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Anudamientos o desnudamientos del Otro en la adolescencia


Mariel Santos
La lectura del escrito La metamorfosis de la pubertad (Freud, S, 1905) destaca la
irrupción pulsional, emerge un nuevo quantum, que desestabiliza, de la noche a la
mañana, las resoluciones logradas en la infancia. Inédito encuentro con la
sexualidad, nueva experiencia que toca al cuerpo, imponiendo al psiquismo un
intenso trabajo en pro de lograr alguna posible tramitación de nuevas respuestas
(ligadura-desligadura), frente a una significación enigmática, escurridiza e
inevitable: cómo tratar al otro como partener sexual y acceder a otro goce.
El desencuentro que contiene la sexualidad, verdadero drama subjetivo, afecta a
cada uno por el hecho de hablar. La noción de trauma toma lugar, cuya versión
metafórica el mar de los agujeros, y señala un abismo ante el cual, o nos
perdemos o aprendemos a servirnos de él (Sedler,G,Clase 2).
Es posible que los muchachos y chicas reciban de sus otros significativos
(-amigos, redes sociales, educación sexual, tv-) algunas explicaciones de lo que
les sucederá en su cuerpo. El cambio de voz, la vellosidad, la primera erección
pero resultan insuficientes para llenar el vacío de significación que se les presenta.
Por lo tanto, existe una diferencia entre informarse sobre la sexualidad y la
construcción de la propia fantasmática. Se destaco la función del Fantasma
abocada a cubrir, velar (-cuando funciona-) lo Real imposible de tramitar del
mundo, al mismo tiempo que permite la escritura de la realidad del sujeto y su
entorno (Sedler,G,Clase 2)..
Podemos concluir con la siguiente tesis, la pubertad como elemento real no
homogeneizable, constituye la incógnita que se formula en la adolescencia.
Resultando la adolescencia una categoría social no universal, lo que autoriza a
nombrarla en plural, adolescencias.

Anclaje de la sexualidad en los tiempos del “El despertar de la Primavera”


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En 1891 el Dr.Rudolf Reitler, miembro de la Sociedad Psicoanalítica de Viena,


presento en las reuniones de los miércoles su estudio crítico de “El despertar de la
Primavera. Tragedia infantil” (Wedeking,F,2013) obra teatral escrita por Frank
Wedekind,
La temática central es el despertar de la sexualidad en un grupo de púberes en
transición hacia la adolescencia. Para la época las escenas resultan intensas,
conductas de homosexualidad, una muchacha disfrutando de ser golpeada, entre
otras, nos remiten a un drama subjetivo de larga data: ¿cómo obtener el
esclarecimiento sexual?.
Las respuestas a las que acceden estos adolescentes definen el desenlace trágico
de cada personaje. Ese devenir indica uno de los aspectos más fuertes y muy
bien ideado en la obra: cómo el mortífero peso de la moral, asociado a la
culpabilidad y a la ausencia de lo positivo en relación a la trasmisión de la falta,
liquida y torna inviable el deseo. Por lo cual, a los hijos se los prefiere muertos o
fuera de juego antes que ejerciendo la sexualidad por fuera de los principios.

Reconocemos cuánto contribuye el arte respecto a la expresión de los


sentimientos y la visión de la realidad. Una lectura actual de la obra no provoca la
convulsión social de aquella época, pero sorprende encontrar que tanto los
problemas y las posiciones de los personajes revisten actualidad y contienen un
valor literario y clínico. Asimismo se verifica los intentos de la sociedad para
ordenar y domesticar este componente resultan ineficaces, no solo en la época de
Wedekind, también en la nuestra, corroborando lo imposible de esta tarea.
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El dramaturgo nos presenta un trío de jóvenes amigos. Wendla, Melchor y
Mauricio, sus edades oscilan entre los 14 y los 17 años. Todos sumergidos en las
relaciones entre el mundo y el despertar de la sexualidad. El componente sexual
predomina y en ocasiones lo dejan a ver solo entre líneas. Algunos se aproximan
bajo un pedido de permiso aparentemente inocente, modificar el modo de vestirse;
otros vergonzosamente quieren saber cómo han llegado al mundo; también se
presentan los que exhiben conclusiones provisorias extraídas de los libros, de las
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observaciones de la naturaleza o de las conversaciones de adultos portadores de


creencias personales.
Wendla y Melchor se dejan tomar por la irresistible sexualidad. Entre ellos se
produce el encuentro sexual, desordenado e inesperado pero con algún apoyo
fantasmático. En contraposición, Mauricio se instruye sobre el tema pero es
incapaz de abordar a una joven.
El despertar no trae buenas noticias. Al inicio, aparecen en escena una madre con
su hija: Wendla, extraño vínculo, sin padre que intermedie. Esta joven dirige solo a
su madre diversas interpelaciones con respecto a la vida, quién reiteradamente
elude las respuestas, cierra el pasaje y la reenvía a seguir siendo solo una niña!
En un marco de vacío de respuestas apropiadas, Wendla concreta el esperado
acercamiento sexual, con un compañero tan ávido como ella de un saber sobre la
vida. Acto que tampoco escucha su madre. En soledad con un embarazo fortuito y
limitada por un diálogo trocado en un monólogo desesperado, muere por los
abortivos proporcionados por su madre.

Mauricio es el joven más confundido y endeble de los personajes. Solo consigue


existir para sus padres si su rendimiento académico lo titula alumno distinguido y
aplicado. Único signo firme que el Otro (padres) le ofrece y en carencia del
intenso resguardo que aspira. Su salida es el suicidio.
Por qué Mauricio no puede anclar en la vida siendo que sus fracasos académicos
no eran de un tenor que justificara tal pasaje al acto?. La razón la encontramos
luego de su entierro, cuando su padre (Sr Stiefel) afirma “¡el chico no era mío”.
“Nunca me gusto, ni de pequeño!”. Es un joven exceptuado de antemano de la
posibilidad de filiación, y desde allí no encontrara una guía o trasmisión posible

Melchor paga por ambos por ambos crímenes. Su falta fue introducir a ambos en
el conocimiento sexual, a ella la dejo embarazada y a Mauricio le redacto un
tratado sexual referido al encuentro entre los sexos. Se lo acusa por haber
trasmitido, por haber deseado. Es expulsado del colegio. Luego de una intensa
discusión los profesores lo sancionan a ciegas, con las leyes de una sociedad
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guiada por la hipocresía. Su familia también lo destierra enviándolo a un


reformatorio.
Es el único de los tres personajes que queda vivo, vence su tentación de dejarse
arrastrar por el destino trágico de sus dos compañeros. Giro posible por el
encuentro con un personaje relevante “el Enmascarado”. De apariencia
enigmática, vale en tanto encubre lo obsceno y feroz, de allí su función de
semblante que ha de guiarlo en el mundo de los hombres Sus palabras al modo
de un puente, se imponen al silencio de la impostura de la muerte, gesto absoluto
de un hombre decidido para acompañar al joven en todo lo que le resta por vivir.

Es un personaje, exhibido de forma destacada, en su intervención interpela a la


función de los adultos, una de las formas que adquiere el Otro, en estos tiempos
de la vida. Taxativamente a lo largo de toda la obra el escritor no vacila en
presentar el rechazo de los adultos, que no promueven la inclusión de
interrogaciones subjetivas y enigmáticas del orden filiatorio. Lo sorprendente es la
magnitud de la estupidez que los habita, la maldad de las razones, la impiedad de
los mandatos y la irresponsabilidad por las propias acciones. Y entonces las
ocasiones se pierden.

Arribo a una primera conclusión las adolescencias no se definen sin el Otro. Aun
comprobamos que cada época define un discurso que explica el ser adolecente, lo
que también adquiere el rasgo de empuje, empuje discursivo.
Argumento algo más, los adolescentes trazan lazos con el Otro, definiendo una
gama que incluye formas de enlaces feroces, salvajes, indómitos como también
modos más apacibles, regulados, atemperados.

Discurrir de la Sexualidad y Adolescencia en el Discurso capitalista


Los films Elephant, Paranoid Park, y Entre Muros se presentan como algunas
producciones paradigmáticas del discurso capitalista. Estas películas exhiben
adolescentes desorientados con sus cuerpos y respecto al encuentro con el Otro
sexo, Se los observa centrando sus vidas en nexo exclusivo con otros pares, es
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un estar con el otro pero sin algún tipo de encuentro. Los adultos dotados de
algún valor no están. El aburrimiento es el afecto que los habita. No hay algo
demasiado interesante para pensar o para hacer, de lo que resulta un incremento
del vivir sin sentido, aparejado al desdibujamiento de algún deseo con su puesta
en marcha. Los secretos abundan, recurso que permite resguardar tan preciada
intimidad, en una sociedad en la que prima el espectáculo.
Voces y miradas aparecen por doquier, se multiplican, pero sin Otro. Los rasgos
señalados, tal vez nos presentan sujetos sensibles o más expuestos a la Ausencia
con mayúsculas. Nos topamos con adolescentes enfrentados al vacio de un Otro
inexistente, inédita versión que dista marcadamente del Otro plagado de
inconsistencias.
En esta búsqueda de significaciones y saberes el lazo con los pares, amigos,
grupos de pertenencia se hace evidente. En la película Elefhant su protagonista,
Alex, no encuentra una versión para abordar a una mujer. Pero sí encuentra a un
amigo mayor a quien seguir, direccionándose hacia un rumbo transgresor, un goce
que lo descuelga de la vida.

En las acciones, inhibiciones o respuestas sintomáticas que presentan estos


adolescentes, la demanda de encontrar un adulto que se ubique en su función y
habilite lugares al que puedan dirigir sus preguntas, es persistente. Función del
adulto que apunta a reglar algo de la subjetividad para evitar el niño caprichoso del
que hablaba Kant, que pierde su valor social (Kant, E, 1983).

A modo de conclusión señalo algunos vectores que entiendo pueden otorgarnos


algunas coordenadas frente a la complejidad que pone en jaque nuestros
quehacer.
Ver las cosas tal como son es la absoluta caída de la ficción, un desgarro de los
velos que inventamos para desfigurar esa presencia maligna en la que estamos
fundados. La congénita inclinación del hombre al mal, eterno retorno que exige un
estar sumergidos en letargos, inercias o precariedad y también ruptura o no
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constitución de los lazos. Configuración que conduce hacia la inscripción en ese


circuito de destrucción y autodestrucción, tanto en plano subjetivo como social.
La violencia y su relación al poder y la crueldad es lo más extraño y lo más
inherente al ser parlante, Entonces una paradoja en el punto de partida: es posible
una resolución cuando lo que funda a la vez aniquila?..
Cuando el viviente no tiene la oportunidad de regular ese caos primordial, y no
adviene sujeto, cuáles fueron los acontecimientos pulsionales, si solo transita
estados de devastación subjetiva en los que la única respuesta es el desprecio del
otro?.

Un paso más y en un tiempo del comprender. Reconocemos que a lo largo de la


historia verificamos diversas formas de rechazo de los adultos hacia los
adolescentes. Históricamente las formas familiares han variado enormemente y
con ellas tanto las figuras del Otro, al igual que os modos de producción de
autoridad, pero lo invariante es aquello que el cachorro humano, en sus primeros
años precisa imperiosamente para sobrevivir: la presencia del adulto. Condición
necesaria, pasaje obligado para los movimientos lógicos de la alineación –
separación. Ambos definen las entradas inaugurales, que trastocan el grito y
producen el retorno de un llamado, solo por merced a la respuesta del Otro.

Por último, cuando se afirma que los niños y los adolescentes son rebeldes a las
prohibiciones, no toleran las reglas, acosan a los padres y a los maestros-
profesores, nos cuestionamos ¿es solo un tratamiento de lo prohibido lo que
fracasa? o ¿un tratamiento de lo imposible como rechazo de la castración?. Si
afirmamos la última pregunta entonces lo que opera es la exclusión de la
dialéctica del deseo y el dominio del goce anterior a la existencia. Goce inefable y
fuera de lo simbólico. El amor, dice Lacan (Seminario XX, 1995), permite al goce
condescender al deseo, y para esto, el sujeto deberá en primer lugar aparecer
como deseante, habitado por una falta que cierra la ruta al goce del ser y abre el
sendero de acceso al goce Otro., goce fálico apareado al significante. Escenario
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que dibuja un tranquilizador no- todo es posible y habilita un “vivir para contarlo”
pivoteado en la escritura de la experiencia.-

Bibliografía
-Sedler,G. La adolescencia en los bordes. Políticas de lectura. FLACSO Virtual.
Clase Cohorte 10. 2013. Bs.As.Arg.
-Freud,S, La Metamorfosis de la Pubertad,1905.Biblioteca Nueva.1981.
Madrid.España
-Wedeking,F,El despertar de la primavera.Tragedia Infantil.Letra
Viva,2013,Bs.As.Arg
-Kant,E,Pedagogía,1983,Akal,Madrid,España
-Lacan,J Seminario XVII, El reverso del psicoanálisis,1970,Paidós,2006,Bs.As,Arg
-Lacan,J,Seminario XX, Aún, 1972,Paidós,2002, ,Bs.As,Arg

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