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LA VOCACIÓN DOCENTE
Una construcción y transformación permanente
Resumen
Pisichay qillqa
Palabras Clave
La vocación del maestro, es el título del presente; y, más que eso, es una invitación a la
reflexión acerca de la vocación del educador hoy en día, y cómo esta vocación es trabajada
desde las ESFM´s en el Estado Plurinacional; ¿es la vocación un don con el que se nace,
o es algo que se va formando en las casas de estudios superiores a medida que transcurren
los años? Esta pregunta es la menos considerada al momento de admitir estudiantes a las
escuelas normales del país, y es precisamente que el presente ensayo considera estos
puntos: la vocación, la autoformación, el compromiso y la pasión del estudiante “normalista”,
como aun se lo conoce en nuestro contexto; frente a su formación y a su futura tarea de
educador de cientos y miles de niños y jóvenes.
Una de las razones fundamentales del presente, es mostrar que a partir de la educación
podemos transformarnos a nosotros mismos y también coadyuvar a proceso de la
transformación social.
LA VOCACIÓN DOCENTE
La vocación del maestro, es un llamado y una invitación a la reflexión sobre la tarea docente;
la pregunta con la que se abrió el presente, es acerca de que si ¿Nacemos con vocación o
la vocación se va construyendo en el camino?; durante la experiencia de intercambio entre
E.S.F.M’s “Simón Rodríguez” y “Mariscal Sucre”, en la ciudad de Sucre – Bolivia; se abordó
con mucha sutileza este tema, pues es una cuestión bastante observada por la opinión de
propios y extraños, dentro y fuera de nuestras casas superiores de estudios.
A cerca de la pregunta planteada; las respuestas fueron claras, pues es verdad que por un
lado, muchas compañeras y compañeros entramos a las E.S.F.M’s con esa convicción de
que estamos cumpliendo un sueño, es decir que tenemos la certeza que, es por vocación
y desde un principio orientamos nuestro proceso de crecimiento y transformación al
fortalecimiento de la vocación que se siente; en este caso, el llamado de la vocación
docente, es más un compromiso de mantener esa llama encendida durante todo el proceso
formativo; como menciona Freire (1997): “Debemos vivir constantemente una aventura,
que en el proceso y en el cotidiano no dejemos que factores externos e internos apaguen
esa llama”, como menciona Freire, la aventura uno mismo la construye en el camino; no
dejemos que esa convicción tan firme y bella se pierda en el camino o que se distorsione,
trabajemos más por mantener esa vocación encendida y viva en nosotros, porque exististe
el riesgo que el cansancio, la monotonía, la
comodidad, entre otros “vicios”, termine por
consumir nuestras fuerzas y nuestras
ansias de ser un verdadero agente de
cambio y transformación social.
Muchos docentes que siguieron la carrera por vocación terminan en las aulas como por
obligación, pero también muchos docentes que tuvieron la oportunidad de construir una
vocación resultan siendo los docentes más comprometidos con la causa educativa.
No hay enseñanza sin investigación; menciona Freire, pero la investigación desde nuestro
punto de vista es una aptitud, es una técnica que uno mismo va perfeccionando; la pregunta
es cómo, sin embargo la respuesta es clara, la práctica, la dedicación, el amor por el saber,
y recaemos en la autoformación nuevamente, esa sed de saber más, conocer más y no de
quedarnos ahí, sino de trascender más allá de los procesos educativos en nuestras ESFMs,
pero también transmitir estos nuevos conocimientos, estas comprensiones a la comunidad
educativa, a nuestros compañeros, a nuestras compañeras, a los docentes, etc. esto nos
ayuda a crecer, porque el que enseña también aprende, y el que aprende enseña.
¿Qué se busca al estudiar está carrera tan noble del ser educador?; ¿buscamos esa
vocación de servicio’, ¿el impartir algo con lo que nacemos’, o ¿la vocación se la va
trabajando y fortaleciendo desde que ingresamos a estudiar?; estas preguntas debemos
responderlas cada uno de nosotros todos los días; cuando no comprendamos algo, el
buscar, que se convierta en una nueva pasión, cuando queramos saber algo más, el
encontrarnos con eso que no conocíamos o no comprendíamos, que se convierta en una
fiesta y que a medida que vayan pasando los días con nuestras acciones concretas en pro
de la vocación de ser maestros, busquemos la satisfacción de lo que somos y a donde nos
dirigimos.
“Los que hemos pasado por la escuela tradicional, recibimos muchas clases en las
que no hay nada excepto transferencia de conocimiento oral, un canal verbal para
la transmisión de conocimiento. Raramente fuimos provocados, de una forma
excitante, por una reinvención creativa del lenguaje en la que este nos obligara a
repensar la manera de ver la realidad”
Por lo tanto, el maestro Freire, nos indica que la brecha fue abierta por educadores osados,
como los de nuestro modelo educativo actual; educadores con vocación que en vez de
impartirnos una clase tradicional y cuidar con esto la imagen de su institución, nos dejan a
los estudiantes que reinventemos creativamente a partir de nuestro lenguaje, nuestra
realidad y la abordemos y la cuestionemos; y a la par trabajemos en nuestra vocación a
partir del ejemplo que estos educadores sin miedo y osados nos dan día a día.
Algo que deja atónito a cuanto lo lee, es las palabras que Freire (2012), cuando indica que
la práctica educativa es algo muy serio, el dice que en esta práctica tratamos con gente,
niños, adolescente y adultos, participamos en su formación y los ayudamos o los
perjudicamos; entonces la vocación de quien pretende enseñar debe quedar muy clara,
estamos dispuestos a seguir en este camino y de cambiar algunas miradas que hasta hoy
resultaban inconclusas en nuestra formación de ser acompañadores y ya no conformarnos
con una idea nada mas en contenidos, así apostar a la autoformación para generar auto-
consciencia en nosotros mismos y en día.dad de la que también aprendemos día con día.
Conclusión
Paulo Freire, nos invita a “soñar, a osar y a luchar. A soñar sueños posibles. A osar hacer
posibles los sueños imposibles de hoy. A luchar siempre por concretar los sueños de
transformación hacia un mundo mejor y más justo” (Freire: 2001, p 16).
A manera de conclusión se puede afirmar que la vocación puede ser construida con un
poco de amor y pasión por lo que vivimos día con día, y más una cuando nos relacionamos
con la realidades de nuestro contexto y cuando salimos a otros contextos, con los viajes de
estudios, con los viajes de intercambios con otras E.S.F.M´s, con las visitas a la
comunidades, cuando realizamos las prácticas educativas comunitarias; por lo tanto la
vocación de un maestro que acompaña es una cuestión importante que todos debemos
conocer, para ser más osados, trabajar, luchar y construir una sociedad y un país más justo
y digno de nuestras futuras generaciones.
El haber intercambiado experiencias con los compañeros de la ESFM “Mariscal Sucre”, nos
sirvió para entender que la práctica educativa, no solamente debemos conocerla, sino que
debemos vivirla; y es a partir de esta visita que, comprendimos muchos de nosotros que la
vocación es cuestión de compromiso con uno mismo y con la comunidad; que debemos
apostar por la auto-formación para conocer un poco más de lo que somos, a donde nos
dirigimos y trabajar, estar más seguro día con día de nuestra identidad y entender además
que educar, no es enseñar sino que, educar es acompañar un proceso de crecimiento
holístico en y para la comunidad.
Bibliografía
Freire Paulo (2001). Pedagogía de los sueños posibles. Por qué docente y alumnos
necesitan reinventarse en cada momento de la historia. Pág. 16. Buenos Aires,
Argentina: Siglo XXI
Freire Paulo (2009).El grito Manso. Pág. 27. Buenos Aires, Argentina: Sigo XXI
Freire Paulo (2012).Cartas a quien pretende estudia. Pág. 67. Buenos Aires,
Argentina: Siglo XXI
Freire Paulo (2014).Miedo y osadía. La cotidianidad del docente que se arriesga a
practicar una pedagogía transformadora. Pág. 91. Buenos Aires, Argentina: Siglo
XXI