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MANIFIESTO

Estamos en un mundo en el que la comunicación se está perdiendo, se generan otras formas


de relacionarse y el contacto con el otro se ve mermado. Nos estamos resignificando como
sociedad y junto con ella el teatro. Nos estamos olvidando que el teatro es un arte vivo, un
arte de convivio, un espacio para el otro. Nos estamos olvidando del presente, de lo que
somos y de lo que vivimos.

Somos seres ensimismados, proyectándonos en el futuro, olvidando nuestro pasado y


cometiendo los mismos errores en el presente. Como creadores nos vemos obligados a
mirar todas las aristas de nuestro panorama actual. Nos vemos obligados a estar
comprometidos con lo que vivimos, con nuestras acciones día a día y con lo que sentimos.
No huir hacía los lugares vacíos. Nos vemos obligados a ser generosos y honestos con lo
que nos provoca la realidad. Eso es lo que nos lleva a accionar.

Nos revelamos.

Buscamos regresar a la parte primigenia de la comunicación humana, estar presente con el


otro en todos nuestros sentidos.

Nos revelamos contra las formulas baratas de la creación, contra los vestigios del teatro,
contra los falsos ídolos, contra el vacío, contra la espectacularidad sin sentido, contra la
comunidad de la academia, contra la élite teatral, contra el egocentrismo creador.

Un pinche estancamiento hijo de puta en el que el teatro está sumido desde hace ya varios
años.

El teatro se volvió una imagen muerta de lo que somos. Somos reflejo de la sociedad, el
arte responde a las necesidades expresivas. Imágenes muertas, teatro muerto y vacío, un
ciclo repetitivo que nos aleja del otro.

Como creadores estamos hastiados de las prioridades vanas* y triviales*. ¿Cuál es la


pertinencia de hacer teatro en esta época? Nos vemos obligados a ser generosos y
honestos con lo que nos provoca la realidad. Eso es lo que nos lleva a accionar, esta es
nuestra forma y nuestro fondo*./ ¿Para qué la espectacularidad por espectacularidad?
Basta de entretener los ojos y el gusto. Basta de ocupar “actores” para traer público que
se va vacío del teatro. Basta de articular para satisfacer el gusto propio, el gusto del
gremio. / Adiós al yoísmo. Basta de caprichos que sólo fragmentan.

7 Exigimos. Como creadores, como teatreros, como personas que hablan desde las
vísceras, exigimos honestidad, escucha. ¡Fuera los egos, fuera los temas individuales y
egocéntricos! Exigimos un teatro que se acerque a lo que somos y no a lo que pretendemos
ser. Exigimos un teatro que hable de nosotros, sin tabúes, sin prejuicios, sin adorno.
Exigimos dar, dar antes que recibir. Nos queremos en el teatro, ¡vivos y verdaderos!
Exigimos la prioridad de la obra, exigimos desvivirnos por ello.*

8 Nuestra propia verdad se vuelve regla, regla inquebrantable. Estamos cansados de tanta
articulación que atiende los ideales, los estándares, a la adulación propia. ¡Queremos
hablar de nosotros! Hablar de lo que nos conmueve, lo que nos toca y de lo que es
necesario hablar. Nuestra verdad surge de nuestra necesidad*, la honestidad es un recurso
que le permite salir y empaparnos, empapar a quien lo necesita.

Se tiene que lograr comunicar algo y se tiene que hacer lo que sea para lograrlo. Ninguna
parafernalia en contra o mayor al contenido, siempre es en pro de lo que se quiere decir.
No hay jerarquías en quienes hacen la obra todos, tienen la misma responsabilidad de
hacer y de crear. Todos los que colaboren en la obra tienen que estar por capacidad y
funcionalidad. No drama más que en la escena.

Condenamos trabajar para el ego y no para la obra. Condenamos la fragmentación,


condenamos la segregación del público. ¡Basta de teatro para el teatro! Basta de la
fragmentación de la obra, de su contenido, de su forma, de su adorno, de sus creadores.

Bienvenidas todas las verdades propias para la creación. Creemos en la verdad, la libertad
pero sobre todas las cosas, lo humano.

Bienvenidos todos aquellos que se sumergen al lodo en busca de la necesidad.

Bienvenidas todas las propuestas llenas de mensaje, llenas de una verdadera necesidad de
compartir.

Bienvenidas las nuevas perspectivas, nuevas miradas.

Bienvenidas aquellas personas que se encuentren en academias estudiando, podrán venir a


poner en práctica sus lineamientos y desaprenderlos para hacer realmente teatro.

Bienvenida la espectacularidad que apoye el discurso de la obra, que la envuelva en


sentido y la haga parte del otro.

Queremos hablar de nosotros, hablar sobre lo que es necesario hablar. No queremos


cambiar mentes, no queremos salvar vidas, queremos hablar de lo necesario. Hablar por
medio de nuestro quehacer teatral, ese es nuestro objetivo. No planeamos resolver las
problemáticas en las que estamos sumidos, sólo queremos hacerlas visibles. Este teatro
regresara a las personas al TEATRO porque tiene algo que decir sin mayor decoración o
despilfarro en sólo captar la vista del espectador, sin hacerle sentir y recordar que es
humano. Regresará el teatro vivo y eso será a partir de las creaciones artísticas con este
movimiento.

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