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Estancia Caroya

Fecha de construcción: Año 1616.

Características arquitectónicas principales: La mansión está estructurada alrededor de un patio


central. La galería está conformada por diez habitaciones, con muebles y objetos de diversas
épocas, y en la capilla se encuentra la imagen de la Virgen de Monserrat.

Breve reseña histórica: En 1661, la hacienda fue adquirida por el fundador del Colegio Monserrat,
Ignacio Duarte y Quirós, logró transformarla en una pródiga tierra con producción de maíz y trigo,
frutas, vino, miel y algarrobo. Con esa producción ayudó a sostener el establecimiento educativo y
usó el lugar como solar veraniego de sus alumnos, allí pasaron sus vacaciones alumnos como
Juan José Paso, Nicolás Avellaneda, y los hijos del Virrey Liniers. Cuando estalló la guerra de la
independencia, la estancia de Caroya albergó la primera fábrica de armas blancas para abastecer
de puntas de bayoneta al Ejército del Norte. Allí se confeccionó, por ejemplo, la espada del general
José Gervasio Artigas, prócer de la Banda Oriental. La estancia pasó a manos del gobierno
nacional y en 1876, en plena política de promoción a la inmigración europea, el presidente Nicolás
Avellaneda dispuso que fuera el lugar de alojamiento de los inmigrantes provenientes de Italia.
Esos mismos colonos organizarían luego el poblado, en cercanías del casco de la estancia.

Uso actual: Abierta al público en distintos horarios dependiendo de la temporada.

Datos curiosos: A raíz de su enorme valor histórico y arquitectónico, fue declarada Patrimonio
Cultural de la Humanidad por la Asamblea Anual de la UNESCO, en el año 2000.

Región turística de Córdoba: Región de la Historia.

Elemento del Plan Federal de Turismo Sustentable: Corredor de Sierra Chica.


Estancia Jesús María

Fecha de construcción: Año 1618.

Características arquitectónicas principales: Mitad monasterio y mitad factoría, la Estancia Jesús


María contaba con patio central, iglesia, claustro, galerías y ranchería. La iglesia de la Estancia se
distingue por su fachada sobria y nave única abovedada, muestra en su interior una importante
cúpula central ornamentada con relieves que denotan las manos de los artistas aborígenes. Junto
a la sacristía, la elegante espadaña de piedra completa la arquitectura de la finca. El patio central,
cerrado en 2 costados por un claustro de 2 niveles, amplias galerías y arcos de medio punto,
muestra el estilo propio de la Compañía de Jesús. Los ranchos destinados a indios y esclavos
fueron reemplazados por construcciones de ladrillo, piedra y teja.

Breve reseña histórica: En el año 1618, la orden de los Padres Jesuitas adquirió una importante
extensión de tierras en la zona de Chacra de Guanusacate, actualmente ciudad de Jesús María,
que ya contaban con 20 mil cepas de viñas e importante dotación de animales. Allí, a 50 km. de la
ciudad de Córdoba Capital, la orden construyó una gran estancia, que funcionó como
establecimiento agrícola ganadero, pero especializado en la producción vitivinícola. De hecho, la
producción vitivinícola de la Estancia Jesuítica de Jesús María alcanzó gran calidad y desarrollo, y
su fama trascendió las fronteras provinciales y se prolonga hasta nuestros días.

Uso anterior: funcionó como establecimiento agrícola ganadero, pero especializado en la


producción vitivinícola.
Uso actual: Esta Estancia, desde el año 1946, funciona como Museo Jesuítico Nacional, en sus
salas se exhiben imágenes religiosas, crucifijos, litografías, monedas, medallas, y el tesoro
jesuítico de Jesús María: la Virgen Inmaculada de madera, el Cristo de la Paciencia.

Datos curiosos: En la planta baja se elaboraba el vino lagrimilla, de sabor tan singular que fue el
primer vino americano degustado en la mesa real de Felipe V, en Madrid, España.

Región turística de Córdoba: Región de la Historia.

Elemento del Plan Federal de Turismo Sustentable: Corredor de Sierra Chica.

Estancia Santa Catalina

Fecha de construcción: Año 1622.

Características arquitectónicas principales: Su iglesia, finalizada en el año 1754, es ejemplo del


barroco colonial en Argentina, visiblemente influenciado por la arquitectura centroeuropea del
mismo estilo. Su imponente fachada, flanqueada por dos torres y un portal en curva, es de líneas y
ornatos gráciles, con pilastras y frontones curvos. En su interior se destaca la armonía de las
proporciones: una sola nave en cruz latina que culmina en cúpula circular con ventanas en la
bóveda; el gran retablo del altar mayor tallado en madera y dorado, en el que destacan un lienzo
representativo de la santa patrona de la estancia, una imagen de vestir del Señor de la Humildad y
la Paciencia, y una talla policromada de un Cristo crucificado. A la imponente iglesia de Santa
Catalina se sumaron otras construcciones de estilo arquitectónico del Medioevo: claustros
cercando patios, galerías con bóvedas de cañón, talleres, caballerizas, depósitos, huertas y
rancherías.

Breve reseña histórica: En las antiguas tierras de Calabalumba la Vieja (actualmente localidad de
Ascochinga), en el año 1622 la Compañía de Jesús fundó la Estancia Santa Catalina, la más
grande de todas las estancias jesuíticas de Argentina y gran centro de producción pecuaria con
miles de cabezas de ganado vacuno, ovino y mular, además de obraje con telares y aparejos,
herrería, carpintería y 2 molinos.
Uso actual: Santa Catalina fue declarada Museo Histórico Nacional en el año 1941, pero para
recorrer la estancia y los solariegos patios hoy es preciso pedir permiso a los propietarios actuales
de la estancia.

Datos curiosos: El 25 de noviembre y el último domingo de enero son fechas inigualables para
visitar la estancia ya que se celebran las fiestas patronales, que envuelven a Santa Catalina en un
clima festivo, pleno de ritos y tradiciones.

Región turística de Córdoba: Región de la Historia.

Estancia La Candelaria

Fecha de construcción: Año 1687,

Características arquitectónicas principales: Entre fortín y residencia con santuario, su


arquitectura difiere del resto de las estancias construidas por los jesuitas para afrontar la
inclemencia de la geografía y del clima, y el asedio de los malones de indios. La Estancia La
Candelaria contaba con patio principal, ranchería, corrales, tajamar, molinos, acequias e iglesia. La
iglesia se distingue por sus muros rocosos y líneas austeras, sobresale por su espadaña barroca
que acuna tres campanas. Su color blanco a la cal, permanece prácticamente intacto excepto en el
altar, donde se destacan los colores pasteles y ornamentos simples, con algunas imágenes y una
talla en madera de la Virgen de la Candelaria. Junto a la entrada, se ubica un pequeño recinto con
un orificio que permitía mantener la guardia frente a los malones, incluso durante el oficio religioso.

Uso anterior: era un establecimiento productor de ganadería extensiva, fundamentalmente mular,


destinado al tráfico de bienes desde y hacia el Alto Perú.

Uso actual: Abierta al público en distintos horarios dependiendo de la temporada.


Datos curiosos: Los esclavos negros proveyeron la mano de obra para erigir el lugar y todavía se
pueden encontrar las ruinas de sus ranchos, cerca de los corrales, molinos y acequias y algo más
distantes de la residencia de los sacerdotes y la capilla destinada al culto religioso.

Región turística de Córdoba: Región de la Punilla.

Estancia Alta Gracia

Fecha de construcción: Año 1643.

Características arquitectónicas principales: Este importante establecimiento productivo se


componía de: La Residencia (donde actualmente funciona el Museo Nacional Casa del Virrey
Liniers). El Obraje (en la actualidad escuela secundaria), este espacio era destinado principalmente
a la producción textil, carpintería y hornos. Tierras de producción (en ellas se construyeron diversos
barrios de la ciudad de Alta Gracia). El tajamar (hoy centro de recreación y paseo), era un dique
artificial utilizado para el riego de los cultivos. La Iglesia (en la actualidad iglesia parroquial), que en
el año 1659 desafiaba la arquitectura de la época con su imponente estilo barroco. El santuario de
la Estancia Jesuítica de Alta Gracia que fue diseñado por Andrea Bianchi, arquitecto de la orden
religiosa y responsable de la mayoría de las obras coloniales más prestigiosas de la Argentina. El
templo corona el ala sur del complejo, y es único en el país por su fachada sin torres, perfil de
curvas interrumpidas y pilastras apareadas que rememoran el barroco italiano tardío. En su interior
se destacan el retablo del altar mayor, con sus columnas salomónicas y el púlpito tallado en
madera, debajo de la bóveda.
Breve reseña histórica: En el año 1643 la orden de los Padres Jesuitas recibieron en donación
una gran cantidad de terrenos en el Valle de Paravachasca, donde desarrollaron un importante
emprendimiento productivo dedicado a la rama textil, ganadera y agropecuaria, y especialmente al
comercio de mulas. La donación de las tierras fue efectuada por Don Alonso Nieto de Herrera, a su
ingreso en la Orden religiosa. En el año 1810, luego de la expulsión de la orden de los jesuitas y de
sucesivos propietarios particulares, tomó posesión de la Estancia Don Santiago de Liniers, antiguo
Virrey del Río de la Plata, que vivió durante 5 meses en el establecimiento hasta su muerte.

Uso actual: Funciona el Museo Nacional Casa del Virrey Liniers.

Datos curiosos: En sus salas se reflejan fielmente la vida colonial: cujas de algarrobo, petacas de
viaje hechas en cuero crudo, rueca de hilar lana, brasero, todo dispuesto como entonces.

Región turística de Córdoba: Región de los Grandes Lagos.

Elemento del Plan Federal de Turismo Sustentable: Corredor de los Grandes Lagos.

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