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Alexandra Goldberg Braverman

Historia y Teoría de la Arquitectura de la Modernidad

Ornamento y Delito
Hace más de cien años, en 1908, el arquitecto austríaco Adolf Loos defendió la
modernidad arquitectónica exponiendo las principales razones por las cuales el uso
del ornamento es una forma de retroceso para la humanidad y aquellas por las que
se tiene que aspirar a un estilo de vida y especialmente una arquitectura sin
ornamentos. En el artículo llamado ornamento y delito, decía que la arquitectura debe
ser barata, sensata, funcional y que tenía una misión social, malgastar el dinero y los
medios productivos haciendo adornos era inmoral porque se disipaba el trabajo de
los obreros y se desacreditaban los materiales, siendo los costos de producción de
los mismos muy altos con mucho desperdicio.

Para que lo entendieran mejor, el arquitecto busco un ejemplo que le pareció


incontestable y evidente: los tatuajes y otros adornos corporales (las civilizaciones
más primitivas siempre se han tatuado, se han atravesado la nariz y las orejas con
adornos y se han pintado el cuerpo, mientras que los de las civilizaciones más
avanzadas muestran su cuerpo limpio.) porque nadie iba a estar de acuerdo en esa
época que la arquitectura sin adornos fuera buena.

El texto hace una reflexión de cómo el aprecio a la ornamentación puede dividirnos


en diferentes grupos sociales, teniendo en cuenta a los que se sienten atraídos por él
como rezagados: aquellas personas que viviendo en pleno siglo XIX, en una época
industrializada y cambiante siguen teniendo el mismo estilo de vida y pensamiento
del siglo XV. Esta postura no es nada más que una negación al futuro, que frena la
evolución y el ritmo de avance cultural de la sociedad.

En el siglo XX el hombre tiende a ser más rico que en los siglos pasados ya que puede
cubrir sus necesidades con menos ingresos; esto se logra gracias a que el hombre
elimina lo que le sobra y se deshace de los ornamentos innecesarios. En cambio, el
hombre “atrasado” tiende a hacer gastos excesivos que decoran su estilo de vida
estancando de cierta manera la economía de países enteros. El ornamento supone
fuerza de trabajo, salud, material y capital desperdiciado.
Loos, tal y como dice en esta frase “ la evolución cultural equivale a la eliminación del
ornamento del objeto usual” afirma que la mejor expresión del ornamento es la
ausencia de él, porque si consideramos que en nuestra época casi hemos llegado a
la máxima expresión de la evolución cultural y según Loos “lo que constituye la
grandeza de nuestra época es que es incapaz de realizar un ornamento nuevo” en la
arquitectura moderna la ornamentación es algo obsoleto que se ha ido eliminando
hasta el punto en el que ya no hay nada más que inventar sobre ella y esta situación
se considera como la máxima expresión de lo más puro.

El artículo de Adolf Loos “Ornamento y Delito” es una ironía atacando el ornamento,


pero no es el ornamento su objetivo, si no la evolución de la sociedad y su decepción
en la cultura que no buscaba innovar. El delito es el del hombre, que no usa sus
capacidades de hacer y usar nuevos ornamentos. El ornamento estaba perdiendo su
importancia en la arquitectura moderna y el diseño. Se estaba entrando a una nueva
época, en donde todo el alrededor se estaba modernizando y la arquitectura se regía
por ideologías del pasado, que, si en su momento fueron manifestaciones de una
cultura, pero que no se podía quedar estancada en el pasado.

Bibliografía

Loos, Adolf. “Ornamento y Delito” En Ornamento y Delito y Otros Escritos.


Barcelona: Gustavo Gil, 1972.

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