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Canción ultima Dos cuerpos frente a frente

(Miguel Hernández) son a veces raíces


en la noche enlazadas.
Pintada, no vacía:
Dos cuerpos frente a frente
pintada está mi casa
del color de las grandes son a veces navajas
pasiones y desgracias. y la noche relámpago.
Octavio Paz
Regresará del llanto
adonde fue llevada
con su desierta mesa
con su ruinosa cama.
Y entonces vio la luz
Florecerán los besos (Jose Luis Martin Descalzo)
sobre las almohadas.
Y en torno de los cuerpos «Y entonces vio la luz. La luz que entraba
elevará la sábana por todas las ventanas de su vida.
su intensa enredadera Vio que el dolor precipitó la huida
nocturna, perfumada. y entendió que la muerte ya no estaba.

El odio se amortigua Morir sólo es morir. Morir se acaba.


detrás de la ventana. Morir es una hoguera fugitiva.
Es cruzar una puerta a la deriva
Será la garra suave. y encontrar lo que tanto se buscaba.

Dejadme la esperanza. Acabar de llorar y hacer preguntas;


ver al Amor sin enigmas ni espejos;
descansar de vivir en la ternura;
tener la paz, la luz, la casa juntas
y hallar, dejando los dolores lejos,
Aquí la Noche-luz tras tanta noche oscura».

(Octavio Paz)
Soneto XVII Neruda
Mis pasos en esta calle
resuenan No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
en otra calle o flecha de claveles que propagan el fuego:
donde te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
oigo mis pasos secretamente, entre la sombra y el alma.
pasar en esta calle
donde
Te amo como la planta que no florece y lleva
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
Sólo es real la niebla y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
el apretado aroma que ascendió de la tierra.

Dos cuerpos Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,


Dos cuerpos frente a frente te amo directamente sin problemas ni orgullo:
así te amo porque no sé amar de otra manera,
son a veces dos olas
y la noche es océano.
Dos cuerpos frente a frente sino así de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
son a veces dos piedras tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.
y la noche desierto.
Funeral Blues (W. H. Auden) el fin que a mí y a ti, Leucónoe,

nos tienen asignados los dioses,

ni consultes los números babilónicos.


Parad todos los relojes, cortad los teléfonos,
Mejor será aceptar lo que venga,
impedid, con un jugoso hueso, que el perro ladre, ya sean muchos los inviernos que Júpiter

callad los pianos y, con un apagado tamborileo, te conceda, o sea éste el último,

el que ahora hace que el mar Tirreno


mostrad el ataúd, dejad que las plañideras se acerquen.
rompa contra los opuestos cantiles.

No seas loca, filtra tus vinos


Que los aviones hagan círculos, gimoteando, sobre y adapta al breve espacio de tu vida
nosotros,
una esperanza larga.
garabateando por el cielo el mensaje: Él ha muerto,
Mientras hablamos, huye el tiempo envidioso.
poned crespones en los cuellos blancos de las palomas, Vive el día de hoy. Captúralo.

dejad que los guardias de tráfico porten guantes de No fíes del incierto mañana.
algodón negros.

La cigarra

Él fue mi Norte, mi Sur, mi Este y mi Oeste,


Tantas veces me mataron
mi semana de trabajo y mi descanso dominical, tantas veces me morí

mi amanecer, mi medianoche, mi voz, mi canción; sin embargo estoy aquí

resucitando.
pensaba que el amor duraría siempre: estaba equivocado.
Gracias doy a la desgracia

y a la mano con puñal

No se desean ahora estrellas: apagadlas una a una; porque me mató tan mal

y seguí cantando.
olvidaos de la luna y desmantelad el sol;

lejos verted el océano y barred el bosque. Tantas veces me borraron

Pues ahora de ninguna manera pueden traer nada bueno. tantas desaparecí

a mi propio entierro fui

sola y llorando.

Horacio Hice un nudo en el pañuelo

pero me olvidé después

que no era la última vez


No pretendas saber, pues no está permitido,
y volví cantando.
la poderosa obra continúa:
Tantas veces te mataron
Tu puedes aportar una estrofa.
tantas resucitarás
No dejes nunca de soñar,
tantas noches pasarás
porque en sueños es libre el hombre.
desesperando.
No caigas en el peor de los errores:
A la hora del naufragio
el silencio.
y la de la oscuridad

alguien te rescatará La mayoría vive en un silencio espantoso.

para ir cantando. No te resignes.

Huye.
Cantando al sol como la cigarra “Emito mis alaridos por los techos de este mundo”,
después de un año bajo la tierra dice el poeta.
igual que sobreviviente Valora la belleza de las cosas simples.
que vuelve de la guerra.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,

Poema de Walt Whitman: pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.

Eso transforma la vida en un infierno.

NO TE DETENGAS Disfruta del pánico que te provoca

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, tener la vida por delante.

sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños. Vívela intensamente,

No te dejes vencer por el desaliento. sin mediocridad.

No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, Piensa que en ti está el futuro

que es casi un deber. y encara la tarea con orgullo y sin miedo.

No abandones las ansias de hacer de tu vida algo Aprende de quienes puedan enseñarte.
extraordinario.
Las experiencias de quienes nos precedieron
No dejes de creer que las palabras y las poesías
de nuestros “poetas muertos”,
sí pueden cambiar el mundo.
te ayudan a caminar por la vida
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
La sociedad de hoy somos nosotros:
Somos seres llenos de pasión.
Los “poetas vivos”.
La vida es desierto y oasis.
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas …
Nos derriba, nos lastima,

nos enseña,

nos convierte en protagonistas

de nuestra propia historia.

Aunque el viento sople en contra,

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