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Victor Jimmy Arbulú Martinez
ANTECEDENTES
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Abogado y Magister en Derecho por la UNMSM. Docente de la Academia de la
Magistratura. Juez Superior Titular de la Corte de Justicia de Lima.
La Corte Suprema hace referencia de los presupuestos fijados por el
artículo 268° del CPP. El Fiscal deberá fundamentar, además, la
proporcionalidad de la medida y su duración. La Corte incorpora una
metodología que permita ordenar la secuencia realizada en la audiencia de tal
forma que se pueda realizar el contradictorio sobre los puntos en cuestión. La
Corte establece la división del debate en cinco partes que son los siguientes a)
Respecto a los fundados y graves elementos de convicción; b) Sobre la
prognosis de pena c) Sobre el peligro procesal de fuga; iv)
Comportamiento procesal y v ) Pertenencia a una organización criminal.
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Sobre la probabilidad, la Corte cita a MAIER, Julio. DERECHO PROCESAL PENAL. FUNDAMENTOS. TOMO I. Segunda edición. Editores del Puerto, Buenos Aires, 2004,
pp. 843-847.
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Citan sobre este punto, al profesor ORE GUARDIA, Arsenio. MANUAL DE DERECHO PROCESAL PENAL. LAS MEDIDAS DE COERCION EN EL PROCESO PENAL. TOMO
ditorial Reforma, Lima 2014, p.145.
II. E
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DEVIS ECHANDÍA dice sobre este grado de cognición: “…no se trata de una certeza metafísica,
absoluta, que vendría a confundirse con la prueba perfecta dc la verdad, sino de una certeza histórica,
lógica y psicológica, humana por l0 tanto, con sus naturales limitaciones y su inseparable posibilidad de
error. De ahí que en el derecho moderno se llame la atención sobre la analogía entre la actividad del Juez
y la del historiador, Vide en Compendio de la prueba judicial. Tomo I. Rubinzal y Culzoni. Buenos Aires.
2000, p. 123
5
Vide en Cuestiones del sobre el proceso penal. Liberia el Foro, Buenos Aires, 1960, p. 138.
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Vide ANTON MITTERMAIER, Karl Joseph. Pruebas en materia criminal. Juridica Universitaria. Vol. 3.
México, 2008, p, 38
cognitivo donde se evalúa las medidas cautelares, pero en su grado alto, no en
medio ni mínimo, y esto se sustenta con la carga de información que ha
acopiado el Ministerio Publico. De allí que no se requiera la certeza, esto es la
creencia del juez de haberse probado sin duda razonable las afirmaciones de
alguna de las partes. Esta postura tiene su referencia doctrinaria en Anton
Mittermaier quien dice que:” …la probabilidad recobra toda su importancia en el
curso del proceso…y autoriza plenamente las graves medidas a tomar…Por
eso nunca se decreta la prisión sin que existan graves presunciones…es
preciso que el punto del hecho aparezca fundado por lo menos en grandes
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probabilidades, y que se alcen terribles cargos contra el acusado…”
En el siguiente considerando se fija una regla respecto del grado de
valoración que hará el juez de la información recabada durante la investigación:
7
Ibidem, p. 38
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Citan a ASENCIO MELLADO, José María. “La regulación de la prisión preventiva en el Código Procesal
Penal del Perú”. E n: Cubas Villanueva, Víctor; Doig Díaz, Yolanda y Quispe Farfán, Fany Soledad
alestra, Lima 2005, p. 513.
(coordinadores). El nuevo proceso penal. Estudios fundamentales. P
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Citan a DEL RIO LABARTHE, Gonzalo. La prisión preventiva en el nuevo Código Procesal Penal. Ara, Lima, 2008, p. 47.
delicti como presupuesto de la prisión preventiva. Esta acreditación es un acto
elemental que debe realizar la fiscalía de allí que en todo caso la Corte lo que
hace es recordar la función del Ministerio Publico.
i) El arraigo
Esto parece ser una nueva referencia a la prognosis mayor a cuatro años.
Si concordamos con la Convención de Palermo los delitos graves son aquellos
mayores a cuatro años, por lo que en la prognosis ya esto estaría cubierto, de
allí que sostengamos que estamos ante una reiteración de lo mismo. La
prognosis de pena es empleada desde la óptica que la gravedad incentivará
que el imputado se desarraigue del proceso.
Bastaría que el imputado lea el código penal y conozca la pena legal para
el delito por el que se le procesa para fugarse. La invocada máxima de la
experiencia debería tener un asidero objetivo, sino simplemente sería una
apreciación subjetiva. El dato de pena grave está vinculado al fumus comissi
delicti, y tiene nexo con la prognosis pues si es pena mayor a cuatro años
estamos ante una pena grave pues por ley todas son penas efectivas, lo cual
desde este ángulo asustaría a cualquiera, de allí que la única diferencia con la
prognosis seria que esta coloca una frontera que es la pena mayor de cuatro
años. De allí para adelante es casi lo mismo gravedad de pena con la
prognosis. Saliendo de este enredo la Corte Suprema en los siguientes
considerandos fija los límites a esta “gravedad” de la pena
La modificación del artículo 269 inciso 3 del CPP trae criterios similares y la
Corte Suprema señala que sigue siendo confusa la norma y que dirigido a
evitar la reiteración delictiva va a contrario de la finalidad de la medida cautelar
que son procesales y de aseguramiento y no como sanción anticipada. En la
Argentina se ha propuesto un “paradigma cautelar”, asumiendo que la medida
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Citan a DEL RIO LABARTHE, Gonzalo. LA PRISIÓN PREVENTIVA EN EL NUEVO CÓDIGO PROCESAL PENAL. Ob. Cit., p. 58
sólo puede legitimarse en tanto ella sirva a los fines de preservar el objeto del
proceso penal y que la única posibilidad de dictarla es a partir de la
constatación en el caso concreto de “riesgos para el proceso”, para la
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investigación o bien para la “realización de la pretensión punitiva”
11
SCHIAPPA PIETRA, Luis A. Prisión Preventiva y Reforma Procesal Penal en América Latina: Evaluación y Perspectivas (volumen 2). Santiago de Chile,
2011, p, 37.
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esis presentada a la Universitat d´ Alacant, para optar el grado académico de Doctor. Alicante,
Citan a ASENCIO MELLADO, José María. LA PRISIÓN PROVISIONAL. T
1986.pp, 111 y 112. Disponible en:
file:///C:/Documents%20and%20Settings/Hall3/Mis%20documentos/Downloads/Asencio%20Mellado,%20Jos%C3%A9%20Mar%C3%ADa.01.pdf
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Citan la crítica de la STC 0791-2002-PHC/TC, vide: DEL RIO LABARTHE, Gonzalo. “La prisión preventiva en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”. Ob, cit., p.115.
También2: ASENCIO MELLADO, José María. La prisión provisional. Ob. Cit., p.113.
está referido a todo el comportamiento en el proceso, lo que no aplicaría al
riesgo procesal.
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Citan a DEL RIO LABARTHE, Gonzalo. La prisión preventiva en el nuevo Código Procesal Penal. Ob. Cit., pp. 59 y 60; y PEÑA CABRERA FREYRE, Alonso Raúl. Exegesis
del nuevo Código Procesal Penal. Rhodas, Lima, p. 176, citado por PÉREZ LÓPEZ, Jorge. “El peligro procesal como presupuesto de la medida coercitiva personal de prisión
preventiva”.
La Corte también fija un límite o corta por lo sano un criterio errado muchas
veces empleado por los jueces para justificar la prisión preventiva y es el no
reconocimiento de los cargos penales, lo que es violatorio del derecho a no
auto incriminarse que tiene todo imputado.
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PRADO SALDARRIAGA, Víctor. Criminalidad Organizada. Idemsa Perú. Lima, 2006, p, 45
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logístico y social. Además poseen un lei motiv de sus actividades que es la
finalidad lucrativa. Bajo esta premisa advertimos que si existe una hipótesis
más o menos fundada que los imputados forman parte de una organización
criminal, ya estamos en el escenario de peligro procesal. La Corte Suprema en
el considerando estima que las organizaciones criminales desde la experiencia
y por su naturaleza pueden generar riesgos de fuga y perturbación de las
fuentes de prueba. No dejan de tener razón puesto que hemos visto como se
asesinan testigos, o a los mismos miembros por no respetar el código del
silencio, y también amenazar y atentar contra magistrados. El siguiente
considerando establece la peligrosidad que genera en términos de proceso las
estructuras criminales.
Fueron esas razones que tuvo la Corte Suprema para casar la resolución
de vista y ordenó que el rescisorio en reenvío lo realice otro Juzgado de
Investigación Preparatoria quien debía dictar nueva resolución previa audiencia
con todas las garantías.
CONCLUSIONES