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Lief (1977) el deseo sexual diferente de la excitación y el orgasmo: “el deseo sexual
es un aspecto de la vida humana extraordinariamente complicado y requiere de una
aproximación multifactorial para su comprensión. No se puede tener en cuenta
solamente las respuestas sexuales observables, como dice Kinsey. Alguien podría
masturbarse 20 o más veces a la semana, pero faltarle el deseo para relacionarse
sexualmente con una pareja, o una persona relacionarse sexualmente con otra, 20
o más veces al mes sin desearla realmente.
Levine (1984) “el deseo sexual es la energía psicobiológica que precede, acompaña
y tiende a producir comportamiento sexual”.
a) La identidad de género
b) La calidad de las relaciones sexuales y no sexuales
c) Las pautas de regulación propia y del compañero/a.
d) La transferencia con los vínculos del pasado.
Determinantes anatomo-fisiológicos
Los centros del cerebro que regulan el deseo erótico consisten en una red de
núcleos y circuitos neuronales. Existen centros de activación y de inhibición que
están localizados en el sistema límbico con importantes núcleos en el hipotálamo y
en la región preóptica. La participación del hipotálamo en la conducta sexual es
evidente y muy relevante, mucho más si se tiene en cuenta que es el órgano
controlador del sistema endócrino. En general se puede aceptar que las zonas
anterior y preóptica están implicadas en la conducta sexual como facilitadora de la
misma. La zona posterior podría jugar un papel inhibidor de dicha conducta.
El sistema límbico es una de las zonas más antiguas del cerebro que interviene en
la supervivencia y en la reproducción.
El sistema sexual cerebral tiene amplias conexiones con el resto del cerebro y
parece ser que tiene relaciones importantes con las áreas del placer y del dolor
(Kaplan, 1979). En consecuencia, los seres vivos tienden a la búsqueda de
estimulación de centros de placer y a la evitación de estimulación dolorosa.
El deseo sexual es una fuerza motivadora que puede ser regulada, bien activándola,
bien inhibiéndola.
Las hormonas sexuales modulan las respuestas a las que asocian. Pertenecen al
grupo de hormonas llamadas esteroides. Se dividen en cinco grupos: estrógenos,
andrógenos, progestágenos, glucocorticoides y mineralocorticoides. La glándula
suprarrenal segrega sustancias de los cinco tipos.
Los andrógenos son claramente inductores del deseo en ambos sexos, producidos
en el hombre en los testículos y en las mujeres en las glándulas suprarrenales, y en
menor cuantía en los ovarios.
Las tumescencias nocturnas tienen que ver directamente con los andrógenos. Las
erecciones de respuesta a estímulos eróticos no son afectadas por la disminución
o el aumento de las dosis de andrógenos, en cambio la erecciones debidas a la
estimulación externa visual dependen de otras estructuras, estando más
relacionadas con la función ejecutiva de la respuesta sexual, es decir con la
excitación.
Singer y Toates (1987) indican que la motivación sexual debe ser entendida
como un sistema motivacional que está compuesto por el estado del organismo,
refiriéndose a la activación fisiológica que procede de las bases
neuroendocrinas, y por los inductores, que son estímulos eróticos tanto
endógenos (pensamientos, recuerdos, imágenes, fantasías) como exógenos
(estimulación visual, olfativa, táctil, auditiva, etc.) que interactúan
permanentemente.
La presencia de los inductores evoca la aparición del deseo sexual,
dependiendo de la disposición cognitivo emocional.
El sistema motivacional constituye el nivel básico del deseo sexual siendo este,
el deseo sexual, el resultado de la elaboración psicológica del sistema
motivacional.
La aparición de la experiencia del deseo sexual surgirá de la interacción entre
el sustrato biofisiológico y los inductores (Singer y Toates, 1987) experimentada
como activación.
El “impulso” se corresponde con la activación de las bases neurofisiológicas, es
decir, con el “estado del organismo”.
Los inductores eróticos de origen cultural, por tanto aprendidos,
corresponderían con el “anhelo”, es decir, con las representaciones culturales
acerca de lo que convencionalmente es apropiado desear en u contexto social
determinado. La experiencia del deseo erótico es esencialmente subjetiva.
Esta activación estará mediatizada por la elaboración psicológica que depende
de disposiciones tanto cognitivas, como afectivo-emocionales.
A diferencia de la excitación sexual que provoca respuestas observables y
medibles tales como la erección o la lubricación vaginal, el deseo sexual es una
experiencia emocional, un #estado”.
Si el deseo es la manifestación de una carencia, necesidad, la activación del
deseo erótico generará la tendencia a la búsqueda de satisfacción erótica que
puede canalizarse en varios sentidos:
a) Puede lograrse dentro de un mundo intrapsíquico sobre la base del
imaginario erótico.
b) Puede obtenerse activando comportamiento autoeróticos.
c) Puede activarse en la relación interpersonal provocando la experiencia
sexual compartida (heterosexual, homosexual)
COMPLETE:
7. La ____________ actúa como inhibidor y la _____________ como
estimulantes de los centro sexuales del cerebro.
R: serotonina y dopamina.