Escuelas Éticas del siglo XX

El existencialismo un movimiento filosófico cuyo principio ético es que nosotros

somos nuestros creadores de nuestra propia esencia de la vida de forma
individual, la finalidad de nuestro existir es la apreciación; no tiene sentido no
apreciar las cosas y no tiene sentido poseer más cantidad de ellas, si no se
aprecian”. De esta manera, podremos hallar el verdadero significado de las cosas,
de lo que nos ocurre en nuestra vida, y aceptar algunas circunstancias para tratar
de cambiar, para aplicarlas en nuestro ser en este mundo, para alcanzar nuestros
propósitos, para conocernos mejor. Los existencialistas afirman que el hombre es
un ser ¨arrojado al mundo¨ ósea dejarnos a nuestra suerte, que tengamos que
buscarnos la vida y afrontar nuestros problemas según vayan surgiendo, aprender
de nuestros errores.
Existir en el mundo es relacionarse con otras cosas pero estar simplemente entre
las cosas si no en dirigirse hacia ellas. Nos rodean constantemente: el ruido, el
ajetreo y decenas de distracciones que nos impiden reflexionar profundamente
sobre la razón de nuestra existencia. Pero nosotros podemos comprender…
siempre y cuando estemos dispuestos a buscar.
La posibilidad y libertad se identifican por que gracias a ellos es que me hago a mí
mismo. Podríamos decir que nosotros somos una posibilidad. Al mismo tiempo,
tenemos la posibilidad de liberarnos, defendernos y sobreponernos. Es así como
construimos nuestra conciencia nuestras propias posibilidades. Nosotros tenemos
el potencial de cambiar y de realizar la creatividad, mientras que el animal carece
de esas capacidades.
La angustia, no solo la razón descubre la realidad es el sentimiento que
experimentamos cuando sin motivo, nos preocupamos en exceso por la
posibilidad de que en el futuro nos ocurra algo temido sobre lo que no tenemos
control y que, en caso de que sucediera, consideraríamos "terrible" o haría que
nos consideráramos personas totalmente inútiles. El existencialismo fácilmente
puede conducirnos al egoísmo insolidario; nos lleva a la exclusión de las demás
personas que existen en nuestro entorno.
El existencialismo actual destaca el hecho de la libertad y la temporalidad del
hombre, de su existencia en el mundo más que de su supuesta esencia profunda.
Para los pragmatistas la verdad y la bondad deben ser medidas de acuerdo el
éxito que tenga en la práctica. Ósea el tipo de actitud y pensamiento según el
cual las cosas solamente tienen un valor en función de su utilidad. Establece el
significado o el valor de las cosas a partir de sus consecuencias.
En el sociologismo la moral de una sociedad depende de la sociedad misma esta
forma una especie de conciencia que determina lo bueno y malo. También es la
noción de conducta social, que se define como aquella clase de comportamiento
humano que se relaciona con el comportamiento de los demás y se orienta hacia
él en su propio curso. La conducta social puede ser orientada hacia la idea
de que existe cierto orden legítimo.
El psicoanálisis en la teoría sobre el funcionamiento psíquico humano, toda
nuestra realidad, está constituida por actos psíquicos. La mayor parte de los
cuales tiene un significado que se nos escapa y, por lo tanto, a través del análisis
psicoanalítico, podremos tratar de revelarlo. Nosotros como seres humanos somos
muy conflictivos: hay una parte que quiere no saber y entra en conflicto con la
parte que quiere saber. No somos seres macizos, somos un collage. La
superación de nuestras emociones puede considerarse una meta: en la que, en la
lucha entre querer saber y querer no saber, gane siempre el deseo de conocer.

El pansexualismo, Todo está influido por el sexo, el hombre funciona con una
energía sexual llamada libido, se refiere a la energía de la pulsión, o más
propiamente, al afecto ligado a la transformación energética de las pulsiones, cuya
meta original sería siempre sexual (si bien puede ser desexualizada
secundariamente, lo que implicaría inexorablemente renuncia o compromiso y un
esfuerzo para canalizarla de manera diversa).
El súperyo y la moral capacidad para la autoevaluación, la crítica y el reproche. El
ideal del yo es una autoimagen (normas que recibimos de nuestros padres,
maestros etc), este ideal que consta de conductas aprobadas y recompensadas.
Con posterioridad se ha discutido sobre el origen de la instancia. La conciencia
moral es esa voz interior que nos obliga a actuar de una forma y también nos dice
si son correctas o no nuestras acciones. Es la capacidad de juzgar no solo
nuestras acciones, sino también las de los demás, como buenas o malas.