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Teniendo en cuenta las dimensiones de la individualidad en el mundo griego antiguo

señaladas por Jean-Pierre Vernant (aplicando y resignificando las categorías de M.


Mauss), y al mismo tiempo, la asimilación imperfecta entre actor y personaje mediada
por la máscara (y el traje) de actor en la tragedia griega, señalada por Calame (aplicando
y resignificando las categorías de E. Benveniste, en un intento de superación de ciertos
análisis semióticos) aplicaremos el enfoque señalado por del nonágono semiótico para
así amalgamar ambos enfoques, el de Vernant y el de Calame, y conformar un modelo
operativo que dé cuenta de todas las dimensiones de análisis y perspectivas de estudio
de la interpretación actoral en la tragedia griega antigua. Esto permitirá volver a poner
el análisis de la misma en una perspectiva semiótica, superando así las perspectivas de
análisis autoproclamadas como superadoras de la semiótica (como sucede con Calame),
e implica entonces re-semiotizar la interpretación actoral de la tragedia.

Magariños de Morentín retoma las tres categorías de Peirce (aquello que Peirce
consideraba su mayor aporte): primeridad, segundidad y terceridad y las enfrenta en un
cuadro de doble entrada para permitir un análisis y una descripción detallada de ciertos
fenómenos semióticos, como puede ser un museo. Jorge Alisio reconoce el valor de este
cuadro de doble entrada como modelo operativo, llamándolo nonágono semiótico, que
se oponía al cuadrado semiótico de Greimas.
“El nonágonos emiótico se presenta como una grilla vacía de tres columnas y tres filas –
un cuadro de doble entrada- capaz de convertirse en el cedazo que, una vez agitado,
permite que permanezca a la vista el sistema de relaciones que sostienen obras y
objetos, disciplinas, teorías o conceptos.” De lo que se trata no es entonces, hacer una
exégesis de los conceptos peirceanos, sino de utilizar y proyectar el concepto de
categoría de Peirce. De aquí que “el nonágono semiótico funciona, a su vez, como un
dispositivo interpelador, una máquina de pensar, que habilita el seguir avanzando
mediante recorridos lógicos en la comprensión de los problemas que plantea cada
investigación.”

Categoría y signo
Todo puede ser considerado o analizado como signo. Un signo es algo que está para
alguien, por algo, en alguna relación. Se reconocen entonces tres aspectos, que
responden a tres categorías: en alguna relación (primeridad), por algo (segundidad),
para alguien (terceridad).
Brevemente definidas, la primeridad es “por un aparte, el resultado de un proceso de
abstracción sobre la manifestación material de los fenómenos, tal como puede ser
aprehendida por los sentidos o como puede ser concebida conceptualmente; por otra, es
la posibilidad formal de conceptualizar.” En tanto proceso de abstracción, es una
cualidad, y cualidad, además, definida en gradación1; en tanto posibilidad formal, es
potencialidad. De aquí que Magariños de Morentín la defina como “forma”. Esta
nomenclatura, añadimos, es totalmente contraria a una definición aristotélica de la
forma, para la que la forma es actualidad y no potencialidad, y sustancia, no accidente o
cualidad.
La segundidad, referida al “por algo” del signo, es “un acontecimiento que es
perfectamente individual y sucede aquí y ahora (CP 1.419)”. No se trata sino de la
actualización de la potencialidad expresada en la primeridad, pero al mismo tiempo la
primeridad permite reconocer la segundidad en su carácter individual. Magariños le da

1
guerri 2016: 8
el nombre de “materia”, siendo el nombre contrario a la definición aristotélica de
materia, en tanto la materia es potencialidad.
Pero la mera potencialidad no permite ver lo actual, ni la mera actualidad ayuda a
comprender la diferencia. Esas cosas sólo la otorga la tercera categoría, la terceridad. La
terceridad es el “interpretante” en tanto interpretante genérico-social. Es “el sistema de
valores de un signo en una determinada comunidad y para un determinado tiempo”, “el
valor o el criterio sociocultural por el cual, de todas las posibilidades disponibles, se ha
actualizado una en particular”. De aquí que Magariños lo designe como “valor”. Es lo
que otorga valor a cada posibilidad de la primeridad y al mismo tiempo permite
reconocer, por ello, el valor de la actualziaci´n de la segundidad.
Primeridad, segundidad y terceridad (o forma, existencia y valor), como tres categorías
o aspectos del signo, son recursivos, esto es, también pueden analizarse bajo esas
mismas tres categorías, dando tres nuevos aspectos de ese mismo signo. De este modo,
lo que tenemos son 9 aspectos de cada signo.

La primera partición del signo (aquellos tres aspectos que serán analizados bajo sí
mismos) son los correlatos. “Pueden caracterizarse como categorías materiasles u
operativas y aluden a los modos de manifestarse o de ser que tiene el signo”.
La segunda partición del signo (aquellos tres aspectos que analizarán cada uno de los
correlatos) son las tricotomías, más abstractas que los correlatos. “Pueden caracterizarse
como categorías formales, teóricas o conceptuales, esto significa que aluden a un modo
conceptual de entender el signo y sus aspectos, más que a sus modos de manifestación”.
“La primera tricotomía alude a la relación del signo consigo mismo, es decir, a la pura
posibilidad del signo antes de actualizarse en alguna clase de manifestación. Esta
tricotomía reúne todas las primeridades de los correlatos, es decir, todas las
posibilidades formales que preexisten lógicamente a la manifestación de cualquiera de
los aspectos del signo.”
“La segunda tricotomía e cada correlato alude a la relación del signo con su objeto, es
decir, a las efectivas manifestaciones existenciales de los diferentes aspectos del signo.”
“La tercera tricotomía alude a la relación del signo con su interpretante, es decir, a la
valoración estratégica de las manifestaciones existenciales presentes en la segunda
tricotomía. Esta tricotomía reúne todas las terceridades de los correlatos, es decir, la
relación de los existentes con determinados valores culturales, leyes o estrategias que
operaron para lograr que los existentes se hayan materializado de esa manera.

El nonágono semiótico, a fin de favorecer su uso operativo, invierte el orden presentado


de los manuscritos de Peirce y se construye apartir de la intersección de los correlatos y
las tricotomías. El objetivo es operar con los términos de Forma, Existencia y Valor de
Magariños de Morentín, o Posibilidad, Actualización y Necesidad o Ley (Guerri, p. 13)
en tanto expresiones más descriptivas y más prácticas para su aplicación operativa.
El nonágono semiótico se caracteriza por:
1) ser una estructura vacía que da cuenta de lugares lógicos de relaciones y no de
contenidos fijos
2) privilegiar la relación entre los lugares a los efectos de la construcción cognitiva
y no la “esencialización” de cada uno de ellos
3) favorecer la interpretación de un signo y su aplicación metodológica a la
investigación o a un proceso proyectual, a través de una nueva nominación
también de carácter relacional: Forma de la Forma, Existencia de la Forma, etc.
“El valor del modelo es el de establecer la dinámica interna de interrelación de las
nueve partes, fuertemente interdependientes, y la relación del signo con el mundo
exterior.” 14

Página 17, final.


El Valor del Valor, el Argumento, es el que funciona como organizador de la totalidad
de las decisiones y el que orienta la coherencia interna del nonágono semiótico. El
Valor del Valor es, entonces, la estrategia argumental quepermite inferir los nueve
lugares del nonágono semiótico.18 inicio

18
El valor del existente es la posibilidad de relación del nonágono semiótico con el
contexto exterior y permite reconstruir todos aquellos valores mensurables y
cuantificables que el análisis puede recibri del contexto como retorno de la comparación
efectuada. (la pieza trágica)
El Valor de la Forma es el lugar para considerar las tendencias estéticas que deberán ser
aceptadas y tuilizadas o sustituidas por una nueva propuesta.
“El valor de la forma, el valor de la existencia y el valor del valor establecen el espacio
lógico desde el cual la significación se vuelca hacia adentro, organiando la totalidad.
Esta significación se une a los valores que, fuera del cuadro, lo contextualizan con
relación al mundo. Esto refuerza la conciencia acerca de la centrealidad del interpretante
que, en tanto terceridad, es el grado último de significación posible.
El icono-diagramático xexplica las relaciones internas y estructurantes de lproceso de
semiosis en general, pero también de procesos semióticos precisos.

p.21
El nonágono semiótico busca contestar a una pregunta precisa: ¿qué es esto?, o mejor,
¿cuánto sabemo nosotros de nuestro objeto de investigación?

Orden práctico: analizar las manifestaciones concretas de un concepto, objeto o


comportamiento; se comienza el análisis por el Existente. Luego analizar el Valor y
luego la Forma, o al revés.

Orden histórico:primero la terceridad (necesidades, leyes sociales y discursos verbales y


gráficos) que construyeron los valores socioculturales para el surgimiento,
consolidación y posterior desarrollo de ese objeto de estudio.

Orden lógico: primero la primeridad, luego la segundidad y luego la terceridad.


relación entre conocimiento y moral, entre error y mal moral. La dimensión moral
aparece cuando hay una tensión entre ambos y se toma partido. Aparece, en
definitiva, en la actualización de ese ethos y ese pathos, en la acción misma
mediada o no por la dianoia, motivada por esta, por el ethos o el pathos.

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