintos puntajes asignados a los tres contornos distintos.

Cuadro 3.
Puntajes asignados a la ubicación de vivienda

Dimensión Variables Parámetros Puntaje

Ubicación Polígonos de ubicación Intraurbano 300


Primer contorno 210
Segundo contorno 90

Fuente: conavi, “Acuerdo de la Junta de Gobierno por el que se aprueban las Reglas de Op-
eración del Programa de Esquemas de Financiamiento y Subsidio Federal para Vivienda Esta
es tu Casa para el ejercicio fiscal 2012”.dof, 26 de diciembre de 2011.

5
Áreas intraurbanas son las zonas de las ciudades del país ubicadas dentro de los perímetros
de contención U1 y U2 establecidos por Conavi.
Perímetros de Contención Urbana: son polígonos determinados por la Conavi en las ciuda-
des del país, determinados mediante metodologías geoespaciales a partir de fuentes oficiales
que identifican geográficamente el nivel de consolidación urbana mediante el acceso de sus
habitantes a fuentes de empleo, servicios de infraestructura y equipamiento, y movilidad. Se
clasifican en tres ámbitos o contornos: intraurbano U1, son zonas urbanas consolidadas con
acceso a empleo, equipamiento y servicios urbanos; primer contorno U2, zonas en proceso de
consolidación con infraestructura y servicios urbanos de agua y drenaje mayor al 75 por ciento
y, segundo contorno U3, zonas contiguas al área urbana, en un buffer (cinturón periférico al área
urbana definido de acuerdo al tamaño de la ciudad). Para identificar estas zonas se utilizará la
cartografía proporcionada por la Subdirección General de Sustentabilidad de la Conavi al ruv.

92
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Algunas reflexiones sobre las políticas


actuales de viviendas

Las adecuaciones realizadas por las autoridades en torno a las políticas de


vivienda tienen el propósito de frenar la velocidad en la expansión masiva
y desordenada de las manchas urbanas registrada durante la última década;
así como mejorar la eficiencia en el uso de suelo. No obstante, el desarrollo
hacia al interior de las ciudades a través del aprovechamiento de los vacantes
intraurbanas y el fomento de construcción de viviendas verticales podrían
provocar también consecuencias dañinas para el desarrollo y la construcción
sustentable de las ciudades, los cuales requieren de estudios a mayor detalle
y profundidad.
En primer lugar, el aumento de la densidad en el uso de suelo podría po-
tencializar el aprovechamiento de las infraestructuras existentes en las zonas
urbanizadas; sin embargo, cuando la densidad de población media urbana
rebasa cierto límite, muy probablemente se generarían resultados no deseados
(surgimiento de mayor número de embotellamientos del tráfico, la disminución
en la calidad de servicios básicos, insuficiente suministro del agua potable,
ineficiente sistema de drenaje, etc.). Dicho de otra forma, la concentración
poblacional y sus implicaciones negativas podrían regresar de nueva cuenta a
las ciudades, sobre todo las grandes.
En segundo lugar, la misma concentración poblacional en las grandes ciu-
dades pondría a los municipios periféricos en una situación desventajosa en
términos de atracción y arraigamiento de sus habitantes. Ante la construcción
considerable de departamentos en las grandes ciudades y las facilidades en el
otorgamiento de créditos para este tipo de viviendas, no solamente la gente
lugareña buscaría no salirse, sino también los ubicados en los municipios peri-
féricos podrían dejar sus localidades de origen y mudarse a las grandes urbes
para aprovechar la cercanía a los centros del empleo, los mejores servicios
públicos, las condiciones relativamente más adecuadas en las infraestructuras,
etc. Derivado de ello, muy probablemente las ciudades de mediano y peque-
ño tamaño podrían perder sus incentivos para atraer, e inclusive, arraigar los
habitantes, lo cual para algunos sería difícil de lograr al sostener el status del

93
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

“dormitorio” y entrarían a la fila de “ciudades fantasmas”. Por ello, las adecua-


ciones en políticas de vivienda deberán considerar las capacidades instaladas en
el abastecimiento de los servicios y de las infraestructuras básicas en cada una
de las localidades para evitar tanto la sobreexplotación como la subutilización.
Tercero. Como se ha mencionado con anterioridad, se ha acumulado una
cantidad importante del suelo desincorporado del régimen social durante los
últimos 10 años a consecuencia de la expansión masiva de zonas urbanas y
de la construcción creciente de viviendas horizontales, derivado tanto por la
demanda real como por la especulación; sin embargo, no todos se han incor-
porado para usos urbanos por diversas razones. Esto es, en las zonas recién
urbanizadas existen suelos baldíos y subutilizados, sobre todo en los munici-
pios lejanos de las grandes ciudades generalmente con extensiones mayores
de territorio. Con frecuencia, estos suelos se encuentran aislados y bloqueados
por las viviendas construidas; ante la aplicación de políticas de promover cons-
trucciones verticales, cada vez más se ha dificultado su incorporación efectiva
a usos urbanos. Al mismo tiempo, estos suelos tampoco son aptos para las ac-
tividades agrícolas como tradicionalmente que se realizaban; en consecuencia,
los campesinos han tenido que asumir el costo de oportunidad. Lo anterior
implicaría que las futuras desincorporaciones del suelo social deberían estar
de acuerdo con la demanda real del desarrollo sustentable de las ciudades y al
mismo tiempo cuidar a la población del segmento de ingreso bajo, evitando
también el desperdicio y la especulación del suelo.

94
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Referencias

Centro Mario Molina (2013). Reforma Urbana: 7 propuestas para las Ciudades
de México, http://centromariomolina.org/7-propuestas.
Comisión Nacional de Vivienda (Conavi), Acuerdo de la Junta de Gobierno
por el que se aprueban las Reglas de Operación del Programa de Esquemas
de Financiamiento y Subsidio Federal para Vivienda Esta es tu Casa, para el
ejercicio fiscal 2012. Diario Oficial de la Federación.
Dirección de Apoyo al piso de la Procuraduría Agraria, Estrategias de política
pública para incorporar suelo de origen ejidal y comunal al desarrollo
urbano y la vivienda, Estudios Agrarios, núm. 13, 1999, págs. 115-138,
Procuraduría Agraria.
Fundación Centro de Investigación y Documentación de la Casa, A.C (ci-doc)
y Sociedad Hipotecaria Federal (shf), Estado Actual de la Vivienda en Mé-
xico, 2013, varios números.
Garcés, Cesar (2009), Suelo urbano para la población pobre de México, en
La Situación Demográfica de México, págs. 87-102, Consejo Nacional de
Población, México, 2009.
Riveros, Leonardo (2003), La Incorporación de terrenos ejidales y comunales
al desarrollo urbano, Estudios Agrarios, núm. 24, 2003, págs. 1-38, Procu-
raduría Agraria, México.
Sedesol (2012). La Expansión de las Ciudades 1980-2010, México. Segunda
edición, 2012.
Sedesol, Conapo e inegi. (2004). Delimitaciones de Zonas Metropolitanas de
México, 2000.
______(2012). Delimitaciones de Zonas Metropolitanas de México, 2010.
Segob (diciembre, 2013). Programa Sectorial de Desarrollo Agrario, Territorial y
Urbano, 2013-2018 (psdatu), en el Diario Oficial de la Federación (dof).
______(abril, 2014). Programa Nacional de Desarrollo Urbano, 2014-2018
(pndu), en el Diario Oficial de la Federación (dof).
______(abril, 2014). Programa Nacional de Vivienda 2013 - 2018 (pnv), en el
Diario Oficial de la Federación (dof).
______ (abril, 2014). Programa Nacional del Desarrollo Urbano (pndu), 2014-
2018, Diario Oficial de la Federación, 30 de abril de 2014.
Téllez, Luis (1994), La modernización del sector agropecuario y forestal, una visión
de la modernización de México, Fondo de Cultura Económica, 1994, México.

95
Sostenibilidad de los servicios
de salud como proporción del
gasto por tipo de aseguramiento.
Un análisis comparativo entre lo
rural y urbano

Hugo Nathanael Lara Figueroa

El Colegio del Estado de Hidalgo


Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Introducción

Un sistema de salud “sostenible” es aquél que garantiza el acceso de servicios de


salud a la población mediante la prevención y atención de alguna enfermedad;
que evita que ésta incurra en una catástrofe financiera o el empobrecimiento
derivado del gasto para tales servicios (oms: 2007b, Repullo y Segura, 2006).
En México existen tres tipos de financiamiento a la salud: por recaudación
del Estado (mediante impuestos generales y específicos), cotizaciones a la se-
guridad social (vía recaudación de impuestos sobre nómina) y pagos privados
(pagos directos de bolsillo1 o de primas de seguros privados). Mientras los dos
primeros corresponden a sistemas de aseguramiento y son bienes restringidos a
un cierto grupo de población que habita predominantemente en zonas urbanas
con capacidad de pago y sin padecimientos preexistentes, los pagos privados
se desglosan en tres tipos de fuentes: el pago directo al momento de la aten-
ción (gasto de bolsillo), el prepago de seguros médicos, y las transferencias en
efectivo o en especie que realizan empresas sin fines de lucro (donaciones).
Para que los sistemas de salud sean sostenibles deben ser equitativos, además
de contar con un fuerte porcentaje de aportación del gasto público —sobre el
60 por ciento— y un bajo aporte de bolsillo (oit/ops: 1999).
El análisis del gasto de los hogares en salud permite comprender las eleccio-
nes que realizan al asignar recursos para la obtención de bienes y servicios de
salud. Factores tales como: el ingreso familiar, las restricciones horarias, el costo
de los servicios y el transporte, la disponibilidad y calidad de los servicios, las
preferencias culturales y la percepción de la necesidad de buscar tratamiento,
desempeñan un papel importante en la posibilidad de las familias para contar
o no con acceso a los servicios de salud y beneficiarse de ellos.
La participación y composición de gastos de salud del hogar y las compa-
raciones entre grupos de ingresos ofrecen importante información sobre las
elecciones relacionadas con el gasto de los hogares y, a menudo, reflejan la
disponibilidad de los recursos y servicios públicos.

1
El financiamiento a través de pagos directos de bolsillo se refiere al total de erogaciones que
los hogares realizan para poder recibir atención. Estas erogaciones incluyen tanto los gastos
relacionados directamente con la atención, como los necesarios para su acceso.

99
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Cuando una persona incurre o requiere prevención o atención médica de


alguna enfermedad y éste no cuenta con algún tipo de protección en materia
de salud, puede acudir y poner en riesgo su economía, o bien, puede decidir
no usarlo, sacrificando su bienestar en términos calidad de vida. Se requiere
de un sistema de salud sostenible, que permita el acceso con equidad de las
personas con menos ingresos y una atención de calidad.
Con respecto al gasto de bolsillo, éste puede tener diversas fuentes: los
ingresos monetarios regulares, los ahorros monetarios, el endeudamiento, la
venta de bienes del hogar o del patrimonio familiar y, en algunas ocasiones, el
sacrificio de otros satisfactores básicos (educación por mencionar un ejemplo).
Dentro del análisis del financiamiento mediante gasto de bolsillo se han
planteado dos enfoques que pueden ser complementarios: el gasto catastrófico
y el gasto empobrecedor. El primero representa un gasto catastrófico cuando
el 30 por ciento o más del ingreso o consumo disponibles, son destinados a
la adquisición de servicios de salud2. El segundo enfoque define un gasto en
salud como empobrecedor cuando éste desplaza a un hogar por debajo de la
línea de la pobreza (lp) o bien, cuando profundiza su pobreza si es que ésta ya
se encontraba por debajo de dicha línea (Hernández, et al, 2008).
Un indicador determinante para medir el grado de protección financiera
es la proporción del gasto en salud realizado directamente del bolsillo de los
hogares, la cual es considerada como la forma menos eficiente e incluso injusta
de financiar un sistema de salud.
El análisis sobre la proporción de gasto de bolsillo en los hogares de México
cobra relevancia debido a que éste permite identificar la proporción de hogares
que sufragan pagos directos para obtener algún servicio para la salud, pero
además, contribuye a identificar cuántos de ellos incurren en gasto catastrófico,
lo cual refleja el desempeño que tiene el sector salud en términos de protec-
ción financiera (justicia); de no contar con ella, puede provocar o acentuar
el empobrecimiento de los hogares si es que ya se encontraban en pobreza.

2
El gasto catastrófico se define como aquella erogación en salud superior al 30 por ciento del
ingreso disponible (el ingreso con el que se cuenta una vez cubiertos los gastos de vivienda,
alimentación y educación).

100
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Material y métodos

La mayoría de estudios que analizan la evolución del gasto catastrófico y em-


pobrecedor en México se han desarrollado utilizando la Encuesta Nacional
de Ingreso y Gasto de los Hogares (enigh). Para el presente estudio se tomó
como referencia la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ensanut) reali-
zada en 2012. Las razones que justifican este hecho se debe a que ésta es una
encuesta diseñada para conocer diversos aspectos sobre las condiciones de
salud y aseguramiento de la población en nuestro país, lo cual puede resultar
atractivo para realizar estudios comparativos de ambas bases en dichos rubros.
Por otra parte, la encuesta cuenta con información específica sobre erogaciones
realizadas directa e indirectamente (gasto en transporte u otros por motivos
de salud) para recibir atención médica. No obstante, dicha encuesta puede
considerarse limitada en cuanto a información económica de los hogares. La
ensanut tiene una cobertura nacional y es representativa a nivel estatal y por
estrato de marginación. Cuenta con información de 59,035 hogares que al ser
ponderado por los factores de expansión representa un total de 29, 429, 252
hogares reportados (de manera estimada) durante el levantamiento.
Durante el análisis fue necesario restringir la información a modo de incluir
solamente a aquellos hogares que sufragaron algún tipo de gasto en salud, así
como quienes contaban con información completa sobre los diferentes rubros
de gasto por concepto de alimentación en la encuesta.
La medida de justicia en el financiamiento que se aplica en el presente
documento es parte del marco utilizado por la Organización Mundial para la
Salud (oms) para evaluar el desempeño de los sistemas de salud (oms, 2000;
Murray y Frenk, 2000a).
De esta manera, la contribución financiera de los hogares se define como:
HFCh=HEh
ENSIh

Donde hfch es la contribución financiera que el hogar h hace al sistema de


salud; heh es el gasto en salud del hogar h, y ensih es el ingreso disponible
menos el gasto de subsistencia del hogar h.

101
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Un HFCH aproximado se puede estimar utilizando la fórmula:

HFCh=Gasto total en saludh = HSh


Ingreso efectivoh (Exp+aTax-alim)h

HSh, representa la suma del gasto de bolsillo y el de aseguramiento en salud


(impuestos, contribuciones a la seguridad social, los seguros privados o el
gasto directo de bolsillo).
El denominador del HFCh es una medida del ingreso efectivo del hogar me-
nos el gasto de subsistencia. En este se incluyen: gasto total per cápita (Exp)
y el gasto per cápita en alimentos (alim).
El gasto total del hogar (Exp) se refiere a la cantidad que se desembolsa en
cada hogar para el pago de todos los bienes y servicios. Alim se refiere a la can-
tidad gastada en bienes alimenticios en cada hogar, incluyendo el autoconsumo
de la producción de alimentos. El cálculo del gasto en alimentos involucra la
suma de todos los rubros considerados como insumos alimenticios, excluidos
el gasto en bebidas alcohólicas, tabaco y todo tipo de alimentos consumidos
fuera del hogar.
Finalmente, el denominador excluye los pagos impositivos, con excepción de
los impuestos generales y las contribuciones a la seguridad social, que pueden
ser derivadas del pago de servicios para la salud (aTax).
Una alternativa adicional, y que será la utilizada en el presente estudio para
medir el HFC, se puede resumir de la siguiente forma:

HFCh= Gasto en saludh= Gasto catastróficoh= Gasto mensual en saludh


(Capacidad de pago)h Gasto disponible

Donde: Gasto disponible= Gasto total - (Gasto en alimentos)

Con dicha acotación se establece que la contribución financiera de los hogares


(hfc) mide el porcentaje de la capacidad de pago destinado al gasto en salud;
cuando rebasa el 30 por ciento del ingreso (y para el presente caso del gasto)
disponible ante pagos para la salud no planificados se determina que el hogar
ha incurrido en gasto catastrófico.

Resultados del estudio; gasto de bolsillo

De acuerdo con los resultados obtenidos, más de la mitad de los hogares exis-
tentes en México tuvieron que realizar algún tipo de pago directo para recibir
atención médica. Este dato se asemeja a lo obtenido en estudios previos rea-
lizados donde el porcentaje del gasto de bolsillo es de alrededor del 58 por

102
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

ciento (Torres y Knaul, 2003), lo cual refleja que, a pesar de las estrategias
implementadas para reducir el gasto en este rubro, se han logrado pocos avan-
ces al respecto. Al estratificar la información por nivel de ingreso se observa
que existe una tendencia a ser los quintiles más altos quienes gastan en pro-
medio mayores recursos cuando se enfrentan a un periodo de enfermedad (o
prevención de la salud).
En la figura 1 se observa que los hogares ubicados en los últimos quintiles
son quienes sufragan mayores recursos por recibir servicios para la salud. Si
bien esta información sugiere que en México los servicios de salud pueden
ser considerados como justos en términos financieros (pagan más quienes
pueden hacerlo). La mayor proporción del gasto de bolsillo de las familias de
mayores ingresos no necesariamente refleja una distribución adecuada de la
carga financiera.
Figura 1.
Proporción y gasto de bolsillo promedio de en el estado de México. Quintiles.

43.6
56.4

Con gasto de bolsillo Sin gasto de bolsillo

Fuente. Elaboración propia con base a datos de la Ensanut 2012.

Cuadro 1.
Ingreso/Gasto promedio por quintil

1er Quintil 2do Quintil 3er Quintil 4to Quintil 5to Quintil

1581.611 3694.438 4744.8 6324.073 11633.61

Fuente. Elaboración propia con datos de la Ensanut 2012

103
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Respecto a la distribución del gasto de bolsillo por tipo de localidad, los re-
sultados muestran una tendencia similar: las localidades metropolitanas son
quienes en promedio sufragan más recursos por motivos de salud, sin embargo,
las diferencias en el ingreso/gasto total es cercana al doble si se compara el
ingreso entre quienes habitan localidades rurales.

Figura 2.
Gasto de bolsillo promedio tamaño de localidad.

599.4
489.2
600
417.1
500
400
300
200
100
0
Rural Urbano Metropolitano

Fuente. Elaboración propia con base a datos de la Ensanut 2012.

Cuadro 2.
Ingreso/Gasto promedio por localidad

Rural Urbano Metropolitano


3457.876 4875.924 6871.145

Fuente. Elaboración propia con datos de la Ensanut 2012

Al estratificar los resultados por grado de marginación, la información revela


que en los hogares de alta marginación el gasto promedio es menor que en
aquellos de menor marginalidad. No obstante, y al igual que en los casos ante-
riores, los sectores poblacionales más afectados son los de menores ingresos.

104
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Figura 3.
Gasto de bolsillo promedio por grado de marginación.

576.3

600 407
500

400

300

200

100

0
Baja Marginación Alta Marginación

Fuente. Elaboración propia con datos de la Ensanut 2012.

Cuadro 3.
Ingreso/Gasto promedio por grado de marginación

Alta Marginación Baja Marginación


3943.771 6230.933

Fuente. Elaboración propia con datos de la Ensanut 2012.

Los resultados anteriores ponen en relieve el papel que tiene tanto el nivel de
ingreso y tamaño de localidad, como el grado de marginación en la distribución
de la carga financiera, particularmente porque en los primeros quintiles y en
las regiones rurales y marginadas es en donde el gasto total en servicios para
la salud es proporcionalmente mayor respecto a su ingreso (gasto) promedio,
ello en comparación al resto de los estratos.

Gasto catastrófico

Respecto a la proporción de gasto catastrófico en los hogares se encontró que,


a nivel nacional, casi el 11 por ciento de los hogares han destinado más del

105
30 por ciento de sus recursos económicos disponibles por motivos de salud.
Este hecho se profundiza en los hogares de menores ingresos ya que, como
se observa en la gráfica 3, los primeros quintiles tienen porcentajes de dos
dígitos respecto a la proporción de hogares que incurren en gasto catastrófico,
mientras que en los hogares clasificados en los quintiles más altos la incidencia
del gasto catastrófico es considerablemente menor. Adicionalmente, llama la
atención que el primer quintil tiene la mayor proporción de hogares con gasto
catastrófico, cifra superior a la observada a nivel nacional (16 y 10.7 por ciento
respectivamente).
Figura 4.
Proporción de gasto catastrófico por quintiles.

105
100
8.7 9.2 8.9
95 10.2 10.7
89.3 10.7 16.0
90
85 91.3 90.8 91.1
89.8 89.3
80 84.0

Sin gasto catastrófico 75


Con gasto catastrófico

Fuente. Elaboración propia con base en datos de la Ensanut 2012.

Los resultados obtenidos reflejan que en los hogares con niveles inferiores
de ingreso son quienes mantienen una mayor propensión a incurrir en gasto
catastrófico, lo cual puede llevarlos a caer en pobreza, o bien, a profundizarla
si es que ya se encuentran en ella.

Gasto catastrófico por tipo de aseguramiento

Uno de las principales estrategias para mejorar la protección financiera de los


hogares ha sido la implementación de mecanismos de protección en salud con
cobertura universal, ello particularmente a que la justicia en el financiamiento
de la salud ha sido relacionado principalmente a la falta de aseguramiento.
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Diversos estudios han encontrado que los esquemas de prepago mejoran la


distribución de la carga financiera en el aseguramiento para toda la población
(Knaul F. M., Arreola, Borja , Méndez, y Torres, 2003).
Atendiendo esta problemática, en nuestro país se introdujo en el Programa
Nacional de Salud 2001-2006, el proyecto del Seguro Popular de Salud (sps) para
extender el aseguramiento a toda la población y una reforma a la Ley General
de Salud en 2003 donde se creó el Sistema de Protección Social en Salud (spss).
Con estos cambios se ha buscado extender los servicios del SPS a fin de re-
ducir la probabilidad de incurrir en gasto de bolsillo, principalmente del que
genera gasto catastrófico y/o empobrecedor en aquellos sectores que carecen
de acceso a esquemas de protección financiera y aseguramiento (Torres y
Knaul, 2003).
A pesar de los esfuerzos realizados para ampliar la cobertura en el asegura-
miento, la ensanut muestra que en nuestro país existe una parte de los hogares
que aún no cuentan con ningún tipo de sistema de aseguramiento. Por otra
parte, la mayor proporción de los hogares cuentan con servicios provistos por
sistemas de seguridad social (imss, issste, Pemex, Marina), seguido por los
servicios para la salud pública, mientras que menos del 1 por ciento cuentan
con aseguramiento privado.

Figura 5.
Proporción de gasto catastrófico por tipo de aseguramiento*.

100
98
33.1 1.1 96 10.3 9.0
11.5 11.7
94
44.5 21.2 92
90
88 91.0
86 88.5 89.7 88.3
84
Ninguna 82
Seguridad Social
SSA
Privado

* Tipo de servicio que reportaron los encuestados.


* Se consideró únicamente a la primera afiliación que los utilizadores reportaron.

Fuente. Elaboración propia con base en datos de la Ensanut 2012.

107
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Respecto a la proporción de gasto catastrófico, llama la atención que son los


hogares afiliados a servicios de salud públicos quienes mantienen el porcen-
taje más alto de gasto catastrófico, aún por encima de quienes no reportan
ningún tipo de afiliación. Este hecho bien puede ser explicado debido a que
las instituciones de salud públicas son quienes mantienen el menor porcentaje
de disponibilidad de medicamentos y material de laboratorio, y a que éstos
son los centros de atención que habitualmente se encuentran más alejados3,
lo cual obliga a las personas a tener que sufragar un gasto de bolsillo en dichos
rubros (Lara, 2015).
La información anterior se complementa cuando se estratifican las
proporciones de gasto catastrófico por grado de marginación. Al respecto
encontramos nuevamente que tanto los hogares afiliados al sistema de salud
público como aquellos que no cuentan con ninguno son quienes mantienen los
porcentajes más altos de hogares que incurren en gasto catastrófico. Esto aplica
tanto para hogares que viven en localidades de alta y baja marginación. Por su
parte, los hogares que incurren en menor porcentaje de gasto catastrófico son
quienes cuentan son servicios de seguridad social y privados, estos últimos,
por debajo de la proporción global en ambos estratos de marginación.

Figura 6.
Proporción de gasto catastrófico por aseguramiento y grado de marginación.

100
8.5 6.5
95 11.1 9.8 11.5 9.4 10.5 11.5
13.2 12.1

90
93.5
90.2 90.6 91.5
85 88.9 88.5 89.5
86.8 87.9 88.5

80

Baja Marginalidad Alta Marginalidad

Sin gasto catastrófico

Fuente. Elaboración propia con base en datos de la Ensanut 2012.

3
De acuerdo a la Ensanut 2005, el promedio de tiempo de traslado es mayor en el caso de las
instituciones de salud públicas. Cabe aclarar que dicha información fue obtenida a partir de
lo que los usuarios reportan que tardaron en trasladarse al lugar de atención.

108
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Un elemento interesante tiene que ver con los cambios en las proporciones
de hogares con gasto catastrófico cuando se estratifica la información por
tamaño de localidad.
Figura 7.
Proporción de gasto catastrófico por aseguramiento y tipo de localidad.

100
7.5 9.9 9.2 9.2 8.4 10.7
95 11.1 12.9 13.4 11.0 13.4 15.0
15.1
90
85 92.5 90.1 90.8 90.8 91.6 89.3
80 84.9
88.9 87.1 86.6 89.0 86.6 85.0

75

Rural Urbano Metropolitano


Sin gasto catastrófico Con gasto catastrófico

Fuente. Elaboración propia con datos de la Ensanut 2012.

Como se puede observar en la gráfica 6 en las localidades rurales el porcentaje


más alto de hogares que inciden en gasto catastrófico se da en aquellos que
no cuentan con algún tipo de cobertura, seguido de los servicios públicos y,
por último, de quienes cuentan con seguridad social. Por su parte, en las lo-
calidades urbanas el gasto catastrófico mantiene el porcentaje más alto en los
servicios privados, los servicios públicos y grupos sin cobertura con la misma
proporción; en tercer lugar, los que cuentan con seguridad social. Finalmen-
te, en las zonas metropolitanas el gasto catastrófico tiende a ser mayor en los
hogares donde no existe ninguna afiliación, seguido de los servicios públicos
y de seguridad social, mientras que los afiliados con servicios particulares son
los que permanecen con la menor proporción de gasto catastrófico.
La información anterior cobra vital relevancia, particularmente, porque
la mayoría de estudios en el tema de gasto catastrófico y empobrecedor han
identificado al sistema de aseguramiento como el principal elemento que pue-

109
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

de contener el gasto de bolsillo (y catastrófico) de los hogares. Si bien estos


resultados se contraponen a los hallazgos previos sobre esta problemática,
las diferencias sugieren que la mera afiliación a algún servicio no basta para
reducir el gasto catastrófico, sino que se requiere implementar un conjunto
de estrategias complementarias que incluyan elementos tales como: un abasto
adecuado de medicamentos, disponibilidad de material clínico para exámenes
de laboratorio, pero también centros de salud accesibles en términos de in-
fraestructura y cercanía a las zonas que atienden.
De esta manera, al estratificar los resultados, los mayores porcentajes de
gasto catastrófico de quienes no cuentan con ningún servicio de salud o quie-
nes están adscritos a servicios de salud pública, reflejan las problemáticas de
acceso efectivo, por un lado, pero también de desabasto en medicamentos,
atención médica inoportuna (cuando los servicios se dan con previa cita),
así como por costos indirectos asociados al proceso de atención (pagos por
traslado). Para el caso de las localidades urbanas el mayor porcentaje de gasto
catastrófico de los hogares, en comparación al resto de los estratos, sugiere
problemas de saturación en la atención de los derechohabientes, provocando
tiempos de espera largos (lo cual puede derivar en el empeoramiento de algún
padecimiento o enfermedad) que desplazan a los usuarios hacia otro tipo de
servicios para atenderse (el hecho de que una persona se encuentre afiliada a
algún servicio, no implica necesariamente que éste se atienda ahí). Estas in-
ferencias han sido documentadas en otros estudios donde se observa el papel
que tiene la disponibilidad de medicamentos, pero también, el acceso a tales
servicios (Sesma Vázquez, Sosa Manzano, Pérez Rico, y Gómez Dantés, 2003)
(Torres y Knaul, 2003).
Finalmente y para el caso de las localidades metropolitanas, se observó
que quienes incurren en mayor gasto catastrófico son los que no pertenecen
a ningún servicio de salud, seguido de los que cuentan con servicios públicos
y de seguridad social. El que las proporciones de gasto catastrófico en dichas
categorías sea similar puede deberse a la existencia de un fuerte desabasto
de material clínico o medicamentos en los servicios que proporcionan tales
instituciones.

110
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Conclusiones

El gasto de bolsillo en salud se concentra fundamentalmente en los quintiles


de ingreso más altos. Sin embargo, al estratificar la información por grado de
marginación y localidad, se encuentra que los grupos más afectados son quie-
nes habitan localidades rurales y de alta marginación al destinar una mayor
proporción de la cantidad de sus recursos totales.
Las mayores proporciones sobre la incidencia de gasto catastrófico se en-
cuentran ubicadas entre los primeros quintiles, así como en los hogares que
habitan en localidades rurales, urbanas y de alta marginación. Ello sugiere que
los esfuerzos de cobertura y aseguramiento deban concentrarse en dichos
grupos poblacionales de manera más efectiva.
Por otra parte, si consideramos que el gasto de bolsillo se sufraga principal-
mente para medicina curativa, resulta igualmente importante la implementación
de campañas más efectivas para la promoción de estrategias preventivas que
reduzcan la probabilidad de necesitar medicamentos que no se encuentren
contemplados en el cuadro básico del sistema de salud, pero también, de im-
plementar programas que han probado su efectividad tales como “Médico en
tu casa” que permitan reducir los gastos indirectos que tienen los hogares en
México cuando un miembro del hogar requieren de algún tipo de atención.

111
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Referencias

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Xu, Ke (2005). Distribución del gasto en salud y gastos catastróficos. Metodología.
World Healt Organization. (who).

112
Análisis de los factores
que condicionan la movilidad
urbana en la Ciudad de Pachuca
de Soto, Hidalgo

Yoan Saidt Beltrán Martínez y María del


Rosario Dolores Mijangos

Facultad de Arquitectura, Universidad


Autónoma del Estado de Hidalgo
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Introducción

La movilidad urbana es el deseo de los humanos para desplazarse de un lugar


a otro para satisfacer necesidades laborales, sociales y de recreación dentro de
una ciudad. Esta movilidad viene acompañada de dos términos que parecieran
ser los mismos, pero que en realidad son conceptos diferentes. Nos referimos
a la accesibilidad y la conectividad. La conectividad hace referencia aquella
capacidad para unir dos lugares, mientras que la segunda implica la facilidad
de llegar a ellos. Con el crecimiento del espacio habitado y la necesidad de
desplazamiento, los medios de transporte motorizados han participado en la
modificación de la ciudad hacia una ciudad difusa cuya estructura dificulta la
movilidad. No la limita, pero si la hace poco accesible (Ramos, 2004, p. 50).
El concepto de movilidad se ha separado paulatinamente del concepto de
transporte. Esto porque en realidad son conceptos con un alcance diferente
(Herce, 2009). La movilidad se refiere a una actividad de personas o indivi-
duos que habitan en las ciudades, sin dejar de lado las comunidades rurales,
simplemente lo desasociamos por contextos distintos, pero la necesidad es la
misma. El transporte se refiere a las máquinas y a los vehículos automotores.
La regulación, ordenamiento y gestión del transporte es pues, diferente al de
la estrategia de movilidad. El derecho a la movilidad es, ante todo, un derecho
a moverse con dignidad mediante medios mecánicos o propios como caminar.
Las etapas de los sistemas de transporte pueden dividirse en primitiva,
feudal, industrial y moderna (Lelis e Islas, 2007, p. 12). Es en esta última que
con la llegada del transporte se revolucionarían no sólo los medios y modos
de producción, sino toda la vida urbana: el automóvil.
El nuevo modelo social de movilidad puede verse reflejado en un incremento
del trabajo autónomo y diversificación de los lugares de trabajo, tendencias al
equilibrio en la distribución de los viajes a lo largo del día, así como el encare-
cimiento de los viajes en vehículo privado, han jugado como incentivos para
cambiar los modos de transporte, tendencias sobre la utilización del vehículo
privado los fines de semana, mayor conciencia social sobre el costo energético
y medioambiental, así como resultado de un fuerte impulso a los conceptos de
sustentabilidad (Herce, 2009, p. 27).

115
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Etapas de la movilidad en Pachuca

Pachuca es una ciudad que se ha caracterizado por un crecimiento poblacional


acelerado en los últimos años (Granados, Franco y Carrillo, 2010, p. 10). Esto
está directamente relacionado con la extensión del territorio y la ocupación
del suelo, en cuyo caso se pueden determinar cuatro etapas de crecimiento. La
primera etapa en la zona del Centro histórico, generando viajes intraurbanos
en un radio de 1 km, y con medios que van desde anda a pie, caballo, tranvías
y tren eléctrico, estos últimos dada la necesidad de conexión con las minas.
Se identifica una segunda etapa a partir de 1979, con un radio de 3 km. de
extensión, con formas de movilidad públicas (servicio público de camiones)
y no motorizadas (pie). De igual forma se identifica el crecimiento de auto-
móviles particulares y una movilidad en bicicleta que se da principalmente en
las zonas de clase trabajadora.
Será en la tercera etapa en 1993 con la oleada de crecimiento, a partir de la
creación de conjuntos habitacionales, que se hizo necesaria la diversificación
del transporte público, ampliando la oferta de taxis, autobuses y la consolida-
ción de transporte tipo “van”, en la que las dimensiones de la unidad hacen
trayectos cada vez más rápidos.

117
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Figura 1.
Diferentes modos de transporte en la ciudad de Pachuca
Edificio Bancomer, col. Menes

Vista hacia el oriente de la Plaza Independencia.


Colección: Juan Manuel Menes Llaguno.

Estción del Mexicano 1925, col. Menes

Estación del Mexicano 1925. Estación del Ferrocarril. El mexicano, ca.1921.


Foto: Galván. Fuente: AHMM/Fondo Onofre Azpeitía (nitrato de celulosa)
Colección: Juan Manuel Menes Llaguno

118
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Mercado Barreteros en 1929

Mercado de Barreteros , 1927. Foto: Galván. Fuente: ahmm/Fondo


Onofre Azpeitía. Colección: Juan Manuel Menes Llaguno

Interior de la Estación del Mexicano

Interior de la Estación del Mexicano.


Colección del Archivo histórico del Estado de Hidalgo.

119
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Calles de Guerrero

Calle de Guerrero.
Colección del Archivo histórico del Estado de Hidalgo.

Sin embargo, es aquí cuando se genera una disminución en los viajes en bici-
cleta, debido principalmente a la localización de estas zonas habitacionales,
alejadas del centro de la ciudad y con pocas vías de conexión. Este fenómeno
de dispersión propició que la bicicleta, por citar un ejemplo de transporte, se
quedara slo en el panorama de la recreación.
La última etapa entre los años 2000 y 2005, surgen nuevos proyectos de
vivienda al sur de la ciudad, acrecentando el problema de la dispersión de
la ciudad, debido a la construcción de vivienda horizontal, generando baja
densidad poblacional y la necesidad de viajes cada vez más largos, y con un
aumento en el parque vehicular. La congestión vehicular no es provocada por
el número de automóviles en circulación, sino que ésta se intensifica por el
incremento en la cantidad de viajes.

120
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

La motorización

El índice de motorización (im) es un parámetro que sirve para medir tanto la


forma de penetración en las zonas urbanas como las implicaciones sociales y
económicas que esto genera. Así, im mide el número de vehículos de motor
registrados en circulación por cada 1000 habitantes, lo cual ofrece una muestra
del crecimiento del parque vehicular en el estado de Hidalgo.

Tabla 1.
Índice de motorización en México e Hidalgo

Entidad
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
federativa
Estados
Unidos 169 181 196 194 203 213 237 251 273 287 292
Mexicanos
Hidalgo 163 185 202 220 240 259 287 315 335 339 349

Fuente: inegi. Dirección de Estadísticas del Medio Ambiente con base en: Dirección de
Estadísticas. Registros Administrativos. Vehículos de motor registrados en circulación (con
base en cifras de los gobiernos de los estados). conapo. Proyecciones de la población de
México (varios años). (Consulta: 17 de junio de 2016).

En un periodo de 10 años el im ha ido en ascenso tanto en México como en el


estado de Hidalgo. Sin embargo, la entidad se ha mantenido a partir de 2002
por encima de la media nacional.

Figura 2.
Comparativa del Índice de Motorización México-Hidalgo
400
350
300
250
200
150
100
50
0
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

Estados Unidos Mexicanos Hidalgo

Fuente: Elaboración propia con base en datos de la Dirección de Estadísticas


del Medio Ambiente de inegi.

121
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

La movilidad urbana y el impacto de la motorización

Al analizar los impactos que la motorización ha causado a la movilidad urbana


podemos considerar tres tipos: los sociales, los económicos y los ambientales.
Entre los beneficios económicos podemos encontrar el aumento al valor de
los objetos o mercancías utilizadas. Los costos económicos están determinados
por horas-hombre y bienes perdidos por la congestión o desorganización del
sistema de transporte, uno de los grandes problemas de las ciudades latinoame-
ricanas. De igual forma, cuando estos servicios de transporte no se desarrollan
bajo un sistema de control generan procesos económicos y necesidades que
después no se pueden satisfacer (Calvete, 1970, p. 17).
Los beneficios sociales asociados deberían ser considerados ya que, al elevar
el nivel económico de una región, dan facilidad al desarrollo social y cultu-
ral (Rees, 1976) y son vías de penetración social destinadas a posibilitar la
prestación de otros servicios como educación, salud y cultura. Respecto a los
costos sociales, entre aquellos que se consideran como determinantes en las
fricciones de los traslados (Appleyard, 1982), pueden identificarse: pérdida de
tiempo por la congestión, algunas mejoras tecnológicas que sólo son accesibles
a un cierto sector de la población que detentan el poder político o económico
(Illich, 1978), entre otros, generando una clara desigualdad entre este sector
y los menos favorecidos.
Dos de los factores que en los últimos años han cuestionado los sistemas de
movilidad tradicional son los daños al ambiente por las emisiones de co2, los
cuales aumentaron al doble de 1999 al 2003 (Figura 5), y los accidentes viales
originados, entre otras cosas, por una mala infraestructura y un aumento con-
siderable en la velocidad de los desplazamientos (Figura 3 y 4).
No sólo el aumento de las vías de comunicación incide en el bienestar,
sino que la calidad con la que las vías se construyen permitirá en un futuro
desarrollar estrategias de movilidad que beneficien a estas poblaciones y, de
igual forma, en las posibilidades para poblaciones futuras bajo un consumo de
recursos controlados, medibles y equitativos. A esto se denomina movilidad
urbana sustentable.

122
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Tabla 2.
Accidentes de tránsito en zonas urbanas. México-Hidalgo

Año México Hidalgo


2000 295,020 2,148
2001 347,561 3,087
2002 381,363 3,455
2003 405,534 4,339
2004 422,125 5,316
2005 427,929 3,934
2006 444,213 3,959
2007 449,080 3,702
2008 437,486 3,369
2009 398,784 3,023
2010 398,091 3,600

Fuente: Accidentes de tránsito terrestre en zonas urbanas y suburbanas


de los años 2000 a 2010, inegi.

Figura 3.
Gráfica Accidentes de tránsito en Hidalgo 2000-2010 en zonas urbanas

6,000

5,000

4,000

3,000

2,000

1,000

0
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

HIDALGO

Fuente: Elaboración propia con base en Accidentes de tránsito terrestre en zonas urbanas y
suburbanas de los años 2000 a 2010, inegi.

123
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Figura 4.
Accidentes de tránsito en México 2000-2010 en zonas urbanas

Fuente: Elaboración propia con base en Accidentes de tránsito terrestre en zonas


urbanas y suburbanas de los años 2000 a 2010, inegi.

Figura 5.
Emisiones al aire de co2 en la ciudad de Pachuca, Hidalgo por fuentes móviles a
base de gasolina y diesel

40,000.00

30,000.00

20,000.00

10,000.00

0.00
CO2

1999 2003

Fuente: Elaboración propia con base en Inventario Nacional de Emisiones de México,


Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales & Instituto Nacional de Ecología (1999);
Inventario de contaminación emitida a suelo, agua y aire en 14 municipios del Estado
de Hidalgo, México (2003).

124
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Movilidad urbana en Pachuca

Los sistemas de planeación urbana tradicionales han dictado que primero se


deben concentrar núcleos de población y después dotarlos de un sistema de mo-
vilidad. Las nuevas teorías urbanas nos recomiendan que los lugares de vivienda,
trabajo y, en general, los productos de la ciudad estén directamente relaciona-
dos con su desplazamiento sin una dependencia del automóvil (Grant, 2006,
p. 49). Así, conceptos como: uso de suelo mixto (que permite, diferente a un
sistema de planeación racional1, una distribución del suelo más heterogénea,
promoviendo con ello las relaciones entre vecinos o cualquier persona que
interactúe en un espacio determinado) y Desarrollo Orientado al Transporte
han sido utilizados con mucha mayor frecuencia.
Pachuca de Soto, Hidalgo, tiene un origen como el de muchas ciudades co-
loniales de México. El auge que en algún momento causó la minería fue para la
ciudad un factor que no necesariamente reflejaba la riqueza que se obtenía de
ella en materia de extracción de mineral. Su composición ha sido el resultado de
varios años de transformaciones de tipo social, económico, e incluso político.

1
Nos referimos al término de sistema de planeación racional al que ha sido influenciado por el
urbanismo de posguerra, que comenzó con el Congreso Internacional de Arquitectura Moderna
(ciam) en 1929 y que dio como resultado la Carta de Atenas, cuyos principios de zonificación,
distribución espacial y jerarquías viales son practicados hoy en día en varios sistemas de planeación.

125
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Figura 6.
Mapa del Crecimiento histórico del Municipio de Pachuca

Fuente: Instituto Municipal de Investigación y Planeación de Pachuca (imip), 2010

En el año 2005 la ciudad fue catalogada, junto con Epazoyucan, Mineral de la


Reforma, Mineral del Monte, San Agustín Tlaxiaca, Zapotlán de Juárez y Zem-
poala, como parte de la Zona Metropolitana de Pachuca (zmp) debido a que
el crecimiento de la mancha urbana y las actividades y relaciones rebasaban
los límites de los municipios que la integran (inegi, Conapo, Sedesol, 2005)
Dicha designación obedece a destinar recursos para impulsar el desarrollo eco-
nómico de la ciudad y cuyos apoyos se reportan como fomento a la inversión,
infraestructura y vías de comunicación.

126
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Figura 7.
Mapa de la Zona Metropolitana de Pachuca

Conapo (2010).

Este crecimiento de la población y el acercamiento a los diferentes municipios


ha motivado un fuerte flujo e incremento en los traslados. En la zmp el sector
transporte es el mayor generador de agentes contaminantes, tan solo en esta
zona se concentra el 20 por ciento de los vehículos motorizados que circulan en
la entidad. Si tomamos como base el año 2000, en tan solo ocho años el parque
vehicular se ha duplicado pasando de 68,724 a 141,311 vehículos automotores.

127
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Tabla 3.
Vehículos de motor registrados en circulación para el municipio
de Pachuca de soto, Hidalgo.

Camiones de Camiones de Motocicletas


Año Automóviles Total
pasajeros carga particulares

2000 50 153 572 17 718 281 68 724


2001 55 816 672 20 503 478 77 469
2002 62 547 758 22 889 573 86 767
2003 67 546 831 25 766 816 94 959
2004 73 094 819 27 833 884 102 630
2005 79 931 814 29 810 1 056 111 611
2006 85 619 850 31 658 1 190 119 317
2007 94 775 880 33 497 1 365 130 517
2008 102 966 883 36 039 1 423 141 311
2009 109 475 894 38 233 1 828 150 430
2010 111 437 921 39 031 2 001 153 390

Fuente: Elaboración con base en el "Anuario Estadístico de Hidalgo" de inegi de 2000-2010

Estos números han sido la base para que los planes que contemplan la movilidad
se entiendan como la construcción y fortalecimiento de la red carretera. Si la
respuesta al aumento del parque vehicular ha sido la construcción de vías para
automóviles, podemos observar igualmente que el número de vehículos por
kilómetro de carretera en el municipio de Pachuca ha ido en aumento. Es decir,
la densidad vehicular2 ha provocado que Pachuca sea una de las cuatro ciudades
con mayor tráfico vehicular en la república mexicana (imco, 2010).

2
Nos referiremos con este término por considerarlo relacionado con la densidad poblacional
cuya comprensión es importante para la investigación.

128
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Tabla 4.
Longitud de la red carretera para el Municipio de Pachuca de Soto, Hgo.

Carreteras Vehículos
Año
(km) automotores
2000 75.5 68,724
2001 95.1 77,469
2002 92.0 86,767
2003 92.0 94,959
2004 92.1 102,630
2005 92.1 111,611
2006 92.1 119,317
2007 102.1 3
130,517
2008 94.5 141,311
2009 93.3 150,430
2010 93.3 153,390
2011 93.3 156,035
2012 105.3 163,882

Fuente: Elaboración con base en el "Anuario Estadístico de Hidalgo"


de inegi de los años 2000-2012

Estos indicadores nos arrojan dos datos interesantes. El primero es que el


número de vehículos en circulación ha tenido un crecimiento de más del 100
por ciento en diez años. El segundo, que el crecimiento de la red carretera en
la mancha urbana no ha sido en proporción al número de vehículos.

3
Del año 2006 a 2007 se da un proceso de reconfiguración de los límites territoriales entre
Pachuca y parte de su zona conurbada, lo que lleva a un cambio en las estadísticas municipales
al otorgarle parte de su territorio a Mineral de la Reforma.

129
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Figura 8.
Relación carreteras/vehículos en circulación en Pachuca

200.0

150.0

100.0

50.0

0.0
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012

Carreteras (km) Vehículos automotores

Fuente: Elaboración con base en el "Anuario Estadístico de Hidalgo"


de inegi de los años 2000-2012

Sin embargo, la movilidad no mejora con el aumento de la red carretera, ya


que caeríamos en sacrificar los niveles de vida que se alcanzan con la cohesión
social motivada por la interacción (que en muchos casos se da en el espacio
público), por la necesidad de conectar a más lugares con carreteras (Downs,
1992; Herce, 2009) fortaleciendo la dependencia al automóvil (Litman, 2012,
p. 9); desembocando en un fenómeno conocido como tráfico inducido, el cual
puede definirse como “el incremento en viajes que ocurre como resultado de
un aumento de la capacidad vial” (Galindo, Heres y Sánchez, 2006, p. 125).

Tabla 5.
Congestión vehicular potencial

Vehículos/km carretera
Entidad Ciudad
pavimentada
CDMX/Edomex/Hgo 13 137.60 Valle de México
Oaxaca 5 579.17 Oaxaca
Puebla/Tlaxcala 5 424.85 Puebla-Tlaxcala
Hidalgo 3 902.64 Pachuca
Hidalgo 3 152.87 Toluca
Hidalgo 1 581.53 Tula

Fuente: imco (2010) Índice de competitividad urbana 2010.


Acciones urgentes para las ciudades del futuro. Ciudad de México, (p. 273)

130
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Los modos de transporte en la ciudad de Pachuca han respondido a un sistema


estructurado a partir del modelo de demanda. Es decir, a las necesidades de
los desplazamientos de las personas principalmente por motivos de viaje al
trabajo y a la escuela.
Si a eso añadimos la ubicación de la vivienda, nuestro sistema de movilidad
requiere de una estructura cada vez más articulada. De acuerdo a los viajes por
Municipio de la zmp (Cal y Mayor y Asociados, 2012), la ciudad tiene uno de
los mayores flujos de viajes por persona por distintos motivos.

Figura 9.
Ciclo de dependencia del automóvil y dispersión de las ciudades

Patrones
Mayor
de
desarrollo posesión de
automóviles
disperso

Oferta de Planeación del


estacionamiento transporte orientado
generosa al automóvil

Planeación de usos de Opciones de


suelo orientado al transporte Fuente: Litman, Todd
automóvil reducidas
(2012) Gestión de la
movilidad para México.
Beneficios para su
Suburbanizació Modos
n y ciudades alternativos
desarrollo económico. itdp
degradadas estigmatizados

Tabla 6.
Viajes por Municipio de la zmp

Municipio No. de viajes Población Viajes/Persona


Pachuca de Soto 681,383 269,480 2.5
San Agustín Tlaxiaca 69,861 32,290 2.2
Mineral del Monte 27,320 13,877 2.0
Epazoyucan 27,147 13,914 2.0
Villa de Tezontepec 20,151 11,735 1.7
Zempoala 65,302 39,509 1.7
Mineral de la Reforma 179,198 130,980 1.4

Fuente: Cal y Mayor y Asociados. (2012). Proyectos y estudios del tren suburbano en la
región sur del Estado de Hidalgo y zonas metropolitanas del Estado de México y Ciudad
de México. Secretaria de Obras Públicas y Ordenamiento Territorial del Gobierno
del Estado de Hidalgo.

131
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

De lo anterior resulta en 1, 070, 362 viajes en la zmp, corresponde a 2.1 viajes


promedio por persona. Este número indica que las personas realizan más de
dos viajes al día. La ciudad de Pachuca se acerca más a los tres viajes por día,
lo que podría explicarse debido a los transbordos debido a distintos factores
que influyen en la movilidad urbana de las personas.

Factores que influyen en la movilidad

Para establecer metodologías que influyan en la aplicación de políticas, se han


desarrollado una serie de perspectivas que abordan el tema de la movilidad
desde una visión multidisciplinaria (Alcántara, 2011, p. 31). Estas visiones
buscan establecer diferentes criterios para evitar el problema de la visión única
de la movilidad como transporte.
Movilidad e ingreso. El factor de ingreso familiar es determinante para los
estudios de movilidad, ya que se considera que un incremento en los ingresos
aumenta los desplazamientos en la ciudad (Herce, 2009).
Movilidad y edad. En este rubro se consideran las actividades y tareas
atribuidas, aceptadas o esperadas en las personas (Appleyard, 1982). En las
atribuidas los desplazamientos se encuentran en función de sus actividades,
es decir, asignadas. Las aceptadas refieren a los desplazamientos que se con-
sideran parte de las obligaciones o motivos. Las esperadas son aquellas que se
suponen como producto de alguna actividad laboral o algún deseo expreso.
Movilidad y género. “Las principales diferencias en las necesidades básicas
de movilidad de hombres y mujeres están relacionadas con la división del tra-
bajo, influenciada por el género dentro de la familia y la comunidad” (Deike,
1998, pp. 16–18). En la zmp las mujeres realizan el 52 por ciento de viajes
con relación a los hombres (Cal y Mayor y Asociados, 2012). En este caso, los
factores relacionados con la movilidad y equidad de género pueden resumirse
en: disponibilidad de automóvil, información vial, accesibilidad física y de los
equipamientos, horario y frecuencia, puntualidad, rutas, conexiones e inter-
modalidad, tarifas y expendeduría de boletos, seguridad personal, y trato del
personal (Ilárraz, 2006).
Movilidad y vivienda. Este factor es otro de los determinantes en la gestión
y comprensión de la movilidad urbana. Los desplazamientos que se realizan
en la ciudad se hacen de origen, desde el núcleo familiar. Ya sea hacia el
trabajo, la recreación o la escuela; la vivienda forma parte importante de los
desplazamientos. Sin embargo, cuando las viviendas se encuentran fuera del
centro de la población o de la zona urbanizada, las condiciones de movilidad
disminuyen debido al tiempo de traslado, la calidad del transporte y el número
de transbordes que se realizan para llegar a su destino.
En temas de vivienda, durante la década de los ochenta la ciudad de Pachuca
entró en crisis, dejando el tema de la construcción de la vivienda a manos de la

132
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

iniciativa privada, quien era la encargada de comprar terrenos para resguardo


y, más tarde, de la especulación (Alcantar, 2010, p. 60).

Figura 10.
Mapa del perímetro de contención urbana de Pachuca

Fuente: conavi, http://ruvsig.azurewebsites.net/

Un claro ejemplo de estas prácticas lo destaca en los polígonos de contención


urbana, en los cuales se pueden observar los diferentes estratos de la ciudad
de Pachuca (Figura 3) donde U1 se refiere a intraurbano. Contorno central,
con altas concentraciones de empleo, infraestructura y servicios. U2, primer
contorno. Contorno intermedio, se pueden encontrar niveles de cobertura de
servicios hasta de 75 por ciento. Y U3 como segundo contorno. Contorno de
expansión y crecimiento urbano, adyacente a la mancha urbana consolidada.
En los últimos años, la ciudad de Pachuca ha desarrollado una serie de
fraccionamientos en la periferia con conexiones cubiertas paulatinamente
con transporte público, pero con una clara deficiencia en la accesibilidad.
Fraccionamientos conectados, pero poco accesibles debido a la distancia, que
traen consigo otras externalidades como delincuencia, viviendas deshabitadas
y una calidad de vida cada vez más cuestionada.

133
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Movilidad y uso de suelo. Este factor es uno de los que más implicaciones tie-
nen en materia de planificación urbana, ya que los anteriores se han considerado
a través del tiempo como determinantes en la calidad de vida, pero con poca
incidencia en las políticas públicas (Medina, Veloz, Iracheta e Iracheta, 2012).
Históricamente, el transporte y la asignación del suelo (uso de suelo) ha sido
de tal forma que se ha denominado como el “ciclo autoalimentado del uso del
suelo y el transporte”. Es decir, como relaciones existentes entre tipos o formas
de transporte y uso de suelo (Blana, 2001, p. 16). Las diferentes etapas de la
ciudad deben verse como muchas de las historias de las ciudades, éstas han
ido evolucionando en respuesta a las diferentes problemáticas y bajo distintos
tipos de gobierno. La planeación regional ha dejado de lado la densificación
y la proximidad al punto de subordinar a las necesidades de vivienda a otro
tipo de condiciones (donde el mercado lo permita), soslayando además otros
aspectos tales como la movilidad de las personas.
Pachuca tiene factores que la llevan a establecerse como un caso interesante
de administración. Por un lado, funge como la capital de la entidad, donde se
concentran los poderes estatales. Por otro, la ciudad central de la zmp la lleva
a buscar una coordinación metropolitana.
Al analizar la estructura referente a la movilidad urbana, alineados a los ejes
del Plan Estatal de Desarrollo (ped), observamos una estructura en materia de
movilidad urbana de la siguiente manera:

134
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Figura 11.

Mapa de las etapas de crecimiento inmobiliario en Pachuca

Fuente: Alcantar, J. A. G. (2010). Los nuevos residentes de Pachuca: análisis de


la migración y características de los migrantes en la aglomeración urbana
de Pachuca. Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.

135
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Figura 12.
Estrategias de movilidad urbana para Pachuca

Plan Municipal
•Eje 3. Desarrollo ordenado de Desarrollo • Operativo radar (Dirección de
Tránsito y Vialidad)
y sustentable
• Pachuca sobre ruedas (Instituto
•Eje 2. Pachuca moderno y Municipal del Deporte)
•3.1.10 Movilidad urbana sustenatble • Plan maestro de ciclovias
(Secretaria de Obras Públicas,
•3.1.10.4 ...creación de un •6. Diseñar planes, Desarrollo Urbano, Vivienda y
Plan de Movilidad Urbana programas y obras que Movilidad)
No Motorizada que faciliten la movilidad de la
permita una movilidad población con preferencia
sustentable de peatones y vehículos no Programas
motorizados.
aplicados

Plan Estatal de
Desarrollo

Fuente: Elaboración propia.

Si analizamos las estrategias que se han implementado, veremos que éstas se


ejecutan por dependencias diferentes, no alineadas entre sí. Así, vemos nece-
saria la coordinación entre estas mismas o la consolidación de la dirección de
movilidad, en cuyo trabajo se centraría la implementación del Plan de Movilidad
Urbana, con énfasis en la planeación y difusión de las estrategias a seguir. Así, una
“estrategia de movilidad no motorizada” pudiera tener alcances con un mayor
impacto. La promoción de la bicicleta como medio de transporte deberá recaer
en estos institutos, alejándose de la imagen que se tiene como instrumentos de
movilidad vinculados al ejercicio o la diversión. Con ello, sería posible transitar
hacia una imagen de transporte no motorizado. De igual forma, la coordinación
entre el plan maestro de ciclo vías; la posible estrategia de movilidad no moto-
rizada deberán integrarse a sistema de transporte masivo Tuzobús.
Además, se debe considerar el elemento de la Movilidad motorizada siguien-
do los principios de sustentabilidad en la que los impactos recaen no sólo en
materia ambiental, sino económica y social; el impulso al transporte público
deberá ser fundamental para el desarrollo de la ciudad. De esta manera, se
deberá buscar la consolidación del desincentivo al uso del automóvil median-
te estrategias como la restricción y/o el cobro del estacionamiento en la vía
pública, entre otras.
Por otro lado, la Movilidad no motorizada se ha acercado a los conceptos de
Caminar y Movilidad en bicicleta. Caminar mediante senderos y calles cada
vez más incluyentes para el peatón, considerando la accesibilidad universal y

136
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

la eliminación de barreras arquitectónicas. En un futuro, la inclusión de con-


ceptos como “Zona 30” (calles con velocidades máximas de 30 km/hr., con lo
que se busca reducir los accidentes relacionados con las altas velocidades, a
diferencia de vías donde las velocidades aumentan, (estadísticamente las heridas
sufridas por esta razón tienden a ser letales) o “Calles completas”, en las que
el automóvil puede compartir la calle con el peatón y el ciclista mediante la
construcción de infraestructura y señalética apropiada para el desplazamiento
a velocidades moderadas, podrían ser una buena herramienta para la gestión
de la movilidad.

137
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Conclusiones

Como muchos ejemplos internacionales, la ciudad de Pachuca debe considerar


la implementación de políticas de movilidad urbana que impacten de forma
positiva en el crecimiento de la ciudad y la construcción de ciudadanía. No
debemos olvidar, además, que el proceso histórico del transporte y la movilidad
han ido de la mano con el crecimiento inmobiliario y la ocupación del suelo
para vivienda y trabajo. El aumento del parque vehicular así como los índices
de congestión potencial deberán ser un argumento sólido para que los toma-
dores de decisiones vean en esto una oportunidad de incidir en la movilidad
urbana y todos los factores que lo acompañan.
Al inicio de 2014 el cabildo municipal aprobó la actualización al reglamento
de tránsito de Pachuca en el que se consideraba, por un lado, la pirámide de
movilidad (peatones, ciclistas, transporte público y transporte particular, en
ese orden) y por otro, la inclusión de la bicicleta como medio de transporte
otorgándole el derecho de tomar un carril cuando no se encuentre una ciclo
vía (Municipio de Pachuca, 2014, p. 21).Otrora, el Plan maestro de movilidad
debe considerar una estrategia de movilidad en bicicleta no sólo con rutas de
bicicletas, sino que se impulse una política de movilidad urbana sustentable
que permita integrar de forma eficaz los diferentes sistemas de transporte
mediante una red integrada de transporte y sistemas multimodales (autobús,
Bus Rápid Transit-brt, bicicleta, etc.).
Actualmente, el Plan Municipal de Desarrollo para el Pachuca, en el eje 2,
“Pachuca moderno y sustentable”, el sub eje 2.2, “Desarrollo urbano municipal”,
establece que uno de los objetivos será “…diseñar planes, programas y obras que
faciliten la movilidad de la población con preferencia de peatones y vehículos
no motorizados” (Presidencia Municipal de Pachuca de Soto, 2012, p. 54).

139
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Figura 13.
Áreas involucradas en la gestión de la movilidad urbana municipal

Secretaría de
Obras
Públicas,
Desarrollo
Urbano,
Vivienda y
Movilidad

Secretaría de
Instituto Seguridad
Municipal del Pública,
Deporte Tránsito y
Vialidad
Movilidad
urbana

Secretaría de
Secretaría de
Medio
Desarrollo Ambiente y
Humano y Desarrollo
Social
Sustentable

Fuente: Elaboración propia

Sin embargo, en la práctica, esta acción recae sobre dos áreas distintas: la Se-
cretaria de Obras Públicas y Desarrollo Territorial (encargada de la creación de
infraestructura ciclista) y el Instituto Municipal del Deporte (el cual fomenta
el ciclismo como medio de movilidad).
Con la articulación adecuada de estas acciones será posible un apoyo crucial
en materia de movilidad urbana municipal. Sin embargo, se requiere adicio-
nalmente la creación de un observatorio de movilidad que siga las políticas
implementadas para el fomento y protección de este modo de desplazamiento,
pero también, la recolección de datos sobre el uso del medio y espacios públicos
que funjan como nodos de movilidad urbana. Estos datos deberán considerarse
como datos abiertos puestos a disposición del público en general y de nuevos
investigadores, quienes podrían trabajar en la generación de nuevos estudios,
esquemas y seguimientos a las acciones de movilidad. Los gobiernos abiertos,
con los datos que generan se convierten en las nuevas estructuras de la ciudad.
Adicionalmente y estimando a las políticas de movilidad urbana como exi-
tosas, se consideró importante la elaboración de una encuesta origen-destino
para la zmp (Medina, Veloz, Iracheta, e Iracheta, 2012, p. 54), disponible con

140
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

datos abiertos para efectos de investigación, innovación tecnológica y toma


de decisiones para políticas de movilidad urbana. El contenido de la encuesta
origen-destino deberá ser tal que proporcione datos para la creación de rutas
y explicación de fenómenos atribuidos a los desplazamientos que son el re-
sultado de una serie de factores que puedan ser determinados, medidos y, en
algún momento, gestionados.
Finalmente, estas acciones podrían reforzarse con un proceso de planea-
ción participativa en la que los grupos de la sociedad civil se manifiesten y
apoyen a la creación de las políticas públicas y acciones a favor de la movi-
lidad urbana, tomando en cuenta términos como la visión cero, en la que se
busca erradicar los accidentes de tránsito en los que se ven inmiscuidos el
transporte motorizado, el no motorizado y los peatones. Lo acertado y eficaz
que sea el acercamiento y el trabajo permitirá una mejor comprensión del
fenómeno de movilidad y, con el tiempo, una mejora en las condiciones de
los desplazamientos, acercándose cada vez más a la denominada movilidad
urbana sustentable.

141
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

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143
  Un análisis económico
e institucional del servicio
de agua potable en Pachuca
de Soto, Hidalgo

Alejandra Peña García y Ramiro Flores


Xolocotzi

Instituto Mexicano de Tecnología del Agua


y Universidad La Salle, Facultad de Ciencias
Químicas
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Introducción

El análisis de la situación del servicio convencional de agua potable en ámbitos


urbanos –entiéndase por servicio convencional al suministrado a través de
redes públicas– conlleva al hecho de que éste no llega a la totalidad de sus ha-
bitantes. Nickson (2002) asevera que el servicio formal de agua potable apenas
atiende entre 40 y 70 por ciento de los habitantes en ciudades de los países
capitalistas periféricos, por lo que la incompleta red de infraestructura y las
ineficiencias en la prestación del servicio, entre otras, obliga a la coexistencia
de una gran variedad de formas, esquemas y actores del agua presentes en las
ciudades (Bakker, 2010). Ello contrasta con la idea de un actor predominante
en la prestación del servicio y con la teoría de una red continua que cubre el
territorio de una ciudad; cuando lo que en realidad predomina son archipiélagos
de infraestructura de agua potable que se concentran en ciertas partes de la
ciudad, y que atienden a sectores poblacionales privilegiados (Bakker, 2003).
Pero incluso en donde existen las redes para abastecer agua, el servicio pre-
senta muchas diferencias en cuanto a su calidad (que comprende calidad del
líquido, presión a la que es suministrado y establecimiento justo de tarifas), lo
cual tiene manifestaciones territoriales que se relacionan con aspectos de tipo
socioeconómico e implicaciones en la salud de las personas, solo por mencio-
nar una. A diferencia de la atención que ha recibido el tema de la calidad del
líquido que se suministra, mismo que es un asunto de salud pública (Córdoba
et al., 2010; Gea y Loza, 2012; Monteverde et al., 2013; Othax et al., 2014), las
afectaciones relativas al suministro intermitente del agua no han sido amplia-
mente documentadas. Existen estimaciones que señalan que, a nivel regional,
60 por ciento de la población de América Latina recibía agua de sistemas con
funcionamiento intermitente y, en casos más severos, esta cifra llegaba al 95
por ciento (ops, 2001, citado en Jouravlev, 2004), situación prácticamente
inexistente en los países desarrollados (Totsuka et al., 2004). No obstante, la
problemática dista mucho de ser solamente un aspecto relativo a la eficiencia
operativa de los proveedores formales.
Desde la perspectiva del prestador del servicio –ligado a la administración y
gestión de lo público en los últimos años– predomina el uso de una racionalidad
técnica instrumental para definir y explicar la entrega intermitente del agua

147
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

potable. Con esta racionalidad, los tandeos son definidos técnicamente como
un “…suministro donde las tuberías de la red de distribución entregan agua a
los usuarios por menos de 24 horas al día, y en que los usuarios generalmente
tienen depósitos de almacenamiento intradomiciliarios1” (Cabrera, et al., 2012).
Pero al ser el agua un elemento estrechamente relacionado a la calidad de vida
de las personas, no se le puede reducir a lo puramente técnico.
El agua para el consumo humano debe ser entendida desde una visión
integral y comprensiva del término, lo que implica tanto aspectos objetivos2
(elementos físicos, materiales y sociales), como subjetivos (evaluaciones in-
dividuales, percepciones, crecimiento personal, realizaciones) (Ardila, 2003),
ligados a la salud, pero también a otros aspectos, hasta ahora poco abordados
en estudios, como los que pudieran derivar de los tandeos de agua: inequidad
en la distribución, posible contaminación del agua, pérdidas y desperdicio,
costos económicos para los afectados y de los abastecedores del agua, proble-
mas con el funcionamiento de las redes de distribución, entre otros (Totsuka
et al., 2004; Lee y Schwab, 2005). Por ello se precisa de estudios del servicio
del agua más comprensivos.
En la literatura se encuentran estudios como los de Xia et al. (2004), Arre-
guín et al. (2009) y Heino y Takala (2015) –entre otros– que han reflexionado
desde enfoques alternativos, aspectos ligados al abastecimiento de agua potable
(p.e. la tarifa del agua) desde una crítica al predominio de una racionalidad
técnico-instrumental, a partir de la cual se toman decisiones que tienen impor-
tantes repercusiones en la reproducción de la vida social, familiar y personal.
Consecuentemente, el objetivo de este trabajo es analizar a partir de enfo-
ques teóricos de racionalidad, la actual política gubernamental de provisión
de agua potable en ámbitos urbanos, y aplicarla al caso de los tandeos de agua
en la ciudad de Pachuca. Para su consecución, se inicia contrastando el enfo-
que de racionalidad de dos modelos de gestión de servicios públicos, a saber,
la Nueva Gestión Pública contra la Gobernanza, y su relación con la gestión
actual de servicios de agua potable en México; posteriormente, se describe el
caso de la provisión municipal de agua potable de la Ciudad de Pachuca y se
plantea la problemática particular de los tandeos a la luz del enfoque teórico
de racionalidad del modelo de gestión actual en la provisión del servicio de
agua potable; finalmente, se plantea la necesidad de considerar nuevos crite-
rios para la provisión del servicio de agua potable bajo un nuevo paradigma
de racionalidad dentro de un modelo de gobernanza.

1
Esto segundo es una suposición de quienes toman las decisiones.
2
Este autor señala que los aspectos objetivos de la calidad de vida serían: bienestar emocional,
riqueza material y bienestar material, salud, trabajo y otras formas de actividad productiva,
relaciones familiares y sociales, seguridad e integración con la comunidad; mientras que los
subjetivos serían: intimidad, expresión emocional, seguridad percibida, productividad personal
y salud percibida.

148
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Teorías de racionalidad y modelos de gestión


de servicios públicos

Las teorías de la racionalidad han analizado los motivos que guían las acciones
humanas y que contemplan medios y fines (formas y objetivos) en un proceso
de deliberación. De acuerdo con Crespo (2006) se pueden distinguir tres tipos
de racionalidad: teórica, práctica y lógica. La teórica corresponde al orden de
la naturaleza y por tanto es algo independiente del cognoscente, quien solo
puede contemplarla. La lógica es la que el hombre puede conocer e imprimir un
orden adecuado en su misma operación. Dentro de la práctica, está la técnica,
de medios o instrumental, y la propiamente práctica o de fines. Mientras que
en la primera existe un orden que se imprime a la acción para conseguir un
resultado exterior (un producto o un servicio), en la segunda, el orden impreso
a la acción está destinado a alcanzar un fin inmanente del agente: la felicidad,
el conocimiento, una destreza, etcétera. Para los fines de este trabajo interesa
conocer la estructura de la racionalidad técnica o racionalidad instrumental,
dado que es ésta la que relacionamos con el actual modelo de gestión del agua
como servicio público. Por ello sólo se mencionarán sus características gene-
rales sin entrar a discutir sus postulados a detalle.
Siguiendo a North (1993); Crespo (2006); North (2006) y Lounsbury
(2008), en la racionalidad técnica o instrumental los medios y los fines están
establecidos, por lo que importa determinar cuáles son los más apropiados
para alcanzar los fines, a través de una consideración, un planteamiento y la
consecuente obtención de un resultado. Si en la aplicación de esta racionalidad
se busca sacar el mayor provecho posible a los medios, se denomina raciona-
lidad técnica máximizadora3.
Autores como Cante (2010), Salas (2013) y Basu (2013), han discutido el
paradigma de la racionalidad técnica instrumental, la cual, desde un enfoque
de libertades individuales, considera que las personas sólo buscan una maxi-
mización de la utilidad esperada; esto es, los mejores medios para llegar a un

3
Crespo (2006) afirma que este proceder está cargado de una connotación negativa derivada
de su exacerbación, pues su máxima es que el fin justifica los medios, lo cual, al ser llevado a
otras esferas como la política devenida en técnica, genera cuestionables resultados.

149
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

fin egoísta (Ostrom, 2005a; Bowles y Gintis, 2004; Ostrom, 2010). Bajo este
esquema de racionalidad instrumental se desarrolla la teoría de la elección
racional (o acción racional), que supone que los agentes económicos tienden
a elegir cursos de acción que de acuerdo a su criterio son la mejor decisión en
términos de maximización y de satisfacción de sus preferencias dentro de un
conjunto de opciones limitadas (Ostrom, 2005a; Pedrajas, 2006).4
Autores como Conill (2005) y Basu (2013) llevan la crítica del enfoque de
la elección racional y del paradigma de la mano invisible, respectivamente,
hacia el planteamiento de una nueva forma de concebir los fines no sólo desde
una perspectiva máximizadora, sino a partir de la redefinición de los fines y
de –tal como lo sugiere Conill (2005) citando a Douglass North– la existencia
de una amplia gama de actividades humanas no maximizadoras de riqueza, de
tal forma que permitiría concebir de distinta forma las finalidades públicas y
colectivas (liberalismo amplio), con el fin de dibujar un distanciamiento de la
tradicional visión puramente económica neoclásica. Esta visión neoclásica es
analizada y cuestionada por North (1993) (racionalidad instrumental), por la
robustez de sus supuestos y el papel que juegan las instituciones al reducir los
costos de transacción, definidos por Arrow (1969) y considerados en el análisis
neoinstitucional por Williamson (2013), y que contribuyen a dar certidumbre a
las elecciones. Según North (2006) las motivaciones de los agentes económicos
son más complejas que lo que dicta la racionalidad instrumental. Coincidiendo
con Simon (1985) en cuanto a la información limitada e incompleta que tienen
los individuos al realizar sus elecciones.
Esta consideración de los fines en lo económico apuesta a otro modo de
pensar la economía, desde donde se han construido diversas propuestas de
racionalidad, quedando inmersas la realización del hombre e incluso la bús-
queda de justicia social. Se contempla una amplitud de fines que guían nuestras
acciones personales y colectivas como costumbres, prestigio, razones emotivas,
afectivas, el azar, capricho, entre otros.5

4
Además, Miller (2004) señala que la teoría de la elección racional está construida sobre una
serie de axiomas del modelo de utilidad subjetiva esperada, entre esos axiomas se encuentran
suposiciones de completud, transitividad, independencia de alternativas irrelevantes, de pref-
erencia estricta mínima, independencia de consecuencia contrafáctica e independencia con
respecto a la ganancia esperada. Igualmente, una descripción detallada y crítica sobre la teoría
de la elección racional ha sido realizada por Amartya Sen y Jon Elster. Los lectores interesados
en las aportaciones teóricas de Sen y Elster pueden consultar a Sen (1977); Pedrajas (2006);
Cante (2010); Elster (2010) y Salas (2013).
5
Ya que no es objetivo de este trabajo profundizar en el análisis de tales enfoques teóricos, sólo
interesa destacar que algunos de esos paradigmas alternativos, son: Modelos Contractualistas;
Institucionalismo Económico Racional; Neoinstitucionalismo, Institucionalismo Sociológico,
Institucionalismo Histórico, Teoría de la Organización, propuestas de Capital Social; estos
enfoques han sido desarrollados considerando aportaciones teóricas de investigadores como
James Buchanan (Buchanan, 2009), Douglass North (North, 2006), además de las propuestas

150
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Esto ha llevado a un debate académico actual que ha generado críticas sobre


una concepción teórica que admite a las ciencias económicas y a la gestión
pública como dominios académicos puramente técnicos y de medios eficaces,
dejando a los fines fuera de la discusión económica y de la gestión, y acotán-
dolos sólo a cuestiones de ética y moral ajenas a dicha discusión económica,
tal como lo discute Conill (2005). Por lo anterior, Conill (2005) y Basu (2013)
sugieren llevar a la discusión nuevos enfoques teóricos de análisis económico,
lo cual tiene fuertes implicaciones en el análisis de los modelos de gestión de
recursos naturales como el agua.6
De éstos, y por su relación directa con la provisión de bienes y servicios
públicos relacionados con recursos naturales como el agua, destacan las apor-
taciones de Ostrom (2005b; 2010), quien menciona que las investigaciones
actuales sobre acuerdos institucionales para la producción y provisión de bie-
nes públicos y gobernanza de recursos de uso común se van desplazando de la
teoría económica clásica (dicotomía mercado-jerarquía central) a estudios más
complejos; con lo que resulta posible entender la diversidad de situaciones a
las que se enfrentan personas con estructuras motivacionales más complejas
y que constituyen dilemas sociales tanto productivos como destructivos.

Racionalidad en la Nueva Gestión Pública (ngp) y en la Gobernanza

Es posible distinguir distintos modelos de gestión pública con funciones, ob-


jetivos y desafíos propios que van de acuerdo a la manera en que se concep-
tualizan la política, el Estado y el gobierno (Rendón, 2004; Innerarity, 2006;
Eberhardt, 2015). En este trabajo nos referiremos a la ngp y a un modelo de
Gobernanza, de los cuales, se expondrán y contrastarán sus características en
relación a los diferentes problemas que afrontan, los objetivos que persiguen,
las soluciones que proponen y las teorías en las que se basan.
La ngp se contextualiza dentro de los principios configuradores de la admi-
nistración política de finales de los años setenta en Europa y que se ha denomi-
nado Estado Mínimo (Lean state) (Ramió, 2001; Jann, 2003; Innerarity, 2006;
Guevara et al., 2010), el cual tiene como objetivo la desburocratización y la

de la socioeconomía de de Amitai Etzioni (López y Lostao, 2000), el enfoque de racionalidad


limitada de Herbert Simon (Simon, 1985) y las propuestas neoinstitucionalistas de Elinor Os-
trom (Ostrom, 2010).
6
A la propuesta institucional de Elinor Ostrom se tiene que considerar que ella incorpora en
su marco teórico general un enfoque de sistemas complejos, bajo el cual establece que los seres
humanos y su entorno constituyen un sistema socioecológico que aspiraría a ser sustentable
(Ostrom, 2005; Ostrom, 2012). Para los lectores interesados en el tema de sistemas complejos,
no linealidad, propiedades emergentes y caos, se sugiere consultar los trabajos de Figueroa
(2008); García (2007) y Gleick (2012).

151
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

simplificación administrativa, buscando responder a una burocracia fallida y al


exceso de regulación. Bajo el enfoque del Estado Mínimo se han planteado como
soluciones la privatización y la flexibilización laboral (outsourcing) a través de
un gobierno estatal que promueve la competencia. Este enfoque tiene como
base el modelo de Estado Mínimo (Stren, 2002), la Public Choice, basada en
una racionalidad instrumental optimizadora (North, 1993; Ball y Craig 2010)
y la New Public Management (Ramio, 2001; Innerarity, 2006; García, 2007).
En respuesta a las deficiencias de este modelo ante nuevas realidades y de-
mandas, surgen las propuestas teóricas de Gobernanza, esquema del Estado
Activador (Activating state) (Ibídem) que surge a finales de los noventa en
abierta oposición al New Public Management y se elabora a partir de la nece-
sidad de oponer una alternativa a la idea liberal-conservadora de un Estado
Mínimo mencionado por Stren (2002). Pone énfasis en el rol de la sociedad
civil, busca dar solución a una situación de comunidad fallida y fragmentada,
por lo que la inclusión, la participación y la responsabilidad dirigida hacia el
bien común son su objetivo (Innerarity, 2006; Eberhardt, 2015). La solución
está vista en un consecuente reparto de responsabilidades orquestado por un
estado garante. De acuerdo con Innerarity (2006) las nuevas propuestas de
gobernanza tienen al neoinstitucionalismo, al comunitarismo y al capital social
como sus teorías base.
En relación con sus bases teóricas, mientras la ngp prioriza la transferencia de
responsabilidades, el segundo (Gobernanza) plantea el reparto de las mismas;
la privatización que caracteriza a las teorías del estado mínimo se contrapone
a la noción de autorresponsabilidad del planteamiento de la Gobernanza; las
relaciones de intercambio económico, los contratos, el dinero y la competen-
cia como incentivos propios del New Public Management, contrastan con las
ideas de diálogo social y democrático, la cooperación a largo plazo, así como
la integración de instrumentos de gobierno, mercado y comunidad (Jann,
2003, p. 114).
La racionalidad predominante, presente en el paradigma de la ngp, es el de
la eficiencia y la eficacia en la satisfacción de las demandas sociales, culto y
herramienta heredada y adecuada de la gestión empresarial al manejo de los
asuntos públicos. El logro de la mayor suma de los beneficios individuales
con los menores costos es visto como una muestra de eficiencia del gobierno
(Ramírez y Ramírez, 2010). La competitividad económica y el uso eficiente
de los recursos, protegiendo la supremacía de la ley, es considerada como una
forma de asegurar la igualdad social. A lo anterior habrá que añadir que bajo la
creencia de que ciencia y tecnología pueden por sí mismas proporcionar mejores
niveles de vida, se llega a una concepción simplista del desarrollo que enfatiza
la dependencia de la tecnología y de la tecnocracia como el actor principal. En
teoría, un Estado racionalizado analiza las necesidades ciudadanas y busca a
los actores –ya sea públicos, privados o una asociación de ambos– que puedan

152
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

prestarlos con mayor eficiencia y calidad, ciñendo así sus funciones a hacer lo
que los ciudadanos no pueden conseguir por sí mismos en el mercado (Ibídem).
En otros casos, la administración pública ejecuta el papel de regulador de los
servicios y potenciador de sinergias entre el sector público y el privado para
satisfacer las demandas ciudadanas.
La racionalidad observada en el modelo de la gobernanza alude a distintas
formas de coordinación de la acción social como a las regulaciones no jerárquicas
y no estatales. Se refiere en esencia a todas las formas de regulación social de los
asuntos colectivos en las que el interés público tiene primacía frente al sujeto
(individualismo). Se pronuncia a favor del reparto de responsabilidades, por
el diálogo social y democrático, por la cooperación a largo plazo, la activación
de prestaciones y la autorresponsabilidad, la integración de instrumentos de
gobierno (mercado, comunidad, jerarquía) y por el compromiso ciudadano,
tal como lo señalan Innerarity (2006) y Kardos (2012).

153
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Gestión del servicio de agua potable

En relación al actual modelo de gestión de servicios públicos de agua potable y


saneamiento, un aspecto clave a considerar en lo que se refiere a la racionalidad
del modelo imperante es el reconocimiento al valor económico del agua, el
cual en la Conferencia Internacional sobre Agua y Medio Ambiente celebrada
en Dublín en 1992 fue elevado a nivel de principio rector en relación a la sus-
tentabilidad ambiental,7 o de conservación del recurso natural8.
La aplicación de una racionalidad técnico-instrumental en la provisión de
agua potable exalta los criterios económicos y los utiliza como herramienta y
estrategia para promover la equidad, la eficiencia y la sustentabilidad del agua
(entendiéndola como la conservación del recurso) (Heino y Takala, 2015). Por
ello, en el servicio público de agua potable y saneamiento, los incrementos en
las tarifas, y junto con ésta, la creación de una cultura del pago, se han impues-
to como condición sine qua non para expandir y mejorar el servicio, incluso
ligándolo a cuestiones de más amplio alcance como el desarrollo de tecnología
más eficiente y la sustentabilidad del recurso (Hoekstra, 1998; Rogers et al.,
2002, citados en Heino y Takala, 2015).
Ante este enfoque imperante, situar la problemática del abastecimiento del
agua desde una perspectiva más amplia y versátil, es decir desde un racionalidad
no puramente económica de tipo técnico-instrumental, podría enriquecer y
humanizar las decisiones que se toman en la operación de las redes bajo criterios
estrictamente técnicos y optimizadores; no obstante, el análisis institucional
sociológico e histórico de este enfoque predominante ha llevado a detectar
el arraigo e internalización de este tipo de normas institucionales que se han

7
Declaración de Dublín sobre el Agua y el Desarrollo Sostenible, Dublín, Irlanda, 26-31 de
enero de 1992), supeditando a lo económico cualquier tipo de consideración relativa al agua.
8
Para entender mejor el análisis de sustentabilidad expuesto, se puede considerar el modelo
tridimensional (económico social y ambiental) descrito por Lozano (2008) y Rocuts et al
(2009); bajo dicho modelo, se puede considerar que la dimensión social se supedita a criterios
económicos para lograr la sustentabilidad ambiental o conservación del recurso, bajo un enfoque
predominantemente técnico instrumental. En relación a la consideración del agua como bien
económico, Tortajada (s/f: 6) apunta que desde la Convención del Mar del Plata (1977), 15
años antes de la de Dublín, se hizo el reconocimiento al económico del agua.

155
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

generado durante la conformación de los organismos operadores de agua, por


ejemplo en Pachuca, tal como lo señala Amaya (2011).
El crecimiento de la ciudad en los últimos 30 años sin lugar a dudas ha im-
pactado el tipo y la forma de abastecimiento de agua. A partir de la década de
los años setenta, pero con mayor énfasis en la de los ochenta, Pachuca registra
un significativo crecimiento poblacional a la par de una importante expansión
horizontal hacia el sur y el oriente particularmente. El crecimiento hacia la
zona norte de la ciudad es limitado por la presencia de la sierra de Pachuca.
La expansión urbana que ha experimentado la Ciudad de Pachuca en los
últimos diez años ha sido significativa, llegando a conformarse como una zona
metropolitana con otros seis municipios conurbados. Actualmente, Pachuca
se ubica dentro del grupo de ciudades del subsistema urbano de la ciudad
de México en las que persistió un acelerado crecimiento urbano, cuando las
grandes ciudades presentaron disminuciones (Garza, 2002). Pachuca y su
área metropolitana, de acuerdo al censo de 2010, contaba con una población
de 438,692 habitantes, por lo que puede ser considerad una ciudad media,
tanto en términos poblacionales como en los funcionales. En su fenómeno
de metropolización sigue la tendencia nacional de generar riqueza, pero sin
tener la capacidad de responder a demandas básicas para su población: servi-
cios de salud, educativos, de vivienda o de agua. La insuficiencia e ineficacia
en la planeación del desarrollo urbano, debido a múltiples factores como las
indefiniciones de jurisdicciones, insuficiencia de recursos para obras de in-
fraestructura, entre otros, ha derivado en una dotación de servicios públicos
básicos incompleta y deficiente.

Servicio de agua potable y saneamiento

En la ciudad de Pachuca el prestador de los servicios es un organismo opera-


dor intermunicipal llamado Comisión de Agua y Alcantarillado de Sistemas
Intermunicipales (caasim), creado por decreto estatal en 1992. En los hechos,
presta el servicio de agua potable y alcantarillado a 10 municipios conurbados
a Pachuca, no todos ellos integrantes de la zmp: Mineral de la Reforma, Sin-
guilucan, Epazoyucan, Mineral del Monte, San Agustín Tlaxiaca (únicamente
un 10 por ciento), Tepeapulco (sólo un 5 por ciento) y sólo unas casas del
municipio de Tlanalapa y El Arenal (ver figura I). La caasim además vende
agua en bloque a los municipios de Villa de Tezontepec, Zapotlán de Juárez, San
Agustín Tlaxiaca y Mineral del Chico. Los municipios de San Agustín Tlaxiaca
y Zapotlán son atendidos por operadores de agua municipales. 9

9
Nos referimos a la Comisión de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de San Agustín
Tlaxiaca y la Comisión de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Zapotlán de Juárez,
capassa y capasmzi, respectivamente.

156
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Figura I.
Municipios de la Zona Metropolitana de Pachuca abastecidos por caasim

Fuente: Sistema Integral de Información del Estado de Hidalgo (2014)

Pachuca, como capital del estado, presenta coberturas tanto de agua como
de alcantarillado superiores a la media estatal y nacional, 98 y 96 por ciento
respectivamente (Conagua, 2013).

Suspensión programada de agua potable

Los cortes programados en el servicio de agua son una realidad en la Pachuca,


los cuales comenzaron siendo temporales (durante el estiaje), y ahora parecen
haberse hecho permanentes (Revista Proceso, 2006; Mota, 2010; Hidalguía,
2011; Naciff, 2012; Diario Vía Libre, 2013; Mota, 2010; Rico, 2015). Ello a
pesar de que las autoridades locales señalan que su indicador de continuidad
en el servicio se ha incrementado de 42 por ciento en 2008 a 70.85 por ciento
en 2011 (caasim, 2012).
Los tandeos han significado para muchos operadores de agua, en varias
ciudades del país, una medida de racionamiento en épocas de estiaje o hasta

157
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

una forma de ahorro de agua. En la Ley Estatal de Agua no hay referencia a los
mismos, aunque sí se maneja la posibilidad de suspensión temporal o corte de
los servicios ante la falta de pago (en dos ocasiones consecutivas en caso de
uso doméstico). Luego entonces, se trata de una medida operativa que tiene
un principio técnico.
Estas medidas tienen afectaciones diferenciales en las familias porque de su
capacidad económica depende principalmente el implementar otras estrate-
gias para acceder al agua. Contar con mecanismos de almacenamiento de agua
como cisternas, tinacos, tambos u otros, requiere de erogaciones económicas
y de espacio e instalaciones adecuadas para ello, dificultando así de manera
diferencial a los diversos contextos de casa-habitación a los que llega el agua
de esta manera. Y aún más, recibir agua en tandeos pudiera implicar: recibirla
a la hora a la que técnicamente es adecuada para el sistema de redes, pero
no necesariamente para las personas que dependen de ella; sería el caso de
las mujeres u hombres que se ocupan de la tarea de apartarla o de hacer los
quehaceres que la requieren (lavado de ropa, de trastes y aseo de la vivienda);
utilizar otros métodos para consumirla, dadas las condiciones con las que llega
el agua después de no haber pasado por la tubería; el gasto de agua en pipas y
agua envasada para cubrir necesidades de agua en momentos en los que no se
está surtiendo de acuerdo a la programación; entre muchas otras.
Con base en información recibida, resultado de una petición expresa hecha
vía infomex-Hidalgo, sobre el programa de tandeos en los municipios que
atiende caasim, se reportaron para el año 2013, 311 colonias que reciben agua
de manera discontinua en los municipios de Zempoala, Mineral de la Reforma,
Pachuca, Epazoyucan y San Agustín Tlaxiaca; la mitad reciben el servicio entre
tres y cuatro días a la semana, de 6 a 10 horas al día.
A pesar de que la información proporcionada vía infomex-Hidalgo no con-
templa a todas las colonias de los municipios que integran la zmp, es posible
tener una idea de la situación derivada de la programación de los tandeos y
de su manifestación espacial, la cual presenta coincidencias con zonas pobres
de la ciudad, las que se han incorporado a la mancha urbana en los últimos 30
años. La figura 2 muestra la distribución territorial de los tandeos. Al respecto
se observan las colonias que reciben agua de uno a 2 días, de 3 a 4, de 5 a 7
durante los 7 días de la semana. Se observa además cómo en la parte sur de
la ciudad se concentran las colonias con los tandeos más severos en cuanto al
número de días.

158
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Figura 2.
Suministro de agua por tandeo en la zmp (horas al día), 2013

Fuente: Elaboración propia con base en información reportada por la caasim vía infomex.

Los habitantes de estas colonias deberán contar necesariamente con dispositi-


vos de almacenamiento a fin de poder aprovechar el servicio. Cualquier factor
externo que les impida no hacerlo los pondrá en la necesidad de recurrir a la
compra de agua de pipas privadas que lucran con esta situación. No obstante,
el recibo de agua llegará sin contratiempos y el adeudo deberá ser cubierto
dentro del plazo y por el monto establecido si es que las familias no desean ser
excluidas definitivamente del servicio, como lo marca la ley.
caasim informó que, en la época de estiaje, el agua sólo alcanza para sumi-
nistrar las partes bajas de la ciudad y no llega a las partes altas de la misma,
atribuyendo la situación a factores físicos y técnicos. Lo anterior expone la
posibilidad de que sean los barrios pobres quienes más padecen los tandeos,
debido a que son los primeros a los que se excluyen del servicio; las colonias
de mayores ingresos suelen disponer regularmente de agua . Sin embargo, otra

159
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

lectura de exclusión al servicio de agua potable, podría derivar de una expli-


cación estructural, esto es, del proceso mismo de urbanización de Pachuca y
de la construcción de la infraestructura y el equipamiento que la acompañó,
aunada a la ubicación de las fuentes de agua.
La ubicación de la mayoría de las colonias que más resultan impactadas por
los tandeos de agua se encuentra en la periferia de la zona norte, a pesar de
que no todo corresponde a la zona en donde se ha dado la mayor expansión
urbana de los últimos años. No obstante, se trata de colonias que, si bien no
necesariamente se inscriben dentro del rubro de los asentamientos irregulares,
sí corresponden a niveles socioeconómicos bajos.
Considerando la experiencia que vive Pachuca se puede señalar que la
política de acceso al agua en esta zona urbana tiene una dimensión territorial
asociada a niveles socioeconómicos de la población, lo que incide en la manera
en que las familias enfrentan las ineficiencias presentes en la distribución del
servicio de agua (tandeos). La imperante racionalidad técnica-instrumental
y económica (Marañón, 2004; 2010) con la que se explican medidas como el
racionamiento temporal programado del agua es muy estrecha y no contempla
aspectos fuera de ese margen, lo que podría significar un cambio cualitativo
para quienes resultan los más afectados por estas medidas, independientemente
de su razón de ser.
Queda para dar continuidad a este problema, generar información de campo
que arroje datos específicos respecto a: a) percepción subjetiva de los tandeos y
de la gestión del servicio público, b) cómo lidia la población con la intermiten-
cia en el abastecimiento de agua, c) qué costos representa en su organización
familiar, en términos económicos. Lo anterior a fin de contar con evidencias
que puedan representar insumos para los tomadores de decisiones que deban
estar presentes e incorporadas en lo que hasta ahora se ha mantenido como
un ámbito reducido a una racionalidad económica y técnica (Marañón, 2010)
en el abastecimiento de agua en zonas urbanas. Sobre esta discusión, Heino &
Takala (2015) mencionan lo siguiente: “Es evidente a partir de los resultados
que los clientes de servicios de agua no son sólo consumidores racionales de
bienes, sino personas con vínculos emocionales con la empresa de agua y la
toma de decisiones municipales”.
De acuerdo al análisis anterior y para el caso de Pachuca, desde la raciona-
lidad técnico-instrumental se toman sólo decisiones ingenieriles que pasan
como libres de intenciones para los “usuarios” del servicio, cuando en realidad
la provisión del éste pasa por criterios técnicos decididos por los gestores y
tomadores de decisiones en el ámbito gubernamental. En este orden de ideas,
la categoría de “usuarios” parece ser solo un atributo técnico ante el cual se
desdibujan las personas con sus formas de vida, percepciones, deseos y nece-
sidades reales, considerándolos sólo como agentes económicos optimizadores
que deberán consumir determinadas cantidades de agua.

160
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Conclusiones
Hacia una nueva propuesta de gestión del agua

Considerando todo lo anterior, es necesario debatir y analizar desde un enfoque


institucional (normativo y organizacional) la práctica de los tandeos de agua
en las ciudades de México, por lo que sería recomendable efectuar una revisión
crítica que vaya más allá de consideraciones técnico-operativas pertenecientes
a una racionalidad limitada estrictamente a lo técnico e instrumental. En este
sentido, se considera que un enfoque de gobernanza alternativo, ya sea del tipo
descrito por Innerarity (2006), o bien, derivado de otras alternativas teóricas
de corte institucional como el de Ostrom (2012), Caballero et al. (2015), de
corte marxista y afines como el propuesto por Bookchin (2012), Harvey (2013),
Mattei (2013), Castro-Coma y Marti-Costa (2016), para la gestión del agua y de
sus servicios, no sólo podría integrar criterios más amplios y versátiles ligados
a otras racionalidades en las que se consideren cuestiones relacionadas a la
calidad de vida de las personas, sino que también permitiría generar procesos
participativos incluyentes (diálogo social y democrático) proclives a la nego-
ciación y cooperación de largo plazo (Innerarity, 2006; Joshi et al., 2015) que
permitan generar una política pública bajo este enfoque.
Igualmente, sería necesario discutir en el contexto mexicano y evaluar
con evidencia empírica las aportaciones y propuestas de Ostrom derivadas a
partir de trabajos y resultados sobre formas de organización en la provisión
de agua en ciudades estadounidenses que fueron realizados en colaboración
con Vincent Ostrom, Charles Tiebout y Robert Warren (Ostrom et al., 1961).
Tales trabajos les llevaron a proponer el Modelo de Sistemas Policéntricos,
en el que diversas agencias públicas y privadas se organizan para producir y
proveer bienes y servicios públicos en forma de múltiples centros de toma de
decisión a diferentes escalas, con lo que concluyeron que la ausencia de una
jerarquía central no genera resultados ineficientes ni caóticos en los sistemas
socioecológicos analizados (Ostrom et al., 1961; Ostrom, 2010).
El empleo único de indicadores técnicos o estrategias del tipo de los tandeos
permite, por una parte –desde la perspectiva racional instrumental– diseñar
una política pública que permite la gestión eficiente y óptima del recurso
natural (agua) y, a su vez, evaluar el desempeño de la agencia gubernamental

161
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

en términos de eficiencia. No obstante, salir de este enfoque o transformarlo


permitiría enriquecer el paradigma de gestión con el uso “acotado” de indi-
cadores cuantitativos y, a su vez, pasar a una gestión de gobernanza donde
podrían encontrarse soluciones negociadas con los diferentes actores sociales,
por ejemplo, el agua como un bien que pertenece a una comunidad de actores
sociales que hacen uso del recurso y cuya gestión y conservación concierne
a todos los actores bajo una nueva perspectiva de racionalidad, con un nuevo
enfoque de justicia, equidad y arreglos institucionales que debería ser discu-
tidos en futuras investigaciones sobre gestión del servicio.
Dicha discusión podría hacerse desde los diversos enfoques teóricos su-
geridos por escuelas institucionales, por ejemplo, las propuestas de Ostrom
(2011) y de North (Conill, 2005). El debate científico podría, incluso, abrirse a
propuestas cercanas a enfoques marxistas como las de Mattei (2013) y Harvey
(2013), las cuales están basadas en un modelo de bien común de nivel supe-
rior. Al respecto, el enfoque teórico sugerido por Harvey (2013) expresa que
el reto es construir normativamente el bien común para poner de manifiesto
los problemas específicos de las sociedades contemporáneas. Otras ideas se
derivan de enfoques anarquistas, tal como lo sugiere la propuesta teórica
marxista de ecología social, bajo el supuesto de estar en un mundo ideal de
racionalidad ecológicamente orientada y sin jerarquías sociales (González y
Figueroa, 2009; Rehaarg, 2010; Bookchin, 2012); lo anterior podría resultar
en una contención de los intereses de los actores, lo que generaría –bajo este
paradigma– la conservación del sistema ecológico.
Consecuentemente es necesario analizar los procedimientos de los distintos
intereses en juego en la gestión de los bienes; por lo que, bajo un modelo de
gobernanza e inclusión en la toma de decisiones, se requiere de un bien que
sea producto de una construcción social que no puede gestionarse unilate-
ralmente, por lo que los intereses particulares deberían articularse mediante
procedimientos vinculantes.

162
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Referencias

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Turismo y segundas residencias
en el Pueblo Mágico, Mineral
del Chico, Hidalgo

María Mayela Benavides Cortés

El Colegio del Estado de Hidalgo


Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

…(Starobinsky definió en esencia la mo-


dernidad), la experiencia particular de una
forma de soledad y, en sentido literal, de una
“toma de posición”: la experiencia de aquel
que, ante el paisaje que promete contemplar
y que no puede contemplar, “se pone en
pose” y obtiene a partir de la conciencia de
esa actitud un placer raro y a veces melan-
cólico… donde encontremos la evocación
profética de espacios donde ni la identidad,
ni la relación, ni la historia tienen verdadero
sentido…

Mar Augé, 2014

171
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Introducción

El presente trabajo responde a la necesidad de conocer con mayor detalle los


efectos sociales y territoriales que ha tenido el Pueblo Mágico de Mineral del
Chico (caracterizado por sus atractivos ambientales y culturales) al ser utili-
zado para vacacionar tanto por el turismo de corta estancia como por el que
adquiere una casa para escapar de su cotidianeidad en un lugar atrayente. Las
cifras estadísticas son insuficientes para compilar un panorama preciso sobre
las implicaciones que los locales han sufrido ante la conversión del pueblo en
un destino turístico.
Con el propósito de cumplir con el objetivo planteado se realizó un estudio
de corte cualitativo. Este estudio se llevó a cabo desde la perspectiva de los
locales, dado el método que se utilizó de corte cualitativo además del interés
de rescatar sus opiniones y forma de pensar ante dichos cambios.
El corpus de análisis se integró con 19 entrevistas basadas en un guion de
historias de vida realizadas a actores sociales: comerciantes, guías turísticos,
trabajadores en casas de segundas residencias, residentes, ex residentes,
ejidatarios, presidente del Comité del Pueblo Mágico y la coordinadora del
turismo municipal, efectuadas en el primer semestre de 2016. El muestreo se
realizó por conveniencia y por saturación de resultados. Con las entrevistas
se conformó un conjunto de códigos temáticos, mismo que se utilizaron para
interpretar las afectaciones territoriales y sociales derivadas del turismo y las
segundas residencias. El corpus fue analizado por medio de un programa de
análisis cualitativo de datos1, el cual se usó para clasificar las respuestas de los
entrevistados en las categorías conceptuales que se analizaron en el trabajo:
territorio, dinámicas sociales, turismo, colonos y segundas residencias. Pos-
teriormente se procedió a explicar el análisis conforme a las opiniones de los
entrevistados.
Los temas tratados en la mayoría de las entrevistas efectuadas a los actores
locales fueron datos demográficos, como lugar de nacimiento, edad, tiempo
viviendo en la localidad, escolaridad y ocupación, historia y presente de la lo-

1
El programa utilizado fue el Altas. Ti., que facilita la recolección y organización de documentos
con el propósito de realizar investigación cualitativa.

173
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

calidad, cómo era el pueblo cuando ellos recuerdan o llegaron a vivir ahí, cómo
es en la actualidad, qué actividades productivas y de esparcimiento realizaban
y cuáles son las que efectúan en este momento, cuál es el uso y apropiación del
espacio que realizaron y cuál el que efectúan al presente, cuáles fueron las diná-
micas sociales en el pasado y cuáles en el presente. Respecto al turismo; cómo
fue la afluencia del turismo antes de que el Pueblo perteneciera al Programa de
Pueblos Mágicos (ppm), cómo es actualmente, cuáles fueron los cambios que
se realizaron al pueblo para pertenecer y permanecer al ppm. Dependiendo si
los actores eran comerciantes, ejidatario administrador de una zona turística
ejidal, guía turístico o pertenecía al comité de PM o servidor público, a la en-
trevista se añadieron otras preguntas que por sus funciones podían contestar.

174
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Consideraciones teóricas; aspectos


socioterritoriales relacionados con el turismo

Para este trabajo se entenderá al turismo como una actividad realizada por
individuos o conjunto de personas que viajan; las segundas residencias como
aquellas casas de descanso de personas que deciden vacacionar con frecuencia
en el lugar donde adquieren la propiedad. A estas perspectivas se añadió las
de Marcel Mauss y Hiernaux quienes están en desacuerdo con el concepto de
turismo que lo denomina “industria” (una mera actividad económica), parti-
cularmente porque éstos lo conciben como un hecho social que se sumerge
en todos los sectores de la vida social, como en espacios no visibles, proce-
sos simbólicos que influyen en las estimulaciones y prácticas sociales de los
individuos, y en la forma de ver y relacionarse con otros (González, 2006).
Por su parte, Vera (1997) se une a la posición de Mauss y Marcel en cuanto
a que el turismo influye en todos los sectores de la vida colectiva tales como:
instituciones, las mentalidades, las concepciones de identidad, así como la idea
que la sociedad realiza de sí misma (Vera, 1997).
La actividad turística es preponderada en el país, desde el discurso y plan-
teamiento de la política pública es considerada primordial para el desarrollo
económico regional, por contribuir con fuentes de empleo donde éste es pro-
movido. Ésta supone que con tal acción se favorecen las condiciones de vida
locales. Bajo esta justificación, la presencia del turismo en México crece y se
fortalece, al igual que en otros países en desarrollo, como consecuencia directa
de la globalización. Desafortunadamente el beneficio económico implica un
peso político, social y cultural (Hiernaux, 2007).
Una justificación para la promoción del turismo es contemplarlo como
una acción de traslados a través del territorio con el objetivo de producir en-
riquecimiento cultural de quienes lo realizan, lo cual es sólo una porción de
los aspectos culturales, particularmente por el hecho de que surgen nuevos
elementos tales como hoteles, restaurantes, guías y recorridos turísticos, e in-
cluso, las artesanías y celebración de festividades. A este conjunto de aspectos
tangibles e intangibles se les ha denominado como una “tercera cultura.” A
ello se añaden cambios en la concepción de los habitantes de las localidades
turísticas sobre éstas; ellos se convierten en turistas de sus poblados porque

175
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

dejaron de vivir en su ciudad y ahora lo realizan en un producto turístico sin


importar la falta de autenticidad del mismo. El residente termina por cambiar
su actitud del lugar donde vive y desarrollaba su cotidianeidad por una nueva:
empieza a vivir del, en y para el turismo (Lagunas, 2007).
En contraste, el turista recurre a la apropiación del lugar que visita para rea-
lizar la actividad turística. hbvre describió el concepto de apropiación como el
proceso por medio del cual, de forma individual o grupal, transforman el lugar
a través de su visita en un bien personal, un algo exterior tangible e intangible.
Él se refirió a los espacios urbanos de Florencia o Venecia como el resultado
de un espacio apropiado por los visitantes y residentes, y es la manera en que
son reinventados. También explicó que cuando un parisino posee una casa de
campo cuando va a ella, realmente no va al campo. Sucede porque el sujeto
vinculado a la ciudad la lleva consigo, el resultado de ello es que destruye el
campo cuando lo visita. Tanto el citadino como el turista eliminan lo que buscan
de autenticidad en los lugares que visitan, los cuales dejan de ser lo que fueron
precisamente por su presencia y residencia (Lefebvre, 1978).
Tal es el impacto del fenómeno de integración del turismo a una localidad
receptora que genera un grado de desasosiego similar al que le introducen los
movimientos migratorios, ocasionado en parte por los turistas que compran
servicios y/o bienes en las localidades. Dependiendo del tipo de adquisición
(efímero o permanente) es el impacto en ellas, así como las diferencias socio-
culturales entre residentes y visitantes, esto sucede porque ambos desarrollan
su cotidianeidad o esparcimiento en el mismo espacio público, unos por sus
actividades diarias, los otros por las turísticas
En lo que respecta a mejorar la calidad de vida de los habitantes de las lo-
calidades con vocación turística, estudiosos del paisaje como Maderuelo, se
argumenta que las transformaciones con el objeto de satisfacer las demandas
de la actividad que se efectúan a éste no lograrán construir uno que contribu-
ya a mejorar las condiciones preexistentes, como son las estéticas, históricas,
ambientales, territoriales, ni sociales. En el mejor de los casos, ni de forma
individual, ni grupal, contribuyen a que las condiciones de vida de los residen-
tes mejoren porque muchos de ellos ya fueron desplazados, suplantados por
nuevos actores y nuevas actividades. Maderuelo tiene una perspectiva similar
a la de Lefebvre, en lo que respecta a la forma en que los visitantes cambian
un sitio con sus visitas (Maderuelo, 2006).
A las afectaciones sociales y culturales mencionadas se añade que la actividad
requiere de servicios públicos para realizarse satisfactoriamente. Corresponde
a las autoridades de éstas instrumentar estrategias y redes de servicios para
satisfacer las nuevas demandas. Desafortunadamente, existen casos en que los
residentes no cuentan con buenos servicios de electricidad, agua y drenaje,
así como de tratamiento de residuos líquidos y sólidos, y la calidad de vida
de los locales también se ve afectada porque el incremento en la demanda de
los servicios necesarios es en detrimento del suministro que ellos requieren.

176
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Mineral del Chico, Pueblo Mágico de la región


serrana del estado de Hidalgo

Mineral del Chico es uno de los 84 municipios del Estado de Hidalgo, cuenta
con 7 mil 980 habitantes (inegi 2010), la cabecera municipal lleva el mismo
nombre y tiene 581, 7.28 por ciento del total de los residentes municipales. En
2014 en el municipio existían 2093 viviendas (inegi 2015), lo que significaría
1452 para el pueblo estudiado. Se localiza entre los paralelos 20º 12" 11"de la-
titud norte, 98º 44" y 52" longitud oeste, con una altitud de 2351 metros sobre
el nivel del mar. A una distancia de 18 kilómetros de la ciudad de Pachuca.
Colinda al norte con Atotonilco el Grande, al este con Omitlán de Juárez, al
sur con Mineral del Monte, Pachuca y San Agustín Tlaxiaca, y al oeste con El
Arenal y Actopan. Su superficie es de 192.49 kilómetros cuadrados, 0.06 por
ciento de la superficie total del Estado (Inafed, 2010).
La mayor parte del territorio es montañoso, cuenta con 32 formaciones
rocosas, sobresalen: Cristo, Compadres, La Muela, Escondida, Botella, Pared
Norte, Toronja, León Alado, Azteca, Zorro, Cáliz, Zumate, Corazón, Cruz
Grande, La Plancha, La Bruja, Benito Juárez, Espejo, Monja. Las montañas y
cerros están repletos de pinos y oyameles principalmente. Sus bosques poseen
la declaratoria de Parque Nacional El Chico3 por lo que son aprovechados de
forma racional. Por la cantidad de vegetación existente, llueve la mayor parte
del año, razón por la que existen un gran número de escurrimientos de agua
que alimentan los ríos El Milagro, Río Fresco, Río de los Griegos, Río Peña
Blanca, Río Los Panales, Río Aguacate, Río Bandola y Río Amajac; las presas

2
Según datos del inegi en el 2014 existían 2093 viviendas en el municipio de Mineral del Chico,
si se relaciona el número de habitantes de este con los existentes en la cabecera municipal en esta
habría 152 casas. Si se utiliza el dato que proporciona la institución de que en una familia está
compuesta por cuatro miembros, serían 145. El cálculo se realizó porque no se pudo acceder a
la información oficial del número de viviendas incluyendo las de segunda residencia.
3
Mediante el decreto del 1° de abril de 1899 se estableció como Bosque Nacional el terreno
Monte Vedado de Mineral del Chico, del Distrito de Pachuca del Estado de Hidalgo. El decreto
fue derogado, pero no su importancia histórica por ser la primer área natural protegida formal-
mente establecida en el país.

177
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

de La Estanzuela, El Cedral y Jaramillo. Cuenta con los arroyos: Las Piletas, El


Infernillo, San Juan, Tetitlan, Santa Ana y Los Ahíles, además tiene 54 ojos de
agua donde se obtiene agua potable (inafed, 2010).
Mineral del Chico fue distinguido como municipio el 16 de enero de 1869,
un día después de que el Congreso expidió el decreto por el cual Hidalgo fue
erigido Estado Libre y Soberano. En 1886 fue creada la fuente del pueblo y en
1888 el ingeniero Gabriel Mancera donó a la población el emblemático reloj
colocado al costado derecho de la parroquia de la Purísima Concepción. En
la administración estatal 1981-1987 se realizó el Centro Turístico El Paraíso,
formado por restaurantes, bar, fuente de sodas, senadores, juegos infantiles y
un área para pesca (inafed, 2010).
Además de los atractivos y recursos naturales mencionados el municipio está
incluido junto con otros ocho municipios del estado (Pachuca de Soto, Mineral
de la Reforma, Mineral del Monte, Omitlán de Juárez, Epazoyucan, Singuilucan,
Atotonilco el Grande y Huasca de Ocampo) en el proyecto la Comarca Minera
de Hidalgo. La razón es que los municipios mencionados poseen un patrimonio
abundante de geología natural compuesta por ricos yacimientos de oro, plata
y plomo. Razón por la cual el gobierno del Estado, en conjunto con la unam,
con el propósito de promover la investigación y el geoturismo, diseñaron el
primer Geoparque del país en aras del desarrollo sostenible en los municipios
involucrados. Otra finalidad del proyecto es presentarlo en octubre de 2016
como candidato para ser incluido en la Red Mundial de Geoparques ante la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(unesco) (unam, 2016).

Ganancias y pérdidas para los locales por la afluencia turística

Según el Plan de Desarrollo 2012-2018, el turismo en México es considerado


como una actividad que contribuye a mejorar las condiciones de vida de los
habitantes de las localidades donde se realiza. De ellos cuyas fuentes de empleo
están relacionados con esta actividad coinciden con la evaluación institucional
plasmada en el plan, de que son beneficiados por el desarrollo del turismo en
el lugar donde viven. Una de las problemáticas del país es la falta de fuentes de
empleo locales, posición con la que coinciden los pobladores entrevistados en
los denominados Pueblos Mágicos. En Mineral del Chico, aún con la activación
de la economía por la afluencia turística, los empleos generados en este rubro
no han sido suficientes para satisfacer las necesidades de algunos residentes.
Ellos están convencidos que la necesidad económica de los pobladores, deri-
vado de la escasa o insuficiente fuentes de empleo, influyó en la decisión de
que algunos vendieran su propiedad a bajo precio.
Los residentes creen que la actividad turística es la que en mayor grado ha
repercutido positivamente en la economía de los locales, ya que la prestación

178
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

de servicios turísticos tales como la venta de productos a turistas, así como la


pernoctación en alojamientos, ha generado recursos adicionales. En segundo
lugar, la existencia de segundas residencias permiten la presencia de trabajos
de quienes construyen, cuidan y limpian las casas de los colonos, actividades
que pueden ser mejor pagadas que las efectuadas aún en establecimientos tu-
rísticos. Otra fuente de recursos económicos para los locales es el autoempleo
produciendo tanto mercancías artesanales como dulces tradicionales, pan o
artesanías elaboradas con metales y piedras que adquieran los turistas.
La apreciación de quienes están relacionados con la actividad turística en la
cabecera municipal es que ésta decreció en los últimos años porque los servi-
cios turísticos prestados por ella subieron de precio. Creen que al encarecer la
estadía de los visitantes en el pueblo, estos optan por no acudir a él.

De que había antes mucho turismo y ahora ha bajado…estamos hablando de que


unos 10 años… había bastante, bastante gente y ahora ya no viene mucho… a la
mejor el alza de precios, o los, o sea, del turismo. Sí, porque le suben a la alimen-
tación, y por decir una vez llega una familia me pregunta en dónde puedo comer,
y digo aquí arriba, no, es que una comida la están dando a 85 pesos, somos 5… yo
digo que sí debe de haber carencia pero no tanto ¿verdad?... yo de que me acuerdo
siempre ha habido turismo… en su auge pues serán unos como 15 años… a 10, en
ese lapso de 5 años sí había bastante… ahorita sí ha disminuido…4

Existe añoranza en los residentes por la baja del turismo en su pueblo, porque
creen que los visitantes contribuyen al realce de este. La significativa canti-
dad de ellos que se desplazaba tanto por las calles como por los restaurantes
y comercios contribuyó a crear un ambiente de festividad que rompía con la
tranquilidad y monotonía local. A lo que se añadió una importante derrama
económica para los comercios tradicionales, platerías o artesanías entre otros.
Actualmente, éstos ya no cuentan con la relevancia que tuvieron en el pasado
porque el atractivo de las actividades ecoturísticas va en aumento, y desplazan
lo que fue tradicional.
Por esta razón, para quienes trabajan en comercios del pueblo bajaron sus
ventas tanto por la disminución en el número de turistas como por las múltiples
opciones turísticas fuera de este. Como consecuencia, quienes laboran en la
localidad cuestionan las estrategias mercadotécnicas de quienes promueven el
entorno del poblado. Los residentes de Mineral del Chico están convencidos que
en algunos tipos de servicios, los servidores no se comportan conforme a las
reglas de cortesía aplicadas por los locales, que es aprecio y respeto por el otro.

4
Fragmento de entrevista realizada a mujer de 49 años originaria de Mineral del Chico que
trabaja en un comercio turístico.

179
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

… ya se acabó ahora sí, ese momento bonito del pueblo… no tenemos turismo igual
porque son unos careros y para todo le quieren sacar dinero al turista… ¿cuánto
cuesta una cabaña?… El turismo ni trae para esos gastos y aunque trajera no tienen
por qué cobrarle ese precio si hay otros lugares donde te dan más económico…
Yo siento que la gente era más honesta con el mismo turismo. Y ahora nada más
acaparan…Tú llegas a un lugar y sientes cuando te está siendo sincero la persona
del lugar, o te está diciendo “ve para que te estafen”, ¿no?...era más legal la gente
del pueblo, pero es por lo mismo, ganan. Hay unas cuatrimotos que se ponen
aquí afuera el fin de semana. Por la vueltecita que le den de aquí a un lugar, que
se llama el Puente, que son 20 minutos en la cuatrimoto…te cobran 350…Eso no
es justo para alguien que quiera conocer un pedazo de espacio del pueblo…Ese
recorrido lo puedes hacer caminando…El pueblo no tiene por qué ser caro para
nadie…debe haber una legalidad con el turismo.5

Fotografía tomada por la autora Mayela Benavides (2016).

5
Fragmento de entrevista realizada a mujer de 44 años originaria de Mineral del Chico que
trabaja en un comercio turístico.

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Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Fotografía tomada por la autora Mayela Benavides (2016).

De la misma forma que existen aspectos que influyen de forma negativa en


la afluencia turística hacía Mineral del Chico, contrastan los que lo hacen po-
sitivamente, tal es el caso de películas y telenovelas filmadas en el lugar. Los
originarios las ponderan como elementos que influyeron en que el turismo
creciera de gran manera, unas de ellas desde el noventa, entre 2 y 20 años antes
de que el pueblo perteneciera al ppm. En otro sentido, consideran exitosa la
gestión del alcalde Carlos A. Ramírez Mateos (1997-2000), los comerciantes no
saben en qué consistió específicamente la labor esta administración pública, lo
importante para ellos es que les benefició con una mayor afluencia de turistas
y que su estadía fue predominantemente en el pueblo.

Hasta el 80 y tantos, 90, fue cuando ya empezó a haber más gente, más gente, más
gente…Con lo de las novelas que estuvieron filmando y películas pues la gente fue
viendo lo del río y todo eso, y ya fue como vino más gente… las novelas trajeron
muchísima gente… Flor y Canela y Esmeralda, fueron las que filmaron aquí, fue la
que trajo más gente, como por el 2008. Mucho antes de que fuera Pueblo.6

6
Fragmento de entrevista realizada a hombre de 75 años originario de una comunidad conti-
gua y residente por 55 años de Mineral del Chico que trabaja en un comercio turístico.

181
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

… Hace como unos 15, 20 años, cuando estuvo un presidente aquí, Carlos Ramírez,
tuvo mucho auge el pueblo. Auge de turismo, porque ellos tenían a sus trabajadores
que lo promovían bien, o él, o no sé. No sé cómo manejaría eso, pero sí había un
nivel de turismo muy alto… había menos actividades, no había ni rapeles ni nada…
lo único que había era lo de pesca, truchas y eso.7

Desafortunadamente, para los locales no todos los turistas que visitan el pueblo
pueden considerarse deseables. Ante este tipo de asistentes que amenazan la
cotidianeidad del pueblo, se organizan con sus similares para estar alertas y
protegerse de quienes se convierten en agresores e infractores a la seguridad
pública. Un resultado positivo de tales acciones para los actores locales es el
fortalecimiento de los vínculos sociales.

… le comentaba del desastre en lo que se convierte después de unas vacaciones


como Semana Santa. Basura, descuido en el alcohol, le hablo de la gente que viene
de México principalmente de los barrios, del barrio de Tepito. Tenemos muchos,
muchos visitantes de ahí, ya no es un lugar así como que bonito cuando viene el
turismo ¿verdad? porque lo llenan. Comen, duermen, y ahí se queda la basura, no
tiene uno tanta libertad porque pues es gente que está acostumbrada a otro tipo
de vida. Escándalo, maneras de tratar hasta a la gente. Hubo un grupo de chavos
de ese lugar, donde quisieron empezar a asaltar a las personas en abril… como
quien dice nosotros nos cuidamos de los que vienen de fuera… no lograron su
objetivo porque aparte de que tenemos seguridad, el pueblo es tan chiquito, todos
nos conocemos. Así es que si notamos algo inmediatamente decimos tal grupo en
tal lugar, pero la verdad es que uno dice, esa gente pues sería mejor que no nos
visitara, porque sólo es un desastre.8

Los residentes preferirían que los turistas que ocasionan problemas y no con-
tribuyen a que exista derrama económica para el pueblo no asistieran. Hay otra
clase turistas que desean que si los visiten. ¿Por qué son deseables?, porqué
son educados, no les causan problemas a los locales ni a otros visitantes, res-
petan las dinámicas sociales establecidas en la localidad (buenas costumbres
y la tranquilidad), no dejan la basura en los sitios públicos; se hospedan en los
hoteles y cabañas, realizan consumos en los restaurantes locales.

Vivimos del turista, y somos contentos cuando nos visitan, pero igual de ese
turista educado, de ese turista de otro nivel… Sí, se quedan un fin de semana. Y

7
Fragmento de entrevista realizada a mujer de 44 años originaria de Mineral del Chico que
trabaja en un comercio turístico.
8
Fragmento de entrevista realizada a mujer de 25 años originaria de Mineral del Chico que
vende comida en el espacio público.

182
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

realmente nosotros vivimos de ese turismo. Ese es el turista que a nosotros, pues
nos mantiene… la mayor afluencia que recibimos en el municipio es del Estado
de México, de Querétaro, del df, un poco de Puebla, un poco del extranjero pero
ya es muy poco.9

Mineral del Chico por ser el pueblo que ostenta una menor dimensión espacial
(número de habitantes) en comparación con los cinco Pueblos Mágicos del es-
tado de Hidalgo, es el más tranquilo de ellos. Los residentes, ante la posibilidad
de recibir los beneficios económicos del turismo, se conforman y consuelan
con el hecho de que los impactos del turismo no los viven todos los días. Son
las semanas de vacaciones, fines de semana y puentes vacacionales.

Pues es cosa de dos días, le digo, de hecho ya es así, ya no podemos dar marcha
atrás, se tiene uno que acostumbrar nuevamente le digo, nosotros vivimos por
acá retirados del pueblo y es más tranquilo.10

Los originarios de Mineral del Chico ante los colonos y las segundas
residencias

Los locales no tienen precisión sobre el año que empezó a haber en el pueblo
casas de colonos. Su apreciación es que fue alrededor del 2005 cuando se incre-
mentó el número de las casas existentes. Años después, aún con la integración
de Mineral del Chico al ppm, el aumento en el número de éstas fue mínimo. Las
explicaciones son que la extensión de superficie urbanizable y habitable del
pueblo es reducida, tanto por la topografía abrupta, como porque el poblado
colinda desde el sur hasta el oriente con el Parque Nacional El Chico. Ambos
aspectos explican las restricciones para un crecimiento desmedido del poblado.
La existencia de colonos es posible porque algunos de los originarios vendieron
sus propiedades, tanto casas como terrenos. Para quienes permanecen en el
poblado experimentan añoranza por los que ya no viven en éste.

Ay, lo que no me gusta de aquí es que se llena mucho de gente de fuera… digamos
que del pueblo el 90 por ciento, las casas son de gente de fuera, o sea, los fuereños
que les decimos. Vienen, compran la propiedad o hasta su misma propiedad de
usted, y pues ya, este, usted se queda para cuidar ahí. Y ellos son los que prácti-
camente ocupan el pueblo ¿no?... ya quedamos muy poquitos viviendo aquí en

9
Fragmento de entrevista realizada a mujer de 25 años originaria de Mineral del Chico que
vende comida en el espacio público.
10
Fragmento de entrevista realizada a mujer de 26 años originaria de Mineral del Chico que por
las mañanas vende comida en los portales, espacio público del pueblo.

183
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

nuestras casas. Porque la mayoría ha vendido todo… Yo creo que por la necesidad
económica, por eso, no hay fuentes de empleo, esa parte tampoco no me gusta…
no hay de donde, a la mejor el poco turismo que nos llega pues para algunos de
nosotros que somos comerciantes, pero, realmente carece de empleos.11

Los colonos aumentan porque los originarios venden sus casas con el pro-
pósito de tener recursos económicos para subsistir. Cuando los primeros
evalúan que ya no desean conservarlas ni mantenerlas, las venden a nuevos
colonos quienes son los que tienen los recursos económicos para adquirirlas.
Los originarios quedan excluidos porque no cuentan con las posibilidades e
interés de comprarlas ya que las tipologías de las viviendas que construyen los
colonos no coinciden con las que ellos poseen. De esta forma se autoexcluyen
simbólicamente como posibles dueños porque consideran que no cualquiera
puede tener una casa de ese nivel.

No, no se llega a incrementar tanto porque no hay para donde crecer. Se ha incre-
mentado porque venden algunos y compran otros, entre ellos. Los de afuera, los que
tienen sus casas de fines de semana a veces ya no quieren venir, por equis razón
y venden sus casas y las compran otros. Pero no puede crecer mucho el pueblo.12

Los locales consideran que los colonos son gente muy tranquila y educada,
piensan que quienes viven en ese tipo de casas es porque cuenta con un capi-
tal social, cultural y económico. Los pobladores foráneos les resultan ajenos
a su cotidianeidad dado que ellos cuentan y mantienen una distancia de ellos
tanto en el plano económico, como social y cultural. Generalmente los colonos
utilizan sus casas los fines de semana y períodos vacacionales para descanso
y esparcimiento. Cuando las utilizan, casi siempre permanecen resguardados
en ellas, no conviven demasiado con los originarios, incluso llegan a traer los
alimentos que consumirán durante su estancia en sus casas de campo. Su re-
lación con los locales consiste en realizar tratos de compra venta de terrenos
o propiedades, así como contratarlos para construir o efectuar trabajos de
mantenimiento, como vigilancia y limpieza de las propiedades, como señala
el siguiente testimonio.

No, no, porque es gente muy tranquila. Es gente muy educada. La mayoría que
tiene ese nivel de casas, y que pueden vivir en una casa y es una casa de ese nivel
es porque es gente con mucha cultura, económica y todo. O sea no cualquiera

11
Fragmento de entrevista realizada a mujer de 49 años originaria de Mineral del Chico que
trabaja en un comercio turístico.
12
Fragmento de entrevista realizada a mujer de 49 años originaria de Mineral del Chico que
trabaja en un comercio turístico.

184
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

puede tener aquí una casa de ese nivel… vienen de fin de semana, a nadie moles-
tan, vienen, hacen sus actividades de familia y nada… Traen sus cosas, por decir,
de comida las traen de Pachuca o de donde vienen y joyería pues no. No porque
es gente que está acostumbrada a otros niveles… Pues todas las casas hermosas y
grandes y bonitas que ve pues son de ellos. Todo lo que es el centro, los alrede-
dores… No se quedan a vivir aquí. O sea, vienen para descansar, nada más… son
casas de fines de semana.13

La existencia de casas de segunda residencia contribuye positivamente en la


economía local porque los colonos contratan a los locales para que trabajen
en sus casas. Desafortunadamente, lo hacen pagando salarios bajos, los cuales
son menores a los que pagarían en sus lugares de residencia al punto de que
llegan a ser equivalentes a casi la mitad de lo que se paga en las grandes ciu-
dades y en los contextos socioculturales a los que pertenecen los dueños de
las segundas residencias.

… Por ejemplo de que vienen y nos llegan a dar trabajo, compran un terreno y
pues a la mejor ya nos dan trabajo, eso. La mayoría viene, por ejemplo, de México,
de otros lados, que buscan un terrenito y ya si consiguen pues ya…14

Las autoridades municipales ven con agrado que los colonos sean responsables
en pagar tanto predial como los servicios públicos que utilizan. De esta forma
contribuyen a fortalecer las finanzas locales.

Porque bueno, aquí lo que es la cabecera que es donde se maneja más, es apro-
ximadamente unos 400 habitantes podríamos decirlo. De esos 400 habitantes
pues un 50 por ciento serían colonos y el resto sería de los mismos habitantes
que cuidan las casas de los colonos… De alguna manera sí, pagan sus impuestos,
o sea, aunque no estén aquí cumplen con los requerimientos de la comunidad.15

En el caso de quienes sus padres o ellos nacieron en el poblado y tienen una


vivienda de segunda residencia observan reglas de convivencia y respeto a éste
mantienen lazos con la comunidad porque tienen arraigo, aprecio y amor por
ella. Visitan la tierra de sus ancestros con frecuencia y periodicidad.

13
Fragmento de entrevista realizada a mujer de 49 años originaria de Mineral del Chico que
trabaja en un comercio turístico.
14
Fragmento de entrevista realizada a hombre de 75 años originario de una comunidad contigua
y residente por 55 años de Mineral del Chico que trabaja en un comercio turístico.
15
Fragmento de entrevista realizada a servidora pública del municipio de Mineral del Chico.

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Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Hay gente que está aquí, por ejemplo esta casa, luego venían, este, sus hijos del
dueño con otros chamacos y la música, escándalo, todo. Pero a él no le gusta, una
vez me preguntó y dice, cómo se portaron, ya le dije no pues estuvieron tomando,
mucha música, anoche. Entonces les llamó la atención y ya vienen muy tranquilos.16

En contraste, los residentes expresan incomodidad tanto por los turistas como
por los usuarios de las casas de segunda residencia porque en los períodos va-
cacionales y, en menor escala, fines de semana y puentes, durante sus visitas
al pueblo el suministro de agua potable llega a ser insuficiente en el pueblo
porque la demanda de ésta crece de forma desmedida. El agua potable es un
bien altamente valorado y del que se sienten honrados por ser proveniente de
las montañas circunvecinas asociadas con el paisaje espectacular que disfrutan
(agua de manantial).

Todas las casas hermosas y grandes y bonitas son de ellos (los colonos).

En el poblado se localizan dos tipos de casas; las de los locales y las de los
colonos. Entre ellas existen las diferencias tipográficas que llegan a ser abis-
males en términos de recursos económicos, sociales y culturales para estos
dos grupos de actores sociales. Con el objetivo de explicar las implicaciones
para los originarios de la situación que este tipo de poblamiento se observe en
Mineral del Chico se utilizó la historia de vida de un matrimonio, en el cual el
esposo es originario de esta cabecera.

Yo nací aquí en el 36, pero yo me fui de aquí a los 8 años en el 44… regresé pero
nada más de entrada por salida. Unas 2, 3 ocasiones nada más. Toda la familia se
fue para el Distrito y ya, pues el trabajo y todo eso.17

A mediados del siglo pasado, los habitantes vivieron de la producción de sus


pequeñas tierras, lo que lograban cosechar lo vendían en Pachuca, con gran
sacrificio y esfuerzo recorrieron el trayecto entre ambas poblaciones. Actual-
mente es a la inversa. Residentes de la cabecera como de las comunidades
aledañas recorren con frecuencia el trayecto hacia Pachuca a fin de realizar la
compra de alimentos para su consumo porque en la localidad son escasos y
caros. Lo expresado puede ser parte de la explicación de por qué los colonos
traen sus víveres de las ciudades de donde proceden.

16
Fragmento de entrevista realizada a hombre de 75 años originario de una comunidad contigua
y residente por 55 años de Mineral del Chico que trabaja en un comercio turístico.
17
Fragmento de entrevista realizada a matrimonio compuesto por hombre de 80 años originario
de Mineral del Chico Y mujer de 76 años originaria de la Ciudad de México.

186
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Mi cuñada, sembraba las flores ahí en la barranca y de ahí bajaba a cortar con los
canastos y al otro día nos íbamos temprano… Yo le digo que por eso ya no me gusta
hablar, yo pienso que esa barranca formaba parte del terreno que teníamos, era
un terreno muy grande…mi cuñada iba a vender flores, otras personas llevaban
fruta para vender…nos íbamos a las 4 de la mañana, llegaríamos a Pachuca como
a las 6, 6 y media de la mañana… donde está el Mercado Juárez les daban permiso
de vender ahí afuera. Y ahí ponía una manta y ahí ponía todas sus flores y alguna
que otra fruta que alcanzaba a llevar, porque también era pesada y luego atravesar
todo el monte pues no… Y él cargaba cualquier cosita y la lámpara que iba en el
camino… no venían por el camino que es ahora. Entonces atravesaban el monte
e iban muchas personas…se chiflaban a la hora de la salida…se iban avisando con
sus lámparas de carburo.18

Los originarios vivieron en un pueblo alejado y olvidado en la región serrana


padeciendo pobreza. Algunos de ellos utilizaron la producción de sus tierras
para subsistir, superarla requirió que ellos dejaran su pueblo natal y migraran
a las ciudades. En el apartado anterior se habló de que existe un número de
locales o descendientes de ellos que poseen segundas residencias en el pueblo,
los cuales muestran amor y respeto por su tierra que dejaron, no porque no la
apreciaran, sino porque necesitaban mejorar sus condiciones económicas. El
pueblo por sus cualidades ofrece calidad ambiental. Las segundas residencias
les permiten tener lo mejor de la ciudad y el campo. Desafortunadamente
para los de menores recursos socioeconómicos les fue imposible conservarlas.

Se fueron primero la familia a buscar sustento para los hijos y todo, porque antes
era difícil, muy difícil, pues sobrevivir con la pobreza que había antes… El terre-
no que teníamos, como todos nos fuimos, no se pagaron los impuestos, nadie se
quedó… No hubo quién reclamara… Entonces, anteriormente la entrada era este
lado, ya después hicieron la carretera hasta acá arriba, pero la carretera pasó en
medio del terreno que teníamos.19

El panorama que existió en el pasado fue desolador para algunos. Por esta razón
los empleos que provee el turismo son altamente valorados y promovidos ya
que permiten a los locales conservar la residencia en su pueblo. Perdieron sus
huertas y todo lo que representaron a cambio de obtener recursos económicos
por sus tierras y sus empleos en las edificaciones que se efectuaron en ellas.

18
Fragmento de entrevista realizada a matrimonio compuesto por hombre de 80 años originario
de Mineral del Chico Y mujer de 76 años originaria de la Ciudad de México.
19
Fragmento de entrevista realizada a matrimonio compuesto por hombre de 80 años originario
de Mineral del Chico Y mujer de 76 años originaria de la Ciudad de México.

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Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Allá donde está la presidencia, bajábamos para abajo, como un kilómetro y estaban
las huertas, antes de llegar al río… Pues ahora ya vendieron todos esos terrenos, ya
sacaron las huertas, hicieron casas modernas. Ahora hay mucho turista america-
no, quieren sus casas nada más para descanso… todos los que han comprado son
construcciones de dinero… Sí, nada más para casas de descanso… Sí, es que antes
había huertas, había muchas huertas, y bueno, ya después vine con él y veníamos
a la huertas y había mucha manzana, pera, durazno, todas las frutas había.20

Las casas originales localizadas en el núcleo del poblado difieren ampliamente


de las de los colonos que se encuentran en la periferia de éste. Las primeras
muestran un esquema tradicional de construcción, fachadas adosadas a las
estrechas banquetas, con techos de dos aguas de tejamanil. Las segundas son
de mayores dimensiones, así como lo son los terrenos donde fueron edificadas.
Sus techos están compuestos por diferentes pendientes, cuentan con cochera
para varios vehículos. Realmente son ostentosas, por eso son calificadas como
hermosas, grandes y bonitas.

Fotografía tomada por la autora Mayela Benavides (2016).

20
Fragmento de entrevista realizada a matrimonio compuesto por hombre de 80 años originario
de Mineral del Chico Y mujer de 76 años originaria de la Ciudad de México.

188
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Fotografía tomada por la autora Mayela Benavides (2016).

189
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Conclusiones

El hecho de que Mineral del Chico haya sido incorporado al ppm no contribuyó
al aumento en el número de turistas. Al contrario, la forma en que gobierno y
empresarios locales implementaron el ppm fue en detrimento porque surgieron
nuevos actores sociales dada la aparición de nuevas actividades económicas
relacionadas con el turismo. La distinción despertó el interés de posibles
prestadores que no ofrecían servicios turísticos, por lo que instrumentaron
los que no se ofertaban en el poblado. Estos actores son vistos con recelo
por los comerciantes establecidos décadas antes; consideran que los nuevos
influyeron para que el turismo haya mermado porque con la promoción de
actividades ecoturísticas y los recorridos ofrecidos por los guías turísticos, el
turismo ya no permanece en el pueblo. Razón por la cual los turistas destinan
sus finanzas a actividades externas. El surgimiento de nuevos prestadores de
servicios creó tensiones sociales entre ellos, así como descontento por la forma
como operan los nuevos.
Es probable que los turistas prefieran visitar otros sitios y que el lugar ya no
les resulte tan atractivo como en el pasado. Aún con las razones mencionadas
la principal actividad económica, generadora de empleos y de la que dependen
la población es el turismo. Los locales valoran que su pueblo sea utilizado para
producir telenovelas, porque sirve de difusión, a través de ellas se atrajo el mayor
número de turistas al pueblo. Les desagrada que en temporada alta el agua de
manantial que utilizan como agua potable escasee por la sobre demanda, este
líquido conforma los elementos de los que se enorgullecen.
Deben ser evaluadas las condiciones que prevalecían en el poblado cuando
hubo mayor número de turistas. Como fue que el pequeño espacio público no
estaba invadido por comerciantes ni prestadores de servicios.
Las dos caras de las segundas residencias: la positiva es que genera empleos a
los locales por los servicios que ellos prestan a sus dueños, ello implica recursos
económicos para quienes los hacen. La negativa es que quienes vendieron a
precios bajos con el propósito de mejorar sus finanzas, muchos de ellos mi-
graron. Esto fue en detrimento de las dinámicas sociales locales, además los
pocos lugares accesibles para el cultivo de flores y frutas fueron vendidos y
eliminaron las actividades económicas históricas.

191
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Los locales están conscientes de que existe una brecha social, cultural y
económica entre ellos y a quienes llaman ´colonos´. Ello se corrobora cuando
califican sus casas como grandes y bonitas, las cuales solo pueden ser vendidas
a los nuevos colonos debido a su nivel económico. Los turistas llevan la ciudad
al campo, ostentando su poder adquisitivo en los sencillos poblados donde
vacacionan. Aprecian el lugar, pero no a los habitantes y su cultura pues se
mantienen alejados de ellos.
Los hallazgos llevan a concluir que se requiere una política turística con
planteamientos bien estructurados; que sea observada por las autoridades, in-
versionistas y residentes locales además de ser supervisada por los gobiernos
estatales y federal. De no ser así, los resultados esperados por la implementación
de programas terminan por ser adversos: disminución en el número de turistas,
existencia de un turismo que implica afectaciones negativas a la población (in-
seguridad y basura), además de tensiones sociales entre los nuevos prestadores
de servicios turísticos y los comerciantes locales acreditados por décadas.

192
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Referencias

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residentes en Baleares frente al turismo, Fundación Antoni Maura.
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Espacios Sensibles, Quito, ediciones Abya-Yala.
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Valle de Chalco, Daniel Hiernaux, Alicia Lindón y Jaime Noyola (coords.)
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Lefebvre, Henri, 1978, De lo rural a lo urbano, trad. Javier González Puello,
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Maderuelo, Javier, 2006, La actualidad del paisaje, en Mareduelo, J. (dir.) Paisaje
y pensamiento. Madrid: Abada Editores, S. L., pp. 234-254.
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del Chico.
Vera Rebollo, J. F. (coord.), López Palomeque, F., Marchena Gómez, M., Antón
Clavé, S.,1997, Análisis Territorial del Turismo. Barcelona, Ariel.

193
La vulnerabilidad social urbana
en el municipio de Pachuca de Soto

Claudia Paulette Escalona Muñoz

El Colegio del Estado de Hidalgo


Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Introducción

El municipio de Pachuca, capital del estado de Hidalgo, se encuentra en la


región centro sur que pertenece a la zona natural de la Comarca Minera. Está
ubicado a 96 kilómetros al norte de la ciudad de México (Sistema Integral de
Información del Estado de Hidalgo, 2011).
De acuerdo con datos del inegi (1990), el municipio se localiza entre las
coordenadas extremas 20° 07' 21'' y 98° 44' 09'', con una altitud de 2 mil 400
a 2 mil 800. Pachuca colinda al norte con los municipios de Mineral del Chico,
al Noreste con Mineral del Monte, al este con Mineral de la Reforma; al sur
con Zempoala y Zapotlán de Juárez; al oeste con San Agustín Tlaxiaca como
lo muestra el Mapa 1.
Pachuca cuenta con una superficie total de 195.30 kilómetros cuadrados, es
decir un 0.93 por ciento de la superficie de Hidalgo, tiene un clima templado
con invierno seco,1 su precipitación pluvial es de 400 a 800 mm anual.
La hidrología es principalmente compuesta por escurrimientos pluviales
que llegan a través de sus cañadas como ejemplo el Río de las avenidas (Yta,
2012). Los vientos provienen del noreste con una velocidad promedio entre
60 a 65 kilómetros por hora durante 8 o 9 meses del año. Por esta razón se le
conoce popularmente como la “Bella Airosa”.
Su temperatura promedio anual es de 14.8 grados centígrados. La conjunción,
disposición y concentración de distintos componentes climáticos favorecen
la presencia de altos e intensos niveles de vulnerabilidad física, sobre todo en
la porción noreste del municipio en la ladera de la montaña que se acercan
las isoyetas y deforman la isotermas debido al factor de los barrancos y sus
pendientes que, como consecuencia, estructuran una red pluvial intermitente
pero de fuerte actividad.
En cuanto a la geomorfología y fisiografía, el municipio se compone prin-
cipalmente de dos tipos de relieve: al norte, una sierra alargada entre 3 mil
a 3 mil 100 metros de altura; al sur valle, con algunos lomeríos de 2 mil 400

1
Según la clasificación de Köppen (Cbw) La temperatura media del mes más cálido no llega a
los 22 °c pero se superan los 10 °c durante cuatro o más meses al año. Se da normalmente en
ciudades de mucha altura en zonas templadas.

197
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

metros. Lo que destaca de la geomorfología es que fue la determinante física


más importante para la traza de la ciudad así como del establecimiento de los
primeros pobladores. Las pendientes pronunciadas al noreste de la ciudad son
las principales causantes de las inundaciones y, por lo tanto, también donde
la población ha sido más dañada durante las fuertes lluvias por los deslaves y
hundimientos.

Figura 1.
Mapa de la localización de Pachuca

Fuente: Elaboración propia con base datos oficiales inegi.

198
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Antecedentes históricos y crecimiento urbano

En el año 1550 se descubrieron los primeros yacimientos de plata en la región


y se comenzaron a realizar actividades mineras (Granados, 2010). El 29 de
abril de 1552 por medio de un documento se consigna a Alonso Rodríguez
Salgado quien poseía una estancia de ganado menor y en ese lugar descubrió
las primeras vetas ricas en plata (Torres de Mendoza, s.f.).
Sin embargo, los periodos de auge minero no fueron lo suficientemente
amplios para promover el desarrollo de la ciudad. El núcleo urbano consis-
tía de una serie de casas de un solo nivel, con cubierta plana de terrado; la
distribución urbana era bastante irregular, mientras que la alineación de las
calles en varias secciones era inexistente. El Río de las avenidas representaba
la columna vertebral de la ciudad. La fluctuación de la producción tenía un
correlato directo con la variable demográfica. Para 1560 la población del lugar
ya ascendía a 2, 200 habitantes (Granados, 2010).
La designación de Pachuca como capital del estado de Hidalgo es un hecho
tácito, pues no existe documento alguno que determine tal situación, ni en el
decreto que crea la nueva entidad, ni en ninguno posterior; tampoco existe dis-
posición alguna de tipo administrativo, ni comunicación de ninguna naturaleza,
simplemente el 21 de enero el Presidente Juárez nombra como Gobernador
Provisional del Estado al Coronel Juan Crisóstomo Doria y éste se presenta en
Pachuca el día 27 para hacerse cargo de la encomienda presidencial (Menes, 2007).
En la figura 1 se observa el crecimiento demográfico de Pachuca y en el
mapa 2 contrastar las diferentes trazas urbanas que se han implementado hasta
la actualidad. Es evidente que el municipio ha ocupado casi la totalidad de su
territorio y que se encuentra en una etapa de densificación. Sin embargo, los
planes de desarrollo de la Zona Metropolitana de Pachuca (zmp) y los proyectos
de largo alcance se están ubicando hacia el sur hasta el arco norte.
Prueba de ello es el crecimiento de la mancha urbana en los últimos 30 años
y la generación de zonas conurbadas que se consideran en la zmp, incluye a los
municipios vecinos de Mineral de la Reforma, Zempoala, Santiago Tlapacoya,
San Agustín Tlaxiaca y Epazoyucan.
Este crecimiento acelerado a partir de 1980 ha tenido consecuencias alar-
mantes para la ciudad y su composición, desde los asentamientos urbanos con

199
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

un déficit en sus normas de calidad, invasiones de áreas naturales protegidas,


reconstrucción del centro histórico, insuficiencia de servicios públicos e in-
fraestructura y los atentados hacia el medio ambiente. Lo anterior lo denomi-
naremos para efecto de este estudio, la segunda etapa de crecimiento urbano.

Figura 2.
Evolución Poblacional de Pachuca, 1900-2010

300,000

250,000
Traza Urbana V

200,000

150,000 Traza Urbana III

100,000

50,000

0 1900 1910 1921 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 1995 2000 2005 2010
Habitantes 37,487 39,009 40,802 43,023 53,354 58,658 64,571 83,892 110,351 174,013 209,996 231,602 267,751 256,584

Fuente: inegi, Censos de Población y Vivienda de 1900 a 2010.

200
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Figura 3.
Mapa del Crecimiento urbano de Pachuca hasta el 2010

Figura 3. Mapa del Crecimiento urbano de Pachuca hasta el 2010.

201
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Vulnerabilidad social:
Antecedentes y pertinencia.
Definición de la vulnerabilidad

El termino vulnerabilidad se define como la cualidad de ser herido o recibir


lesión, física o moralmente (rae, 2015). Lo anterior significa que se puede ser
vulnerable en la medida en la que se está expuesto a determinados cambios
y cuyas carencias o falta de previsión, en mayor o menor grado, evitan hacer
frente a dichos cambios, llámese eventos naturales catastróficos, crisis finan-
cieras, pérdidas, enfermedades, etc.
El concepto de vulnerabilidad se podría dividir en dos enfoques, por un lado,
la vulnerabilidad física que se refiere a las condiciones de vivienda, ubicación,
etcétera, mientras que la vulnerabilidad desde la perspectiva social se refiriere
a las características de una persona o grupo, que determinan su incapacidad
de anticipar, lidiar, resistir y recuperarse del impacto de una amenaza. En esta
definición hay una diferenciación clara entre el componente físico de la ame-
naza y la vulnerabilidad, ésta se ubica en la dimensión social. La interacción
entre ‘la amenaza’ y ‘la vulnerabilidad’ genera condiciones de ‘desastre’, de
esta manera puede ser catastrófica o crónica de acuerdo con la temporalidad
que se genera y desencadena (Ruiz, 2012).
En este sentido la vulnerabilidad social es entendida como un proceso de exclu-
sión acentuado que repercute en forma amplia en el rezago social y el bienestar
de grupos poblacionales que no alcanzan los beneficios de la inversión social. Se
trata de un proceso multidimensional, complejo y heterogéneo que confluye en el
riesgo o probabilidad del individuo, hogar o comunidad de ser herido, lesionado
o dañado ante cambios o la permanencia de situaciones externas y/o internas
como crisis económicas y sociales, así como desastres naturales (Vergara, 2011).
Por lo tanto, existen componentes físicos y sociales que la intensifican y
acentúan el efecto de las catástrofes en el proceso de desarrollo. Catástrofe
hace referencia a aquellas situaciones que ponen en tensión y que extreman
las características preexistentes del sistema socioeconómico. En ese caso, el
grado de vulnerabilidad social determina la capacidad de anticipar y recuperarse
del impacto de las catástrofes naturales. Así pues, tanto la pobreza como las

203
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

catástrofes naturales se ven amplificadas por la existencia de vulnerabilidad


social como dimensión del riesgo (Vargas y Álvarez, 2006).
Otro de los componentes, además de las características y carencias de la
población, son las instituciones o las condiciones sociales que existen en los
asentamientos urbanos.
La manera formal de cuantificar la vulnerabilidad es a través de funciones
del mismo nombre, expresiones matemáticas que tratan de establecer una
relación entre el nivel del parámetro o variable considerada para representar
la intensidad del fenómeno que representa el peligro (Cenapred, 2006).
Es importante contar con los conceptos claramente definidos para este tema
por lo que a continuación se presentan los términos que se utilizarán durante
este capítulo.
Desastre: evento destructivo que afecta significativamente a la población,
en su vida o en sus fuentes de sustento y funcionamiento. En el contexto de
la protección civil se consideran aquellos desastres que ocurren en eventos
puntuales, o sea que se desarrollan en tiempos cortos. La ocurrencia de un de-
sastre implica la conjunción de dos factores: un fenómeno, natural o antrópico,
externo que alcanza proporciones extraordinarias, y ciertos asentamientos
humanos y sistemas físicos expuestos a la acción de dicho fenómeno.
Se emplea el término genérico de agentes perturbadores para denominar a
los diferentes fenómenos que pueden causar un desastre (sismos, huracanes,
etc.), y el de sistemas afectables para designar a los conjuntos sociales y físicos
que están expuestos al agente perturbador y que pueden quedar dañados por
éste a tal grado que constituye un desastre (Cenapred, 2001).
Desde el punto de vista del diagnóstico de riesgo, los agentes perturbadores
representan una amenaza de la que hay que determinar el potencial o peligro de
que llegue a generar desastres cuando incide sobre ciertos sistemas afectables.
Con relación a estos últimos, el potencial de desastre depende del tamaño del
sistema expuesto al él (en términos de la cantidad de población o costo de la
infraestructura o cualquier otro índice de valor de las posibles pérdidas). A
esta cantidad se le llama grado de exposición. El potencial de desastre también
depende de la vulnerabilidad de los sistemas expuestos; de su predisposición
a ser afectados por el agente perturbador (Cenapred, 2001).
Existen diversas clasificaciones de los riesgos de desastres. En México, el
Sistema Nacional de Protección Civil (sinaproc) ha adoptado la clasificación
basada en el tipo de agente perturbador que los produce. Se distinguen así los
riesgos de origen geológico, hidrometeorológico, químico, sanitario y socio
organizativo.
Se llama peligro P, a la probabilidad de que se presente un evento de cierta
intensidad, tal que pueda ocasionar daños en un sitio dado. Se define como grado
de exposición E, a la cantidad de personas, bienes y sistemas que se encuentran
en el sitio considerado potencialmente expuesto a sufrir daño por el evento.

204
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Se llama vulnerabilidad V, a la propensión de estos sistemas a ser afectados


por el evento; la vulnerabilidad se expresa como una probabilidad de daño.
Finalmente, el riesgo es el resultado de los tres factores, que se obtiene como:

Riesgo = Peligro × Exposición × Vulnerabilidad; R = P × E × V

En este esquema, el riesgo se expresa como un resultado posible de un evento


ya que P y V son dos probabilidades; si E se puede expresar en términos mo-
netarios, R resulta igual a la fracción del costo total de los sistemas expuestos
que se espera sea afectada por el evento en cuestión (Cenapred, 2001).

Metodología

La zona de estudio se trabajó a nivel del Área Geo-Estadística Básica (ageb)


que es la división geográfica mínima empleada con fines estadísticos y cen-
sales por el inegi. Se trabajaron 182 áreas en 5 dimensiones: vulnerabilidad
sociodemográfica, vulnerabilidad por residencia, vulnerabilidad por capital
humano, vulnerabilidad económica y vulnerabilidad subjetiva.
Como se explica a continuación, cada una de ellas tiene una justificación e
impacta a la sociedad de distintas formas. El objetivo de trabajar estas dimen-
siones fue conocer el impacto de cada una y cuáles de ellas se presentan en
más de una zona, dando lugar a un indicador integral que establezca el grado
de Vulnerabilidad Social Urbana.
Todas las ageb´s se trabajaron sin hacer distinción y del mismo modo se
realizó un recorrido y levantamiento fotográfico para respaldar la estadística
de los datos del inegi con observación en campo.

Vulnerabilidad sociodemográfica

El estudio de las variables de población es uno de los aspectos a considerar al


analizar la vulnerabilidad social, ya que el crecimiento demográfico y su com-
posición por grupos de edades influirán sobre la disponibilidad, distribución y
uso de los recursos de la sociedad. Puede hablarse entonces de vulnerabilidad
demográfica a un conjunto de características demográficas de las unidades
domésticas que en una sociedad moderna limitan la acumulación de recursos.
Se espera que la vulnerabilidad demográfica se asocie con otras manifestacio-
nes de desventaja social, lo que da surgimiento al concepto de vulnerabilidad
sociodemográfica (Golovanevsky, 2007).

205
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Vulnerabilidad por residencia

La vivienda constituye uno de los espacios fundamentales para el desarrollo


familiar e individual, el crecimiento personal y el desarrollo humano. Un
individuo inmerso en una vivienda precaria ve limitadas sus posibilidades de
crecer sano, lograr un buen rendimiento escolar, insertarse satisfactoriamente
en el mercado laboral y ejercer plenamente su ciudadanía. Por ello, la calidad
de la vivienda, que incluye condiciones habitacionales, condiciones de sanea-
miento, equipamiento del hogar, así como también la tenencia de la misma,
son factores que inciden en la vulnerabilidad de la población e impactan sobre
la reproducción de la pobreza (Golovanevsky, 2007).

Vulnerabilidad del Capital Humano

El capital humano comprende básicamente la salud y la educación. En cuanto a


la salud, representa una condición esencial para los seres humanos. La carencia
de alimentación adecuada y su consecuencia al igual que la desnutrición, generan
efectos de largo plazo. El cuidado inadecuado de la salud así como la falta de
controles médicos, incrementan la posibilidad de patologías prevenibles. Otros
riesgos son la mortalidad infantil y materna. La falta de información sobre los
distintos aspectos de la salud reproductiva genera una de las consecuencias
de mayor gravedad: la maternidad adolescente. Por otro lado, hay inequidad
entre salud pública y salud privada (Golovanevsky, 2007).
Vulnerabilidad económica

El empleo es la principal fuente de ingresos en la sociedad actual, por lo que de


ello dependen un gran número de individuos. La falta de empleo puede gene-
rar malestar pero también efectos desastrosos. Un ejemplo, para aumentar el
ingreso cotidiano lo que hacen las familias de escasos recursos es incrementar
el número de trabajadores que viven en la misma casa.
Los menores de edad de este tipo de hogares en lo económico se ven forzados
a dejar sus estudios y salir en busca de ingresos para su sostenimiento. La gran
mayoría, por la falta de preparación, se conforma con empleos mal remune-
rados, carencia de medidas de protección en funciones altamente riesgosas y,
en el peor de los casos, caen en situación de calle.
En el aspecto social el empleo es una vía de integración, es decir, aquel in-
dividuo que no logra integrarse se ve fuera del círculo de la producción y se
vuelve una carga para la misma sociedad.

206
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Vulnerabilidad Subjetiva

Esta dimensión de vulnerabilidad es uno de los principales aportes a la meto-


dología de medición de la Vulnerabilidad Social Urbana que se han realizado
en diferentes contextos de Latinoamérica y España.
Es importante mencionar que en el mes de noviembre del 2014 se llevó a
cabo una prueba piloto con un cuestionario de observación con alumnos de
la carrera de Geografía de la unam que realizaron recorridos en 5 zonas re-
conocidas por inegi y el Consejo Nacional de Población (conapo) con muy
alto grado de marginación.
En las primeras aproximaciones y descripciones que se llevaron a cabo resal-
ta el hecho de que las zonas que han sido identificadas por conapo con altos
grados de marginación, no necesariamente refleja la realidad de la localidad.
Es decir, el índice de marginación no expresa necesariamente criterios ade-
cuados para considerar a una zona urbana con características de población en
vulnerabilidad. Por lo que con este indicador de vsu (Vulnerabilidad Social
Urbana) se pretende dar una representación más certera de la realidad y así
poder prevenir desastres en zonas potenciales.

207
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Índice de Vulnerabilidad Social


Urbana en Pachuca

El Índice de Vulnerabilidad Social Urbana ha sido de gran utilidad en los últimos


años debido al significativo crecimiento de las ciudades. Diversos países han
implementado la medición de este índice como medida preventiva y como su
nombre lo dice, para identificar zonas que requieren políticas públicas especí-
ficas en diferentes rubros como pueden ser: sociodemográficas, residenciales,
de capital humano, económicas y, como aportación de esta investigación, la
Subjetiva (Cenapred, 2006).
El método para el cálculo de los índices se realizó con el procedimiento de
análisis factorial que se define como una técnica de reducción de datos que
sirve para encontrar grupos homogéneos de variables a partir de un conjunto
numeroso de variables. Esos grupos homogéneos se forman con variables que
se correlacionan mucho entre sí procurando, inicialmente, que los grupos sean
independientes de otros.
El análisis factorial es una técnica de reducción de dimensionalidad de los
datos. Su propósito consiste en buscar un número mínimo de dimensiones
capaces de explicar el máximo de información contenida en los datos.
Consta de cuatro fases características: el cálculo de una matriz capaz de ex-
presar la variabilidad conjunta de todas las variables, la extracción del número
óptimo de factores, la rotación de la solución para facilitar su interpretación
y la estimación de las puntuaciones de los sujetos en las nuevas dimensiones
(De la Fuente, 2011). Al obtener el factor y por una agrupación tipo clúster por
medio de la técnica de conglomerados se contó con 5 categorías: muy bajo, bajo,
medio alto y muy alto. Se realizó la cartografía de cada una de las categorías
antes expuestas y, por último, el análisis integral y discusión de resultados.
Finalmente, como resultado de la unión de las 5 dimensiones que componen
la vsu se realizó la agrupación que dio como resultado un indicador integral
que muestra una radiografía a nivel de ageb en el municipio de Pachuca.

209
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Resultados

La vsu está presente en poco más del 50 por ciento de la población en el muni-
cipio de Pachuca, con valores de medio a muy alto grado (Cuadro No 1 y Mapa
3). Lo que significa que a lo que llamamos zonas de transición son susceptibles
a cambiar de Muy alto grado a Muy bajo. Sin embargo, estas zonas habría que
estudiarlas a mayor profundidad debido a que cada una presenta la incidencia
mayor de los componentes del ivsu.
Como ejemplo encontramos que en la zona de transición "a" al sur del
municipio, muestra una mayor incidencia de la Vulnerabilidad Económica y
Sociodemográfica, las cuales incrementan el indicador Integral de vsu. Llama
la atención que en esta zona, como se ha visto en la evolución histórica del
crecimiento urbano del municipio, se observa un componente alto de pobla-
ción migrante.
Algunos ejemplos de esto son las comunidades que se encuentran en las
zonas periféricas de los estados de Aguascalientes y Querétaro que, debido
a la existencia de plantas automotrices o industriales, se han convertido en
fuentes potenciales de trabajo y empleo.

Cuadro 1.
Grado de Vulnerabilidad Social Urbana en Pachuca, 2014

Porcentaje de la
No. de AGEBS % Población
Zona Urbana
Muy Alto 9 5.39 2.98
Alto 14 8.38 6.56
Medio 47 28.14 30.71
Bajo 67 40.12 41.76
Muy Bajo 30 17.96 17.99
Total 167 100 100

Fuente: Elaboración propia.

210
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Figura 4.
ivsu en Pachuca

Fuente: Elaboración propia con base en datos del Mapa Digital del inegi, 2015.

Otro componente importante que vuelve vulnerable esta zona es la densidad de


población, que forma parte para la construcción de la Vulnerabilidad sociode-
mográfica, además es inversamente proporcional a la lotificación que ha tenido
la misma, lo que la convierte en una debilidad por la falta de ocupación de estas
viviendas, dando paso a fenómenos de inseguridad, violencia y vandalismo.
Del mismo modo, para la Vulnerabilidad Urbana en la zona “a” de transición
una de las variables que más incidencia tuvo fue la referida a la población des-
ocupada, la cual es incapaz de insertarse en las redes laborales, característica
que incrementa la probabilidad de que éstos caigan en la exclusión social.

211
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Por otro lado, la zona de transición identificada como “b” las variables que
más sumaron fueron: las sociodemográficas, con indicadores de altos a me-
dios, y los económicos y subjetivos con valores altos. De los indicadores que
componen a su vez estos niveles los que más pesaron fueron las vialidades;
éstas presentan carencias importantes como contaminación visual, peligros
inminentes por las instalaciones eléctricas donde se encuentra más de un
cable de electricidad.
En esta zona, las recomendaciones que se pueden hacer se refieren a la mejora
en la percepción visual, debido a que las coladeras tienen alta susceptibilidad
de taparse y convertirse en zonas inundables, es decir, los componentes de uso
humano aumentan el riesgo físico. Otra característica importante de esta zona
es que pasan ductos de pemex debajo de la zona habitacional, lo que intensifica
el componente de vulnerabilidad física y, por consecuencia, la social.
Para la zona de transición “c” los componentes que más peso tuvieron fueron
los sociodemográficos y los subjetivos, mismos que obtuvieron valores Altos y
Muy altos en esta zona. Con el recorrido que se realizó en esta zona fue posible
observar una zona insegura por la presencia de grafitis, viviendas abandona-
das y coladeras bloqueadas con basura. Las ageb’s de esta zona, aunque no
presenta un alto grado de debilidad en otros aspectos, son más susceptibles
a disminuir su grado de vsu que a incrementarla, ello debido a la cercanía a
vialidades principales y a que la población en esta zona presenta niveles de
educación y económicos de Medios a Altos.
La zona identificada como zona “d” es la aledaña a La Raza, Palmitas y
Cubitos, colonias con mayor grado de marginación de la ciudad, razón por la
cual es susceptible a incorporarse en el índice de Muy alto grado de vsu. Los
componentes que mayor peso tuvieron en esta zona fueron en todos los casos
de Muy alto grado, Alto y Medio.
Una de las características que predomina en esta zona es la presencia de gra-
fiti, sin embargo y a diferencia de la asociación negativa con la contaminación
visual que comúnmente se le da, el grafiti en esta zona tiene características
peculiares que le dan identidad a la colonia. Además, es utilizado para adornar
los muros, e incluso, con motivos religiosos en altares.
Uno de los ejemplos que en los últimos días se han convertido emblemáticos
para la ciudad es la colonia Palmitas y Cubitos, que se presume como el más
grande mural de México con 209 casas pintadas en 20 mil metros cuadrados.
Bajo la dirección del Colectivo Germen, este mural, aseguran sus creadores,
han sido un factor de cohesión social.
Es de este modo como se planea que un componente físico, artístico iden-
tifique a la sociedad y disminuya los índices de violencia. Sin embargo, es
importante resaltar que una obra de esta magnitud, no disminuirá jamás el
rezago ni mejorará físicamente la calidad de vida de la población. No debemos
olvidar que componentes económicos, de capital humano y de equipamiento
son fundamentales para disminuir la vsu.

212
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Si bien son importantes las obras de infraestructura en la Ciudad de Pachuca,


no son las que benefician a largo plazo a la ciudadanía.
La zona de transición identificada en el mapa por la letra “e” básicamente
se refiere a dos colonias; Parque de Poblamiento y las colonias circundantes
al Centro de Readaptación Social (cereso). Éstas colonias tienen un fuerte
problema en la vulnerabilidad de capital humano y residencial con niveles
de Medios a Muy altos, así como un alto nivel de densidad de población. De
acuerdo a los recorridos que se hicieron para la vulnerabilidad subjetiva, es
evidente un abandono en las inmediaciones del cereso, las calles en mal estado
y terrenos abandonados llenos de basura.
Cruzando el Boulevard Minero se encuentra la colonia Parque de Pobla-
miento que es una de las colonias con mayor densidad de población. Esta zona
en época de lluvias y por la falta de drenaje pluvial registra inundaciones en
las calles, problema que se agrava porque las constructoras de esas casas no
dejaron el drenaje conectado a la red. El Consejo de Colaboración, en el año
2011, construyó una zanja a modo de improvisación (El Sol de Hidalgo, 2011),
hasta la fecha este problema no ha sido solucionado. Se suma a esto la falta de
educación ambiental de los habitantes y de otras instituciones que acostumbran
amontonar la basura en las esquinas de las calles y el agua arrastra los desechos
tapando las coladeras perjudicando nuevamente a las mismas colonias por la
falta de desazolve del agua pluvial.
Por último, tenemos la zona de transición “f” la cual se localiza en la zona
noreste del municipio colindante con Mineral del Monte. Son colonias que por
su topografía tienen calles inclinadas con pendientes de hasta 40 por ciento
(Anáhuac, Guadalupe, Buenos Aires, Las Lajas y Cruz de los Ciegos). Los niveles
más altos que presentó esta zona fueron en la vulnerabilidad subjetiva y en la
económica con rangos altos, valores que indican una notable deficiencia de
acceso al empleo y, por lo tanto, que se ve reflejada en el acceso a la vivienda
y en las características de la zona en la que habitan.

Conclusiones

La ciudad de Pachuca ha vivido un constante cambio desde su origen, sin em-


bargo, éste se intensificó a partir de la década de los ochenta por la cercanía
a la Ciudad e México y ante la desconcentración de instituciones luego del
sismo de 1985. Algunas características propiamente históricas han vulnerado
a la ciudad, componentes antropogénicos, geológicos, etcétera. El componente
institucional y la falta de visión y, sobre todo de prevención, han propiciado
un crecimiento poco planeado y sin una perspectiva preventiva en cuanto a
componentes sociodemográficos, capital humano y económicos, entre otros.

213
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Por lo que el presente trabajo funge como diagnóstico de la Vulnerabilidad


Urbana actual, lo que representa la realidad de la ciudad de Pachuca hasta
hoy. Las recomendaciones se emiten por ubicación y son infinitas de acuerdo
a la perspectiva con la que se miren los problemas de la ciudad, sin embargo
lo que no es cambiante ni subjetivo son las carencias que la población vive
hoy en día; carencias de empleos, carencias en vivienda, carencias de capital
humano y formación.
Las instituciones si bien ha tenido un desarrollo en los últimos años (pro-
gramas como Hábitat que ha identificado la vulnerabilidad a nivel de ageb),
aún no se observan avances asequibles a largo plazo.
Los objetivos de esta investigación han sido agotados y cumplidos, se iden-
tificaron las áreas, se caracterizaron y analizaron los factores que influyen en
la vulnerabilidad social urbana del municipio de Pachuca de Soto.
La planeación urbana no ha integrado los elementos que conforman la
vulnerabilidad social; las mediciones que hasta hoy en día existen son gene-
ralizadas y con indicadores que poco contribuyen a las realidades de cada una
de las colonias.

214
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Referencias

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215
Transporte y estructura urbana
de la Zona Metropolitana de
Tulancingo 1980-2010

Patricia Catalina Medina Pérez

Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo


(uaeh)
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Introducción

En los últimos 60 años México ha pasado por una transición poblacional de


rural a urbano donde 72.3 por ciento de los habitantes viven en una de las 384
ciudades (Medina, 2013) Este fenómeno explica parte de la concentración en
zonas urbanas por diversas causas, principalmente económicas. Se ha genera-
do el surgimiento de zonas metropolitanas que rebasan límites administrati-
vos, dificultan relaciones, el control y manejo de los servicios, entre ellos, el
transporte público. El incremento territorial pone en riesgo la sustentabilidad
de las ciudades ya que involucra el acceso a bienes y servicios, así como al
empleo, además del deterioro ambiental y la baja atención en el bienestar de
los habitantes.
Un sistema de transporte público se orienta al beneficio a largo plazo, al
tomar las decisiones deben considerarse implicaciones en términos de sus-
tentabilidad1 y la relación con proyectos de transporte. En las ciudades se
tienen diversas funciones derivadas de la aglomeración, con flujos económicos
producto del sistema capitalista que han marcado la pauta para las relaciones
sociales, caracterizados por la concentración de las actividades de mercado en
un espacio reducido, por lo que los habitantes de localidades externas realizan
recorridos cada vez más largos, provocando una mayor demanda de servicios
de transporte acompañados por cambios en los niveles de infraestructura y
equipamiento o flota.2
De acuerdo con la Unión Internacional de los Transportes Públicos (1997,
pp. 3-13), los principales problemas relacionados con el transporte se derivan
de la aglomeración, por lo que el crecimiento poblacional genera la demanda
de transporte. Concretamente, en Tulancingo este crecimiento no sigue una
planeación, el transporte urbano no ha sido una prioridad para las autoridades y
las decisiones se han centralizado a nivel nacional dejando a un lado las necesi-

1
Entendida esta aplicada al transporte como aquel que sea eficiente, accesible y que disminuya
las emisiones contaminantes (Niches, 2011, pág. 5).
2
Flota de vehículos: forma parte de la infraestructura de la red de transporte, el servicio es
provisto por un número determinado de autobuses o minibuses de acuerdo a la demanda de
servicio (Molinero Molinero & Sánchez Arellano, Transporte Público: Planeación, diseño,
operación y administración., 2003, pág. 249).

219
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

dades locales a escala municipal. Tampoco se ha considerado el crecimiento de


la infraestructura y los procesos de cambio se han dado en áreas con densidades
poblacionales bajas cuya expansión es constante y anárquica. Por lo anterior,
el nivel informal se ha encargado de cubrir la demanda a través de servicios
considerados deficientes y poco accesibles para sectores de la población.

El transporte urbano ha sido uno de los ejes rectores en la conformación de la


ciudad de Tulancingo, sin embargo, su crecimiento ha ejercido una influencia
significativa en la evolución del transporte ya que las rutas han incrementado sus
recorridos siguiendo la expansión incontrolada de la mancha urbana y los cambios
en su estructura. La información para la realización del presente documento se
obtuvo de fuentes como el Plan Integral de Movilidad Urbana (2007-2032), el
Archivo Histórico Municipal y entrevistas a funcionarios del Instituto Estatal del
Transporte y concesionarios de la Zona Metropolitana de Tulancingo (zmt). A
continuación, se contextualizan los procesos de expansión urbana de la zmt y su
relación con el crecimiento de las rutas de transporte. Finalmente, se analizan sus
efectos en la estructura urbana.

220
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Contexto urbano metropolitano de Tulancingo:


expansión urbana y transporte

El análisis se desarrolla mediante tres cortes de tiempo: el primero abarca


desde 1900 hasta 1940, el segundo contempla de 1940 a 1970 y el tercero de
1970 a 2010. Basado en estos cortes de tiempo se describen los procesos de
expansión de la ciudad, para luego relacionarlos con los procesos de evolución
del transporte urbano de pasajeros que conecta dicho crecimiento. Se consi-
deran también por periodo dos aspectos importantes de la expansión urbana:
el crecimiento demográfico y la expansión física de la ciudad.
Periodo 1900-1940: a nivel nacional, el Porfiriato propició el crecimiento de
las ciudades y, como consecuencia de ello, los medios de transporte de tracción
animal que existieron hasta 1917 ya no resultaron suficientes para satisfacer
las necesidades propias de traslado de los habitantes. El crecimiento econó-
mico basado en la agricultura, la minería y la extracción del petróleo propició
la concentración en las ciudades, cuyas actividades demandaron medios de
transporte más rápidos y con mayor volumen de carga.
Derivado de la organización territorial local, el ferrocarril provocó cambios
en la infraestructura del transporte; las clases privilegiadas se asentaron a las
cercanías de la estación, donde también se ubicó el primer paradero de trans-
porte interno. Se crearon servicios para los viajeros y para el intercambio de
mercancías, restaurantes, comercios, hospedajes, sitios de taxis, entre otros,
lo que incrementó la importancia del transporte de pasajeros en Tulancingo.
Periodo 1940-1970: a partir de la década de los cuarenta se marcó una pauta
de crecimiento para Tulancingo. La estructura de la ciudad comenzó a cambiar:
se realizó una ampliación y pavimentación de la carretera Tulancingo-Pachuca
con su inauguración en 1947, comenzaron mayores intercambios con la capital
hidalguense por la disminución en tiempo y recursos para realizar traslados
y también surgieron avances en materia de infraestructura: redes de drenaje,
alcantarillado y pavimentación en la ciudad, lo que incrementó su poder de
atracción de población.
Durante la década de los cincuentas, la población de Tulancingo era de 25,
438 habitantes; para 1960 solo se alcanzarían los 36, 692 habitantes mientras
que en 1970 llegó a 46, 684 habitantes. El poco crecimiento poblacional hasta

221
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

antes de 1970 se debió a procesos migratorios, sin embargo, como puede ob-
servarse en el Cuadro 1, posterior a este periodo Tulancingo se ubicó como la
segunda ciudad en crecimiento a nivel estatal.
Periodo 1970-2010: en este periodo se dan las condiciones para el desarrollo
urbano de Tulancingo, consolidándose como un centro económico regional de
intercambio comercial y de servicios para la región. Un hecho sobresaliente fue
la creación de industria en la periferia de la ciudad: fábricas de textiles, plantas
procesadoras de alimentos ganaderos, así como el surgimiento de universidades
tecnológicas que dieron pauta para un repunte en el desarrollo de la ciudad.

Cuadro 1.
Población por periodo zmt

1990 1995 2000 2005 2010


Cuautepec 36,519 43,906 45,110 45,527 54,500
Santiago 18,048 22,738 26,254 29,246 33,495
Tulancingo 92,570 110,140 122,274 129,935 151,584
zmt 147,137 176,784 193,638 204,708 239,579
Estado de
1,888,366 2,112,473 2,235,591 2,345,514 2,665,018
Hidalgo

Fuente. Elaboración propia con base en datos del Sistema Urbano Nacional “sun”. Indica-
dores sociodemográficos de los municipios que integran las zonas metropolitanas, 2010.

Para la década de 1980 la ciudad comienza el proceso de conurbación3 al ge-


nerarse fraccionamientos en la periferia inmediata al margen de los ejes viales
de la ciudad, con el subsiguiente proceso de expansión de las rutas hacia esos
nuevos espacios. De acuerdo con Unikel (1976) el crecimiento de las ciudades
se explica por el crecimiento de la población total más que por un crecimiento
urbano elevado, tal es el caso de Tulancingo, que a partir de este periodo sufrió
un proceso de urbanización4 que le ocasionó un incremento poblacional que
rebasó el límite de 70 mil habitantes, cifra superior a los 50 mil habitantes que

3
Conurbación: unión física entre las localidades de dos o más municipios. (Unikel, 1976).
4
A. Quijano: El proceso actual de urbanización en Latinoamérica consiste en la expansión y la
modificación de los sectores urbanos ya existentes en la sociedad y tienden a alterarse las rela-
ciones urbano-rurales dentro de ella, condicionando y estimulando cambios correspondientes
en los propios sectores rurales.

222
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

se establecen como para considerar a éste como área metropolitana5 (zmt)


(Véase figura 1).
Las condiciones orográficas que posee el municipio de Tulancingo, conforma-
do como un valle, han condicionado la estructura de la ciudad; aunque la mayor
expansión se realiza sobre suelo propicio también se localizan asentamientos
en lomeríos de la periferia urbana, lo que ha propiciado la conurbación con
Santiago hacia el sur de la ciudad (véase Cuadro 2).

Figura 1.
Zona Metropolitana de Tulancingo
98°40'0"W 98°30'0"W 98°20'0"W 98°10'0"W 98°0'0"W

Tenango de Doria
Atotonilco el Grande

Metepec

Mineral del Chico


Huasca de Ocampo

Acatlán

20°10'0"N
Acaxochitlán
20°10'0"N

Omitlán de Juárez

Mineral del Monte


Tulancingo de Bravo

Mineral de la Reforma

Santiago Tulantepec de Lugo Guerrero


Epazoyucan

20°0'0"N
20°0'0"N

Cuautepec de Hinojosa

Singuilucan

Zempoala

²
Tepeapulco
19°50'0"N

Tlanalapa Apan
19°50'0"N

Almoloya
98°40'0"W 98°30'0"W 98°20'0"W 98°10'0"W 98°0'0"W

Fuente. Elaboración propia.

5
Zona Metropolitana de Tulancingo (zmt), se integra por los municipios de Tulancingo, San-
tiago Tulantepec y Cuautepec.

223
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Cuadro 2.
zmt Serie histórica proceso de expansión 1980-2000.

Periodo Tasa C. Sección Colonias


Jardines del sur, La Estrella, Valle Verde,
4.1 Sur-oeste Valle Sol, Medias Tierras, Magisterio,
Pedregal de San Francisco
Vicente Guerrero, Insurgentes, López
Mateos, Guadalupe, Caltengo, Nuevo
Noreste
Tulancingo, Metilaltla, San Rafael, Adolfo
1980
Ruíz Cortines
Noreste La Morena, Sección Minera, Ahuehuetitla,
Sureste Indeco, Paraíso
Sur La Herradura, Medias Tierras, La Florida,
(Santiago-Cuautepec) Tepeyac
Fracc. Tollanzingo, Miguel Velázquez,
Sur (Santiago)
2.78 Moisés Rivera
Sur poniente Paraíso, Lomas del Paraíso, Santa Teresa,
(Cuautepec) Zapotlán de Allende
La Cañada, Lomas del Progreso, Loma
Noreste
Bonita, Jorge Berganza
1990
Noroeste Las Glorias, Campo Alegre

Unidad Magisterial, Pedregal de San


Carretera Francisco, El Cerezo, Jardines del Sur 3ª-6ª
Mex-Tuxpan sección), Los Pinos, Caltengo, Lomas del
progreso.
Napateco, Nueva Morelos, el Refugio,
Los Álamos Infonavit, Fraccionamiento
1995 2.8 Periferia
Las Glorias, Loma Bonita, Jorge Berganza,
Rojo Gómez
2.1 Parque de Poblamiento Industrial,
Periferia noreste
La Cruz, Viveros, Napateco
Parque de Poblamiento Industrial,
Periferia noroeste
La Cruz, Viveros, Napateco
2000
Habitacional del Bosque, Ampliación Rojo
Periferia suroeste
Gómez, San Pedro Huatengo.

Periferia sureste El Banco, El Moral, Paraíso 2, La Esperanza

Fuente. Elaboración propia con base en datos de levantamiento en campo (2013).

224
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Expansión en área urbana de Tulancingo

La zona ha crecido aceleradamente (ver Gráfico 2): en los últimos 24 años el


área urbana de Tulancingo se incrementó en 359.35 por ciento, la de Cuau-
tepec en 781.86 por ciento y la de Santiago Tulantepec en 497.42 por ciento.
Los datos anteriores muestran el fenómeno de expansión urbana existente en
laZMT, en la cual se desarrollan actividades terciarias conectadas al centro
de Tulancingo con cobertura regional para el caso de Cuautepec y Santiago e
influencia en localidades cercanas, lo que generó un patrón con función de la
ciudad central.

Figura 2.
Evolución de áreas urbanas (Has) 1980-2013 zmt

2013 2865
2007 1721
2000 1681.48
1990 859
1980 610

Fuente: Elaboración propia con base en datos de consivi;


Presidencia Municipal de Tulancingo, 2007.

Esta expansión provocó la conurbación con localidades urbano-rurales como


Santa Ana Hueytlalpan, Singuilucan, Jaltepec, Javier Rojo Gómez y Pedregal
de San José, además de los poblados de Santa María Nativitas, Santa Elena Pa-
liseca y San Lorenzo Sayula; a ello se une una gran dispersión de más de 300
localidades rurales con población menor a 2 mil habitantes, distribuidas en los
municipios mencionados.
Con los datos y gráficos anteriores se interpreta que, a partir de 1990 el in-
cremento en la extensión del área urbana de Tulancingo es significativa (ver
Figura 3) mientras que el crecimiento de la población es bajo, provocando una
disminución en la densidad, lo cual complica cualquier política de planeación
en materia de movilidad o de transporte.

225
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

En 1990 Tulancingo contaba ya con una población de 92, 570 habitantes, que
con respecto a 1980 supuso una tasa de crecimiento anual de 2.7 por ciento
(Conapo,1994).
Puede notarse la continuidad del proceso de conurbación a escala municipal
con Santiago Tulantepec, específicamente con el surgimiento de colonias como
Fracc. Tollanzingo, Miguel Velázquez y Moisés Rivera. Con el municipio de
Cuautepec se genera la conurbación hacia el sureste (El Paraíso, Lomas del
Paraíso, Santa Teresa, Zapotlán de Allende) mientras continúa el surgimiento
de espacios habitacionales al margen de la carretera México-Tuxpan Oeste y
Noroeste (Unidad Magisterial, Pedregal de San Francisco, El Cerezo, Jardines
del Sur, Los pinos, Caltengo, Nuevo Tulancingo, Lomas del progreso).
Según datos de inegi (2010), la población en la zmt fue de 239, 579 habi-
tantes asentados en un suelo urbano de 2, 856 hectáreas, lo que supone una
densidad urbana de 63.5 hab/ha.
Actualmente la ciudad de Tulancingo ejerce una influencia directa sobre
cuatro municipios: Santiago, Cuautepec, Acatlán y Singuilucan; además se pre-
sentan nuevos fenómenos de conurbación hacia el noroeste, en el municipio
de Acatlán, debido a la construcción del edificio de la Presidencia Municipal,
aunado a una ampliación del Boulevard Quetzalcóatl que conecta el centro de
la ciudad y este centro de servicios gubernamentales.
El modelo monocéntrico imperante tiende a generar anillos concéntricos
resultantes del crecimiento físico y demográfico, conformando núcleos de
servicios comerciales que pueden considerarse subcentros en formación; al
incrementarse la distancia física, los patrones de movilidad se modifican y el
funcionamiento de la ciudad cambia nuevamente para reestructurar el trans-
porte, redes y toma de decisiones ahora en el ámbito metropolitano.
En la primer área o también llamada “Centro de Tulancingo” se localizan
actividades comerciales y de servicios, lo que genera traslados a éste, el 55.3
por ciento de la población ocupada esté en este sector. Anteriormente la indus-
tria textil era la mayoritaria, sin embargo, cambios estructurales provocaron
la quiebra de empresas y la transformación de la economía hacia los servicios.
Por otro lado, el rezago económico actual ha provocado una expansión de
tipo habitacional sin servicios hacia distintas zonas de la ciudad que ofrecen
precios de suelo más bajos. En Tulancingo el sector inmobiliario es un agente
del proceso de expansión, pues ha marcado la pauta del crecimiento de la ciudad.
Los fraccionamientos que se localizan en la periferia de la ciudad carecen de
servicios y equipamiento, ante lo cual el gobierno otorga una solución parcial
mediante vialidades que posteriormente son empleadas por rutas de transporte;
este patrón favorece la fragmentación de la ciudad.

226
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

El transporte y la estructura urbana

El tema se aborda a partir de la construcción de la Central de Autobuses de


la Ciudad en 1981, que es un punto de inflexión en la trasformación de los
modos de transporte. Las maneras de transporte anteriores a esta fecha se
caracterizaron por traslados locales sin itinerario ni ruta fija dentro del área
urbana, mientras que los traslados intermunicipales se realizaban en vehículos
tipo taxi con paraderos ubicados en puntos de acceso a la ciudad provenientes
de la Ciudad de México, Pachuca, Cuautepec, Acatlán y Santiago, entre otros.
Periodo 1980-1990: de acuerdo con los resultados de la investigación realizada
los principales paraderos para ese fin se localizaron en la salida a Cuautepec
y Santiago conocida como “Y griega”, intersección que sirvió de intercambio
para los viajeros fuera del municipio. Con los procesos de expansión de la
ciudad, los terrenos que anteriormente eran de cultivo dieron paso a los pri-
meros fraccionamientos en la primera periferia de la ciudad, de tal manera que
al inaugurarse la Central de Autobuses surgieron los primeros vehículos tipo
combi con capacidad para 10 pasajeros que fueron condicionados para fungir
como transporte público.
Las dos rutas principales que surgieron en este periodo son: 1) Central de
Autobuses, Blvd. Pleasanton, Blvd. Emiliano Zapata, Av. 21 de Marzo, Allende,
Panteón Municipal (1988); 2) Central de Autobuses, Blvd. Pleasanton, Blvd.
Emiliano Zapata, Av. Juárez, Av. Lázaro Cárdenas, Av. Federico Chopin, Calle
Franz Von Litz (Fracc. Jardines del Sur).
Al incrementarse la demanda de transporte se adquirieron inicialmente 40
autobuses con capacidad de 35 pasajeros para dar servicio a las dos rutas des-
critas. Las rutas foráneas abastecidas por este incremento fueron: 1) Central
de Autobuses-Cuautepec (Col. El Pedregal), 2) Central de Autobuses-Jaltepec,
3) Central de Autobuses-San Dionisio, 4) Central de Autobuses-Rincones de
la Hacienda, 5) Tulancingo centro, Estación del ferrocarril, La Escondida,
San Nicolás el Chico, Seguro Social, Centro de Salud, Huapalcalco, Zototlán,
Cebolletas, Laguna del Cerrito (1989).
Periodo 2000-2010; durante este periodo se vieron empatados el crecimiento
físico y demográfico de la ciudad con el de las rutas de transporte, pues de
acuerdo con el Instituto Estatal del Transporte en su Plan de Ordenamiento
del Transporte Público de Pasajeros (2002), se pusieron en operación con
origen en Tulancingo pero con servicio a la Región Tulancingo , 48 rutas de
las cuales 34 son locales y 14 intermunicipales.
Como puede observarse en el inventario de rutas, la aparición de rutas de
transporte fue masiva, sin control: de no más de 20 rutas considerando los tres
municipios que conforman el área metropolitana, se pasó a contar con más
de 65 rutas concesionadas (se presentan aquellas con registro en el periodo

227
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

descrito). Por otro lado, también sin control, el número de unidades en cir-
culación paso de 361 a 391 en 1997. Destaca que todas las rutas mencionadas
tenían su terminación/inicio en el primer cuadro de la ciudad.
Periodo 2007 del Plan Integral de Movilidad Urbana de Tulancingo (pimut);
en este periodo, que se ve representado por los estudios realizados para el Plan
Integral de Movilidad de Tulancingo (2007), se presentan algunos cambios:
puede observarse la creación y desaparición de rutas, ampliación de algunas
y el incremento y/o disminución de unidades en circulación, esto debido a los
cambios en la demanda del servicio provocados por las transformaciones en
la estructura urbana de la ciudad.
Las rutas relacionadas con la conurbación a Cuautepec (Tulancingo Centro
“12 tlg c”, 14 tlg c) fueron ampliadas en ramales, así como también las rutas
provenientes de Napateco (16 tlg). Igualmente, las rutas de la conurbación
con Santiago (21, 22 tlg c) ampliaron sus recorridos hacia colonias como Ha-
bitacional del Bosque, ampliación Rojo Gómez, y recorridos por el libramiento.
Para el caso de las rutas hacia la colonia Medias Tierras, el Instituto de Ciencias
Agropecuarias y la Colonia San Pedro Huatengo (31 tlg c, 32 tlg c y 34 tlg
c) el recorrido se aumentó debido a un aumento en los estudiantes de esta
universidad, así como al incremento en la demanda de las zonas habitacionales
de reciente creación. Para el caso de la ruta hacia Santa Ana Hueytlalpan, los
procesos de expansión de localidades como la Ciénega y Viveros generaron la
creación de ramales (37 tlg c). La ruta hacia la Lagunilla incrementó su reco-
rrido hacia las localidades La Rosa y el Sabino, que se encuentran adyacentes
a la carretera Pachuca-Tulancingo (46 tlg c).
Para 2010 se alcanza la cifra de 450 vehículos registrados del transporte
público en Tulancingo, mientras que otros municipios mantienen valores me-
nores a los 50 vehículos registrados. Por otro lado, a escala metropolitana se
suman más de 500 unidades que dan servicio al transporte de pasajeros de la
zmt. Con la actualización de la información del Instituto Estatal del Transporte
(2013), es posible observar la desaparición de algunas rutas de transporte por
la fusión de recorridos para dar respuesta al incremento de las distancias hasta
los nuevos asentamientos habitacionales en la periferia de la ciudad.

La movilidad y estructura urbana: Tipología de usos de suelo

De acuerdo con Graizbord (2008, pp. 35-45), dos son los mercados que deben
considerarse en los modelos de crecimiento y estructura urbanos: 1) el suelo
y la vivienda, y 2) el empleo.
Los dos mercados anteriores se encuentran relacionados por redes de trans-
porte que reflejan la organización espacial de los procesos de producción,
distribución y consumo de los bienes y servicios a partir de dos modelos de
estructura urbana básicos: el modelo concéntrico o mononuclear (monocén-

228
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

trico) en el cual, el empleo y los servicios se localizan al centro de la ciudad; el


crecimiento se desarrolla a partir de contornos también concéntricos donde el
crecimiento físico y demográfico de la ciudad se relaciona con la capacidad de
los habitantes de absorber el costo de viaje según el incremento de la distancia
o, en un sentido no económico, la búsqueda de espacios habitacionales más
amplios en la periferia.
En segundo lugar, se puede observar un modelo de estructura urbana dis-
perso y polinuclear (policéntrico). En este modelo, el crecimiento físico de
una ciudad cada vez mayor no permite a los habitantes absorber el costo del
viaje, por lo que los empleos son ofrecidos desde la periferia conformando
múltiples núcleos de atracción. En este caso, el transporte se vuelve cada vez
más complejo debido a que los alcances de la movilidad se van transformando
hacia el ámbito metropolitano diluyendo los límites políticos y administrativos
al punto de generar áreas urbanas cada vez más complejas.
La zmt está formada por la conurbación de tres municipios; alrededor del
centro se observa una corona metropolitana densa, discontinuidades en forma
de áreas habitacionales, áreas comerciales consideradas como subcentros en
formación, y una extensa área en la que se combinan usos rurales y residen-
ciales de baja densidad.
La organización de la zmt se reorientó principalmente hacia el sector ter-
ciario por lo que la localización de los servicios en el centro de la ciudad han
propiciado su especialización en este sector (Figura 4).
La vivienda media se ubica en la primera periferia con 199 has de suelo,
pero también en el límite urbano rural de la ciudad con un uso habitacional
disperso con 214 has, combinándose usos de suelo rurales con urbanos hasta
convertirse solamente, con el paso del tiempo, en urbanos (Solà-Morales i
Rubio, 1997, p. 156).
Se encuentra rodeado de vivienda media hacia la sección noreste, sureste y
noroeste, sin embargo, en la sección noroeste se encuentran usos mixtos en los
cuales existen servicios comerciales complementarios (abasto de mercancías
provenientes de las regiones agrícolas de la periferia norte en las localidades
de Santa Ana Hueytlalpan, Cebolletas y Zototlán).
Para el año 2000, se identifica otra región de crecimiento hacia la sección
noreste con usos habitacionales dispersos, contando con un radio aproximado
de 1.5 km y, hasta colindar con usos agrícolas a 1.8 km de distancia del centro
de la ciudad. Para el caso de la conurbación con los municipios de Santiago y
Cuautepec, el límite urbano rural se ha disuelto con uso habitacional popular
hasta la vivienda dispersa de la periferia aproximadamente a un radio de 3
kilómetros del centro. El equipamiento urbano en salud, educación, abasto
y servicios públicos se localiza, en la mayoría de los casos, a una distancia
no mayor a 1 kilómetro de distancia del centro, principalmente en áreas con
accesibilidad a las vialidades principales y se localizan principalmente en la
sección noroeste de Tulancingo.

229
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

En los noventa, la central de autobuses y los servicios gubernamentales se


localizaron en la sección noreste con dirección hacia Tuxpan, sin embargo, como
puede observarse en la actualidad, la terminal de autobuses se ha convertido
en un punto sin concurrencia al modificarse la localización de los servicios
del Ayuntamiento hacia la sección noreste con acceso por la carretera hacia
Jaltepec. Este cambio ha generado modificaciones en el patrón de los viajes
que anteriormente se realizaban con destino a la antigua presidencia municipal,
lo que hace que hoy la central de autobuses se haya convertido en un destino
casi desaparecido.
En el Cuadro 3 se muestra la transformación de rural a urbano que existe en
la región: la zona urbana hasta 1980 consistía sólo en 0.3 por ciento mientras
que el área agrícola conformaba el 61 por ciento del territorio; 28.3 por ciento
correspondía a suelo de uso forestal; sin embargo, de acuerdo al Plan Subregio-
nal (2007, pp. C-2), durante 2000 el uso de suelo urbano se incrementó hasta
el 1.6 por ciento, mientras que el uso forestal disminuyó a 22.4 por ciento.
El proceso de conurbación ha tenido influencia directa en este incremento,
ya que Tulancingo ha presentado el cambio más significativo del área urbana
aumentando en 1,140 has. en su zona, mientras que Santiago y Cuautepec han
incrementado en 352 y 575 has. respectivamente.

Cuadro 3.
Usos de suelo Tulancingo, 1980-2000

USO DE SUELO 1980 A NIVEL REGIONAL

Concepto has %
Agricola 82,147.18 61.2
Zona Urbana 446.57 0.3
Bosque 38,048.71 28.3
Pastizal/Matorral 13,616.26 10.2
USO DE SUELO 2000 A NIVEL REGIONAL

Agricola 88,414.39 65.9


Zona Urbana 2,160.00 1.6
Bosque 30,030.48 22.4
Pastizal/Matorral 12,095.90 8.9
Cuerpos de agua 1,559.63 1.2

Cuadro 4. Inventario de usos de suelo Tulancingo, 2007.

230
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

De acuerdo con el Inventario de usos de suelo de Tulancingo (2007), la mayor


cantidad de suelo es empleado en vivienda, sin embargo, el porcentaje de vi-
vienda dispersa y de vivienda popular (alta densidad) son similares.
El sector industrial es mínimo, con sólo 0.03 por ciento del territorio, lo que
valida la preponderancia del sector de servicios en la ciudad central; la poca
presencia de industria en el municipio revela el proceso de terciarización que
la zona experimenta.
En el caso del uso de suelo comercial podemos encontrar la existencia de
un centro preponderantemente comercial con corredores en las vialidades
principales de la ciudad. Los movimientos poblacionales que se analizarán, se
concentran en estos corredores. (Cuadro 4).

Cuadro 4.
Inventario de usos de suelo Tulancingo, 2007

INVENTARIO USOS DE SUELO TULANCINGO

Uso de suelo has %


Habitacional Popular 218.68 16.67
Habitacional Popular 214.48 16.35
Habitacional Media 199.09 15.17
Hab. Residencial 59.09 4.52
Mixto 111.87 8.53
Comercial 21.21 1.62
Industrial 3.89 0.3
Vialidad 248.58 18.95
Baldios Urbanos 234.85 17.9
Total 1311.74 100

Fuente: Elaboración propia con datos del Plan Subregional de Tulancingo, 2007.

Diagnóstico de movilidad metropolitana

La movilidad regional ubica a Tulancingo como ciudad destino de viajes en la


región, de acuerdo con datos de Secretaría de Transportes y Vialidad (2014).
Se observa que 77.03 por ciento de los vehículos tuvieron como destino esta
ciudad. Lo anterior muestra que está constituida como una ciudad con influen-

231
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

cia económica sobre otras, debido a los intercambios comerciales que se dan
dentro de ella pero que también abastecen a otras como Pachuca, Tlaxcala,
Toluca, Querétaro y Guadalajara.
Las localidades que conforman la conurbación con Tulancingo son aquellas
que expresan mayor movilidad y dependencia; Santiago Tulantepec muestra
una mayor movilidad y dependencia al centro de Tulancingo con un 82.3
por ciento de sus viajes totales con destino a Tulancingo, contra el 55.7 por
ciento del municipio de Cuautepec, el cual presenta un mayor desarrollo en la
dosificación de sus usos comerciales, servicios y equipamiento para satisfacer
en mayor medida las necesidades locales y del propio municipio (cuadro 5).

Cuadro 5.
Viajes totales a Tulancingo

Viajes al
Viajes Viajes a
Localidad % centro de %
totales tulancingo
Tulancingo
Santiago 14,320 11,784 82.3% 7,031 49.1%
Tulantepec
Cuautepec 15,135 8,430 55.7% 5,403 35.7%

Fuente: Elaboración propia con datos de pimu, 2007.

Entre los motivos que explican la movilidad regional predominan las actividades
laborales con 42 por ciento, el traslado a escuelas y centros educativos con 30
por ciento y el abasto 14 por ciento, mercado 8 por ciento y compras con
22% (Cuadro 6).

Cuadro 6.
Motivo de viaje zmt

Motivo de viaje %
Trabajo 42.0%
Escuela 30.0%
Mercado 14.0%

Fuente: Elaboración propia con base en datos de pimu, 2007.

232
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

La población utiliza predominantemente el transporte público: 53 por ciento


en microbús o autobús, 2 por ciento en bicicleta, 2 por ciento en motocicleta,
mientras 24 por ciento se desplazan caminando y 19 por ciento conducen o
utilizan el automóvil particular. Se tiene así que el 28 por ciento de la movi-
lidad en la ciudad se desarrollan utilizando modos de transporte alternativos
(caminar, usar bicicleta o motocicleta), planeándose la ampliación del Sendero
Municipal lo cual se espera incrementará las cifras de esta movilidad alter-
nativa. De acuerdo con información del Plan Integral de Movilidad Urbana
(Consivi6, 2007) del total de la población municipal (129 mil 935 habitantes
en 2005) 7 de cada 10 habitantes viaja en transporte público, es decir, 90 mil
549 personas, de las cuales 60 por ciento -utilizando una proporción conser-
vadora- utilizan de manera rutinaria el transporte público. En total se calcula
que 54 mil 572 hacen uso diario del transporte público para trasladarse a las
distintas zonas de destino.
De acuerdo con lo anterior, la zona de mayor atracción en la ciudad es el
centro con 23.7 por ciento, seguido por Cuautepec (11.1 por ciento), la zona
de la salida a Pachuca (10.8 por ciento), la carretera a Acatlán (8.4 por ciento),
y la salida a Tuxpan con 6.8%.

Resultados

Con base en los datos de la Encuesta Origen-Destino a bordo del transporte,


se consideran para el análisis 800 cuestionarios correspondientes a los tres
municipios que conforman la zmt. Se integraron otras fuentes de información
de recorridos, duración y tipo de unidad provenientes del Inventario de Rutas
de la Dirección Estatal de Transporte en Hidalgo.
Se realizó en primer lugar un análisis general de las variables para luego llevar
a cabo un ejercicio inicial que permita agrupar las zonas con diferente inten-
sidad de flujos en transporte público con la ayuda de estadística multivariada.
De los 800 cuestionarios considerados en el análisis de la encuesta, 353 de
ellos tienen como destino el centro de la ciudad suponiendo una estructura
monocéntrica de Tulancingo; se trata del 44.12 por ciento del total de usua-
rios encuestados siendo el origen con mayor cantidad de traslados la zona 36
(13.56 por ciento). Se realizó una clasificación y segmentación mediante un
análisis de conglomerados evaluando la intensidad de flujos empleando el
transporte público entre zonas localizadas en la ciudad (Lévy Mangin & Va-
rella Mallou,2008, p. 420). Los cálculos básicos que se requieren para realizar
un análisis de conglomerados son: obtención de la matriz, que en este caso

6
Consultores en Sistemas Integrales de Vialidad (Consivi), empresa contratada por el Ayunta-
miento de Tulancingo para la elaboración del pimu, 2007.

233
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

proviene de los 800 cuestionarios de la encuesta origen-destino7 del pimu


(2007), el paso siguiente es la estandarización de la matriz de datos, luego el
cálculo de la matriz de semejanzas para dar paso a la ejecución del método de
agrupamiento. Para realizar la segmentación descrita, se empleará el programa
Statistical Package for the Social Sciences (spss). La solución que se consideró
más apropiada fue la que contempla la existencia de 5 conglomerados diferen-
ciados; los grupos obtenidos miden la movilidad a partir de la zonificación del
Mapa 4. Los valores asignados a cada conglomerado indican el nivel de flujos
en transporte público entre zonas de la ciudad de Tulancingo; estos grupos
son los siguientes:

1. Muy baja intensidad (mb).


2. Baja intensidad (b).
3. Intensidad media (m).
4. Alta intensidad (a).
5. Muy Alta intensidad (ma).

Los resultados del análisis de conglomerados arrojan una zonificación con inten-
sidad de flujos en transporte público y define los orígenes y destinos de viaje.
El destino más frecuente para los conglomerados 4 y 2 es el centro, teniendo
mayoría el primero con el 49 por ciento; para el caso del conglomerado 5 (alta
intensidad), se define por las zonas centro, zona 20 y 35, correspondiente a la
periferia norte y la salida noreste de la carretera México-Tuxpan.
Las principales zonas origen de los viajes para todos los conglomerados
son: la zona 36 (conurbación con Cuautepec), 32 (periferia sur poniente ha-
cia México y Pachuca), 25 (periferia norte) y zona 1 (centro) (véase figura
5). El 39 por ciento de los viajes con origen en la zona 1 se encuentran en el
conglomerado de intensidad media (M), siendo viajes que se explican por los
transbordos que se realizan al ser la zona central la localización principal de
los paraderos de las rutas existentes.
El 64 por ciento de los viajes con origen en las zonas 1, 36, 5, 33 y 3, per-
tenecen a conglomerado de baja densidad. El 62 por ciento de los viajes con
origen en las zonas 1, 36, 25, 37 y 23, pertenecen al conglomerado de inten-
sidad media. Para el caso de las zonas 1, 32, 20, 3 y 25, el 53.94 por ciento de
los viajes se encuentran en el conglomerado de alta intensidad; mientras que
el 68 por ciento de los viajes con origen en las zonas 32, 35, 1, 36 y 25 son del
conglomerado de muy alta intensidad.8

7
La encuesta Origen-Destino a bordo del transporte público forma parte del conjunto de estu-
dios realizados en el área de estudio para la elaboración del Plan Integral de Movilidad Urbana
de Tulancingo (pimu).
8
Los cuadros de resultados se encuentran en anexos.

234
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Con relación a los modos de transporte empleados de acuerdo con el aná-


lisis de la encuesta, los principales traslados de la zonas de mayor movilidad
se realizan en transporte público, seguidos de los traslados peatonales, en los
cuales desarrollan tiempos de 5 minutos, elemento de importancia para la in-
termodalidad, pues de acuerdo con el Transit Capacity and Quality of Service
Manual (2013) la distancia máxima caminable para el confort de los usuarios
al descender del transporte no deberá exceder los 5 minutos. Las zonas con
menor movilidad realizan de manera general traslados peatonales, estas zonas
se localizan principalmente a distancias no mayores a 1 kilómetro del primer
cuadro de la ciudad de Tulancingo y abarcan la primera periferia de la ciudad.

Figura 5.
Gráfico Intensidad de flujos entre zonas de Zona
Metropolitana de Tulancingo

34
Muy baja intensidad (mb) 27
Baja intensidad (b)
Intensidad media (m)
Alta intensidad (a) 1
Muy alta intensidad (ma)
36
32
33
35
25 37
25
3
33 12 20
26 24 34
23
35
20

30 22 11 5
13
7 8 2
28 10
1 3 14
29
4
21
EL TRANSPORTE Y LA ESTRUCTURA
EN LA ZONA METROPOLITANA DE TU
9 6 15
PATRICIA CATALINA MEDINA PEREZ

MAESTRIA EN DESARROLLO URBAN


17
31 18
32 19 EL COLEGIO DEL ESTADO D

16

36
ESCALA GRAFICA: 1: 10,000 en mts.
100 300 1000

200 500

37

Fuente: Elaboración propia con base en datos obtenidos del análisis de la encuesta
Origen-Destino pimu, 2007.

235
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

El 81 por ciento de los encuestados realizaron recorridos peatonales previos


al transporte público, esto refleja el nivel de cobertura del servicio, ya que no
es necesario realizar trasbordos, basta con estos breves recorridos peatonales
para tener acceso a este servicio. El 59 por ciento de los recorridos realizados
en el conglomerado de alta intensidad tienen duración de hasta 20 minutos,
es decir, los recorridos son breves ya que se realizan principalmente desde las
zonas 3 ,20 ,25 y 34, en su mayoría con destino al centro de Tulancingo.
Finalmente se muestran los recorridos originales de las rutas, las ampliaciones
y su relación con las zonas de crecimiento de la ciudad. Destacan los procesos
de expansión existentes que se encuentran separados de la zona urbana por
zonas habitacionales dispersas cada vez más alejadas de la zona central. También
resulta importante la confluencia de los recorridos en el centro de la ciudad
con terminales que saturan las vialidades y vuelven el servicio ineficiente.
Destacan los procesos de expansión existentes que se encuentran separados
de la zona urbana por zonas habitacionales dispersas cada vez más alejadas de
la zona central. También resulta importante la confluencia de los recorridos
en el centro de la ciudad con terminales que saturan las vialidades y vuelven
el servicio ineficiente.

236
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Conclusiones

La vida de la ciudad hoy en día es el resultado del funcionamiento de su mo-


vilidad, representada en flujos cotidianos, en este caso desde la perspectiva
del transporte como un acercamiento a la movilidad, por lo que su análisis y
diagnóstico deben formar parte del esquema de planeación y desarrollo urbano
sustentable. Se presentan a manera de conclusión los hallazgos encontrados en
la zmt en materia de transporte, usos de suelo y crecimiento urbano.
En primer lugar, se observa una expansión desproporcionada de la mancha
urbana que, dadas las condiciones de centralidad, genera necesidades de mo-
vilidad y de cobertura de servicios cada vez más difícil de atender.
En segundo lugar, el modelo de movilidad existente es el resultado de las
deficiencias en la planeación de los usos de suelo, los desarrolladores urbanos
rigen el crecimiento de la ciudad de acuerdo con sus intereses dando paso a
la irregularidad y a recorridos cada vez más largos y costosos. Se observa la
existencia de baldíos urbanos e irregularidad debido a falta de ordenamiento
y planeación territorial.
De acuerdo con los resultados obtenidos de la encuesta o-d, los habitantes
de la ciudad localizados a un radio no mayor a un kilómetro del centro de la
ciudad tienden a realizar recorridos peatonales en su mayoría no emplean
cotidianamente el transporte público y aún menos un vehículo particular, por
lo que el transporte peatonal es una alternativa viable en el caso de recorridos
desde esta distancia o menor hacia el centro. Por otra parte, la combinación de
modos de viaje mediante centros de intercambio modal podría considerarse
como una solución para la movilidad en Tulancingo.

237
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual en México

Referencias

Centro Estatal de Investigación de la Vialidad y el Transporte, ceit. (2002).


Movilidad. Una visión estratégica en la zona metropolitana de Guadalajara
(Segunda edición 2002 ed.). Zapopan, Jalisco: Secretaría de Vialidad y
Transporte.
Conapo. (1994). La población de los municipios de México 1950-1990.
Consivi y Presidencia Municipal de Tulancingo. (2007). Plan Integral de Mo-
vilidad Urbana para la ciudad de Tulancingo.
Graizbord, B. (2008). Geografía del transporte en el área metropolitana de la
Ciudad de México. México: El Colegio de México.
inegi. (2010). Anuario Estadístico del Estado de Hidalgo.
Instituto Estatal del Transporte Hidalgo. (2002). Plan de Ordenamiento de
Transporte Público de pasajeros en el Estado.
Lévy, J., y Varella, J. (2008). Análisis multivariable para las ciencias sociales.
Madrid: Pearson.
Medina, S. (7 de febrero de 2013). El Instituto de Políticas para el Transporte
y el Desarrollo. Recuperado en mayo de 2014 http://mexico.itdp.org/
archivo/documentos/manuales/
Presidencia Municipal de Tulancingo. (2007). Plan Subregional Tulancingo.
Solà-Morales y Rubio, M. (1997). Las formas del crecimiento urbano. Barcelona:
Ediciones upc.
Transportation Research Board. (2013). Transit Capacity and Quality of Service
Manual.
Unikel, L. (1976). El Desarrollo Urbano de México: Diagnóstico e implicaciones
futuras. México: El Colegio de México.
Unión Internacional de los Transportes Públicos. (1997). Por una mejor movi-
lidad urbana en los países en desarrollo. Bélgica.

238
Sergio Gabriel Ceballos Pérez, et al

Agradecimientos:

Al programa de Cátedras de Conacyt por el apoyo in-


stitucional de la Cátedra No. 95, Innovación y desar-
rollo urbano sustentable

A “El Colegio del Estado de Hidalgo”

239
Directorio institucional

Dra. Rocío Ruiz de la Barrera


Directora General de El Colegio del Estado de Hidalgo

Dra. Miriam Yta


Directora Académica de El Colegio del Estado de Hidalgo.

Dr. Mario Velázquez García


Coordinador Editorial de El Colegio del Estado de Hidalgo
Estudios de los problemas y la realidad urbana actual
en México, del coordinador Sergio Gabriel Ceballos
Pérez, se publicó en su versión electrónica en dic-
iembre de 2017. En su composición tipográfica se
utilizaron las familias Gandhi Serif y Gandhi Sans.
Este libro nació como parte de uno de los objetivos de la Cátedra de
Jóvenes Investigadores No. 95 Innovación y desarrollo urbano
sustentable, es resultado de un trabajo coordinado entre investi-
gadores de diversas instituciones a través de la Red Multidisciplinar-
ia de Investigación en Desarrollo Urbano Sustentable (REMIDUS) como
parte de un programa de investigación de largo aliento, referente a
los problemas urbanos actuales en México y la sustentabilidad,
contiene artículos que van desde fenómenos como cambios de uso del
suelo, crecimiento de los desarrollos inmobiliarios, democracia
participativa y gobernanza, manejo y gestión de espacios públicos,
análisis y estudio de los fenómenos de movilidad, problemas relacio-
nados con la estructura en zonas metropolitanas, las cuentas ambien-
tales y su relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la
gestión del agua bajo la perspectiva de la economía ambiental,
análisis de los problemas de vulnerabilidad urbana, el turismo de
segundas residencias como fenómeno de expansión urbana, el gasto
catastrófico en servicios de salud en zonas metropolitanas en México,
entre otros. La aportación de este libro, es propiamente la riqueza de
los estudios urbanos, tanto a nivel teórico, conceptual y estudios de
caso. Como resultado de nuestra investigación colectiva encontramos
que el fenómeno urbano es amplio y complejo, requiere de la partici-
pación de especialistas en distintas áreas, así como proponer respues-
tas de acuerdo a contextos variados del país, esperamos que esta
publicación sea del agrado del lector y sirva para ampliar sus cono-
cimientos al tema del desarrollo urbano sustentable.
Sergio G. Ceballos

Hidalgo crece contigo

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