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El análisis gravimétrico es un método cuantitativo que se utiliza para conocer la

masa de un compuesto químico puro que se relaciona de manera estequiométrica


con el analito, en este método se obtienen los datos de la medición de la masa a
través de una balanza analítica la cual da resultados exactos y precisos. Algunos
métodos de gravimetría son: de precipitación, valoración, espectrometría,
volatilización y electrogravimetría (Skoog, West, Holler, & Crouch, 2015).

El material de vidrio así como los diversos reactivos y precipitados pueden secarse
en equipos de laboratorio tales como estufas u hornos eléctricas que se mantienen
a una temperatura que depende de lo que se desee secar. La variación del peso
del crisol cuando se lo seca en la estufa dos veces consecutivas debe ser como
máximo 0.3mg para que se pueda decir que fue realizado a peso constante
(Harris, 1992).

Puesto que la humedad de la atmósfera cambia constantemente esto hace que el


contenido de humedad de las muestras también varíe. La cantidad de humedad
que tiene una muestra depende además del tamaño de la partícula, dado que si es
pequeña entonces la superficie para el agua se adhiera es mayor. El secado
permite que la muestra ya no tenga humedad adherida a las partículas. Una
manera de saber cuál es la temperatura que se necesita para secar una
determinada muestra es analizar gráficos de peso en función de la temperatura
que se consigue a través de una termobalanza. La humedad que se encuentra
superficie se puede eliminar a bajas temperaturas. Para secar muestras que sean
sensibles al calor se emplean desecadores que poseen agentes secantes o
también un secador al vacío (Fritz & Schenk, 1989).

Dado que el papel filtro se empieza a descomponer a 100ºC éste no se puede


secar a peso constante. Por lo que al papel filtro se lo calcina, reduciéndolo a
cenizas para retirarlo del precipitado oxidándolo a temperaturas muy altas de
1000ºC. Por esa razón se emplean papeles filtros especiales cuyo contenido de
ceniza sea mínimo para reducir las interferencias que éstas puedan ocasionar en
los resultados. Para poder usar éste método el precipitado debe ser estable a altas
temperaturas, es decir, que su fórmula química no varíe y no sea volátil. La
mayoría de las sustancias que cumplen con esos requerimientos son los óxidos,
por ejemplo: el precipitado de hidróxido de aluminio que al calcinarse se
transforma en óxido de aluminio (Rubinson & Rubinson, 2000).

Una de las aplicaciones para el análisis gravimétrico de volatilización es la


determinación del factor de humedad y el dióxido de carbono. El agua se la
elimina a través de calentamiento y puede ser directa o indirecta. En la directa se
recoge el vapor de agua mediante un desecador y la cantidad de agua se la
obtiene por el incremento de la masa del agente desecante. En la indirecta, el
factor de humedad se lo obtiene calentando la muestra a través de la disminución
de masa de la misma, aunque este método es más impreciso puesto que se
supone que el agua es la única sustancia que se volatiliza se lo emplea mucho
para saber el porcentaje de agua en productos de carácter comercial o agrícola
(Skoog, West, Holler, & Crouch, 2015).

Pero, el método indirecto no sería viable si algún componente del precipitado de la


muestra es volátil. Un instrumento industrial para calcular el factor de humedad
rápidamente sería la termobalanza que es básicamente una balanza en la que se
puede calentar una parte de la muestra a través de una lámpara infrarroja y el
equipo da directamente el resultado (Skoog, West, Holler, & Crouch, 2015).

12. BIBLIOGRAFÍA:

Fritz, J. S., & Schenk, G. H. (1989). Química Analítica Cuantitativa (Tercera


Edición ed.). México: Editorial Limusa.Pags:33-34.

Harris, D. C. (1992). Análisis Químico Cuantitativo. México: Grupo Editorial


Iberoamérica. Pags: 27-28.

Rubinson, J. F., & Rubinson, K. A. (2000). Química Analítica Contemporánea


(Primera edición ed.). México. Pags: 36.

Skoog, D. A., West, D. M., Holler, F. J., & Crouch, S. R. (2015). Fundamentos de
química analítica (Novena edición ed.). México: Cengage Learning Editores. Pags:
280, 297.

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