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1.

- CIRCUNSTANCIAS MODIFICATORIAS DE RESPONSABILIDAD:

a) Alcanzan reconocimiento en la edad media y el pensamiento de santo Tomas tuvo una gran influencia

b) Se perfecciona cuando el derecho penal se perfila entre las demás áreas del derecho con características definidas.

c) lo podemos fijar en los siglos XVIII y XIX

d) tienen el sentido de aplicar penas justas

e) con la escuela positiva perdieron espacio, lo retoman con las escuelas causalista valorativas y finalista.

2.- Clasificación:

1.- en cuanto a sus consecuencias: Atenuantes, agravantes y circunstancias mixtas sea que su concurrencia aumente o
disminuya la sanción. ( VER artículos, 11, 12 y 13)

2.- en cuanto a su amplitud: se distinguen entre genéricas y específicas. Las primeras operan respecto de todos los
delitos, las otras no.

3.- en cuanto a su naturaleza: materiales y personales ( objetivas y subjetivas)

Son materiales, según el 64 leer “ejecución material del hecho o en los medios empleados para realizarla”

Y personales “en la disposición moral, sus relaciones particulares con el ofendido o en otra causa personal”

Las materiales por ser objetivas afecta a todos los que participaron y tenían conocimiento del hecho

Las personales subjetivas, afectan exclusivamente a aquellos intervinientes en los cuales concurren, no a los demás que
pudieron tener participación.

3.- Son numerus clausus. No las pueden crear los tribunales, ni aplicarlas por analogía.

4.- No constituyen modificatorias.

1.- el artículo 63 del Código Penal, las agravantes que siendo iguales a las descritas como modificatorias no
tienen esa calidad:

a) las que por sí misma constituyen un delito especialmente penado por la ley. Acá es obvio que si la circunstancia
constituye un delito no puede ser también una modificatoria.

b) las que han sido comprendidas al describir un delito.

c) Las inherentes al delito sin cuya concurrencia no podría cometerse.

En los casos b y c, no lo es porque constituye un elemento del tipo penal, esto es, de la descripción legal y su
consideración afectaría al principio non bis en ídem, la doble valoración. Ejemplo homicidio calificado 391 N°1, se
describe en su primera circunstancia la alevosía, lo que excluye la posibilidad de considerarla, además, como agravante.
A).- Esquema atenuantes: genéricas solo artículo 11. Existen otras ej. Ley de drogas. SE acostumbra a
dividirlas:

1) Eximentes incompletas

2) Atenuantes que se refieren a la motivación del delincuente

3) Aquellas que se vinculan con su personalidad

4) Y las que dicen relación con su comportamiento posterior.

B). - Eximentes incompletas:

El artículo 11 N° 1 del Código Penal, refiere que atenúan la responsabilidad penal, las descritas en el artículo 10 “cuando
no concurren todos los requisitos necesarios para eximir de responsabilidad en sus respectivos casos”

Acá hay que entender que la palabra “requisito” está tomada en el sentido de gradualidad, no numérico, pues en ese
caso solo concurrirían en las hipótesis que contienen más de un requisito y la verdad, existen eximentes que solo poseen
un requisito. Luego el artículo 11 N°1 comprende todas las eximentes del artículo 10, salvo: El 3 que esta derogada, el
N° 2 que se refiere al menor porque acá o se tiene no esa edad. En cuanto al 8 está referida a quien causa un mal por
mero accidente y está excluida.

Se debe tener presente que la eximente para que surja efectos como atenuante debe contener su requisito
fundamental, ejemplo en la legitima defensa, la agresión, en el estado de necesidad , es necesario que se tenga la
realidad o peligro del mal que se trata de evitar.

En tanto respecto de la eximente que tiene un sólo requisito o elemento, caso del artículo 9 del Código Penal, esto es, la
fuerza irresistible o el miedo insuperable, acá se requiere que el sujeto hubiese tenido alguno delos estados anímicos
descritos, pero que estos no alcancen la intensidad que requiere la norma.

Además todas las eximentes incompletas deben ajustarse a la normativa de los artículos: 71, 72 y 73. Esto es:

ART. 71 Cuando no concurran todos los requisitos que se exigen en el caso del núm. 8. ° del art. 10 para eximir de
responsabilidad, se observará lo dispuesto en el art. 490.

ART. 72. En los casos en que aparezcan responsables en un mismo delito individuos mayores de dieciocho años y
menores de esa edad, se aplicará a los mayores la pena que les habría correspondido sin esta circunstancia, aumentada
en un grado, si éstos se hubieren prevalido de los menores en la perpetración del delito, pudiendo esta circunstancia ser
apreciada en conciencia por el juez.

ART. 73 Se aplicará asimismo la pena inferior en uno, dos o tres grados al mínimo de los señalados por la ley, cuando el
hecho no fuere del todo excusable por falta de alguno de los requisitos que se exigen para eximir de responsabilidad
criminal en los respectivos casos de que trata el art. 10, siempre que concurra el mayor número de ellos, imponiéndola
en el grado que el tribunal estime correspondiente, atendido el número entidad de los requisitos que falten o concurran.

Esta disposición se entiende sin perjuicio de la contenida en el art. 71.

En tanto los artículos 65 a 70 no son aplicables. Ejemplos:

1) No concurren todas las condiciones para el caso fortuito, el artículo 71 establece la posibilidad de aplicar las
reglas del artículo 490 del Código Penal.

2) En el caso del menor, aplicamos el artículo 72.

3) En el resto de las eximentes, aplicamos el artículo 73, que en forma imperativa ordena aplicar “la pena inferior
en uno, dos o tres grados”

4) El N°1 de artículo 11, se refiere a los requisitos de la eximente y “no a sus circunstancias” accidentales, luego
atiende a los elementos que constituyen su esencia, por ello no es correcto distinguir de los artículos 62 y
siguientes según los números de los requisitos que falten porque están sujetos solo a los numerales 71,72 y 73.

5) Las eximentes se aplican a los delitos culposos y a los dolosos.


HECHOS PROBADOS: "El día 13 de junio de 2005, sobre las 10.30 horas aproximadamente, cuando la procesada Marí
Jose, mayor de edad y sin antecedentes penales, se encontraba esperando el autobús sentada en un banco de la parada
que hay junto a la gasolinera y próxima a su domicilio, escuchó una voz que le decía "buenos días señora ¿qué tal su
hija?", y al levantar la cabeza y ver que era Santos, conocido como "Rata", que se encontraba de permiso carcelario del
Centro Penitenciario, donde estaba cumpliendo una condena de nueve años de prisión por la violación de su hija Pilar ,
a la edad de 13 años, -comenzó a decir, "maldito, maldito, eres tú", alejándose aquel del lugar en dirección al bar.

La procesada Marí Jose sufría desde entonces -la violación de su hija en fecha 17 de octubre de 1998- un trastorno
adaptativo mixto con síntomas ansiosos-depresivos englobado dentro de la afectividad, del que venía siendo tratada en
el Hospital y del que todavía no ha sido dada de alta, por tal razón, unida a la visión y acercamiento a ella de Santos, al
que creía en la cárcel, y sobre el que pensaba no se había hecho justicia, y unido también al hecho de encontrarlo en las
proximidades de su domicilio (precisamente la acusada se cambió de domicilio a raíz de la agresión a su hija, yéndose a
vivir al lado opuesto de la población, pues antes eran vecinos) provocó en ella tal estado emocional -explosión mental
que disminuyó sus facultades volitivas- que le llevó a que sobre las 11:00 horas aproximadamente se dirigiera a la citada
gasolinera y pidiera al empleado, Jon, una botella, pues su idea era buscar una donde fuese para llenarla de gasolina, y al
decirle aquél que no tenía ninguna, Marí Jose se marchó para su casa con la intención de encontrar alguna, regresando a
los cinco minutos a dicho establecimiento, portando una botella de plástico de 1,5 litros, solicitándole a dicho empleado
que se la llenara de gasolina.

Ya con la botella debajo del brazo llena de combustible y envuelta en un papel periódico/plástico, se dirigió al citado Bar
donde aún seguía Santos tomando frente a la barra y en conversación con Luis.. Al verla entrar el dueño del Bar, como
quiera que momentos antes había estado la hija Pilar para comprobar que su madre le decía la verdad sobre la presencia
de Santos en el pueblo, se puso delante de ella y le dijo "¿a dónde vas?", contestándole la acusada "apártate que no
pasa nada sólo quiero hablar con él", en clara referencia a Santos, y tras darle por detrás una palmada en el hombro, le
inquirió "¿te acuerdas de mí?", contestándole aquél "con usted no tengo nada que hablar", y diciéndole Marí Jose, "pues
para que no me olvides" abriendo acto seguido la botella y comenzando a rociarlo con la gasolina por encima de la
cabeza, volviéndose aquél hacia ella dándole un empujón, lo que hizo retroceder a la acusada, que continuaba
echándole gasolina por todo el cuerpo, hasta que se le cayó la botella, prendiendo fuego con una cerilla -caja pequeña
escondida en la mano-, que arrojó al suelo y produjo la combustión, comenzando Santos a arder como una antorcha de
pies a cabeza. A continuación, el dueño del bar, junto al cliente Pedro, procedieron a apagar el fuego con el extintor allí
existente.

Asimismo, al citado Luís, al estar justamente al lado de Santos, le salpicó la gasolina, y a consecuencia del fuego, sufrió
lesiones consistentes en quemaduras de 2o grado profundo en miembro inferior izquierdo (8%) -salpicaduras en pie
derecho y mano derecha. Linfoedema en miembro inferior izquierdo- disminución del arco articular del tobillo izquierdo
que precisaron para su curación además de primera asistencia facultativa, reposo, tratamiento farmacológico y
rehabilitador, además de curas locales de las quemaduras hasta su epitelización, invirtiendo en su curación 231 días e
incapacitado para su ocupación habitual, 200 días, con las secuelas de perjuicio estético ligero por cicatrices y gonalgia
izquierda que se describen el informe de sanidad.

Por su parte, Santos, sufrió quemaduras de tercer grado en el 60% de la superficie corporal, localizadas
preferentemente en el lado izquierdo del cuerpo, afectando a cara, cuello, tórax, abdomen y miembros, que le provocó
un shock séptico, falleciendo a las 21:30 horas del día 23 de junio de 2005 por paro cardiorespiratorio en el Hospital.

De igual modo, en el Bar donde ocurrieron los hechos se causaron daños tasados pericialmente en $5.000.000 que han
sido satisfechos por la Compañía MAPFRE, que ahora reclama.

Santos tenía conyuge y cuatro hijos, todos ellos mayores de edad y con vida independiente del núcleo familiar paterno.

La acusada, al producirse el incendio, salió corriendo del establecimiento, siendo detenida en la noche del día de autos
en las inmediaciones del puerto, en estado desorientado, no siendo posible recibirle declaración en las dependencias
policiales, al no ser receptiva a las explicaciones que le daba debido a su ansiedad.
Hasta aquí, los hechos que se declaran acreditados en la causa. Realmente, el relato fáctico no va a variar después con la
sentencia del Tribunal. Tan sólo uno de los motivos del recurso, como se verá, será parcialmente estimado, aunque no
directamente por las razones alegadas por la parte recurrente.

La historia recoge, tal y como ya anticipamos al inicio del artículo, un tríptico que contempla, por un lado, la dramática
situación de pasado, en la cual una menor de 13 años es violada al parecer por un individuo, con toda la carga de
sufrimiento que este hecho acarrea para dicha menor y para su madre, la condenada Mari Jose; por otro, está la
situación de presente que se produjo el día de los hechos, cuando el violador condenado aborda a la madre de la
violada, y con un provocativo descaro se le acerca, y directamente le pregunta por su hija; y por último, está la situación
final en la que se produce el resultado lesivo: la madre, cuya psique está tocada de antes, reacciona de manera
desproporcionada, y mata al violador. El círculo se cierra. La tragedia en tres actos -planteamiento, nudo y desenlace-
toca a su fin.

Resta por tanto analizar desde el prisma jurídica la conducta de la condenada, cómo contempla el asunto la Audiencia, y
finalmente, el resultado final y cómo deja las cosas la sentencia del Tribunal.

EL FALLO DE LA AUDIENCIA

A la vista de los hechos que se declaran probados, la Audiencia dicta una condena para la acusada en los
términos siguientes:

FALLO: Se condena a la procesada en esta causa como autora responsable de un delito de homicidio en concurso ideal
con un delito de lesiones, con la concurrencia de la circunstancia eximente incompleta de trastorno mental transitorio, a
la pena de OCHO AÑOS

RECURSO: SE alegó que alcanzó su máxima gravedad ante una circunstancia que le vino impuesta y que anuló las ya
mermadas capacidades mentales de la paciente...". "... 6o) El cuadro padecido por Marí Jose cumple los criterios
exigibles para considerarlo un Trastorno Mental Transitorio, en el sentido de tener anuladas en ese periodo sus
facultades cognoscitivas y volitivas, sin que corresponda con una enfermedad mental crónica y que cursa sin secuelas.".

Al analizar el motivo, se toma en cuenta los mismos dictámenes periciales, y alcanza la convicción de que la alteración
psíquica que sufrió la procesada mereció correctamente la apreciación de la eximente incompleta, ya que, para la
apreciación de la completa, la prueba hubiera debido tener capacidad demostrativa autónoma, sin necesidad de acudir a
conjeturas o argumentaciones ni precisar adición de otras pruebas, para acreditar una eliminación total de la capacidad
de culpabilidad en la acusada, lo que evidentemente no se ha producido.

Por todo ello, continúa la sentencia,

(…) "Con esta grave afectación de la capacidad de culpabilidad de la acusada, aunque no permitiera sustentar la
eximente completa, si debió tenerse en cuenta, para imponer la pena inferior en dos grados, que estimamos más
proporcionada y ajustada a las circunstancias personales de la acusada".

" por la pena única de CINCO AÑOS se sustituye la pena por la libertad vigilada intensiva y en lo que concierne a la
prohibición de acercase y comunicar con las víctimas, lo será por un tiempo de DOCE AÑOS, en lugar de los quince años
señalados en la sentencia.
C).- Atenuantes relacionadas con los móviles del sujeto activo:

Acá se encuentran las descritas en los artículos 3, 4,5 y del artículo 11. Esto es:

3. ° La de haber precedido inmediatamente de parte del ofendido, provocación o amenaza proporcionada al delito.

4.° La de haberse ejecutado el hecho en vindicación próxima de una ofensa grave causada al autor, a su cónyuge, o su
conviviente, a sus parientes legítimos por consanguinidad o afinidad en toda la línea recta y en la colateral hasta el
segundo grado inclusive, a sus padres o hijos naturales o ilegítimos reconocidos.

5. ° La de obrar por estímulos tan poderosos que naturalmente hayan producido arrebato y obcecación.

10. ° El haber obrado por celo de la justicia.

Fundamento, ellas obedecen a un móvil y atendida la naturaleza de ese móvil, el legislador disminuye el reproche
respecto de ellas.

Las 3, 4 y 5, (provocación o amenaza, vindicación y estímulos) se denominan pasionales, nomenclatura que puede
inducir a error, puesto que solo la numero 5, esto es, obrar por estímulos tan poderosos, realmente corresponde a la
creación de un estado emocional, las otras no. No obstante, las otras dos corresponden a la creación de una situación
(vindicación próxima de una ofensa y haber precedido provocación) que conforman situaciones que objetivamente,
conforme al visón del actor, normalmente puedan provocarlo, pero lo importante es que la atenuante no lo requiere.

Estas circunstancias no se excluyen unas a las otras, pueden concurrir en conjunto siempre que obedezcan a hechos
distintos, luego no hay problema respecto que el agente actué en vindicación de una ofensa próxima y coetáneamente
por estímulos tan poderosos. Lo que no es posible es calificar un mismo estado anímico como conformante además de
unas atenuantes, porque se infringiría el principio non bis in ídem.

Además las atenuantes pasionales pueden presentarse en un delito culposo, ejemplo de ello será el caso que un sujeto
en respuesta a la ofensa que le ha inferido su acompañante corre a gran velocidad y en esas circunstancias su
acompañante resulta lesionado.

Análisis:
N°3, la de haber precedido inmediatamente de parte del ofendido, provocación o amenaza
proporcional al delito”
Elementos objetivos:
1) La existencia de la provocación o de la amenaza de parte del ofendido;
2) que exista proporcionalidad entre aquellas y el delito cometido y
3) la inmediatez entre ambos extremos.

En cuanto a la provocación, ello significa irritar o estimulara otro con palabras u obras para que se enoje” (Novoa)
También, se le ha definido como: “una acción o expresión capaz de crear en el sujeto una excitación conducente a la
comisión de un delito.” ( Cury)

Debe tenerse presente que la provocación y la amenaza deben tener como autor al ofendido y no a terceros (exigencia
legal)

Por su parte, la proporcionalidad, debe existir entre la amenaza o provocación y el delito cometido, esto debe analizarse
desde el punto de vista objetivo y no desde la perspectiva del delincuente, sino que de la del hombre medio colocado
en las condiciones semejantes a la de aquel.

En cuanto al elemento, subjetivo, requiere del conocimiento del delincuente respecto de la existencia de la amenaza o
provocación y que la comisión del delito tenga lugar como reacción a tales hechos; no se requiere un estado anímico
pasional o emocional.
B) VINDICACION PROXIMA DE UNA OFENSA: Esta establecida en el artículo 11N°4, donde se expresa “ la de haber
ejecutado el hecho en vindicación próxima de una ofensa grave causada..”

Esta circunstancia requiere de elementos objetivos subjetivos.

Del punto de vista objetivo el realizador del hecho debe que haber sido víctima de una ofensa, previa a la ejecución del
delito. Pero la ofensa debe cumplir, a su vez, con requisitos:

1) Gravedad

2) El sujeto pasivo de la ofensa debe ser el autor del delito

3) La ofensa debe ser inferida por la persona en contra de quien se comete el delito
En el plano Subjetivo: se exige que el propósito del delincuente al cometer el delito haya sido el de vengar una ofensa,
que actué con un móvil lo vindicativo, lo que no supone emotividad, puede actuar con frialdad.

Hasta aca.
IV.- Estímulos tan poderosos: La de obrar por estímulos tan poderosos que naturalmente hayan producido arrebato y
obcecación” (11 N°5)

Esta atenuante es de origen emocional, exige estímulos de tal naturaleza, que provoquen una alteración en el ánimo de
la persona afectada.

REQUISITOS:

1.- OBJETIVOS, ello lo constituyen el o los estímulos, que recibe el sujeto, comprende estímulos lícitos e ilícitos que
recibe el sujeto.

Pero los estímulos deben cumplir ciertos requisitos:

a) Poderosos,
b) No se exigen condiciones particulares en el aspecto temporal, el estímulo pude ser próximo o
más remoto, lo importante es que debe ser poderoso y adecuado para provocar la reacción.

2.- SUBJETIVOS: Que los estímulos provoquen en el sujeto activo un estado emocional especial, arrebato y obcecación.

Definición de arrebato: es una alteración anímica, que consiste en un acceso súbito de perdida de control, en que el
sujeto pierde el dominio de sí mismo.

Acá los estímulos deben provocar en el sujeto naturalmente arrebato y obscecación.

Definición de Obscecación, una afectación de la razón que priva del normal discernimiento. Se pide la concurrencia
copulativa.

CELO DE LA JUSTICIA Obra en celo de la justicia involucra hacerlo por una razón justa. El agente actuó más allá pero en
busca de la justicia, ese debe ser el móvil, no concurre si se actuó por piedad, por lo demás no esta limitada la atenuante
a los funcionarios públicos.

D) ATENUENTES CON FUNDAMENTO EN LA PERSONALIDAD DEL AGENTE

Aca tenemos la conducta anterior irreprochable.

Fundamento descansa en el hecho que esta atenuante se apoyaría en el indicio que el delito cometido es producto de
una situación que perturbó al agente o un hecho accidental en su vida, pues estamos frente a alguien respecto de quien
hay indicios que el delito no es una conducta pripia de su vida.Posibilidad de calificar? Articulo 68 bis.

Lectura:

Decimoquinto: Que para justificar el motivo de nulidad invocado, señala en su libelo que “la ley no ha definido
lo que se entiende por una atenuante muy calificada, existiendo sin embargo como interpretación dominante
la que de dicho concepto está referido a un elemento atenuatorio [sic] de responsabilidad penal dotado de una
especial o muy significativa entidad o relevancia, según la calidad de los hechos que la constituyen, que es
idóneo pese a su singularidad, para producir una disminución de la cuantía de la pena como la indicada en el
artículo 68 bis del Código Penal (…)”.

Agrega el recurrente que “en este caso, hablamos de un padre de familia de 60 años, que como quedó
de manifiesto con el informe social acompañado en la oportunidad del 343 logra desprenderse que tiene
bastante arraigo familiar, tiene pareja y 2 hijas menores, toda una vida de trabajo lícito con las cotizaciones
previsionales incorporadas que dan cuenta de actividad laboral lícita desde 1985 a la fecha de su detención, lo
que al mismo tiempo denota arraigo laboral, lo que evidencia una conducta anterior irreprochable en una
entidad superior, de un actuar que va más allá de la normalidad social, inclusive durante estos 3 años de
privación de libertad jamás fue sancionado por Gendarmería según certificado de comportamiento
acompañado, no solo por tener 60 años, además teniendo presente su entorno social vale decir una riesgosa
población de la comuna de El Bosque donde vivió prácticamente toda su vida, sin haber tenido contacto con el
sistema penal y la primera vez que ocurre, se le aplica una pena efectiva, lo que implica una desproporción en
la entidad de esta pena”.
En definitiva, pide que se tenga como muy calificada la aminorante en análisis, y se aplique al encartado una
pena de tres años y un día de presidio menor en su grado máximo.

Decimosexto: Que, como señala Alfredo Etcheberry (Derecho Penal. Parte General, tomo II, tercera edición.
Editorial Jurídica de Chile, Santiago 2010, página 183 s.) “Labatut estima que esta materia queda librada al
arbitrio del juez. Nuestra jurisprudencia ha resuelto análoga cosa (…). Así, v.gr., la “irreprochable conducta
anterior” será muy calificada o de gran entidad cuando no se trate únicamente de una persona que no ha sido
condenada y que tiene buenas costumbres, sino de un individuo que ha prestado grandes y señalados servicios
a la comunidad o que ha demostrado en alto grado virtudes de carácter y moralidad”.

Decimoséptimo: Que, de lo expuesto en el raciocinio precedente, fluye que, en el caso sub iúdice, no se ha
configurado la infracción de ley que la recurrente alega, por cuanto si estimamos –como indica Labatut y la
jurisprudencia- que la calificación es una materia librada al arbitrio del juez, mal puede incurrir aquél en error
in iudicando al no calificarla –o al hacerlo-.

Por otro lado, y tal como se ha expresado, para que la atenuante de irreprochable conducta anterior sea
considerada como muy calificada, no basta con la ausencia de anotaciones prontuariales –pues en tal caso
habría que considerarla siempre como calificada-, sino que es menester que tal conducta haya sido de una
entidad superior, circunstancia que no se aprecia en el caso en estudio.

Decimoctavo: Que, por consiguiente, el recurso de nulidad deducido en representación del sentenciado
Carrasco Bravo también deberá ser desestimado.

Decimonoveno: Que el tercer y último medio de impugnación deducido en contra de la sentencia en alzada es
el interpuesto por la defensa penal pública, en representación del acusado Luis Alfredo Avilés Avilés.

El motivo de nulidad invocado es el mismo, a saber, errónea aplicación del derecho que ha influido
sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia, vulnerándose, a juicio de esa parte, las disposiciones
contenidas en los artículos 11 N° 9, 67, 68 y 69 del Código Penal y artículo 19 letra a) de la ley N° 20.000.

Vigésimo: Que la recurrente expresa en su libelo que “se acogió la circunstancia agravante establecida en el
artículo 19 a) de la Ley 20.000, esto es, la agrupación o reunión de delincuentes, sin incurrir en el delito de
organización del artículo 16 de la misma ley” y “se desestimó el superior valor de la circunstancia atenuante de
responsabilidad penal del artículo 11 N° 9 del Código Penal, desechándose la primordial importancia que pudo
tener la declaración del defendido para el esclarecimiento de los hechos”.

Esgrime la segunda infracción indicada anteriormente en subsidio de la primera y para el evento de no


estimarse concurrente ésta, entendiendo que corresponden ambas a la misma causal.

Vigesimoprimero: Que en cuanto a la errónea aplicación de la disposición contenida en la letra a) del artículo
19 de la ley N° 20.00, refiere la defensa de Avilés que el tribunal del fondo ha sostenido que “la actividad de
tráfico era la fuente principal de ingresos de los acusados y que la agrupación tenía por fin la obtención de
utilidades derivadas de estas conductas, además de la disposición indeterminada para cometer delitos,
concurriendo conciencia de pertenecer a un grupo, en el cual había solidaridad y colaboración y en el cual se
solicitaba protección, comunicándose los integrantes en forma permanente entre sí”.

Agrega la defensa que la obtención de ganancia o fin lucrativo no es parte de los requisitos exigidos para
constituir agrupación o reunión de delincuentes, sino que es un elemento propio de cualquier actividad de
tráfico ilícito de drogas. Señala que “para agrupar, se requiere un movimiento de formación, pues el espíritu de
la Ley, en este aspecto, es la creación de algo –menor que la asociación ilícita- y que no corresponda a una
concurrencia natural de personas de una agrupación inherente a una entidad como es la familia y vecindad y lo
cierto es que el fallo recurrido reconoce que efectivamente se dan entre los acusados esta clase de vínculos.
Entonces, más que pertenencia a un grupo, es claramente factible que tanto la solidaridad, colaboración y
protección se manifiesta entre personas con vínculos cercanos y arraigados; lo que nos dirige –por ende- a una
situación constante de comunicación entre las personas relacionadas”.
Expresa a continuación la recurrente que “el concepto de jerarquía juega un papel primordial en este punto, en
cuanto a la diferencia existente entre el delito de asociación ilícita para el tráfico de drogas y la agravante de
agrupación o reunión de delincuentes”.

Más adelante, señala que “el espíritu de pertenencia, solidaridad entre sus miembros y el fin común de obtener
ganancias de “este negocio” (…) no resulta distinto de los comportamientos que tendría una familia cualquiera
y su círculo más cercano, aplicándolo al caso concreto”. Arguye la defensa que discrepa “de la forma como el
Tribunal aborda el tema, dado que se deja constancia (…). No hay cuestionamiento de que los hechos
realizados son delictuales y de que se tenía conocimiento de su naturaleza, pero ello no necesariamente
implica que se desarrollen en el contexto de una agrupación (…)”, todo lo cual lleva a la recurrente a sostener
que no debió aplicarse la agravante en análisis.

Vigesimosegundo: Que en el artículo 19 letra a) de la ley N° 20.000 se ordena aumentar la pena en un grado si
el imputado formó parte de una agrupación o reunión de delincuentes, sin incurrir en el delito de organización
del artículo 16. Esa última disposición, a su vez, en su numeral 1°, impone la condena de presidio mayor en sus
grados medio a máximo, a los que se asociaren u organizaren con el objeto de cometer alguno de los delitos
contemplados en esa ley, sea financiando de cualquier forma, ejerciendo mando o dirección o bien,
planificando el o los delitos que se propongan. En su ordinal 2°, impone la sanción de presidio mayor en sus
grados mínimos a medio a quien suministre vehículos, armas, municiones, instrumentos, alojamientos,
escondite, lugar de reunión o cualquiera otra forma de colaboración para la consecución de los fines de la
organización.

Vigesimotercero: Que, según se consigna en el basamento undécimo del fallo que se revisa, es un hecho
acreditado en la causa (hecho N° 1) -e inamovible para esta Corte- “que una agrupación de sujetos, actuando
de manera organizada y permanente, se coordinaba, por teléfono o personalmente, a fin de adquirir,
transportar, acopiar, dosificar, distribuir y vender a consumidores y a distribuidores, sustancias ilícitas, a saber
clorhidrato de cocaína, cocaína base y cannabis sativa, principalmente en las comunas de San Bernardo u el
Bosque, haciendo de dichas actividades su fuente principal de ingresos. La agrupación, cuyo fin era la
obtención de utilidades derivada de las referidas conductas. Mantenía una estructura y acuerdos, de un nivel
suficiente para lograr su objetivo, presentando además una estabilidad en el tiempo. Los miembros a través de
su actuar denotaban una conciencia de pertenecer a un grupo, en el cual había solidaridad y colaboración,
teniendo cada uno la conciencia de cuáles eran los roles de cada partícipe y por tanto a quién recurrir en
función de los requerimientos –obtener sustancia ilícita, preguntar sobre los precios de venta, solicitar el
traslado de la droga, avisar y pedir instrucciones en caso de allanamientos o detenciones, solicitar protección.-
Asimismo se pudo determinar una permanencia tanto temporal como subjetiva y la voluntad de hacer de la
comercialización de droga su actividad habitual, por lo que sus coordinaciones no estaban determinadas a una
operación específica sino a la comisión constante de un número indeterminado de delitos”.

Vigesimocuarto: Que el tribunal del mérito, en el considerando vigesimosegundo de la sentencia de la


instancia, se refiere latamente a los fundamentos para concluir que los condenados –entre los que se
encuentra Avilés- formaban parte de una agrupación o reunión de delincuentes, en los términos de la letra a)
del artículo 19 de la ley N° 20.000.

A este respecto, la Excma. Corte Suprema (sentencia de 3 de septiembre de 2007, Rol N° 3206-2007) ha
señalado que “para el solo efecto de poner en evidencia la diferencia existente entre la simple agrupación o
reunión de delincuentes, que constituye la agravante contenida en la letra a) del artículo 19 de la ley 20.000, y
el delito especial de asociación u organización del artículo 16, valga decir que, conceptualmente, existe entre
ambas acepciones diferencias no menores”. Agrega que “agrupación o reunión, de acuerdo al diccionario de la
Real Academia de la Lengua Española, corresponde al conjunto de personas o cosas agrupadas, o de personas
reunidas; pero donde lo distintivo y relevante, es el hecho de juntar las personas o cosas, con algún fin. En
cambio, la asociación u organización, conforme se conceptualiza en ese mismo diccionario, responde más que
a la simple conjunción de personas, porque supone la asociación de personas, pero regulada por un conjunto
de normas en función de los fines determinados.
El grupo se forma para un mismo fin”. Asimismo expresa que “de acuerdo a lo ya dicho, es posible sostener
que el hecho que constituye la agravación de responsabilidad es una forma residual de aquel otro hecho que
constituye un delito diverso y especial. La simple agrupación es el género y la asociación es una especie de
aquél, mejorada y estructurada”.

El propio tribunal del mérito, al razonar acerca de esta materia, indica que nuestro máximo tribunal (sentencia
de 7 de mayo de 2012, Rol 2406-2012), añade que “la agrupación constituye un peldaño más complejo en la
participación delictiva que la simple coparticipación, y que cuando la voluntad nace de un modo ocasional y
espontáneo para cometer un hecho específico, sin existir alguna convicción de formar parte o de estar
participando en conjunto, no puede darse por concurrente la agrupación que penaliza el artículo 19 letra a) de
la Ley 20.000”.

Vigesimoquinto: Que, en el caso sub iúdice, se ha podido establecer por el tribunal del fondo –como se indica
en los considerandos undécimo y vigesimosegundo, principalmente- que Luis Avilés y otros imputados que la
sentencia refiere, formaban parte de una agrupación más o menos permanente de sujetos concertados para la
perpetración de un número indeterminado de ilícitos, circunstancia que permite tener por concurrente la
agravante de la letra a) del artículo 19 de la ley N° 20.000.

Vigesimosexto: Que, por otro lado, de los argumentos vertidos por la recurrente en su libelo y en estrado, se
colige que aquélla pretende más bien que esta Corte modifique los hechos que el tribunal a quo ha
establecido en su fallo o realice un nuevo análisis de la prueba rendida, lo que no es posible de realizar,
atendido el motivo de nulidad que ha invocado.

Vigesimoséptimo: Que, por consiguiente, la primera infracción de ley, esgrimida como principal, debe ser
desestimada.

Vigesimoctavo: Que, en subsidio de la anterior, la defensa de Avilés Avilés invoca como infringida la norma del
artículo 11 N° 9 del Código Penal, al desestimar el tribunal a quo “el superior valor de la circunstancia
atenuante”, pues, a su juicio “prestó una colaboración al esclarecimiento de los hechos de una mayor entidad”.

Expresa la recurrente que “la compensación racional de las circunstancias modificatorias no significa una
compensación matemática y que la colaboración prestada por Luis Avilés Avilés es de la trascendencia
requerida para compensar la agravante de reincidencia específica y la norma especial de agravación de pena
del artículo 19 letra a)”. En definitiva, pide que, subsidiariamente, en el evento de estimar la concurrencia de
la agravante del artículo 19 letra a) antes referida, “y entendiendo ya concurrente la agravante del artículo 12
N° 16 del Código Penal; acoger, con un mayor valor la atenuante establecida en el artículo 11 N° 9 del Código
Penal, condenado al efecto a mi defendido a la pena corporal de cinco años y un día de presidio mayor en su
grado mínimo (…)”.

Vigesimonoveno: Que la sentencia en alzada, en el basamento trigésimo tercero, expresa que el encausado
Avilés Avilés “si bien (…) entregó una declaración fundada y concordante con la prueba de cargo, su
colaboración en el esclarecimiento de los hechos data del día en que depuso en el juicio oral, pues cuando se
llevó a cabo el operativo que resultó con la detención de la mayoría de los involucrados, Luis se dio a la fuga y
estando vigente una orden de detención en su contra fue aprehendido más de seis meses después, instancia en
la cual no declaró y cuando, tiempo después concurrió a la fiscalía, su versión de los hechos no fue la misma
que entregó en el juicio, razones para estimar que si bien se configura la atenuante de colaboración sustancial,
ella no tiene la entidad que alega la Defensa, no pudiendo reconocerse como esencial o muy calificada, lo que
se analizará a propósito de la determinación de las penas”.

Posteriormente, en el considerando trigésimo quinto, indican los sentenciadores de primer grado que
comparten “las alegaciones de la letrada Manzo en orden a que no es una compensación matemática, sin
embargo la colaboración prestada por Avilés Avilés no es de la trascendencia para compensar la agravante de
reincidencia específica y además, como lo pretende la Defensa, eliminar la norma especial de agravación de
pena del artículo 19 letra a) (…)”.
Trigésimo: Que de lo expuesto, se desprende que no ha existido la infracción de ley que la recurrente alega,
pues el tribunal a quo ha efectuado la compensación de circunstancias modificatorias de responsabilidad
penal de conformidad con las normas contenidas en los artículos 67, 68 y 69 del Código Penal.

En efecto, ha efectuado una compensación racional de las circunstancias modificatorias, fundamentando de


manera precisa la operación intelectual que ha efectuado, dentro de los márgenes privativos que la propia ley
le otorga y que no pueden ser atacados por esta vía.

Por estas consideraciones y de acuerdo a lo dispuesto, además, en los artículos 372, 376 y 384 del Código
Procesal Penal, SE RECHAZAN los recursos de nulidad intentados por los defensores de los acusados Antonio
Alberto Carrasco Arenas, Antonio Clodomiro Carrasco Bravo y Luis Alfredo Avilés Avilés y, en consecuencia, se
declara que la sentencia definitiva de fecha siete de junio de dos mil quince, dictada por el Tribunal de Juicio
Oral en lo Penal de San Bernardo, no es nula.

Regístrese y comuníquese.

Redacción del Abogado Integrante señor Adelio Misseroni Raddatz.

N° 1123-2015-REF

JURISPRUDENCIA. En un primer tiempo primó un criterio moralista, no era suficiente el no poseer delitos previos. , se
pedía comprobar la conducta y se rendía prueba testimonial, hoy se han dejado de lado estos criterios, desde 1995
basta no poseer antecedentes pretéritos en el extracto de filiación, incluso sin su presentación la defensa alegará que la
persona no puede suponérsele delincuente y que a falta de prueba en contrario debe presumirse su irreprochable
conducta.

La calificación de la conducta : articulo 68 bis. Evidentemente requiere probar una conducta excepcional.
ELIMINACIÓN DE ANTECEDENTES. DECRETO LEY Nº 409 ¿EN QUÉ CONSISTE?

Tienes la posibilidad de eliminar los antecedentes penales mediante un control voluntario que consiste en una firma
mensual.

Plazo:

- Dos años si es la primera condena

- Cinco años si tienes más de una condena

¿Qué requisitos debes poseer?


- Cédula de identidad
- Condena (as) cumplida (as)
- Multas (as) pagada (as)
- Certificado (s) de cumplimiento de condena
- Estudios equivalente a 4° básico

F) ATENUATES VINCULADAS CON LA CONDUCTA POSTERIOR DEL AGENTE:

1.-REPARACIÓN CELOSA DEL MAL CAUSADO.

Debe ser celosa, esto es, importar un esfuerzo personal considerable. Si dicha actitud existe no importa que no se logre
el resultado reparatorio.

No es necesario que la ejecute el propio acusado, puede efectuarla otro por éste, No importa cuales sean las
motivaciones.

La atenuante requiere la consumación del delito, porque si el autor actúa antes de la consumación, estaremos en un
caso de desistimiento, que dará lugar a la impunidad.

Trafico, se anulan sentencia que reconocen esta atenuante en el trafico, pues se estima que tratándose de un delito de
peligro, no existiendo concreción del daño, no existiendo una victima. Segundo periodo, se planteo que no hay norma
que lo prohíba, (fallos minoría)

2.-COLABORACIÓN A ESCLARECIMIENTO DE LOS HECHOS

Atenuante muy controvertida

“El delito tipificado por el inciso final del artículo 97 N°4 del Código Tributario –que es de aquellos que la doctrina
denomina de peligro abstracto y de mera actividad y no de resultado–, sanciona al que maliciosamente confeccione,
venda o facilite a cualquier título, guías de despacho o facturas, notas de débito o de crédito, boletas falsas con o sin el
timbre del Servicio de Impuestos Internos, con el objeto de cometer o posibilitar la comisión de los delitos descritos en
dicho numeral, fue introducida por la Ley 19.738, conocida como la “Ley de Lucha contra la Evasión”, cuyo espíritu no
fue otro que condenar a las personas que cometían fraudes con facturas, esto es, el tráfico de facturas falsas (…) los
elementos del tipo, el verbo rector consiste en confeccionar, vender o facilitar a cualquier título, incluso gratuito”,
sostiene el fallo.

Resolución que agrega: “En cuanto al elemento material, debe tratarse de facturas o de los otros documentos tributarios
que indica, falsos. En lo que respecta al elemento subjetivo la norma se refiere a que el autor cometa o posibilite la
comisión de los delitos de los incisos 1º, 2º y 3º. El sujeto activo puede ser cualquier persona natural, a diferencia de lo
que ocurre en el ilícito tipificado en el inciso segundo en que este tiene que ser contribuyente sujeto a IVA”.

“(…) los informes periciales acompañados en autos –continúa–, rolantes a Fs. 1, 125 y 249, sólo es posible determinar
que el acusado Fuentealba Estobar disminuyó el impuesto a las ventas y servicios que debía ingresar en arcas fiscales,
por cuanto imputaba al débito fiscal IVA un mayor crédito fiscal que se fundaba en facturas material e ideológicamente
falsas (…) al registrar facturas irregulares en su contabilidad, aumentó ficticiamente sus costos y/o gastos operacionales,
disminuyendo con esto la utilidad declarada en arcas fiscales, no pudiendo establecerse que él actuara como
facilitador de algún tipo Además, “la minorante contemplada en el artículo 11 N° 9 del Código Penal, exige por parte del
agente un ánimo de colaboración para esclarecer los hechos materia de la investigación, el cual además, debe reunir la
característica de ser sustancial, esto es, trascendente para alcanzar los fines del proceso: el completo esclarecimiento
del hecho punible y/o la participación. Además, el aporte del imputado debe abarcar situaciones fácticas que, al menos
hasta ese momento, los órganos persecutores no hayan estado en condición de acceder a ellos, por lo tanto no tenían
conocimiento de su existencia (…) en la especie, resulta suficiente para desechar tal atenuante, el propio
reconocimiento efectuado por el sentenciador al analizar la autoría que se le imputó al acusado en la presente
investigación, pues reconoce que éste “niega su participación en los hechos investigados”.

“Lo anterior motivó que ésta tuvo que determinarse teniendo en consideración la demás prueba aportada en el
presente juicio, tales como los dichos de los supuestos proveedores de madera del encartado, los que no reconocen tal
calidad, como asimismo, los peritajes allegados al proceso. Ergo, no corresponde beneficiar al sentenciado con la
atenuante en comento, menos calificarla”,
AGRAVANTES:

Se encuentra discutidas, hay ciertos principios:

1. Exclusión de la analogía.

Puesto que la ley establece taxativamente cuáles son las circunstancias que agravan o atenúan la
responsabilidad penal, no pueden los jueces utilizar el razonamiento analógico para dar cabida a otros hechos,
situaciones o datos, aparte de los que aparecen expresamente contemplados con alguno de esos caracteres. Si
bien este planteamiento concita la adhesión unánime de la doctrina chilena en relación con las agravantes, no
sucede lo mismo en el caso de las atenuantes. Respecto de estas últimas, es opinión mayoritaria la que acepta
el empleo del razonamiento analógico, por considerar que dicha forma de proceder no vulnera el principio de
legalidad. Según nuestra opinión, sin embargo, el empleo de la analogía está proscrito tanto en el caso de las
atenuantes como de las agravantes. Este planteamiento se funda, en primer término, en que el artículo 19 Nº
3, inciso séptimo CPol. dispone expresamente que "ningún delito se castigará con otra pena que la que señale
una ley promulgada con anterioridad a su perpetración [...]", y al referirse a la sanción penal, lo hace de un
modo genérico, es decir, referido no sólo al marco penal que la ley prevé para cada delito, sino también a la
pena que efectivamente resulte de aplicar los procedimientos que la propia legislación contempla para su
determinación en cada caso concreto. Por otra parte, los artículos 6º y 7º CPol., al establecer el principio de
legalidad referido a las actuaciones de los órganos del Estado, disponen que éstos sólo pueden ejecutar
aquellas acciones que una ley hubiere autorizado expresamente, y en el caso de la determinación de la
responsabilidad penal, no existe ningún precepto legal que faculte a los jueces para considerar otros criterios
de individualización aparte de los que taxativamente enumera el Código Penal.

2. Obligatoriedad en cuanto a la apreciación de las circunstancias.

Del simple tenor de los artículos 62 y siguientes CP. -especialmente, por los términos imperativos en que
aparecen redactadas estas disposiciones- se desprende con toda claridad que la apreciación de las
circunstancias no constituye una facultad de los jueces, sino una verdadera obligación Es efectivo que el
principio de obligatoriedad posee el alcance de constreñir al juez a que conceda efecto agravatorio o
atenuatorio a las circunstancias cuya configuración conste en el proceso; es decir, a aquellas respecto de las
cuales concurra la totalidad de los presupuestos exigidos en la descripción legal. Con todo, la apreciación de
las circunstancias no es en modo alguno un proceso mecánico o de simple constatación de hechos objetivos. El
supone, por cierto, la acreditación de la base fáctica de cada figura circunstancial, como así también del
conocimiento con que ha de actuar el agente, en aquellos casos en que la ley formula una exigencia en tal
sentido. Pero supone también la constatación de los fundamentos que inspiran el efecto atenuatorio o
agravatorio de la responsabilidad penal

Así como la existencia de responsabilidad penal sólo puede afirmarse una vez constatados sus presupuestos -
delito y punibilidad-, los cuales, a su vez, constituyen la forma de expresión de su triple fundamentación
valorativa -sustrato objetivo, sustrato subjetivo y necesidad de pena-; el efecto modificatorio de una
determinada circunstancia también ha de suponer que concurran los fundamentos que justifican dicho efecto.
Si así no fuera querría decir que principios como el de responsabilidad por el hecho, de lesividad, de necesidad
de pena e, incluso la propia exigencia de culpabilidad, quedarían sencillamente desvirtuados en el proceso de
individualización del castigo. De ahí que por mucho que en un caso concreto concurra la totalidad de lo
exigido en una figura de atenuación o agravación, no podemos dar por concurrente la circunstancia respectiva
si no se comprueba que efectivamente se da su fundamento específico, entendiendo por tal no sólo el ámbito
en el cual se dan las razones que justifican el trato agravatorio o atenuante (mayor o menor intensidad del
desvalor de acción, mayor o menor intensidad del desvalor de resultado, mayor o menor intensidad de la
necesidad de aplicar la pena), sino la causa concreta que sirve de base a aquellos afectos. Así, por ejemplo, no
bastará con afirmar una culpabilidad disminuida, porque ello puede provenir tanto de la reducción de la
imputabilidad como de la exigibilidad de otra conducta.
3. Incomunicabilidad de las circunstancias personales.

Puesto que el juez, en principio, está obligado a conceder efecto agravatorio o atenuatorio a cada una de las
circunstancias que concurran en un caso concreto, el legislador ha debido establecer, en el artículo 64 inciso
primero CP., la regla de la incomunicabilidad de aquellas que ostenten un carácter estrictamente personal.
Como se sabe, de conformidad con este principio, en caso de intervenir dos o más personas en la ejecución de
un mismo hecho delictivo, las circunstancias de índole personal que concurrieren sólo pueden ser aplicadas
respecto de aquellos autores o partícipes en quienes se dieren los hechos constitutivos de las mismas. Aunque
la ley no define lo que debemos entender por circunstancia de orden personal, puede estimarse por tal,
cualquier hecho, situación o dato que sólo afecte a un individuo determinado. La norma anteriormente citada
ofrece dos ejemplos de esta clase de antecedentes circunstanciales: la disposición moral del delincuente
(expresión ésta que puede vincularse al dolo, tanto en su faz volitiva como cognoscitiva; a cualquier otra
intencionalidad e, incluso, a las motivaciones) y las relaciones particulares entre el ofendido y el ofensor. Tales
ejemplos, sin embargo, en modo alguno han de entenderse como limitativos del alcance que corresponde
atribuir al vocablo personal utilizado por el artículo 64 inciso 1° CP.

4. Inherencia de las circunstancias agravantes.

También como expresión de la obligatoriedad en cuanto a la apreciación de las circunstancias, el juez en


principio debería conceder efecto a cualquier hecho templado como atenuante o agravante, por mucho que
su verificación fuera imprescindible para la ejecución del delito. De ahí que el artículo 63 CP., inciso segundo,
contemple, exclusivamente para el caso de las agravantes, que éstas no han de ser consideradas como tales,
cuando consistan en un hecho sin cuya concurrencia aquél no hubiera podido cometerse.

AGRAVANTES: Son circunstancias agravantes: Enumeración muy criticada.

1.° Cometer el delito contra las personas con alevosía, entendiéndose que la hay cuando se obra a traición o
sobre segur

2.° Cometerlo mediante precio, recompensa o promesa.

3.° Ejecutar el delito por medio de inundación, incendio, veneno u otro artificio que pueda ocasionar grandes
estragos o dañar a otras personas.

4.° Aumentar deliberadamente el mal del delito causando otros males innecesarios para su ejecución.

5.° En los delitos contra las personas, obrar con premeditación conocida o emplear astucia, fraude o disfraz.

6.° Abusar el delincuente de la superioridad de su sexo o de sus fuerzas, en términos que el ofendido no
pudiera defenderse con probabilidades de repeler la ofensa.

7.° Cometer el delito con abuso de confianza.

8.° Prevalerse del carácter público que tenga el culpable.

9.° Emplear medios o hacer que concurran circunstancias que añadan la ignominia a los efectos propios del
hecho.

10.° Cometer el delito con ocasión de incendio, naufragio, sedición, tumulto o conmoción popular u otra
calamidad o desgracia.

11.° Ejecutarlo con auxilio de gente armada o de personas que aseguren o proporcionen la impunidad.

12.° Ejecutarlo de noche o en despoblado. El tribunal tomará o no en consideración esta circunstancia, según
la naturaleza y accidentes del delito.
13.° Ejecutarlo en desprecio o con ofensa de la autoridad pública o en el lugar en que se halle ejerciendo sus
funciones.

14.° Cometer el delito mientras cumplo una condena o después de haberla quebrantado y dentro del plazo en
que puede ser castigado por el quebrantamiento.

15.° Haber sido condenado el culpable anteriormente por delitos a que la ley señale igual o mayor pena.

16 ª Haber sido condenado el culpable anteriormente por delito de la misma especie.

17.° Cometer el delito en lugar destinado al ejercicio de un culto permitido en la República.

18.° Ejecutar el hecho con ofensa o desprecio del respeto que por la dignidad, autoridad, edad o sexo
mereciere el ofendido, o en su morada, cuando él no haya provocado el suceso.

19.° Ejecutarlo por medio de fractura o escalamiento de lugar cerrado.

20.° Ejecutarlo portando armas de aquellas referidas en el artículo 132.

21ª. Cometer el delito o participar en él motivado por la ideología, opinión política, religión o creencias de la
víctima; la nación, raza, etnia o grupo social a que pertenezca; su sexo, orientación sexual, identidad de
género, edad, filiación, apariencia personal o la enfermedad o discapacidad que padezca.
CLASIFICACIÓN: AGRAVANTES

A) GENÉRICAS PERSONALES: estas se refieren a las condiciones o actitudes del sujeto activo, y las
clasificamos de la siguiente manera:

La premeditación. 12 N°51) La premeditación: art 12n°5: 5a. En los delitos contra las personas, obrar con
premeditación conocida o emplear astucia, fraude o disfraz.

La premeditación no está definida en el código penal, según la real academia española es “pensar antes”.
Como el código es tan vago, para poder entenderla se han estipulado durante la historia del derecho penal 3
teorías:

1. Cronológica: dice que hay que pensar un determinado tiempo. ¿pero cuanto es ese tiempo determinado?.
Esa es la mayor critica.

2. Psicológica o del ánimo: teoría de Francesco Carrara; nos dice que no puede pasar a llevar a la anterior ya
que se debe pensar un determinado tiempo, pero lo importante es pensarlo con un ánimo “frio y tranquilo”.

3. Teoría de la persistencia o ideológica: esta persona piensa cometerlo, y tiene el ánimo, pero también lo
intenta hasta conseguirlo.

Actualmente a la premeditación se la remplaza con un concepto más amplio, los llamados móviles bajos o
abyectos.

La ley nos dice “premeditación conocida” significa; que no puede presumirse y que debe estar firmemente
establecida en el proceso, es decir, comúnmente conocida absolutamente lo que quería realizar.

B)PREVALERSE DEL CARÁCTER PÚBLICO DEL CULPABLE: 12n° 8 consiste en que el delincuente aprovecha su
carácter público para realizar el delito, o para ejecutarlo en mejores condiciones, o procurar su impunidad. Por
ejemplo un asalto realizado por carabineros, no confundir con los delitos propios de los funcionarios públicos
en el desempeño de sus cargos.

Cometer el delito con abuso de confianza:


12 n°7: confianza es igual a una actitud de fé que se deposita en una persona, ya sea, por lazos familiares,
trabajo, relaciones económicas, etc. Ejemplo te prestan una casa y la desvalijas. Ojo no confundir esta
agravante cuando sucede el delito que se llama apropiación indebida que esta estipulado en el art. 470 n°1, ni
con los hurtos calificados que se encuentran establecidos en el art.447.

La reincidencia Es una agravante muy discutida porque para un cierto sector estaría vulnerando el
principio de igualdad, la moderna tendencia insiste en su eliminación por los modernos principios
inspiradores del sistema.
Fundamento actual, es el de los clásicos, evidencia la peligrosidad, la sanción no fue suficiente. Hay
una mayor peligrosidad.
Tipos impropia articulo 12 N°14, propia genérica 12 N°15 y propia especifica 12 N°16.

 La impropia, 12 N°14, se debe relacionar con el articulo 91 y las posibilidades de aplicar.

 La propia genérica, requiere con la modificación solo de condena, no de castigo, y de delitoS

 La propia específica, de delito.


ARTICULO 104, PRESCRIPCIÓN DE LA REINCIDENCIA.

Hay reincidencia cuando el sujeto ha sido condenado por uno o más delitos y comete con posterioridad otro u
otro delitos. La reincidencia requiere necesariamente sentencia condenatoria y ello es lo que la diferencia de
lo que se llama concurso real delitos o reiteración de delitos. Ya que en la reiteración de delitos no hay
sentencia.

No confundir reincidencia con reiteración: Una es aquella en que se delinque varias veces antes de la
sentencia (reiteración) y la otra se vuelve a delinquir después de ser sentenciado; la reincidencia. Solo la
reincidencia es agravante.

III.- Circunstancias agravantes objetivas:

1.- Precio, promesa o recompensa

2.-medios catastróficos

3.-astcia, fraude o disfraz

4.- Superioridad de sexo o fuerza

5.- Añadir Ignomia

6.- calamidad o desgracia

7.- Auxilio de gente armada

8.- de noche o despoblado

9.-desprecio u ofensa de autoridad

10. lugar ejercicio de un culto

11. con ofensa o desprecio al respeto debido

12. con fractura o escalamiento

13.- Portando armas

III.- Agravantes subjetivas-objetivas (comprendidas 72 N°2; 12 N°1(alevosía) 12 N°4 (ensañamiento)

 Prevalerse de un menor de edad

 Alevosía

 Ensañamiento

IV.- Circunstancias modificatorias mixtas.

a) El parentesco: se requiere algúno de los parentescos que se indican o las relaciones que se señalan. Y
se debe conocer la existencia del vinculo.

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