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1 – Pensamiento introvertido
Le interesa más las ideas que los hechos, estar en su realidad interior ante que
las demás personas. Es decir, están mucho más enfocadas en sus propios
pensamientos que en lo que ocurre en el mundo exterior. Les gustan los
pensamientos abstractos, las reflexiones y los desafíos teóricos como los que
presenta, por ejemplo, la filosofía.
2 – Sentimental introvertido
Al ser de tipo introvertidas, son poco habladoras, pero a la vez pueden ser
simpáticas y empáticas y pueden tener cierta facilidad para crear vínculos
afectivos con un círculo pequeño, aunque no demostrarán su apego.
3 – Sensación - introvertido
Son muy soñadores y fantasean bastante acerca del futuro, al punto de dejar casi
de lado el presente. Puedes reconocerlos por su carácter soñador.
5 – Pensamiento extrovertido
Crean explicaciones del mundo y de lo que los rodea a partir de lo que ven a su
alrededor, creándose reglas casi inamovibles sobre la realidad. Estas
personas no suelen cambiar muy fácilmente su forma de ver las cosas y además
intentarán imponer su visión a los demás.
6 – Sentimental-extrovertido
Son personas muy empáticas y tienen gran facilidad para conectar con los demás,
a la vez que disfrutan mucho de la compañía. Es un perfil muy bueno para las
relaciones humanas ya que cuentan con grandes habilidades sociales. En
contrapartida, en general presentan baja inclinación a la reflexión y el pensamiento
abstracto.
7 – Sensación - extrovertido
8 – Intuición- extroversión
Les gusta mucho viajar, transformarse, interactuar con el entorno y vivir en sí todo
tipo de aventuras. En este tipo de personalidad en general, su interés en algo
estará puesto hasta que lo consiga.
“La moralidad del intuitivo no es intelectual ni sentimental. Tiene su moral propia,
que es la fidelidad a su intuición y el sometimiento voluntario a su fuerza. Es
escasa su consideración por lo que se refiere al bienestar de los que lo rodean”, lo
definió Jung en su obra.
FACTORES DE LA PERSONALIDAD
Define el grado en que el sujeto se muestra abierto con los demás y canaliza su
energía en contextos sociales. Dicho de otro modo, el factor E examina cuánto le
agrada a un sujeto estar rodeado de otras personas, cuánto le gusta expresarse
ante los demás, etc. Su opuesto es la Introversión, que se caracteriza en personas
reservadas, que a menudo son tachados de antipáticos. Suelen ser ciertamente
independientes, prefieren la rutina y el ambiente familiar.
Prefieren estar solos y no les agrada formar parte de bullicios de gente, lo cual no
quiere decir que sean menos felices. Frecuentemente se muestran tan animados
como el que más en círculos estrechos de amistad. Son más reflexivos que los
extrovertidos, y tienden menos a la acción.
Define en qué grado una persona afronta sin problema las situaciones
complicadas de la vida. Los sujetos tranquilos, no muy proclives a sentir rabia o a
enfadarse, suelen permanecer animados y gestionan muy bien sus crisis
personales.
Dentro de los rasgos de personalidad, el Factor N es aquél que encontramos con
alta puntuación en las personas moderadas y sosegadas.
COMPONENTES DE LA PERSONALIDAD
A principios del siglo 20 el doctor y psicólogo Sigmund Freud intentó explicar la
estructura de la mente con el fin de comprender mejor el desarrollo psicológico humano
y las condiciones mentales anormales. Freud divide la mente en tres componentes: el
ello, el ego y el superego, cada uno responsable de ciertos rasgos de personalidad
diferentes. Estos tres componentes trabajan juntos para regular los comportamientos
que definen la personalidad de un individuo.
Niveles de conciencia
Según Freud los componentes de la personalidad se basan en tres niveles de
conciencia: la preconsciencia, la conciencia y el subconsciente, y la capacidad de
los impulsos o recuerdos para viajar de un nivel a otro. La pre consciencia incorpora
información de la cual una persona está consciente pero no se centra de inmediato.
La conciencia es el foco de la atención inmediata de un individuo. La información
subconsciente está fuera del alcance de la mente consciente, permitiendo que la
mente subconsciente piense y actúe de forma independiente resultando en
comportamientos incontrolables.
Ello
El ello es el componente más primitivo de la personalidad, no tiene la percepción de
la realidad y se apoya en lo que Freud se refiere como los "procesos primarios" para
satisfacer las necesidades e impulsos básicos de un individuo. Ejemplos de estos
impulsos primitivos incluyen conductas y agresiones en la búsqueda del placer. El
ello se rige por el "principio del placer", que es una exigencia de la satisfacción
inmediata de las necesidades y lo alienta sin preocuparse por las posibles
consecuencias.
Ego
Usando el "principio de realidad", el ego evalúa las acciones y sus consecuencias
potenciales y determina las soluciones adecuadas a los impulsos del ello. Para
lograr esto, el ego emplea los "procesos secundarios" de la percepción, el
reconocimiento, el juicio y la memoria. El ego actúa como un término medio entre el
ello y el superego trabajando para satisfacer los deseos que origina el ello bajo las
restricciones morales provenientes del superego.
Superego
El superego contiene los valores de un individuo y la moral social que se aprenden
a través de la formación infantil y las experiencias, según el sitio web Changing
Minds. Este emplea a las emociones de imposición como la culpa y el orgullo, para
regular el comportamiento de un individuo basado en la formación y la experiencia
pasada. El superego trabaja para contrarrestar el ello reprimiendo los impulsos en
lugar de buscar la gratificación instantánea.