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José Enrique Delmonte Soñé

Gustavo Luis Moré


Esteban Prieto Vicioso
Eugenio Pérez Montás
Gustavo Luis Moré
Esteban Prieto Vicioso

Eugenio Pérez Montás

José Enrique Delmonte Soñé

H I S T O R I A S PA R A L A C O N S T R U C C I Ó N D E L A
C O L E C C I O´ N

ARQUITECTURA

H I S T O R I A S PA R A L A C O N S T R U C C I Ó N D E L A
DOMINICANA
ARQUITECTURA
CENTENARIO

DOMINICANA

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LEON
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JIMENES
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Gustavo Luis Moré
Esteban Prieto Vicioso

Eugenio Pérez Montás

José Enrique Delmonte Soñé

H I S T O R I A S PA R A L A C O N S T R U C C I Ó N D E L A

ARQUITECTURA
DOMINICANA
1 4 9 2
2 0 0 8

C O L E C C I O´ N
CENTENARIO

G R U P O
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LEON JIMENES
C O L E C C I O´ N
CENTENARIO

G
´
R U P O
Contenido
LEON JIMENES

Moré, Gustavo Luis PRESENTACIÓN


Historias para la construcción de la arquitectura dominicana, 1492-2008 José A. León 9
/ Gustavo Luis Moré…[et al.] .- Santo Domingo : Grupo León Jimenes, 2008
PRÓLOGO
460 p. : il.- (Colección Centenario Grupo León Jimenes) Ramón Gutiérrez 11
1. Arquitectura - Historia - República Dominicana I. Título
INTRODUCCIÓN
720.97293 Gustavo Luis Moré 31
M835h

1
CEP/INTEC
©2008 Grupo León Jimenes
ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR
ISBN: 978-9945-422-18-4 Esteban Prieto Vicioso
ISBN: 978-9945-422-17-7 1.1 La arquitectura indígena 45
Todos los Derechos Reservados. 1.2 Influencias y aportes foráneos 53
Registro de Propiedad Intelectual.
Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida 1.3 Surgimiento del campesinado y su arquitectura 63
en ninguna forma o medio sin el permiso escrito del editor,
excepto para la inclusión de citas en una reseña o revista.
1.4 Palmas y arquitectura vernácula 71

EDITOR
1.5 Los caminos múltiples de la arquitectura popular 77
Gustavo Luis Moré
COORDINACIÓN EDITORIAL
Félix Fernández
ENSAYOS
Esteban Prieto Vicioso
Eugenio Pérez Montás
Gustavo Luis Moré
2 1 4 9 2
1 8 4 4
LOS ESPACIOS DE EUROPA EN AMÉRICA: ARQUITECTURA Y URBANISMO
Eugenio Pérez Montás
2.1
2.2
Transformación territorial
La Isabela: Primera casa de Colón
85
93

José Enrique Delmonte 2.3 La política territorial de los Reyes Católicos: La Concepción de La Vega y Santo Domingo 97
CORRECCIÓN DE ESTILO 2.4 El plateresco y los grandes conjuntos monumentales de Santo Domingo 107
Félix Fernández
2.5 El neoclasicismo. Proyectos del ingeniero Antonio Álvarez Barba y la calle Las Damas 123
ÍNDICE, PERMISOS DE AUTORÍA
María Cristina Rodríguez de Moré 2.6 Casas y patios de Santo Domingo 137

3
FOTOS ESPECIALES PARA LA EDICIÓN
Jochi Marichal / Ricardo Briones 1 8 4 4 LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD:
DISEÑO Y PRODUCCIÓN 1 9 3 0 ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO REPUBLICANOS
Lourdes Saleme y Asociados Eugenio Pérez Montás
Directora de arte / Lourdes Saleme
Diseñadora asociada / Kirsis Santana 3.1 Introducción al período republicano 149
IMPRESIÓN 3.2 Santiago y los pueblos en la ruta del ferrocarril 165
Vistacolor©
3.3 Repoblación de Montecristi y nuevas poblaciones en la zona oriental 183
Santo Domingo,
República Dominicana 3.4 Los pueblos del sur y la ruta del oeste 193
2008 3.5 Desde Santo Domingo: Eclecticismo y modernidad 199

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4 1 9 3 0
1 9 6 1
MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO”
Gustavo Luis Moré
4.1 La situación de la República en 1930
4.2 Cambios políticos y fenómenos atmosféricos: “No descansará mi brazo...”
217
223
4.3 El invariable retorno, 1930-1937. “Llega joven arquitecto” 227
4.4 La consolidación del régimen y el 1er. Centenario de la República. “Programa de obras” 237
4.5 Los inmigrantes del 39: la tranformación del arte dominicano. “Toreando submarinos” 247
4.6 La aplicación del modelo trujillista de equipamiento público 251
4.7 La generación del 50. Una nueva actitud 257
4.8 La vigencia del academicismo tardío 263
4.9 La Feria de la Paz, epígono y epílogo de la era 267
4.10 Ciudad Trujillo y Santiago: opuestos en política urbanística 273

5 1 9 6 1
1 9 7 8
LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD
Gustavo Luis Moré
5.1
5.2
La construcción del sistema democrático dominicano
Puesta al dia de la arquitectura oficial. Joaquín Balaguer y su política de “varilla y cemento”
283
291
5.3 El impacto en la estructura urbana 305
5.4 Transición o continuidad... 311
5.5 El proceso de restauración del patrimonio monumental de la nación 317
5.6 Santiago de los Caballeros: tradición y modernidad 321
5.7 Los nuevos protagonistas: la generación de todos 327
5.8 Las nuevas modalidades de producción 333
5.9 Las metáforas de la historia y la crisis de la generación moderna 339

6 1 9 7 8
2 0 0 8
LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008
José Enrique Delmonte Soñé
6.1
6.2
La lectura de un recorrido
Hacia un regionalismo posmoderno
345
351
6.3 Algunos hechos significativos en la arquitectura contemporánea local 361
6.4 El Manifiesto de los “28” 373
6.5 El Faro a Colón y el desarrollo urbano 381
6.6 Las bienales de Arquitectura de Santo Domingo 387
6.7 El discurso arquitectónico del cambio de siglo 395
6.8 En la ruta del presente 407

EPÍLOGO
Gustavo Luis Moré 427
NOTAS 438
BIBLIOGRAFÍA 448
FUENTES GRÁFICAS 451
ÍNDICE ONOMÁSTICO 452
AUTORES 457

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Presentación
Corría el 2002 cuando definíamos la forma en que Grupo León Jimenes celebraría en el siguiente año su
primer centenario de participación en la vida dominicana. En ese contexto surgió la idea de crear un fon-
do editorial, al que se le dio como nombre Colección Centenario.
Esta Colección nació con el objetivo de preservar y difundir las manifestaciones que atañen a la identi-
dad dominicana y que, como tal, son parte de nuestro acervo artístico, histórico, folclórico y natural, fru-
to del trabajo de investigadores y escritores que han dedicado años a indagar sobre estos asuntos que
nos competen a todos como nación.
Durante seis años, a través de esta Colección, el Grupo León Jimenes ha entregado a la sociedad do-
minicana veinticuatro volúmenes correspondientes a diez títulos, cada uno de los cuales explora algún
aspecto relevante de nuestra identidad.
En esta oportunidad, tenemos la gran satisfacción de presentar la obra Historias para la Construcción de
la Arquitectura Dominicana. 1492-2008, escrita por un equipo de destacados profesionales, liderado por
el arquitecto Luis Gustavo Moré, y en el que también participaron los arquitectos Eugenio Pérez Montás,
Esteban Prieto Vicioso y José Enrique Delmonte.
Cada uno de estos autores nos brinda –de forma exhaustiva– su conocimiento profundo sobre lo que ha ocu-
rrido en el país en lo que concierne a la arquitectura durante diferentes etapas de nuestro devenir histórico.
Historias para la Construcción de la Arquitectura Dominicana. 1492-2008 es mucho más que una rela-
ción de nombres, fechas y obras. Estamos ante un texto de perfil académico, enriquecido con una pre-
sentación eminentemente gráfica, atendiendo a la naturaleza de su objeto de estudio. Justamente se
buscaba reunir en un discurso continuo el conocimiento de autores capaces de articular una visión y una
estética coherentes, con el apoyo de la obra de fotógrafos sensibles y experimentados en la práctica exi-
gente del retrato arquitectónico.
En esta obra los autores describen una variedad de formas y soluciones que a lo largo de la historia nues-
tra gente ha dado a las necesidades de construcción y van buscando en ellas expresiones de lo que so-
mos como pueblo.
Este libro constituye un nuevo aporte a la bibliografía dominicana, que nos enorgullece primero por la ca-
lidad de su contenido como también por su exquisita presentación. Felicitamos a cada uno de sus au-
tores por el logro alcanzado; e invitamos a todos los interesados en esta materia a leerlo con atención y
a extraer de este esfuerzo todo el provecho posible.

José A. León
Presidente Grupo León Jimenes

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Prólogo
Ramón Gutiérrez. CEDODAL, Buenos Aires

La generosidad de mis amigos, autores del libro Historias para la construcción de la arquitectura Domi-
nicana 1492-2008 me ha convocado para presentar unos textos que son en realidad “La construcción
de la historia de la arquitectura Dominicana”, esfuerzo por demás ponderable y de sumo valor en la po-
tencialidad de ir comprendiendo con profundidad los procesos de configuración de nuestra “Patria Gran-
de” desde los fragmentos de nuestras “Patrias nacionales”.
Asumiendo la audacia de tratar de referirme a una visión cuya profundidad de conocimientos escapa a
mis posibilidades de referencia precisa, sospecho que la convocatoria de mis amigos tiene que ver con
el ejercicio de tener una mirada “desde afuera” sobre la evolución de su arquitectura, pero a la vez que
les permita sentirse “desde adentro” de un contexto latinoamericano cuyas referencias ayudarán a en-
tender las singularidades de los dominicanos dentro de un sentido de pertenencia cultural continental.
El libro asume, bajo la tutela de diversos autores, con su propio estilo y orientación narrativa, una evolu-
ción cronológica que no obvia los lógicos solapamientos y acepta las habituales periodizaciones de la ar-
quitectura occidental. Tiene, sin embargo, rasgos de notoria lucidez cuando plantea la necesidad de in-
tegrar los fenómenos de la arquitectura vernácula, trascender los análisis de las obras monumentales e
insertar la obra de arquitectura en una lectura urbanística que la explicita con mayor conceptualidad. Lo-
gra así soslayar la dialéctica entre lo monumental y lo cotidiano, lo clásico cargado de presunta eterni-
dad y lo efímero de la posmodernidad, integrándolos en una lectura unitaria. No se trata de aplanar las
diferencias o contradicciones, sino de asumirlas plenamente como parte de un proceso histórico que
nunca será lineal y encadenado sino justamente abierto y con reflujos.
Es importante ver como los autores vuelcan en sus textos el necesario encuadre sociopolítico, sin que
ello obligue a que la valoración de la arquitectura se realice en tanto la proximidad afectiva a las ideas del
autor. Así, puede hablarse con claridad de la dictadura de Trujillo sin eludir mencionar la importancia de
la obra pública realizada y la singular incorporación de la modernidad arquitectónica bajo su tiranía. Es-
to es un adelanto pluralista, luego de décadas donde la vinculación con determinadas ideas llevó a pon-

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derar muy malas arquitecturas en la región y donde otras buenas arquitecturas fueron descalificadas por El proceso de transculturación que implicó la llegada de Colón a la Española marca una primera fase de
la impronta de las ideas de sus autores. un proceso de sucesivas integraciones culturales y sociales, fruto de la presencia posterior de los escla-
Los autores construyen a sabiendas un relato que devela lo sustantivamente realizado en arquitectura. vos africanos o de las migraciones antillanas originadas por los avatares de la caída del imperio colonial.
Lo ven desde una mirada capaz de recoger los rasgos que expresan su cultura dominicana y aceptan, Las sucesivas dominaciones de la isla por españoles, franceses, haitianos y hasta norteamericanos, se-
como hemos dicho, las contradicciones inherentes a los diversos tiempos históricos y a las mentalida- ñalan las presencias variadas de definiciones que sin duda impactan en las obras públicas y sus priori-
des dominantes en ellos. Pero lo importante es que se trata de una visión realizada desde la atalaya que dades.
conforma su propia cultura, lo que les permite explicar su inserción de rasgos propios en los sucesivos Bien señala Esteban Prieto la convergencia de muchas de estas manifestaciones que implican la integra-
contextos globalizados que le tocó vivir. Así, en el relato avanzamos sobre las maneras en que las diver- ción de modos de vida, sistemas constructivos y un aprovechamiento intensivo de los recursos locales.
sas influencias externas se “mestizaban” culturalmente y se integraban a nuevos modos de vida que iba Compartimos sus dudas respecto del origen africano del muro de tejamanil (bahareque) ya que, con di-
asumiendo la sociedad dominicana. versos nombres, era utilizado por comunidades indígenas de otras partes de América y por los propios
Ello es singularmente importante porque Santo Domingo es una isla, en realidad parte de una isla, don- españoles que en el Paraguay lo llamaban “pared francesa”. Creemos que podemos asumirlo como su-
de justamente el “aislamiento” adquiere categoría emblemática. Sin embargo, los acontecimientos histó- cede con el adobe o la tapia, que son procesos tecnológicos que florecieron simultáneamente en varios
ricos la ubican en el epicentro de un fenómeno universal: el descubrimiento de América por los europeos lugares sin que exista necesariamente una cadena lineal de transferencias.
y en un contexto singular de carácter regional: el Caribe. Es interesante la diferenciación que formula respecto de la arquitectura vernácula con la “popular” urba-
Como bien recuerda Eugenio Pérez Montás, nuestro maestro Mario Buschiazzo hablaba del “Mediterrá- na o rural, fruto de los procesos de migración antillana e inclusive de otras raíces insulares como las de
neo americano” cuando se refería al Caribe. Este espacio marítimo y de archipiélagos será esencial pa- Canarias. La configuración de lo que se llama un lenguaje “autóctono”, válido con certeza para los con-
ra la vida del continente europeo y su proyección americana desde el siglo XVI al XIX. Más aún, a fines textos antillanos, marca un panorama singular dentro del contexto iberoamericano.
del siglo XVIII, los destinos de las coronas metropolitanas se deciden en los enfrentamientos bélicos del Uno de los elementos interesantes para reflexionar desde el proceso de la ocupación de la Isabela es la
Caribe. Durante siglos esa fortaleza trashumante que fue la “Flota de Indias” tejió la red de escalas y puer- densidad de instalaciones en el territorio, en una política que tendía a reproducir las relaciones de proxi-
tos que darían lugar al “gran Caribe” integrando los apostaderos y ciudades de “Tierra Firme”. El oro y la midad que tenía el territorio metropolitano. Quince asentamientos con vocación urbana a comienzos del
plata de las Indias, base de la economía del imperio de Carlos V, circularon bajo la mirada codiciosa de siglo XVI muestran una estrategia que la inmensidad continental habría de desalentar fácticamente en el
ingleses, holandeses y franceses, quienes generarían tempranamente los mecanismos de saqueo orga- transcurso del siglo.
nizado. Santo Domingo es una ciudad que marca justamente una fase clara del proceso de transculturación,

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donde la cultura dominante se reformula a sí misma en procesos de integración y síntesis. Integra las an- Santo Domingo terminará de amurallarse en el siglo XVIII, aunque ya había perdido peso en el juego es-
tiguas experiencias, selecciona entre sus propias tradiciones. No es el modelo de lo que se tendería a tratégico del Caribe, cediendo el papel de concentración de la Flota de Indias a la bahía espaciosa de La
llamar equívocamente la ciudad de las “Leyes de Indias” pues no nace de una plaza generadora, ni sus Habana. Las grandes obras de fortificación caribeñas terminaron siendo tardías o inútiles para detener a
manzanas son del mismo tamaño, pero introduce calles tiradas a cordel que sorprenden a los mismos las flotas enemigas. El Fuerte de Araya se desmanteló por los propios españoles sin haber disparado
españoles habituados a las experiencias de ciudades orgánicas medievales o las barriadas islámicas. nunca. Grandes obras de La Habana fueron realizadas luego de la toma de los ingleses en 1762. En las
La Catedral nos muestra justamente los procesos de renovación y cambio. Una catedral realizada en un utopías del Caribe figuran desde las construcciones realizadas para “disuadir” hasta la insólita teoría de
cuarto de siglo, cuando las europeas iban madurando en los transcursos seculares. Una Catedral capaz de la defensa por “indefensión” que ahorrativamente plantean los reyes ilustrados para economizar gastos
integrar las tradiciones del gótico tardío con las primicias del renacimiento “plateresco” y la presencia de un y evitar que los enemigos se quedasen con las fortalezas. Poco importaban los ciudadanos indefensos
arco de herradura coronando el presbiterio como ratificación de ese proceso integrador de culturas. en este caso.
En Santo Domingo el español ejerció su huella con total libertad ante una realidad americana avasallada La gestión borbónica que concibió a América como la cantera que debía financiar los desvelos “moder-
por el poder y la tecnología. De Sevilla vinieron los Maestros de Cantería con sus oficiales y herramien- nos y progresistas” de una metrópoli decadente dejó una huella tenue en una isla asolada por las invasio-
tas, pero siempre la propia realidad del nuevo espacio habría de hacer distinta la resultante y la “mesti- nes francesas (1795), la presencia de los haitianos en nombre de la República Francesa (1801) y la recon-
zación” cultural estuvo presente desde el inicio. El propio español no fue el mismo y debió sintetizar sus quista española (1809). Los asentamientos internos consolidando la frontera, la acción de los ingenieros
específicas manifestaciones en un nuevo lenguaje arquitectónico. En esos 25 años de la Catedral es co- en el Caribe y los proyectos de nuevas poblaciones marcaron los intentos de una nueva instancia para la
mo si el arte de España se hubiera aplanado de sus manifestaciones de varios siglos. isla que habría de recibir el flujo de migrantes que los acontecimientos del ocaso del “siglo de las luces”
Santo Domingo nos testimonia a los americanos la génesis de nuestra arquitectura occidental con el tar- dejaba itinerantes en la región. En Santo Domingo el templo de los jesuitas y la portada de Carlos III en la
dío medievalismo de la Torre del Homenaje, o las ventanas de filigrana de piedra, los solares estrechos y fortaleza son las piezas indicativas más próximas a un barroco desornamentado a la usanza de los Inge-
de largo fondo que exigieron viviendas en altura y patios estrechos, es decir, modalidades de ocupación nieros Militares que a un clasicismo academicista.
que los conquistadores habían vivido y ejercitado. Junto a ellos la huella mudéjar de los ajimeces y el al- Aquella rebelión haitiana de los esclavos finalmente marcó la primera independencia americana de una
fiz de algunas portadas o los rasgos elocuentes del renacimiento mediterráneo de la Casa de los Meda- potencia europea, algo que a Santo Domingo llegaría avanzado el siglo XIX. Como bien señala Eugenio
llones. Erwin Walter Palm pudo recomponer su alma inquieta y nostálgica de un exilio de su patria y de Pérez Montás, “las dos terceras partes del siglo XIX fueron años dedicados a la guerra”. Un entorno com-
sus propias líneas de trabajo sobre la antigüedad clásica, redescubriendo esas notables persistencias de plejo cuando no hostil. España dominando Cuba y Puerto Rico hasta 1898, con un intenso tráfico escla-
la Española, que ya Don Diego Angulo había ponderado en sus textos sobre arquitectura antillana. vista y la antigua metrópoli tratando de generar un escaparate de progreso (Cuba tuvo ferrocarril en 1837

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cuando aún no lo había en España) para convencer a las antiguas colonias de retornar “al suave yugo que sería una constante en los gobiernos autoritarios en el continente: la inversión en equipamientos e
de Su Majestad”. Ciudades formadas por los esclavos, libertos desde 1822 o por refugiados de los con- infraestructuras con la realización de edificios escolares, sanitarios y carreteras. El paisaje urbano cam-
flictos regionales indican una tendencia que se ratificará a fines del siglo XIX cuando las pacificaciones bió con el desarrollo de barrios y urbanizaciones con calles forestadas y el tranvía que sería en toda Amé-
permiten consolidar un proyecto. Esto tiene de común Santo Domingo con buena parte de los países de rica el elemento dinamizador del crecimiento barrial periférico.
América desgarrados el primer cuarto de siglo con la guerra de la Independencia y luego en las guerras Entre los profesionales de muy diversa procedencia y formación cabe resaltar la figura del checo Anto-
civiles y regionales que fueron fragmentando la unidad americana en un cúmulo de países, donde con- nio Nechodoma con un conjunto de obras en San Pedro de Macorís y una trayectoria que prolongaría
fluyeron las ambiciones localistas con la interesada colaboración de las potencias europeas. “Divide y rei- en Puerto Rico posteriormente. Es importante en estos textos el esfuerzo de investigación de los auto-
narás”. res por mostrar una visión amplia de la arquitectura dominicana, superando los límites de la ciudad de
Pero Santo Domingo ubicado en la periferia de los nuevos circuitos del comercio mundial, apuntaría con Santo Domingo para adentrarse en las transformaciones de las ciudades del interior (Santiago, Monte-
el desarrollo de los ingenios también a la producción de las materias primas para los países industriali- cristi, Sánchez, Puerto Plata) y para relacionar su arquitectura con los acontecimientos de otros países
zados captando una modesta transferencia de capitales (fundamentalmente ingleses y norteamericanos) del Caribe.
desde mediados del XIX. Tampoco tuvo unas oligarquías locales que aliadas a esos intereses comercia- Como sucede en otras partes de América, los profesionales que se dan cita para la transformación tec-
les plantearan la disyuntiva de dejar de ser americanos para ser directamente europeos. Una tecnifica- nológica desarrollista, provienen de diversos países, a veces vinculados a la transnacional o a los capi-
ción y un desarrollo industrial en la producción azucarera marcaron los lineamientos del comercio exte- tales que financian las obras y otras simplemente a los procesos de expulsión poblacional que va vivien-
rior e hicieron impacto en nuevas expresiones arquitectónicas de la arquitectura maderera y de las cha- do Europa en la segunda mitad del siglo XIX. Esta migración calificada la verifica Eugenio Pérez Montás
pas de zinc. Un lenguaje “Victoriano” que irrumpe eclécticamente cuando en las grandes ciudades capi- cuando al referirse al tren con cremalleras que va de Puerto Plata a Santiago relata que fue financiado
tales del continente el academicismo Beaux Arts parisino configuraba los paisajes urbanos. Quizás en la por los holandeses, construido por los belgas, recurriendo a puentes ingleses y administrado por los nor-
renovación del paisaje de plazas y espacios públicos pueda verificarse este cambio hacia el gusto afran- teamericanos para uso de los dominicanos. Probablemente por la proximidad con Cuba y Puerto Rico
cesado. hubo también una buena cantidad de profesionales españoles (Trueba, Urgell, Toro, Sevillano, Turull)
Nuevamente en las primeras décadas de siglo XX las vertientes degradadas de la normativa académica También la estructura productiva de los ingenios azucareros reitera las tipologías de la revolución indus-
expresadas en los variados eclecticismos, historicismos y pintoresquismos aplanarán, salvando escala trial, similares, con diversa escala, a las “centrales” cubanas y a los del Brasil y Argentina que conforman
de producción, cronologías, temas y calidades, las distancias entre los lenguajes arquitectónicos de los un patrimonio industrial de primer nivel evidenciando las transferencias tecnológicas norteamericanas e
diversos países americanos. En Santo Domingo la ocupación norteamericana (1916-1924) marcó algo inglesas.

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En la arquitectura la ecléctica composición del cuerpo profesional con sus diversas procedencias y for- tórica la recuperación del propio paisaje y las manifestaciones del “neohispanismo”, el “neocolonial”y
maciones se manifiesta en lo que se ha dado en llamar las “arquitecturas paralelas” donde cada profe- hasta el “neoindigenismo”. La obra de Pedro Antonio de Castro resume esta nueva versión historicista
sional hacía obras de muy diverso estilo simultáneamente. En toda América Latina lo “moderno” realiza- en la República Dominicana y en Puerto Rico, como la alternativa de obras cuyos rasgos formales ape-
do en hormigón armado se introduce así como un estilo más, no como una respuesta dialéctica a la “ar- laban al nuevo lenguaje con reminiscencia mudéjares o platerescas.
quitectura de estilos”. Los rasgos pintoresquistas e historicistas, no ya de la propia historia sino de las La crisis internacional de 1930 coincide en Santo Domingo con el inicio de las tres décadas de la dicta-
manifestaciones regionales europeas, fueron los preferidos para las residencias y villas suburbanas de la dura de Rafael Leonidas Trujillo caracterizada como otros regímenes autoritarios del continente por su
nueva burguesía. La destrucción de las normativas académicas, que en Santo Domingo siempre fueron fervor por las obras públicas. Puede en esto verse un síntoma keynesiano de ocupación de mano de
débiles, se prolongaría en el surgimiento de los antiacademicismos del “art nouveau”, pero sobre todo obra, un arrebato de sensibilidad social por resolver problemas habitacionales y de equipamiento secu-
con las obras donde desaparecen los cánones de la simetría y la composición axial para dar lugar a vo- larmente postergados o también a semejanza de los totalitarismos fascistas la actuación escenográfica
lúmenes yuxtapuestos libremente. dedicada a perpetuar la memoria del gobernante. Probablemente algo de los tres argumentos está pre-
En la segunda década del siglo XX las opciones que los territorios que Estados Unidos habían arrebata- sente en la valoración que con sensato e inusual equilibrio realiza Gustavo Luis Moré de este período.
do a México para definir su identidad introducen el lenguaje “neohispanista”. La Exposición de San Die- Aquella primera modernidad que Nechodoma y otros profesionales habían ejercitado en San Pedro de
go en California de 1915 marca un punto de inflexión donde la recuperación de la arquitectura colonial Macorís a comienzo del siglo, se identifica con lo que en muchos países se nomina “estilo internacional”
mexicana y la influencia del siglo de oro español configurarán el imaginario identitario de California, Flo- con rasgos que se apartan de los lenguajes habituales y preludian una preocupación funcionalista. San-
rida, Texas y Arizona. La adquisición de edificios enteros renacentistas en España que son rearmados y to Domingo, mientras tanto, era nuevamente el epicentro mundial de la arquitectura con la realización en
la importación de rejas, portadas, puertas de madera y detalles ornamentales engalanan las mansiones 1928 del Concurso Internacional para el Faro de Colón, una competencia promovida en la coyuntura por
de los nuevos mecenas. En España a la vez hay un resurgir de las arquitecturas regionales y un renacer los norteamericanos que habían ocupado la isla hasta 1924, y en la que en que participaron centenares
de los antiguos oficios artesanales de la forja, la azulejería y el trabajo de la madera que permite una de arquitectos, algunos de ellos de la fama de Aalto, Garnier, Melnikof, Papadaki, Arnal, Moya, Torres Ar-
transferencia hacia los países americanos. mengol, etc. que plantearon un mosaico de la arquitectura universal, desde las vanguardias futuristas a
La decadencia de la Europa central originada por la primera guerra mundial llevó a la intelectualidad ame- las reivindicaciones neoindigenistas, sin olvidar los variados eclecticismos. La exposición de parte de los
ricana a lo que Toynbee llamaría años después “una irritada introspección” para abandonar el proyecto proyectos en Roma y los debates sobre la modalidad de la convocatoria dieron resonancia a Santo Do-
de la fallida “civilización europea” y revalorizar sus menospreciadas manifestaciones americanas. De aquí mingo en la prensa internacional. El premio otorgado por el jurado que integraban el uruguayo Acosta y
surgirá la fuerza que desde la literatura, la crítica de arte y el pensamiento fundarían en una reflexión his- Lara, Eliel Saarinen y Frank Lloyd Wright en una reunión en Brasil (1931) eligió un diseño, a mi criterio de

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poco relieve y escaso interés, presentada por el arquitecto escocés Gleave. En Argentina se editó una contradicción de la dictadura de Trujillo que por un lado permite la realización de estas obras modernas
estampilla de correos con el proyecto. La obra se construiría en 1992 cuando hasta su autor había falle- y al mismo tiempo fomenta la construcción de edificios emblemáticos del neoacademicismo clasicista.
cido. Esto mismo sucede en la Venezuela de Pérez Jiménez, en la Argentina de Perón, en la España franquis-
Desde 1937 hasta 1961 (año de la muerte del Dictador), Santo Domingo pasó a ser Ciudad Trujillo, otra ta, en la Roma mussoliniana, en los diseños de Speer para Hitler, en distintas etapas del Stalinismo o en
de las características de los regímenes autoritarios latinoamericanos que intentan perpetuar sus figuras los proyectos simultáneos de Piacentini y Le Corbusier en el Brasil de Getulio Vargas. Los regímenes au-
en las nomenclaturas urbanas. La nueva nominación viene acompañada del sugestivo obelisco, símbo- toritarios transitan en el doble andarivel de la vanguardia y la eternidad clásica y no necesitan optar pa-
lo de eternidad... funeraria. Estas décadas coinciden con la primera generación de arquitectos domini- ra expresarse.
canos formados en Estados Unidos y en Francia o Bélgica, ya que el país carecía de una escuela de Ar- Lo interesante en la República Dominicana es que en la obra de González como de otros arquitectos es
quitectura hasta 1938. Esta situación es similar a la de Colombia, por ejemplo, aunque en otros países posible encontrar una cierta continuidad entre la llamada ”primera modernidad” que en muchos países
del continente desde mediados del siglo XIX había Academias o Escuelas de Arquitectura. americanos se expresa desde la década de los 20 con las obras del Movimiento Moderno. Quizás el he-
Uno de los logros de este libro es la revaloración de la obra de Guillermo González, estudiante en la Co- cho de que recién en los últimos años de los 30 podamos encontrar las manifestaciones que se ajustan
lumbia University y graduado en Yale, quien viaja a Andalucía y reconoce las fuentes de la arquitectura a aquel lenguaje en obras similares a las del racionalismo europeo y la presencia sostenida en la década
que habían impulsado en USA en “Mission style” y los escenarios de cine de Rodolfo Valentino. La mix- siguiente de obras modernas inducen a una lectura más coherente de la que se puede hacer en otros
tura de la rigurosa formación academicista francesa que predominaba en Estados Unidos y el contacto países americanos donde la persistencia del eclecticismo y el academicismo francés permaneció hasta
con la arquitectura popular española y sus raíces islámicas, fueron probablemente la base de una preo- avanzados los 50 en una arquitectura emblemática o de equipamientos públicos. Obras como El Institu-
cupación central en el joven arquitecto. Esa misma preocupación de compatibilizar el manejo de escala to de Señoritas Salomé Ureña (1944) de los arquitectos Pou Ricart muestra la calidad de una arquitec-
y la “composición” de las partes y el todo que daba la Academia con la soltura y la respuesta libre de vo- tura racionalista bien integrada en su horizontalidad en un contexto urbano.
lúmenes, el uso del color y las sutilezas de la luz que la arquitectura popular ofrecía. Luis Barragán, Mar- Cabe señalar también el rescate que se efectúa de la obra de uno de los españoles del exilio, Tomás Au-
tín Noel, Mauricio Cravotto, Héctor Velarde, Julio Vilamajó tendrían entre los arquitectos latinoamericanos ñón, que recurre en la región de Jarabacoa a una arquitectura de tinte organicista, donde “la naturaleza
de la generación anterior esa misma experiencia. de los materiales” wrightiana aparece manejada con solvencia y expresividad. Sus obras en Santo Do-
Las obras de González desde 1937 (Parque Ramfis, hoy Hostos) a los edificios Copello y el ponderado mingo manifiestan la vigencia del contexto urbano y adquieren otra fisonomía no por ello menos ponde-
Hotel Jaragua (1939, demolido en 1985) fueron hitos que marcaron un nuevo punto de inflexión ingre- rable como puede verse en el Instituto Escuela (1944). Auñón migraría luego a México.
sando las primeras manifestaciones del Movimiento Moderno a la República Dominicana. Moré señala la Aun los arquitectos más identificados con el régimen trujillista como Henri Gazón Bona, graduado en

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Francia muestran en el eclecticismo de la encomienda de la obra pública destrezas que preanunciaban La noción de lo urbano está presente en las preocupaciones de la obra pública del régimen. También el
su “Casa Vapor” (1936), un tema recurrente en el llamado “estilo buque” internacional en los balnearios desarrollo de las teorías urbanas de los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna (CIAM) con
o residencias de los aficionados a la navegación, como podemos ver en Argentina, Uruguay, Chile y el sus planes ordenadores del “corazón de la ciudad” y de sus ensanches impulsados por el crecimiento
Perú. Su obra del Mercado Modelo es realmente notable por la solución de una gran superficie above- poblacional generado por la Feria de 1955 y la realización de las grandes obras públicas. No siempre el
dada de notable calidad espacial. Gazón consideró adecuado perpetuar la obra del tirano en el Álbum planeamiento pudo atender a la dinámica de un proceso que, derivado de la necesaria sustitución de im-
de La Arquitectura Dominicana en la Era de Trujillo (1949). Las obras del trujillismo como el Palacio Na- portaciones generado por la segunda guerra mundial, indujo el fomento de pequeñas industrias y pobló
cional del italiano Guido D’Alessandro muestran una reminiscencia lavada de los Capitolios de Washing- de nuevos habitantes las periferias urbanas del continente. Los conjuntos de vivienda masiva que enca-
ton o La Habana mientras que el Palacio de Bellas Artes apela nostálgicamente a los templos griegos. ran en estos períodos Getulio Vargas, Perón o Pérez Jiménez señalan la coincidencia del proceso y las
Moré señala la articulación generacional del pase de la primera generación moderna a la nueva genera- diversas calidades de respuesta que las mismas se ofrecen desde el estado centralizador.
ción que surge de la Escuela de Arquitectos-Ingenieros de la Universidad de Santo Domingo primero y La finalización del prolongado gobierno de Trujillo no aseguraría la paz a la República Dominicana; el triun-
a los de la Universidad Pedro Henríquez Ureña después. Lo que distingue también a esta generación es fo y el derrocamiento de Juan Bosch y la invasión norteamericana de 1965 marcaron con claridad los lí-
la reflexión sobre la necesaria identificación de la obra con el sitio, es decir, conciliar espíritu del tiempo mites a la autodeterminación que podría tener el país. Moré analiza estas peripecias en “Los tiempos de
con espíritu del lugar. En ese plano la mención de William Reid (Banco Chase Manhattan), Manuel Ba- la Libertad. 1961-1978” resaltando la presencia de un nuevo grupo de profesionales que integran Ber-
quero (Edificio San Rafael) y Edgardo Vega (Banco Nacional de Vivienda) aparece como testimonio de gés, Pérez Montás, Goyco, Gautier, que incorporan a la vez al debate la preocupación por el rescate del
esa búsqueda de modernidad contextualizada. patrimonio arquitectónico dominicano.
Quizás la culminación de esta época sea el proyecto de la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo La ocupación militar norteamericana coincide con los tiempos de la Alianza para el Progreso y la trans-
Libre que en 1955 encara, sin encontrar contradicción alguna en su nominación, el dictador Trujillo. Era ferencia de capitales y tecnologías que en el caso de la República Dominicana aunará la transformación
un gran espacio cívico, a la usanza del EUR romano de Mussolini, que más allá de la Feria se instalaba de estructuras gubernativas y administrativas. Son los tiempos en que se ratifica una estrategia de pos-
como el recinto de la vida pública dominicana. Arropado por los edificios públicos del Congreso, Supre- guerra, cuando desde Estados Unidos se editaba en castellano una revista “Proyectos y materiales” pa-
ma Corte, Procuraduría General y otras dependencias del Estado, Guillermo González da los lineamien- ra mostrar los beneficios de los diseños de los estudios y las transnacionales norteamericanas en Méxi-
tos de una traza equilibrada en sus dimensiones y funcional a los objetivos trascendentes del proyecto. co y el Caribe. Eran los tiempos de los planes de Sert y Wienner para Perú, Brasil, Bogotá (con Le Cor-
Como señala Moré “no hay en el Caribe un espacio cívico de tal fuerza, de tan refinada estilización”, mal busier) y luego La Habana, que pretendían aniquilar las antiguas ciudades en aras de la utopía del nue-
que le pese a los intentos de Forestier en La Habana, adicionaríamos. vo urbanismo zonificado funcionalmente.

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Los 60-70 marcan la presencia de la arquitectura de concursos cuando se ha consolidado un cuadro de mayoría de las actuaciones de esta primera fase se volcaron sobre obras y conjuntos monumentales pa-
profesionales que participa activamente en la generación de una cultura arquitectónica local como Cal- ra posteriormente, en las décadas siguientes, actuar sobre la escala urbana.
venti (Banco Central), Goico (Maternidad San Rafael), Cott y Gautier (Plaza Juan Pablo Duarte) y Borrell Aparecería, como sucede en otros países del continente, la preocupación por el rescate patrimonial y la
(Edificio Oficinas Gubernamentales), entre otros. Son justamente los doce años de gobierno de Balaguer lectura contextual de la arquitectura, enfrentada dialécticamente a la actitud rupturista y formalista de la
(1966-1978) los que señalan la convocatoria del Estado para una participación activa de los arquitectos arquitectura de autor que buscaba la singularidad, la diferenciación, el muestrario de materiales y tecno-
en las políticas públicas. Importantes obras como la Biblioteca Nacional, el Museo del Hombre Domini- logías y en definitiva a través de forma o volumen desprenderse de la “contaminación” de aquello que lo
cano, el Teatro Nacional, Museo de Arte Moderno, Museo de Historia Natural, el Parque Zoológico y el rodea. Esta polémica, subsistente hasta nuestros días, nos ubica a la vez en los tiempos de la crisis del
Estadio Olímpico son muestras de un proyecto de Estado que atendía a un equipamiento cultural y re- Movimiento Moderno, incapaz de dar respuesta a los problemas sociales que denunciaba y también ri-
creativo en una escala ponderable. Las expresiones tardías del neobrutalismo corbusierano comienzan gidizado en axiomas que desmentían sus preocupaciones funcionales o de calidad de vida urbana. Es-
a aparecer aquí, como en otros países de América, proclamando la arquitectura del autor y la valoración to abrirá el camino de la crítica “posmodernista” que rápidamente demostró su propia incapacidad de
del arquitecto artista que da predominio a la forma sobre el funcionalismo declamado de los orígenes del elucubrar una actitud coherente y sistemática capaz de superar las premisas de aquello que denostaba.
Movimiento Moderno. A la rigidez le reemplazará el “vale todo”, sin referencias ni precisiones de valor alguno.
Los procesos de conurbación, los ciclos de migraciones internas que viven en estos años del “desarro- La especulación inmobiliaria y la mayor gravitación de la construcción sobre el diseño arquitectónico son
llismo” las ciudades del continente, marcan los tiempos de los ensanches y urbanizaciones privadas y de circunstancias que Santo Domingo comparte con otros contextos continentales. De la crítica a estas re-
las periferias marginales creando el sistema dual de ciudad formal y ciudad informal que caracteriza hoy sultantes surgen justamente los grupos de reflexión, en el caso dominicano muy particularmente el Gru-
a nuestras grandes ciudades americanas. po Nueva Arquitectura, con su revista Arquivox, y en nuestros días los magníficos Archivos de Arquitec-
A raíz del terremoto de 1971 se encara una política sostenida de recuperación del patrimonio colonial de tura Antillana que desde la iniciativa privada Gustavo Luis Moré conduce con ejemplar calidad y tesón.
Santo Domingo. Antes podemos contabilizar la participación de la Cooperación Española en la recons- Algo que desde la mítica Urbe de Efraín Pérez Chanis, en Puerto Rico, no se veía en el Caribe.
trucción del Palacio de Diego Colón (1954), pero ahora existía en el país un conjunto importante de pro- Señala José Enrique Delmonte la preocupación que ha teñido las dos últimas décadas del siglo XX vin-
fesionales capacitados en Italia, México o España sobre estos temas. Eugenio Pérez Montás, Esteban culadas a la propuesta de una arquitectura nacional. Esta circunstancia es común a la mayoría de los
Prieto, Iván Feris, Báez López Penha, Manuel Gautier, aparecen vinculados a la planificación y ejecución países americanos que intuían la necesidad de un debate donde, en lugar de asumir el desconcierto ge-
de obras que en definitiva convirtieron a Santo Domingo en un lugar de referencia continental sobre los neralizado, que primaba en la cultura arquitectónica occidental, América Latina tuviera sus propias refle-
trabajos de restauración y rehabilitación patrimonial. Siguiendo la evolución de los criterios de rescate, la xiones desde sus peculiares circunstancias. Esta situación daría lugar a la génesis de los foros y encuen-

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tros: los Seminarios de Arquitectura Latinoamericana, las Bienales nacionales e internacionales, mientras Santo Domingo vivió un año 1992 épico que volvió a colocarlo en el centro del escenario de la conme-
los Congresos de defensa del Patrimonio adquirían relevancia. En estos años la tarea de rehabilitación e moración del quinto centenario del descubrimiento de América. Antes, la revolución cubana había ido ge-
intervención sobre el patrimonio construido, así como la renovación de áreas portuarias, ferroviarias o in- nerando el paulatino trasvase de la economía del turismo norteamericano a la República Dominicana y a
dustriales marcarían nuevos parámetros de acción a la profesión. las surgentes playas de Cancún (México). Esto explica porqué, alguna vez que critiqué la obra del Faro
El compromiso de una nueva arquitectura que hablara del sitio, que utilizara los recursos y materiales pro- de Colón realizada en 1992, un amigo la defendía diciendo: “Santo Domingo tiene solamente dos cosas:
pios y que se sintiera capaz de apropiarse de aquellas ideas y técnicas que fueran pertinentes para dar Playas y Colón”. Aceptar este reduccionismo significa ingresar en una especie de “destino manifiesto”
respuesta a los requerimientos locales, configuraban los caminos de búsqueda desde México a la Pata- para el Caribe, sustentado desde Estados Unidos y Europa, donde el desarrollo económico está basa-
gonia. Santo Domingo no estuvo ausente de ello, ni en lo referente a la valoración de su patrimonio, ni a do en la monoindustria del turismo. Algo que pasó en Cuba antes de 1960 (y sigue pasando hoy día) y
la inquietud por conocer más de la realidad continental y ubicar sus potencialidades en el contexto del que ha limitado las propias potencialidades vitales de Puerto Rico al accionar de los cruceros turísticos.
mismo. Los Encuentros del Caribe y la tarea denodada del CARIMOS han sido manifestaciones de esta Mi punto de vista se refería al anacronismo de realizar un proyecto de 1928 en el año 1992, en un con-
preocupación A la vez se asumía la historia como circunstancia integrada, con sus aciertos y omisiones. texto urbano y de cultura arquitectónica sustancialmente distinto. Era una decisión que postergaba in-
Así se promovió la investigación de la arquitectura decimonónica y la del Movimiento Moderno como par- clusive la posibilidad de un buen proyecto dominicano y afectaba a un proceso de renovación urbana y
te de la comprensión de un proceso patrimonial integral. de inversión considerable sin rédito social. Justamente eran estos los momentos en que el compromiso
Desde las usinas centrales se vislumbró esta actitud latinoamericana como una suerte de rebeldía con- social de los arquitectos (una de las banderas del Movimiento Moderno) desaparecía de la agenda de los
testataria que se clasificó de “regionalismo crítico”. No se entendía que el movimiento trascendía la preo- profesionales y hasta de los propios estados que, neoliberalismo mediante, se sacudían de la responsa-
cupación por “contestar” a la banalidad posmodernista de los países centrales y que lo que se buscaba bilidad del bienestar de los ciudadanos con el espejismo de que de ello se ocuparía el mercado. Como
era justamente un camino propio que se desprendiera de un debate vacío de contenido y pleno de fri- señala Delmonte, “el Faro ocupa un territorio inmenso no aprovechado para generar una dinámica bene-
volidades formalistas. Como bien señala Delmonte, era el inicio de los tiempos en los cuales la arquitec- ficiosa para el asentamiento”. En su interior pueden verse unas tristes manifestaciones “culturales” de los
tura “fue utilizada como un producto de imagen para las corporaciones financieras” y los arquitectos eran países integrantes de nuestro continente en una suerte de museo carente de guión, gracia y creatividad.
promovidos como objetos de consumo (el auto de Bofill, el reloj de Rossi, la tarjeta de crédito de Viñoly, Su mejor aporte fue haber logrado trasladar el catafalco de Colón desde la Catedral, liberando el espa-
etc) Esta “década rosa” culminaría a finales de siglo con la claudicación de muchos de los grandes es- cio interior de la misma.
tudios que ingresan al rol de la especulación inmobiliaria bajo la tutela directiva de los “desarrolladores En el libro se recogen los impactos que en su momento tuvieron en República Dominicana las presen-
urbanos”, nueva modalidad gestionaria del capitalismo. cias de Richard Neutra (1945), Geoffrey Broadbent (1980) y posteriormente Rudy Moreno (1983), quien

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desde Caracas trasladó las novedades estéticas del discurso posmoderno tanto en sus vertientes clasi- el Palacio del Correo, el Conservatorio Nacional de Música y el Edificio de Oficinas Gubernamentales que
cistas cuanto en las historicistas más próximas ahora al contextualismo y al regionalismo. La arquitectu- sostiene postreramente los emblemas clasicistas originando, como hemos visto, la polémica de “Mani-
ra hotelera fue nuevamente (recordar el impacto del Hotel Jaragua de 1939) la expresión de los nuevos fiestos”. Pero es justamente el debate el que lleva a generar los espacios de difusión y reflexión. Así, el
íconos, justamente por su inserción con la internacionalización del turismo y la presencia no solamente surgimiento de las Bienales de Arquitectura de Santo Domingo, las Archivos de Arquitectura Antillana, los
de arquitectos locales sino de los de las transnacionales. Si en la historia Santo Domingo expresa el pe- Seminarios Erwin Walter Palm (UNPHU) y la edición de libros sobre la arquitectura dominicana signan la
ríodo colonial y San Pedro de Macorís los balbuceos del modernismo, Puerto Plata asume los hálitos de última década del siglo XX.
la posmodernidad lúdica que oscila entre la vernacularidad (Eurotel Playa Dorada) y el kistch (Altos del Como en todos los países de América, tanto la enseñanza como la práctica del diseño se modificaron a
Chavón en La Romana). través de los mecanismos de la informática. Los nuevos tiempos abren perspectivas que nos han lleva-
Ello coincide con el desarrollo de una nueva generación de arquitectos, muchos de ellos talentosos en do paulatinamente de las obras rotundas de Rafael Calventi a los fervores minimalistas de comienzos del
su capacidad de diseño y reflexión, entre los que cabe recordar a Imbert, Piña (Domus), Pujadas y Ar- nuevo siglo. Hemos tardado un siglo para pasar del “maximalismo” revolucionario de los futuristas, al mo-
menteros (Torre Gazcue) y Moré+Caro (Suprema Corte de Justicia). Eran tiempos de reflexión y polémi- desto “minimalismo” de nuestros días. Argan llamaba al posmodernismo “la vanguardia de los cangre-
ca donde el Grupo Nueva Arquitectura editaba en 1984 sus “100 hojas de arquitectura” y en 1989 lan- jos”, es decir, de los que caminan para atrás. En definitiva, el minimalismo parece una frágil expresión de
zaba el “Manifiesto de los 10 años” que analizaba la situación dominicana en un marco político, cultural nuestro último desconcierto donde el arquitecto, liberado del “lastre” de su compromiso social, de su
y social. En 1991 otro “Manifiesto al gobierno y al país” ubicaba a los arquitectos criticando las modali- compromiso con el entorno y de su compromiso con su cultura, puede heroicamente asumir el compro-
dades de inversión en la obra pública y el papel que tenía la profesión. Con un tinte más político, otros miso consigo mismo y luchar denodadamente por esos 15 segundos de gloria que le pronosticaba Andy
profesionales defendieron la actitud del Estado en la encomienda profesional y el rol jugado por los ar- Warhol.
quitectos en la planificación urbana. El resultado fue volver a poner a la profesión en el centro de un com- El libro es, en definitiva, un esfuerzo magnífico por instalar los problemas de la arquitectura en su tiempo
promiso con los problemas del país, más allá de las diversas ópticas sobre las soluciones. histórico y una reflexión cautivante y motivadora sobre las alternativas y desafíos que nos ofrece el siglo
Una mirada sobre la región, integradora de experiencias de Puerto Rico y Cuba, ayudó a consolidar la XXI. Está escrito con solvencia, a veces con pasión y a ratos con poesía, pero siempre con la constante
reflexión y a pensar la cultura arquitectónica con horizontes más amplios. Otras influencias regionales so- del entusiasmo y el cariño por la arquitectura dominicana y sus protagonistas.
bre todo desde Miami han tenido también impacto en la obra tardía de la posmodernidad, antes de su
fase terminal deconstructivista. El nuevo gobierno de Joaquín Balaguer (1986-1996) ratificó la voluntad
de marcar su presencia a través de la obra pública mediante la inserción de obras como el Faro a Colón,

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Introducción
Gustavo Luis Moré

Notas preliminares
La realización de un libro sobre la arquitectura dominicana dentro de la Colección Centenario patrocina-
da por la empresa E. León Jimenes, ha representado una oportunidad extraordinaria dentro del velado
panorama que se dibuja en la escena bibliográfica nacional sobre este tema. El grupo de autores que lo
firma ha asumido este proceso con perseverancia, rigor y gran entusiasmo.
La forma final del libro es prácticamente idéntica a la prevista en el proyecto que presentamos al Grupo
León Jimenes en noviembre de 2003: primó la idea de armar un texto de perfil académico, con las bon-
dades de una presentación eminentemente gráfica, atendiendo a la naturaleza del objeto de estudio, la
arquitectura, una de las expresiones más sublimes y complejas de la plástica a través de los siglos. La
propuesta de reunir en un discurso continuo el conocimiento de varios autores capaces de articular una
visión y una estética coherentes, pareció acertada, al igual que la de involucrar a los fotógrafos más ex-
perimentados y sensibles en la práctica tan exigente del retrato arquitectónico.
El título de este volumen quiere identificar un flujo historiado que, en su lectura, logra construir una idea
de la arquitectura dominicana. En este sentido, el libro ha sido orquestado con el concierto de Esteban
Prieto Vicioso, quien se encargó de la Primera Historia, relativa a la fundamental y cada vez más extinta
arquitectura vernácula y su amplia expresión popular; Eugenio Pérez Montás, quien nos regaló su prosa
inspirada y erudita en las Historias relativas a los capítulos de la colonia y la temprana república; un ser-
vidor, quien asumió las Tercera y Cuarta Historias, las del tránsito y la transformación de la modernidad
durante la Era de Trujillo y los inicios de la democracia representativa hasta 1978. La Sexta Historia es la
de José Enrique Delmonte, quien nos ofreció una visión fresca e imparcial de la difícil y movediza esce-
na contemporánea. Una especie de advertencia final se resume en algunas Páginas para una Historia
Futura.
Para los 4 autores, articular estas historias fue fácil. La división en períodos cronológicos es siempre una
manera de aproximarse a estos estudios con cierta precisión. Los períodos asumidos se vinculan con
bastante organicidad al desarrollo histórico nacional y corresponden a acontecimientos relevantes en las

30|INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN |31


expresiones artísticas y sociales de la disciplina de estudio. Para tener un sentido apropiado de la conti- Algunas reflexiones temáticas
nuidad histórica, se hace imprescindible leer una historia a continuación de la otra, aunque cada una con- La arquitectura es un arte y es una ciencia. Pocos oficios humanos se desempeñan con una amplitud
forma un discurso coherente en sí mismo. tan abarcadora, con una visión tan totalizante del mundo. Es frecuente asociarla también a la estructura
Hay autores que trascienden los márgenes de tiempo acotados en cada capítulo, y en consecuencia, de un lenguaje, visión de reciente vigencia en los círculos intelectuales de la posmodernidad. Hay todo
iniciar o terminar una historia requiere de una determinada transición que a veces puede solapar las un alfabeto de formas, de modos de concebir la gramática del espacio construido, que va mucho más
consideraciones. Dentro de este enfoque, las historias se suceden con verdadera coincidencia de vi- allá de la común noción de los estilos históricos, si bien la referencia a éstos como categorías de análi-
sión, con un acuerdo tácito en los principios críticos fundamentales. Aunque la consulta puede ser es- sis estético es inevitable.
pecífica dentro del devenir de las historias, en realidad, el texto pide ser leído linealmente para dar con- Tres condiciones deben coexistir para la realización de una obra maestra de la arquitectura. La primera
tinuidad a los personajes y los hechos. Esta indicación es particularmente importante en la lectura de es la necesidad de la misma dentro de la sociedad que pagará por ella. La segunda es la elección de la
las Segunda y Tercera Historias, y en las Cuarta y Quinta, que deben ser entendidas como bloques in- persona correcta para originar su creación y llevar de la mano su desarrollo. La tercera es encontrar la
tegrales y sucesivos. oportunidad precisa, en otras palabras, los factores económicos y sicológicos deben ser los apropiados.
El impulso de hacer de esta publicación un proyecto enciclopédico, definitivo, capaz de incluir exhausti- Estas condiciones apartan a la arquitectura de las otras formas de iniciativa humana. Probablemente, la
vamente todos y cada uno de los temas relativos a la materia del estudio, tuvo que ser controlado con- definición que más se acerca a una interpretación real del oficio del arquitecto, y en consecuencia de la
tinuamente. El lector podrá identificar obras atribuibles a uno que otro autor que no han sido reseñadas; Arquitectura, es la de Pevsner en su revolucionario texto Esquema de la Arquitectura Europea (1943). Allí
podrá entender que algún edificio posee las características necesarias para ser considerado en el re- establece la diferencia entre una obra de construcción simple y una obra de arquitectura, tal como cita-
cuento –e incluido en la ardua selección gráfica– o que algún arquitecto debió ser reconocido como re- mos a continuación:
levante. Este riesgo es propio de todo trabajo de esta naturaleza y estamos conscientes de que ese ti- “Una nave para guardar bicicletas es una construcción; la catedral de Lincoln es una obra de arquitec-
po de vacíos suelen ser inevitables y por ello nos adelantamos a pedir disculpas por cualquier omisión o tura. Casi todo lo que encierra espacio en una escala suficiente como para permitir que un hombre se
distorsión prospéctica. mueva en él, es una construcción; el término “arquitectura” se aplica exclusivamente a edificios proyec-
En términos de la presentación documental, en la mayoría de los casos en que se pudo obtener la in- tados para suscitar una emoción estética. (...) Lo que diferencia la arquitectura de la pintura y de la es-
formación, después de su nombre, se han señalado entre paréntesis las fechas de vida de un autor o cultura es precisamente su sentido espacial. En esto, y en esto sólo, ningún otro artista puede emular al
la data de inauguración de un edificio. Las imágenes gráficas seleccionadas para complementar los tex- arquitecto. Así, pues, la historia de la arquitectura es la historia del hombre en su labor de organizar y dar
tos poseen una naturaleza dual. Consideramos importante dotar al volumen de un sólido soporte de ve- forma al espacio y por eso, el historiador debe siempre tener presente los problemas espaciales”.
racidad histórica, reproduciendo documentos inevitables extraídos de varios archivos institucionales y Esta gramática de la arquitectura puede ser redactada desde la práctica académica o desde la imagina-
privados, a la vez que acudimos a los archivos de fotógrafos como los veteranos Max Pou y Onorio ción de cualquier mortal. Su uso es autónomo y, en sociedades poco institucionalizadas como la nues-
Montás, o realizamos nuevas fotografías especialmente tomadas para el proyecto, de nóveles autores tra, demuestra su poco apego a las normas vigentes en materia de construcción. Ni hablar de aquellas
como Ricardo Briones, Jochi Marichal, Lowell Whipple, Eddy Guzmán, Luis Nova y Francisco Manosal- convenciones propias de la gran arquitectura universal, ignoradas por el vasto público. Su impacto en el
vas. Al final del libro se ofrecen los créditos correspondientes a la procedencia de cada imagen. Espe- territorio es enorme y no sólo permite la realización de las funciones de la sociedad, sino que determina
ramos que el resultado demuestre la calidad de sus autores y evidencie la importancia de la selección un complejo sistema de símbolos de múltiples significados. En este sentido, la arquitectura es continen-
gráfica. te y contenido. Su participación en la construcción de la identidad cultural de un pueblo, en tanto arte
Los pies de fotos han sido diagramados en un orden horizontal, leídos de izquierda a derecha y de social y representativo de los más avanzados logros materiales y creativos del hombre, es poderosa y
arriba abajo en cada página. La secuencia de las fotos no obedece estrictamente al texto; se ha con- eterna.
cebido como una especie de película simultánea que le acompaña y le enriquece. Las citas y referen- En el proceso de redacción de estas historias, nos hemos visto precisados a iniciar con la identificación
cias bibliográficas han sido dispuestas al final de las 6 Historias, debidamente identificadas por capí- de aquellas obras de sobresaliente factura, que han poblado el país a lo largo del tiempo y a lo ancho
tulos. del espacio. Hay edificios determinantes por sí mismos de importantes cambios culturales y tecnológi-

32|INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN |33


cos y, a través de su influencia, definen modos de entender el espacio y las épocas estilísticas. Estos epí- identidad. No en vano las mismas etnias aborígenes, los mismos colonizadores, los mismos piratas y los
gonos son capaces de reorientar el proceder del diseño y la construcción –oficios paralelos sin los que mismos próceres nos han definido; los mismos alisios, casi los mismos ciclones y otros fenómenos at-
la buena arquitectura no podría existir–, cuyo aporte a una idea de lo propio debe ser rescatado por la mosféricos; las aguas de un mismo mar nos unen más allá de lo poco que somos capaces de recordar.
crítica histórica. Bastaría citar ejemplos como la Catedral Primada y la Basílica de Higüey o el Alcázar de Paralelamente, hay que acotar las vicisitudes a las que está sometido este patrimonio. Porque de eso se
Colón y el Banco Central de la República Dominicana, que son paradigmas tipológicos extremos capa- trata: del cúmulo de obras que conforman la experiencia nacional, del legado de nuestros predecesores
ces de demostrar los cambios sociales, no sólo artísticos, de un pueblo en el tiempo. y del que seamos capaces de dejar a las generaciones por venir. Después de muchos años de práctica
Por otra parte, siempre existe esa suerte de tejido amorfo, pero consistente, esa especie de conjunto co- y de estudio del medio local, nos resulta propicio resumir aquí algunos retos que, como nación organi-
ral que propone el escenario para la cotidianidad, en general, conformado paulatinamente por las vivien- zada, nos toca asumir en el futuro inmediato a fin de desarrollar un cuerpo de obras de mayor calidad y
das, los edificios de menor escala, en fin, por el universo de la domesticidad. Este estudio se concentra representatividad.
en la revisión de ambos extremos. Posee una naturaleza inclusivista, aunque en realidad se han querido
destacar aquellas obras características de un oficio cabal de la arquitectura, producto del mestiere pro- Coherencia artística, rigor técnico
fesional del autor. Se busca reconocer no sólo el trabajo final, el objeto construido, sino determinar, den- En primer lugar, reconocemos que nuestra arquitectura sufre de un mal generalizado, no tan diverso a lo

tro de lo posible, en qué medida la obra acude al levantamiento del andamiaje cultural dominicano. Cons- que ocurre en otros países de desarrollo cultural similar: es poco frecuente ejecutar los proyectos con el

truye, en síntesis, una historia localizada y representativa de un ámbito geográfico, de un colectivo hu- rigor técnico necesario, con la calidad de ejecución impecable y la coherencia artística propias de los paí-

mano. No se trata de desvelar una dominicanidad tan abstracta como innecesaria; se trata de retratar ses más avanzados. Diversas razones explican este fenómeno, no sólo la económica. Además, cuando

aquellas instancias más nobles que han levantado una cultura formal, que han contribuido a modelar los se logra esa rara obra dotada de la fuerza y la belleza necesarias, su permanencia integral es penosa-

espacios en los que la dominicanidad se desempeña y con los que se identifica. Se trata de bautizar la mente corta en el tiempo. Las obras se mutilan, se bastardizan, se reducen a un mero instrumento de

arquitectura en la República Dominicana, de darle nombre propio. producción, de tal manera que su legitimidad como representación artística y cultural se supedita a la
función que desempeñan, salvo en las escasas excepciones de edificaciones de importante representa-
Una identidad nacional tividad institucional, operadas por mecenas conocedores del bien que administran. Inventario mínimo, en
Uno de los más recurrentes temas abordados por la crítica latinoamericana en las últimas décadas –en verdad.
realidad, durante gran parte del siglo XX– ha sido el de la identidad nacionalista en la arquitectura, el de En consecuencia, al hablar de Arquitectura Dominicana, con mayúsculas, nos referimos muy frecuente-
la búsqueda de una determinada expresión de nacionalidad a través de la obra construida. Para esto, mente a un hecho casi efímero o inexistente. Es referirse a las intenciones, a las aspiraciones proyectua-
escriben los historiadores, muchos arquitectos se han valido de todo un repertorio de citas formales, al- les, más que a una presencia concreta en el espacio y, sobre todo, en el tiempo. Aunque parezca irrele-
gunas literales, otras abstractas, que suelen reflejar empaques de dudosa originalidad y acusada super- vante destacar este aspecto, es importante señalarlo a fin de actuar de inmediato en pos de una con-
ficialidad. La verdadera materia prima de la arquitectura, el espacio, es muy difícil de manejar en esta ina- cientización, tanto de la empresa privada como de las autoridades públicas, dirigida a la consecución
sible búsqueda, ya que sus valores son, en realidad, intrínsecos y universales. plena de obras de arquitectura de prestancia global.
Sí, es posible reconocer un determinado carácter, una cierta expresión de identidad en las maneras, en el Es por esto que la documentación de la memoria es fundamental. Escribir un libro sobre este tema es,
trato de la luz, en la entrega a la omnipresente naturaleza, en la paleta de materiales y formas que suelen antes que nada, una reflexión de cada autor en torno a los aspectos más significativos que dieron vida
acompañarles como resultado de las tecnologías y métodos constructivos. Hasta la manera en que los al hecho físico. Pero no es sólo el hecho en sí. Es también el aporte que éste ha significado en la cons-
asentamientos espontáneos o los barrios pericentrales se definen hoy, refleja un proceder de origen pre- trucción del patrimonio cultural dominicano. La posibilidad de verbalizar las ideas, de convertirlas en pa-
hispánico. Es en este sentido que resulta factible admitir un marcado espíritu regional –el genius loci– de labra impresa, se traduce entonces en una cuestión de trascendencia que hemos asumido con total co-
la arquitectura dominicana, que la extiende a un primer ámbito de las grandes Antillas hispánicas, Cuba y nocimiento, conscientes de los riesgos relativos a las perspectivas y a la noción crítica que éstas impli-
Puerto Rico, y a un ámbito de mayor circunferencia, que se aproxima al rosario de las otras Antillas, has- can desde una posición contemporánea. Este peligro se agudiza en las historias más recientes que re-
ta alcanzar los territorios de la Tierra Firme inmediata, entendido por la noción ya establecida en la carto- latan los períodos de 1961 a 1978 y de 1978 a 2006, en las que, inevitablemente, se podrán ignorar au-
grafía del Gran Caribe. Dentro de este escenario geográfico e histórico poseemos, sin duda, una fuerte tores o hechos de relevancia para determinados individuos o sectores de la comunidad nacional.

34|INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN |35


lar los proyectos de las grandes empresas nacionales, de los empresarios del sector inmobiliario y de los
La planificación, ¿existe?
inversionistas en la industria del turismo.
El discurso expuesto anteriormente es consecuencia de la imposibilidad real de sostener una planifica-
ción de obras consistente y determinada. Este hecho puede advertirse, sobre todo, en los frustrados pla-
Ingeniería y arquitectura
nes urbanísticos de tantas administraciones locales y centrales y en la ejecución de proyectos de muy
Dos disciplinas complementarias. Una de marcada orientación técnica, la otra de reconocida naturaleza
diversa naturaleza en todo el territorio nacional. El eterno problema energético no es más que un ejem-
artística, han sido en nuestro país consideradas como opuestas y hasta cierto punto rivales. El origen de
plo familiar que traer a colación. Pero esta problemática invade a casi todos los sectores de la vida re-
esta noción recae en la academia. A diferencia de otras culturas en las que la arquitectura ha sido reco-
publicana, sobre todo en las esferas públicas, en las que predomina la acción dirigida a obtener resulta-
nocida, desde tiempos inmemoriales, como la madre de todas las artes, en nuestro caso estuvo supe-
dos políticos de la gestión técnica en las instancias competentes.
ditada a los estudios de la ingeniería civil desde que se fundara la carrera en la Universidad de Santo Do-
La planificación es la base de cualquier plan de desarrollo. Con ella puede eficientizarse la utilización de
mingo, institución en la que podía obtenerse el título de Ingeniero Arquitecto como una especialidad de
recursos de toda índole –humanos, económicos, territoriales, etc.– orientados hacia un bien común, que
estudios, una suerte de major, concentrando en los últimos dos años de carrera del pensum de Ingenie-
pueda dirigir las acciones tanto individuales como colectivas de toda iniciativa. Una resultante actual de
ría Civil, materias específicas del curriculum tradicional de la arquitectura: historia, diseño, urbanismo,
esta incapacidad es la noción cada vez más reconocida en los ambientes intelectuales de que el instru-
composición, dibujo, materiales, etc. Para complicar las cosas, la legislación dominicana otorgaba la po-
mento de la planificación per se es incapaz de llevar de la mano a nuestras ciudades hacia un estado de
sibilidad a todos los ingenieros de diseñar edificaciones con la misma legitimidad que a los arquitectos.
bienestar, calidad ambiental y disfrute del entorno inmediato. Los vectores de actuación que se aprecian
Esta extraña pero entendible distorsión fue producto del crecimiento a destiempo de la academia local.
en la gestión del territorio son tan poderosos y hasta difíciles de reconocer que se hace imprescindible
Lo importante es tener en cuenta ese hecho, inexistente en otros países latinoamericanos en los que la
acudir a otra escala de gestión, que es aquella del urbanismo de proyectos. Esto es, estructurar las ciu-
arquitectura ha tenido identidad propia por varios siglos, siguiendo la usanza europea y norteamericana
dades en base a una serie concertada de acciones concretas, dispersas y cuidadosamente escogidas
en la cual gran parte de los funcionarios públicos relativos al tema –ministros de obras públicas, directo-
dentro del tejido urbano capaces de dirigir el crecimiento y el desarrollo hacia determinados ámbitos, re-
res de urbanismo, responsables de la gestión de la vivienda, etc.– han sido arquitectos, a diferencia de
feridos a los equipamientos públicos, a la participación de la empresa privada en el manejo y control del
la costumbre local de perpetuar a los ingenieros civiles en estas responsabilidades.
suelo y, sobre todo, al diseño cada vez más necesario del espacio público como andamiaje estructura-
El arquitecto, desde la óptica local del ingeniero cilvil, ha sido entendido como un dibujante. Como el
dor de la vida ciudadana. Este hecho está apenas comenzando a ser intuido por los síndicos y los otros
“profesional” subalterno encargado de “decorar” o hacer hermosos los edificios. Nada más distante de
actores responsables de la calidad de vida en los diversos escenarios del país.
la realidad de los países desarrollados, es esta noción tan estrecha e interesada. La verdad es que ha si-
do contraproducente prescindir de la capacidad de comprensión del hecho urbano del arquitecto. La ciu-
Las obras públicas
dad ha sido entendida no como un espacio de vida para los seres humanos, sino como un sistema es-
Para alcanzar este estadio de consciencia es necesario que la sociedad dé plena vigencia a la noción de
trictamente estadístico, despojado de toda historia, de toda tradición e identidad, en la que los parques,
que la obra pública se asigna en base a un criterio de racionalidad, que asegure, por un lado, el buen
elevados, túneles y otras obras públicas obedecen a la operatividad vehicular más que a una visión inte-
uso de los recursos asignados a las acciones públicas y, por el otro, la ejecución correcta y planificada
gral del espacio público. Ahí están las ciudades dominicanas para comprobarlo.
de las obras en cuestión. En ello juega un rol fundamental la forma de asignación de las obras, en la que
el concurso como instrumento democrático y transparente desempeña un rol estelar.
Vivienda y ciudad
Toda sociedad organizada ha de tener vigente un sistema en el que la ejecución profesional de una obra
Uno de los temas pendientes y a la vez urgentes es el de la vivienda y, paralelamente, el de la ciudad. El
pública sea la norma y no la excepción. Para asegurarlo se deben trazar las pautas de calidad y repre-
de la vivienda es frecuentemente interpretado, de nuevo, como un valor negativo, como una ausencia.
sentatividad del conglomerado social, con la finalidad de que el resultado sea sujeto de aprecio, orgullo
En realidad es mucho más, y en esta falta de visión hemos perdido oportunidades preciosas de configu-
y legitimización. Esto es hacer Patria.
rar de manera mucho más amable nuestros entornos urbanos. La principal protagonista de la estructu-
En la actualidad los avances más notables en materia de diseño se encuentran en el universo privado,
ra urbana es la vivienda. Su participación en la definición espacial es fundamental, ya que con su masa,
sobre todo en obras de mediana y pequeña escala, tanto institucionales como domésticas. Basta seña-
con su volumen, se adquire la forma básica del tejido principal del urbanismo. Cual performance esce-

36|INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN |37


nográfico, siempre, en cualquier ciudad existen dos actores principales: los solistas y el coro; los gran- pierda por las presiones inmobiliarias sobre el suelo urbano, o por la entendible indiferencia de sus pro-
des monumentos públicos e institucionales, de gran escala y masiva presencia, y el grano continuo de pietarios?
la vivienda, como célula integradora del perfil ciudadano. Las respuestas no están a la mano. Es necesario generar una reflexión sobre el tema y estructurar un
En este aspecto las iniciativas públicas y las privadas han tenido diversa participación. Tal y como ocu- fondo para la adquisición de determinados inmuebles, acompañados por una estrategia de reconoci-
rrió en varias de las naciones latinoamericanas durante las décadas intermedias del siglo XX –México y miento y nominación patrimonial. Países como Colombia han sido capaces de crear instancias de nomi-
Venezuela son probablemente los modelos más reconocidos– el Estado desempeñó un papel fundamen- nación que involucran hasta edificaciones del siglo XX dentro de su inventario monumental arquitectóni-
tal en la provisión de viviendas públicas para los estratos sociales medios y bajos, con la notabilísima ac- co, algo verdaderamente inusual. La gran pregunta es: ¿Nos interesa en realidad conservar esos edifi-
tuación de arquitectos de la talla de Mario Pani y Carlos Raúl Villanueva. Igualmente ocurrió en la Repú- cios hechos producto de nuestra acción como sociedad organizada?
blica Dominicana, en su momento. Tanto Rafael Leonidas Trujillo como Joaquín Balaguer, dos de los El destacado crítico de arquitectura del New York Times, Herbert Muschamp, escribió en su artículo ti-
mandatarios más longevos de la historia republicana, desarrollaron ambiciosos planes de vivienda y tulado “The Secret History of 2 Columbus Circle”:
asentamientos urbanos, muchos de los cuales constituyen parte integral de la estructura citadina de “Un edificio no tiene que ser una importante obra de arquitectura para convertirse en un hito de primera
nuestros días. Por otro lado, la gestión inmobiliaria privada ha logrado, sobre todo en las dos últimas dé- categoría. Los monumentos no han sido creados por los arquitectos. Son imaginados por aquellos que
cadas, configurar zonas enteras de las ciudades dominicanas, en base a un esquema apoyado por el les encuentran después de construidos. La esencia de un monumento no es su diseño, sino el lugar que
sistema financiero nacional y por las normativas municipales, sobre todo en los casos destacados de las ocupa en la memoria de una ciudad. Comparado con el espacio que asume en la historia social, las ca-
avenidas Anacaona y Sarasota y del Polígono Central en la ciudad de Santo Domingo. lidades artísticas de un monumento son incidentales” .
Queda pendiente de discernir en un plazo no muy largo el papel que en este proceso corresponderá de- Hay que entender los beneficios de proteger el pasado y evitar su destrucción. Conservar nuestros mo-
sempeñar al Instituto Nacional de la Vivienda –INVI– y al Consejo Nacional de Asuntos Urbanos, CONAU. numentos nos confiere una sensación de continuidad entre pasado y presente, así como una valoración
de los logros que sobreviven al individuo mismo. Resguardemos nuestros logros para los futuros domi-
Patrimonio arquitectónico nicanos...
Es posible que el principal tema pendiente en la agenda de la arquitectura nacional sea el del manejo del
patrimonio arquitectónico. Su conservación y valoración se inicia en la década de 1940, a raíz de uno de Agradecimientos
los sismos que nos frecuentan. Los años 60 produjeron la institucionalización del sistema de protección Este proyecto ha sido el fruto de sus autores y es su única responsabilidad. No obstante, en él han co-
patrimonial, a partir de la creación de la desaparecida Oficina de Patrimonio Cultural, instancia desde la laborado numerosas personas cuyo valioso aporte deseo reconocer.
que se logró articular el rescate de innumerables viviendas y edificios del centro histórico de la ciudad ca- Los textos o partes de los mismos han sido leídos y comentados por Roberto Segre, Pedro Delgado Ma-
pital. Su acción permitió un historial de salvaguarda ejemplar en América Latina, junto a la Comisión de lagón, Frank Moya Pons, Lidia León, Pedro José Borrell, Milán Lora, Erwin Cott, Omar Rancier y Rafael
Monumentos Históricos de la ciudad de Santo Domingo de Guzmán. Martínez Alés. Mauricia Domínguez hizo sugerencias de forma y, sobre todo, de fondo, que agradezco.
Producto de un proceso de reingeniería del esquema institucional predominante, se integra la OPC a la Muchas de estas observaciones fueron integradas al discurso.
estructura orgánica de la Secretaría de Estado de Cultura. De este modo, la gestión del patrimonio ar- A lo largo de demasiados años, el continuo proceso de entrevistas a los protagonistas vivos de estas his-
quitectónico se iguala a la de otras disciplinas culturales, con requerimientos de una atención y de pre- torias –algunos de ellos hoy fallecidos– produjo un enorme volumen de información, que nos sirvió para
supuestos diversos. confrontar perspectivas y aclarar los contradictorios y oscuros escenarios del pasado. En tal sentido es-
Conservar el patrimonio arquitectónico de una nación ha sido y será siempre un tema espinoso. Se tra- tamos en deuda con un gran número de profesionales y de personas entre las que quisiéramos citar a
ta, en primer lugar, de escoger aquellas obras que constituyen un bien innegable para la construcción de José Ramón Báez López Penha, Teófilo Carbonell, Miguel Vila, Ramón Vargas Mera, Fray Vicente Rubio,
la identidad nacional, tanto las de propiedad pública como las de propiedad privada. Y es aquí donde se Milton Ginebra, Gustavo Moré González y A. Rodríguez Derrien, destacados profesionales ya desapare-
complica el asunto. ¿Cómo asumir dentro del catálogo nacional de monumentos, obras del universo pri- cidos. Entre los que nos siguen regalando sus anécdotas y recuerdos están Leonte Bernard Vázquez,
vado? La adquisición de un inmueble por el Estado, bien generalmente costoso, no es una inversión fá- Emilio Almonte, Manuel Salvador Gautier, William Reid Cabral, Rafael Tomás Hernández, Erwin Cott, Fred
cilmente entendible por las autoridades oficiales. ¿Qué hacer entonces? ¿Permitir que este patrimonio se Goico, Rafael Calventi, Marcial Martínez, Víctor Pizano, Víctor Bisonó, César Iván Feris, Luis Eduardo

38|INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN |39


Delgado, Manuel Delmonte Urraca, Pedro José Borrell, Milán Lora, Plácido Piña, Pedro José Alfonso,
Teódulo Blanchard, Oscar Imbert, José Manuel Reyes, Mariano Sanz, Luis Simpson, Nelson Viñas y mu-
chos más.
Quiero precisar mi agradecimiento sincero a todos los fotógrafos que han colaborado en este proyecto.
Sin ellos, el trabajo hubiera sido un desierto. A Jochi Marichal, quien atravesó el país con su cámara y su
entusiasmo, al igual que el sin par Ricardo Briones. Onorio Montás me acompañó en el vital proceso de
selección de las imágenes. Eddy Guzmán, amigo de tantos recuentos, brindó su arte, pionero en la fo-
tografía arquitectónica dominicana. Lowell Whipple, Francisco Manosalvas, Esteban Prieto y César Pa-
yamps, me permitieron escoger entre sus valiosas imágenes de archivo. El inventario fotográfico de la re-
vista Archivos de Arquitectura Antillana ilustró gran parte de la VI Historia. Eugenio Pérez Montás me per-
mitió el uso de algunas imágenes extraídas de su obra excepcional, La Ciudad del Ozama. Enrique Pen-
son nos cedió generosamente el derecho al uso de su extraordinaria recopilación gráfica sobre la Arqui-
tectura Dominicana 1906-1950; Manuel García Arévalo permitió también la inclusión de varias imágenes
de sus postales dominicanas, originalmente recopiladas por mi padre, Gustavo Alberto Moré, en su
asombrosa colección filatélica, al igual que Manuel Pappaterra, agudo coleccionista dedicado a las imá-
genes de la arquitectura en la Filatelia dominicana; Max Pou, enorme figura del lente nacional, siempre
nos regaló sus mejores fotos, del tesoro gráfico que sobre la arquitectura moderna dominicana reposa
en sus archivos; y especialmente, quiero agradecer la generosidad del amigo italiano Stefano Topuntoli,
quien nos ofreció íntegro, su fundamental catálogo de transparencias, realizadas durante el trabajo en-
cargado a Virgilio Vercelloni para el Atlas histórico de la Ciudad de Santo Domingo, publicado en Milán
en 1991. Agradezco sinceramente el bello trabajo de diseño de Lourdes Saleme y su equipo, incansa-
ble, meticulosa, profesional y elegante al mismo tiempo.
Quiero dedicar este libro a la memoria de mi padre, Ing. Arq. Gustavo Alberto Moré, quien nos dejó jus-
to en sus inicios. Sé que para él este proyecto hubiera significado mucho. A mi madre Mariuccia Guas-
chino de Moré, a mi esposa María Cristina y a mis hijos María Elena, María del Mar y Gustavo José y a
mis hermanas, les agradezco de todo corazón su enorme apoyo durante todo este proceso.
Sólo nos resta manifestar nuestra gratitud por la elegancia en el trato y por la oportunidad brindada, a
toda la organización E. León Jimenes y sobre todo a su enlace, el Lic. Félix Fernández. Este esperado li-
bro es producto de la visión integral de la cultura nacional que ellos, a través de su mecenazgo ejemplar,
se empeñan en construir. Colaborar en este afán es un honor y una responsabilidad. La posibilidad de
acceder a la página es tan escasa en el país, tan poco frecuente, que conviene celebrar su existencia
con alegría. Esperamos que el esfuerzo del colectivo que ha trabajado con fe en el proyecto resulte en
una obra útil, capaz de evidenciar la riqueza de este patrimonio nacional, dentro del panorama global del
que cada vez más, participamos, y así potenciar a su conservación y aprecio en las presentes y futuras
generaciones.
Gustavo Luis Moré. Santo Domingo, agosto de 2008.

40|INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN |41


1
ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR

Esteban Prieto Vicioso


1.1

La arquitectura indígena
La Española, segunda isla en tamaño de las Antillas o islas del Caribe, fue bautizada así por el Almiran- Doble página anterior:
Diversos tipos de arquitectura
te Cristóbal Colón al llegar a ella el 5 de diciembre de 1492, nombre que ha mantenido hasta nuestros vernácula y popular dominicana.
Fotos Esteban Prieto Vicioso
días. Sus primitivos habitantes la llamaban Haití, que significa aspereza o tierra montañosa, y según Pe-
dro Mártir de Anglería también la llamaban Quisqueya, queriendo significar con este nombre que era “una
Cocina con paredes de palos parados,
cosa grande y que no tiene igual”.1 Además se le ha denominado La Española de Santo Domingo, His- en Estebanía, Azua.
paniola o Isla de Santo Domingo, nombre, este último, utilizado tanto por los españoles como por los Foto Esteban Prieto Vicioso.

Detalle de horcón con horqueta.


franceses y haitianos durante su ocupación de la misma.
Estudios antropológicos y arqueológicos han confirmado que las islas que conforman las Antillas fueron
habitadas originalmente por poblaciones aborígenes procedentes de la cuenca del Orinoco venezolano,
que no se adaptaban a la vida sedentaria. El historiador Frank Moya Pons2 distingue, sobre la base de
los datos arqueológicos que se tienen, cuatro períodos migratorios hacia las Antillas.
El primer nivel de asentamiento en las islas corresponde a los pueblos pertenecientes a la llamada cul-
tura de la concha, en la que las viviendas se colocaban a lo largo de las orillas de los ríos, de los estan-
ques, de las ensenadas y de las bahías marinas. Se ignoraba la elaboración de platos, cuencos y demás
instrumentos de vajilla; no tenían ningún tipo de agricultura; estas poblaciones, llamadas siboney, se
asentaron en algunas regiones de La Española y de Cuba y en todas las Antillas Menores.
La segunda oleada migratoria, procedente del continente sudamericano, corresponde al nivel arqueoló-
gico denominado igneri. Pertenecían al gran tronco de los arawak, del tipo de la floresta tropical, y con-
siguieron ocupar la isla de Trinidad y las Antillas Menores, y llegaron hasta Puerto Rico y La Española, im-
poniéndose o absorbiendo a los siboneyes. La elaboración de cerámica en el período de los igneri fue la
más refinada de Las Antillas.
El tercer período corresponde a la gran expansión arawak que llevó a la extinción de los residuos sibo-
ney que todavía quedaban en la isla de Santo Domingo, Cuba, Jamaica y las Bahamas. En este período
se sitúa el origen de un desarrollo independiente de las tradiciones culturales continentales, que permitió

ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR |45


Cocina con paredes de palos parados, a los habitantes de las Antillas Mayores crear una cultura diferente, que hoy se suele definir con el nom-
sin embarrado. Foto Esteban Prieto Vicioso.
bre de cultura taína.
Bohío de palos parados con embarrado.
Foto Esteban Prieto Vicioso. El cuarto y último período se inició en torno al siglo XI, con una nueva oleada de grupos pertenecientes
Techo de Yagua en Cachote, Barahona. todavía al tronco de los arawak, pero con características culturales diferentes de las poblaciones igneri y
Foto Esteban Prieto Vicioso.
de las taínas. Se trataba de los temibles caribes.
Pared de palos verticales o palos parados,
herencia indígena en la arquitectura vernácula La ocupación territorial de los indígenas de La Española venía dada por muchos pueblos y pequeños po-
dominicana. Foto Esteban Prieto Vicioso. blados ubicados a orillas del mar, en las riberas de los ríos, en los valles y alrededor de lagos y lagunas,
rodeados de “muchas labranzas a manera de granjas”.3 Estos pueblos eran gobernados por señores que
daban cuenta a los caciques, que eran una especie de virreyes, que conformaban una provincia o caci-
cazgo, en el que la autoridad máxima era el cacique principal. En la isla había cinco consabidos cacicaz-
gos, los cuales tenían sus capitales o villas principales.
Basándonos en datos dados por los Cronistas de Indias, podemos decir que las viviendas estaban agrupa-
das sin disposición de calles y aparentemente sin ningún modelo urbano establecido. Sólo en las principales
villas, las cuales podían tener hasta ocho mil bohíos,4 según los cronistas, se veía cierto ordenamiento.
La Villa de Guacanagarix, por ejemplo, en el reino o cacicazgo de Marién y próxima a la Villa de Puerto Real,
tenía una plaza central y dos calles cruzadas que dividían la ciudad en “quatro barrios de desconcertada mu-
chedumbre, porque en ellos no se encuentran calles algunas...”5 La plaza central era cuadrada y grande, en-
contrándose en la mitad de ella el bohío del rey, de unos 27 por 8 metros. Al Sur de ella se encontraba otra
gran casa que alojaba a los guardias y la cárcel. Otras edificaciones importantes de la plaza eran el templo,
de unos 16 metros por lado, y la cocina, donde había unas 40 indígenas haciendo casabe y cocinando pa-
ra el cacique principal y sus caciques. Todas estas construcciones, así como los caneyes o viviendas de plan-
ta circular que utilizaba la mayoría de la población, eran de madera, techados de cana, yarey, paja o yagua.
En la plaza central había siempre un espacio para el juego de la pelota, al que los taínos llamaban batey. También

46|ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR |47


Casa con paredes y techo de yaguas, a la salida de los pueblos había lugares de éstos, con asientos para los espectadores. En estas plazas se desa- Estas conocidas descripciones de Oviedo sobre los dos tipos de casas usadas por los tainos de La Es- Dibujo de caney taino de planta circular.
en el Noreste de la isla. Fuente: Luís Joseph Peguero.
Foto Esteban Prieto Vicioso. rrollaban además los areytos, expresión musical de cantos y danzas simultáneas “mediante la cual los taínos na- pañola, aceptadas y repetidas por más de 400 años por un sinnúmero de historiadores, están siendo
Dibujo de bohío taíno de planta rectangular.
Paredes de palos parados, típicas de la región rraban cantando y bailando al son de melopeas e instrumentos rencos, sucesos de notable importancia”.6 cuestionadas por algunos arqueólogos e investigadores. Fuente: Luís Joseph Peguero.
Sur. Estebanía. Foto Esteban Prieto Vicioso.
Se sabe que los taínos desarrollaron variados estilos cerámicos con modalidades propias que difieren, Ya Sven Lovén en 1935, en su libro Origins of the Tainan Culture, West Indies, argumentó que el tipo de ca- Dibujos de instrumentos utilizados
en la construcción de los bohíos indígenas.
en cuanto a sus formas de manufactura y rasgos decorativos, de los estilos continentales originarios. Es- sa de planta rectangular y supuestamente usado por los caciques, era de influencia europea y no existía en Fuente: Luís Joseph Peguero.
ta evolución estilística relativa a la cerámica revela una dinámica de cambio, que también se manifiesta la época del precontacto.8 Luis Antonio Curet se une a esta teoría y aporta evidencias de tres casos de es- Dibujo de hamaca.
en su vida práctica y en los demás aspectos tecnológicos, sociales, rituales, etc., que identifican sus mo- tudio en Puerto Rico, publicados en la revista Latin American Antiquity en 1992. Posteriormente los arqueó- Fuente: Luís Joseph Peguero.

dos de producción. También la arquitectura debió haber sufrido sus mutaciones, paralelas a esa evolu- logos cubanos Jorge Calvera y Juan Jardines,9 luego del descubrimiento del sitio arqueológico de Los Bu-
ción estilística que vemos en la cerámica. Una vez lograda esa adaptación necesaria debida al cambio chillones, plantean también que la planta rectangular de los bohíos tainos es producto de la transculturación.
de su ecosistema, se puede decir que nació la tecnología apropiada en la isla. Pero al leer la relación que el escribano Rodrigo de Escobedo hace a Cristóbal Colón en los últimos días
Ningún grupo cultural indoantillano utilizó la piedra como material de construcción arquitectónica. Los más del mes de diciembre del 1492,10 luego de visitar el poblado del cacique Guacanagaríx, vemos que la
adelantados de esos grupos construyeron sus viviendas con materiales vegetales, que naturalmente no po- planta rectangular no era desconocida por los indígenas, ya que la casa del mismo cacique era de esa
dían resistir las inclemencias del tiempo, mientras los de mayor atraso eran habitantes de abrigos rocosos y forma y medía aproximadamente 26.90 por 8.40 metros, siendo mucho más grande que las demás ca-
cavernas, por lo que no llega hasta nosotros ningún tipo de edificación construida por ellos. Es con la llega- sas del poblado, que debieron haber sido, todas o la mayoría, de planta circular. Con la relación, fueron
da de los españoles en 1492 que nace nuestra historia documentada y con ésta, por tanto, llegan a nosotros entregados dos dibujos, realizados por Juan Salsedo o, más bien, Pero de Salsedo, uno de un bohío o
los primeros datos ideográficos sobre las construcciones indígenas que había en ese momento en la isla. casa de los caciques, de planta rectangular, y otro de un caney o casa de indios, de planta circular, que
Sólo las investigaciones arqueológicas realizadas en los sitios donde se encontraban los bateyes indíge- debieron haber sido los que sirvieron de modelo a Gonzalo Fernández de Oviedo en su libro.
nas, podrían ampliar los conocimientos que sobre la materia nos han legado algunos cronistas por me- Lo que sí podemos confirmar, de acuerdo a las diferentes descripciones que tenemos de cronistas e his-
dio de grabados y no muy exactas reseñas. toriadores y de diversos informes arqueológicos, es que la mayoría de las viviendas de los indígenas eran
Las más amplias descripciones de los bohíos o eracras indígenas quisqueyanos las ofrece Fernández de de planta circular, a manera de alfaneques o tiendas de campañas, de acuerdo a lo escrito por el mismo
Oviedo en su Historia General y Natural de las Indias,7 donde nos describe dos tipologías utilizadas: una Almirante en su diario, pero no podemos negar la existencia de los bohíos de planta rectangular, al me-
de planta circular y techo cónico, llamada caney, y otra rectangular con techos a dos aguas, y las prin- nos en algunas regiones de la isla.
cipales con galerías frontales llamadas normalmente bohíos. En cuanto a los materiales constructivos sabemos que utilizaban productos vegetales nativos como: yagua,

48|ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR |49


Planta típica de bohío de un aposento, cana, yarey, guano, palma, bejuco, etc. siendo el método de ejecución a base de postes u horcones11
donde la ubicación y el número de huecos
varía por región. de madera que enterraban en el suelo y cañas sujetadas por bejucos con los techos de palma o paja,
Casa de palos parados con embarrado dejando en lo alto un respiradero, recubierto por un caballete, para la salida del aire caliente y del humo
en Las Charcas, Azua.
Foto Esteban Prieto Vicioso. de las brasas que siempre mantenían dentro de las casas.
El modelo de planta circular desaparece como vivienda, pero la rectangular y los métodos constructivos
evidentemente se siguen utilizando, ya que el español aprende y adapta numerosas técnicas de la tecno-
logía vernácula antillana, debido a que no las encontraban del todo extrañas y por encontrarlas muy apro-
piadas al nuevo medio ecológico americano. Esto lo confirma el Padre Bartolomé de las Casas, cuando
dice en su Apologética Historia de las Indias: “Yo vide casas de éstas, hecho de indios que vendió un es-
pañol a otro por seiscientos castellanos o pesos de oro, que cada uno valía cuatrocientos y cincuenta ma-
ravedís”.12 O cuando dice en su Historia de las Indias que: “Para de madera y paja no pueden ser más
graciosas ni más bien hechas, más seguras, limpias ni más sanas, y es placer verlas y habitarlas, y hacían
algunas para los señores; y después, en esta isla Española, hicieron los indios para los cristianos tan gran-
des y tales, que pudiera muy bien y muy a su placer el emperador en ellas aposentarse”.13
Cristóbal Colón, Gonzalo Fernández de Oviedo, Bartolomé de las Casas, Antonio de Herrera, Pedro Már-
tir de Anglería, Diego Álvarez de Chanca y otros cronistas y escritores de los siglos XV y XVI describen y
dan datos sobre las viviendas indígenas de la isla de Santo Domingo, pero lamentablemente ninguno es-
pecifica el tamaño de las mismas, ni las describen en forma detallada, por lo que se hace difícil recons-
truir, al menos gráficamente, estas viviendas.14
Sabemos que los taínos, al adoptar el tipo de vida cacical, sustituyen las grandes malocas o bohíos co-
lectivos por bohíos pequeños o relativamente pequeños, generándose así un mayor número de vivien-
das en sus poblados y creando un cambio total del patrón espacial.
El investigador finlandés Björn Landström, en su libro Colón,15 presenta una interpretación gráfica de un bohío
indígena, tanto en planta, alzado y corte, basada en el grabado en madera que aparece en la edición de 1547
de la Historia General de Oviedo, y en descripciones de la época, básicamente del mismo Oviedo y Las Ca-
sas, quienes no describen de una manera precisa estas viviendas. De todas formas, esta interpretación nos pa-
rece muy lógica y podría acercarse bastante a la realidad. El arqueólogo Felipe Pichardo Moya, en su libro Los
Aborígenes de Las Antillas,16 hace una de las más completas descripciones de las viviendas indoantillanas, ya
que reúne y analiza informaciones provenientes de los cronistas de Indias y de investigadores y arqueólogos de
diferentes épocas, llegando hasta los años 50 del pasado siglo XX, época en que escribe su libro. Coincidimos
con su parecer de que todavía está pendiente la realización de un mayor número de investigaciones arqueoló-
gicas en que se analicen las huellas de los horcones o postes, para intentar definir el tamaño y la forma de es-
tas viviendas indígenas. También estamos de acuerdo con el citado autor en que se debe seguir investigando
sobre la posible relación de los mayas de Yucatán con nuestros aborígenes, ya que se encuentran ciertas si-
militudes con algunas costumbres taínas, incluyendo los materiales y la forma de construir sus viviendas.

50|ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR |51


1.2

Influencias y aportes foráneos


El negro esclavo se manifiesta arquitectónicamente de una manera muy restringida y tímida, ya que no Casa de bajareque o tejamanil, sistema
constructivo usado en la región Sur.
tenía grandes motivaciones para expresarse artísticamente, pero se puede asegurar que en Santo Do- Foto Esteban Prieto Vicioso.

mingo estos inmigrantes africanos gozaban de ciertas libertades, principalmente en los hatos ganaderos,
lo que podría suponer alguna continuidad de las tradiciones constructivas de sus regiones de proceden-
cia, que habrían pasado de generación en generación.
Ya en el siglo XVIII se había generado un tipo de esclavitud feudal-patriarcal, lo que hacía posible ceder
tierras y propiedades a los esclavos mediante una relación totalmente feudal o bien emplearlos como es-
clavos jornaleros y de alquiler, lo que produjo un proceso de cambio hacia las pequeñas propiedades
campesinas y de constitución de una clase media urbana.
En los Códigos Negros de la América Española17 se pueden ver claramente las limitaciones y prohibicio-
nes que tenían los negros esclavos en cuanto a los oficios que podían ejercer, a los instrumentos que po-
dían tener y a la construcción y disposición de sus viviendas.
Pero hablando de una forma general para la región, no es sino hasta la abolición de la esclavitud o has-
ta la libertad obtenida por algunos de estos esclavos, que este grupo étnico se manifiesta plenamente
en cuanto a su arquitectura se refiere. Artísticamente su manifestación es muy elemental, tal vez debido
a una pérdida de sus tradiciones. Hay que tomar en cuenta que el 80% de los esclavos negros que se
traía de las costas africanas a la región del Caribe tenían entre 18 y 25 años y éstos no duraban más de
5 ó 6 años, por lo que la reposición trajo muchas veces como consecuencia que no hubiese integración
sociocultural dentro del proceso de trabajo. También es bueno anotar que tan solo el 20% de los escla-
vos que se trajeron eran mujeres, lo que impide que se vayan formando y creando raíces culturales pro-
fundas. En el caso de la colonia española de Santo Domingo, debido al modo de producción, fundamen-
tado en los hatos, la vida de los esclavos africanos era más larga y la importación de los mismos era ca-
da vez de menor número.
Un supuesto modelo de arquitectura introducido por esos inmigrantes africanos es la casa construida

ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR |53


Casa de bajareque o tejemanil techada con muros de los que en República Dominicana se denominan tejamanil o de tabiques,18 que son los José Augusto Puig, en su importante y pionero Ensayo Histórico Arquitectónico de Puerto Plata, da un Paredes de tejamanil sin embarrado.
con yaguas. Barahona. Pueblo Viejo, Azua.
Foto Esteban Prieto Vicioso. formados por setos de estacas entrecruzadas entre horcones de madera, luego recubiertos con un em- dato bien interesante sobre la utilización del tejamanil por parte de los españoles en las primeras cons- Foto Esteban Prieto Vicioso.

Largos vuelos de cana protegen las paredes barrado o boñiga, o sea, tierra ligada con excremento de vaca, para darle mayor consistencia. El arqueó- trucciones de dicha ciudad fundada por Ovando en 1502, cuando dice: Atabales o tambores de influencia africana,
laterales en los bohíos de tejamanil, que forman parte del sincretismo religioso
en Los Bancos, San Juan.
logo Elpidio Ortega, en su libro Expresiones Culturales del Sur,19 sostiene que: “Las casas, en los principios de la villa, fueron de madera y paja; luego, en el mismo siglo XVI, en la pri-
taíno, español y africano.
Foto Esteban Prieto Vicioso. “Esta modalidad de construcción de viviendas ha sido incluida dentro de la arquitectura vernácula rural mera mitad, cuando el florecimiento de la ciudad, algunas se levantaron de cal y canto, sillería y tapiería, Foto Esteban Prieto Vicioso.

Línea de piedras delimitando la entrada con techumbre de tejas. Fueron fabricadas a la usanza española según descripción de la época: “no muy Casa de tejamanil con dibujos
como una transculturación africana a través de los primeros esclavos, desde los comienzos de la colo-
del bohío. Foto Esteban Prieto Vicioso. de influencia haitiana. Las Terreras, Azua.
nia, y de las invasiones y migraciones haitianas en el siglo XVIII”. altas sobre el suelo o de dos pisos solamente, pero muy sólidas, las habitaciones grandes y buenas, con Foto Esteban Prieto Vicioso.

Aunque ese método constructivo en la República Dominicana se les atribuye a los africanos, es sabido grandes puertas en lugar de ventanas para que entrara el aire finalmente, con su brisa perenne”. Habla- Detalle del ensamblaje de la
estructura del techo.
que tanto los indígenas venezolanos como los mayas utilizaban el recubrimiento de paredes con barro, ban los españoles de la construcción de las casas así: se hincan los postes o estacas que fueren nece-
como puede observarse todavía en sus respectivas regiones. Graciano Gasparini, en su libro Arquitectu- sarios para el tamaño de la casa; sobre ellos construían un piso bajo de cierta altura; en la cabeza de los
ra Popular de Venezuela,20 plantea que el bahareque: “...era una técnica constructiva autóctona y no, co- postes un techo, cubierto de paja o tejas. Si elevaban la base a la altura de un hombre, usaban el piso
mo alguien insinúa, traída por los africanos”. Al respecto cita un párrafo de la Historia General y Natural térreo inferior para depósito, cercándolo con un trenzado de varas revocadas, enlucidas y cuidadosa-
de Indias que dice: “Los muros están hechos de cañas colocadas las unas muy cerca de las otras y lue- mente blanqueadas por dentro y por fuera”.22
go recubiertas con tierra cuyo espesor es de cuatro a cinco dedos y así llegando hasta el techo. Esto Este método constructivo también puede observarse en casas rurales de algunas regiones de España, por
proporciona un muro sólido y de aspecto agradable. Las casas están techadas de palma y paja muy bien lo que podemos estar ante una técnica conocida por todos los grupos actuantes. Estos modelos también
colocada y de gran durabilidad. Las lluvias no entran en estas casas y el techo ofrece tanta protección debieron adaptarse al nuevo ecosistema sufriendo las modificaciones necesarias. La mayor similitud la po-
como las tejas...” demos observar en la vivienda denominada barraca, de las provincias mediterráneas de Murcia, Alicante
También en La Española hay evidencias del uso del barro en paredes de las viviendas indígenas, ya que y Valencia, en la península ibérica.23 Estas barracas, de planta similar a nuestras viviendas rurales, tienen
Alonzo de Ojeda, en 1493, describe al Almirante Cristóbal Colón el palacio y villa de Guarionex, en el va- una estructura sencilla de palos de madera y sus paredes están formadas con un tejido de cañas, el cual
lle del Cibao, lo cual narra Luis Joseph Peguero en su Historia de la conquista de la isla Española de San- se recubría o embarraba por ambos lados, exterior e interior, enluciéndolo luego con yeso. Se sabe que
to Domingo, de la siguiente manera: “...el palacio y casas de los nobles, se diferencian de la casas de el uso de estas barracas se remonta al período prehistórico español y que se siguió utilizando a través de
los plebellos con algunos tabiques de barros que ponen en las junturas de los maderos, con que estan los siglos y hasta tiempo bien reciente. Las puertas y las ventanas son las únicas piezas de carpintería que
sercadas, supliendo las texas con yaguas, o lo que ofrece la comodidad,....”21 posee la barraca, tal como sucede en los diferentes tipos de nuestra arquitectura vernácula.

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Otra vivienda española que utilizaba el embarrado sobre un trenzado de madera era el pallabarro ga- Detalle del interior de una casa de tejamanil.
Foto Esteban Prieto Vicioso.
llego, cuyos muros al final se encalaban, tal como se hace con las viviendas de tejamanil dominica-
Bohío y cocina de tejamanil,
nas.24 en Los Bancos, provincia San Juan.
Fotos Esteban Prieto Vicioso.
Por cierto, el término tejamaní o tejamanil se usa en la Republica Dominicana para definir los muros
Las paredes de tablas de palma real, son
con trenzados de madera y luego embarrados y encalados, pero en Cuba, Puerto Rico y México, se las más comunes en la arquitectura vernácula
usa para definir la tabla delgada de madera que se coloca como teja en los techos de las casas, co- dominicana. Foto Esteban Prieto Vicioso.

Clavos de hierro forjado utilizados en bohíos


mo era frecuente en la zona de Jarabacoa y en el valle de Baní, donde se le conocía como techo de
de tablas de palma del siglo XIX.
tablitas. Foto Virginia Flores Sasso.

Como ya hemos dicho, el español adopta el tipo de vivienda indígena y la encuentra muy digna y apro-
piada a las condiciones climáticas de la isla, tal como relatan los cronistas de Indias, pero es de su-
poner que se le introdujeron algunas modificaciones para adecuarlas a sus necesidades y formas de
vida, así como habrán introducido nuevos materiales y nueva tecnología. Uno de los materiales posi-
blemente introducido por los españoles, al menos en la forma en que lo conocemos hoy, es la tabla
de palma, material que todavía en la actualidad es el más utilizado en la arquitectura vernácula domi-
nicana.
Si bien Oviedo confirma el uso de la madera de palma por parte de los indígenas cuando dice: “De las
palmas que se dijo primero, es buena la madera para pocas cosas, así como cajas de azúcar e para cu-
brir casas, al modo de los indios, e de poca costa”,25 no está claro el lugar y el modo de usarla. Parece
ser que el piso de las barbacoas, o lugares elevados donde colocaban frutas y otros alimentos, eran de
tablas de palma.
Es de suponer que con los nuevos instrumentos de trabajo con que contaban los españoles, estos
podían trabajar mejor la madera de palma y sacar las estrechas tablas o tiras que todavía se usan en
la actualidad. Un importante material de construcción introducido por los españoles fue el clavo, el

56|ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR |57


Proceso tradicional de obtención de cual permitía hacer paredes de madera sin necesidad de amarrarlas con bejucos, que era la única for-
las tablas de palma. Pueblo Viejo. Azua.
Foto Esteban Prieto Vicioso. ma conocida por los indígenas. Es esta casa de paredes de tablas de palma, colocadas horizontal-
Colocación de un durmiente del techo, mente y cobijadas con hojas de cana, yarey o yagua, la que vemos en viejos grabados y dibujos de
en un bohío en Pueblo Viejo. Azua.
las diferentes ciudades y pueblos del país,26 o sea, este tipo de vivienda tenía un uso tanto rural co-
Foto Esteban Prieto Vicioso.

Bohío de tablas de palma, en proceso


mo urbano.
de construcción. Pueblo Viejo. Azua. Las diferentes migraciones hacia la Colonia Española de Santo Domingo y posteriormente, durante la
Foto Esteban Prieto Vicioso.
ocupación haitiana hasta los primeros años de la República, hicieron sus aportaciones a nuestra cultura
en general. Queda pendiente analizar detalladamente los aportes que estos grupos de españoles, afri-
canos, portugueses, canarios, curazoleños, cocolos de las Islas Vírgenes y otros puntos de las Antillas
Menores, negros libertos de los Estados Unidos de América, entre otros, hicieron a la arquitectura do-
minicana.

En la segunda mitad del siglo XIX, con el nacimiento de la República se solidifica la clase campesina y
surgen nuevos poblados en el interior del país. Las migraciones son más frecuentes, así como el inter-
cambio comercial con las demás islas del Caribe, muchas de ellas colonias de diferentes países euro-
peos, como Francia, Holanda e Inglaterra. Por esa razón, el siglo XIX es más rico en las influencias ar-
quitectónicas y artísticas dentro del universo de la arquitectura popular.
Teniendo La Española origen e historia similar a las demás islas del Caribe, podemos afirmar que nues-
tra arquitectura posee características regionales muy definidas, resultado de influencias indígenas, espa-
ñolas, africanas y finalmente de Europa Occidental en general.

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Cobijando una casa mediante un convite,
en la región Sur del país.
Foto Esteban Prieto Vicioso.

Aperos de labranza en el interior de un bohío.


Foto Esteban Prieto Vicioso.

Las paredes construidas con tablas


de madera, como puede verse en esta casa
en Loma Prieta, fueron introducidas en la isla
por los españoles. Foto Ricardo Briones.

Casa de tablas de palma y techo de láminas


de zinc, de marcada influencia antillana.
Foto Esteban Prieto Vicioso.

Detalle de empalizada con acceso al patio.


Foto Esteban Prieto Vicioso.

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1.3

El surgimiento del campesinado y su arquitectura


Para comprender el desarrollo de la arquitectura rural dominicana, o sea, de la vivienda campesina, hay Casa de tablas de palma con techo
de yaguas, en la región Este del país.
que estudiar y analizar la historia social y económica del país, cosa que trata muy bien Roberto Cassá Foto Esteban Prieto Vicioso.

en su libro Historia Social y Económica de la República Dominicana.27


Durante el siglo XVI la ciudad de Santo Domingo no sobrepasó una población de unos 500 vecinos, –es-
to es, jefes de familia blancos– y unos mil distribuidos en las otras villas y en los pocos hatos y estancias
que había en toda la isla. La población de negros esclavos, que osciló entre 20,000 y 30,000 personas
a lo largo del siglo, trabajaba en los ingenios o como servidumbre en los poblados. Los libertos y mu-
chos de los mismos esclavos vivían en chozas de madera en las zonas marginales de la ciudad, donde
cuidaban sus pequeños conucos. Muchos de los blancos que vivían en las ciudades tenían también pe-
queñas explotaciones agrícolas o ganaderas cerca de las ciudades donde habitaban. Nada muy diferen-
te puede ser apreciado incluso en el dia de hoy, con la natural diferencia de escala.
La población rural en el siglo XVI era muy escasa, ya que vivía mayormente concentrada en las villas, sal-
vo algunas familias que vivían en sus estancias. La vida de los habitantes de la colonia española de San-
to Domingo fue afectada durante el siglo XVII por la equivocada medida de las devastaciones a que fue-
ron sometidas las poblaciones ubicadas al oeste de Santiago y Azua ordenadas por la Corona española,
con la intención de terminar con el contrabando realizado por súbditos de países enemigos. Esta medida
afectó la economía de plantación y de los hatos ganaderos, creando un empobrecimiento en la colonia,
una disminución de la demanda de esclavos, la emigración de muchas personas blancas y la primacía del
tipo criollo, producto étnico de la mezcla entre europeos y esclavas, según expresa Roberto Cassá, quien
además asegura que “como producto de las modificaciones en la economía y de la evolución de los gru-
pos étnico-sociales, en la segunda mitad del siglo XVII la estructura demográfica acusó una modificación
que marcaría los procesos macrohistóricos ulteriores. Hasta entonces la mayor parte de la población ha-
bía estado compuesta por personas catalogadas como negras o morenas, mientras que en lo adelante
pasó a estarlo por mulatos, como consecuencia de la mezcla de negros y blancos”.28

ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR |63


Gallera de madera con techo de cana, Las devastaciones de principios del siglo XVII hicieron proliferar los manieles o palenques29 habitados por
muestra de la arquitectura vernácula
dominicana. Región Sur. los cimarrones, o negros esclavos fugitivos, hasta la segunda mitad del siglo cuando fueron eliminados
Foto Esteban Prieto Vicioso.
por las persecuciones. Al darse cuenta del error cometido con las devastaciones, se determinó dar am-
plias facilidades a inmigrantes canarios, dedicados a actividades agrícolas y ganaderas. Estos inmigran-
tes fundaron la villa de San Carlos y otros se establecieron en lugares cercanos y en contacto directo con
su zona de producción, siendo tal vez los primeros campesinos establecidos en la isla. El número de es-
tos habitantes provenientes de las Islas Canarias fue aumentando a través del siglo XVII y como resulta-
do se fueron creando las villas de Baní, Neiba, Montecristi, Puerto Plata y Sabana de la Mar, entre otras.
En general, la recuperación económica hizo que la población de la parte oriental de la isla aumentara du-
rante el siglo XVIII de unas 10,000 personas a unas 120,000, desarrollándose ante todo los grandes ha-
tos ganaderos y una naciente clase campesina en los alrededores de Santiago y La Vega y en las afue-
ras de Santo Domingo. El desarrollo de los hatos permitió dar un tratamiento especial a los negros es-
clavos, los que gozaban de libertad de movimiento y gestión propia, como paso previo a su libertad. Es-
tos libertos fueron engrosando esa clase campesina incipiente, ante todo a principios del siglo XIX y du-
rante la ocupación haitiana.
El historiador Wenceslao Vega, en su discurso de ingreso a la Academia Dominicana de la Historia, titu-
lado “Historia de los Terrenos Comuneros de la República Dominicana”, recoge una descripción de un
hato ganadero de esa época de la siguiente manera:
“Un extenso predio rural, dedicado principalmente a ganadería, llano o por lo menos poco accidentado,
con ríos, arroyos y una que otra laguna o estanque. Allí crecen al natural la hierba o el pasto. No hay di-
visiones o cercados externos, a lo más, setos vivos que separan los potreros entre sí y con las hortalizas
y conucos. Dentro del hato hay varias construcciones rústicas: La casa del amo, de madera de palma
con techos de yagua, con una cocina del mismo tipo pero separada de la casa y algo alejado una letri-
na. Bien cerca una pocilga, un gallinero y un corral donde se amarran los caballos, mulos y burros. Pe-
rros caseros realengos y para las redadas de las reses pululan por doquier. Una que otra enramada de
cana en los alrededores para guardar los aperos de labranza, picos, hachas, palas, azadas, coas, ma-
chetes, etc. El almacén de las sillas jineteras, jáquimas, lazos, sogas, y demás instrumentos para los ro-
deos de los animales.
Otras enramadas para conservar los cueros, el sebo, los cuernos y demás productos del hato, que se
almacenan para luego ser vendidos. Aledaño a la casa, la hortaliza donde se cosechan los escasos ve-
getales que consume la familia: berenjenas, auyamas, repollos, sandías, melones, etc. En las cercanías
de la casa del amo, más pequeñas y pobres que la suya, los bohíos del mayoral, de los peones, liber-
tos y escasos esclavos y sus familias. Algo más alejado: el conuco, con los indispensables plátanos,
yucas, batatas, yautías y demás víveres de los cuales dependen todos. Esparcidas encontramos algu-
nas matas de naranjas dulces y agrias, limones y otros cítricos, una que otra mata de bija para dar co-
lor a la comida. Regados en el entorno, los árboles de frutas criollas como la guanábana, el níspero, el

64|ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR |65


anón, la guayaba, el tamarindo, la jagua, el higuero, el coco y la indispensable higüera para los enva- Secaderos de tabaco en Navarrete.
Foto Domingo Batista.
ses de la cocina, etc. Entonces las amplias sabanas, en una época del año cubiertas de altos pastos
Vista exterior, interior y planta
donde el ganado casi desaparece hundido; y en épocas de sequía con las yerbas casi a ras del suelo. de una casa típica del Valle de Baní,
construida en el siglo XIX
Esporádicos estanques o arroyos donde las reses abrevan. Aquí y o acullá los grandes árboles de som-
con tablas de palma y techo de cana,
bra donde hombres y animales se pueden guarnecer de la canícula o del aguacero: ceibas, anacagüi- con pasamanos dividiendo la sala
del comedor. Villa Sombrero, Peravia.
tas, javillas, y de vez en cuando extensos palmares con la palma cana, la real, etc. tan útiles para cons- Foto Esteban Prieto Vicioso.

truir y cobijar las viviendas y las enramadas. En la distancia, las extensas monterías: Casi impenetrables
bosques tropicales, llenos de espinas, lianas y arbustos, donde crecen en abundancia los grandes gua-
yacanes, caobas, cedros, ébanos, y otros de maderas preciosas. Allí el hatero y sus peones penetran
con dificultad para tumbar los árboles y cortar la madera que necesitan para sus menesteres”.30
Por su parte, Roberto Cassá confirma que: “La aparición de un protocampesinado fue producto de la

masa de libertos y del terreno que dejaba el sistema económico a la iniciativa de pequeños cultivadores
que no lograban ubicarse como propietarios de esclavos. En segundo lugar, fue producto de la dinámi-
ca demográfica que comenzaba a poner en entredicho la viabilidad indefinida del hato ganadero, basa-
do en amplios espacios que no permitían más que el sostén de una población reducida que se mante-
nía de la cría extensiva o la cacería. Por último, incidieron los cambios internacionales, que propendie-
ron a incrementar la demanda de nuevos géneros y a presionar por la disminución de la dependencia
respecto a Saint Domingue. Pero, todavía en las décadas finales del siglo XVIII, este proceso era incipien-
te por lo que cobró cuerpo como parte de la modificación estructural del siglo XIX”.31

66|ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR |67


Pulpería construida con tablas de palma y
techo de zinc. Cachón, Barahona.
Foto Virginia Flores Sasso.

Bohío de tablas de palma y techo de cana,


materiales típicos de la arquitectura vernácula
y popular dominicana. Región Noroeste.
Foto Ricardo Briones.

Pared de madera con un viejo techo


de láminas de zinc lisas. Montecristi.
Foto Ricardo Briones.

La vida social normalmente se desarrolla


debajo de una enramada o de una buena
sombra. Foto Esteban Prieto Vicioso.

Casa de tablas de palma


y techo de cana con galería frontal.
Foto Esteban Prieto Vicioso.

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1.4

Palmas y arquitectura vernácula


Salvo las principales casas de la ciudad de Santo Domingo, la arquitectura de las demás villas, estancias, Bosque de palmas cana.
Foto Esteban Prieto Vicioso.
hatos ganaderos y viviendas rurales, era de madera, normalmente con paredes de tablas de palma y cu-
biertas de yagua, cana o pachulí. De esa manera la palma real (Roystonea hispaniolana) y la palma cana
(Sabal domingensis y Sabal causiarum) se convirtieron desde entonces en los árboles más preciados de
la arquitectura dominicana, prevaleciendo hasta nuestros tiempos a nivel rural. Otra palma muy utilizada
en las construcciones vernáculas dominicanas es el yarey, cuyas hojas se utilizan para cobijar las casas.
Aunque la República Dominicana es un territorio pequeño, de algo más de 48,000 km2, encontramos tipos
arquitectónicos diferentes, los cuales son el resultado de la conciliación de las necesidades de los cam-
pesinos con el clima, los recursos disponibles y la propia cultura del grupo humano.
En el año 1982, se realizaron dos reuniones del Grupo de Trabajo sobre Arquitectura Vernácula, de la Or-
ganización del Gran Caribe para los Monumentos y Sitios, CARIMOS, una en Islas del Rosario, Cartagena
de Indias y la otra en El Portillo, Samaná, República Dominicana, en las que se determinó hacer una mul-
tiexposición sobre arquitectura vernácula del Gran Caribe, que sirviera para promover su estudio, su co-
nocimiento y su importancia. Entre los aspectos más trascendentales emanados de dichas reuniones se
encuentra la definición adoptada sobre el término “arquitectura vernácula”, la cual luego de discutirse y
ampliarse en el Foro de Cultura Caribeña celebrado en Cancún, México, en agosto del 1989,32 quedó de
la siguiente manera: “La arquitectura vernácula del Gran Caribe es el resultado de la mezcla e integración
de las experiencias formales y constructivas de la población aborigen de la región y de los aportes africa-
nos y europeos; de ahí su riqueza cultural singular y distintiva, ya que se trata de una arquitectura que res-
ponde a una unidad familiar y demás edificaciones de actividades complementarias de la comunidad, con
materiales propios de la región, que mantiene sistemas constructivos específicos con la presencia de ele-
mentos industriales simples cuyo resultado volumétrico, sus relaciones espaciales, el color y el detalle
identifican al grupo que la produce, respondiendo a una manufactura artesanal siempre con la participa-
ción del usuario”.

ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR |71


Bohío de tablas de palma y techo de cana, La casa rural dominicana se configura en un volumen simple que constituye el cuerpo principal del hogar una atinada y poética descripción del bohío, de la siguiente manera: “Si partimos del bohío, encontramos Palmas reales. Foto Esteban Prieto Vicioso.
con volumetría simple, típica de
y se desarrolla siempre en un solo nivel, siendo el rectángulo la forma más empleada. Los modelos más que en él se dan las formas esenciales capaces de dar cohesión al desenvolvimiento familiar. Cuatro hor- Tramería de madera o locero de influencia
la arquitectura vernácula dominicana.
española, en el interior de un bohío.
Foto Esteban Prieto Vicioso.
sencillos constan de una planta rectangular dividida en dos espacios contiguos que constituyen la sala y cones como sostén en las esquinas, el palo central o cumbrera al que se asen las vigas menores o lar- Foto Esteban Prieto Vicioso.
Detalle de pared divisoria en un bohío de una
un pequeño dormitorio donde duerme toda la familia. La cocina se encuentra siempre fuera de la casa, gueros, los setos de tablas de palma combados hacia afuera y el torrencial techo de cana con el revesti- Esquinero con lámpara de gas.
habitación. Foto Esteban Prieto Vicioso.
Foto Virginia Flores Sasso.
Cubierta de gran peralte con ventilación en la
así como la letrina.33 En muchas ocasiones también cuentan con una enramada de madera, techada con miento de yagua en el caballete”.
parte alta de la pared lateral. Rosario, Azua. hojas de palma, para protegerse del sol. Refiriéndose al interior de los bohíos continúa diciendo: “Adentro del bohío, sobre el suelo de tierra apiso-
Foto Esteban Prieto Vicioso.
Tradicionalmente no había división territorial en los poblados vernáculos. Las verjas o empalizadas se ha- nada, aparece la única división existente, la que separa el área visible, o social, de la invisible o intima. En
Planta de bohío de tablas de palma,
con dos aposentos y galería central. cían sólo en los corrales. La colocación de las casas, en la mayoría de los casos, no responde a ningún la primera hay una o dos sillas de guano que el dueño tumba contra la puerta para contemplar el anoche-
criterio establecido, siendo bastante desorganizada, en apariencia. La vida se hace fuera de la casa, utili- cer tras las faenas del día, o que son ofrecidas en cumplimiento al visitante. También en esa primera ha-
zando ésta sólo para dormir. bitación, la más pequeña de las dos, vemos la mesa de pino arrimada a un rincón, blanca y lavada con
Los pavimentos de estas viviendas son normalmente de tierra apisonada y en ocasiones de madera, aun- lejías devoradoras y que, en ocasiones, se endominga con el hule coloreado que exhibe un repertorio de
que cada vez más se encuentran pavimentos de cemento pulido, los cuales pueden extenderse hacia el flores y frutas exóticas. Arriba de esta mesa verás el locero, o repisa para jarros de hojalatas o esmalta-
exterior de la casa unos 30 centímetros, a manera de zócalo de protección o plataforma. Los muros, ya dos, los higüeros –machos en el monte y hembras en el bohío–, como se dice en las adivinanzas, y el pla-
sean de horcones, tejamanil o tablas de palma, usualmente van pintados de diferentes colores, con pin- to con su cuchara al lado, siempre relucientes como si no estuvieran hechos para comer en ellos. Cerca
turas de cal y pigmentos minerales o “polvo de mosaico”, aunque muchos ya utilizan pintura industrial. El de la entrada verás también la repisa de la jumeadora. En la pared divisoria las fotos de periódicos y re-
modelo de casa construido a base de un forro de yaguas tanto en muros como en techos, es el más sim- vistas pegadas con almidón, o el calendario atrasado que nos indica que para el campesino cualquier
ple y carente de color. tiempo es el mismo y que los días se miden con accidentes simples, como son el trabajo, el sueño o la
En algunas zonas más prósperas, estas casas vernáculas son más grandes con dos o tres aposentos y muerte”.
llegando a tener galerías, en una esquina o en el centro de la casa. Las cubiertas, normalmente de cana, Esta descripción confirma la gran influencia española en el bohío dominicano, como ya habíamos mencio-
pueden ser a dos o cuatro aguas. Por la carencia o alto costo de la cana, por modernización, por estatus nado anteriormente.
o por desacertados programas oficiales de mejoramiento de viviendas, los techos son sustituidos por lá-
minas de zinc acanaladas, las cuales convierten el interior de la casa en un ambiente caluroso.
El reconocido intelectual dominicano Manuel Rueda, refiriéndose al tema de la casa dominicana,34 hace

72|ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR |73


Detalle de altar religioso en el interior
de un bohío. Pueblo Viejo de Azua.
Foto Esteban Prieto Vicioso.

Casa en la que fue sustituido el techo


de cana por laminas de zinc, lo que aumenta
la temperatura interior de la misma.
Foto Esteban Prieto Vicioso.

Típica silla de guano en un bohío


de tablas de palma.
Foto Esteban Prieto Vicioso.

Interior de casa de tablas de palma


en Sanate, Higüey.
Foto Esteban Prieto Vicioso.

Detalle de mobiliario en la arquitectura


vernácula y popular dominicana.
Foto Esteban Prieto Vicioso.

74|ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR |75


1.5

Los múltiples caminos de la arquitectura popular


Cuando las viviendas adoptan materiales industrializados, formas más complejas, y son construidas ya Iglesia en Guayajayuco. Ejemplo de
arquitectura popular dominicana.
no por los usuarios, ni en convites, sino por maestros constructores, estamos ante otra categoría de ar- Foto Ricardo Briones.

quitectura a la cual denominamos popular. Esta arquitectura la encontramos más en el ámbito suburba-
no o urbano y sobre los ejes viales interurbanos.
Desde mediados del siglo XIX y a lo largo del XX, se introducen en la arquitectura vernácula y popular do-
minicana las láminas de zinc, que por su comodidad de uso y facilidad de obtención, van a ser cada vez
más utilizadas tanto a nivel urbano como rural. Con la introducción de éstas y con otros cambios a par-
tir del siglo XIX, se van perdiendo muchas de las tradiciones y conocimientos constructivos desarrollados
por los diferentes grupos que han habitado la isla, que fueron pasando de una generación a otra.
Estas edificaciones utilizan madera industrializada, ventanas de madera con celosías, pavimentos de ce-
mento pulido normalmente con color; las cubiertas de láminas de zinc tienden a ser más complejas. En
ocasiones tienen un muro perimetral de bloques de concreto hasta altura de ventanas, a lo que llaman
en algunas regiones “altura salomónica”. Sobre éste, se desarrolla la estructura de madera industrializa-
da, cubierta en su cara exterior por tablas solapadas y colocadas horizontalmente. Estas tablas reciben
en el país el apodo de clavot, derivado del original anglicismo clap board.
Gracias a las nuevas dimensiones de la madera industrializada, las viviendas son más espaciosas y so-
fisticadas. Constan de sala, comedor, dos o tres dormitorios y galería. Normalmente tienen la cocina y
un baño integrados a la casa, aunque en ocasiones mantienen su letrina y cocina en el exterior.
Aparecen elementos decorativos como tragaluces de madera sobre puertas y ventanas, así como cres-
terías caladas en los aleros, producto de la influencia del gusto victoriano. El color sigue siendo un ele-
mento importante tomando aún más fuerza que en los modelos vernáculos, debido ante todo a la utili-
zación de toda la gama de pintura industrializada, teniendo predilección por colores vivos como amari-
llo, rojo, rosado, verde, turquesa y azul, con los detalles decorativos muchas veces en blanco o una com-
binación de los colores mencionados. En algunos pueblos de la República Dominicana, sobre todo al sur,

ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR |77


Casa de madera y zinc del Ingenio Santa Fe, pueden todavía encontrarse sencillas casas de madera cubiertas de tejas francesas, que constituyen una
San Pedro de Macorís.
Foto Esteban Prieto Vicioso. muestra interesante de la arquitectura popular dominicana.
Ejemplo de arquitectura popular dominicana, Esta arquitectura, a la que podríamos llamar también antillana, tiene más influencia francesa, inglesa y de
con ventiladores sobre puertas y ventanas,
otras naciones europeas establecidas en el archipiélago de Las Antillas, en el Mar Caribe, como puede ob-
y crestería de madera en el alero.
Villa Sombrero, Peravia. servarse muy bien en la exposición sobre arquitectura vernácula realizada por la Organización del Gran Ca-
Foto Esteban Prieto Vicioso.
ribe para los Monumentos y Sitios, CARIMOS, y publicada en el libro Monumentos y Sitios del Gran Caribe.35
Ventana con romanilla, tragaluz, ventilador
y contraventana, demuestran un dominio El Arq. Eugenio Pérez Montás en su libro República Dominicana. Monumentos Históricos y Arqueológi-
del control de la luz y la ventilación. Azua.
cos expresa que: “Analizar el patrimonio cultural del medio rural, eminentemente popular, es enfrentarse
Foto Esteban Prieto Vicioso.
a un lenguaje autóctono, rico en mensajes y en tradiciones vivas. Este patrimonio no constituye una de-
coración gastada. Por el contrario, el mismo suscita una potente dinámica cultural, una fuente fecunda
de estudio. En vez de ignorarla como algo mediocre, debería ser exaltada bajo el patrocinio del desarro-

llo bien entendido. Bajo el dominio exclusivo del economista, la sociedad rural acelera su extinción”.36
Como hemos visto, la arquitectura vernácula y popular dominicana, a la que podemos llamar también
arquitectura tradicional, tiene como material de construcción principal la madera, ya sean varas, tablas
de palma, tablas rústicas o madera industrializada, con cubiertas de pencas y vainas de palmeras, pa-
chulí, tablitas de madera y láminas acanaladas de zinc.
Esta arquitectura se está viendo cada día más amenazada y al menos su autenticidad y armonía desa-
parecerán, debido a la utilización, muchas veces inducida por planes gubernamentales, de materiales y
modelos arquitectónicos completamente ajenos a la tradición popular y al medio ambiente natural.

78|ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR |79


La presencia de color es una de las
características de la arquitectura popular
antillana. Cerca de Montecristi.
Foto Esteban Prieto Vicioso.

Composición de puerta, ventanas y tragaluces,


típica de la arquitectura vernácula
y popular dominicana. Villa Sombrero.
Foto Esteban Prieto Vicioso.

Típica casa de La Otra Banda, Higuey, con sus


característicos ventiladores sobre puertas y
ventanas. Foto Ricardo Briones.

Esquema volumétrico de arquitectura popular


muy común en la zona Nordeste del país.
Madre Vieja, María Trinidad Sánchez.
Foto Esteban Prieto Vicioso.

Ejemplo de arquitectura antillana,


rico en elementos decorativos y
soluciones climáticas. Samaná.
Foto Esteban Prieto Vicioso.

80|ARQUITECTURA VERNÁCULA Y POPULAR


2
LOS ESPACIOS DE EUROPA EN AMÉRICA:
ARQUITECTURA Y URBANISMO
1492-1844

Eugenio Pérez Montás


2.1

Transformación territorial
Los pobladores que encontraron los descubridores en 1492 constituían ramales de etnias arahuacas que Doble página anterior:
Mampostería aplicada en distintas estructuras
ocuparon las islas del archipiélago que comienza en la desembocadura del Orinoco y termina en la pe- construidas desde el siglo XVI. Domina la
piedra y el ladrillo en la albañilería tradicional,
nínsula de La Florida. Sus asentamientos sirvieron de guía a la nueva ordenación del espacio: poblacio-
siempre asociada con la tecnología carpinteril
nes de emigrantes, se levantaban junto a las aldeas taínas. en cubiertas y entrepisos. Los bosques eran
la fuente para proveer vigas y entablados
La primera fue La Isabela, denominada en honor de la reina castellana que patrocinó al navegante ligur. artesanales así como puertas, ventanas,
dinteles y balcones. Aparejos de cantería o
Asumió su protagonismo encabezando un corredor diagonal de fortalezas- villas desde el norte de la is-
mixtos crean los ornamentos y la decoración
la La Española hasta la costa sur, donde en 1498 se fundó la que fue la primera capital de las Indias Oc- con su vocabulario hispano musulmán
o clásico. Foto (4) Jochi Marichal.
cidentales. En sólo seis años, un puñado de hombres había acometido la empresa de transformar la geo- Fotos (1,2 y 3) Ricardo Briones.
grafía y la historia, el tiempo y el espacio. El Nuevo Mundo aparecía contabilizado en la cartografía.
El Primer Almirante, el de las carabelas minúsculas del Descubrimiento, fundó La Isabela en su segundo Para 1502 los cartógrafos portugueses están
activos en el Nuevo Mundo. La carta atribuída
viaje, año de 1493. Esta expedición constaba de diecisiete naves en las que viajó todo un séquito de po-
a Cantino recoge la geografía del orbe e
bladores que sobrepasaba el millar, entre ellos el sacerdote benedictino Boil y el médico Álvarez Chan- incluye la región de las Antillas y el Caribe.
Foto Ricardo Briones.
ca; Diego Colón, hermano del Primer Almirante, y numerosos artesanos en el arte de construir que aco-
metieron la tarea de identificar canteras y tallar sillares y basas de columnas cilíndricas. También carpin-
teros y albañiles para labrar vigas y puntales; fabricar entrepisos y estructuras de tejados. Buscaron en
los alrededores de aquel asentamiento el “barro útil” o “arcilla de los alfareros” para construir ladrillos, te-
jas y envases utilitarios para la vida doméstica. Unos y otros organizaron cuadrillas para construir muros
de tapiería y mampostería, desconocida por los nativos, quienes fueron utilizados como mano de obra
casi esclava.
Como puede verse, la génesis de la arquitectura dominicana, tal como se viene exponiendo en el pre-
sente libro, se inicia con determinados ensayos donde se contemplan los códigos urbanos de finales del
siglo XV. La expedición colombina combinaba así la utopía, la empresa de dominio y el ideal imperial de
los Reyes Católicos fundamentado en la cristianización. En la isla La Española, entre la fundación de
1493 y la Nueva Isabela en 1498, transcurrieron los primeros años.

LOS ESPACIOS DE EUROPA EN AMÉRICA: ARQUITECTURA Y URBANISMO 1492-1844 |85


Material precolombino aparecido en Isabela Durante el tercer viaje exploró las costas sudamericanas probablemente debido a que penetró el mar de las
publicado por Cruxent-Deagan en Archaeology
at La Isabela. America’s First European Town. Antillas junto a la isla que denominó La Trinidad en la desembocadura del Orinoco. Este culminó en una ca-
Mapa del polígono y alrededores de La Isabela lamidad: el encierro de Colón en una prisión cuyos muros mamposteados eran los de un torreón construido
de acuerdo con los estudios de J.M. Cruxent
junto al acantilado oriental del río Ozama en la ciudadela denominada Nueva Isabela.
y dado a conocer en una conferencia en la
Academia de Ciencias. Cruxent multiplicó El último viaje, acompañado de su hijo Hernando, lo llevó de Santo Domingo (donde se le impidió desem-
la región del asentamiento colombino.
barcar) a Veragua y la costa centroamericana, recalando finalmente en el norte de Jamaica en un lugar de-
Conjunto del ingenio azucarero de Boca de
Nigua. siglo XVIII. Foto Peter Beuse. nominado Sevilla la Nueva (Santa Ana), una playa despejada y llena de recuerdos, donde puede ser res-
catado gracias al inconcebible y arriesgado viaje en canoa protagonizado por Diego Méndez, quien atra-
vesó el mar desde Jamaica a La Española en pocos días, cosa que le permitió al Gran Almirante ser tes-
tigo de la ciudad que construía Ovando en la margen del poniente occidental. Durante un mes se alojó en
la calle Las Damas o de La Fuerza, en una la casa propiedad del Gobernador Ovando: año de 1504.
Con Diego Colón, Virrey y Segundo Almirante, se inaugura un período de consolidación de la política de
los Reyes Católicos para aquel universo de territorios que crecía día a día y cuya administración se lle-
naba de complejidades. Para 1511, se crea el Tribunal de Apelaciones, la Audiencia Real con proyección
continental. Concomitantemente se consolidaban poblaciones en lugares estratégicos de la isla La Es-
pañola. Entre 1492 y 1520 se sucedieron tres fases de la política territorial de los Reyes Católicos. La pri-
mera puede denominarse la década colombina; la segunda el período ovandino, encabezado por el Co-
mendador de Lares, Mayor de Alcántara; y la tercera, un virreinato elemental e inestable encabezado por
Diego, quien construyó un palacio paradigmático en la historia de la arquitectura americana.
La década colombina está relatada en las crónicas contenidas en las cartas del Primer Almirante. La
primera de estas cartas se inicia con las siguientes palabras: “Señor, porque sé que habréis placer de
la grand victoria que Nuestro Señor me ha dado en mi viaje, vos escribo esta, por la cual sabréis como
en 33 días pasé a las Indias con la armada que los Ilustrísimos Rey e Reina nuestros señores me die-

86|LOS ESPACIOS DE EUROPA EN AMÉRICA: ARQUITECTURA Y URBANISMO 1492-1844


Detalle de un mapa de la región del ron donde yo fallé muy muchas islas pobladas con gente sin número, y dellas todas he tomado pose- Yáquimo quera puerto de mar con mucha gente, é della é de la villa de la Verapaz, que también era muy Pequeño fragmento lítico con un castillo
Mar Caribe en 1715 según observaciones labrado.
del geógrafo Herman Moll. sión por sus cabezas con pregón y bandera real extendida, y no me fue contradicha”. En una nota re- gran pueblo, se hizo un pueblo que se dice Santa María del Puerto, a donde dicen la Yaguana que pue-
Dibujos de material cerámico aparecido
Foto Ricardo Briones.
ferente a La Isabela, enaltece su puerto y valora su naturaleza en función de su entorno que estima de de haber dos años é dos meses. También ha oído hablar que se despuebla poco a poco la villa de San- en La Isabela en el libro titulado Columbus’s
Outpost among the Taínos publicado por
buena calidad por sus aguas y riquezas de la comarca. tiago, pueblo de los mejores é mas antiguos, é se pasa a la villa de Puerto Plata. E todos los pueblos
Cruxent-Deagan.
Sin embargo, éstas y las demás fundaciones colombinas creadas en la banda territorial que se extiende que se hicieron de dos, están casi despoblados respecto de como estaban antes, é lo mismo sucede a
desde el norte hasta el sur, hasta la Ciudad del Ozama, así como los municipios establecidos por Ovan- los que no se han juntado con otros.
do, quince en total, no pudieron sobrevivir su propio tiempo ni su propio espacio. Ya en 1650, una rela- “La causa de esta despoblación es haber poca gente para trabajar é entender en grangería”. “Los 12
ción escrita por un canónigo señalaba que sólo quedaban cinco ciudades y cuatro villas: “El Arzobispa- pueblos que quedan son los más de tan poca gente, que ya no pueden llamarse pueblos, é que va a
do de esta ysla Española comprende toda la ysla en que ay al precente cinco Ciudades y quatro villas deshacerse Santiago”.
de las quales yre diciendo el estado presente que tienen lo mas breuemte que pudiere”.1 Esta tendencia “La Buenaventura era buen pueblo, é no es hoy la mitad de lo que era. Generalmente no hay una déci-
venía de viejo. ma parte de españoles que solía en la isla. La Concepción se va despoblando”.
El vizcaíno Juan de Echagoian, oidor de la Real Audiencia de Santo Domingo, presentó en 1568 una Re- Aquel territorio geográfico con numerosas y pequeñas aldeas dispersas, ocupadas por pobladores nati-
lación a Felipe II donde consigna el proceso de despoblación: “pueblos con tan poca gente, que ya no vos, mantenían determinado equilibrio con distritos amplios que gobernaban los caciques.
pueden llamarse así”.2 Todavía en nuestros días pueden apreciarse caseríos vernaculares similares a los de aquellos tiempos.
¡Hay más! Leónidas García Lluberes reproduce en su obra Crítica Histórica3 determinados datos en una En ellos rige una atmósfera de naturaleza pura donde la vivienda es una estructura precaria alejada de
“relación” y un “memorial” redactados para 1518. Se refiere a la asamblea de procuradores reunidos por los requerimientos indispensables para la vida civilizada que llegaba del continente europeo, del viejo
los padres Jerónimos en el convento de San Francisco. Cita particularmente el testimonio de Hernando mundo. El entorno comunitario se movía dentro de una dinámica donde la alimentación apenas traspa-
de Gorjón, vecino de Azua, consignando una declaración que se refiere al despoblamiento insular con sa el plano de las necesidades primarias y donde la salud y la educación no constituían un hábito distin-
los siguientes testimonios: “que cuando en 1502 vino a la isla halló poblados tres pueblos é donde a tres to a los que se manejan sobre la base de costumbres centenarias.
o cuatro años se poblaron con los dichos tres hasta quince más; todos con mucha gente de vezinos, El descubrimiento fue, en su primera fase, una aventura de marinos en cuya cúspide había un hombre
tratantes e trabajadores en minas é grangerías. Que puede haber seis años se despobló la villa de San- predestinado. Apreciaban la tierra desde los horizontes del mar. Convivían con los vientos alisios, con las
ta Cruz de Magua por la poca gente, é se juntó con la villa de la Buenaventura. De cinco años acá se mareas; las olas y masas de nubes blancas. Para aquellos marineros, la tierra fue una línea, una ribera
despobló la villa de Lares de Guahaba, é se pobló la villa de Puerto Real. También se despobló la villa de que acusaba densidad, dimensión, promesa, alimento, agua dulce, madera. Se movían siguiendo arre-

88|LOS ESPACIOS DE EUROPA EN AMÉRICA: ARQUITECTURA Y URBANISMO 1492-1844 LOS ESPACIOS DE EUROPA EN AMÉRICA: ARQUITECTURA Y URBANISMO 1492-1844 |89
El sitio denominado El Castillo, en La Isabela, cifes, golfos y ensenadas. Aquellos que llegaban, descubrían. Los nativos capitulaban sorprendidos. Los
centro ceremonial del asentamiento
colombino. Fotos de libro Columbus’s descubridores actuaban impulsados por la dinámica creada por el oro y por la gloria.
Outpost among the Taínos publicado por
El Caribe que Colón conoció existía desde antes de su tiempo ocupado por grupos nómadas o seden-
Cruxent-Deagan.
tarios. El rastro de estos grupos ha sido explorado desde la costa del centro y sur del continente y en
Restos del torreón que, según la tradición,
sirvió de prisión al Gran Almirante en el sitio las islas antillanas, sugiere haber sido un territorio único afectado por variaciones en los niveles del mar
de la Nueva Isabela junto al Ozama. Es de los
pocos vestigios que permanecen en el lugar. desde muchos siglos antes. Así, los habitantes del Amazonas, el Orinoco y el Magdalena tuvieron fácil
Foto Jochi Marichal.
acceso a las islas y viceversa.
A estos milenarios enclaves fue donde recayeron en la legendaria travesía de 1492 las tres pequeñas na-
ves con apenas ochenta y siete tripulantes y en una segunda expedición en septiembre de 1493, llegan-
do sus 17 ó 19 navíos al final de su ruta, el 30 de noviembre de ese mismo año.
El primer enclave colombino, parte de la saga del primer viaje, tuvo lugar en un sitio que fue llamado La
Navidad junto a la aldea del cacique Guacanagarix. Un reciente estudio de Kathleen Deagan, brillante ar-
queóloga obsesionada con los estudios colombinos, identificó un lugar denominado En Bas Saline don-
de estudió un asentamiento taíno. Durante seis años revisó el lugar que fue excavado extensivamente.
La arqueóloga considera que el mismo estuvo ocupado antes y después del contacto con los europeos.
El estudio advierte que: “Nuestros resultados, organizados bajo un nivel de análisis doméstico que enfa-
tiza las construcciones taínas de género y clase, sugieren que hubo pocas modificaciones a la práctica
social tradicional taína durante el período posterior al contacto, y que la mayoría de estos cambios estu-
vieron relacionados con actividades del dominio de varones no-élite taínos. Esto sugiere que los papeles
de género relativamente no especializados entre los taínos, así como la naturaleza claramente diferencia-
da de sus clases sociales, pudieron haber servido como factores mitigantes en la ruptura de la práctica
cultural bajo la dominación española”.4

90|LOS ESPACIOS DE EUROPA EN AMÉRICA: ARQUITECTURA Y URBANISMO 1492-1844


2.2

La Isabela: primera casa de Colón


El último y más preciso estudio arqueológico de La Isabela fue llevado a cabo por José María Cruxent. De- La casa de Colón en La Isabela.
Fuente: dibujos publicados por la National
mostró que la región de aquel centro urbano estaba rodeada de aldeas taínas. Aquel enclave medieval Geographic Society y reproducidos por el libro
Columbus’s Outpost among the Taínos.
creado por Colón ha sido estudiado por otros, pero la increíble y extensa investigación iniciada por Cru-
El autor del dibujo es Arthur Shilstone.
xent permitió identificar detalles nunca antes registrados. Fui testigo y actor de este capítulo, así como de Tomado del libro Columbus’s Outpost
among the Taínos. Kathleen Deagan
la integración al mismo de la indispensable Kathleen Deagan, de la Universidad de La Florida, cosa que y José María Cruxent (ver bibliografía).
puso a la disposición del equipo que trabajaba allí, la alta tecnología de aquel centro universitario. Los re-
sultados y la disciplina de ambos científicos dieron por resultado dos libros5 y varios artículos publicados
en revistas del nivel del National Geographic Magazine. La Isabela es, sin dudas, el antecedente inmedia-
to de lo que fue la ciudad de Santo Domingo, la Nueva Isabela creada por Bartolomé Colón. Cuando to-
do terminó allí, sus moradores se trasladaron desde el río Bajabonico en el norte, al río del Ozama en el
sur. Deagan y Cruxent explicaron el fenómeno con las siguientes palabras: “By early 1498, the artisans,
craftspeople, and soldier of La Isabela, had relocated to Santo Domingo, and their kilns, forges, and wa-
terwheels were abandoned. The remains left behind at La Isabela reflected not only the hopeful design for
a New Iberia but also the collapse of that project and the expectations upon which it was based”.6
Fundada entre 1493 y 1494, citamos la descripción de Fray Bartolomé de Las Casas, actor y relator de
la historia de la colonización: “Había allí muy buena piedra de cantería, y para hacer cal, y tierra buena
para ladrillo y teja, y todos buenos materiales, y es tierra fertilísima y graciosísima y bienaventurada”. Es-
cribe Las Casas: “Puso Colón suma diligencia en edificar luego Casa para los bastimentos y municiones
de la armada e Iglesia y Hospital y para su morada una casa fuerte, según se pudo hacer; y repartió so-
lares, ordenando sus calles y plaza, y avecindáronse las personas principales, y manda que cada uno
haga su casa como mejor pudiere; las casas públicas se hicieron de piedra, las demás cada uno hacía
de madera y paja, y como hacerse podía”.
Aún pueden visitarse las canteras de La Isabela. También admirarse fragmentos arquitectónicos de sus
edificios y recordar sus constructores, las órdenes dictadas por el Almirante y sus expediciones tierra

LOS ESPACIOS DE EUROPA EN AMÉRICA: ARQUITECTURA Y URBANISMO 1492-1844 |93


Interpretación artística del sitio de la Isabela. adentro hasta llegar al Valle de la Vega Real que él bautizó y donde, pocos años después, fundara Nico- ensanchado que indicaba una posible torre de observación. Envolviendo el rectángulo de la casa, la Las estructuras arqueológicas están
En el extremo derecho la casa de Colón; resaltadas a nivel de sus cimientos
luego la iglesia, en el extremo la alhondiga lás de Ovando la Villa de la Concepción, en cuyo Convento Dominico estudiara Fray Bartolomé y donde curva de un muro de tapia denunciaba los procedimientos improvisados (una cerca de seguridad) que amontonando fragmentos de rocas
(almacenes). Fuente: dibujos publicados por calcáreas del lugar.
alcanzara sus grados religiosos y sus votos, al mismo tiempo que se sembraba caña de azúcar por vez fueron utilizados para levantar esas primeras estructuras urbanas en aquel lugar que pocos años des-
la National Geographic Society y reproducidos Foto Jochi Marichal.
por el libro Columbus’s Outpost among the primera; se construían ingenios; se abrían minas de oro; se implantaba la esclavitud; y se declaraban las pués desapareció por abandono. Los arqueólogos encontraron una gran cantidad de objetos (clavos;
Cerámica cocida convertida en tejas curvas
Taínos. El autor del dibujo es Arthur Shilstone.
libertades, por boca de Fray Pedro de Córdoba en La Vega o por Montesinos en Santo Domingo. ladrillos; tejas para cubrir los techos o tejados, etc.). Llama la atención un emblema tallado en piedra, del tipo denominado “árabe” para cubrir
(Deagan y Cruxent, op.cit.)
los edificios de La Isabela. Ladrillos
Maqueta de la casa de Colón que exhibe el La geografía de la región de La Isabela fue multiplicada por los estudios arqueológicos de Cruxent. A par- objeto minúsculo y evocador cuyo dibujo, aquí reproducido, identifica un castillo con tres torres que los elaborados por alfareros en Las Coles,
pequeño museo del sitio de La Isabela. el sitio artesanal de La Isabela.
tir de 1987 (ver gráficos elaborados por Deagan-Cruxent) tal como ha sido descrito por ambos arqueó- arqueólogos identifican con la simbología heráldica de Castilla.
Foto Jochi Marichal. Foto Jochi Marichal.
logos, se incorporó un conjunto compuesto de tres asentamientos: El Castillo de La Isabela, que cons- Las viviendas de los pobladores se esparcían en varias zonas, de acuerdo con la interpretación de aquel
tituye la población testimonial; Las Coles, localizado a lo largo de la bahía hacia el oeste, fuera de la po- enclave casi medieval, entre las cuales se destacan la zona residencial de personajes importantes; una
blación fortificada; asentamiento que se utilizaba para la producción de alimentos agrícolas debido a la zona central para viviendas comunes; y una plaza.
fertilidad de sus suelos, siendo además ricos en arcilla. Allí fueron descubiertas estructuras artesanales En aquel promontorio llano, dominado por los vientos atlánticos del norte, nacía la historia de la arquitec-
para la producción de “pottery kilns”, objetos domésticos de barro, ladrillos y tejas. Las aldeas taínas tura europea en América.
existentes en el lugar serían un tercer eslabón del conjunto. El Castillo y su organización espacial fueron
sometidos a una tomografía intensiva, pudiéndose identificar los cimientos de los componentes urbanos
de aquella fundación, cuya importancia histórica extraordinaria requiere de iniciativas que aún no han si-
do acometidas. Cruxent descubrió por lo menos 5 estructuras fundamentales: la casa de Colón, la al-
hóndiga almacén, la iglesia, el polvorín y la torre. De todas estas estructuras resalta en importancia la ca-
sa de Colón, que a pesar de los factores negativos que han atentado contra su sobrevivencia, firmes per-
manecen sus cimientos.
Saber leer la arquitectura constituye un ejercicio fácil cuando nos acercamos a los remanentes funda-
cionales de aquel rectángulo casi sagrado. El mismo se yergue insólito. La mampostería relata como
debió haber sido la morada del Primer Almirante: un salón para múltiples funciones en la planta baja y
recámaras en la segunda; el umbral de la puerta principal en el lado corto del rectángulo junto al muro

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2.3

La política territorial de los Reyes Católicos:


La Concepción de la Vega y Santo Domingo
De semblante grave y enérgico, Nicolás de Ovando se destacaba por su enorme habilidad en el manejo ad- Tronera para uso de armas apropiadas de la
época en los bastiones del sitio histórico de la
ministrativo y en la fundación de comunidades territoriales. Llegó a La Española con poderes casi absolu- Concepción. Los sólidos aparejos de ladrillo
han resistido el tiempo manteniéndose como
tos apoyado en su prestigio asociado a la Orden de Alcántara y en los privilegios otorgados por los Reyes
centinelas de aquel lugar cuya importancia
Católicos. Su inmediato antecesor en el gobierno de la isla fue Francisco de Bobadilla, cuyas descortesías revela el carácter de la territorialización
iniciada por Colón y ratificada por los
con los Colón crearon un difícil estado de cosas en la naciente colonia que provocaron la exclaustración del Reyes Católicos de acuerdo con la política
puesta en marcha por el Gobernador Fray
Almirante con prohibición de que tocara en el puerto de Santo Domingo, en la ría del Ozama.
Nicolás de Ovando. Foto Jochi Marichal.
La incipiente política territorial de los Reyes Católicos se manifiesta en todo su esplendor durante los sie-
te años que duró su gobernación, contenida en las instrucciones reales como las que fueron firmadas en
1501 en Granada; en Zaragoza el 20 y 29 de marzo de 1503; y particularmente con la disposición de
1508, un privilegio que otorgó categoría de villas con sus armas o blasones simbólicos a los quince pue-
blos con que se había vertebrado el territorio insular. Las disposiciones también contemplaban los pue-
blos de indios en los que regía el siguiente principio: “que cada uno de los indios tenga su casa aparta-
da en que moren con sus mujeres e hijos para que vivan de acuerdo con las costumbres de nuestros rei-
nos”. Pedro Santiago, refiriéndose a los pueblos indios comenta las instrucciones dadas a los padres Je-
rónimos en 1516 en relación con la concentración urbana de la población aborigen, su significación po-
lítica, religiosa, fiscal y administrativa, siguiendo siempre las normas castellanas.7
La expedición de Nicolás de Ovando no fue cualquier cosa. El maestre de Calatrava organizó una arma-
da de más de treinta naos,8 “la más numerosa que jamás cruzó el océano”, que arribó a Santo Domin-
go el 15 de abril de 1502. Entusiasmado, Luca de Tena señala: “¡Nunca, ni en tiempos de los romanos
surcó las aguas semejante escuadra! Ya no se trataba de descubrir ni de conquistar, sino de transmitir
la civilización heredada a quienes aún no la habían recibido. La población transportada de una a otra ori-
lla del mar alcanzaba a 2,500 hombres. Junto a los nobles, que formaban la corte del nuevo goberna-
dor, venían ganaderos, labradores, médicos, urbanistas, herreros, fundidores, carpinteros, alarifes, mine-
ros, astrónomos, cartógrafos, cronistas, lingüistas, pedagogos, matemáticos, toda gama de letrados

LOS ESPACIOS DE EUROPA EN AMÉRICA: ARQUITECTURA Y URBANISMO 1492-1844 |97


Serie de estructuras en La Concepción desde jueces y oidores, tipógrafos, contadores y misioneros. Y traían consigo esquejes y semillas de na- la orden de los dominicos, haciendo la larga ruta a pie con su capa al hombro y comiendo pan de raí- Esquema del conjunto arqueológico del sitio
de la Vega Real. Exteriormente parecen histórico de la Villa de la Concepción.
cilindros macisos. Interiormente se integran ranjos, limones, peras, manzanas, vides, trigo, avena, cebada, caña para azúcar, mercurio para amalga- ces, o sea, casabe. El abandono de la antigua ciudad de La Concepción o La Vega Vieja, como más co-
a un diseño espacial típico de la ingeniería
mar metales, centenares de caballos, asnos, mulos, vacas, ovejas, cabras, cerdos y gallinas. Y lino. Y múnmente se le conoce ahora, y su posterior renacimiento en otro lugar, se debió a un terremoto (1562)
defensiva de la época. Fotos Jochi Marichal.
esparto. Y seda. Y gusanos para fabricar este misterioso tejido oriundo de China, conocido en Europa que la destruyó por completo. Las importantes excavaciones arqueológicas que con gran entusiasmo y
desde los no muy lejanos días de Marco Polo, y tan sutil y transparente que parece urdido con rayos de dedicación se han realizado en La Vega Vieja, programa en cuyo patrocinio participamos, han logrado
luna. Y libros para enseñar, y resmas de pergamino para escribir”.9 resultados heterogéneos: restos de los paramentos de una iglesia y de una de las torres; pozos; el ce-
De las fundaciones concebidas por el comendador Ovando se destacaron La Concepción de La Vega y menterio; joyas de oro; bastones; piezas de cerámica; monedas en abundancia, etc. Es necesario llevar
Santo Domingo, ambas ligadas al régimen colombino establecido por Bartolomé Colón. Se afirma, no a cabo un estudio sistemático de las estructuras, así como su adecuada conservación; estudios docu-
sin razón, que después de Santo Domingo, le corresponde a La Vega, un lugar excepcional entre las ciu- mentales; y reforzar el programa arqueológico hoy detenido. El entorno del sitio histórico está enclavado
dades de todo el Continente, por su importancia histórica indiscutible. Fue en este último sitio donde Fray en las estribaciones de la Cordillera Central mirando hacia el valle de La Vega.
Ramón Pané, de la Orden de los Jerónimos, estudió, por expresa disposición del Almirante, las lenguas En cuanto a la ciudad de Santo Domingo, tan pronto Ovando llegó, organizó su traslado e inició la cons-
de los indígenas de La Española, escribiendo como resultado de sus investigaciones el primer estudio trucción de la Torre del Homenaje de su fortaleza. Poco después se levantó otra ubicada en la punta que
de antropología Relación acerca de las Antigüedades de los Indios.10 dominaba la desembocadura del legendario río Ozama que desde entonces se ha denominado “punta de
Durante el gobierno de Frey Nicolás de Ovando se construyó una iglesia, que posteriormente se convir- la torrecilla”. Fray Vicente Rubio demostró que fue Gómez García Varela,12 maestro mayor, el aparejador de
tió en la Catedral; un convento de los padres Franciscanos; la casa para el gobierno y administración; y la Torre del Homenaje de la fortaleza. En artículo publicado hace pocos años13 incorpora nuevas informa-
casas de ladrillo y piedra. La arqueología ha arrojado restos de caminos adoquinados; drenajes urbanos; ciones entre las cuales aparecen los siguientes datos: “Después de los primeros siete años de la goberna-
y calles empedradas. Contribuyó grandemente al desarrollo de la zona la explotación de minas de oro, ción de don Cristóbal Colón en la isla Española (1493-1500); después del régimen del calatravo Francisco
la fundición anual, según se dice, era de más de 300,000 onzas. Se asegura que personas que abando- de Bobadilla, comendador de Auñón y Castellanos (1500-1502), en una armada de 30 navíos (?), llegaba
naron la Isabela llegaron a radicarse en La Concepción, atraídas por los descubrimientos mineros, espe- un nuevo gobernador elegido por los Reyes Católicos, a saber: frey Nicolás de Ovando (abril de 1502-sep-
cíficamente del oro. tiembre 1509). Arriaron velas en el puerto de la entonces villa de Santo Domingo, fundada por Bartolomé
Para 1510, Fray Pedro de Córdoba predicó allí en favor del indio en presencia de los virreyes Don Diego Colón en la orilla oriental del río Ozama, y enseñoreada por una fortaleza que allí mismo había levantado es-
y Doña María, quienes acostumbraban visitar esta población.11 Las Casas habla detalladamente de es- te hermano del Descubridor a fines de 1496... Aunque ya en 1503 frey Nicolás había tratado en “mensaje-
te acontecimiento, expresando que se trasladó desde Santo Domingo, encabezando los sacerdotes de ra” al Rey la edificación del torreón santodominguense, o totalmente de piedra o sólo con zapata de piedra

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y lo demás de tapiería. Desde Medina del Campo, a 10 de marzo de 1504, le responde el Católico monar- Ángulo esquinero de los nueve pares de casas
construidas por el gobernador Ovando en la
ca de esta guisa: “A lo que decís, si la fortaleza de Santo Domingo se hará toda de piedra o los cimientos Calle de la Fuerza. Se trata de un “modelo de
campaña”. Estas y las de Garay fueron las
de piedra y lo otro de tapia, pues decís que en la obra hay harta piedra para ello y que las tapias duran po-
primeras construcciones en la nueva villa
co a causa de las muchas aguas, debéisla hacer de piedra, pues que para ello tenéis buen aparejo”. después de 1502. Foto Ricardo Briones.

Posteriormente organizó la territorialización de la isla complementando el corredor de fortalezas que es- Casas de Ovando, en una de las cuales vivió
Cristóbal Colón a su regreso de Jamaica al
tableció Colón entre La Isabela y Santo Domingo. Las campañas de Higüey y Jaragua le permitieron de- final del cuarto viaje. Foto Ricardo Briones.

finir los lugares donde asentar los pueblos de españoles inmigrantes, muchos de los cuales han desa-
parecido. Ursula Lamb nos explica en el capítulo siete de su biografía sobre Frey Nicolás de Ovando los
procedimientos aplicados al distribuir solares en las nuevas poblaciones trazadas por el comendador en
la isla Española: al escogerse los terrenos para una ciudad, villa o lugar, el gobernador o la persona au-
torizada por él distribuía los solares trazados por aquel dentro de la ciudad y las tierras de diversa cali-

dad y extensión situadas fuera de la ciudad. La distribución se hacía teniendo en cuenta el estado, los
méritos, la posición y la reputación que merecía a las autoridades el futuro vecino, con preferencia un
hombre casado, que tomaba el juramento de asiento. Los solares que se hallaban dentro de los límites
de la localidad solían tener una superficie de 50 por 100 pies: las tierras situadas fuera de la población
constaban de una peonía o caballería. Ovando fue también, evidentemente, riguroso en la distribución
de solares en la ciudad, concediendo sólo uno cada vez. En el caso de que se efectuara un nuevo asien-
to con una ciudad ya existente, como la de Santo Domingo al trasladarse su emplazamiento a la otra
orilla del río Ozama, el consejo de la ciudad, o cabildo, hacia un asiento con el gobernador.

100|LOS ESPACIOS DE EUROPA EN AMÉRICA: ARQUITECTURA Y URBANISMO 1492-1844 LOS ESPACIOS DE EUROPA EN AMÉRICA: ARQUITECTURA Y URBANISMO 1492-1844 |101
Doble página anterior: El tiempo de Ovando significó la transformación de la cultura arahuaca y una disminución impresionante
Mapa de Bolonia 1516 versión de la carta que
trazó Morales en 1508. Aparecen las villas, de su población. Basta recordar las sangrientas campañas de Higüey o la de Xaragua. Sin embargo, la
ciudades y puertos creados para la adminis-
prosperidad económica producto de la política minera alrededor de Santo Domingo, San Cristóbal y Bue-
tración territorial de la isla.
na Ventura; así como en la Maguana de San Juan y Cotuí en el centro de la isla, consolidó sus ejecuto-

Lado oriental de la calle Las Damas, con


rias. En el norte los sitios principales fueron La Vega; Santo Tomás; Santiago y Puerto Plata.
las casas construídas por Ovando y las de La herencia de Ovando, de acuerdo con Ursula Lamb,14 puede ser medida por la existencia de un territorio
las Dávila con su capilla doméstica dedicada
a la Virgen de los Remedios, sede de la ordenado con una sociedad establecida. En la capital de la isla, que lo era a la vez de la región y el mundo
Fundación Amigos de las Casas Reales.
nuevo, situada ahora a la otra orilla del río Ozama, tenía calles de trazado uniforme, algunas de ellas pavi-
Foto (1) Ricardo Briones.
Foto (2) Jochi Marichal. mentadas, flanqueadas por casas de piedra. Había cierto número de edificios mayores en diversas fases de
Torre del Homenaje de la fortaleza de Santo terminación o bien todavía en proyecto, y en espera de cuya edificación se utilizaban estructuras provisiona-
Domingo. Foto Ricardo Briones.
les de madera. Funcionaba un monasterio franciscano y también había un hospital provisional, que más tar-
de se convertiría en el San Nicolás, y una casa de contratación. También varias tiendas y tabernas que pro-
porcionaban buenos ingresos a sus propietarios, sin que tampoco faltaran posadas para los transeúntes.
La demanda de géneros y servicios había crecido de tal forma, que Santo Domingo podía alardear de
poseer un firme comercio y de ofrecer toda clase de géneros. La producción agrícola, en otro tiempo el
recurso más preciado, había hallado unos razonables niveles de precios. La carne fresca, por ejemplo,
no existente antes de 1498 y escasa por algún tiempo después, era ahora relativamente abundante. La
isla había sido explorada y se había encargado un mapa que mostraba todos los ríos, montes y valles,
así como la situación de cada uno de ellos, de toda la isla. Este mapa fue el primero y se atribuye al car-
tógrafo Andrés Morales. El mismo Morales elaboró el conocido mapa de Bolonia, atribuido a Pedro Már-
tir de Anglería, quien transcribe las informaciones que le da Morales en 1516. En consecuencia, el pri-
mer mapa de la isla La Española fue el confeccionado por Morales en 1508.15 Este mapa, iluminado y
corregido, es el que acompaña la publicación de Pedro Mártir de Anglería.16

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2.4

El plateresco y los grandes conjuntos monumentales


de Santo Domingo
A su llegada al puerto del Ozama, el virrey Diego Colón se encontró con una ciudad cuyas primeras es- Volumetría del conjunto medieval de la
Torre del Homenaje de la fortaleza de Santo
tructuras físicas institucionales se hallaban en proceso de consolidación. Inmuebles con un fuerte acen- Domingo. Foto Jochi Marichal.

to gótico adornaban las calles de la ciudad. Para la tercera década el siglo XVI, ya estaban labradas las
soberbias bóvedas de la Catedral Metropolitana, compitiendo con la torre cúbica de la Fortaleza y las Ca-
sas Reales, convertidas en sede de la Real Audiencia y Chancillería y Palacio de los Gobernadores y Ca-
pitanes Generales. Las atarazanas reales estaban en vías de concluirse; la cárcel pública había sido es-
tablecida frente a la Plaza Mayor. Se fundaban monasterios de distintas órdenes, conventos de monjas,
y residencias grandes y pequeñas para funcionarios y poderosos propietarios, dueños de minas e inge-
nios. El desarrollo de la Plaza Mayor, ligada a la Catedral, comprendía en su alrededor la autoridad mu-
nicipal y la autoridad eclesiástica. Sin embargo, los asuntos relativos al gobierno y la justicia, la adminis-
tración de los territorios descubiertos, se manejaban desde las casas donde gravitaba el poder real y vi-
rreinal, principal centro de autoridad continental, creando el modelo policéntrico que caracteriza a la Ciu-
dad Primada.
Las murallas fueron iniciadas para 1543, en el día de Santo Domingo. El acontecimiento transcurrió ani-
mado por ceremonias pintorescas, misas, trajes vistosos, doblones de oro y colocación de la primera
piedra en presencia del Gobernador, Presidente de la Real Audiencia y Arzobispo, Alonso Fuenmayor.
Las murallas circuyendo la urbe no se terminaron hasta el siglo XVIII, cuando quedaron definitivamente
cerradas. Años después, comenzaron a destruirse para dar paso al crecimiento urbano. Se conservan
aún varias de sus hermosas puertas fortificadas y paños completos de sus muros.
Al concluir la gobernación de Nicolás de Ovando, asume el poder el Segundo Almirante de Las Indias,
don Diego Colón, cuyo arribo a Santo Domingo está precedido de un largo y tedioso proceso cortesa-
no. “Diego Colón y doña María de Toledo con mucha casa y al frente de una flota atiborrada de basti-
mentos, útiles domésticos y productos suntuarios de fácil mercado en la próspera Santo Domingo, de-
jaban Sanlúcar de Barrameda el 3 de junio de 1509, camino de las Indias. Y después de ‘muy próspero

LOS ESPACIOS DE EUROPA EN AMÉRICA: ARQUITECTURA Y URBANISMO 1492-1844 |107


Detalles del conjunto militar de la fortaleza de tiempo y felice viaje’ entraban por el puerto del Ozama el 9 de julio”.17 Al día siguiente de llegar –con au- Admira el detalle de las instrucciones reales: “piedra labrada en las esquinas (...)”, cosa que se cumplió
Santo Domingo; accesos, terraza almenada;
vista general del monumento; patio de armas; sencia de Ovando, que andaba por tierras de Santiago– pueblo y cabildo se reunían en la iglesia y don porque era práctica común en la albañilería de esa época. Esta técnica conforma lo que se denomina
garita esquinera. Desde esa posición se domi-
Diego tomaba las varas de la justicia con el ritual acostumbrado. “Por alcaide mayor de la isla puso al ex- como cadenas esquineras que aparecen en la mayoría de los edificios de la zona histórica y que los res-
na la entrada al puerto de la Ciudad Primada
que se defendía desde la torrecilla en la punta perimentado letrado Marcos de Aguilar; y Bartolomé Colón recibió el alguacilazgo mayor, sirviendo por él tauradores acostumbran a dejar a la vista. Esto produce un foco de atención enmarcado por una línea
y el Fuerte Invencible. Foto (1) Jochi Marichal.
Fotos (2,3,4 y 5) Ricardo Briones. Francisco de Garay; familiares directos –Bartolomé, Diego y Hernando Colón–, criados de confianza, co- quebrada. La práctica fue asumida por los constructores neoclásicos. En la actualidad se usa en forma
mo Diego Méndez y Jerónimo de Agüero, Juan Antonio y Andrea Colombo fueron las cabezas más se- puramente ornamental, en torres comerciales y viviendas, haciendo uso de este motivo originalmente es-
ñaladas de la corte colombina levantada en pleno trópico”.18 Después de pasado un gran recibimiento, tructural.
“ya fuese de veras o fingido”, sobrevino a finales de julio un devastador huracán que casi no dejó en to- En documento fechado en Valladolid en 1509, el Rey ordenaba a Diego Colón (nuestro Almirante y Go-
da la isla “casa enhiesta”, al tiempo que hundía o destrozaba gran parte de la flota amarrada en el puer- bernador de las Indias) labrar fortalezas en Santiago y la Buena Ventura. También instruye sobre los pue-
to, como el “San Jorge”, navío del Almirante. Una vez más la naturaleza probaba a los recién llegados”.19 blos de los indios y sobre la distribución de solares de acuerdo con la calidad de las personas, diferen-
Los versos de Juan de Castellanos relatan las fiestas que se hicieron por muchos días: “Grandes fiestas ciando claramente la gente común de los principales “ya que esto es la causa de que esa dicha isla no
hicieron aquel día y muchos juegos más en el siguiente, demás de regocijos y alegrías que duraron por se haya ennoblecido con buenos edificios y casas”.22 En este mismo documento aparece un testimonio
más de veinte días. Sacaron todos invenciones bellas manifestando prósperos caudales, porque vinie- sobre la fábrica de la Casa de Contratación “que se ha comenzado a hacer en la isla La Española y es
ron damas y doncellas generosas, hermosas y cabales, que por haber entonces falta dellas se casaron muy desproporcionada de grande”.23
con hombros principales. Hubo toros, sortijas, juegos, cañas, en que se daban todos buenas mañas”.20 ¿Cuál fue el estilo que asumió la arquitectura de aquella época? ¿Cuáles eran las vanguardias de ese
Diego Colón llega a la ciudad creada por Ovando y asume el gobierno dentro del marco sucesoral que tiempo? ¿Cuáles las formas artísticas vigentes? Buschiazzo, el historiador argentino nos hacía ver en el
sus títulos de Almirante y Virrey le otorgaban. Los Reyes Católicos contestaban sus peticiones instruyén- año de 1961 que la cuenca del Caribe fue para América durante la conquista, lo que el mar Mediterrá-
dole. Una de ellas despachada en Sevilla el 6 de junio de 1511 le ordenaba sobre el repartimiento de in- neo para las viejas civilizaciones europeas. Refiriéndose a las formas artísticas de la época señala que al
dios y el traslado de otros desde la isla de Trinidad y la de Santa Cruz. En ese mismo documento le or- descubrirse la isla, aún le quedaban 30 ó 40 años al estilo gótico. Estos años convivieron con los prime-
denaba acelerar la terminación de las iglesias, advirtiéndole “que basta por ahora que se hagan de una ros intentos del plateresco, arte que denomina “isabelino” y que define como una típica modalidad en la
sola nave; fabricadas de mampostería y piedra labrada en las esquinas con sus arcos y cubiertas de ma- que concurren elementos del gótico nórdico (llevado por flamencos y germanos), con el tradicional mu-
dera”.21 El mismo documento trata de la fortaleza que se construye en la Concepción de La Vega y de déjar o estilo hispano-musulmán: “En lugar de las altas catedrales de organización piramidal, de induda-
las minas que se cavan en San Cristóbal. ble procedencia francesa, se prefirió el tipo de la hallenkirchen, en el que una igual altura de las bóvedas,

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Palacio virreinal construido por Diego Colón, cuando el templo era de varias naves, daba al edificio el aspecto interior de una vasta sala. Las bóvedas
Segundo Almirante. Se trata de un modelo
señorial hoy incompleto, ya que ha perdido nervadas multiplicaron sus ligaduras en forma de estrella; los haces de columnillas se fundieron en el pi-
elementos fundamentales del conjunto origi-
lar monocilíndrico, y la decoración llenó de flechas, yugos, granadas, pomas y otros símbolos isabelinos
nal, particularmente el Patio de Armas y las
edificaciones de servicio que lo rodeaban: en las fachadas de los edificios, en tanto que el alfiz o arrabá moruno se repitió como infaltable encua-
caballerizas, cocinas, almacenes, dormitorios
de servicio, casa de guardias, polvorín, etc. dramiento de portadas”.24
Fotos (1 y 2) Ricardo Briones. En verdad estas cualidades pueden encontrarse presentes en los más antiguos monumentos dominica-
Foto (3) Jochi Marichal.
nos: el Alcázar de don Diego; palacios para la Contratación y de los Capitanes Generales; la Catedral
Metropolitana; y el hospital de San Nicolás.
De lo anterior podemos concluir que el “estilo isabelino”, denominación que ha sido rechazada por Ca-
món Aznar, se prolongó en el tiempo por muchos años, por lo menos hasta 1540, o algo más. Tal es así
que para 1942, al publicar E. W. Palm su ensayo sobre La Puerta de San Diego, nos advierte que los ca-
piteles muestran un “plateresco progresado”, al referirse a la ornamentación con influencias italianas que
él asume como típicas de la “tercera fase” del plateresco español: “Incidentalmente la misma cabeza vie-
ne asemejándonos mucho a otra de guerrero, perteneciente a las decoraciones talladas en caoba en la
espalda del trono arzobispal de la Catedral (margen inferior del listón derecho). Este trono, datado por
inscripción en el 1540, figura entre los primeros monumentos de la isla que corresponden a la mencio-
nada fase del plateresco, junto con el retablo semidestruido de un altar desecho del Convento de los Do-
minicos”.25 Diego Angulo Iñiguez en su Manual de Historia del Arte señala que el término “plateresco” fue
utilizado por primera vez en el siglo XVII por un analista de nombre Ortiz de Zúñiga al calificar de fantasía
“plateresca” determinado monumento de este estilo. Describe algunos elementos recurrentes que iden-
tifican el estilo: candelabros; seres fantásticos; figuras monstruosas; y el caprichoso repertorio grutesco:
“Algún elemento, como la columna abalaustrada, adquiere tan temprana y rápida difusión que llega a
convertirse en uno de los temas característicos del plateresco”.26

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Resulta de gran aprecio transcribir los comentarios elaborados por Buschiazzo alrededor del Hospital de Ruinas y planta del hospital de San Nicolás,
modelo cruciforme adoptado por la arquitec-
San Nicolás de Bari, cuya solución espacial repetía el modelo cruciforme adoptado por los Reyes Católi- tura de la época de los Reyes Católicos. Este
modelo habría sido utilizado en Italia.
cos en Santiago de Compostela, en Toledo y en Granada: “Esta forma de hospitales donde dos largos pa-
Fotos Jochi Marichal.
bellones para enfermos se cruzan para dar lugar a la ubicación de la iglesia en el centro o lugar de cruce,
de modo que los enfermos alojados en los cuatro brazos puedan ver la misa, se reprodujo mucho en Es-
paña y América. En nuestro continente, además de este que estudiamos, hubo también en Guadalajara,
Veracruz, Barinas, Santiago de Chile y San Juan de Cuyo. Aún cuando habitualmente se los cree de ori-
gen isabelino, sabemos perfectamente que los hubo antes en Italia, donde ya existía el Hospital Mayor de
Milán con pabellones que se cruzan dejando cuatro patios, antes de que se usasen en España. Es cierto
que el de San Nicolás de Bari no es exactamente una cruz griega, y que además el brazo principal es de
tres naves, pero a pesar de estas variantes cabe incluirlo dentro del esquema isabelino, como asimismo
es de ese estilo su arquitectura. Una vez más nos encontramos frente a una mezcla de épocas, pues si
su morfología es aún gótica, acabamos de ver que la planta es una creación renacentista italiana”.27
Al plateresco temprano o primero le sigue lo que los historiadores del arte llaman un plateresco maduro
que se da en la arquitectura civil y religiosa. Su influencia se aprecia en la isla Española en algunos de
sus importantes monumentos, ligados a la arquitectura civil de las ciudadelas extremeñas de Cáceres y
Trujillo, constituyendo una fuente de primer orden en materia de detalles ornamentales. De allí provenían
muchos de los principales capitanes de la Conquista, como Ovando y Cortés, personajes éstos que en-
cabezan el inventario de propietarios de la ciudad del Ozama.
Entre las obras domésticas cuya arquitectura y ornamentación está directamente relacionada con los territo-
rios de donde procedían los altos personajes de la conquista, podríamos señalar el Palacio de los Capitanes
Generales con su portal simple perfilado por un alfiz escarpado; o la llamada Casa de Ovando en la calle Las
Damas; o un inmueble que llamó la atención a Mario Buschiazzo y cuya portada está coronada por un balcón

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Casas Reales de Santo Domingo, paramentos, que define de carácter segoviano: “típicos del gótico florido anterior al isabelino”. También llamó su atención
exteriores y patio de la Real Audiencia y
Chancillería. Ambos edificios conforman la llamada Casa de los Medallones cuya portada plateresca estima propia del renacimiento italiano del Norte.
el grupo de palacios de mayor peso específico
Entre los monumentos, civiles o domésticos, que caen bajo el ámbito histórico que nos ocupa, hay varios
en la naciente villa. Su arquitectura es
contradictoria, ya que corresponden a épocas que deseamos señalar. El primero de ellos tiene que ver con el tema sustantivo del urbanismo que los des-
distintas. Fotos Ricardo Briones.
cubridores aplican en los territorios que colocan bajo sus dominios. La fundación de ciudades ocupó con
prioridad la política estratégica de los Reyes Católicos en sus instrucciones a los conquistadores. En con-
secuencia, el tema de los asentamientos humanos colombinos, la mayoría de ellos de carácter primario
como La Isabela, La Concepción y Santiago, se limitan a contener estructuras de carácter defensivo y vi-
viendas precarias. Con el tiempo se convirtieron en asentamientos definitivos cercanos a los sitios selec-
cionados originalmente o simplemente desaparecieron. El urbanismo de la ciudad de Santo Domingo,
precursor entre todos los demás, resultaba por esto ser modélico. Coinciden el asentamiento ovandino y

la ciudad virreinal, ya con estructura de gran ciudad, con polos dinámicos en el puerto o desembarcade-
ro, o en sus plazas; casas reales para gobernadores y capitanes generales; tribunal de apelaciones, o Au-
diencia Real; también casa de fundición, torre de homenaje y fortaleza; conventos para órdenes mendi-
cantes: franciscanos en el norte, dominicos en el sur; y mercedarios al oeste.
Hemos señalado asimismo algunas casas construidas en los primeros años del siglo XVI. Estas osten-
tan en su ornamentación las formas artísticas que identifican el tránsito del gótico al plateresco y del pla-
teresco al renacimiento. Se trata de un conjunto de edificaciones que hacen de la ciudad primada un ca-
so especial, sin antecedentes.

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Llaman la atención las columnas toscanas del Alcázar de Colón –construido a partir de 1510– con sus Fachada oeste y planta de la Basílica Catedral
Metropolitana, Primada de América.
arquerías de formas puras y simples: cinco en la fachada occidental y seis en la oriental. De fuste liso, Fotos (1 y 2) Jochi Marichal.

son apropiadas al carácter doméstico del edificio que algunos autores relacionan con modelos euro- Detalles del conjunto y cuerpo del cabildo
eclesiástico construído frente a la Plaza
peos. El castillo virreinal fue una campanada a la que siguió la basílica mayor dedicada a Santa María
Mayor. Fotos (3 y 4) Ricardo Briones.
de la Encarnación. Planta de la Catedral, previo al traslado del
Este gran monumento de avanzada fue el sueño de Alejandro Geraldini, un obispo humanista, culto, Mausoleo del Gran Almirante, (1992).

aventurero. Para 1520, en Santo Domingo de la Española, él inventó una catedral con una columna co-
rintia en el eje de una fachada y un friso sobre el cual se percibe el frontón triangular que forman los te-
jados: un conjunto ubicado en la Plaza Mayor con un campanario exento que quedó inconcluso, y un gi-
gantesco escudo imperial. Aquel exquisito compendio de arte humanista se colocó en el centro de un
trazado reticular que recibió encendidas alabanzas de quienes lo vieron entonces. Geraldini pudo cono-
cer textos de Vitruvio y de Alberti porque versiones del uno y del otro fueron manejadas por los grandes
arquitectos en España, así como por constructores, gobernadores, virreyes y alarifes en sus nuevas co-
lonias de América. Ediciones en latín o traducciones al italiano fueron habituales hasta el siglo XVI, cuan-
do aparecen traducciones al castellano.
Un capítulo final en este breve ensayo sobre el arte de los Reyes Católicos y su influencia en Santo
Domingo puede descubrirse al recorrer las capillas y los retablos de la Catedral y particularmente en
la iglesia del Convento de Santo Domingo. Allí podremos descubrir las versiones más exquisitas del
plateresco importado a América en los primeros años de la Conquista. Mientras los navegantes reco-
rrían las agitadas aguas del Mar Caribe, los entalladores y los albañiles llevaban a cabo una gigantes-
ca obra utilizando para ello la piedra calcárea de las milenarias formaciones que ofrece la geografía de
las islas antillanas.
La prolongación en el tiempo de estos procedimientos artísticos en la arquitectura nos confronta con el

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Detalle de la iglesia del convento de monjas momento en que concluye y se consagra la Catedral construida en la Plaza Mayor de la ciudad que pa-
de clausura de la orden dominica dedicado a
Regina Angelorum. Composición manierista. ra entonces podía considerarse la “capital del nuevo mundo”. Ya convertida en una urbe notable, exhi-
Foto Ricardo Briones.
bía monumentos proyectados y construidos por arquitectos y alarifes capaces de tallar el impresionante
Detalle del portal lateral de la iglesia del
friso de su catedral, cuya fachada recogió los rasgos característicos de los tratadistas del cinquecento.
convento mercedario de vocabulario
ornamental clásico. Su portada plateresca se labraba hacia la tercera década del siglo XVI por alarifes formados bajo influen-
Foto Ricardo Briones.
cias españolas e italianas. Un análisis de la fachada catedralicia arroja como resultado una composición
Dibujo del conjunto de la Basílica
Metropolitana destacando la fachada cuyas líneas generales y marco de referencia se mueven dentro de los cánones vitruvianos: un eje de si-
plateresca.
metría, órdenes clásicos, composición en la que se percibe el manejo axial del cuadrado y el círculo que
Portal del convento de San Francisco
atribuido a Rodrigo de Liendo.
transcriben geométrica y simbólicamente el cielo y la tierra. Desde luego, un discurso teológico acompa-
Foto Jochi Marichal. ña la composición: Pedro, Pablo, evangelistas, armas del poder temporal y elementos ornamentales
complementarios producto de aquel impresionante y rico conjunto.

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Gárgolas talladas en el desaparecido
taller-escuela de cantería del Museo de las
Casas Reales según modelos de la Basílica
Catedral de Santo Domingo.
Foto Ricardo Briones.

Relieves reconstruidos en paneles de la


fachada oeste de la Catedral Metropolitana.
Foto Ricardo Briones.

Escorzo del friso y cornisa de la fachada


principal de la Basílica Catedral.
Foto Ricardo Briones.

Bóvedas de crucería de la nave central


de la Catedral Primada.
Foto Ricardo Briones.

120|LOS ESPACIOS DE EUROPA EN AMÉRICA: ARQUITECTURA Y URBANISMO 1492-1844


2.5

El neoclasicismo. Proyectos del ingeniero Antonio Álvarez Barba


y la calle Las Damas
El estudio preliminar de un volumen sobre los mapas y planos de Santo Domingo28 señala que las refor- Esquina de la calle Las Damas. Casa llamada
de los Jesuitas y templo, ambos del conjunto
mas introducidas por los Borbones produjeron determinadas transformaciones durante el siglo XVII. En- universitario de la Real y Pontificia de Santia-
go de la Paz y Gorjon. Foto Jochi Marichal.
tre éstas, les preocupaba, dice Pedro Santiago, aumentar el número de habitantes y repoblar las zonas
Sección transversal de la Iglesia de los
abandonadas y las antiguas villas: “Los resultados, aunque insuficientes con relación a otras colonias fue- Jesuítas, hoy Panteón de la Patria.
ron importantes, ya que, de unos 6,000 habitantes que había en 1737, en 1785 había de 100,000 a
125,000, de los cuales de doce a catorce mil eran negros. En 1736 se reedificó Puerto Plata: igualmen-
te Montecristi en 1761”. El estudio menciona poblamientos en lugares como Baní; San Rafael de la An-
gostura, en 1761; Dajabón; San José de los Llanos; y San Pedro de Macorís”.

VILLAS Y CIUDADES FUNDADAS POR CANARIOS


San Carlos 1684 Bánica 1891
Hincha 1704 San Juan de la Maguana (R.) 1733
Puerto Plata (R.) 1736 Montecristi (R.) 1752
Samaná 1756 Sabana de la Mar 1760
Neiba 1761 San Miguel de la Atalaya 1768
San Rafael de la Angostura 1761 Baní 1768
Las Caobas 1768 Dajabón 1776
(Tomado del libro Las Emigraciones Canarias a Santo Domingo, de Carlos Esteban Deive)

Un caso especial lo constituye la fundación de Santa Bárbara de Samaná y Nuestra Señora del Pilar de
Sabana de la Mar. Se acepta como bueno y válido el año de 1756, de acuerdo con los historiadores Sán-
chez Valverde y Moreau de Saint Méry. Un historiador, oriundo de esas tierras,29 recoge la noticia del en-
vío para diciembre de 1754 del Ing. Antonio Álvarez Barba y Lorenzo de Córdoba para recorrer los pa-
rajes de la bahía de Samaná y expulsar los franceses de las costas. Dos años después se procede a la
fundación de las ciudades gemelas de Samaná y Sabana. Para el 10 de diciembre de 1762, en corres-

LOS ESPACIOS DE EUROPA EN AMÉRICA: ARQUITECTURA Y URBANISMO 1492-1844 |123


Calle Las Damas: Casas construidas por pondencia dirigida al secretario del rey Carlos III, se consigna que el 27 de febrero de 1756 por orden de
Ovando, lado oriental de la calle Las Damas
ó de La Fuerza. Foto Ricardo Briones. Don Francisco Rubio y Peñaranda, “el ingeniero Lorenzo Córdoba reconoció la bahía de Samaná y le-
Volumetría del crucero y tambor de la cúpula vantó el plano que remitió y según aquel plano el Rey aprobó que se fundase el puerto de Carenero
de la Iglesia de la Compañía de Jesús
y su Colegio-Universidad.
Grande y la población hoy nombrada Santa Bárbara de Samaná”.30
Foto Ricardo Briones. Sin embargo, es el general Jean Louis Ferrand quien programa la construcción de una ciudad nueva de-
Calle Las Damas: Puerta nueva de la fortaleza nominada Puerto Napoleón que figura en un documento perfectamente ilustrado que se reproduce en
construida durante el reinado de Carlos III.
Foto Jochi Marichal. esta obra. Pedro Santiago, en sus observaciones señala que: “La reconquista de la parte española por
los dominicanos, la derrota de Napoleón y la Paz de París (1814), hicieron que éste como tantos otros
proyectos franceses en la isla no llegaran a realizarse”.31
El historiador Elías Devers transcribe las especificaciones de la ciudad contenida en el proyecto y citan-
do el libro de Emilio Rodríguez Demorizi, titulado Samaná pasado y porvenir, anota el párrafo donde se

advierte que Francia proyectaba edificar esta ciudad para convertirla en capital de la isla de Santo Do-
mingo: “...la Gran avenida Imperial, la Plaza Napoleón, la avenida del Sur, la avenida del Palacio, la de
los Cuarteles, la de la Iglesia, la de Napoleón y la de Ferrand que desembocaban en la Plaza de Armas,
junto a la cual se levantaría el Palacio de Gobierno con sus dos dependencias. Seguirían luego la calle
de la Prefectura y la de la Comedia, que rematarían en la Plaza de este nombre y en la que se levanta-
ría el Teatro. Más lejos la avenida del Norte. Las calles transversales tendrían los nombres de La Marina,
del Almacén, del Comercio, Imperial, del Centro, de la Plaza de Armas y del Cerro. Luego la calle de los
Jardines y la avenida del Oeste. Detrás de la ciudad los bellos paseos públicos, de un lado el mar y del
otro la montaña”.32

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La península de Samaná, no puede desligarse de su tradición antillana que la relacionan durante el siglo Doble página anterior:
Port Napoleón. Proyecto elaborado por
XVII con el archipiélago de las islas de Barlovento, particularmente con la de San Cristóbal (Saint Kitts) instrucciones del general Ferrand para servir
como capital de la isla.
cuyos habitantes se instalaron en la isla Tortuga para 1630. Después de organizarse, los aventureros
franceses, como les llamaban algunos historiadores, asumieron tres categorías: bucaneros; filibusteros y
Portal y torre de la Iglesia del Convento
los llamados hermanos de la costa, que se dedicaban al trabajo de la tierra. Los bucaneros, en cambio, Mercedario. Foto Ricardo Briones.
practicaban la caza, y los segundos la piratería. La preocupación por las tierras en conflicto alcanza un Parroquial de Los Minas. Foto Ricardo Briones.
punto culminante con el tratado de Aranjuez, firmado en el año 1777. Algunos años después (1795) la Parroquial de Boya advocación de la virgen
de Aguasantas. Foto Ricardo Briones.
isla pasaría por entero a Francia y no sería recuperada por España hasta 1809. Pedro Santiago lo expli-
Planta bóvedas del convento Las Mercedes.
ca con las siguientes palabras: “Los mapas y planos de procedencia no española son una buena prue-
ba del constante interés que desde mediados del siglo XVII y sobre todo en el XVIII, habían puesto los
franceses en la isla de Santo Domingo”.33
La cartografía nos ofrece las modificaciones sufridas por el territorio de la colonia española y la colonia fran-
cesa donde comunidades van surgiendo en la geografía de la isla, muchos de ellos sitios repoblados con
migraciones de las Islas Canarias. En varios de estos poblados, en sus plazas, se construyeron modestas
ermitas, iglesias parroquiales que proveen un notable inventario de monumentos menores: Bánica;34 Boyá,
dedicado a Nuestra Señora de Aguasantas; en Baní, bajo advocación de Nuestra Señora de Regla; a San
Cristóbal; y a San Gregorio en Nigua. A San Carlos, el Patrón de Tenerife, en el barrio de los isleños, muni-
cipio vecino al norte de la Ciudad Primada, así como las ermitas de los barrios de San Antón, San Miguel
y Los Mina también en Santo Domingo, este último dedicado a San Lorenzo. De época anterior son los
santuarios de Higüey dedicado a San Dionisio; el Seybo bajo el patronazgo de la Santa Cruz; y Bayagua-
na, cuyo Cristo es objeto de fervorosa adoración.
Antonio Álvarez Barba reaparece en los planos de Montecristi fechados en 1757; de la bahía de Ocoa,
1771; de Bayahá 1774 y de San Miguel de la Atalaya en 1794, así como un plano del sector del muelle

LOS ESPACIOS DE EUROPA EN AMÉRICA: ARQUITECTURA Y URBANISMO 1492-1844 |129


Parroquial del Seibo del Almirante de 1772. De Santiago Moreno hay un interesante documento de Azua fechado en 1861. que la Real Audiencia de Santo Domingo no contara con una cárcel en el propio edificio de ella, como Parroquial de San Antón con espadaña de
dedicada a la Santa Cruz. ángulo de reciente restauración.
Foto Ricardo Briones. Los proyectos del ingeniero Álvarez Barba para la fortaleza de Santo Domingo modificaron sustancial- más tarde se ordenó para las audiencias americanas. Eso no excluye que otros edificios hayan tenido Foto Ricardo Briones.

Ermita de Los Mina. mente la fisonomía de aquel conjunto, recogidos en un plano de 1773 bajo el título de “Plano de la Real calabozos propios, como los tuvo la casa del Almirante, la Fortaleza, e incluso la casa del gobernador; San Miguel, iglesia parroquial del barrio
Foto Ricardo Briones. del mismo nombre en Santo Domingo.
Fuerza de Santo Domingo”. Las casas colindantes conocidas como fundadas por el Adelantado Basti- cosa común en los castillos y casas fuertes, y cuyo uso estaba restringido a la jurisdicción respectiva,
Foto Ricardo Briones.
Parroquial de Azua.
Foto Ricardo Briones.
das fueron definitivamente integradas al conjunto militar, y sus espacios utilizados para depósitos de pero no tenía el rango de cárcel pública. Así se explica por qué la cárcel de la ciudad de Santo Domin- Parroquial de Baní, hoy Catedral.
equipos militares; almacenes de armas y barracas de soldados. Posteriormente se creó un hospital mi- go tuvo el doble carácter de municipal y cárcel de la Audiencia”.36 Foto Ricardo Briones.

litar y se adicionaron nuevas estructuras para lo que fue la mayor y más importante instalación castren- El ensayo citado antes recoge la información sobre un primer proyecto para la cárcel real cuyo autor fue
se en la colonia española y la república. el Ing. González Villamar, anterior al proyecto de Antonio Álvarez Barba, quien fungía como ingeniero en
Otro de los proyectos del Ing. Álvarez Barba contemplaba la modificación del Alcázar de Colón o Casa jefe (teniente coronel de ingeniero) durante 1771-1776: “En este último año fue relevado por el ingeniero
del Almirante, a fin de convertirlo en cárcel pública. No obstante, esta idea fue descartada y puesta en Antonio Ladrón de Guevara. Sabemos cómo el gobernador Azlor tenía enemistad con el dicho ingenie-
marcha la que transformaba la antigua sede de la Cárcel Real frente a la Plaza Mayor. Recientemente el ro Álvarez Barba, llegando incluso a informar al Rey que este era ‘insuficiente por ignorante’ para el tra-
Lic. José Chez Checo descubrió en los archivos de La Habana un conjunto de documentos sobre este bajo de amojonamiento de las fronteras. Las razones de esta enemistad podrían deberse a las relacio-
proyecto que permitió elaborar un ensayo, que fue publicado en el Anuario del Centro de Altos Estudios, nes de dicho ingeniero con algunos oidores de la Audiencia que, como Manuel Bravo, mantenían un
donde se señala que originalmente esta casa perteneció a Alonso de Maldonado, quien llegó a Santo constante hostigamiento contra el presidente-gobernador. Fue tan pública esa hostilidad que llegaron a
Domingo para 1502, donde alcanzó el grado de Alcalde Mayor.35 A su llegada hizo construir el edificio colocarse pasquines contra el último en la puerta de las casas reales, acusando al gobernador de pro-
que más tarde sirvió como cárcel pública. El mismo personaje fue también propietario del solar en que mover el contrabando de mercaderías con los ingleses, lo que tenía visos de realidad por las numerosas
se construyó el edificio del Ayuntamiento en la esquina noroccidental de la Plaza Mayor. Abandonó la ciu- arribadas forzosas de navíos de esta nación que entraron al puerto del Ozama y terminaron vendiendo
dad para 1510. su carga en esta ciudad”.37
Raymundo González, autor del ensayo señalado anteriormente, se aproxima al tema con los siguientes La historia del edificio de la cárcel real es larga y se extiende a lo largo del siglo XIX, tanto durante el pe-
términos: ríodo de la ocupación haitiana y antes, desde el tratado de Basilea firmado en 1775 y aún durante el pe-
“La prisión de Santo Domingo ostentó muy pronto el carácter de cárcel de la Audiencia. Podemos fechar ríodo de la anexión, época durante la cual, ya en ruinas, el edificio fue devuelto al ayuntamiento. Luego
el comienzo de esta modalidad en 1512, cuando se establece el tribunal de apelación en la isla el cual se instaló allí una biblioteca, un teatro y un instituto profesional, hasta que fue reconstruido para conver-
había sido creado por real provisión el 5 de octubre de 1511. Esta circunstancia influyó en el hecho de tirse en Cámara de Diputados, momento en que adquiere su actual fisonomía neoclásica.

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Iglesia del imperial convento de la Orden Recientemente analizábamos el neoclasicismo en Santo Domingo señalando que el siglo XVIII nos sor-
de Santo Domingo. Foto Ricardo Briones.
prende con la fábrica del Colegio e Iglesia de la Compañía de Jesús, y concluye con una obra espléndi-
Iglesia del hospital de San Lázaro con campa-
nario esquinero de ángulo. Foto Ricardo Briones. da ubicada en la misma Calle de la Fuerza, la puerta de Carlos III, que sustituyó la primitiva entrada me-
Planta de la iglesia del Convento de Santo dieval de la fortaleza de Santo Domingo.38 Todavía para mediados de siglo se menciona que la iglesia je-
Domingo.
suítica estaba en construcción. Erwin Walter Palm, anotábamos, describe la fachada jesuita como de ex-
Proyecto del Ing. Álvarez Barba, ejecutado
parcialmente para transformar y ampliar en con- trema severidad, aberturas pequeñas, enormes sillares, puerta principal sin decoración, todo lo cual se
junto militar de la Fortaleza de Santo Domingo.
opone al espíritu del siglo XVIII. “Dominan en este imafronte las seis verticales, pese a los robustos efec-
Conserva aun la portada medieval antigua:
dos torres circulares. Foto Ricardo Briones. tos del cornisamiento. No llega a emplearse el acostumbrado procedimiento barroco que organiza los
Planos de la ciudad de Santo Domingo elementos verticales en una secuencia rítmica a ambos lados de la calle central. En cambio, la distribu-
de Álvarez Barba. Archivo General de Indias.
ción paratáctica devuelve a los apoyos imponentes algo de aquella autonomía decorativa introducida por
el manierismo del XVI, que había creado las primeras manifestaciones del estilo imperial... La impresión
arcaica provocada por tal distribución es reforzada por la especie rústica de los sillares calcáreos corali-
nos de grandes poros, que posiblemente hubieran recibido un revoque... La fachada dominicana cons-
tituye un ejemplo típico de destemporización de la retórica imperial”.39 Tanto la Iglesia de la Compañía de
Jesús, como la de Regina Angelorum aparecen coronadas por una cúpula barroca sobre tambor. Una
con linterna y la otra no, pero ambas usando arcos conopiales.
Volviendo a la calle Las Damas de Santo Domingo, es el Ing. Álvarez Barba quien incorpora un portal
neoclásico típico que fue construido de común acuerdo con el conjunto castrense en que estaba encla-
vado. El mismo identifica la Casa de Bastidas de nuestros días. Originalmente existían allí varios inmue-
bles de los primeros pobladores de Santo Domingo, quienes se disputaron aquel lugar privilegiado.
En esa misma calle tuvieron lugar los acontecimientos con que se puso en ejecución el decreto o cédu-
la real del 27 de febrero del 1767 de acuerdo con la cual Carlos III comunicaba la orden de extrañar a los
Jesuitas de sus dominios. Las instrucciones, firmadas el 20 de marzo por el Conde de Aranda, debían

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cumplirse determinado día y determinada hora de la noche. La ejecución era responsabilidad del presi- Iglesia San Lázaro del hospital de los leprosos.
Se trata de una curiosa composición con una
dente y gobernador Don Manuel de Azlor. El relato dice así: “Desde los balcones de la Audiencia, podía galería lateral y planta de una nave abovedada
con numerosos detalles mudéjares.
el Presidente, rumiando su secreto, examinar las dos fachadas del vecino Colegio, y hasta sus oídos lle-
Foto Ricardo Briones.
garían los ecos de las campañas, de las lecciones de los maestros, del rumor alborotado de los colegia-
Iglesia del Rosario en el sitio
les... Convocó para después de anochecido a los que debían acompañarle a la ejecución del decreto, y de la Nueva Isabela. Foto Ricardo Briones.

pasadas las doce, con ellos recorrió los cuarteles de la tropa, que poco a poco fueron movilizándose pa- Plaza María de Toledo junto a la iglesia Jesuíta
creada recientemente en el sitio de una antigua
ra tomar las posiciones señaladas frente al Colegio... y a eso de las tres a cuatro de la madrugada, lla- casa cuya galería con arcadas sobre columna
ochavada se conserva.
maba a la puerta principal con pausados, repetidos y solemnes aldabonazos”. El jesuita Antonio Valle Lla-
Foto Ricardo Briones.
no,40 relator de estos acontecimientos, toca el tema de los tesoros acumulados en la Iglesia, particular- Casa de Bastidas, centro cultural. Hoy funciona
mente el retablo que adornaba el templo. Mientras este se perdía, otros se labraban para adornar las ca- allí un museo para niños. Foto Jochi Marichal.

pillas mayores y menores de las distintas iglesias, más de 30 dispersas en la ciudad, y al servicio de ve-
cindarios y hospitales.
Lamentablemente el destino inexorable condujo los acontecimientos por un derrotero inesperado. El 26
de enero del 1801, despuntando el siglo XIX, L’Ouverture tomaba posesión de la capital y la parte espa-
ñola de la isla en nombre de la República Francesa. Un acta del Ayuntamiento de Santo Domingo de la
misma fecha describe el protocolo regido por el Tratado de Basilea: “Con lo cual el dicho Mariscal de
Campo don Joaquín García, tomando las llaves de las tres puertas de esta Ciudad, que estaban prepa-
radas sobre la mesa, se las entregó al citado Señor General en Jefe Todos Santos Louverture, quien los
recibió en sus manos y se dio de ellos por entregado a nombre de la República Francesa...”.41

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2.6

Casas y patios de Santo Domingo


Los modelos de viviendas, casas para morar y residencias de familia de todos los estratos sociales, adop- Patio de la casa llamada de Bastidas de acuer-
do al modelo y reformas de Antonio Álvarez
tan expresiones distintas de acuerdo con el carácter ornamental de sus detalles; la ordenación de sus es- Barba y restaurada en la década del setenta
para instalar dependencias y talleres del
pacios interiores; los materiales y técnicas empleadas en su construcción; o por la ecuación que se da en-
Museo de las Casas Reales. Su amplio patio
tre el área construida y sus jardines, fuentes y caballerizas. Esta última crea espacios libres que dan paso es lugar de acogida para eventos culturales.
Foto Jochi Marichal.
a linderos más o menos amplios entre los inmuebles, así como patios y traspatios que el proceso de res-
tauración debería respetar. Huertos, jardines y áreas de servicio ocupaban estos predios configurando un
esquema activo, una dinámica de densidades que se intensifica en el tiempo de acuerdo con el valor de
la tierra; el crecimiento demográfico; y el desarrollo económico de ciudades y pueblos. Uno de los patios
más bellos restaurados oportunamente es del de la casa de Juan de Villorria. Fue parte del conjunto del
colegio de los Jesuitas, posteriormente designado como Pontificia Universidad Santiago de la Paz y de
Gorjón.
Casas Coloniales43 fue publicado en el año de 1980 y contiene una aproximación al tema que nos ocu-
pa. Anterior a este ensayo es el del erudito E. W. Palm en los volúmenes de su obra sobre los monumen-
tos de La Española publicado en 1955. Analiza primero las tipologías y arquitectura palaciega, así como
sus influencias y lo que él llama andalucismos e invariantes de la arquitectura civil simplificada a partir del
siglo XVIII. Posteriormente es poco lo que se ha escrito, salvo una serie de artículos de Fray Vicente Ru-
bio, O. P., (ver nota al final),44 pero mucho lo que se ha restaurado: calles enteras como la de los Nichos,
conjuntos de casas con balcones, rengleras de inmuebles urbanos en la calle Hostos (del Hospital) con
fachadas de piedra. El tema requiere un estudio hondo y extenso, particularmente los rasgos populares
que se repiten a lo largo del tiempo, así como las expresiones no académicas que se provincializan des-
prendidas del sólido tronco de matriz clásica, su morfogénesis.
Los primeros cronistas aseguran en distintos testimonios que rengleras o pares de casas fueron cons-
truidas en piedra para morada de propietarios y para alquiler. Entre tales rengleras se encuentran las le-
vantadas por el Comendador Mayor Alcántara, cuya propiedad, al retirarse del puesto de gobernador, se

LOS ESPACIOS DE EUROPA EN AMÉRICA: ARQUITECTURA Y URBANISMO 1492-1844 |137


Patio de la Casa de los Jesuítas. dispersó en distintos patrimonios. Estas casas han permanecido como testimonio permanente de las pri- Patio en casa colonial de una céntrica calle
llas,45 publicado en Sevilla en 1948, el eminente español hace referencia a esta ventana. Reminiscencia
Foto Ricardo Briones. de la zona histórica de Santo Domingo.
meras construcciones coloniales clasificables dentro del estilo gótico que, como sabemos, dominó la Ba- de su nobleza es la impronta de un blasón, donde figuran las armas heráldicas de su propietario. El mar- Foto Jochi Marichal.
Detalle de portal renacentista en una casa de
la calle de los Plateros. Foto Ricardo Briones. ja Edad Media europea. No obstante, no resulta difícil encontrar en ellas detalles de transición hacia una co de un arrabá protegía este simbólico y decorativo elemento, según las costumbres y el estilo de la Portal gótico en la casa llamada
de Ovando en la calle Las Damas.
Patio Casa de Bastidas. Foto Jochi Marichal. segunda etapa ya francamente plateresca. Se puede notar que, acomodándose a las condiciones del época. Arrabá y escudo se tallaron, tal como sucedió en el Palacio de la Audiencia o Casa de Contrata- Foto Jochi Marichal.
clima tropical, estos primeros modelos tienen amplísimas puertas en la primera planta, cuyo número nos ción, en el extremo norte del inmueble, como queriendo indicar los límites físicos del señorío. Galería del patio de la Casa de Bastidas.
hace pensar que la planta alta, que retienen la intimidad del ambiente interior, indica que la misma esta- Foto Jochi Marichal.
El propietario original de esta casa lo fue el mismo Comendador Mayor, cosa que consta en el inventario
ba reservada para vivienda. Las más antiguas tenían el siguiente esquema: dos crujías paralelas; ausen- de los bienes de este personaje, realizado en Santo Domingo en 1509. Más tarde, fue propiedad de un
cia de arquerías en las habitaciones que dan al patio; máxima utilización del espacio, ya que las galerías cortesano poderoso que jamás puso pies en la isla Española. Nos referimos a Hernando de La Vega, Co-
aparecen simultáneamente en modelos contiguos siguiendo un patrón importado. mendador Mayor de Castilla, por adjudicación del Rey Católico. La propiedad fue habitada entonces por
Estudiando estás primeras casas, se puede observar que el perfil rebajado de los arcos impera en los distintos moradores, hasta que los intereses de la Orden de Alcántara fueron puestos en venta y rema-
huecos de las puertas de los edificios labrados en la calle de La Fortaleza, que le concede determinada tados conjuntamente por Gonzalo Fernández de Oviedo. En el lado este o del levante de esta primera
unidad a este grupo primario. Los huecos de las puertas, con guardapolvos o cornisas de protección, calle de la urbe creada por Nicolás de Ovando, mirando al río Ozama, está una casa particularmente im-
corresponden en simetría vertical a ventanas con perfil en arco carpanel. Molduras de tipo gótico intro- presionante con un portal adornado por tracerías góticas. El interior ha sido modificado incorporando una
ducen un ligero acento en las aristas de los perfiles puros de las ventanas, así como el edificio que se tercera crujía, cuerpo éste cuyos arcos dan acceso al patio. En algún momento, se construyó en éste
conoce hoy como Casa de Hernán Cortés. Justo al despuntar el siglo XVI, acabada de fundar esta ciu- una torre mirador que aún subsiste. Este inmueble ha sido señalado como la residencia del Comenda-
dad, se construyó este edificio en un solar esquinero con la Calle Mayor. Es pues esta edificación, uno dor Ovando. Si es así, allí habitó el Gran Almirante en su última visita a la ciudad.
de los eslabones importantes de la historia de la arquitectura americana. Característica importante de es- Parece ser que tanto la Casa Ovando como la Casa de Cortés y tal vez el Palacio de la Audiencia o Ca-
ta casa es el hecho de que las puertas exteriores e interiores de la primera planta están organizadas en sa de Contratación, fueron ejecutadas por los mismos maestros, ya que los principios compositivos son
un mismo eje. El rítmico orden de sus puertas y ventanas ha sido recapturado a través de la restaura- similares: fachada plana, doble crujía en la planta alta y baja; ritmo repetitivo de modelos de puertas y
ción. Sobriamente distribuidos, estos huecos imparten a las fachadas una cadencia, rítmicamente mo- ventanas en ambas plantas. Así como en los huecos de las puertas del interior. Dovelaje robusto y do-
nótona. La influencia gótica es evidente en las formas y en el espíritu de esta edificación. Resalta, no obs- minante, tejados a dos aguas y fábrica de mampostería de piedras concertadas con especial perfección
tante, la bellísima ventana escotada, ornamentada con lóbulos convexos, la cual captó la atención de en torno a los huecos y cadenas esquineras, con el propósito de aumentar la resistencia en estos pun-
Diego Angulo Iñiguez, el gran historiador de arte. En su opúsculo El gótico y el renacimiento en las Anti- tos naturalmente débiles.

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Otros alarifes intervinieron en la construcción de monumentos estilísticamente ubicables dentro del con- Portal de la Casa del Cordón que fue
propiedad de la familia Dávila. Llama la
cepto del gótico Reyes Católicos, que, como ya dijimos, también recibe el confuso apelativo de isabeli- atención el contraste de la parte inferior
y el de la ventana y ornamentos
no. Situados fuera del eje matriz del conjunto urbanístico de la calle de la Fortaleza, podemos señalar la
en la parte superior. Foto Ricardo Briones.
antigua Casa de Osorio, irreconocible por los estragos que ha sufrido; la Casa del Cordón; la de Tosta-
Casa con aparejo de sillares en la calle
do; y la de los Medallones o de la Moneda, cuyo portal renacentista es uno de los tesoros del conjunto del Hospital. Foto Jochi Marichal.

urbano. La Casa de Osorio poseyó ventanales ajimezados o geminados y motivos mudéjares y góticos, Casa anónima que conserva sus enlucidos
junto a otra con balcón corrido sobre vigas
algunos de los cuales son perceptibles aún, pese a su estado actual. El carácter era evidente como re- de madera y tejadillo con cresterias
invertidas y barandilla de hierro.
flejo del espíritu hispano-musulmán.
Foto Jochi Marichal.
La Casa llamada del Cordón, hoy reconstruida, es un modelo de transición entre el gótico y el renaci- Casa grande de Palavé, de un propietario
miento plateresco. Posee uno de los portales domésticos más impresionantes que pueda encontrar- de ingenio azucarero. Foto Ricardo Briones.

se en todo el Continente Americano. La sobriedad imponente del cordón franciscano envuelve el por- Planta de la casa grande de Palavé.

tal en forma de arrabá. Una arquivolta de rosetones se desarrolla entre franjas de baquetones o boce-
les que descansan sobre basecillas del más puro sabor gótico. La franja interior culmina en una sarta
de perlas que completan el carácter de este ejemplar arquitectónico y lo ubican dentro del estilo Re-
yes Católicos.
La Casa del escribano Francisco de Tostado manifiesta su carácter estilístico también en el portal, muy
especialmente en la ventana cuyo arrabá en espiral salomónica enmarca la ventana descompuesta. La
geometría del gótico florido interpenetra dos ojivas caladas con un segmento de arco de medio punto.
Las ojivas descansan sobre una columna a modo de parteluz, y se integran con el antepecho de case-
tones levantado sobre la cornisa de la puerta, adornada también con perlas.
Para esa tercera década del siglo XVI, ya era notorio ese rasgo cortesano y suntuario que los palacios y
casas grandes le otorgaban a la urbe, inmuebles ordenados por conquistadores enriquecidos y altos fun-
cionarios. A la cabeza de éstos se destaca el Alcázar del Virrey. Otros ya han sido señalados y, junto con

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Iglesia parroquial del barrio de Santa Bárbara. los ignorados o destruidos, densificaron la retícula urbana. También se levantan mansiones suburbanas
Foto Ricardo Briones.
rurales para propietarios de ingenios y terratenientes, tales como las de Engombe y la del conquistador
Casas de Juan de Viloria. Foto Jochi Marichal.
Ponce de León, en Higüey, casa fuerte en medio de sus dominios.
Casa esquinera de la calle de La Merced.
Foto Jochi Marichal. De época tardía es la casona de Palavé, que como la de Engombe, sirve de residencia a un rico propietario
Patio de la casa de Viloria o de los cinco de una factoría de azúcar, acontecimiento económico que sustituye a la explotación del oro en La Española.
arcos. Foto Ricardo Briones.
No obstante, el espíritu del gótico se mantiene vivo en muchos de los detalles de estas residencias prin-
Doble página siguiente:
Plano de las dos rutas desde el Fuerte Delfín cipales, iniciadas en esta segunda etapa de la vida social de la colonia: período virreinal, aunque sugie-
(Bayaja) a la ciudad de Santo Domingo
re más la época y su estilo el fuerte acento de las columnas toscanas, la coquetería de los balaustres
pasando por Santiago, La Vega y Cotuí; y por
otra parte Azua, San Juan, Bánica y Dajabón. que engalanan la fachada y las galerías y pilastras de los portales y la decoración con motivos naturalis-
Es de finales el siglo XVIII.
tas fantasiosos, todo el repertorio plástico plateresco.
Los estudios del conjunto urbano de Santo Domingo han arrojado la existencia de patios y huertos en
algunas de sus casas. La mayoría de estos fue utilizada en el curso de la historia urbana para ampliar y
construir densificando. No obstante, muchas de las casas grandes conservan sus patios que pueden
considerarse parte integral de las viviendas e instrumentos indispensables a los efectos del clima tropi-
cal. Las altas temperaturas del verano provocaron la ampliación de las ventanas. Creo que desde la se-
gunda década, aparecen en la Ciudad Primada, en muchas de sus viviendas principales e incluso en la
vivienda popular, determinados modelos con rejas.
También hemos confirmado que los efectos del clima tropical, particularmente los huracanes que tradicio-
nalmente afectan la región del Caribe en los meses de agosto y septiembre, obligaron a modificar las cu-
biertas o tejados. Originalmente estos poseían fuertes pendientes (ver testimonio en la Casa de Cortés). Se
utilizaba la teja árabe o teja curva que como vimos, comenzó a elaborarse en La Isabela. Los ciclones afec-
taban las pendientes fuertes de estos techos arrasando con las tejas, que regularmente eran colocadas con
la tecnología tradicional de la península Ibérica (del borde del techo hacia arriba, una sobre otra...).

142|LOS ESPACIOS DE EUROPA EN AMÉRICA: ARQUITECTURA Y URBANISMO 1492-1844


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3
LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD:
ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO
REPUBLICANOS
1844-1930

Eugenio Pérez Montás


3.1

Introducción al período republicano


Las dos terceras partes del siglo XIX fueron años dedicados a la guerra, aunque durante toda la centu- Doble página anterior:
Mampostería de ladrillos, arena y cal;
ria se fue construyendo, palmo a palmo, el monumento intangible del espíritu independentista. Las últi- estructuras de madera y zinc; casas de
cemento de Portland y varillas de hierro
mas décadas, pasado el episodio de la anexión de la República al Reino de España, la restauración po-
que configuran el hormigón armado. Así
lítica de la nación, y la llamada guerra de los Seis Años, relacionada con la concesión de la Bahía de Sa- son las obras del paisaje urbano republicano
en muchos pueblos y ciudades del pais.
maná, fueron circunstancias que favorecieron determinadas iniciativas que redefinen la estructuración te- Fotos Jochi Marichal (1,3, 4 y 5)
y Ricardo Briones (2).
rritorial. La dimensión territorial político-administrativa, desde el punto de vista económico, es el resulta-
do de las exportaciones de productos tradicionales que se embarcaban por antiguos asentamientos ma-
Medios de transporte en caminos reales
rítimos, mientras los viejos caminos reales que enlazaban los pueblos del período colonial permanecían grandes y pequeños. Grabado de Harpers’s
prácticamente abandonados. Se mantuvieron sólo por un incipiente desarrollo empresarial en las ciuda- Weekly, 1871. Tomado del libro El Ron
en la República Dominicana, Tomo I.
des mediterráneas de la isla, las cuales demandaban un sistema de comunicaciones y transporte mo- José Chez Checo.

derno. El comercio se llevaba a cabo por mar, en navíos de vela, entre los puertos que pudieron mante-
ner un servicio útil. Para 1920, todavía el viaje desde San Juan de la Maguana a San Cristóbal tomaba
varios días a lomo de caballos y burros.
Vicente Celestino Rojas publicaba en 1944 un libro clásico en la bibliografía nacional: Historia de la División
Territorial 1492-1943. Aunque algunas precisiones históricas han aparecido en el tiempo, este documento
ejemplar continúa ilustrándonos sobre la territorialización entre los períodos colonial y republicano; apare-
cen nuevos asentamientos como San Lorenzo de Los Mina, en 1676; San Carlos, en 1692; San José de
los Llanos, en 1779, así como Las Matas de Farfán. Mediante el tratado de Basilea, firmado el 22 de julio
de 1795, España cede a Francia la totalidad insular. Reincorporada a la Corona en 1809, la colonia tuvo an-
tes que sufrir numerosas invasiones, la primera de las cuales tuvo lugar en 1801: Toussaint Louverture.
En consecuencia, la división territorial asumía diversas denominaciones: departamentos; partidos; parro-
quias; distritos; cantores; comunes; etc., que crearon antagonismos y confusiones.1
Relatos de cronistas nos informan que para 1920-30, San Cristóbal había llegado a ser una población
de algún tamaño “consecuencia, sobre todo, de la abolición de la esclavitud en 1822, cuando los inge-

LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD: ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO REPUBLICANOS 1844-1930 |149


Bayajá y sus proximidades. Aparecen casas nios de Nigua fueron abandonados y una parte de la población liberta se estableció alrededor de la er-
de hacienda y edificios, el curso de
algunos rios y embarcaciones de la época. mita del antiguo ingenio San Cristóbal”. También nos advierten que “...en el período 1844-1861 surgie-
Archivo General de Indias. Sevilla,
ron tres poblaciones: Yamasá, Jarabacoa y San José de Ocoa, esta última fundada en 1844, y poblada
sección de mapas y planos.
por refugiados de la región fronteriza con Haití”.2 Entre 1875 y 1880 surgen Tamboril y Esperanza, en el
Plano de la Ciudad Primada que acompaña
el diagrama de las dos rutas de Bayajá norte, y Duvergé en el suroeste. En los años ochenta y noventa se acelera el ritmo de fundaciones, se-
(Fuerte del Delfín) a Santo Domingo
que aparece en el Capítulo II (al final). ñalando el autor citado que “del total de 38 poblaciones fundadas en el siglo XIX o ascendidas a puerto
Doble página siguiente: cantonal o común, 25 lo son en las últimas dos décadas. Diez de las 25 nuevas poblaciones estaban si-
Población de Bayajá y sus inmediaciones;
tuadas en la región sureña; seis en el Cibao; tres en el centro de costa norteña; dos en la Línea Noroes-
Camino Real desde Dajabón al Fuerte
del Delfín en la costa norte. El autor te; dos en la provincia oriental El Seibo; una era terminal del ferrocarril y puerto en la bahía de Samaná...”.
es Rodrigo de Ledesma, año de 1794.
Aparece el sitio de Bayajá viejo. En 1871 Santiago tenía unos 8,000 habitantes. La población de Santo Domingo era estimada en 6,000.
Hazard, que visitó la ciudad ese año, la llamó “un lugar viejo y extraño donde ninguna mano del progre-
so era visible”.3
Los caminos reales y los de herradura enlazaban los pueblos en toda la isla llegando hasta Puerto Prín-
cipe (Port Republicain) por la vía de Azua (San Cristóbal-Baní-Azua-San Juan-Neiba). El camino real del
Cibao (Bonao-La Vega-Santiago); o el del este hasta Higüey, aparecen en la cartografía del siglo XIX en
obras como La historia de la isla Española o de Santo Domingo, de Charlevoix, S. J., originalmente pu-
blicada en Francia en 1730, y traducida al español por la Sociedad Dominicana de Bibliófilos, la cual con-
tiene importantes cartas-planos de la isla y la región.
Para 1796 se publica La Descripción de la Parte Española de Santo Domingo, del administrador y políti-
co francés Méderic Louis Elie Moreau de Saint Méry, nacido en Martinica en 1750, relacionado con la em-
peratriz Josefina con quien tenía lazos de familia. De 1873 es la obra de Samuel Hazard sobre el Pasado
y el presente de la isla de Santo Domingo, una de cuyas virtudes son sus grabados que nos ilustran so-
bre distintos temas urbanos y rurales. Poco antes había publicado (1871) Cuba with Pen and Pencil.
Relatos de viajeros franceses y norteamericanos describen las rutas de enlace, refiriéndose a ellos como
caminos fangosos y difíciles. Rodríguez Demorizi transcribió distintos comentarios de expedicionarios fran-
ceses, que se desplazaron por la isla a finales del siglo XVIII: Dorvo Soulastre: Viaje por tierra de Santo Do-
mingo a Cabo Haitiano; Pedron: Memoria descriptiva de la parte española de Santo Domingo en 1800; y
A. Chanlatte: Al Gobierno francés... Estado de la isla; en el mismo año. Estos aparecen en el libro La Era
de Francia en Santo Domingo4 y en Viajeros de Francia a Santo Domingo,5 donde el mismo autor trans-
cribe documentos inéditos que halló en la primavera de 1974 en los archivos nacionales de Francia.
Los comentarios de Daniel L´Escalier, que se inician con el poblado de Dajabón, redactados para el año
de 1764, describen algunos pueblos nuevos que no pasaban de ser meros caseríos: Haina; Baní; San
Juan; Bánica, “más apiñado y mejor construido que San Juan, pero mucho menos rico”. De San Rafael
de la Angostura decía que era una población nueva y todavía en formación donde la mayoría de sus ha-
bitantes son isleños y situada a la orilla del río Bouyajá, en un valle que llaman La Puerta, a un cuarto de
legua más o menos de una estrecha garganta por donde se entra en la llanura de Goajaba.

150|LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD: ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO REPUBLICANOS 1844-1930 LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD: ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO REPUBLICANOS 1844-1930 |151
Doble página anterior: También menciona a Hincha: “Tiene 500 casas, 4,500 habitantes, 500 hombres capaces de tomar las serta un plano del camino real que atraviesa la porción entre Nigua y sus ingenios hasta Nizao. El propó- Calle de Santo Domingo; calle comercial.
Este documento refleja el intento de retomar Dibujo tomado del libro Santo Domingo,
el Cibao, vía Montecristi, al final de las armas, 1,600 bueyes y 1,400 caballos, y es la residencia fija del Comandante de toda la Parte occiden- sito de esta carta, trazada en ese año, fue el de señalar la zona marítima que siguió la armada británica Pasado y Presente, de Samuel Hazard.
guerras de la Restauración, 1864.
tal de la Colonia Española. Cuenta también con una Compañía de Caballería”.6 En este mismo libro (Via- el 6 de julio de 1809 comandada por el general Hugh Lyle Carmichael, quien asistió las tropas leales du- Panorámica de La Vega.
Vista de Santiago. Dibujo tomado del libro Santo Domingo,
jeros de Francia en Santo Domingo), aparece un expedicionario de nombre Vincent, quien redactó un do- rante la llamada “reconquista”.
Dibujo tomado del libro Santo Domingo, Pasado y Presente, de Samuel Hazard.
Pasado y Presente, de Samuel Hazard. cumento que tituló Reconocimiento militar de las comunes de Dajabón, Santiago, Puerto Plata y Monte- Para finales del siglo XIX surgen los proyectos para determinadas vías férreas, de los que sólo se comple-
Panorámica de Moca. cristi, 1797; y del mismo autor, un Resumen del viaje hecho del Cabo a Santo Domingo a comienzos del taron los de Samaná-La Vega (Sánchez-La Vega) y el de Santiago a Puerto Plata. Otros proyectos, como
Dibujo tomado del libro Santo Domingo,
Pasado y Presente, de Samuel Hazard. mes de brumario del año7 (1798). El índice general de Viajeros de Francia contiene además un informe los elaborados por el Ing Thomasset para enlazar Santo Domingo con San Cristóbal; o el de La Romana-
de un antiguo ingeniero de colonias, sobre un camino principal desde el Cabo (antiguo Cap Français) a El Seibo, que el Poder Ejecutivo avaló el 30 de abril de 1890, (ampliado posteriormente hasta la bahía de
Santo Domingo, pasando por Dondón, San Rafael, Hincha, Bánica, San Juan, Azua y Baní; así como co- Samaná y Santo Domingo), ambiciosa concesión otorgada al Sr. Woolf Abrams, nunca pudieron concluir-
mentarios sobre la bahía de Samaná del año 1800 y un viaje por el interior de Luisiana, Florida Occiden- se. Sobre el particular así como su efecto en la estructura agraria, conviene citar informaciones que apa-
tal y por las islas de Martinica y Santo Domingo (Tomo I, Cap. XIX, de C. C. Robin, autor de varias obras recen en los apuntes de H. Hoetink: “En 1897 la mecanización del transporte de azúcar estaba ya muy
sobre literatura y ciencias, París, 1807). avanzada: seis ingenios en la provincia de Santo Domingo tenían en ese año 110 kilómetros de líneas fe-
El excelente ensayo sobre la frontera domínico-haitiana publicado recientemente se refiere a las pobla- rroviarias (el ingenio Santa Fe sólo tenía 30 kilómetros y 4 locomotoras para transportar su producto di-
ciones creadas para fortalecer los límites entre las colonias francesa y española.7 Asimismo, creo impor- rectamente al muelle Ozama); 5 ingenios en el distrito de San Pedro de Macorís tenían un total de 108
tante referirme al libro titulado La Colonización de la Frontera Dominicana 1680-1795.8 Entre otros temas kms. y 3 ingenios en la provincia de Azua, tenían un total de 72 kms. También la Cía. Frutera de La Ro-
importantes que allí se tratan debemos señalar la apertura de Montecristi al libre comercio a partir de mana, que cultivaba guineos, tenía líneas ferroviarias en ese año o estaban construyéndolas”.10
1764, así como la fundación de Bánica y su crecimiento; Hincha, su fundación y su conversión en pa- En cuanto a la estructura agraria, se modifican sus efectos gracias a la instalación de plantaciones mo-
rroquia; y desde luego la erección de la villa de Neiba; San Rafael de la Angostura; Las Caobas y San dernas y la introducción de empresas con “uso intensivo de capital, organizadas racionalmente, que pe-
Miguel de la Atalaya. riódicamente empleaban a un gran número de trabajadores y que estaban orientadas hacia el comercio
La cartografía es pobre, no obstante puede señalarse a modo de ejemplo el plano de Santiago Moreno en el mercado extranjero”.11 Parece que se produjo un aumento en el valor de la tierra, que puso de ma-
de 1861, para el poblado de Azua. Del mismo autor y el mismo año es el croquis de Puerto Plata y sus nifiesto la desorganización del catastro nacional “cuyos títulos eran falsificados en gran escala”.12 En
alrededores donde aparece una planta del fuerte de San Felipe; y otro de Santiago de los Caballeros y 1882, se introdujo el sistema de medidas decimales de superficie. En 1912 se hizo obligatorio el registro
el fuerte de San Luis. Un documento importante lo es el libro de William Walton,9 de 1810, en que se in- de propiedad privada.

156|LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD: ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO REPUBLICANOS 1844-1930 LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD: ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO REPUBLICANOS 1844-1930 |157
Modelo ecléctico rico en ornamentación La misma fuente recoge la dinámica económica provocada por la fundación de ingenios y señala que en-
estilizada construido en La Vega para
residencia de Zoilo García para 1920. tre 1875 y 1882, se fundaron treinta haciendas cañeras en el país.13
Foto Jochi Marichal.
Es entonces cuando surge el neoclasicismo tardío que denominan ecléctico y el estilo que llaman gené-
Eclecticismo clásico de una villa en Gazcue.
Foto Ricardo Briones.
ricamente victoriano: con edificaciones de fantasía con utilización plena de la madera con tejados en

Mansión Presidencial levantada durante planchas metálicas. Las ciudades de Puerto Plata y Montecristi se integraron pronto a esta corriente. Po-
la intervención norteamericana siguiendo un co después irrumpe la tecnología del hormigón armado, que comienza a utilizarse principalmente en San
modelo tradicional. En ese mismo lugar se
construyó el Palacio Nacional. De acuerdo con Pedro de Macorís, Santo Domingo y la Romana. Este material de construcción coexiste durante varias
la relación de Enrique Penson, en su libro
Arquitectura Dominicana 1906-1950, el presi-
décadas con la “mampostería fuerte”, para cuya fábrica se utilizaba el ladrillo o la piedra. Son notables
dente Horacio Vásquez fue el primero que ha- los edificios comerciales fabricados con este material y esta técnica, en todos los pueblos. En La Vega y
bitó la residencia que anteriormente había si-
do sede de la Receptoría General de Aduanas. Santiago impera el ladrillo. En cambio, en La Romana reina la mampostería en piedra.
Fue diseñada alrededor de 1912, apareciendo
Al despuntar el siglo XX muchas ciudades se transformaron. Particular importancia hay que concederle
en los planos la rúbrica del ingeniero W. H.
Balch. La edificación fue levantada en el a la ciudad de Santo Domingo y su Calle Mayor, llamada entonces Separación. Santo Domingo asume
Ensanche Aguedita, donde la Receptoría, auto-
rizada por el Gobierno Dominicano, compró un aire de neoclasicismo ecléctico, imagen que fue transformándose posteriormente al año de 1930,
21,000 M2 . El edificio con su mobiliario fue
cuando un huracán atravesó la urbe destruyéndola parcialmente. Desde entonces los espléndidos teja-
inaugurado en la noche del sábado 27 de ju-
nio de 1914. Horacio Vásquez, fue el primer dos altos, aptos para las construcciones tropicales, desaparecieron del escenario en los barrios residen-
presidente que la habitó. Luego lo harían, en
orden sucesivo Rafael Estrella Ureña y Rafael ciales. Sólo se conservan algunos ejemplares en mal estado que sólo a una minoría le interesa mantener
Trujillo Molina. (Datos de Enrique Penson). como parte de la historia de la ciudad.
Algunos monumentos importantes fueron destruidos en este período. Otros surgieron apuntalando la
memoria histórica y convirtiéndose en agentes de orgullo para las ciudades de la nueva República,
configurando la territorialidad del presente apegados a temas ligados al comercio, la producción y el
transporte por ferrocarril. La transformación, como producto del desarrollo de las comunicaciones, in-
ternacionaliza los modelos urbanos donde surgen suburbios, la ciudad-jardín, conjuntamente con el
eclecticismo victoriano y el hormigón armado. Gazcue es el prototipo.

158|LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD: ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO REPUBLICANOS 1844-1930


La estabilidad económica y política durante las primeras décadas del siglo XX, producto de los acuerdos ne- Importante inmueble construido en la Zona
Colonial atribuida al alarife Andrés Gómez P.
gociados con los Estados Unidos permitió, para el año 1918, lanzar un ambicioso programa de obras públi- Fábrica de hormigón armado y mampostería
con elaborada decoración en la segunda
cas: carreteras; sistema postal; hospitales y escuelas. Más de trescientos locales escolares se construyeron
planta, rematada con un antepecho
en toda la República. En este escenario se integran a la configuración de los centros urbanos importantes fi- sinuoso con pináculos de un fuerte acento
geométrico-gótico. Foto Ricardo Briones.
guras, entre las cuales deben mencionarse varios profesionales de la construcción, que actuaron a finales del
Edificios de hormigón armado dentro de la
siglo XIX, tales como Onofre de Lora y H. Thomasset, quien participa en el trazado de nuevos pueblos y lí- tradición constructiva de los primeros años
del siglo XX con balcones abalaustrados que
neas de hierro en toda la República y quien redactó numerosos informes y un ensayo sobre San Cristóbal
descansan en poderosas ménsulas.
fechado en 1888. Libert Luis Bogaert, quien de alguna manera estuvo vinculado con la figura precedente, Fotos Ramón Paolini.

procedía de Bélgica y fundó una importante familia en Santiago, donde aparece trabajando intensivamente
en la última década del siglo XIX. Thomasset, en cambio, fue un ingeniero civil francés quien tuvo a su cargo
el trazado de La Romana y quien trabajó en la República Dominicana en la tercera década del siglo XIX.
Personaje importante lo fue el ingeniero dominicano Octavio Acevedo Camarena, quien ocupó importan-
tes cargos públicos para el Gobierno Central y varias municipalidades como el Ayuntamiento de San Pe-
dro de Macorís. El ingeniero y arquitecto Alfredo Scaroina, italiano, fue una figura destacada de estos años.
Fue el autor del proyecto para la iglesia del Rosario en Moca, año de 1920. Entre el Ing. Bogaert y Scaroi-
na hubo determinadas diferencias de opinión en relación con la Casa Consistorial de Moca que se labra-
ba para el año de 1906: “El Ayuntamiento de Moca construía para mediados del año de 1906 su Casa
Consistorial, cuya edificación había sido sometida a concurso público, pero durante su erección se notó
que en una parte de su fachada principal se presentaron una serie de grietas que no se podían apreciar
porque habían sido cubiertas con cemento... El Ayuntamiento dispuso dirigirse al contratista (Sr. José Ma.
Michell), significándole que la Corporación tenía conocimiento de que la pared que sostenía el arco princi-
pal del peristilo había sufrido un desperfecto y que por ese motivo, se necesitaría que el ingeniero director
de la obra (Scaroina) comprobara la solidez del edificio como parte del cumplimiento de su deber”.14

160|LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD: ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO REPUBLICANOS 1844-1930 LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD: ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO REPUBLICANOS 1844-1930 |161
Catedral de Santiago, de un acentuado Fundamental resulta Antonio Nechodoma, quien reside en Santo Domingo desde 1908 hasta 1912. Sus
eclecticismo goticista tradicional (revivals).
Fue elaborada en mampostería a finales del primeros trabajos en San Pedro de Macorís los ejecuta asociado con el Ing. Octavio Acevedo Camare-
siglo XIX por el alarife Onofre de Lora, autor na y actuando en todas las obras públicas de aquella ciudad y asesorando en obras de carácter urbano
del templo de la Merced en el Santo Cerro.
Fue sometida a un intenso trabajo de restau- y estructuras de carácter público, como el magnífico edificio del mercado o en la torre de la iglesia ma-
ración y consolidación debido a la debilidad
de sus estructuras. Foto Ricardo Briones.
yor, así como en el programa de edificaciones escolares e importantes residencias en Santo Domingo.
Osvaldo Báez, autor de un proyecto de edificios para la Universidad y cuyas intervenciones se reseñan más
adelante, se destaca frente a una generación de profesionales de alto nivel, cuyas ejecutorias se integran a
otro grupo de profesionales de la construcción, que como veremos en los capítulos siguientes, conforman
un colectivo bajo cuyo magisterio se estructuró la imagen de pueblos y ciudades de nuestro país.
Entre otros, conviene enumerar los siguientes, cuyas biografías breves aparecen en un reciente libro de
Enrique Penson Paulus.15
Andrés Gómez Pintado, autor de la excelente residencia Peynado. Arístides García Mella, quien dise-
ñó el Paseo Presidente Billini. Juan de la Cruz Alfonseca, a quien le atribuyen la residencia De Castro
en la 30 de Marzo. Zoilo García Peña. Constructor en 1914 de Villa Hena en Gazcue. Juan Bautista
Toro. Responsable del Teatro Capitolio y la casa Lepervanche en la Bolívar. Mariano Turull Riera. Quien
trabajó en el antiguo Palacio de los Capitanes Generales. Nicolás Cortina, en San Pedro de Macorís,
Centro Español. Ramón Urgell, con su fachadas eclécticas en la avenida España. Fidel Sevillano, au-
tor de grandes proyectos neoclásicos (Teatro Nacional). José Turull.
Otros constructores de San Pedro de Macorís mencionados por el señalado autor en esta obra repleta de
informaciones son:
Antonio Morey Castañer, constructor, fabricó en 1920 el edificio para el Gran Hotel de San Pedro de
Macorís. Antonio Molineaux Josephs, nacido el 10 de agosto de 1892, ingeniero civil, autor de los pla-
nos del Teatro Restauración en 1923. H. B. Howland, autor del Teatro Colón, Rensselaer, 1912.
El inventario de las obras emblemáticas de este período, estructuras paradigmáticas, debería convertir-
se en un catálogo. Este libro quiere acercarse a este propósito bajo el criterio de que la historia de la ar-
quitectura no se escribe en función de los metros cuadrados construidos, ni de la abundancia de habi-
tantes que se reúnan en determinados lugares. No se trata de problemas cuantitativos sino cualitativos.
Por esto, una sola obra inmobiliaria o un conjunto determinado, bastaría para determinar el carácter em-
blemático para un sitio en el espectro histórico de una determinada región, en cuyo medio se convierte
en un instrumento simbólico, ejemplar.

162|LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD: ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO REPUBLICANOS 1844-1930 LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD: ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO REPUBLICANOS 1844-1930 |163
3.2

Santiago y los pueblos en la ruta del ferrocarril


Los testimonios históricos que se ofrecen sobre la ciudad de Santiago de los Caballeros, aunque limita- Hotel Mercedes de Santiago, edificio que con-
figura la imagen urbana de la segunda ciudad
dos, permiten imaginar una villa cuyo trazado está estrechamente ligado a las tradiciones urbanísticas: de la República. Requiere una restauración
radical para rescatar esta obra paradigmática.
retícula irregular de calles, plaza mayor rodeada de edificios públicos y plazas menores que identifican
En principio el hotel fue diseñado con el
los distritos parroquiales. Un plano de finales del siglo XVIII, cuya toponimia se detalla en francés, facilita nombre de Ritz, apellido de la persona que
fundó la famosa casa de hospedaje parisiense.
apreciar los rasgos señalados: Plan de la Ville de St. Yago, chef-lieu de la Jurisdiction de ce nom dans la Se comenzó la fábrica del edificio, el 1 de sep-
partie ci devant Espagnole de St. Domingue.16 tiembre de 1928 a cargo del constructor
Enrique García Gómez, padre del
Los que han escrito sobre esta villa están de acuerdo en que la plaza mayor de Santiago fue asumien- Arq. Romualdo García Vera. El hotel Mercedes
fue inaugurado el 1 de diciembre de 1929.
do diversas fisonomías en el tiempo. Períodos arbitrarios sobre su desarrollo. Uno de ellos, el arquitec- Foto Onorio Montás.
to Holger Escoto escribió un libro que describe la plaza como: “Un gran espacio abierto flanqueado al
sur por la Iglesia Mayor, al oeste por el edificio del Cabildo y en los lados norte y este probablemente
por edificaciones de carácter residencial, y el pavimento de tierra o piedras”. El sitio original de la pri-
mera fundación aún se conserva, pero en forma precaria. En el actual, los edificios prominentes fueron
víctima de invasiones, guerras, influencias culturales, sismos, y especialmente el fuego durante las gue-
rras de independencia y restauración. En tiempos de la segunda república, aparecen nuevos elemen-
tos en la plaza mayor. Entre éstos, por su importancia, conviene mencionar la nueva iglesia mayor, cu-
yas obras comenzaron en 1868. Paralizados los trabajos, los mismos se reactivaron en 1874 bajo las
órdenes del alarife don Onofre de Lora, quien la terminó para 1895. Para esa época, y ya dentro del es-
píritu romántico, se construye una glorieta y se delimita con una verja metálica la señalada plaza, con-
virtiéndose así en un parque republicano. Este modelo fue el mismo que poco a poco fue aplicándose
en todas las plazas de armas o plazas mayores en todos los pueblos y ciudades de la república.17
Campillo Pérez, refiriéndose a lo que él llamaba la tercera fundación de la villa, describe la plaza mayor
de esta manera:
“En cuanto a la plaza mayor (hoy Parque Duarte), allá, en tiempo de la Colonia, había alrededor de la
misma plaza, el Cabildo, la Cárcel y el Hospital de los Pobres, así como la capilla del Carmen y la Pa-

LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD: ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO REPUBLICANOS 1844-1930 |165


Santiago: Conjunto de detalles en inmuebles Santiago: Casas de galerías frontales
residenciales y comerciales. Las puertas con tejados en fuerte pendiente. Se trata de
y sus tragaluces calados, algunos inmuebles de carácter urbano siguiendo un
ostentando monogramas y vitrales. modelo popularizado desde finales del siglo
Fotos Ricardo Briones. XIX, de tradición carpinteril, con detalles de
hormigón armado. Fotos Ricardo Briones.

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rroquial, esta última con dimensiones más reducidas que las que hoy conocemos pertenecientes a la Plano de la Villa de Santiago, obtenido gracias
a las diligencias del Ing. Amauri Cestari y
Catedral de Santiago Apóstol. De ahí que la reconstrucción de 1851, para su mayor ampliación, se tu- Laura Faxas en el Archivo Nacional de Francia.
Aprovechamos para dejar constancia de
vo que comprar o permutar terrenos a particulares, como ocurrió con un propietario vecino al templo,
nuestro agradecimiento. La descripción
don Román Santiago Franco Bidó, General de la República”.18 en idioma francés y los detalles de la
Plaza Mayor o Plaza de Armas determinan
El Palacio Consistorial se inauguró el 16 de agosto de 1897: “El Ayuntamiento, indeciso acerca de a la época de su confección.
quién otorgarle los planos y construcción de la obra, decidió, para dejar cubierta su responsabilidad, Santiago: pintoresco quiosco del parque
creado en la Plaza de Armas convertida en
confiar la dirección a una persona de reconocida competencia, y al efecto se eligió Luis L. Bogaert res-
parque republicano. Foto Ricardo Briones.
pecto a la contratación de la referida fábrica”.19
Santiago: Portal neoclásico y torre del reloj en
Santiago fue asumiendo el carácter de segunda ciudad de la república, estación y destino de un ferrocarril la colina de la fortaleza. Foto Ricardo Briones.

desde cuyos vagones podían apreciarse las casas grandes de las haciendas entre Moca y San Francisco
de Macorís, interesantes modelos de verdadera arquitectura dominicana, cuyas tipologías republicanas es-

tán ligadas con el arte de la carpintería industrial. Así son ciertas casas que encantan al viajero casual en la
comunidad de Pimentel, estación del ferrocarril donde una pequeña calle se convierte en una destacada
muestra de artesanía carpinteril. Rozando lo popular, hermosas casas urbanas construidas hace tiempo por
el Maestro Brens, constituyeron eslabones importantes en la evolución de la arquitectura dominicana.
Los ferrocarriles del norte funcionaban todavía para 1914, fecha esta que coincide con la visita de un
viajero que investigaba el potencial turístico de nuestro país y quien visitó todas las regiones de la is-
la comentando sus recursos, entre ellos sus malos caminos que sólo pueden ser recorridos con difi-
cultad: “Todos estos caminos principales han sido utilizados por cuatrocientos años, o más, sin ningún

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cambio ni mejora, y el camino a Azua era la ruta principal seguida por los conquistadores españoles Palacio Municipal, construido a finales del
siglo XIX. Se trata de un edificio de fuerte
y por sus recuas cargadas de oro de las minas, pero el que escoja viajar por tierra debe tener osadía presencia, una llamativa estructura, y una
composición dominante. Foto Ricardo
en abundancia, debe ser muy buen jinete y debe salir con determinación y optimismo –lo necesitará
Briones.
todo antes de llegar a su destino”.20
Santiago: Farmacia tradicional con detalles
El mismo autor señala que existen dos líneas principales: la que va de la bahía de Samaná a la Vega “des- de fina artesanía. Foto Ricardo Briones.

de Sánchez a las afuera de La Vega, donde conecta con el Ferrocarril Central Dominicano“ que pasa por Santiago: Edificio bancario con detalles neo-
clásicos y apliques prefabricados de inicios
Moca, Santiago hasta Puerto Plata y señala además que hay otras líneas proyectadas y en construcción: del siglo XX. Diseño de Fidel Sevillano.
Foto Ricardo Briones.
“Una de estas líneas partiendo desde Macorís recorre una gran distancia en el interior, siguiendo el valle del
Río Higuamo. Otro camino de caña conduce desde La Romana al distrito de El Seybo, mientras otro con-
duce desde Azua a los vastos campos de caña del área. El ferrocarril que viaja de Sánchez a La Vega lle-
va uno a través de la magnífica Vega Real y ofrece una espléndida vista del interior más llano y abierto. Es-

te fue el primer ferrocarril de vapor de la isla, y la concesión fue otorgada originalmente a Norteamérica en
1882. Al año siguiente fue cedido a un escocés, el Sr. Alexander Baird, quien, con su propia fortuna, com-
pletó el trabajo. Para construir esta ruta fue necesario rellenar y construir un lecho de vía a través de un
manglar de diez millas, así como la construcción de un puerto en la pequeña aldea de Las Canitas (sic),
ahora conocida como Sánchez, una ciudad que prácticamente depende del ferrocarril y de su comercio”.21
El viajero se deleita describiendo los paisajes del Ferrocarril Central Dominicano de Puerto Plata-Santia-
go construido por ingenieros belgas que emplearon un sistema de rieles con dientes para las fuertes
pendientes que atravesaban la cordillera del norte y consideraban que esta ruta es un camino cosmo-

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Sánchez: Zona del puerto y andenes Sánchez: Casa construida de madera; sótano;
del ferrocarril; junto al edificio de la aduana. y galería perimetral sobreelevada.
Todos en un lamentable estado de abandono. Foto Ramón Paolini
Fotos Ramón Paolini.
Moca: Palacio de la Gobernación, con pórtico
Sánchez: Pequeña estructura de iglesia de neoclásico; con proporciones discutibles y
madera con techos de planchas metálicas; frontón. Foto Ricardo Briones.
pórtico poligonal y torrecilla-campanario.
Sánchez: Calle con algunas casas tradicionales
Foto Ricardo Briones.
de madera, de carácter vernacular.
Arquitectura de maestros constructores,
carpinteros anglo antillanos, con buhardillas
para controlar las temperaturas tropicales.
Foto Ramón Paolini.

172|LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD: ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO REPUBLICANOS 1844-1930 LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD: ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO REPUBLICANOS 1844-1930 |173
Santiago: edificio comercial típico de polita, “ya que fue financiado por los holandeses, en parte construido por los belgas, es propiedad de zan de vez en cuando por el pequeño puente ferrocarrilero abandonado que conduce a un destartalado edi- La Vega: detalles con relieves.
mampostería y hormigón de una y dos El friso del entablamento está decorado con
plantas. Se trata de un modelo repetido los dominicanos y es operado por norteamericanos. El equipo rodante es norteamericano, las estacio- ficio en la zona portuaria de Sánchez. Por ese camino, al cruzar una cañada pintoresca, se llega a la vieja es- una greca sinuosa. El tema de la lira llena el
que se da con características firmes en tímpano creado por las arquerías trilobulares
nes y edificios son belgas y los puentes son ingleses”.22 tación del ferrocarril. El edificio en cuestión es como un impresionante museo abandonado. Los elementos
muchos lugares de la isla. Las puertas acentuadas por salientes puntiagudos termi-
ostentan herrería de forja. necesarios para dar una idea de lo que fue la terminal de la vía férrea, pueden estar allí dispersos. No obs- nados en capullo. Foto Jochi Marichal.
Ambas hojas abren hacia fuera.
Foto Ricardo Briones. Sánchez, La Vega, Moca tante, la atmósfera es absolutamente auténtica. En el exterior, distintos inmuebles complementan un entor- Modelo de establecimiento comercial con
pilastras –entablamento– antepecho y puertas
Hermosa casa de madera en calle Cuba, Otros pueblos de la ruta del ferrocarril fueron estudiados y convertidos en importantes ensayos por un no adecuado: la aduana; la boletería y sala de espera; y una que otra tienda de provisiones en desuso. resaltadas por un marco sobresaliente
frente al parque Colón, Santiago. –arco rebajado– cornisa. El modelo aparece
grupo de estudiantes de término de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Nacional Pedro Henrí- En cuanto a La Vega, un estudio de la Arq. Linda María Roca destaca la llegada del ferrocarril Samaná-
Foto Ricardo Briones. particularmente en La Vega, Santiago,

Edificio de singular volumen aislado quez Ureña. Cito por ejemplo el de María del Carmen Columna y Carmen Amelia de Castro, quienes ana- Santiago, hecho ocurrido en el año de 1886. El acontecimiento provoca un dinamismo comercial, un de- hasta en Cabo Haitiano. Foto Jochi Marichal.

en Moca, de estilo neoclásico. sarrollo en gran escala que se refleja en nuevos edificios para alojar tiendas y comercios, así como vivien- Clínica Santa Ana, hoy Dr. Alfonseca.
lizaron el puerto de Sánchez (que fue objeto de un artículo nuestro). El ensayo señalaba que las depre-
Foto Jochi Marichal. Eclecticismo de principios de siglo,
siones económicas de 1921 y 1930, unidas a la inauguración de la carretera Duarte en 1922, se conju- das que densifican un marco urbano hasta entonces más bien aldeano. Es para 1910, el 5 de agosto, de elaborada artesanía y prominente
ornamentación. El violinado horizontal
garon hundiendo al pueblo de Sánchez en una crisis que no ha sido capaz de superar. Esta carretera que se inaugura el teatro La Progresista, construido por la sociedad del mismo nombre.
sustenta la composición.
construida durante la Ocupación Americana 1916-1924, modificó los sistemas de transportación. Esta Moca fue a su vez debidamente estudiada por los arquitectos Acosta y Vincitore, a fin de identificar ca- Foto Ricardo Briones.

progresiva decadencia culminó con la quiebra de la compañía escocesa Santiago-Samaná Railway Com- da una de las edificaciones de importancia en el centro histórico. Los antecedentes de la ciudad de Mo-

pany. Hasta hace pocos años quedaban en pie numerosos testimonios de aquel importante lugar. ca retrotraen nuestra perspectiva en el tiempo. Diversos acontecimientos de importancia para la Repú-
De excepcional interés resulta el edificio de la Aduana. Asoma su silueta rectangular en medio del espacio. blica tienen lugar en aquella ciudad, tanto del período de la Independencia como en el de la Restaura-
Su planta baja servía como depósito, impecablemente anónima. Sin embargo, los altos se convierten en un ción. Acontecimientos históricos durante el gobierno de Buenaventura Báez y el ajusticiamiento del pre-
canto gregoriano cuya monotonía constituye un todo armónico y sincero. La galería perimetral que la circun- sidente Ulises Heureaux, el 26 de julio de 1899. En 1907 inicia el funcionamiento del ferrocarril de La Ve-
da es como un despojo de brisa. En verdad llama, atrae y tonifica. El contraste entre ambos pisos super- ga-Santiago y las figuras del general Ramón Cáceres y Horacio Vásquez mantienen en el primer plano
puestos constituye un espléndido contrasentido que la imaginación complementa con una multitud de adi- de la actividad republicana a este centro urbano que poco a poco va creciendo en importancia. La ter-
tamentos inexistentes, pero que uno quisiera que allí estuvieran: escaleras, lluvia, mecedoras, y seres huma- minación de la guerra mundial en 1918 y el impresionante aumento de los precios de las materias pri-
nos de otras épocas. Forzando la realidad puede inaugurarse en aquella estructura un museo del mar, un mas, particularmente el azúcar, el tabaco, el cacao y el café, se reflejan en esta región dinamizando el
museo de desperdicios, perfiles de hierro, escoceses de avaricia, franceses inmigrantes y dominicanos au- comercio de tal manera que en mayo de 1922 pudo inaugurarse la carretera Duarte que, desde Santo
sentes. Turistas anónimos, descubridores de paisajes recónditos y curiosos visitantes circunstanciales, cru- Domingo hasta Santiago, la cual enlazaba las poblaciones de Bonao, La Vega y Moca.

174|LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD: ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO REPUBLICANOS 1844-1930 LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD: ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO REPUBLICANOS 1844-1930 |175
Puerto Plata Puerto Plata. Faro metálico instalado en sep-
tiembre de 1879. Es el único en su género en
Puerto Plata fue, en cambio, dibujada en blanco y negro. Nadie puede sustraerse al encanto de la arqui- el país y de los pocos existentes en América.
Fue construido por la Compañía Robert Hills
tectura antillana de aquel lugar. Escribimos unas notas que fueron publicadas en 1981 con el título “Diá- and Son y R. Deeley and Co. New York, en la
logo en tinta con la Ciudad de la Plata”. Allí decíamos que la villa de la plata emerge en los antiguos tiem- época de la efervescencia de la industrializa-
ción. Su construcción de hierro fundido con
pos. Después desaparece en aquel horizonte que llaman la banda norte, reapareciendo en tiempos de ocho columnas tubulares estriadas octagona-
les, con un capitel dórico-romano, dispuestas
la República. Casi puede decirse que no fue colonia aquel puerto del Atlántico, aquella fortaleza. Efecti- en cinco niveles, rematado por una cupulita
vamente, al visitarla, el difícil recorrido, agreste y desinformado, urbanísticamente inconforme, transcurre gallonada. El equipo de trabajo estuvo integra-
do por los arquitectos Pilar Contín, Teódulo
entre maderas desprendidas, ignorantes del futuro, aunque llenas de esperanzas. Blanchard, Japonesa Capellán, Nerva Fondeur,
la arqueóloga Martha Roquel Aquino. Los tra-
Las buhardillas parecen ilógicas en el trópico. Sólo sirven para almacenar calor. Deberían ser aptas para
bajos fueron realizados por la empresa meta-
un proyecto energético, de esos experimentales que hoy se ponen en marcha por doquier. Sin embar- lúrgica Metaldom. Foto Ricardo Briones.

go, es el temor a la energía acumulada, una configuración secreta de la materia, una expansión de la for- Puerto Plata. Glorieta de la plaza principal
de la ciudad. Foto Ricardo Briones.
ma lo que las delata. Por esto las buhardillas se comunican siempre con el exterior. Para esto, los car-
Reconstruida galería con baldosas de cemento
pinteros victorianos, esos que levantaron la ciudad que admiramos, inmigrantes inventariados por el doc- coloreado y balconada en hierro fundido.
Foto Ricardo Briones.
tor Puig, fabricaron, casi puede decirse, que inventaron, unas celosías que asumen un importante rol or-
Imagen reciente del edifcio terminal
namental en la arquitectura de allí. Las celosías de las buhardillas imitan los fantasmas, presumen de ser de la línea de ferrocarriles de Puerto Plata,
como otra planta de la casa. Se convierten en ventanas con cristales. Pero su papel fundamental con- construída íntegramente de láminas metálicas
importadas. Foto Jorge Marte.
siste en ser como las chimeneas, que expulsan aire después de sufrir el fuego, en nuestro caso el me-
diodía del tejado metálico caliente.
Algunos de esos adornos de la arquitectura puertoplateña son de hierro. Ménsulas que se enroscan en
sí mismas y se suceden a lo largo de un alero. Enverjados con encajes, fluidos y florales, cortesanos co-
mo el rococó importando de una Francia lejana. Llamadores, goznes, cerraduras, bisagras y portalones
como el de la logia añeja de secretos. Hierros forjados por manos callosas o fundidos por la industria ex-
tranjera y embarcadas en galeones desde Inglaterra. Pero el mayor de los encantos lo constituyen los

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Puerto Plata. Estructuras de hormigón y balcones. Aún recuerdo, hace ya años, un día en que la curiosidad del doctor Puig se juntó con la mía y
madera con balcones corridos a lo largo de
las fachadas. Foto Ricardo Briones. hablamos de galerías; de balaustradas torneadas en madera. Puerto Plata es la ciudad de los balcones.
Puerto Plata. Cuartel de bomberos con torres Para María Ugarte la ciudad de Puerto Plata se manifiesta plenamente en su Parque Central que fue su
simétricas en los extremos del conjunto.
Plaza Mayor. Los 14 edificios que lo circundan fueron en su mayoría construidos entre los años 1874 y
Ostenta el año de su construcción 1930.
Foto Ricardo Briones. 1920 y muchos de ellos son ejemplos característicos del estilo victoriano adaptado al medio tropical. Uno
Puerto Plata. Conjunto de edificaciones que de sus constructores fue un puertorriqueño de nombre Monserrate. En una esquina se encuentra uno de
caracterizan el centro histórico. El Palacio
municipal, marcadamente neoclásico con los edificios más importantes: el Club del Comercio, cuya parte principal se construyó en 1897 y el ane-
pilastras acanaladas y arcadas superpuestas
xo que lo amplía en 1925. El Ayuntamiento, obra levantada en los años 1898 y 1899, es un ejemplo del
y el pintoresco edificio de tres niveles
de La Fe en el Porvenir. Foto Ricardo Briones. neoclasicismo ecléctico. Construido en mampostería, tiene doble arcada sobria y armoniosa. Junto al
Ayuntamiento está la única casa de tres plantas que existe alrededor del parque. El lado sur del parque
está ocupado totalmente por la Iglesia Parroquial y la Casa Curial.
Probablemente el estudio más profundo de los constructores de la República haya sido hecho sobre
Puerto Plata.23 Aunque limitado a aquella localidad, se elaboró un detallado inventario de los construc-
tores de finales del siglo XIX y gran parte del siglo XX en que se destacan personajes como Roderik Art-
hur (1849-1941), a quien llama “el principal artífice de las casas victorianas de Puerto Plata”; José M. Co-
dina, arquitecto o maestro constructor español; José Madera, puertorriqueño, quien llegó a Puerto Pla-
ta en 1902; Abraham Lewis, jamaiquino, a quien llaman “Mister Lui”; etc. Un apéndice del trabajo del
doctor Puig enumera los carpinteros, ebanistas, albañiles, pintores y oficiales de construcción entre 1870
y 1920. En esa relación aparecen distintas nacionalidades junto con la gran mayoría dominicana: Turks
Islands; daneses de Saint Thomas; franceses de las Antillas; holandeses de Curazao; españoles; puer-
torriqueños; ingleses; venezolanos y haitianos. Estas migraciones, una especie de tráfico de estilos y pro-
fesionales de la construcción, han existido siempre entre las islas antillanas.

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Puerto Plata. Vivienda de carpintería de Casa típica de la arquitectura antillana de
tabloncillos con galerías adinteladas Puerto Plata, cuya tradición carpinteril creó
descansando sobre columnas de hormigón. un centro histórico peculiar con multitud
Foto Ricardo Briones. de modelos con una raíz común en toda la
región. Foto Ricardo Briones
Puerto Plata. Importante edificio construído
en madera y zinc extranjeros, inaugurado en el Casona de Sabana de la Mar,
1897 para alojar al Club del Comercio, desta- recientemente incorporada al catálogo
cada institución puertoplatense fundada en nacional de monumentos (2008).
el 1874 por, entre otros ilustres ciudadanos, Foto Secretaría de Estado de Cultura.
Don Segundo Imbert. La estructura,
Montecristi. Modelos de viviendas que
ubicada en la calle Beller frente al Parque
configuran el centro histórico. Llama
Independencia, fue diseñada específicamente
la atención la dinámica de los tejados
para alojar al club, y fue ampliada en el 1925,
gingerbread en planchas metálicas
como se puede notar a la derecha en la ima-
que permiten crear espacios altos
gen. Foto Ricardo Briones.
que se destinan a usos diversos.
Pequeña y ornamentada vivienda de Foto Ricardo Briones.
mampostería y hormigón adornada con
figuras premoldeadas que cubren las superfi-
cies murales y los contramarcos de puertas
con celosías y antepechos con protuberancias
exageradas. Foto Ricardo Briones.

180|LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD: ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO REPUBLICANOS 1844-1930 LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD: ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO REPUBLICANOS 1844-1930 |181
3.3

Repoblación de Montecristi y nuevas poblaciones en la zona oriental


La región de Montecristi, identificada desde el Descubrimiento por sus características geográficas, no ad- Montecristi. Torre metálica del reloj público
adquirido en Francia en 1895.
quiere perfiles urbanos hasta bien entrada la era republicana. Las crónicas señalan las debilidades que fue- Foto Ricardo Briones.

ron afectando esta zona hasta la época denominada “de las Devastaciones”. De ahí en adelante la despo- Proyecto de la villa de Dajabón, cuya traza
cuadriculada resulta similar a otras de la
blación fue mayor y no es hasta finales del siglo XIX cuando se consolida la estructura urbanística en la que
misma época y de la misma fuente. Su impor-
la ciudad principal de esa bien llamada colonización interior lo fue la de San Fernando, refundada para 1751. tancia regional es el resultado de estar situada
en el cruce de los caminos principales entre la
La Academia Dominicana de la Historia y el Archivo General de la Nación han publicado en estos días colonia española y la francesa.

una obra sobre la colonización de la frontera, que aborda las políticas de refundación de pueblos a lo lar-
go de la línea entre las colonias francesa y española de la isla. En la misma se analizan la dinámica mi-
gratoria y la territorialización en la banda norte-central y sur, abarcando nuevos pueblos como Dajabón
(1740); Neiba ( ); Bánica (1664); Las Caobas (1704); Hincha (1704); San Miguel (1768); San Rafael (1761),
producto de las políticas puestas en marcha.24
El autor González Hernández demuestra que la colonización en la frontera, su repoblación, se llevó a ca-
bo en base a un proceso continuo de inmigración canaria. Durante varias décadas, y ya desde principios
del siglo XVIII, se hablaba de la reconstrucción de los puertos del norte, particularmente Puerto Plata y
Montecristi. Francisco Rubio Peñaranda, gobernador y capitán general a partir del 20 de agosto de 1751,
ratificaba la importancia de esta política en sus correspondencias a la Corona:
“El gobernador expresó en enero de 1752 que la fundación había comenzado. Remitió plano de ella.
En él muestra el orden y la regularidad de las calles tiradas a cordel, la arboleda a su entrada y salida
para esparcimiento de los vecinos, la plaza y los bohíos. Precisa que había destinado 39 familias isle-
ñas “para mayor dique a los franceses” y que éstas habían llegado el mismo día de San Fernando, ha-
biéndoles posibilitado antes párrocos y ornamentos en la iglesia para su culto”.25
Un plano elaborado por el Ing. Elpidio Ortega,26 desarrollado entre 1860 y 1935, determina el área históri-
ca. La propuesta se fundamenta en una clasificación e inventario de inmuebles donde registra más de 300
unidades. El mismo autor clasifica este inventario en 15 categorías,27 entre las que deben destacarse las

LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD: ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO REPUBLICANOS 1844-1930 |183


Montecristi. Casas tradicionales con de influencia vernácula (9 categorías); las de influencia modernista (bungalow, pradera y estilo moderno); y
pintorescos detalles propios de las islas cuya
influencia se da en toda la región llevada y desde luego los inmuebles de rasgos eclécticos y victorianos.
traída por artesanos inmigrantes anglo o
Tanto en Montecristi como en los pueblos de la ruta del ferrocarril, un rasgo que llama la atención son las
franco antillanos. Fotos Ricardo Briones.
transformaciones que sufren sus espacios públicos. La vieja plaza de armas de las villas coloniales refugiadas
Montecristi. Detalle de galería de una
casa-vivienda donde se utiliza la tecnología en la plaza mayor de la urbanística española, con un fuerte carácter castrense, lugar de reuniones cívicas pa-
mixta de los albañiles del hormigón armado y
los carpinteros victorianos provenientes de ra la leer bandos y proclamar revoluciones, se transforma en jardines con un fuerte acento paisajístico, regu-
distintas culturas e influencias de los grandes
lados geométricamente por jardineras o parterres con paseos arbolados. En el centro de aquella simetría de
centros europeos, en muchos casos prefabri-
cadas e importadas. Foto Ricardo Briones. líneas perpendiculares o diagonales, era habitual construir una glorieta, estructura con fuerte acento ornamen-
tal, donde se ratificaba el espíritu del victoriano inglés, o la semblanza del romanticismo francés. Estas glorie-
tas han desaparecido en muchos lugares. Sin embargo, en Montecristi se levantó una torre de acero con un
reloj en la cúspide y, sin tomar en cuenta su valor arquitectónico, constituye un elemento identificador, el más

importante desde el punto de vista urbanístico: “El reloj público, de estilo victoriano, montado en una hermo-
sa estructura metálica, fue traído de Francia en 1895, comprado por iniciativa de Benigno Conde, contable
de la Casa Comercial, oriundo de Venezuela, que propuso la idea de comprar el reloj al Ayuntamiento y fue
aprobada. En Francia había estado instalado en San Germán y fue reparado para venderlo a Montecristi. El
que gestionó la compra en París fue don Toribio García”.28 También hubo una locomotora que comienza a
rodar en el año de 1875 y, desde luego, había una plaza que tenía su glorieta, llamada Plaza de la Concordia
y construida en 1925: La glorieta fue desmantelada en 1943 para colocar un busto de Trujillo. Este lugar ser-
vía también de mercado público, lo que la convertía prácticamente en el centro de aquella localidad.

184|LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD: ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO REPUBLICANOS 1844-1930 LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD: ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO REPUBLICANOS 1844-1930 |185
Montecristi. Casas tradicionales de la ciudad Naturalmente, Montecristi es inseparable de las figuras de Máximo Gómez, José Martí y Antonio Maceo, ción de la iglesia actual que, conjuntamente con el Santuario de Bayaguana y el Santuario de Higüey, son los Almacén de mayoristas en Moca.
de Montecristi utilizadas como viviendas o Foto Jochi Marichal.
locales comerciales. Foto Ricardo Briones. héroes todos de la independencia cubana. tres lugares de peregrinación y turismo religioso más importantes del país. El nuevo templo fue levantado en
Pintoresca ermita de Copey, en la recta de
La arquitectura victoriana fue el motivo de un ensayo que titulamos “Museo romántico del pasado que ladrillos tomados en parte de las ruinas de la primitiva ciudad de La Concepción de La Vega, al pie de dicho Montecristi a Dajabón. A pesar de su mal
estado de conservación, particularmente la
ya murió”. El mismo comenzaba señalando que la plaza ha sido el rostro y el alma de cada tiempo his- cerro. El director de la obra lo fue el alarife Onofre de Lora, figura sobresaliente de la arquitectura dominicana
torre-campanario, la misma llama la atención
tórico y de cada tiempo social. Esta declaración es como una proclama repetida por historiadores, so- del siglo XIX, a quien le tocó intervenir en muchas de las obras llevadas a cabo en aquella región. de los viajeros en esa ruta de tránsito
obligado entre esos pueblos de la costa
ciólogos y urbanistas. Con certidumbre podemos confirmar que, efectivamente, la plaza es un espacio De acuerdo con una carta dirigida en 1888 por el mismo Onofre de Lora al presbítero Carlos Nouel, se que- noroeste de la isla. Foto Ricardo Briones.

urbano particularmente sensible a los cambios en el tiempo. La apariencia que adoptan en el período de jaba de las injusticias que fueron cometidas con él durante la construcción del nuevo templo. La iglesia en
transición entre el siglo XIX y el XX constituye una armoniosa alegoría en la cual un “quiosco” central apa- cuestión es un edificio de tres naves, la central cubierta por una bóveda de medio cañón. Arquerías de per-
rece como elemento dominante del conjunto. Una modalidad que utilizó fórmulas estéticas de aquí y de fil ojival contrastan con los semicirculares, especialmente en el interior. En el crucero, los triángulos esféri-
allí, trasladando modelos a miles de kilómetros de sus lugares de origen, interpretando en materiales in- cos de las pechinas esquineras descansan sobre cuatro grandes pilares, sirviendo así a su tradicional com-
dustriales, como el hierro, y estilos artísticos del pasado. Las plazas militares coloniales se convirtieron promiso estructural de crear en el transepto el tránsito del cuadrado del suelo al círculo base de la cúpula
en pequeños bosques paradisíacos; lugares de animación e intercambio social. Quiosco y glorieta se le- que se eleva adornada por ocho ventanas en simetría radial y un esbelto lucernario. Exteriormente esta cú-
vantan en los parques urbanos justamente en las encrucijadas de los paseos. El primero es de origen pula se manifiesta como si se tratara de una bóveda gallonada. Hastiales repiten el tema de los frontones
oriental. El vocablo es turco, y significa mirador. Es como un adorno. Su estilo adopta el vocabulario mu- de las cabeceras exteriores del crucero. Una torre en campanario se eleva lateralmente junto al presbiterio.
sulmán, como lo son muchos arquetipos creados por el arte victoriano en hierro fundido o en madera, La fachada, en tres cuerpos verticales separados por contrafuertes, manifiesta detalles más bien neoclási-
estructuras levantadas por carpinteros de buen gusto. Las glorietas, en cambio, recrean modelos clási- cos. La composición de la misma adolece de una franca e incoherente organización.
cos de origen romano o renacentista.
San Pedro de Macorís
El Santo Cerro Al cruzar la cordillera Central, los caminos conducen a la región oriental donde creció la ciudad de San
En camino hacia la costa sur y del este, al cruzar por el Santo Cerro,29 el mayor centro de peregrinación de Pedro de Macorís, donde nos tropezamos con otro templo que caracteriza esta ciudad de madera,
la región central-norte o Cibao, su iglesia centenaria nos llama la atención. Originalmente se construyó allí una mampostería y hormigón armado.30 El lugar fue un antiguo paraje señalado documentalmente en 1785
ermita. Aquel centro de culto mariano se mantuvo aún después de quedar destruida la ciudad de La Con- por Antonio Sánchez Valverde y en 1808 por Lemonier de la Fose. Se convierte en sección ya para 1815,
cepción con el terremoto de diciembre de 1562. En el gobierno de Ulises Heureaux se ordena la construc- jurisdicción del Seibo, y para 1882 obtiene título de Distrito Marítimo y en esta misma fecha se instalan

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San Pedro de Macorís. Serie de edificios los ingenios Consuelo, Cristóbal Colón, Santa Fe y Puerto Rico. El primero fue el Angelina, en 1876. Evi- tintas naciones y antillanos que un autor denomina barloventinos-sotaventinos.31 Estos inmigrantes vuel- El Gran Hotel fabricado por un mallorquín
construidos al despuntar el siglo XX llamado Antonio Morey Castañer para 1916.
entre los que se destaca el de los Bomberos, dentemente la tradición motivó a las autoridades locales a programar la construcción de un templo de can su éxito en construcciones representativas, como el edificio Armenteros; el Morey; el eclecticismo Foto Ricardo Briones.
cuya torre está coronada por una glorieta.
importancia. El gótico de la iglesia de San Pedro Apóstol es un híbrido con valor extrínseco, más bien ur- musulmán del Casasnovas; el edificio del Cuerpo de Bomberos, notable en su apariencia y en su con- Una ermita rural en el ingenio Angelina.
Fotos Ricardo Briones.
Foto Gustavo Luis Moré.
banístico, porque sin duda logró convertirse en el edificio más vistoso y más alto de la ciudad. El urba- servación; así como el crecimiento urbano de la periferia y el centro con su plaza-parque de recreo.
Vivienda en las instalaciones para empleados
nista decidió colocar el monumento frente al mar, en la desembocadura del río Higuamo, junto al puer- Cierto inmueble de la ciudad de San Pedro de Macorís, ejemplar modelo de carpintería del victoriano32 de administrativos del Central Romana
to. Una gran plaza se encargaría de conservar el valor espacial de esta iglesia mayor. El hormigón arma- Corporation, típico ejemplar del modelo usado
las Antillas, sorprende al visitante curioso que se acerca a su pequeño patio donde se levanta un pabellón
tan frecuentemente en otros enclaves
do es talvez la característica predominante en la arquitectura de San Pedro de Macorís. Es en este no- pintoresco. El Pabellón de Té, como le llaman, fue concebido en un victoriano tardío, probablemente inspi- azucareros del país. Foto Lowell Whipple.

vedoso material con el que se construye el templo. Las armaduras interiores de hierro han sufrido un nor- rado en construcciones angloantillanas. Sobre una planta cuadrangular, se eleva un volumen cúbico ence-
mal proceso de oxidación, provocando fisuras peligrosas en una de las naves laterales, así como en gár- rrado por una fina rejilla de elementos diagonales de madera. La cubierta, volada al igual que en la casa,
golas, molduras, florones y penachos. También en los perfiles de algunas ventanas, parteluces y detalles circunda un espacio perimetral o galería abierta donde el acento ornamental proviene de las cresterías col-
interiores. gantes que a modo de encajes adornan las aristas del borde del tejado. Este adorno, muy propio de la ar-
La historia urbana de San Pedro de Macorís es la historia de los ingenios y la historia de los pescadores, quitectura victoriana, podría describirse como una fantasía de formas cuya gramática particular tiene infini-
la explotación del azúcar y del mar. Un caballero muy famoso entre los macorisanos fue don Juan A. tas combinaciones.
Amechazurra, a quien se reconoce como el propulsor de la industria azucarera en la región. Era cubano
y visitó a San Pedro de Macorís por primera vez en 1876. García Lluberes, el historiador, cita la descrip- La Romana
ción de Schomburgh, hecha a mediados del siglo XIX, donde habla de aquel “puerto de Macorís”, por el La historia de La Romana ha sido relatada por Vetilio Alfau Durán con las siguientes palabras: “La noti-
nombre del río junto al cual se levantaron los pequeños caseríos que se denominaron “Mosquito” en el cia más antigua que tenemos del pueblo de La Romana, o sea, de la existencia de su caserío, la ofrece
lugar de la actual ciudad; y “Sol”, en el lugar que llaman Punta. Según García Lluberes, el nombre com- Sir Robert H. Schomburgh, en su importante reseña de los principales puertos y puntos de anclaje de
puesto de San Pedro de Macorís aparece por primera vez en un documento del 9 de agosto de 1858, las costas de la República Dominicana. El sabio naturalista alemán que durante una década residió en el
año quince de la Patria. país como cónsul de Inglaterra acreditado ante nuestro Gobierno, estuvo en el lugar en junio de 1852, y
La inmigración acompañó el progreso de esta ciudad desde su fundación. Para 1920, el censo registra- escribió ahí: “El pequeño pueblo de La Romana está situado sobre el cerro que domina el río hacia la ri-
ba unos 38,600 habitantes entre los cuales había más de diez mil extranjeros con una composición ét- bera derecha y oeste; la subida es rápida y muy incómoda...”33 “El terreno que comprende el ejido de la
nica que variaba en sus registros, muchos de ellos procedentes de Puerto Rico, hasta europeos de dis- ciudad de La Romana, alcanza a la cantidad de dos caballerías más ochenta y cuatro tareas, el cual pa-

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La Romana. Frente al parque central del traza- só a ser propiedad municipal por donación que hicieron en 1897 los propietarios Ulises Heureaux, Pre-
do urbanístico se levanta la iglesia mayor,
fábrica de mampostería de piedra vista como sidente de la República, Andrés Beras, Agustín Pérez Montás, Juan Bautista Morel y Miguel Febles; te-
muchas de las edificaciones originales de esta
rrenos que están comprendidos en el sitio denominado Chabón Abajo, y los cuales fueron mensurados
ciudad. Postal antigua.
en el años 1883 por los agrimensores públicos señores Gerardo Jansen y Domingo Morcelo”.34 El vene-
San Pedro de Macorís. Ya para 1910 se levan-
taba la estructura del templo mayor bajo la di- rable historiador continúa su relato señalando que “en mayo de 1907, se dio comienzo a la construcción
rección del arquitecto A. Nechodoma y con el
concurso de una Junta de Fábrica. Para 1914 del muelle y de los edificios de la Aduana, la cual estuvo a cargo del ingeniero Eduardo García. El 19 de
estaba lista la fachada y la torre, de acuerdo
marzo de 1914 quedó instalado el faro en la margen izquierda de la entrada del puerto, siendo el prime-
con relato del Ing. Enrique Penson. Para 1918
intervino el arquitecto Scaroina, quien preparó ro de su clase montado en nuestras costas.”35 Los planos urbanísticos de La Romana fueron confeccio-
los planos de la bóveda. Foto Ricardo Briones.
nados por el Ing. Thomasset, el mismo que aparece trabajando en Santo Domingo, San Cristóbal, El Sei-
Interior de la Iglesia de San Pedro Apóstol,
obra de hormigón armado iniciada para 1905 bo y en el Cibao.
con planta de tres naves, la central cubierta
por una bóveda que se prolonga hasta el
presbiterio donde se convierte en una media
cúpula. Foto Jochi Marichal.

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3.4

Los pueblos del sur y la ruta del oeste


El sur se inicia en Santo Domingo y sigue a través de San Cristóbal; Baní; Azua; San Juan; Neiba y Ba- San Cristóbal. Antigua iglesia parroquial
con torre exenta y tejados con faldones
rahona. La transformación está asociada estrechamente al período pre-republicano. Poco se conoce que descansan sobre muros de mampostería.
La estructura se levanta en la cara norte
acerca de los constructores y arquitectos.36 Ha quedado, sin embargo, el resultado de su trabajo: los
de la plaza mayor donde se construyeron
edificios y las casas; calles y plazas. La arquitectura y el urbanismo permanecen como testimonio vivo. los edificios del poder municipal y otros
representativos de las funciones públicas.
Los autores en cambio se olvidan. No puede hablarse de arquitectura anónima, sino de arquitectos anó- Foto Ricardo Briones.
nimos. A veces se conocen nombres, y personajes dentro del proceso de desintegración entre el autor
y su creación. Los estudios históricos pueden invadir estos campos en un proceso de homogenización
reuniendo de nuevo carpinteros, albañiles, constructores y arquitectos con su obra. Esta tendencia se hi-
zo más fuerte a partir del siglo XVIII; se intensifica en el siglo XIX. Fue patente con la arquitectura religio-
sa, con las reconstrucciones de los templos destruidos por huracanes y terremotos. Aparece con los tra-
bajos de Portillo y Pedro de la Rosa. Se hace dominicana durante la República con Onofre de Lora y el
Padre Ayala. Datos biográficos de estos personajes aparecen en la obra de José Gabriel García titulada
Rasgos Biográficos de Dominicanos Célebres. A ellos se les debe la construcción de, por lo menos, tres
iglesias provincianas: la del Santo Cristo de Bayaguana, la Parroquial de San Cristóbal y el Santuario de
Aguas Santas de Boyá.

Baní
Existen pruebas de que el culto a la Virgen de Regla es anterior a la fundación de Baní 37 (1764), pues se
tienen noticias de que por los años 1740, había un vecindario de 525 personas, de las cuales 111 eran
hombres, 150 mujeres y el resto niños. Estos tenían como patrona a la Virgen de Regla, aunque para es-
ta fecha no se había establecido formalmente el poblado y se estaba fabricando una iglesia, a pesar del
estado de pobreza en que se vivía. Constituye una característica del mayor interés no sólo en Baní sino
en toda la región sur, el viejo esquema presente en las construcciones populares. La polifonía colorística
de la casa rural y los principios urbanísticos puestos en práctica para la ordenación de los nucleamien-

LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD: ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO REPUBLICANOS 1844-1930 |193


San Cristóbal: Club Social. tos habitacionales, como aquel tesoro perdido “el cuadrángulo de Paya”, constituyen algunos arquetipos pero es mui corto la pequeñes de este volumen, para referir la ruina destrozos y afliciones de los mora- Iglesia en San Juan de la Maguana.
Foto Ricardo Briones. Foto Ricardo Briones.
de extraordinaria importancia en el comportamiento sociocultural de los estratos básicos de la sociedad dores de esta villa de Azua, abandonada en esta ocación, por los repetidos terremotos, rebentando bol-
Azua. Residencia frente al parque central, Antigua imagen de una casa en el Batey
obra de Humberto Ruiz Castillo. dominicana de aquella región. canes de agua en los mesmos temblores que los puso en grande temor y espanto. De aquel poblado in- del Ingenio Barahona hacia el 1928.
Foto Ricardo Briones.
dígena (quizás milenario) llamado por los indios “Azúa”; y que luego de la estadía de aquel gallego éste
Azua, San Juan llamara a su estancia vecina, Compostela; y luego Diego Velásquez y Ovando llamaran Azua de Com-
Azua y San Juan constituyen fundaciones tradicionales, asentamientos de la época de Ovando y los Re- postela; ya sólo quedaban los escombros”.39
yes Católicos, solar de familias que se multiplicaron con lentitud a través de los siglos, y cuyos descen- San Juan de la Maguana, villa incluida en el programa territorial de Ovando, fundada por Velásquez, ubi-

dientes pelearon por la independencia contra las tropas haitianas y defendieron la restauración con lan- cada en un fértil y rico valle bajo la sombra de la cordillera Central, es probablemente uno de los lugares

zas y machetes. mejor dotados para la vida pacífica de los prósperos agricultores que han conformado su vecindario des-

Azua está ligada a la historia de Enriquillo, como lo está a la de Diego Méndez cuando arribó de Jamai- de entonces. Estas características y su relativo aislamiento fueron la causa de su limitado desarrollo ur-

ca en busca del Comendador para organizar el rescate del Primer Almirante. Un ensayo de Ramiro Ma- banístico. Tierra de caciques, patriotas y empresarios agrícolas, la villa era aldeana y, como a casi todas,

tos38 deleita cuando nos relata como “Diego Méndez llegó a Puerto Escondido, al caserío donde Colón le tocó mudar de sitio con los siglos. Su actual emplazamiento es definitivo, siempre cercano la centro

tuvo las conversaciones con Roldán y que Diego Méndez había oído de labios del Almirante. Aquí bajó de culto taíno denominado “Corral de los Indios”.

de su canoa y fue al caserío disperso de los indios pescadores del lugar, y conversó con ellos, los cua-
les le dieron referencias de un español que tenía una granjería aledaña al poblado que ellos llamaban Barahona
Azua. Este resultó ser uno de los españoles encomenderos, era de Galicia, de la región de Santiago de “Barahona se fundó a través del comercio, impulsada por un decreto de Toussaint Louverture. Estas ac-
Compostela, estaba viviendo a expensas de los indios del lugar”. Aquel gallego que propició la designa- tividades las iniciaron inmigrantes radicados en la común de Rincón, hoy municipio de Cabral, que en su
ción de la villa de Compostela no podía imaginar que para el año de 1751, un terremoto cambiaría la mayoría eran de origen árabe, y se dedicaban a la explotación de madera preciosa en todas las monta-
suerte y el destino de la villa: “Hubo tres terremotos en ese año de 1751, el primero ocurrió el 18 de oc- ñas de la cordillera de Bahoruco; a la cría de ganado y más tarde se dedicaron a la siembra de café, po-
tubre; el segundo el día 28 del mismo mes; y el tercero, el que destruyó a Azua, ocurrió el 21 de noviem- blando toda esta zona del aromático grano. A medida que se extendió la explotación de estos recursos
bre. Corrieron estos tres terremotos toda la isla, hasiendo muchos destrosos de las serranías que deva naturales, la actividad comercial fue creciendo, y hubo la necesidad de extender su comercialización. Es
pavor mirarlas, la iglesia del Combento de la Merced de la ciudad de Santiago padesió la mesma ruina así como Barahona jugó su rol por ser una ciudad marítima ...El Ingenio Azucarero y las minas de sal y
que la de la ciudad dicha, y el combento de la villa de Azua quedo hecho una ruina de sus materiales, yeso en la comunidad de Salinas, completan el empuje económico que vivió la Perla del Sur: Por su puer-

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San José de las Matas: Iglesia del El Rubio. to, además del azúcar y mieles, la sal y el yeso, se exportaban maderas preciosas (guayacán, caoba, ca-
Foto Ricardo Briones.
pá ébano, cedro, baitoa, roble, sabina), plátano y café, y a causa de este auge surgieron exportadores...”
Salcedo. Iglesia con torre-campanario.
Foto Ricardo Briones. Así se expresa el profesor Gustavo Adolfo Tavárez en su obra titulada: Eran otros los tiempos y otros los
Barahona. Interior de la iglesia de la Santísima hombres.40 El batey de su ingenio reflejaba la arquitectura de influencia norteamericana que reinó duran-
Cruz, después de su restauración en el 1994.
Foto Gustavo Luis Moré
te muchos años en los barrios creados para funcionarios, la mayoría de ellos extranjeros, en los centra-

Barahona: Iglesia de la Santísima Cruz con les azucareros que se fueron instalando en el sur de la República. Estas residencias mantienen una es-
torre lateral. Se trata de una estructura trecha relación con la experiencia del canal de Panamá. El carácter tropical de las mismas giraba alrede-
original de principios del siglo XX
en mampostería con rasgos neoclásicos. dor de una galería perimetral (que algunos arquitectos llamaban verandas), protegidas por mallas para
Foto Gustavo Luis Moré.
defender el medio ambiente interior de los insectos, cosa esta que permitía mantener abiertas las puer-
tas y ventanas y circular el viento. Como podemos ver, estos modelos son llevados a un plano más alto
por arquitectos como Nechodoma y sus seguidores, los cuales convierten la vivienda individual en pe-
queños bungalows o casas del tipo pradera. Así crecieron poco a poco las antiguas ciudades y se des-
bordaron por los nuevos ensanches que modificaron la antigua morfología.

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3.5

Desde Santo Domingo: eclecticismo y modernidad


En Santo Domingo, las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX son tiempos de transfor- Para 1911, y de acuerdo con Enrique Penson,
ya estaba diseñada la residencia de dos plan-
mación y crecimiento. Muchas de las antiguas estructuras civiles desaparecen o son remodeladas con tas, de concreto, de estilo ecléctico, sita en
la calle 19 de Marzo, entre la Padre Billini y
estilos nuevos ligados al denominado eclecticismo, término que el diccionario define como del griego,
la Arzobispo Portes, acera este. Fue diseñada
eklegein (escoger), método que consiste en reunir lo mejor de cada sistema. La Ciudad Primada se des- (atribuida) por el Arq. Antolín Nechodoma.
Se fabricó para servir de morada a don
borda en nuevos ensanches que surgen alrededor del centro histórico e incluso en la margen oriental del Juan Vicini Perdomo, con anticipación a su
casamiento con la Srta. Consuelo Marchena
río Ozama donde existían antiguos asentamientos como San Lorenzo de los Mina, cuya iglesia parroquial
Damirón. Foto Ricardo Briones.
se conserva aún. Al oeste se pueden contabilizar antiguos asentamientos de ingenios azucareros como
Palavé, Engombe y Nigua, con una ermita dedicada a San Gregorio. La integración entre ambas márge-
nes del río fue objeto de largos debates que culminaron con la construcción de un puente. Este tema ha-
bía sido objeto de varias iniciativas desde época tan antigua como el año de 1540. Las crónicas reco-
gieron la participación de un importante arquitecto, Rodrigo de Liendo, en este proyecto.41 No había en
esta época la presión que existe en nuestros días para la conservación de los recursos naturales. La po-
blación urbana era relativamente baja y salvo contados ejemplos, reinaba un ambiente urbano de carác-
ter aldeano.
Es difícil analizar la urbe santodominguense sin tomar en cuenta su región definida cuidadosamente por
la naturaleza.
Profesionales formados en el exterior modificaron la apariencia de la ciudad. Aparecen simultáneamente
las urbanizaciones Ciudad Nueva, Gazcue y La Primavera, orientadas por los caminos reales hacia el
oeste. Se integran los suburbios de la parte alta (norte) y se trazan nuevas avenidas con bulevares arbo-
lados. Un tranvía tirado por caballos recorría la Calle Mayor desde el viejo mercado de la Plaza del Con-
tador, atravesando el Navarijo, aquel barrio descrito por Moscoso,42 hasta el fuerte de La Concepción y
desde ahí hasta la playa de Güibia, que fue uno de los lugares recreativos preferidos por los residentes
de la capital de la República en los primeros años del siglo XX.
El nuevo siglo deslumbraba con algunos adelantos tecnológicos. La energía eléctrica recorría las calles con pos-

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Alcázar de los Almirantes en su lado norte. tes de madera que todavía mantienen su uso. El agua potable y el drenaje sanitario y pluvial se volcaban en las
La escalinata fue agregada por el restaurador
J. Barroso. Foto Ricardo Briones. antiguas vías de acuerdo con sistemas propios de la tecnología norteamericana. Los que entraban a la ciudad
Junto a las murallas se instaló un faro a por el mercadillo fluvial aposentado en la ribera del río Ozama, al pie del Alcázar de Colón, atravesaban la no-
mediados del siglo XIX sobre el Fuerte de
table Puerta de San Diego sin percibir la complejidad de su diseño estructural y el refinamiento de su compo-
San José. Fue desmantelado. Construido en
Inglaterra, dominaba la entrada al puerto de sición. Este segmento de la periferia urbana contiene el conjunto de estructuras militares más depurado de la
Santo Domingo.
zona histórica. El sólido complejo militar y los perfiles castrenses de sus aspilleras, fortines y camino de ronda,
Reloj solar levantado en la plazuela de las
Casas Reales junto al camino de ronda contrastan con el simbolismo monumental de la Puerta del Mar. El análisis más erudito sobre este monumen-
de las murallas de Santo Domingo.
to fue elaborado en 1942 por un catedrático.43 El mismo destaca el carácter planimétrico del plateresco de la
Foto Jochi Marichal.
Puerta de San Diego. La descripción se concentra en el plano frontal donde columnas elípticas soportan un
frontispicio encuadrado por un rígido arrabá que se posa sobre los capiteles utilizando el recurso de volutas re-
nacentistas. Después de comparar esta composición con algunos portales del siglo XVI, el ensayista advierte

La puerta de San Diego ostenta un complejo que San Diego anuncia el incipiente barroco europeo. Pienso que efectivamente el planismo (anti-plástico, di-
diseño estructural y una composición refina-
da. Sus estructuras y escudos heráldicos fue- ce Palm), de la decoración activa, constituye una expresión del manierismo que el diccionario define como “for-
ron restaurados recientemente. Al fondo: las
ma del arte que se manifestó en Italia en el siglo XVI entre el renacimiento y la época barroca, y que se carac-
Casas Reales. Foto Jochi Marichal.
terizó por su falta de naturalidad y su afectación”. Contrasta este efecto simple con la robustez de las estructu-
ras del conjunto defensivo. Estas se contorsionan para adaptarse a la empinada cuesta que bajaba desde las
Casas Reales. Hacia el norte, las estructuras se integraban a los parapetos defensivos del Alcázar, construidos
previamente. Hacia el sur, daba paso a un camino de ronda que se extendía hasta la plazuela del Palacio de
los Capitanes Generales y la Audiencia Real donde para el siglo XVIII se construyó un reloj de sol y una capilla.

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Los palacios conocidos como las Casas Reales fueron biografiados en el año 1979.44 Allí se aportan datos Torre de la iglesia de la Virgen de la Altagra-
cia. Diseñada y construida por el Ing. Osvaldo
sobre estas estructuras. Durante el gobierno de Ferrand, en la Era de Francia, los mismos adquirieron deter- Báez junto al Hospital de San Nicolás. La vieja
capilla del hospital de San Nicolás, localizada
minada fisonomía regida por necesidades más bien funcionales. En cambio, la fisonomía republicana que ad-
en la porción este, fue incorporada al proyec-
quiere hacia 1910 es el producto de un cuidadoso empeño por dotar esta imponente estructura de una ima- to. El andamiaje para construir la torre se
levantó en febrero del 1922 (LD, 16-2-1922).
gen de acuerdo con el gusto de la época. Actuó allí el ingeniero Osvaldo Báez, quien también intervino el edi- Foto Ricardo Briones.

ficio municipal frente a la “plaza mayor” dominada por el cabildo eclesiástico de la Catedral y los edificios de- Fotografías antiguas del paseo Padre Billini o
malecón construido a principios del siglo XX.
dicados al Poder Legislativo republicano: el Senado, en el antiguo palacio del gobernador haitiano Borgellá (si-
milar al palacio de gobierno de Santiago frente a su plaza mayor, ya desaparecido), y la Cámara de Diputados
situada en el viejo edificio de la cárcel pública que ya había adquirido su fachada neoclásica desde antes.
El ingeniero Osvaldo Báez también intervino el Convento de las monjas dominicanas de Regina Angelo-
rum donde funcionó el antiguo colegio de San Luis Gonzaga que regenteaba el Padre Billini. Construyó

varias residencias y remodeló el hospital de San Andrés, una de sus mejores obras, así como la iglesia
de La Altagracia, para lo cual intervino en forma imprudente el hospital de San Nicolás. El inventario de
sus obras es extenso, y además de las mencionadas, están el cuerpo de bomberos de San Pedro de
Macorís; la gran estructura del hipódromo La Primavera; etc.
Para el fin de siglo XIX, se destruyó La Picota, ubicada en la Plaza Mayor, mientras se levantaba la escultura
dedicada al Gran Almirante con cuyo nombre se designa el parque construido en la antigua Plaza de Armas.
La arquitectura doméstica y las casas (a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX) incorporan ele-
mentos decorativos entre los que se distinguen ménsulas renacentistas; balaustres serlianos; puertas

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Doble página anterior: y ventanas encuadradas por formas sobresalientes coronadas por aleros melodiosos que parecen ex- tanos) y con techos altos de fuerte pendiente (creando buhardillas). Se utilizaban vigas de madera sobre
Para 1924 se lleva a la imprenta el magnífico
plano hecho por Ernesto Paradas. traídos del trabajo encantado de albañiles teatrales. Las cornisas de ventanales se convierten en ver- las cuales se apoyaban planchas acanaladas de zinc industrial o láminas y tejas importadas. Estas es-
Firma aprobándolo, Alfredo Scaroina.
daderos toldos que sugieren telares colgantes, doseles. Se asumen los códigos del neoclasicismo his- tructuras tropicalizadas, de materiales heterogéneos, definían grandes espacios que permitían crear los
Distintos ángulos del centro histórico de
Santo Domingo en que pueden apreciarse
tórico transfiriéndolo al eclecticismo, visto como un estilo con formulaciones libres, ricas en el manejo salones de la arquitectura residencial en boga. El plafond de madera o de metal aislaba los vapores ca-
conjuntos de edificios en la calle Hostos; en compositivo. Reaparecen las columnas de estilo; las balaustradas y las molduras; las cadenas de silla- lientes, los cuales encontraban escape del desván a través de ventiladores o respiraderos colocados es-
la calle Isabel la Católica; en la calle Padre
Billini y un ángulo de las murallas que rodean res en ángulos esquineros y en pilastras que ya figuraban en aquella disposición reglamentada desde tratégicamente.
la Ciudad Colonial. Fotos Ricardo Briones.
el siglo XVI y cuya estereotomía, imitando aparejos de sillares, se convierte en una consonante de la gra- El hormigón armado se hace presente en columnas de estilo sobre basas esbeltas. Los capiteles servían
mática manierista que se aplica en nuestros días. para transmitir las cargas de arcos y dinteles.
Urbanísticamente, el crecimiento arropó la “gran sabana”, aquel espacio libre que se extendía frente a Aparecen en el inventario de esta época, que coincide con la intervención norteamericana, del dieciséis,
las murallas, orientándose hacia el oeste transformando la sabana real que los gobernadores haitia- figuras como Jaime Malla Salom y José Doménech, artífices de residencias ligadas al modernismo; Al-
nos denominaban “del Estado”. Frente a ella las murallas se extendían desde el mar (San Gil y La Mi- fredo Scaroina, quien participa en el diseño y construcción de la Casa Consistorial de Moca, en 1907;
sericordia) hasta el Fuerte de la Concepción. Las dos puertas del oeste creaban el escenario con el José Turull y Mariano Turull (asociado a Jaime Malla para 1913), quien conjuntamente con otros cons-
que tropezaban los viajeros que venían desde el sur y desde el norte. Poco a poco estas murallas fue- tructores-ingenieros, proyectaba el arte catalán y su presencia en el panorama urbano dominicano.
ron demolidas en algunos tramos para dar paso a las calles prolongadas que enlazaban los ensan- José Turull nació en 1865, llegó a Santo Domingo en 1897 e instaló una fábrica de mosaicos y otros pro-
ches nuevos (Ciudad Nueva) con la Ciudad Colonial. El Parque de la Independencia fue la articulación ductos para la construcción. Se le atribuye como autor de la primera construcción de concreto armado:
entre Ciudad Nueva y la vieja o ciudad colonial. Antes se había construido el cementerio. Casi todo el depósito de los Parra, cerca del muelle de San Pedro de Macorís. También tuvo a su cargo la cons-
aparece registrado en el plano de Casimiro de Moya fechado en el año 1900. Poco después, en la pla- trucción de la torre de la iglesia parroquial del Seibo, y participa íntimamente en la construcción del puen-
za señalada, se levanta una hermosa glorieta que identificaba la ciudad y articulaba la calle mayor con te del Ozama, actualmente destruido; del malecón Presidente Billini; y el edificio de la aduana de Santo
el urbanismo del siglo XX. Domingo, absolutamente neoclásico.
A lo largo de la avenida Independencia, denominada el camino de Güibia: así como la avenida hoy de- Algunos de estos constructores llegaron desde Santiago de Cuba en el 1907, entre ellos José Domé-
nominaba Bolívar (camino de Santa Ana); como también a lo largo de la actual avenida 30 de Marzo (an- nech, para realizar trabajos artísticos y yeserías en la remodelación del palacio presidencial (Capitanes
tiguo camino de Santiago); se construyeron villas y chalets que asumía la burguesía en las primeras dé- Generales o Casas Reales). Entre los que llegaron en ese año deben mencionarse Juan Teis y los her-
cadas del siglo XX. Casas con galerías perimetrales sobreelevadas sobre el terreno natural (creando só- manos Urgel (Ramón, Luis y Juan).

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Capítulo especial merece Benigno Trueba,45 quien prohijó estructuras emblemáticas que constituyen hi- Esquina noreste del edificio Baquero,
de Benigno Trueba. Foto Ricardo Briones.
tos insuperables en la fisonomía de Santo Domingo. Ya en 1914 se había trasladado a San Pedro de Ma-
Iglesia Evangélica, cuya torre se levanta airosa
corís para instalar el ingenio central azucarero Las Pajas. En esa época dirigió varias construcciones en en la calle del Hospital o Mercedes.
Foto Ricardo Briones.
San Pedro de Macorís, por encargo del señor Serrallés, así como la instalación del ingenio Boca Chica.
Algunas de las estructuras dominantes de la
En 1919 construyó la fábrica de fósforos y el edificio de los bomberos en Puerto Plata. También dirigió Calle Mayor o Calle del Conde, que recoge el
eclecticismo moderno que invadió la vieja
parte de la carretera Azua-San Juan de la Maguana y construyó algunos puentes de hormigón armado,
ciudad virreinal, estructuras levantadas en
y en el gobierno de Horacio Vásquez, la carretera San Isidro-Guerra. hormigón armado, entre ellas el edificio
Cerame y el Diez. Fotos Ricardo Briones.
Las graderías del hipódromo La Primavera fueron construidas por Trueba en 1919 (diseñadas por el Ing.
Osvaldo Báez). Ramón Trueba, en las remembranzas que hace de su padre, se refería a la época en que
vivían en San Pedro de Macorís y su padre era administrador de una ferretería frente al señor Cánepa,
en el respaldo del Teatro Colón.
El ingeniero Trueba también intervino en muchas obras que no fueron diseñadas por él, tales como el
hospital Internacional aquí en Santo Domingo, la Iglesia Evangélica en la avenida Independencia, cons-
truida en 1934, y cuyos planos fueron traídos del exterior. El hospital Carl Th. George, en San Pedro de
Macorís, donde construyó uno de los pabellones. También el edificio Cerame (aproximadamente en
1923), con planos elaborados en los Estados Unidos y cuyo maestro de obra fue Julio Beltrán. El mis-
mo señor Cerame trajo de Estados Unidos los planos del edifico en que funcionó el Listín Diario, en la
calle José Reyes.
Entre 1921 y 1924, Trueba trabajó como ingeniero en la construcción de la carretera del sur, así como
en la de Hato Mayor al Seibo. Talvez fue posteriormente cuando inició la construcción de distintas obras
en la ciudad de Santo Domingo, algunas de las cuales fueron demolidas y otras destruidas por el ciclón
de San Zenón. Esta época de su ejercicio profesional en que se destacó como arquitecto y director de
obras de arquitectura, adquiere especial interés con obras tales como el edificio Diez, y el antes mencio-

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Fachada del Banco Nacional que, de acuerdo nado edificio Baquero, situados ambos en la calle del Conde, así como obras anteriormente levantadas
con Enrique Penson, fue producto del trabajo
de Ramón Urgell Caralt y Pedro Casadeball. en la calle Isabel La Católica y la Arzobispo Meriño.
Fue intervenida en 1911. Foto Jochi Marichal.
El más avanzado arquitecto de las primeras décadas del siglo XX fue Nechodoma y la fuente más com-
Casas de los suburbios, rodeadas de jardines.
pleta para estudiar su arquitectura es del libro que lleva por subtítulo The Pairie School in the Caribbean,46
Son típicas de los primeros años del siglo XX.
La primera, desaparecida, en la Av. Bolívar. publicado en el año 1994. Para el año de 1982 mi interés por el tema me permitió publicar un artículo “Ne-
La segunda, en la Av. Independencia, atribuída
a Antonín Nechodoma. chodoma: Misterioso Arquitecto Bucanero del Caribe Hispánico”.47 Nació en Praga, Checoslovaquia (en-
Foto Gustavo Luis Moré.
tonces Bohemia) en 1877. Murió en San Juan de Puerto Rico, en un accidente tonto, en 1928. Su titula-
Plano de la fachada de gran residencia en
ción como arquitecto la obtuvo en 1898. Aparece establecido en la ciudad de Chicago ya en 1900.
Gazcue. Archivo DoCoMoMo Dominicano.

Plano-elevación de la casa cuya foto aparece


Construyó numerosos edificios y residencias en Santo Domingo y San Pedro de Macorís, los cuales han
en el centro. Archivo DoCoMoMo Dominicano. sido inventariados. Entre éstos puede señalarse el edificio para un banco (en la esquina Mercedes con
Isabel La Católica), modelo que fue repetido en distintos lugares. También edificios públicos en San Pe-
dro de Macorís, tales como el mercado y el matadero. En las obras del arquitecto Nechodoma puede
apreciarse la riqueza ornamental y el uso del adorno en la decoración. Para esto mantenía un taller de
artesanías en el cual se ejecutaban sus diseños. Estos diseños aparecían como resultado del estudio del
detalle. Eran los criterios del Art and Crafts y del Art Nouveau, vigentes en esta época, tanto en Europa
como en los Estados Unidos. Era labor de oficio volcada en lámparas elaboradas con caracoles y náca-
res de Filipinas; ventanas con cristales de colores; cerámicas con decoraciones fitomórficas. Grandes
aleros protegían su arquitectura con una intención clara de utilizar el medio ambiente y adaptarlo a él. La
obra de Antonín Nechodoma fue descrita por Enrique Vivoni, arquitecto de San Juan de Puerto Rico, co-
mo parte del estilo que en Estados Unidos llaman “de las praderas”. Eran bungalows, casa de monta-
ñas en una primera época, dice Vivoni, quien agrega que:
“Para el 1915, ya Nechodoma había variado su estilo, incorporando entonces elementos españoles en
las fachadas y decoraciones, lo que estaba entonces a la vanguardia, Como ejemplo tenemos una casa

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Página anterior: construida en Santo Domingo y unos planos para el edificio de la Y.M.C.A, en Fajardo. Al estudiar am-
Peculiar residencia fabricada para 1914.
Diseñada por el propietario, Zoilo Hermógenes bos proyectos nos damos cuenta de que son idénticos en forma y concepto”.
García. Se trata de un chalet de una planta, con
Para la tercera década del siglo XX, llega a Santo Domingo uno de los más exitosos arquitectos de la región.
una galería adornada con figuras vegetales que
parecen crecer desde la tierra para sostener el En la Gran Enciclopedia de Puerto Rico, sección arquitectura, el apreciado y eminente profesor Efraín Pérez
techo. Ramas simuladas se emplearon cerrando
la galería desde el antepecho hacia abajo. Llamó Chanis describió a Pedro Adolfo de Castro como uno de los precursores de la arquitectura contemporánea
la casa Villa Hena, en honor a la primera de su
de aquel país. Su reseña sobre dicho personaje señala que la labor de De Castro transcendió a la Repúbli-
hijas. El trabajo artesanal es excelente por su
semejanza a la naturaleza y por haber permane- ca Dominicana. Efectivamente, tiene en este suelo obras de señalado interés. Entre otras diseñó y constru-
cido intacto a través del tiempo. Sin lugar a du-
da fue realizado por yó tres residencias para los hermanos Freites, las tres en la avenida Independencia, la mayor de las cuales
algunos de los alarifes catalanes de la época. ha sido demolida. Tuvo a su cargo el Centro de Recreo de Santiago, aquel interesante edificio de fisonomía
(Enrique Penson). Foto Jochi Marichal.
neomusulmana, muy de la época en que fue levantado, y sin duda, un atractivo escenario de tradiciones
Centro de Recreo de Santiago del arquitecto
puertorriqueño Pedro de Castro. santiaguenses. Español-Morisco era como le llamaban a dicho estilo entonces. Del mismo arquitecto es
Foto Ricardo Briones.
también la mansión Tejera, reseñada por nosotros bajo el título de: Exótica Residencia con más de 50
Detalle del piso de la Casa Valera, en la César
Nicolás Penson, Gazcue, c.1908. Demolida. años.48 Sus obras, después de proyectadas, las llevaba a cabo volcando su labor de arquitecto directamen-
Archivo DoCoMoMo Dominicano.
te en la construcción. Pérez Chanis describe esta actitud de la siguiente manera: “Además de arquitecto,
Foto de archivo del interior de la Casa Valera,
De Castro se distinguió en el campo de las artes. Diseñó muebles, lámparas, rejas, bellos mosaicos policro-
en la César Nicolás Penson, Gazcue.
Una de las primeras obras de Nechodoma mados de cristales brillantes y algunos vitrales. Su temática de diseño se repetía en los enrejados, mosai-
en Santo Domingo, c. 1908. Demolida.
Archivo DoCoMoMo Dominicano. cos y puertas, dándole a la obra unidad indiscutible. Esta labor artística, producto de su sensible personali-
Edificio de uso mixto en la calle El Conde, dad, se proyectaba también al campo de la pintura, el dibujo libre, la escultura y poemas de profunda preo-
actualmente en abandono. Benigno Trueba,
cupación estética, dentro del romanticismo que influenciaba a muchos puertorriqueños del momento”.
c.1930. Foto Ricardo Briones.
Como vemos, el catálogo de edificios emblemáticos correspondientes al período republicano se multipli-
ca con obras diseñadas y construidas por varias generaciones de profesionales que desde las últimas
décadas años del siglo XIX labraron edificios por muchos años, dejando obras que constituyen paradig-
mas inevitables, obras maestras de la arquitectura dominicana.

212|LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD: ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO REPUBLICANOS 1844-1930 LOS PARADIGMAS DE LA NACIONALIDAD: ARQUITECTURA Y DESARROLLO ECONÓMICO REPUBLICANOS 1844-1930 |213
4
MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN
EN LA ARQUITECTURA
DE LA “ERA DE TRUJILLO”
1930-1961

Gustavo Luis Moré


4.1

La situación de la República en 1930


Con el violento advenimiento del nuevo presidente Rafael Leonidas Trujillo Molina al poder –quien gober- Doble página anterior:
Tramo central del puente sobre el río
nó a sus anchas sirviéndose de los métodos y las estrategias más inverosímiles desde el 16 de agosto Higuamo, San Pedro de Macorís. 1934.
Foto Ricardo Briones.
de 1930 hasta el 30 de mayo de 1961, cuando fue ultimado– se establece un punto de inflexión funda-
Ayuntamiento de la Romana. c.1940.
mental en el devenir dominicano. Predecir los 31 años de su dominio absoluto sobre los destinos del país
José Antonio Caro Alvarez.
era sencillamente imposible. Intuir los caminos que habría de transitar la sociedad en su desarrollo eco- Foto Archivo CARALVA.

nómico, cultural y, consecuentemente, territorial, hubiera constituido un acto de profecía. Más allá de los Casa Armenteros en La Romana.
Tomás Auñón, c. 1945. Foto Ricardo Briones.
métodos y de las complicidades típicas de estos procesos tan frecuentes en la evolución democrática
Edificio de la Escuela Normal de Varones,
de la América Latina del momento, la realidad demuestra que la huella dejada por la llamada Era de Tru- 1942. Leo Pou Ricart.
Foto Archivo General de la Nación.
jillo en el territorio nacional es, hasta hoy en día, imborrable. El fenómeno de la modernidad, introducido
Monumento a la Paz de Trujillo en Santiago
tímidamente en el país pocas décadas antes a través de los puertos y las instalaciones para la agroin- de los Caballeros, 1944. Henry Gazón et alt.
dustria dispersas en sus hinterlands, hace su entrada en los centros urbanos y se consolida, principal- Foto Ricardo Briones.

mente, en la ciudad de Santo Domingo, la que cambiaría su nombre por el de Ciudad Trujillo en 1936.
Vista axial desde el sur del Parque Ramfis,
Este es un proceso paulatino que requiere de una detenida mirada, de una profunda revisión.
hoy Eugenio María de Hostos, en la avenida
El primer indicio de un cambio en el proceder arquitectónico dominicano colonial, aquella tradición evi- George Washington, Santo Domingo.
Guillermo González, 1937.
dente en los gruesos muros de tapia, ladrillo y piedra caliza, en los techos de vigas de caoba y de otras Foto Max Pou.

maderas preciosas cubiertos generalmente de tejas planas, de enlucidos blancos y luminosos patios, se
produce después de más de tres siglos y medio de ininterrumpida práctica constructiva, con la introduc-
ción de los materiales industrializados, hacia el 1865.
Pequeños y grandes edificios de maderas extrañas, estructuras de acero y chapas de lámina metálica,
forman empaques destinados para un medioambiente imaginado, importados para poner al servicio de
las nuevas líneas de ferrocarril, dedicados a instalar los ingenios de azúcar y para, a través de un singular
proceso de reproducción local, poblar las concentraciones urbanas vinculadas a los nuevos desarrollos in-
dustriales del país: Puerto Plata, Montecristi, Sánchez, San Pedro de Macorís, La Romana, Barahona.1
A inicios del siglo XX, se introduce el uso del hormigón armado en el importante puerto sureño de San Pe-

MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 |217


Mausoleo privado en el Cementerio dro de Macorís. Inmigrantes españoles, italianos, árabes, alemanes, negros angloantillanos libertos (local-
de Santo Domingo, inicios del siglo XX.
Foto Gustavo Luis Moré. mente llamados “cocolos”), actúan como proyectistas y obreros especializados, determinando un proceder
Inicios de la avenida Independencia, que finalmente alcanza a Santo Domingo, la vieja capital, en esos tiempos dedicada a extrapolar sus límites
hacia la década del 20, Santo Domingo.
más allá de las vetustas murallas hacia ensanches en los que se aplican, todavía con cierto pudor, los mo-
A la izquierda se observa el Cementerio
Municipal. Archivo DoCoMoMo Dominicano. delos eclécticos típicos de la época. El ensayo de extensión de extramuros de Ciudad Nueva sólo maquilló
Fachada sur Club de la Juventud en Santo estilísticamente las mismas alineaciones coloniales, en nuevos materiales. Es el momento en el que actúan
Domingo, c.1934. Juan de la Cruz Alfonseca.
Foto Archivo Marcos Blonda. figuras como Osvaldo Báez (1857-1936), Alfredo Scaroina, Andrés Gómez Pintado –quien realiza la primera
Casa familia Reid Cabral, originalmente casa en hormigón armado en la calle Mercedes esquina José Dolores Alfonseca hacia 1906–, Juan Bautis-
Tejera Álvarez, calle Cervantes, Gazcue.
En ella funcionó durante unos años
ta del Toro (1892-1953), Octavio Acevedo, Juan Alfonseca (1876-1965), Malla, Turull, Domenech, Flon Gau-
una de las pocas escuelas capitalinas, tier y muchos otros protagonistas del eclecticismo previamente reseñado en el capítulo anterior de esta obra.2
el Colegio Cervantes. Pedro de Castro, 1928.
Foto Ricardo Briones. Pocas figuras se destacan como la de Antonín Nechodoma (1877-1928), ese mítico checo que llega al
país después de un misterioso periplo e introduce el Prairie Style en el Caribe.3 Ejecuta obras de notable
vanguardia tanto en la República Dominicana como en Puerto Rico. Diestro en el uso de los nuevos ma-
teriales –el hormigón armado hace su entrada en el país en la primera década del nuevo siglo–, demues-
tra un primer asomo a esa modernidad incipiente, todavía desarraigada de los procesos sociales y cultu-
rales que en Europa y en los Estados Unidos se venían gestando desde siglos atrás. Esta especie de de-
fecto de nacimiento todavía acompaña a la arquitectura moderna en el Caribe y en gran medida en Amé-
rica Latina: la noción, si bien velada, de tratarse de un fenómeno de importación más que del resultado
de las posibilidades intelectuales y materiales del hombre como constructor de su propia cultura.
Ciertamente es en San Pedro de Macorís y en las demás ciudades portuarias del país donde nace la mo-
dernidad dominicana. En Macorís del Mar, un nutrido grupo de extranjeros dedicados a las artes de la
construcción, primordialmente el misterioso personaje de Nechodoma, representa el cambio. Éste hace
las obras de ingeniería del puerto, la torre del campanario de la Catedral, el desaparecido Matadero y el

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Ángulo noroeste del Hospital Padre Billini, edificio Municipal de Correos. En Santo Domingo trabaja en la primera restauración de la Catedral y en el Portal del Palacio Nacional de Santo Domingo. La frecuente e intensa relación con Puerto Rico deter-
Santo Domingo. c. 1925. Osvaldo Báez.
Foto Ricardo Briones. varias casas de destacada factura, obras relevantes para un recién llegado, ciertamente.4 Es la primera minó un flujo de autores, probablemente los más destacados del período inmediatamente anterior al ad-
Glorieta central del Parque Enriquillo, después vez que se bajan las alturas de los techos, que se construyen espacios flexibles –con límites inexisten- venimiento del presidente Trujillo. De Castro, como ya hemos señalado antes, diseña varias casas de ri-
de su restauración llevada a cabo por el ADN
tes o acomodables al uso–, se discrimina la estética del fenestramiento versus la masa del muro, se au- ca factura artesanal, en particular para la familia Freites, a lo largo de la avenida Independencia, uno de
en julio de 2008. Osvaldo Báez, 1930.
Foto Ricardo Briones. toriza a las cubiertas a tener vida propia, se independizan los volúmenes de un organismo anteriormen- los ejes que se extienden fuera de las murallas paralelos al mar Caribe, constituyéndose en el paradig-
Antigua imagen de la demolida Residencia te compacto, atado a las prerrogativas de un urbanismo de manzanas, calles y plazas. Tanto cambia la ma a seguir en el desarrollo de este “estilo” asumido por los arquitectos locales.
Freites, en la avenida Independencia,
Santo Domingo. c. 1928. Pedro de Castro. arquitectura como la noción de la propiedad urbana. La ciudad sobrepasa los límites de su cementerio Las obras ejecutadas por el gobierno norteamericano que ocupó el país de 1916 a 1924, trazan una ru-
Archivo DoCoMoMo Dominicano.
extramuros, en la avenida Independencia, y se extiende hacia las sabanas costeras y en torno a los ca- ta precisa, no tanto en la definición de un proceder arquitectónico –identificable por su predilección en el
Portal principal del nuevo Cementerio
Municipal de Santo Domingo.
minos de salida de la capital hacia el Cibao y otras comarcas. El concepto de Ciudad Jardín –en reali- uso del ladrillo de arcilla como elemento constructivo y expresivo básico–, sino por el establecimiento de
c.1935. Fidel Sevillano. dad una adaptación local respecto a su origen inglés– entra, no mucho más tarde, por el ensanche Lu- la infraestructura territorial que encauzaría el desarrollo de la nación. La experiencia previa del Canal de
Archivo DoCoMoMo Dominicano.
go y los otros ensanches capitalinos hoy englobados en el barrio de Gazcue. Habría que ver si en cierta Panamá, campo de ensayo de una nueva arquitectura apropiada al clima y a las exigencias ambientales
Casa familia Henríquez en el Ensanche
La Primavera, hoy Gazcue, Santo Domingo. manera, las instalaciones domésticas implantadas en algunos de los ingenios para la producción de ca- del Caribe húmedo, concretiza modelos de fresca presencia, inspirados en formas sencillas, casi plató-
c. 1930. Foto Ricardo Briones.
ña, los conocidos bateyes para extranjeros, no se adelantan en la introducción de este modelo de asen- nicas, y en la combinación inteligente de materiales locales e importados.8 La relación del caso paname-
Dibujo de la propuesta de Konstantin
Melnikoff para el concurso del Faro a Colón. tamiento. Por vez primera se aislan las casas de sus bordes, asumiendo mayores retiros y permitiendo ño con las otras intervenciones estadounidenses en el área del Caribe está aún por ser estudiada.
1929. Archivo DoCoMoMo Dominicano. así jardines frontales, laterales y traseros y una vida “nueva”, más sana y aireada, producto de la prime- Apenas un par de años antes del traumático cambio de mando acaecido en 1930, se lleva a cabo uno
ra modernidad, aún estrechamente vinculada a los preceptos de la vida poscolonial. Este barrio ejemplar de los concursos de arquitectura mundiales de mayor trascendencia para la República Dominicana. Se
resumió por décadas el trabajo de los más destacados autores de la escena local e internacional.5 trata del concurso, gestado décadas antes por Américo Lugo, para erigir un monumento a la memoria
Por San Pedro de Macorís ingresa Benigno Trueba (1887-1948), formado en Barcelona y autor de es- del Gran Almirante, en la ciudad de Santo Domingo. El premio a esta competencia, a la que asistieron
pectaculares edificios que cambian radicalmente el paisaje y la escala del centro histórico de Santo Do- arquitectos de la talla de Alvar Aalto, Konstantin Melnikoff, Tony Garnier, etc., recayó en un joven arqui-
mingo, quien comparte escenario con Pedro de Castro (1895-1936),6 ese boricua admirable que desa- tecto escocés, Joseph Lea Gleave (1907-1965), ganador entre 455 propuestas de 48 países, quien
rrolla preciosas casas en el estilo entonces llamado “mediterráneo”, hoy mejor identificado como neohis- eventualmente se traslada a Ciudad Trujillo a realizar los planos del proyecto y a dar inicio a esta faraó-
pánico o neocolonial por la historiografía latinoamericana.7 La abundante obra de Fidel Sevillano ha sido nica obra, que sería terminada en 1992, bajo circunstancias muy diferentes a las previstas originalmente
recientemente documentada, y ofrece proyectos de la relevancia del Edificio de Correos de Santiago, o durante la V Conferencia Internacional Americana, en 1923.9

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4.2

Cambios políticos y fenómenos atmosféricos:


“...no descansará mi brazo...”
La década del 30 es fundamental en el desarrollo de la arquitectura dominicana. El 3 de septiembre de Obelisco conmemorativo al cambio de
nombre de Santo Domingo a Ciudad Trujillo,
1930, a menos de un mes de haber asumido el poder el dictador Trujillo Molina, se produce uno de los desde el Parque Ramfis. 1937. Trene Pérez.
Foto de Max Pou.
huracanes más devastadores que haya conocido la historia dominicana, el ciclón de San Zenón. Los
Planta general del Parque Ramfis, Santo
cuantiosos daños a propiedades y la pérdida de vidas humanas generan un cambio de actitud frente al
Domingo, 1937. Guillermo González.
uso de los materiales tradicionales y promueven la adopción del bloque de hormigón, originalmente al- Dibujo de Martínez, Mignucci y Rigau.

mohadillado o tipo “berruga”, en vez del entonces típico paramento de madera como unidad primordial
en la arquitectura dominicana, vigente hasta nuestros días. El mismo Trujillo recorre las calles de la ca-
pital y los asentamientos más impactados por el fenómeno y emprende un programa de saneamiento
y de obras públicas, que obtuvo resultados inmediatos. Para seguir una secuencia de hechos, según
el libro Obras de Trujillo,10 el Parque Enriquillo es inaugurado el día 18 de agosto. Ejecutado por Don
Osvaldo Báez, era, hasta su reciente remodelación, uno de los espacios públicos más distinguidos de
Santo Domingo. El 1ro. de noviembre se inaugura el Hospital para Niños y se ordena la pavimentación
de las calles de Santo Domingo y de Santiago. La primera gran obra inaugurada por Trujillo, iniciada en
su gestión, es la del puente sobre el Río Higuamo, el 18 de mayo de 1934, una hermosa estructura de
acero de sorprendente esbeltez que acercó San Pedro de Macorís –todavía el puerto más cosmopoli-
ta del sur– a la Capital del país, iniciando así, paradójicamente, un proceso de declinación que aún per-
siste en esa ciudad oriental. Las obras del puerto de Santo Domingo se firman con el ingeniero puerto-
riqueño Benítez Rexach en marzo de 1935, proyecto que cambiaría definitivamente la cara de la ciu-
dad, dotándola de una infraestructura de gran modernidad apta para el intercambio comercial, indus-
trial y posteriormente, turístico. El elenco de carreteras, puentes, drenajes, escuelas, hospitales y mu-
chas otras instalaciones para el servicio ciudadano, se multiplica casi geométricamente en estos prime-
ros años, hasta dar pie a una posibilidad nunca prevista: Trene Pérez, notable autor de la protomoder-
nidad, posteriormente ejecutado por el mismo régimen, construye el obelisco conmemorativo al cam-
bio de nombre. A partir de 1937, hasta 1961, Santo Domingo se llamó Ciudad Trujillo. Desde lo alto de

MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 |223


Aspecto de uno de los galpones este viril monumento se aprecia en algunas de las fotos y postales de la época el espectáculo relucien-
del nuevo puerto de Santo Domingo,
hacia 1938. Benítez Rexach. te del Parque Ramfis, ejecutado meses antes por el joven arquitecto Guillermo González, en apaisado
Archivo DoCoMoMo Dominicano.
romance con el mar Caribe, dominando el predio donde fueron enterradas en fosa común las víctimas
Temprana vista del Parque Ramfis, hoy
no reclamadas del huracán de San Zenón. Ya un editorial del Listín Diario había escrito: “Inauguracio-
Eugenio María de Hostos, desde el tope
del obelisco. 1937. Archivo DoCoMoMo nes y no primeras piedras...”.
Dominicano.
Vale la pena reseñar la actual situación de estos dos proyectos tan singulares de la temprana dictadu-
Hermosa vista aérea del conjunto original
del Hotel Jaragua. Santo Domingo, 1942. ra. El territorio costero del muelle de Santo Domingo es objeto de una transformación integral de par-
Guillermo González. Archivo OGM.
te de renombrados inversionistas privados, en una acción que comprometerá el futuro de ambas már-
genes de la desembocadura del Ozama. La vocación turística y de espacios dedicados al ocio pro-
meten convertir este espacio, hasta ahora residual o marginal a la actividad urbana del centro históri-
co, en un nuevo polo de atracción capaz, de ser correctamente articulado en su diseño, de potenciar
el creciente turismo nacional hacia espacios de naturaleza cultural. El Parque Ramfis, hoy conocido
como Eugenio María de Hostos, es el único –paradójicamente el más antiguo– proyecto de Guillermo
González que ha sido rescatado en su concepción espacial original. Ojalá una intervención municipal
que ya se anuncia sepa respetar este simbólico lugar, tan importante no sólo en términos arquitectó-
nicos, sino históricos.
Victor Garrido, poeta dominicano (1886-1972), escribió en “El obelisco de Ciudad Trujillo”: ... “Y cuando
herido por la muerte el día / el mundo se adormece en la armonía / que fluye de la bóveda estrellada, /
es el altivo y mudo centinela que en silencio de la noche vela / el sueño secular de la Primada”.11

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4.3

El invariable retorno, 1930-1937: “Llega joven arquitecto”


En la República Dominicana, la gestión estadounidense crea las bases institucionales para el nuevo di- Vista del aspecto que ofrecía el conjunto
total del Hotel Jaragua y sus anexos,
seño a través de la Oficina de Ingenieros, posteriormente convertida en la Dirección de Obras Públicas. hacia 1960. Foto Max Pou.

Varios jóvenes dominicanos que debutan allí como dibujantes son protagonistas destacados: Octavio Plantas del bloque original del Hotel Jaragua.
1942. Guillermo González. Archivo
(Trene) Pérez Garrido (1905-1949), Mario Lluberes (1906-1967) y Alfredo González, entre otros. Pablo Pé-
DoCoMoMo Dominicano.
rez se gradúa a principios de siglo en el extranjero y trabaja en Santiago en proyectos vinculados a La
Tabacalera y en varias residencias privadas. Estos jóvenes autores participan activamente en la cultura
constructiva local por varias décadas, compartiendo la escena con una serie de nuevos profesionales
que poco a poco retornan al país, después de concluir sus estudios en el extranjero. Guillermo Gonzá-
lez (1900-1970) se diploma en 1930 en los EEUU; Humberto Ruiz Castillo (1895-1966), en 1931 en Pa-
rís; al igual que José Antonio Caro Álvarez (1910-1978), en 1932 y Juan Bautista del Toro, unos años an-
tes; Leo (1905-1976) y Marcial (1908-1965) Pou Ricart, en Bruselas, en 1933.12 Son ellos, entre otros,
quienes eventualmente configuran una Primera Generación de arquitectos pioneros en la introducción de
las nuevas formas del Movimiento Moderno.
Ante la falta de una facultad local propiamente dicha, la verdadera escuela de esta primera generación
se desarrolla en el extranjero. La sociedad dominicana, comparativamente atrasada en el desarrollo de
su cultura arquitectónica respecto, incluso, a otras naciones del Caribe, acude a la única opción de en-
viar a sus jóvenes, deseosos de formarse en esta disciplina, a otras ciudades, particularmente europeas.
La atracción por el universo de la floreciente modernidad franco y germano-centrista de inicios de siglo
no era aún eclipsada por las vanguardias norteamericanas, que muy pronto ocuparían la escena, a raíz
precisamente de la migración de muchos de sus más destacados protagonistas, antes de y durante la II
Guerra Mundial. La más notable excepción por el interés en llevar a cabo los estudios en Europa la cons-
tituye, paradójicamente, el que se convertiría, en menos de diez años de práctica profesional, en el pa-
radigma de la modernidad dominicana en la arquitectura: Guillermo González.
El predominio de los esquemas domésticos mediterráneos, introducidos por el gusto imperante entonces

MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 |227


en los EE.UU. en enclaves de origen hispánico, tales como La Florida, Texas y California,13 se hacía pre- Casa Dunsmore, hoy Martínez Bogaert, en la
calle César Nicolás Penson, Gazcue. c. 1955.
sente en las nuevas viviendas solariegas del Ensanche Lugo, Gazcue, La Primavera y en los demás desa- José Reyes y Miguel Soler. Foto Ricardo
Briones.
rrollos inmobiliarios de extramuros. Este gusto por el empaque neohispánico se mantiene a lo largo del si-
Estación de servicios en la avenida
glo, y es todavía hoy, transformado por la posmodernidad, un invariante en la escogencia estilística de mu- Independencia, Santo Domingo. c. 1948.
chos dominicanos. Los principales autores de esta estilización romántica son precisamente Trene Pérez y Foto Ricardo Briones.

Casa morisca en la calle Uruguay,


Mario Lluberes, antes de su transición a la modernidad, aunque es muy posible que la influencia más fuer-
Santo Domingo, diseñada para la
te haya sido el conjunto de obras del puertorriqueño Pedro de Castro en Santo Domingo y en Santiago.14 Sra. Julia Molina. c. 1940. Trene Pérez.
Foto Ricardo Briones.
Es necesario detenerse a comprender este singular estilo neocolonial, tan común a toda América Latina du-
Casa neohispánica de la familia Santoni
rante estas décadas, y particularmente generalizado en las Antillas hispánicas. Se introduce en la región en la calle José Joaquín Pérez, Gazcue.
c. 1946. Trene Pérez. Foto Ricardo Briones.
después del renombrado pabellón de California en la Feria Internacional Colombina de Chicago de 1893,
Alzado de su tesis para el Ayuntamiento
celebrando el IV Centenario del Descubrimiento de América, influenciado por la tradición de la arquitectura
de Santo Domingo. Yale University, c. 1930.
misionera de la región. También estuvo notablemente presente en la Exposición internacional de Panamá- Guillermo González. Archivo DoCoMoMo.

Pacific en San Diego, en 1915, como una consecuencia del predominio norteamericano en esos años del
New Deal, en los que los EE.UU. determinaron establecerse en el territorio con una marcada presencia tan-
to militar como comercial y, en consecuencia, cultural, sentando las bases de un fenómeno aún vigente.15
No hay mejor recuento sobre la historia de Gazcue que el contenido en una carta que recibí en 1987, escri-
ta por la Sra. Altagracia de Thomén.16 Me permito citar algunos párrafos con la certeza de que resultarán
relevantes para esta Historia: "En cuanto al nombre de Gazcue, ignoro qué cubriría esta denominación en
tiempos antiguos, pero al comienzo de este siglo se denominaba así la porción que hoy día ocupan la Em-
bajada Americana y la Plaza de la Cultura. Esto era propiedad de mi abuelo, Pedro A. Lluberes, quien lo ha-
bía comprado a Don Casimiro N. De Moya. Para nuestra familia este era uno de los “potreros” que compo-
nían la estancia familiar. Otros se llamaban “La Generala” (donde está hoy el Palacio de Gobierno), otro “Mis
amores” (no sé donde quedaba) y por último el núcleo de la propiedad llamado “La Aguedita”, nombre que

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Casa de la familia Herrera. c. 1925. Casa en la Moisés García, Gazcue, c. 1945
Estado actual, 2008. Mario Lluberes. (demolida). Trene Pérez. Foto Jochi Marichal.
Foto Ricardo Briones.
Casa en la César Nicolás Penson casi esquina
Residencia de la familia de la Maza Máximo Gómez, de estilo art deco. Aloja
en Moca, c.1947. Trene Pérez. desde el año 1981 al INSTRAW, después de
Archivo Marcelle Pérez Brown. su reciclaje realizado por Apolinar Fernández
De Castro. Foto Ricardo Briones.
Dibujo del portafolio de viaje a
Europa de Guillermo González, c.1930. Casa familia García Trujillo, calle César Nicolás
Archivo Omar Rancier. Penson, Gazcue. 1936. Mario Lluberes.
Restaurada para hospedar el Consejo
Villa Beliza, residencia de la familia Ricart
de la Magistratura. Foto Ricardo Briones.
en la avenida Bolívar, hoy ocupada por el
Cuerpo de Paz. c. 1950. Mario Lluberes. Dibujo del portafolio de viaje a
Foto Ricardo Briones. Europa de Guillermo González, c.1930.
Archivo Omar Rancier.

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Portal de ingreso o galería frontal de una aún se conserva, y que era el nombre de mi abuela. Esta porción la reservó mi abuelo para que edificaran maba una especie de sótanos. Allí salvaron sus vidas muchas personas cuando el huracán de San Zenón. Fachada sur de casa en la César Nicolás
casa en la calle Luisa Ozema de Pellerano Penson, Gazcue. Arq. José Antonio Caro.
del Ensanche Lugo. Foto Ricardo Briones. en ella sus hogares sus hijos (¡eran 14!). En tiempos pasados, las familias que habitaban el centro de San- Los materiales de construcción provenían en gran parte de la misma estancia: las paredes eran de tapia, Foto Ricardo Briones.

Fachada principal de la casa García Hatton to Domingo poseían también una estancia en las afueras para pasar los meses de calor. Principalmente se o sea de tierra y piedras comprimidas en encoframientos. Había canteras de piedra y de caliche, cuyas lo- Casa en la calle Rodriguez Objío, Gazcue.
en la César Nicolás Penson, Gazcue. Foto Ricardo Briones.
hallaban a lo largo de la hoy avenida Independencia. Las del lado sur tenían sus baños privados de mar, calizaciones aún hoy día se pueden apreciar. Aún pueden verse algunas de estas casas en la calle Doctor
Foto Ricardo Briones.
Conjunto de apartamentos en la avenida
Jardín frontal de casa en la calle Cervantes.
que consistían en casas abiertas al mar, protegidas por rejas de hierro para impedir la entrada de los tibu- Delgado y en la Pedro Lluberes. En ocasiones los adquirientes de solares los dividían en dos, de 12.5 de Bolivar, Gazcue. Arq. Teófilo Carbonel, c.1955.
Foto Ricardo Briones. rones. La “estancia” de mi abuelo no era un sitio de placer, sino una empresa que llamaríamos hoy “agroin- Foto Ricardo Briones.
frente y otras veces unían varios solares formando parcelas que luego revendían en porciones más peque-
dustrial” (...) En otros tiempos habían parcelas sembradas de caña de azúcar y hasta un ingenio primitivo ñas. Los desagües pluviales consistían en zanjas abiertas a ambos lados de las calles y se llegaba a las ca-
llamado “La Encarnación” donde estuvo después del aeropuerto del mismo nombre, luego llamado Gene- sas mediante puentecitos. La urbanización de mi abuelo era al norte de la hoy avenida Bolívar. El agrimen-
ral Andrews. Mi abuelo comenzó la urbanización de esos terrenos imitando lo que había visto en Santurce, sor que realizó el trabajo fue don Arístides García Mella, a quien mi abuelo pagó con tierras. Don Arístides
Puerto Rico, donde iba todos los años a los baños termales de Coamo. Creo que la primera calle que se construyó su casa en la calle que llamó Moisés García en honor a su padre. Al sur de la avenida Bolivar, al-
abrió fue la hoy Doctor Báez. Mi abuelo vendía solares de mil metros, los cuales tenían 25 metros de fren- rededor de la avenida Pasteur, estaban las tierras de don Enrique Henríquez, llamadas “La Primavera”. Al
te por 50 de fondo. Se exigía que las personas construyeran casas aisladas y dejando un jardín, cuyas di- ver don Enrique que mi abuelo tenía éxito en parcelar sus tierras, quiso hacer lo mismo y también buscó a
mensiones también se estipulaban. No se debían construir casas contiguas como en la parte colonial o en don Arístides García Mella. Como don Enrique y mi abuelo tenían diferencias políticas, él encargó a don
Ciudad Nueva. No se destinó ninguna porción para parque porque se entendía que toda la urbanización Arístides urbanizar su porción “de manera que mis calles no coincidan con las de Pedrito”. Es por esto que
sería un gran jardín. En algunas ocasiones mi abuelo vendía las viviendas ya construidas, las cuales eran las calles que van de sur a norte desde la avenida Independencia hacia la Bolívar no coinciden con las que
todas iguales, consistentes en una galería al frente; cuatro “cuartos” (sala, comedor y dos aposentos) y un parten de la avenida Bolívar hacia el norte. El Ensanche Lugo fue urbanizado mucho tiempo después y los
“martillo” que comprendía otro aposento, un cuarto de baño y la cocina. En la parte posterior otra galería solares y las casas que se construyeron allí eran más pequeños que los de Gazcue o La Primavera. Poco
enlazaba todas estas habitaciones. Había un aljibe (no había acueducto) y sobre el techo (que era de zinc) a poco se le fue dando el nombre de Gazcue a todos los ensanches al oeste del Parque Independencia y
habían tanques de metal, como los que se usan ahora para la basura, o tanques de concreto sobre la co- “vivir en Gazcue” era signo de poderío económico y social. Sin embargo, la entrada a la avenida Bolívar por
cina y el cuarto de baño para suplir agua a estas dependencias. El agua llegaba allí bien fuera por lluvia o mucho tiempo estaba afeada por un solar baldío donde se instalaban los circos, y por una tenería perte-
haciéndola subir de los aljibes mediante bombas de mano. En el patio posterior había una gran habitación neciente a la familia Polanco, dueña de esos terrenos. Luego estuvo allí la Santo Domingo Motors y por úl-
(cochera o garage), cuartos para el servicio y una letrina. El inodoro del cuarto de baño también descarga- timo la Ferretería Read”.
ba en una letrina, pues no había cloaca. Las casas eran construidas bien levantadas del suelo, lo que for- Mientras tanto, Guillermo González Sánchez, el más destacado de todos los autores modernos dominicanos,

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Escalera central en la residencia hoy ocupada acude a Columbia University mientras trabaja en el taller de Edward Durrell Stone y termina siendo el mejor
por la Embajada de España en Santo
Domingo. c. 1948. José Antonio Caro Álvarez. estudiante de su promoción en Yale University, premiado con un viaje de estudios al sur de España, donde
Foto Jochi Marichal.
entra en contacto con las raíces de la nueva arquitectura moderna española, entonces en gestación, y cono-
Apartamentos en la Leopoldo Navarro.
ce a su futura esposa. González había sido educado bajo el rigor de los cánones académicos del Beaux Arts,
c. 1948. José Antonio Caro Álvarez.
Archivo CARALVA. como se aprecia en su tesis de grado para un nuevo ayuntamiento en la ciudad de Santo Domingo y en los
Cuartel de Bomberos de Santo Domingo. virtuosos dibujos realizados en sus viajes de estudio.17 Su impronta en la cultura local es singularmente im-
1944. José Antonio Caro Álvarez y Guillermo
González. Archivo General de la Nación. portante, a todas luces prometeica. Su hermano Alfredo, quien funge como contratista principal de todos los
El Arq. José Antonio Caro Álvarez. proyectos de la empresa González & González, es también un diseñador capacitado de valor propio, aunque
Archivo CARALVA.
su imagen se haya visto empañada por la relevancia de su hermano Guillermo en los anales de la historia.
Paraninfo de la Facultad de Ciencias Médicas,
Universidad de Santo Domingo. 1944. José Antonio Caro Álvarez (1910-1978), probablemente el más prolífico y con mayor formación intelectual, re-
José Antonio Caro Álvarez. Foto Max Pou. gresa de Francia después de la Exposición Universal del 25 y deja establecida una secuencia generacional que
permanece hasta nuestros días –con la participación de sus hijos José Antonio –Tony– (1943) y Danilo Caro
Ginebra (1949) y su nieto Juan Cristóbal Caro Gómez (1971). Caro gana un premio por su diseño para un tea-
tro mientras permanecía en París.18 Su obra de gestión traspasa los límites de la arquitectura y el urbanismo
y abraza otras disciplinas como la arqueología, el arte. Fue promotor del Museo del Hombre Dominicano y jun-
to a sus hijos, diseñador, además de uno de los principales mecenas del arte y la cultura. Entre sus obras prin-
cipales se encuentran sus edificios para el campus de la Universidad de Santo Domingo (USD), las obras lle-
vadas a cabo para la celebración del Centenario de la República, el Palacio de la Policía Nacional, el Banco
Agrícola, la Maternidad Julia Molina, hoy Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia y sus obras de fin del pe-
ríodo, –Banco Central de la República, Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos y Palacio de
Correos– interpretaciones contemporáneas de ese clasicismo tardío que vistió la dictadura en sus postrime-
rías. Para la Feria, en el 55, es encargado de la ejecución del Hospital Angelita para Niños, hoy Robert Reid,
utilizado como hotel de apoyo durante la realización del evento.

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4.4

La modernidad del régimen y el 1er. Centenario de la República:


“Programa de obras”
Las primeras obras de la vanguardia racionalista se producen hacia 1937. Ya vimos como Guillermo Gon- Vista superior de las escaleras del
Edificio Copello, Santo Domingo. 1938.
zález rompe con la indiferencia típica del habitante capitalino hacia su costa y desarrolla el llamado Par- Guillermo González. Foto Onorio Montás.

que Ramfis en honor al hijo del Generalísimo Trujillo. Esta plaza pública apaisada, ganada por concurso,
El Arq. Guillermo González.
que se desliza suavemente hacia el mar Caribe, es hoy una de las pocas obras del primer modernismo Archivo Omar Rancier.

que ha sido rescatada íntegramente. Producto de su notable trabajo, González realiza, en 1938, los pro-
yectos para dos obras fundamentales: el edificio Copello, en el corazón del Centro Histórico, y el ante-
proyecto original para el Hotel Jaragua, el más relevante proyecto de toda su carrera. Ambos requieren
de una mirada detallada.
Será fácil reconocer que la calle El Conde, principal arteria comercial de la ciudad de Santo Domingo
era, hacia estos años y hasta fines de la década del 50, el espacio donde se ostentaban los principa-
les logros de la arquitectura en el país. Es dentro de este ambiente tan cargado de historia, que Gon-
zález actúa con su primer proyecto de envergadura.
El Copello mantiene la escala del conjunto histórico de la Ciudad Primada de América, no así su im-
postación estilística. Un edificio de esquina, raramente trabajada en la arquitectura colonial común de
su entorno inmediato, estratifica su curva fachada con bandas horizontales de ventanas continuas,
asumiendo recetas corbusianas en territorio americano colonial, retirando el primer piso comercial a
un plano que se protege con el voladizo de los 3 pisos superiores. El edificio se conserva admirable-
mente bien. Después de más de 60 años de abuso –fue la muy atacada sede del Gobierno Constitu-
cional durante la Guerra Civil de 1965, entre otras vicisitudes– conserva sus servicios sanitarios, sus
luminarias y su ascensor Otis original, funcionando razonablemente bien. Su esquema fue después in-
terpretado por J.A. Caro en El Palacio y La Ópera, y por Ruiz Castillo en el González Ramos. Es po-
sible que la primera versión haya sido la de Trueba en el edificio Cerame, atribuido a una firma nortea-
mericana de arquitectos. Así se establece la tipología de numerosos edificios de esquina ubicados en
contextos históricos del país.

MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 |237


Ángulo sureste del Edificio Copello, Página anterior:
Santo Domingo. 1938. Guillermo González. Planta y alzado del Edificio Copello, en
Foto Ricardo Briones. la calle El Conde de Santo Domingo. 1938.
Guillermo González. Archivo Enrique Penson.
Ángulo sureste del Edificio El Palacio,
Santo Domingo. c. 1945. José Antonio Caro Espectacular toma del conjunto formado por
Álvarez. Archivo CARALVA. el bloque original y su anexo de 1945 del
Hotel Jaragua, en Santo Domingo. Guillermo
Hospital de Maternidad La Altagracia,
González. Archivo OGM.
originalmente Julia Molina. 1944.
José Antonio Caro Álvarez. Archivo CARALVA.

En esta página:
Vista desde el sureste del conjunto del
Hotel Jaragua y anexos. En primer plano
los famosos bungalows frontales.
Guillermo González. Archivo OGM.

Vista noroeste del conjunto del Hotel Jaragua


y anexos. Guillermo González. Archivo OGM.

Interior del espacio social del Roof Garden


del Hotel Jaragua. Guillermo González.
Archivo OGM.

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El emblemático Hotel Jaragua fue perdido en el año 1985, a pesar de una feroz oposición ciudadana. Fue la casa Telefunken, por su asociación a formas del universo industrial europeo. Esta casa, también per- Fachada norte de la Casa Pichardo en la
avenida Independencia, Santo Domingo. 1940,
destruido para dar lugar, innecesariamente, a un hotel diseñado en los EE.UU., sin ninguna consideración dida, se encontraba en la avenida Independencia en uno de los lotes que hoy ocupa el enorme comple- demolida para dar cabida al Malecon Center.
Guillermo González. Archivo DoCoMoMo
por la cultura local. Al momento de la inauguración del edificio original, en el año 1942, constituyó la obra jo multiusos del Malecón Center. De una estructura volumétrica similar a la Schad, la residencia Pichar-
Dominicano.
de arquitectura más importante realizada por el gobierno dominicano en décadas.19 No sólo su esquema do ostentaba un aún mayor refinamiento minimalista, de longitud más acusada.
Edificio de apartamentos conocido como
planimétrico, ni su admirable solución de volúmenes sometidos a una sutil rotación orientada –de nuevo– Esta búsqueda de González no se alejaba, sin embargo, de su agudo sentido del contexto, tal y como El Jaraguita, en el Malecón de Santo
Domingo. 1945, poco antes de ser demolido
al mar Caribe, sino la tropicalidad pionera de sus espacios, la sofisticación de sus terminaciones y la con- demuestra en el año 52 cuando realiza una serie de 7 casas para el personal directivo del Ingenio Con- para dar pasó a un estacionamiento
del Hotel V Centenario. Guillermo González.
fortable dotación de sus servicios, le confieren la distinción de haber sido el primer hotel de categoría in- suelo, en San Pedro de Macorís, de exquisito apaisamiento y pertenencia a la llanura cañera de la región,
Foto Onorio Montás.
ternacional y absoluta modernidad realizado en la región, mucho antes que el Caribe Hilton de San Juan o toda otra serie de casas posteriores, algunas ya inexistentes como la Peynado, demolida para alojar al
Alzado y planta de la Casa Schad, Santo
de Puerto Rico, (de los maestros Toro, Ferrer y Torregrosa)20 y del muy alterado Panamá Hilton (del des- Templo de Los Mormones en la avenida Bolívar. Domingo. 1939, demolida. Guillermo
González. Archivo Enrique Penson.
tacado arquitecto Ricardo Bermúdez).21 Admirado por locales y por visitantes, el Hotel Jaragua se convir- Inmediatamente después de completar la primera etapa del Jaragua, González inicia un grupo de edifi-
Planta de la Casa Pichardo, 1940, demolida.
tió en el estandarte de la recién nacida modernidad dominicana. Richard Neutra, en su visita de 1945 al cios de apartamentos para la venta, de exitosa aceptación. En uno de ellos, el llamado Jaragüita (1945), Guillermo González. Archivo Enrique Penson.

país, elogió abiertamente los resultados. González se consagra, a partir de entonces, como el joven pro- localiza su estudio y desarrolla el resto de su carrera, frente a ese mar Caribe tan valorado en su obra. Fachada oeste de la Facultad de Odontología
de la Universidad de Santo Domingo. 1947.
digio que fue, y produce, en la rígida estructura del régimen trujillista, la primera brecha que cuestiona los Paralelamente, ejecuta varios hoteles para el estado (la ampliación y los bungalows del Hotel Jaragua Leo y Marcial Pou Ricart. Archivo DoCoMoMo
esquemas aplicados hasta entonces por autores afectos al régimen, tales como Henry Gazón Bona. (1945), el Hotel Paz (1955), siendo el más relevante el Hotel Hamaca (1951), en la Playa de Boca Chica, Dominicano.

Quizás el mejor ejemplo de este racionalismo blanco y purista al que nos referimos es un par de casas, un hermoso conjunto de hormigón literalmente afincado en el agua de la calmada playa. Otro de sus ho- Ángulo sureste de la Facultad de Ingeniería y
Arquitectura de la Universidad de Santo
ambas demolidas, ejecutadas por Guillermo González a fines de los años 30 y en los primeros años de teles es el Montaña, en la nueva carretera a Jarabacoa, donde utiliza recursos de la paleta puesta de mo- Domingo, 1955. José Antonio Caro Álvarez.
Archivo CARALVA.
la década del 40. Se trata de las casas para las familias Schad (1939) y Pichardo (1940), ambas en San- da por Auñón, aunque sin el acierto de éste, como se verá en el capítulo siguiente. Uno de los pocos
to Domingo. La primera estuvo localizada en la parcela que hoy ocupa el Museo de Historia Natural, en ejemplos remanentes de este período de gran actividad para González y su hermano Alfredo –quien en
el lindero sur de la Plaza de la Cultura. Esta residencia de dos niveles, conformada por unos paralelepí- realidad, como sabemos, ejercía las funciones de contratista general en las obras, a la par de algunas in-
pedos blancos resueltos en barra y acotados por una terraza abierta, fue por largo tiempo olvidada has- cursiones como proyectista– es el edificio de apartamentos González, en la calle Pasteur. Este elegante
ta reaparecer en el ámbito crítico local, en la excelente recopilación documental del Ing. Enrique Penson bloque se apropia del barrio de Gazcue con una escala magistralmente manejada, reduciendo el impac-
Paulus, Arquitectura Dominicana 1906-1950, de reciente aparición.22 González realiza en 1940 una de to de esta gran masa por medio de la típica horizontalización de los vanos y una solución urbana senci-
sus obras más paradigmáticas, la Residencia Pichardo. De absoluto y blanco racionalismo, fue llamada lla pero admirable.

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Bloque principal del Colegio Santo Domingo, El año de 1944 dio ocasión a la celebración del 1er. Centenario de la fundación de la República Domini-
en la avenida Bolívar, Santo Domingo,
hacia 1950. Humberto Ruiz Castillo. Archivo cana. El presidente Trujillo y sus intelectuales desarrollan un memorable plan de edificaciones públicas y
DoCoMoMo Dominicano.
de eventos, nunca antes vistos en el país. Se dicta la Ley 675, del 31 de agosto de 1944, publicada en
Fachada sur del Hospital para Tuberculosos
la Gaceta Oficial N.6138, que incorpora un “Plan General de Urbanización y Embellecimiento de las Ciu-
Dr. Martos, en la avenida John F. Kennedy,
antes avenida San Martín, Santo Domingo. dades de la República”, vigente por largos años.23
1944, demolido. Leo y Marcial Pou Ricart.
Archivo DoCoMoMo Dominicano. El Hotel Jaragua fue en realidad la cabeza de serie –si bien la más sobresaliente– de un grupo de hote-
Residencia García Recio, en la calle les del Estado, ejecutados para promover el turismo interno en todo el país. Esta iniciativa produjo du-
Dr. Delgado esquina México, Santo Domingo.
rante dos décadas obras tales como los hoteles de San Cristóbal, San Juan, Barahona, Jarabacoa,
c. 1945. Humberto Ruiz Castillo.
Foto Luis Nova, Archivo AAA. Constanza, Santiago, Higüey, Boca Chica, y de nuevo en Ciudad Trujillo con el Hotel Paz (hoy Santo Do-
mingo Norte), etc., muchos de ellos asignados a destacados profesionales dominicanos. De esta forma
se inicia el catálogo del patrimonio dominicano en el área de la hotelería pública, tan maltratado e igno-
rado en los tiempos actuales.
La realidad es que la gran cantidad de proyectos se llevan a cabo dentro del nuevo estilo producido por
los cánones del Movimiento Moderno. Los hermanos Pou diseñan las Escuelas Normales, los hospitales
Dr. Martos y Marión; Caro hace, junto a González, el Cuartel de Bomberos, el Casino de la Playa de Güi-
bia y el Hipódromo Perla Antillana. El nuevo campus para la Universidad de Santo Domingo es proyec-
tado por González, Caro y José Ramón Báez Lopez-Penha, en un esquema axial sumamente funcional
y de modernidad ambivalente. De este conjunto urbano singular sobresale el edifico para la Facultad de
Medicina (1944), uno de los más soberbios edificios modernos dominicanos, ejecutado admirablemente
por José Antonio Caro, quien proyecta posteriormente, en 1955, la Facultad de Ingeniería y Arquitectu-
ra. En este primer gran proyecto urbano emprendido por el Estado, participan también los hermanos
Marcial y Leo Pou Ricart y uno de los autores y profesores universitarios más renombrados, Humberto
Ruiz Castillo, entre otros. Una investigación reciente arroja imágenes de gran modernidad.24

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Esquina sureste del Edificio Saviñón, en la He aquí la contradicción: Mientras los arquitectos formados académicamente se entregaban al más co- la Dirección de Edificaciones, Leo Pou realiza importantes obras, tales como el Hospital Morgan, las Secre-
calle El Conde, Santo Domingo. c.1945.
Octavio y Gloria Iglesias Molina. rrecto y vanguardista estilo moderno, entendiéndolo como la tendencia arquitectónica capaz de emble- tarías de Agricultura y otros edificios públicos originalmente ubicados detrás del Palacio Nacional y el com-
Foto Luis Nova, Archivo AAA.
matizar con más fuerza los reales adelantos que demostraba el Estado trujillista en torno al 1er. Cente- plejo para el Instituto Saleciano de San Cristóbal. Sus casas obedecen a esta misma fórmula. Muchas de
Estudio de la fachada principal del edifico
para Radio Tevisión Dominicana. c.1947.
nario, otros, también apoyados por el mismo sistema, actuaban dentro de una estilización clasicista ab- ellas, si no todas, hoy han sido transformadas o destruidas, sobre todo aquellas localizadas en Gazcue,
Octavio y Gloria Iglesias Molina. solutamente reaccionaria a los adelantos internacionales del momento. Esta dualidad, esta especie de campo de ensayo fundamental para estos jóvenes autores del momento. El edificio del Congreso Nacional
Archivo DoCoMoMo Dominicano.
esquizofrenia proyectual, se mantiene a lo largo de dos décadas y define, de cierta manera, la bipolari- en La Feria de la Paz, es atribuido a Leo Pou, actuando en colaboración con González.
Instituto para Señoritas Salomé Ureña de
Henríquez, calle Padre Billini, Santo Domingo. dad de la arquitectura del período. Este hecho, común en otras dictaduras latinoamericanas, se expre- Humberto Ruiz Castillo fue ante todo un profesor de excelsas cualidades y exigente rigor. Su abundan-
c. 1944. Marcial Pou Ricart.
Foto Luis Nova, Archivo AAA.
sa en obras tales como el Teatro San Martín del ortodoxo moderno Mario Roberto Álvarez y por otro la- te obra –iniciada algunos años antes que la de sus coetáneos– incorpora el Art Deco a la arquitectura

Hospital Morgan, Santo Domingo. c. 1947. do, la Fundación Eva Perón, de riguroso academicismo, en el Buenos Aires de Perón; en el Brasil, du- dominicana más que la de cualquier otro arquitecto, evidenciándose en sus primeras, como su residen-
Leo Pou Ricart. Archivo DoCoMoMo rante el gobierno de Getulio Vargas se construyen paralelamente el Ministerio de Educación y Salud de cia en la calle Santiago casi esquina Danae, en la hermosa Casa Recio de la Dr. Delgado esquina Méxi-
Dominicano.
Lucio Costa y su equipo, y el Ministerio de Hacienda, en estilos opuestos; en Caracas se construyen al co (1934) y en múltiples proyectos realizados dentro de su labor como arquitecto diocesiano, como la
Casa De Mondesert, Santo Domingo.
c. 1934. Humberto Ruiz Castillo. mismo tiempo la Ciudad Universitaria de Carlos Raúl Villanueva, máxima expresión de la modernidad ve- Iglesia de San Juan Bosco (1939) y la impresionante Iglesia de Moca (1956). Una de sus obras más res-
Foto Luis Nova, Archivo AAA.
nezolana y la axial y académica Escuela Militar, de Luis Malaussena. petadas, recientemente restaurada, es la del Alma Mater de la Universidad de Santo Domingo (1955),
Edificio conocido como La Metralla,
en la Calle de las Mercedes, Santo Domingo. Los Pou Ricart obtienen sus diplomas en Bélgica y realizan, antes de emigrar a la Florida a finales de la dé- aparentemente realizada junto al arquitecto francés André Dunoyer de Segonzac, quien se encontraba a
c. 1948. Humberto Ruiz Castillo.
cada del 50, un numeroso catálogo de proyectos singularmente modernos. Son en realidad los autores más la sazón en el país para llevar a cabo su proyecto ganado por concurso internacional para la Basílica de
Foto Luis Nova, Archivo AAA.
cercanos a ese racionalismo europeo de testeros semicirculares, fenestramientos horizontalizados rítmica- Nuestra Señora de la Altagracia, en Higüey.25 De su autoría es también el moderno y coherente plantel
Alzado y plantas de la casa De Mondesert,
Santo Domingo. c. 1934. Humberto Ruiz mente interrumpidos por partesoles y blanca volumetría, lenguaje hoy identificado con la temprana moder- para el Colegio Santo Domingo, en la avenida Bolívar y la casa del Dr. Balaguer en la avenida Máximo
Castillo. Foto Luis Nova, Archivo AAA.
nidad internacional, tan común en La Habana, San Juan, Bogotá, Buenos Aires y otras ciudades de la re- Gómez y la construcción de la Nunciatura Apostólica en la César Nicolás Penson, diseñada en Roma a
gión en aquellos años previos al desarrollo de una estética de raigambre local. El Instituto de Señoritas Sa- la manera de la típica “palazzina” ecléctica romana.
lomé Ureña, enclavado en el pleno Centro Histórico de Santo Domingo colonial, es construido en 1942 si- También afiliados a la corriente Art Deco fueron los ingenieros y arquitectos Gloria y “Tribito” Iglesias Mo-
multáneamente a la Escuela Normal de Varones, el Hospital Antituberculoso Dr. Martos (hoy Campus I de lina, autores de proyectos de gran escala para el Palacio de Telecomunicaciones, el elegante edificio de
la UNPHU, recientemente demolido para dar paso a una cadena internacional de mueblería) y el Hospital R. Esteva y Cía., en la Calle El Conde –originalmente comisionado como sede de la Lotería Nacional– y
Marión, modelo original de diseño frecuente en otros países del área. Desde su cargo como arquitecto en el Palacio de Radio Televisión Dominicana.

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4.5

Los inmigrantes del 39: la tranformación del arte dominicano.


“Toreando submarinos”
El cambio hacia la modernidad se produce tímidamente en el universo doméstico, con una sobresalien- Vista frontal de la Casa Ricart en Jarabacoa.
1943. Tomás Auñón y Joaquín Ortiz.
te excepción. En 1939, la Guerra Civil española nos lega artistas de enorme trascendencia, resultado de Foto Gustavo Moré.

esa forzada migración que tanto enriqueció el universo latinoamericano, desde el Caribe hasta la Pata- Alzado frontal de la Casa Nadal, en Jarabacoa.
1941. Tomás Auñón y Joaquín Ortiz.
gonia, como ha sido reconocido en varias obras recientes de sobresaliente academia. Baste recordar la
Archivo Enrique Penson.
abundante obra del Ing. Félix Candela en México como ejemplo destacado, tanto en la tipología indus- Boceto de Auñón para un comercio en la calle
trial como en la religiosa. Palo Hincado, Santo Domingo, c.1946.
Archivo Docomomo.
La República Dominicana atrajo a un grupo de autores sumamente representativos de esta avanzada, no
sólo en la arquitectura, sino también en las letras y en las artes plásticas. Dos de los más renombrados
son sin dudas el arquitecto catalán Tomás Auñón (1909-?) y el Ing. madrileño Joaquín Ortiz García, quie-
nes llegan “toreando submarinos”. Según el libro Arquitecturas del exilio español (2007, ver bibliografía),
Auñón “… participa en la retirada de Cataluña y pasa sus primeros meses de exilio en el campo de con-
centración de Saint-Cyprien, del que sale gracias al apoyo del Comité Nacional Británico de Ayuda a Es-
paña. A mediados de año se ubica en Perpignan. Llega a República Dominicana el 11 de enero de 1940,
en el buque Cuba, procedente de Burdeos. Ese mismo año realiza la remodelación del Café Ariete en
Santo Domingo (..) En 1945 se traslada a México, trabajando en la realización de sets y decorados en la
industria cinematográfica. Ese mismo año se asocia con Oscar Coll Alas, quien también viene de Repú-
blica Dominicana. A partir de (...) 1962 su figura se desvanece, sin haber sido posible encontrar mayo-
res datos sobre el final de su carrera y de su vida”.26 Aislados por sus ideas de izquierda en las monta-
ñas de Jarabacoa, estos autores junto a varios artesanos más, conforman un equipo y producen el di-
seño y la ejecución de un grupo de fascinantes casas, usando materiales del lugar, en ese entonces des-
vinculados del resto del país. Todavía hoy, a pesar de las inevitables transformaciones que han sufrido
varias de estas estructuras, sorprenden sus exquisitos e ingeniosos herrajes, mobiliarios y artefactos in-
tegrados magistralmente al espacio arquitectónico. De un gusto nórdico, más cercano a Aalto que a la
tradición del Modernisme catalán –gusto que durante muchos años representó, de alguna manera, la es-

MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 |247


Casa García en la calle Pasteur, Gazcue, tética a seguir en la arquitectura típica de este enclave turístico en la Cordillera Central–, las casas Na-
Santo Domingo. c. 1945 Tomás Auñón y
Joaquín Ortiz. Foto Gustavo Luis Moré. dal, Barceló, Ricart, Armenteros, Ocaña y algunas 5 casas más, inauguran en el país un vocabulario iné-
Edificio Santos en la calle Pina, Ciudad Nueva, dito de estructuras en mampostería de ladrillo, paramentos de piedra de río, madera oscura y formas
Santo Domingo, c.1945. Tomás Auñón y
modernas, que le confirió a Auñón su salvoconducto para eventualmente trasladarse a Santo Domingo
Joaquín Ortíz. Foto Ricardo Briones.

Casa Molinari. Calle Benito Monción esquina


y producir un itinerario de las más extraordinarias casas privadas en el sector de Gazcue y, notablemen-
Santiago, Gazcue, Santo Domingo. 1943. te, el Monumento Trujillo-Hull, mejor conocido como el “Obelisco Hembra”, que rememora el saldo de la
Tomás Auñón y Joaquín Ortiz.
Foto cortesia familia Molinari. deuda externa del país con los EE.UU. También ejecuta el edifico para el Instituto Escuela (1943), cole-
Alzados y planta de la Casa Molinari.1943. gio de gran renombre para toda la sociedad capitalina de antaño, enclavado en el flamante barrio de La
Tomás Auñón y Joaquín Ortiz.
Archivo Enrique Penson.
Primavera, hoy asimilado por la denominación generalizada del Polígono de Gazcue.

Casa Armenteros, Jarabacoa. 1943. Tomás La paleta cambia con el cambio del contexto rural jarabacoense al urbano de Ciudad Trujillo y con la dis-
Auñón y Joaquín Ortiz. Foto Eduardo Guzmán.
ponibilidad de materiales industriales. La forma se libera, los espacios se llenan de luz en, por ejemplo,
las perdidas Casa Molinari o la Benítez Rexach. La Molinari, demolida para hacer espacio a un desarro-
llo inmobiliario, era a nuestro juicio, la más lograda de todas, con sus arcadas y su escalera compensa-
da de escultural virtuosismo. Se establece el gusto por galerías con arcadas de medio punto, como en
la Casa García, en la calle Santiago –tema iniciado en la Casa Armenteros de Jarabacoa–; parabólicas
como en la Pol, la Vitienes y la Molinari, o rebajadas. Varios jóvenes arquitectos del período heredan el
leitmotiv de las arcadas de amplia luz, recurso que perdura por décadas.
En el ámbito de Ciudad Nueva, está el extraordinario edificio Santos, en la calle Pina, caracterizado por
sus 4 niveles destinados a usos diversos –comercio y oficinas en los dos primeros y apartamentos en los
dos superiores– que posee una de las fachadas de mayor gracia en su entorno, a la par de un ático re-
tranqueado respecto a sus linderos, de luminosa espacialidad. La obra de Auñón, poco divulgada, se
realiza en apenas 6 años de práctica antes de su migración definitiva a México y constituye uno de los
capítulos más relevantes de la modernidad regional.27

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4.6

La aplicación del modelo trujillista de equipamiento público


Henry Gazón Bona (1909-1982) regresa de París hacia 1930 y al poco tiempo se personifica como el Estatua de Rafael Leonidas Trujillo,
hoy inexistente, en el plinto frente al
autor más cercano al régimen hasta su “caída en desgracia” en 1954, justo al entregar la monumen- Monumento a la Paz de Trujillo, Santiago.
Henry Gazón et al, 1944. Foto Max Pou.
tal residencia diseñada y construida para el dictador con recursos de sus adláteres en el Cerro, San
Alzado y plantas de la residencia conocida
Cristóbal, la provincia natal de Trujillo. Esta obra última ejemplifica el ecléctico gusto de su autor, en
como Casa Vapor. Calle Francia esquina
realidad más cortesano –músico, astrónomo, decía su tarjeta de presentación– que arquitecto. Reali- Dr. Delgado, Gazcue, Santo Domingo. 1945.
Henry Gazón. Archivo Enrique Penson.
za para muchas instituciones públicas sus edificios: liceos, estaciones de policía, escuelas secunda-
rias, iglesias, monumentos conmemorativos y todos los edificios para el Partido Dominicano. La ciu-
dad de San Cristóbal posee una larga ruta de edificios públicos de Gazón: el Hotel, la Iglesia –donde
fue llevado el cadáver de Trujillo antes de su periplo hacia París–, el Partido Dominicano, el Liceo Mu-
sical, la Escuela y muchos otros espacios públicos más. Su Monumento a la Paz de Trujillo, en San-
tiago de los Caballeros, sigue siendo hoy, una de las huellas indelebles de esa ciudad mediterránea en
la geografía dominicana. Un símbolo representativo, más ícono que edificación, como su incierto des-
tino ha comprobado, al no responder a un programa funcional que le sostenga en el tiempo. Proba-
blemente el único programa de infraestructura militar que ha llevado a cabo el país en la frontera con
Haití se debe a Gazón, quien ejecuta los puestos de mando fronterizos en Elías Piña y otras localida-
des, además de múltiples fortalezas en Ciudad Trujillo y en las principales ciudades. Entre sus obras
memorables se encuentra la primera, su renombrada y hoy lamentablemente maltratada Casa Vapor,
de 1936, “...cuyas airosas líneas marineras campeaban sobre un apacible mar de grama. Con su proa
al oriente, la rara nave oteaba el horizonte”, escribió Gimbernard sobre ésta.28
En una de sus notas documentadas en el Centro de Inventario de Bienes Culturales, Nerva Fondeur nos
cuenta: “La ‘casa vapor’ ubicada en terrenos propiedad de su padre Louis Gazón, llegó a recibir más de
7,913 firmas de visitantes nacionales y extranjeros, apareciendo reseñada en abril de 1939 en el periódi-
co The Sunday Star de Washington en la sección titulada ‘Strange as it seems’ bajo la firma de John Hix.
En 1939 se reúne en ésta el ‘Comité Pro Asociación de Ingenieros y Arquitectos’ eligiendo una directiva

MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 |251


Puesto de vigilancia militar en la frontera Foto de época de la Casa Vapor.
con Haití. c. 1938. Henry Gazón. Calle Francia esquina Dr. Delgado, Gazcue,
Archivo DoCoMoMo Dominicano. Santo Domingo. 1945. Henry Gazón.
Archivo DoCoMoMo Dominicano.
Edificio sede del Partido Dominicano
en Santiago de los Caballeros c. 1950. Escorzo sureste del edificio para el Partido
Henry Gazón. Foto OGM. Dominicano en el Ensanche La Fe, Santo
Domingo. c. 1950. Henry Gazón. Foto OGM.
Iglesia de San Cristóbal realizada por Gazón
en un eclecticismo barroco alucinante. Otra de las múltiples edificaciones erigidas
Foto Ricardo Briones. en todo el país para las sedes del Partido
Dominicano. Henry Gazón. Archivo OGM.
Henry Gazón Bona. Foto Archivo DoCoMoMo
Dominicano/ Estudio prospéctico del edificio
para el Partido Dominicano en el ensanche
Edificio sede del Partido Dominicano en la
La Fe, Santo Domingo. c. 1950.
avenida George Washington, Santo Domingo,
Henry Gazón. Foto OGM.
actual sede de la Secretaría de Estado de
Cultura. c. 1945. Henry Gazón. Foto OGM.

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Palacio de Justicia, Ciudad Nueva, provisional integrada por Eduardo Soler, Rafael Bonelly, Marcial Pou, Humberto Ruiz Castillo, Mario Llube- manual de diseño urbano de 68 páginas de sorprendente actualidad. Pero es, sin lugar a dudas, el eru- Interior del Mercado Modelo de la ciudad de
Santo Domingo. 1944. Mario Lluberes. Santo Domingo. Henry Gazón y José Ramón
Archivo DoCoMoMo Dominicano. res, Leo Pou Ricart, Juan de la Cruz Alfonseca y José Antonio Caro, entre otros. Años después la edifica- dito estudio de Erwin Walter Palm (1910-1988), sobre Los Monumentos Coloniales de La Española,31 Báez Lopéz Penha. c.1944. Foto Max Pou.

Parque en San Cristóbal, ciudad natal del ción fue denominada ‘Victoria”. publicado en 1955 por la Universidad de Santo Domingo (USD) después de haber ensayado con múlti- En primer plano, el arco que domina la
Presidente Trujillo, dotada de toda suerte entrada principal a San Juan de la Maguana.
Otras obras también notables de Gazón, hechas en colaboración con otros profesionales, son el moder- ples artículos previos este importantísimo tema, el más autorizado estudio sobre la arquitectura colonial
de equipamientos públicos. Henry Gazón. Al fondo, el edificio del ayuntamiento.
Archivo DoCoMoMo Dominicano. no Matadero Municipal y el Mercado Modelo de la avenida Mella, estructura de hormigón armado ele- dominicana producido hasta el momento. La consulta frecuente de estos dos tomos de docto análisis y Autor no identificado.
Foto Ricardo Briones.
Planta del Palacio de Justicia, Ciudad Nueva, gantemente abovedada inspirada en tipologías francesas propias del momento, en asociación con el Ing. densa academia es inevitable hasta el día de hoy.
Santo Domingo. 1944. Mario Lluberes. El profesor Erwin Walter Palm y el arquitecto
Archivo Enrique Penson. José Ramón –Moncito– Báez López-Penha (1909-1995). El Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, construido hacia 1944, fue diseñado por Mario Lluberes pa- Eugenio Pérez Montás, en una de sus visitas
a Santo Domingo en 1974.
Gazón, quien logró sostener una de las oficinas profesionales más grandes del país, tiene el mérito de ra el Ing. Rogers dentro de ese estilo academicista, despojado de toda ornamentación, excepto
Archivo Pérez Montás.
haber publicado, si bien casi clandestinamente ya que fue retirado de las prensas antes de su distribu- aquella motivada por los mensajes simbólicos del régimen. Esta obra de Lluberes, que contó con la
ción, el único volumen dedicado a reseñar las obras –en realidad sus obras– ejecutadas durante el man- ayuda de Guillermo González, según se evidencia en su firma calzada en una de las perspectivas pu-
dato de Trujillo. Este singular libro, proscrito por el régimen por razones desconocidas, explica los ele- blicadas en el album de 1937, contrasta con su moderna obra para el edificio Buenaventura, situa-
mentos característicos de la arquitectura de Trujillo, el motivo de su estilización, y sintetiza, a grandes ras- do a apenas dos cuadras de distancia, en la avenida Independencia entre las calles Danae y la Dr.
gos, la visión que sobre El Jefe y su programa de gobierno, poseían Gazón y probablemente muchos de Delgado.
sus colaboradores cercanos. Del epílogo del insólito libro de Gazón se extrae esta cita: “Y así, sin recu-
rrir a exotismos desdicentes de nuestro medio, ni buscar en el África francesa por razones de similitud
climática su inspiración, se ha decidido por lo más apropiado: por un neoclásico propio, de sencilla ins-
piración que ofrece esta doble ventaja: a) La persistencia de las líneas por encima de los caprichos y vai-
venes de las modas y corrientes al uso. b) La flexibilidad que el neoclásico ofrece para expresar filosófi-
camente la raíz de nuestra cultura que, como nuestra raza, proviene de la imposición de una, de adita-
mentos ajenos y de la extinción de otra”.29
La Arquitectura Dominicana en la Era de Trujillo, album n.1 es una excepción a esa resistencia literaria
común en los arquitectos de la época. Sólo otro arquitecto practicante produce un libro de texto sobre
Urbanismo30 de particular calidad. José Antonio Caro escribe en formato mimeo y publica en 1942 este

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4.7

La generación del 50: una nueva actitud


La formación académica de la arquitectura recorre un lento proceso inicial, jalonado por determinados Hotel Hamaca desde la playa de Boca Chica.
1951. Guillermo González. Foto Max Pou.
alcances. En 1938 se crea la carrera de Ingeniero-Arquitecto, diploma otorgado por la Universidad de
Santo Domingo. De las primeras promociones egresan profesionales de la talla de Leonte Bernard Váz-
quez, uno de los estructuralistas más grandes que ha tenido el país. En su pivotal ensayo “La enseñan-
za de la Arquitectura en la República Dominicana: un testimonio”, Manuel Salvador Gautier precisa: “El
Plan de Estudios de 1938 es muy similar al (...) de 1950, con el que cursé mi carrera. Los dos primeros
años (...) se hacían conjuntamente con los Ingenieros Civiles. Las estructuras se daban junto con los in-
genieros (...). En los tres últimos años la diferencia estribaba en que los ingenieros arquitectos daban di-
bujo especializado hacia el diseño de edificaciones y debían tomar materias como Historia de la Arqui-
tectura, Astronomía y otras similares, mientras los ingenieros civiles tomaban materias como puentes, ca-
rreteras, etc.”.32
Gautier cita a Gay Vega, Leopoldo –Polín– Espaillat Nanita, Teófilo Carbonell, Eugenio Pérez Montás y
Roberto Bergés como responsables de la estrategia que produjo la puesta en marcha de un nuevo plan
de estudios orientado a titular arquitectos independientes de la disciplina de la Ingeniería Civil, deslindan-
do así las competencias académicas por primera vez en los estudios universitarios, algo que en realidad
no ocurrió, ya que tanto arquitectos como civiles estaban legalmente en capacidad de diseñar edifica-
ciones.
Mientras Rafael Calventi asume la dirección de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Autónoma
de Santo Domingo (UASD), después del llamado Movimiento Renovador de 1965, Pérez Montás, Bergés
y Manolito Baquero forman el núcleo docente para la creación de la Facultad de Arquitectura y Urbanis-
mo de la nueva Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña. Esa es ya otra historia...
William Reid Cabral (1925),33 santiaguero graduado de ingeniero arquitecto en la Universidad de Santo Do-
mingo, –quien cultiva una estrecha relación con González–, se convierte en el representante de la genera-
ción de relevo. La primera obra que les vincula es la residencia de la familia Vicini en la Máximo Gómez y

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Aspecto que presentaba la escalera de bajada la avenida Independencia, donde originalmente se encontraba el acceso antes de la prolongación del Ma- Asociado a José Manuel –Nani– Reyes (1925-1966), constituyen una oficina de diseño y obras sin para- Elevación sur y plantas de la casa Vicini
a la playa del Hotel Hamaca, poco antes en la Avenida Máximo Gómez, Santo Domingo.
de su transformación y rescate, en 1990. lecón. Esta importante familia de inmigrantes italianos con la que Reid estaba emparentado, continúa la lelo en la Ciudad Trujillo de entonces. Uno de los comentarios que sanamente solían hacer en el taller era 1947. Guillermo González y William Reid
Guillermo González. Archivo OGM. Cabral. Archivo Enrique Penson.
práctica de encargar a arquitectos de prestigio sus obras, iniciada con el palacete Vicini en la 19 de mar- que en cada calle de la ciudad en un momento dado había en proceso alguna obra de ellos. De 1951 a
Casa Vicini en la avenida Maximo Gómez, Edifico de apartamentos El Yaquito,
zo de la Ciudad Colonial, obra de Antonín Nechodoma. González, a la sazón profesor de Reid, –desde 1956, mientras duró la asociación, los encargos se amplían dando lugar a un abundante catálogo de pro-
Santo Domingo. Guillermo González y William en el Ensanche Lugo, Santo Domingo.
Reid Cabral. 1947. Foto Jochi Marichal. sus inicios alumno destacado–, le involucra como arquitecto residente en esta obra de grandes propor- yectos comerciales, apartamentos, hoteles y edificios de oficinas e industrias. Reyes decide independi- c. 1951. José Manuel Reyes y Willliam Reid
Cabral. Foto Archivo William Reid Cabral.
ciones y exigente factura. Esta casa de 1947 rompe con todos los esquemas estilísticos desarrollados por zar su práctica, continuando la misma línea producto de su aprendizaje en la Universidad de Texas y de
Casa no identificada. c. 1958. José Manuel
González hasta entonces. Ya no se trata de aquellos volúmenes puros, blancos, de perforaciones regula- su personalidad organizada y gentil. Reid y Reyes, tanto juntos como separados, consolidaron una prác- Reyes. Archivo familia Reyes Malla.

res geométricamente dispuestas en los planos, del típico apaisamiento de toda su primera obra. La casa tica de altos estándares profesionales hasta la accidental muerte de Reyes, en 1966.34 Edificio no identificado en Santo Domingo.
c. 1958. José Manuel Reyes.
Vicini es la cabeza de serie de una lista de residencias para familias dominicanas distinguidas, que conti- Otra pareja de arquitectos asociados que obtiene gran renombre es la de Manuel –Manolito– Baquero Archivo familia Reyes Malla.
nuó haciendo hasta el fin de su carrera, entre las cuales se encuentra la demolida residencia Peynado, ubi- Ricart (1925-1981) y Edgardo –Gay– Vega Malagón (1924-1999).35 Ambos, formados en el más estric- Arq. José Manuel –Nani– Reyes.
cada en la avenida Bolívar, las residencias Barletta y Vicini en el entonces naciente sector de Arroyo Hon- to modernismo –Baquero bajo la impronta de Mies van der Rohe en el Illinois Institute of Technology en
do en las abruptas colinas situadas al norte de la ciudad capital. El estilo cambia: arcos, muros gruesos, Chicago y Vega en el Politécnico de Madrid–, se dedican inicialmente a realizar casas de sabor tradicio-
contrafuertes, pérgolas, rejas decorativas, escalinatas señoriales, techos de hormigón armado en pendien- nal, como la desaparecida casa Wittkop, entre otras. La paleta moderna muy influenciada por Guillermo
te con terminación tipo Bermuda. Si bien se mantiene limpio el plano de las fachadas y se distribuye efi- González es fundamentalmente aplicada al universo doméstico. Para esta élite de jóvenes arquitectos,
ciente y modernamente el programa doméstico, el espíritu es otro. González inicia una búsqueda de apro- estructurados alrededor de sus profesores universitarios, la obra de la Feria de la Paz fue instrumental en
piación de un determinado carácter local, esa traducción inevitable de los esquemas foráneos a las reali- la puesta en práctica para su oficio. Baquero y Vega construyen el edificio del Palacio del Consejo Admi-
dades y a los gustos tradicionales. nistrativo –hoy Ayuntamiento del Distrito Nacional– diseñado, como todo el conjunto ferial, por la mano
Reid y muchos otros de su generación heredan esta determinación por lograr el enraizamiento del Mo- diestra de González. Sus obras posteriores reflejan no sólo una gran maestría en el arte de la construc-
vimiento Moderno en la República Dominicana. Desde sus primeras obras, esencialmente habitaciona- ción, sino una certera inspiración para imbricar lo criollo con lo moderno, sobre todo en el caso de Ve-
les, incorpora los calados de hormigón, los grandes aleros, las terrazas apaisadas y esa sensación de in- ga, de origen santiaguero.
timidad que el sabio manejo de la escala y la luz proporcionan al espacio. Pero fundamentalmente, el Otros autores comienzan a dejar su impronta en el período. Teófilo Carbonell ejecuta algunos edificios de
triunfo de Reid es su capacidad de integrar arquitectura y naturaleza en una sola palabra, en una sola apartamentos de notable acierto, actuando paralelamente como promotor inmobiliario. Su calidad como
oración. Sus casas constituyen un enorme legado a la cultura doméstica local. constructor le valdrá mucho en años posteriores, en encargos públicos de gran relevancia.

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Residencia en Gazcue. c. 1955. Amable Frómeta (1920-1975) fue uno de los jóvenes levantados bajo la tutela tanto de González como
Margarita Taulé. Foto Ricardo Briones.
de Caro, que desarrolla una destacada carrera en la edilicia pública. Su diseño, asignado dentro del ta-
Residencia en la calle Rosa Duarte, Gazcue,
Santo Domingo. c. 1957. Julio Hernández. ller de González, para la Plaza de las Naciones en la Feria de la Paz (1955), (inspirado en la iconografía
Foto Jochi Marichal.
de la Feria de Nueva York del 39), es uno de los espacios modernos más relevantes del país. Frómeta
Estado actual del Cine Elite, calle Pasteur,
Santo Domingo. 1948. Amable Frómeta.
actúa en múltiples iniciativas de promoción privada de viviendas, apartamentos, espacios comerciales.
Foto Ricardo Briones. Su obra más importante en términos urbanísticos la desarrolla en el ambiente posdictadura dentro de la
Palacio Nacional. Gazcue, Santo Domingo. empresa Nacional de Construcciones, encabezada por el Ing. Juan Bernal: el conjunto de locales comer-
1943-1947. Guido D'Alessandro et al.
Foto Ricardo Briones. ciales y la torre de oficinas conocidas como Plaza Naco. Con este proyecto cierra el círculo iniciado con
su diseño para el Cine Élite, en Gazcue, que contaba con unos sugestivos murales del pintor dominica-
no Jorge Noceda. Interiorista, arquitecto, urbanista, Frómeta aparece temprano en sus estudios como
dibujante en el mimeo escrito por José Antonio Caro para sus cátedras de Urbanismo en la USD.

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4.8

La vigencia del academicismo tardío


En el plano oficial, todavía en los años 50 se impone un marcado gusto por los empaques neoclásicos, Palacio de Bellas Artes, Santo Domingo. 1956.
Ingenieros Asociados con Cuqui Batista et al.
ya obsoletos universalmente en estos momentos en los que el Estilo Internacional se establece y desa- Foto Max Pou.

rrolla en ámbitos latinoamericanos tan destacados como Brasil, Venezuela y México. Dos edificios impor- Planta del proyecto de intervención del
Arq. Antonio Hernández en el Palacio de Bellas
tantes así lo acusan: El Palacio Nacional (1947) y el Palacio de Bellas Artes (1955).
Artes. (2006-2008). Santo Domingo, 1955.
El Palacio Nacional, obra encargada al Ing. Guido D’Alessandro (1895-1954), estuvo originalmente Archivo AAA.

prevista a ser inaugurada en la ocasión del Centenario de la República en 1944. Este imponente edi-
ficio estructurado por medio de la consabida fórmula de patios –a la manera de la Reggia di Caserta
y de tantos otros edificios reales europeos–, desarrolla en 3 niveles todo un programa de oficinas eje-
cutivas y de apoyo, salones emblemáticos para las celebraciones y la pompa oficial, cúpula, estuca-
do en color ocre y todo un itinerario de íconos propicios a la semblanza de otras edificaciones guber-
namentales, no tan lejanas como las de Washington, La Habana o San Juan de Puerto Rico. Aunque
no ha sido comprobado, se atribuye su diseño a un arquitecto bohemio de corta estancia en el país,
dirigido por D’Alessandro, al frente de un nutrido grupo de escultores, yeseros, orfebres y artesanos
de gran calidad. La obra se levanta imponente al terminar la cuesta prospéctica de la calle Dr. Báez,
en el antiguo predio donde se localizaba la llamada “Mansión Presidencial”, típico volumen compacto
con galería perimetral, construida por los norteamericanos durante la ocupación del ‘16. D’Alessandro
participa también en una serie de proyectos para viviendas individuales, de marcada línea Art Deco.
Su poco conocida propuesta para el Paraninfo de la Universidad de Santo Domingo, mejor conocido
como Alma Máter, no fue bien recibida, aunque figuró dentro de los planes originales del complejo ur-
bano presentados públicamente.
Bellas Artes, extraño híbrido de templo griego –de orden dórico arcaico– con cúpula, igualmente do-
mina una de las más fuertes esquinas de la ciudad, cercana al mar Caribe, al iniciar la avenida Máxi-
mo Gómez. Su planta resume las funciones de oficinas y salones de exposiciones al norte y un audi-
torio para 600 personas al sur. Dibujado por Francisco –Cuqui– Batista, (1925) según se dice, bajo es-

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Palacio de Telecomunicaciones. 1945. Octavio trecha supervisión de doña María Martínez, esposa del “Generalísimo”, este edificio ha resistido bien
y Gloria Iglesias Molina. Foto Ricardo
Briones. al paso del tiempo a pesar de una distribución longitudinal rebuscada y poco eficiente. Sus espacios
Iglesia de Moca. c.1957. Humberto Ruiz centrales, en particular la rotonda bajo el domo, son salones de gran dignidad. Estuvo dotado origi-
Castillo. Foto Jochi Marichal.
nalmente de una serie de esculturas colosales de enorme fuerza, realizadas por el escultor catalán ra-
Edificio del Banco de Reservas de
la República Dominicana, calle Isabel
dicado en Santo Domingo, Antonio Prats Ventós (1925-1999), y demolidas brutalmente en algún mo-
La Católica, Santo Domingo. 1955. mento de los años 70.
Alexander Aaron. Foto Ricardo Briones.
Dos de los edificios que tuvieron más impacto en el contexto del Santo Domingo colonial fueron el de
La denominada Casa del Cerro, diseñada
para convertirse en residencia privada Telecomunicaciones –atribuído a Gloria y Tribito Iglesias Molina–, y el magnifico ejemplo de ese neo-
del Presidente Trujillo en San Cristóbal.
c. 1955. Henry Gazón. Foto Ricardo Briones.
clásico internacional a caballo con el Art Deco del Banco de Reservas, de Alexander Aaron, 1955. Su
presencia en el adusto ambiente de la calle Isabel la Católica, en pleno centro histórico capitalino, dic-
tamina un cambio de actitud trascendental en la lectura del espacio urbano.

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4.9

La Feria de la Paz, epígono y epílogo de la era


La Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre,36 celebrada en la Ciudad Trujillo de 1955, bajo la Esculturas e íconos en el Pabellón de las
Naciones, Feria de la Paz y Confraternidad
celosa gestión de don Cucho Álvarez, –quien visita la Feria Mundial del 39 en Nueva York junto a Guiller- del Mundo Libre, hoy Centro de los Héroes
de Constanza, Maimón y Estero Hondo. 1955.
mo González–, constituyó un intento orquestado por el régimen para restaurar sus maltrechas relaciones Guillermo González et al. Foto Max Pou.
internacionales y para dinamizar la economía local. El proyecto más ambicioso jamás acometido por ad- Dibujo en perspectiva del proyecto del
ministración central alguna, tenía además el doble propósito de servir de Plaza Cívica una vez terminado Arq. venezolano Alejandro Pietri para el
pabellón de ese país ante la Feria de la Paz
el evento. Para estos fines se habían redactado algunos planes, uno de ellos en 1937, confiado a los ar- (1955). Hoy en día espera su restauración
como edificio sede de la Sociedad de
quitectos Caro y D’Alessandro, que dejan algunas huellas en la ciudad, tal como la actual ubicación de Arquitectos de la República Dominicana.
la Secretaría de Educación (Caro, 1956), el Palacio de Bellas Artes (IA, Batista et al.,1955) y el entorno
de la Plaza de la Cultura, construido por Joaquín Balaguer en los años 70, transformando los predios de
la residencia del Generalísimo Trujillo. Existe un plano (ver pags. 274-275), reproducido serigráficamente
hace poco tiempo, firmado por Guido D’Alessandro en 1937, que redacta la idea primera para este eje
cívico que sería finalmente construido como el actual Centro de los Héroes. Más allá de la belleza del di-
bujo, las especulaciones urbanísticas en él contenidas resultan fascinantes.37
Pero el proyecto de la Feria, tal y como fue realizado culminando en el mar Caribe con un potente eje nor-
te sur que hoy atraviesa casi toda la ciudad de Santo Domingo, fue encargado a Guillermo González, quien
realiza, más de 30 años después, una versión moderna de su tesis en Yale para el Palacio Municipal.38 En
torno a una fuente circular hermosamente proporcionada, (en la que parece haber participado el arquitec-
to catalán Buigas, en ese entonces involucrado en el Teatro Agua y Luz), distribuye los edificios para el Con-
greso Nacional, la Suprema Corte de Justicia, La Procuraduría General de la República, varias Secretarías
de Estado y muchas otras instituciones centrales y autónomas. A pesar del descuido en el que se encuen-
tra hoy el entorno urbano más representativo de la dominicanidad, el proyecto de González evidencia un
dominio maestro de la escala y de los instrumentos necesarios para realizar un espacio público eficiente,
simbólico y de gran belleza, dentro de los esquemas posteriormente sublimizados por Costa y Niemeyer
en Brasilia. No hay en el Caribe un espacio cívico de tal fuerza, de tan refinada estilización.

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Fuente del Teatro Agua y Luz, Feria de la Paz. No sólo los edificios públicos demostraban los adelantos de la arquitectura local, sino muchos otros pa-
1955. Foto Max Pou.
bellones, diseñados y construidos por el equipo de arquitectos cercano a González, casi todos exalum-
Portal de entrada norte al recinto de la Feria.
1955. Fue demolido a raíz de los daños nos suyos. Sobresalen el Pabellón de España (hoy Colegio Loyola), el demolido Pabellón de la ALCOA y
producidos por el ciclón David en 1979.
el Pabellón del Azúcar, realizados estos últimos por William Reid y Nani Reyes.
Guillermo González et al. Foto Max Pou.

Palacio del Congreso Nacional, Feria de la Paz.


Un poco más afuera de la ciudad, sobre el mismo eje del malecón, al oeste, se levantó también la Feria
1955. Atribuído a Leo Pou Ricart como Ganadera, conjunto de galpones abiertos organizados en forma de semicírculo en torno a un anfiteatro,
parte del parti arquitectónico y urbanístico
establecido por González. Foto Onorio Montás. que ha sido escenario de múltiples encuentros en el área de la industria agropecuaria nacional. Hoy en
Maqueta para el Pabellón de las Naciones, día supone un uso mejor, más acorde con los tiempos actuales, dada su especial localización.
Feria de la Paz. 1955. Guillermo González
con Amable Frómeta.
Una nueva generación acompaña en la escena ahora a los maestros de los años 30: Gay Vega, Manuel
Foto Archivo DoCoMoMo Dominicano. Baquero, Teófilo Carbonell, Amable Frómeta, William Reid, Manuel José Reyes, Eduardo Rodríguez
Vista aérea del aspecto que ofrecía el conjunto Schad, Antonio Ocaña (1922) son actores importantes destacados en la década del 50 que garantizan
del Centro de los Héroes en 1991,
dentro del contexto general de la ciudad el tránsito hacia la posdictadura y conducen el cambio hacia la estética internacional que se sustenta en
de Santo Domingo. 1955. Guillermo González
et alt. Foto Stefano Topuntoli.
una reflexión sobre la identidad regional, la cual se basa en un posible estilo moderno criollo apropiado
al clima y a la cultura local. La influencia de Neutra –quien nos visitara años antes–, de Villanueva, de Nie-
meyer y de Pani, se hace evidente tanto en la arquitectura doméstica como en la institucional, con pre-
dominio de las columnas de acero, ventanas de celosías, los calados de concreto y de barro, los quie-
brasoles, los paramentos texturizados y curvos, las inevitables cubiertas planas, los vuelos profundos y
sus quietas sombras y la suave fluidez del espacio en comunidad con la sensual naturaleza caribeña.
Hacia estos años comienza a definirse un profesional de nuevo perfil: el ingeniero civil o el ingeniero-ar-
quitecto, a la orden del diseño. Muchos de ellos representan la vanguardia de la generación actual, en
términos de su asociación creativa al servicio de la mejor arquitectura y el urbanismo dominicanos. Bas-
te citar los casos de Leonte Bernard, Pascal Santoni, Mario Penzo, Margot Taulé (1920-2008) y otros
más, de gran prestigio y con un catálogo abundante de realizaciones.39

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Escorzo sureste de la Basílica de Nuestra
El concurso de la Basílica de Higüey: las postrimerías del régimen Señora de la Altagracia en Higüey. 1947-1971.
Los años finales del trujillismo nos legan pocos trabajos públicos de envergadura. En 1947 se realiza el André Dunoyer de Segonzac y Pierre Dupré.
Foto de Onorio Montás.
concurso internacional para la Basílica de Higüey, ganado por los franceses André Dunoyer de Segon-
Secretaría de Estado de Educación, Bellas
zac y Pierre Dupré. Su construcción se inició en 1954 finalizándose años más tarde, en 1971. El proyec- Artes y Cultos en Santo Domingo. 1955.
José Antonio Caro Álvarez. Archivo CARALVA.
to ganador resume las tendencias de su época, dominada por la poética corbusiana del beton brut o del
Banco Central de la República Dominicana,
brutalismo. Los resultados son en realidad admirables. La calidad de la construcción fue producto de un
bloque original norte. 1957. José Antonio
tour de force acompañado fielmente por los arquitectos, quienes en su memoria publicada recientemen- Caro Álvarez. Foto Ricardo Briones.

te señalan: “La descomposición en paneles de encofrados fue definida por los planos de forma y el mar-
cado de sus juntas que definen, con una exactitud siempre respetada, las paradas del vaciado. La pre-
fabricación de los paneles fue hecha de manera rigurosa gracias a dibujos precisos que respetaron la re-
partición regular de las planchas de 9 centímetros. Este sistema es el que concretiza la modulación di-
mensional de todo el edificio. Ningún encofrado fue improvisado”.40
Recordaremos que Caro Álvarez realiza el primer edificio para el Banco Central de la República, el inne-
cesariamente desaparecido Palacio de Correos y la Secretaría de Educación, 3 edificios hechos en se-
cuencia (1955-57) en un lenguaje de sutil academicismo, estableciendo la tradición de recubrir los edifi-
cios públicos de travertino local y de dotarlos de hermosos murales, generalmente ejecutados por el ar-
tista español José Vela Zanetti.41 Este puede considerarse como un segundo período en la obra pública
de Caro, en el que sustituye la modernidad del volumen puro por el clacisismo afrancesado que le resul-
taba familiar debido a su educación. La obra de Auguste Perret puede servir de referencia. El caso de la
arquitectura de Caro Álvarez es digno de análisis. Sus casas –mayormente neocoloniales– y sus edificios
públicos, sobreviven décadas y períodos políticos sin cambios sustanciales, a diferencia de los edificios
de González, por ejemplo, que han sido alterados o demolidos sin compasión. ¿Qué razón determina
que esto ocurra? ¿Buen diseño, buena construcción, qué motivo imponderable lo permite?

MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 |271


4.10

Ciudad Trujillo y Santiago: opuestos en política urbanística


La impronta del régimen en el territorio de la ciudad de Santo Domingo es verdaderamente impresionante. Foto aérea de la ciudad de Santiago de los
Caballeros, realizada en torno al año de 1950.
En 30 años se suceden innumerables acciones urbanizadoras privadas, pero primordialmente de carácter Se puede apreciar la presencia del
Monumento en la entrada desde la Capital,
público. La modalidad de extrapolar la ciudad por medio de la ejecución de nuevos ejes viales en la perife-
y del aeródromo militar, hoy previsto como
ria de los espacios previamente densificados, construyendo en su vecindad algunas edificaciones de servi- polo central de la ciudad dentro del proyecto
del Parque Central de Santiago, impulsado
cio público, funcionó admirablemente bien e incluso fue continuada en la posdictadura. El actual Malecón por la Asociación para el Desarrollo Inc.
y la Fabré Gefrard (hoy Abraham Lincoln), planificados y ejecutados por Moncito Báez, son dos ejemplos Foto cortesía del Plan Ordenador de la Ciudad.

suficientes. Don Moncito recuenta, con su peculiar estilo, la historia de la epopeya seguida en la realización
Doble página siguiente:
del primer tramo de la avenida Colombina, hasta Güibia, en su Por qué Santo Domingo es así.42 Otros ca-
Dibujo firmado por Guido D'Alessandro y
sos, como el de la avenida San Cristóbal, reúnen edificaciones como la de la Secretaría de Obras Públicas José Antonio Caro Álvarez en 1937, en el que
se advierte el trazado para la expansión de
(1956) de Leopoldo Espaillat Nanita (1930), el Estadio Presidente Trujillo (actualmente Estadio Quisqueya) y Ciudad Trujillo hacia el oeste, incluyendo un
desarrollo monumental axial de equipamiento
otras estructuras oficiales capaces de polarizar la movilidad urbana hacia estos nuevos entornos.
público, en lo que hoy vendría a ser la avenida
Un ejemplo destacable en la acción inmobiliaria privada lo encarna la figura de Juan Alejandro Ibarra Máximo Gómez. Esta idea pudo ser el germen
de lo que habría de ser la Feria de la Paz,
(1871-1943). Este venezolano, fallecido en La Habana, desarrolló sus años más productivos en Santo 18 años después.
Domingo, donde, a la par de sus inversiones en el mundo de las finanzas, desarrolla una importantísima
labor en el mundo de los bienes raíces, fundando innumerables urbanizaciones y proyectos que deter-
minan, en gran medida, el perfil capitalino de esas décadas. Baste citar su plan para desarrollar Villa Fran-
cisca con modernas viviendas construídas en estrechos lotes, dentro del cual destina terrenos para la
ejecución del parque Enriquillo. Paralelamente actúa en proyectos notables en San Carlos, La Fe y Villas
Agrícolas, y es acreditado como constructor de la carretera original a Boca Chica. Donó terrenos, ade-
más, para el “Sanatorio Antituberculoso”, el cementerio de la hoy avenida Máximo Gómez, la “Fábrica de
Aceite de Maní de Ciudad Trujillo” y la logia “Flor del Ozama”.
La iniciativa más seria emprendida para orientar el desarrollo de la capital fue el llamado Plan Vargas Me-
ra. Éste aprovechaba muchos de los recursos naturales de la ciudad para establecer sus coordenadas de
ordenamiento, como la plataforma del farallón que atraviesa la ciudad de este a oeste en una cota cercana

MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 |273


a los 50 metros de altura. Este accidente geográfico fue destinado a servir como parque urbano, una de Propuesta de ampliación urbana del
Ing. José Ramón Báez López-Penha contem-
las ideas del proyecto que lograron materializarse en el tiempo, al igual que la prolongación de la avenida poránea a la mostrada en el gráfico anterior.
Sobresale el esquema en exedra semicircular
Máximo Gómez y el trazado de la futura avenida John F. Kennedy. El Plan Vargas Mera de 1957 fue ob-
hacia el fondo noroeste del trazado y la
jetado por el régimen por asumir el uso de terrenos propiedad de la familia Trujillo, según se cuenta.43 coexistencia de un espíritu geométrico clásico,
con articulaciones de trazado más libre,
Más allá del Ensanche Lugo, La Primavera, La Aguedita, Gazcue y la Ciudad Universitaria, expansiones oc- modernizante.
cidentales del centro histórico en estos años, la cartografía capitaleña registra la aparición de Villa Francis- Vista aérea del centro de Puerto Plata.
Foto Miriam Calzada.
ca (1928), el barrio San Juan Bosco (1939), Villa Juana (1942), destinado al asentamiento de la infraestruc-
Detalle del conjunto de la Feria Ganadera,
tura industrial de Ciudad Trujillo; Mejoramiento Social (1946), La Esperilla (1946), María Auxiliadora (1951),
uno de los desarrollos de acompañamiento
La Fe (1955), La Francia (1956), entre otros.44 Estos barrios y su arquitectura de mínimas dimensiones des- a la celebración de la Feria en 1955.
Foto Stefano Topuntoli.
tinada a la nueva clase obrera urbana, obtuvieron gran reconocimiento internacional. Jóvenes arquitectos
e ingenieros se iniciaban en un proceso que en años posteriores tendría repercusiones importantes.

Cuenta Rafael Tomás Hernández, autor que jugaría un predominante papel en los años subsiguientes:
“Las inmigraciones que se produjeron por la construcción de la Feria en 1955, trajeron como consecuen-
cia que hacia 1960 fuera notable la construcción de barrios o caseríos con casuchas de madera, car-
tón, yaguas, donde se hacinarían familias provenientes de nuestros campos. Por ejemplo, el barrio Fa-
ría. El primer intento que se hizo para corregir esa situación consistió en la construcción de 1,000 vivien-
das destinadas a familias de bajos ingresos en el Ensanche Luperón. Este plan que siguió los lineamien-
tos de los barrios de Mejoramiento Social o Barrios Obreros, que se habían realizado antes, sería insufi-
ciente y resultó que Faría, el caserío que debía ser sustituido, se trasladó a Guachupita, Gualey, Las Cañitas

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y a todos los barrios en los bordes del Ozama y del Río Isabela, ocupando cañadas y derricaderos (sic.) primir del todo. Para castigarlos, Trujillo hizo que la autopista del norte fuera desviada unos veinte kilómetros del Varias vistas de proyectos de vivienda social
en los conocidos Barrios Obreros o Barrios
con viviendas muchas veces temerarias o suicidas que sumarían condiciones de peligro, deslizamientos pueblo, negándoles así el flujo económico que significaba la comunicación interregional. A Santiago se le había de Mejoramiento Social, ejecutados en las
ciudades principales del pais por la política
e inundaciones a las precarias condiciones de las cuarterías o los asentamientos espontáneos con ca- prohibido su expansión natural y los santiagueros mantenían un perfil bajo. Mientras en Ciudad Trujillo la clase
urbana trujillista. Fotos del Archivo OGM.
suchas insuficientes, que antes constituían el problema”.45 alta construía residencias suntuosas, en Santiago esta misma clase vivía en viejas casas de madera. Mientras
Un estudio, dirigido por Virgilio Vercelloni para la empresa Metropolitana Milanese en 1991,46 revela la particu- Ciudad Trujillo era dotada de grandes avenidas, edificios altos, conjuntos millonarios, Santiago se concentraba
lar condición espacial determinada por los patrones de ocupación improvisada del suelo en estos asentamien- en sus calles antiguas y edificios sin pretensiones. Pero no en vano el Cibao había producido la mayoría de los
tos. Sin dudas, sorprende el “diseño” seguido, que establece senderos en las rutas de menor esfuerzo, des- Presidentes de la República. La pujanza económica de sus tierras y poblados, y la organización de su gente,
linda propiedades o, mejor, derechos de apropiación del territorio dictados por la inmediatez y el sentido co- eran factores forjadores de líderes que podían dirigir los destinos del país. Por eso, Trujillo desconfiaba”.48
mún. Posteriormente escribe Omar Rancier: “Para nosotros nuestro espacio público vernáculo y popular es Por otro lado, la empresa privada despuntaba en una serie de iniciativas que determinarían, algunas de
básicamente fractal. (...) La propuesta vernacular o popular es producto de los niveles más simples del inter- ellas, el futuro de Santo Domingo. La más importante es, sin dudas, la configuración del sector denomi-
cambio y de la cultura comunitaria, que, sin embargo, puede alcanzar altos grados de complejidad (...).47 nado NACO, por las siglas de la compañía promotora, Nacional de Construcciones. La empresa fue fun-
La ciudad de Santiago de los Caballeros y su rica zona de influencias tanto agrícola como costera, no experi- dada en 1957 por Pancho Saviñón, Juan Bernal y los hermanos arquitectos Leo y Marcial Pou Ricart. El
menta en estos años un crecimiento paralelo al de la capital. Posiblemente la única intervención importante ha- primer trazado urbaniza los terrenos situados al noroeste de la ciudad capital de entonces, colindando con
ya sido, en estos años, la realización del Monumento de Santiago, conocido originalmente como “Monumento el enorme vacío del Aeropuerto General Andrews. La idea era desarrollar un plan dirigido a dotar de mo-
a la Paz de Trujillo”. El Hotel Matum, producto del programa de incentivos al turismo interno, no ofreció notables dernas viviendas individuales y espacios públicos para el intercambio comercial a la creciente clase media
luces en su arquitectura. Varias razones pueden explicar esta especie de indiferencia, todas de carácter más dominicana. El modelo de la suburbia norteamericana se introduce en NACO. Amable Frómeta, Manuel
bien especulativo. Este párrafo del escritor y arquitecto Manuel Salvador Gautier parecería revelarnos algunas, Baquero y en ocasiones Guillermo González, pronto se integran al equipo de colaboradores, que cuentan
con cierta precisión: “Trujillo, como hombre del sur, no sentía simpatía por el Cibao, la más rica región del norte con Don Marcial Martínez Soler (1922) como uno de los contratistas que ejecutan en menos de 15 años
y del país. Para él, los cibaeños eran competidores a los que debía tener sometidos, más que a cualesquiera lo que eventualmente habría de convertirse en el Polígono Central de la nueva ciudad de fin de siglo.
otros, para que no se le fueran de las manos. Sus peores enemigos habían sido hombres del norte, cibaeños Después del tibio recibimiento internacional de la Feria de la Paz, de la deuda resultante de este titánico
o linieros: Horacio Vásquez, Desiderio Valverde, Estrella Ureña. Los más destacados exiliados eran también del emprendimiento estatal, de las invasiones orquestadas para derrumbar el régimen –particularmente la del
norte: Juancito Rodríguez, Juan Bosch. En el pueblo de Moca, a pocos kilómetros de Santiago, residían fami- 14 de junio de 1959–, y muy a pesar de los Barrios Obreros, el proceso de transición final hacia los tur-
lias diezmadas por Trujillo, cuyos sobrevivientes seguían manteniendo una hostilidad que la tiranía no pudo re- bulentos años 60 ya se había iniciado.

278|MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN EN LA ARQUITECTURA DE LA “ERA DE TRUJILLO” 1930-1961 |279
5
LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD
1961-1978

Gustavo Luis Moré


5.1

La construcción del sistema democrático dominicano


Trujillo cae en mayo de 1961, dando paso a un proceso de inestabilidad política que comienza a redefi- Doble página anterior:
Corredor de acceso al edificio de la Rectoría
nirse con las elecciones ganadas por Joaquín Balaguer, 5 años más tarde. Escribe Pérez Montás: “Del en el recinto de la PUCMM en Santiago.
1971. Francisco Camarena et al.
14 de junio de 1959 al 30 de mayo de 1961, día del tiranicidio, transcurrió un tormentoso calendario de
Foto Onorio Montás.
desgracias. Ambos hechos están registrados en sendos monumentos levantados frente al mar. A partir
Vista aérea de la Plaza de la Independencia,
de 1961, la ciudad recobró su nombre y sus ciudadanos su libertad”.1 en Santo domingo. 1976-78. Rafael Tomás
Hernández y Christian Martínez.
A la muerte de Trujillo el Dr. Joaquín Balaguer ostentaba la presidencia de la República. En su compare- Foto Onorio Montás.

cencia ante la asamblea de las Naciones Unidas, en NYC el 2 de octubre de 1961, Balaguer señalaba: Atrio central del edificio de la Biblioteca
en el recinto de la PUCMM en Santiago. 1971.
“Tras la caída del hombre que personificó durante 30 años el Estado dominicano, está naciendo un esta-
Francisco Camarena et al. Foto Onorio
do de derecho. El edificio de la dictadura se ha desplomado, y sobre sus ruinas hemos empezado a edi- Montás.

ficar, con paciencia y sin alardes demagógicos, un régimen fundido en los viejos moldes que nos legaron Escultura “La Rosa de los Vientos” en la
Plaza de la Cultura, Santo Domingo, c.1973.
los fundadores de la República”. Metafórica alusión a lo que sería su vocación de constructor de la inci- Christian Martínez. Foto Ricardo Briones.

piente democracia que se inauguraría en el país pocos años más tarde. Durante este trayecto se trata de Interior del Auditorio Principal, Banco Central
de la República Dominicana. 1974.
establecer un sistema democrático, proceso iniciado por un Consejo de Estado instaurado el 1 de enero Rafael Calventi. Foto Ricardo Briones.
de 1962 con el propósito de garantizar la celebración de elecciones libres en diciembre de ese mismo año.
Éstas son ganadas por el Prof. Juan Bosch, quien es derrocado 7 meses más tarde debido, primordial- Escorzo del Monumento a la Restauración
en Capotillo. 1986. Rafael Calventi.
mente y entre otras cosas, a la orientación de su política por rumbos demasiado revolucionarios para el
Foto Onorio Montás.
status quo imperante: el fantasma de la revolución cubana transitaba clandestinamente en la geopolítica
caribeña del momento. Después del fallido intento institucional relanzado por el Triunvirato, la revolución
civil de abril del 65 intenta sin suerte retornar a Bosch al poder, provocando la segunda intervención esta-
dounidense en el siglo y la inmediata organización de las elecciones, celebradas en junio de 1966. Años
más tarde, después del combate, José Rafael Lantigua escribe: “Ahora ya los hechos estaban consuma-
dos. Abril fue sólo un grito de heroísmo, una noción de patria, un estandarte de sueños sobre la multitud,
y quizás tan sólo, una canción de protesta contra los silencios de una nación dormida”.2
Como es lógico suponer, poco se realiza en términos de obras de arquitectura en este tiempo. Es una

LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 |283


Edificio originalmente realizado para etapa de transición en la que regresa al país, poco antes o poco después, un notable puñado de jóve-
el Bank of America en Santo Domingo,
hoy ocupado por el Hard Rock Cafe. 1970. nes arquitectos, tales como Eugenio Pérez Montás (1933), Roberto Bergés (1933-2006), Fred Goico
William Reid Cabral y Guillermo González.
(1936) y otros, entre los cuales un grupo importante, que ha sido identificado como parte del “Eje Italia”,3
Foto Ricardo Briones.
por haberse formado en ese país en las disciplinas del diseño, del urbanismo o de la restauración de mo-
Aeropuerto Internacional de las Américas.
1962-1968. Fred Goico. Foto Onorio Montás. numentos: Manuel Salvador –Doy– Gautier (1930), Erwin Cott (1936), Víctor Bisonó (1933), Vital García,
Conjunto del Banco Central de la República Milán Lora (1938), Leopoldo Franco (1940), César Iván Feris (1940), Esteban Prieto (1950) y Rafael Cal-
Dominicana desde el suroeste. 1974-1978.
Rafael Calventi. Foto Ricardo Briones. venti (1932),4 quien habría de incorporar, después de sus experiencias en los talleres de Marcel Breuer,
I.M. Pei y Pierre Dufeau, una nueva manera, más rigurosa, más exigente y sofisticada, de practicar la ar-
quitectura dominicana de esta primera tardomodernidad. Es justo decir, rigor, exigencia y sofisticación
demostrados también por muchos de sus coetáneos.
Reflejo de la política de la Alianza para el Progreso es el proceso de reingeniería institucional integral al
que fue sometida la estructura operativa del Estado dominicano por el Consejo de Estado. En pocos
años son creadas o transformadas la Liga Municipal Dominicana, los Ayuntamientos, el Instituto Nacio-
nal de la Vivienda (INVI), el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI). Se inician planes regula-
dores para varias ciudades, entre ellas, el de Higüey, que fue dirigido por Eugenio Pérez Montás. Se es-
tablece la Oficina de Planeamiento Urbano del Distrito Nacional, con Manuel Salvador Gautier como di-
rector, Rafael Calventi subdirector y Víctor Bisonó al frente de los estudios básicos. Esta oficina se de-
sarma a raíz del golpe de estado a Bosch en 1963. Luego sería reformada bajo otros criterios.
Uno de los hechos más sobresalientes del momento fue la consolidación del método de concursos pa-
ra la obra pública y también la privada, conformando un itinerario nunca antes conocido en el país. Vis-
ta en la distancia y en contraste con los legítimos reclamos por democratizar la práctica que han acom-
pañado a la profesión desde estos tiempos, la realidad es que en pocos años se someten a concurso
las siguientes obras:5

284|LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 |285


En primer plano, la fachada este del Auditorio El Aeropuerto de las Américas en Punta Caucedo, ganado por Fred Goico en 1970. La conveniencia La Sede del Banco Hipotecario Dominicano, ganada por Plácido Piña a fines de los 70 y luego redise- Escorzo en picada del Edificio de Oficinas
y a la derecha al fondo, la Torres de Oficinas del Estado, mejor conocido como El Huacal,
del Banco Central de la República Dominicana. de este proyecto había sido determinada en años anteriores. ñado radicalmente. en Santo Domingo. 1970-1973.
1974. Rafael Calventi. Foto Ricardo Briones. Pedro José Borrell. Foto Onorio Montás.
Los laboratorios, dormitorios y otros edificios de la UASD, ganados por Rafael Calventi y Fred Goico en El concurso para los apartamentos de la Cancha de Polo del Hotel Embajador, ganado por Luis Des-
Maqueta original para el conjunto habitacional Hospital Regional del Este en San Pedro de
1962, conocidos como “La Ruina” entre los que frecuentan el Campus. pradel y Pedro José Borrell en 1974.
de las Canchas de Polo, en las inmediaciones Macorís. Vista aérea. c. 1982. Rafael Calventi.
del Hotel El Embajador, Santo Domingo. El edificio para el Ayuntamiento de Baní, ganado por Fred Goico en 1962 y posteriormente ejecutado El desarrollo turístico de la Playa de Najayo. Archivo Rafael Calventi.
1973-1976. Pedro José Borrell et al.
por Luis Despradel. El edificio del Ateneo de Santiago, ganado por Nelson Viñas, en 1976. Ateneo de Santiago, 1976. Nelson Viñas.
Archivo Pedro José Borrell.
Foto Gustavo Luis Moré.
El edificio de la Cruz Roja Dominicana, ganado por Cott y Gautier en 1964; proyecto no realizado. El Hipódromo, ganado por Rafael Calventi, declarado desierto.
Ing. Juan Bernal. Foto Archivo OGM.
El Concurso de Vivienda Social organizado por el CODIA,6 ganado por Rafael García. La Catedral de la Vega, ganada por Cott y Gautier en 1978, después asignada a Erwin Cott.
El Mercado de la Avenida Duarte, ganado por Rafael Calventi en 1969. La Nueva Casa Club del Country Club, ganada por Pujadas y Armenteros en 1979.
La urbanización y viviendas para la Falconbridge, dominado por Mariano Sanz entre otros concursan- No es sino hasta 1985 que el Estado dominicano promueve nuevos concursos, cada vez más esporá-
tes que también construyeron sus proyectos, en 1969. dicos, como el de la sede para la Rosario Dominicana, ganado por Moré, Marranzini y García Pecci en
El Edificio de Oficinas del Estado -Huacal-, ganado por Pedro José Borrell en 1970. 1985,7 no ejecutado, o los privados organizados por la Central de Créditos, ganados por Pedro José Bo-
El Banco Central de la República Dominicana, ganado por Rafael Calventi en 1971, terminado 3 años rrell, en 1982 y la Embajada de Italia, ganado por Eduardo Lora y Angel Giudicelli, en 1984, estos últi-
más tarde. mos no ejecutados.
La Sede del Banco Popular Dominicano, ganada por Rafael Calventi a fines de los 70, y posteriormen- Durante todo este período, la huella más notoria se advierte en el ámbito urbano, sobre todo en las ciu-
te ejecutado con otra concepción por Pedro José Borrell. dades de Santo Domingo y Santiago.
El Estadio Olímpico, ganado por Fred Goico, José Antonio Caro y Danilo Caro, en 1972. Desde su fundación en 1957, la empresa Nacional de Contrucciones –NACO– definió una exitosa ruta
El Palacio de los Deportes, ganado por ICANTROBAS, en 1972. de proyectos inmobiliarios desarrollando paulatinamente los dos millones de metros cuadrados adqui-
El Velódromo Olímpico, ganado por Haza y Pellerano, en 1972. Fue diseñado por el arquitecto colom- ridos a la familia Hernández a RD$1.60 el m2. NACO se convierte en el nuevo centro de negocios de la
biano Anderson, de Cali, en colaboración con Mariano Sanz. La propuesta de Borrell, considerada ga- ciudad capital gracias a una sabia estrategia de inversiones liderada por el Ing. Juan Bernal, con Ama-
nadora, fue desestimada ante el cúmulo de obras que manejaba al momento. ble Frómeta como arquitecto principal. A las 40 casas realizadas en 1964 le siguen otras 48 en 1965,
El edificio sede del CODIA, ganado por Pedro José Borrell en 1972. a pesar del terrible momento por el que atravesaba la economía nacional. En 1968 se construye el pri-
mer bloque de un piso en el borde oeste del Centro Comercial Plaza NACO junto a la torre del Edificio

286|LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 |287


Maqueta del conjunto original de La Cumbre. En 1970 se fabrica el bloque este, paralelo al primero, al que se le añade un segundo pi-
Plaza NACO y el edificio La Cumbre. c.1968.
Amable Frómeta. Foto Archivo OGM. so en 1972. El bloque este incluye el modernísimo Cine Plaza, uno de los mejores proyectos de inte-
Vista aérea del conjunto urbano de Honduras. riorismo de Frómeta.
c.1968. Rafael Tomás Hernández, Hernández y
Con el éxito de la iniciativa se comienzan proyectos de mayor riesgo, como el conjunto de 8 torres mul-
Mondesí. Archivo Rafael Tomás Hernández.

Vista aérea de un conjunto de viviendas


tifamiliares dispuestas paralelamente en sentido este-oeste, construidas secuencialmente a partir de
públicas en Santo Domingo. Rafael Tomás 1975. Concebido como una unidad urbanística integral, el sector de NACO contempló una serie de ser-
Hernández, Hernández y Mondesí.
Archivo Rafael Tomás Hernández. vicios tales como: escuela –La San Judas Tadeo–, hospital –el Militar de las Fuerzas Armadas–, hotel
–el Hotel NACO 1 y el 2–, estación de policía, el Club NACO, etc. Su integración al tejido vial es posible-
mente su mayor logro a diferencia de otros desarrollos suburbanos tan comunes en esa época en otros
países.
En el dominio público, Balaguer institucionaliza la práctica de los barrios de vivienda subvencionada en
sectores marginales, política que se refleja de manera aguda en el tejido de muchas de las ciudades del
país. No hubo centro urbano que no fuera dotado de edificios multifamiliares, –como fueron comúnmen-
te llamados entonces– conjuntos provistos de la infraestructura de servicios básicos para la vida ciuda-
dana. Rafel Tomás Hernández (1932), de la firma Hernández y Mondesí, es quien lleva las riendas en los
ensayos por definir una arquitectura de mínimo costo y máxima expresión plástica, dentro de los simpli-
ficados modelos propios de esta tipología. Barrios como Honduras, Matahambre, fueron espacios de in-
teresante trazado y articulación con las tramas existentes. Las operaciones de resemantización y recua-
lificación de áreas centrales, tales como la Plaza de la Trinitaria, o eventualmente, el vertiginoso proyec-
to que alteró radicalmente la fisonomía de Santo Domingo con el nuevo eje de la principal arteria este-
oeste de la capital, la avenida 27 de Febrero, fueron también escenarios para esta arquitectura habita-
cional de acompañamiento, tan característica de estos años.

288|LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 |289


5.2

Puesta al día de la arquitectura oficial.


Joaquín Balaguer y su política de “varilla y cemento”
Los llamados “doce años de Balaguer”, de 1966 a 1978, demarcan en el territorio dominicano una im- Sugestiva imagen del conjunto de oficinas
del Estado en Gazcue, Santo Domingo.
pronta ineludible en el desarrollo de la arquitectura y el urbanismo nacionales.8 Las obras públicas se Se aprecian el Banco Central, el “Huacal”,
la Secretaría de Finanzas (Ramón Trueba),
multiplican siguiendo la política de “varilla y cemento” del Dr. Balaguer, experimentado estadista forma-
Seguros San Rafael, la torre para Expo 70
do en la corte de Trujillo, pero con rasgos intelectuales propios. Balaguer supo escoger bien, en esta eta- (Amable Frómeta), hoy ocupada por la DGII,
entre otros edificios relevantes de la zona.
pa, a sus arquitectos. La lista de proyectos destacados es larga y abundante. Foto Onorio Montás.
Los edificios de Calventi, los edificios de los hermanos José Antonio y Danilo Caro Ginebra –hijos del maestro
moderno Caro Álvarez– tales como la Biblioteca Nacional (1971) y el Museo del Hombre Dominicano (1973); el
academicista Teatro Nacional (1973) del veterano Teófilo Carbonell; el Edificio de Oficinas del Estado, de Pedro
José Borrell (1944); el Museo de Arte Moderno (1973), de José Miniño (1945-2006); el de Historia Natural (1974),
de Héctor Tamburini, Miguel Vila (1943-2005) y Federico Fondeur; el Estadio Olímpico (1974) de Fred Goico
(1936) y muchos más, definen un nuevo paisaje urbano que acompaña a los políticamente añejos entornos tru-
jillistas con los nuevos enclaves urbanos tales como la Plaza de la Cultura, el Centro Olímpico Juan Pablo Duar-
te, el Parque Zoológico Nacional de Eugenio Pérez Montás y Manuel Valverde (1947-1988); el Parque Botánico
y la Plaza de La Trinitaria de Benjamín Paiewonsky; el Parque Mirador del Sur de Pérez Montás y Valverde,
Christian Martínez et al.; la audaz reconfiguración del eje vial de la 27 de Febrero, la realización de los ya comen-
tados edificios multifamiliares para la creciente población y muchos otros proyectos, son fundamentales para
entender la República Dominicana de hoy. Muchas de estas obras requieren ser estudiadas con detenimiento.
Balaguer produce desde su gestión varios ámbitos paralelos de acción. Mientras se armaba, por un lado,
el sistema institucional para la salvaguarda de la arquitectura histórica, por otra parte, se desarrollaba nue-
va arquitectura de calidad y se dominaba los territorios urbanos con una pasión nunca vista en la historia.
La lista descrita en el párrafo anterior es, en realidad, excluyente y limitada.
El momento inicial corresponde a una plástica de transición entre el moderno internacional de los años
50 y el brutalismo que estaba expectante a la vuelta de la esquina. Las fronteras entre la blanca raciona-
lidad de la Biblioteca Nacional (actualmente en proceso de remodelación y ampliación) y el clasicismo ex-

LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 |291


Fachada frontal de la Catedral de La Vega, presionista del Museo del Hombre Dominicano se desdibujan frente a obras como el Huacal (brutalista)
realizada por Pedro Mena (1990) en base
al proyecto original de Erwin Cott (1968). o el Teatro Nacional (clasicista), para sólo citar ejemplos extremos. Es el momento de la arquitectura de
Foto Jochi Marichal.
autor, de la expresión libre resultante de la posibilidad de elección frente a las propias demandas del pro-
Museo del Hombre Dominicano,
yecto. No existe ya tal cosa como una arquitectura nacional única, capaz de expresar simbólicamente
Plaza de la Cultura en Santo Domingo. 1973.
José Antonio Caro Alvarez, José Antonio y una supuesta dominicanidad. Los sueños inspirados de Gazón, quien apenas publicaba sus proclamas
Danilo Caro Ginebra. Foto Onorio Montás.
para una arquitectura de raigambre local quince años atrás,9 parecían un siglo distantes en el tiempo.
Museo de Historia Natural, Plaza de la Cultura
en Santo Domingo, 1974. Héctor Tamburini,
Federico Fondeur y Miguel Vila. El diseño de la nueva sociedad: rutas de la modernidad
Foto Onorio Montás.

Galería, hoy Museo de Arte Moderno,


en la arquitectura dominicana
Plaza de la Cultura en Santo Domingo. 1975. La influencia de Pier Luigi Nervi y de los estructuralistas italianos del momento se hace evidente en obras
José Miniño. Foto de Onorio Montás.
como la Capilla del Orfanato de Haina (1965, el sobresaliente conjunto de la Shell/CONALCO en Santo
Domingo o la Catedral de La Vega (Cott y Gautier), esta última terminada una década más tarde por Pe-
dro Mena (1952), actuando sobre los cimientos y las muraturas del proyecto eventualmente asignado a
Cott, de evidente estilización kahniana. Incluso la obras cumbres de Calventi recurren al vocabulario del
hormigón visto y son las estructuras elevadas a su máxima expresividad poética.
La asociación de Cott y Gautier produce muchas obras de calidad, sobre todo en el universo domésti-
co. El legado del trabajo realizado por esta pareja de renombrados arquitectos va más allá del campo de
la práctica. Ambos han ocupado, sobre todo Gautier, posiciones institucionales o cargos públicos. Am-
bos han tenido una vida de entrega a la mejoría de la cultura arquitectónica dominicana.
Calventi actúa en sus años tempranos dentro de la oficina de planificación del campus de la Universidad Autó-
noma de Santo Domingo, pero es su gran talento como diseñador que le confiere la oportunidad de realizar
obras de gran calidad y vanguardismo. Inicia su carrera con la Residencia para la Embajada de Francia en la
República Dominicana (1963), síntesis de una estética corbusiana racionalista y los postulados espaciales del
organicismo, lamentablemente demolida para dar lugar a un estacionamiento comercial. El Mercado Nuevo de

292|LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 |293


Biblioteca Nacional, Plaza de la Cultura en Detalle del altar, Capilla del Orfanato de Haina.
Santo Domingo. 1971. José Antonio Caro 1968. Cott y Gautier. Foto Onorio Montás.
Alvarez, José Antonio y Danilo Caro Ginebra.
Maqueta del proyecto original para el
Foto Onorio Montás.
concurso de la Catedral de La Vega.
Estructura de la cubierta de la Capilla del Cott y Gautier. Archivo Erwin Cott.
Orfanato de Haina. 1968. Cott y Gautier.
Maqueta para el edificio típico de Escuelas
Archivo Erwin Cott.
Públicas. Cott y Gautier, c.1970.
Conjunto Shell CONALCO, Santo Domingo. Archivo Erwin Cott.
1970. Cott y Gautier. Archivo Erwin Cott.

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Vista aérea del Estadio Olímpico la Avenida Duarte (1969), el conjunto del Banco Central de la República (1971-1978), el Palacio de los Depor- tros de la ciudad capital, donde previamente operaba una terminal de poca envergadura. Las virtudes del es- Detalle del pórtico periférico del
en Santo Domingo. 1974. Fred Goico. Estadio Olímpico, 1974. Fred Goico.
Archivo CARALVA. tes de Santiago (1979), el Monumento a la Restauración (1987) y el Hospital Regional de San Pedro de Maco- quema, basado en una barra longitudinal cubierta de una losa plegada de hormigón armado y dos satélites pa- Foto Onorio Montás.

Palacio de los Deportes de Santiago. 1978. rís son sus encargos públicos de mayor trascendencia. El volumen de la Torre del Banco Central, realizado cui- ra el movimiento de pasajeros y aeronaves, han sido evidentes hoy a más de 40 años de su concepción. En Edificios de Oficinas Seguros San Rafael.
Rafael Calventi. Foto Onorio Montás. 1978. Manuel Baquero Ricart.
dadosamente en hormigón color crema, especialmente desarrollado para el proyecto, resuelve junto al edificio Santo Domingo realiza, además, el edificio de la Clínica San Rafael de la avenida Bolívar (c.1975), los edificios
Foto Onorio Montás.
del Auditorio una manzana del sector de Gazcue, creando una sutil tensión diagonal entre las masas arquitec- para el City Bank (1967), el Banco Metropolitano, la IBM, el Hotel Continental (1978), el Banco Hipotecario Finan-
tónicas y los espacios abiertos, una novedosa solución adaptada a las circunstacias contextuales poco frecuen- ciero, etc. Su hábil manejo de los aspectos tecnológicos del proyecto no son traducidos literalmente a la estéti-
te en esos años. Valga recordar el complejo del hoy desaparecido World Trade Center, en Manhattan, también ca del mismo, evitando los exhibicionismos Hi-Tech de moda y optando a su vez por una expresión veraz y po-
organizado planimétricamente en diagonal. El edificio del Banco Central ha representado por más de tres dé- tente de la estructura. En este aspecto, sus obras cumbres siguen siendo el Aeropuerto y el Estadio Olímpico.
cadas el paradigma de la buena arquitectura dominicana de estos años, con sus interiores de alta operatividad, Manolito Baquero (1925-1981) y Gay Vega, ya establecidos, actuando intermitentemente por separado o en du-
sus finos acabados y el equipamiento totalmente controlado. Las casas del Arq. Calventi, particularmente la pla, desarrollan conjuntos turísticos y edificios de gran escala e impactante presencia urbana. Baquero constru-
Mastrolilli (1977) y su propia residencia en Bella Vista (1981), pueden ser representativas de la más sofisticada ye el edificio de oficinas de Seguros San Rafael –desarrollado siguiendo un riguroso estudio del impacto y la con-
arquitectura doméstica del período, resueltas con una admirable integración a la naturaleza, el uso del poten- secuente protección del asoleamiento en su fachada frontal hacia el poniente– y, junto a Milán Lora –quien reci-
cial espacial como definidor de ambientes internos y el sabio manejo de materiales en composiciones expresi- be el encargo–, diseña el zigzagueante volumen para el edificio del Hotel Sheraton (1977) en el Malecón. Los in-
vas, modernas y tropicales a la vez. Además, Calventi escribe un volumen pivotal que resume el estado de la teriores de los espacios públicos de esta reluciente obra tuvieron gran impacto en el momento de su inaugura-
práctica de la arquitectura dominicana en el momento. Arquitectura Contemporánea en la República Domini- ción, y fueron ejecutados con la ayuda de la diseñadora Virginia Cabral, excelente profesional del área y esposa
cana es sin lugar a dudas el más completo recuento realizado en el país hasta la fecha sobre ese tema.10 del Arq. Lora. A su prematura muerte, Baquero deja terminada la redacción del proyecto para la Clínica Yunén
En el año 1974 se realizan los XII Juegos Centroamericanos y del Caribe, ocasión propicia para la ejecución del en la Avenida Bolívar, construida sin modificaciones esenciales15 años más tarde, evidenciando así la calidad
Parque Olímpico Juan Pablo Duarte, en el espacio que antes ocupaba parcialmente el aeropuerto General An- del proyectista y su capacidad de previsión. Vega demuestra también su fineza con piezas de armoniosa factu-
drews. El emplazamiento general es atribuido por algunas fuentes al Ing. García Saleta. Varios edificios de impor- ra como el Banco Nacional de la Vivienda (1975) y la Superintendencia de Seguros. En un equipo ampliado con
tante factura se destacan, principalmente el del Estadio Olímpico, diseñado por Fred Goico en la esquina no- Manuel –Tin– Polanco (1933), diseñan los edificios para la Casa Haché en Santo Domingo y Santiago (1978).
roeste del polígono. Goico se forma con Louis Kahn en Philadelphia en los años 60 y realiza, durante su produc- También en Santiago, junto a Fernando Battle, Vega ejecuta el Hospital Regional José María Cabral (1978), una
tiva carrera, un grupo de obras de gran calidad y riguroso control. Entre ellas figura el nuevo Aeropuerto de las de las instalaciones mejor logradas en esta tipología de la edilicia pública. Hoy en dia, el archivo de planos y do-
Américas, su primer proyecto ganado por concurso, convenientemente situado en Punta Caucedo a 25 kilóme- cumentos del Arq. Vega reposa catalogado en el Archivo General de la Nación. Su pequeña casa familiar en el

296|LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 |297


Superintendencia de Seguros en Santo
Domingo. 1978. Edgardo Vega Malagón.
Foto Onorio Montás.

Edificio Haché en Santo Domingo. 1978.


Edgardo Vega Malagón, Manuel Baquero
Ricart y Manuel Polanco. Foto Onorio Montás.

Arq. Edgardo Vega Malagón.


Foto de Onorio Montás

Banco Nacional de la Vivienda,


Santo Domingo. 1975. Edgardo Vega
Malagón. Foto Ricardo Briones.

Hotel Sheraton, hoy Meliá en Santo Domingo.


1977. Millán Lora y Manuel Baquero Ricart.
Foto de Onorio Montás.

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Edificio Galerías Comerciales, Santo Domingo. Ensanche Ozama es considerada por muchos amigos de Gay y admiradores de su obra, como una de las jo- UASD, dentro del grupo de diseñadores del momento. Ganado por concurso, el Edificio de Oficinas del Estudio para un edificio de oficinas y estación
1979. Eduardo Selman. Foto Jorge Selman. de transferencias del transporte urbano, en
yas del diseño doméstico moderno dominicano. Frecuentemente asociados a este grupo de autores y con una Estado (1970), mejor conocido como “El Huacal” –obedeciendo a la costumbre de contratar “botellas” o Santo Domingo. c. 1985. Eduardo Selman.
Perspectiva del conjunto del Banco
Archivo Eduardo Selman.
Hipotecario Dominicano, hoy BHD, en Santo gran obra en el área de los interiores arquitectónicos, se destacan en este período los profesionales Felipe Goi- empleos innecesarios en los puestos públicos de la administración central– este slab brutalista refleja los
Domingo. El bloque bajo original es de Plácido Fachada norte, Casa del Río en Las Terrenas,
co (c.1920-1980) y Gianni Cavagliano (1939). Su aporte real está aún por ser documentado a fondo. postulados de la arquitectura de la época, identificada con los edificios de Paul Rudolph y con otros pa-
Piña (1979) y la Torre de Eduardo Selman Samaná. 1984. Pedro José Borrell.
(1985). Archivo Eduardo Selman. Después de haber realizado varias residencias de elegante y suave modernidad, Eduardo Selman (1941), radigmas latinoamericanos como el influyente edificio del Ministerio de Educación de Le Corbusier, Lucio Foto Gustavo Luis Moré

educado en Suiza, realiza un conjunto de residencias en condominio de gran acierto en la margen norte Costa, Oscar Niemeyer, et al. en Río de Janeiro. Su fluida planta baja y sus volúmenes esclavos de la to- Planta, Casa del Río en Las Terrenas, Samaná.
1984. Pedro José Borrell.
del nuevo Parque Mirador del Sur. Pero es su edificio para Galerías Comerciales (1979), que establece rre principal, trabajada como un paralelepípedo simple protegido por brisesoleils contra el elemento climá-
un hito en la arquitectura del momento, no sólo por constituirse como pieza urbana de potente presen- tico, elementos tan propios de la cultura latinoamericana, confieren a este edificio su particular identidad.
cia, sino por su rica estética de planos inclinados, franjas horizontales y su bien lograda gama cromática Junto a Pedro José actúa su talentoso hermano Rodolfo (1946-1978) hasta su temprano fallecimiento, en
de grises. Luego realiza la iglesia de San Judas Tadeo, el edificio de Teleantillas y el de IEMCA, la Torre una numerosa serie de hermosas casas de intrigante geometría, dispersas por los sectores de NACO y
BHD (1983), el edificio actualmente ocupado por el INVI, las Galerías Residenciales, la Torre del Parque Piantini. Borrell practica también como consultor urbano, siendo el autor de un importante estudio realiza-
(1986), e Intempo, entre muchos otros proyectos de promoción inmobiliaria, posiblemente los mejor lo- do para encauzar el desarrollo de la ciudad de Santo Domingo en 1978.11 Participa posteriormente en el
grados arquitectónicamente dentro de esta modalidad de producción. diseño de varias edificaciones y en el planeamiento del ejemplar campus de la Universidad Católica Ma-
Roberto Bergés (1933-2007) desempeña un papel protagónico como decano de la Facultad de Arqui- dre y Maestra en Santiago. Sus edificios para empresas privadas tales como la Universal de Seguros, la
tectura y Urbanismo de la UNPHU y también como autor de varias casas y edificios públicos, tales como Torre Popular, el edificio Corporativo del Grupo E. León Jimenes, el Centro Cultural Eduardo León Jimenes,
la sede del Consejo Estatal del Azúcar, de la Corporación de Empresas Estatales y del Instituto Nacional en Santiago, el Banco de Reservas de la 27 de Febrero, la Ferretería Americana y muchos otros, son pro-
del Azúcar, edificios localizados todos en el entorno gubernamental del Centro de los Héroes de la ciu- bablemente su área de excelencia más reconocida. Años más tarde desarrolla otro proyecto público: el
dad capital. Su obra se inicia con un hermoso edificio para la Joyería Di Carlo en la Calle El Conde, cu- Acuario Nacional. Éste fue resuelto por medio de una serie de pabellones abiertos, de estudiada escala y
yo interior era una de las paradas obligatorias en los recorridos por esta arteria histórica de la capital. respetuosa presencia urbana, vinculados más bien al paisaje costero caribeño que a la ciudad misma.
Posteriormente ejecuta su proyecto para la Biblioteca de la UNPHU y todo el conjunto de la Plaza de la La pequeña dimensión no le es ajena. La Casa del Río es una seductora pieza de arquitectura de made-
Salud, junto a su hijo Robertico. Esta es una de las últimas obras desarrolladas por el presidente Bala- ra absolutamente integrada a la naturaleza, montada sobre un tenaz arroyo que se entrega a las aguas
guer, aprovechando los terrenos del antiguo hipódromo Perla Antillana, en el ensanche La Fe. del Atlántico, en El Portillo, Samaná. Hoy, La Casa del Río pertenece a la familia Prieto y se encuentra
Pedro José Borrell representa a la generación emergente, producto del nuevo plan de estudios de la perfectamente conservada a pesar de haber sido realizada hace más de veinte años.

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Chase Manhattan Bank en Santo Domingo,
hoy Banco León. 1975. William Reid Cabral.
Foto Archivo Reid Cabral.

Casa Nader en el Sector Piantini, Santo


Domingo. José Manuel –Nani– Reyes. 1966.
Foto Francisco Manosalvas.

Ampliación del Chase Manhattan Bank


en Santo Domingo, hoy Banco León. 1984.
William Reid Cabral y Skidmore,
Owings and Merryll. Foto Archivo Reid Cabral.

Sede de la Asociación La Nacional de Ahorros


y Préstamos en Santo Domingo. 1980.
William Reid Cabral. Foto Onorio Montás.

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5.3

El impacto en la estructura urbana


Con el cambio de modelo político, se inicia una estrategia dual, tanto privada como pública, para aten- Vista aérea parcial del Parque Mirador del Sur,
en Santo Domingo. En primer plano
der el grave problema de demanda de infraestructura ocasionado por la espiral migratoria de la posdic- se aprecia el conjunto de la Cancha de Polo,
en las inmediaciones del Hotel Embajador,
tadura. El barrio de Los Prados es uno de los proyectos privados que alcanza notable éxito. Pablo Me-
y el incipiente desarrollo inmobiliario posterior
lla, quien se había iniciado en Puerto Rico como urbanista, propone en su ensayo de diseño urbano en de la zona. Al fondo, Metaldom y parte
de la costa capitalina del Mar Caribe.
el barrio de Los Mina (1960), un moderno asentamiento basado en la tipología de lotes y servicios en el Foto Stefano Topuntoli, 1991.
que alojó a 50,000 habitantes en 8 meses. Produce diseños para Los Pinos, Los Ríos, Los Cacicazgos,
Los Jardines e innumerables urbanizaciones, creando una serie de trazados de carácter orgánico, ínti-
mamente acoplados a la morfología del terreno, que se identifican con facilidad en la creciente cartogra-
fía de la época. Hay un texto sorprendente sobre su extenso trabajo en el Apéndice G de La Ciudad del
Ozama, obra citada del Arq. Pérez Montás.
Como hemos señalado, Rafael Tomás Hernández es uno de los protagonistas principales del período.
Es escogido por el Presidente Balaguer para la realización de un parque que habría de aprovechar los
terrenos desocupados del aeropuerto General Andrews, razón por la que visita Jamaica, México y algu-
nas ciudades de los Estados Unidos para estudiar casos similares. Su esfuerzo se concentra en dos
áreas principales: la vivienda y la urbanización pública. En esta última realiza proyectos de trascenden-
cia, tales como la urbanización de Honduras, nuevo esquema de diseño total de exitosa factura, pione-
ro en establecer propuestas de adaptación al terreno integrando tipos arquitectónicos mixtos en un con-
junto coherente y sano. A este proyecto le siguen muchos otros, como el de los edificios acompañantes
a su nuevo trazado para la avenida 27 de Febrero, el hecho de intervención urbana más trascendental
del momento. Hernández sigue actuando hasta el último minuto de manos del Presidente Balaguer. En
sus períodos de gobierno que ocupan los años 1986-1996 completa el sistema del Cinturón Verde de la
Ciudad de Santo Domingo con su importante proyecto para el Parque Mirador Norte, un sensacional pul-
món de 5 millones de metros cuadrados bordeando la margen paralela superior del Río Isabela.12
De nuevo Pérez Montás recuerda: “Hacia 1970 el proceso anotado se había consolidado en una reali-

LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 |305


dad tanto desde el punto de vista vecinal como vial. Nuevos vecindarios o ensanches ocuparon los te- Conjunto de edificaciones que conforman
el Parque Olímpico Juan Pablo Duarte,
rrenos de La Esperilla y Mata Hambre, así como la superficie del desaparecido aeropuerto General An- realizado por el Estado en la ocasión de los
Juegos de 1974. A la izquierda el sector de
drews. En aquella área se configuraron la avenida 27 de Febrero, la avenida John F. Kennedy y la pro-
NACO, y al fondo los terrenos del Hipódromo
longación de la avenidas Bolívar y Sarasota, que acentuaron el crecimiento hacia el oeste. Hacia el nor- Perla Antillana, en el ensanche La Fe,
y las instalaciones de la Sociedad Industrial
te se multiplicó la ocupación de los quebrados terrenos del sector Arroyo Hondo, donde surgieron, ade- Dominicana. Foto Stefano Topuntoli.
más, La Agustina, Cristo Rey, La Puya, Altos y Cerros de aquel arroyo, así como muchos otros barrios Vista aérea de la Plaza de la Cultura,
en Santo Domingo. Foto Onorio Montás.
ocupados por toda la estructura social, desde muy ricos hasta muy pobres. Estos últimos asentaron una
Vista parcial del Cementerio
población marginal en depresiones topográficas y altozanos ribereños de los ríos Isabela y Ozama, así
de la Máximo Gómez, Santo Domingo.
como arroyos y manantiales que, de haberse preservado, hubieran constituido envidiables zonas verdes Foto Stefano Topuntoli.

integradas a los indispensables recursos del patrimonio natural de toda la región”.13 Vista parcial del Parque Mirador del Este,
Santo Domingo. 1990. Al fondo
A este panorama febril de cambios sucedidos en corto tiempo, se dedican recursos tanto estatales co- el Faro a Colón. Foto Stefano Topuntoli.

mo privados. Una especie de concertación inevitable, contagiada por el clima de libertad postiranía, pa-
recía dirigir los esfuerzos.
Urbanísticamente, los grandes espacios obedecen a una misma filosofía: aprovechar los espacios dis-
ponibles heredados de la Era de Trujillo y transformarlos física y semánticamente en espacios públicos
de uso intenso y gran representatividad ciudadana. La disposición de las piezas de arquitectura no obe-
dece a patrones particularmente evidentes, sino más bien a la facilidad de actuar en el terreno siguien-
do la ruta del menor esfuerzo, tanto en la Plaza de la Cultura como en el Parque Olímpico, los dos de-
sarrollos estatales de mayor envergadura en el contexto capitalino. Los antiguos criterios del diseño ur-
bano basados en ejes integrados a la ciudad existente, ordenamientos geométricos y perspectivas mo-
numentales, como los de la UASD, la entrada monumental de Santiago y La Feria de la Paz, de 1955, se
abandonan por otro, suelto, libre, aparentemente moderno.
Los diseños paisajísticos y de espacios abiertos de Benjamín Paiewonsky han demostrado poseer

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“Catedral” de bambúes en el Parque Botánico enorme atractivo y permanencia a través del tiempo. En su trabajo del Parque Botánico Nacional se una serie de edificios habitacionales que, junto a otros dispuestos en la margen norte del parque, acom- Detalles paisajísticos del Parque Zoológico
Nacional. 1976. Benjamín Paiewonsky y Nacional, 1976. Eugenio Pérez Montás
Mamoru Matsunaga. Foto Ricardo Briones. advierte un control experto y una devoción al lugar verdaderamente admirables. Éste es, en realidad, paña a una serie de embajadas. Pedro José Borrell realiza en el conjunto de la Cancha de Polo torres de y Manuel Valverde Podestá.
Archivo Eugenio Pérez Montás.
Jardín Japonés del Parque Botánico Nacional. uno de los parques botánicos más bellos de América Latina, con sus pavimentos de ladrillo y piedra apartamentos integrados a la naturaleza del parque circundante.
1976. Benjamín Paiewonsky y Mamoru Conjunto de viviendas sociales en Santo
de río, sus sinuosos caminos y sus numerosas palmas Guanito. Mamoru Matsunaga, un singular ni- Christian Martínez (1939), arquitecto formado en Roma, hijo del ingeniero Bienvenido Martínez Brea
Matsunaga. Foto Ricardo Briones. Domingo. c. 1978. Foto Stefano Topuntoli.
pón que adopta Trujillo para entrenar a sus tropas élites en las artes marciales orientales, nos lega den- (1912), realiza algunas obras de singular impacto. Hacia 1972 termina la reestructuración del Parque In-
tro del mismo Botánico su hermoso espacio del Jardín Japonés, híbrido ejemplar de formas clásicas dependencia, polémico proyecto que demuele la hermosa glorieta de principios de siglo –atribuída a Ne-
y naturaleza tropical. El escultórico árbol de Anacahuita que domina el estanque y la bóveda de bam- chodoma– y despoja al parque de su tropical y frondosa vegetación. A pesar de este abrupto cambio de
búes continúan asombrando a los visitantes de este seductor lugar, treinta años después de su inau- carácter, el proyecto es exitoso al rescatar el baluarte de la Puerta del Conde y sus murallas conexas y
guración.14 al disponer de los restos humanos de los Padres de la Patria: Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario
El Parque Zoológico es una obra maestra de reestructuración de un territorio dilapidado, ya que en este Sánchez y Ramón Matías Mella, en un elegante y marmóreo mausoleo. Martínez ya había realizado unos
lugar, situado en uno de los codos de la ciudad en su entrega al Río Isabela, cercano a la antigua Fábri- paneles y esculturas plásticas de hermoso cromatismo, instalados en el Aeropuerto de las Américas y en
ca Dominicana de Cemento (1947), se encontraban minas de extracción de caliche, actividad que había la Biblioteca Nacional. Su obra de mayor escala es la Plaza de la Independencia, en el encuentro de las
configurado un temario de escultórica expresividad, sabiamente apropiado por sus autores, Eugenio Pé- nuevas avenidas 27 de Febrero y Luperón, espacio monumental presidido por una colosal Bandera Na-
rez Montás y el lamentablemente ido a destiempo Manuel –Manolito– Valverde (1956-1998). En él actua- cional, enmarcada por un arco de hormigón visto a la manera del de Saarinem en Saint Louis, diseño
ron otros arquitectos, como Guillermo Santoni (1936-2008), quien ejecuta la pajarera, disponiendo una que organiza en su entorno 4 edificios gubernamentales asignados al taller de Rafael Tomás Hernádez.
malla de acero de grandes dimensiones a manera de enorme e imperceptible jaula. El Parque Mirador Martínez logra, con un sólo gesto, articular el espacio de la dominicanidad del pasado y la del presente
del Sur se convirtió en el espacio lúdico de uso masivo de mayor aceptación en la ciudad de Santo Do- en dos polos opuestos del territorio en la ciudad capital.
mingo. Tres equipos fueron asignados, de este a oeste: el de Christian Martínez, el de Pérez Montás y
Valverde, y el de Rodolfo Diestch. El proyecto de este parque asume, veinte años después de su polé-
mica redacción original, las ideas del Plan Regulador de Ramón Vargas Mera para Ciudad Trujillo, el cual
disponía de un gran parque longitudinal aprovechando la presencia del farallón rocoso que se extiende
en toda su dimensión oriente-poniente sobre la ciudad de Santo Domingo. En su testero este, en los an-
tiguos terrenos de la Cancha de Polo del Hotel Embajador, se lleva a cabo un concurso para escoger

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5.4

Transición o continuidad...
Uno de los personajes más influyentes en toda la escena relativa a la obra pública es sin dudas el Ing. Plaza de la Trinitaria y entorno. Al fondo el
edificio de Pasaportes, hoy ocupado por la
Bienvenido -Bebecito- Martínez Brea. Ya durante los años de la dictadura, “Bebecito”, como es conocido Cámara de Cuentas. Santo Domingo. Benjamín
Paiewonsky, Rafael Tomás Hernández,
por todos en el ambiente político y profesional, había comenzado un trabajo tesonero y constante en la
Teófilo Carbonell et al. Foto Onorio Montás.
realización de los más variados proyectos. Actuando desde su oficina en el mismo Palacio Nacional, es él
quien acompaña los deseos más íntimos de estos dos tenaces gobernantes. Una memoria publicada en
1996, a raíz de la exposición “Legado de un Estadista” realizada por la Oficina de Ingenieros Supervisores
adscrita al Poder Ejecutivo, dirigida por el mismo Ing. Martínez, escribe: “Nacido para construir y triunfar,
Bienvenido Martínez Brea es, sin dudas, el ingeniero bajo cuya supervisión y dirección profesional se han
levantado más obras públicas, las que, distribuidas por toda la geografía nacional, satisfacen a plenitud
las necesidades de la ciudadanía con instalaciones deportivas, escuelas, edificios de oficinas guberna-
mentales, iglesias, proyectos habitacionales, centros comerciales y otros tipos de edificaciones. (...)
Nativo de San Pedro de Macorís, realiza sus estudios de Ingeniería en la Universidad de Santo Domingo, gra-
duándose en 1935. El entonces Presidente Trujillo dedica un agasajo a los egresados de esta promoción que
obtuvieron las mejores calificaciones, y entre éstos se encontraba Martínez Brea, quien logra la admiración y
simpatía del gobernante, iniciándose así una larga relación de amistad y trabajo, depositando Trujillo en él su
confianza para la construcción de importantes obras que todavía a más de 40 años continúan cumpliendo ca-
balmente sus finalidades, lo cual pone de manifiesto que se construyeron con responsabilidad y ética profe-
sional y además con visión futurista.
Entre estas obras sobresalen: El Palacio de Bellas Artes, Estadios Quisqueya, Cibao, Tetelo Vargas y los de
la Escuela Normal Presidente Trujillo, hoy Juan Pablo Duarte, y el de la Universidad de Santo Domingo. Igual-
mente construyó el recientemente desaparecido Hipódromo Perla Antillana. (...)
En razón de su vasta experiencia, lealtad y amistad con el Presidente Balaguer, retorna con él al Pala-
cio Nacional en 1966, y recae en su persona la ingente tarea de hacer realidad los más grandes sue-
ños de engrandecimiento patrio del inigualable estadista, materializados en obras que van desde mo-

LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 |311


dernas escuelas hasta la majestuosidad del Faro a Colón y la total desarrabalización y embellecimien- Teatro Nacional. Plaza de la Cultura
de Santo Domingo. 1974. Teófilo Carbonell.
to de la margen oriental de la ría del Ozama, magno proyecto que revaloriza el centro de la ciudad de Foto Onorio Montás.

Santo Domingo”.15 Sala de la República del Teatro Nacional.


Plaza de la Cultura de Santo Domingo. 1974.
Bebecito Martínez escribe un largo capítulo en la obra pública nacional. Su presencia es continua en el tiem-
Teófilo Carbonell. Foto Onorio Montás.
po y ubicua en el territorio, y su modo de proceder frente al manejo de la contratación para el diseño esta- Ayuntamiento de Santiago de los Caballeros.
blece un patrón todavía difícil de transformar en las instituciones oficiales. Santiago, 1971. Teófilo Carbonell.
Foto Ricardo Briones.
Diplomáticamente antagónico a Brea, Teófilo Carbonell ejecuta varias obras públicas fundamentales del
período, tales como el Ayuntamiento de Santiago, el Teatro Nacional, el Gran Teatro Cibao, el edificio de
oficinas públicas llamado “El Huacalito” y, fundamentalmente, la versión definitiva del Faro a Colón, monu-
mento construido por el Presidente Balaguer para coincidir con la celebración en 1992 del V Centenario
del Descubrimiento. Su trabajo como proyectista privado en varios edificios de apartamentos en el sector

de Gazcue le valió un gran prestigio como diseñador celoso y detallista. Se cuenta que siempre quiso di-
bujar él, personalmente, sus planos arquitectónicos, sin confiarlos a otros colaboradores, como es la prác-
tica común en este oficio. Su inicio como arquitecto del Estado se lleva a cabo con la restauración de la
Casa de Caoba, residencia privada del Presidente Trujillo en las inmediaciones de San Cristobal.
Carbonell pocas veces aceptó dar conferencias sobre su obra. Fue durante la celebración de la VI Bie-
nal de Arquitectura de Santo Domingo en 1996, una de esas pocas ocasiones en que sí lo hizo. De allí
extraemos esta reveladora cita, capaz de explicar la manera tan frecuente de practicar arquitectura pú-
blica en el país: “Con ese cuidado en el detalle, en la ejecución de las obras, inicié mi ejercicio en el

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área de la vivienda, hasta que un hecho fortuito marcó mi vida profesional. Laboraba yo en la Oficina Altar de la Patria en el Parque Independencia,
Santo Domingo. Mausoleo de los Padres de la
del Ingeniero Asesor al Servicio del Presidente de la República, donde había tenido desavenencias con Patria. 1978. Restauro y obra nueva de
Christian Martínez. Foto Ricardo Briones.
el encargado. Llegó la orden del Generalísimo Trujillo para reparar su Casa de Caoba y el Director halló
Edificio de la Cámara de Cuentas,
propicia la ocasión para el desquite. Me llamó diciéndome: “Prepárese, Carbonell, que usted es el que
Santo Domingo. 1988. Diseño
va, para que se joda”. Trasladé mi residencia a San Cristóbal, a fin de permanecer en la obra cada mi- de Erwin Cott y Luis Despradel,
con Teófilo Carbonell como contratista.
nuto de labor. Tuve que instruir al personal y cada detalle se ejecutaba en mi presencia. Trujillo era un Foto Ricardo Briones.

observador acucioso y un crítico conciso, directo. Al finalizar el encargo me mandó llamar y dijo: “Ar- Arco de la Bandera Nacional en la Plaza
Independencia, Santo Domingo, 1976.
quitecto, ¿usted se atrevería a encargarse de la reparación de todas mis casas?” La respuesta fue el
Christian Martínez et al.
inicio de una colaboración profesional que se extendió hasta su muerte. Se me encargó el diseño de Foto Gustavo Luis Moré

tres asilos, uno de los cuales construí; innumerables obras de ampliación o adecuación de edificios pú- Sede del Partido Reformista en Santiago
de los Caballeros, una obra de gran
blicos y la construcción de grupos de viviendas en el Barrio de Mejoramiento Social y en el Ensanche abstracción en el panorama iconográfico
del momento. c.1974. Cuqui Batista.
Luperón, entre otros.
Foto Lowell Whipple.
La misma entrega al trabajo que me abrió el camino con Trujillo, lo hizo con el ex-Presidente Dr. Joaquín
Balaguer. Trabajaba yo en la construcción del Ayuntamiento de Santiago, hacia 1969, cuando en una vi-
sita no anunciada, el Dr. Balaguer se presentó a la fábrica al mediodía. Me encontró, manguera en ma-
no, rociando un relleno y me preguntó: “¿Usted, no come?” Yo respondí: “Señor, yo no como, lo estoy
imitando a usted”. El día de la inauguración de esa obra, me encargó el proyecto del Teatro Nacional.
Recuerdo el entusiasmo de mi esposa y amigos al felicitarme mientras yo, consciente de las dificultades
y complejidad del tema, pensaba: “Hasta aquí llegaste, Carbonell (...)”.16

314|LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 |315


5.5

El proceso de restauración del patrimonio monumental de la nación


De extraordinaria visión política, el presidente Balaguer ordena en su mandato transitorio y a pocos días El Fuerte San Gil y Murallas
de Santo Domingo (1540).
del tiranicidio, la restauración de la casa del patricio Juan Pablo Duarte, iniciada por Víctor Bisonó en Al centro, el monumento
a la Independencia Financiera.
1961. La sustitución de los íconos de la dictadura se ponía en marcha y se ensayaban los actos que ha-
Tomás Auñón, 1944.
brían de ponerse en escena poco después. Foto Luis Nova.

Pocos años más tarde, una vez restituido el sistema democrático en el año de 1966, se inicia un proceso
de importante gestión institucional en el aspecto de la valorización del patrimonio arquitectónico nacional.
No sólo fueron llevados a cabo proyectos de nueva factura sino, paralelamente, las obras de restauración
de los grandes monumentos y los antiguos edificios de la Ciudad Primada y de otros sitios históricos. Es-
ta iniciativa fue realizada a través de la labor de la recién creada Oficina de Patrimonio Cultural (1967) y de
la Comisión para la Consolidación de los Monumentos de Santo Domingo en 1972, a raíz del terremoto
del 71, dirigidas por Manuel del Monte y por el venerado Don Moncito Báez López Penha, decano de los
restauradores dominicanos. Don Moncito había ya comenzado el proceso de restauro en Santo Domingo
durante la época de Trujillo, a raíz del terremoto de 1946.
El trabajo de estos pioneros dominicanos ha sido ejemplar en la escena latinoamericana y ha permitido
la revalorización de los relevantes espacios históricos del país. El programa se potencializa con la plani-
ficación racional de los recursos patrimoniales en la zona, terminado en 1967 por los arquitectos Pérez
Montás, Cott, Gautier y otros, publicado en 1973,17 y posteriormente encauzado por el Plan Regulador
de la Zona Colonial, redactado por Gautier en los 80 para la Oficina de Patrimonio Cultural, durante la
gestión del Arq. Esteban Prieto Vicioso al frente de la Oficina de Patrimonio Cultural. Estas acciones fue-
ron respaldadas con la creación y el trabajo continuo del eficiente capítulo dominicano del ICOMOS, por
la publicación del estupendo boletín Casas Reales18 y por el enérgico apoyo demostrado por las admi-
nistraciones del Dr. Joaquín Balaguer hacia la conservación de los centros históricos dominicanos, en
particular el de Santo Domingo.
Los arquitectos más renombrados de la época, interesados en el tema de la restauración arquitectónica,

LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 |317


Portal del Monasterio de San Francisco en fueron asignados como conservadores oficiales ad vitam de monumentos específicos. La situación re- ros trabajos notables realizados por la Oficina de Patrimonio Cultural, timoneada por Manuel del Monte Espacio conmemorativo en la Catedral
Santo Domingo. Rodrigo de Liendo, c.1521. Santiago Apóstol, Santiago de los Caballeros.
Restauro de Víctor Bisonó, 1978. sultante, vigente hasta hoy, es: Eugenio Pérez Montás y Esteban Prieto Vicioso, a la Catedral de San- Urraca. 1994. Restauro y nueva obra de Tácito
Foto Ricardo Briones. Cordero et al, esculturas de Bismarck Victoria.
to Domingo. Manuel Salvador Gautier, al Convento y Monasterio de Las Mercedes. César Iván Feris El 14 de febrero de 1987 fue cerrado para su peatonización el eje histórico de la calle El Conde. Esteban
Archivo Bismarck Victoria.
Conjunto de casas en Las Atarazanas,
Iglesias, al Convento y Monasterio de Los Dominicos. Teódulo Blanchard y Erwin Cott, al Convento de Prieto Vicioso, director de la OPC, llevó este proceso hasta la iniciativa de regularizar la sustitución de le- Ingenio de Boca de Nigua, San Cristóbal.
Santo Domingo. Restauradas por Manuel
Delmonte et al, 1968. Foto Jochy Marichal. Santa Clara. Víctor Bisonó, al Convento y Monasterio de Los Franciscanos. Christian Contín, al Hos- treros en el Centro Histórico en su conjunto, en combinación con el ADN. Restaurado por el Ing. José Ramón Báez
López Penha, 1977. La simetría del conjunto
Interior del Hotel Nicolás de Ovando, pital de San Nicolás de Bari. Teódulo Blanchard, a la Fortaleza Ozama, el Fuerte de San José y el lien- El extraordinario patrimonio republicano de las ciudades de Santiago de los Caballeros y de Puerto Pla- permitió un creativo restauro en que fue
Santo Domingo. Restaurado por la Oficina
reconstruída una mitad de la estructura y
de Patrimonio Cultural c.1970, convertido zo este de murallas monumentales. Luis Eduardo Delgado, a las Puertas de la Misericordia y los lien- ta, debió esperar una ocasión posterior. La Catedral Santiago Apóspol fue intervenida desde 1987 a
consolidada la otra. Foto Ricardo Briones.
en hotel en 1998. Foto Jochi Marichal.
zos de murallas oeste y norte. Esteban Prieto, a la Casa de Palavé. William –Billy– Reid, a la Ermita 1992, como parte de un proyecto urbanístico de transformación integral de su entorno, por los arqui- Hermosa fachada principal de la Iglesia
de San Gregorio. Rafael –Chichí– Ricart, a la Iglesia de San Carlos. Roberto Bergés, a la Iglesia del tectos Tácito Cordero y Raymundo López, al frente de un equipo de profesionales que contó con la par- de San Carlos, Santo Domingo.
Foto Ricardo Briones.
Carmen. Leopoldo Franco, al Hospital de San Lázaro. Moncito Báez se encargó del Fuerte de San ticipación destacada del artista Bismack Victoria, entre otros. Su obra escultórica para la Capilla de los
Gil, del Ingenio de Nigua y de otras obras. El Alcázar de Colón fue recuperado por el arquitecto mexi- Inmortales resume una de las intervenciones paradigmáticas de ese momento en la arquitectura domini-
cano Carlos Flores Marini después de los daños ocurridos durante la Guerra de Abril. Tanto este edificio cana, a pesar de lo polémico que resultó finalmente todo el ambicioso proceso, nunca felizmente termi-
como el Convento de los Jesuitas, convertido en Panteón Nacional, habían sido previamente reconstrui- nado. El Arq. Roberto Bergés transforma a su vez en el período de 1978 a 1982, el Parque de Puerto
dos –en el caso del primero– o acondicionados a su nuevo uso por el arquitecto español Javier Barroso Plata, devolviendo la demolida glorieta o quiosko central, reconstruído en base a documentos del nota-
en 1954-1956. ble período victoriano en esa ciudad, y la Estación Terminal de Ferrocarriles, totalmente realizada en
Fuera de la ciudad capital, José Ramón –Pusiso– Prats hizo la restauración de la Iglesia de Bayaguana; estructura metálica.
Teódulo Blanchard, la del Fuerte de San Felipe en Puerto Plata; y Manuel del Monte, la Casa de Ponce Hoy en día, el valioso patrimonio dominicano es entendido como un conjunto histórico de más de cinco
de León en Boca de Yuma. El Arq. José González dedicó sus energías al apasionante rescate de los fuer- siglos, por lo que se asumen obras relevantes del siglo XX dentro del potencial catálogo de monumen-
tes y ruinas de La Vega Vieja, donde existe una ciudad entera aún por descubrir. tos nacionales. La defensa de este relevante inventario de espacios y obras se ha ampliado hasta con-
Este sistema de asignación ha demostrado ser provechoso, lográndose con él una especie de celo pa- tar con el respaldo de varias instituciones profesionales privadas, como en el caso del ICOMOS, CARI-
ternal permanente, capaz de mantener el ojo avizor sobre estas importantísimas estructuras, íconos in- MOS, el DOCOMOMO, el Grupo Nueva Arquitectura, PROGAZCUE, y la FEWP, entre otros.
discutibles del patrimonio artístico y cultural dominicano.19
El proceso incluyó decenas de casas coloniales, siendo el conjunto de las Atarazanas uno de los prime-

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5.6

Santiago de los Caballeros: tradición y modernidad


Mientras tanto, esta importante ciudad, corazón del Cibao, la de los 30 Caballeros, se organiza democrática- Sala de Lecturas en la Biblioteca Central
de la PUCMM, Santiago de los Caballeros.
mente y recibe, entre muchas iniciativas más, el positivo impacto de uno de los proyectos educativos más lo- 1975. Francisco Camarena et al.
grados en la cultura nacional: la creación y desarrollo de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra. Foto Onorio Montás.

Relieve de Domingo Liz en el edificio del Roxy,


Fundada bajo la gestión de la pujante Asociación para el Desarrollo de Santiago (hoy APEDI) –institución ciuda-
en la calle El Conde, Santo Domingo.
dana que merecería, por su vigorosa acción, páginas enteras en la reseña del desarrollo regional, en principios Cuqui Batista, c.1956. Foto Lowell Whipple.

y luego nacional–, establece criterios de asentamiento, diversos a los anteriormente conocidos en los campus
universitarios de la UASD y la UNPHU, mayormente de carácter urbano. La PUCAMAYMA obedece a una pla-
nificación de campus abierto, integrado a la pródiga naturaleza cibaeña, en el que se disponen, con criterios
eminentemente paisajísticos, las piezas arquitectónicas de apoyo. El conjunto, si bien disperso, crea una agra-
dable y funcional atmósfera para el estudio y la relajación. En su materialización participan los arquitectos Pe-
dro José Borrell, el influyente y sólido Francisco –Cuqui– Batista (1925) –quien realiza el edificio primario para
el Centro de Estudiantes–, Gerardo Ulate y destacadamente el arquitecto mexicano Francisco Camarena
(1928). Es este autor quien logra plasmar una arquitectura de modernísima institucionalidad, dotada de innu-
merables detalles en su cuidadosa y poética factura. Usando la paleta del corbusianismo brutalista tan frecuen-
te en estos años, logra sin embargo enraizarla en la cultura santiaguera de manera definitiva. Sus quiebrasoles
de tabla de palma, sus calados, sus vestíbulos abiertos magistralmente secuenciados, los volúmenes conec-
tados en perfecta articulación, hacen de los edificios de la Rectoría (1974), la Biblioteca (1971), la Torre de Agua
(1972) y el Auditorio, cuatro obras paradigmáticas de esa ciudad. Posteriormente ejecuta la Alianza Francesa
y en pleno centro histórico, en similar lenguaje, el edificio para la Asociación Cibao de Ahorros y Préstamos.
Durante estas décadas, Santiago estructura tímidamente su crecimiento en la periferia del Centro Histó-
rico, aunque éste, sin lugar a dudas, haya sido muy intervenido por nuevas obras, que muestran –tal co-
mo ha venido ocurriendo en otros polos urbanos del país– poco respeto a las características morfológi-
cas y a la escala de su tradicional arquitectura, tanto a la de carácter colonial, como a la del exquisito
victoriano que aún se admira en contados ejemplares dispersos en el tejido. No es sino hasta la década

LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 |321


Torre de la escalera del cuartel de bomberos de los años 80 y 90, cuando se produce un cambio de actitud hacia la misma y se empiezan a rescatar
de Santiago. Cuqui Batista, c.1976.
Foto Lowell Whipple. viejas casonas, almacenes y a bordar una amalgama de intervenciones en torno a patios, corredores y
Edificio del BNV en Santiago paseos internos a las manzanas, de gran valor ambiental.
de los Caballeros.1986. Cuqui Batista.
De este período es, por ejemplo, el Edificio de Oficinas Estatales Don Antonio Guzmán Fernández, que
Foto Gustavo Luis Moré.

Edificio Casa Haché en Santiago de


posee atributos formales y materiales típicos del predominio brutalista de la época, y el Edificio de Ofici-
los Caballeros. 1980. Edgardo Vega y nas y Centro Comercial de la Casa Haché, de Manuel Polanco y Gay Vega.
Manuel Polanco. Foto Onorio Montás.
La obra de Cuqui Batista refleja una plástica de mayor dinamismo, asumiendo una visión del proyecto
Torre de oficinas de la Asociación
Cibao de Ahorros y Préstamos, 1975. basada en el análisis programático despojado de todo prejuicio, lo que le permite obtener resultados de
Santiago de los Caballeros.
Francisco Camarena. Foto Onorio Montás.
gran creatividad y fuerte noción de contexto. Este método, que descansa en posibilidades creativas in-
finitas y en un discurso apasionado y firme, parece haberle brindado a él y a su selecto grupo de jóve-
nes seguidores, valiosas oportunidades. Varios de sus edificios, notablemente realizados en hormigón
visto, particularmente los Jardines Metropolitanos 1 y 2 (1974), definen un circuito inevitable de calidad
en el Santiago contemporáneo. Su pequeña casa, una obra de nívea orfebrería en bloque de concreto a
la vista (1964), es uno de los espacios de mayor intimismo y seducción hechos en la arquitectura habi-
tacional dominicana. Mientras estudia en Ciudad Trujillo, participa en el equipo que desarrolló innumera-
bles edificaciones escolares dentro del Plan de la Secretaría de Educación, siendo el Dr. Joaquín Bala-
guer Secretario de Estado y el Ing. Bebecito Martínez jefe de la Oficina de Ingenieros. También de su au-
toría son los proyectos para el Cuartel de Bomberos (de exquisito plasticismo geométrico), y la sede del
Partido Reformista, de cubista abstracción.
En estos años inician sus prácticas con sonado éxito arquitectos de la talla y el prestigio de Nelson Viñas
(1942), uno de los más solventes y reconocidos, quien basa su obra en un espíritu del lugar y en la cali-
dez de sus espacios. Su trabajo, mayormente habitacional y privado, ha cubierto, sin embargo, una am-
plia gama de encargos de muy variada naturaleza. Graduado en la UASD en 1966, se instala en Santiago

322|LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 |323


y vence en una serie de concursos de obra pública que lo establecen como uno de los principales auto- Una vista del jardín de Villa Pancha,
en Santiago de los Caballeros.
res de la ciudad, hasta el día de hoy. c.1925-2008. Gustavo Tavares.
Foto Lowell Whipple / Archivo AAA.
Un aspecto ineludible es el de la cultura del jardín santiaguero.20 De los muchos espacios lúdicos del
Otro aspecto del jardín de Villa Pancha,
país, ninguno posee la belleza y la vitalidad del jardín desarrollado por don Gustavo Tavares (1925-2006) en Santiago de los Caballeros.
en su residencia Villa Pancha, construida paralelamente con el jardín en 1925. Esta es, sin exagerar, la c. 1925-2008. Gustavo Tavares.
Foto Lowell Whipple / Archivo AAA.
Capilla Sixtina de los jardines caribeños.
Jardín de la residencia de la familia Bermúdez
Sus manos y su experiencia mantuvieron con devoción y esmero día a día esta obra de arte natural en Madera en Santiago de los Caballeros.
c. 1970-2008. Elba de Bermúdez.
continua evolución; así como también crearon los jardines, esta vez institucionales, para el Instituto Su- Foto Lowell Whipple / Archivo AAA.
perior de Agricultura, en el que Billy Reid y el nicaraguense Rafael Urtecho participaron destacadamente
como arquitectos. La sabia disposición de árboles de corpulenta presencia, distribuidos en la suave y
gentil topografía suburbana –generalmente samanes, flamboyanes “machos”, caobas, ceibas, robles y
otras especies endémicas sabiamente elegidas– constituye la estructura que luego se esculpe superfi-
cialmente con un sotto bosque de helechos, enredaderas, palmas y todo un universo paradisíaco de es-
pecies nativas.
Igualmente hermoso es el gran jardín de don Eduardo León Asensio (1919-2006), el cual tiene una pre-
sencia aún mayor en la ciudad. Su diseño recrea la fisonomía típica de los campos de golf, con su par-
ticular topografía dominada por el volumen de la casa principal. Otro jardín ejemplar es el de doña Elba
y don J. Armando –Poppy– Bermúdez, con su ensoñadora residencia diseñada –más bien florecida en
el mismo terreno– por Billy Reid.

324|LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 |325


5.7

Los nuevos protagonistas: la generación de todos


Nuevos autores surgen en la escena.21 Son los tiempos en que la UASD y, posteriormente, la nueva es- Secretaría de Estado de las Fuerzas Armadas.
Santo Domingo, 1978. Luis Despradel.
cuela de la UNPHU comienzan a dar sus frutos. Entre los egresados de la primera se destacan personali- Al fondo uno de los edificios que conforman
la Plaza de la Independencia, de Rafael
dades como Mariano Sanz (1935), Luis Despradel (1943-2002), Luis Schiffino (1945), Eduardo Rozas, An-
Tomás Hernández. Foto Onorio Montás.
tonio Casanovas (1947), Plácido Piña (1945), Rafael Martínez, Nelson Viñas, Angel Giudicelli; de la segun-
da, José Horacio Marranzini (1937), Nelson Toca (1945), Cristóbal Valdez (1947), Raúl de Moya (1951), Ati-
lio León (1951), Radhamés Díaz, entre muchos otros. Todos sin excepción han producido obras de enver-
gadura a partir de los años 60, cada uno de ellos con una plástica identificable y coherente.
Sanz se distingue por una estética racional temprana que eventualmente se libera y asume planos incli-
nados a la singular manera del mexicano Agustín Hernández, como la del Banco Nacional de Crédito en
la avenida Lope de Vega (1983) y la Terminal Turística de Sans Souci (1976), ambas diseñadas dentro del
despacho de Haza y Pellerano, una de las firmas de contratistas privados más exitosa y calificada del
período. Obras tempranas incluyen el Listín Diario (1972), el Cementerio Cristo Redentor (1973) y más de
300 unidades de viviendas desarrolladas como promotor en la firma de Sanz y Guzmán.
Despradel nos lega una abundante producción y, al igual que Schiffino, utiliza el repertorio de la orto-
gonalidad y la rigurosidad racionalista, no tan lejana a otros autores de la escena regional paralela, co-
mo en el caso de Sierra, Cardona y Ferrer, en Puerto Rico.22 Ver por ejemplo, el bien logrado edificio
del Club de Oficiales de las Fuerzas Armadas (1970), de Despradel, y los múltiples edificios habitacio-
nales y comerciales construidos por Schiffino en su actividad de promotor inmobiliario. León, formado
en la UNPHU y en Florencia, Italia, maneja el vocabulario de las composiciones volumétricas diagona-
les, particularmente en boga en los 70, con incomparable destreza y extraordinaria tectónica en el uso
de los materiales. Su sensibilidad por la combinación de ladrillos, hormigones y lienzos blancos fue
muy bien concretizada en una serie de proyectos habitacionales de exquisita presencia urbana. Cris-
tóbal Valdez, esencialmente urbanista, dirige un equipo de jóvenes arquitectos en las labores de re-
construcción del frente marino de Santo Domingo, después de las devastaciones producidas por el

LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 |327


Edificio sede de Bancrédito en ciclón David en 1979, con sonado éxito en su gestión en la Dirección General de Planeamiento Urba-
Santo Domingo, hoy TRICOM. 1978.
Mariano Sanz. Foto Onorio Montás. no del ADN. Su trabajo posterior, hoy en día potenciado por sus hijos Michelle y Gustavo, ha estado
Edificio de apartametos en la avenida dedicado principalmente al área del diseño urbano y el turismo. Sus entregas como autor y su parti-
Anacaona, en Santo Domingo. c. 1979.
cipación en muchos debates públicos han sido representativos y determinantes en varias situaciones
Mariano Sanz. Foto Onorio Montás.

Iglesia del Colegio Evangélico Central en


conflictivas en el escenario profesional.
Santo Domingo, c.1984. Raúl de Moya. En el caso de Piña, su primera obra notoria –después de algunas incursiones destacadas en el ámbito
Foto Onorio Montás.
doméstico– fue el correctísimo volumen del Banco BHD, ganado por concurso en el año de 1978.23 Pi-
Edificio del Banco Hipotecario Financiero,
hoy Instituto Nacional de Ciencias Forenses. ña asume la estética del hormigón visto y los muros cortina con sutil elegancia. De exquisitas proporcio-
Santo Domingo, 1984. Fred Goico.
Foto Onorio Montás.
nes, resuena en el espacio urbano como un instrumento bien afinado. Sus múltiples proyectos domésti-
cos, tanto de habitación individual como colectiva, le han deparado gran prestigio. Otras de sus obras
dignas de mención son el Pabellón Recreativo del Santo Domingo Country Club (1984), de febril eclec-
ticismo posmoderno; el controlado volumen del edificio Domus (originalmente sede de una empresa pri-
vada dedicada al mobiliario) frente a un prado verde de gran centralidad en el sector de NACO; y una se-
rie de delicadas residencias vacacionales, iniciada con El Edículo (1983), una pequeña pero inspirada so-
lución de vivienda de playa en Juan Dolio, posteriormente seguida de la magistral Casa en La Cuaba y
varias casas de montaña de fina artesanía en su diseño. Piña también ha transitado por el área de la crí-
tica editorial. Fue responsable de la Revista del CODIA24 en una ocasión y posteriormente aparece como
editor de las 100 Hojas de Arquitectura,25 compendio de los trabajos semanales del Grupo Nueva Arqui-
tectura, publicados en el Nuevo Diario.

328|LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 |329


El diseño en la obra pública Edificio de Oficinas del Estado
Don Antonio Guzmán Fernández,
Un aspecto importante es el de la obtención del encargo para la obra pública. Muchos de los edificios Santiago de los Caballeros. 1979.
Rafael Veras et al. Foto Onorio Montás.
más emblemáticos han sido y son actualmente concursados, práctica obligatoria en algunos países y
Casa de la familia Rivera Rodríguez en la
desconocida en otros, valga citar los casos extremos de España y Puerto Rico. Sin embargo, la mane- calle Pedro Henríquez Ureña, Santo Domingo.
Manuel Baquero, 1975. Foto Onorio Montás.
ra más frecuente en que se otorgan obedece al sistema de asignación directa. El Colegio Dominicano de
Casa García en el sector de NACO,
Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (CODIA) realizó grandes esfuerzos para eliminar esta práctica du- Santo Domingo. 1969. Vital García.
rante buena parte de los años 70. Foto Onorio Montás.

Casa Pol, también en NACO. c.1976.


Ha sido igualmente negativa para el desarrollo de la profesión la práctica de englobar el proceso de di-
Edgardo Vega Malagón. Foto Onorio Montás.
seño con el de construcción, colocando el trabajo del arquitecto en un segundo plano frente al contra-
tista y minimizando la trascendencia del acto creativo. Sin duda alguna, esta práctica ha incidido nega-
tivamente en la calidad de muchas obras, pues abre un espacio para la distorsión de las ideas, la inade-
cuada terminación de la obra y la transferencia al ingeniero constructor de calidades, funciones y respon-
sabilidades que no le corresponden. Han de crearse dispositivos institucionales más rigurosos para re-
ducir esta situación a su mínima expresión, precisando el auténtico rol de cada disciplina.

330|LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 |331


5.8

Las nuevas modalidades de producción


El aspecto singular de mayor trascendencia en el desarrollo del urbanismo y la arquitectura en estos años Edificio de apartamentos Dolmen, en la
José Amado Soler, Santo Domingo, c.1978.
es, posiblemente, la institucionalización del procedimiento de acceso a financiamientos hipotecarios. Un Juan Pérez Morales. Foto Ricardo Briones.

nutrido grupo de ingenieros civiles, arquitectos y promotores, actuando independientemente o en aso- Planta del Centro de Otorrinolaringolía
Dr. Espaillat Cabral, en Santo Domingo.
ciaciones, inician una contabilidad cada vez más rica de edificios de apartamentos y locales comercia-
c.1974. José Horacio Marranzini.
les, en torres cada vez más audaces, en bloques compactos o en la consabida tipología de bloques en
“L” o en “U” de 4 niveles, dependientes de las dimensiones del lote y de la normativa instaurada por las
autoridades municipales y fiscalizadoras, tales como la DGPU/ADN y el Banco Nacional de la Vivienda.
Más allá de la débil urbanidad definida por estos últimos esquemas, la realidad es que configuraron una
nueva imagen de vigorosa presencia en los principales centros urbanos del país. Algunas empresas des-
tacadas por la consistente calidad de sus propuestas fueron las del exitoso Juan Bernal, gestor del cen-
tral desarrollo de NACO, con Amable Frómeta a la cabeza del taller de diseño y, posteriormente, Mano-
lito Baquero. Como hemos visto, este desarrollo hoy puede ser identificado como el verdadero origen del
Polígono Central, consideración que se asume sobre todo por las caracterícticas propias del proyecto
urbano y sus virtudes espaciales.
Una larga lista puede ser redactada citando empresas con nombres tales como Minier Pimentel y Aso-
ciados, Constructora Delta, Di Carlo Almonte y Mejía, Selman y Asociados, Covinfa, Mena Lajara, Biso-
nó, Hasbún y Asociados, Koury+Guzmán –promotores de la pionera torre KG en la Abraham Lincoln–,
Sanz y Guzmán, Christian Maluf, DICONFO –empresa dirigida por la destacada Arq. Mercedes Sabater
de Macarrulla en el área de diseño, coautora de la Torre del Sol–, Constructora Peña, entre muchos otros.
Roberto Carvajal Polanco (1953) se establece hacia el fin del período de estudio contando con un catá-
logo actual de más de 300 obras realizadas y muchas otras en preparación.
Dentro de este panorama, la obra singular de José Andrés Urtecho (1939-1992) es digna de mayor preci-
sión. Graduado en la Universidad de Guadalajara en 1968, viene en ese mismo año al país a colaborar en
la planificación del campus de la PUCMM. Ya vimos como en Santiago diseña varios edificios en el Institu-

LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 |333


Torre del Sol, avenida Bolívar, Santo Domingo. to Superior de Agricultura –el Aula Magna, los Laboratorios y los Dormitorios de Estudiantes– en un lengua-
Mercedes Sabater de Macarrulla y DICONFO.
Foto Ricardo Briones. je racional de arraigada y sencilla expresión. Allí también diseña el emblemático Hotel Camino Real, en ple-
Edificaciones localizadas en el cruce de las no centro histórico, y el Centro Médico Cibao. Santo Domingo es en realidad su escenario de mayor ac-
avenidas 27 de Febrero con Winston Churchill,
tuación. Su participación como consultor independiente y en los talleres de diseño de varias empresas in-
en Santo Domingo. Sobresalen el conjunto
BHD, el entonces Banco del Comercio, mobiliarias, arroja un saldo de miles de unidades habitacionales en un proceso tronchado por su tempra-
hoy Scotiabank y las obras de lo
que se convertiría en Plaza Central. no fallecimiento. Nombres tales como los condominios Cris-Car, Los Ríos, Biltmore, Bisonó, Rosmil, urba-
Foto Onorio Montás.
nizaciones y residenciales como el Parque del Este (500 viviendas), Hainamosa (800), Santo Domingo I-VII
Conjunto de hoteles e instalaciones en Playa
(1,100) y un extenso listado forman parte del inventario de esa arquitectura coral, de acompañamiento, que
Dorada, Puerto Plata, con la montaña Isabel
de Torres en el fondo. Foto Peter Beuse. define hoy el tejido urbano de la ciudad en muchos de sus barrios. Su proyecto más destacado es posi-
blemente el campus y los edificios principales del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC).
El importante apoyo dado por el Estado dominicano desde el 1970 al desarrollo de la infraestructura tu-

rística a través del departamento de INFRATUR del Banco Central, tanto en Santo Domingo como en otros
polos, singularmente en las cercanías de Puerto Plata al norte, de Barahona al sur y de Higüey al este,
promovió una nueva planificación de menor densidad y con un carácter notoriamente más abierto al an-
teriormente establecido en las tipologías hoteleras públicas de los años 40 y 50. El estudio base para la
posterior normativa fue originalmente realizado por la firma inglesa Shankland Cox, con fondos del BID y
del Banco Mundial. No se trata ya de la consabida fórmula del bloque arquitectónico anclado en el paisa-
je (como se prefería hacer, por ejemplo, en el Hotel Plaza, en Santo Domingo); se define un nuevo para-
digma, vigente aún, que le desmiembra y le organiza en el lugar con el menor impacto visual y ambiental

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Interior de la sede de Industrias Nigua, en posible. Los arquitectos Mario Lluberes (1938) –hijo del arquitecto del mismo nombre, citado en la Cuar- clave de fantasía, híbrido de pueblo toscano en el Caribe, ideado como lugar de ensoñación en el que Casa Diego de Moya en Santo Domingo.
Santo Domingo, 1975. Esta obra singular de c.1980. Leopoldo Franco; jardines
Miguel Vila demostró su estética vinculada a ta Historia de este libro–, Luis Gamborena y Luis Simpson (1948), entre otros, desempeñaron dentro de alojar artistas en residencia, visitantes distinguidos y, eventualmente, realizar conciertos de calidad mun- de Jochi Russo. Foto Onorio Montás.
las obras de Camarena en la PUCMM,
INFRATUR un rol importante en este proceso pionero en la planificación dominicana, en el que fueron lle- dial en su bien logrado anfiteatro a la usanza grecorromana, causó un gran impacto en toda la región, no Uno de los hoteles en Playa Dorada,
Santiago. Foto de Jochi Marichal.
Puerto Plata. Foto Jochi Marichal.
vados a cabo los primeros estudios científicos de manejo del territorio y de los recursos naturales existen- sólo en el país. Inicialmente criticado como un “falso” fuera de contexto –comparado a la población de
Iglesia y plaza central en Altos de Chavón,
Arbol de Anacahuita en el Jardín Japonés,
La Romana. 1978-1984. Roberto Coppa et al. tes. El proyecto piloto, Playa Dorada, en Puerto Plata, requirió de una inversión inicial importante en in- Guatavita en las sabanas bogotanas– Chavón se ha convertido con el paso de los años en un asenta-
Jardín Botánico Nacional. 1974.
Foto Ricardo Briones.
fraestructura y la realización de algunas edificaciones para atraer los eventuales inversionistas privados que miento turístico amable y acogedor, proveyendo al nuevo desarrollo de Casa de Campo de una especie Mamoru Matsunaga. Foto Ricardo Briones.
Casa Montagu, en Casa de Campo,
la Romana. c. 1980. Marcos Aldaco. hoy hacen de este desarrollo, junto a los de Sosúa y Cabarete, en la misma costa, uno de los polos de de “centro histórico” referencial, que de alguna manera dota de gravedad al conjunto. Obra del arquitec-
Foto Onorio Montás.
atracción más dinámicos del país. to italiano Roberto Coppa, contó con el concurso de los arquitectos Tony y Danilo Caro, de CARALVA, en
Parcialmente producto de esta iniciativa, los jardines comienzan a ser estudiados e integrados a la arqui- muchas de las obras de infraestructura y habitacionales.
tectura. Uno de los proyectos que tuvo una marca innegable fue el del arquitecto norteamericano William Varios profesionales dominicanos se dedican notablemente a la disciplina del paisajismo, entre ellos: Jo-
Cox para Casa de Campo, en La Romana, y posteriormente su vigoroso e influyente Hotel Santo Domin- chi Russo (1942-1993), Rafi Vázquez (1933), Miguel Vila (1943-2005), Rosángela Bobea (1952) y Mamo-
go (1976), una de las instalaciones hoteleras clásicas en las rutas del turismo capitalino, organizada en tor- ru Matsunaga (1936). Russo configura en torno a su trabajo un grupo de estetas de demostrada capa-
no a patios de escala urbana suave y gentil y, nuevamente, preciosa jardinería. En la Historia siguiente de cidad artística y crea un universo poético de gran impacto en la cultura nacional. Una de sus obras más
este volumen,27 se explica con detalle la influencia de esta singular edificación. Proyectos tales como el coherentes es la del jardín para las casas de la familia Moya, del Arq. Leopoldo Franco, en Cuesta Her-
de la casa Montagu del afamado arquitecto mexicano Marco Aldaco en Punta Águila, o los acercamien- mosa. Suyo es también el paisajismo de Eurotel en Playa Dorada, de Oscar Imbert, pionero en este tipo
tos al tema hotelero de Imbert, en Punta Cana, resumen la potencialidad del tema turístico dominicano de tratamientos de las áreas intersticiales hoteleras. Rafi Vázquez ha creado un paraíso en su casa co-
con calidad suficiente como para prever el futuro hoy en día realizado. Imbert, por ejemplo, ha desarrolla- lonial de tres pisos frente a la Catedral y es el autor de numerosos jardines en hoteles, residencias y edi-
do un extenso catálogo de obras en la región, principalmente habitacionales de alta factura y arraigada ficios públicos. Bobea se ha reconocido principalmente por su labor en el paisajismo del enclave de Ca-
sensibilidad, convirtiéndose, podría decirse sin exagerar, en el arquetipo tácito a seguir en muchas insta- sa de Campo, uno de los lugares de mayor atractivo en el circuito vacacional dominicano. Matsunaga es
laciones hoteleras y privadas en el país. Su sobrino Antonio Segundo Imbert ha sabido recoger lo sem- responsable de articular una mágica síntesis entre el típico jardín japonés y el jardín tropical. Su obra más
brado por Oscar y dotarlo de una nueva dimensión, más contemporánea y minimalista, como se verá. reconocida es la del Jardín Botánico. Junto a ésta, otras de carácter institucional y doméstico han in-
La verdadera razón o motivo que llevó al empresario Charles Bludhorn, presidente de la Gulf+Western fluenciado grandemente la cultura paisajística local.
Dominicana, a realizar el conjunto de Altos de Chavón es realmente ignorada. La verdad es que este en-

336|LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 |337


5.9

Las metáforas de la historia y la crisis de la generación moderna


Después de dos reelecciones y doce años en el poder, se reduce temporalmente la magia de Balaguer En primer plano, el Pabellón Recreativo
del Santo Domingo Country Club, 1984,
en el manejo de los destinos nacionales. Son, además, tiempos de cambio en la escena arquitectónica de Plácido Piña. Al fondo el Club House
internacional. Surge una nueva generación de la posmodernidad. Son los momentos propicios para la principal, 1984 de Rafael Martínez,
Pujadas y Armenteros. Foto Onorio Montás.
reflexión provocada por Venturi,28 Rossi,29 Jencks30 y muchos autores más, emergentes en el país a tra-
vés de la obra de Miguel Vila (1943), Apolinar Fernández (1948), Pedro José Alfonso (1941), Plácido Pi-
ña (1945), Marcelo Alburquerque (1949), Bichara Khoury (1947), Harry Carbonell (1949), William –Pichi–
Vega (1948), Fernando Ottenwalder (1953), Juan Emilio –Juanín– Pérez Morales (1950), Angel Giudicelli
(1951), Oscar Imbert (1953), Eduardo Lora (1953), Antonio Hernández (1952), Chito Rodríguez Zorrilla
(1954), Carlos Jorge (1955), Carlos Reid (1956), Gustavo Luis –Cuquito– Moré (1956), Raymundo López
(1953), Tácito Cordero (1955) y muchos jóvenes más, que definen una nueva actitud frente a la realidad:
son los tiempos de la rebeldía ante el Moderno, de la redefinición de una identidad autónoma, basada
en las posibilidades de relectura del tiempo y del espacio propios.31
La mirada es introspectiva, regional, crítica. Los paradigmas cambian, la modernidad es otra, incluso aún hoy,
se está por descubrir. El Grupo Nueva Arquitectura establece su Hoja de Arquitectura semanal y su revista
Arquivox,32 abriendo un espacio intelectual que en poco tiempo alcanza resonancia regional, no sólo nacio-
nal. Sin saberlo, este grupo de jóvenes se convierte en el vehículo de motor de cambios insospechados.
Mientras acontecía este flujo incontenible de proyectos, la academia procuraba mantenerse al día. Las
nuevas facultades de la UNPHU, la PUCMM y otras que eventualmente surgieron, elevaron las opciones
profesionales de estudio a más de 8 escuelas, algunas de ellas previsiblemente efímeras. La UNPHU se
constituye en la escuela que produce los autores más destacados, basando su filosofía en una visión con-
ceptual de la práctica instalada en la síntesis entre las artes y las ciencias y en la configuración de profe-
sionales integrales, diestros tanto en la práctica como conocedores de la teoría y la historia. Procuraba de-
finir el perfil de un arquitecto hábil en su oficio y responsable ante los reclamos de una sociedad en pleno
proceso de construcción. En 1973, la UNPHU realiza con gran éxito el Seminario Santo Domingo 2000,

LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 |339


Conjunto de apartamentos en el Parque desarrollando un revelador análisis prospéctico sobre el futuro de la ciudad capital. La UNPHU estrena en El desarrollo paulatino de los polos turísticos es efectivamente un segundo flujo que ha adquirido un ver- Biblioteca Central de la UNPHU,
Mirador Sur, Santo Domingo. 1974. Santo Domingo. 1982. Roberto Bergés.
Atilio León, CCC. Archivo Atilio León. el país las primeras cátedras e investigaciones programáticas en torno a la historia de la arquitectura do- tiginoso ritmo de crecimiento. Punta Cana, Bávaro, Bayahíbe, Juan Dolio, Boca Chica, Puerto Plata, So- Foto Ricardo Briones.

Sección del Malecón de Santo Domingo minicana, extendiendo el ámbito tradicional de estudio de la colonia hasta nuestros días.33 Tres decanos súa, Cabarete, en fin, toda la geografía dominicana, principalmente costera, ha recibido inversiones lo- Vista del conjunto formado por los hoteles
intervenida después del Ciclón David, Santo Domingo sur (William Cox, 1976) y
memorables sobresalen en su desarrollo: el primero, Roberto Bergés, seguido por Luis Eduardo –Pipí– cales y extranjeras de gran impacto en la economía nacional. El itinerario de infraestructuras arquitectó-
1979-1981. Cristóbal Valdéz et al. norte (Guillermo González, 1955).
Esta zona frente al antiguo Partido Delgado (1941) y Atilio León. nicas aún está por ser estudiado de manera coherente por la crítica local e internacional. Foto Onorio Montás.
Dominicano fue detallada y construida
La UASD tuvo una sucesión de decanos notables (Calventi, Gautier, Fermín, García, Fernández, Sánchez Otros esquemas, tales como las zonas francas, comienzan a ser explorados en esta época, de gran pre- Afiche de la galería Boynayel realizado
por Apolinar Ferneandez de Castro.
por el artista Rafael Álvarez en ocasión
Archivo Cristóbal Valdéz.
Córdoba, etc...), que a su vez mantenían prácticas muy fértiles en la esfera privada. Allí se asumían las sencia en casi todos los centros urbanos capaces de permitir el acceso de la mano de obra a este mo- de la demolición del Hotel Jaragua, 1985.
Archivo AAA. Foto Ricardo Briones.
diversas influencias internacionales con total apertura. Tres intereses se destacan: El Método Lógico ins- delo de explotación. El aspecto cualitativo del proyecto es, sin embargo, poco notable o inexistente, sal-
taurado por Eduardo Rozas, proveniente de Cuba. (Geoffrey Broadbent viene al país como resultado del vo en escasas excepciones.
encanto producido por sus teorías metodológicas);34 la visión social ideológicamente comprometida pro- Dramáticamente, el proceso de arrabalización de áreas marginales aumenta, con peligroso saldo pen-
movida por Ramón Martínez, también de afiliación académica cubana, desde sus cátedras de Historia diente de la administración pública. Los variados proyectos redactados sucesivamente por las agencias
de la Arquitectura; y, posteriomente,35 la búsqueda de una arquitectura climática y ambientalmente cons- municipales y centrales han sido incapaces de detener esta mancha de informalidad resultante de los
ciente, conceptos defendidos por los profesores Luis Lajara, Rafael Arvelo, Rogelio Batista y otros, algu- ineficaces procesos de desarrollo y concertación nacionales.
nos de ellos egresados de escuelas francesas. Ante los destrozos ocasionados por el ciclón David en el territorio nacional, particularmente en el male-
A fines de los años 70 se evidencian determinados flujos de actividad arquitectónica, algunos de los cua- cón de Santo Domingo, la nueva administración central del PRD, organiza un proceso de reconstrucción
les se han consolidado y constituyen hoy la base del catálogo existente, a ser expuesto en el capítulo si- que deja huellas. Una de ellas, es el esfuerzo dirigido desde el Ayuntamiento del Distrito Nacional por
guiente de esta obra. Cristóbal Valdez y un selecto grupo de jóvenes arquitectos, en la redefinición del paisajismo del borde
La inversión en bienes raíces, apoyada por algunas normativas que persiguen el ordenamiento y la den- costero capitalino. Por vez primera se ensaya en el país una propuesta de diseño urbano moderna, arrai-
sificación del territorio urbano, es posiblemente el flujo más poderoso. En Santo Domingo, avenidas co- gada en su espacio y su tiempo. La arquitectura siempre ha sido considerada un arte concreto, de sóli-
mo la 27 de Febrero, la John F. Kennedy, la Bolívar, la Anacaona, la Sarasota, son destinadas por la le- do impacto en el espacio. Su naturaleza proyectual es, sin embargo, otra, más bien sustentada en la ima-
gislación municipal a recibir un mayor coeficiente de edificabilidad. Calles secundarias, terrenos baldíos, ginación. “Hoy más que ayer y menos que mañana...”, “...vive de ilusión la realidad...”36 Proféticamente,
extensiones situadas al margen de la ciudad formal, comienzan a ser impactados por el mayor índice de escribe Pedro Vergés en el afiche conmemorativo a la destrucción del Hotel Jaragua en 1985: “Somos
crecimiento urbano jamás visto en la historia, hasta ese momento. en el planeta la huella de los hombres en la luna”.37

340|LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD 1961-1978 |341


6
LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA
1978-2008

José Enrique Delmonte Soñé


6.1

La lectura de un recorrido
La idea de una arquitectura dominicana se convirtió en tema preocupante a principios del decenio de Doble página anterior:
Imagen del edificio Intercentro
1980 con la incursión de un grupo de jóvenes arquitectos motivados por el deseo de definir una imagen en Santo Domingo. Sandy & Babcock,
Arquitectos (Miami) con Franc Ortega.
propia. La creación de una arquitectura que respondiera a las condiciones culturales y ambientales del
Foto Jochi Marichal.
país fue el objetivo de este grupo que trataba de abrirse camino a pasos agigantados en el escenario lo- Detalle del edificio del Centro León en
cal. Influenciados por las nuevas propuestas internacionales que planteaban la ruptura del moderno y por Santiago. Pedro José Borrel, 2000-2003.
Foto Jochi Marichal.
las enseñanzas de algunos profesores de las escuelas de arquitectura, los nuevos arquitectos se enfren-
Ingreso a doble altura de La Viña
taron a la desvalorización de los dogmas de la arquitectura académica vigentes en el país desde media- de El Catador, en Santo Domingo.
Juan Cristóbal Caro y Gustavo Luis Moré.
dos del siglo XX. 2007. Foto Ricardo Briones/Archivo AAA.
La conciencia de qué es el dominicano, si existía una arquitectura dominicana y, de no haberla, cuándo Residencia en el barrio de La Zurza, Santiago,
y cómo hacerla, dirigió el pensamiento de la arquitectura a fines de los años setenta. Con anterioridad, c. 1980. Raymundo López y Tácito Cordero.
Foto Gustavo Luis Moré.
estas preocupaciones ocuparon la atención de los arquitectos dominicanos de generaciones preceden-
Interior de la tienda La Época,
tes, quienes exploraron concepciones espaciales, interacciones con el contexto o la introducción de de- en el sector de Los Jardines, Santiago. 2004.
Lowell Whipple y Luis Bisonó.
talles y elementos que acercaban la arquitectura al medio local y a sus condicionantes ambientales y so- Foto Lowell Whipple/Archivo AAA.
ciales.1 Estas exploraciones tempranas, muchas de ellas desarrolladas en proyectos privados disemina-
dos en los sectores suburbanos de Santo Domingo y de Santiago, principalmente, formaron parte del Paseo marítimo George Washington o
Malecón de Santo Domingo. Al fondo, la
lenguaje de la arquitectura al menos durante dos décadas, y sucumbieron ante las constantes pérdidas
desembocadura del rio Ozama y más allá,
o transformaciones parciales que se iniciaron en la misma década de 1970. Sans Souci. Foto Ricardo Briones.

La aspiración de conformar una arquitectura mejor adaptada a la realidad dominicana que tanto preocu-
pó a principios del decenio de 1980, coincidió con similares condiciones en varios países de la región.
Allí también el impulso por hacer una arquitectura comprometida culturalmente con sus respectivos paí-
ses –desde el punto de vista histórico, social, cultural y económico– estaba en ebullición y se convirtió
en un tema común de la región a través de los intercambios entre los profesionales que hacían arquitec-
tura en el Caribe. Las perspectivas de colocar la preocupación por la arquitectura representativa de la
geografía antillana, abrían unas posibilidades hasta entonces desconocidas por los arquitectos de la re-

LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 |345


Obelisco de Santo Domingo, originalmente gión y les permitió reconocerse a través de códigos similares que solidificaban su búsqueda. La fuerza
realizado en 1937 para conmemorar el cambio
de nombre de la ciudad. Diseño de Trene de este proceso y la justificación del mismo coincidieron con el escenario internacional posmoderno que
Pérez y construcción del Ing. Rafael Bonelly.
se encontraba en la cúspide.
Hoy acoge silente múltiples manifestaciones
culturales. Foto Ricardo Briones. Parte de los anhelos de la nueva generación de arquitectos caribeños tiene su base en los parámetros
Fachada oeste de la Catedral Metropolitana impuestos por una arquitectura internacional que inducía a la exploración interna y a la liberación de los
de Santo Domingo, sometida a un proceso
continuo de restauración desde los años prejuicios en contra de los valores que la historia contenía.2 En consecuencia, muchos arquitectos se sin-
sesenta hasta la fecha. Foto Jochi Marichal.
tieron comprometidos con la construcción de un discurso que reflejara el orgullo por su pasado y la re-
Imagen de la demolición del hotel Jaragua,
valorización de las soluciones arquitectónicas anteriores. La revisión de la arquitectura de 1980 a 1990
1985. Foto Gustavo Luis Moré/Archivo
DoCoMoMo Dominicano. en la República Dominicana3 permite afirmar que su propuesta estuvo encaminada hacia el logro de una
Interior del Centro de Arte y Arquitectura imagen estético-formal apoyada en los patrones históricos, en las soluciones populares y en la introduc-
Makana, hoy desaparecido. Diseño de
Eduardo Guzmán con Orlando Menicucci, ción de los elementos vernáculos, que se manifestaría con más fuerza en la década siguiente, cuando
c. 1995. Foto Eduardo Guzmán/Archivo AAA.
las condiciones geopolíticas reorganizaron la visión del mundo.4
Muchos de los planteamientos adoptados por esta generación podrían ubicarse en las experiencias del
proceso de rescate del patrimonio histórico, que iniciado en 1967 con la creación de la Oficina de Patri-
monio Cultural 5 y acrecentado con la restauración de los principales monumentos coloniales afectados
por el sismo del 4 de julio de 1971, dispusieron de información de una arquitectura que existía pero que
se desconocía en su esencia.6 El estudio de la arquitectura histórica de Santo Domingo y de otros cen-
tros urbanos del país disparó en esta generación un deseo de investigar sobre sus características, sus
particularidades y sus elementos, y les permitió hacer comparaciones con el patrimonio histórico de la
región. La valoración de la arquitectura histórica acrecentó en ellos, hasta cierto punto, el sentido de or-
gullo de la dominicanidad y sirvió de motivación para conformar la idea de pertenencia.
Todo este proceso de redescubrimiento de la arquitectura histórica originó un fenómeno de indagación
hacia otras manifestaciones estéticas, en el que el estudio de la arquitectura del período republicano

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Corredor interior del Santo Domingo Country (1844-1930), la arquitectura popular y la vernácula, fueron reconocidas por primera vez como fuente de ciencia y de operatividad, de institucionalidad, de intereses políticos y hasta de corrupción. Quizás fue la Fachada desde la playa de la residencia de
Club. 1984. Plácido Piña y asociados. Oscar Imbert, en la Marina de Punta Cana.
Foto Jochi Marichal. estudio y valoración. Este sentido de valoración de lo heredado conformó un espíritu de conservación primera vez que la arquitectura ocupó la principalía en los medios de información y enfrentó diversos sec- c.1994. Foto Eduardo Guzmán/Archivo AAA.

Interior del desaparecido St. Michel's Grand que incidió en el pensamiento de la generación y le dio dirección a su accionar. tores de la vida pública y hasta a los diferentes poderes del Estado. La demolición afectó la confianza de Fachada de uno de los edificios de habita-
Café, diseño de Gustavo Luis Moré con Jordi ciones del Hotel Capella Beach Resort, en
La aplicación de ciertos esquemas de la arquitectura, previos al Movimiento Moderno, fue considerada los arquitectos en cuanto a su propia valoración como grupo profesional de importancia en la vida na-
Masalles, 1988. Foto Gustavo Luis Moré. Juan Dolio, del Arq. Miguel Vila Luna. c.1990.
casi como estandarte en los proyectos de arquitectura. El clima, los filtros, los materiales tradicionales, cional, que sintieron el peso de los intereses económicos y políticos sobre su débil posición académica. Foto Gustavo Luis Moré.

la espacialidad de los esquemas populares, entre otros, fueron temas cada vez más preponderantes en Como consecuencia, la desaparición sistemática de inmuebles con valor arquitectónico diseminados por
los planteamientos del diseño académico. Este fenómeno, gradual y cada vez con mayor incidencia, tu- las principales ciudades se aceleró en poco tiempo, arrastrando consigo ambientes equilibrados, hasta
vo su apogeo a finales de la década de 1980, y coincidió con la realización de los primeros eventos re- el punto de que centros históricos que se encontraban casi intactos a principios de la década de 1970
gionales y continentales, donde los arquitectos del Caribe tuvieron la oportunidad de encontrarse y mos- se descomponían en muy poco tiempo, frente a los ojos de la sociedad en su conjunto. Han sido verda-
trar sus preocupaciones por crear un espacio común para ellos. En efecto, los primeros Encuentros de deros sucesos negativos los casos de Puerto Plata, Santiago, San Pedro de Macorís, La Vega, Samaná,
Arquitectura y Urbanismo del Caribe, junto con la creación de las bienales nacionales y las invitaciones a Montecristi y el sector de Gazcue en Santo Domingo.
bienales regionales, abrieron las oportunidades para intercambiar criterios y reconocer las mismas preo- A pesar de ello, la demolición del Jaragua permitió agrupar arquitectos de distintas generaciones y abrió
cupaciones. El despertar de la arquitectura como elemento de identidad de la cultura dominicana tuvo el escenario para la reflexión y el estudio de la arquitectura dominicana en toda su dimensión. Los even-
su momento culminante con la demolición del Hotel Jaragua en 1985, a pesar de las acciones prece- tos académicos y profesionales surgieron con impulso a partir de la segunda mitad del decenio de 1980
dentes que contribuyeron a su conformación. y el interés por valorar la arquitectura perteneciente a períodos históricos más recientes se incrementó.
Las manifestaciones para su preservación acapararon la atención del momento y abrieron el debate acer- En las escuelas de arquitectura se incluyeron las materias Historia de la Arquitectura Dominicana y Con-
ca del valor de la arquitectura –la arquitectura reciente– como bien cultural. El enfrentamiento entre el in- servación de Monumentos, en un esfuerzo por impulsar, en las nuevas generaciones, el entendimiento
terés político, económico y el valor cultural fue el tema protagonista, y los arquitectos se colocaban por del proceso de la arquitectura local y su compromiso por estudiarla, valorarla y preservarla. El espíritu de
vez primera ante la necesidad de defender sus criterios sobre la importancia del inmueble como eslabón reflexión motivó la formación de grupos de estudio y divulgación que se encargaron de organizar even-
de la cultura dominicana y su condición de referente, frente a un amplio sector que no entendía estas tos para el debate y el conocimiento de la arquitectura como elemento primordial de la cultura domini-
afirmaciones y lo visualizaba como un simple resultado de las leyes del mercado. Los temas debatidos cana. La incidencia de estos eventos se reflejó en la conformación de otros grupos de investigadores y
fueron amplios, e incluían cuestiones de índole económica, de turismo, de imagen, de conservación, de profesionales preocupados, que generó publicaciones aisladas y periódicas, asociaciones e instituciones
valoración del patrimonio contemporáneo, de la identidad nacional, de memoria y de nostalgia, de efi- que han sido muy importantes para el entendimiento de la arquitectura dominicana en su conjunto.7

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6.2

Hacia un regionalismo posmoderno


A mediados de la década de 1980, algunas obras reflejaban una imagen seudo-nacional o regional, Fachada principal de la residencia Luna
Ferraris, en Los Pinos, Santo Domingo,
apoyada en la combinación de elementos decorativos, el manejo del espacio y composiciones forma- fue una de las viviendas más admiradas
en su tiempo. Miguel Vila Luna. 1978-1980.
les del pasado. La falta de investigaciones más profundas y continuas terminó por agotar los recursos
Foto Onorio Montás.
creativos y la arquitectura cayó en una repetición que desvirtuó los procesos originales y la encaminó
a un callejón de difícil salida. La arquitectura fue utilizada como un producto de imagen para las cor-
poraciones financieras locales –bancos, financieras, casas de cambio, compañías de seguros, etc.–
que en la mayoría de los casos transformaban un edificio existente –residencias unifamiliares, preferi-
blemente– con la introducción de elementos propios del lenguaje historicista. La crisis económica de
finales del decenio provocó una desaceleración del fenómeno. Muchos arquitectos se vieron en la ne-
cesidad de emigrar y un grupo de oficinas de arquitectura se convirtió en medio para los promotores
dispuestos a incidir en el diseño de los arquitectos, imponiendo gustos y esquemas con un interés úni-
camente comercial. Esta situación, que se mantiene aún en la actualidad, impuso modelos importa-
dos y soluciones poco alentadoras, aunque comercialmente exitosas. La idea del arquitecto provoca-
tivo e impulsador de propuestas particulares fue sustituida por el inversionista promotor –entre los que
había y hay muchos arquitectos involucrados– que entendían la arquitectura como parte del proceso
de su gran empresa inmobiliaria. Esta situación debilitó los ideales de una gran parte de este grupo de
jóvenes, quienes apostaban originalmente por la arquitectura nacional y los trasladó hacia otros hori-
zontes e intereses personales.
Los preparativos para la conmemoración del Quinto Centenario del Descubrimiento y Evangelización de
América, en 1992,8 crearon toda una atmósfera de reevaluación de la cultura dominicana y su papel den-
tro del escenario internacional. Con la idea de que el país sería la sede de los más importantes eventos
conmemorativos, el espíritu popular se fue concentrando en conocer los detalles del pasado histórico y
valorizar la importancia de la isla de Santo Domingo como inicio de la cultura occidental y de la evange-
lización en todo el continente. La responsabilidad de este legado histórico dirigió las preocupaciones de

LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 |351


Sede del Instituto Postal Dominicano, los intelectuales hacia el estudio de todas las manifestaciones culturales de la nación y un impulso co-
diseño de Pedro Haché y Lil Guerrero. 1987.
Foto Jochi Marichal. lectivo hacia la investigación, publicación y promoción de estas manifestaciones acaparó la atención co-
Edificio de Oficinas de Apoyo al Palacio lectiva durante algunos años. A pesar de las críticas acerca de la preponderancia de la cultura hispánica
Nacional. Avenida México, Santo Domingo.
en detrimento de otras manifestaciones africanas, indígenas y del mestizaje regional, las reacciones per-
c. 1990. Arq. Pedro Haché.
Foto Ricardo Briones. mitieron investigar, valorar e incorporar estos temas que hasta el momento no habían sido preocupación
Típico espacio para el comedor de uno de los en diversos sectores.
resorts “todo incluído” en la costa este en la
República Dominicana. Foto Jochi Marichal. El efecto que este ambiente creó en la arquitectura fue notorio. Las referencias al clasicismo sirvieron de
estandarte a las propuestas gubernamentales y se convirtieron en imagen de las obras del Estado dise-
minadas en la geografía nacional. En el sector privado la oferta fue distinta, pues a pesar de que el pos-
modernismo tuvo sus seguidores, en la mayoría de los casos las propuestas respondieron a una plurali-
dad compositiva. En medio de un ambiente en el que predominaban los esquemas formales neoclásicos
para edificios institucionales y habitacionales –con insistencia en la adición de detalles ornamentales en
las fachadas y el recurso de la simetría como base compositiva– surgieron otras expresiones totalmente
opuestas que abarcaron desde lo vernáculo hasta lo fractal.9 La osadía de algunos arquitectos de adop-
tar materiales tradicionales de la construcción popular dominicana e incorporarlos en proyectos de cier-
ta importancia, junto a la experimentación con esquemas de organización y jerarquía espacial de la ar-
quitectura vernácula-popular, abrió el camino para la diversidad que dominó la década de 1990. Esta
brecha, que en un principio fue recibida quizás como un divertimento de esos autores, se convirtió en al-
ternativa de diseño. Como consecuencia, la sumatoria de referentes culturales en las propuestas fue ca-
da vez más diversa y, a medida que el proceso se desarrollaba, las complejidades y contradicciones fue-
ron alcanzando puntos máximos.
La preocupación por la expresividad y el interés por descubrir alternativas con las cuales destacarse,
condujeron hacia la novedad como objetivo de toda la generación. La novedad –el último de los temas

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Casa Saleme o “El Edículo”, en Juan Dolio. que caracteriza la arquitectura dominicana– resumía la capacidad creativa de los autores y les permitía estilos dentro de la contemporaneidad fue tan veloz como la subida y la caída de los comercios que pro- Torre Libertador, obra del Arq. Rafael Calventi
1983. Plácido Piña y asociados. en la avenida Anacaona de Santo Domingo,
Foto Onorio Montás. incursionar tanto en las tradiciones de la región como en las tendencias de la arquitectura del momento. piciaron las obras. El dinamismo de la economía dominicana que, luego de una grave crisis a principios c.2000. Foto Jochi Marichal/Archivo AAA.

Maqueta para el condominio “El Triángulo”, Este ejercicio de planteamientos en la imagen arquitectónica diversificó el escenario y lo condujo a una de los noventa, se consolidó y creció vertiginosamente, creó un ambiente de inversiones y competencia Torre Lloret del Mar en el sector de Paraíso,
en Santo Domingo. c.1991. Plácido Piña. Santo Domingo, c.2000. Eduardo Lora
pluralidad cada vez más heterogénea con el objetivo de transmitir notoriedad en las propuestas. Ser no- para negocios y empresas no tradicionales en el país. Esta condición de estabilidad permitió, además, la
Foto Gustavo Luis Moré. Bermúdez. Foto Jochi Marichal/Archivo AAA.

Uno de los gazebos de la finca “La Cuaba”,


vedoso, en cierto modo, significaba no parecerse a nadie, a pesar de su alta dependencia de los fenó- instalación de marcas internacionales que incidieron en la mentalidad de los dominicanos y les transmi-
También el la avenida Anacaona, Torre Azul,
de Plácido Piña, Andrés Julio Sánchez menos transitorios de la arquitectura a nivel internacional. tieron un espíritu de apertura, modernidad y progreso. Los códigos y esquemas de estas empresas mo- diseñada por la firma Sandy & Babcock.
y César Curiel. 2001. c.1998. Foto Jochi Marichal/Archivo AAA.
Foto Gustavo Luis Moré/Archivo AAA. El tema de la novedad recibió una influencia directa y un empuje con la idea de modernidad que fue im- dificaron la forma de exhibición en los comercios e introdujo con fuerza la idea de la identidad de marca
Torre Rivoli, de Juan Pérez Morales
pulsada desde el Estado, durante los últimos gobiernos de la década de 1990. La obsolescencia de los a través de la arquitectura y sus componentes. La preocupación por el detalle, la selección del mobilia- en La Esperilla, Santo Domingo.
Foto Jochi Marichal/Archivo AAA.
dogmas y la recomposición de la geopolítica mundial motivaron al abandono de las teorías y preocupa- rio, los colores, la funcionalidad, la higiene y hasta la señalización, por ejemplo, abrieron una nueva pers-
ciones que manifestaba la cultura hasta finales de los ochenta. La duda, como fundamento del relativis- pectiva para afrontar los encargos de diseño. Es indudable que los trabajos de interiorismo, con su com-
mo contemporáneo, permitió que los arquitectos se despojaran de ciertos valores y compromisos adqui- pleja preocupación por lo mínimo y su marcado interés por provocar sensaciones en los usuarios o con-
ridos con la sociedad –la idea de una arquitectura social, por ejemplo–, y les condujo al reordenamiento sumidores, influyeron en los trabajos arquitectónicos.
y selección de las ideas que se ajustaran a sus propias aspiraciones y a su personalidad. Esta reorgani- El crecimiento físico vertiginoso que han experimentado las principales ciudades del país ha transforma-
zación de los valores provocó que la arquitectura adquiriera un sentido de producto de consumo –en do las características formales de su arquitectura. La velocidad del cambio se ha producido frente a unas
consonancia con el fenómeno de la globalización– y, como tal, estuviera llamada a satisfacer la curiosi- ciudades que carecen de planificación y proyección de su futuro inmediato, o de existir, son altamente
dad de los consumidores. En consecuencia, la preocupación por producir un ente arquitectónico que tu- vulnerables y han sido omitidos por los involucrados en su aplicación. La improvisación y el dominio de
viera la suficiente definición para ser identificado dentro del escenario local condujo a la exaltación de la los intereses particulares han prevalecido sobre los intereses de la comunidad y las ciudades han cam-
novedad como objetivo de los autores. Estas condicionantes contrastan, definitivamente, con las ideas biado en manos de promotores privados impulsadores de las pautas a seguir. Muchos de los sectores
de unidad de inicio de los ochenta –de principios de identidad nacional–, las cuales fueron sustituidas urbanos que contenían una definición o vocación hacia un perfil determinado, han sido sometidos a mo-
por la novedad como síntesis de la individualidad –la identidad personal. dificaciones de la unidad ambiental y formal que les caracterizaba.
Si algo caracterizó el decenio de los noventa fue la velocidad con que se produjeron estos cambios en Como consecuencia, la diversidad de estas intervenciones, –muchas de las cuales, inclusive, han modi-
la arquitectura. En poco tiempo, los ejemplos de obras se sustituían por propuestas diferentes, donde la ficado la escala tradicional– ha contribuido con la pluralidad de propuestas que se caracterizan por la fal-
trascendencia se resumía en la conformación de una imagen de lo actual. La carrera de tendencias de ta de unidad y coherencia. Muchos de los criterios de compromiso asumidos por los arquitectos en épo-

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cas anteriores, tales como la sensibilidad urbana y su aportación al mejoramiento de la ciudad, han sido Imagen aérea del Polígono Central en Santo
Domingo, donde se concentra la mayor canti-
subestimados en las propuestas agrupadas dentro de la pluralidad. El perfil de las ciudades, en general, dad de edificaciones verticales dentro de la
ciudad. Foto Ricardo Briones/ Archivo AAA.
se proyecta desarticulado en cuanto a la forma, la escala, la volumetría, la integración al espacio públi-
Vista parcial del Polígono Central.
co, la imagen, y se presenta discontinuo en su proceso de consolidación.
Foto Ricardo Briones/ Archivo AAA.
Dentro de este ambiente de incursiones menores, aunque mayoritarias, es importante enfatizar otro Vista aérea del Boulevard de la 27 de Febrero
aspecto de la arquitectura dominicana actual que se resume en la nueva escala de los inmuebles. Es en su cercanía a la avenida Winston Churchill.
Foto Jochi Marichal/Archivo AAA.
evidente que los proyectos de arquitectura de cierta importancia han sido realizados en escalas mu-
cho mayores que en décadas anteriores. Esto ha sido posible como consecuencia del crecimiento
económico que ha permitido que las inversiones superen cada vez las anteriores y, por tanto, los edi-
ficios hayan adquirido otras denominaciones y dimensiones que les hacen diferenciarse del resto co-
mo megaproyectos. Con este vocablo se quiere hacer referencia a la magnitud de la inversión, en la

que el inmueble contiene proporciones que ameritan la conformación de equipos interdisciplinarios y


programas de diseño complejos que involucran la participación de tecnología muy actualizada. Los
edificios en altura y los grandes centros comerciales han dado paso, en los últimos años, a proyec-
tos que pretenden, inclusive, transformar la imagen de las ciudades y sus características tradiciona-
les, en un proceso que ha enfrentado sectores con criterios muy distintos. Es evidente que los cam-
bios a que serán sometidos en breve la capital del país y otros centros urbanos más importantes, al-
terarán la realidad de un desarrollo que se acerca a nuevas oportunidades y que contiene enormes
divergencias con los esquemas tradicionales. Las inversiones en las áreas turísticas y sus ramifica-

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Conjunto de edificios residenciales diseñados ciones dentro de la industria del ocio y del comercio, por ejemplo, han permitido la intervención de
por María Fernanda Rosario y Ja'el García,
Torres Taymeé (2000) y Michelle Natalia proyectistas internacionales que aportan criterios distintos de explotación del suelo y de soluciones
(2005). Foto Ricardo Briones/ Archivo AAA.
arquitectónicas.
Perfil formado por varios edificios de la
Es previsible que, a medida que el país se asocie en bloques regionales, se introducirán grandes firmas
avenida Anacaona en Santo Domingo.
Foto Jochi Marichal/ Archivo AAA. de arquitectura y construcción con alto grado de tecnología, experiencias y recursos, que modificarán la
Torre Logroval en el ensanche Piantini, manera de proyectar y harán de la construcción un sistema cada vez más complejo. Puede que este pro-
diseño de José Horacio Marranzini y
Alejandro Marranzini, 2006. ceso demande de los arquitectos dominicanos mayor dominio de códigos10 y especializaciones y que,
Foto Ricardo Briones/Archivo AAA.
dentro de esta nueva manera de proyectar, se produzcan cada vez mejores obras. Sin embargo, se pre-
senta el reto de hacer una arquitectura dominicana más comprometida con los intereses de la nación, es
decir, más cercana a las aspiraciones de bienestar físico y espiritual del dominicano o, sencillamente, pro-
yectar obras con vocación exclusivamente internacional, con referencia al sentido global de ser humano
del siglo XXI. La reunión o separación de ambos criterios será el objetivo de la nueva generación de ar-
quitectos dominicanos.

358|LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 |359
6.3

Algunos hechos significativos en la arquitectura contemporánea local


En la historia de la arquitectura dominicana han existido momentos y acciones que han marcado nuevos El hotel Santo Domingo, diseño
de William Cox, 1976.
cursos en la ruta de su desarrollo. Algunos muy complejos, otros simples, han condicionado el escena- Foto Onorio Montás.

rio para aceptar o rechazar las nuevas propuestas del momento. El cambio del color de la pintura del ho-
tel Santo Domingo en 1977, por ejemplo, un hecho simple, hasta cierto punto intrascendente y olvida-
do, provocó comentarios que condicionaron a los propietarios del referido hotel a retornar al color blan-
co original de la edificación.11 La aplicación de una capa de pintura amarillo mostaza afectó la sensibili-
dad estética de los ciudadanos que no aceptaron esta incursión cromática en un edificio que se asumía
blanco con tejas rojas hasta la eternidad. El hotel Santo Domingo, 1976, diseñado por el arquitecto nor-
teamericano William Cox y decorado por el diseñador dominicano Oscar de la Renta, manejó un criterio
arquitectónico que hacía referencia a la arquitectura colonial por su organización basada en patios inte-
riores, corredores y espacios abiertos en primera planta, techos inclinados alternados, grandes arcos de
medio punto reiterativos en todo el volumen, escala interior monumental y uso de materiales tradiciona-
les como el ladrillo, la madera, las tejas y la piedra, entre otros.12
El esquema marcó un rompimiento con el tipo de hotel citadino que se organizaba en un volumen
compacto y con habitaciones dispuestas en pasillos lineales, colocado de frente a las vías o con vis-
ta hacia ellas, cuyos antecedentes más notables en Santo Domingo habían sido el Jaragua,13 El Em-
bajador,14 y el Paz o Hispaniola,15 todos con un esquema de volumetría unitaria con aperturas seria-
das y con elementos estéticos respetuosos de la arquitectura moderna. Según testimonio de perso-
nas que participaron en la construcción, al hotel le fue aplicada una capa de pintura blanca en sus su-
perficies hasta tanto el diseñador Oscar de la Renta determinara el color final. El Santo Domingo res-
pondía a un concepto de suburbio campestre, reposado sobre un gran lote en contacto con el borde
y con avenidas importantes de la ciudad, organizado en dos cuerpos alternados dispuestos sobre pa-
tios internos.
Si se parte de estos detalles podría establecerse que esta obra es una de las primeras marcas de la

LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 |361


Inusual vista del hotel Santo Domingo con transición entre la arquitectura moderna y la posmoderna en la ciudad de Santo Domingo, en un mo- Lowe’s,16 en el Comodoro (hoy con cambio de uso) y en el Napolitano (transformado en su interior).
Residencia Lacinio Pichardo, diseño de
su color blanco original, c. 1976. Eduardo Lora Bermúdez, c. 1982.
Foto Gustavo Luis Moré. mento en que todavía los arquitectos dominicanos no manifestaban preocupaciones por la estética Los antecedentes en el uso de materiales distintos en el hotel Santo Domingo pueden ubicarse tanto Foto Jochi Marichal.

Dos vistas de los patios interiores del hotel posmoderna. En sus principales obras, por el contrario, apostaban por un desarrollo pleno del lengua- en la arquitectura del período colonial y la de principios del siglo XX, como en el proyecto de Casa de Pabellón de Recepción del hotel Capella
Santo Domingo. Foto Ricardo Briones. en Juan Dolio, diseño de Miguel Vila Luna.
je moderno. Uno de los ejemplos más significativos de esta afirmación lo constituye la Plaza de la Cul- Campo, en La Romana, que tiene influencia de los estilos de la zona oeste de los Estados Unidos y c. 1990. Foto Eduardo Guzmán/ Archivo AAA.
tura (1972-1976), el conjunto de arquitectura institucional más importante del último cuarto del siglo México.
XX en Santo Domingo. Cada una de las obras allí edificadas presenta soluciones formales dentro del El proyecto del Centro Cultural del Instituto Cultural Dominico-Americano, de William Reid y Eric Wistz-
lenguaje moderno. ler, construido con posterioridad,17 refleja el tratamiento de los materiales como protagonistas de la
La protesta por el cambio cromático del hotel Santo Domingo evidencia una acción a destiempo. En composición arquitectónica, ya no tan sólo en detalles de pisos o elementos decorativos, sino como
un ambiente estético purista y con marcado gusto por la expresión abstracta, el amarillo mostaza re- un recurso de una fuerza poderosa en las superficies, espacios interiores, mobiliario, componentes
sultó, sencillamente, una ofensa para el gusto colectivo del momento. Años después y en pleno apo- funcionales y propuestas ambientales. En este proyecto Reid y Wistzler reiteran el papel fundamental
geo del movimiento posmoderno en la ciudad, el hotel fue finalmente pintado con el color anteriormen- del patio interior como elemento integrador de la operatividad de la obra y transmiten sensaciones muy
te rechazado sin que produjera el más mínimo comentario negativo. Fue recibido con agrado y per- específicas en los usuarios, lo que contrasta con el entorno contaminado de ruidos e imágenes de-
manece hasta el presente, mientras la mayoría ya no recuerda sus superficies originales blancas con gradantes.
tejas rojas. En 1980 se construyó uno de los edificios más importantes de la década: la sede del Banco Hipoteca-
Es evidente que el manejo del diseño interior de este hotel también trazó el camino para el uso de ma- rio Dominicano, hoy BHD, de Plácido Piña con Harry Carbonell. En esta obra se advirtieron ciertas liber-
teriales y técnicas de uso común en la arquitectura popular del país. La combinación de los materia- tades formales de la arquitectura moderna, con una novedosa disposición hacia el espacio urbano que
les rústicos y calados de madera, los grandes tragaluces sobre las puertas, el tratamiento de las tex- permitía al edificio actuar como una pieza coherente e integradora con la ciudad. La secuencia espacial
turas de las superficies y la ambientación a través de la iluminación artificial puntual y difusa, fueron producida desde la calle hasta el interior, motivó a los arquitectos locales hacia la valoración del empla-
parte de los recursos que esta arquitectura de transición introdujo en la década de 1970. Estos deta- zamiento en el desarrollo de sus proyectos arquitectónicos y a convertirlo en un tema importante en el
lles tampoco formaban parte del lenguaje moderno del momento, cuando en su mayoría predomina- diseño. La idea de calle, acera, jardín, terraza, plaza, porche, portal de entrada e interior, fue paradigmá-
ba el uso del piso de vaciado de granito, las superficies blancas de pañetes lisos, ventanas de alumi- tico para la arquitectura de principios de la década de 1980, efecto que tenía su referencia en la nueva
nio y vidrio, preferiblemente con celosías, los techos bajos y planos, la luz general cenital y las alfom- sede del Banco Central, de Rafael Calventi, en 1974.18 Los arquitectos desarrollaron, además, los con-
bras. Ejemplos de estos recursos pueden observarse en otros hoteles de la década de 1970, como el ceptos de apertura-cierre, visuales-no visuales, límites físicos-límites sicológicos, que, junto a la fuerza

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Detalle de la pantalla perforada sur del edificio simbólica del edificio y su evocación a la arquitectura brutalista, establecieron un nuevo espíritu en los
BHD, diseño de Plácido Piña. 1980.
Su sensualidad puede ser atribuida al terso proyectos posteriores. El manejo de las cuatro caras exteriores que representan el entendimiento de su
brutalismo de Aldo van Eyck en La Haya.
emplazamiento, y los detalles ornamentales en el tratamiento de las superficies de hormigón visto, esta-
Foto Jochi Marichal.
blecieron nuevas posibilidades a la forma de hacer arquitectura en el país.19 Sin embargo, el edificio se
La Torre BHD, construida con posterioridad
al Edificio BHD, colindante. mantuvo dentro de la estética de la arquitectura moderna, a pesar de su importancia como hito de la ar-
Diseño de Eduardo Selman. 1986.
Foto Jochi Marichal. quitectura del momento.

Conjunto de edificios en la sede del BHD. Dos columnas clásicas, en cambio, consideradas fuera de escala, innecesarias e incomprendidas, se
Nótese el edificio BHD antes de la intervención
convirtieron en el detonante de la nueva imagen que anunciaba el rompimiento con la arquitectura mo-
que sufrió con posterioridad. En primer plano,
la rotonda de la Winston Churchill derna en el país. La solución formal de la residencia Pichardo, de Eduardo Lora Bermúdez, en 1981, fue
con 27 de Febrero, hoy desaparecida.
Foto de Onorio Montás. motivo de críticas y revisiones de los arquitectos dominicanos, quienes vieron en esta propuesta un ma-
nejo extraño en la forma, la escala, los detalles y su uso de elementos históricos locales y externos, aje-
nos a la modernidad. Esta pequeña obra, de carácter privado y con una ubicación estratégica en una de
las principales avenidas de la ciudad de Santo Domingo,20 se convirtió en elemento de discusión y de
promoción de una arquitectura que arrancó con una fuerza inusitada en el país y que forma parte de la
contemporaneidad local para distintas obras nacionales. De Lora también veremos, pocos años más tar-
de, sus proyectos para edificaciones turísticas, notablemente el fantasioso decorativismo de Sand Cas-
tle, en la Costa Norte.
En 1983 el arquitecto venezolano-norteamericano Rudolph Moreno21 dictó una serie de conferencias en
la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña con el tema “La arquitectura posmoderna” y provocó in-
terés en estudiantes y profesionales que no lograban aún descifrar este nuevo código formal. Moreno lo-
gró acercar los nuevos planteamientos estéticos a un público que trataba de obtener respuesta en ese
proceso confuso de la arquitectura local. Las manifestaciones de ignorancia, de rechazo, de ira y de
asombro, fueron parte de un momento en que los diseñadores se aferraban a los esquemas del moder-

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Oficinas Administrativas de Industrias Nigua, no y a su negación a aceptar un nuevo movimiento calificado por algunos como retroceso. Sin embar-
diseño de Miguel Vila Luna, c.1975.
Foto Jochi Marichal/Archivo AAA. go, el posmoderno se impuso y fue alternativa para la proposición de códigos distintos en busca de lo
Detalle de luminaria en las Oficinas autóctono y lo regional, y para la estimulación por la revalorización de la arquitectura histórica del país.
Administrativas de Industrias Nigua.
Foto Jochi Marichal/Archivo AAA.
En esos años, Miguel Vila, con su inigualable liderazgo entre los más jóvenes arquitectos, produjo una

Detalle de la escalera interior de la residencia


serie de obras de carácter privado que, a pesar de su pequeña escala, impuso parte de los lineamien-
Luna Ferrari, de Miguel Vila Luna con Jochi tos estéticos del posmodernismo. Vila, cuya obra se inició a principios de la década de 1970 bajo las le-
Russo. Foto Gustavo Luis Moré.
yes de la arquitectura moderna22 (como lo evidencia su obra para las Oficinas de Industrias Nigua), po-
Area de piscina de Eurotel, en Playa Dorada,
Puerto Plata. Oscar Imbert Tessón, c.1982. co a poco incursionó en el estudio de la arquitectura regional hasta su apego entusiasta de la arquitec-
Foto Onorio Montás.
tura historicista, desde donde desarrolló múltiples propuestas que produjeron todo un ambiente de inno-
vaciones en el escenario local. Sus seguidores se convirtieron, tiempo después, en protagonistas de ar-
quitectura comprometida con soluciones tropicales.
Convencido de la fuerza estética de la arquitectura como elemento primordial para una mejor calidad de
vida, Miguel Vila desarrolló una obra particular por sus capacidades espaciales y formales. Sus obras pa-
ra los restaurantes St. Michel’s y Le Café, hoy desaparecidas, en la avenida Lope de Vega y en el male-
cón de Santo Domingo, respectivamente23 y la residencia Luna-Ferraris, 1980, se convirtieron en refe-
rentes para los arquitectos del período y reprodujeron sus criterios de hacer una arquitectura con inte-
gración al exterior, la secuencia y categorización espacial y la riqueza de recursos decorativos como mo-
tivador para la convivencia. Su tratamiento de los bordes de los muros en los que rechazaba las aristas
y enmarcaba los huecos, formaron parte de su lenguaje, que fue utilizado por toda una generación. Una
de sus obras de mayor escala es el Hotel Capella Beach Resort, en la playa de Juan Dolio. Sus seduc-
tores bocetos de estudio a lápiz de color demuestran la profundidad de sus análisis y su exuberante na-
turaleza de creador.
A principios de la década del 1980, hubo varios concursos nacionales que acrecentaron el interés por

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Zona del comedor abierto de la residencia el cambio en la expresión estética de la arquitectura local. Uno de ellos fue para la sede de la Emba- lores pasteles) y el mobiliario tradicional dominicano. Estos elementos relacionaron la arquitectura con Vista exterior del Aeropuerto
de Oscar Imbert en Punta Cana. Internacional de Punta Cana.
Foto Eduardo Guzmán/Archivo AAA. jada de Italia, en 1984,24 y otro, para la sede de la Rosario Dominicana, en 1985,25 ambos en Santo la cultura nacional y convirtieron a Eurotel en un referente para las futuras soluciones turísticas del país. Foto Eduardo Guzmán/Archivo AAA.

Espacio genérico de recepción en un hotel Domingo. Si bien se promovieron y organizaron importantes concursos en años previos y posterio- Provocaron sorpresa y comentarios algunas obras del mismo Imbert en Santo Domingo, construidas Pabellón de Exhibición de Vehículos para
todo incluído de la zona este del pais. Opel, hoy Nissan, diseñado por Oscar Imbert
res,26 estos dos mostraron la nueva expresión historicista y vernacular e incursionaron en la búsque- años más tarde, como fueron el edificio sede de Radio Shack y el salón de exhibición de automóviles
Arq. Alvaro Sanz c. 2003. Tessón c. 1995. Foto Jochi Marichal.
Foto Gustavo Luis Moré. da de una adaptación de la estética clásica en el contexto caribeño. El paso de la arquitectura moder- Opel, ambos dentro del contexto de su búsqueda de lo nativo en que había incursionado desde su cen- Vista interna de la cúpula del Pabellón de
Interior del Aeropuerto Internacional de Punta na hacia la posmoderna se visualizó en estos encuentros, en que los arquitectos manifestaron su pre- tro de operaciones en Punta Cana. Allí, la propuesta para el Aeropuerto Internacional de Punta Cana se Exhibición Opel. Foto Jochi Marichal.
Cana, diseñado en varias etapas (1980-2008)
por Oscar Imbert Tessón. Obtener el permiso ferencia por la reinterpretación de los referentes históricos y los elementos decorativos en sus nuevas convirtió en un hito importante, debido al empleo de fibras vegetales o cana27 como elemento de te-
de operación de esta instalación realizada en
producciones. chumbre y a la solución funcional del mismo, que rompía con la formalidad de los aeropuertos y estable-
materiales vernáculos fue todo un logro del
Arq. Imbert. Foto Eduardo Guzmán/Archivo AAA. Cuando se construyó Eurotel Playa Dorada en 1986, complejo hotelero de grandes dimensiones diseña- cía un esquema referencial en la región. Esta preferencia por lo vernáculo fue impuesta por Imbert en un
Dibujo artístico del hotel Capella, do por Oscar Imbert, en Puerto Plata, la arquitectura vernácula popular se impuso como un referente gesto de atrevimiento del uso de un material no industrializado dentro de la ciudad.
de Miguel Vila Luna. Archivo AAA.
obligado en los proyectos turísticos y en edificios domésticos y comerciales tanto de Santo Domingo co-
mo de las provincias. Las obras de la transición
Esta aceptación de la estética popular en la arquitectura académica refleja la apertura que mostraba la El primer lustro de los ochenta fue importante debido a la construcción de varios proyectos que con el
sociedad ante los nuevos esquemas formales. La posmodernidad permitió flexibilizar los cánones domi- tiempo se han convertido en piezas importantes para la historia de la arquitectura local. En ese momen-
nantes y concentró el esfuerzo por lograr una arquitectura volcada hacia lo local, lo artesanal y lo enten- to se construyeron el Pabellón Recreativo del Santo Domingo Country Club (Piña y Carbonell), el com-
dido como auténtico de la construcción dominicana. plejo de apartamentos Plaza Galván (Marcelo Alburquerque, Cristóbal Valdez y José Gómez), la Casa
Es interesante resumir los elementos adoptados por Imbert en este proyecto, los cuales traducen el es- Club del Santo Domingo Country Club y la sede para el Royal Bank of Canada28 (ambos de Rafael Mar-
píritu de la arquitectura vernácula aplicada a una escala mayor: el criterio de conjunto organizado a ma- tínez para Pujadas, Armenteros & Asociados), la Torre BHD (Eduardo Selman), la Casa Saleme (Piña y
nera de poblado, espacios abiertos unidos por corredores, el uso de la arquitectura paisajística como Carbonell) y varias remodelaciones domésticas, Caribe Tours (Giovanni Pérez Linval) la tienda de zapa-
recurso predominante en el logro de los ambientes, los elementos filtrantes de luz y brisas, la coloca- tos Marcel´s (Enrique García Pecci y Alfredo Marranzini), los Consultorios Populares de la Clínica Chan
ción hacia visuales específicas, los grandes techos de varias aguas forrados de madera, los materiales Aquino (Gustavo Luis Moré), el edificio Alico (Rafael Martínez para Pujadas, Armenteros & Asociados), el
sencillos de la arquitectura local (mosaicos, ventanas de madera, puertas de paneles en madera con Polideportivo de La Romana (Simón López) y el edificio Antonio Guzmán Fernández, en Santiago, (Ra-
tragaluz calado, etc.), el uso del color en las superficies interiores y exteriores (primordialmente los co- fael Veras, Pedro Mena y Rafael González).

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Interior de la tienda Marcel's, en la calle Si se agrupan estos edificios por tendencia estilística se observa que la convivencia del nuevo movimien-
El Conde, realizada por Alfredo Marranzini
y Enrique García Pecci. c.1983. to posmoderno con el moderno aún era evidente, en un reflejo del proceso de transición que se mani-
Foto Enrique García Pecci.
festaba en la arquitectura local. Esta convivencia estilística refleja la posición que asumieron los grupos
Interior de vivienda histórica integrada al
desarrollo de la Tienda El Gallo, en Santiago.
de proyectistas del momento que, sin tener la intención de asumirse como parte de un movimiento es-
Tácito Cordero, c. 1996. Foto Archivo AAA. tético con objetivos y acciones comunes, establecieron un sutil enfrentamiento entre las bondades del
Consultorios Populares de la Clínica Chan moderno y las posibilidades del posmoderno. Las influencias que se produjeron en la arquitectura local
Aquino, Santo Domingo. Gustavo Luis Moré,
1983. Foto Eduardo Guzmán/Archivo AAA. a través de las inversiones en el turismo y la creciente relación comercial con lugares de la región donde
Apartamentos Plaza Galván, en Gazcue, estaba en pleno apogeo el movimiento posmoderno –con Miami a la cabeza– inclinaron la balanza a fa-
diseño de Alburquerque, Valdéz y Gómez,
c. 1983. Foto Onorio Montás.
vor de los posmodernistas dominicanos. A esto se suma, además, el contacto profesional intenso que
se inició en el Caribe con enlaces entre las distintas naciones y el intercambio cultural fomentado por
agrupaciones y eventos de arquitectura. Como se verá más adelante, el eje Cuba-República Dominica-
na-Puerto Rico, cuyo inicio se puede establecer en esa década de 1980, y los programas de integración
de la Organización del Gran Caribe para la conservación los Monumentos y Sitios (Carimos), auspiciado
por la OEA, fueron fundamentales para la consolidación de una conciencia de revalorización de la arqui-
tectura regional, cuyos intereses diferían de los postulados modernos.

370|LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 |371
6.4

Pasos de legalidad
El cambio en el estilo y los enfrentamientos entre lo tradicional y lo novedoso se produjeron dentro de Antigua sede del Royal Bank of Canada,
hoy Scotiabank, con el agregado de los dos
todo un ambiente de concienciación sobre el papel del arquitecto dominicano frente a la realidad local últimos pisos. Diseño de Rafael Martínez
para Pujadas y Armenteros. c 1984.
y su espacio como individuo dentro de la sociedad. Los arquitectos asumieron el compromiso de recla-
Foto Jochi Marichal.
mar su propia identidad como diseñadores, frente a la ingerencia de otras profesiones que por años ha-
Elevación del proyecto ganador del concurso
bían incursionado en su especialidad.29 En mayo de 1984, la opinión pública se vio invadida por uno para la Rosario Dominicana, no realizado.
1985. Moré, Marranzini & García Pecci.
de los debates más particulares relativos al ejercicio de la profesión, cuando fue aprobada el año ante- Archivo AAA.

rior la Ley 687 que definía el campo de trabajo de las profesiones ligadas a la construcción. La elabo- Dibujo artístico para la sede de la Agencia
Bella, diseño de Leopoldo Franco. 1996.
ración del Reglamento de aplicación de la referida Ley que, mediante el Decreto 1661, del 17 de di-
Archivo Leopoldo Franco.
ciembre de 1983, establecía la exclusividad del arquitecto para el diseño de proyectos arquitectónicos
y urbanos, generó una lucha abierta entre el núcleo de ingenieros civiles y agrimensores y el núcleo de
arquitectos dentro del Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (CODIA). Los pri-
meros determinaron solicitar la derogación del Decreto por considerarlo violatorio a varios artículos de
la Ley 6200 sobre el Ejercicio de la Ingeniería, la Arquitectura, la Agrimensura y Profesiones afines.30 Por
primera vez los arquitectos crearon un frente de opinión y defendieron en los medios el derecho a su
exclusividad en el campo de su profesión. Este esfuerzo culminó en el convencimiento por el Presiden-
te de la República31 de la importancia de mantener el Decreto como ejemplo de claridad para el ejerci-
cio de las profesiones ligadas a la construcción que durante años había creado confusión. La acción
llevada a cabo por los arquitectos a nivel nacional en defensa de sus intereses les hizo tomar concien-
cia de su rol ante la sociedad y la necesidad de cohesionar voluntades para un acertado esquema de
su especialidad. La independencia de criterios que generó este debate consolidó la visión de los arqui-
tectos sobre sí mismos, cuyos proyectos adquirían, de pronto, un sentido de temporalidad nunca an-
tes considerado. Se había definido el ejercicio profesional32 y se había adquirido una posición de pri-
macía dentro del grupo de profesiones existentes en el país.
En efecto, la idea de saberse parte de un momento de cambio sobre el devenir de la arquitectura y su

LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 |373


Edificio Alico, hoy Caribálico, diseño de Rafael filosofía indujo a la exploración de conceptos que tradujeran los nuevos códigos y que abriera el camino
Martínez para Pujadas y Armenteros. 1988.
Foto Jochi Marichal. hacia donde debería encaminarse la producción arquitectónica. La ansiedad que produjo la transición de
Edificio In Tempo, de Eduardo Selman, 1992. principios de la década fue el motivo para el establecimiento de enlaces con la región del Caribe, en un
Foto Ricardo Briones.
esfuerzo por descubrir los criterios que justificaban la ruta a seguir.
Edificio Mezzo Tempo, diseño de José Ramón
Prats, c.1996. Foto Ricardo Briones.
Un año más tarde se produjo la demolición del hotel Jaragua, generando un debate entre los arquitec-

Perspectiva para concurso del edificio de tos y la sociedad. La acción de demoler el inmueble fue entendida por los arquitectos como una pérdi-
oficinas para el CEA en Santo Domingo. da para su ejercicio profesional, pues se produjo en un momento en que por vez primera ellos habían
Víctor Bisonó, c. 1975. El trabajo de Bisonó
en el área del diseño industrial para las definido su rol y su importancia para el desarrollo y la cultura dominicana. Esta demolición eliminaba no
empresas Hoyo de Lima y Aguayo debe aún
por ser documentado. Archivo Víctor Bisonó.
tan sólo un edificio que se caracterizaba por su buen diseño, sino que convertía en escombros el ícono

Primer plano del edificio Domus, diseño de máximo de la obra del maestro de la arquitectura dominicana, Guillermo González Sánchez.
Plácido Piña con Jordi Masalles, c.1997. A partir de ese momento se generó el movimiento de divulgación de la obra del profesional del diseño en es-
Foto Eduardo Guzmán/Archivo AAA.

cenarios de alto nivel, en una etapa en que la arquitectura estaba ausente de los temas tratados por la críti-
ca de arte y por la sociedad en su conjunto.33 El incremento de la participación de los estudiantes y profe-
sores en eventos internacionales –como los congresos de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA), los Se-
minarios de Arquitectura Latinoamericana (SAL) y de otros no menos importantes–, derivó en la realización
de eventos locales que abrieron el camino para la inserción de la arquitectura en el movimiento cultural de la
época. Arquitectura 83 y Arquitectura 84 en República Dominicana34 fueron actividades que sirvieron de pla-
taforma para las bienales de arquitectura que se produjeron a partir de 1986 y crearon un ambiente eferves-
cente para la discusión de las ideas y la definición de los conceptos que dominaban la arquitectura local.

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La segunda mitad del decenio de los 80 se caracterizó por la adopción del lenguaje posmoderno en Torre de apartamentos en la avenida
Anacaona, conocida como Torre Morada,
las propuestas comerciales e institucionales que, inclusive, pasó a ser la tendencia compositiva de diseño de Eduardo Selman, c. 1986.
Foto Onorio Montás.
las obras del gobierno. En efecto, el segundo período de gobierno de Joaquín Balaguer (1986-1996)
Proyectos habitaciones de interés social cons-
repitió el modelo de utilizar la construcción como estandarte de su administración y la arquitectura,
truidos por el gobierno en la década de los
una vez más, sirvió de elemento divulgador de su poder político. En toda la geografía nacional se ochenta. Diseño de Rafael Tomás Hernández.
Foto Stefano Topuntoli/Archivo AAA.
construyeron cientos de obras en las cuales el uso de ciertos recursos estéticos del movimiento pos-
Otra vista de proyectos habitaciones guberna-
moderno se hizo sentir. Edificios como el de Oficinas Gubernamentales en la avenida México (1991), mentales. Foto Stefano Topuntoli/Archivo AAA.

el Instituto Postal Dominicano (1993) y el Conservatorio Nacional de Música (1993), ambos de la au- Doble página siguiente:
Intervención arquitectónica-urbana puntual en
toría de Pedro Haché y Lil Guerrero, por sólo citar algunos, emplearon el lenguaje neoclásico en su zonas deprimidas dentro de la ciudad de Santo
propuesta formal, en una clara demostración de la adopción de este lenguaje como representación Domingo, desarrollados por el gobierno
central. Foto Stefano Topuntoli/Archivo AAA.
del Estado.

Imagen de la construcción del túnel vehicular


Posiciones públicas y gremialismo de la 27 de Febrero, construido durante los
últimos años de la década de los noventa por
En 1991, el ambiente imperante llevó a un grupo de arquitectos a publicar un “Manifiesto al gobierno y la SEOPC. Foto Archivo AAA.
al país”,35 documento público de toma de posiciones contra la manera de ejercer la arquitectura y la for- Facsímil de la publicación del Manifiesto al
Gobierno y al País publicado por un grupo
ma en que se estaban gastando recursos en obras que no contribuían al desarrollo nacional. Ya en 1989,
de 28 arquitectos independientes en la década
el Grupo Nuevarquitectura había expuesto planteamientos similares en otro documento, denominado de 1990. Archivo Omar Rancier.

“Manifiesto de los diez años”, en el que se incluían temas tan amplios como la dependencia del país y Vista áerea del proyecto habitacional
La Isabela, Santo Domingo, construído
su economía, la pobre participación de los profesionales de la arquitectura en la toma de decisiones de por el gobierno dominicano.
Rafael Tomás Hernández, c. 1992.
la planificación de las ciudades y el territorio, la masificación de la carrera de arquitectura a un nivel que
Foto Stefano Topuntoli/Archivo AAA.

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no respondía a la necesidad nacional, el manejo de los recursos naturales y la ineficiencia de los servi-
cios públicos. La respuesta al Manifiesto de 1991 no se hizo esperar y varios días después apareció en
la prensa escrita otro “Manifiesto” de otro grupo de arquitectos, en el que se rebatían estos comentarios
y se trataba de demostrar que el gobierno era el principal cliente de los arquitectos dominicanos y la par-
ticipación de los mismos en los procesos de planificación desarrollados por el gobierno era permanente
e importante. De inmediato, la polémica rebasó las coordenadas de la profesión y alcanzó los extremos
de la discrepancia político-partidista.
La publicación de ambos manifiestos de 1991 fue muy importante para la clase profesional, debido a que
fijó posiciones en temas tan distintos a su campo de acción y estableció las causas del pobre desarro-
llo de la arquitectura en el sistema social y político imperante. Su lectura refleja el ejercicio crítico de un
grupo que hasta el momento manifestaba sus planteamientos en escenarios preferiblemente académi-
cos, resumidos y presentados ahora ante la opinión pública. Demostraba, a su vez, la capacidad de los
arquitectos de establecer su propia visión de la realidad dominicana y su disposición de insertarse en el
proceso de cambio necesario para el desarrollo nacional desde una óptica exclusivamente profesional.
En 1994, otro grupo de arquitectos se reunió para debatir la situación de debilidad de la clase profesio-
nal para defensa de sus intereses. Se cuestionaba el tímido papel del Colegio Dominicano de Ingenieros,
Arquitectos y Agrimensores (CODIA) frente a esta situación y se retomó la vieja idea de hacer un ente gre-
mial independiente que respondiera a la exclusividad de los arquitectos. Doce profesionales fueron los
primeros firmantes del acta de fundación de la Sociedad de Arquitectos de la República Dominicana, ini-
ciativa impulsada por Ketty Bisonó y Risoris Silvestre.36

378|LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 |379
6.5

El Faro a Colón y el desarrollo urbano


La justificación del pasado como alternativa para la nueva arquitectura y para el momento finisecular fue Interior del Faro a Colón, con el Monumento
a Colón que antes estuvo en el interior de la
ratificado con la construcción del Faro a Colón, proyecto de 1929 que se había detenido en la década Catedral de Santo Domingo, donde reposan
sus restos, obra del escultor Carbonell.
de 1940, y que se convirtió en motivo de controversia no tan sólo dentro del ambiente de la arquitectu-
Foto Onorio Montás.
ra, sino fundamentalmente entre el poder político y su oposición.37 Se trataba, sin lugar a dudas, de una
Plano original del Faro a Colón.
crítica a la obra más representativa del gobierno de turno y cualquier oposición pública a su construc- Vista en elevación.

ción era recibida como una afrenta, por lo que diversos grupos de arquitectos se enfrascaron en la dis-
cusion de las bondades y fallas del edificio más imponente construido en la ciudad de Santo Domingo
hasta el momento.
El Faro fue inaugurado en la celebración del Quinto Centenario del Descubrimiento y Evangelización de
América, en octubre de 1992, culminando con un proceso que se había iniciado en el siglo XIX y que ha-
bía sufrido diversas interrupciones hasta su conclusión. Al disminuir las críticas ruidosas y constantes,
nuevas voces38 llamaron la atención sobre la importancia de la obra como resultado de uno de los con-
cursos de diseño más importantes del siglo XX, en el que participaron miles de arquitectos de todo el
mundo y el jurado estuvo conformado por renombrados arquitectos que validaron la obra de Joseph L.
Gleave como el más simbólico y mejor apegado a la filosofía de diseño establecido en las bases. Su
construcción fue un triunfo de la perseverancia y el respeto a la decisión de un jurado que determinó su
validez en 1929 y 1931.
Con la construcción del Faro a Colón se abrió un capítulo para las obras de gran escala en el país.
Visto en el plano de la ciudad, el Faro ocupa un territorio inmenso no aprovechado para generar una
dinámica urbana beneficiosa para el asentamiento. Aislado y contenido por la presión social de los al-
rededores, el Faro representa la necesidad de plantear proyectos importantes que transformen la ciu-
dad y la preparen para las nuevos retos del siglo XXI.39 El fenómeno, muy sutil, ha desencadenado una
continua labor de rescate del papel de los ayuntamientos como responsables de las políticas urbanas
que deberían desarrollarse para sus respectivas ciudades. Es evidente que no se puede afirmar que

LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 |381


Vista exterior del Faro a Colón. todo el proceso ha sido consecuencia exclusiva de la construcción del Faro a Colón. Sin embargo, su
Foto Jochi Marichal.
conclusión generó una sensación de que los gobiernos podrían hacerse cargo de una serie de obras
Maqueta del proyecto del Faro a Colón.
arquitectónicas o urbanas de grandes dimensiones y que transformasen la imagen y funcionalidad de
Fachada este del Faro a Colón.
Foto Onorio Montás. las ciudades.
Espléndida vista aérea del Faro a Colón. La introducción del tema urbano en las discusiones propias de la arquitectura –no como otro tema
Nótese el entorno que le circunda.
Foto Stefano Topuntoli/Archivo AAA. aparte, muchas veces desligado de la arquitectura– sensibilizó a varios arquitectos locales sobre la ne-
cesidad de generar proyectos que dispusieran de una vocación urbana en sus planteamientos. Los
planes de estudio de la ciudad de Santo Domingo y de Santiago –que coincidieron con el período de
transformación de los sectores residenciales tradicionales hasta convertirlos en pocos años en los
nuevos centros de alta densidad– plantearon a principios de la década de 1990 la necesidad de or-
ganizar los sectores, definir acciones, establecer prioridades y motivar las transformaciones. La deli-
mitación de un espacio de la ciudad de Santo Domingo donde existía mayor presión para el incremen-
to de la densidad constructiva a través de edificios de altura, denominado Polígono Central, permitió,
por vez primera, redefinir las características urbanas y predeterminar particularidades que modificasen
las características de los proyectos hacia un mejor resultado urbano. La velocidad del proceso de
cambio de Santo Domingo impidió que los planteamientos de diseño promovidos por los consultores
que participaron en la elaboración de esta nueva política fueran ejecutados adecuadamente.40 En San-
tiago, se prepararon propuestas muy sólidas para la determinación de un Plan Estratégico de Desa-
rrollo, a través del Centro de Estudios Urbanos y Regionales (CEUR), adscrito a la Pontificia Universi-
dad Católica Madre y Maestra, y la Comisión del Centro Histórico de Santiago de carácter guberna-
mental, que trataba de crear los mecanismos para un posible rescate del área patrimonial de la ciu-
dad. En la actualidad, los grupos representativos de Santiago, han vuelto a concentrar esfuerzos pa-
ra el desarrollo planificado de la ciudad, bajo cuyos lineamientos se coordinan acciones para el resca-

382|LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 |383
te del Centro Histórico, de la planificación y proposición de soluciones a los graves conflictos urbanos Sede del Banco de Reservas de la República
Dominicana, diseño de Plácido Piña, c. 1994.
y la redefinición de sus estrategias de desarrollo. Foto Jochi Marichal.

Sin embargo, el germen para un nuevo compromiso urbano se reflejó en algunas obras de mediana es- Intervención para la instalación de la sede
de la Superintendencia de Pensiones.
cala que generaban una nueva actitud hacia la ciudad. El edificio para la nueva sede del Banco de Re-
Diseño de Daniel Pons y colaboradores.
servas (1995), en la avenida Winston Churchill,41 de Plácido Piña, planteó una intención urbana pocas Foto Ricardo Briones/Archivo AAA.

veces manejadas en el país, donde la secuencia espacial desde la calle hasta el interior del edificio se lo- Conjunto de viviendas Villas del Mirador,
para el mercado privado capitalino.
gra mediante un tratamiento de terrazas que permite separar al transeúnte sin impedirle su recorrido ha- Roberto Rijo, 2003.
Foto Ricardo Briones/Archivo AAA.
cia el edificio. Esta secuencia se desarrolla desde la acera, asciende por escalinatas hasta la primera te-
Edificios del Instituto Tecnológico de Las
rraza, desde donde se eleva hacia el corredor porticado que hace referencia a los antiguos espacios si- Américas, Punta Caucedo, Santo Domingo.
milares en la arquitectura del siglo XVI en las ciudades del Caribe, hasta permitir, finalmente, el acceso al Ray Vera, 1998. Jochi Marichal/ Archivo AAA.

primer espacio interior que sirve de distribuidor hacia la sucursal bancaria y a otras dependencias. El te-
ma de la esquina, a su vez, se incorpora a la intención urbana del proyecto de hacer referencia al chan-
fle, recurso arquitectónico característico de los locales comerciales de finales del siglo XIX. Esta solución,
resumida en la secuencia del acceso y la disposición de la esquina, permite identificar una conciencia ur-
bana en la solución arquitectónica del edificio pocas veces manejada en la arquitectura contemporánea
hasta ese momento, con su antecedente más notable, quizás, en la sede del Banco Central (1976), de
Rafael Calventi.

384|LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 |385
6.6

Las bienales de arquitectura de Santo Domingo


Un tema importante para comprender el camino transitado por la arquitectura local es el de las biena- Edificio Corominas Pepín, diseño de Leopoldo
Franco con José Mella Febles, c. 1986.
les de arquitectura, iniciadas en 1986 por el Grupo Nuevarquitectura. Con dos versiones refrescantes Primer lugar de la Bienal de Arquitectura de
Santo Domingo. Foto Jochi Marichal.
organizadas en 1986 y 1988, las bienales pasaron a establecerse en la década de los noventa como
Maqueta de intervención efímera para el
el mecanismo idóneo para hacer una lectura sintetizada de las preocupaciones arquitectónicas del
Obelisco de Santo Domingo, de Gustavo Luis
momento.42 Moré, ganador de la Categoría Libre y premio
del público en la Bienal de Artes Visuales del
La III Bienal de Arquitectura de Santo Domingo (BASD), en 1990, reflejaba la experimentación de nuevos 1992. Archivo AAA.

códigos compositivos y un mayor contenido conceptual en base a la traducción de la realidad cultural


dominicana. Los dos proyectos premiados así lo demostraron tanto en el tratamiento estético formal co-
mo en la complejidad expresiva de sus componentes. El edificio J&R, de Oscar Imbert Tessón, galardo-
nado como Proyecto, fue una propuesta desarrollada en un lote de esquina con un gesto urbano nove-
doso y atrevido, donde Imbert propuso la techumbre en cana a varias aguas de uno de sus volúmenes.43
El premio a la Obra Construida le fue otorgado a Condominio Paraíso, de Andrés Julio Sánchez y César
Curiel, propuesta de tipo inmobiliario que se separó de la estética desarrollada por la arquitectura pura-
mente comercial y planteó soluciones tropicales en sus cerramientos, con la inclusión de protectores cli-
máticos y un estudio de la iluminación y ventilación natural del contexto local.
En la IV BASD44 se presentaron algunas propuestas que reflejaron el rechazo a los temas compositivos pre-
dominantes en el escenario local e incursionaban en la utilización de materiales no tradicionales, la mayoría
de origen industrial. El proyecto La Factoría,45 de Omar Rancier, por ejemplo, que fue una síntesis concep-
tual de las posibilidades espaciales de la arquitectura popular y su expresividad a través de la aplicación de
tecnología simple, provocó más de un comentario y motivó a los más jóvenes a cuestionar su capacidad
de ser originales. Este camino fue transitado por un notable grupo de arquitectos, jóvenes en su mayoría,
que vertió en sus propuestas mucho de imaginación y de capacidad tridimensional de producir formas inex-
ploradas. Los recursos tecnológicos en la presentación de los proyectos permitieron el desarrollo de crea-
ciones novedosas y cargadas de simbolismos no utilizados con anterioridad.46 En esa misma Bienal, Harry

LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 |387


Condominio Paraíso, ganador de la 3ra. Bienal Carbonell Hurst presentó su controversial proyecto La Casa Árbol, propuesta conceptual que exploraba la
de Arquitectura de Santo Domingo en 1990.
Obra diseñada por Andrés Julio Sánchez y morfología vernácula y la simbiosis entre lo imaginario y lo real en la arquitectura. Carbonell planteó una ex-
César Curiel. Foto autores.
presividad desde lo interior del diseñador hacia su relación con el conglomerado, en un juego de diálogos
El desaparecido restaurant De Nosotros
entre la obra arquitectónica, su carga simbólica y la capacidad del usuario-lector de identificarse y comu-
Empanadas en Santo Domingo, de Gustavo
Luis Moré, segundo lugar en la IV Bienal nicarse con ella. La posibilidad de hacer de lo absurdo y primario un elemento complejo de la composición
de Arquitectura de Santo Domingo.
Foto Eduardo Guzmán/Archivo AAA. arquitectónica, capaz de provocar reacciones, fue un mensaje a la nueva generación para que tomara nue-
Maqueta de La Casa Árbol, diseño de Harry vos senderos en la creación de una arquitectura local más auténtica y personalizada.
Carbonell, primer premio de la IV BASD.
La V BASD47 reflejó mesura y transición entre el historicismo y el vernáculo, por un lado, y el deconstruc-
Foto Gustavo Luis Moré.

VZ, Controles Industriales, diseño de


tivismo y el minimalismo, por el otro. Fue, quizás, la mejor muestra de la transición por la que transcurría
Jordi Masalles, Gran Premio de la V BASD. la arquitectura local para definir la ruta que debería seguir a fines de siglo, donde la validez de las pro-
Foto Jochi Marichal.
puestas no estaba determinada por un criterio unificado. El otorgamiento del Premio de Proyecto al Mi-

ni Complejo Deportivo del Club Juan Pablo Duarte, en San Francisco de Macorís, de Emilio José Brea
García, fue la respuesta de un jurado ante la diversidad de proyectos que no lograban definir esa ruta.
Vieron en la propuesta de Brea García un proyecto auténticamente viable desde la realidad física de la
obra arquitectónica “que se adaptaba a su entorno sin imponerse como artefacto”. Sin embargo, en esa
oportunidad hubo muestras de novedad sin desbordamientos. El proyecto presentado por Carlos Jorge
para el edificio MV Pan, por ejemplo, representó un neorracionalismo con una evidente referencia urba-
na a los modelos arquitectónicos populares de principios del siglo XX, en especial, en ciudades como
San Pedro de Macorís y Santo Domingo.48

388|LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 |389
Edificio MV Pan, de Carlos Jorge, La nueva línea de expresión que se manifestó en la muestra de 1994 culminó en 1996 con el Gran cursión de promesas para el escenario del nuevo siglo. El jurado otorgó el Gran Premio por primera vez Edificio Holcim, en Costa Rica, obra ganadora
participante de la V BASD. en la VIII BIASD. Diseño de Bruno Stagno.
Foto Eduardo Guzmán/Archivo AAA. Premio Bienal para el proyecto VZ Controles Industriales, de Jordi Masalles, en la VI BASD.49 En esa a una obra escrita, La ciudad del Ozama, de Eugenio Pérez Montás, por encima de los proyectos arqui- Archivo AAA.

Intervención de Las Cuevas de las Maravillas, oportunidad, la diversidad de propuestas evidenció el pluralismo que dominó la arquitectura local des- tectónicos y urbanos que allí compitieron, en un mensaje dirigido en dos vertientes: o faltaba maestría en Barrio de las Piedras, de José Horacio
realizada por el equipo de profesionales Marranzini y Alejandro Marranzini, ganador
de la segunda mitad de la década de los noventa, en la que los más jóvenes impusieron la tendencia los proyectos concursantes o se premiaba lo distinto en un escenario lleno de similitudes entre la apa-
dirigido por Marcos Barinas, en la categoría Arquitectura Experimental
Mención de Honor en la VIII Bienal a seguir, que, inclusive, fue emulada por los arquitectos más experimentados. La propuesta de Masa- rente diversidad presentada. en la VIII BIASD. Archivo AAA.
Internacional de Arquitectura de
lles, tan refrescante como elegante, presentó un pequeño edificio cuya dinámica se desarrollaba en En noviembre de 2006, se realizó la VIII Bienal, luego de un receso de seis años, con un cambio en su Ilumel 3, diseño de Antonio Segundo Imbert
Santo Domingo, en 2006.
y Christian Ricart/Simples Arquitectura,
Foto Jochi Maricahl/Archivo AAA.
dos volúmenes que se interceptaban y que convergían hacia el extremo que la disposición urbana del nomenclatura y en su organización. Se denominó como Bienal Internacional de Arquitectura de San- mención en la VIII BIASD.
Vista de la Plaza de Agua del proyecto para Foto Ricardo Briones/Archivo AAA.
lote determinaba. El manejo de la textura y la monocromía de las superficies fueron elementos impor- to Domingo (BIASD) y la producción pasó a un trinomio conformado por la Secretaría de Estado de
el Parque Central de Santiago, de Gustavo
Proyecto de Grado “Arquitectura en la era
Luis Moré y Andrés Mignucci, premio cate- tantes que lograron impactar tanto al jurado como a los demás participantes. Es evidente que en la Cultura, el Grupo Nuevarquitectura y la Sociedad de Arquitectos. Por primera vez, la Bienal ha mere- digital”, de Jorge Santiago, premiado
goría Urbana en la VIII BIASD. Archivo AAA.
propuesta de Masalles se resumían ciertos criterios urbanos que tomaron fuerza desde finales de la cido su incorporación a la política cultural del Estado, con su realización como proyecto de la propia en la VIII BIASD. Archivo AAA.

década anterior en los círculos de arquitectura, y esta sensibilidad hacia la ciudad fue un punto clave Secretaría de Cultura. Se conformó un Comité Organizador en el que participaron varias instituciones
que determinó la decisión del jurado.50 ligadas a la arquitectura en todas sus manifestaciones. Su condición internacional permitió la partici-
La última bienal del decenio, la VII BASD51 realizada cuatro años después, en el 2000, reflejó un incre- pación de arquitectos de varios países, aportando una nueva dimensión a la confrontación de las
mento notable en las obras presentadas y una diversidad formal de las propuestas. En esa versión se hi- obras y las ideas.
zo evidente la pequeña escala de los proyectos, pero con una fuerte carga de expresión y de alternati- Hasta el momento ha sido la versión en la que ha participado mayor cantidad de proyectos, dentro de
vas en sus planteamientos estéticos. La mano de los arquitectos más jóvenes se destacó con diseños los cuales se destacó la diversidad estilística y la madurez de las propuestas. El jurado decidió declarar
sugerentes y simpáticos, frente a participantes más experimentados cuyas obras sintieron el peso de los desierto el Gran Premio BIASD, en una decisión que trató de enviar un mensaje para la producción de
recursos tecnológicos utilizados por los nuevos diseñadores. Sin embargo, en esta versión no hubo gran- obras con mayor contenido conceptual más allá de las capacidades formales atractivas.
des sorpresas, salvo algunas propuestas de arquitectos menos conocidos en estos encuentros que pre- El premio en la categoría arquitectónica fue otorgada al Edificio Holcim, de Costa Rica, diseño de Bruno
sentaron el perfil de sus capacidades para el diseño. Los proyectos presentados por Tobías Rijo y su Gru- Stagno. En la categoría urbana se premió el diseño del Parque de Santiago de los 30 Caballeros (Par-
po de Arte Metropolitano, que mereció el premio Proyecto por el restaurante No te mueras por mí, Fran- que Metropolitano), de Gustavo L. Moré y Andrés Mignucci, mientras que el de Arquitectura de Interio-
cisca; las propuestas de Ricardo González Quiñones y Omar Rodríguez, de Domingo García, de Marcos res, el jurado decidió declararlo desierto, una de las categorías en las que participaron muy pocos pro-
Blonda, de Jorge Montalvo y Francisco Carías, por sólo citar algunos nombres nuevos, anunciaron la in- yectos, a pesar del gran auge en diseños de interiores que se han realizado en el país en los últimos años

390|LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 |391
Casa de las Piedras, Mención de Honor en la y que han merecido la atención de la crítica especializada. De igual forma se declaró desierta la catego-
VIII BIASD, diseño de José Daniel Romero.
Foto Francisco Manosalvas. ría de Arquitectura del Paisaje y el Jurado entregó una Mención a la intervención realizada en Las Cue-
En la categoría de Restauración de vas de las Maravillas, inscrito bajo la autoría de Marcos Barinas y colaboradores.
Monumentos fue premiada la intervención
En la categoría de Restauración de Monumentos se premió la obra Galería de arte Arte Berri, de la
para la Galería de Arte Berri, de Juan Pérez
Morales y María Isabel Lebrón, en la VIII firma Pérez Morales & Asociados. El conjunto de publicaciones de Eduardo Rozas mereció el premio
BIASD. Archivo AAA.
de Teoría y Crítica de la Arquitectura y el Urbanismo, mientras que en la nueva categoría de Arquitec-
Gráfico de la obra “No te mueras por mí,
Francisca”, en Montecristi, diseño de Tobías tura Experimental fue premiada la obra Barrio de las Piedras, de José Horacio Marranzini y Alejandro
Rijo, premiado en la VII Bienal de Arquitectura
Marranzini.
de Santo Domingo, en el 2000. Archivo AAA.

Vista parcial de la antigua sede de la


Pero donde se reflejó una abundancia creativa fue en la categoría estudiantil, con proyectos de grado de
Compañía Dominicana de Aviación, las diferentes escuelas de arquitectura del país que cubrieron gran parte del espacio de exposiciones del
diseño original de William Vega y Fernando
Ottenwalder (1986), intervenido para integrar- Museo de Arte Moderno. Allí las bases conceptuales y la frescura de las propuestas impusieron un am-
lo al conjunto del Banco de Reservas realizado
biente esperanzador sobre la nueva arquitectura que deberá surgir en la República Dominicana en el fu-
por Plácido Piña y colaboradores, (2004).
Foto Jochi Marichal/Archivo AAA. turo inmediato. La decisión del jurado, difícil por lo reñida de la categoría, recayó en el proyecto Arqui-
tectura en la Era Digital, de Jorge Santiago Hernández.
En el acto de clausura el Comité Organizador acogió la propuesta de la Fundación Erwin Walter Palm
en favor de la arquitectura contemporánea dominicana: la declaración mediante Decreto de los edifi-
cios que conforman la Plaza de la Cultura como Patrimonio Cultural de la República Dominicana. Es-
ta acción pretendía concienciar a la sociedad del valor cultural de su arquitectura del presente, como
un reflejo de su propia dominicanidad que resume, en gran medida, los objetivos de los arquitectos en
las últimas décadas.

392|LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008


6.7

El discurso arquitectónico de fin de siglo


El apoyo de la tecnología gráfica para producir diseños fue una herramienta que transformó significativa- Edificio de la firma Raful y León, diseño de
Lui León y Atilio León, 2007.
mente el universo de la arquitectura hacia finales del siglo XX. Es indudable que la destreza en el uso de Foto Ricardo Briones/Archivo AAA.

los programas de diseño asistido por computadora permitió descubrir las múltiples posibilidades de vi- Uno de los exquisitos dibujos de Marcelo
Alburquerque para una remodelación en
sualización del espacio arquitectónico, en beneficio de propuestas más enriquecedoras desde el punto
Santo Domingo, c. 1998. Archivo AAA.
de vista espacial.52
En esa línea la academia jugó un papel preponderante que influyó en el ejercicio profesional. La inclusión
de métodos de enseñanza de la arquitectura en los que se utilizaba como recurso la trama para descom-
poner la forma, fue un cambio radical del anterior modelo utilizado desde mediados de los años seten-
ta. En esta ocasión, el ente arquitectónico no fue visualizado simplemente como un volumen que resu-
mía los componentes básicos del diseño, a saber, la forma, la función y la imagen, sino como un com-
plejo sistema de elementos que participaban de una intención que permitía establecer un discurso cen-
tral dentro de la diversidad. De esta manera, el nuevo modelo de enseñanza inducía hacia una explora-
ción intrínseca de la obra, por encima de los factores externos que habían formado parte de la preocu-
pación en la década precedente. La adopción de este método de enseñanza facilitó el cambio entre el
criterio de manejar la arquitectura como un medio y el de asumirla como un fin, concepto que ha creci-
do desde el decenio de los noventa.
La coherencia del discurso contextualista asumido por los jóvenes de los ochenta perdió fuerza ante las
potencialidades estético-formales y espaciales de la obra, donde la concepción monolítica de la arqui-
tectura se descomponía en volúmenes y rebuscamientos estéticos apoyados, además, en los compo-
nentes del diseño de interiores.53
El esquema de volumen unitario del edificio se resquebrajó en un festival de alternativas caracteriza-
das por la búsqueda de una imagen actualizada y relacionada con la era tecnológica que el espíritu de
los noventa impulsó. En la propuesta de Fernando Ottenwalder y William Vega para la sede de la Com-
pañía Dominicana de Aviación (CDA), en 1986,54 se percibe la influencia de la arquitectura internacio-

LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 |395


La Torre San Francisco, realizada en 1988 nal con un volumen arquitectónico perforado en sus cuatro caras, en una intención de jugar con los en la composición, que tiene su máxima expresión en el edificio Domus, también de Piña, símbolo de la Sede del Banco del Progreso, en la avenida
por la firma Moré & Masalles para alojar John F. Kennedy, diseñado por William Vega,
sus oficinas. Foto Gustavo Luis Moré. vacíos como parte de la concepción estético-formal de la obra.55 En ese proyecto, Ottenwalder y Ve- arquitectura monolítica en Santo Domingo durante la década. c. 1990. Foto Nicole Sánchez/Archivo Vega.

Edificio Monte Mirador, representativo del ga presentaron un edificio monolítico cuyas proporciones permitían entenderlo como el resultado de Sin embargo, uno de los más destacados ejemplos dentro de este manejo estético de la arquitectura Peravia Motors, inaugurado en el 2007.
movimiento posmoderno en Santo Domingo. Diseñado por Lawrence Bertrán y Deyanira
una infinita descomposición de cubos dispuestos para la conformación de un ente arquitectónico uni- local puede observarse en el edificio Pan American Life Insurance Company (PALIC), de Rafael Calven-
Diseñado por Marcelo Alburquerque Khouri. Foto Ricardo Briones/Archivo AAA.
y Cristóbal Valdez, c. 1986. tario. De ahí que los huecos de las fachadas y los vacíos se consideraron en igualdad de importancia ti, 1986. La concepción horizontal de la obra se acentúa con la lectura de un cuerpo monolítico que ha
Foto Jochi Marichal.
que los demás elementos del conjunto, en una delicada intención de liberar el volumen de su pesa- sido descompuesto en diferentes volúmenes, gracias a la extracción de parte de sus componentes. La
Edificio PALIC, hoy MAPFRE. Diseño de Rafael
Calventi, c. 1990. Foto Jochi Marichal. dez. El proyecto fue referencial, además, como articulador urbano y como generador de una vocación fuerza del vacío cobra importancia, pues su disposición aligera la masa de hormigón armado revestida
hacia la fuerza estética de la geometría del volumen, elementos que motivaron su aplicación en otras de ladrillos rojos, dando la sensación de suspensión cubista que destaca la propuesta. Este manejo es-
propuestas del momento. tético refleja la intención de liberar la arquitectura de la masa que la contiene, como parte de la varia-
Muchos edificios fueron trabajados con igual criterio monolítico. Se incursionaba en los esfuerzos por ción formal dentro del lenguaje moderno que ya el brutalismo había desarrollado con fuerza a nivel in-
descomponer el volumen para imprimir la sensación de ligereza en la propuesta. El edificio Corominas ternacional.
Pepín, de Leopoldo Franco y José Mella, 1986, por ejemplo, reflejó la intención de trabajar el volumen en En efecto, el paso desde una arquitectura en hormigón armado sólida, con su fuerza estética en la ca-
distintos cuerpos, en un lenguaje de influencia brutalista, propio de la materialidad del hormigón armado. pacidad unitaria de la forma, 56 hacia una arquitectura cada vez más ligera y diversa, se produjo a partir
De igual forma, el Palacio de los Deportes de Barahona, de Guillermo Abreu, Rafael Veras, Rafael Gon- de los primeros años de la década de los noventa. Los arquitectos locales manifestaron un interés pro-
zález y Japonesa Capellán, 1982, había jugado con la descomposición del volumen que primó a lo lar- gresivo por los detalles y las texturas. La combinación de diferentes acabados, la exaltación del color y
go de la década. Similar intención se puede identificar en el edificio Monte Mirador, de Marcelo Albur- la inclusión de referencias para conformar conceptos de diseño cargados de significados, envolvió la
querque y Cristóbal Valdez, 1991, que, con su compromiso con el lenguaje historicista, presentaba una preocupación de los autores del momento. Estas características se manifestaron, primero, en pequeños
disposición hacia la liberación de la masa arquitectónica con el predominio de huecos y ante-huecos, co- proyectos efímeros como Exquesito, de Marcelo Alburquerque; Grand Café, de Moré y Masalles; Pizza-
locados rítmicamente en las caras externas. Eduardo Selman, en su propuesta para el edificio comercial relli en El Conde, de Selman; Barrauno, de Antonio S. y Oscar Imbert, y también en propuestas de ma-
In Tempo, desarrolló el mismo esquema de concebir un ente monolítico perforado, en el que la fuerza del yor escala y permanencia, como Condominio Paraíso, de Andrés Julio Sánchez y César Curiel; Torre San
volumen establecía un diálogo con los vacíos. Este criterio puede observarse, también, en los mencio- Francisco, de Moré y Masalles y Jardines de Arroyo Hondo, de Plácido Piña.
nados MV Pan, de Jorge, y la nueva sede del Banco de Reservas, de Piña, sólidos componentes volu- A partir de aquí los proyectos comenzaron a presentar tendencias hacia una expresividad menos com-
métricos con disposición rítmica de los vanos y extracción de parte de su masa para generar un vacío prometida con las referencias regionales y se dirigieron hacia soluciones más abstractas y cargadas de

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simbolismo. El proyecto Plaza Millenium,57 de Juan Mubarak, marcó la realización de una obra concep- Detalle del espacio de la escalera en la
Plaza Millenium, diseñada por Juan Mubarak
tual que había cobrado fuerza en la academia y que pasaba a un escenario real. Mubarak desarrolló un bajo criterios deconstructivistas.
Foto Juan Mubarak.
pequeño proyecto de tendencia deconstructivista, de una complejidad en su fabricación y de una lec-
Interior del desaparecido bar Ortolio II,
tura sin antecedentes en el país, que permitió experimentar las teorías desarrolladas solo en los medios de Gustavo Luis Moré con Kyra Ogando.
virtuales. El deconstructivismo, como novedad del momento, fue empleado en pequeñas obras como Foto Eduardo Guzmán/Archivo AAA.

Detalle de la tienda Lui Lui, hoy desaparecida,


solución estética sin llegar a desarrollarse en sus particularidades espaciales y conceptuales. Sin em-
de Juan Mubarak. Foto Juan Mubarak.
bargo, marcó un rompimiento entre la estética de los ochenta y las posibilidades que se avecinaron a
Vista de una de las sucursales para la Red
partir de 1990, que se acercaba hacia la reivindicación de los planos, los volúmenes, las líneas geomé- de Oficinas Bankágil, del BHD. Diseño
de Juan Caro y Gustavo Luis Moré, 1996-97.
tricas simples y los acabados cada vez más limpios. Ejemplos como el edificio Pagés, de Troncoso y Foto Luis Nova/Archivo AAA.

Blázquez, 1994, se construyeron en la transición entre un momento y otro, situación que le produjo la
omisión de la crítica especializada.58 Al observar el mencionado VZ Controles Industriales, de Jordi Ma-
salles, se confirma la preocupación de los profesionales del momento de plantearse un manejo más pu-
rista y abstracto de la forma.
Los proyectos fueron cada vez más dinámicos y ligeros. En ellos el tema del movimiento, la yuxtaposi-
ción de planos, los cuerpos seriados y los volúmenes predominantes se desarrollaron abiertamente. La
destreza en la selección de materiales que por su propia condición dispusieran de una fuerza estética en
la obra, se convirtió en una especie de obsesión con la combinación de materiales que en otro momen-
to se hubiesen considerado una herejía.59 La mayoría de las incursiones que servían de experimentación
a los arquitectos más jóvenes tenían limitaciones de escala y presupuesto, razón que dirigió su atención
hacia materiales y técnicas de construcción no tradicionales. Estos proyectos de carácter ligero, por la
simplicidad y funcionalidad destinada a un uso muy específico, permitieron que tales experimentaciones
abrieran las posibilidades para soluciones distintas, atractivas.
El fenómeno coincidió con el ambiente de modernidad en el país, identificado a través de la instala-

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Interior de la Sucursal Premier del Banco ción de franquicias internacionales de marcas de consumo dirigido a los más jóvenes,60 que crearon
Nacional de Crédito, realizada en el primer
piso del edificio de la Nacional de Seguros, en la sensación de cercanía con las urbes del primer mundo.61 Esta entrada masiva de franquicias pro-
la avenida Máximo Gómez de Santo Domingo.
1991. Gustavo Luis Moré y Guaroa Noboa.
vocó una avalancha de inversiones locales que demandaron proyectos pequeños de fuerte presencia
Foto Eduardo Guzmán Cordero/Archivo AAA. en la imagen de la ciudad capital y de Santiago, principalmente. Los comercios locales similares esta-
Vista interior del Hard Rock Café en Santo blecieron sucursales que respondían a una búsqueda de imagen corporativa sin precedentes en el
Domingo, de la autoría de Clara Matilde Moré
y Mariluz Wiese, (2006) realizado en el país. Empresas nacionales como Pollos Victorina, de amplio consumo popular, construyeron una se-
edificio del antiguo Bank of América diseñado
por William Reid Cabral y Guillermo González
rie de locales a nivel nacional que seguían un patrón compositivo determinado, con su ejemplo más
Sánchez, ubicado en la Ciudad Colonial. depurado en la avenida Máximo Gómez con Santiago, de la autoría de Jorge Mesa. Esta propuesta
Foto Ricardo Briones/ Archivo AAA.
presentó una solución de esquina con un tratamiento formal determinado por un volumen de hormi-
Vista de la oficina de servicios Orange Coral
Mall, diseño de José Enrique Delmonte gón en vista con grandes ventanales. De igual forma, Pollos Rey, muy popular en la región sur del país,
y colaboradores.
Foto Ricardo Briones/Archivo AAA.
construyó locales comprometidos con esa búsqueda de imagen empresarial planteada por otras com-

Detalle del coronamiento un edificio


pañías, y desarrolló su sede principal en San Cristóbal, de la autoría de Gustavo L. Moré y colabora-
de apartamentos en la avenida México, dores en una primera etapa, y de Ja’el García en su fase posterior. A finales de la década, construyó
Santo Domingo. 2007.
Andrés Julio Sánchez y César Curiel. otra sucursal en Santo Domingo, bajo la firma del mismo Ja’el García, en la avenida Sarasota esqui-
Foto Ricardo Briones/Archivo AAA.
na Winston Churchill, en una estructura ligera de metal con grandes superficies en vidrio cuadricula-
do, de atractivo diseño representativo del momento.
El escenario predominante permitió a los diseñadores incursionar en proyectos de escala menor. Las ciu-
dades recibieron múltiples intervenciones, tan atractivas como disímiles, en un momento de competen-
cia sutil entre los arquitectos establecidos y los más experimentados. Aquí la preocupación se concen-
tró en la estética de la obra y la imagen a proyectar, en un lenguaje cargado de simbolismos y movimien-
to, construido con una fuerte preferencia por los materiales industrializados, el gusto por las texturas, los
colores intensos y el tratamiento transparente de la obra. En alto porcentaje, la arquitectura se realizó so-
bre edificios existentes que fueron transformados para adaptarse a una nueva imagen, una función y una

400|LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 |401
intención urbana diferentes, que se encaminaba a impactar y lograr presencia urbana gracias a la nove- Colegio New Horizons, de Guaroa Noboa
con Alejandro Herrera. 2003.
dad de la forma. La transformación de antiguas residencias para adaptarlas a nuevas funciones se dise- Foto Jochi Marichal/Archivo AAA.

minó en la mayoría de los centros urbanos, donde lograron destacarse propuestas como New Horizon’s New Horizons Bookshop, diseñado
por Alejandro Matos sobre una vivienda
Bookshop, de Alejandro Matos, intervención sencilla que fue la primera parte de un proyecto más ambi-
preexistente. Foto Jochi Marichal.
cioso continuado posteriormente por Guaroa Noboa y Alejandro Herrera, y Fitman Cardiofitness Studio, Figurella, antiguo Fitman Cardiofitness Studio,
de Mauricia Domínguez y José Enrique Delmonte,62 con incursión en la arquitectura de género de po- diseño de Mauricia Domínguez y
José Enrique Delmonte, c. 2001.
cos antecedentes en el país. Más recientemente se destacan los trabajos de adaptación de Amando Vi- Foto Jochi Marichal/Archivo AAA.

cario y María José González del Rey, en Excel y GES, y la propuesta de Daniel Pons para Redecomsa,
ambos siguiendo una línea hacia la simplicidad, limpieza y elegancia de sus componentes.
El éxito alcanzado con los nuevos esquemas de plazas comerciales, organizados en U, de dos niveles,
parqueo frontal, pasillos abiertos y locales pequeños, cuyo modelo original fue Plaza Palmeras, 1992,

de Víctor Hermida, fue repetido en las principales ciudades a una velocidad asombrosa, lo que permi-
tió, al menos, el desarrollo de una arquitectura de interiores de novedosas soluciones estéticas. Mere-
cen especial mención, como ejemplo, la tienda Lui Lui, de Juan Mubarak, hoy desaparecida, ganado-
ra del premio al diseño de interiores en la V BASD de 1994, los trabajos de Mariví Bonilla en Santiago
y Santo Domingo, las sucursales de Bankágil BHD, de Gustavo Luis Moré y Juan Cristóbal Caro, tam-
bién ganadoras del 1er. premio al diseño de interiores en la VII BASD, así como otras de efímera exis-
tencia, pero que sirvieron de expresión a un grupo importante de diseñadores transmisores de las as-
piraciones de su generación. El trabajo de Christian Ricart para el restaurante Aqua, hoy desaparecido,

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Interior de la Tienda Palau, en Santiago. de tendencia minimalista con cierto toque oriental, por sólo mencionar un ejemplo, resultó una solución
Mariví Bonilla Bojos, 1998.
Foto Archivo Bonilla Bojos. equilibrada y elegante, merecedora de la atención de la crítica.

Sede de las oficinas de Viva, en la Ya en la cercanía del cambio de milenio, la tendencia de la arquitectura se dirigió hacia la pureza formal
avenida Winston Churchill, diseño
y el minimalismo. La furia deslumbrante de las pequeñas inserciones apoyadas en la sobreexposición te-
del arquitecto boliviano Oscar Roca.
Santo Domingo, 2008. mática mediante elementos de diferentes materiales y formas diversas que caracterizó los noventa, dio
Foto Ricardo Briones/Archivo AAA.
paso a propuestas más serenas y maduras que podrían definirse dentro de un “neomoderno” en desa-
Casa Palmas #22 en Casa de Campo,
La Romana. Francisco Feaugás, 2008. rrollo. Limpieza formal y espacios fluidos, con cierto cuidado por la homogeneidad en los elementos
Foto Ricardo Briones/Archivo AAA.
compositivos, se convirtieron en la última de las preocupaciones de los arquitectos dominicanos en el
cambio de siglo, quienes abandonaron casi por completo los preceptos de las dos últimas décadas de
la centuria, que caracterizaron la producción arquitectónica dominicana.

404|LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 |405
6.8

En la ruta del presente


Es evidente que en estos momentos la arquitectura dominicana transita por una diversidad dentro de la Casa Saladín en Casa de Campo, La Romana.
Francisco Feaugás, 2006.
coherencia de la estética internacional que se concentra en la capacidad de contribuir a la línea de de- Foto Ricardo Briones/Archivo AAA.

sarrollo de la arquitectura en su conjunto. De ahí que los proyectos desarrollados en los últimos años pre-
senten esa riqueza que permite disponer de múltiples recursos para incorporarlos a la unidad expresiva,
detalles mucho más importantes para los diseñadores dominicanos de hoy que el peso de la identidad
que se exigía hace algunos años. La madurez a la que se acerca la arquitectura local se manifiesta en
distintos escenarios; los arquitectos que reflejan este compromiso cuidan de los detalles tanto en las
obras pequeñas como de gran escala, tanto en las urbanas como en las suburbanas, tanto en las habi-
tacionales como en las productivas, tanto en las comerciales como en las de ocio, y en las formales co-
mo en las informales, en donde los medios permiten mostrarlas y valorarlas en una competencia por exis-
tir una vez son publicadas en las revistas especializadas.63
Las publicaciones especializadas convierten en imperecederas, inclusive, obras que han desaparecido
en pocos años, ya sea por razones propias de la empresa a la cual estaban destinadas o por cambios
continuos del mercado, y sirven de continuidad en la obra de un arquitecto determinado más allá de la
existencia física de sus trabajos. La labor continua de publicaciones de calidad, como Arquitexto,64 Ar-
chivos de Arquitectura Antillana,65 Habitat,66 Casa Única,67 por un lado, y Periferia68 y Arquiteca,69 por
otro, cuyos antecedentes fueron las desaparecidas Arquivox,70 De Arquitectura,71 Arquitiempo,72 entre
otras, son el reflejo de un dinamismo nunca antes conocido en el país y que permite disponer de una
lectura del proceso de los últimos diez años en la arquitectura dominicana e, inclusive, de la región del
Caribe.
La reciente edición por parte de la Junta de Andalucía de la Guía de Arquitectura de Santo Domingo es
un hecho importante para la historia de la arquitectura y el urbanismo tanto de la ciudad como del país.
El contenido de la Guía, que estuvo a cargo de la Fundación Erwin Walter Palm, recogió un catálogo de
las obras más representativas de la ciudad desde su fundación hasta el presente, en el que se reseñaron

LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 |407


Casa Miralejos, originalmente Mendoza, los datos particulares de las obras, así como una descripción arquitectónica de las mismas. Sin dudas,
en Casa de Campo, La Romana. Hugh Newell
Jacobsen, 1987. Foto Lowell Whipple. esta publicación se convertirá en un documento de referencia ineludible para la arquitectura local, pues
Esta casa, resuelta en base a una serie de por primera vez se reúne en un documento de amplia divulgación internacional información especializa-
pabellones articulados geométricamente,
da sobre dichos inmuebles.
posee una espectacular vista hacia el campo
de golf, la Marina de Casa de Campo y la El trabajo pionero del Grupo Nuevarquitectura73 que a principio de los ochenta comenzó a valorar la obra
desembocadura del rio Chavón. Realizada
por Ahmed Chabebe, c. 2005. en conjunto de los arquitectos precursores de la modernidad (Nechodoma, De Trueba, Alfonseca, Báez,
Foto Ricardo Briones.
etc.); de la llamada Primera Generación (González, Pou Ricart, Ruiz Castillo, Reid, Reyes, Pérez Garrido,
Plano de casa Miralejos. Archivo AAA.
Caro Álvarez, etc.); y de la Segunda Generación (Vega, Calventi, Gautier, Carbonell, Cott, etc.), ha derivado
Detalle del bloque original de la recepción de
Casa de Campo, en La Romana. William Cox,
en un cuidado por establecer una obra unitaria dentro del conjunto de trabajos que realiza un arquitecto,
c.1975. Foto Archivo AAA. cuya apreciación se traslada a una actitud de respeto y de estudio de las soluciones que le caracterizan.

Las escuelas de arquitectura y los grupos especializados


El papel de la academia ha sido determinante como escenario de discusión de temas urbanos y ar-
quitectónicos. Desde las escuelas se han organizado eventos que derivaron en proyectos de mayor
incidencia en la conformación de una conciencia profesional de la arquitectura, tales como los En-
cuentros nacionales de escuelas y facultades de arquitectura (ENEFA), la Cátedra Magistral José Ra-
món Báez López-Penha,74 los encuentros de Arquitectura Joven organizados por estudiantes de ar-
quitectura, talleres internacionales y charlas periódicas en distintas escuelas, conformación de estu-
dios de maestría sin precedentes en el país. De ahí se han producido otros eventos de perfil interna-
cional y de importancia trascendental, como los Encuentros de arquitectura y urbanismo de las An-
tillas, los Seminarios Erwin Walter Palm de arquitectura y urbanismo de América Latina y el Caribe,
los encuentros organizados por la revista Arquitexto en el Centro Cultural de España y Archivos de

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Arquitectura Antillana en Cuesta Centro del Libro y FUNGLODE, y la conformación de nuevos grupos Marquesina de ingreso al Bávaro Convention
Center, diseñado por Tolo Cursach, 2000.
de profesionales comprometidos con la superación de la arquitectura, como el Grupo Transom, en Foto Eduardo Guzmán/Archivo AAA.

Santiago, la Fundación Erwin Walter Palm, el DoCoMoMo Dominicano75 y el CEDARQ,76 entre otros, Gazebos en varias residencias vacacionales
en Cap Cana. Sandra Ehlert, diseñadora
que comparten su espacio con otras entidades más antiguas, como el mencionado Grupo Nuevar- e interiorista, 2006.
quitectura, el ICOMOS y CARIMOS. Foto Ricardo Briones/Archivo AAA.

Club de Golf de Punta Cana.


Rhina López Marranzini, 2004.
Arquitectura contextualizada Foto Ricardo Briones/Archivo AAA.

Es posible agrupar hoy la arquitectura dominicana de acuerdo a su lugar de desarrollo, su emplazamien-


to geográfico y su destino final. Hablar de una arquitectura tipo refleja la idea de cierta madurez de la pro-
fesión, en la que ya es natural entender que existe en el país una arquitectura para el turismo y otra pa-
ra las fábricas (en este último renglón merecen mención los proyectos de Plácido Piña para INDUVECA,
tanto en La Vega como en Santo Domingo, y el trabajo de Alex Vega para Bacardí, entre otros) que, aun-
que parezcan polos opuestos, el arquitecto dominicano de hoy manifiesta su compromiso por un mejor
resultado funcional y estético, que hasta hace algunos años no era necesariamente un objetivo a satis-
facer en proyectos de esa naturaleza.
La arquitectura de Punta Cana, por ejemplo, se distingue de la de Casa de Campo, de la de Puerto
Plata, Cabarete y Las Terrenas. Todas llevan esa marca de identidad que dirige el discurso hacia un
vocabulario específico con códigos determinados. En Punta Cana, por una parte, la posibilidad de
crear una arquitectura abierta y construida con los materiales más autóctonos de la isla -estructuras
de madera de eucalipto conectadas por bejucos, vigas de palo amargo, cubiertas de palma cana, pa-
ramentos de piedra caliza, pavimentos de laja gris-, ha servido de medio de expresión a los arquitec-
tos, quienes han logrado propuestas altamente novedosas y extraordinariamente ricas en soluciones

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Extraordinaria casa La Contrahecha, espaciales y ambientales, totalmente adaptadas al medio ambiente y a las condiciones climáticas lo- destinadas para tiendas de gift shops, tabacos, artesanía, joyerías, entre otras, que ha sido repetido en Iglesia de Punta Cana, diseñada por
en Casa de Campo, La Romana. Juan Zorrilla y Trini Baquero, 2003.
José Horacio Marranzini, c. 1980. cales. El trabajo pionero de Oscar Imbert ha determinado una estética muy particular que ha conver- otros complejos. El último de ellos, en el hotel Bahía Príncipe, ha recreado una plaza municipal alrede- Foto Jochi Marichal/Archivo AAA.
Foto Eduardo Guzmán/Archivo AAA.
tido a Punta Cana en un contexto definido e identificado por nacionales y extranjeros. Quizás sería po- dor de la cual se dispone de pequeñas construcciones que recrean la imagen que ellos perciben de los Casa en Los Corales, Punta Cana.
Casa Bonetti Zeller en Casa de Campo, Juan Zorrilla y Trini Baquero, 2004.
sible llegar a introducir el “estilo Punta Cana” dentro de la amplitud de propuestas de la contempora- pueblos dominicanos.
La Romana. Miguel Vila Luna, c. 1995. Foto Jochi Marichal/Archivo AAA.
Foto Eduardo Guzmán/Archivo AAA. neidad dominicana. De igual modo, Casa de Campo, escenario pionero de una arquitectura tropicali- El fenómeno de los campos de golf para atraer un turismo de mayor poder adquisitivo ha introducido en Interior de la Casa de Huéspedes de una
Casa en Los Mangos, Casa de Campo, zada y adaptada a la región, ha sido el receptáculo de múltiples propuestas que conforman un univer- Bávaro y otros lugares el complejo de residencias para un usuario de mayor exigencia. Se destacan el vivienda privada en Los Corales, Punta Cana.
La Romana, 2004. Rafael Eduardo Selman. Ernesto Buch, c. 2002.
Foto Rafael Eduardo Selman. so particular dentro de la República Dominicana. Allí se ha definido una carrera para la creatividad que, proyecto Palma Real, del complejo Meliá, en Bávaro, un concepto que ha permitido la realización de Foto Gustavo Luis Moré/Archivo AAA.

gracias a las posibilidades que permite la disposición de recursos económicos como no existe en nin- obras con mayor cercanía a la primera vivienda que a la casa de vacaciones, en las que el estilo Casa
gún otro lugar de la geografía nacional, ha servido de medio para producir un conjunto de obras de de Campo o Jarabacoa ha determinado las características locales. De igual modo, es similar el caso de
alto valor estético y funcional. Guavaberry y Metro Country Club, en Juan Dolio, donde se combina la segunda vivienda con el campo
Punta Cana, por ejemplo, difiere de polos cercanos a él como Bávaro y Uvero Alto. La carrera de cons- de golf como protagonista.
trucción de hoteles en la zona ha determinado la presencia de una diversidad de obras, en las que se Casa de Campo merece un comentario especial, ya que ha sufrido un cambio significativo en su con-
puede identificar un esquema común que ha sido repetido en cada uno de los proyectos. La mayoría cepción original. Este cambio se puede comprender al hacer una lectura cronológica de las primeras
de estos hoteles ha sido diseñada por arquitectos españoles, quienes han establecido un código for- villas de golf de los años setenta y ochenta, pasando por las grandes villas diseñadas para capitalistas
mal que, a su juicio, refleja parte de las condicionantes estéticas y espaciales de la arquitectura domi- internacionales, hasta las inmensas propiedades cada vez más cercanas a soluciones urbanas y aleja-
nicana tradicional. La disposición de grandes terrenos a la orilla de las playas ha conformado un esque- das de la gracia que caracterizaba las villas originales. Han sido importantes los diseños de Roberto Co-
ma de organización dispersa, organizado en pabellones bien definidos, y cuya unidad se logra a través pa y William Cox, pioneros en la zona, así como otros diseñadores que conforman una amplia lista de
de un trabajo de paisajismo que, en ocasiones, supera incluso las soluciones de su arquitectura. El in- autores, entre los que se destacan Savin Cöelle, Miguel Vila, Nazre Sansur, Simón López, Hugh Jacob-
terés por establecer un espacio que refleje al visitante la idea de localidad que la propia separación de sen, Alejandro y José Horacio Marranzini, y recientemente Francisco Feaugas y Rafael Eduardo Selman,
Bávaro impide por su separación del resto del territorio nacional, ha dirigido esfuerzos muy puntuales por solo mencionar algunos. Es notable el cambio conceptual de todo el complejo que abarca, desde
para construir pequeñas “comarcas” dentro de los hoteles, que ofrezcan una imagen “local” de la cul- su condición tradicional de lugar destinado para el ocio en propiedades de segunda vivienda, hasta
tura dominicana a través de su arquitectura. Fue pionero, en ese modelo, la cadena de hoteles Riu, que convertirse hoy en una compleja industria de bienes raíces de grandes proporciones. El paso del hura-
construyó una calle con pequeños locales con fachadas similares a la arquitectura popular dominicana, cán Georges en 1998, que atravesó La Romana y destruyó parcialmente muchas estructuras de Casa

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Vista aérea del conjunto que ofrece el La Marina de Cap Cana, cuyo diseño fue
Hotel Hamaca, luego de su intervención para realizado con la intervención de varios
reciclarlo y ampliarlo. CARALVA, c. 1990. diseñadores locales y extranjeros. 2002-2008.
Al centro la estructura original de Guillermo Foto Gustavo Moré.
González (1951). Foto Archivo CARALVA.
Conjunto Los Altos, La Romana.
Marina de Casa de Campo, 1998-2004. Francisco Feaugás, 2007.
Gianfranco Fini et al., La Romana. Foto Ricardo Briones/Archivo AAA.
Foto Ricardo Briones/Archivo AAA.
Vista aérea de un enorme desarrollo hotelero
Vista aérea de un desarrollo hotelero en construcción (2008) en la costa este.
en la costa este. Foto Peter Beuse. Foto Peter Beuse.

414|LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 |415
de Campo, obligó al cambio de los reglamentos de construcción dentro del complejo que, con el ob- Edificio sede de Claro-Codetel, antes Verizon,
de la autoría de Franc Ortega/SINERCON,
jetivo de asegurar mejor las propiedades, han modificado sus particularidades originales hasta conver- 2005. Foto Eduardo Guzmán/Archivo AAA.

tirlas en viviendas suburbanas de gran escala. A pesar de que la riqueza de propuestas se hace evi- Vista general del edificio de La Epoca,
Santiago. 2004. Lowell Whipple y Luis Bisonó.
dente en los nuevos proyectos por la capacidad de sus diseñadores, es notoria la pérdida de la inge-
Foto Lowell Whipple/Archivo AAA.
nuidad de la arquitectura que le caracterizó hasta mediados del decenio de los noventa y que le hacían Hotel Casa Colonial, diseñado por Sarah
atractiva a los visitantes. García, 2005, en la zona de Playa Dorada
en Puerto Plata. Foto Francisco Manosalvas.
Este cambio ha incidido en la debilidad de su imagen de conjunto, condición mucho mejor lograda y ex-
plotada en Punta Cana. Las nuevas incursiones en el proyecto Cap Cana –por ejemplo la Marina– de-
muestran un mejor cuidado por preservar esa coherencia que forma parte de sus fortalezas, donde ya
se destacan los trabajos de otros arquitectos dominicanos, como es el caso de Oscar Imbert Tessón,
Antonio Segundo Imbert, Juanchy Zorrilla, Trini Baquero, Ernesto Buch y Christian Broberg.

El caso de la costa norte debe ser comentado. La pérdida de mercado de Puerto Plata como destino
turístico desde mediados de los noventa ha obligado a sus promotores a establecer una política de ca-
lidad en los servicios para su rescate y redefinición, en la que la arquitectura juega un papel muy impor-
tante. No es fortuito el trabajo de Sarah García en su proyecto Casa Colonial, Hotel & Spa, en Playa Do-
rada, un trabajo realizado con cuidado extremo en cada uno de los componentes espaciales y ambien-
tales de sus instalaciones. Aquí, la arquitectura dominicana trata de satisfacer requerimientos de alta ca-
lidad que obligan a disponer de una mano de obra muy calificada y a la aplicación de criterios de dise-
ño muy comprometidos con las aspiraciones de un público exigente.

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Propuesta para el proyecto Novo Mundo XXI, Este es uno de los nuevos retos que también enfrenta la arquitectura dominicana actual, cuyos paráme-
conocido como la Isla Artificial, que causó
gran controversia en la opinión pública local. tros de calidad de acuerdo a normas internacionales ya se aplican para ciertos proyectos de importan-
Preparado por Ricardo Bofill con la
cia, como ha sido el caso de la Sede Corporativa de Codetel, de Franc Ortega y el equipo de SINER-
participación de Pedro José Borrell
y Gustavo Luis Moré, 2004. Archivo AAA. CON, realizado bajo estricta supervisión de compañías internacionales dedicadas a certificar los proyec-
Torre Veiramar, (2007) de Andrés Sánchez tos de acuerdo a los estándares de calidad y seguridad más complejos.
y César Curiel, en el Malecón de Santo
Domingo. Foto Ricardo Briones/Archivo AAA.

Imagen digital del proyecto de Las nuevas propuestas urbanas


restauración del Centro de los Héroes.
Moré & Martínez, 2003. Todo este escenario de dinamismo y nuevas exigencias por el que atraviesa la arquitectura dominica-
na actual, con su diversidad de propuestas y la introducción de temáticas de diferentes facetas, sería
la clave para acercarse a una unidad en la traducción de la realidad dominicana actual. En el caso de
Santo Domingo y Santiago, la escala de los proyectos ya se acerca a las proporciones que desbor-
dan las capacidades de inversión unitaria del gobierno, con ofertas tan ambiciosas como el Proyecto
para el Puerto de Santo Domingo (DICONFO, 2005), la llamada Isla Artificial, en el borde de la ciudad
(del arquitecto español Ricardo Bofill y los colaboradores locales Borrell y Moré), las propuestas para
sistemas de transporte masivo (el Metro de Santo Domingo, ingeniero Diandino Peña y colaborado-
res), el rescate del Centro de los Héroes, el proyecto para el Parque Central de Santiago (Moré-Mig-
nucci, 2004), y el importante proyecto RESURE (Reestructuración ecológica, social, urbana y econó-
mica de los barrios de la orilla de los ríos Ozama e Isabela) realizado en 1996-1997 por el CONAU, el
PNUD, el INVI y un equipo de profesionales dominicanos),77 todos con requerimientos de recursos y
técnicos pocas veces manejados en el país.
La imagen de las ciudades dominicanas en el presente se muestra polifacética e incoherente, donde la
lectura de un discurso unitario constituye un reto para los traductores de sus complejidades. La convi-
vencia de distintos niveles de desarrollo social crea presiones entre los sectores que las conforman, mu-

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Transformación del antiguo edificio de la chos de los cuales son escenario de contrastes enormes entre los que tienen y pueden y los que quie- La revalorización del terreno urbano de Santo Domingo ha motivado al desarrollo de edificios de gran al- Vista de la fachada este del edifico
Corporación de Empresas Estatales (CORDE) de la Superintendencia de Pensiones,
en el Centro de Operaciones del Banco de ren tener y no pueden. Estas diferencias sociales se identifican a través de las expresiones de una ciu- tura, algunos de los cuales se ubican dentro de la lista de edificios de mayor altura en América Latina. diseño de Daniel Pons. 2006.
Reservas, diseñado por Plácido Piña y Foto Ricardo Briones/Archivo AAA.
dad formal, ordenada y en transformación, en la que se concentran las clases privilegiadas, y una ciudad La Torre Caney, de 38 pisos y 148 metros, de la firma Rodríguez Sandoval & Asociados, marca el record
colaboradores en Santo Domingo, 2005.
Supermercado Bravo, en el sector de
Foto Jochi Marichal/Archivo AAA. informal, ajena a códigos de ordenamiento, organizada en esquemas espontáneos y frágiles, donde se de altura tanto para el país como para las Antillas, una muestra de la nueva tendencia de proyectos de
Los Cacicazgos, diseño de Sarah Hernández
Ampliación de la sede del Banco León, agrupa la gran masa de ciudadanos con pocas oportunidades. grandes dimensiones proyectados para Santo Domingo. El record será superado en breve por la Torre y Ricardo Martínez. 2006.
en la Av. John F. Kennedy, diseño de Daniel Foto Ricardo Briones/Archivo AAA.
Pons articulando las instalaciones originales En esta última, las inversiones urbanas son insuficientes y la arquitectura se realiza con los criterios pro- Anacaona,27 de 62 pisos y 240 metros, de la misma firma, cuyas dimensiones lo convertirán en uno de
de William Reid Cabral y SOM para el Chase
pios que la tradición y la necesidad permiten. En la otra, la formal, la que concentra el capital y la diná- los proyectos más altos de América Latina, sólo superado por los edificios Gran Costanera, en Chile y
Manhatan Bank en Santo Domingo. 2005.
Foto Ricardo Briones. mica de inversiones inmobiliarias, la arquitectura aún se debate entre la coherencia y la ambigüedad, en- Faros del Panamá, en Panamá, de 330 y 346 metros de altura, respectivamente.
tre el vocabulario contemporáneo y la estética obsoleta o desfasada, entre lo adecuado y lo grotesco, La inserción de estas propuestas estéticas-formales se realiza con mucha fuerza en medio de una diver-
entre lo determinante y lo intranscendente, entre el compromiso y la indiferencia. Es parte de la confor- sidad compositiva, inclusive para proyectos destinados a un mismo fin. Este fenómeno hace reflexionar
mación del mundo actual, definido por la ambivalencia de criterios, el materialismo desenfrenado y la sa- sobre la apertura de las ideas en la arquitectura local apoyadas por un auge comercial en el sector de
tisfacción individual. los bienes raíces. Es interesante visualizar la convivencia de tales propuestas, distintas entre sí, que con-
vierten a las principales ciudades en verdaderos escenarios para la experimentación y les aporta un per-

Reflejos de una nueva estética local fil formal incoherente.

En la actualidad se refleja un impulso hacia la preferencia de una nueva estética modernista, basada en Existe una lista amplia de obras que se han ejecutado en los últimos años que describen las tendencias

el minimalismo. Los últimos proyectos para apartamentos diseminados por la ciudad presentan una ima- que predominan en la arquitectura dominicana. Un estudio detallado de estas obras permitiría estable-

gen basada en los planos y superficies desnudas, el predominio de la horizontalidad apoyada en elemen- cer, en su momento, un discurso de las preocupaciones de la sociedad dominicana por fusionarse con

tos estético-funcionales y la inclusión de nuevos materiales industrializados que predominan en su plan- un presente que se debate entre lo local y lo internacional, o mejor aún, entre lo dinámico y lo estático,

teamiento volumétrico. Es notable el uso del blanco y la presencia de grande paneles de vidrio colorea- o entre lo clásico y lo novedoso. La lucha por alcanzar la notoriedad del contenido del edificio a través

do, la planta libre y los espacios “aterrazados”, referencia de los criterios estéticos del modernismo en el de la propuesta arquitectónica, es un paso importante que determina la exigencia de la sociedad para

Caribe de mediados del siglo XX. Los proyectos habitacionales de Andrés Sánchez y César Curiel, dise- lograr una mejor representación de sus propias características.

minados en el Polígono Central y en el malecón de Santo Domingo, han impulsado una línea estética que Un recorrido por los sectores formales de Santo Domingo y Santiago sirve de ejemplo del fenómeno del

ya ha sido emulada rápidamente por los promotores de viviendas como garantía de éxito comercial. antagonismo descrito. Allí se observan propuestas académicas tan distintas como Ilumel, (Ángel Guidicelli,

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La Torre Popular, de Pedro José Borrell, 1991. 1999), Ilumel II (Antonio S. Imbert y Christian Ricart, 2001) e Ilumel III (Simples Arquitectura/Antonio S. Im-
Foto Jochi Marichal.
bert, 2006). Un trabajo de ensamble entre tres propuestas formales disímiles. La primera, con cierta in-
Centro León, en Santiago de los Caballeros,
diseñado por Pedro José Borrell, 2000-2003. fluencia historicista, en una evocación a las soluciones de techumbre de la arquitectura vernácula, y los
Foto Jochi Marichal.
demás, apegados a la escasez de decoración y enfocados en expresión pura de la forma. Dentro de es-
Torre Ejecutiva del Grupo León Jimenes,
en Santo Domingo, diseñado por Pedro José
te ejercicio de unificación de edificios, este trío comparte su momento con la conversión en una unidad
Borrell, 2004. Foto Jochi Marichal. de los antiguos edificios de la Compañía Dominicana de Aviación y la sede de la Corporación de Empre-
Detalle de la escultura frontal de Bismarck
sas Estatales (CORDE), en la avenida Enrique Jiménez Moya, ensamblados mediante un cuerpo central
Victoria en la Torre Empresarial,
de la firma Inmobiliaria García Armenteros. que trata de crear una imagen unitaria del conjunto.
Heriberto Purcell, 2000, Santo Domingo.
Foto Eduardo Guzmán/Archivo AAA.
Igual paralelismo se aprecia, entre la Tienda Mary (1992) y Novoteks (1997), ambos de Juan Pérez Mo-

Dibujo artístico de Pedro José Borrell para el rales, con repertorios extremos entre uno y otro caso, situados a metros de distancia sobre la misma ca-
Centro León en Santiago. Archivo AAA.
lle; entre el Palacio de Justicia de Santiago (Danny Pérez, 1996) y la Suprema Corte de Justicia y Procu-
Intercentro, edificio sin destinatario, previsto
raduría General de la República (Gustavo L. Moré y Juan C. Caro, 1997-2005), ambos ganados por con-
como sede para el Banco Intercontinental.
Diseño de Sandy & Babcock (Miami) con curso público, pero diferentes en sus planeamientos estéticos y contextuales.
Franc Ortega. 2000. Foto Jochi Marichal.
En la esfera privada sobresalen la Torre Popular (Pedro J. Borrell, 1991) e Intercentro (Sandy & Babcock,
Franc Ortega, 2004), el primero con un lenguaje modernista y el segundo el edificio vidriado más inter-
nacionalista de la actualidad; el Body Shop Athletic Club (Ramón Tavárez, 1998) y Gold’s Gym (Rafael
Concepción, 1999). Tavárez apuesta a la fuerza del volumen masivo mientras que en Gold’s Gym Con-
cepción juega con las formas con una libertad poco común en el medio local; las empresas de venta de
vehículos para la Agencia Bella (Leopoldo Franco, 1998), con una propuesta neo-brutalista y aligerada
por el uso de recursos expresivos tradicionales, y la simplicidad del showroom de Avelino Abreu (Anto-
nio S. Imbert, 2004); la Torre Banreservas (Plácido Piña, 1995) y la Sucursal Banreservas en la Charles
De Gaulle (Carlos Jorge, 2003), ambas de escala y estética opuestas, donde sobresale la preocupación
por la relación edificio-emplazamiento urbano.

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Edificio de la Fundación Global Democracia y Dentro del catálogo de obras para empresas corporativas resaltan la distancia entre la Torre Ejecutiva de cargada fuerza comunicativa. La pluralidad existente y la diversidad de criterios para ofrecer respuestas Edificio Rainbow, hoy de Air Europa,
Desarrollo, diseñado por Gustavo Luis Moré, de Bichara Khoury, c. 1995.
2000-2004. Foto Lowell Whipple/Archivo AAA. E. León Jimenes, (Pedro J. Borrell, 2002) en el malecón de Santo Domingo y el Edificio Corporativo pa- adecuadas, está más cerca del deseo de establecer una marca personal que del logro de una obra ar- Foto Jochi Marichal/Archivo AAA.

Edificio Gold’s Gym, de Rafael Concepción. ra Verizon (hoy Claro-Codetel) (Franc Ortega/SINERCON, 2005), ubicado en el eje vial de la avenida John quitectónica consciente de su espacio y de su tiempo, insertada en un contexto que requiere, entre otras Aeropuerto Internacional de La Romana,
1996. Eduardo Guzmán/Archivo AAA. de la autoría de Juan Pérez Morales. 2000.
F. Kennedy; la torre y centro comercial para el Acrópolis Center & Citibank Tower (Richard Knorr, 2001) y cosas, una imagen más coherente y humana.78
Foto Jochi Marichal/Archivo AAA.
Conjunto de Malecón Center, de la firma
Rodríguez Sandoval & Asociados.
el complejo conjunto del Malecón Center (Rodríguez Sandoval & Asociados, 2005), dos de las iniciativas Se trata de una convivencia entre distintos modos de expresión relacionados con la posmodernidad, Casa en Altos de Arroyo Hondo III,
Sandy & Babcock, concepto original, 2005. de promoción privada de mayor envergadura que ha visto el país en la última década, cuyas respuestas donde el individualismo se perfila por encima del conjunto, en una lucha diaria por superponer visiones de Daniel Pons. 2003.
Foto Jochi Marichal. Foto Ricardo Briones/Archivo AAA.
arquitectónicas quedan por debajo de las expectativas, a pesar de sus grandes dimensiones. individuales. Un escenario para cada cual en un mundo polivalente y superficial. Es parte del discurso ar-
Algo similar se advierte en varios proyectos domésticos. La Casa Yagüera, inspirada en la arquitectura quitectónico dominicano de hoy.
vernácula dominicana (Jorge Aponte y Carmen R. Méndez, 1999) y la residencia Hermanos Tejeda (Da-
niel Pons), con una limpia imagen contemporánea; la torre residencial Lloret del Mar (Eduardo Lora,
2004), de estudiado academicismo y acabada y profusa decoración y la Torre Taymeé (María Fernanda
Rosario/Ja’el García, 2004), con una fuerza en el tratamiento de la forma arquitectónica; los edificios re-
sidenciales Paseo del Sol y Paseo de Norte, ambos de Rafael Selman, que reflejan una auto-búsqueda
de un lenguaje expresivo dentro de la contemporaneidad.
La necesidad de disponer de servicios adecuados dirigidos a afianzar el turismo en el país ha inducido a
intervenir en nuevos proyectos básicos, entre ellos los aeropuertos. Pueden mencionarse el aeropuerto
La Isabela-Joaquín Balaguer, en las cercanías de Santo Domingo (como sustituto del antiguo aeropuer-
to de Herrera) (Richard Martínez & Asociados) y el aeropuerto La Cacata, de La Romana, (Juan Pérez
Morales). El primero, con una propuesta cercana a la arquitectura comercial, mientras en La Romana se
evocan las instalaciones fabriles de los ingenios azucareros y los materiales industrializados.
Como se ve, la lista de proyectos resulta interminable, precisamente, en un momento de auge de nue-
vas inversiones extranjeras y locales que dinamizan la construcción y que permiten oportunidades de ex-
presión a los arquitectos, tanto en proyectos de grandes dimensiones como en propuestas modestas de

424|LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA DOMINICANA 1978-2008 |425
Epílogo
Gustavo Luis Moré

Páginas para una historia futura


Este proyecto duró cinco años en construcción. Durante ese período los autores tuvimos la oportunidad En el fondo, una perspectiva del puente frente
a la playa del Aqua Resort en Uvero Alto.
de meditar con detenimiento sobre el cuerpo de estudio de cada una de nuestras Historias. En realidad, Arq. Antonio Segundo imbert, 2007.
Foto Ricardo Briones.
hemos podido decantar una determinada postura frente al hecho arquitectónico, una específica actitud
En el inciso, fachada sur del condominio
crítica. La simple escogencia de los hitos fundamentales, de los hilos conductores del cuento, ha sido
Aqua en la playa de Juan Dolio.
más que un acto intelectual, una suerte de coincidencia. Estas páginas finales, aunque firmadas por el Andrés Julio Sánchez y César Curiel, 2008.
Foto Ricardo Briones.
editor, reflejan en gran manera el enfoque concertado del grupo.

Los tiempos actuales


Es mucho lo que ha cambiado el país en los últimos años. La más evidente pesquisa se presenta en el
universo del turismo en enclaves costeros de cada vez más calidad, aunque también debemos referir-
nos a la intensa actividad proyectual que se despliega en los principales centros urbanos.
Como ejemplo pionero en el mercado turístico, podemos citar aquel desarrollo de mediados de la déca-
da del 70, Casa de Campo, que se ha convertido en una máquina indetenible de crecimiento, tanto cuan-
titativo como cualitativo. La participación abierta de arquitectos locales y extranjeros en éste y en otros
enclaves, ha enriquecido notablemente la oferta inmobiliaria, fenómeno consolidado ya en otros proyec-
tos posteriores como Los Corales, La Marina y los Campos de Golf de Punta Cana; el enorme y ambi-
cioso complejo de Cap Cana, y los innumerables polos de asentamiento para el ocio en el este, el nor-
te y el extremo sur del territorio nacional. La iniciativa ha sido tan abundante y dispersa que hoy resulta
prácticamente imposible reconocer todos y cada uno de los proyectos ejecutados o en proceso de cons-
trucción, tarea pendiente para el futuro inmediato.
El nuevo modelo turístico –diverso al tipo urbano compacto o al bloque aislado rodeado de verde– típi-
co de gran formato obedece, frecuentemente, a la solución de volúmenes articulados en franjas más o
menos estrechas de terreno, orientados hacia la playa; hacia la llegada, se disponen los espacios de re-
cepción, servicios y alimentación; hacia el centro, los bloques de habitaciones de baja densidad reparti-
dos de modo simétrico, abrazando espacios paisajísticos y de equipamiento colectivo, ordenamiento

426|PÁGINAS PARA UNA HISTORIA FUTURA PÁGINAS PARA UNA HISTORIA FUTURA |427
que sin excepción termina en un borde playero donde se concentra gran parte del dinamismo del con- La empresa privada frente a la obra pública
junto. Este esquema de alguna forma responde a las normas previstas por el INFRATUR en sus inicios, re- Debido a las notables diferencias existentes, tanto en la gestión como en los resultados, es importante
glamento que hasta hace poco, predominó en casi todos los hoteles “todo incluido” realizados en el país. esbozar aquí las particularidades relativas a los universos paralelos de la empresa privada y la obra pú-
Recientemente se ha registrado un desconcertante aumento de la densidad y de la altura en la norma blica. Dos edificios –entre muchos otros– pueden servir de ejemplo para motivar esta reflexión: el com-
acostumbrada, permitiendo edificaciones multipisos para apartamentos –no para hoteles, todavía– en al- plejo de la Torre y Centro Comercial Acrópolis, y el edificio sede de la Suprema Corte de Justicia y la Pro-
gunos polos, notablemente en el de la costa de Juan Dolio y Guayacanes. curaduría General de la República. Ambos están situados en la ciudad de Santo Domingo, fueron cons-
En los últimos años las administraciones municipales, principalmente la del Distrito Nacional, han empren- truidos paralelamente y dotados de exigentes terminaciones y equipamientos. El primero fue el resulta-
dido un programa a todas luces coherente, orientado a dignificar el espacio público ciudadano. Muchas do de una vigorosa y tenaz gestión privada; el segundo, producto del mejor esfuerzo por lograr una obra
de las áreas verdes capitalinas, centrales y marginales, han sido rediseñadas y equipadas con mobiliario pública correcta, transparente y emblemática.
urbano de buena calidad. Una de las primeras acciones en este sentido fue la llevada a cabo para el de- Desde toda perspectiva, ambos proyectos fueron realizados con absoluto rigor. Los diseños fueron en-
nominado Boulevard de la 27, ejecutado por la SEOPC sobre el enrase del túnel de esa arteria entre los cargados a firmas reconocidas, una extranjera, con excelentes asociados criollos, y la otra a una local;
ejes de la Abraham Lincoln y la Winston Churchill (1999). Este longitudinal espacio urbano fue concebido los documentos redactados para la construcción fueron sometidos a las más exigentes normas; los sis-
como un estrecho parque central entre los carriles a ambas direcciones de esa vía de gran intensidad de temas de construcción fueron explorados a fin de reducir el tiempo de obra y maximizar la eficiencia. Ar-
uso. Posteriormente, otros lugares de vocación pública han sido intervenidos con gran aceptación de las quitectónicamente, el espacio vacío central, como componente del ensemble, fue en ambos casos pro-
poblaciones urbanas que los disfrutan. Otros parques tradicionales, como el Parque de las Flores de la Ve- tagonista principal; la selección de materiales para el recubrimiento y las técnicas de instalación fueron
ga, remodelado por el Arq. Plácido Piña y supervisado por Joel Martínez, constituye uno de los esfuerzos pioneras en la cultura local de acabados; uno fue localizado en el enclave de mayor atractivo comercial
de mayor calidad en sus resultados arquitectónicos. Dentro de estas acciones hay que destacar los pro- de la ciudad; el otro, en el lugar más emblemático de la democracia dominicana. Mientras Acrópolis res-
yectos para el Parque Central de Santiago (Moré y Mignucci), originado por la Secretaría de Estado de Me- pondió a criterios de estricto orden empresarial, con objetivos claramente económicos como pautas de
dio Ambiente (2002-2008) y para la revitalización del Centro de los Héroes en Santo Domingo (Moré y Mar- acción, la Suprema Corte de Justicia ha debido obedecer a la oportunidad de materializar la más actua-
tínez/ Ramírez et al.), protagonizado por el Ayuntamiento del Distrito Nacional (2003-2008). Otra de las ini- lizada visión de una nación contemporánea, empeñada en transformar sus instituciones, con una obra
ciativas ejemplares dignas de mención ha sido el rescate de la Cueva de las Maravillas (2004), en San Pe- reservada a alojar uno de los poderes del Estado dominicano.
dro de Macorís, dirigida por Marcos Barinas desde la Secretaría de Estado de Medio Ambiente. Habría que preguntarse cómo dos proyectos de tan gran envergadura han terminado, en el largo plazo,
Paralelamente ocurre en la actualidad una sobredemanda en los inmuebles ofertados de ocasión en el en circunstancias similares: ambos sufrieron agudamente las vicisitudes propias de los avatares domini-
centro histórico de Santo Domingo, proceso que ha comenzado a densificar, a veces afectando grave- canos de los últimos años. Retrasos, escalamiento de costos, alteraciones al proyecto original, distorsio-
mente la estructura arquitectónica original, casas coloniales y republicanas con operaciones hoteleras de nes programáticas, etc. En la Bienal de Artes Visuales celebrada en el año 2005 en la República Domi-
bajo calado, apartamentos de mínima superficie, generalmente apoyados por diseños de muy escasa nicana, un enorme mural de 8 metros de longitud, del artista Aquiles Azar, ganó la Categoría de Fotogra-
elaboración. Ardua labor le espera a la Dirección Nacional de Patrimonio Monumental para discriminar fía. Su temática, “El Hoyo”, no se refirió sólo al reciente trauma financiero que vivimos los dominicanos,
justamente estas iniciativas. sino a la gran cantidad de propiedades urbanas excavadas para recibir la construcción de aparcamien-
Lo mismo ocurre en el campo de la arquitectura urbana privada. La ciudad de Santo Domingo se den- tos subterráneos en la ciudad de Santo Domingo, hasta el momento abandonadas. Era frecuente –y en
sifica a pasos agigantados, y muy probablemente así le ocurrirá a Santiago de los Caballeros, tan pron- gran medida todavía lo es– encontrar estos enormes y peligrosos vacíos en el panorama citadino. ¿Cuál
to como proyectos de infraestructura pública –como el muy anunciado Parque Central– promuevan el es la razón? Hay mucho espacio para las elucubraciones, pero entendemos que las explicaciones son
desarrollo en altura en torno a sus espacios cualificados paisajísticamente. Hoy, en la capital, los conjun- múltiples y, como se ha visto, muy complejas.
tos de mediana escala, las torres de apartamentos, comerciales y las nuevas propuestas de uso mixto, Es que, en última instancia, la arquitectura y el urbanismo son productos hipersensibles a la realidad po-
se adocenan en las calles de los sectores centrales, a la espera de una eventual participación de las au- lítico-social. De ésta dependen, tanto en su representatividad social como en la capacidad para encar-
toridades en cuanto a la dotación de servicios comunitarios, peligrosamente deficientes o incluso inexis- nar a través del espacio las aspiraciones de un pueblo, sean éstas de índole pública o de índole privada,
tentes en buena parte del Polígono Central. materiales o espirituales.

428|PÁGINAS PARA UNA HISTORIA FUTURA PÁGINAS PARA UNA HISTORIA FUTURA |429
Detalle del bloque comercial de la torre del
conjunto Acrópolis en Santo Domingo.
Richard Knor, 1997-2004.
Foto Jochi Marichal.

Vista sur del conjunto de Acrópolis.


Foto Jochi Marichal.

Detalle del atrio central del edificio de la


Suprema Corte de Justicia y la Procuraduría
General de la República. Centro de los Héroes,
Santo Domingo. Gustavo Luis Moré
y Juan Cristobal Caro, 1997-2005.
Foto Lowell Whipple.

Fachada oeste de la Suprema Corte de Justicia


y la Procuraduría General de la República.
Centro de los Héroes, Santo Domingo.
Foto Gustavo Luis Moré.

430|PÁGINAS PARA UNA HISTORIA FUTURA PÁGINAS PARA UNA HISTORIA FUTURA |431
Para la arquitectura dominicana los retos son abrumadores. Mientras se trabaja sin descanso, tanto motores de proyectos turísticos e inmobiliarios y hasta “conceptualizadores” de proyectos. Aún no se re-
individual como colectivamente, habría que esperar que los organismos oficiales competentes y las ins- gistra, al menos claramente, la posibilidad de encargar grandes obras públicas a empresas internaciona-
tituciones representantes del diseño y la planificación en la República Dominicana continúen trabajando les, desde su diseño hasta su entrega “llave en mano”, como ocurre en países de la región, como es el
en la construcción del espacio de acción profesional requerido. caso de Trinidad y Tobago, por sólo citar un ejemplo no tan distante.
Tenemos fe en que el panorama de la arquitectura oficial mejorará en un futuro cercano. En ello han de Esperamos que las instituciones representantes del quehacer profesional –fundamentalmente el CODIA,
incidir la implementación del sistema de concursos como forma de asignación transparente y noble de pero también la Sociedad de Arquitectos– logren estructurarse eficazmente a fin de lograr el estableci-
las obras y el aprovechamiento de buenas prácticas que se han ido desarrollando en naciones herma- miento de una normativa que, en este contexto, organice la participación en el mercado de cuantos de-
nas. En realidad, en estos y en muchos otros aspectos la empresa privada ha venido avanzando más rá- seen hacerlo, defendiendo los intereses de la profesión y respondiendo a las exigencias de una sociedad
pidamente, con una idea más clara del valor agregado que representa para sus iniciativas una buena tan compleja y globalizada.
obra de arquitectura, un novedoso diseño de autor.
Hacia un futuro plus-que-imperfecto
Arquitectura dominicana y globalización Predecir es siempre arriesgado. A juzgar por las apariencias, el espacio ciudadano sobrevive dentro de
Pocos oficios son tan particulares como el de la Arquitectura. Se diseña para funciones, circunstancias, si- un permisivo desorden: la ciudad está repleta de obras sin terminar o recién comenzadas, realizadas con
tios y usuarios específicos. Con presupuestos limitados, en tiempos bien definidos. Todo arquitecto del pla- una escasa orientación en el desarrollo de proyectos, sin que hayan sido ventiladas públicamente, ni con-
neta debe entrenarse desde los inicios de sus estudios en los mecanismos precisos que le permitirán in- certadas, ni estudiadas, ni evaluadas correctamente.
sertar cada proyecto en su lugar y en su tiempo correspondiente. Debe considerar aspectos físicos, tangi- Gran parte de las ciudades lucen descuidadas, con jardines y espacios públicos a medio talle, vías pea-
bles, tales como el terreno –su capacidad de carga, su estratigrafía–, el asoleamiento, la vegetación, el cli- tonales inexistentes y un tráfico vehicular denso, sólo aliviado por la función que, críticamente, desem-
ma, los fenómenos naturales y los urbanos, la vialidad, la contextualización, etc. Igualmente debe ser sen- peñan los viaductos y expresos diseñados a lo largo de las avenidas principales.
sible a otros aspectos no menos importantes, de carácter generalmente abstracto: la cultura, la poética, la Después de cinco siglos la República Dominicana es todavía un país en transición. Santo Domingo, el
historia, las tradiciones de uso, de construcción y simbólicas de cada localidad donde se levantará su obra. más viejo asentamiento del continente después de la llegada europea a América, es también el más jo-
Si bien el párrafo anterior resulta en gran medida evidente, no resulta así en la reflexión previa al acto de so- ven en pertenecer a la lista de metrópolis americanas en alcanzar similar población o superficie. Es, sin
licitar los servicios de un arquitecto en la actualidad, sobre todo entre algunos promotores inmobiliarios do- dudas, la ciudad más populosa y compleja del archipiélago caribeño. En la última década se ha visto con
minicanos. La importación de arquitectos “estrellas” –desde luego no lo que aquí ocurre– ha sido muy co- asombro la densificación paulatina del espacio urbano, sobre todo en las áreas centrales. Este crecimien-
mún en las décadas recientes, más que nada en el panorama del Primer Mundo. El gran bagaje cultural de to, ha sido producto de una enorme presión económica sobre el suelo. Como indicador basta señalar
estas naciones les ha permitido apreciar el trabajo de autores sobresalientes de otras procedencias, que han que el precio del metro cuadrado se ha triplicado en los últimos años.
sido escogidos por concurso abierto o comisionados, principalmente para desarrollar encargos públicos de Es notable la gran pujanza de iniciativas inmobiliarias que hasta ahora, y en defecto de una estrategia pú-
especial significación, o para edificios singulares ordenados por los siempre escasos mecenas privados. blica de acción, lucían la única alternativa para la consolidación de territorios estratégicos por su centra-
Los caminos de la arquitectura están llenos de ejemplos de arquitectos trashumantes: los ingenieros ro- lidad y por sus posibilidades de acudir a una dotación de infraestructura ya inevitable. Producto de una
manos dispersos por la vasta geografía del Imperio; los maestros masones franceses que exportaron el idea de ciudad –propuesta desde el municipio–, de barrios, funcional y formalmente caracterizados en
gótico a los estados vecinos; los alarifes mozárabes y los canteros españoles que hicieron otro tanto en polígonos, y de una estabilidad y un crecimiento macroeconómicos, docenas de torres de apartamentos
toda América; la estadía final de Leonardo en la corte francesa; los arquitectos italianos en la de San Pe- y de oficinas, al igual que plazas comerciales de la más diversa configuración, se han levantado en el Po-
tersburgo. Sin dudas asistimos hoy a un fenómeno común, de consecuencias, por cierto, no muy bien lígono Central, en el Evaristo Morales, en El Vergel, en barrios de apenas 40 años de edad, y se han ex-
documentadas en la historiografía del arte universal. tendido hasta barrios tradicionales como Gazcue, la Ciudad Universitaria, La Esperilla y otras zonas, hoy
Estamos conscientes de que, en el marco de la globalización, en la Republica Dominicana este fenóme- hasta cierto punto satélites al universo urbano de mayor actividad comercial.
no ha empezado a manifestarse y sin duda alguna seguirá ocurriendo bajo muy diversas modalidades. En la actualidad no menos de 500,000 metros cuadrados deben estar siendo construidos en la geogra-
Se observan oficinas extranjeras participando activamente en obras en toda la geografía nacional, pro- fía nacional, la gran mayoría por promotores dominicanos privados, españoles, italianos y por consorcios

432|PÁGINAS PARA UNA HISTORIA FUTURA PÁGINAS PARA UNA HISTORIA FUTURA |433
Interior apartamento privado en Santo Hospital Metropolitano de Santiago.
Domingo. William Vega, 2007. Julio Rivera Lee. 2000-2007.
Foto Ricardo Briones. Foto Ricardo Briones.

Casa en Palmar de Ocoa. Jordi Masalles, Torre de apartamentos en el polígono central


2008. Foto Jesús Rodríguez. de Santo Domingo. Franc Ortega, 2007.
Foto Ricardo Briones.
Casa en Casa de Campo, La Romana.
Francisco Feaugás, 2008. Parque de las Flores en La Vega. Plácido Piña,
Foto Lowell Whipple. 2007. Foto Joel Martínez.

Apartamentos “La Parcela” de Arroyo Hondo, Edificio Hylsa en la avenida Winston Churchill,
Santo Domingo. Carlos Troncoso, 2008. Santo Domingo. Antonio Segundo Imbert,
Foto Ricardo Briones. 2001. Foto Jochy Marichal.

434|PÁGINAS PARA UNA HISTORIA FUTURA PÁGINAS PARA UNA HISTORIA FUTURA |435
Perspectiva de conjunto dentro del entorno mixtos domínico-venezolanos, domínico-salvadoreños, domínico-colombianos. etc. Muchos de ellos, de
del Centro de los Héroes, el Pabellón de las
Naciones en primer plano, la nueva sede de la una escala desconocida por la arquitectura y el urbanismo locales.
Suprema Corte de Justicia y la Procuraduría
Por otra parte, desde el punto de vista del hecho físico, es posible reconocer un cambio de actitud: no sólo el
General de la República al fondo, en Santo
Domingo. Juan Cristobal Caro y Gustavo volumen de obra sino el estilo –si es posible hablar en estos términos todavía– parece estar orientándose ha-
Luis Moré, 1997-2005.
Foto Eduardo Guzmán. cia otras tendencias. Proyectos de una marcada influencia moderna, con materiales y tecnologías novedosos
en el área, son cada vez más evidentes en las vallas y folletos de propaganda de las iniciativas inmobiliarias.
En los años 80 y 90 se visualizaba el surgimiento de un regionalismo críticamente responsable, produc-
to de años de investigación y búsqueda de todo un grupo de arquitectos locales; pero se ha marginado
frente a una arquitectura de catálogo, relativa a otras sociedades, a otras determinantes culturales. Mia-
mi sigue siendo el paradigma preferido. Nada nuevo: la anunciada globalización al menos debiera pro-
porcionarnos una arquitectura climáticamente apropiada, si bien ajena y propicia a todo cambio.
El presente, contradictoriamente, es halagador. Las publicaciones periódicas locales así lo señalan. La
gran profusión y la alta calidad en las propuestas conceptuales de muchas obras construidas en los úl-
timos 12 años ha sido la mejor muestra de que el país cuenta con una generación de arquitectos con-
solidados, de una práctica cada vez más profesional y reconocida en los ámbitos internacionales. Una
nueva generación de jóvenes asoma con proyectos que tienen poco que envidiar a los que se redactan
en otros territorios de la región. Áreas como el paisajismo –notablemente desarrollada en los enclaves tu-
rísticos y vacacionales–, la arquitectura de interiores –de gran expresividad en residencias de alta escala
y en infinidad de instalaciones comerciales–, las consultorías técnicas especializadas, los materiales de
construcción de vanguardia, se han desarrollado notablemente.
El mundo editorial especializado se afianza con sorprendente solidez, y participa de diversas maneras en la
construcción del andamiaje crítico de la arquitectura local. Poco a poco, se advierte el advenimiento de una
arquitectura de autor, con rasgos definidos y admirable pertenencia al contexto. Hoy en día el mercado del
diseño ha comenzado a entenderse dentro de una multitud de opciones a las que acudir en el momento
de ejecutar una obra, por más pequeña que ésta sea. Lo importante, al fin, es mejorar la calidad de vida de
nuestras ciudades. Enriquecer el espacio público. Dotar a los ciudadanos y a nuestros visitantes de un es-
cenario digno, respetuoso de las mejores formas de la tradición arquitectónica global y a la vez auténtico,
impregnado de ese carácter isleño y tropical del que podemos, en ocasiones, sentirnos orgullosos.
La cercanía de los mercados globales y el continuo retorno de nuevos egresados de facultades y despa-
chos de primera línea prometen desarrollar una mano de obra intelectual con la posibilidad de organizar-
se, paradójicamente, en torno a una cierta idea de lo propio, de construir determinados espacios de iden-
tidad en los que podamos interpretar las diversas historias que han constituido nuestro acervo arquitectó-
nico. El trabajo parece requerir de una Arquitectura de la Resistencia, tal como ha sido ideada en los últi-
mos Seminarios de Arquitectura Latinoamericana (SAL), que reconozca la riqueza cultural del patrimonio
regional y posea los instrumentos necesarios para proyectar hacia el futuro una síntesis siempre nueva y
a su vez enraizada en este flujo de tantos siglos que hemos querido reconstruir en estas 6 Historias.

436|PÁGINAS PARA UNA HISTORIA FUTURA PÁGINAS PARA UNA HISTORIA FUTURA |437
Notas

1 ARQUITECTURA VERNÁCULA
Y POPULAR
Esteban Prieto Vicioso
1 Este dato lo proporciona Pedro Mártir de Angle-
ría, quien fue el primer Cronista de Indias sin haber
teca de Autores Españoles, Bailly Bailliére e hijo,
editores, 1909. Pag. 113.
13 Ver LAS CASAS, BARTOLOMÉ DE. Historia de las
Indias. 3 vols. Santo Domingo: Sociedad Domini-
cana de Bibliófilos, Editora Corripio, 1987. Págs.
214-215.
Galicia, S.A., 1981), dice que la técnica construc-
tiva llamada pallabarro fue introducida en Galicia
en la Edad Media, proveniente de Castilla. Dice
que sus características permitieron que fuera am-
pliamente utilizada tanto en tabiques interiores co-
mo para construir cerramientos exteriores.
2
LOS ESPACIOS DE EUROPA
EN AMÉRICA: ARQUITECTURA
Y URBANISMO
Eugenio Pérez Montás
1 Relación de Alcocer de 1650. Relaciones Histó-
Type of vessel
53 ton Caravel
66 ton Caravel
70 ton Caravel
60 ton Caravel
45 ton Caravel
Name
------
(a) La Garza
Santo Domingo
------
------
Shipmaster
Martín Monje
Francisco García
Juan de Peñafiel
Gonzálo Rodríguez
Martín Pacho
23 “y que si por la forma que va a acabarse, se
gastaría en ello mucho dinero y la casa no queda-
ría como conviene, por ende yo le encargo y man-
do que tomando con ustedes nuestros oficiales
que residen en esa isla y las otras personas que
dello sepan, vean la dicha casa y la hagan labrar
y hacer de la manera y tamaño que vieres según
nunca visitado el Nuevo Mundo, en su libro: Déca- 25 Fernández de Oviedo. 28 ton Caravel (a) La Rábida Antón García Bibas
14 Los datos arqueológicos más importantes en ricas de Santo Domingo. Colección y notas de para lo que es y donde se hace que mejor con-
das del Nuevo Mundo, ed. Sociedad Dominicana 30 ton Lateen-
relación a la arquitectura indígena los encontramos 26 Samuel Hazard en su libro Santo Domingo. Su Emilio Rodríguez Demorizi, Vol. 1. Editora Montal- venga, de manera que se haga como convenga y
de Bibliófilos, 2 vols., Colección Cultura Dominica- sail Caravel ------* Hernando Quintero
en los sitios arqueológicos de Los Buchillones, en pasado y su presente, presenta unos dibujos de vo, Ciudad Trujillo, 1942., p. 217. no se gaste en ella lo que no fuere menester”. Ibí-
na, Santo Domingo: Corripio, 1989. Pág. 351. 45 ton Caravel ------ Alfonso Vanegas
Ciego de Ávila, Cuba; Lujan I, en Puerto Rico; Gol- pueblos dominicanos donde puede apreciarse dem.
2 Relación de Echagoian de 1568. Relaciones 45 ton Caravel (a) La Cansina García Alonso
2 Ver MOYA PONS, FRANK: Manual de historia do- den Rock, en St. Eustatus; y Tanki Flip, en Aruba. que en la segunda mitad del siglo XIX la mayoría Históricas de Santo Domingo. Colección y notas Cansino Vieja 24 BUSCHIAZZO, MARIO J: Historia de la Arquitec-
minicana, ed. Universidad Católica Madre y Maes- de sus casas eran bohíos.
15 Ver LANDSTRÖM, BJÖRN: Colón, ed. Juventud, de Emilio Rodríguez Demorizi, Vol. 1. Editora 45 ton Caravel ------ Francisco Fernández tura Colonial en Iberoamérica, Emecé Editores,
tra, , 6a ed., Colección Textos. Barcelona: Indus-
trans. Martínez-Hidalgo, José Ma. Barcelona: Edi- 27 Ver CASSÁ, ROBERTO: Historia social y econó- Montalvo, Ciudad Trujillo, 1942., p. 134. Rascón Buenos Aires, 1961.
trias Gráficas M. Pareja, 1981.
torial Juventud, 1971. Pag. 88. mica de la República Dominicana, Edición corre- 3 GARCÍA LLUBERES, LEONIDAS: Crítica Histórica,
50 ton Caravel Santiago Juan Prieto
3 PEGUERO, LUIS JOSEPH: Historia de la conquis- 25 PALM, ERWIN WALTER: La Puerta de San Diego
gida y aumentada 2 vols., vol. I. Santo Domingo: Academia Dominicana de la Historia, Centenario 50 ton Caravel ------ Alfonso Anáez (Arraez)
ta de la isla Española de Santo Domingo, Tra- 16 Ver PICHARDO MOYA,FELIPE: Los aborígenes de en Santo Domingo, Editora Montalvo, Ciudad Tru-
Editora Alfa y Omega, 2003. de la Restauración de la República, Vol. XVI, Edi- 50 ton Caravel ------ Pedro Ojuelos
sumptada el año de 1762, Traducida de la Histo- las Antillas, México: Fondo de Cultura Económica, jillo, R.D., 1942.
1956. 28 Ibidem. tora Montalvo, Santo Domingo, 1964. 45 ton Caravel ------ Juan Grande
ria General de las Indias escrita por Antonio de 26 ANGULO IÑIGUEZ, DIEGO: Manual de Historia
45 ton Caravel ------ Cristóbal García
Herrera... Santo Domingo: Publicaciones del Mu- 4 Reconsidering Taíno Social Dynamics After Spa- del Arte, Tomo Segundo, , Distribuidor E.I.S.A.,
17 Manuel Lucena Salmoral estudia en su libro Los 29 Los términos maniel y palenque eran utilizados 60 ton (barco) ------ Luis García
seo de las Casas Reales, 1975. Pág. 38 nish Conquest: Gender and class in Culture Con- Pizarro 19, Madrid, 1954.
códigos negros de la América Española (Universi- para definir los poblados formados por los negros 35 ton Caravel ------ Diego Bernal
dad de Alcalá/Ediciones UNESCO, 1996.) los tres esclavos fugitivos, a los que se les llamaba cima- tact Studies. Kathleen Deagan. Florida Museum of
4 El término utilizado por los taínos de las Antillas a Unidentified; 27 BUSCHIAZZO: Op. Cit.,
códigos negros que tuvo la América española rrones. Natural History, University of Florida, Gainsville,
sus casas, tal como lo consignó Cristóbal Colón en freighted at
(1768, 1769 y 1784), con los que se inició una sis- Florida 32611, American Antiquity, 69(4) Pg. 597.
su Diario, el 4 de noviembre de 1492, era bohío, Grand Canary I ------ Alonso Medel 28 SANTIAGO, PEDRO. Op. cit. pp. 18-19
tematización jurídica sobre la esclavitud indiana. 30 Nos hemos permitido utilizar esta larga cita de
palabra que es repetida por los cronistas de Indias. 5 Deagan, Kathleen and Cruxent, José María. Ar-
Wenceslao Vega Boyrie de su trabajo sobre la “His- 9 LUCA DE TENA, TORCUATO: Memoria de la Histo- 29 PENSO DEVERS, GREGORIO ELÍAS: Historia de
Esta expresión se mantiene a través del tiempo, chaeology at La Isabela: America’s First European
18 Sólo en la República Dominicana se utiliza el tér- toria de los terrenos comuneros de la República ria: América y sus enigmas (y otras americane- Samaná. Compendio (1493-1930), tomo I, Edito-
siendo utilizada por historiadores, viajeros, así co- Town. Yale University Press, New Haven and Lon-
mino de tejamanil para definir este tipo de muro. En Dominicana,” publicado en la revista CLIO, Enero- rías). Editorial Planeta, Barcelona, 1992, p. 102. ra Alfa y Omega, Santo Domingo, 1998. 372 pp.
mo en documentos de pleitos y herencias, tanto en don, 2002.
otros países de la región a esta técnica constructiva Junio 2000. Págs. 100-102, por considerarla una
el período colonial como en el republicano. La Aca- 10 FRAY RAMÓN PANÉ: Relación acerca de las an- 30 Ibídem, p. 62.
le llaman bahareque. La palabra tejamanil viene del excelente descripción de un hato ganadero. 6 “A principios de 1498, los artesanos y soldados
demia de la Lengua Española considera que bohío tigüedades de los indios, (prólogo y notas de
nahuatl (México) y según la Real Academia Españo- de La Isabela se habían trasladado a Santo Do-
es voz de las Antillas y la define como: Cabaña de 31 Cassá. Pág. 266. Mons. Hugo Eduardo Polanco Brito), Santo Do- 31 Santiago, Pedro. Op. cit. , p. 345.
la significa tabla delgada y cortada en listones que mingo, y sus hornos, forjas y ruedas hidráulicas
América, hecha de madera y ramas, cañas o pajas mingo, Ediciones Fundación Corripio, 1988.
se coloca como teja en los techos de las casas. Por 32 Esta definición de arquitectura vernácula se fueron abandonados. Los restos dejados en La 32 PENSO DEVERS, GREGORIO ELÍAS. Op. Cit. p.
y sin más respiradero que la puerta.
otro lado tenemos que bajareque es una voz taína, encuentra en las Memoria del 2do. Festival Inter- Isabela reflejaban no sólo la esperanza de un di- 77.
11 CFR. CONCEPCIÓN, MARIO: La Concepción de
5 Ibidem. Págs. 38 y 39. lo que confirma el conocimiento de esta técnica nacional de Cultura del Caribe, ed. Consejo Na- seño para una Nueva Iberia, sino también el co- La Vega, Relación Histórica. Sociedad Dominica- 33 Ibídem, p. 19.
constructiva por parte de los taínos antes de la lle- cional para la Cultura y las Artes (México: Editora lapso de aquel proyecto y las expectativas sobre
6 Joaquín Priego en su libro Cultura Taína, Santo na de Geografía, Santo Domingo, 1988, pp. 26-
gada de los esclavos africanos. Educación, 1990). la cual fue basado”. Ibídem. p. 271.
Domingo: 1971, aporta datos importantes sobre 28. 34 PÉREZ MONTÁS, EUGENIO: “Bánica: un sitio le-
los poblados y bohíos indígenas, pero lamenta- 19 El arqueólogo Elpidio J. Ortega en su libro Ex- jano con un antiguo reloj solar junto a una ermita”.
33 Ver PRIETO VICIOSO, ESTEBAN, “Arquitectura 7 Santiago, Pedro Julio: Fray Bartolomé de las 12 RUBIO, FRAY VICENTE: “Más sobre Juan de Ra-
blemente no incluye en su obra todas las fuentes presiones Culturales del Sur (Santo Domingo: Aca- El Caribe, Suplemento Sabatino, 17 de abril de
vernácula y popular,” en Monuments and Sites. Casas, evangelizador y defensor de los indios. bé y la fortaleza de Santo Domingo”. Boletín Ar-
bibliográficas que utilizó. demia de Ciencias de la República Dominicana, 1982, p. 12.
Dominican Republic, ed. Prieto Vicioso, Esteban, Comisión Dominicana Permanente para la cele- chivo General de la Nación, año XLVII, volumen
Fundación Ortega Álvarez, Inc., 2000) concluye di- ICOMOS Scientific Publications. Sri Lanka: Central bración del Quinto Centenario del Descubrimiento
7 Gonzalo Fernández de Oviedo, en los 15 prime- XXX, número 111. Santo Domingo, enero-abril 35 Anuario 1, Centro de Altos Estudios Humanís-
ciendo que las casas de muros de tejamanil son un Cultural Fund Publication, 1996. Este libro, que tie- y Evangelización de América, Universidad Católi-
ros libros de los 50 que componen su Historia Ge- 2005, pp. 13-24. ticos y del Idioma Español. Santo Domingo, Re-
aporte del negro esclavo, pero no aporta pruebas ne otros importantes trabajos sobre el patrimonio ca de Santo Domingo. Santo Domingo, 1989. 68
neral y Natural de Indias (Edición y estudio prelimi- pública Dominicana. P. 106.
contundentes que confirmen esa hipótesis. monumental dominicano, lamentablemente fue pp. 13 Ibídem, pp. 15-16.
nar de Juan Pérez de Tudela Bueso, ed., Bibliote- 36 Ibídem, p. 108-109
20 Graziano Gasparini, y Louise Margolies en su muy poco difundido en la República Dominicana.
ca de Autores Españoles. Madrid: 1959) trata bá- 8 CARDONA BONET, WALTER A.: Shipwrecks in 14 LAMB, URSULA: Frey Nicolás de Ovando. Edito-
sicamente de los aborígenes, de sus viviendas, de libro Arquitectura popular de Venezuela, Caracas: 34 Manuel Rueda, Ramón Francisco, Wifredo Gar- Puerto Rico´s History, Volume 1 (1562-1650), San ra de Santo Domingo, Sociedad Dominicana de 37 Ibídem, p. 128-129
la fauna y de la flora de la isla Española y de los Ernesto Armitano Editor, 1986, tratan ampliamen- cía y Ramón Oviedo, se unieron en 1987 para ha- Juan Puerto Rico, 1989, 371 pp. Bibliófilos, Inc. Santo Domingo, 1977.
primeros años de la conquista. te la vivienda indígena venezolana actual, donde 38 PÉREZ MONTÁS, EUGENIO: “En torno al Neocla-
cer el libro De tierra morena vengo. Imágenes del
pueden verse algunas similitudes con la arquitec- List of vessels that made up the 1502 Fleet bound 15 VEGA, BERNARDO: Los cacicazgos de La His- sicismo renovado y reinterpretado”. CODIA, Re-
hombre dominicano y su cultura, patrocinado por la
8 CURET, LUIS ANTONIO, “House structure and cul- tura vernácula dominicana. to the Indies with Ovando: paniola. Ediciones Museo del Hombre Dominica- vista 76 Conmemorativa de la gestión 2003-2004.
Sociedad Industrial Dominicana.
tural change in the Caribbean: Three case studies Type of vessel Name Shipmaster
no, Santo Domingo, 1980. 2004, pp. 17-33.
from Puerto Rico,” Latin American Antiquity 1992. 21 Peguero. Pág. 67, Tomo I 35 El libro CARIMOS: Monumentos y Sitios del 130 ton Nao Santa María Rodrigo Gutiérrez 16 FRATI, CARLOS. El mapa más antiguo de la isla 39 PALM, ERWIN WALTER: Los Monumentos Arqui-
22 En el libro de Robert S. Gamble y José Augus- Gran Caribe, editado por Eugenio Pérez Montás, de la Antigua
9 JARDINES MACÍAS, JUAN Y CALVERA ROSES, JOR- de Santo Domingo (1516) y Pedro Mártir de An- tectónicos de La Española, Ciudad Trujillo, 1955.
to Puig Ortiz, Puerto Plata: La conservación de Esteban Prieto Vicioso y José Chez Checo (2a ed. 130 ton Nao Santa Clara Rodrigo Prieto
GE, “Estructuras de viviendas aborígenes en Los glería. Universidad de Bolonia, Italia, 1929.
una ciudad. Inventario. Ensayo histórico-Arquitec- Santo Domingo: Talleres de Intermedio, S.A., 130 ton Nao ------ Miguel de Ybarra 40 VALLE LLANO, ANTONIO: La Compañía de Jesús
Buchillones,” Anuario Revista Del Caribe 1999.
tónico, Santo Domingo: Editora Alfa y Omega, 2001), tiene además de la exposición “Vernacula. 17 ARRANZ, LUIS: Don Diego Colón, tomo I. Con- en Santo Domingo durante el Período Prehispáni-
150 ton Nao ------ Sebastián de Orviera
10 Ver PEGUERO, LUIS JOSEPH. Historia de la con- 1978, el Dr. Puig presenta interesantes datos so- La arquitectura tradicional del Gran Caribe”, las sejo Superior de Investigaciones Científicas, Insti- co, Impresora Dominicana, Ciudad Trujillo, 1950.
90 ton Caravel Santa María Andrés Martín
quista de la isla Española de Santo Domingo, Tra- bre las primeras construcciones de casas en la exposiciones “El Caribe fortificado” y “El Patrimo- tuto “Gonzalo Fernández de Oviedo”, Madrid,
de la Rábida de la Gorda
sumptada el año de 1762, Santo Domingo: Publi- nio Monumental del Gran Caribe”, así como una 1988, p. 108. 41 CARRERA MONTERO, FERNANDO: Las comple-
ciudad de Puerto Plata, pero no incluye los datos 90 ton Caravel Santa María Estévan de Quecho
caciones del Museo de las Casas Reales, 1975. serie de documentos anexos, relacionados con jas relaciones de España con La Española. Fun-
de las fuentes consultadas. de la Rábida (Guecho)
Págs. 37-43. las actividades de CARIMOS. 18 Ibídem. dación García Arévalo, Santo Domingo, Rep.
80 ton Caravel ------ Andrés García Cansino Dom. p. 469.
23 Ver SEIJO ALONSO, FRANCISCO G., La vivienda
11 Las columnas principales u horcones normal- 36 Ver PÉREZ MONTÁS, EUGENIO: República Domi- 70 ton Caravel ------ Pedro Valles 19 Ibídem, p. 109
popular rural alicantina, ed. Alicante, Ediciones
mente tienen en su parte superior una horqueta, nicana. Monumentos Históricos y Arqueológicos. 66 ton Caravel San Pedro Bartolomé Colón 42 PÉREZ MONTÁS, EUGENIO: “Casa de Don Juan
Seijo, Segunda ed., Monografías regionales, vol. I 20 Ibídem.
que sirve de soporte a los durmientes y al caba- Vol. 380 Monumentos Históricos y Arqueológicos y San Pablo de Villorria”, separata de Casas Reales No.2, San-
y II. Alicante: Editorial Villa, 1973; reprint, 1979.
llete, en el caso de los bohíos rectangulares. XVIII, ed. Instituto Panamericano de Geografía e 55 ton Caravel (a) La Rábida* Alfonso Gutiérrez 21 Ibídem, p. 305 to Domingo, 1977.
24 Pedro Llano Cabado en su libro Arquitectura Historia, Comisión de Historia. México, D. F.: Ta- 52 ton Caravel (a) El Antigua Hernán Pérez Mateos
12 Ver LAS CASAS, BARTOLOMÉ DE. Apologética 22 Ibídem, p. 242 43 PÉREZ MONTÁS, EUGENIO: Casas Coloniales,
popular en Galicia, ed. Colexio Oficial de Arquitec- lleres Loera Chávez Hnos. Cía. Editorial, 1984.
de la Historia de las Indias. Madrid: Nueva Biblio-
55 ton Caravel ------ Juan Martín de Asenjo General Graphics, S. A. , Barcelona, España,
tos de Galicia, 2 vols., vol. 1 (Vigo: Artes gráficas
43 ton Caravel (a) La Bachillera Estévan Enríquez 1980.

NOTAS |438 NOTAS |439


44 RUBIO, FRAY VICENTE: “Francisco de Garay fue “Esteban Justiniano ocupó en 1523 la casa que 5 RODRÍGUEZ DEMORIZI, EMILIO: Viajeros de Fran- 9 WALTON, WILLIAM: Estado actual de las colonias - Mariano Turull, para 1909 aparece registrado 31 PHIPPS, MIGUEL: Coloquios 2004, Dirección
dueño de un grupo de 5 casas frente a la Plaza perteneció y vivió Melchor Centurione”, El Caribe, cia en Santo Domingo. Sociedad Dominicana de españolas. Reeditado en castellano por la Socie- trabajando en la reconstrucción del palacio de los General de la Feria del Libro, Santo Domingo,
del Contador”, El Caribe, 23 de marzo de 1985, 8 de marzo de 1986, Pág. 8. Bibliófilos, Vol. XIV. Editora del Caribe, C. por A., dad Dominicana de Bibliófilos, Santo Domingo, Capitanes Generales. Diseñó el muelle de Monte- Rep. Dom. 2005, p. 42.
Pág. 8. Santo Domingo, R. D., 1979, 237 pp. 1976. cristi y se distinguió como contratista de obras de
“En vivienda que colinda con Casas Reales residió cemento, carreteras y puentes. 32 PÉREZ MONTÁS, EUGENIO: “Bello ejemplo de
“Francisco de Garay tuvo siete casas en calle de la Alonso de Zorita, oidor y escritor”, El Caribe, 21 6 Ibídem, pp. 28-29. 10 Hoetink: Op. cit. p., 26. - Nicolás Cortina, autor de importantes edificacio- arquitectura victoriana en la Casa de Té de San
Herrería”, El Caribe, 30 de marzo de 1985, Pág. 8. de febrero de 1987, Pág. 8. nes en San Pedro de Macorís, entre las cuales se Pedro de Macorís”, El Caribe, 10 de enero de
7 “...el Tratado Fronterizo, firmado entre la Repú- 11 Ibídem, p. 29. 1981. pag. 13
“Documentos prueban que Gil González Dávila “Casas Colombinas en Santo Domingo”, El Cari- blica Dominicana y la República de Haití el día 21 destacan el Centro Español, en 1913; su residen-
era dueño de la Casa del Cordón en el 1523”, El be, 21 de marzo de 1987, Pág. 8. de enero de 1929...Hasta la concertación y firma 12 Ibídem, p. 30. cia, y en 1917 la Casa Armenteros, hoy el Centro 33 ALFAU DURÁN, VETILIO: “La Romana: evolución
Caribe 6 de abril de 1985, Pág.8. de este documento, existía como línea divisoria la Cultural Fermoselle. histórica”, Boletín Archivo General de la Nación,
“Casa del Cordón fue espléndida morada para 13 “Cuatro de ellas eran ‘centrales’, que recibían - Ramón Urgell, autor en 1911 de la fachada de
establecida por medio del Tratado de Límites o la caña exclusivamente de los colonos contrata- año LXVIII, volumen XXX, número 111, Santo Do-
“Escudos de fachada de la Casa del Cordón per- biznieta del Descubridor de América”, El Caribe, Tratado de Aranjuez, concertado entre España y edificios en la Av. España y frente al Parque Colón mingo, D. N., enero-abril 2005, p. 55.
tenecen a miembros de la familia Dávila”, El Cari- 11 de abril de 1987, Pág. 8. dos, a saber ´San Luis’ en Pajarito, fundado en para el Banco Nacional.
Francia en el año 1776 y posteriormente ratifica- 1881 por los hermanos Cambiaso; la central ‘San
be, 13 de abril de 1985, Pág. 8. do, el día 3 de junio de 1777...Este instrumento - Fidel Sevillano nació en Puerto Rico en 1894, es- 34 Ibídem, p. 63.
45 ANGULO IÑIGUEZ, DIEGO: El gótico y el renaci- Isidro’ en Pajarito, propiedad de Hatton y Hernán- tudió arquitectura entre 1912 y 1918 en la Escue-
“Son las armas de los Dávila los Seis roeles que miento en las Antillas, Sevilla, 1948. sufrió deformaciones de significación en el año dez, fundada también en 1881; la central “La Du- 35 Ibídem, p. 66.
1809 cuando Henry Cristophe, constituido en go- la Americana por Correspondencia de Chicago.
portan los escudos Casa del Cordón”, El Caribe, quesa” fundada en 1882, de A. Bass y F. von Kro- Autor de numerosos (edificios públicos) proyectos
20 de abril de abril de 1985, Pág. 8. bernante haitiano de la parte norte, ocupó las po- sigh en La Isabela (común de San Carlos), y la 36 PÉREZ MONTÁS, EUGENIO: “Desde Pedro de la
blaciones españolas de San Miguel de la Atalaya que no fueron construidos. Se le atribuye la remo- Rosa hasta los primeros arquitectos de la Repú-

3
central de ‘Ocoa’ de I. Heredia y Cía., en Palmar delación, en 1929, del edificio sede actual del Ar-
“Raigambre histórica de la Casa del Cordón”, El LOS PARADIGMAS y San Rafael de la Angostura y, posteriormente en de Ocoa (común de Baní), fundada en 1882. Tres blica”, El Caribe, 9 de agosto de 1980. pag. 16
Caribe, 4 de mayo de 1985, Pág. 8. el período de ocupación (1822-1844) cuando Hin- zobispado. Así como una réplica del Alcázar de
DE LA NACIONALIDAD: ingenios eran mixtos: el ingenio ‘Constancia’, en Colón en Sevilla para la Feria de 1929. Allí se ins- 37 PÉREZ MONTÁS, EUGENIO: “Puesta en valor de
che y Las Caobas fueron tomadas y ocupadas Pajarito, fundado en 1878; en San Pedro de Ma-
“La Casa del Cordón fue escenario de idilios y ARQUITECTURA Y DESARROLLO bajo la administración del presidente haitiano taló en 1957 siendo una residencia de estudiantes. la ciudad de Baní: Arquitectos estudian tipologías
centro de tertulias”, El Caribe, 11 de mayo de corís, fundado en 1879; y el ingenio ‘La Fe’, en - José Turull llegó a Santo Domingo en diciembre y señalan características históricas”. El Caribe 9
ECONÓMICO REPUBLICANOS Jean Pierre Boyer. La misma suerte corrió la por- San Carlos. El ingenio ‘Esperanza’, fundado en
1985, Pág. 8. ción del lago de El Fondo que pertenecía a la par- de 1895 e instaló la primera fábrica de mosaicos de agosto de 1980, Suplemento Sabatino, Santo
Eugenio Pérez Montás San Carlos en 1875, era ya de gran extensión: del país. Intervino la Catedral Metropolitana como Domingo, Rep. Dom. p. 16.
“Dos estirpes Dávila se unen en matrimonio. Es- te oriental,...”. 5,000 tareas y equipado con una “máquina hori-
1 “Organizó Toussaint el nuevo gobierno de la Boletín del Archivo General de la Nación, año LX- maestro de obras después del temblor de tierra
posos residieron en la Casa del Cordón”, El Cari- zontal de 16 Pulgs. diámetro, 2 trenes jamaiqui- de 6 de septiembre de 1911. 38 MATOS GONZÁLEZ, RAMIRO: Azua Documental
porción oriental, dividiendo el territorio en dos De- VIII, volumen XXXI, número 114. Santo Domingo,
be, 18 de mayo de 1985, Pág.8. nos, 6 centrífugas de Laffertey”. De estos treinta Ibídem. (y apuntes históricos). Editora Alfa y Omega, San-
partamentos; uno en el Sur denominado Ozama, enero-abril 2006, pp. 37-38. ingenios sólo tres se hallaban en el norte: 2 en el to Domingo, República Dominicana, 1995, 272
“La Casa del Cordón sirvió de residencia a des- con su Capital en la Ciudad de Santo Domingo y distrito de Samaná y 1 en el distrito de Puerto Pla- 16 Mapas y Planos de Santo Domingo. Estudio pp.
cendientes de don Cristóbal Colón”, El Caribe, 25 otro en el Norte denominado Cibao con su asien- 8 “Punto capital en esa controversia fue el control
de las nuevas poblaciones formadas por inmi- ta; estos tres fueron de los primeros en fundarse Preliminar y Adiciones del Lic. Pedro Santiago,
de mayo de 1985, Pág. 8 to principal en la Ciudad de Santiago de los Ca- (en 1877 y 1878) y eran de pequeñas dimensio- Editora Taller, Santo Domingo, Rep. Dom. p. 281. 39 Ibídem, pp. 265-266.
balleros. El Departamento del Ozama estaba divi- grantes recién llegados o por antiguos vecinos de
“En Casa del Cordón hay algo de la sangre y del esa zona. En apenas una década surgieron San nes. Todas las otras plantaciones se encontraban 40 TAVARES, GUSTAVO ADOLFO: Eran Otros los
dido en los distritos siguientes: Santo Domingo en el sur, 1 en Azua, 3 en Baní y 2 en San Cristó- 17 PÉREZ MONTÁS, EUGENIO: “La Plaza Mayor de
espíritu de Santo Domingo de Guzmán”, El Cari- como cabecera del Departamento, Azua y Seibo, Rafael de la Angostura, Las Caobas y San Miguel Santiago: Alma de una República menor”. El Ca- Tiempos y Otros Los Hombres. Impresora Nuevo
be, 1ro. de junio de 1985, Pág. 8. de la Atalaya, los tres como Hincha situados en la bal, 6 en San Carlos, 5 en Pajarito, 2 en Sabana Diario, Santo Domingo, Rep. Dom, 1991. p. 214.
y las parroquias de Monte Plata, Bayaguana, San Grande y el resto al este de la Capital, entre ellos ribe, Santo Domingo, 15 de mayo de 1982.
Cristóbal, Higüey, Baní, San Juan, Neiba y Bánica. actual Haití, a una distancia considerable de la ac-
“Varias casas vecinas al Convento Dominico se tual línea fronteriza. La primera erigida en 1761, 2 en San Pedro de Macorís”. Ibídem, pp. 22-23. 18 CAMPILLO PÉREZ, JULIO GENARO: Santiago de 41 Nos parece importante comentar una de estas
Y el Departamento del Cibao en los distritos de:
construyeron en primera mitad del siglo XVI”, El fue iniciativa del capitán general Azlor, para la que los Caballeros: Imperecedero Legado Hispano Co- crónicas. Se trata de un documento de enero de
Santiago , cabecera del Departamento y Puerto 14 DELGADO BOGAERT, RAMÓN A: Musié Bogaert,
Caribe, 10 de agosto de 1985, Pág. 8. fueron conducidas familias desde Canarias. No al- lombino. Universidad Católica Madre y Maestra. 1549, en que se le informa a la Corona sobre el
Plata y las parroquias de Moca, San José de las Editorial Padilla, Santo Domingo, Rep. Dom. muelle de cantería construido junto a la puerta
“Casas principales de Santo Domingo tenían azo- Matas, Samaná, La Vega, Monte Cristo y Macorí- canzó rango de municipio, pero sí de parroquia, 1998, p.57
dependiendo judicialmente de esa Justicia Mayor 19 Delgado: Op. cit., p. 51. principal (se refiere a la Puerta del Mar o de San
teas, pero no torres de corte bélico”, El Caribe, 21 s…a su regreso a la parte occidental Toussaint, 15 PENSON, ENRIQUE: Arquitectura Dominicana Diego) fabricada con sus troneras y saeteras. En-
de septiembre de 1985, Pág. 8. que había convocado desde el 5 de febrero de que se estableció en ella. Creció de forma consi- 1906-1950, Tomo I, Laboratorio de Ingeniería, 20 VEGA, BERNARDO: Los Primeros Turistas en San-
derable en la segunda mitad del siglo XVIII, sien- cima de la puerta suntuosa, dice el documento,
este mismo año una Asamblea Constituyente que Santo Domingo, 2005. Alguinos datos biográficos to Domingo. Fundación Cultural Dominicana, Santo se colocaron las armas Reales de Vuestra Alteza:
“La Casa de Contratación era el edificio que hoy se reunió en Puerto Republicano (Puerto Príncipe) do la mayoría de sus habitantes pequeños hacen- son: Domingo, República Dominica, 1991. p. 111.
conocemos como las Casas Reales”, El Caribe, dados. Entre ellos se significó el tinerfeño Antonio “En este río se ha hecho un muelle de cantería,
hizo dictar una Constitución, en fecha 19 de ma- - Andrés Gómez Pintado, actuando para 1890, largo 250. pasos, ancho 80. ,adonde llegan las
29 de septiembre de 1985, Pág. 8. yo …La misma Asamblea Central, dictó en fecha Febles, con estrechas conexiones con la élite mi- estableció un estudio de ciencias exactas con Al- 21 Ibídem.
litar y que se especializó en el tráfico fronterizo, lle- naos mayores que acá vienen junto a tierra a po-
13 de julio del mismo año una “Ley sobre partición fredo Scaroina Mortuorio y construyó en 1911 la
“Alonso de Grajeda edificó su casas en la calle gando incluso a contar con un barco para el fo- 22 Ibídem, p. 112. ner el bordo en el petril del muelle, i asi cargar i
territorial” que dividió la isla en los seis Departa- sorprendente y hermosa casa Peynado en Santo
Mercedes”, El Caribe, 8 de febrero de 1986, Pág. mento de tales actividades. La última fundación descargar con gran descanso i seguridad, que
mentos siguientes: 1º El del Norte; 2º El del Cibao; Domingo, cuyos trabajos de herrería fueron ejecu- 23 PUIG ORTIZ, JOSÉ AUGUSTO, GAMBLE, ROBERT
10. fue San Miguel de la Atalaya, erigida en el mismo segund dicen los Maestres es la mayor cosa i me-
3º El del Sur; 4º El del Ozama; 5º El del Oeste, y tados por la misma persona que elaboró la balco- S.: Puerto Plata (...), Editora Alfa y Omega, Santo jor que en ningund puerto hayan visto. Junto al di-
“Diego Caballero el Mozo vivía en una casa en es- el 6º El Louverture; estos departamentos se divi- año de Las Caobas. Nació en una hacienda fron- nería de la casa diseñada por Osvaldo Báez. Domingo, 1978.
teriza de José Guzmán en el territorio más occi- cho muelle a la salida de la ciudad se ha hecho el
quina Isabel La Católica con Luperón”, El Caribe, dían a su vez en parroquias”. - Arístides García Mella, nació en 1972, diseñó muro de la cerca i puerta principal de cantería mui
25 de enero de 1986, Pág. 8. TOLENTINO ROJAS, VICENTE: Historia de la División dental de la colonia española. Instaló en ella 40 fa- para 1914 el paseo Presidente Billini, que fue 24 GONZÁLEZ HERNÁNDEZ: Op. Cit.
milias para las que proporcionó casas, tierras y un buena con sus troneras i saeteras; i porque pares-
Territorial 1492-1943, Sociedad Dominicana de construido por José Turull. 25 Ibídem, p. 43. cio suntuoso i por ende han de entrar todo... se
“En la casa de Miguel de Pasamonte se urdió la Biblíofllos, Edtora Taller, Santo Domingo, R. D., ejido. Pero, como las anteriores, no alcanzó nin- - Juan de la Cruz Alfonseca, ingeniero y agrimen-
política indiana desde el 1508 al 1525”, El Caribe, guna jurisdicción civil. El hacendado se tuvo que pusieron encima de la dicha puerta las armas
1993. sor nació en 1876, autor de numerosas viviendas 26 ORTEGA ÁLVAREZ, ELPIDIO JOSÉ. Ensayo Histó- Reales de Vuestra Alteza con un letrero... Prosi-
15 de febrero de 1986, Pág. 8. contentar con la concesión del título de barón de importantes. rico y Arquitectónico de la ciudad de Montecristi.
2 HOETINK, H: El Pueblo Dominicano, 1850-1900: la Atalaya en 1778. Desarrolló el cultivo del café y guese en la obra de la cerca de la ciudad. Pienso
“Don Lope de Bardecí compró en el año 1521 - Zoilo García Peña, ingeniero aeronáutico nació Museo de l Hombre Dominicano. Fundación Orte- se acabe dentro 5. años pues ha 5. que empezó
Apuntes para su sociología histórica. Segunda consolidó su prestigio nobiliario con un oratorio y en La Vega en 1881: Teatro la Progresista, 1920; ga y Álvarez, Inc. Vol. V, Editora Taller, Santo Do-
una casa en la esquina de las Cuatro Calles”, El edición. Universidad Católica Madre y Maestra, una parroquia, de la que era patrono, y cuantiosas i esta a la mitad. Es la única ciudad defendida de
Caribe, 22 de febrero de 1986, Pág. 8. Casa Hena, 1915. Fue Director General de Obras mingo, Rep. Dom., 1987. Indias. Hai aquí 600. marcos de perlas venidas del
Santiago, República Dominicana, 1872. 351 pp. sumas en capellanías. Fue el mayor exportador Públicas.
de reses de la frontera, llegando a trasladar legal- 27 Ibídem, p. 140 Cabo de Vela”. Al Emperador en el Consejo.- Die-
“Casas principales de Santo Domingo tenían azo- 3 HAZARD, SAMUEL: Santo Domingo su pasado y - Benigno Trueba, puertorriqueño, ingeniero in- go Caballero, Santo Domingo 18 de enero de
teas, pero no torres de corte bélico”, El Caribe, 21 mente en su año culminante de 1779, 930”. HER- dustrial en Barcelona, nació en 1887. Figura des-
su presente, Editora de Santo Domingo, S. A., 28 Ibídem, p. 136 1549. Santo Domingo en los Manuscritos de Juan
de septiembre de 1985, Pág. 8. NÁNDEZ GONZÁLEZ, MANUEL VICENTE: La Coloni- tacadísima por sus obras en la calle El Conde.
Santo Domingo, 1974. Bautista Muñoz. Trascripción y Glosas, Roberto
zación de la Frontera Dominicana 1680-1795, Ar- - Juan Bautista Toro, nació en 1892, en San Ger- 29 Ibídem, p...
“La Casa de Contratación era el edificio que hoy chivo General de la Nación, volumen XXV, Acade- Martes. Fundación García Arévalo, Santo Domin-
4 RODRÍGUEZ DEMORIZI, EMILIO: La Era de Francia mán, Puerto Rico, diseñó la sala cinematográfica go, Rep. Dom., p. 423.
conocemos como las Casas Reales”, El Caribe, en Santo Domingo. Contribución a su estudio. mia Dominicana de la Historia volumen LXXI, San- y teatro Capitolio; la casa René Lepervanche y el 30 “La iglesia mayor de San Pedro de Macorís
29 de septiembre de 1985, Pág. 8. Academia Dominicana de la Historia, Vol. II, Edito- to Domingo, 2006, pp. 276-277. Club 2 de Julio, de San Pedro de Macorís. surge como símbolo urbanístico de la ciudad”. 42 MOSCOSO PUELLO, FRANCISCO E: Navarijo. So-
rial del Caribe, Ciudad Trujillo, 1955. pp. 51, Arq. Eugenio Pérez Montás. El Caribe 10 de ene- ciedad Dominicana de Bibliófilos, Inc. Santo Do-
“La casa del Círculo de Coleccionistas fue cons- ro de 1981, Suplemento Sabatino, Santo Domin-
143,197. mingo, R. D., 2001, 392 pp.
truida entre los años 1519”, El Caribe, 1ro. de go, Rep. Dom. p. 13.
marzo de 1986, Pág. 8.

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43 PALM, ERWIN WALTER: “La puerta de San Die- 5 El libro más importante, publicado con gran es- 15 En AMARAL, NANCY (op cit), Susana Torre des- nismo Trujillista y el Control del Territorio. Trabajo ñanza de la arquitectura en la República Domini- 43 Pérez Montás tiene un recuento detallado de
go”, Boletín del Archivo General de la Nación, Vol. mero, lo ha hecho PÉREZ BROWN, MARCELLE: cribe este proceso detalladamente. Ver pp. 49-50 inédito presentado en las cátedras de Historia de cana: un testimonio” en Arquivox, Año 1 No. 2, los planes e iniciativas destinados a la planifica-
V, No. 23, pp. 282-287. Gazcue, Jardín Urbano. Pérez Brown ha sido una de su capítulo “En busca de una identidad regio- la Arquitectura Dominicana de la UNPHU, 1984. Santo Domingo, septiembre / noviembre 1984. ción de la ciudad. Ver La ciudad del Ozama (op
de las activistas más militantes en pro de la con- nal: evolución de los estilos misionero y neocolo- pp. 3-7 / 13-14. cit) pp. 272-291.
44 PÉREZ MONTÁS, EUGENIO: Biografía de un Mo- servación y desarrollo de este sector capitalino nial hispano en California entre 1880 y 1930”. 24 Ver MORÉ, GUSTAVO LUIS: “La arquitectura ofi-
numento. Voluntariado de las Casas Reales. Gene- tradicional. En los años 80 Risoris Silvestre, a la cial de Ciudad Trujillo”, 1 y 2. El Nuevo Diario, Ho- 33 Ver sobre este autor “Diálogo: William J. Reid 44 TEJADA, KAMEL / VERAS, ROSELIA / VÁSQUEZ,
ral Grafic, S. A. Barcelona, España, 1979. 127 pp. sazón directora del Centro de Inventarios de Bie- 16 Carta de la señora Altagracia de Thomén diri- jas No. 62 y 63 del Grupo Nueva Arquitectura, Cabral, Ing. Arq.”, en Arquivox, Año 1 No. 1, San- JUAN TOMÁS (op cit).
nes Culturales, inició un recuento científico de la gida al Arq. Gustavo Moré, publicada íntegramen- Santo Domingo, 12 y 19 de Julio de 1983. Los ar- to Domingo, junio/agosto 1984.
45 Siendo Puerto Rico colonia española, nació en te en la revista Arquitexto #9, 1988. quitectos Alejandro Martínez y Gricelys Rosario 45 HERNÁNDEZ, RAFAEL TOMÁS: “Notas para el V
la vecina isla este notable profesional. Sus padres arquitectura del sector, cuyos resultados reposan 34 “Manuel José –Nani– Reyes Valdez: el hombre, Centenario de la Fundación de Santo Domingo”.
en el catálogo de la referida institución, hoy ads- produjeron en su tesis de grado en UNIBE una in-
fueron Benigno Trueba Gutiérrez y doña Antonia 17 Ver la edición especial publicada enteramente vestigación extraordinaria que ha sacado a la luz la obra, la huella”. G. L. Moré / Investigación de Jo- Archivos de Arquitectura Antillana. Año 3 No.8,
Suares. Vino al mundo el primero de diciembre de crita a la Secretaría de Cultura. sobre este arquitecto fundamental de la moderni- sé Manuel Reyes Malla. En Archivos de Arquitectu- septiembre 1998. pp. 72-73. Santo Domingo.
importantes datos sobre el proyecto original de la
1887 y falleció en Nueva York el 4 de agosto de 6 Ver VIVONI FARAGE, ENRIQUE: Pedro Adolfo de dad dominicana: Arquivox, Año 1 Nos. 3-4, San- USD. Ver Renovación Urbana Recinto UASD San- ra Antillana No. 8. Santo Domingo.
1967. Fue enterrado en Santo Domingo. Estudió to Domingo, diciembre 1984 / mayo 1985. Sobre 46 VERCELLONI, VIRGILIO: Atlas Histórico de la Ciu-
Castro y Besosa, alarife de sueños. San Juan. to Domingo. UNIBE, 2005. 35 En la p. 33 de los Archivos de Arquitectura Antilla- dad de Santo Domingo Cosmopoli srlper Metro-
en Barcelona, donde se graduó de ingeniero in- UPR/AACUPR, 1999. González la historiografía dominicana tiene pen-
dustrial en la universidad de aquella ciudad, pro- diente un trabajo formal capaz de evidenciar su 25 El itinerario de DUNOYER DE SEGONZAC en Ciu- na, Año 2 No.3, enero 1997, se reproduce “La Char- politana Milanese Strutture ed Infastrutture del Te-
moción de 1909. Contrajo nupcias con la señora 7 El recuendo admirable de AMARAL, NANCY: Ar- aporte a la cultura arquitectónica latinoamericana. dad Trujillo lo detalla su libro Basílica Nuestra Se- la del Arq. Gay Vega, leída por Antonio Ocaña”. Ver rritorio, SpA. Milano, 1991.
Asunción Colomina Castelli y regresó a Puerto Ri- quitectura neocolonial en América Latina. San Los dibujos del Arq. González fueron donados por ñora de la Altagracia. Santo Domingo, 2000. Ban- también el recuento de la obra de Vega publicada, a
raíz de su fallecimiento, en Arquitexto, No.27, pp. 45- 47 RANCIER, OMAR: “La conformación del espacio
co en 1911, a ocupar el cargo de ingeniero muni- Paulo: 1994, reúne investigaciones de varios au- su familia al Grupo Nueva Arquitectura a raíz de co Popular Dominicano. público en asentamientos populares y vernáculos”.
cipal en Ponce. PÉREZ MONTÁS, EUGENIO: Impor- tores latinoamericanos sobre sus respectivos te- los estudios iniciados en los 80 por rescatar su 53. Los trabajos están firmados por Carmen Ortega
26 PÉREZ MONTÁS, EUGENIO: “Tomás Auñón”. El y Omar Rancier. El texto completo de su conferencia Archivos de Arquitectura Antillana. Año 3 No.8,
tantes Obras de Arquitectura diseñadas por Be- rritorios. Roberto Segre se encarga de la Repúbli- trayectoria. Con un texto de Omar Rancier algu- septiembre 1998. pp. 76-78. Santo Domingo.
nigno Trueba, El Caribe, octubre 1981. ca Dominicana dentro de su capítulo “Preludio a nos fueron publicados en Archivos de Arquitectu- Caribe, 10 de abril de 1982. Santo Domingo. Esta fue publicado en Archivos de Arquitectura Antillana,
la modernidad: convergencias y divergencias en ra Antillana No. 12. Santo Domingo, 2001. pp. expresión es del propio Auñón, quien años más Año 2 No.3, enero 1997, pp.32-33 Santo Domingo. 48 GAUTIER, MANUEL SALVADOR: Tiempo para Hé-
46 MARVEL, THOMAS S: Antonín Nechodoma, Ar- el contexto caribeño (1900-1950)”. 225-229. tarde se entrevista en Ciudad de México con Pé- roes. Tetralogía, volumen 1: El atrevimiento. 1993.
chitect 1877-1928: The Prairie School in the Ca- rez Montás. El investigador mejicano Dino del Cue- 36 Los mejores recuentos oficiales de los eventos
importantes del período, capaces de mostrar la p. 91. Santo Domingo: Editora Taller.
ribbean, University Press of Florida, Gainsville, Fl. 8 Ver la reseña de Silvia Vega en los Archivos de 18 De una de las notas virtuales regulares publica- to le ha seguido el rastro a Auñón y a Coll, y ha es-
1994, 223 pp. Arquitectura Antillana, No. 20, enero del 2005 y el das en el internet por Nerva Fondeur, quien las ha crito un trabajo incluído en el extraordinario libro obra pública realizada para acompañar estas cele-

5
estupendo libro de GUTIÉRREZ, SAMUEL: Arquitec- titulado “Apuntes para la Historia de la Arquitectu- Arquitecturas desplazadas. Arquitecturas del exilio braciones son, sin dudas, el Album del Centenario
47 PÉREZ MONTÁS, EUGENIO: “Nechodoma: mis- tura de la época del Canal 1880-1914. Panamá, ra y el Urbanismo de la República Dominicana”. español. Madrid: Ministerio de la Vivienda, 2007. de la República. Ciudad Trujillo, 1944. Impresora
terioso arquitecto bucanero del Caribe Hispáni- 1984. del Estado y los dos tomos del Album de Oro de
co”, El Caribe, 26 de junio de 1982, Suplemento 19 El Hotel Jaragua fue muy publicado en su 27 Ortiz y Auñón esperan por una publicación la Feria de la Paz y la Confraternidad del Mundo Li- LOS TIEMPOS DE LA LIBERTAD
Sabatino, Santo Domingo. p. 12. 9 PÉREZ MONTÁS, EUGENIO: La Ciudad del Oza- tiempo. Uno de los artículos más advertidos fue el comprensiva sobre su obra. Dos avances pueden bre. Ciudad Trujillo. Tomo I, 1956 y Tomo II, 1957. Gustavo Luis Moré
ma. Ver pag. 422. de The Architectural Forum, “Dictador Trujillo ser encontrados en el artículo de Mauricia Domín-
48 PÉREZ MONTÁS, EUGENIO: “La Casa del Cole- construye un hotel de lujo en la reconstruida capi- guez “Imágenes del Tiempo”, publicado en los Ar- 37 Este documento ha aparecido recientemente. 1 PÉREZ MONTÁS, EUGENIO: La Ciudad del Oza-
gio Cervantes: Exótica residencia con más de 50 10 Obras de Trujillo. Ciudad Trujillo: Archivo Gene- tal caribeña que hoy ostenta su nombre”, traduci- chivos de Arquitectura Antillana, Año 2 No.3, ene- Las ideas básicas sugieren la posibilidad de llevar ma, 500 años de Historia Urbana. Santo Domin-
años”, El Caribe, 4 de diciembre de 1980, Suple- ral de la Nación, 1955. Este volumen reproduce do en Arquivox, Año 1 Nos. 3-4, Santo Domingo, ro1997, pp.37-41, y en DELMONTE, JOSÉ ENRIQUE a cabo el distrito cívico sobre el eje de la actual go, 1998. Patronato de la Ciudad Colonial de
mento Sabatino, Santo Domingo, Rep. Dom. todos los titulares de prensa del régimen, vincula- diciembre 1984 / mayo 1985. p.6. Entre los artí- / DOMÍNGUEZ, MAURICIA, “Tomás Auñón. Audacia avenida Máximo Gómez. Esta tensión norte sur Santo Domingo y Centro de Altos Estudios Hu-
p. 16. dos a obras públicas de 1930 a 1955. Es funda- culos y notas de prensa memorables sobre la po- y personalidad en la modernidad caribeña”. Arqui- puede haber sido manejada posteriormente por manísticos y del Idioma Español. Universidad Ca-
mental para la documentación cronológica de las lémica destrucción de esta estructura están el de texto No. 28, pp. 47-48. González, al igualmente establecer en este senti- tólica Santo Domingo.
obras. RANCIER, OMAR: “La Catedral y el Jaragua” en El do el eje real del proyecto construido en 1955.
28 El Monumento a la Restauración, como es co- 2 El texto del discursos de Balaguer en las Nacio-
MODERNIDAD Y CONTRADICCIÓN Nacional, 2 de febrero de 1986, pp. 9-10; el de

4
11 Incluido en la selección de ÁLVAREZ, SOLEDAD. nocido hoy, ha sido recientemente restaurado, y 38 PÉREZ MONTÁS, EUGENIO: “Guillermo González nes Unidas se extrae del documental “Joaquín
La Ciudad en Nosotros (la ciudad en la poesía do- ALFONSO, CLARA LEYLA: “Comité de ciudadanos y el Movimiento Moderno en Santo Domingo” Ar-
EN LA ARQUITECTURA DE por el Jaragua solicita al Poder Ejecutivo y Cáma- dotado de un paisajismo alegórico a los 30 Caba- Balaguer, el constructor de la democracia domini-
minicana). Antología. p.63. Santo Domingo, Se- lleros, apropiándose de ideas originadas para el quivox, Año 1 Nos. 3-4, Santo Domingo, diciem- cana”, realizado en 2006 por Manuel Núñez y
LA “ERA DE TRUJILLO” cretaría de Estado de Cultura. ras detener destrucción de edificio”, en Hoy, 14 bre 1984 / mayo 1985. p 8-10.
proyecto del Parque Central de Santiago, (2002) en Aquiles Julián para el PRSC y la Fundación “Joa-
Gustavo Luis Moré de febrero de 1985, y el de MORÉ, GUSTAVO LUIS:
actual ejecución. Por otro lado, la única publicación quín Balaguer”. Sobre este período se han escrito
12 Sobre estos temas ver textos de: MORÉ, GUS- “Sobre arquitectura y nuestros bienes patrimonia- 39 Sobre Bernard Vázquez ver artículos publica-
1 Ver el excelente recuento de César Iván Feris “Ar- en torno a la arquitectura pública de estos años fue obras verdaderamente apasionantes. Esta cita se
TAVO LUIS: “Notas sobre forma e identidad en la les (Las ballenas mueren cerca de la orilla coinci- dos en Archivos de Arquitectura Antillana #10,
quitectura Republicana”: Revista CODIA No. 56. editada por Gazón y, según se cuenta, fue confis- extrae de LANTIGUA, JOSÉ RAFAEL: La conjura del
arquitectura de la Era de Trujillo”, en Arquivox, dencialmente)”, en Hoy, 15 de febrero de 1985. julio 2000, p.p. 43-47. La vida de Mario Penzo ha
Santo Domingo, 1978. cada en la imprenta al ser rechazada por Trujillo. tiempo, memorias del hombre dominicano. Santo
Año 1 No.1, Santo Domingo, junio/agosto 1984, La documentación en pro de la defensa del in- sido brillantemente relatada por su hijo en el libro
Ver GAZÓN BONA, HENRY: La arquitectura domini- Domingo, 1994. p. 286.
y “Un breve discurso sobre la arquitectura en la mueble es extensísima. “Mario Penzo Fondeur. Una vida al servicio de la
2 La obra que mejor recoge a este grupo de au- cana de la Era de Trujillo. Volumen 1, 1949. 84 pp.
historia dominicana (1492-1965)” en Calventi, Ra- ingeniería”. Mario Augusto Penzo Pichardo, Santo 3 Gautier relata el comentario de Plácido Piña que
tores es el extraordinario volumen de PÉREZ MON- 20 Un resumen de la obra de estos vitales auto- Ciudad Trujillo: Impresora Dominicana. La cita es
fael: Arquitectura contemporánea en República Domingo, 2005. denominará en lo sucesivo a este exitoso grupo de
TÁS, EUGENIO: La Ciudad del Ozama, 500 años de res de la modernidad puertorriqueña puede en- de la introducción, escrita por B. Gimbernard.
Dominicana. Santo Domingo: Banco Nacional de jóvenes profesionales en GAUTIER, MANUEL SALVA-
Historia Urbana, Santo Domingo. Patronato de la contrarse en VIVONI FARAGE, ENRIQUE: “Toro, Fe- 40 DUNOYER DE SEGONZAC, ANDRÉ J. (op cit). La
la Vivienda, 1986. Ver pág. 42. 29 GAZÓN, op.cit. ver p.79-80, “Estilo y orienta- DOR: “La enseñanza de la arquitectura en la Repú-
Ciudad Colonial de Santo Domingo y Centro de rrer y Torregrosa 1945-1955”, Archivos de Arqui- cita aparece en la p. 133. Este libro es probable-
Altos Estudios Humanísticos y del Idioma Espa- ciones”. blica Dominicana”, Arquivox Año 1 #2. pp. 3-7/ 13-
13 Una temprana obra sobre este tema es la tectura Antillana, Año 2 No.5, septiembre 1997, mente la memoria de obra más meticulosa reali-
ñol. Universidad Católica Santo Domingo,1998. 14. Santo Domingo, Grupo Nueva Arquitectura.
NEWCOMB, REXFORD: Mediterranean domestic ar- pp. 36-45. Santo Domingo. 30 CARO, JOSÉ ANTONIO: Urbanismo. El mimeo de zada sobre algún edificio dominicano.
chitecture in the United States. J.H. Hansen. 68 páginas fue publicado por la Facultad de Cien- 4 Ver entrevista a Rafael Calventi publicada tam-
3 Nechodoma ha sido reseñado frecuentemente. 21 La arquitectura de Bermúdez ha sido poco do- 41 Sobre el trabajo dominicano de Vela, ver MI-
Ohio, 1928. Ver también Curl, Donald W.: Mizner’s cias Exactas de la USD en 1942. bién en Arquivox Año 1 #2. pp. 8-12. Santo Do-
Uno de sus primeros estudios fue publicado por el cumentada. De hecho su estado actual corre gra- LLER, JEANNETTE: La obra dominicana de Vela Za-
Florida. MIT, 1985, para entender la influencia más mingo, Grupo Nueva Arquitectura.
AACUPR en 1989. ve peligro. Uno de los escasos recuentos es el de netti, 1939-1981. Santo Domingo, Galería de Ar-
directa de este vocabulario con el manejado por 31 PALM, ERWIN WALTER: Los Monumentos Colo-
los autores dominicanos. GUTIÉRREZ, SAMUEL: Arquitectura actual de Pana- niales de la Española. Con una introducción a te Moderno, 1981, y el artículo publicado por Lau- 5 No existe un estudio pormenorizado de los con-
4 El texto más completo sobre este autor es el de má. 1930-1980. Panamá, 1980. Ver p.62. América. Ciudad Trujillo, 1955. Impreso en Barce- ra Gil en Archivos de Arquitectura Antillana, “Los cursos de arquitectura y urbanismo realizados en
THOMAS S. MARVEL, Antonin Nechodoma: Archi-
14 Sobre el desarrollo urbano de Santiago en es- lona, España. Los dos tomos originales fueron espacios ilusorios de Vela Zanetti”, Año 2 Núme- el país. Este es un primer recuento que intenta de-
tect, 1877-1928: The Prairie School in the Carib- 22 Ver el asombroso trabajo de PENSON PAULUS,
tos años previos se recomienda analizar el ex- consolidados en uno en la edición posterior, revi- ro 3, enero 1997. Santo Domingo. mostrar la frecuencia de realización de los mismos
bean. Gainesville, University of Florida Press. ENRIQUE: Arquitectura Dominicana 1906-1950,
traordinario estudio de ESPINAL HERNÁNDEZ, ED- sada por el autor, de la Sociedad Dominicana de durante estos años y las diversas temáticas que
1994. 223 pp. En su apéndice cita 27 proyectos Tomo I, Laboratorio de Ingeniería, Santo Domin- 42 Don Moncito Báez fue profesor de varias ge-
WIN: Historia Social de Santiago de los Caballeros Bibliófilos en 1984. han sido objeto de confrontación.
y obras realizados en la República Dominicana en go, 2005. La casa Schad aparece en la p. 232; la neraciones de arquitectos e ingenieros y también
1863-1900. Santo Domingo, 2005. Fundación
localidades como Santo Domingo, San Pedro de Pichardo en la 236. decano del proceso de restauración histórica de 6 Dato obtenido en las entrevistas a personalidades
Manuel de Jesús Tavares Portes, Inc. El primer 32 Gautier establece un ritmo febril en este ensa-
Macorís, Santiago, Azua y Baní, muchas de ellas la ciudad de Santo Domingo y sus monumentos. involucradas en este proceso, no documentado.
capítulo, titulado “El Espacio Construido”, es ine- 23 GARCÍA BONNELLY, ULISES: La Era de Trujillo. yo, como sucede generalmente en recuentos de
demolidas. Sus memorias como urbanista fueron parcialmen-
vitable. Ciudad Trujillo, 1955. Citado por Tejada, Kamel / naturaleza autobiográfica. Es una reflexión funda-
te entregadas en Por qué Santo Domingo es así. 7 Ver De Arquitectura #2. Santo Domingo, UNPHU.
Veras, Roselia / Vásquez, Juan Tomás: El Urba- mental para el entendimiento del período de estu-
Santo Domingo, 1992. Banco Nacional de la Vi- 1986.
dio. Ver GAUTIER, MANUEL SALVADOR: “La ense-
vienda.

NOTAS |442 NOTAS |443


8 Las memorias más útiles para comprender la de César Iván Feris, Eugenio Pérez Montás, Mon- tecture, el cual ha alcanzado varias ediciones ca- representaba precisamente, el mundo que pre- cuentra aún en fase de revisión para su posible 32 En una carta enviada por un grupo de arqui-
extensión y profundidad de la obra pública ejecu- cito Báez –siendo ésta de particular interés–, y da vez más amplias e incluyentes. tendían modificar, ya sea por su apego a cánones aplicación, con normas y sistemas internaciona- tectos al Presidente de la República, se delimita el
tada en estos años son 10 años de construcción. Luis Eduardo Delgado. extranjeros, su imposibilidad de traducir la reali- les. campo de acción entre la arquitectura y la inge-
Relación de obras construidas por el Gobierno 31 Ver, por ejemplo, las “Conclusiones de un
20 A raíz del concurso celebrado para escoger el evento Importante: Seminario Nacional en torno a dad local, el desconocimiento de lo ocurrido an- niería civil, en una explicación sin desperdicios.
Central 1966-1976. Clasificadas por provincia. El tes por la ausencia de documentación y divulga- 11 Finalmente el color mostaza predominó. Ver 100 hojas de arquitectura, Ibid.
tema posee cierto aire de tabú, por las implicacio- proyecto para el Parque Central de Santiago en la Identidad de los Dominicanos”, Hoja 30 de Ar-
2002, la revista Archivos de Arquitectura Antillana quitectura, 6 de diciembre de 1982, pp.13-14, El ción, el facilismo que imponía a través de la repe- 12 Criterios similares habían sido introducidos por
nes políticas que todavía gravitan en la escena na- tición de esquemas ya agotados, o su incapaci- 33 La crítica de arte ha omitido su apreciación de
cional debido a su cercanía en el tiempo. En rea- preparó una edición enteramente dedicada a la Nuevo Diario. Cox en Casa de Campo. la arquitectura, concentrándose en las artes plás-
cultura del jardín santiaguero. Ver Archivos de Ar- dad por satisfacer las aspiraciones de una nueva
lidad es un cuerpo de obras que deberá ser estu- 32 La revista Arquivox, Publicación Trimestral de generación. De alguna forma, esa arquitectura 13 Guillermo González Sánchez. 1942. ticas, la música y el cine, preferiblemente.
diado más detenidamente en lo sucesivo. quitectura Antillana Año 8 No. 15. Santo Domin-
go, enero 2003. Estudios sobre Arquitectura, Asentamientos Hu- aprendida en las escuelas no encajaba, según 34 Ambas organizadas por el Grupo Nuevarqui-
manos e Historia, aparece por primera vez en ellos, con las aspiraciones de su generación y 14 Diseño de Meritt Assocs., 1955.
9 Tema abordado en la Historia del capítulo ante- tectura, Inc.
rior. Ver GAZÓN BONA, HENRY: La arquitectura do- 21 En su artículo de Arquivox, Gautier, propone 1984 y alcanza las 5 ediciones consecutivas. Edi- produjo un salto hacia planteamientos más perso- 15 Guillermo González Sánchez, 1955.
minicana de la Era de Trujillo. Volumen 1, 1949. 84 una lectura generacional, distinguiendo la Década tadas por Gustavo Luis Moré. nales y conceptuales. La reacción previsible con- 35 Los firmantes del Manifiesto fueron Rafael Cal-
pp. Ciudad Trujillo: Impresora Dominicana. de los 3 (1935-1945), la Década de los 5 (1945- sistió en el abandono de las premisas de una ar- 16 Hoy Dominican Fiesta. Diseño de la empresa venti, Cristóbal Valdez, Omar Rancier, Plácido Pi-
1955), la de los 6 (1955-1965) y “las décadas de 33 en 1982 se inicia el proceso de transformación quitectura académica que se percibía obsoleta e ITSME, 1973, ña, Gustavo Luis Moré, Eduardo Selman, Fernan-
10 CALVENTI, RAFAEL: Arquitectura Contemporá- todos los arquitectos” (1984...). Gautier, Manuel de los programas de Historia de la Arquitectura en impuesta, con pocas posibilidades de evolución, do Ottenwalder, Marcelo Alburquerque, Luis Guz-
nea en la República Dominicana. Santo Domingo. Salvador: “La enseñanza de la arquitectura en la dicha facultad, compactando las 5 unidades de la y dio paso al fenómeno historicista y experimental 17 1980. mán, Enrique García Pecci, Andrés Julio Sánchez,
Banco Nacional de la Vivienda, 1987. República Dominicana”. (op. cit.). Historia Universal en 4, para dar espacio a una uni- que dominó por más de una década. Como la ar- Alfredo Marranzini, Jordi Masalles, César Curiel,
dad absolutamente dedicada a cátedras y semina- 18 Plácido Piña fue uno de los colaboradores de
quitectura moderna había adquirido en el país un Calventi en esta obra. Pablo Bonnelly, Eduardo Lora Bermúdez, Harry
11 CONSORCIO PADCO-BORRELL: Estudio sobre el 22 Ver “Sierra Cardona Ferrer”, Arquigrafías, Mo- rios sobre la Arquitectura Dominicana. carácter representativo del poder político y eco- Carbonell, Raimundo López, Raúl De Moya, Luis
desarrollo urbano de Santo Domingo. Santo Do- nografías de Arquitectura Latinoamericana #1, nómico, en una primera etapa los jóvenes arqui- 19 El proyecto completo contemplaba una torre Schiffino, Joel Martínez, Carlos Jorge, Ahmed
mingo, 1978 (mimeo). Santo Domingo: enero del 2005. 34 BROADBENT, GEOFFREY: Metodología del Dise-
ño Arquitectónico. Barcelona: 1977, Gustavo Gili. tectos rechazaron este lenguaje y se concentra- de 12 pisos al norte, el cual fue construido poste- Chabebe, Carlos Reid Baquero, Angel Giudicelli,
12 Ver las publicaciones, que registran el extenso 23 Sobre este proyecto de Reid, Galerías Comer- ron en la búsqueda de nuevas posibilidades para riormente por Eduardo Selman. Nazre Sansur, Apolinar Fernández De Castro y
inventario de obras y proyectos urbanos de estos ciales de Eduardo Selman y el Banco BHD de Plá- 35 Ver Ponencia del Arq. Martínez presentada co- la arquitectura de su tiempo. William Reid Cabral.
mo representante oficial del CODIA ante el XIII In- 20 Ubicada en la avenida Sarasota esquina J. Ro-
autores en el campo señalado. cido Piña, ver el temprano artículo de los funda- 2 El rompimiento con los dogmas del moderno se mán. 36 La Sociedad de Arquitectos fue fundada por
dores del Grupo Nueva Arquitectura, Sheila Ló- ternacional de la UIA en México, en octubre de
13 PÉREZ MONTÁS, EUGENIO: La Ciudad del Oza- 1978. Martínez, Ramón: “Arquitectura y Desarro- había producido desde la segunda mitad de los Ketty Bisonó, Risoris Silvestre, Teódulo Blan-
pez, Manuel Pujols, Edda Grullón, Rafi Lantigua, sesentas con el pensamiento de Rossi, Venturi, 21 El Arq. Moreno, miembro de CARIMOS, fue in- chard, Omar Rancier, Gustavo Luis Moré, Pedro
ma, op. cit. p. 294. Angelita Burgos, Omar Rancier y Nuris Bello: llo Nacional”. Revista del CODIA, No. 58. Santo vitado por el Grupo Nuevarquitectura.
Domingo, nov.-dic. 1979. pp.41-49. Jencks, Moore, Mena, Cristóbal Valdez, Erwin Cott, Constantinos
14 Ver Archivos de Arquitectura Antillana. Año 10 “Formalismo Internacional en la Arquitectura”. Re- Saliaris, Vencián Ben Gil, Emilio Brea y Luis Guz-
vista del CODIA, No. 62. Santo Domingo, mayo- 3 Revisar 100 hojas de arquitectura, del Grupo 22 Miguel Vila consolidó su apego a la búsqueda
No. 25. Santo Domingo, mayo 2006. Esta edición 36 Líneas extraídas de dos canciones del mundo de una arquitectura tropical, luego de su recorrido mán.
incluye un amplio especial titulado “La prodigiosa junio 1981. pp. 41-45. El trabajo aparece firmado pop: la primera es del dominicano Pedro Pablo Al- Nuevarquitectura, Universidad Central del Este,
por Omar Rancier. San Pedro de Macorís, 1984; De Arquitectura, ór- por la India, a principio de los años ochenta. Ver 37 En un artículo publicado en el Listín Diario, Ra-
arquitectura de lo verde”, en el que se presenta un varez, en “Después del Vendaval” (1998, inédita), la entrevista a Oscar Imbert y Carlos Jorge, el es-
panorama fotográfico de los más hermosos árbo- escrita a las pocas horas de haber amainado las gano de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo fael Calventi manifestó su rechazo a la construc-
24 Hasta la aparición de las Hojas de Arquitectu- de la UNPHU; Arquivox, revista del Grupo Nuevar- pecial sobre sus dibujos y sobre Industrias Nigua ción del Faro por consideraciones estrictamente
les de la flora nacional. ra y Arquivox en los 80, la Revista del CODIA fue ráfagas del ciclón Georges; la segunda, del roma- en Archivos de Arquitectura Antillana No. 21. San-
no Eros Ramazzotti, de la canción “Equilibrista” quitectura; Arquitexto, ediciones de 1 al 12. estéticas, con un planteamiento que cuestionaba
15 Memoria-Recuerdo. Exposición: Legado de un la única publicación profesional que se mantuvo to Domingo: 2005 la validez de invertir recursos en un monumento
continuamente durante este período de estudio, de su disco Calma Apparente (2004). 4 La Caída del Muro de Berlín en 1989 fue un hi-
Estadista. Publicado por la Oficina de Ingenieros 23 Le Café estuvo ubicado en la Av. George Was- que, de acuerdo a su posición, no beneficiaba el
Supervisores adscrita al Poder Ejecutivo, este ca- aparte de las ocasionales noticias y ensayos pe- 37 Oración del escritor dominicano Pedro Vergés, to que marcó la reorganización geopolítica del desarrollo de la arquitectura y contribuía a crear
riodísticos. Su consulta es inevitable. mundo. De acuerdo a Umberto Eco y Mario Var- hington esquina José María Heredia, y sus carac-
tálogo presenta una serie de textos de adhesión a usada para calzar el magistral dibujo de Rafael Ál- terísticas fueron desarrolladas por Vila en otros confusión sobre lo adecuado para una correcta
la política de construcciones del Dr. Balaguer. In- varez aparecido en la serigrafía en cuestión, que gas Llosa, la intención del creativo ha cambiado lectura de la historia arquitectónica contemporá-
25 Ver GRUPO NUEVA ARQUITECTURA: 100 Hojas de hacia una superficialidad que rechaza el compro- proyectos, tales como la heladería Allegro, en la
cluye la reseña de todos los apoyos comerciales Arquitectura. San Pedro de Macorís: Universidad fue producida por la Galería de Arte Boinayel. Av. Lope de Vega, Tez, centro de estética, en la nea. Calventi desmitificó el diseño del Faro, ha-
recibidos por la iniciativa. Santo Domingo, 1996. miso social que formaba parte de la preocupación ciendo un breve análisis de las incongruencias es-
Central del Este 1984. Prólogo de Plácido Piña. de los artistas y escritores durante el siglo XX. calle Luis F. Tomen y La Baguette, en la calle Gus-
Se ha incluido este recuento en la Historia Quinta, tavo Mejía Ricart. téticas que él identificaba como anacrónicas y ca-
ya que su relación con Balaguer inclina la balanza 26 Varias acciones importantes agruparon nú- 5 En la actualidad, Dirección Nacional de Patrimo- rentes de sensibilidad simbólica. Este pequeño

6
hacia los años recientes. cleos considerables de arquitectos en diversos re- LA ARQUITECTURA 24 Diseño de Eduardo Lora Bermúdez y Ángel artículo generó una serie de reacciones, tanto es-
nio Monumental, dependiente de la Secretaría de
clamos. El primero fue una campaña de apoyo de CONTEMPORÁNEA DOMINICANA Estado de Cultura. Giudicelli. pecializadas como de tipo común, en las que las
16 CARBONELL, TEÓFILO: Archivos de Arquitectu- los profesionales del diseño orientada a deslindar posiciones fueron llevadas al plano político, mu-
ra Antillana. Año 2 #3. 1997. José Enrique Delmonte Soñé 25 Diseño de la firma Moré, Marranzini y García
la arquitectura y la ingeniería civil. El “Manifiesto 6 Este movimiento telúrico afectó los principales chas veces en extremo.
de los 28”, y la creación de la SARD, entre otros, 1 Es interesante describir el proceso de introduc- monumentos coloniales de Santo Domingo y fue Pecci.
17 PÉREZ MONTÁS, EUGENIO, Estudio para la revita- 38 Emilio José Brea, por ejemplo, ha realizado in-
son episodios, del mismo reclamo, detallados en ción del cambio en la mentalidad de este grupo necesario iniciar un programa de rescate y conso- 26 Otro concurso importante de la época fue la
lización de la zona histórica y monumental de la ciu- vestigaciones sobre el concurso del Faro a Colón
la Historia siguiente. de arquitectos. Pertenecían a la generación de la lidación de sus estructuras con fondos del gobier- sede para Central de Créditos.
dad de Santo Domingo. Santo Domingo, Acción en las que llama la atención sobre su importancia
posguerra, estudiantes de la era posterior a la In- no dominicano.
Pro-Educación y Cultura/ Esso Standard Oil, 1973. 27 Complementar este tema en la Sexta Historia, dentro de la historia de la arquitectura del siglo XX
surrección de Abril de 1965, que fueron testigos 27 Material vegetal que se usa como techumbre
18 El Boletín de las Casas Reales fue publicado relativa a la Arquitectura Contemporánea 1978- de los más encarnizados enfrentamientos políti- 7 Los trabajos de Rafael Emilio Yunén, Amparo en las zonas rurales, proveniente de las hojas de por la numerosa y diversa participación de arqui-
desde 1976 hasta el día de hoy, intermitentemen- 2005. cos entre la izquierda y la derecha dominicanas. Chantada, Miguel D. Mena, entre otros, son im- palma. tectos y la riqueza formal de las propuestas.
te. Asume el formato típico de otras publicaciones Las aspiraciones de cambiar un mundo que ha- portantes para el entendimiento del espacio arqui-
28 Es vox populi la influencia en el mundo acadé- tectónico y urbano tanto de la República Domini- 28 Luego sede de Bancomercio,más tarde Banin- 39 La desembocadura del río Ozama, por ejem-
latinoamericanas producidas por los prestigiosos bían heredado de sus progenitores, de hacerlo plo, fue apetecida por diversos inversionistas para
mico y profesional del pivotal libro Complexity and cana como del Caribe. ter y hoy Scotiabank.
institutos de estudio configurados a raíz de la Ex- más auténtico, plural y representativo –con todo y desarrollar un gran espacio urbano destinado a
Contradiction in Architecture, del arquitecto nor-
posición Iberoamericana de Sevilla de 1929 (Bole- las ideas de justicia social y cambios inmediatos a 8 Estos preparativos comenzaron diez años an- 29 La carrera de arquitectura formaba parte de la grandes hoteles, campos de golf, centros de con-
teamericano Robert Venturi, fellow de la Acade-
tín del CIHE, Anales del IIE, Anales del IAHIE, etc.). las condiciones existentes- , y apoyados con los tes, y el gobierno lo estableció como tema priori- escuela de ingeniería de la Universidad de Santo venciones, edificios para viviendas, lugares para el
mia en Roma.
movimientos internacionales de protesta estu- tario en todas sus iniciativas. La construcción del Domingo desde 1938. Luego se separó y se creó ocio, que en su momento se quedaron en pape-
19 Existe una buena documentación sobre el pro- 29 La Arquitectura de la Ciudad, del milanés Aldo diantil y su representación en el arte, la música, la
ceso de restauro llevado a cabo en la República Faro a Colón formó parte de estos objetivos. la Escuela de Arquitectura, en 1957.dentro de la les, pero que despertaron la visión de los domini-
Rossi despierta las investigaciones en torno a las literatura y el cine, fue una meta asumida como un Facultad de Ingeniería y Arquitectura. canos sobre las potencialidades que ofrece esta
Dominicana. Uno de los artículos más certeros es relaciones entre arquitectura, monumentalismo y objetivo impostergable. Cuestionar la realidad era 9 El tema de la arquitectura fractal fue trabajado
el de BLANCHARD, TEÓDULO: “El Proceso Actual parte de la ciudad. El desarrollador norteamerica-
ciudad, tan frecuentes en el universo académico parte de su esencia formativa y rechazar lo esta- en la academia con fuerza a principios de la déca- 30 100 hojas de arquitectura. Grupo Nuevarqui- no Moshe Cosicher promovió inversiones interna-
de Restauración Monumental en la República Do- decimonónico. blecido sirvió de pretexto para escudriñar en las da de los noventa, y su aplicación en la construc- tectura, Inc., Universidad Central del Este, San
minicana”, ponencia presentada ante el 1er. Se- cionales en la zona de Sans Soucí para convertir-
manifestaciones culturales del pueblo. Esta visión ción fue muy escasa. Pedro de Macorís, 1984. la en una zona destinada a hoteles, negocios, cen-
minario Nacional de Conservación y Restauración 30 Charles Jencks es en realidad quien conduce del rol que debían asumir les indujo a resistirse a
de Monumentos. Revista del CODIA, No. 43. el proceso de masificación de las nuevas ideas 10 El Banco Mundial ha financiado un proyecto in- 31 El presidente del momento era Salvador Jorge tros de convenciones y golf, que alteró la opinión
la continuidad de un esquema arquitectónico que pública durante en período 1996-2000. En las uni-
Santo Domingo, Nov.- Dic. 1974. pp. 41-49. postmodernistas, a través de su influyente y po- ternacional para el Reglamento General de Edifi- Blanco, 1982-1986.
En esta misma edición se incluyen las ponencias pular volumen The language of Posmodern Archi- caciones de la República Dominicana, que se en- versidades se crearon espacios para proponer

NOTAS |444 NOTAS |445


ideas e introducir una visión urbana global que 49 Realizada en 1996 en la antigua sede del Par- motos (como el malecón, por ejemplo). La con-
permitió, con los años, crear las herramientas pa- tido Dominicano, en ese momento, Centro de versión de esta estación en un centro de comida
ra la discusión y colocar a la ciudad como el pro- Eventos y Exposiciones, actual Secretaría de Es- rápida, con un diseño novedoso, marcó la imagen
tagonista de la arquitectura. Por ejemplo, el semi- tado de Cultura. de modernidad que la generación de los noventa
nario “Santo Domingo 2000, veinte años después” disfrutó a plenitud.
sirvió de plataforma para analizar la estructura ur- 50 El premio a la Obra Construida en la Sexta
bana de la ciudad con la participación de numero- BASD le fue otorgado al Residencial Gina Alexan- 62 Hoy convertido en Figurella, franquicia para
sos urbanistas nacionales e internacionales. dra, de Roberto Rijo. ejercicios especiales para mujeres.

40 El Ayuntamiento del Distrito Nacional contrató 51 VII Bienal de Arquitectura, realizada en el hotel 63 La “firma” del artista supera, en cierta medida,
equipos de profesionales de Italia y nacionales en Dominican Fiesta, en Santo Domingo. la obra en sí misma.
distintas oportunidades, para establecer las nor- 52 La ventaja de contar con una herramienta de 64 Editada por Lourdes Periche y Carmen Ortega.
mativas para el desarrollo de la ciudad. En el año fácil manejo que permitía al arquitecto conocer Ha sido publicada en dos etapas desde 1985.
2000 Santo Domingo formó parte de los enclaves sus propias creaciones a gran velocidad y con
urbanos iberoamericanos seleccionados para ser una fidelidad asombrosa, condicionó a los nuevos 65 Editada por Gustavo Luis Moré. Ha sido publi-
intervenidos a nivel de diseño dentro del proyecto diseñadores hacia un mejor dominio de los com- cada ininterrumpidamente desde 1996.
Santiago de Compostela. Luego, en 2002, se de- ponentes estéticos de la arquitectura.
sarrolló el evento de diseño urbano “Ideas para la 66 Insertada en el periódico Diario Libre y editada
ciudad de Santo Domingo”, en el que diferentes 53 Todo este proceso fue desarrollado de forma por la empresa de comunicación Omnimedia.
firmas internacionales estudiaron y produjeron al- paralela al propio desarrollo de la tecnología y a la 67 Editada por la Editora Listín Diario.
ternativas para la ciudad de Santo Domingo. apertura de la República Dominicana hacia nue-
Otros eventos fueron el SIRCHAL, organizado por vos mercados comerciales que permitió la impor- 68 Formato virtual permanente en la red desde
el Consejo Presidencial de Cultura, el Ayunta- tación masiva de bienes y servicios. La sensación 1995. Editada por Carlos Jorge.
miento del Distrito Nacional y el gobierno de Fran- de bienestar de la década de 1990, sin preceden-
cia, así como el concurso internacional para el es- tes en el país, desbordó las apetencias de crear 69 Formato virtual en la red desde 2003. Editada
tudio y normativas para la Ciudad Colonial de una imagen de progreso en la cual la arquitectura por Tommy Rodríguez.
Santo Domingo, auspiciado por el Banco Intera- jugaba un papel de primer orden. En ese sentido, 70 Editada por G. L. Moré. Publicación oficial del
mericano de Desarrollo que fue ejecutado por la la transformación de los núcleos residenciales tra- Grupo Nuevarquitectura durante la década de
firma italiana Lombardi & Asociatti. dicionales por zonas de alta densidad edificada 1980.
contribuyó a imponer en la preferencia de los
41 El proyecto original estaba destinado para una clientes de propuestas diferentes y comprometi- 71 Editada por G. L. Moré. Publicación oficial de
tienda de muebles, y fue adquirido por el Banco das con sus propios intereses. la Escuela de Arquitectura de la UNPHU en la dé-
de Reservas para su sede principal. El proyecto cada de 1980.
sufrió cambios significativos y ampliaciones nece- 54 Hoy transformado por Plácido Piña y converti-
sarias para albergar la institución bancaria. do en sede de Tarjetas Banreservas. 72 Publicación oficial de la Facultad de Arquitec-
tura de la UNPHU durante la década de 1990.
42 Las Bienales de Arquitectura de Santo Domin- 55 Los ochenta recibieron influencia de la estética
go (BASD) fueron organizadas por el Grupo Nue- de Richard Meier y Bernard Tschumi. 73 El grupo de profesionales más importante de
varquitectura, Inc. Las dos primeras versiones se la arquitectura dominicana, fundado en 1979 por
realizaron en 1986 y en 1988. En la de 1986, la pri- 56 Este esquema había dominado el escenario lo- Fátima Karam, Nouris Bello, Sheila López, Angela
mera, se premió como obra construida al edificio cal desde mediados del siglo XX, Burgos y Edda Grullón a través del cual se ha es-
de la CDA, de Fernando Ottenwalder y William Ve- 57 Este proyecto provocó ciertas reacciones en tudiado y divulgado la arquitectura moderna y
ga, y como Proyecto a las Torres Médicas, de Cris- los arquitectos locales, que tuvieron oportunidad contemporánea dominicana. Ha sido el organiza-
tóbal Valdez y Marcelo Alburquerque. En la de de ver una obra deconstructivista en la realidad. dor de eventos importantes e invaluables publica-
1988 se le otorgó el premio de Obra al edificio Co- Hubo críticas muy fuertes hacia esta propuesta ciones sobre la realidad de la arquitectura y el ur-
rominas Pekín, de Leopoldo Franco y José Mella, que había sido presentada con anterioridad en la banismo dominicanos. Ha sido el responsable de
mientras que el Apartahotel Boca Grande, de Raúl IV Bienal de Arquitectura, de 1992, bajo el título la realización de las Bienales de Arquitectura y de
De Moya, recibió el premio como Proyecto. En esa de “A destiempo”. los Encuentros de Arquitectura del Caribe. En
misma vesión, el proyecto de rescate del entorno 2004 fue galardonado por el Colegio de Arquitec-
de la Catedral Primada de América, de Diana Mar- 58 Este es un ejemplo de la importancia que han tos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico por
tínez, fue premiado en la categoría de Urbanismo. tenido las revistas especializadas de arquitectura, su contribución a la valoración de la arquitectura
que se han publicado de manera ininterrumpida del Caribe. Hoy está presidido por los arquitectos
43 La obra sufrió retrasos en su terminación y se desde 1996. Omar Rancier y Emilio José Brea García.
modificó la propuesta original. El techo de cana
fue sustituido por policarbonato. 59. Es indudable que la libertad formal permitida 74 Organizados por la Fundación Erwin Walter
por el diseño asistido por computadora, incidió en Palm, Inc., con dos versiones internacionales, una
44 Realizada en noviembre de 1992 en los salo- esta cruzada de descubrimiento y uso de materia- en 1997 y otra en 2000.
nes del Centro Cultural de España, Ciudad Colo- les alternativos, pues la complejidad de algunas
nial de Santo Domingo. propuestas de diseño introdujo una problemática 75 Grupo Internacional de Trabajo para la Conser-
para la construcción, ya que los materiales tradi- vación de la Arquitectura, Sitios y Vecindarios del
45 Proyecto para oficinas de la desparecida com- Movimiento Moderno, con sede en Paris.
pañía de comunicaciones Telerán, en la ciudad de cionales –en mayor importancia, el hormigón ar-
Cotuí, provincia Juan Sánchez Ramírez. mado– no resultaban tan maleables para las for- 76 Centro de Estudios de la Arquitectura, el Urba-
mas irregulares o ligeras propuestas nismo y el Hábitat de la Fundación Global, Demo-
46 Kamel Tejeda, por ejemplo, se destacó con un cracia y Desarrollo.
proyecto residencial con incidencia deconstructi- 60 Wendy’s, KFC, Mc Donald’s, Burger King, Bas-
vista. kin & Robbins, Pizza Hut, entre otras. 77 Aquí trabajó un amplio equipo multidisciplina-
61 La transformación de la antigua estación gaso- rio supervisados por el CONAU.
47 Esta Bienal fue realizada en 1994 en el Palacio
de Bellas Artes, en Santo Domingo. linera La Lira, en el Polígono Central, marcó un 78 Lo efímero de la arquitectura dominicana de la
cambio significativo en el uso de la ciudad por posmodernidad, es una de sus condiciones más
48 El Gran Premio Bienal le fue otorgado al con- parte de los jóvenes, quienes eligieron este punto notables.
junto de casas seriadas de Harry Carbonell Hurst. para sus encuentros sociales en sustitución de
otros que existían en la ciudad desde tiempos re-

NOTAS |446 BIBLIOGRAFÍA |447


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BIBLIOGRAFÍA |450 BIBLIOGRAFÍA |451


Índice onomástico

Aalto, Alvar: 19, 221, 247 Benítez Rexach: 223, 224 Caro Álvarez, José Antonio: 217, 227, 233, Deagan, Kathleen: 90, 93 García, Joaquín: 135 Heureaux, Ulises: 175, 186, 190
Aaron, Alexander: 264 Beras, Andrés: 190 234, 237, 238, 241, 242, 254, 260, 267, 271, Deive, Carlos Esteban: 123 García, José Gabriel: 193 Hix, John: 251
Abrams, Woolf: 157 Bergés, Roberto (hijo): 300 273, 291, 292, 294, 408
Delgado, Eduardo: 318, 340 García, Rafael: 286 Hoetink, H.: 157
Abréu, Guillermo: 396 Bergés, Roberto: 23, 257, 284, 300, 318, Caro Ginebra, Danilio: 234, 286, 291, 292,
Delmonte, José Enrique: 26, 400, 403 García, Sarah: 417 Howland, H. B.: 162
319, 340, 341 294, 337
Acevedo Camarena, Octavio: 161, 162 Despradel, Luis: 286, 287, 315, 327 García, Toribio: 184 Ibarra, Juan Alejandro: 273
Bermúdez, Elba de: 325 Caro Ginebra, José Antonio: 234, 286, 291,
Acevedo, Octavio: 218 292, 294, 337 Devers, Elías: 124 García, Vital: 284, 331 Iglesias Molina, Gloria: 244, 245, 264
Acosta y Lara: 19 Bermúdez, J. Armando: 325 Di Carlo, Almonte y Mejía: 333 Garnier, Tony: 19, 221 Iglesias Molina, Octavio: 244, 245, 264
Caro Gómez, Juan Cristóbal: 234, 345, 399,
Acosta: 175 Bermúdez, Ricardo: 240 403, 422, 431, 436 Díaz, Radhamés: 327 Garrido, Víctor: 224 Imbert Pellerano, Antonio Segundo: 336, 391,
Agüero, Jerónimo de: 108 Bernal, Juan: 260, 278, 287, 333 Casadebalt, Pedro: 210 DICONFO: 333, 418 Gasparini, Graciano: 54 397, 417, 422, 427, 435
Aguilar, Marcos de: 108 Bernard Vázquez, Leonte: 257, 268 Casas, Bartolomé de las: 50, 93, 94 Diestch, Rodolfo: 308 Gautier, Flon: 218 Imbert Tessón, Oscar: 28, 336, 337, 339,
Alberti, León Bautista: 117 Bertrán, Lawrence: 397 Doménech, José: 207 349, 366, 368, 369, 387, 397, 412, 417
Casasnovas, Antonio: 327 Gautier, Manuel Salvador: 24, 257, 278, 284,
Alburquerque, Marcelo: 339, 369, 370, 395, Bisonó, Hasbún y Asociados: 333 Domenech: 218 318, 408 Imbert, Segundo: 177
Cassá, Roberto: 63, 67
396, 397 Bisonó, Ketty: 378 Domínguez, Mauricia: 403 Gazón Bona, Henry: 21, 217, 240, 251-255, Ingenieros Asociados: 263, 267
Castellanos, Juan de: 108
Alcántara: 86 Bisonó, Luis: 345, 417 Duarte, Juan Pablo: 309, 317 292 Jacobsen, Hugh Newell: 408, 413
Castro, Carmen Amelia de: 174
Aldaco, Marcos: 336 Bisonó, Víctor: 284, 318, 374 Dufeau, Pierre: 284 Gazón, Louis: 251 Jansen, Gerardo: 190
Castro, Pedro de: 19, 212, 218, 220, 221,
Alfau Durán, Vetilio: 189 Blanchard, Teódulo: 177, 318 229 Dupré, Pierre: 271 Geraldini, Alejandro: 117 Jardines, Juan: 49
Alfonseca, Juan: 218, 408 Blonda, Marcos: 390 Cavagliano, Gianni: 300 Echagoain, Juan de: 88 Gimbernard, Bienvenido: 251 Jencks, Charles: 339
Alfonso, Pedro José: 339 Bludhorn, Charles: 336 Cerame: 209 Ehlert, Sandra (Sandy): 411 Giudicelli, Ángel: 287, 327, 339, 421 Jorge, Carlos: 339, 388, 390, 396, 422
Álvarez Barba, Antonio: 123, 129, 130, 131, Bobadilla, Francisco de: 97, 99 Cestari, Amauri: 169 Enriquillo: 194 Gleave, Joseph Lea: 20, 221, 381 Kahn, Louis: 296
132, 137 Bobea, Rosángela: 337 Chanlate, A.: 150 Goico, Felipe: 300 Khouri, Deyanira: 397
Escobedo, Rodrigo de: 49
Álvarez de Chanca, Diego: 50, 85 Bofill, Ricardo: 26, 418 Charlevoix: 150 Goico, Fred: 23, 24, 284, 286, 328, 291, 296 Khoury & Guzmán: 333
Escoto, Holger: 165
Alvarez Pina, Virgilio (Cucho): 267 Bogaert, Libert Luis: 161, 169 Chez Checo, José: 130, 149 Gómez García Valera: 99 Khoury, Bichara: 339, 425
Espaillat Nanita, Leopoldo: 257, 273
Alvarez, Mario Roberto: 244 Boil: 85 Codina, José María: 178 Gómez Pintado, Andrés: 161, 162, 218 Knorr, Richard: 424, 431
Estrella Ureña, Rafael: 158, 278
Álvarez, Rafael: 341 Bonaparte, Napoleón: 124 Coelle, Savin: 413 Gómez, José (Josie): 369, 370 Ladrón de Guevara, Antonio: 131
Faxas, Laura: 169
Amechazurra, Juan A.: 188 Bonilla Bojos, Mariví: 403, 404 Coll Alas, Oscar: 247 Gómez, Máximo: 186 Lajara, Luis: 340
Feaugás, Francisco: 404, 407, 413, 415, 434
Anderson: 286 Bonnelly, Rafael: 254, 346 Colombo, Andrea: 108 González del Rey, María José (Cuché): 403 Lamb, Úrsula: 101, 104
Febles, Miguel: 190
Angulo Íñiguez, Diego: 14, 110, 138 Borguellá: 200 Colombo, Juan Antonio: 108 González Hernández: 183 Landström, Björn: 50
Feris Iglesias, César Iván: 24, 284, 318
Aponte, Jorge: 424 Borrell, Pedro José (Cucho): 24, 286, 287, Colón, Bartolomé: 93, 98, 99, 108 González Quiñones, Ricardo: 390 Lantigua, José Rafael: 283
Fernández de Castro, Apolinar: 339, 340
Aranda: 132 291, 300, 301, 309, 321, 345, 418, 422, 424 Colón, Cristóbal (Gran Almirante, Primer González Villamar: 131 Le Corbusier: 21, 23, 301
Fernández de Oviedo, Gonzalo: 48, 49, 50,
Argan, Giulio Carlo: 29 Borrell, Rodolfo: 301 Almirante): 45, 49, 50, 54, 85, 86, 90, 94, 57, 139 González, Alfredo: 227, 234, 241 Lebrón, Maria Isabel: 392
Arnal: 19 Bosch Gaviño, Juan: 23, 278, 283 97, 99, 101, 139, 194, 200, 221 Ferrand, Jean Louis: 124, 129, 200 González, Guillermo: 20, 21, 22, 217, 223, Ledesma, Rodrigo de: 150
Arthur, Roderick: 178 Bravo, Manuel: 131 Colón, Diego: 85, 86, 98, 107, 108, 109, 110, Fini, Gianfranco: 414 224, 227, 229-231, 234, 237-242, 255, 257- León Asensio, Eduardo: 325
Arvelo, Rafael: 340 Brea García, Emilio José: 388 131 260, 267, 268, 271, 279, 284, 341, 374, 400,
Flores Marini, Carlos: 318 León, Atilio (hijo): 395
Colón, Hernando: 86, 108 408, 414
Auñón, Tomás: 21, 217, 241. 247, 248, 317 Brens: 169 Fondeur, Federico: 291, 299 León, Atilio: 327, 340
Columna, María del Carmen: 174 González, José: 318
Ayala: 193 Breuer, Marcel: 284 Fondeur, Nerva: 177, 251 León, Lui: 395
Concepción, Rafael: 422 González, Rafael: 369, 396
Azar, Aquiles: 429 Broadbent, Geoffrey: 27, 340 Forestier: 22 León, Ponce de: 142
Conde, Benigno:184 González, Raymundo: 130
Azlor, Manuel: 131, 135 Broberg, Christian: 417 Fose, Lemonier de la: 187 L'Escalier, Daniel: 150
Contín, Christian: 318 Gorjón, Hernando de: 88
Aznar, Camón: 110 Buch, Ernesto: 413, 417 Franco Bidó, Román Santiago: 169 Lewis, Abraham: 178
Contín, Pilar: 177 Guacanagarix (Cacique): 49, 90
Báez López-Penha, José Ramón (Moncito): Buigas Buschiazzo, Mario: 12, 109, 113 Franco, Lepoldo: 284, 318, 337, 373, 387, Liendo, Rodrigo de: 118, 199
24, 242, 254, 255, 273, 317, 318, 319 Coppa, Roberto: 336, 337, 413 Guarionex (Cacique): 54
Cabral, Virginia: 297 396, 422 Liz, Domingo: 321
Báez, Buenaventura: 175 Cordero, Tácito: 319, 345, 370 Guerrero, Lil: 352, 377
Cáceres, Ramón: 175 Freites: 221 Lluberes, Mario: 227, 229-231, 254, 255, 336
Báez, Osvaldo: 162, 203, 209, 218, 220, Córdoba, Lorenzo de: 123, 124 Guzmán Cordero, Eduardo: 346
Calatrava: 97 Frómeta, Amable: 260, 268, 279, 287, 288, Lluberes, Pedro A.: 229
223, 408 Córdoba, Pedro de: 94, 98 291, 333 Guzmán Fernández, Antonio: 322, 331
Calventi, Rafael: 24, 29, 257, 283, 284, 286, López Marranzini, Rhina (Rhinín): 411
Baird, Alexander: 171 287, 291, 292, 296, 340, 355, 363, 385, 396, Cortés, Hernán: 113 Fuentemayor, Alonso: 107 Haché, Pedro: 352, 377
López, Raymundo: 319, 339, 345
Balaguer Ricardo, Joaquín: 24, 28, 245, 267, 397, 408 Cortina, Nicolás: 162 Gamborena, Luis: 292, 336 Haza & Pellerano: 286, 327
López, Simón: 369, 413
283, 291, 300, 305, 311, 313, 315, 317, 322, Calvera, Jorge: 49 Costa, Lucio: 244, 267, 301 Hazard, Samuel: 150,156, 157
Garay, Francisco de: 108 Lora Bermúdez, Eduardo: 287, 339, 355,
377 Henríquez, Enrique: 233
Camarena, Francisco: 283, 321, 322, 336 Cott & Gautier: 24, 286, 287, 292, 294, 295 García Gómez, Enrique: 165 363, 364, 424
Balch, W. H.: 158 Henríquez: 220
Campillo Pérez, Julio Genaro: 165 Cott, Erwin: 24, 284, 287, 292, 315, 318, 408 García Hatton, familia: 232 Lora, Milán: 284, 297, 298
Baquero Ricart, Manuel (Manolito): 22, 257, Hermida, Víctor: 403
Candela, Félix: 247 Cox, William: 336, 341, 361, 408, 413 García Lluberes, Leonidas: 88, 188 Lora, Onofre de: 161, 162, 165, 187, 193
259, 268, 278, 296, 298, 331, 333
Cánepa: 209 Cravotto, Mauricio: 20 García Mella, Arístides: 162, 233 Hernández & Mondesí: 288
Baquero, Trini: 413, 417 Lovén, Sven: 49
Cantino: 85 Cruxent, José María: 86, 93 García Pecci, Enrique: 369, 370 Hernández, Agustín: 327
Barinas, Marcos: 390, 392, 428 Lugo, Américo: 221
Capellán, Japonesa: 177, 396 Cruxent-Deagan: 86, 89, 90, 94 García Peña, Zoilo: 162, 212 Hernández, Antonio: 263
Barragán, Luis: 20 Maceo, Antonio: 186
CARALVA: 414 Cruz Alfonseca, Juan de la: 162, 218, 254 García Saleta: 296 Hernández, Julio: 260
Barroso, Javier: 200, 318 Madera, José: 178
Carbonell, Harry: 339, 363, 369, 387, 388 Curet, Luis Antonio: 49 García Trujillo, familia: 231 Hernández, Rafael Tomás: 277, 283, 288,
Bastidas: 130 Malaussena, Luis: 244
Carbonell, Teófilo: 233, 257, 259, 268, 291, 305, 309, 327, 377
Batista, Francisco (Cuqui): 263, 267, 315, Curiel, César: 354, 387, 388, 397, 400, 418, García Vera, Romualdo: 165 Maldonado, Alonso de: 130
313, 315, 408 420, 427 Hernández, Sarah: 421
321, 322 García, Domingo: 390 Malla Salom, Jaime: 207
Carbonell: 381 Cursach, Bartolomé (Tolo): 411 Herrera, Alejandro: 403
Batista, Rogelio: 340 García, Eduardo: 190 Malla: 218
Carías, Francisco: 390 D'Alessandro, Guido: 22, 260, 263, 267, 273 Herrera, Antonio de: 50, 339
Bautista Toro, Juan: 162 García, Ja'el: 358, 400, 424 Maluf, Christian: 333
Carlos III: 124, 132 Dávila: 141 Herrera, familia: 230
Beltrán, Julio: 209 Marchena Damirón, Consuelo: 199
Carmichael, Hugh Lyle: 157

ÍNDICE ONOMÁSTICO |452 ÍNDICE ONOMÁSTICO |453


Marco Polo: 98 Moya, Casimiro N. de: 229 Pichardo Moya, Felipe: 50 Rossi, Aldo: 26, 339 Tejera Álvarez: 218 Vicini Perdomo, Juan: 199
Marranzini Pérez, Alfredo: 369, 370 Moya, Raúl de: 292, 328 Pichardo, familia: 240-, 241 Rozas, Eduardo: 327, 340, 392 Tena, Luca de: 97 Vicini, familia: 257
Marranzini, Alejandro: 358, 391, 392, 413 Mubarak, Juan: 399, 403 Pietri, Alejandro: 267 Rubio y Peñaranda, Francisco: 124, 183 Thomasset, H.: 157, 161, 190 Victoria, Bismarck: 319
Marranzini, José Horacio: 327, 333, 358, 391, Muschamp, Herbert: 39 Piña, Plácido: 287, 327, 328, 339, 348, 354, Rubio, Fray Vicente: 99, 137 Thomén, Altagracia de: 229 Vila Luna, Miguel: 291, 292, 336, 337, 339,
392, 412, 413 Mussolini, Benito: 22 363, 364, 369, 374, 385, 392, 396, 397, 411, Rudolph, Paul: 301 Toca, Nelson: 327 349, 351, 363, 366, 368, 412, 413
Martí, José: 186 420, 422, 428, 435 Vilamajó, Julio: 20
Nechodoma, Antonín: 17, 19, 162, 190, 196, Rueda, Manuel: 72 Toledo, María de: 98, 107
Martínez Brea, Bienvenido (Bebecito): 309, 199, 210, 212, 218, 258, 309, 408 Polanco, Manuel (Tin): 297, 298, 322 Villanueva, Carlos Raúl: 244, 268
Ruiz Castillo, Humberto: 194, 227, 237, 242, Toro, Ferrer y Torregrosa: 240
311, 313, 322 Nervi, Pier Luigi: 292 Pons, Daniel: 385, 403, 420, 421, 424, 425 244, 245, 254. 264, 408 Viloria, Juan de: 142
Toro, Juan Bautista del: 218, 227
Martínez Soler, Marcial: 279 Neutra, Richard: 27, 240, 268 Portillo, Pedro de: 193 Ruiz Trujillo, familia: 230 Viñas, Nelson: 287, 322, 327
Toro, Miguel del: 17
Martínez, Christian: 283, 291, 308, 309, 315 Niemeyer, Oscar: 267, 268, 301 Pou Ricart, Leo: 21, 217, 227, 241, 242, 244, Russo, Jochi: 337, 366 Vincent: 156
Torres Armengoll: 19
Martínez, Emilio: 223, 428 245, 254, 279, 408
Noboa Pagán, Guaroa: 400, 403 Saarinem, Eero: 309 Tostado, Francisco de: 141 Vincitore: 175
Martínez, Joel: 428 Pou Ricart, Marcial: 21, 227, 241, 242, 244,
Noceda, Jorge: 260 Saarinem, Eliel: 19 Toussaint Louverture: 135, 149, 195 Vitruvio: 117
254, 279, 408
Martínez, María: 264 Noel, Martín: 20 Sabater, Mercedes: 333 Vivoni, Enrique: 210
Prats Ventós, Antonio (Toni): 264 Toynbee, Arnold: 18
Martínez, Rafael: 327, 339, 369, 373, 374 Nouel, Carlos: 187 Saint Méry, Moreau de: 123 Walton, William: 156
Prats, José Ramón (Pusiso): 318, 374 Troncoso y Blázquez: 399, 434
Martínez, Ricardo: 421 Ocaña, Antonio: 268 Salcedo, Juan: 49 Warhol, Andy: 29
Prieto (familia): 301 Troncoso, Carlos: 434
Martínez, Richard: 424 Ogando, Kyra: 399 Sánchez Valverde, Antonio: 123, 187 Whipple, Lowell: 345, 417
Prieto Vicioso, Esteban: 13, 24, 284, 317, Trueba, Benigno: 17, 209, 220, 237, 408
Mártir de Anglería, Pedro: 50, 104 Ojeda, Alonzo de: 54 Sánchez, Andrés Julio: 354, 387, 388, 397, Wienner: 23
318, 319 Trueba, Ramón: 209, 291
Masalles, Jordi: 348, 374, 388, 390, 396, Ortega, Elpidio: 54, 183 400, 418, 420, 427 Wiese, Mariluz: 400
Puig, José Augusto: 55, 177, 178 Trujillo Molina, Rafael Leonidas: 11, 19, 22,
397, 399 Sánchez, Francisco del Rosario: 309
Ortega, Franc: 345, 417, 418, 422, 424, 435 Pujadas & Armenteros: 287, 339, 369, 373, 23, 158, 217, 223, 242, 251, 267, 277, 278, Wistzler, Eric: 363
Matos, Alejandro: 403 Sandy & Babcock: 345, 355, 422, 424 283, 291, 311, 315
Ortiz de Zúñiga: 110 374 Wright, Frank Lloyd: 19
Matos, Ramiro: 194 Sansur, Nazre: 413 Turull Riera, Mariano: 162, 207
Ortiz García, Joaquín: 247, 248 Purcell, Heriberto: 422 Zorrilla, Juan (Juanchy): 413, 417
Matsunaga, Mamoru: 308, 337 Santiago Hernández, Jorge: 391, 392 Turull, José: 17, 162, 207
Ottenwalder, Fernando: 339, 392, 395, 396 Ramírez, Arístides: 428
Maza, familia de la: 231 Santiago, Pedro: 97, 123, 124, 129 Turull: 218
Ovando, Nicolás de: 55, 86, 94, 97, 98, 99, Rancier, Omar: 278, 387
Mella Febles, José: 387, 396 101, 104, 107, 108, 113, 124, 139, 194, 195 Santoni, Guillermo: 308 Ugarte, María: 178
Reid & Reyes: 259, 408
Mella, Pablo: 305 Paiewonsky, Benjamín: 291, 307 Santoni, Pascal: 268 Ulate, Gerardo: 321
Reid Cabral & Skidmore, Owings and Merryll:
Mella, Ramón Matías: 309 Palm, Erwin Walter: 14, 29, 110, 132, 137, 302, 318, 325, 420 Sanz & Guzmán: 327 Urgel, Juan: 207
Melnikoff, Konstantin: 19, 221 255 Reid Cabral, Donald: 218 Sanz y Guzmán: 333 Urgel, Luis: 207
Mena Lajara, Pedro: 292, 333, 369 Pané, Ramón: 98 Reid Cabral, William (Billy): 22, 257, 258, 268, Sanz, Alvaro: 368 Urgell Caralt, Ramón: 162, 207, 210
Méndez, Carmen Rita: 424 Pani, Mario: 268 284, 363, 400, 408 Sanz, Mariano: 286, 327, 328 Urgell: 17
Méndez, Diego: 86, 108, 194 Papadaki: 19 Reid, Carlos: 339 Saviñón, Pancho: 279 Urtecho, José Andrés: 333
Menicucci, Orlando: 346 Paradas, Ernesto: 206 Renta, Oscar de la: 361 Scaroina, Alfredo: 161, 190, 207, 218 Urtecho, Rafael: 325
Mesa, Jorge: 400 Pedrón: 150 Reyes Católicos: 85, 86, 97, 99, 101, 108, Schad, familia: 240, 241 Valdez, Cristóbal (Toby): 327, 340, 341, 369,
Michel, José María: 161 Peguero, Luis Joseph: 54 113, 114, 117, 141, 194 Schiffino, Luis: 327 370, 396
Mignucci, Andrés: 223, 390, 391, 418, 428 Pei, I. M.: 284 Reyes, José Manuel: 259, 302 Schomburgh, Robert H.: 188, 189 Valdez, Gustavo: 328
Minier, Pimentel y Asociados: 333 Peña, Diandino: 418 Reyes, José: 229 Segonzac, André Dunoyer: 245, 271 Valdez, Michelle: 328
Miniño, José: 291, 292 Penson Paulús, Enrique: 158, 162, 190, 199, Ricart, Christian: 391, 403, 422 Selman y Asociados: 333 Valentino, Rodolfo: 20
Molina, Julia 210 Ricart, Rafael: 318 Valle Llano, Antonio: 135
Selman, Eduardo: 300, 301, 364, 369, 374,
Molineaux Josephs, Antonio: 162 Penson Paulus, Enrique: 240 Rigau, Jorge: 223 377, 396, 397 Valverde, Desiderio: 278
Moll, Herman: 88 Penzo, Mario: 268 Rijo, Roberto: 385 Selman, Rafael Eduardo: 412, 413, 424 Valverde, Manolito: 308
Monserrate: 178 Pérez Chanis, Efraín: 25 Rijo, Tobías: 390, 392 Serrallés: 209 Vargas Mera, Ramón: 273, 277, 308
Montalvo, Jorge: 390 Pérez Garrido, Octavio (Trene): 223, 227, Rivera Lee, Julio: 435 Sert, José Luis: 23 Vargas, Getulio: 21, 23, 244
229-231, 346, 408 Rivera Rodríguez: 331
Monte Urraca, Manuel del: 317, 318, 319 Sevillano, Fidel: 17, 162, 171, 220 Vásquez, Horacio: 158, 175, 209, 278
Pérez Jiménez: 21, 23 Robin, C. C.: 156
Montesinos, Antón: 94 Shilstone, Arthur: 93, 94 Vásquez, Rafi: 337
Pérez Linval, Giovanni: 369 Roca, Linda María: 175
Morales, Andrés: 104 Silvestre, Risoris: 378 Vega Malagón, Edgardo (Gay): 22, 257, 259,
Pérez Montás & Valverde: 291, 308 Roca, Oscar: 404 268, 297, 298, 322, 331, 408
Morcelo, Domingo: 190 Simples Arquitectura: 422
Pérez Montás, Agustín: 190 Rodríguez Demorizi, Emilio: 124, 150 Vega, Alex: 411
Moré, Clara Matilde: 400 Simpson, Luis: 336
Pérez Montás, Cott & Gautier: 317 Rodríguez Sandoval y Asociados: 421, 424 Vega, Hernando de la: 139
Moré, Gustavo Luis (Cuquito): 20, 22, 23, 25, SINERCON: 417, 418
339, 345, 346, 369, 370, 387, 388, 390, 391, Pérez Montás, Eugenio: 12, 15, 17, 23, 24, Rodríguez Schad, Eduardo: 268 Vega, Wenceslao: 64
Soler, Eduardo: 254
396, 397, 399, 400, 403, 418, 418, 422, 428, 78, 255, 257, 283, 284, 291, 305, 308, 318,
Rodríguez Zorrilla, Chito: 339 Soler, Miguel: 229 Vega, William (Pichy): 339, 392, 395, 396,
431, 436 391
Rodríguez, Juancito: 278 397, 434
Pérez Morales, Juan Emilio (Juanín): 333, Soulastre, Dorvo: 150
Moré, Marranzini & García-Pecci: 287, 373 Vela Zanetti, José: 271
339, 355, 392, 422, 424, 425 Rodríguez, Omar: 390 Speer, Albert: 21
Morel, Juan Bautista: 190 Velarde, Héctor: 20
Pérez, Danny: 422 Rogers, Ing.: 255 Stagno, Bruno: 391
Moreno, Rudolph: 27, 364 Velázquez, Diego: 195
Pérez, Pablo: 227 Rohe, Ludwig Mies van der: 259 Stone, Edward Durrell: 234
Moreno, Santiago: 130, 156 Venturi, Robert: 339
Perón, Eva: 244 Rojas, Vicente Celestino: 149 Tamburini, Héctor: 291
Morey Castañer, Antonio: 162, 189 Vera, Ray: 385
Perón: 21, 23 Roldán: 194 Taulé, Margarita (Margot): 260, 268
Moscoco: 199 Veras, Rafael: 331, 369, 396
Perret, Auguste: 271 Romero, José Daniel: 392 Tavares, Gustavo: 325
Moureau de Saint Méry, Méderic Luis Elie: Vercelloni, Virgilio: 278
Pevsner, Nikolaus: 33 Roquel Aquino, Marthe: 177 Tavares, Ramón: 422
150
Rosa, Pedro de la: 193 Vergés, Pedro: 341
Moya Pons, Frank: 19, 45 Piacentini, Marcello: 21 Tavárez, Gustavo Adolfo: 196
Rosario, Maria Fernanda: 358. 424 Vicario, Amando: 403
Teis, Juan: 207

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Autores

ESTEBAN PRIETO VICIOSO En la página anterior, de izquierda a derecha,


Nace en Santo Domingo el 17 de mayo de 1950. Se graduó de Arquitecto, Cum Laude, en la Universidad Nacional los arquitectos Esteban Prieto Vicioso,
Eugenio Pérez Montás, Gustavo Luis Moré
Pedro Henríquez Ureña, en Santo Domingo, donde posteriormente obtuvo el título de Magíster en Conservación de
y José Enrique Delmonte.
Monumentos y Bienes Culturales.
Se especializó en Conservación Arquitectónica en el International Centre for the Study of the Preservation and Res-
toration of Cultural Property, ICCROM, Roma, Italia en 1974. Actualmente cursa estudios doctorales en la Universidad
Michoacana San Nicolás de Hidalgo, México. Trabajó como parte del equipo del ICCROM en el programa City Options
del National Endowment for the Arts, USA, en el proyecto de conservación del centro histórico de Manatí, Puerto Ri-
co (1974). En 1980-81 sirvió de inspector en el Proyecto de Restauración y Puesta en Valor del Casco Antiguo de
Panamá, ejecutado con fondos provenientes del BID.
Ha realizado asesorías en proyectos de restauración y en instituciones culturales en Venezuela, Jamaica, Haití, Puer-
to Rico y Nicaragua. De 1982 a 1994 se desempeñó como Secretario Ejecutivo del Plan del Gran Caribe para los
Monumentos y Sitios, CARIMOS/OEA. De 1996 a 2001 ocupó el cargo de Secretario General de la Organización del
Gran Caribe para los Monumentos y Sitios, CARIMOS, donde fue elegido Coordinador General en 2001.
Ha restaurado múltiples inmuebles de la Ciudad Colonial de Santo Domingo.
Dirigió el Centro de Inventario de los Bienes Culturales de 1976 a 1979. Desde 1983 es el Arquitecto Conservador
Adjunto de la Catedral Metropolitana de Santo Domingo y desde 1999 es el Director de la Oficina de la Obra y Mu-
seos de la Catedral de Santo Domingo. De 1986 a 1996 fue Director General de Patrimonio Cultural de la Repúbli-
ca Dominicana. De 1975 a 1987 fue profesor universitario de Restauración de Monumentos, Historia del Arte y Ar-
quitectura Vernácula. Por varias ocasiones fue profesor invitado del Instituto de Preservación del Caribe de la Uni-
versidad de la Florida, en Gainesville, USA. En 1996 fue profesor en la Maestría del Centro Internacional para la Con-
servación del Patrimonio, en Buenos Aires, Argentina; en 1998 en la Maestría del Centro Internacional para la Con-
servación del Patrimonio en Tenerife, Islas Canarias; en 2000, en la Maestría de Conservación de Monumentos y Bie-
nes Culturales de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, Santo Domingo, República Dominicana; y en
2002, en la Maestría en Rehabilitación del Patrimonio, de la Universidad de Alcalá de Henares, España. Entre los te-
mas tratados se encuentran los de Arquitectura Vernácula, Metodología, Gestión del Patrimonio Cultural y Proyec-
tos. Desde 1993 es miembro del Consejo Académico del Centro de Altos Estudios Humanísticos y del Idioma Es-
pañol, donde fue el Coordinador del Área de Restauración hasta 2001. en 2002 fue nombrado Coordinador Rector
de dicho Centro. Es Miembro Colaborador de la Academia Dominicana de la Historia.
Desde 1975 es miembro del Comité Dominicano del ICOMOS, siendo Secretario General desde 1979 a 1982, Presi-
dente desde 1986 a 1996 y en la actualidad es miembro del Consejo de Administración. Desde 1995 es el repre-
sentante del ICOMOS Dominicano ante el Comité Científico Internacional de Arquitectura Vernácula del ICOMOS, CIAV.
Tiene algunos trabajos publicados en periódicos, revistas y libros. Es editor del libro Monumentos y Sitios de la Re-
pública Dominicana –serie ICOMOS– el cual ganó Mención de Honor en la Bienal de Arquitectura de Santo Domingo,
en 1996. Es coautor del libro Arqueología y Antropología Física de la Catedral de Santo Domingo.
Ha realizado Misiones de Evaluación y Monitoreo para ICOMOS / Patrimonio Mundial, en diversos países. En 1996 rea-
lizó la evaluación de una Ermita en las Bahamas, para The Getty Grant Program.
Fue Vicepresidente Mundial del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, ICOMOS, desde 1993 hasta 1999.

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EUGENIO PÉREZ MONTÁS Dentro de su labor editorial, se destaca la desempeñada para las revistas Arquivox, del Grupo Nueva Arquitectura,
Nace en Santo Domingo el 19 de marzo de 1933. Miembro fundador de numerosas organizaciones culturales, pue- De Arquitectura y Arquitiempo para la Facultad de Arquitectura de la UNPHU, de la cual fue director en el período
de destacarse su permanente membresía en el Comité Dominicano del ICOMOS (Consejo Internacional de Monumen- 1989-90. Además de pertenecer al ICOMOS, es miembro del CODIA, miembro fundador de la Sociedad de Arquitec-
tos y Sitios); y en el Comité Dominicano del ICOM (Consejo Internacional de Museos) de los cuales fue miembro fun- tos, actualmente presidente del Grupo de Trabajo del DoCoMoMo Dominicano y coordinador del Centro de Estu-
dador y su primer presidente. También dirigió desde su creación el Museo de las Casas Reales, y presidió el exito- dios de la Arquitectura, el Urbanismo y el Hábitat de FUNGLODE.
so programa nacional de Arqueología Submarina de la República Dominicana. Es miembro directivo y asesor de nu- Una extensa y continua actividad profesional ha sido reconocida local e internacionalmente al ser galardonado en di-
merosas instituciones culturales, entre ellas: la Sociedad Dominicana de Bibliófilos y Junta Directiva de la Academia versas ocasiones con:1er. premio al diseño del edificio para la Rosario Dominicana (1985 con Alfredo Marranzini y
Dominicana de la Historia. Enrique García Pecci); 2do. premio para el de la Embajada de Italia en Santo Domingo (1984); 1er. premio para el
Ha publicado varios libros, como autor, co-autor o editor. Entre ellos se destacan: Biografía de un monumento: Ca- Edificio Sede de la Suprema Corte de Justicia y la Procuraduría General de la República (con Juan Cristóbal Caro,
sas Reales. Museo Casas Reales, 1979-1980; Monumentos y sitios del Gran Caribe. O.E.A.-CARIMOS, 2000; Restau- 1997); 1er. premio al Parque Central de Santiago (con Andrés Mignucci, 2002); 1er. premio a la sistematización de
ración de Antiguos Monumentos Dominicanos, UNPHU 1986; República Dominicana: Monumentos Históricos y Ar- la plaza cívica del Centro de los Héroes (con Emilio Martínez, 2004). Ha sido ganador de Mención de Honor en el
queológicos, Instituto Panamericano de Geografía e Historia I.P.G.H. 1984. concurso nacional de diseño Vivienda Mínima, APAP. Ganador del 1er. premio en la VII Bienal de Arquitectura de San-
Sus últimas publicaciones han sido: La ciudad del Ozama, 1998 y el Ensayo clásico, 2001. to Domingo en la categoría “Arquitectura de Interiores”, con el proyecto Red Bankágil BHD; ganador del 1er. premio
En el ejercicio privado de su profesión de arquitecto ha tenido a su cargo importantes obras de arquitectura y pro- en la VI Bienal de Arquitectura de Santo Domingo en la categoría “Teoría y Crítica de la Arquitectura”, con la publica-
yectos de carácter urbano como el conjunto Ecológico Cayetano Germosén; la revalorización de la Zona Histórica ción Archivos de Arquitectura Antillana, y numerosos primeros y segundos lugares en la Bienal de Arquitectura de
de la ciudad de Santo Domingo, en la que ha proyectado y dirigido la restauración de numerosos monumentos co- Santo Domingo, en la Bienal de Arquitectura del Caribe y en la Bienal Nacional de Artes Visuales. Ha sido charlista
mo las Casas Reales y su museografía, la Casa de Bastidas, la Catedral Metropolitana y calles completas como la invitado en las universidades del país y en España, México, Estados Unidos, Colombia, Argentina, Trinidad y Toba-
de Los Nichos (Pellerano Alfau). Conjuntamente con el Arq. Manuel Valverde Podestá, llevó a cabo varios de los más go, Guadalupe, Martinica, etc. Ha sido catedrático por 20 años en la UNPHU y en UNIBE. Su obra como crítico y co-
importantes parques urbanos de la Capital de la República como son: El Parque Mirador del Sur, el Parque Mirador mo arquitecto ha sido publicada en numerosos libros, revistas y periódicos locales e internacionales. De 1996 al
del Este y el Parque Zoológico Nacional. Articulista en revistas y periódicos, cabe mencionar la serie de más de cien 2000 fungió como consejero de Arquitectura y Monumentos del Consejo Presidencial de Cultura.
ensayos que sobre asuntos urbanos e historia de la arquitectura dominicana publicó, en el periódico El Caribe des- El Estudio Moré Arquitectos ha desarrollado una sólida experiencia profesional en las áreas institutionales, comercia-
de 1980. les, residenciales, urbanísticas y de restauración. Actualmente brinda servicios profesionales a nivel nacional e inter-
Premio Loyola 1994 por su labor en la restauración de monumentos coloniales de Santo Domingo. Reconocimien- nacional.
to del Núcleo de Arquitectura del CODIA con motivo del XXVI Aniversario por la relevante labor en la Protección, Con-
servación, Rescate y Divulgación del Patrimonio Arquitectónico Dominicano. Es Comendador de la Orden de Isabel JOSE ENRIQUE DELMONTE SOÑÉ
La Católica, reconocimiento otorgado por el Rey Juan Carlos I, en 1976. Durante el Pontificado de Paulo VI fue de- José Enrique Delmonte Soñé (Santo Domingo, 1964). Arquitecto e historiador de la arquitectura dominicana egresa-
signado Commendatorem Ordinis Santi Gregorii Magni; en 1977, Caballero de la Soberana Orden de Sanjuán de Je- do de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) en 1988. Su Proyecto de Grado versó sobre la Épo-
rusalén Rodas y Malta. ca Republicana en la Arquitectura, Ciudad Intramuros, 1844-1930, convertido en el más completo estudio sobre el
En los últimos años ha recibido las siguientes premiaciones: Premio Nacional de la Crítica de Arte (Categoría Libro), tema que haya sido publicado hasta su momento, con la co-autoría de Ricardo Rodríguez Marchena y Martín Mer-
en 1998, Asociación Dominicana de Críticos del Arte. Premio Nacional de Historia Juan Pablo Duarte, en 1999, Se- cedes. Realizó un posgrado en preservación de monumentos en University of Florida, en Gainesville, Florida, a tra-
cretaría de Estado de Educación. Miembro de Honor del ICOMOS, 1999, Comité Dominicano del ICOMOS. Gran Pre- vés del Plan CARIMOS. Cursó el Magíster en Historia de la Arquitectura y el Urbanismo Latinoamericanos en la Univer-
mio Bienal (Excelencia en todas las categorías), en el año 2000: Bienal Nacional de Arquitectura. Primer Premio 5ta. sidad Nacional de Tucumán, Argentina y es Magíster egresado de la Maestría en Restauración de Monumentos y
Bienal de Arquitectura, Federation Caribeenne des Associations Architects, Concurso General Internacional, año Bienes Culturales, de la UNPHU, bajo los auspicios de la Unión Europea.
2002. Patrimonio Viviente de la Arquitectura, Sociedad de Arquitectos de la República Dominicana, año 2004. Pre- Fue Director del Departamento de Historia, Teoría y Restauración de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo de la
mio a la Excelencia Profesional, Fundación de Jóvenes en Desarrollo, año 2005. UNPHU y Decano de la Facultad de Arquitectura y Artes de esa misma universidad. Desde 1991 ha sido profesor de
Diseño, asesor de Proyectos de Grado y profesor de Historia de la Arquitectura Dominicana en la UNPHU y en la Uni-
versidad Iberoamericana (UNIBE). En 2004, fue contratado por el Banco Mundial para realizar el documento de las
GUSTAVO LUIS MORÉ GUASCHINO Disposiciones Arquitectónicas en Edificaciones, que forma parte del Reglamento General de Edificaciones de la Re-
Nace en Santo Domingo, el 3 de mayo de 1956. Paralelamente a la práctica en el mundo de la arquitectura, el ur- pública Dominicana que regirá el sistema de diseño y construcción en el país de acuerdo a las normativas interna-
banismo y el diseño, Gustavo Luis Moré desempeña una intensa labor de investigación y editorial en toda el área del cionales. Es miembro del Consejo Nacional para el Fomento del Turismo (Confotur) y fue Subsecretario de Estado
Gran Caribe y particularmente en la República Dominicana, donde edita desde 1996 los Archivos de Arquitectura de Cultura para el área de Patrimonio Cultural, donde impulsó la creación de la Comisión Rectora de la Ciudad Co-
Antillana, Revista Internacional de Arquitectura, Urbanismo, Historia y Cultura en el Gran Caribe. Ha publicado recien- lonial y la ley del Patrimonio Cultural.
temente dos importantes obras editoriales: el Manual Bibliográfico sobre la Arquitectura y el Urbanismo en la Histo- Colabora con artículos y publicaciones en revistas especializadas dominicanas e internacionales y es invitado con fre-
ria del Gran Caribe 1492-2000, patrocinada por la Secretaría de Estado de Cultura, a través del Museo de las Ca- cuencia a ofrecer conferencias sobre la arquitectura dominicana. Pertenece al Consejo de Administración del Comité
sas Reales; y la obra titulada Arquitectura y Arte del Banco Central de la República Dominicana, editada junto a otros Dominicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), al Comité Dominicano del Grupo Internacio-
autores para la celebración del 60 aniversario del Banco Central. nal para la Documentación y la Conservación de edificios, sitios y vecindarios del Movimiento Moderno (DOCOMOMO).
Moré es el director principal de la firma Moré Arquitectos, incorporada formalmente en 1987. Graduado en la Uni- Preside la Fundación Erwin Walter Palm, Inc., institución dedicada al estudio y divulgación de la arquitectura y el ur-
versidad Nacional Pedro Henriquez Ureña (1979), el Arq. Moré posee una experiencia académica de más de 30 banismo del Caribe, donde fue el director del equipo que realizó la Guía de Arquitectura de Santo Domingo, editada
años, incluyendo estudios de posgrado en las Universidades de Florencia (Centro Studi per il Restauro dei Monu- en 2006 por la Junta de Andalucía, España. En noviembre de 2006, se desempeñó como director del Comité Orga-
menti e dei Centri Historici, Italia); GSD en Harvard, en Florida donde fue Fulbright Scholar; en la National Gallery of nizador de la VIII Bienal Internacional de Arquitectura de Santo Domingo, realizada en el Museo de Arte Moderno de
Art en Washington (EE.UU.); y en la Universidad Nacional Autónoma de México, entre otras instituciones. Santo Domingo. Ejerce como arquitecto diseñador, investigador y consultor a través de su firma privada.

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