Professional Documents
Culture Documents
Comenzó frente a las costas tropicales de la isla caribeña de San Vicente en 1635,
el pueblo garífuna ha mantenido increíblemente sus interesantes tradiciones
culturales, mezcla del África Occidental y de sus ancestros caribes-arahuacos a
pesar de las amenazas sucesivas de la esclavitud, la colonización, la guerra y la
deportación. Casi cuatro siglos después, y residiendo ahora principalmente en las
ciudades de la costa del Caribe de Belice, Guatemala, Nicaragua y Honduras, este
singular grupo afro-caribe aún se deleita en hablar su poco conocida lengua
arahuaca, en tocar o bailar su música Punta, con base en el tambor y en satisfacer
su paladar con su deliciosa cocina milenaria.
En un intento desesperado para evitar ser capturados y vendidos como esclavos
otra vez, los antepasados de África Occidental del pueblo garífuna de hoy en día se
mezclaron, casándose entre sí, con una tribu arahuaca al llegar a la isla de San
Vicente en el siglo XVII.
Aunque en peligro, la lengua garífuna todavía tiene un número estimado de 90.000
hablantes.
Supuestamente establecidos en la isla de San Vicente tras el naufragio de dos
barcos españoles en 1635, los esclavos de África Occidental, los primeros
antepasados del garífunas, sin duda debieron de haberse considerado afortunados
de haber encontrado esta interrupción inesperada de su viaje al Nuevo Mundo. Sin
embargo, a pesar de que inicialmente lograron evitar la esclavitud gracias a su
estrategia de matrimonios mixtos, el pueblo garífuna, como los nombran los
historiadores desde este momento en adelante, estarían constantemente expuestos
a amenazas contra su cultura en los siglos siguientes. Tras disfrutar de un
paréntesis de paz en el siglo XVII, los garífunas tuvieron que enfrentarse al poder
de múltiples fuerzas británicas. Resistiendo de manera impresionante sus ataques
hasta 1796 con la ayuda de los franceses, los garífunas se vieron obligados
a rendirse a la superioridad británica. Posteriormente deportados a Roatán, la
mayor de las islas de la Bahía de Honduras, el pueblo garífuna se dispersó
gradualmente a lo largo de la costa de la península de Honduras, Belice y Nicaragua
y finalmente fundó el pueblo guatemalteco de Livingston en los primeros años del
XIX.
Todavía gran parte de la comunidad garífuna de Livingston sigue conservando hoy
las tradiciones culturales de sus habitantes afro-caribeños, entre las que destaca su
lengua arahuaca. Como ocurre con los que viven en los otros países
centroamericanos, casi todos los pueblos garífunas de Guatemala son bilingües o
multilingües y hablan tanto el idioma oficial del país, español, como su
lengua amerindia indígena. Aunque en su mayor parte sobre la base de arahuaco,
la lengua garífuna también incluye elementos del francés, inglés, español y un
pequeño número de palabras africanas.
En cuanto a lo más destacado de la cultura musical garífuna, esta comunidad afro-
caribeña escucha a los ritmos enérgicos y cautivadores del tambor primero y
segundo del ritmo Punta. Naturalmente dotados en lo que respecta a la danza, los
garífuna también participan en unos peculiares, y relativamente competitivos,
concursos de baile chumba y hunguhunguen los que la mayoría del
movimiento gira en torno a una rotación circular de la cadera. Igualmente dotados
en la cocina, los garífunas también disfrutan de su cocina tradicional. Sus platos
típicos comúnmente cuentan con plátanos verdes, como la Machuca, que combina
la fruta en forma de puré con leche de coco y pescado frito y el Dharasa, una versión
garífuna del tamal que aprovecha la versatilidad de la fruta para lograr un sabor
dulce o amargo. Sin embargo, es el Ereba (pan de yuca) el alimento básico de la
dieta garífuna y se sirve como acompañamiento de la mayoría de las comidas.
Cabe destacar que, gracias a la ingeniosa estrategia de escape de una multitud de
esclavos del siglo XVII de África Occidental, los garífunas están
claramente orgullosos de ser descendientes de esas personas valientes y reflejan
este sentimiento a través de la preservación consciente de sus tradiciones culturales
ancestrales.
Ceremonia Garífuna.
El Dügü es el mayor rito que la religiosidad garífuna ofrece a los ancestros,
evidencia la relación entre pasado y presente de su identidad. Las ceremonias
del dügü afianzan los conceptos de la vida después de la muerte, la continuidad de
las líneas familiares y la asistencia mutua, estrechando los lazos que unen a los
garífunas. En la mayoría de las ocasiones, el objetivo del rito es la curación de una
persona poseída por un espíritu ancestral que rige y sanciona la conducta de su
familiar, trata de proteger al individuo provocándole una enfermedad que le lleve a
cambiar de vida, cuando su comportamiento afecta la vida de la familia y atenta
contra la unidad y cohesión del grupo étnico.
También se realiza para curar enfermedades "enviadas por Dios", las causadas
naturalmente por la condición humana y en la que se han agotado todos los medios
comunes para curarse.
El chaman (buyai) es el que decide si el ritual debe llevarse a cabo. A través de los
sueños tiene el poder de comunicarse con los espíritus de los ancestros, ellos le
indican como se debe proceder. Si lo recomienda, se inicia una larga y cuidada
preparación, debe sembrarse la yuca amarga para la preparación del casabe (pan
hecho con su harina) que ofrendará en el ritual y buscar un patrocinador para
solventar los gastos. Todos los parientes deben acudir a la ceremonia, a veces
desde lugares lejanos, si alguno no se presentara, los espíritus puede desaprobar
la desunión y posiblemente no se cure el enfermo. Así, los antepasados garífunas
son el vínculo que une a los emigrantes y fortalece su cohesión cultural.
Vestuarios de los garífunas
Este traje es muy colorido para las mujeres, ya que tiene influencia africana, aunque
ha quedado en desuso por la influencia de la moda y los escases y alto costo de las
telas que se utilizan para su elaboración. La elaboración antiguamente era realizada
a mano, por las mujeres de edad del grupo étnico, este es un arte que se trasmitía
de la madre a la hija. No todas las mujeres han aprendido a hacerlos.La tela
utilizada para su elaboración es conocida como Mandaguina que es una especie de
Dacrón; está fabricada en colores alegres y fuertes. Aunque también se utiliza
de un solo color.
Sus artesanías las elaboran con corteza de coco, carey, corozo y güiscoyol, con los
que dan forma a collares, anillos, pulseras, prendedores y pipas. Las danzas
favoritas de estos porteños son el Yacunú, el Sambai, la Punta, la Shumba, el
Jungujugu, el Gunjae y el Aru Majani.
Lengua y cultura.
Los garífuna hablan una lengua de la familia arawak, ya que de hecho a la llegada
de los europeos existían numerosas comunidades caribeñas donde se hablaban
variedades de caribe y arawak dentro de la misma comunidad.
Su lengua, el Igñeri, presenta influencias en el léxico del francés, el inglés y en
algunas regiones del español. Las pocas influencias aisladas de lenguas africanas
en el Igñeri corresponden sobre todo al Yoruba de Sud Nigeria. La tradición religiosa
y cultural en estos pueblos tiene origen en el oeste africano.
La lengua garífuna, junto con la danza y la música de esta etnia centroamericana,
fue proclamada por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la
Humanidad en 2001 e inscrita en 2008 en la Lista representativa del Patrimonio
Cultural Inmaterial de la Humanidad. A los garífuna también se les conoce por su
estilo de música único, llamadopunta. Entre las figuras profesionales más
importantes de destacan Andy Palacio y Aurelio Martínez en el ámbito de la
música, Salvador Suazo y Wingston González en las letras y el proyecto de mujeres
garífunas Umalali. Se sabe de fuentes muy confiables que la mayor concentración
de garífunas se encuentra en Honduras, país donde se conmemora el 12 de abril
de 1797 como la llegada de afrodescendientes a la zona de Punta Gorda, Roatán,
procedentes de la isla de San Vicente.