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PRINCIPALES PROBLEMAS AMBIENTALES EN EL PERÚ

La contaminación del medio ambiente constituye uno de los problemas más críticos en el
mundo y es por ello que ha surgido la necesidad de la toma de conciencia la búsqueda de
alternativas para su solución.

1. SOBRE POBLACIÓN RURAL Y URBANA:


El aumento continuo de la población, su
concentración progresiva en grandes
centros urbanos y el desarrollo industrial
ocasionan, día a día, más problemas al
medio ambiente conocidos como
contaminación ambiental. Ésta consiste
en la presencia de sustancias (basura,
pesticidas, aguas sucias) extrañas de
origen humano en el medio ambiente,
ocasionando alteraciones en la estructura
y el funcionamiento de los ecosistemas.

2. CAMBIO CLIMÁTICO:
El cambio climático es uno de los problemas ambientales más graves al que se enfrenta la
humanidad, es atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la
composición de la atmósfera mundial Los estudios científicos muestran que el planeta se
enfrentará a desastres humanos y naturales irreversibles si la concentración atmosférica de
CO2 continúa por encima de 350 partes por millón.
3. DEGRADACIÓN DE PASTOS ALTO–ANDINOS:

Debido a una ineficiente política de manejo de pasturas. Existen cerca de 20 millones de


hectáreas de pastos y albergan casi el 90 por ciento de la población ganadera nacional.

4. EL PARQUE AUTOMOTOR Y LAS INDUSTRIAS

El parque automotor es el responsable del 70% de la contaminación existente en el Perú y


el porcentaje restante se le atribuye a las industrias estacionarias, advirtió la Dirección de
Calidad ambiental del Ministerio del Ambiente (Minan).

5. ACTIVIDADES DE LA INDUSTRIA PESQUERA DEBIDO A LA SOBREPESCA

El mar no solo es una de las principales fuentes de recursos naturales sino también el hogar
de muchas especies que hoy en día corren el riesgo de ser exterminadas por la pesca
irresponsable que ocurre en varias partes del mundo, incluido el Perú.
DESASTRE AMBIENTAL EN SANTA MARIA (Campiña de Huacho) POR DERRAME QUÍMICO DE
ÁCIDO CLORHÍDICO

Región Lima 21 Abril.- La irresponsabilidad de una Empresa de Transportes, la complicidad


de la policía de Control de Carreteras y la falta de una política de control del traslado de
productos químicos de alta peligrosidad han conllevado que se accidente una cisterna que
trasladaba 17 toneladas de ACIDO CLOHIDRICO (Ácido Muriático de Alta Pureza al 35 %)
a la altura del Kilómetro 151 de la nueva Panamericana Norte. Si bien es cierto solo se
derramó cerca de 3,000 litros, ello ha ocasionado que la población misma y no por orden
de las autoridades, tomen sus medidas de seguridad.
La mayoría se trasladaron a pernoctar en las plazuelas cercanas, el ácido ha llegado a las
acequias y canales de regadíos que desembocaran a gran parte de la Campiña Huachana,
distrito de Hualmay, Barrio de Amay y algunos van al mar. También peligran los pozos de
agua potable 6-7-8 que llega a las casas.
Decenas de personas y sobre todo los niños sufrieron las consecuencias de asfixia,
irritación de las vías respiratorias, la piel, diarreas y vómitos; siendo trasladados al hospital
Regional. Algunos animales domésticos y menores han sufrido mayores estragos, muriendo
mucho de ellos.
La zona ubicada a la altura del Barrio Santa Ana, el Molino, Toma y Calla y la Av. Perú fue
inundada de gases y por las acequias el agua recorría como si estuviera hirviendo.
Recomiendan bañarse con abundante agua y jabón y la ingesta de leche.
Dicho producto químico pertenece a la Empresa QUIMPAC, que recordaran no pagan el
CANON MINERO para Huacho. Lo único que ha hecho esta empresa es acercarse al lugar
del accidente, remover la tierra para que el material sea cubierto, contratar otras unidades
y equipos para recuperar parte del ácido derramado y se han retirado, en conclusión una
vez más se burla de nuestra provincia, ahora que han contaminado nuestra campiña, solo
se han dedicado a recuperar su producto sin la mínima responsabilidad empresarial de
asumir la reparación de los daños ocasionados, o sea siguen fiel a la política Fujimorista
dado que Yoshiyama y Santiago Fujimori son accionistas mayoritarios de QUIMPAC.
También ha quedado demostrado que no existe una política de medidas de seguridad en
medio y pos desastre, la policía y el alcalde de Santa María sólo atinaban a pasar la voz a
los moradores a que desalojan sus casas, eran las 2 de la madrugada y nadie sabía o
indicaba a donde ir. Se generó un caos vehicular por la pésima acción de la policía.
Dos situaciones urgentes se deben de ver, uno: que las autoridades de la Región y la
Provincia se pongan los pantalones y exijan a los dueños de QUIMPAC para que asuman
su responsabilidad indemnizando a los dueños de los terrenos directamente afectados, que
recoja los residuos del ácido que aún se encuentra empozado en algunas vertientes de las
acequias, compra de medicinas a los moradores afectados, y que establezcan una cuenta
bancaria donde depositen dinero mensualmente por las consecuencias a futuro que traerá
este desastre y que paguen el CANON MINERO.
Dos, que se capacite y se implemente a Defensa Civil, los Bomberos, la PNP, la DIRESA y
los medios de prensa que son los más dinámicos y a través de la radio cumplieron un papel
de difundir las medidas de prevención y soluciones en medio del desastre. (Alexander
Palacios)
Conclusión

Con la reforma constitucional de 1994 nuestro país incorporó herramientas jurídicas


fundamentales para garantizar la protección del medio ambiente, así como el desarrollo
sustentable dando pie a la promulgación de leyes en lo referente a Derecho Ambiental.
Las provincias también han adquirido instrumentos importantes para hacer respetar sus
recursos naturales.
También es importante conocer las leyes de presupuestos mínimos.
La reforma ha incorporado a la Constitución Nacional los principios universalmente
admitidos como derechos humanos en lo concerniente a la calidad de vida, disponiendo en
el nuevo artículo 41 que: “Todos los habitantes gozan del derecho a un medio ambiente
sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas
satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de generaciones futuras; y
tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de
recomponer, según lo establezca la ley.
“Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los
recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad
biológica, y a la información y educación ambientales”.
La tutela del ambiente tiene actualmente rango constitucional a partir de la reforma. Se
incorporan así a la Constitución Nacional los dos postulados universalmente reconocidos,
como la calidad de vida y el desarrollo sustentable o sostenible que predica la satisfacción
de las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras. Al imponer
a las autoridades el deber de proveer a la protección de aquel derecho y a la utilización
racional de los recursos naturales, establece imperativamente el deber de preservarlos
mediante el uso racional de ellos para evitar su desmejoramiento o su agotamiento si ellos
fueran no renovables.

DEFINICIONES DE DERECHO AMBIENTAL

Dr. Carlos Aníbal Rodríguez


Es la rama del derecho autónoma, constituido por las normas, principios e institutos que
sistemáticamente regulan las actividades humanas en su interacción con el ambiente

Raúl Brañes
Es el conjunto de normas jurídicas que regulan las conductas humanas que pueden influir
de una manera relevante en los procesos de interacción que tienen lugar entre los
sistemas de organismos vivos y sus sistemas de ambiente mediante la generación de
efectos de los que se espera una modificación significativa de las condiciones de
existencia de dichos organismos.

Javier Junceda
Se puede definir como el conjunto de reglas y principios preservadores de la naturaleza y
de sus elementos constitutivos básicos o esenciales para su complejo equilibrio: aire,
espacios y especies protegidas, paisaje, flora, fauna, aguas, montes, suelos, subsuelos y
recursos naturales.
DIFERENCIA ENTRE DERECHO AMBIENTAL Y ECOLOGICO

Concepto derecho Ambiental: Constituye el conjunto de normas jurídicas regulatorias de


relaciones de derecho público o privado, tendientes a disciplinar las conductas en orden al
uso racional y conservación del medio ambiente, en cuanto a la prevención de daños al
mismo, a fin de lograr el mantenimiento del equilibrio natural, lo que redundará en una
optimización de la calidad de vida.

Concepto derecho Ecológico: Es un conjunto sistematizado de principios y normas jurídicas,


internas e internacionales, que regulan: la actividad humana en su interacción con los
ecosistemas y el medio ambiente

HISTORIA DEL DERECHO AMBIENTAL

La evolución de las normas ambientales ha seguido diversas etapas. La primera,


comprende los preceptos orientados en función de los usos de un recurso (riego, agua
potable, navegación, etc.). La segunda, más evolucionada, encuadra la legislación en
función de cada categoría o especie de recurso natural, coordinando los distintos usos
(aguas, minerales, forestales, etc.). La tercera, orienta la normativa hacia el conjunto de los
recursos naturales. Finalmente, la cuarta etapa toma en consideración el entorno como
conjunto global y atiende a los ecosistemas. Esta última comprende las normas ambientales
en sentido estricto. Estas etapas de la evolución legislativa, aunque sucesivas, no se
excluyen unas a otras.

El Derecho Ambiental se desarrolló como lógica respuesta a la necesidad de explotar los


recursos naturales en un marco de racionalidad, aprovechamiento sostenible y protección
del ambiente. Su evolución ha sido rápida y progresiva, incorporándose paulatinamente en
todas las ramas jurídicas y adquiriendo, a su vez, autonomía propia como disciplina
vinculada con casi todas las ciencias.
Un poco de historia: Aquí mostramos algunos acontecimientos que impulsan el avance del
Derecho Ambiental y que van creando y modificando conceptos fundamentales.
• Primavera Silenciosa (1962) de la bióloga norteamericana Rachel Carson, fue el bestseller
que fundó las bases del ecologismo moderno. La autora habla acerca de la gran cantidad
de venenos en forma de insecticidas, plaguicidas y herbicidas que el hombre vierte al medio
poniendo en peligro su supervivencia y la de todos los organismos que en él habitan.
• La Conferencia de Estocolmo de 1972 centró la atención internacional en temas
medioambientales, especialmente los relacionados con la degradación ambiental y la
contaminación transfronteriza. Este último concepto era muy importante, ya que señalaba
el hecho de que la contaminación no reconoce los límites políticos o geográficos y afectos
a los países, regiones y pueblos más allá de su punto de origen. Estos problemas medio
ambientales mundiales tan importantes incluyen, por ejemplo, todo tipo de contaminación,
el cambio climático, la reducción de la capa de ozono, el uso y administración de los
océanos y los recursos de agua dulce, la deforestación excesiva, la desertificación y la
degradación de la tierra, los vertidos peligrosos y la disminución de la diversidad biológica.
• En la Cumbre para la Tierra de 1992 se reconoció internacionalmente el hecho de que la
protección del medio ambiente y la administración de los recursos naturales deben
integrarse en las cuestiones socioeconómicas de pobreza y subdesarrollo. Esta idea ha
sido recogida en la definición del término desarrollo sostenible (o sustentable) hecha por la
Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo (la Comisión Brundtland) en 1987
como “el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la habilidad
de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”. Este concepto fue
diseñado para satisfacer los requisitos de los partidarios del desarrollo económico así como
los requisitos de los que están interesados principalmente en la conservación medio
ambiental.
La reunión de Río de Janeiro señaló que los diferentes factores sociales, económicos y
medio ambientales son interdependientes y cambian simultáneamente. El objetivo principal
de la Cumbre fue introducir un programa extenso y un plan nuevo para la acción
internacional en temas de medio ambiente y de desarrollo que ayudarían a guiar la
cooperación internacional y el desarrollo de programas en el próximo siglo.
• El Protocolo de Kyoto es un instrumento internacional, consensuado en 1997 y auspiciado
por la ONU, para luchar contra el cambio climático. El objetivo es que los países
industrializados reduzcan en forma gradual sus emisiones de gases de efecto invernadero
(GEI) en promedio un 5,2% en relación al nivel de 1990. Hay compensaciones financieras
para facilitar el cumplimiento de la meta.

Evolución de los Principios Ambientales

a) El Derecho Romano y la naturaleza


Desde el punto de vista del derecho romano, los recursos naturales-la tierra, el agua, los
yacimientos minerales, la flora, la fauna, los recursos panorámicos y el ambiente en sí- son,
en términos generales, “res communi”, es decir, cosas de la comunidad, que pueden ser
empleadas por todos, salvo en cuanto hubieren determinado derechos particulares sobre
pequeñas porciones individuales.
Mientras los usos particulares de los recursos no afectaron en general la naturaleza (por
ser relativamente inidóneos para provocar verdaderos desastres ecológicos), ningún
obstáculo legal o económico impidió el uso y el abuso de tales bienes.

b) Derecho al uso
Mientras “el desastre ecológico” no existió, los malos usos de la naturaleza no fueron
advertidos, ni por la técnica ni por la política, ni por el derecho. Y los principios de propiedad
establecidos fueron eficientes para regular el uso de los bienes naturales.
Pero la estructura jurídica empezó a dar síntomas de obsolescencia e inoperancia y las
leyes empezaron a disponer primero normas de uso técnico, que implicaron, antes que
nada, normas morales incorporadas al derecho positivo.

c) Espíritu de las normas legales


Así, por ejemplo, el derecho de aguas trae, desde el siglo pasado, principios y
recomendaciones que tienden un uso sustentable del recurso, y tal tipo de normas fue
también instrumentándose en otras regulaciones.
Nuestro Código Civil en su reforma de 1968, al abandonar el principio del abuso y disponer
de algunas normas tendientes a la conservación de recursos y adecuado parcela miento de
inmuebles, demuestra un cierto espíritu de reacción contra los postulados hasta entonces
existentes.
Un concepto moral, en el uso de la propiedad, empezó a exhibirse en la legislación, que
tiende en primer lugar a restringir usos no sustentables.
Pero el resultado de tal tipo de regulaciones no produce un efecto espectacular e inmediato.
Al contrario, pese a las buenas intenciones del legislador no existen medidas plenamente
efectivas de reacción, y así, en nuestro país, presenciamos evidentes formas de uso no
sustentable de difícil corrección por la legislación.

d) Nuevas regulaciones
Nace entonces un verdadero ilícito de daño civil aplicable a la destrucción de la naturaleza,
especie que en lo particular admite incluso un ilícito penal.
Para resolver la situación, crea y regula el Estado diversas formas de impuestos,
gravámenes, y servicios económicos, cuya base moral cabe cuestionar, dado que debe
pensarse primero en resolver la situación producida, en la que los actuales contribuyentes
no han sido los causantes del daño.
Frente a tal aserto, cabe fijar nuevas pautas. Buscar a su vez que sean justas. Evitar que
deban afrontar el pago de tributos quienes no provocaron el daño. Y, al contrario, garantizar
la justicia de la contribución en quienes lo hubieran provocado.

EVOLUCIÓN DEL DERECHO AMBIENTAL EN AMÉRICA LATINA


En la evolución del derecho ambiental en América Latina es posible distinguir tres periodos:
el primero comprende el prolongado interregno de producción legislativa iniciado en el siglo
XIX con la promulgación de las primeras constituciones y códigos civiles. Herederas de
disposiciones dispersas sobre el uso de los recursos naturales, las piezas legislativas
promulgadas en este período, ajenas a consideraciones ecológicas y, especialmente, al
concepto de derechos ambientales, operaron más como filtro burocrático para asegurar el
control de la oferta ambiental que como mecanismo de administración pública. Buena parte
de ese material legislativo sobrevive como legislación sectorial. Este periodo alcanzó su
clímax en la posguerra, a través del modelo de «desarrollo» propagado por las instrucciones
Breton Woods. La Conferencia sobre el Medio Humano celebrada en Estocolmo en 1972
inauguró un segundo período en la historia de la normativa ambiental latinoamericana. En
menos de una década se iniciaron proyectos para recuperar y sistematizar elementos de
derecho ambiental esparcidos en multitud de decretos y reglamentaciones sobre los
recursos naturales renovables y no renovables, reunir piezas de legislación dispersas sobre
los recursos naturales, la salud pública, las aguas, los bosques, la caza, la pesca, el control
sanitario y el sistema de parques nacionales. Este proceso condujo, en algunos casos, a la
promulgación de códigos ambientales o marcos normativos de legislación ambiental. Entre
1974 y 1990 varios países adoptaron una ley marco en asuntos ambientales.
Aunque la perspectiva patrimonial del ambiente mantuvo su hegemonía, durante este
período se gestaron concepciones críticas sobre el modelo de desarrollo dominante en
América Latina y se ensayaron metodologías para incorporar la "dimensión ambiental" en
los planes y proyectos de desarrollo. Si bien durante este período cada país contaba, por
lo menos, con una agencia gubernamental dedicada al manejo de los recursos naturales y
el control ambiental, esta época se caracterizó por la ausencia de voluntad política y por la
falta de una significativa inversión pública para hacer efectiva la protección ambiental. Por
regla general en la práctica administrativa de la mayoría de estos países la protección del
ambiente fue una tarea secundaria, desligada de las restantes prioridades públicas de la
planeación económica nacional. La dimensión ambiental no estuvo incorporada en las
políticas económicas, de asentamientos humanos y ordenamiento territorial, mientras que
el nivel de «conciencia ambiental» fue especialmente bajo entre los ejecutores de
decisiones públicas. La percepción de la crisis ambiental a escala mundial fue
contemporánea del reporte «Nuestro Futuro Común» de la Comisión Mundial de Medio
Ambiente y Desarrollo, con cuya publicación en 1987 se inicia el proceso global de interés
ambiental a escala planetaria que concluye cinco años más tarde con la Cumbre de la Tierra
en Río de Janeiro (1992). El tercer periodo en la evolución del derecho ambiental
latinoamericano fue contemporáneo de este proceso de institucionalización política del
ideario ambiental que, en el orden jurídico se ha distinguido, especialmente, por el
reconocimiento del derecho a un ambiente sano y su consagración como derecho
fundamental y/o colectivo en las constituciones de la mayoría de los países de la región.
Entre los diferentes países del continente no existe uniformidad en cuanto al grado de
desarrollo de sus instrumentos legales y de política ambiental. Esta diferencia se extiende
a todos los estratos de la jerarquía normativa y a las múltiples materias reguladas, y la
consolidación de algunos de sus muchos aspectos, como la adopción de una ley nacional
del ambiente por el Estado respectivo, o el nivel de participación ciudadana en la gestión
ambiental, pueden ser indicadores para determinar la madurez o desarrollo del sistema
jurídico ambiental en un país dado.
La adopción de una ley orgánica o ley marco ambiental es un prerrequisito para garantizar
la existencia de un sistema jurídico coherente de política y gestión ambiental y en este
sentido las diferencias se han disipado en la última década, pues 17 de los 20 países de la
región cuentan con una ley marco ambiental, y aquellos que aún no la poseen están
comprometidos en su formulación. Esto ha llevado a Raúl Brañes a considerar que el
balance del derecho ambiental en la región es alentador. En este orden de ideas el paso
más significativo ha sido la consolidación en la década de los noventa de la tendencia a
elevar los principios ambientales a rango constitucional. En las constituciones de los países
latinoamericanos se encuentran, en primer lugar, preceptos que consagran el dominio
público y la propiedad del Estado sobre el ambiente y los recursos naturales del país; en
segundo lugar, principios de política ambiental y, finalmente, aquellos que reconocen el
derecho al ambiente como derecho fundamental, colectivo o social, así como principios de
equidad intergeneracional y «derechos de la naturaleza». Otro avance significativo ha sido
la consagración de instrumentos y remedios legales de justicia constitucional para
garantizar los derechos humanos que han estimulado la democratización del acceso a la
justicia como vías efectivas y eficientes para garantizar la protección de los derechos
fundamentales. Respecto a las tarifas legales de responsabilidad daños ambientales, la
tendencia es hacia el establecimiento de la responsabilidad objetiva y la presunción de
responsabilidad asociada a actividades peligrosas o de riesgo ambiental. La ampliación de
los mecanismos de control y la definición precisa de sanciones administrativas y medidas
preventivas es un rasgo sobresaliente de la administración ambiental. La normativa penal
ecológica se viene perfilando como un campo especializado del derecho penal y la política
criminal en medio ambiente es un tema significativo en la agenda académica.
El campo de los recursos genéticos constituye por si mismo uno de los mayores desafíos
que deberá enfrentar el derecho ambiental en el inmediato futuro, especialmente respecto
a la amenaza que representa la manipulación genética sin límites éticos y legales para la
biodiversidad y la integridad del ambiente. En este sentido será necesario avanzar hacia
una armonización regional del marco legal de la bioseguridad.
Otro campo no menos desafiante es el transporte motorizado, “núcleo duro” de la gestión
ambiental, entre cuyas externalidades deben contabilizarse tanto por los graves impactos
sobre la calidad del aire en las ciudades y su contribución al incremento de los gases de
efecto invernadero como sus costos sociales.
LOS DESAFÍOS DEL DERECHO AMBIENTAL EN EL SIGLO XXI

El principal desafío para el derecho ambiental en las próximas décadas será desmitificar y
separar lo jurídico y científico de lo "religioso o pseudo religioso y mágico de corte fetichista
y politeísta" que invocan en forma permanente y sistemática muchas sectas religiosas con
fachada de ONG.
Creencias estas que suelen confundir, por la prosecución de otros fines, a la población en
general haciendo creer que todo contamina y es perjudicial sin entender conceptos como
uso sustentable.
Revertir la tendencia que convierte sistema jurídico en un mero apéndice del status quo
jurídico-político, en campo singular de la inflación legal, apenas distinguible de las otras
ramas del derecho por los nuevos bienes jurídicos asignados a su tutela, las nuevas
técnicas periciales, algunos cambios procesales y la tipificación de nuevas conductas
delictivas.
En el presente y hacia el futuro inmediato, el derecho ambiental deberá reflexionar sobre
sus propios fundamentos teóricos y principios jusfilosóficos a fin de avanzar hacia la
formación de una cultura legal ambiental fundada en el ejercicio democrático de los
derechos ambientales, dependientes de los derechos fundamentales y, especialmente, los
derechos a la participación, a la información y al conocimiento, es decir, del derecho a
pensar.
En esta agenda hay dos tareas sobresalientes: la primera, democratizar la justicia
ambiental; la segunda, identificar procedimientos judiciales y no judiciales para tratar los
conflictos ambientales.

Antes de considerarlas, cabe preguntarnos si existe en las hipótesis a describir la


posibilidad de encontrar el germen de un derecho fiscal ambiental.
Veamos algunas leyes y su contenido fiscal.

a) Ley 13.660, de seguridad y salubridad de instalaciones.


Por esta ley del año 1949 se establecen las normas a que deberán ajustarse las
instalaciones de elaboración, trasformación y almacenamiento de combustibles sólidos
materiales, líquidos o gaseosos, a fin de satisfacer la seguridad y salubridad de las
poblaciones.
b) Ley 13.577, de 1949, y su modificatoria ley 20.324, Ley Orgánica de la
Administración de Obras Sanitarias de la Nación.
La ley promulgada en 1949 fijó atribuciones para prevenir la contaminación de las aguas.
Autorizó a Obras Sanitarias de la Nación a tomar las medidas necesarias para sanear los
cursos de agua en cuanto pueda afectar la salubridad de las poblaciones.
La ley prevé la clausura de los establecimientos industriales cuyos propietarios no
cumplieren con las normas establecidas.
Además, encarga al organismo administrador la vigilancia de los vehículos que trasporten
líquidos residuales y se autoriza a imponer multas por contravenciones.

c) Ley 20.284, Normas para la Preservación de los Recursos del Aire.


Se expresa en sus fundamentos “que el aire, el agua y el suelo son los elementos que
conforman el ambiente ecológico en que se desenvuelve el hombre y toda acción que tienda
a preservarlos en las mejores condiciones posibles está dirigida a las sociedades que se
sirven de ellos”.
d) Ley 24.051, que regula los residuos peligrosos y la importación de basura.
e) Ley 5965/58 de la Provincia de Buenos Aires, de protección de las fuentes de
provisión y de los cursos y cuerpos receptores de agua y de la atmósfera. Su objeto
es evitar la contaminación de dichos elementos.
Así, por ella, se prohíbe el envío de efluentes residuales, sólidos, líquidos o gaseosos de
cualquier origen, a la atmósfera, canalizaciones, arroyos, acequias, riachos, ríos y a toda
otra fuente, que importe una degradación del aire o de las aguas, sin que previamente se
efectúe un tratamiento de depuración o neutralización de tales residuos que los convierta
en inocuos e inofensivos para la salud de la población.

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