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EL SÍ DE LAS NIÑAS

1. Breve aproximación a Leandro Fernández de Moratín y a su obra.

Leandro Fernández de Moratín, autor de ​El sí de las niñas​, fue uno de los
referentes literarios del teatro español del siglo XVII, época de gran importancia e
influencia, puesto que se estaban viviendo tiempos de ideas ilustradas que, como cabe
esperar, tendrían mucha influencia en todo los ámbitos de la vida, desde el particular
hasta el literario, como es el presente caso.

De ascendencia asturiana, Moratín nació en la ciudad de Madrid en el año


1760, en el seno de una familia de gran pasión literaria. Su padre, Nicolás Fernández
de Moratín, dramaturgo, siempre incentivó discusiones de esta temática para tratar de
influir en el interés por las letras de su hijo. Esto, junto a una terrible viruela,
marcarían drásticamente su carácter y su camino hacia el futuro.

Estudió en la Universidad de Valladolid y, con tan solo 19 años, ya había


ganado su primer premio de la Real Academia para más tarde ganar el segundo.

En 1878 se traslada a París gracias a su amistad con Jovellanos para trabajar


como secretario del Conde de Cabarrús. Este viaje le serviría para poder acumular
experiencia para un futuro.

De vuelta a España, publica su primera obra, una sátira llamada ​La derrota de
los pedantes​, lo que le valdría una enemistad con Cristóbal Cladera, conocido erudito,
a quien retrataría en su obra ​El Café. ​Esta nueva obra volvería a tratar el tema de la
sátira, hablando sobre la opinión de los madrileños sobre los distintos tipos de
comedia. A esta obra se le considera el cúlmen satírico de Moratín por cómo aborda
esta temática.

Tras la caída del General Godoy, se avecinaba un cambio de gobierno. Ante


este conflicto, de Moratín decidió decantarse por el bando francés, lo que le hizo ser
n​ombrado bibliotecario mayor de la Real Biblioteca por el rey José Bonaparte. Esto
ocasionó que se le tachara de ​afrancesado. ​(Cabe recordar que la mayoría de los
españoles se mostraban contrarios a José Bonaparte, lo que ocasionó, en gran medida,
la guerra de independencia.)
Tras haberse exiliado en diversas ciudades españolas, su vida llega a su fin en
1828, en la capital francesa, aunque sus restos se encuentren en el cementerio de San
Justo, en Madrid.

2. Visión que tenía Fernández de Moratín de la comedia.

Leandro Fernández de Moratín destacó por hacer una ruptura con la estela
literaria de Lope de Vega, quien había, de alguna manera, establecido los parámetros a
seguir en el teatro.

En sus obras, Fernández de Moratín mandaba un mensaje de cambio respecto a


lo preestablecido con Lope, aunque quien no sepa leer entre líneas creerá que el autor
está en una contradicción. Estos se debe que Moratín alababa las aportaciones de
Lope de Vega al medio y todo lo que esto simbolizó, pero al mismo tiempo aboga por
un cambio mucho más importante y que, según él, trascendería la comedia, y es un
cambio de mentalidad e ideológico de acuerdo a los tiempos de cambio que se vivían
en la sociedad española de la época. Esto se refleja muy bien en ​La comedia nueva​,
que se podría considerar el principal el principal referente de esto.

Algo muy destacable en el pensamiento de Moratín era su pensamiento sobre


los autores que, estando en la Ilustración, continuaban con las ideas propias del
barroco, un movimiento que el autor consideraba como desfasado y que habría que
separar, hasta un punto en el que se podría llegar a hablar de desprecio por parte del
dramaturgo a estos autores.

De esta manera, podemos considerar a Leandro Fernández de Moratín como


una persona que ansiaba cambios en su época y que deseaba un cambio radical,
desprestigiando a autores que se mantenían rígidos en el ​Status quo d​ e un autor que,
aunque admirase, decía que había que superar para avanzar.

3. Lee el siguiente fragmento del acto 1 y contesta a las preguntas:


a) ¿Cuáles son las ideas más importantes defendidas por don Diego en este
fragmento?

Este fragmento, al igual que toda la obra de ​El sí de las niñas ​en general es una
crítica social a un tema muy importante para la época, el de los matrimonios
concertados en los que destaca una gran falta de amor y de mutuo acuerdo.

En este fragmento, Don Diego representa la postura del autor, una que es
totalmente crítica con este tipo de unión.

Así pues, este personaje, que es la opinión de Moratín, considera que el


matrimonio ha de ser si y sólo si ambas partes están de acuerdo y si existe un
sentimiento entre las dos personas. De esta manera, se plantea el debate de si la
existencia de matrimonios concertados no significaría despojarle al casamiento de su
base real, la de unir a dos personas que se quieren.

De esta manera, el autor critica a lo que la sociedad ha convertido el


matrimonio a través de Doña Irene, que no es nada más ni nada menos que en un
simple método de obtención de objetivos, representado a través de una madre que
utiliza a su hija para poder ganar beneficios.

b) Explica tu postura personal acerca de estas ideas.

Yo, como cabría esperar de un joven del siglo XXI y en representación de la


generación ​post-millennial​, defiendo, naturalmente, una postura totalmente contraria a
los matrimonios concertados y/o de conveniencia.

Estoy de acuerdo con las ideas que promulga Leandro Fernández de Moratín en
su obra, y es que, como ya dije, este tipo de matrimonios destruyen por completo la
idea base de esta unión entre dos personas, la cual no es otra que la del amor.

Así pues, no creo que haya ninguna persona, sea conservadora o progresista en
pleno 2018 en la sociedad occidental que apruebe esta clase de uniones. Pues ante
todo y gracias a nuestras conquistas, vivimos en un estado liberal que promueve la
libertad de las personas, y esta clase de comportamientos atentan tanto contra nuestra
integridad como nuestro futuro como sociedad.

c) Tomando como base sus intervenciones en el texto anterior, analiza en


profundidad los personajes de doña Irene y de doña Francisca en toda la
representación.
Doña Irene:

La madre de doña Francisca se encuentra muy caricaturizada por Leandro


Fernández de Moratín para poder realizar mejor su crítica. Se trata de una señora
egoísta y arrogante que piensa antes en el máximo beneficio que en su hija

Su mala gestión de su patrimonio le ha llevado a utilizar a su hija como una


moneda o como un instrumento de trueque antes de lo que en verdad es, mostrando así
una auténtica muestra de falta de empatía.

Así pues, también se trata de una mujer muy manipuladora que carece de
sentimientos, puesto que es capaz de utilizar a doña Francisca par sus fines. El texto
dado representa a la perfección todas estas características, así como su personalidad
dictatorial, diciendo que todo debe ser como ella dice.

Doña Francisca:

La hija de doña Irene destaca por ser una especie de mujer cliché de aquellos
tiempos, puesto que encarnaba todas las características que se le asociaban a lo que
debía ser una mujer en el s. XVIII. Era dócil y sumisa hacia su madre y lo único que le
movía era el amor.

Así pues, vemos como la joven entra en una crisis, puesto que no sabe si seguir
la educación que se le inculcó de obedecer siempre a su progenitora o seguir sus
sentimientos y estar con el hombre del que se enamoró, siendo este un tema principal
en la trama de ​El sí de las niñas.

4. Analiza los distintos espacios escénicos de esta versión de la obra y justifica si


son adecuados o no al desarrollo de la trama y a la evolución psicológica de los
personajes.

En esta obra, Leandro Fernández de Moratín se basa mucho más en la acción


de la trama y en que esta avance que en el propio escenario en sí, puesto que la
mayoría de eventos, salvo algunas excepciones, suceden todos en los mismos sitios.

Esta técnica sirve, principalmente, para priorizar más la historia que el autor
nos quiere transmitir que el espacio y el lugar. Este recurso no es nada nuevo, puesto
que era muy típico en el neoclasicismo, por lo que no es sorprendente que Fernández
de Moratín lo utilizara para su obra.

Así mismo y como ya se dijo antes, esto se hizo para avanzar la acción más
rápidamente, puesto que al tratarse de un espacio cerrado, los personajes son más
propensos a encontrarse entre ellos y hacer que la historia transcurra de manera lógica
y sin que resulte artificial a través de excusas, de relleno o de tener que hacer que
dichos sucesos ocurran más rápido de lo que sería natural.

De este modo, podemos llegar a la conclusión de que el espacio donde se


desarrolla ​El sí de las niñas ​no está hecho porque sí, si no por un modo de plantear la
historia por parte del autor y poder transmitir sus ideas y sus objetivos de una manera
eficiente.

5. Comentario personal sobre esta versión de Estudio 1 de El sí de las niñas.

Esta ha sido la segunda vez que visualizo ​El sí de las niñas ​de Estudio 1, y cabe
decir que esta segunda vuelta, por llamarla de algún modo, ha sido muy distinta.

La primera vez que la vi fue desde un punto totalmente ignorante sin saber a lo
que me enfrentaba, me preguntaba si iba a ser la típica película que ves y que cuando
acaba ni siquiera entiendes qué pasó ni qué conflicto habían. Pero no fue así. He de
decir que esta película no es santo de mi devoción, ni mucho menos, pero la verdad es
que me no me disgustó, y tras volver a verla me di cuenta de muchos más detalles y lo
tuve todo mucho más claro que la primera vez. A esto, también hay que sumarle el
hecho de que transcurrió un año entre la anterior y esta, por lo que en ningún momento
me resultó repetitiva, puesto que ya había olvidado cosas.

Pero, lamentablemente, pese a que la trama pudiese parecer interesante, y en


general lo podía llegar a ser, está claro que no está hecha para una generación educada
en estar acostumbrada a que siempre haya algo que nos llame, algo que haga que
siempre estemos pendientes. ​El sí de las niñas c​ uenta con muchos y muy espesos
diálogos y monólogos de dudosa calidad que para nada hacen nuestra visualización
más llevadera, haciendo que pueda llegar a parecer más una obligación que algo
voluntario.
Pese a esto, como ya dije antes, la película no me disgustó e incluso llegué a
sentir interés por ella, algo que realmente no pensé que fuese a pasar. Si tuviese que
darle una puntuacións sería un cuatro o un cinco sobre diez.

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