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DISCURSO DEL 12 DE OCTUBRE

Autoridades presentes, alumnos, público en general.

El 12 de octubre de 1492 a las 02:00 de la mañana, Rodrigo de Triana divisó por


primera vez, desde el carajo tierras americanas, por dicha hazaña la corona española le
otorgaría 10.000 meravies, pero la suculenta recompensa no se la quedaría un mocoso
que tenía arena en los ojos, seria endosada para Cristóbal Colon.
¿Por qué empezar así un discurso? Porque la historia del descubrimiento como solemos
aprender en las escuelas, dista mucha de la verdad, comenzó con engaños antes de pisar
el suelo.
Es preciso analizar críticamente los hechos de antaño, donde se callaron las voces de los
pueblos originarios de esta tierra. Es hora de aprender nuestros orígenes y respetar
nuestra diversidad, es tiempo de saber que América antes del nombre impuesto se
llamaba Abya Ayala que significa tierra en madurez. Que nuestros hombres de pieles
coloradas curtidas por el sol, no se creían el truco de los espejos y cuentas de vidrios,
Caonabo del Taino de Maguana en el Caribe fue el primero que le hizo frente a Colon
en la actual Haití. O la historia de Lautaro, el joven mapuche que aprendió las
estrategias españolas para vencer a Valdivia derrotándolo con su propio juego.
Existen miles de críticas al estilo de vida y creencias de los pueblos americanos, pero
eso no justifica las muertes, las torturas y la esclavitud.
Los tiempos cambian, los hechos ya están en el pasado, pero no deben olvidarse porque
la misma siempre se repite. Hoy somos América y aun intentamos madurar, nuestro
pueblo es diverso y amplio al igual que las latitudes de esta tierra, sin embargo
seguimos escuchando los calificativos: mulatos, negros, indios, mestizos, cabecita,
gaucho, judío, chino, groncho, paragua, bolita, yorugua, y POBRE; aún existe una
fuerte negación de la diversidad, y faltan otros que no nombrare por el valor despectivo.
El flagelo sigue igual en América como lo fue al principio de la conquista, todo
producto del engaño original, marginando a todos aquellos que somos diferentes, que no
encajamos en el estándar social de perfección.
En este día quiero recordarles que todos somos hombres, que esta palabra desde un
principio integra a varones y mujeres por igual, nadie es superior a otro.
Tenemos la obligación moral de llevar adelante la bandera de la igualdad, que solo se
logrará con educación, y educar no es enseñar, se educa en la casa, es ahí donde
empieza el cambio para aceptar que todos somos iguales, somos personas, diferentes en
nuestras particularidades, pero al fin y al cabo somos humanos, sin importa el color de
piel, credo o pensamiento. Dejemos atrás la idea impuesta que el europeo es superior a
los demás, debemos ser el espejo de nuestras actitudes que denoten el respeto por los
demás. Aprendamos de las demás culturas y que la historia no se repita.
Que la tierra solo es tierra, todos estamos de visita, solo estamos de paso, recorremos
los mismos caminos. Desde que nacemos hasta nuestros últimos días. Que este paso no
sea en vano y dejemos algo para la posteridad, el respeto por la diversidad y no la
violencia heredada. Muchas gracias.

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