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Teología Pastoral
David Eduardo Lara Corredor
José Luis Meza Rueda
María del Socorro Vivas Albán
Oscar Albeiro Arango Alzate
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TABLA DE CONTENIDO
Capítulo I
TEOLOGÍA PASTORAL O LA FUNDAMENTACIÓN
EPISTEMOLÓGICA DE LA PASTORAL DESDE LA ACCION 7
David Eduardo Lara Corredor
Capitulo II
TEOLOGÍA PASTORAL
Una comprensión de la teología práctica como disciplina
m ediadora de la teología en cuanto ciencia 17
José Luis Meza Rueda
Capítulo III
APROXIMACIÓN EPISTEMOLÓGICA A LA TEOLOGÍA
PASTORAL 35
O scar Arango, David Lara y Socorro Vivas
Capítulo IV
EL ESPÍRITU SANTO NOS HACE CARISMA PARA LA MISIÓN 83
O scar Arango y David Lara
Capítulo V
ARQUEOLOGÍA DE LA ACCIÓN PASTORAL 91
David Eduardo Lara Corredor
BIBLIOGRAFIA 115
Capítulo I
TEOLOGIA PASTORAL O LA FUNDAMENTACIÓN
EPISTEMOLÓGICA DE LA PASTORAL DESDE LA ACCIÓN
1. A m anera de Introducción
2 [...] la teología es la audición de la revelación que Dios hace de sí mismo, conforme a su libre designio, por
medio de la palabra. RAHNER, Kart. E l Oyente de la Palabra. Barcelona, Editorial Herder, 1977, p. 21-22.
3 Las ciencias de las Sagradas Escrituras estudian el sentido y el significado histórico, cultural, tradicional,
semántico, gramatical y literario de la Biblia en cuanto tal. PARRA, Alberto. Fundamentadon teórica de las
Maestrías. Material fotocopiado, texto borrador, 2006.
4 Acercamiento metódico y analítico al testimonio histórico de la revelación de Dios consignado en la Biblia [...]
asume la Biblia como la materia primera en la que se oye y se elabora el propósito revelador de Dios, el sentido de
su revelación, la finalidad y los imperativos prácticos de su locución. Ibidem
7
comprensión de la dinámica de la Palabra de Dios y de la fe eclesial
en la dialéctica hum ana, que se da en la producción de la teología
sistem ática, y en cada uno de su s énfasis temáticos.
5 JUAN XXIII. Pacem in terris. Bogotá, suplemento de la revista de las Fuerzas Armadas, junio de 1963, p. 9. En
la página 17 los enuncia como signos de los tiempos
6 CONCILIO VATICANO II. Constitución Dei Verbum, 2. La significación particular del acontecer de Dios en la
historia a través de los signos de los tiempos lo recalca el Concilio en Gaudium et Spes 4a, 1 Ia, 44 b;
Presbyterorum Ordinis 9b; Unitatis Redintegratio 4a y Apostolicam Actuositatem 14c.
7 La teología pastoral o práctica tiene un halo de sospecha frente a la cientificidad de la teología sistemática y la
teología bíblica. Mejor aún, existe un imaginario que la presenta como una disciplina de segundo orden. MEZA
RUEDA, José Luis. Teología pastoral. Una comprensión de la teología práctica como disciplina mediadora de la
teología en cuanto ciencia. Artículo publicado en THEOLOGICA XAVERIANA. No. 142. Abril-Junio 2002.
Año 52/2, pp. 257-275.
8
ae dirigens?. É sta nueva beta de investigación y de reflexión critica, es
decir, de investigación teológica, permite desde la acción m ism a de la
iglesia, como mediación, comprender la revelación o el acontecer de
Dios en la historia de la hum anidad9.
9 [...] Ser ella interpretación de los hechos de la historia en el horizonte de la Palabra, y de la Palabra en el
horizonte de los hechos de la historia, en una dinámica que permite la comprensión permanente de la Palabra de
Dios y de la fe eclesial en la dialéctica humana del suceder y del pensar. PARRA, Alberto. Op. Cit
10 Ibidem, p. 2.
11 Ibidem
9
1° ρ<Μζ LuvojO i
13 GONZALEZ-CARVAJAL, Luis. Los signos de los tiempos. El Reino de Dios está entre nosotros. Santander,
Editorial Sal Terrea, 1987, p. 26.
15 La teología viene “después”; no engendra la pastoral, es más bien reflexión sobre ella, debe encontrar en ella la
presencia del espíritu que inspira el actuar de la comunidad cristiana. GUTIERREZ, Gustavo. Líneas pastorales
de la Iglesia en América Latina. Análisis teológico. Centro de Estudios y Publicaciones CEP, Lima, 1983. p. 11.
10
instrum ental teórico de dicho análisis, la elaboración de la teología de
la acción a la luz de la tradición y de la fe y la recomposición y
planificación de esa m ism a acción en los términos de la palabra de
Dios y de la razonabilidad de la fe”17. El análisis de la realidad,
anterior a la reflexión teológica, exige u n a teoría o u n instrum ento de
análisis, por ello la mediación de las ciencias sociales como forma
científica de aproximarse a la realidad será asum ida con sentido
instrum ental.
18 TAMAYO, Juan José. Las teologías de Abya-Yala valoración desde la teología sistemática. En Revista Pasos
No. 109 (septiembre-octubre). San José, DEI, 2003, p. 12.
19 Ibidem, p, 2
20 Una teología, por relevante que sea su función, no es sino un medio para profundizar en la caridad y la fe, es
una hermenéutica de la esperanza vivida como un don del Señor. De eso se trata, en efecto, de proclamar la
esperanza al mundo en el momento que vivimos como Iglesia. GUTIERREZ, Gustavo. Una teología de la
liberación en el contexto del tercer Milenio. En E l futuro de la reflexión teológica en América Latina. Colección
Documentos CELAM No. 141. Santafe de Bogota, 1996, p. 107
21 SOBRINO, Jon. Liberación con espíritu. Apuntes para una nueva espiritualidad. San Salvador: UCA Editores,
segunda edición, 1994., p. 10.
22 La verdad genérica sobre la vida espiritual no se hace real si no se historiza. Y para historizarla es necesario que
lo que hay de eterna verdad en la importancia y necesidad de la vida espiritual surja siempre de nuevo desde una
determinada situación histórica, que la vida espiritual se muestre eficaz para vivir como cristianos y, en último
término, que la vida espiritual sea eficaz para transformar la realidad secular circundante en la dirección del reino
11
1.2 La com prensión de la acción
Los únicos capaces de acción son los sujetos hum anos, de allí su ser
responsables, es decir, su capacidad d e ^ da r lar z ó n de su proceder, de
su actuar, de su desarrollar u n a actividad en el m undo circundante, a
diferencia de su pensamiento, aunque toda acción implique u n
pensamiento. Si este acontecer de la acción h um ana recae sobre la
naturaleza allí mismo esa naturaleza se convierte en locus revelatorio,
y en ella, teológicamente se puede relacionar con la acción revelatoria
de Dios en la naturaleza, principio creación. En la acción de Dios, Dios
mismo se revela, se vehicula, se hace visible, se mediatiza, se
actualiza como Palabra creadora, como Logos encarnado.
de Dios. Ibidem.
23 RICOEUR, Paul. Hermenéutica y acción. Buenos Aires, Editorial Docencia, 1985, p. 47.
24 Ibidem, p. 48
12
mism a posee características propias de la acción y del discurso, por
cuanto la acción -como el discurso- retrotrae al sujeto que la realiza -
a quien lo pronuncia-, convirtiendo la m ism a acción -el discurso- en
u n haz de indicadores que lo autorreferencia25. Así la acción se
incorpora a la m isma naturaleza del mundo como del sujeto, por ello
la acción revela a la naturaleza y revela al sujeto.
25 Ibidem.
27 Ibidem
13
la condición de u n tipo de objetivación que es equivalente a la fijación
de u n discurso por la escritura”29.
29 [...] la propia acción, la acción como significativa, se puede convertir en un objeto de la ciencia sin perder su
carácter de significatividad, gracias a un tipo de observación similar a la fijación que se produce en la escritura.
Mediante esta objetivación, la acción ya no es una transacción a la cual aún pertenecería al discurso de la acción.
Constituye un diseño delineado, que debe ser interpretado de acuerdo con sus conexiones internas. Ibidem, p. 54
30 Ibidem, p. 55
31 Ibidem, p. 54-60
14
tiempo social, los hechos hum anos se vuelven “instituciones”
signos de los tiempos.
32 Ibidem, p. 60-73
15
Capítulo II
TEOLOGIA PASTORAL
Una com prensión de la teología práctica com o disciplina
m ediadora de la teología en cuanto cien cia
17
pero al mismo tiempo, trascendente. Don de Dios, pero tam bién tarea
hum ana; espiritual pero abarcando todas las realidades hum anas.
41 RAMOS, Julio. Teología pastoral. Colección sapientia fidei. Madrid: BAC. 1995, p. 7
42 Ibidem, p. 9 ss
19
I o. Nivel de la pastoral fundamental. Es el que se pregunta por la
misma acción en sí m isma considerada. La Iglesia puede y debe
preguntarse qué hace y de qué m anera se manifiesta en la acción su
propio ser.
45 PRAT I PONS, R. Compartir la alegría de la fe : sugerencias p ara una teología pastoral. Citado por RAMOS.
Ibidem, p. 16
20
Ahora bien, si la teología pastoral hunde su s raíces en el dato
revelado, hemos de suponer que tiene unos fundam entos bíblicos46
que ponen en evidencia el significado de lo pastoral. Al respecto el AT
recuerda la imagen de “pastor” cuando: ilustra la historia de Israel
desde el amor que Dios le h a tenido; designa a los servidores de Dios
que están a la cabeza del pueblo; deja el nombre de pastor para la
situación que h a de venir “os daré pastores según mi corazón” (Jr.
3,15). De otra parte en el NT se señala que J e sú s es el pastor
esperado porque la situación que él encuentra es la del rebaño sin
pastor, él mismo se presenta como el buen pastor anunciado por los
profetas, y él mismo eligió a unos y los llamó pastores. En el mismo
NT encontram os que la prim era com unidad cristiana tiene unos
presupuestos reflexivos sobre los que se construye su acción y las
características que la definen como u n a acción pastoral: es u n a
acción derivada de la relación con el Señor Je sú s, no propia (fruto de
la economía salvifica de toda la Trinidad); tiene como elementos
constitutivos el anuncio del evangelio, el cambio de vida y la recepción
de los sacram entos; crea u n a com unidad con rasgos y características
propios, signos de su identidad; entra en contacto con los distintos
hom bres y tiempos evolucionando según las exigencias de la
evangelización; y está en estrecha relación con la teología y con el
magisterio47.
46 Ibidem, p. 18-21
49 FLORISTÁN, C. Teología práctica: Teoría y praxis de la acción pastoral. Salamanca: Sígueme. 1 9 9 3 ,p. 31 ss
21
partir de la pascua y según los relatos de los evangelios donde queda
claro que Je sú s no fue u n sacerdote del templo, ni u n escriba; Je sú s
fue u n profeta del Reino. La praxis de Je sú s tiene unos elementos
esenciales: el reinado (centro del mensaje y de la actividad de Jesús),
los discípulos (con quienes formó fraternidad y quienes tenían la tarea
de m isionar en su nombre) y Dios (el Abba Padre).
51 Ibiem, p. 20-21
22
1
• En 1777 comienza la enseñanza de la teología pastoral como
m ateria autónom a en la universidad alem ana.
• Aparte de lo señalado arriba de la Escuela de Tubinga y
Graf, estos hacen u n aporte en cuanto a la representación
com unitaria y dinám ica de la Iglesia que se construye a
p artir de la encam ación.
• En el siglo XX la teología carism ática y la escuela
kerigmática de Innsbruck hacen u n a protesta contra u n a
teología racionalista e intelectualista y, de otra parte,
tuvieron el intento de construir, al lado de la teología
escolática, u n a teología predicable al servicio del anuncio de
la fe.
• El Concilio Vaticano II hace el tránsito de u n a pastoral de
cristiandad estática a u n a pastoral de p ara u n a Iglesia en
movimiento. Nace u n a elaboración de la teología pastoral en
donde hay u n a definición del ministerio en u n a línea m ás
pastoral que sacerdotal, u n reconocimiento de los
ministerios y de los carism as, u n a aproximación a la
revelación cristiana m ás como acontecimiento que como
magisterio y u n a nueva conjunción Iglesia-mundo. Ramos54
hace u n detallado análisis de la Constitución pastoral
Gaudium et Spes del Vaticano II para tener u n a mejor
comprensión de la teología pastoral actual.
23
D urante mucho tiempo la teología pastoral fue considerada (aunque
hoy por hoy aú n se encuentra dicha mentalidad) como u n a
especialidad de segundo orden. Se concebía como u n medio de
vulgarización de los datos adquiridos en otras disciplinas que
em pleaban métodos “rigurosos”. Por eso, su concepción como teología
práctica entendida ella como u n a disciplina que debía preparar a los
pastores para la práctica cotidiana de su ministerio y que debía
integrar conocimientos de otras disciplinas. Este sentido llevaba a que
los sujetos vieran en la teología pastoral como u n a saber intuitivo
dejado a la suerte de cada quien y al sentido com ún dentro de
contextos determ inados, tratando eso sí de salvaguardar la sana
doctrina.
57 Ibidem, p.40
58 Ibidem, p. 57
24
designio de Dios sobre el mundo, tal como él lo concibe en su
eternidad y lo realiza en la economía histórica y fáctica de la vida de
los hombres.
25
naturaleza h u m an a (en el plano individual y comunitario) podrá
m anifestar sacram entalm ente la comunión personal con le Padre por
la persona del Hijo, en el Espíritu Santo”60.
60 Ibdem, p. 132
61 ELLACURIA, Hacia una fundamentaciön filosófica del método teológico latinoamericano. En RUIZ (ed),
Liberación y cautiverio. Debates en torno al método de la teología en América latina. México. 1975, p 609
26
• Método inductivo de la revisión de vida63: Asumió los tres
momentos de la revisión de vida de la Ju v en tu d Obrera
Católica como ver, juzgar y actuar o, de otra forma,
examinar, com prender y elaborar. Su dialéctica es: de lo
visible y concreto, formado por hechos de vida, se pasa a lo
invisible concreto, lo de Dios, que obra en la realidad de
acuerdo con u n proyecto de creación y de salvación, para
term inar desembocando en la vivencia concreta del
compromiso apostólico64.
64 El método de la teología de la liberación tiene tres momentos similares: la mediación socioanalítica que
contempla el lado del mundo del oprimido, la mediación hermenéutica que contempla el lado del mundo de Dios
procurando ver cuál es el plan divino en relación con el pobre y la mediación práctica que contempla el lado de la
acción tratando de descubrir las líneas operativas para superar la opresión de acuerdo con el plan de Dios.
27
6. RAICES ECLESIOLOGICAS DE LA TEOLOGÍA PASTORAL
RAICES
ECLESIOLOGICAS DE
LA TEOLOGÍA
PASTORAL
El Reino tiene u n nuevo abordaje por parte del Vaticano II. Hay que
distinguir claram ente entre la Iglesia y aquello que es significado
sacram entalm ente por ella. La Iglesia significa la salvación definitiva y
total del hombre y del mundo que se ha manifestado en Cristo y que
70 Ibidem, p. 87
29
será realidad plena y gozosa para todos en el Reino de Dios. Eso
implica la distinción entre significante y significado, entre Iglesia y
Reino de Dios a cuyo servicio está la Iglesia. Entonces, si la Iglesia no
es el Reino, cam ina hacia él; la Iglesia, pueblo de Dios, está en
camino, es u n recorrer inacabado.
31
pensar la Iglesia como el todo, en u n universal que no es capaz de leer
realidades concretas, cayendo en u n centralismo que pretende dirigir
y anim ar a distancia. Construir com unidad es u n reto y u n paso
obligado para llegar al Reino. De igual m anera que lo hemos dicho
para la eclesiología, también existen modelos de com unidad que
deben ser reflexionados para saber por cuál se apuesta.
8. A MANERA DE CONCLUSION
72 Ibidem, p. 264ss
32
concepción que h a permanecido en u n grupo significativo de la
academ ia y de la Iglesia. Por eso, concientes de la tensión existente
entre teología pastoral como ciencia vs teología pastoral como disciplina
de segundo orden, habría que ahondar sobre dicho imaginario
planteando como interrogante ¿Cuál es la concepción de teología
pastoral que, en líneas generales, se encuentra en los teólogos y /o
pastores?
Por último, y tal vez sería lo primero, habiendo dicho que la teología
pastoral tiene u n marco general dado por el modelo de Iglesia que
alim enta y fundam enta todas las acciones que ocurren, es
conveniente tener en cuenta que la teoría eclesial está en tensión con
la praxis eclesial, en ocasiones tan distante que la com unidad
creyente no se reconoce, por lo tanto vale la pena preguntarse por:
¿Cuál es el modelo de Iglesia que propone la teología pastoral que
surge a partir de Vaticano II y cuáles son las resistencias que vemos
en la Iglesia en lo inicios del tercer milenio?
33
34
Capítulo III
APROXIMACIÓN EPISTEMOLÓGICA A LA TEOLOGÍA PASTORAL
Oscar Arango A.
María del Socorro Vivas A.
David Eduardo Lara
35
Acercarse a la experiencia73 de la Revelación de Dios, como
aproximación a la vivencia personal de encuentro con Dios, se trata
de formular u n a pregunta acerca del encuentro que cada ser hum ano
tiene de él, a partir de la captación, relación y vivencia. La experiencia
es el modo como cada uno interioriza el m undo de la vida, como se
sitúa en él y el mundo en cada uno74. En la historia de cada ser
hum ano hay hechos y signos, acontecimientos y situaciones que
pueden ser motivo de reflexión y meditación; así la experiencia es el
modo como cada uno se va aproximando a la realidad y formando
u n a comprensión de ella75, construyendo su “m undo” a partir de sus
creencias y experiencias, a través de su forma de percibir,
com prender y relacionarse con el entrono y con el trascendente.
75 KUNG, Hans. D escubrir de Nuevo a Dios. En Revista Concilium No. 227, p. 114-125.
76 Las experiencias pueden ser de dos tipos de irrupción y de ser sostenido. Ibidem, 114.
36
Lo anterior nos ayuda h a entender que la idea personal que se tiene
de Dios surge de la experiencia, es el punto inicial que se tiene y vive
de él. Como cada uno va interiorizando, va clarificando y se sitúa
frente a esa revelación, experiencia histórica. Desde allí cada ser
hum ano descubre que se relaciona con Alguien, y que ese Alguien va
dinamizando y potencializando la existencia dándole apertura y
horizonte a la cotidianidad.
80 Ibidem, 116.
37
Tener u n a experiencia de Dios es m ás que u n a afirmación intelectual,
su existencia, es u n acto implicativo de todo el ser hum ano con Dios,
con el m undo y los otros y otras. Es hacer parte de Dios, es
comprometerse a crear u n sistem a en el cual Dios tiene algo que
decir81. Cada hombre y m ujer que va creando su propia idea de Dios,
acerca la realidad de ese Alguien a su vida: las preguntas que se
suscitan, las búsquedas a las que lo lanza, los compromisos que
implica, las imágenes que se forman, se hacen los paradigm as desde
los cuales se asum e el existir, desde lo que Dios va mostrando.
Surgen u n a gran variedad de “imágenes”82 que cada individuo va
realizando de Dios. E sta multiplicidad de figuras de Dios, de ideas
sobre él se mueven entre visones: míticas, místicas, proféticas,
intelectuales83.
81 VIVES, J. Conocimiento de Dios y Situación Humana. En Revista Selecciones de Teología No 106, p. 132.
84 Esa realidad va revelando cada vez más ese infinito hacia el cual el hombre tiende. No puede ser reducido al
hombre o a simple categorías humanas. Ese Alguien va apareciendo cada vez mejor, no es hombre y es más que el
hombre. Ibidem, p. 38
85 Dios sólo se toma real si emerge de la radicalidad de la experiencia del mundo. La experiencia de Dios no
consiste tan sólo en tener visiones, audiciones, o elevaciones místicas. Ibidem , p. 53
38
La inter-acción y la experiencia de Dios
87 Ibidem, 47.
88 Ibidem, 47.
39
Los seres hum anos interpretan haciendo imágenes y modelos, pone
todo a su servicio, au n la experiencia de Dios, para justificar su
m anera de actuar, apoyar su s ideas políticas y económicas, y
potencializar sus prácticas sociales y culturales desde esa idea-
imagen m uy personal de Dios. De esta forma se construye esa idea
“ju s ta ” de Dios, es decir a la medida de las necesidades.
89 BAENA, Gustavo s.j. Síntesis teológica de la Biblia. La Biblia y el mundo de lo religioso. Tomado de apuntes
de Clase 1998.
40
El Mundo de lo religioso se mueve desde:
41
En cuanto que Dios es u n postulado que por la fe el hombre se lanza
a relacionarse con ese alguien con el cual entabla u n a relación
personal, la religión surge como u n producto hum ano que brota del
preguntarse, del buscar el sentido a su existencia, de revelarse de
Dios en su historia. Por eso la verdadera religión se da en donde el
sentido y fundam ento se abre como u n proyecto de plenitud u n
camino de hum anización hacia Dios.
91 C.E.C. p. 10-11.
92 Unas dos terceras partes de los bosques originales de la tierra han sido destruidos por la deforestación y el uso
no sostenible. De cerca de 8000 millones de hectáreas de bosque que existían en el mundo hace 800 aflos, sólo
queden 3044 millones de hectáreas. Los bosques tropicales continúan siendo destruidos a un ritmo de 17 millones
de hectárea por año. Es probable que el lapso de vida de nuestros hijos ya no quede virtualmente ningún bosque en
las regiones más pobladas del planeta. Cfr. Periódico EL TIEMPO, sección internacional, salvemos el planeta.
Edición del lunes 13 octubre de 1997 Santafé de B ogotá, p. 11a
42
restantes, son mal m anejadas por la m anera de labrarlas, de
sem brarlas y de limpiarlas93.
93 La mayor parte de la de deforestación del país es la colonización en el país, es relativa. El daño lo ocasiona la
industria maderera. En el país hay una gran salida de madera ilegal cuyo destino y cantidad se desconoce. Por otra
parte muchos colonizadores utilizan la madera para venderla a la industria como ocurre en el Chocó. Cfr.
Periódico EL ESPECTADOR, sección sociedad, edición del 9 de octubre. Santafé de Bogotá, p. 17a.
94 C.E.C. p.20.
95 VIDAL, Marciano. M oral de actitudes, Vol. III. Madrid, De. P.S., 1979, p. 10.
43
diversas, con consecuencias incalculables sobre la vida de la
mayoría de nuestros herm anos. C uánta violencia contra la
vida hum ana, cuántas riñas, cuántos atracos, secuestros y
asesinatos. Y no pocos de estos delitos son cometidos bajo la
influencia del alcohol, las drogas, las ideologías, del ansia de
dinero o del poder.
44
secuestros, de la extorsión, de las desapariciones forzosas. Es
necesario hablar de la profesionalización de la muerte. Es la
norma, es la salida a la solución de los problemas económicos.
45
Los imaginarios dom inantes plantean u n a idea de Dios manejable,
práctica. Un Dios que revela verdades que se tienen que cumplir, que
la religión debe enseñar, que los ministros deben predicar para
justificar la situación de m iseria y sufrimiento de millones de hombres
y m ujeres colombianos, a la espera de u n premio en el m ás allá.
Una idea de Dios que nos divide cada vez m ás y m ás y que ahoga las
posibilidades de construir u n proyecto com ún y bienestar para todos.
Una idea de Dios que se queda en lo sensorial, en los
sentim entalism os que no comprometen y que no invitan al cambio,
testimonio y exigencia de los mínimos derechos que todo ser hum ano
por el solo hecho de serlo, tiene.
Por eso, u n a aproximación desde la idea que cada uno se forme, por
su propia iniciativa o por la influencia del contexto en el que vive,
sobre la realidad de Dios, genera u n fenómeno religioso dañino
parcializado a los imaginarios vigentes opresores, actuando como
legitimador de los procesos de deshumanización.
96 BRAVO, Carlos S.J. Marco Antropológico de la fe. Bogotá, Universidad Javeriana, 1993, p. 25-ss.
97 Ibidem, p. 39-ss
46
contexto de experiencia - existencia, el hombre se interroga si puede
alcanzar o no su trascendencia.
98 Lo que hemos llamado fenómeno es todo lo que sale al paso del hombre en la historia. RANHER, Kart. Op.
Cit., p. 208.
47
Detengámonos inicialmente en la enunciación de algunos conceptos:
A cción catequizadora.
48
local...) Aunque se llama ocasional, sigue cierta sistematicidad,
desarrolla distintos aspectos y dimensiones de la catequesis.
Proceso pedagógico-catequético.
49
C atecum enado: es el institución eclesial para la institución
cristiana de adultos recién convertidos que se preparan para
recibir el sacram ento del bautism o
2 .3 ACCIÓN EVANGELIZADORA:
50
A cción Misionera: es toda la actividad que se realiza con los no
creyentes, con la intención de dar a conocer y aceptar el
Evangelio, ya sea con el anuncio consciente y explícito, o con la
vida de testimonio. E sta fase se puede tener en am bientes no
cristianos, o descristianizados, o en personas que no se ha oído
hablar del anuncio.
51
m archa, u n Dios que cam ina que se h a metido en la intimidad del ser
hum ano.
Desde la dinám ica típica de este Dios se debe entender toda la acción
de la com unidad y la reflexión de esa acción. La misión es la gran
acción de la com unidad. Un Dios Padre misionero, u n Hijo Misionero,
Un Espíritu Misiones u n a com unidad misionera.
En este sentido la com unidad no está a la espera, sino que ella misma
sale al encuentro para acompañar.
52
¿Qué sería una buena n oticia en ese con texto? Una de las grandes
noticias de estas culturas se relacionaba con la guerra. Los pueblos
estaban en constante expansión. Una buena noticia sería que se ha
vencido en la guerra, u n a m ala noticia sería que se h a sido derrotado.
E stas noticias corrían rápidam ente por el imperio, de su conocimiento
dependía la unidad y la tranquilidad en el territorio.
53
3. PERTINENCIA DE LA TEOLOGÍA PASTORAL.
54
c. Descripción de unos imperativos de acción. De la distancia
entre la situación dada y deseada, entre el ser y el deber ser,
surgen los medios que posibilitan el paso, estos medios son los
imperativos de acción. Se trata pues, de trazar grandes líneas de
acción en las que tienen que encarnar acciones posteriores.
- EN EL A.T.:
55
1. El nombre de Pastor sirve para ilustrar la historia de Israel,
desde el amor que Dios le h a tenido. Ex 3,7; EX 15,13; 19,5-6; la
constitución del pueblo h a convertido a Israel en propiedad
personal, reino de sacerdotes, nación santa. Sal 7853-55; Is 40,
11, el cuidado de Dios con su propiedad es continuam ente
expresado también en términos pastoriles: la guía continua, la
protección en cada momento, la liberación de los enemigos y la
m ism a entrega y repartición de la tierra se leen en esta clave.
- EN EL N.T.:
56
CRITERIOS DE LA ACCIÓN PASTORAL"
99 Dos fuentes: Julio Ramos Teología Pastoral. Sapientia Fidei. Serie de Manuales de Teología. BAC, Madrid,
1995 y Félix Placer Ugarte Una pastoral eficaz. Planificación pastoral desde los signos de los tiempos de los
pobres. Desclée de Brower, Bilbao, 1993.
57
distinción entre la Iglesia y Reino que implica la construcción
pastoral siempre nueva desde la situación dada y en camino
hacia la situación esperada.
58
b. Modelo C om unitario Se caracteriza por la aparición de las
com unidades en la Iglesia como medio concreto de vivir la fe y la
eclesialidad, h a renovado el panoram a pastoral. Su renovación se
h a m arcado sobre todo por el descubrimiento y la potenciación de
la comunión y las com unidades en la Iglesia, y de u n modo
general, por señalar e incidir pastoralm ente en todos los aspectos
com unitarios de la fe.
100 Uno de los objetivos del diseño curricular de la Carrera de Teología consiste en “capacitar al estudiante en el
uso de las metodologías pedagógico-pastorales que aporten a la construcción de procesos comunitarios elementos
de solución a la problemática de las comunidades cristianas en las cuales el estudiante presta su servicio”.
Propuesta de formación curricular. Carrera de teología. Aprobada por el Consejo de Facultad y Presentada a la
Vicerrectoría Académica.
59
Por método pedagógico-pastoral, entendem os, todo aquello que
concierne con la planificación sistem atizada de los componentes
que inciden en los destinatarios de la acción pastoral. A Través
de distintos factores, medios, actividades y técnicas, debidamente
estructurados, con el fin de generar procesos autónom os en la
experiencia de fe, adoptar actitudes coherentes y comprometidas
con la propia formación, y en u n horizonte interdisciplinar.
101 Por ejemplo, hay quienes creen utilizar un método liberador porque salpican su proceso pedagógico-pastoral de
múltiples actividades y técnicas. Un método puede ser participativo, ágil y grupal, pero esto no asegura que sea
inductivo y experiencial; como puede ser también, muy magisterial, discursivo, dogmático y descendente.
102 FRANCIA, Alfonso et all. Los Métodos en la Práctica Pastoral. Madrid, CCS, 1997, p. 49.
103 Es un instrumental teórico-práctico que valora, critica y examina los hechos en referencia a unos objetivos de
desarrollo humano.
60
La ciencia crítica de la educación parte del carácter histórico
social de la práctica de la educación y de la ciencia educativa. Se
comprende así misma, tanto en el campo de acción como en el
producto de las condiciones socio-políticas y económicas.
61
de la realidad material, la teoría se encuentra determ inada por la
práctica que hace parte integrante de la realidad. De otro lado, la
teoría es tam bién la percepción consciente de las leyes de lo real
que sobre-determ inan la práctica hum ana. Para la teoría que la
refleja, la práctica se convierte en el punto de apoyo de la verdad.
La teoría se convierte en el órgano de la gestión de la práctica.
62
de su fundam entación y con las consecuencias que resultan de
todo esto, para la práctica educativa.
63
En el desarrollo y buen resultado de u n a acción pedagógico-
pastoral, hay unos elementos metodológicos que se han de tener
en cuenta en todas las orientaciones. Estos elementos
metodológicos comunes, constituyen el círculo hermenéutico de
la metodología de la acción pastoral. Contiene los siguientes
pasos:
1. Información y participación
2. Reflexión y planificación
3. Realización.
4. Revisión de la acción.
5. Lectura teológica de la experiencia pedagógico-pastoral vivida.
Quizá el conocer cómo han recorrido caminos o tro s/a s nos sirva
para aprender cómo hacerlo nosotros/as, pero sobre todo, para
darnos cuenta que todo no está resuelto, y que es en el trabajo
diario, perm anente y esperanzador donde se construye nuevos
espacios, nuevas intuiciones metodológicas y sobre todo cómo
hacer de la experiencia de fe, del conocimiento sistemático de la
teología y del trabajo...un método de acción pastoral adecuado al
grupo hum ano, la cultura, los signos de los tiempos...y en diálogo
con otras iglesias...
104 TAMAYO, Juan José; BOSCH Juan (Eds). Panorama de la Teología Latinoamericana. Cuando vida y
pensamiento son inseparables. Estella, Verbo Divino, 2001
64
Ju a n XXIII, miembro de la asociación europea de teólogos. Es
uno de los mejores especialistas de teología de la liberación, y
entre su s obras cabe citar: Un proyecto de la Iglesia para el
futuro de España, Comunidades cristianas populares, Para
com prender la teología de la liberación.
65
Un aspecto fundam ental del nuevo método, es la perspectiva del
pobre, que da u n vuelco radical a la teología tradicional, como
afirma concretam ente Dussel:
66
operan en las dinám icas de la colonización, de la identidad racial
y sexual, de la creación de conocimiento, de la interacción entre
su jeto s/as portadores de cambio, de los procesos interculturales,
de las instituciones eclesiásticas y de las transform aciones desde
la vida cotidiana.
67
c. La identidad y misión de la Iglesia ante la exclusión y
violencia contra las mujeres.
d. La contribución pastoral y ministerial de las mujeres en la
Iglesia de los pobres.
e. Los marcos y perspectivas de las conferencias de Medellin,
puebla y Santo Domingo sobre las mujeres.
f. La contribución de Medellin a la teología feminista
contemporánea.
g. La centralidad de las m ujeres como Pueblo de Dios en la
actualización de la salvación mediante n u estras luchas por la
justicia.
h. El papel de la enseñanza social del magisterio en la
transform ación de culturas sexistas y del patriarcado socio -
eclesial.
i. La contribución de la Asociación Ecuménica de Teólogos
del Tercer Mundo en la articulación de n u estras experiencias
teológicas y eclesiales, mediante la creación de u n espacio donde
las m ujeres podemos auto - com prendernos como constructoras
de pensam iento teológico crítico.
68
deben ayudar a la búsqueda de libertad y no a la sumisión a u n
poder que afirma “a priori” el significado de la vida.
69
El método que él proponía estaba titulado: “Señales y
conversión”6.
70
Más tarde (después de la Instrucción Libertatis Nuntius, de
1984), se difundió am pliamente la caracterización que hizo (en
1982) de cuatro vertientes de la teología de la liberación. La
cu arta - en la que reconoce su posición - corresponde a la
“teología del pueblo”. Así mismo, en este artículo y en num erosas
intervenciones, insiste en diferenciar, entre los teólogos de la
liberación de otras corrientes, aquellos que asum ían en su
totalidad el método de análisis m arxista (aunque no
explícitamente su filosofía), de quienes tom aban críticamente
alguno de sus elementos y puntos de vista, pero desde otro
horizonte - cristiano- de comprensión. Piensa que esta distinción
coincide con los enfoques de la famosa carta del Padre Pedro
Arrupe sobre el asunto.
71
u n a síntesis vital nueva. Es de notar que se encuentra en ésta
época en el sínodo del 74 sobre la evangelización, y la publicación
de la exhortación postsinodal Evengeli nuntiandi, con su
propuesta de evangelizar la cultura y las culturas. Tal
contribución la hizo en nombre de lo elaborado en la reunión
previa por el grupo latinoamericano.
72
En el orden teológico lo iluminó, para la explicitación del
horizonte hermenéutico; la afirmación de Jo n Sobrino, que la
teología es intellectus amoris, y - contextualm ente- en América
Latina, por razón de los pobres, crucificados y excluidos,
inllectus misericordiae (la cual, por su puesto, supone la justicia,
aú n estructural, pero la trasciende). A tal concepción le ayudó, a
su vez la relectura latinoam ericana de von B althasar y con
comprensión teológica - su forma y su contenido- desde el amor
trinitario en Cristo. Pero en com unidad con la teología de la
liberación, dicho am or sé historiza en el continente como
misericordia, justicia y liberación según la opción preferencial por
los pobres.
73
Constitutiva “ socio - liberadora” de la teología.
Segundo descubrimiento:
La posibilidad “ irrenunciable de la fe cristiana.
Tercer descubrimiento:
Necesidad de las mediaciones teóricas de la teología.
74
Era necesario m ostrar en la práctica cómo funcionaba la
metodología concreta que se debía u sar para practicar el nuevo
modo de “teologizar”. No bastaban las reivindicaciones teóricas y
consignas genéricas. Era necesario m ostrar en la práctica cómo
funcionaba aquello, cuál era el recorrido del nuevo discurso, qué
pasos específicos había que dar, su s mecanismos propios, sus
leyes de producción, su “gram ática”.
Cuarto descubrimiento:
El estatuto mediador de las ciencias sociales en teología.
_E1 gran debate de esta época era la utilización de las ciencias
sociales en la teología. No era posible hacer teología de lo social,
sin antes saber cómo era lo social, por ello se recurría a su
mediación. Y así en el proceso de discusión, quedó claro que el
marxismo no tiene ninguna autoridad para pronunciarse sobre el
contenido interno de la fe; pero la esencia de la fe estaba fuera de
su competencia. Por tanto, su servicio principal era el de ofrecer
u n acceso cognitivo a la m ateria prim a o al objeto material de la
teología: la lectura social de la sociedad.
Quinto descubrimiento:
El “orden de la teoría” v el “orden de la práctica”.
105 TAMAYO, Juan José; BOSCH Juan (Eds). Op. Cit., p. 159.
da la impresión de la existencia de u n “discurso para liberar”.
¿Quién iba a producir esa teoría mágica?
Sexto descubrimiento:
La im portancia decisiva de la “relación práctica con la práctica”.
Séptimo descubrimiento:
Teología de la liberación: u n “dispositivo” particular dentro del
organon total de la teología.
76
con u n a tesis del pensam iento de su m aestro X. Zubiri. Fue
rector de la Universidad Centroam ericana “José Simeón C añas”
en el salvador, h asta su asesinato por militares del Ejército
Salvadoreño el 16 de noviembre de 1989.
2 ELLACURÍA, Ignacio. Hacia una fundamentación filosófica del método teológico latinoamericano..., 630.
3 Ibidem, p. 632.
77
e.Comienza por redim ensionar y priorizar la categoría bíblica de
reino de Dios, pues sólo desde ella se puede entender aquello
que debe ser la Iglesia y, en consecuencia, llevar a cabo su
transformación. Así se evita tanto el peligro de institucionalismo,
es decir, la tentación de la eclesiolatría - pecado tan frecuente en
que h a caído la Iglesia -, como el de secularismo, es decir, la
tentación de configurarse según los esquem as m undanos de
poder, tan alejados del evangelio. Se trata, en definitiva de la
conversión de la Iglesia al Reino de Dios, y no de su inclinación a
la jerarquía de valores del mundo, como la violencia, el poder, el
dinero...
78
Entre su s obras cabe destacar: Narrativa de u n continente en
transformación; Arguedas: mito, historia y religión; Cristianismo
e historia e historia en la novela mexicana; creación e historia en
el proceso de liberación; salmos de vida y fidelidad; Consagrados
al Dios de la vida; Una constituyente para n u estra Iglesia.
79
que esa contemplación exige. No puede existir mística sin
compromiso, ni cercanía sin movimiento; por que existe el peligro que
la fe-revelación se quede en eso, en u n a reflexión discursiva teológica,
sin la necesidad del compromiso, del encuentro con Je sú s sin el
seguimiento.
80
Toda auténtica teología es teología espiritual, esto no enerva su
carácter científico.
81
El principio misericordia nos lleva tom ar en serio la conflictividad
social: detectar la situación injusta, denunciarla y superarla. Es
erradicar definitivamente el pecado-muerte en cuanto opuesta al Dios
del Reino que anuncia Jesú s. El papel de la teología no será pues
indicar los posibles caminos políticos sino de convocar a la
creatividad política desde u n a opción por las víctimas y crucificados,
desde el principio misericordia.
82
Capítulo IV
EL ESPIRITU SANTO NOS HACE CARISMAS PARA LA MISIÓN.
Oscar Arango A
David Eduardo Lara
1. EL ESPÍRITU SANTO.
106 KASPER, Walter. El Dios de Jesucristo. Salamanca, Ediciones Sígueme, 1994, p. 231
83
las religiones h an desarrollado u n papel im portante por ser las
fuerzas que perm itían vivificar e inspirar108. El pneum a, la ruaj se
convierten pues en u n a realidad dinám ica y creadora que todo lo
vivifica, lo hace trascender, lo arrebata a otros niveles, lo crea y lo
recrea extraordinariam ente.
' 10 Cuando en el texto se hable de consolación me estaré refiriendo a la reconstrucción que el espíritu Santo realiza
en las personas. A ese proceso de reconstrucción de los seres humanos en hijos de Dios.
84
Dándose el mismo a cada ser hum ano111, actuando en el interior de
cada ser hum ano y habitando en todos112. De estos hom bres y
m ujeres dinamizados por el Espíritu Santo de Dios, se tienen hij@s de
Dios, Carism as en el gran y único carism a, para la comunidad.
113 UNIÓN DE SUPERIORES GENERALES. Carisma en la iglesia Para el Mundo. Madrid, Ediciones San
Pablo, 1994.
85
u n a com unidad no por lo que hacen, saben, o dicen. Por sus
cualidades o habilidades, sino por el sólo hecho de participar con su
vida en el gran y único carisma: El Espíritu santo de Dios.
La com unidad puede llevar a cabo su misión por medio del ejercicio
de la ministerialidad. La diakonía es tarea de todos y todas en la
114 Esta es la actualización del misterio de la encamación.
116 Vocación: Todos los seres humanos tenemos vocación, es necesario ampliar el concepto de vocación: ministro
ordenado, consagrad@, matrimonio.
118 La Koinonía: construcción de un proyecto común en el cual cada quien tiene un lugar.
86
com unidad. Se concreta en la pluralidad de servicios y ministerios
necesarios para el cumplimiento de la misión según la pluralidad de
los carism as, en n u estra perspectiva según las personas que lo
conforman. 119 . A través de esta diakonía es que se puede hacer
visible la acción del espíritu en la com unidad, porque es el mismo
quien la va construyendo.
119 BOROBIO, Dionisio. Los ministerios en comunidad. Barcelona, Centro de pastoral litúrgica, 1999, p. 73
120 Rm 12,1-ss; 1 Co 12,5-ss; ICo. 12,28; Fil. 1,1. Tes. 5,12, Ef. 4,11
121 Para mayor claridad y profundidad ver: BOROBIO, Dionisio. Ibidem, p. 55-65
123 LG 9-ss
124 BOROBIO, Dionisio. Ministerios laicales. Salamanca, Ediciones Sígueme, 2001, p. 19-26
87
grandes tratados eclesiológicos y ministeriales. La corresponsabilidad
quiere traducirse en la participación de ese movimiento a misericordia
que va suscitando el Resucitado en cada uno de los miembros de la
com unidad y hace que cada uno asum a u n as acciones concretas de
responsabilidad en el eje de la martyria, koinonía y diakonía125.
126 Es decir que no cierro la discusión, sino que abro la posibilidad del debate y la nueva construcción entorno al
tema y en especial a la vivencia de lo que allí enuncio.
para endurecer las posiciones o en trar en la nueva onda, sino para
posibilitar acciones concretas en favor de las víctimas.
91
i
De esa praxis h a surgido la reflexión pastoral, es decir, la teología128
que alimenta, ilum ina y buscar dar razón de aquella dinám ica que
realiza la Iglesia. Sin embargo, esta acción de la Iglesia, que desborda
los tiempos y los espacios para cumplir su misión, h a tratado de
sistem atizar su quehacer desde sus concepciones de planificación y
organización pastoral, de eclesiología, de sociología pastoral, desde
sus opciones, que dan como resultados u n as aproximaciones a
métodos en pastoral, en otras palabras modelos de pastoral129.
128 La teología es tarea indispensable que debe acompañar la acción pastoral de la Iglesia, ya que ella permite
revisar constantemente su acción, de tal manera que no se instale en lo que es provisional y caiga en el activismo y
el inmediatismo; y recordar su constante confrontación con las fuentes, colocándola en un contexto más amplio.
Cf. GUTIERREZ, Gustavo. Lineas pastorales de la Iglesia en América Latina. Análisis teológico. Lima, Centro
de Estudios y Publicaciones CEP, 1983.
129 Se asume como modelo, lo que se ha expresado en el texto Teología Pastoral, es decir, el ordenamiento de
todos los factores que intervienen en la acción pastoral. Floristán, en su artículo sobre “los modelos de acción
pastoral en la iglesia española” dice, se debe entender por modelo o paradigma, en la acción pastoral, el proyecto
operativo o plan concreto de actuación que relaciona de un modo dinámico todas las tareas que intervienen en el
proceso de la praxis, en FLORISTAN, Iglesia viva 112 (1984), 293-302. En RAMOS, Julio A. Teología Pastoral.
Op. Cit., p. 124
92
último de la pastoral, que el ser hum ano com prenda y viva desde la
dinám ica m ism a de Dios, de crear seres hum anos desde ellos mismos
en función de los dem ás, para dar vida y vida en abundancia.
Sin embargo, esta acción de la Iglesia, que desborda los tiempos y los
espacios para cumplir su misión, ha tratado de sistem atizar su
quehacer desde su s concepciones de planificación y organización
pastoral, de eclesiología, de sociología pastoral, desde su s opciones,
que dan como resultados u n as aproximaciones a métodos en
pastoral, en otras palabras modelos de pastoral.
130 FLORISTÁN, C. Teología práctica: Teoría y praxis de la acción pastoral. Op. Cit.
131 LUCIO, Ricardo. Educación y Pedagogía, Enseñanza y Didáctica: diferencias y relaciones. Revista de la
Universidad de La Salle, Bogotá, Julio 1989, ano XI, No. 17.
132 VIGANÓ, Egidio. Nueva educación. Carta del Rector M ayor Don Egidio Viganó, ACG 337 (1991). Santafé de
Bogotá, Inspectoría Salesíana “San Pedro Claver”, serie animación salesiana 41, 1991.
93
> La pastoral, al igual que la pedagogía, en cuanto reflexiona
sobre la educación, la pastoral reflexiona sobre la
evangelización, sistematiza este m andato, desde su métodos y
procedim ientos133. Ha de responder a la pregunta: ¿cómo
evangelizar?
134 COMISION EPISCOPAL PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Sobre usos inadecuados de la expresión
"modelos de Iglesia", Nota 2. Madrid, 1988.
135 Es la Iglesia quien hace sus modelos para responder al hombre y al momento, y no son los modelos quienes
constituyen y hacen la Iglesia. RAMOS, Julio, Op. Cit., P. 124.
94
m undo que, con la fuerza del Espíritu acoge al Reino en la forma
explícita en la persona de Jesú s; pero, la Iglesia no es el Reino, es su
señal e instrum ento de implementación136.
136 Cf. BOFF, Leonardo. Iglesia, carisma y poder. Bogotá, Indo American Press, 1985, p. 16
137 Una fuente principal de estudio de la pastoral es el texto de UGARTE, Félix Placer. Una pastoral eficaz.
Planificación pastoral desde los signos de los tiempos de los pobres. Desclée de Broawer, Bilbao, 1993, p. 31-81
95
como lo rurales: J e sú s pertenecía a la clase de la burguesía
artesanal
138 Ibidem
139 Cf. BOFF, Leonardo. Salvación en Jesucristo y proceso de liberación. En CONCILIUM No. 96 (1974), p. 375-
388.
140 UGARTE, Félix Placer. Una pastoral eficaz. Planificación pastoral desde los signos de los tiempos de los
pobres Op. Cit., p. 34
96
u n a com unidad representativa, para predicar los valores del Reír.:
como tarea evangelizadora con palabra y con signos, sin establecer
entre ellos algún tipo de jerarquía o diferencia. También incluyó a las
mujeres.
97
J
interpretó y valoró como históricam ente perteneciente a toda su
misión salvifica. J e sú s previo las dificultades y fue comprobando, con
su vida, la realización de su proyecto en el que descubrió su
proyección pascual definitiva.
Contexto A medida que las prim eras com unidades, dirigida por los
Apóstoles y Pablo en medio del paganismo, se empiezan a expandir en
otras regiones y pueblos, descubren el amplio contraste con los
modelos sociales im perantes que estaban fuertem ente estructurados
en estratos sociales diferenciados.
141 Cf. GONZALEZ FAUS. J.I. Hombres de comunidad. Apuntes sobre el ministerio eclesial. Santander, Sal
Terrae, 1989, p. 77.
98
lugar, el testimonio creyente de u n a conversión al significado de la
m uerte de Je sú s, y u n reconocimiento de quién era Jesú s.
3. LA IGLESIA Y SU MISION
99
J
En aras de realizar cortes transversales a la historia y en ella al
quehacer de la iglesia, se optó por los siguientes períodos: La iglesia
en el Imperio Romano; la iglesia y proyecto del orbe cristiano de la
edad media; la iglesia y la modernidad; y, por último, la iglesia y el
Concilio Vaticano II.
100
Praxis Con el tiempo se introducen las figuras de presbíteros,
diáconos y obispos como jefes de la com unidad, dentro de u n a
estru ctu ra de organización doméstica con características patriarcales
y jerárquicas.
101
>
3 .2 La Iglesia y su proyecto de Orbe C ristiano
3 .2 .1 La Iglesia de la P atrística
142 Cf. LOHFINK, G. La iglesia que Jesús quería. Dimensión comunitaria de la f e cristiana. Bilbao, Declée de
Brouwer, 1986, p. 199.
102
será u n a característica de la época eclesial, con u n a organización
pastoral de carácter radicalmente ministerial
3 .2 .2 La Iglesia y la E scolástica
103
de Constantino h asta el nacimiento de la Edad M oderna144. También
se le h a llamado el de la era C onstantiniana, caracterizada por la
unanim idad cristiana, todo el m undo conocido h asta entonces es
cristiano y las excepciones son lim itadas, tanto en lo político como en
lo religioso
Hacia finales del siglo XV, con el choque de culturas dado en el acto
descubridor de América, la Iglesia que inició u n proceso de
transculturación, importó el modelo de iglesia sociedad perfecta,
paralela a la otra sociedad perfecta. Su modelo de iglesia fue el
patronato, por el cual ella se hace presente mediante u n pacto con el
Estado, quien provee todas las necesidades de la Iglesia y garantiza
su funcionamiento
144 GUTCERREZ, Gustavo. Líneas pastorales de la Iglesia en América latina. Análisis teológico. Op. Cit. p. 14
145 Ibidem, p. 15
104
todo el continente148.
Praxis Sólo h a sta el siglo XI, el Papa Gregorio VII logró conseguir
libertad para la Iglesia de las injerencias estatales del Imperio de los
asuntos eclesiales, con el Dictatus Papae de 1075:
151 Ibidem
105
J
eucaristía es válida únicam ente si la celebra u n sacerdote ordenado.
Por tanto, se excluye a la com unidad de la celebración sacram ental y
de la selección y ordenación de los candidatos presentados por la
m ism a comunidad. La acción catequética se da en relación con los
sacram entos que se van a recibir, sin tener que ver con la vida
(Ramos, 1995).
106
realizada a través de la sacramentalización del hombre, entendido
éste en su individualización.
107
El modelo organizativo estuvo alejado de los nuevos procesos de la
edad moderna, con u n a eclesiologia estática y en actitud de defensa,
basada en la dimensión societaria de la iglesia. Se reafirmó así la
estru ctu ra jerárquica de la misma. Se impuso el modelo de sacerdocio
católico, ministerial, cultual y eucarístico-sacrificial.
Sin embargo, hubo u n esfuerzo eclesial a finales del siglo XIX por
tom ar conciencia de la situación de los pobres y oprimidos, y por
denunciar las injusticias sociales, con el Papa León XIII. También se
buscó u n a organización m ás participativa.
108
3 .4 La Iglesia y el C oncilio V aticano II: El paradigma del Pueblo
de D ios
154 Cf. BOFF, Leonardo. Iglesia, carisma y poder. Op. Cit. p. 20.
109
u n nuevo lenguaje de la solidaridad, la autonom ía, el diálogo, la
cooperación, los derechos de las minorías y la libertad.
110
el m undo y la iglesia: el mundo es el lugar de la acción de Dios que
está construyendo su Reino ya ahora; y la iglesia como sacramento,
como la señal y el instrum ento m ediante el cual Cristo y su Espíritu
actúan y aceleran la instauración del Reino156.
111
grandes m asas de empobrecidos que viven las consecuencias de u n a
pauperización que degrada su dignidad159.
112
Planiñcación evaluada Se da u n a relación dialéctica del Reino, el
m undo y la iglesia encarnada en la realidad de los pobres. Es la
búsqueda de la justicia social y de la fraternidad, donde los pobres
son respetados y reconocidos como sujetos históricos y agentes de su
propia liberación163 .
113
Nazaret. La pastoral por tanto, ha de ser el conjunto de acciones,
intensiones y actitudes para la construcción de la sociedad contraste
donde la iglesia como institución anim ará en la misión, la
proclamación de la Buena Nueva, la celebración de la vida y la
condición profética del mundo.
114
BIBLIOGRAFIA
CONCILIO VATICANO II
115
-
III CONFERENCIA EPISCOPAL LATINOAMERICANA. PUEBLA. Bogotá:
Celam. 1979
116
LONERGAN, Bernard. Método en teología. Salamanca: Sígueme, 1988
117
teología en América latina. México. 1975
VIDAL, Marciano. Moral de actitudes, Vol. III, Madrid, De. P.S., 1979
VIGANÓ, Egidio. Nueva educación. Carta del Rector Mayor Don Egidio
Viganó, ACG 337 (1991). Santafé de Bogotá, Inspectoría Salesiana
“San Pedro Claver”, serie animación salesiana 41, 1991.
118