La mantequilla es un producto que tiene un alto contenido en ácidos grasos saturados,

colesterol y calorías. Además de ser un producto muy apreciados por sus ricos atributos en
el sabor.
El sabor y la textura de la mantequilla se ven afectados por el tipo de animal del que proviene
la leche , ya sea de vaca, cabra, oveja, etc.; así como también de la dieta, la etapa de
lactancia y la suplementación dietética del animal; además de la estación del año en que se
produce y el procesamiento de esta, como las condiciones de almacenamiento, la adición del
cultivo y la sal, ya que estos parámetros contribuyen en el perfil de sabor diverso de la
mantequilla (Hawke y Taylor, 1994; Nickerson, 1995; Bobe y otros, 2003; Chen et al., 2004
citado en Eyassu Seifu 2007).
Dado que la mayor parte de la mantequilla es grasa láctea, es importante también su
contenido en vitaminas liposolubles, principalmente vitaminas A y D. Pero se debe tener en
cuenta que el contenido vitamínico de la mantequilla depende de la alimentación de las
especies como también de la estación del año, esta última influye especialmente en el
contenido de vitamina A. Cabe destacar que la mantequilla de oveja o de cabra presenta un
color más claro y un contenido graso superior a la de vaca (Bonet Serra, et al S.F).
El objetivo de esta revisión bibliográfica es presentar las principales diferencias de la
mantequilla provenientes de leche de diferentes especies como búfala, camella, cabra y
oveja.