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La dureza puede ser eliminada utilizando el carbonato de sodio (o de potasio) y cal. Estas
sustancias causan la precipitación del Ca como carbonato y del Mg como hidróxido.
El proceso de remoción del agua dura se hace a través de los ablandadores de agua, éstos son
específicos intercambiadores de iones diseñados para eliminar aquellos que están cargados
positivamente. Estos dispositivos eliminan mayormente a los iones de calcio y magnesio, es
decir, a los minerales duros, convirtiendo el líquido en agua blanda; en casos en donde exista una
alta presencia de hierro, también pueden utilizarse. Estos aparatos son capaces de eliminar
cinco miligramos de por litro de hierro disuelto; pueden operar de forma automática, manual o
semiautomática. Su tarea se basa principalmente en colectar los minerales que causan la dureza
y contenerlos en un tanque colector que luego se limpiará una vez finalizada la tarea. Muchos se
preguntarán cuánto costará este dispositivo, decimos que como todo en el mercado, sus precios
varían según los modelos; podemos optar por ablandadores que funcionan por un tiempo
programado y otros que son metro- controlados. Algunos modelos suelen trabajar con
electricidad pero los más nuevos utilizan el poder del agua, y es aquí en donde radica la
diferencia de precio; los que utilizan energía eléctrica son los más accesibles; también tenemos
que señalar que los costos de ablandar el agua dependerán de la dureza de la misma, podemos
optar por ablandadores de mayor o menor energía.
Aunque actualmente no existen productos químicos para eliminar la dureza del agua, sí
podemos optar por sales que ayudan a ablandar el agua; éstas deben utilizarse en combinación
con los ablandadores. La sal de roca, la de tipo solar y la evaporada son las más eficientes; toda
ellas debe disolverse en agua antes de colocarse en el agua dura; podemos aplicarlas sobre el
suministro de agua como en el espejo de agua de la piscina, y las cantidades dependerán del
grado de dureza que deseemos eliminar.
Ablandar el agua para toda la casa
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Mide la dureza del agua. Busca en Internet tiras reactivas económicas o un kit
de medición de dureza del agua que es más preciso.
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Busca el ablandador del tamaño adecuado. Por lo general, los kits miden la
dureza del agua en granos por galón (4 litros). Multiplica el resultado del kit por
los galones de agua que utiliza tu casa al día, en promedio (según la factura del
agua). Este es el número de "granos" de dureza que el dispositivo puede
ablandar por día. Elige un ablandador indicado para funcionar con 10 veces
dicho número de granos. Esto implica que el ablandador funcionará por 10 días
antes de necesitar cierto tiempo de inactividad.[5]
El habitante estadounidense promedio utiliza 100 galones de agua al día (o 70
galones si solo se ablanda el agua usada en interiores).[6]
Por ejemplo, supongamos que la dureza del agua de tu casa presenta 9 granos
por galón. Si utilizas 300 galones por día, la ecuación sería 9 x 300 = 2700
granos por día. Un ablandador dentro del rango de los 27000 granos (2700 x
10) es el tamaño adecuado para ti.
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Elige un tipo de ablandador. Los ablandadores de intercambio iónico son
ampliamente los más eficaces para el hogar. Una gran cantidad de otros
dispositivos son mucho menos eficaces o incluso solo un fraude. Existen dos
tipos de ablandadores de intercambio iónico según el regenerante que utiliza:
Cloruro de sodio: es el tipo más frecuente y el más eficaz. Añade una cantidad
pequeña de sal (sodio) al agua.
Cloruro de potasio: aunque es menos eficaz, resulta útil si no puedes consumir
sodio. Ten presente que el potasio puede ser perjudicial para las personas con
daño a los riñones o que toman ciertos medicamentos que impiden la absorción
del potasio.[7]
Si no deseas ninguno de estos minerales, elige cualquier tipo e instala un filtro
de ósmosis inversa para eliminarlos después de ablandar el agua.
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Averigua cómo darle mantenimiento al ablandador. Una vez que hayas
limitado las opciones para elegir algunos buenos modelos, busca los detalles.
Muchos ablandadores se recargan de forma automática, desconectándose por
cierto tiempo. Algunos lo hacen cada vez que la resina de ablandamiento baja
demasiado. Otros pueden programarse para un periodo específico una vez por
semana, de modo que nunca seas sorprendido con agua dura.[8]
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Revisa el plan de alquiler. Puedes comprar el ablandador o alquilarlo a
cambio de un pago mensual. Además de disminuir el gasto inicial, alquilarlo
suele venir con la instalación de un profesional, así ya no debes instalarlo tú
mismo. Trata de conseguir al menos dos cotizaciones respecto a la instalación
y el alquiler.[9]
A la hora de comparar precios, también fíjate en el sello de certificación, como
las marcas de aprobación NSF o WQA. Si bien esto no es garantía de la
máxima calidad, separa los dispositivos comprobados de los fraudes.
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Instala el ablandador. Si decides instalarlo tú mismo, sigue las instrucciones
de este enlace que te recomendamos. La mayoría de los ablandadores también
incluyen instrucciones de instalación al detalle, aunque la experiencia en
plomería básica será de gran ayuda.