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Breve reseña histórica: En 1661, la hacienda fue adquirida por el fundador del Colegio Monserrat,
Ignacio Duarte y Quirós, logró transformarla en una pródiga tierra con producción de maíz y trigo,
frutas, vino, miel y algarrobo. Con esa producción ayudó a sostener el establecimiento educativo y
usó el lugar como solar veraniego de sus alumnos, allí pasaron sus vacaciones alumnos como
Juan José Paso, Nicolás Avellaneda, y los hijos del Virrey Liniers. Cuando estalló la guerra de la
independencia, la estancia de Caroya albergó la primera fábrica de armas blancas para abastecer
de puntas de bayoneta al Ejército del Norte. Allí se confeccionó, por ejemplo, la espada del general
José Gervasio Artigas, prócer de la Banda Oriental. La estancia pasó a manos del gobierno
nacional y en 1876, en plena política de promoción a la inmigración europea, el presidente Nicolás
Avellaneda dispuso que fuera el lugar de alojamiento de los inmigrantes provenientes de Italia.
Esos mismos colonos organizarían luego el poblado, en cercanías del casco de la estancia.
Datos curiosos: A raíz de su enorme valor histórico y arquitectónico, fue declarada Patrimonio
Cultural de la Humanidad por la Asamblea Anual de la UNESCO, en el año 2000.
Breve reseña histórica: En el año 1618, la orden de los Padres Jesuitas adquirió una importante
extensión de tierras en la zona de Chacra de Guanusacate, actualmente ciudad de Jesús María,
que ya contaban con 20 mil cepas de viñas e importante dotación de animales. Allí, a 50 km. de la
ciudad de Córdoba Capital, la orden construyó una gran estancia, que funcionó como
establecimiento agrícola ganadero, pero especializado en la producción vitivinícola. De hecho, la
producción vitivinícola de la Estancia Jesuítica de Jesús María alcanzó gran calidad y desarrollo, y
su fama trascendió las fronteras provinciales y se prolonga hasta nuestros días.
Datos curiosos: En la planta baja se elaboraba el vino lagrimilla, de sabor tan singular que fue el
primer vino americano degustado en la mesa real de Felipe V, en Madrid, España.
Breve reseña histórica: En las antiguas tierras de Calabalumba la Vieja (actualmente localidad de
Ascochinga), en el año 1622 la Compañía de Jesús fundó la Estancia Santa Catalina, la más
grande de todas las estancias jesuíticas de Argentina y gran centro de producción pecuaria con
miles de cabezas de ganado vacuno, ovino y mular, además de obraje con telares y aparejos,
herrería, carpintería y 2 molinos.
Uso actual: Santa Catalina fue declarada Museo Histórico Nacional en el año 1941, pero para
recorrer la estancia y los solariegos patios hoy es preciso pedir permiso a los propietarios actuales
de la estancia.
Datos curiosos: El 25 de noviembre y el último domingo de enero son fechas inigualables para
visitar la estancia ya que se celebran las fiestas patronales, que envuelven a Santa Catalina en un
clima festivo, pleno de ritos y tradiciones.
Estancia La Candelaria
Datos curiosos: En sus salas se reflejan fielmente la vida colonial: cujas de algarrobo, petacas de
viaje hechas en cuero crudo, rueca de hilar lana, brasero, todo dispuesto como entonces.
Elemento del Plan Federal de Turismo Sustentable: Corredor de los Grandes Lagos.