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Silvana Sandonato
4.071.838-5
2
Índice
Introducción ..................................................................................................................... 3
Conclusiones .................................................................................................................. 19
Bibliografía .................................................................................................................... 22
Anexo
3
Introducción
“El comienzo del siglo XX mostró cambios importantes en este sistema mundial.
Emergieron nuevas potencias, cuya incidencia en el plano económico fue en aumento,
paralelamente a la decadencia de Gran Bretaña, la reina de los mares y el taller del
mundo decimonónico. [...] Sin embargo, el hecho fundamental que marca un punto de
quiebre en el desarrollo de la economía mundial fue la Gran Guerra (1914-1918) que
inauguró una verdadera era de las catástrofes (Hobsbawn 1994) signada por las crisis y
las guerras mundiales.”1
1
Bertino, Magdalena; Bertoni, Reto; Tajam, Héctor; Yaffé, Jaime. - El desempeño económico
global: del modelo agro-exportador al de industrialización sustitutiva de importaciones : la
economía uruguaya 1900-1955. Publicaciones IECON. Documento de Trabajo 5/01. 2001.
Página 10.
2
Bertino, Magdalena; Bertoni, Reto; Tajam, Héctor; Yaffé, Jaime. - El desempeño económico
global: del modelo agro-exportador al de industrialización sustitutiva de importaciones : la
economía uruguaya 1900-1955. Publicaciones IECON. Documento de Trabajo 5/01. 2001.
Página 11.
4
Es por esto que podemos afirmar sin ningún tipo de dudas que las fluctuaciones
ocurridas en la economía uruguaya siempre han ido de la mano del desempeño de la
economía mundial.
Por lo tanto, el objetivo de este trabajo es mostrar las consecuencias que han tenido en
el Uruguay los dos episodios bélicos de la historia, las semejanzas y las diferencias
entre ambas coyunturas y analizar las diferentes posturas existentes al respecto,
haciendo hincapié en la idea de que la historia económica del Uruguay es “una historia
de ida y vuelta”3.
“Una historia de ida y vuelta” es una frase utilizada por Magdalena Bertino y Reto
Bertoni, que hace referencia a la dinámica del endeudamiento público nacional. En este
análisis usaremos este término para referirnos a la dependencia de la economía
uruguaya ante los diferentes contextos internacionales, centrándonos en los contextos
referidos a las dos guerras mundiales.
En lo personal me interesa hacer hincapié en el por qué no fue posible superar los
aspectos estructurales presentes en la economía y, me atrevería a decir, en la sociedad
del país que favorecieron la dependencia con respecto al contexto exterior y que
impidieron su superación.
Las citas del trabajo de Bertino, Bertoni, Tajam y Yaffé “El desempeño económico
global: del modelo agro-exportador al de industrialización sustitutiva de importaciones:
la economía uruguaya 1900-1955” que aparecen en esta introducción fueron elegidas
3
Bertino, Magdalena; Bertoni, Reto; Tajam, Héctor; Yaffé, Jaime. - El desempeño económico
global: del modelo agro-exportador al de industrialización sustitutiva de importaciones : la
economía uruguaya 1900-1955. Publicaciones IECON. Documento de Trabajo 5/01. 2001.
Página 26.
3
Bertino, Magdalena; Bertoni, Reto. – Más de un siglo de deuda pública uruguaya (1870-2000).
Publicaciones IECON. Documento de Trabajo 04/06. 2006.
5
Este análisis comienza con la presentación del Uruguay previo a la Primera Guerra
Mundial. Luego se analiza el período bélico y se extraen las conclusiones más
importantes del mismo. Seguidamente se aborda la coyuntura previa a la Segunda
Guerra Mundial y las consecuencias que la misma generó en la economía uruguaya.
Como final, se extraen las principales reflexiones y se articula una conclusión sobre el
conjunto de los hechos analizados.
En lo económico:
La Primera Guerra Mundial estalla en el año 1914. Pero en el Uruguay, los años previos
al comienzo de la guerra fueron de un singular crecimiento económico y se
correspondieron con lo que se ha llamado el “impulso” del Primer Batllismo 4. Desde
comienzos del siglo, el crecimiento del producto había registrado una trayectoria
ascendente hasta su máximo en los años 1912-1913 en el marco del “modelo de
crecimiento hacia fuera” también llamado “modelo agroexportador”. Tal crecimiento
económico tuvo como principales causas el positivo desempeño exportador y la mejora
4
La historiografía uruguaya ha denominado “Primer Batllismo” a las dos presidencias de José
Batlle y Ordóñez (1903-1907 y 1911-1915).
6
La crisis del año 1913 significó una reducción importante del flujo de importaciones del
Uruguay. Esta reducción afectó la recaudación fiscal que estaba fuertemente centrada en
los aranceles de importación con lo cual el Estado se vio sin los recursos financieros
necesarios para lograr sostenerse.
El volumen de las exportaciones, pilar de este modelo de crecimiento hacia fuera que el
Batllismo heredó e intentó transformar, se estanca desde la Primera Guerra Mundial,
comenzando un período en el que el crecimiento del valor de las exportaciones se debe
al alza de los precios internacionales. Recién en 1922 el producto ganadero recupera el
nivel de 1913. La evolución positiva de los precios de los productos ganaderos en el
5
Bertino, Magdalena; Bertoni, Reto. El Estado uruguayo 1906-1930: El balance fiscal,
economía y política. Publicaciones IECON. Documento de Trabajo 9/03. 2003. Página 11.
7
mercado internacional es, pues, la única variable explicativa del incremento del valor de
las exportaciones durante la guerra.6
En lo social:
Las ideas reformistas de los “inquietos” batllistas entraron, desde un primer momento,
en oposición con las ideas tradicionales del sector rural que se vio amenazado.
Tengamos, entonces, muy presente este hecho, ya que la ganadería tradicional siguió
siendo el sector más relevante de la economía nacional en el período.
A mi entender es muy importante tener en cuenta esta “rivalidad” entre los reformistas
(haciendo referencia a los batllistas) y el sector rural. Podríamos decir que esta pugna de
poder va más allá de la simple confrontación de grupos, dado que es, en realidad, una
confrontación entre la idea de modernización, diversificación, nacionalización de la
economía nacional junto con expansión del bienestar social y la idea de que “todo quede
tal cual estaba”. No decimos que el sector rural estuviese a favor de un país dependiente
del exterior, pero sí decimos que la mentalidad tradicional y el “miedo al cambio”
jugaron un papel crucial a la hora de definir posturas.
Como ya hemos adelantado previamente, hacia 1913 ya existía una crisis que se
profundizó tras el estallido de la Primera Guerra Mundial en el año 1914.
Pues bien, la idea generalizada es que durante las guerras mundiales, los países en
desarrollo que, gracias al establecimiento de la división internacional del trabajo, son los
6
Bertino, Magdalena; Bertoni, Reto; Tajam, Héctor; Yaffé, Jaime. El desempeño económico
global: del modelo agro-exportador al de industrialización sustitutiva de importaciones : la
economía uruguaya 1900-1955. Publicaciones IECON. Documento de Trabajo 5/01. 2001.
Página 10.
8
que exportan materias primas y bienes de consumo primario, protagonizan una época de
bonanza económica.
Como afirma Nahum: “Nuestra época de ‘vacas gordas’ duró los 7 años bíblicos (1913-
1919) y nos produjo un superávit comercial de 173 millones de pesos uruguayos
equivalente a 4 o 5 Presupuestos Nacionales de aquellos tiempos, o del total de la Deuda
Pública circulante en 1919.”7
Sin embargo, esta idea entra en una aparente contradicción con los datos empíricos que
obtenemos del período que abarca la Primera Guerra Mundial. La literatura sobre el
tema rebela que en ese período se produjo una fuerte caída de las exportaciones
uruguayas, un freno en el crecimiento demográfico del país y una débil dinámica
tecnológica. Estos factores, sumados a otros, fueron los que pusieron en tela de juicio la
viabilidad del “modelo agroexportador” que se veía incapaz de hacer frente a estas
cuestiones.
7
Nahum, Benjamín. Cuando fuimos ricos... El crédito uruguayo a Inglaterra y Francia en 1918.
Ediciones de la Banda Oriental. 1997. Página 13.
8
Bertino, Magdalena; Bertoni, Reto. – Más de un siglo de deuda pública uruguaya (1870-2000).
Publicaciones IECON. Documento de Trabajo 04/06. 2006. Página 15.
9
Hemos citado, en el apartado anterior, a Nahum diciendo que los años de guerra han
sido para el Uruguay “nuestra época de las ‘vacas gordas’”. Y esto es así porque, gracias
a la guerra, es decir, gracias al desorden mundial que la Primera Guerra Mundial
significó, los precios internacionales de los alimentos y de las materias primas se
incrementaron de forma notoria en este período. Por lo tanto, a pesar de la reducción en
el nivel de exportaciones, el valor de las mismas aumentaron por el aumento de los
precios internacionales. Este hecho, junto con la restricción importadora también creada
por la guerra, determinó que se produjese una importante acumulación de saldos
favorables en nuestra balanza comercial.
Este “visión positiva” de los impactos de la guerra fue acompañada principalmente por
el sector primario exportador que comenzó a tener una “sensación de riqueza” que fue
independiente al notorio estancamiento de la producción manufacturera e, incluso, de la
ganadera.
¿Cómo conciliamos ambas cosas? Luis Bértola dice: “Nahum ve claramente los dos
lados de la moneda: acumulación de riqueza en los sectores exportadores y momentos
de crisis especialmente para los sectores ligados a la economía urbana.”10
Bertino, Bertoni, Tajam y Yaffé afirman que: “Mientras que el desempeño global de la
economía muestra la continuidad de la crisis hasta caso el final de la guerra, el
desempeño externo en términos de balanza comercial fue ampliamente favorable. [...]
Durante la guerra, el medio urbano montevideano revelaba todas las dimensiones de la
crisis: fuerte caída del salario real, incremento de los alquileres, desocupación, eran los
síntomas de una deteriorada situación social que había comenzado con la crisis de 1913
y empeorado con los años de la guerra.”11
Podemos decir que los dos puntos de vista de estos autores no son contradictorios, sino
que se complementan y que apuntan a las mismas causas de los acontecimientos.
Bertino, Bertoni, Tajam y Yaffé agregan que: “El enriquecimiento durante la guerra tuvo
un claro carácter clasista: se enriqueció directamente el sector ganadero y hubo cierta
distribución dentro de la sociedad rural.”12
Los más afectados por la guerra y sus impactos fueron los sectores populares que se
vieron empobrecidos y afectados por la caída del empleo y del salario real privado, y
por la retracción del gasto público.
Mientras tanto, una buena parte de los ingresos por exportaciones se acumularon en
cuentas radicadas en el BROU y permitieron ampliar la base para sostener los créditos a
los aliados en 1918.
10
Bértola, Luis. Ensayos de historia económica. Uruguay y la región en la economía mundial.
1870-1990. Ediciones TRILCE. 2000. Página 185.
11
Bertino, Magdalena; Bertoni, Reto; Tajam, Héctor; Yaffé, Jaime. La larga marcha hacia un
frágil resultado. 1900-1955. En: Instituto de Economía; El Uruguay del Siglo XX, La
Economía; Banda Oriental, Montevideo, 2001.
12
Bertino, Magdalena; Bertoni, Reto; Tajam, Héctor; Yaffé, Jaime. La larga marcha hacia un
frágil resultado. 1900-1955. En: Instituto de Economía; El Uruguay del Siglo XX, La
Economía; Banda Oriental, Montevideo, 2001.
11
Es por eso que Nahum dice: “La riqueza que colmó a los rurales no llegó, sin embargo,
a la ciudad. Por el contrario, la baja de las rentas aduaneras, que eran la clave de los
ingresos del Estado, fue drástica ante la caída del comercio mundial por la guerra [...].
No sólo se paralizaron los planes innovadores del gobierno reformista de Batlle [...] sino
que disminuyó el crédito del Banco República y se enlenteció así la actividad comercial
e industrial, ya declinante por la guerra. [...] A la suba del costo de vida se sumó una
creciente desocupación, por la falta de materias primas en la industria y de artículos
importados en el comercio. Ello disminuyó la capacidad de consumo de sectores
sociales bajos y medios y extendió la rebaja de salarios. La situación se hizo crítica para
gran parte de la población de la ciudad [...].”13
Si la situación era tan crítica, nos preguntamos por qué se concedieron prestamos a
Inglaterra y Francia. Una de las causas para que esto ocurriera fue la necesidad del
Estado de vender la producción rural de manera fluida. También era necesario no dejar
que se acumularan cosechas para evitar la baja de los precios. Obviamente que si
queremos que nos compren lo que producimos, nada mejor que otorgar créditos. Fue así
que se concedieron desde Uruguay a Inglaterra y a Francia. Se entendía que estos
créditos serían favorables para reactivar a la deprimida economía.
Con respecto a la incipiente industria manufacturera, Henry Finch asegura que “los
efectos de la Primera Guerra Mundial sobre el desarrollo de la industria uruguaya
fueron, en su conjunto, probablemente beneficiosos. La consecuencia más importante de
la dificultad de asegurarse el abastecimiento externo a través de las importaciones fue la
de reforzar las tendencias ideológicas hacia el autoabastecimiento.”14
Es así que logramos concebir la idea de riqueza en medio de la crisis. Veamos ahora qué
fue lo que pasó tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial sólo 21 años después de
finalizada la Primera Guerra Mundial.
Nahum, Benjamín. Cuando fuimos ricos... El crédito uruguayo a Inglaterra y Francia en 1918.
13
La Segunda Guerra Mundial estalla en el año 1939, pero el contexto local del país ha
cambiado con respecto al que predominaba a principios del siglo XX. En 1914 había
comenzado la crisis del “modelo agroexportador” de “crecimiento hacia afuera” y en el
año 1929, con la crisis mundial, el modelo termina por desaparecer. Por lo que quedó
claramente manifiesto el carácter dependiente y periférico de la economía uruguaya.
“La segunda mitad de la década del veinte ofreció, para las finanzas del Gobierno
Central, un escenario que bien podría definirse como una época de “vacas gordas”. Los
saldos favorables se sucedieron y fueron en aumento entre 1924 y 1928 y, a pesar de la
interrupción de esta tendencia en 1929 [...].”15
En el año 1929 se inicia, pues, tras el quiebre de la Bolsa de Valores de Nueva York, una
crisis de extraordinaria generalidad y profundidad. “Fue un acontecimiento de
extraordinaria magnitud, que supuso poco menos que el colapso de la economía
capitalista mundial, que parecía atrapada en un círculo vicioso donde cada descenso de
los índices económicos (exceptuando el del desempleo, que alcanzó cifras
astronómicas) reforzaba la baja de todos los demás.”16
“En los países de América Latina se realizaron grandes esfuerzos para desarrollar
industrias propias que permitieran sustituir las importaciones y con ello reducir los
efectos negativos de la dependencia exterior sobre la balanza de pagos.”17
15
Bertino, Magdalena; Bertoni, Reto. El Estado uruguayo 1906-1930: El balance fiscal,
economía y política. Publicaciones IECON. Documento de Trabajo 9/03. 2003.
16
Hobsbawm, Eric. Historia del siglo XX. Crítica. Grupo Editorial Planeta. Quinta Edición.
2003. Página 98.
17
Bertino, Magdalena; Bertoni, Reto; Tajam, Héctor; Yaffé, Jaime. La larga marcha hacia un
frágil resultado. 1900-1955. En: Instituto de Economía; El Uruguay del Siglo XX, La
Economía; Banda Oriental, Montevideo, 2001.
13
Por otro lado, las restricción al comercio exterior que supuso la crisis del 29, más
aquellas que luego generaría la Segunda Guerra Mundial, propiciaron la ampliación del
mercado interno y el desarrollo de la industria manufacturera iniciándose así un nuevo
modelo de inserción internacional que fue denominado de “crecimiento hacia adentro” o
“modelo sustitutivo de importaciones” (ISI) que sustituyó al ya agonizante “modelo
agroexportador”.
Como dicen Bertino, Bertoni, Tajam y Yaffé: “Como respuesta a las restricciones
impuestas al modelo agro-exportador, primero por sus propias limitaciones y luego por
el impacto de la “gran depresión”, se puso en práctica en el país una serie de medidas de
política económica que, en el marco de un mercado mundial desestructurado y hostil,
permitió “capear el temporal”, dinamizando actividades vinculadas al mercado interno y
operándose un embrionario proceso de diversificación productiva. A este fenómeno se
lo ha denominado industrialización sustitutiva de importaciones.”19
18
Bertino, Magdalena; Bertoni, Reto; Tajam, Héctor; Yaffé, Jaime. El cambio estructural a
través de los sectores. La economía uruguaya 1900-1955. Publicaciones IECON. Documento de
Trabajo 6/01. 2001. Página 15.
19
Bertino, Magdalena; Bertoni, Reto; Tajam, Héctor; Yaffé, Jaime. El cambio estructural a
través de los sectores. La economía uruguaya 1900-1955. Publicaciones IECON. Documento de
Trabajo 6/01. 2001. Página 28.
14
Sin embargo, “durante el período 1930-1955 la industria manufacturera creció con una
intensidad como no lo había hecho antes, junto a un proceso de diversificación que
cambió estructuralmente la economía del país. Dicho desarrollo fue de tal importancia
que podemos afirmar que la industria se transformó en el sector impulsor del
crecimiento económico, manifiesto en el peso proporcional que adquirió dentro de la
estructura del producto.”21
Con respecto a las condiciones internas del Uruguay al estallar la Segunda Guerra
Mundial, podemos afirmar que dichas condiciones eran muy diferentes a las existentes
antes de la Primera Guerra Mundial. Como ya hemos dicho, ahora el mercado interno
esta desarrollado, la industria resultaba ser el sector dinámico de la economía, abalada
por un modelo de inserción de crecimiento hacia adentro.
Otro factor a tener en cuenta para describir el proceso económico durante la Segunda
Guerra Mundial es la presencia del Estado como controlador del comercio exterior. Pero
recordemos que en el marco de la crisis mundial del 29, las ideas del Estado interventor
se habían generalizado a través de la llamada “revolución keynesiana”.
20
Bertino, Magdalena; Bertoni, Reto; Tajam, Héctor; Yaffé, Jaime. La larga marcha hacia un
frágil resultado. 1900-1955. En: Instituto de Economía; El Uruguay del Siglo XX, La
Economía; Banda Oriental, Montevideo, 2001.
21
Bertino, Magdalena; Bertoni, Reto; Tajam, Héctor; Yaffé, Jaime. El cambio estructural a
través de los sectores. La economía uruguaya 1900-1955. Publicaciones IECON. Documento de
Trabajo 6/01. 2001. Página 17.
15
distributiva. Esta concepción económica y social del país, no había sido truncada por el
gobierno de Terra (1931 – 1938), y fue exaltada por el neobatllismo22 (1947 – 1958) .
Sin embargo, Finch, presenta en “La economía política del Uruguay contemporáneo.
1870 – 2000” una elaboración de series anuales de la producción industrial uruguaya
22
Se le llama neobatllismo a la etapa en que gobernó el Presidente Luis Batlle Berres.
23
Bertino, Magdalena; Bertoni, Reto; Tajam, Héctor; Yaffé, Jaime. La larga marcha hacia un
frágil resultado. 1900-1955. En: Instituto de Economía; El Uruguay del Siglo XX, La
Economía; Banda Oriental, Montevideo, 2001.
24
Rodríguez, Octavio. Sobre la concepción del sistema centro-periferia. Revista de la CEPAL
#3. Santiago de Chile. 1977.
16
para el período 1936 – 1951 realizada por Pedro C. M. Treichert; y un calculo del PBI
anual realizado por el BROU a partir de 1935.
“Las cifras del BROU muestran claramente que el fin de la Segunda Guerra Mundial
separa bruscamente el período de estancamiento industrial (entre 1935 y 1945) de una
década de rápido crecimiento (entre 1945 y 1955).”25
Sin embargo, las cifras del BROU no fueron muy creíbles, por lo que nos limitamos a
decir que hubo un descenso de la actividad industrial durante el conflicto bélico, pero
quizás no es tan cierto que se haya producido un estancamiento de la industria.
Esto entra en contradicción con la idea de que la Segunda Guerra Mundial favoreció el
proceso de industrialización de América Latina y, en particular, de Uruguay. Sin
embargo, podemos afirmar que una vez concluida la guerra, los números comienzan a
mejorar y el país vuelve a ubicarse en una franca senda de crecimiento económico que
se extendería hasta 1957.
“El período de la Segunda Guerra Mundial fue de estancamiento para la industria y para
toda la economía en su conjunto, a pesar de que el proteccionismo se vio reforzado por la
inflación internacional. Este estancamiento fue resultado del desabastecimiento, la crisis del
agro (1942-43) y la regresiva distribución del ingreso que limitaba la demanda interna hacia
la cual se dirigía la mayor parte de la producción manufacturera. Mientras se iba
sustituyendo lo que antes se consumía importado, esta limitación no tuvo la relevancia que
presentaría desde este momento. Los salarios habían contribuido más a preservar las
ganancias de los empresarios, que a gestar un mayor mercado de consumo para su
producción.”26
Más allá del lento crecimiento de la demanda interna, la lentitud del crecimiento
económico se debió, más que nada, a las dificultades externas y a la sequía de 1942 que
devastó el medio rural.
Pues bien, presentada esta evidencia, observamos que nuevamente el país se vio
perjudicado por la dependencia existente del contexto internacional. Vemos como no fue
posible superar esta dependencia más allá de haberse producido un cambio estructural
de la economía que abandonó un modelo explícitamente dependiente a otro
implícitamente dependiente. Lo que queremos decir es que, el modelo ISI no tuvo la
independencia y autonomía necesaria para sostenerse ante un episodio de desequilibrio
internacional como fue la Segunda Guerra Mundial.
No solamente era dependiente del exterior, sino que dependía de las transferencias de
recursos desde el sector primario exportador. Como vimos, tras la sequía de 1942, el
medio rural había quedado devastado, por lo que cayeron los ingresos por
26
Bertino, Magdalena; Bertoni, Reto; Tajam, Héctor; Yaffé, Jaime. El cambio estructural a
través de los sectores. La economía uruguaya 1900-1955. Publicaciones IECON. Documento de
Trabajo 6/01. 2001. Página 18.
18
Por otro lado, “la regulación estatal, que pudo redistribuir los ingresos sobre la base de
privilegiar la producción manufacturera local y la expansión del mercado interno, falló
en la política de incentivos. Se mantuvo una protección indiscriminada, sin exigir
contrapartidas y no se avanzó en el desarrollo de una capacidad innovativa autónoma.”27
También se desprende del análisis que la acumulación de divisas que se produjo durante
la guerra en nuestro país es una situación pasajera e insostenible en el tiempo, que sólo
pudo darse gracias a que las potencias beligerantes importaban nuestros productos
primarios a un precio que nos beneficiaba. Y cuando hubo una caída de los ingresos por
concepto de exportaciones, debido a la crisis en el medio rural, se evidenció que este
nuevo modelo de crecimiento también fallaba, aunque su caída no se produce hasta
mediados de la década del 50’.
Conclusiones
Como primeras conclusiones de este trabajo, citemos algunas de las planteadas por
Bertino, Bertoni, Tajam y Yaffé en su libro “La larga marcha hacia un frágil resultado”.
27
Bertino, Magdalena; Bertoni, Reto; Tajam, Héctor; Yaffé, Jaime. El desempeño económico
global: del modelo agro-exportador al de industrialización sustitutiva de importaciones : la
economía uruguaya 1900-1955. Publicaciones IECON. Documento de Trabajo 5/01. 2001.
Página 33.
19
En segundo lugar, estos autores, reafirman la idea de que las consecuencias de los
shocks externos, en este caso los períodos de guerras, tuvieron un efecto negativo en la
economía nacional. La Primera Guerra Mundial tuvo efectos más profundos, dado el
mayor grado de apertura de la economía en ese entonces y los escasos mecanismos de
regulación existentes.
“La crisis económica mundial, iniciada en 1929, impactó fuertemente provocando una
profunda recesión en los primeros años treinta, pero las regulaciones estatales que se
arbitraron frente al shock contribuyeron no sólo a lograr una rápida recuperación, sino a
concretar cambios importantes en la estructura económica. En este sentido, se crearon
las condiciones necesarias de un nuevo período de crecimiento. Cuando estalló la
Segunda Guerra Mundial la economía uruguaya y su relación con la economía
internacional, mostraban diferencias muy significativas con aquellas de 1914.”28
En tercer lugar, vemos cómo las exportaciones significaron una importante fuente de
divisas entrantes al país. Sin embargo, se puede afirmar que dicha entrada de capitales
no siempre estuvo acompañada de crecimiento económico. Durante la Primera Guerra
Mundial, al no haber regulación al respecto, y al haber una importante inflación
28
Bertino, Magdalena; Bertoni, Reto; Tajam, Héctor; Yaffé, Jaime. El desempeño económico
global: del modelo agro-exportador al de industrialización sustitutiva de importaciones : la
economía uruguaya 1900-1955. Publicaciones IECON. Documento de Trabajo 5/01. 2001.
Página 34.
20
Extraemos que las posibles causas de ese fenómeno son la dependencia del contexto
internacional que se deriva de la dependencia que el país experimenta respecto de los
bienes exportables, principalmente los pecuarios. Citamos estas posibles causas, porque
compartimos la conclusión de que la acumulación de divisas, producto de las
exportaciones, no contribuyeron en gran medida al desarrollo de la producción material
y, por ende, a la generación de riqueza. Podríamos llegar a pensar que durante la
Segunda Guerra Mundial, gracias a la coyuntura favorable de los términos de
intercambio, ahora en presencia de un andamiaje institucional que dotó al Estado de
fuertes mecanismos de regulación del comercio exterior, que permitió una dinámica
transferencia de ingresos y un crecimiento muy importante de las actividades vinculadas
a la producción material, sí se alcanzaría ese objetivo de generación de riqueza a partir
de la transferencia de los ingresos generados en las exportaciones. Sin embargo, los
hechos mostraron que el modelo de desarrollo hacia adentro tampoco contó con una
sólida independencia que le permitiera esquivar satisfactoriamente los shocks externos.
Nos gustaría orientar la reflexión hacía el cuestionamiento del por qué el Uruguay no
logró aprender lo suficiente de los shocks externos que significaron las dos guerras
mundiales como para llevar adelante un modelo de crecimiento que lo dotara de una
21
“Y ello es así porque todo hábito y conocimiento, una vez adquirido, se enraíza tan
profundamente en nosotros, como un terraplén ferroviario en la tierra. No requiere ser
renovado continuamente, ni reproducirlo en forma conciente, sino que se hunde en el
estrato de lo subconsciente. Se transmite normalmente por herencia, aprendizaje,
educación, presión del medio, casi sin fricción. Todo lo que pensamos, sentimos o
hacemos se vuelve en muchas ocasiones automático, descargándose de ello nuestra vida
conciente. [...] Y de aquí se sigue también para la vida económica que todo paso fuera
de los límites de la rutina tiene dificultades y contiene un elemento que constituye el
fenómeno del liderazgo.”29
Esa es una posible explicación sería la brindada por Schumpeter en su obra “La teoría
del desenvolvimiento económico”.
Bibliografía
29
Schumpeter, Joseph. Teoría del desenvolvimiento económico. Capítulo III: “El fenómeno
fundamental del desenvolvimiento económico”. Fondo de Cultura Económica. Tercera edición
en español. 1957.
22
ANEXO
Gráfica 1
Grado de apertura
Porcentajes de las exportaciones en el PBI a valores corrientes
Promedios trianuales móviles
25
Gráfica 2
Exportaciones 1911 - 1930
Índice de volumen y precios 1913 = 100
Promedios trianuales móviles
26
Gráfica 3
Importaciones 1911 - 1930
Índice de volumen y precios 1913 = 100
Promedios trianuales móviles
27
Gráfica 4
Balance Comercial 1911 - 1930
Millones de dólares
Promedios trianuales móviles
28
Gráfica 5
Producto Interno e Ingreso Nacional 1911 - 1930
Millones de dólares a precios de 1913
Promedios trianuales móviles
29
Gráfica 6
30
Fuente: Bertino, Magdalena; Bertoni, Reto; Tajam, Héctor; Yaffé, Jaime. El cambio
estructural a través de los sectores. 1900 – 1955. Publicaciones IECON. Documento de
trabajo 6/01. 2001. Página 7.