Professional Documents
Culture Documents
Introducción
Si la lógica y la razón nos habían llevado tan lejos era evidente que se debía
aplicar también a la ética y a la política, nuestra capacidad de reflexionar no solo
nos hace entender la física si no también nuestra sociedad, nuestra historia y
hasta nosotros mismos, la razón nos lleva por el camino de la libertad aquí nace el
movimiento de la ilustración preocupado por dotar al pueblo de educación y de
sentido crítico, su primera gran victoria fue la revolución francesa que
paradójicamente terminaría en un totalitarismo. En su manifiesto sobre la
ilustración el filósofo prusiano Kant dijo: “la ilustración es la liberación del hombre
de su culpable incapacidad.
La capacidad significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía de
otro.
¡Separe aude! ¡Ten valor para servirte de tu propia razón!: he aquí el lema de la
ilustración.”
Utopía viene del griego no lugar y describe un sitio que no existe, cuando los
presentadores de la tele nos dicen una y otra vez que la utopía no existe no
podemos quitarles la razón por lo menos no etimológicamente, la utopía es un
horizonte y todos los relatos del progreso aspiran a alcanzarlo, la teoría marxista
es una de las meta narrativas del progreso, para Marx la historia se movía en una
dialéctica de lucha de clases dicho de una manera sencilla: para Marx el motor de
la historia era la rebelión de los oprimidos contra los opresores, de los que
controlan los medios de producción contra los sometidos por ellos, en el siglo XIX
Marx identifico como oprimida a la clase obrera y como opresor al sistema
capitalista algo más que evidente incluso en el Londres victoriano en el que el
filósofo paso varios años, la teoría comunista propone la colectivización de los
medios de producción en masa a manos del pueblo y la paulatina desaparición del
estado, las naciones y la guerra.
Un mundo sin clases es un mundo sin luchas este era el objetivo final, el fin de la
historia, el fin de esta dialéctica sangrante de opresores y oprimidos; pero el
marxismo no es la única narrativa utópica podemos encontrar el fin de la historia
en muchas otras manifestaciones ideológicas, una de ellas es el relato religioso
pre moderno que encuentra el fin de la historia en el apocalipsis, las tres grandes
religiones de occidente creen en este momento, en el cual la violencia del mundo
terminara en una paz perpetua bajo las alas del gran pajarito mandón.
Otra es la fantasía del capitalismo radical que también apuesta por el fin del
estado pero creen que los medios de producción y la propiedad deben depender
de las leyes de mercado puesto que la libertad y la creatividad del ser humano se
desarrollan favorablemente en la libre competencia o al menos eso argumenta Ayn
Rand y su horda de neo liberales, pero incluso la ilustración es un relato utópico la
idea que la razón y la ciencia son infalibles y llevaran a la humanidad a su estado
de máxima evolución, también Kant propuso en su tratado la paz perpetua una
constitución que haga ilegal la guerra llevada por una estabilidad histórica llevada
por la ciencia y la filosofía, en palabras de Kant: “buscad ante todo acercaros al
ideal de la razón práctica y a su justicia; el fin que os proponéis-la paz perpetua-se
os dará por añadidura”.
Estos son los grandes relatos de la modernidad, pero como todos sabemos este
proceso de emancipación se encontró con un pequeño contratiempo el siglo XX y
sus dos cruentas guerras mundiales, el surgimiento del fascismo dio como
resultado una nueva narrativa, la promesa de un futuro de prosperidad y justicia
mediante el liderazgo de una elite política y social, el golpe de ironía es que Hitler
alcanzara el poder en Alemania la tierra de la filosofía moderna donde nacieran
Kant, Nietzsche y Marx, el resultado ya lo sabemos todos un genocidio masivo y
una guerra sin precedentes que hirió de muerte la imagen que la humanidad tenia
de sí misma, el filósofo Theodor adorno afirmo que escribir poesía después de
Auschwitz es un acto de barbarie.
Nada es verdad, todo está permitido fueron las últimas palabras de hassan i
sabbah el líder de la antigua secta de asesinos, esta frase sintetiza perfectamente
la etimología posmoderna; en 1979 el filósofo francés jean-françois lyotard escribió
la condición posmoderna en el que afirma que todas las culturas modernas o
primitivas utilizan narrativas para dotarse a sí mismas de significado, la narrativa
predominante en occidente es la ilustrada según la cual nuestra cultura trae
progreso al mundo mediante la democracia y la ciencia, con la herida de la guerra
en el vientre la cultura occidental fue cuestionada radicalmente por los
movimientos contra culturales de los años 50s,60s y 70s, las guerras de corea,
Vietnam y varios golpes militares en américa latina y áfrica hacían pensar que la
gran democracia de estados unidos era tan ignorante y autoritaria como a las
culturas que pretendía liberar, este cuestionamiento abrió la puerta a muchas
teorías criticas creando un estallido intelectual y artístico nada desdeñable que se
vio manifestada en varias revueltas como en mayo del 68 en parís.
Con la llegada de los 80s tejieron un nuevo sistema político del que aun sufrimos
las consecuencias, las diversas victorias de Margaret Thatcher y Ronald Regan y
la debilidad del discurso soviético terminaron por diezmar el discurso de la
izquierda política tanto como la libertaria como la autoritaria, las contraculturas
fueron asimiladas por el mercado, y el capitalismo logro imponerse como la
narrativa dominante que culminó con la caída del muro de Berlín en 1989, el
politólogo Francis fukuyama se hizo famoso cuando proclamo el fin de la historia
con la caída de la unión soviética y afirmar que la ideología dominante era el
capitalismo que la destrucción del discurso revolucionario había llevado finalmente
a una estabilidad política y económica, el tonto de fukuyama pensaba que el fin de
la guerra fría era el fin del conflicto ideológico, el 11 de septiembre del 2001 un
politólogo saudí público su refutación suscitando el interés de los medios de
comunicación.
¡No seáis ni uno ni múltiple, sed multiplicidades! ¡Sed rápidos, incluso sin
movernos!
Algunos gurús del espiritualismo vienen a decirnos que aún hay un camino una
autorrealización egocéntrica que se centra en frases motivacionales, libros de auto
ayuda y la iglesia de la cinesiología, la publicidad intenta convertir nuestra
identidad marca, y logran que muchos se definan a través de los productos que
consumen, que si gamers, que si runners, que si Apple que si Sony, quieren
convencernos que la vida es una carrera que podemos ganar pero la experiencia
de todos nosotros es la vida como un vértigo, un precipicio de azar que no tiene
significado por mucho que nos empeñemos en lo contrario.
Soy un ser humano posmoderno, dudo de todos los discursos, de dios la patria y
el progreso mi identidad es una multiplicidad soy Abel el estudiante de psicología,
soy Abel el trabajador de plata de izquierdas desempleado, soy una individualidad
que se comporta de distintas formas cuando escribe poemas deprimentes o
cuando se emborracha también soy el que lee libros complicados y que da clases
de platería para ganarse el pan, mi identidad es múltiple y confusa una amalgama
de pensamientos e ideas sin un horizonte aparente ni definido, no aspiro a dios ni
a la utopía ¿Quién soy entonces? Un ente posmoderno una multiplicidad de
identidades sin función teleológica descreído de todas las promesas de los
grandes relatos.
“Hey tu,
¿Puedes sentirme?
Hey tu,
Parado en el pasillo
¿Puedes sentirme?
Hey tu,
Hey tu,
¿Me tocarías?
Hey tu,
¿Me tocarías?
Hey tu,
¿Puedes ayudarme?
Hey tu,
¿Puedes ayudarme?
Hey tu,