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Pero más allá de la histórica división, si bien es posible reconocer que cuando se habla de

geografía física y humana se está haciendo énfasis en los objetos de estudio, hoy en día una y otra
no pueden ignorarse. Primero, porque lo que hoy se considera medio físico contiene una
importante porción de procesos históricos y sociales a través de sucesivas generaciones que se
manifiestan en él por la vía de manejos, percepciones o transformaciones. En el instante en que
los seres humanos combinan su cotidianeidad con el entorno, la diferenciación entre historia
natural e historia humana pierde sentido. Segundo, porque dicho medio físico no es una realidad
única, objetiva o universal: es
también parte de una asimilación o interpretación humana (Ortega, 2004; Bocco y Urquijo, 2010;
Hiernaux, 2011)

Sauer emergieron planteamientos, sobre todo de la geografía británica, francesa y


norteamericana, que retroalimentaron a la antropología, la arqueología y la historia económica
ponderación de la dimensión histórica de la reconstrucción
paisajística y la organización del territorio como punto de unión entre la geografía física y la
geografía humana  Las reconsideraciones teóricas de la geografía, sus balances y perspectivas
historiográficas, deben ser parte de una concientización social de los investigadores.

No se trata, sin embargo, de que la geografía quede sometida al análisis de las intenciones
humanas y sus procesos espaciales, a un empirismo o análisis meramente práctico, algo que
ocurre con frecuencia. Se trata de formular modelos teóricos en una relación coherente con el
contexto, no como una muestra de determinismo histórico sino como intentos sólidos de valoración
de las vicisitudes humanas; una teoría en reciprocación vital con la eventualidad histórica y social.
Una postura valorativa de la disciplina, de sus herramientas tanto teóricas como conceptuales y
metodológicas, implica necesariamente y en tanto ciencia social un conocimiento ambiental,
político y cultural del presente de la humanidad y del pasado que lo define.

Al finalizar la centuria, con la conclusión del bloque soviético y el término de la Guerra Fría,
concluye también una era del mundo, política y económicamente bipolar. Transcurrida más de una
década en el tercer milenio, otros acontecimientos de inflexión generan nuevos panoramas, con
sus consecuentes dinámicas sociales y culturales que los geógrafos tendrán que considerar 
caso geográfico: la masificación de tecnología

Década de los 90’s en América  encuentro de dos mundos (?): conmemoración de los 500
años levantamientos indígenas nuevas interculturalidades reivindicación étnica: quiebre en
estructuras dominantes (marginación social y territorial, las visiones paternalistas o folclóricas de
los diversos gobiernos y las posturas nacionalistas de los centros de investigación en ciencias
sociales)  reflexiones en torno a la identidad: debate en torno a la configuración de
autonomías surgen movimientos sociales latinoamericanos
Panindigenismo  discurso en el que las sociedades étnicas, a partir de relaciones interétnicas a
lo largo de todo el continente, exponen elementos comunes, combinando ideas y contenidos
procedentes de varias culturas.
Los noventa es el momento conmemorativo el que provoca reflexiones en torno a la identidad,
aunado a las crisis políticas y económicas de los estados nacionales, los crecientes movimientos
sociales latinoamericanos y el rápido flujo de información, los que establecen condiciones que
favorecen los levantamientos y hacen del dominio general el
debate en torno a la configuración de autonomías. A partir de entonces la cuestión indígena se
coloca en primer plano y produce una suerte de panindigenismo (Bengoa, 2007); esto es, se
construye un discurso en el que las sociedades étnicas, a partir de relaciones interétnicas a lo largo
de todo el continente, exponen elementos comunes, combinando ideas y contenidos procedentes
de varias culturas.
América Latina parece girar hacia una izquierda diferente que se asienta ya no en la revolución
armada, sino en la protesta popular y la reforma electoral. Este es el marco general en el que el
pensamiento geográfico latinoamericano tiene que analizarse y desenvolverse.

LA NOCIÓN AMÉRICA LATINA


EN LA NUEVA CENTURIA
Su interpretación empieza hace 500 años cuando los españoles nacidos en las colonias tomaron
conciencia de sí mismos como americanos, ante las limitaciones que les imponía la Península
ibérica.

siglo XIX, al surgir los estados independientes, Bolívar propuso la creación de un organismo político
que diera sustento territorial al continente.

mundo globalizado: tendencias económicas y políticas que conllevan una suerte de


desterritorialización, vale la pena preguntarse sobre la pertinencia de la identidad latinoamericana,
ya sea local, regional o supranacional (Vázquez, 2007) y, más aún, la insistencia en una geografía
latinoamericana

La idea histórica de Latinoamérica no es exclusivamente una realidad ontológica sino también una
invención geopolítica que responde a imposiciones europeas, como objeto de procesos
simultáneos de colonialismo y modernización

América Latina, se presenta una serie de ambigüedades. Si tomamos como punto de partida su
extensión geográfica, comprendida desde el río Bravo hasta la Patagonia, incluyendo algunas de
las Antillas Mayores,6 lo “latino” se desdibuja al reconocer que en tanto en el continente como en
territorios insulares se habla inglés, francés o neerlandés. Si se recurre al argumento de área
cultural, el hecho de que la provincia de Quebec sea culturalmente más latina que Belice,
desestima el postulado. Más aún: ¿por qué hablar de una América Latina si hay un alto porcentaje
de población hablante de alguna lengua indígena, alemanes en la Santa Catarina brasileña y en el
sur de Chile, así como galeses en la Patagonia? (Rouquié, 1989).

Desde la disciplina geográfica, la discusión en términos ontológicos en torno a la existencia futura


de Latinoamérica cobra otro sentido. En geografía, como en otras ciencias sociales, se indica que
una región no necesariamente implica una unidad íntegra u homogénea de fronteras claramente
definidas o cerradas sobre sí misma: son también sus diferencias, vaivenes históricos y el
reconocimiento de aquello que la distingue frente a otras. Un espacio regionalizado, sea de
dimensiones continentales o pequeño como una subcuenca, es consecuencia de una división
históricamente razonada y congruente con las regiones vecinas frente a las que se define y
distingue. Las regiones surgen de la interacción de sus elementos, en un sistema que opera el
espacio. La interacción se logra a través flujos de personas, productos, conocimientos, a través de
redes que permiten la comunicación y de puntos o nodos que amarran todo ello conforme a
jerarquías territoriales (García, 2008). Las relaciones entre las distintas sociedades que componen
Latinoamérica son diversas y mutables, por lo que lo latinoamericano deriva del complejo de
relaciones históricas entre sociedades heterogéneas, pero fuertemente vinculadas, y no
necesariamente de patrones dominantes. Lo latinoamericano no se descubre, entonces, en rasgos
culturales típicos caracterizadores en todo espacio y tiempo: el conjunto de relaciones no es un
promedio de constantes sino un decurso histórico (relacionar con murra )
PENSAMIENTO Y PRÁCTICA
GEOGRÁFICA EN LATINOAMÉRICA

Geografía latinoamericana. Durante décadas, los geógrafos de la región se preocuparon más por
la generación de investigación aplicada, sin cuestionar demasiado el fortalecimiento
epistemológico. América Latina el “despertar geográfico” ha sido lento. (ejemplo,mexico)
Al comparar la producción teórica anglófona y francófona con la de Latinoamérica, no se pretende
establecer una ruptura con ellas en aras de la generación de pensamiento regional; por el
contrario, se trata de aprovechar la apertura que existe en América Latina a las dos tradiciones. Si
bien esas grandes escuelas parecen ignorarse mutuamente, en la geografía de los países
latinoamericanos se tiene acceso a ambas, lo que permite sintetizar coincidencias y divergencias
(Fernández, 2011). Más aún, en América Latina también hay puentes hacia otras escuelas
diferentes, como la española, la rusa o la holandesa, singularidad que enriquece la geografía
continental. Con el amplio bagaje
conceptual y metodológico nutrido por experiencias norteamericanas y europeas, aunado al
análisis analógico de las experiencias latinoamericanas, podremos ir respondiendo la cuestión del
cómo conjuntar discursos y miradas disímiles que nos permitan acceder a la resolución de
problemas compartidos

producción teórica anglófona y francófona vs la de Latinoamérica apertura a dos tradiciones,


permite sintetizar coincidencias. Hay puentes hacia otras escuelas diferentes, como la española, la
rusa o la holandesa

Partiendo de análisis paralelos de diversas experiencias espaciales a escala local en América


Latina, es posible contribuir a la reflexión teórica y conceptual mediante la
generación de conocimiento geográfico emanado desde y para el subcontinente y, a pesar de las
sustantivas diferencias de cada latitud, aportar a la formulación de tendencias específicas en la
teoría geográfica latinoamericana.

Caso de Brasil: Con más de 50 departamentos académicos y 77 programas docentes, es


el principal país con mayores alcances en docencia e investigación geográfica en América Latina.
Sin embargo, en la medida que la mayor parte de su producción científica (a diferencia de otros
gremios académicos) se elabora en portugués, una buena parte de su producción no se publica en
revistas de circulación internacional.  sigue modelo de escuela francesa En síntesis, Brasil
desarrolló una sólida ciencia nacional aplicada, a partir de lazos estrechos con la geografía
francesa, manteniéndose en buena medida alejada de la geografía que se realizaba en los países
del resto de América.

GEÓGRAFOS LATINOAMERICANISTAS:
ESCUELA DE BERKELEY

Sauer (1925), Para él, la geografía debía formular estudios comparativos entre diferentes áreas
culturales, para lo cual era necesario analizar primero los procesos geomorfológicos, climáticos y
ecológicos de los lugares para después identificar los elementos culturales materiales –como las
viviendas y la traza urbana–, e inmateriales –como la religión o la lengua–

caso de Sauer: se enfocó en América Latina y particularmente en México , se interesó en la historia


del territorio mexicano. Sauer y sus estudiantes transitaron de investigar los paisajes prehispánicos
de Sonora, en el norte, a la organización histórico-territorial en el occidente y centro.
Posteriormente, un número creciente de tesis dirigidas por él y sus primeros alumnos, tuvieron
como estudios de caso lugares de América Latina, constituyéndose así la escuela de Berkeley.

• Geografía latinoamericana. Durante décadas, los geógrafos de la región se preocuparon más por la generación de investigación
aplicada, sin cuestionar demasiado el fortalecimiento epistemológico. América Latina el “despertar geográfico” ha sido lento.
(ejemplo,mexico)
• producción teórica anglófona y francófona vs la de Latinoamérica apertura a dos tradiciones, permite sintetizar coincidencias.
Hay puentes hacia otras escuelas diferentes, como la española, la rusa o la holandesa
.
Caso de Brasil: Con más de 50 departamentos académicos y 77 programas docentes, es
el principal país con mayores alcances en docencia e investigación geográfica en América Latina. Sin embargo, en la medida que la mayor
parte de su producción científica (a diferencia de otros gremios académicos) se elabora en portugués, una buena parte de su producción no
se publica en revistas de circulación internacional.  sigue modelo de escuela francesa En síntesis, Brasil desarrolló una sólida ciencia
nacional aplicada, a partir de lazos estrechos con la geografía francesa, manteniéndose en buena medida alejada de la geografía que se
realizaba en los países del resto de América.
GEÓGRAFOS LATINOAMERICANISTAS:
ESCUELA DE BERKELEY

Sauer (1925), Para él, la geografía debía formular estudios comparativos entre diferentes áreas culturales, para lo cual era necesario analizar
primero los procesos geomorfológicos, climáticos y ecológicos de los lugares para después identificar los elementos culturales materiales –
como las viviendas y la traza urbana–, e inmateriales –como la religión o la lengua–

caso de Sauer: se enfocó en América Latina y particularmente en México , se interesó en la historia del territorio mexicano. Sauer y sus
estudiantes transitaron de investigar los paisajes prehispánicos de Sonora, en el norte, a la organización histórico-territorial en el occidente y
centro. Posteriormente, un número creciente de tesis dirigidas por él y sus primeros alumnos, tuvieron como estudios de caso lugares de
América Latina, constituyéndose así la escuela de Berkeley.

PENSAMIENTO GEOGRÁFICO
DESDE AMÉRICA LATINA

el ámbito de la geografía continental empezó a promoverse una disciplina propia, resultado de las
experiencias de vida, con amplio dominio de las categorías o lógicas locales, y alejada de la
contrastación cultural, la curiosidad o la percepción equidistante de los geógrafos no
latinoamericanos
BALANCE DE LA GEOGRAFÍA
LATINOAMERICANA EN EL
NUEVO MILENIO

Sobre todo a partir de la década de los noventa y principios del siglo XXI se han presentado más
ejercicios reflexivos y contextuales en torno a la geografía latinoamericana que, al mismo tiempo,
han incrementado el número de publicaciones
sobre pensamiento geográfico continental
Sin embargo, si comparamos el número de productos reflexivos que se publican en Estados
Unidos o Europa con los que se aparecen en toda América Latina, estos últimos son todavía
insuficientes. En el mismo sentido, si medimos los alcances de los artículos por el número de citas
que generan, notamos que no son las obras reflexivas las más recurridas por los geógrafos y su
alcance generalmente no rebasa el ámbito nacional que los produce.
Por otro lado, cuatro sociedades geográficas internacionales se encargan en buena medida de la
difusión científica de la disciplina. Respecto a la institucionalización geográfica en América Latina,
las universidades de la región tienen una historia reciente.
Lo anterior resulta por demás interesante. Cuando más se habla de interdisciplina y
transdisciplina, de ejercicios de integralidad y de formación de ciencias emergentes o híbridas, más
se resalta o revalora la importancia original de la geografía, como un campo de síntesis entre lo
humano y lo biofísico, y se estimula la formación de geógrafos. Al parecer, la postura defensiva e
ensimismada que caracterizó en buena parte de la centuria pasada a la geografía ha quedado
atrás, adquiriendo poco a poco una actitud protagónica y propositiva, que contribuye al
esclarecimiento conceptual y práctico
de las bases interdisciplinarias.
Conclusiones
Visto desde el ámbito del pensamiento y práctica geográficos, primero tendrá que consolidarse la
disciplina en los contextos nacionales, sin rechazar las influencias internacionales y evitando los
encasillamientos o debates superfluos, por
ejemplo, entre lo occidental y lo no occidental. Será importante entonces fortalecer los vínculos
entre instituciones geográficas latinoamericanas en sentido amplio. No para evitar la exposición de
nuestras actividades académicas ante espacios internacionales, tales como congresos, revistas,
foros, etc. Al contrario, para poder presentarlas de
manera sólida, como resultado de haber alcanzado una visión compartida, construida en el marco
de actividades conjuntas, sean estos proyectos de investigación multinacionales, o espacios de
docencia que incluyan la movilidad estudiantil como uno de sus ejes clave.

Una geografía latinoamericana es un paso adelante en los esfuerzos nacionales: permite


ampliar los ángulos de apreciación, además de fomentar el intercambio de enfoques, metodologías
y experiencias con personas que, además de un interés disciplinario, también comparten procesos
históricos y culturales comunes.

Pensamiento y práctica geográficos consolidación de la disciplina sin rechazar las influencias


internacionales y evitando los encasillamientos o debates superfluos fortalecer los vínculos entre
instituciones geográficas latinoamericanas en sentido amplio. Para poder presentarlas de manera
sólida, como resultado de haber alcanzado una visión compartida
Una geografía latinoamericana es un paso adelante en los esfuerzos nacionales

Es necesario fomentar la interdisciplinariedad, la integración o hibridización que permitan encarar


problemáticas ambientales, sociales y territoriales evitando las parcialidades.

En lo que respecta a territorio, espacio y relaciones sociedad-naturaleza, la geografía tuvo y tiene


aún mucho que decir.

Es así como John Murra mediante estos cinco casos expuestos de manera clara y didáctica, queda
reflejado la alta capacidad de adaptación que posee el hombre, y como también a raíz de sus
experiencias y necesidades, ha ido creando un sistema socio-económico estratégico y desde ya,
moderno. La concepción de crear un núcleo en el cual se concentraba el poder y la mayor parte de
la población, y la colonización de lugares adyacentes a este, hace que la mentalidad del hombre
andino evolucione beneficiándose a sí mismo y a su comunidad. Esto hace que el concepto de
“… pisos ecológicos en la economía de las sociedades andinas” se cumpla, ya que, en la mayoría
de los casos, las distintas comunidades andinas hicieron uso de la diversidad ecología que
presenta cada piso geográfico, es decir, utilizaron el clima, el relieve, la altura, entre otros factores
que les ofrecía su medio, para la plantación de sus productos. La misma ubicación de los
archipiélagos hizo posible el tráfico entre costa y sierra, ya sea entre colonias de los mismos reinos
o en el mejor de los casos, aunque no se afirma, entre distintas etnias.

Son tal vez los dos primeros casos propuestos, los más comprensibles, ya que Murra, muestra
gráficamente la organización de cada etnia, ya al afirmar mucha informacion, pues su ensayo está
basado en visitas de otros personajes, hace al texto más veraz. A pesar de ello, el citado de otros
estudiosos y testimonios de habitantes de las zonas mencionadas, como es el caso de la disputa
por un territorio entre etnias (caso III), fortalece por otro lado, la objetividad del texto. Hubiera sido
quizá un poco más interesante si es que el mismo etnohistoriador John Murra, hubiera vivido
dichas visitas; sin embargo, esta diferencia no quita el grado de importancia que tiene su ensayo
en el aprendizaje de las sociedades andinas, pues las visitas de Iñigo Ortiz, es probablemente una
de las mejores pruebas de la convivencia y crecimiento en la planificación económica del hombre
andino. Además, la escritura de conclusiones después de cada caso, despeja dudas que se podían
haber tenido al concluir el caso, personalmente, despejo la mayor parte de las dudas que tenia, y
para ser la primera vez que he leído un texto de este personaje y con relación al tema central, la
comprensión no de me hizo ajena.

Por un lado, volviendo al tema del hombre andino y su construcción de un sistema económico,
cabe resaltar, que este sistema estuvo basado en la agricultura, lo que les permitió sobrevivir y
desarrollar sus capacidades de vivir en sociedad. Es interesante, que a lo largo del ensayo
analizado, no se menciona ningún tipo de rivalidades o batallas entre etnias, que hayan
trascendido, aunque esto no quiere decir que no las haya habido o que los interés económicos de
estas no se interceptaran con otras comunidades, como se menciona en un pasaje de la lectura
muchas veces tuvieron que compartir territorios, a pesar de ello se logro vivir armoniosamente. Por
otro lado, y aunque aparentemente no guarde relación, el uso de los conceptos de “islas” y
archipiélagos” son formas muy didácticas de dar mención a las colonias que tenían fuera de su
núcleo cada sociedad andina.

Este ultimo pasaje del ensayo es muy interesante: “Cada una de estas instituciones funcionaban
en íntima relación con los archipiélagos verticales. No es difícil ver que, en 1532, la sociedad
andina, su economía, sus aparatos administrativos y políticos, estaban en el umbral de profundas
transformaciones que la invasión europea detuvo y desvió” (pág. 115). Efectivamente, estas
sociedades y no solo las cinco señalas, pues seguramente existieron muchas más, estuvieron en
pleno desarrollo de una cultura que quizá sin la intervención de los españoles hubiera podido llegar
muy lejos.
Distribución y ocupación del espacio. Las estructuras de los asentamientos en el área cultural
tairona y su relación con el medio natural

Una de las principales características de los asentamientos indígenas americanos es, sin duda
alguna, el conocimiento y respeto de las condiciones naturales: “El equilibrio con la naturaleza es
punto de partida y llegada para el ciclo vital de las comunidades indígenas”

Estas comunidades comprendieron la importancia de no enfrentarse a la naturaleza como


estrategia de sobrevivencia, justificando las prácticas y modos de acercamiento al medio bajo la
forma de mitos que dotan a la propia naturaleza y a todos los seres que la componen de espíritus
divinos que habitan un universo superior al humano, y con el cual hay que mantener una relación
de respeto y obediencia.

Las condiciones naturales definen tanto las estrategias de adaptación al terreno como la
morfología de los poblados y, a su vez, la forma de habitarlos. Todas estas características de los
asenta - mientos humanos responden a una adaptación tecnológica a cada medio natural.

Desde el punto de vista ecológico, en países montañosos se preferiría localizar los asentamientos
en sitios altos, despejados y aun abruptos, para asegurar simultáneamente la buena ventilación y
las condiciones de salubridad, el drenaje adecuado de las aguas de lluvia y la seguridad ante
posibles enemigos; este es el caso de muchos de los asentamientos en la Sierra Nevada de Santa
Marta. Los antiguos constructores prefirieron enclavar los pueblos en los valles montañosos, y por
esta razón prescindieron de cualquier tipo de construcción defensiva, como sí precisaron otras
comunidades de la provincia que habitaban las tierras bajas, construyendo palenques, albarradas y
barreras de árboles, diseñando artificios y canceles para controlar el acceso a las poblaciones9 .
Todas estas características de los pueblos responden a una adaptación tecnológica a cada medio
natural.

Castellanos señalaba que los indígenas vivían en armonía con la naturaleza, y en función de ella
arbitraban sus costumbres y sus formas de socialización; atendían sus señales que entendían
como lenguaje de sus divinidades. El hombre no es superior a la naturaleza, concluye Juan
Marchena, sino parte de la misma; conocerla, admirarla y respetarla es parte importante del
respeto hacia uno mismo
Pero fue Murra quien logró acercarse con más detalle a la concepción del espacio como un
elemento fundamental de la cultura andina, sus leyes, su manejo, su administración, el
aprovechamiento de recursos y la organización social desarrollada por las sociedades andinas en
torno a éstos. intentó conocer y explicar en las Formaciones econó - micas, y en Los límites y las
limitaciones14, en qué medida los sistemas de producción y los modelos de ocupación del espacio
respondie - ron a un sistema de control vertical.
Nosotros defendemos aquí que para el caso de los asentamientos en las vertientes norte y
occidental de la Sierra Nevada, que a partir de ahora llamaremos área cultural Tairona, dicho
control vertical responde a un modelo de archipiélagos productivos, que las comunidades pusieron
en práctica a través de estrategias de adaptación y mediante el desarrollo de técnicas de
transformación del paisaje que les permitieron un mayor aprovechamiento de los recursos.
Conocer en qué medida se interrelacionaron cada una de estas variables con las demás, nos
permite reconstruir los posibles modelos de ocupación del espacio y su relación con el territorio.

se traduce en al menos tres modelos de asentamientos. En primer lugar los asentamientos


principales o cabeceras, que pueden representar un centro político y/o administrativo, y habían
sido sede de algún tipo de élite o grupo de autoridades, y donde pudieron llevarse a cabo
ceremonias de tipo religioso pero, probablemente, sin llegar a constituir un centro ceremonial, o al
menos no hay razones para afirmarlo. Dichas cabeceras se encontraron preferentemente en pisos
ecológicos intermedios, equidistantes de los diferentes sistemas altitudinales También observamos
en esta área cultural otros núcleos de población de tamaño mediano, o asentamientos
secundarios, los cuales se distribuyen en el territorio para acercar a la población a la mayor
cantidad posible de nichos ecológicos; estos asentamientos medianos estaban probablemente
asociados a la producción artesanal especializada. Y para finalizar, hallamos los pequeños
núcleos, que se encuentran dispersos por la zona y presentan características de unidades
parentales, las cuales están dedicadas casi exclusivamente a la producción de alimentos20

Todos estos centros de población contaban con áreas de recursos gradualmente diferenciados en
función de la altitud a la que se encontraban, aspecto que favorece la hipótesis de control vertical.
En la disposición de los distintos asentamientos, observamos pautas de organización espacial que
in - dican que existió una relación directa con las variables ecológicas y geográficas de la zona de
instalación, pero cuando estudiamos su distribución territorial, encontramos que hay una clara
asociación entre todos ellos, y en muchos casos la relación es de interacción y dependencia de
unos con otros
entendemos que las comunidades complejas tuvieron un claro sentido de la soberanía sobre su
territorio. Estos núcleos principales podrían constituir el centro de un modelo de ocupación del
espacio practicado en la Sierra Nevada que mencionamos arriba, donde dichos centros hicieron las
veces de cabecera de un sistema de tipo molecular con núcleos satelitales dispersos en el territorio

En esta relación simbiótica entre los asentamientos que hacen parte de la red, los núcleos
cabecera interactúan con la comunidad de los asentamientos satélites “asegurándose beneficios y
prestando servicios. Cierto número de lugares, sin importar su complejidad, dependerán de los
Centros Mayores”, y éstos a su vez se relacionarían con los núcleos más pequeños.
“Todo esto bajo una fuerte red de poder encabezada por algún cacique mayor, posiblemente
asentado en la capital, Taironaca, en el contiguo valle Don Diego, que junto con los valles del
Guachaca y el Palomino hacen parte del sistema de pueblos y ciudades”
Es evidente que la variación ecológica dentro de una región promueve inevitablemente el
intercambio y favorece el desarrollo de lugares centrales, desarrollando una estructura molecular
de asentamientos agrupados y conectados a través de una compleja y extensa red de caminos que
se extienden en el territorio.
La cuestión es que para nuestro caso, estos sistemas jerárqui -cos deben ser reconocibles en los
registros arqueológicos. Y para que sea así pensamos que en las estructuras espaciales de la
Sierra Nevada, dichas evidencias se acercan mucho más a otros esquemas observados por
Feinman y Neitzel37 en ciertas organizaciones políticas de la región del actual Panamá, “su
estudio demuestra […] la variación, en el número y el tipo de funciones que mantiene un cacique
con relación al tamaño de las poblaciones; concluyendo que los cacicazgos son organizaciones de
comunidades que giran en torno a centros locales y que tienen una organización jerárquica que se
refleja en un sistema de núcleos dispersos”
Todos estos asentamientos de los valles, de las sabanas, del piedemonte y del litoral, que hemos
rastreado en los documentos estaban relacionados culturalmente, porque como escribió Antonio
Julián: “… por todas las montañas y valles de aquella dilatada sierra se extendía esta nación de
indios”. Esparcidas en un amplio territorio, contaban con centros principales y poblaciones
satélites.
Pero es evidente que su ubicación era un referente fundamental. Cabe señalar que el sistema de
cuencas hidrográficas constituía la columna vertebral de la organización espacial de los pueblos en
la Sierra Nevada de Santa Marta, todos los yacimientos están relacionados con una o varias
cuencas. Las vertientes de ríos y quebradas determinaron una suerte de características culturales
locales dentro del territorio denominado Tairona, cuyos territorios podían extenderse desde las
nieves perpetuas hasta el mar41; y la mayoría de los sitios los encontramos instalados en las
cuchillas de los cerros y montañas donde pueden aprovechar la máxima exposición al sol
De esta manera los asentamientos según sus sectores, barrios, zonas, aldeas o parcialidades,
pueden brin -darnos diferentes niveles de complejidad espacial. Un primer rango de clasificación
consiste en observar si sus muros, enlosados y diversas estructuras de plataformas presentan un
alto grado de elaboración. A ellos llegan generalmente los caminos principales, y en la mayoría de
los casos están asociados con lugares de uso comunitario de diferente índole. Los de segundo
orden presentan también grandes terrazas de gran elaboración, que están asociados con
actividades productivas o de intercambio y también residencial de autoridades o cercanas a
ellas45. Y los sectores de tercer orden, por lo general, corresponden a plataformas de vivienda
simples que conforman la mayor parte de los asentamientos y que, como dice Serje, pueden
conformar un asentamiento por sí solos

Según las características anteriormente mencionadas se pueden reconocer al menos tres modelos
espaciales de ocupación del territorio en el área cultural Tairona, uno para los asentamientos
serranos y otro para el litoral y zonas de llanuras, y un tercer modelo híbrido de los dos anteriores
al cual corresponden los núcleos que se encontraban en el piedemonte, los cuales aprovechan las
ventajas de emplazar sus terrazas y viviendas en la sierra y mantener grandes extensiones de
cultivos en las llanuras.
Cuando observamos estos asentamientos a través de los ojos de John Murra y los conceptos del
control vertical, podremos comprender cómo las técnicas de manejo del territorio evolucionaron
hasta lograr modelos locales; de esta manera los asentamientos de las zonas serranas se
identifican por aspectos como: la construcción de terrazas y escaleras, selección de materiales de
construcción, conservación de cierto tipo de arborización, métodos de cultivo, conducción y drenaje
de aguas, así como los sistemas de producción y organización política y social, etcétera; mientras
que los pueblos asentados en el litoral y en los llanos, desarrollan construcciones como
infraestructuras para reservas de agua y sistemas de riego como zanjas, acequias y fosos, tanto en
huertos como en campos de cultivo, lo cual les permitiría asegurar la producción de alimentos
durante todo el año81. Es decir, dependiendo de las condiciones particulares de cada localización
se pusieron en práctica diferentes técnicas que permitieron la transformación de su medio
ambiente, basados en un principio de diálogo con el medio natural .

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