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La sanción del
Eiger
Hemlock - 1
ePub r1.0
Titivillus 20.11.15
Título original: The Eiger Sanction
Trevanian, 1972
Traducción: Ana María Torra
Diseño de cubierta: Titivillus
»… Considerando que su
infancia se desarrolló en medio
de una extremada violencia
(tres veces convicto por asalto,
debido a los tormentos que sus
compañeros le infligían, pues
envidiaban su extraordinaria
inteligencia y las alabanzas que
recibía de todos sus profesores),
y considerando las
humillaciones que debió
soportar por parte de parientes
indiferentes tras la muerte de su
madre (de padre desconocido),
algunos de sus actos
antisociales y violentos son
producto de su autosuficiencia,
por tanto comprensibles e
incluso predecibles.
»Cabe destacar un rasgo
sobre todo. El sujeto en
cuestión tiene una opinión
sumamente estricta sobre el
tema de la amistad. No existe,
según él, mejor moralidad que
la lealtad ni peor pecado que la
deslealtad. Ningún castigo sería
suficiente para aquel que se
aprovechara de su amistad.
Afirma que otras personas
aceptan igualmente su moral
particular. Tal vez una persona
educada diga que su situación
se debe al deseo de una
excesiva compensación por la
sensación de abandono que
sufrió por parte de sus
parientes.
»Me encuentro con una
deformación de la personalidad
totalmente nueva en mi
experiencia y en la de mis
compañeros, que nos mueve a
aconsejar prudencia a quienes
se hagan responsables del
sujeto. Este hombre carece del
sentido normal de culpabilidad.
No tiene conciencia alguna. No
hemos podido hallaren él
ningún tipo de respuesta
negativa ante elementos como
pecado, crimen, sexo o
violencia. Esto no indica
inestabilidad. Por el contrario,
si de algo peca es de una
estabilidad extrema, de un
excesivo control. Totalmente
anormal.
»Tal vez se le considerará
ideal para el Servicio de
Inteligencia, pero debo
informar que el sujeto es, en mi
opinión, una personalidad algo
incompleta…, y socialmente
muy peligroso».
LONG ISLAND, 10 de
junio
Jonathan:
Quise hacerte comprender
anoche la importancia de ese
trabajo. Querido, daría todo lo
que fuera por…
Ayer y anoche significaron
para mí más de lo que pueda
decirte, pero hay cosas que…
Tuve que adivinarlo. Espero
que tomes azúcar en el café.
Con amor (de verdad)
Jemima
«¡¡¡Noticias maravillosas!!!
¡Estoy liberada de ese peso
(ejem, ejem) que he llevado por
tanto tiempo! ¡liberada y
liberada! ¡Hombre fantástico!
Tranquilo, gentil, dulce,
ingenioso y amante mío. Sucedió
sencillamente así (imagina un
chasquido de dedos). Nos
encontramos. Nos casamos. Nos
acostamos (y también en ese
orden). ¡Adonde iremos a parar!
Has perdido tu oportunidad. Ya
puedes deshacerte en lágrimas.
¡Cielos, es magnífico, Jonathan!
Estamos viviendo en mi casa.
Ven a vernos cuando vuelvas.
Por cierto, ahora recuerdo que
he ido por tu casa de vez en
cuando para ver si alguien la
había robado. Nadie lo ha hecho.
Pero tengo malas noticias. Mr.
Monk se ha largado. Tiene un
empleo fijo en el National Park
Service. ¿Qué tal Arizona?
¡Liberada, oye! Te lo explico
todo cuando vuelvas».
Flop.