Professional Documents
Culture Documents
Ornamento y Delito
Hace más de cien años, en 1908, el arquitecto austríaco Adolf Loos defendió la
modernidad arquitectónica exponiendo las principales razones por las cuales el uso
del ornamento es una forma de retroceso para la humanidad y aquellas por las que
se tiene que aspirar a un estilo de vida y especialmente una arquitectura sin
ornamentos. En el artículo llamado ornamento y delito, decía que la arquitectura debe
ser barata, sensata, funcional y que tenía una misión social, malgastar el dinero y los
medios productivos haciendo adornos era inmoral porque se disipaba el trabajo de
los obreros y se desacreditaban los materiales, siendo los costos de producción de
los mismos muy altos con mucho desperdicio.
En el siglo XX el hombre tiende a ser más rico que en los siglos pasados ya que puede
cubrir sus necesidades con menos ingresos; esto se logra gracias a que el hombre
elimina lo que le sobra y se deshace de los ornamentos innecesarios. En cambio, el
hombre “atrasado” tiende a hacer gastos excesivos que decoran su estilo de vida
estancando de cierta manera la economía de países enteros. El ornamento supone
fuerza de trabajo, salud, material y capital desperdiciado.
Loos, tal y como dice en esta frase “ la evolución cultural equivale a la eliminación del
ornamento del objeto usual” afirma que la mejor expresión del ornamento es la
ausencia de él, porque si consideramos que en nuestra época casi hemos llegado a
la máxima expresión de la evolución cultural y según Loos “lo que constituye la
grandeza de nuestra época es que es incapaz de realizar un ornamento nuevo” en la
arquitectura moderna la ornamentación es algo obsoleto que se ha ido eliminando
hasta el punto en el que ya no hay nada más que inventar sobre ella y esta situación
se considera como la máxima expresión de lo más puro.
Bibliografía