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SEGUNDA PARTE

SEGURO SOCIAL DE CORTO PLAZO


1. SEGURO SOCIAL

Definición.- Es cada uno de los sistemas previsionales y económicos que cubren los riesgos
a que se encuentran expuestos principalmente los trabajadores, a fin de mitigar o al menos,
o reparar los daños, perjuicios y desgracias de que pueden ser víctimas involuntarias, o sin
mala fe en todo caso.

Organización y Funcionamiento.- Representa uno de sus órganos de expresión, uno de sus


cuerpos gestionarios o, en su acepción más restrictiva, uno de sus establecimientos.

Origen.- Subordinada a la Seguridad Social.

Cobertura.- Grupo particular de trabajadores.

Financiamiento.- Contributivo, se sustenta por medio de cuotas, que en el caso de los


trabajadores son deducidas de su salario.

Administración.- El Estado organiza obligatoriamente los organismos autónomos y


autárquicos. Sin que por lo regular participe en la gestión.

Contingencias.- Se considera a través de cada uno de los riesgos que trata de proteger.

Es la protección que la sociedad proporciona a sus miembros mediante una serie de medidas
públicas, contra las privaciones económicas y sociales que de no ser así ocasionarían la
desaparición o una fuerte reducción de los ingresos de los trabajadores, por causa de
enfermedad, maternidad, accidente de trabajo o enfermedad laboral, desempleo, invalidez,
vejez y muerte; y también la protección en forma de asistencia médica y de ayuda a las
familias con hijos. También denominado régimen contributivo.

El seguro social o también conocido como régimen contributivo, se estableció en Alemania,


un siglo atrás, cuando los gobiernos locales implementaron fondos de enfermedad que
exigían de los trabajadores el pago obligatorio de aportes a la caja correspondiente, así en
caso de enfermedad, el trabajador asegurado recibía ciertas prestaciones, siguiéndole a este
seguro, similares, con cobertura de contingencias de accidentes del trabajo, invalidez, vejez
y muerte. La trilogía de este régimen la componían –los trabajadores, los empleadores y el
Estado- participando en su funcionamiento, destacándose la solidaridad obrera,
desempeñando una función preeminente en su concepción, establecimiento y administración.

El concepto de seguro, tiene como basamento el principio de mancomunidad de riesgos, por


lo que todos los que se encuentran amparados en ese régimen contribuyen a un fondo común;
el cotizante que cumple los requisitos prescritos que motive la prestación, logrará que el
seguro cubra sus necesidades, o al menos parte de ellos, es el caso de quien sufre una
enfermedad y si pagó las cotizaciones durante el período requerido, será protegido por el
seguro.

Los seguros sociales difieren entre sí, sin embargo los elementos principales que les
caracterizan a todos estos regímenes son:

 Financiación mediante cotizaciones, tanto de los trabajadores, como de los


empleadores y a menudo por parte del Estado (La Trilogía);
 Afiliación obligatoria;
 Ingreso de las cotizaciones en fondos especiales con cargo a satisfacer las
prestaciones;
 Inversión de excedentes a fin de obtener mayores ingresos;
 Garantía de las prestaciones en base al histórico contributivo personal, al margen
de los recursos económicos (ingresos y patrimonio);
 Cotizaciones y prestaciones proporcionales a los ingresos del trabajador afiliado;
 La financiación de las prestaciones por accidentes del trabajo y enfermedades
profesionales suele estar únicamente a cargo de los empleadores. (Puesto que el que
crea un riesgo debe asumirlo).

1.1. ASISTENCIA SOCIAL

Algunos países en lugar de basarse en las cotizaciones individuales de trabajadores y


empleadores, implementaron su seguridad social considerando como fundamento la
“asistencia social”. Recurriendo a los impuestos locales o nacionales que financian los
programas de los que se derivan las prestaciones pagadas como un derecho legítimo si
se cumplen las condiciones de necesidad exigidas. Se consideran los recursos
económicos con los que cuenta el solicitante para conferirle las prestaciones.

Muchos países tienen un régimen mixto, es decir donde prevalece el seguro social,
también cuentan con la asistencia social destinadas a personas que por alguna razón no
están comprendidas dentro del régimen del seguro social, o que las prestaciones que les
confieren son insuficientes para cubrir sus necesidades. Esto debido a que la solidaridad
social y la asistencia social están muy interrelacionadas, entre los países que adoptaron
la seguridad social basada en la asistencia social se tiene a Australia, Nueva Zelandia y
algunos países escandinavos.

El convenio número 102, agrupa las prestaciones con arreglo a sus funciones,
imponiendo condiciones mínimas que todos los países, industrializados o en desarrollo
pueden establecer en el momento adecuado.

Las prestaciones que contempla el Convenio número 102 son 9 siendo las siguientes:

 Asistencia médica:
 Prestaciones monetarias de enfermedad;
 Prestaciones de desempleo;
 Prestaciones de vejez;
 Prestaciones de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales;
 Prestaciones familiares;
 Prestaciones de maternidad;
 Prestaciones de invalidez;
 Prestaciones de sobrevivientes.

Se observa que a excepción de las prestaciones de desempleo, el resto guarda relación


con hechos biológicos, otorgando protección en casos de enfermedad, accidente,
nacimiento, educación de hijos, vejez y muerte. Estas circunstancias repercuten en los
ingresos del trabajador.

1.2. DIFERENCIA FUNDAMENTAL ENTRE EL SEGURO SOCIAL Y LOS


OTROS REGÍMENES

 El seguro social se basa en la afiliación a un régimen que requiere el pago de


cotizaciones, y con cargo al cual se proporcionan prestaciones cuando ocurre
una de las contingencias estipuladas.
 En los regímenes de asistencia social o con cargo a los ingresos generales del
Estado, el derecho a la prestación se basa en la pertenencia a la comunidad, la
cual encuentra los fondos necesarios para otorgar esas prestaciones.

Si los fondos para satisfacer las prestaciones proceden de toda la comunidad, no hay
necesidad de conservar los antecedentes detallados de las cotizaciones o los empleos
durante muchos años, como en el caso del seguro social. El único criterio válido para
acceder a las prestaciones es el cumplimiento de la condición de ciudadano o residente.

En la mayoría de los países falta mucho para lograr el objetivo de protección social
completa, sin embargo el seguro social es el punto de partida, aunque en cada caso,
incluso en un régimen de cobertura total, deben cumplirse ciertas condiciones antes de
tener derecho a prestaciones, puesto que deben protegerse los fondos e impedir los
abusos. Por supuesto la primera condición es que ocurra la contingencia prevista. Un
accidente de trabajo debe probarse. El solicitante de una pensión de jubilación debe
demostrar a las autoridades que cuenta con la edad requerida para el efecto. En segundo
lugar demostrar que se tiene el derecho a la protección y por último con la finalidad de
proteger al fondo y a sus afiliados, el solicitante demostrará que cubrió el período
requerido de seguro o residencia y cumple las normas establecidas en la legislación para
la concesión de la prestación pretendida.
En los regímenes de asistencia social a cargo del Estado no existe afiliación ni se
requiere seguro para acceder a la prestación. Se valoran los ingresos y la residencia de
las personas. Las normas fijan límites de cuantía y duración de las prestaciones a fin de
lograr atención de salud exigiendo condiciones especiales.

El advenimiento de la era industrial dio origen a la nueva clase obrera y con su sistema
de producción masiva determinó el hacinamiento urbano de los campesinos que
abandonaban la servidumbre feudal para envolverse en la peligrosidad de la máquina;
es decir, de fuego y de temperaturas, engranajes y sierras, substancias venenosas y
peligrosas, etc.

Esta nueva clase empezó su lucha por mejores condiciones de trabajo y vida;
indemnización por siniestros laborales, jornadas compatibles con la capacidad de
actividad, alivios económicos en la cesantía producida por cierres empresariales,
enfermedades, vejez y accidentes; esfuerzos para aliviar las cargas económicas causadas
por las enfermedades, etc.

Los empleadores, afectados a veces por la responsabilidad de accidentes masivos,


concibieron respaldarse en el seguro privado mientras el Estado hacía esfuerzos para
evitar los problemas sociales como la enfermedad mediante centros asistenciales
caritativos. Los trabajadores, por su parte, conformaban mutualidades para ayudarse en
caso de enfermedad o despido.

El estadista alemán Otto von Bismark, más que con criterio y sensibilidad sociales, como
organizador de la economía y la base humana de su país, concibió la idea de aunar estos
esfuerzos de empresarios y trabajadores mediante sistemas de seguro privado masivo y
obligatorio para todo el sector industrial, con el fin primordial de evitar ese nuevo
fenómeno que vino en llamarse “Problemas Sociales”.

Así se creó el Seguro Social, que en resumidas cuentas es la aplicación de las técnicas y
sistemas del seguro privado a los riesgos de los asalariados:

- Constituye una entidad similar a la de los seguros mercantiles bajo


responsabilidad conjunta de:

a) los trabajadores,

b) los empleadores, y

c) el Estado.

- Se financia con primas pagadas por los propios trabajadores que antes
aportaban a sus sociedades de socorros mutuos, con recursos de los
empleadores que crean fondos de reservas por beneficios sociales, en lugar
de las primas que pagaban antes al seguro privado y con recursos del Estado
(más bien municipios en Alemania) que aporta fondos que antes se destinaban
a la salud pública y cargas sociales de desocupados.
- La técnica empleada es la misma que para el seguro mercantil; es decir, el
cálculo o las matemáticas actuariales.

2. SEGURIDAD SOCIAL

Definición.- Es la protección que brinda la sociedad a todos sus integrantes, a través de


distintas medidas públicas.

Organización y Funcionamiento.- Representa el sistema, la ideología, el movimiento, el


mensaje, la filosofía.

Origen.- Se desprende del Derecho del trabajo, aunque vinculada a la perspectiva laboral.

Cobertura.- País. Toda la población.

Financiamiento.- Tiende a una cotización global y puede también asumir la forma de


impuestos.

Administración.- El ordenamiento se identifica con el Estado, no sólo legislando, se hace


responsable directa o indirectamente de esa función.

Contingencias.- Abarca la totalidad de contingencias de carácter social, que pueden


alcanzar al individuo por el simple hecho de pertenecer ha determinado núcleo de la
sociedad.

La seguridad social se compone de diferentes elementos: el seguro social, la asistencia


social, las prestaciones que se financian con cargo a los ingresos generales del Estado, las
prestaciones familiares y los fondos de previsión, las que se relacionan con las prestaciones
complementarias de los empleadores. El tratadista José Manuel Almanza Pastor, refiere:“es
el instrumento estatal específico, protector de necesidades sociales, individuales y
colectivas, a cuya protección preventiva y reparadora tienen derecho los individuos, en la
extensión, límites y condiciones que las normas disponen, según permita su organización
financiera”, puntualizando que la Seguridad Social es el “conjunto de normas y principios
que ordena ese instrumento estatal específico, protector de necesidades sociales,
específicamente las relaciones jurídicas a que da lugar”.

La seguridad social es amplia, y repercute en la “vida cotidiana” de las gentes en todo el


mundo, y se deben establecer límites al proporcionar antecedentes históricos y definiciones.
La expresión “vida cotidiana” no es exacta puesto que la seguridad social comienza antes
del nacimiento – como es el caso del suministro de asistencia prenatal y prestaciones de
maternidad- continúa después de la muerte, con el pago de prestaciones en dinero por
fallecimiento.
La búsqueda de una mayor seguridad individual y colectiva, presente cuando las personas
trataron de protegerse a sí y a sus familias ante el hambre, pestes y otros peligros que les
acechaban. Cubriendo necesidades vitales –vivienda, alimentación y vestido- constituyó una
permanente lucha y sigue siendo un problema para gran parte de la población mundial.

Por siglos, las comunidades se organizaron en grupos, primero para protegerse a sí mismas
de los peligros del entorno, como de los intrusos ya sean hombres o animales, luego para
defenderse de los avatares de la vida. Aparecen los dirigentes en el tiempo, que bien o mal,
intentaron disciplinar y organizar a sus súbditos y su forma de vida. Orientando y
aconsejando a sus huestes.

Personas agrupadas con igual problemas y preocupaciones se unieron para protegerse


mutuamente. Formándose gremios de comerciantes y artesanos con la finalidad de ayudar
a sus miembros en la desgracia. Las instituciones religiosas aliviaban las miserias de
quienes no podían hacer frente a los problemas de la vida.

En Europa en el Siglo XIX se da paso a la industrialización, por la forma de vida individual


y rural, puesto que mucha gente dependía de la tierra y vivía en condiciones de pobreza.
Aparecen nuevos problemas sociales y económicos y surge la migración del área rural a la
urbana, produciéndose un desarrollo comercial e industrial y era posible encontrar un
empleo asalariado (bajo dependencia).

A los trabajadores industriales se les pagaban regularmente en forma de salarios, con lo que
obtenían alimentos, refugio y vestido. A falta de salario no encontraban ayuda social a fin
de protegerse a sí y su entorno familiar de los excesos de las privaciones. En las urbes se
debilitaron y no fueron sostenibles los sistemas tribales y de clan, la gran familia en la que
las personas capacitadas ayudaban al cuidado de niños, débiles y ancianos.

Paulatinamente se paliaron las dificultades de quienes perdían sus salarios a consecuencia


de enfermedad o desempleo, o por accidente laboral o vejez. Gobiernos o sociedades
mutualistas organizaron planes de ahorro. Surgen seguros privados que proporcionan
coberturas de vida y gastos de entierro. Los Estados ya legislan exigiendo que los
empleadores se hicieran cargo de los gastos de manutención de sus dependientes enfermos
o accidentados, no siendo suficientes estas normas. La filosofía de la época consistía en que
los trabajadores debían arreglárselas por su cuenta y contrarrestar los riesgos de la vida,
en realidad absorbidos por la lucha cotidiana por sobrevivir, no tenían tiempo para atender
eventualidades posibles o futuras.

Lentos pero seguros los trabajadores se organizaron, obteniendo mayor representación y


poder, estructurándose programas de protección social en los países industrializados. Estos
programas eran obligatorios para algunas categorías de trabajadores, hasta extenderse
paulatinamente abarcando a toda la población. En Alemania se implementó el primer
sistema nacional de seguro social, entre los años 1883 y 1889, a iniciativa del Canciller Otto
von Bismarck, cubriendo pensiones de vejez y prestaciones de enfermedad y no así las
originadas por el desempleo. En otros Estados, se implementan regímenes basados en
cotizaciones de seguro –Australia, Nueva Zelandia, Suecia y Dinamarca, en el decenio de
1890- otros mediante la asistencia social con fondos del erario gubernamental –América
Latina, Europa, EE. UU. y Canadá- antes del decenio de 1930 y en países en desarrollo en
África, Asia y el Caribe, en el decenio de 1950. Se introdujeron variedad de prestaciones
para sustituir o por lo menos en parte la pérdida del salario, hasta ampliarse. Para describir
este Sistema de Cotizaciones y Prestaciones (el otro distintivo es la Afiliación), se utiliza la
expresión “seguridad social”, que es: “…la protección que la sociedad proporciona a sus
miembros, mediante una serie de medidas públicas, contra las privaciones económicas y
sociales que de no ser así ocasionarían la desaparición o una fuerte reducción de los
ingresos por causa de enfermedad, maternidad, accidente de trabajo o enfermedad laboral,
desempleo, invalidez, vejez y muerte; y también la protección en forma de asistencia médica
y de ayuda a las familias con hijos…”.

El término “seguridad social” se empleó oficialmente por vez primera en la legislación de


los EE. UU. en 1935 –en la ley de Seguridad Social- posteriormente en 1938 una ley
aprobada en Nueva Zelandia. Concluida la Segunda Guerra Mundial, varios países
introdujeron y desarrollaron programas de bienestar social, la OIT utilizó el término
“seguridad social” en varios de sus Convenios y Recomendaciones, cuyo propósito es
establecer normas que los países deberían cumplir posterior a 1952. El término “seguridad
social” fue ampliamente utilizado y su comprensión es general en todo el mundo.

Debe recordarse que al hablar de “seguridad social” ésta se compone de diferentes


elementos: el seguro social, la asistencia social, las prestaciones que se financian con cargo
a los ingresos generales del Estado, las prestaciones familiares y los fondos de previsión,
las que se relacionan con las prestaciones complementarias de los empleadores.

2.1. OTRAS FORMAS DE SEGURIDAD SOCIAL


2.1.1. PRESTACIONES CON CARGO A LOS INGRESOS GENERALES DEL
ESTADO

En algunos países, los residentes o persona que trabajaron durante cierto período
determinado, tienen derecho a prestaciones generales, sin considerar los recursos
económicos con los que cuentan, comprendiendo estas prestaciones las pensiones de
vejez, viudedad, orfandad e invalidez, financiadas por los ingresos generales del Estado.
Otros países proporcionan atención médica sin necesidad de cotizaciones o verificación
sobre los recursos económicos, su costo se satisface con cargo a fondos públicos.

2.1.2. PRESTACIONES FAMILIARES

Los gastos adicionales que demanda el mantenimiento de una familia son reconocidos
de alguna manera por la seguridad social. Algunos países proporcionan prestaciones
especiales a los afiliados con uno o varios hijos, ya sea como una pensión o un
complemento salarial (subsidios).

2.1.3. FONDOS DE PREVISIÓN

Durante mucho tiempo pervivieron las cajas de previsión y las sociedades de ahorro,
respondiendo a las necesidades especiales de grupos de personas aunados por
sentimientos comunes, que ahorran para cubrir gastos futuros. Ciertos países cuyas
economías se encontraban en vías de desarrollo, adoptaron este régimen, conocido como
fondos nacionales de previsión. Su ventaja radica en que es una forma fácilmente
comprensible de ahorro nacional con carácter obligatorio. Los ahorros junto a los
intereses que generaban las inversiones, costean a sus miembros en ciertas
eventualidades como la vejez, invalidez o muerte. Ese dinero acumulado en el fondo es
utilizado en proyectos de desarrollo social y económico.

En estos regímenes las cotizaciones individuales se deducen de los salarios del


trabajador en su condición de dependiente o asalariado, contribuye con alguna
cotización similar el empleador, todo este importe se destina a una cuenta a nombre del
trabajador, que gestiona la institución del fondo.

Se sostiene que los fondos nacionales de previsión no son “verdaderos regímenes de


seguridad social”, puesto que no existe mancomunidad de riesgos entre los trabajadores
protegidos en este caso, rara vez se producen pagos periódicos en sustitución de los
salarios. La regla es un pago único, en situaciones inflacionarias las cotizaciones
acumuladas pierden su poder adquisitivo, y de esa manera la prestación final tiene muy
poca relación con el costo de vida actual.

2.1.4. PRESTACIONES CON CARGO A LOS EMPLEADORES

Los empleadores asumen la responsabilidad de contribuir a determinadas prestaciones,


principalmente en el caso de accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales,
consideradas como Riesgos Profesionales. La responsabilidad recae sobre el empleador,
que debe proporcionar indemnización y atención médica en caso de producirse esta
contingencia, por acción directa o suscribiendo una póliza de seguros. Estos programas
se denominan planes de indemnización de los trabajadores.

Las leyes laborales exigen el que los empleadores proporcionen las prestaciones propias
de la seguridad social obligatoria. Así se implementaron las licencias pagadas en caso
de enfermedad y maternidad y se han previsto indemnizaciones en caso de despido del
trabajador o supresión de su puesto de trabajo. Algunas legislaciones obligan el
proporcionar asistencia médica, alentándose a los empleadores a crear planes que
sustituyan o complementen las prestaciones de la seguridad social, mediante la
liberación o exención de impuestos. Estos planes no se promulgan por leyes, sino
mediante negociaciones colectivas y acuerdos laborales, entre trabajadores y
empleadores, siendo de gran utilidad.

2.1.5. SERVICIOS SOCIALES

El Estado suele proporcionar servicios sociales a sus ciudadanos, a través del programa
de protección social general, de acuerdo a la disponibilidad de recursos. En caso de
imposibilidad son las organizaciones de voluntarios y otras las que llenan este vacío.
Estos servicios sociales comprenden:

 Medidas preventivas de asistencia sanitaria, mediante la promoción o educación


en salud y prevención de accidentes.
 Reparación y rehabilitación de lesionados y discapacitados.
 Centros especiales para discapacitados y ancianos (albergues).
 Asesoramiento y asistencia en planificación familiar.

Estos servicios se integran con los regímenes de la seguridad social, dependiendo del
desarrollo histórico del sistema de seguridad social.

2.1.6. DIFUSIÓN DE LA SEGURIDAD SOCIAL

Posteriormente a la Segunda Guerra Mundial se incrementaron los países que


introdujeron los regímenes de seguridad social. Algunos países en vías de lograr su
independencia y empeñados en su reconstrucción avizoraban ampliar la protección
social de sus ciudadanos. Estos propósitos debían ser asumidos por el Estado,
direccionando las operaciones y lograr a nivel nacional una cobertura global, no siendo
suficiente el esfuerzo colectivo o individual de los trabajadores.

El aumento de los programas de seguridad social, se evidencia la implementación de las


prestaciones por accidentes de trabajo en casi el 95% de los países igualmente se
cuentan con disposiciones legales que protegen a las personas de edad avanzada (vejez),
minusválidos (invalidez) y sobrevivientes (muerte). En tanto que las prestaciones de
corto plazo o corta duración, como enfermedad y maternidad son proporcionadas en
menor porcentaje alcanzando al 63% de los países. Las prestaciones familiares se pagan
en el 50% de los países. En caso de desempleo, las prestaciones que otorgan solamente
los países industrializados –siendo de duración limitada- representa sólo el 38% de los
países.

La nueva sociedad basada en la economía industrial, engendró los grandes problemas


laborales; la venta de la fuerza de trabajo y la plusvalía dieron origen a una nueva figura
que es lo social, lo masivo.

El nuevo sistema de la era maquinista, con sus repercusiones como el imperialismo, la


explotación colonial, el poder financiero, el comercio y su invasión de mercados, el
desequilibrio internacional, etc. complica o expande los problemas sociales a otros
campos que no son precisamente los que había englobado y protegido la legislación del
trabajo y su aditamento, el Seguro Social. El problema salió del margen laboral. El
hombre, cualquiera sea su actividad e incluso su nivel dentro de la estructura socio-
económica, se ve ahora frente a contingencias sociales que no siempre son de trabajo,
como la necesidad de educación, de recreo, de salud, de vivienda, de desarrollo y
progreso. Ante ello y con la proclama de vivir libre de temor, si no está sometido al
Seguro Social o si no le son suficientes esos seguros aspira a una Seguridad Social.

Así nace el concepto de Seguridad Social. Derecho humano proclamado por la


Organización de Naciones Unidas. Palabra un tanto abstracta y vaga que encuentra su
mejor expresión en el estadista inglés William Beveridge: “Un conjunto de medidas para
proteger al hombre en sociedad frente a las contingencias que pueden afectar su
igualdad de oportunidades, el bienestar de su grupo familiar, el equilibrio de su
economía, su salud física y moral, sus condiciones habitacionales compatibles con la
dignidad humana, su accesibilidad a la educación, cultura y recreo, su continuidad
económica ante la invalidez o ancianidad y, en fin, su libertad de temor a cuanto pueda
afectar su pleno desarrollo humano como miembro de la sociedad”.

Beveridge ha salido del esquema del Seguro Social:

- Propugna trabajo para quien pueda trabajar y un ingreso para quien no


pueda hacerlo;
- Sustituye riesgo o siniestro con contingencia;
- Dice salud en vez de enfermedad;
- Cambia el concepto de indemnización por el de acceso al bienestar;
- Lo activo en vez de lo pasivo;
- En el orden económico deja o más bien rechaza el financiamiento tripartito y
lo sustituye por el social o nacional de redistribución del ingreso.

Bajo la inspiración de Beveridge se crea una nueva doctrina completamente diferente al


Seguro Social, que se sustenta en Principios Técnicos Propios, como:

- El de Universalidad; es decir, no protección de un grupo laboral, sino de


todos los miembros de la nación o sociedad y;
- El principio de Unidad en cuanto que la protección es única para todos y es
función del Estado su administración nacional.
- En suma, se crea y delimita un derecho del hombre:
- Las diferencias con el Seguro Social son enormes desde todo punto de vista,
ya que en lugar del aporte tripartito y sectorial el financiamiento es nacional,
tan necesario y obligatorio como la educación o la defensa nacional.
- El Seguro Social cubre los riesgos, la Seguridad Social los previene;
- El Seguro Social se basa en el actuario y en la Seguridad Social éste es
suplido por bases estadísticas y económicas como para cualquiera de las
otras funciones del Estado.
- Establecida brevemente la diferencia entre los Seguros Sociales y la
Seguridad Social y aclarada lo que respetables instituciones han
aparentemente confundido, es menester señalar las causas que justifican este
hecho.
- El Seguro Social cubre para un sector poblacional las aspiraciones que la
Seguridad Social tiene para toda la población. En algunos casos, como en la
Europa Central, donde un gran porcentaje de la población es asalariada, el
Seguro Social es de hecho Seguridad Social porque los pocos no protegidos
pertenecen a un sector económicamente capaz de vencer las contingencias
sociales que producen temor.
- En los países socialistas, el Seguro Social laborista se ha convertido en
Seguridad Social, pues no habiendo plusvalía a favor de privilegiados y
siendo un deber el trabajo, el resultado es una cobertura única y nacional con
financiamiento estatal.
- En lo que se refiere a los pueblos del Tercer Mundo, como los
latinoamericanos, el Seguro Social puede ser un camino a la Seguridad Social
si se amplía la cobertura horizontal a toda la población.
- Los organismos internacionales especializados saben y comprenden ese
fenómeno y para no causar susceptibilidades a los entes de Seguro Social que
son siempre en nuestros países pequeños estados o feudos económicamente
poderosos dentro del Estado - propugnan y comprometen a los representantes
de los gobiernos y de las Cajas e Institutos en declaraciones de voluntad de
ampliación del universo de personas protegidas, en un camino lento y
silencioso hacia la protección universal.
- En muchos países, incluyendo la propia Comunidad Británica, que en esta
materia está inspirada en Beveridge, se plantea que el Seguro Social es una
parte de la Seguridad Social.

En resumen para Beveridge, la Seguridad Social trata de garantizar la abolición de la


necesidad y procurarle a cada ciudadano, deseoso de servir de acuerdo con su
capacidad, en todo tiempo, ingresos suficientes para afrontar sus responsabilidades.

PRESTACIONES

1. DEFINICIÓN
De acuerdo a la definición establecida en el Artículo 13° del Código de Seguridad Social en
su inciso g), Las Prestaciones son: “Los beneficios otorgados en dinero o en especie
(sanitarios, alimenticios y otros), por cuyo medio la Seguridad Social realiza la protección
del trabajador y su familia “.
El Reglamento Único de Afiliación y Prestaciones del Sistema de Seguridad Social de Corto
Plazo, aprobado por el INASES, señala: “Prestaciones. Otorgados por los Entes Gestores
de corto plazo en especie y en dinero para proteger la salud de los riesgos y contingencias
que pudiere causar daño al titular del derecho y su grupo familiar:

 En especie. Los servicios necesarios para proteger la salud, entre ellos; los
programas de educación, prevención, la atención médica, farmacéutica, exámenes
complementarios, hospitalización.
 En dinero. Los subsidios por incapacidad temporal que se otorga solo a los titulares
del derecho”.

Beveridge, en su famoso informe, distingue, dentro de los beneficios económicos de la


Seguridad Social, las siguientes clases:

“Prestación", pago continuado, por lo general durante todo el tiempo que dura la necesidad
(como es el caso, de las prestaciones económicas por enfermedad o de incapacidad
temporal, la maternidad o aquellas otorgadas a quienes han perdido involuntariamente su
empleo);

"Pensión", pago periódico que implica una pérdida de la capacidad de obtener ingresos de
forma permanente o prolongada, ya sea debido a la edad (vejez), la incapacidad (pensión
de invalidez) o la muerte (pensiones de viudedad u orfandad);

"Subsidio" o ayuda, pago único para un propósito específico, como el matrimonio, la


defunción.

"Asignación", pago periódico otorgado en favor de las personas dependientes (por ejemplo,
las asignaciones familiares).

1.1. CUANTÍA DE LAS PRESTACIONES Y MANTENIMIENTO DE SU VALOR

Las prestaciones de la seguridad social no son “gratuitas”, se pagan. Su costo total


puede ser considerable y en algunos casos representa una parte importante de la
riqueza nacional. Si se planifica la protección social se cuestiona cuánto podría
aportar un país considerando aspectos sociales y económicos que se deben tener
presentes. Los Convenios de la OIT se recomienda flexibilidad cuando se establecen
normas con respecto a la cuantía de las prestaciones, se abordan dos tipos de
enfoque: El primero basa la cuantía de las prestaciones en relación de las
remuneraciones habituales (las prestaciones dependen de los ingresos). El segundo
se basa en el costo de subsistencia –prestación de cuantía uniforme-. Los redactores
del Convenio número 102 tropezaron con dificultades para establecer normas justas
y razonables, por la diversidad de situaciones económicas de los distintos países.
En la práctica se limitan los tipos y cuantía de las prestaciones previstas, muy a
menudo se establecen tasas máximas de prestación.

Las diferencias entre países se deben a los distintos modelos económicos, filosóficos
y culturales y distintos enfoques de los sistemas y objetivos. En los últimos tiempos
la “espiral inflacionista” atrapó a la mayoría de los países. Las prestaciones de la
seguridad social están relacionadas con las necesidades del afiliado y del
beneficiario. Es posible que la cuantía de las prestaciones concedidas en su momento
adecuadas pueda resultar insuficiente debido a la inflación para adquirir los bienes
y servicios previstos. Un régimen de seguridad social que no ajuste las prestaciones
a los cambios ocasionados por el valor de la moneda no cumple su propósito. Desde
1944 la OIT se inclina en la postura de que la cuantía de las prestaciones se revise
en caso de cambios sustanciales en el nivel general de ingresos o del costo de vida.

Si bien este problema no sea tan apremiante en el caso de las prestaciones de corto
plazo, como de enfermedad (su índice suele basarse en los ingresos muy recientes),
en cambio en el caso de pago de pensiones sí es apremiante, como el pago de
jubilaciones. Si no se ajusta de vez en cuando el valor de las pensiones (llamadas
históricas) se irán depreciando cada vez más durante los períodos de inflación.

1.2. PRESTACIONES Y SUS OBJETIVOS

De alguna manera todas las prestaciones están interrelacionadas, en cuanto a la


protección o mejora de la salud y bienestar. La relación es directa en las prestaciones
en caso de accidente del trabajo o enfermedad profesional, enfermedad, invalidez,
incapacidad y maternidad, siempre hay una incapacidad laboral total o parcial.

En el caso de las prestaciones de vejez, sobrevivientes (muerte), familiares y


desempleo, la relación no es obvia, sin embargo tienen por finalidad garantizar una
nutrición y salud adecuada para los beneficiarios. Existe una relación específica
entre mala salud y pobreza. Por ello y no es por casualidad que en un análisis íntegro
de las prestaciones, la primera que se analiza es la de asistencia médica.

1.3. PRESTACIÓN DE ASISTENCIA MÉDICA. OBJETIVO DE LA ASISTENCIA


MÉDICA

Prevé el mantenimiento, restablecimiento y mejora de la salud de las personas. Lo


ideal sería que todos los ciudadanos de un país accedan a esa asistencia, pero esta
prestación es muy cara, aún más cuanto que la medicina moderna se perfeccionó en
gran medida y simultáneamente ha aumentado las esperanzas depositadas en ellas.
Las previsiones adoptadas para el año 2000 consideraban que muchos países
dedicarían al menos el 10% de su producto nacional bruto a la atención médica,
previsión ya cumplida en algunos casos. En los países en donde la prestación de
asistencia médica resulte inadecuada, se hace necesario decidir cómo distribuir los
escasos recursos disponibles, puesto que sobre las finanzas nacionales recaen
múltiples y variadas peticiones de fondo para todos los gastos. No satisfaciendo por
completo o parcialmente, debiendo llegarse a un equilibrio entre los distintos
programas que el Estado se propuso. A falta de asistencia médica universal
proporcionada por el Estado, los regímenes de seguro social asumieron la carga de
esas prestaciones a favor de sus afiliados. Son múltiples los tipos de regímenes y
prestaciones, a veces se otorgan consultas médicas, medicamentos y el tratamiento
hospitalario que se proporcionan sin ningún cargo directo o pagando una pequeña
cantidad. En otros casos aparte de las cotizaciones de los afiliados que pagan el
seguro médico, deben también pagar en parte los servicios o el tratamiento recibido.

Las prestaciones que contempla el Convenio número 102 son 9 siendo las siguientes:

 Asistencia médica:
 Prestaciones monetarias de enfermedad;
 Prestaciones de desempleo;
 Prestaciones de vejez;
 Prestaciones de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales;
 Prestaciones familiares;
 Prestaciones de maternidad;
 Prestaciones de invalidez;
 Prestaciones de sobrevivientes.

Se observa que a excepción de las prestaciones de desempleo, el resto guarda


relación con hechos biológicos, otorgando protección en casos de enfermedad,
accidente, nacimiento, educación de hijos, vejez y muerte. Estas circunstancias
repercuten en los ingresos del trabajador.

2. PRESTACIONES DE ENFERMEDAD

2.1. SEGURO DE ENFERMEDAD

Se considera como la prestación principal del Seguro Social que tiene por objeto prevenir
el riesgo de contingencia a causa de un estado mórbido del trabajador, procurando los
servicios médicos de los entes gestores de salud de la seguridad social el restablecer lo
más rápido posible y completamente que sea posible la salud y capacidad ganancial
pérdida o reducida; y por último a procurar los medios de asistencia necesarios en caso
de interrupción de la actividad profesional como consecuencia de la enfermedad.

El cuidado de la salud en la juventud y en la edad madura retrasa la aparición de la


invalidez, los síntomas de la vejez e incluso la muerte. Toda persona que enferma se
expone a dos formas de desempleo: Primero porque no puede trabajar y en el caso de que
la enfermedad se prolongue por un período largo, habrá de perder su puesto de trabajo.

Consideramos hacer un ligero análisis de lo que se entiende por: vida, salud, enfermedad,
riesgos y contingencias.

La Vida es el estado de funcionamiento orgánico de los seres que transcurre desde su


nacimiento hasta su muerte.

Se entiende por Salud según la OMS “Como un estado de equilibrio de los órganos del
cuerpo humano que permite su normal desenvolvimiento desde un punto de vista
fisiológico y en relación con el ambiente en que el hombre vive”.

Entendemos por Enfermedad a la alteración de la salud de una persona, a causa de


cualquier eventualidad capaz de ocasionarle desequilibrios fisiológicos y/o psíquicos.

Contingencias sociales, son los acaecimientos propios de la vida humana, provenientes


de cualquier orden causal que demandan protección y atención inmediata, en virtud de
que significan la pérdida o disminución de ingresos y requieren según el caso mayores
sumas de dinero para tratar de superarlas adecuadamente.

Se entiende por Riesgo Social al evento posible dañoso futuro e incierto cuya realización
no depende de la voluntad del asegurado.

El Seguro de Enfermedad puede considerarse como la rama principal del Seguro Social
que tiene por objeto prevenir el riesgo de contingencia, procurando restablecer lo más
rápido posible y completamente que sea posible la salud y capacidad ganancial perdida
o reducida; y por último a procurar los medios de asistencia necesarios en caso de
interrupción de la actividad profesional como consecuencia de la enfermedad.

Para que se produzca la situación de incapacidad temporal, objeto de protección por


parte del sistema de la Seguridad Social, es preciso la concurrencia de tres factores:

1. que exista un proceso patológico, que implique una alteración del estado de salud,
e incapacite al interesado para asistir al trabajo o para desarrollar su actividad
profesional,

2. que la incapacidad sea temporal, y

3. que la incapacidad temporal sea constatada por Médico tratante dependiente de


la Caja de Salud.
Para que se constate una incapacidad temporal es preciso, en primer lugar, que acaezca
un proceso patológico, que implique una alteración del estado de salud del interesado,
de tal magnitud, que produzca una imposibilidad o una incapacidad para la realización
de los cometidos que venía realizando. Lo importante es, en consecuencia, que el estado
mórbido del interesado tenga una manifestación en la capacidad del trabajo, que
justifique la suspensión del mismo. No basta, por tanto, que el trabajador vea alterado su
estado de salud, sino que la alteración de salud le ocasione una incapacidad laboral, al
requerir un período de reposo necesario para recuperar precisamente ese estado de
salud.

Ese proceso patológico o esa alteración de la salud pueden venir ocasionados por un
accidente, sea o no de trabajo, o por una enfermedad, sea común o profesional.

Esta duración temporal de la situación de incapacidad temporal también está prevista en


los propios ordenamientos jurídicos de Seguridad Social, si bien la duración máxima de
la prestación de incapacidad temporal varía de unos sistemas a otros. La mayor parte de
los países únicamente abonan la prestación, cuando la duración de la incapacidad es
superior a 3 ó 4 días, aunque este período de "espera" no suele aplicarse en los supuestos
en que la causa de la incapacidad es un accidente de trabajo o una enfermedad
profesional. Sin embargo, en los casos de los trabajadores por cuenta propia, el período
de espera en la percepción de la prestación se suele disponer en 15 o más días.

La forma en que se efectúa esa comprobación es variada, y depende de la conformación


del sistema de la Seguridad Social o del Sistema de Salud. Hay algunos países, en los que
se requiere que la certificación de la incapacidad sea expedida por los facultativos
sanitarios públicos, mientras que en otros la certificación la puede expedir cualquier
profesional en Medicina. No obstante, en estos supuestos, la Caja o el Organismo gestor
pueden modificar esa certificación.

Esta situación concurre, desde 1998, en el sistema de la Seguridad Social de España, ya


que, si bien los certificados de baja médica a efectos de las prestaciones económicas de
enfermedad son expedidos por los facultativos del Sistema Nacional de la Salud, el
Instituto Nacional de la Seguridad Social, en cuanto Entidad responsable de la gestión de
esas prestaciones, puede, a través de los médicos que le están adscritos, modificar ese
criterio médico, a través de la expedición del correspondiente alta médica.

3. PRESTACIONES POR MATERNIDAD

3.1. SEGURO POR MATERNIDAD

Maternidad, es el acontecimiento feliz, necesario, deseable y un hecho natural del proceso


vital de la mujer, que significa una de las funciones típicas de su razón de ser, siendo la
maternidad un proceso biológico a diferencia de la enfermedad que es un proceso
patológico. Pero coinciden en que existe en uno y otro caso prestaciones médicas y
sanitarias así como interrupciones salariales que compensar.

La protección que otorga la seguridad social a la maternidad está orientada a prever las
mejores condiciones de higiene, salubridad y descanso, antes, durante y después del
parto, a la madre o futura madre y al nuevo ser que ha de venir al mundo, en esta misión
trascendente y divina de perpetuar la especie.

Para los efectos de pago de Subsidio de Incapacidad Temporal, “La Maternidad consiste
en una vacación con pago de salario, antes y después del parto, y en los auxilios médicos
para aquella o para la esposa legal o natural del asegurado, garantizando no solamente
esos auxilios materiales, sino la protección del hombre desde su concepción”.

El Código de Seguridad Social en los Artículos 23º y 24º establece que: El Seguro de
Maternidad viene a proteger a la asegurada, a la esposa o conviviente del asegurado
teniendo derecho en los períodos de gestación, parto y puerperio, a la necesarias
asistencia médica, quirúrgica, hospitalaria y el suministro de los medicamentos que
requiera el estado de la paciente.

La asistencia sanitaria procede desde la fecha de constatación del estado de gravidez por
parte de los servicios de la Caja, hasta un máximo de seis semanas después del parto”.

La protección de las contingencias originadas por la maternidad (embarazo, parto y


puerperio) fue motivo de preocupación social. Así, ya en la primera reunión anual de la
Conferencia Internacional del Trabajo (1919) se aprobó el Convenio sobre la protección
de la maternidad (número 3), cuya finalidad era la de asegurar el sustento y la atención
de la madre trabajadora y del niño en el momento inmediatamente precedente y posterior
al parto y, asimismo, fue incluida como una de las prestaciones en el "Seguro Social",
diseñado por Beveridge.

Posteriormente, la OIT aborda el tema de la protección por maternidad en el Convenio


102 (1952) "norma mínima de Seguridad Social" y en el Convenio 103 (1953), sobre
protección de la maternidad, complementado por una Resolución del mismo año y
revisado por el Convenio 183, o el Convenio 156 (1981), sobre los trabajadores con
responsabilidades familiares.

En unos primeros momentos, las prestaciones económicas por maternidad aparecen


dentro del marco más amplio de las prestaciones económicas por enfermedad, ya que
aquéllas se ponían en conexión con la enfermedad, "puesto que la maternidad, al igual
que la enfermedad, comporta un cese en el trabajo y una pérdida de ingresos". El objeto
de protección era, básicamente, la salud de la madre.

Desde hace algún tiempo, sin embargo, se viene observando la tendencia de separar las
prestaciones económicas por maternidad de las correspondientes a la enfermedad,
poniendo el acento de la protección, en particular, en las necesidades del menor en sus
primeros momentos de existencia. De ahí que, buena parte de los sistemas de Seguridad
Social -sobre todo, los europeos- configuren como situación objeto de protección no solo
la maternidad biológica, sino también la adopción.

Por lo general, las prestaciones económicas por maternidad se reconocen únicamente a


las mujeres trabajadoras y afiliadas, siendo excepcionales los casos en los que estas
prestaciones también se reconocen a las esposas o compañeras, no afiliadas a la
Seguridad Social, de los trabajadores.

La contingencia protegida, en la mayoría de los casos, es la maternidad y las


consecuencias fisiológicas de la misma (el embarazo, el parto y el puerperio). No
obstante, algunos sistemas también protegen la adopción o el acogimiento del menor.

Toda vez que el objetivo de la prestación se está modificando (pues de ser únicamente el
estado de salud de la mujer, también se consideran las necesidades del menor, en sus
primeros momentos de existencia) algunos sistemas permiten que una parte del período
de descanso protegido pueda ser disfrutado por el padre.

Respecto a la duración de las prestaciones por maternidad, el Convenio Nº 3 OIT fijó el


período de descanso o de licencia, en favor de la madre, en 12 semanas (período que
repitió el Convenio 102) debiendo disfrutarse 6 semanas antes del parto y las otras 6
restantes con posterioridad al mismo. En el ámbito del Consejo de Europa, tanto la Carta
Social Europea -por vía indirecta- como el Código Europeo de Seguridad Social sitúan
la duración mínima de las prestaciones en 12 semanas, período que amplía a 14 semanas
el Código de Seguridad Social (revisado).

De igual modo, el Código Iberoamericano de Seguridad Social prevé una duración


mínima de 12 semanas en los pagos de las prestaciones económicas por maternidad.

Un período de prestaciones entre 12 y 13 semanas ha logrado una aceptación casi


generalizada, que ya puede considerarse como una tradición, por lo que se tiende a
prescribir o convenir períodos de licencia más largos, entre 14 a 18 semanas, llegando
incluso en algunos casos hasta los 6 meses. También suele ser habitual que, en los casos
que agotadas las prestaciones económicas por maternidad, la madre siga requiriendo
descanso, se otorguen a las interesadas las correspondientes prestaciones económicas
por enfermedad.

Al igual que sucede con las prestaciones económicas por enfermedad (con las que guarda
una cierta similitud), la cuantía de las prestaciones económicas por maternidad suele ser
el resultado de aplicar un porcentaje a un salario o a una base de cotización de referencia.

La base o salario de referencia suele situarse en una fecha próxima al momento de la


baja en la actividad, a fin de que estas prestaciones permitan ofrecer un salario de
sustitución adecuada a los ingresos que la asegurada percibía antes de la maternidad.
Por ello, lo general es que se tome como salario de referencia el del mes anterior a la
baja médica, aunque existen sistemas que amplían el período de salario percibido o
salario cotizado que se toma en consideración.

Sobre esa base o salario de referencia se aplica un porcentaje que, por lo general, es algo
más elevado que el aplicado en los casos de las prestaciones económicas por enfermedad,
situándose en un entorno del 80%, si bien los instrumentos internacionales suelen suponer
porcentajes inferiores. Así, por ejemplo, el Código Iberoamericano de Seguridad
Social establece, como cuantía mínima de la prestación, un porcentaje de salario sujeto
a cotización o imposición, que se sitúa entre el 40% y el 60%, según sea el nivel en que
se ratifique el Convenio.

La protección por maternidad se ha pasado de poner el acento en la salud de la madre,


en el cuidado del hijo y en la potenciación de las relaciones materno/filiales. De ahí que,
en varios ordenamientos laborales y de Seguridad Social, también resulten objeto de
protección los períodos de lactancia, bien -lo que suele ser más general- a través de una
reducción de la jornada, bien mediante la posibilidad de suspender temporalmente la
actividad, con la consiguiente aparición de las correspondientes prestaciones
sustitutorias de salarios.

En esta misma línea se orienta la protección de la trabajadora embarazada, en los casos


en que el desempeño de la actividad y del puesto de trabajo desarrollado, supusiera un
riesgo para la salud de la trabajadora y/o para el feto, como una manifestación amplia
de la protección de la maternidad, obligando a la empresa a la adopción de medidas que
eviten la aparición de ese riesgo.

4. PRESTACIONES DE RIESGOS PROFESIONALES

La reparación de los infortunios laborales, en la mayor parte de la legislación comparada,


es un tema de la seguridad social, al haberse implementado un “seguro de accidentes”. La
responsabilidad por los daños emergentes del trabajo es uno de los temas más antiguos del
derecho socia. Genéricamente se agrupan las enfermedades y accidentes bajo el concepto
de “dolencia”, desde el punto de vista jurídico-laboral, la dolencia es un impedimento por
causas internas o externas, que producen al organismo humano la imposibilidad de prestar
servicio, y suspende momentáneamente y parcialmente algunos de los efectos del contrato
de trabajo.

4.1. SEGURO DE RIESGOS PROFESIONALES


Se denominan riesgos profesionales a los accidentes de trabajo y las enfermedades
profesionales que tienen su causa, inmediata y directa en el ejercicio de la actividad
laboral.
4.1.1. ACCIDENTES DE TRABAJO
“Es toda lesión orgánica o trastorno funcional producido por la acción súbita
y violenta de una causa externa, con ocasión o como consecuencia del trabajo
y determine disminución o pérdida de la capacidad de trabajo y de ganancia o
muerte del asegurado”.

4.1.2. ENFERMEDAD PROFESIONAL


“Es todo estado patológico producido por consecuencia del trabajo, que
sobrevenga por evolución lenta y progresiva, que determine la disminución o
pérdida de capacidad de trabajo y de ganancia o muerte del asegurado, que
sea provocado por la acción de los agentes nocivos”.

BENEFICIOS

1. DEFINICIÓN
Derecho que compete a uno por ley o privilegio. Bien que se hace o se recibe. Utilidad,
provecho, ganancia. Un beneficio es un bien que se hace o se recibe. El término también se
utiliza como sinónimo de utilidad o ventaja.

1.1.ASIGNACIONES FAMILIARES

Atañe a los objetivos de la seguridad social el analizar las contingencias sociales, por
la repercusión económica negativa que tiene en el individuo la composición de su grupo
familiar. Así como existe una necesidad indiscutida de que el salario individual sea
suficiente, la misma regla conduce a concluir que es menester proveer a todo trabajador
de los medios económicos necesarios para poder cumplir adecuadamente con el deber
de procurar el sostenimiento del núcleo familiar.

El Régimen de Asignaciones Familiares, que es administrado por los empleadores, tiene


por objetivo el favorecer el bienestar familiar, garantizar la salud y el estado nutricional
del binomio madre – niño así como apoyar las obligaciones pecuniarias al nacimiento
del nuevo componente de la familia o al fallecimiento de un hijo beneficiario.

Es el régimen que cubre prestaciones familiares y se otorgan a través de subsidios, como


los denominados: pre natal, natalidad, lactancia y sepelio.

Son prestaciones periódicas reconocidas a los asegurados en los casos de incapacidad


temporal por enfermedad común, accidente del trabajo y enfermedad profesional,
maternidad para la esposa del trabajador y la mujer trabajadora.

Los subsidios familiares son prestaciones, generalmente en dinero, aunque pueden


también tener la consideración de prestaciones en especie, pagadas a quienes deben
soportar las consecuencias económicas de tener hijos a cargo. Con menor frecuencia,
las prestaciones familiares se pagan igualmente a quienes tienen a cargo otros
familiares.

Como se ha puesto de manifiesto, dentro de las políticas familiares -en las que se han de
incluir las prestaciones familiares-, los diversos sistemas se sitúan en tres grandes
tipologías:

1. El rechazo a una política familiar, basado en la no injerencia en la célula


familiar, considerada como algo exclusivo de la iniciativa privada.

2. La afirmación y la demostración de una política global, basada en la


consideración del papel social del Estado, que debe remover los obstáculos y las
dificultades con que se encuentra la familia. Este enfoque y el anterior, no
obstante, pueden no ser contradictorios: los Estados que aspiran a una política
familiar pueden atribuir una importancia básica a la esfera privada, por lo que
la actuación sobre las familias lo es a través de incentivos o de beneficios
externos.

3. Un enfoque intermedio entre ambas posiciones, en el sentido de dar respuesta a


las necesidades familiares, dentro de una política y unos niveles de acción de las
distintas colectividades públicas, pero sin integrarlas.

Se pueden distinguir dos modalidades básicas:

Las asignaciones familiares ligadas al empleo o al seguro. Esta modalidad es la primera


que se implanta, dentro de los seguros sociales, y se ha mantenido durante bastante
tiempo. En estos casos, las asignaciones suelen consistir en una suma por cada hijo que
satisfaga las condiciones prescritas. Aunque las prestaciones vayan ligadas al
desempeño de una actividad asegurada, su cobranza no suele perderse en los supuestos
en que temporalmente se cese en el trabajo (por la enfermedad, por la incapacidad
temporal, por desempleo) o de forma definitiva (jubilación o incapacidad).

Las asignaciones familiares ligadas a la residencia. En esta modalidad, las asignaciones


se abonan a quienes tengan hijos a cargo, con independencia de que los padres estén o
no asegurados. En cuanto a su cuantía, la misma suele ser diferenciada, en función del
número de hijos.

1.1.1. ASIGNACIONES EN RAZÓN DE HIJOS A CARGO

Se pueda considerar como hijo a los efectos de las percepciones de las


prestaciones económicas familiares depende de la modalidad del régimen en que
se reconocen; de la edad de los hijos: de si cursa o no estudios en ocasiones, de
si el hijo a cargo es inválido, etc.

En los regímenes de Seguro, las prestaciones se reconocen a favor de las


personas aseguradas, y en razón y como consecuencia de los hijos a su cargo.
Generalmente, en estos regímenes no se suele requerir la acreditación de
períodos de cotización y, en el caso de exigirse, suelen ser muy reducidos. Otra
diferencia se produce entre unos sistemas que condicionan las prestaciones
familiares, en particular aquéllas en favor de los hijos, a rentas de los
interesados, mientras que en otros, determinadas prestaciones son
independientes de los ingresos de los beneficiarios, aunque, en tales sistemas, se
prevén prestaciones adicionales condicionadas a un límite de ingresos
económicos.

1.1.2. ASIGNACIONES FAMILIARES VIGENTES

De conformidad al artículo 25 del Decreto Supremo N° 21637 de 25 de junio de


1987, se establece: “A partir de la vigencia del presente Decreto se reconocerán
las siguientes prestaciones del Régimen de Asignaciones Familiares que serán
pagadas, a su cargo y costo, directamente por los empleadores de los sectores
público y privado:

a) Subsidio PRENATAL, consistente en la entrega a la madre gestante


asegurada o beneficiaria, de un pago mensual, en dinero o especie,
equivalente a un salario mínimo nacional durante los cinco últimos meses
de embarazo, independientemente del subsidio de incapacidad temporal
por maternidad.
b) Subsidio de NATALIDAD, por nacimiento de cada hijo un pago único a
la madre, equivalente a un salario mínimo nacional.
c) Subsidio de LACTANCIA, consistente en la entrega a la madre de
productos lácteos u otros equivalentes a un salario mínimo nacional, por
cada hijo, durante sus primeros 12 meses de vida.
d) Subsidio de SEPELIO, por fallecimiento calificado como beneficiario
menor de 19 años; un pago único a la madre, equivalente a un salario
mínimo nacional.

Las Cajas de Salud serán las encargadas de velar por el fiel cumplimiento
de estas prestaciones”.

1.1.3. LAS ASIGNACIONES FAMILIARES SEGÚN SEA EN ESPECIE Y EN


DINERO

1.1.3.1.ASIGNACIONES FAMILIARES EN ESPECIE


1.1.3.1.1. EL SUBSIDIO PRENATAL
“Consiste en la entrega a las beneficiarias de una asignación
mensual en productos alimenticios inocuos, no transgénicos
con valor nutritivo de origen nacional acorde a las
necesidades de la gestante, equivalente a un salario mínimo
nacional. La duración del subsidio prenatal comienza a partir
del primer día del quinto mes de embarazo y fenece al
nacimiento del hijo (a)”. (Artículo 3 Numeral 2. R. M. Nº 1676
de 22 de noviembre de 2011. Reglamento de Asignaciones
Familiares)

1.1.3.1.2. EL SUBSIDIO DE LACTANCIA


“Consiste en la entrega mensual de productos alimenticios de
alto valor nutritivo inocuos, no transgénicos de origen
nacional equivalente a un salario mínimo nacional por cada
hijo (a) durante sus primeros doce meses de vida”. (Artículo 3
Numeral 3. R. M. Nº 1676 de 22 de noviembre de 2011.
Reglamento de Asignaciones Familiares)

1.1.3.2.ASIGNACIONES FAMILIARES EN DINERO

1.1.3.2.1. EL SUBSIDIO DE NATALIDAD

“Consiste en la otorgación a los beneficiarios (as) de una


cancelación única en dinero, equivalente a un salario mínimo
nacional por el nacimiento de cada hijo (a). Para recibir este
beneficio el progenitor deberá presentar el Certificado de
Nacimiento del recién nacido al Ente Gestor, al que se
encuentre asegurado, que le otorga el derecho al subsidio de
natalidad”. (Artículo 3 Numeral 4. R. M. Nº 1676 de 22 de
noviembre de 2011. Reglamento de Asignaciones Familiares)

1.1.3.2.2. EL SUBSIDIO DE SEPELIO

“Consiste en el pago a los beneficiarios (as) de un desembolso


único en dinero, equivalente a un salario mínimo nacional por
el fallecimiento de cada hijo (a) menor de 19 años. Para
beneficiarse de esta prestación, el trabajador (a) debe
acreditar éste derecho con la entrega de una fotocopia del
Certificado de Defunción al Empleador”. (Artículo 3 Numeral
5. R. M. Nº 1676 de 22 de noviembre de 2011. Reglamento de
Asignaciones Familiares).

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