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Así, en el motor mostrado en la Figura 1, el inductor está constituido por el rotor R, dotado de
cuatro piezas magnéticas, las que para simplificar son imanes permanentes, cuya polaridad se
indica, y el inducido o estator con bobinas de alambre arrolladas en las zapatas polares.
Las cuatro bobinas a-b, c-d, e-f y g-h, arrolladas sobre piezas de una
aleación ferromagnética (zapatas polares) se magnetizan bajo la acción de los imanes del
inductor. Dado que el inductor está girando, el campo magnético que actúa sobre las cuatro
zapatas cambia de sentido cuando el rotor gira 90º (se cambia de polo N a polo S), y su
intensidad pasa de un máximo, cuando están las piezas enfrentadas como en la figura, a un
mínimo cuando los polos N y S están equidistantes de las piezas de hierro.
Son estas variaciones de sentido y de intensidad del campo magnético las que inducirán en las
cuatro bobinas una diferencia de potencial (voltaje) que cambia de valor y de polaridad
siguiendo el ritmo del campo.
La frecuencia de la corriente alterna que aparece entre los terminales A-B se obtiene
multiplicando el número de vueltas por segundo del inductor por el número de pares de polos
del inducido (en nuestro caso 2), y el voltaje generado dependerá de la fuerza de los imanes
(intensidad del campo), la cantidad de vueltas de alambre de las bobinas y de la velocidad de
rotación.
Materiales:
Bobina
Imán
Alambre conductor
Silicona
Pistola de silicona
Motor Armado
Funcionamiento del motor
Supongamos ahora que dentro de este campo magnético rotante colocamos una espira
conductora en cortocircuito y que esta espira tiene la posibilidad de girar, verificaremos a
continuación que es precisamente esto lo que hará, comenzará a girar siguiendo el
movimiento del campo.
En principio, la justificación de este fenómeno surge de la Ley de Lenz que nos dice a grandes
rasgos que al aplicar un campo magnético variable a una espira en cortocircuito esta
reaccionará de manera tal de oponerse a dicha variación, en este caso en particular, el campo
gira y la espira también lo hace.
Un poco más de profundidad en nuestro análisis nos permitirá apreciar la aparición del par
que pone en movimiento a la espira, para ello observemos las figuras de la derecha.
Ahora bien, como sabemos, si un conductor por el que circula una corriente se
encuentra sumergido en un campo magnético, aparece sobre él una fuerza cuya dirección es
perpendicular al plano formado por el campo y la corriente y su sentido está dado por la regla
del tirabuzón (1). Como consecuencia de esto, se originan fuerzas en los cuatro lados de la
espira, dos de ellas (que hemos denominado Ft y -Ft) se anulan mutuamente y no tienen mayor
efecto en el fenómeno que estamos estudiando, pero las restantes constituyen un par que
tiende a hacer girar a la espira alrededor de su eje.