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OBJETIVO GENERAL:

Comprender la mal formación del Teratoma sacro coccígeo mediante la investigación

realizada para evitar a temprana edad estás anomalías y así prevenir esta enfermedad en

futuras generaciones en los embriones.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

-Entender el porqué de su mal formación desde el proceso de la fecundación.

-Determinar las causas y consecuencias de la formación de este tumor en el embrión.

INTRODUCCIÓN:

El término teratoma deriva de teratos, que significa monstruo. Es el tumor más frecuente en

el período perinatal. Los teratomas sacro coccígeos fetales complicados con insuficiencia

cardíaca de alto gasto, pueden beneficiarse con la resección del tumor durante la etapa

uterina. En el diagnóstico prenatal lo más importante es la ecografía, pues permite determinar

la consistencia del tumor, ya sea benigno o maligno con presencia de calcificaciones,

hemorragias o necrosis tumoral, además de indicar efectos secundarios del tumor en relación

con el sistema genitourinario, oclusión intestinal o dilatación de las asas intestinales.

Las complicaciones en grandes teratomas son ICC por derivación anterior venosa por el

tumor, produciendo hidrops y placentomegalia, y distocia, ruptura y hemorragia masiva en

el tumor con desangramiento fetal durante el parto. El tratamiento siempre es quirúrgico y en

algunos casos se requiere quimioterapia.


DESARROLLO:

Los tumores fetales ocurren muy raramente. De

ellos, los tumores sacrococcígeos son los más

frecuentes. Estos tumores no suelen ser malignos en

los neonatos y tienen un buen pronóstico, si pueden

extirparse correctamente. El teratoma sacro

coccígeo es un tumor benigno que sale del extremo

del cóccix y que, en algunos casos, durante el embarazo ya tiene un tamaño tan grande que

una insuficiencia cardiovascular intrauterina provoca la muerte del feto. La única posibilidad

terapéutica consiste en la extirpación prenatal de este tumor. La mayoría son esporádicos,

pero se han informado casos familiares y una mayor frecuencia en los gemelos. La asociación

con malformaciones ha sido reportada en un 11-38% de los casos. Las mismas ocurren a

nivel del sistema nervioso, corazón, tracto gastrointestinal, sistema genitourinario y musculo

esquelético. A su vez hay malformaciones que se producen de forma secundaria al efecto de

masa del tumor (como hidronefrosis, fístula recto vestibular, deformidades de la columna

vertebral, etc.). La amniocentesis para cariotipado de rutina no se aconseja debido a la falta

de asociación con aneuploidías a excepción de pacientes que presentan asociación con

múltiples anomalías, avanzada edad materna o si se considera la cirugía fetal. (Ariel, 2015)

Estas neoplasias reproducen tejidos maduros o inmaduros de una, dos o las tres capas

germinales: endodermo, mesodermo y ectodermo, siendo su crecimiento independiente y

desordenado. Los componentes endodérmicos son los menos comunes, y son principalmente

partes del tubo digestivo, glándulas anexas, timo y glándulas endócrinas. Los tejidos

mesodérmicos son habituales (músculo, cartílago, tejido adiposo y hueso), pero son los
componentes ectodérmicos, especialmente el tejido cerebral. Histopatológicamente se

clasifican como: Maduro: Reproduce tejidos ya diferenciados. Inmaduro: Potencialmente

maligno. Consiste principalmente en la aparición de componentes neurogliales o

neuroepiteliales embrionarios, que pueden coexistir con tejidos maduros. Pueden mostrar un

aspecto histológico preocupante debido a su hipercelularidad, atipia nuclear, y el aumento de

la actividad mitótica. Se los subclasifica en grados histológicos, de acuerdo con su

diferenciación hacia los tejidos maduros, siendo 1 los más diferenciados y 3 los más

indiferenciados o inmaduros. (Gabriela, 2015)

TRATAMIENTO POSTNATAL

El manejo del recién nacido consiste en

garantizar accesos venosos y arterial a fin de

mantener un control estricto del estado

hemodinámico, corrección de la anemia y

reposición de fluidos. En el paciente con

insuficiencia cardíaca la cirugía será de urgencia, mientras que en los pacientes

descompensados se puede optar por la de vascularización del tumor con ligadura de las

arterias iliacas internas y/o de la arteria sacra media para luego en una segunda etapa resecar

el tumor. Se han empleado como recursos previos a la cirugía la angiografía con

embolización del vaso nutricio (típicamente la arteria sacra media) o la ablación con

radiofrecuencia. La cirugía consiste básicamente en la de vascularización de tumor mediante

ligadura del vaso nutricio y posteriormente se procede a la disección de la masa tumoral. La

ligadura puede realizarse mediante un abordaje convencional o por laparoscopía. Para los
TSC tipo II y III se puede optar por un abordaje combinado (abdominal y peritoneal). En

todos los casos se debe resecar el cóccix para evitar la recidiva tumoral. (DW, 2014).

PRONÓSTICO

Se sabe que existe una relación importante entre la edad al momento del diagnóstico de un

paciente con un teratoma sacro coccígeo y supervivencia. La incidencia de tumores malignos

en el recién nacido es de aproximadamente 10%, acercándose a casi 100% a los 3 años de

edad. Hay también una relación significativa entre la ubicación del teratoma y la frecuencia

de tumor del saco vitelino, variando de 8% para lesiones postsacras a 38-75% para las

lesiones presacras. Así mismo, el pronóstico para los fetos con teratomas sacro coccígeos es

peor que para los recién nacidos con este tumor. Las tasas de supervivencia fetal y neonatal

fueron 53 y 85%, respectivamente, en un estudio de 214 teratomas sacro coccígeos, y cuando

se asocia a hidropesía es de menos del 20%. La detección de un teratoma sacro coccígeo

después de las 30 semanas de gestación se correlaciona con una tasa de supervivencia del

feto de 75% en comparación con una tasa de supervivencia del 7% para los tumores que

presentan antes de las 30 semanas. La causa de muerte difiere en los diferentes grupos etarios.

En el periodo fetal y perinatal la mortalidad es atribuible al estado hiperdinámico de los

tumores hiper vascularizados con desviación del flujo sistémico. Es por ésta razón que el

tratamiento está dirigido a eliminar la causa del robo vascular y no se priorizan los “criterios

oncológicos” estrictos. La intervención fetal siempre es seguida por un segundo tiempo

neonatal para la exéresis del cóccix. El momento de la cirugía es flexible al tipo histológico

del tumor. Es decir, si carece de componentes de tumor de saco vitelino, la cirugía se puede

diferir varios meses, en caso contrario debe ser intervenido con premura. Luego del periodo

neonatal la causa de muerte es invariablemente secundaria a la agresividad del tumor, esto es


el poder de metastatizar e infiltrar tejidos adyacentes, dado por el grado histológico del tumor,

malignización de los tejidos y, fundamentalmente, componente del saco vitelino presente.

(Kumar, 2010).

CONCLUSIONES:

La mayoría de teratomas sacro coccígeos aparecen en niños. Los mejores resultados se

obtienen mediante una cuidadosa valoración preoperatoria y la extirpación inmediata en

el recién nacido. La extirpación del cóccix junto con el tumor es obligada si se quiere

conseguir el éxito.

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