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“Sin las raíces en el pueblo ningún gobierno puede tener eficacia, mucho menos cuando quiere
implantarlos a fuerza de sangre y dolor. Yo quisiera hacer un llamamiento de manera especial a los hombres
del Ejército, y en concreto a las bases de la Guardia Nacional, de la policía, de los cuarteles. Hermanos, son
de nuestro mismo pueblo, matan a sus mismos hermanos campesinos, y ante una orden de matar que dé un
hombre, debe de prevalecer la Ley de Dios que dice: NO MATAR (…) La Iglesia, defensora de los derechos
de Dios, de la Ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta
abominación. Queremos que el gobierno tome en serio que de nada sirven las reformas si van teñidas de
tanta sangre. En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el
cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡Cese la represión!” 1
La muerte de Romero
Tenemos entonces dos elementos, que van a ser claves en el proceso: REPRESIÓN y DICTADURA
Contexto:
Desde 1931, el país vive en dictadura. Ese año, el ejército derrocó a un gobierno popular de izquierda del
Partido Laborista, encabezado por Arturo Araujo, rechazando su propuesta de reforma agraria y en medio de
la crisis.
En 1932, el Partido Comunista Salvadoreño preparó una revolución, amparada en los sectores rurales
afectados por la crisis y la suba del cereal. que fue brutalmente reprimida. Algunos hablan de “genocidio”:
unos 20 MIL salvadoreños (de una población total de 1 M y medio) fueron asesinados y desaparecidos,
incluyendo a AGUSTÍN FARABUNDO MARTÍ, quien fundó el Partido Comunista Salvadoreño, y que fue
coronel del Ejercito de Sandino.
Así, la dictadura se abre con una feroz represión. Acompañada por los sectores de la burguesía. Se crean la
GUARDIA NACIONAL, se profundiza la concentración de la tierra. La dictadura del General Martinez dura
hasta 1944. Freno a la industria, base en el café, que recuperó su nivel de exportación de antes de la crisis.
Esto duró hasta 1960
Industrializacion.
El año clave que inicia el proceso de radicalización de las tensiones que hasta entonces eran latentes, es el
año 1972: Ese año, después de una sucesión de treinta años de gobiernos militares, se conformó la UNION
NACIONAL OPOSITORA, con la confluencia del Partido Democrata Cristiano, el Partido Comunista, el
Movimiento Nacional Revolucionario y la Unión Democrática Nacionalista, llevando al democristiano
NAPOLEÓN DUARTE. La UNO triunfó holgadamente, pero se llevó a cabo un fraude imposible de disimular,
declarando triunfante al Gral. ARTURO MOLINA. Se armó una enorme movilización popular protagonizada
por los sectores medios, que fue brutalmente reprimida, con un saldo de varias decenas de muertos. Se
intervino la Universidad de EL Salvador y se persiguió las organizaciones campesinas y urbanas.
Esto marca el inicio de un período marcado por la RADICALIZACIÓN DE LA REPRESIÓN, pero también de una
dinámica en la que a la represión creciente del Estado se la va a responder con mayor combatividad y unidad
en la lucha.
Pero como respuesta, la oligarquía armó a campesinos sin tierra, creando ORDEN (Organización
Democratica Nacionalista) Una fuerza de choque
Por otro lado, están los sectores urbanos: profesionales, estudiantes, clase media, maestros, obreros.
En 1979, un golpe de militares progresistas va a sacar a Romero Mena y va a instaurar una Junta, con
representantes de los partidos políticos tradicionales: el Social Cristiano y el Nacional. Prometieron
reforma agraria, que de nuevo las presiones de la oligarquía terminarían haciendo fracasar. Se aplicó
muy débilmente: los poderes locales eran controlados por la oligarquía.
En realidad, y este es otro actor, las reformas fueron promovidas por Estados Unidos, y un cambio de la
estrategia diagramada por el departamento de Estado: a la represión, se le sumaría un reformismo, que
buscaría aplacar las exigencias reformistas. Como puede verse en la portada, el “mundo occidental”
recrudecería la guerra fría.
ESCUADRONES DE LA MUERTE
Las primeras organizaciones de campesinos, fueron propiciadas por sacerdotes, en especial, jesuitas,
quienes organizaban las primeras “Comunidades Eclesiales de Base”, en las que las comunidades se
reunían y expresaban sus problemáticas y debatían sobre su resolución. Después, se constituirían, en
1975, en la Federación Cristiana de Campesinos Salvadoreños, que, paralelamente al aumento de la
represión y al fracaso de las reformas, radicalizarían sus posturas, organizando tomas de tierras
desde 1978, e incrementando la unidad con los sectores urbanos.
Dentro de esta Iglesia volcada hacia los sectores populares, esta la figura de MONSEÑOR ROMERO.
Hay que aclarar algunas cosas:
Romero no era “de izquierda”. Era un sacerdote ortodoxo, que miraba con desconfianza hasta
la Teología de la Liberación. Mucho menos se puede decir que era “marxista”.
Pero, obviamente, no toda la Iglesia era progresista. Un ala importante estaba en contra del
enfrentamiento de Romero con el gobierno, y seguía la óptica de JUAN PABLO II, que fue nombrado
papa en octubre de 1978. Es mas, Romero le rogó al papa una reunión para contarle la situación en El
Salvador, pero Juan Pablo esquivaba las propuestas, hasta que aceptó reunirse. Fueron dos
reuniones, y en las dos le dejó claro a Romero que no tenía ni un poco de apoyo del vaticano: En la
primera, después de que Romero le contase las violaciones a los DD HH del régimen, Juan Pablo le
recomendó: “Trate de ponerse màs de acuerdo con el gobierno”, y en la segunda, el Papa minimizó
los asesinatos y desapariciones de campesinos y curas, diciendo: ¿Acaso no eran comunistas?,
alinenadose con el clima anticomunista actual (SE HABÌA FUNDADO SOLIDARIDAD). Estaban en
contra de las misas abiertas.
ESCUADRON ATLACTL.
Su asesinato supuso una polarización de una sociedad. No solo porque Romero era una figura muy
popular (hay que pensar en que El Salvador era, como la mayoría de America Latina, Vieron que si
los grupos dominantes podían atreverse a matar al Arzobispo de El Salvador, podían atreverse a
cualquier cosa.
Como respuesta, ese mismo año se creó la FDS (que reunía a los partidos políticos) y la Coordinadora
Político Militar (que reunia a los grupos armados R.N, FPL, PCS), que, a fines de 1980, se convertiría
en el FMLN. En 1981, comenzaría su “ofensiva final”, que daría oficialmente inicio a la Guerra Civil,
que terminó en 1992, con los acuerdos de paz.
En Youtube hay muchos testimonios e imágenes. Una mujer, RUFINA AMAYA, si pueden
véanlo. Es tremendo como describe cómo se escapó de la escena del crimen por la noche,
mientras acribillaban a los niños del pueblo, a los que reunieron en una casa. Antes había
visto como decapitaban a los adultos, incluido su marido… tremendo.
Dos periodistas del New York Times denunciaron el hecho, pero el gobierno de El Salvador y
el de Estados Unidos, desacreditaron los informes. Recién en 2008, el gobierno de Mauricio
Funes, del FMLN, reconoció la responsabilidad del Estado.
Esta dinámica de luchas sociales y represión salvaje, muestra básicamente la significación al ver el proceso
en perspectiva histórica: es decir, cómo el proceso revovlucionario se inscribe en el clima de la región,
formando un poderoso movimiento de masas; pero, a su vez, da los ejemplos mas extremos de hasta
donde es capaz de llegar las fuerzas represivas.
En cuanto a la proyección a futuro, lo que mejor ilustra los alcances y limitaciones del proceso, son los
acuerdos de paz del 92 y la transformación del FMLN en partido político. Con los acuerdos de Paz de
Chapultepec, se muestra el “empate” en el terreno militar.
Pero, desde las elecciones de 1994, el partido derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), fundado
por Roberto d´Abuisòn, militar que dio la orden de matar a Romero. En el juego político, el FMLN tuvo que
renunciar a reclamaciones ideológicas, negó el marxismo leninismo y aceptando una orientación
“pragmática”. Ante la crisis provocada por las políticas neoliberales de ARENA, En el 2008, llevaron como
candidato a presidente a un periodista, Mauricio Funes, quien no era del FMLN pero que era una figura
popular. Asì, el FMLN llegó al poder, pero con un candidato autónomo, criticando el Socialismo del Siglo XXI,
rechazando la incorporación al ALBA y no condenando el golpe en Honduras, etc., y, sobre todo,
manteniendo la estructura de dominación en el campo, ahora invadido por empresas multinacionales.
Si bien esta situación pareciera cambiar en la elección de Sanchez Cerén, ex militante de las FPL, y sucesor de
Funes, en las elecciones de 2012, profundizando la entrega de títulos de propiedad a familias campesinas e
indígenas.
Sin embargo, es interesante ver los devenires de un grupo revolucionario en el poder, devenido en Fuerza
Política y atenida a las reglas democráticas.