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INTRODUCCIÓN AL DERECHO
ALUMNOS:
CLAUDIA VALENCIA ANAYA
LUCIA BRENDALY ALVARO CAHUI
CICLO:
II
TURNO:
Noche
AULA:
23
Arequipa – Perú
2015
INTRODUCCION:
En el estudio de las emociones tenemos que existe una estrecha relación entre su
producción con las neuronas espejo y la empatía. Podemos dar un pequeño
avance de nuestro trabajo comentando que la empatía favorece los
comportamientos de altruismo y solidaridad con los demás.
Esta desde la neurociencias nos dicen ahora que "nuestro cerebro es altruista, o
sea procura el bien de las personas de manera desinteresada, incluso a costa del
interés propio." y un facilitador del desarrollo de la empatía es el hallazgo de las
llamadas neuronas espejo.
NEURONAS ESPEJO
Neuronas
Está claro que la mayoría de lo que entendemos como nuestra vida mental implica
la actividad del sistema nervioso, especialmente el cerebro. Este sistema nervioso
está compuesto por miles de
millones de células, la más simple de
las cuales son las células nerviosas
o neuronas. Se estima que debe
haber cien mil millones de neuronas
en nuestro sistema nervioso.
Hay una extensión que es diferente de todas las demás, y se llama axón. A pesar
de que en algunas neuronas es difícil distinguirlo de las dendritas, en otras es
fácilmente distinguible por su longitud. La función del axón es transmitir una señal
electroquímica a otras neuronas, algunas veces a una distancia considerable. En
las neuronas que componen los nervios que van desde la medula espinal hasta
tus pies, los axones pueden medir hasta casi 1 metro.
Los axones más largos están a menudo recubiertos con una capa de mielina, una
serie de células grasas que envuelven al axón muchas veces. Eso hace al axón
parecer como un collar de granos en forma de salchicha. Sirven para una función
similar a la del aislamiento de los cables eléctricos.
Al final del axón está la terminación del axón, que recibe una variedad de nombres
como terminación, botón sináptico, pie del axón, y otros. Es allí donde la señal
electroquímica que ha recorrido la longitud del axón se convierte en un mensaje
químico que viaja hasta la siguiente neurona.
Espejos
Lo que vemos en los demás nos dice mucho de nosotros mismos. El exterior actúa
como un espejo para nuestra mente, en él vemos reflejadas diferentes cualidades
o aspectos de nuestro propio ser. Cuando observamos algo que no nos gusta de
alguien, sentimos desagrado y rechazo, sin duda esto indica que de alguna
manera ese aspecto que nos desagrada existe en nuestro interior. Es nuestro
inconsciente, ayudado por la proyección psicológica, lo que nos hace pensar que
el defecto sólo existe “ahí fuera”, en esa otra persona.
Por otro lado cuando realmente sentimos un rechazo importante por una persona,
hemos de ver lo que eso nos dice de nosotros.
Al observar un espectáculo de
música o un teatro, a veces
experimentamos la necesidad
de realizarlo, o incluso
sensaciones derivadas al
observarlo. Este hecho, según
los expertos, se produce
porque mientras
contemplábamos el
espectáculo, se han activado unas neuronas especiales en nosotros conocidas
como neuronas espejo.
Las neuronas espejo son un grupo de células que fueron descubiertas por el
equipo del neurobiólogo Giacomo Rizzolattiy que parecen estar relacionadas con
los comportamientos empáticos, sociales e imitativos. Su misión es reflejar la
actividad que estamos observando.
Una neurona espejo, por lo tanto, es una célula nerviosa que se activa en dos
situaciones:
Las neuronas espejo son las células encargadas de hacernos bostezar cuando
una persona bosteza, o de que nos encontremos imitando un gesto sin saber por
qué, de alguien cercano a nosotros.
La palabra empatía deriva del término griego Empháteia (sentir dentro afecto, esa
pasión) em que significa "en" y páthos, "sentimiento", pero no será hasta finales
del S. XVIII cuando, a partir del término alemán EinFülung (sentirse dentro de), se
hace una verdadera aproximación etimológica a lo que hoy en día entendemos por
empatía.
Las personas con una mayor capacidad de empatía son las que mejor saben
"leer" a los demás. Son capaces de captar una gran cantidad de información sobre
la otra persona a partir de su lenguaje no verbal, sus palabras, el tono de su voz,
su postura, su expresión facial, etc. Y en base a esa información, pueden saber lo
que está pasando dentro de ellas, lo que están sintiendo. Además, dado que los
sentimientos y emociones son a menudo un reflejo del pensamiento, son capaces
de deducir también lo que esa persona puede estar pensando.
Es fácil comprender que, para ser empático, es preciso ser sensible. La empatía
está relacionada con la compasión, porque es necesario cierto grado de empatía
para poder sentir compasión por los demás. Te permite sentir su dolor y su
sufrimiento y, por tanto, llegar a compadecerte de alguien que sufre y desear
prestarle tú ayuda. La empatía supone una percepción fina de la realidad de uno
mismo y del otro, es fácil para la mayoría de las personas tener una respuesta
empática ante un daño físico ocurrido a otra persona.
No nacemos siendo empáticos, sino que esta habilidad interpersonal forma parte
de nuestro correcto desarrollo emocional y social comenzando a desarrollarse
desde la más tierna infancia.
Pero la empatía es mucho más que saber lo que el otro siente, sino que implica
responder de una manera apropiada a la emoción que la otra persona está
sintiendo. Es decir, si alguien te dice que acaba de fallecer su abuelo y tú sonríes
y exclamas "¡Qué bien!", no estás dando una respuesta muy empática.
¿Cuándo demostramos empatía?
La empatía es una buena habilidad para practicar, pues nos permite comprender a
los demás. Podemos ser una personas muy empáticas, pero si no lo
demostramos, si no lo ponemos en práctica no sirve para nada. Estas son algunas
ocasiones en la que podemos utilizarla:
Cuando sabemos escuchar y comprender los sentimientos del otro sin estar
tan pendiente de nosotros mismos y de nuestras propias palabras.
La empatía tiene aspectos positivos, pero también tiene otro extremo, el negativo.
Pueden existir momentos y situaciones en las que no mostramos empatía:
Cuando nunca ofrecemos una sonrisa, un gesto amable o una caricia a los
demás.
Cuando siempre que hacemos algo por los demás esperamos algo a
cambio.
Cuando creemos que nuestros problemas son los únicos que hay en el
mundo.