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El aporte de Santo Tomás de Aquino

1- Teología. Acerca de Dios

Santo Tomás de Aquino desarrolló la idea de qué o quién es Dios. Y lo hizo


por medio de ideas positivas tratando de descubrir su naturaleza.

En su pensamiento deductivo, Santo Tomás de Aquino dijo que Dios es


simple, perfecto, infinito, inmutable y único.

Según Santo Tomás, Dios no está compuesto de partes, es decir, no tiene


cuerpo y alma, ni materia ni forma.

Es tan perfecto que no carece de nada y no está limitado de ninguna manera.


Su carácter y esencia son tan sólidos, que nada puede modificarlos.

2- Filosofía. Tomás de Aquino y Aristóteles

Desde el punto de vista filosófico, Aquino se caracterizó por ser aristotélico.


Él tomó el análisis físico de los objetos como punto de partida.

Tomando las ideas y las investigaciones de Aristóteles, Tomás de Aquino


profundizó la mirada en los conocimientos y logró transmitir una percepción
totalmente diferente y más intelectual de lo que jamás se había hecho.

Básicamente, todos sus conocimientos teológicos están relacionados con esta


visión aristotélica.

Quizás, el concepto más destacado en su pensamiento filosófico tiene que


ver con su idea de que los objetos, y todo lo que se encuentra presente en
el universo, existe junto a su esencia, lo que significa que toda materia existe
físicamente, pero su esencia se manifiesta por la perfecta creación de Dios.
3- Psicología. Tomás de Aquino y la moral

Otro de los aportes de Santo Tomás de Aquino a nuestra humanidad se


encuentra dentro del área de la psicología.

Al menos, la lectura de sus documentos permitió que se abran extensos


debates acerca de su reflexión.

Puntualmente, él se refirió al libre albedrío provocando una infinidad de


deducciones y estudios en este campo.

El ser humano no está limitado por la idea de causa-efecto. Por lo tanto, el


ser humano es el responsable de sus propios actos. Sin embargo, la
existencia del libre albedrío no es contraria a la existencia de Dios.

4- Metafísica. La idea de lo estático

Uno de los campos en los que más innovó Santo Tomás de Aquino fue en la
metafísica. Sin embargo, toda la línea de pensamiento estaba estrechamente
relacionada con sus creencias religiosas. El Supremo Dios está siempre en la
parte superior de la pirámide.

En ese sentido, su pensamiento se desarrolló en base a que un mundo


estático era la idea de perfección. Según sus palabras, aquello que era
inmóvil era lo perfecto.

Distinguió entre el movimiento natural y el movimiento voluntario. Sin


embargo, una vez más, todo primer movimiento es realizado por un Ser
Supremo, es decir, Dios.

5- Pedagogía. La Influencia en la educación


El área de la educación no solo fue uno de sus intereses principales, sino que,
además, él puso en práctica aquello que teorizaba.

Se desempeñó como docente universitario, lo cual le brindó una experiencia


única para luego plasmar sus pensamientos en su obra.

Según su doctrina, si bien es posible descubrir el aprendizaje, o sea, aprender


voluntariamente, también es fundamental la enseñanza.

En base a esto, Santo Tomás de Aquino distinguió diferentes tipos de


sabiduría: productiva, moral, racional y natural.

6- Derecho. La Teoría del derecho

Dentro del campo del derecho, la doctrina de Santo Tomás de Aquino juega
un rol importantísimo y respetado.

Su pensamiento se toma como uno de los ejes de la teoría del derecho y se


expone en todas las cátedras universitarias como punto de partida para la
reflexión de los futuros juristas.

Su idea del orden divino, presente en cada exposición de su legado, afirma


que el derecho está conformado por leyes que no son más que instrumentos
destinados al bien común. Sin embargo, estas leyes son válidas siempre y
cuando estén adecuadas a lo justo.

7- Economía. La propiedad privada

Siguiendo con los grandes aportes de Santo Tomás de Aquino, también


debemos decir que su pensamiento sentó las bases para la teoría de la
economía.
Él creía que todo lo que nos rodeaba no era realmente nuestro. Debido a que
Dios era el gran creador, debíamos compartir todo y debíamos considerarlo
un obsequio.

Sin embargo, él consideraba que el hombre necesitaba incentivos para


desempeñarse y, en este aspecto, la propiedad privada formaba parte de
este incentivo y del resultado del trabajo del ser humano.

Una Mujer también puede actuar en la persona de


Cristo porque las mujeres y los hombres son iguales en
Cristo
por John Wijngaards

Roma sostiene que la mujer no puede ser ordenada sacerdote ya


que por el hecho de serlo, no puede representar a Cristo que era
hombre.

«Los signos sacramentales -dice Santo Tomás- representan lo


que significan por su semejanza natural»[39]. La misma ley vale
cuando se trata de personas: cuando hay que expresar
sacramentalmente el papel de Cristo en la Eucaristía, no habría
esa «semejanza natural» que debe existir entre Cristo y su
ministro si el papel de Cristo no fuera asumido por un hombre; en caso contrario, difícilmente
se vería en el ministro la imagen de Cristo. Porque Cristo mismo fue y sigue siendo un
hombre. Inter Insigniores § 27.

La mujeres no son inferiores

La primera razón por la que el argumento es falso es que la filosofía que presupone también lo
es. Los escolásticos, a los cuales el documento se refiere como fuente del argumento, proponían
una filosofía de los sexos que no puede ser defendida durante más tiempo por ningún cristiano.
Para Santo Tomás de Aquino la mujer es sólo un ‘hombre incompleto’ que por tanto ‘no puede
significar la eminencia del grado (más alto).’ Santo Tomás concluía por consiguiente que ella
no podía ‘semejar’ a Cristo o ser su ‘imagen’. Pero seguramente tal razonamiento contradice la
misma Escritura, e incluso una mejor filosofía de la dignidad humana.

Movimiento: nos consta por los sentidos que hay seres de este
mundo que se mueven; pero todo lo que se mueve es movido
por otro, y como una serie infinita de causas es imposible hemos
de admitir la existencia de un primer motor no movido por otro,
inmóvil. Y ese primer motor inmóvil es Dios.
La primera y más clara se funda en el movimiento. Es innegable,
y consta por el testimonio de los sentidos, que en el mundo hay
cosas que se mueven. Pues bien, todo lo que se mueve es
movido por otro, ya que nada se mueve mas que en cuanto esta
en potencia respecto a aquello para lo que se mueve. En cambio,
mover requiere estar en acto, ya que mover no es otra cosa que
hacer pasar algo de la potencia al acto, y esto no puede hacerlo
más que lo que está en acto, a la manera como lo caliente en
acto, v. gr., el fuego hace que un leño, que está caliente en
potencia, pase a estar caliente en acto. Ahora bien, no es posible
que una misma cosa esté, a la vez, en acto y en potencia
respecto a lo mismo, sino respecto a cosas diversas: lo que, v.
gr., es caliente en acto, no puede ser caliente en potencia, sino
que en potencia es, a la vez frío. Es, pues, imposible que una
cosa sea por lo mismo y de la misma manera motor y móvil, como
también lo es que se mueva a sí misma. Por consiguiente, todo
lo que se mueve es movido por otro. Pero, si lo que mueve a otro
es, a su vez, movido, es necesario que lo mueva un tercero, ya
éste otro. Mas no se puede seguir indefinidamente, porque así
no habría un primer motor y, por consiguiente, no habría motor
alguno, pues los motores intermedios no mueven más que en
virtud del movimiento que reciben del primero, lo mismo que un
bastón nada mueve si no lo impulsa la mano. Por consiguiente,
es necesario llegar a un primer motor que no sea movido por
nadie, y éste es el que todos entienden por Dios.
Segunda vía
Eficiencia: nos consta la existencia de causas eficientes que no
pueden ser causa de sí mismas, ya que para ello tendrían que
haber existido antes de existir, lo cual es imposible. Además,
tampoco podemos admitir una serie infinita de causas eficiente,
por lo que tiene que existir una primera causa eficiente
incausada. Y esa causa incausada es Dios.
La segunda vía se basa en causalidad eficiente. Hallamos que
en este mundo de lo sensible hay un orden determinado entre
las causas eficientes; pero no hallamos que cosa alguna sea su
propia causa, pues en tal caso habría de ser anterior a sí misma,
y esto es imposible. Ahora bien, tampoco se puede prolongar
indefinidamente la serie de las causas eficientes, porque siempre
que hay causas eficientes subordinadas, la primera es causa de
la intermedia, sea una o muchas, y ésta causa de la última; y
puesto que, suprimida una causa, se suprime su efecto, si no
existiese una que sea la primera, tampoco existiría la intermedia
ni la última. Si, pues, se prolongase indefinidamente la serie de
causas eficientes, no habría causa eficiente primera, y, por tanto,
ni efecto último ni causa eficiente intermedia, cosa falsa a todas
luces. Por consiguiente, es necesario que exista una causa
eficiente primera, a la que todos llaman Dios.
Tercera vía
Contingencia: hay seres que comienzan a existir y que perecen,
es decir, que no son necesarios; si todos los seres fueran
contingentes, no existiría ninguno, pero existen, por lo que deben
tener su causa, pues, en un primer ser necesario , ya que una
serie causal infinita de seres contingentes es imposible. Y este
ser necesario es Dios.
La tercera vía considera el ser posible o contingente y el
necesario, y puede formularse así. Hallamos en la naturaleza
cosas que pueden existir o no existir, pues vemos seres que se
producen y seres que se destruyen, y, por tanto, hay posibilidad
de que existan y de que no existan. Ahora bien, es imposible que
los seres de tal condición hayan existido siempre, ya que lo que
tiene posibilidad de no ser hubo un tiempo en que no fue. Si,
pues, todas las cosas tienen la posibilidad de no ser, hubo un
tiempo en que ninguna existía. Pero, si esto es verdad, tampoco
debiera existir ahora cosa alguna, porque lo que no existe no
empieza a existir más que en virtud de lo que ya existe, y, por
tanto, si nada existía, fue imposible que empezase a existir cosa
alguna, y, en consecuencia, ahora no habría nada, cosa
evidentemente falsa. Por consiguiente, no todos los seres son
posibles o contingentes, sino que entre ellos forzosamente, ha
de haber alguno que sea necesario. Pero el ser necesario o tiene
la razón de su necesidad en sí mismo o no la tiene. Si su
necesidad depende de otro, como no es posible, según hemos
visto al tratar de las causas eficientes, aceptar una serie
indefinida de cosas necesarias, es forzoso que exista algo que
sea necesario por sí mismo y que no tenga fuera de sí la causa
de su necesidad, sino que sea causa de la necesidad de los
demás, a lo cual todos llaman Dios.
Cuarta vía
Grados de perfección: observamos distintos grados de
perfección en los seres de este mundo (bondad, belleza,...) Y ello
implica la existencia de un modelo con respecto al cual
establecemos la comparación, un ser óptimo, máximamente
verdadero, un ser supremo. Y ese ser supremo es Dios.
La cuarta vía considera los grados de perfección que hay en los
seres. Vemos en los seres que unos son más o menos buenos,
verdaderos y nobles que otros, y lo mismo sucede con las
diversas cualidades. Pero el más y el menos se atribuye a las
cosas Según su diversa proximidad a lo máximo, y por esto se
dice lo más caliente de lo que más se aproxima al máximo calor.
Por tanto, ha de existir algo que sea verísimo, nobilísimo y
óptimo, y por ello ente o ser supremo; pues, como dice el
Filósofo, lo que es verdad máxima es máxima entidad. Ahora
bien, lo máximo en cualquier género es causa de todo lo que en
aquel género existe, y así el fuego, que tiene el máximo calor, es
causa del calor de todo lo caliente, según dice Aristóteles. Existe,
por consiguiente, algo que es para todas las cosas causa de su
ser, de su bondad y de todas sus perfecciones, y a esto llamamos
Dios.
Quinta vía
Finalidad: observamos que seres inorgánicos actúan con un fin;
pero al carecer de conocimiento e inteligencia sólo pueden
tender a un fin si son dirigidos por un ser inteligente. Luego debe
haber un ser sumamente inteligente que ordena todas las cosas
naturales dirigiéndolas a su fin . Y ese ser inteligente es Dios.
La quinta vía se toma del gobierno del mundo. Vemos, en efecto,
que cosas que carecen de conocimiento, como los cuerpos
naturales, obran por un fin, como se comprueba observando que
siempre, o casi siempre, obran de la misma manera para
conseguir lo que más les conviene; por donde se comprende que
no van a su fin obrando al acaso, sino intencionadamente. Ahora
bien, lo que carece de conocimiento no tiende a un fin si no lo
dirige alguien que entienda y conozca, a la manera como el
arquero dirige la flecha. Luego existe un ser inteligente que dirige
todas las cosas naturales a su fin, ya éste llamamos Dios.
San Agustín nació un 13 de noviembre del año 354 y murió el 28 de agosto
de 430. Basó sus estudios en la importancia del conocimiento de Dios
conjunto con el pensamiento del hombre.
Si bien en un principio se rehusó a familiarizarse con el cristianismo impartido
por su madre Mónica, terminó acercándose al mismo luego de conocer el
maniqueísmo y escepticismo, uniendo así los dogmas descubiertos con
significados filosóficos.

Aparte, también se apegó a la corriente neoplatónica, notando que podría


revelar su proceso de conversión a ella y parte religiosa, en armonía con la
sabiduría y crítica sobre los sucesos que concurren dentro de una sociedad.

Gracias a este pensamiento, pudo dejar claro en sus “Diálogos” la relación


de cristo con la autoridad y su apoyo dentro de la razón del hombre, al igual
que crear una explicación más humana sobre el misterio de la Santísima
Trinidad.

Posicionado como gran pensador, escribió su famosa obra “Confesiones”,


donde expone sus ideales dentro la filosofía y reconsidera que conocer la
verdad no es imposible.
Aportaciones de San Agustín en la filosofía y
humanidad
San Agustín de Hipona resultó acertado al dominar la filosofía, a pesar de no
haberla estudiado formalmente.

A través de ella logró dar explicación a sus inquietudes en el ámbito teológico,


creando grandes aportes a ambas corrientes, como por ejemplo:

Teoría del Tiempo

En su libro de confesiones, San Agustín señala que el tiempo es parte de un


orden que se conlleva dentro de la mente humana. Para él no hay un
presente sin pasado y mucho menos un futuro sin presente.

Debido a ello, menciona que el presente de las vivencias pasadas se


mantiene en la memoria, mientras que el presente de vivencias actuales se
establece en un futuro próximo.

Con ello logró dar a entender que incluso al recordar se mantiene el hombre
en un presente (revive el momento), y al soñar con acciones futuras.

Aprendizaje del lenguaje

Agustín de Hipona aportó grandes pensamientos sobre el lenguaje humano,


haciendo referencia en la manera en que los niños aprenden a hablar por
medio del entorno y asociación.

Así mismo, aseguró que mediante el habla solo se busca enseñar, porque al
preguntar incluso por algo desconocido, se le permite a la persona que tiene
la respuesta reflexionar sobre lo que dirá y exponer su punto de vista
libremente.
Por otra parte, señaló que mediante el lenguaje se enseña y aprende por
medio del recuerdo, que se mantiene almacenado en el alma y se exterioriza
con el pensamiento, para comunicarse con las personas.

También recalcó que la oración era un método de comunicación que ya se


mantenía en el alma, y que servía solo para comunicarse con Dios de manera
directa, para calmar preocupaciones y avivar esperanzas.

Señalamiento de la fe como búsqueda de la compresión

San Agustín afirmó que se debía “creer para entender”, señalando así a la fe
como el método perfecto para el entendimiento, ya que es la base de un
testimonio y verdad, mediante la razón del sentir.

Con base en ello, invitó a los cristianos a entender la realidad conforme a su


fe y las doctrinas impuestas, para que notasen así que todo estaba
relacionado y siempre y cuando la fe no fuese indiferente a la razón, se
llegaría un entendimiento pleno.

Refutó el escepticismo

Se sabe que Agustín de Hipona se relacionó en algún momento con e

Pues al principio de la creación del humano linaje, cuando de la costilla que extrajo Dios del
costado del varón que estaba durmiendo formó la mujer, convenía ya entonces con este
maravilloso prodigio profetizar a Cristo y a la Iglesia, en atención a que aquel sueño del hombre
era el símbolo de la muerte de Cristo, cuyo costado, estando difunto suspenso en la cruz, fue
abierto con la lanza, saliendo de la herida sangre y agua, que sabemos son los Sacramentos
sobre los que se edifica la Iglesia. De esta expresión usó también la Escritura, pues no dijo
formó, fingió sino «edificó la costilla en mujer». Por ello el Apóstol a lo que es la Iglesia
llama edificación del cuerpo de Cristo. La mujer es, pues, criatura y hechura de Dios
como el hombre; pero en haberse formado del hombre se nos encomendó la unidad; el hacerla
de aquella manera fue figura, como he dicho de Cristo y de la Iglesia, y el que crió ambos sexos,
ambos lo restituirá.

Así que dijo el Señor que no había de haber casamientos en la resurrección, mas no
que no había de haber mujeres, lo dijo donde se trataba de una cuestión que más presto y
fácilmente la resolviera negando el sexo de la mujer, entendiera que éste no le había de haber
allá: antes confirmó que le había de haber, diciendo: ni las mujeres se casarán ni los hombres;
habrá, pues mujeres y hombres, que en la tierra se suelen casar, pero en el cielo no lo harán.
SER. En cuanto sumo ser Dios crea
CREACIÓN

 El mundo es creado según la razón, esto es, según las ideas-paradigma que están en la
mente de Dios

 Es ex nihilo sui et subiecti, esto es, Dios no actúa sobre una sustancia preexistente (suya
o externa a Él) sino que crea de la nada

 Dios no crea la totalidad de las cosas como ya realizadas, sino que introduce en lo creado
las razones seminales de las cosas que irán desarrollando
VERDAD. En cuanto suma verdad Dios ilumina
ILUMINACIÓN

 El alma tiene criterios de conocimiento inmutables y necesarios que vienen de Dios

 La mente de Diostiene los modelos inmutables y eternos (=ideas) de todas las cosas

 Dios, en el momento de la creación, infunde en las cosas la capacidad de manifestarse en


verdades y a las mentes la capacidad de captarlas
AMOR. En cuanto sumo amor Dios beneficia
AMOR

 En el hombre, como en la Trinidad, el amor es esencial.La virtud se reduce al ordo amoris:


amarse a sí mismo, a los otros y a las cosas según su dignidad ontológica.

 El amor perfecto es el donativo que tiene Cristo (Dios hecho hombre) en vértice supremo.

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