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La contaminación del medio ambiente constituye uno de los problemas más críticos en el
mundo y es por ello que ha surgido la necesidad de la toma de conciencia la búsqueda de
alternativas para su solución.
2. CAMBIO CLIMÁTICO:
El cambio climático es uno de los problemas ambientales más graves al que se enfrenta la
humanidad, es atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la
composición de la atmósfera mundial Los estudios científicos muestran que el planeta se
enfrentará a desastres humanos y naturales irreversibles si la concentración atmosférica de
CO2 continúa por encima de 350 partes por millón.
3. DEGRADACIÓN DE PASTOS ALTO–ANDINOS:
El mar no solo es una de las principales fuentes de recursos naturales sino también el hogar
de muchas especies que hoy en día corren el riesgo de ser exterminadas por la pesca
irresponsable que ocurre en varias partes del mundo, incluido el Perú.
DESASTRE AMBIENTAL EN SANTA MARIA (Campiña de Huacho) POR DERRAME QUÍMICO DE
ÁCIDO CLORHÍDICO
Raúl Brañes
Es el conjunto de normas jurídicas que regulan las conductas humanas que pueden influir
de una manera relevante en los procesos de interacción que tienen lugar entre los
sistemas de organismos vivos y sus sistemas de ambiente mediante la generación de
efectos de los que se espera una modificación significativa de las condiciones de
existencia de dichos organismos.
Javier Junceda
Se puede definir como el conjunto de reglas y principios preservadores de la naturaleza y
de sus elementos constitutivos básicos o esenciales para su complejo equilibrio: aire,
espacios y especies protegidas, paisaje, flora, fauna, aguas, montes, suelos, subsuelos y
recursos naturales.
DIFERENCIA ENTRE DERECHO AMBIENTAL Y ECOLOGICO
b) Derecho al uso
Mientras “el desastre ecológico” no existió, los malos usos de la naturaleza no fueron
advertidos, ni por la técnica ni por la política, ni por el derecho. Y los principios de propiedad
establecidos fueron eficientes para regular el uso de los bienes naturales.
Pero la estructura jurídica empezó a dar síntomas de obsolescencia e inoperancia y las
leyes empezaron a disponer primero normas de uso técnico, que implicaron, antes que
nada, normas morales incorporadas al derecho positivo.
d) Nuevas regulaciones
Nace entonces un verdadero ilícito de daño civil aplicable a la destrucción de la naturaleza,
especie que en lo particular admite incluso un ilícito penal.
Para resolver la situación, crea y regula el Estado diversas formas de impuestos,
gravámenes, y servicios económicos, cuya base moral cabe cuestionar, dado que debe
pensarse primero en resolver la situación producida, en la que los actuales contribuyentes
no han sido los causantes del daño.
Frente a tal aserto, cabe fijar nuevas pautas. Buscar a su vez que sean justas. Evitar que
deban afrontar el pago de tributos quienes no provocaron el daño. Y, al contrario, garantizar
la justicia de la contribución en quienes lo hubieran provocado.
El principal desafío para el derecho ambiental en las próximas décadas será desmitificar y
separar lo jurídico y científico de lo "religioso o pseudo religioso y mágico de corte fetichista
y politeísta" que invocan en forma permanente y sistemática muchas sectas religiosas con
fachada de ONG.
Creencias estas que suelen confundir, por la prosecución de otros fines, a la población en
general haciendo creer que todo contamina y es perjudicial sin entender conceptos como
uso sustentable.
Revertir la tendencia que convierte sistema jurídico en un mero apéndice del status quo
jurídico-político, en campo singular de la inflación legal, apenas distinguible de las otras
ramas del derecho por los nuevos bienes jurídicos asignados a su tutela, las nuevas
técnicas periciales, algunos cambios procesales y la tipificación de nuevas conductas
delictivas.
En el presente y hacia el futuro inmediato, el derecho ambiental deberá reflexionar sobre
sus propios fundamentos teóricos y principios jusfilosóficos a fin de avanzar hacia la
formación de una cultura legal ambiental fundada en el ejercicio democrático de los
derechos ambientales, dependientes de los derechos fundamentales y, especialmente, los
derechos a la participación, a la información y al conocimiento, es decir, del derecho a
pensar.
En esta agenda hay dos tareas sobresalientes: la primera, democratizar la justicia
ambiental; la segunda, identificar procedimientos judiciales y no judiciales para tratar los
conflictos ambientales.