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Colegio Gimnasio Campestre San Sebastián

GUÍA INFORMATIVA

NOMBRE: __________________________________________GRADO:
NOVENO
FECHA: _______________________ ÁREA: CIENCIAS SOCIALES PERIODO:
CUARTO
DOCENTE: JUAN PABLO SANTOS

La geografía económica

Las actividades productivas que las sociedades realizan para su sobrevivencia se desarrollan
en un espacio geográfico o territorial determinado, por ello resulta necesario comprender
cómo se producen las relaciones entre la sociedad y el espacio que ocupa en función de las
necesidades económicas.

El concepto de la geografía económica

Es la ciencia que estudia las actividades económicas y sus relaciones con la explotación de
los recursos naturales y el proceso productivo. En su campo de estudio, la geografía
económica comprende tres componentes, que son:

 Los elementos del espacio físico y los recursos naturales. Los rasgos naturales de
los territorios, tales como el agua, el relieve, el clima y el suelo, pueden facilitar el
desarrollo de ciertas actividades económicas.
 Las actividades económicas. Los seres humanos utilizan y organizan el espacio que
habitan buscando satisfacer sus propias necesidades. En muchas regiones de climas
con pocas condiciones de habitabilidad predomina la explotación de los recursos
mineros o forestales, mientras que en zonas con suelos ricos y clima adecuado, se
desarrolla la agricultura. En las grandes ciudades, en cambio, predominan las
actividades de servicios.
 Los factores de producción y el espacio. Las actividades económicas se sustentan
en factores productivos, como la tierra, el capital, el dinero, el trabajo y la
tecnología. Estos elementos ocupan un lugar determinado en el espacio y por ello,
contribuyen a explicar la diversidad en el desarrollo económico de cada región del
planeta.

El objeto de estudio

La geografía general, que es la ciencia que estudia las relaciones entre el ser humano y el
espacio que habita, así como las diferencias regionales que estas generan, se subdivide en
geografía física y en geografía humana, para analizar por separado los ámbitos del espacio
natural o físico y el social. La geografía económica forma parte de esta última, junto con
otras disciplinas como por ejemplo, la geografía de la población, que estudia la distribución
de la población en la superficie terrestre.
La geografía económica apunta a resolver problemas como la localización y las formas de
uso de los recursos, los procesos que se realizan para su aprovechamiento, los impactos
ambientales que generan las actividades humanas, los motivos para la ubicación de las
actividades productivas en ciertas áreas o regiones y los medios y las actividades que la
población lleva a cabo para satisfacer sus necesidades, las cuales se consideran ilimitadas, al
mismo tiempo que los recursos son escasos.
Como la mayor parte de las ciencias, la geografía económica intenta establecer principios o
leyes generales que permitan comprender los comportamientos económicos de la sociedad
en relación con el espacio físico. Estos principios se convierten en modelos que pueden ser
aplicados a diversos contextos, lo cual permite comprender diferentes entornos o lugares. Un
ejemplo es la teoría de la localización que explica cómo se distribuyen las actividades
agrícolas de acuerdo con la renta que generan y la distancia desde los centros de producción
a los de consumo.

La localización de las actividades productivas es un tema importante para la geografía


económica.

Las ciencias auxiliares de la geografía económica

En su desarrollo como ciencia social, la geografía económica ha recibido y asumido los


postulados y los aportes de diversas ciencias y disciplinas, que son sus auxiliares. Entre ellas
se encuentran:
 La economía. Es el estudio de la administración de los recursos para satisfacer las
necesidades humanas. Aporta el estudio de los principios y las reglas que rigen la
producción y la distribución de bienes y servicios.
 La estadística. Consiste en la recolección y el análisis de datos cuantitativos
relacionados con los procesos económicos. Brindan las cifras o cantidades que
permiten comprender las dinámicas de las actividades económicas.
 Las ciencias naturales. Entre ellas se cuentan ciencias tales como la geología y la
biología, las cuales proporcionan el conocimiento básico de los recursos naturales y
de sus usos posibles.
 La sociología y la demografía. Son ciencias sociales que estudian la organización
social, la cultura y la población, respectivamente, por lo cual suministran
conocimientos acerca de los comportamientos individuales y colectivos en relación
con el consumo, la demanda y la dinámica de las actividades económicas.
 La antropología es la ciencia que estudia el ser humano desde el punto de vista
biológico, social y cultural. Le interesa la producción de significados socialmente
compartidos. Por lo general se divide en dos ramas: la antropología socio-cultural
y la antropología física.
 La historia. Es el estudio de las sociedades a través del tiempo, lo que brinda
información sobre la evolución y la dinámica de las actividades económicas.

La funcionalidad de la geografía económica

La geografía económica genera conocimientos que permiten comprender la realidad


económica y que pueden ser aplicados a la construcción social. Estos aportes se producen en
tres áreas:

 La comprensión de la evolución del espacio geográfico y económico. Los procesos


económicos, que son la producción, la distribución y el consumo, generan efectos en
el espacio geográfico y sus transformaciones se relacionan con la dinámica de los
procesos productivos. De la misma manera, los modelos o sistemas económicos y
políticos como el capitalismo y el socialismo, dan lugar a configuraciones sociales y
territoriales particulares, que necesitan ser analizadas y comprendidas. Así, por
ejemplo, el desarrollo del capitalismo como sistema global desde el siglo XVI, ha
generado grandes desequilibrios territoriales, pues mientras algunas regiones
presentan una mayor concentración económica, otras, por el contrario, reflejan atraso
y marginación.
 La planificación del espacio. Conocer las características de un espacio geográfico
determinado, los recursos de que dispone, las formas de producción y la organización
de las actividades económicas permite administrar y planificar el desarrollo de un
territorio y su población. Por ello, la geografía económica es una herramienta
necesaria para los Estados y sus gobiernos.
 El ordenamiento del territorio. La actividad económica, impulsada por los intereses
privados o públicos, produce una reorganización del espacio. En ese sentido, la
geografía económica puede recomendar un uso adecuado para los espacios y señalar
qué actividades económicas son más compatibles, y la manera de disminuir los
impactos ambientales que puedan generar.
Los sectores económicos

Las actividades económicas pueden agruparse en diferentes sectores de acuerdo con la fase
del proceso productivo que representan. Estos son el sector primario, el sector secundario, el
sector terciario y el sector cuaternario.

El sector primario

Representa las actividades que se dedican a extraer productos o materias primas de la


naturaleza. La agricultura, la ganadería, la pesca, la silvicultura, la minería y la extracción
de fuentes de energía, hacen parte de este sector que es el más antiguo en la historia de la
humanidad, ya que se centra en las actividades elementales que desarrollaron las primeras
sociedades para sobrevivir, tales como la caza, la pesca, la recolección de frutos, la cantería
o la tala de árboles. Durante los últimos milenios de la humanidad, se ha desarrollado la
extracción de minerales, y se agregó la explotación de ciertas materias primas que sirven
para obtener energía, como el carbón, el petróleo, la caída de aguas o el litio.

El sector secundario

Este sector tiene sus raíces históricas en las actividades artesanales, como la alfarería, la
albañilería, la cestería, la metalurgia y la industria textil, entre otros. Durante la Edad Media
en Europa, quienes ejercían estas actividades se agruparon en talleres divididos en maestros
y aprendices. Allí elaboraban productos terminados que luego ofrecían al creciente mercado
de bienes. Pero el mayor impulso de la industria se produjo en el siglo XVIII, cuando los
pequeños talleres comenzaron a utilizar nuevas técnicas para multiplicar la producción. Se
construyeron centros productivos más grandes que los talleres, llamados fábricas, en los
cuales las máquinas realizaban la labor de varios empleados en un tiempo mucho más
reducido. Se aplicaron los criterios de eficiencia y división del trabajo con el propósito de
aumentar el producto y disminuir los costos.

El sector terciario

Comprende un sinnúmero de actividades que no producen bienes materiales, sino diferentes


tipos de servicios, como la salud, la educación y el comercio. Los servicios se han
desarrollado principalmente junto con la expansión de la economía industrial y el crecimiento
y la urbanización de la población a nivel mundial. Con lo anterior, se requieren mayores
niveles de instrucción, salud y acceso a bienes de consumo, dado que mejores niveles de
salud y educación permiten incrementar las posibilidades del sistema productivo y redundan
en el crecimiento económico. Por otra parte, la necesidad de capital para los emprendimientos
productivos ha estimulado la creación de sistemas financieros formados por bancos y otras
instituciones, que proveen créditos y préstamos.

El sector cuaternario
Este sector está integrado por los servicios altamente especializados y de gran complejidad
intelectual relacionados con la tecnología, la investigación científica y el desarrollo de
innovaciones en la educación y el medioambiente. La revolución tecnológica y el desarrollo
de las Tecnologías de la Comunicación y la Información (TIC) han posibilitado el trabajo
a distancia, modificando las relaciones laborales tradicionales que se realizan en un tiempo
y un espacio definidos.

El sector primario

Las actividades del sector primario comprenden todas aquellas que extraen alimentos,
materias primas y elementos para generar energía para el consumo humano y la industria.

La agricultura

La agricultura es la más importante de las actividades del sector primario, debido a que es la
principal fuente de alimentos desde el surgimiento de las primeras civilizaciones. Se
desarrolla en torno a los ciclos de crecimiento y reproducción de las plantas que, al ser
manipulados mediante técnicas de selección y control de las condiciones de desarrollo por el
ser humano, son capaces de producir granos, frutos o tallos de gran poder nutritivo o
alimenticio. Los inicios de la agricultura se sitúan unos 10.000 años a. C., cuando las
glaciaciones retrocedieron debido a un aumento de la temperatura del planeta.

La extinción de la fauna condujo a algunos grupos humanos de cazadores y recolectores a


seleccionar plantas para sembrar y cosechar. Estas actividades los llevaron a convertirse en
sedentarios y permitieron el surgimiento de formas avanzadas de civilizaciones urbanas
basadas en el cultivo de cereales, productos capaces de alimentar a grandes volúmenes de
población: el trigo y la cebada en Asia Occidental, arroz, en el Asia Oriental y maíz entre los
pueblos originarios de América. Este proceso es conocido como revolución neolítica.

En el siglo XVIII, la aplicación de innovaciones a la agricultura, como los abonos químicos,


los cercamientos y la maquinaria, produjo una nueva revolución agrícola, caracterizada por
una extensión de los terrenos de cultivo y el aumento de la producción, demandada por una
población creciente.
Las terrazas de cultivo son una técnica agrícola muy antigua que se usa en la actualidad en
los cultivos de arroz en Asia.

La ganadería

La ganadería consiste en la cría de diversas especies de animales para producir alimentos y


otros productos, tales como carne, leche, cueros, huesos, huevos y fibras. También se llevan
a cabo algunas prácticas como el uso de animales para obtener fuerza en el tirado de arados
agrícolas o para el transporte, la cría para la reproducción y selección de variedades, o con
fines recreativos y ornamentales.

La actividad ganadera surgió al mismo tiempo que la agricultura, posiblemente a partir de las
labores de ciertos grupos de cazadores que comenzaron a desplazarse junto con las manadas
de animales que cazaban, e iniciaron el proceso de domesticación. Posteriormente,
asumieron su crianza, selección de variedades, reproducción y cuidados generales. Las
especies más comunes son los equinos como el caballo, los bovinos como la vaca, el buey
de agua y el yak, los ovinos u ovejas, los caprinos o cabras, los porcinos o cerdos y las aves
de corral, como gallinas, patos y faisanes.

Existen también algunos animales de cría más específicos, como el conejo (cunicultura), la
abeja (apicultura) y algunas especies de peces (piscicultura). Desde tiempos prehispánicos,
se criaban en América Andina la llama, la vicuña, la alpaca y el cuy.

La actividad ganadera ha experimentado un profundo cambio en el último siglo. La


investigación científica ha permitido obtener razas selectas, que proporcionan elevados
rendimientos, y vencer muchas enfermedades que afectaban al ganado. Además, las nuevas
tecnologías han conseguido incrementar notablemente la producción y desarrollar sistemas
de refrigeración y congelación que hacen posible trasladar los productos ganaderos a largas
distancias en perfecto estado. Sin embargo, la mecanización y la tecnificación modernas no
se emplean por igual en las explotaciones ganaderas, por lo que se diferencian tres tipos de
ganadería: extensiva, intensiva y de autoconsumo.

La pesca

La pesca y la recolección de especies marinas son actividades muy antiguas y han perdurado
en muchas sociedades actuales que viven en las costas o en las orillas de ríos y lagos. Las
formas artesanales de pesca y recolección son efectuadas por trabajadores especializados con
un gran conocimiento de los ciclos del mar o de los cursos de agua y del comportamiento de
las especies. Se desarrollan preferentemente en las zonas litorales. Usan instrumentos como
redes de captura (atarrayas), cañas, anzuelos, ganchos, trampas y otros artefactos para
desprender crustáceos y moluscos de los litorales.

La pesca industrial, por otra parte, se desarrolla en alta mar y utiliza grandes embarcaciones
para obtener un mayor número de peces y animales marinos. A pesar de que es mucho más
eficiente que la pesca artesanal, en términos ecológicos el perjuicio en contra de los
ecosistemas marinos y del consumo de combustible es mucho mayor. Una de las grandes
amenazas, por ejemplo, son las grandes redes de arrastre, que no solo atrapan enormes
cardúmenes de peces que son procesados en naves llamadas barcos-factoría, sino que se
llevan consigo especies vegetales del suelo marino.

Otro método moderno es la acuicultura, que consiste en la cría de peces, moluscos o


crustáceos en corrales ubicados en estanques, en lagos o en el mar. La acuicultura ha
generado diferentes técnicas de cultivo para optimizar sus resultados. En las comunidades
rurales, se ha incentivado el cultivo de peces, como carpas, cachamas y truchas. Mientras, en
zonas de transición marítima, se adecuan espacios para la producción de especies como
moluscos, camarones y langostinos. Otras especies explotadas son el salmón, la tilapia, el
pulpo, la corvina, el atún, el bacalao, los cangrejos y las jaibas.

El mundo europeo a comienzos del siglo XX

En los inicios del siglo XX, Europa y Estados Unidos vivían una época de prosperidad y
optimismo porque su dominio sobre el resto del mundo parecía incuestionable. Sin embargo,
las crecientes tensiones entre las potencias europeas por alcanzar la supremacía prepararon
el camino para la guerra.

La Belle Époque

Para finales del siglo XIX, las potencias coloniales europeas (Gran Bretaña, Francia,
Alemania, Rusia, Italia y Austria-Hungría) habían extendido su dominio a la mayor parte de
África, Asia y Oceanía, hasta dominar el 60% del planeta. Mientras tanto, los Estados Unidos
consolidaron su integración territorial y ejercían una fuerte influencia económica sobre
América Latina.

Esta situación permitió a estas potencias experimentar entre 1890 y 1914 un período de
prosperidad económica, estabilidad política y de una enorme creatividad artística e intelectual
que posteriormente fue conocido como la Belle Époque (“la época bella”). El auge
económico e industrial favoreció la innovación tecnológica de la cual surgieron inventos
como el automóvil, el aeroplano, el teléfono, el fonógrafo y el cinematógrafo. Estos avances
crearon un ambiente triunfalista en que existía gran fe en la ciencia y el progreso.

La Torre Eiffel fue construida para la Exposición Universal de París en 1900. Este evento
fue una celebración del optimismo de la Europa imperial e industrializada de inicios del siglo
XX.

La Paz Armada

En la segunda mitad del siglo XIX, la política internacional europea se caracterizó por la
búsqueda del equilibrio. Sin embargo, la paz y la estabilidad de la Belle Époque colapsaron
cuando la expansión imperialista causó rivalidades económicas y políticas entre las
potencias, generadas por el avance industrial y, en especial, por el auge de Alemania.
Este proceso empezó en 1888 cuando Guillermo II se convirtió en emperador de Alemania
y se propuso dominar Europa Central y formar un Imperio colonial. Estas pretensiones
despertaron los recelos de Gran Bretaña que decidió estrechar sus lazos con Francia, que a
su vez quería recuperar las provincias de Alsacia y Lorena, perdidas con Alemania en la
Guerra Franco-Prusiana de 1870-1871, y que tenía grandes inversiones en Rusia. Por su
parte, el Imperio ruso rivalizaba con el Imperio austro-húngaro por el control de los Balcanes.
Finalmente, Italia tuvo tensiones con Francia desde 1882 cuando los franceses establecieron
un protectorado en Túnez.

El sistema de alianzas para 1914 dividió a Europa en dos grupos de potencias rivales muy
marcados.

Estas tensiones provocaron la formación de dos bloques de Alianzas:

 La Triple Alianza. Fue formada en 1882 por Alemania, Austria-Hungría e Italia. Los
tres países, también conocidos como los Imperios centrales, acordaron apoyarse si
eran atacados por Francia, Gran Bretaña o Rusia.
 La Triple Entente. Fue una coalición entre Francia, Gran Bretaña y Rusia, esta fue
el resultado de una serie de acuerdos de no agresión y cooperación militar, entre ellos
la Alianza Franco-Rusa de 1892, la Entente Cordiale entre Francia y Gran Bretaña
en 1904 y el Acuerdo Anglo-Ruso de 1907.

La formación de estas Alianzas estimuló en los países europeos una carrera armamentista
y el aumento del patriotismo nacionalista en las escuelas, los ejércitos y los medios de
comunicación. Por ello, algunos historiadores denominan al período de 1870 a 1914 como
La Paz Armada.

Antecedentes de la guerra

Durante La Paz Armada ocurrieron varios hechos que incrementaron las tensiones entre las
potencias europeas, estos fueron las crisis coloniales y las disputas territoriales en los
Balcanes.

 Crisis coloniales. A principios del siglo XX, hubo dos crisis políticas en torno al
control de Marruecos. La primera ocurrió en 1905 cuando el emperador alemán
Guillermo II visitó la ciudad de Tánger y se pronunció a favor de la Independencia
de este reino desafiando el control francés, esto llevó a una crisis diplomática que
solo pudo ser resuelta en la Conferencia de Algeciras de 1906 donde se acordó que
España y Francia ejercerían un protectorado sobre Marruecos.

Luego, en 1911, ante una serie de disturbios en Marruecos, los alemanes situaron el
buque de guerra Panther en el puerto marroquí de Agadir, lo cual causó un nuevo
incidente diplomático que solo pudo ser resuelto cuando Francia, por mediación de
Gran Bretaña, cedió parte del Congo Francés a los alemanes y estos a cambio aceptaron
el control francés sobre Marruecos.

 Disputas territoriales en los Balcanes. Los Balcanes, debido a su ubicación


geográfica estratégica, se volvieron una región muy codiciada por las potencias
europeas. Hasta finales del siglo XIX, este espacio estuvo bajo el dominio del Imperio
otomano. Sin embargo, la debilidad de este Imperio llevó a que varios pueblos se
independizaran y formaran los Estados de Serbia, Bulgaria, Rumania, Albania y
Montenegro. Además, en 1908, al Imperio austro-húngaro se anexó Bosnia
Herzegovina con el fin de aumentar su influencia sobre la región, esto causó la
oposición del Imperio ruso que asumió el rol de protector de los Estados Balcánicos.

Entre 1912 y 1913, se llevaron a cabo las guerras balcánicas. En la primera, ocurrida en
1912, Serbia, Montenegro, Bulgaria y Grecia expulsaron a los otomanos de los Balcanes; en
la segunda guerra, en 1913, Bulgaria tuvo que ceder parte de su territorio al ser atacada por
Serbia, Montenegro, Grecia, Rumania y el Imperio otomano. Luego de las guerras, Serbia se
convirtió en la potencia hegemónica de la región, lo que causó los recelos de Austria-
Hungría.

La crisis de Sarajevo
Los asesinatos del Archiduque Francisco Fernando y de su esposa activaron las alianzas
políticas que empujaron al continente europeo hacia la guerra.

Ante este estado de tensión en los Balcanes, cualquier incidente podía servir de pretexto para
iniciar una guerra. Esto ocurrió el 28 de junio de 1914, cuando el archiduque Francisco
Fernando, heredero de la corona del Imperio austro-húngaro, fue asesinado en Sarajevo,
Bosnia, por Gavrilo Princip, un opositor serbio, miembro de la organización nacionalista
“La Mano Negra”.

Tras el asesinato, Austria-Hungría, con el apoyo de Alemania, declaró la guerra a Serbia el


28 de julio. En respuesta, Rusia salió en defensa de Serbia el 29 de julio y luego, el 2 de
agosto, Francia entró en el conflicto como aliada de los rusos. Entonces, las tropas alemanas
invadieron Bélgica con el fin de llegar a Francia y por ello, Gran Bretaña entró a la guerra el
5 de agosto.

Las operaciones militares iniciaron el día 2 de agosto, cuando tropas alemanas invadieron
Luxemburgo y enviaron a Bélgica un mensaje de ultimátum para que permitiera el paso de
sus tropas hacia territorio francés. La negativa de los belgas exacerbó los ánimos, por lo que
el 3 de agosto, Alemania declaró la guerra a Francia e inició una ofensiva militar para atacar
a Bélgica. La invasión de Alemania sobre Bélgica el 4 de agosto tuvo como objetivo rodear
y sorprender a las tropas francesas, conquistar París en pocas semanas, y así derrotar a
Francia. De esta forma, inició una guerra de gran escala que devastó a toda Europa.

La Europa de la posguerra

La década de 1920 fue una época de luces y sombras. En un principio, se sufrió inestabilidad
económica, debido a la recuperación de los países europeos tras la I Guerra Mundial, y
subsistieron las tensiones entre Francia y Alemania. Pero a partir de 1924, la economía
pareció mejorar y se creó un clima de entendimiento entre las potencias. Esta prosperidad
llegó a su fin con la Crisis de 1929 que desestabilizó la economía a escala mundial.

La Crisis y la recuperación de Europa

Tras la Primera Guerra Mundial, la hegemonía europea quedó debilitada por la destrucción
causada por el conflicto. Mientras tanto, Estados Unidos con su industria intacta, la mitad de
las reservas mundiales de oro y su condición de principal acreedor de casi todos los países
europeos se perfiló como la mayor potencia mundial. Además, Japón y la Unión Soviética se
volvieron potencias regionales en ascenso.

Desde 1920, los países europeos buscaron reconstruir sus industrias y para ello, adoptaron
políticas proteccionistas que les permitieron reducir sus importaciones de productos
norteamericanos. Esto causó la reducción del comercio mundial y por ello, se presentó
sobreproducción en Estados Unidos. Esto tuvo efectos como la disminución de los precios
de los productos y varias monedas europeas antes estables, como el franco, la libra esterlina
y el marco alemán perdieron su valor. Además, la imposibilidad de Alemania de pagar las
reparaciones de guerra hizo que, entre 1923 y 1924, los ejércitos de Francia y Bélgica
ocuparan la región alemana del Ruhr.

Entre 1924 y 1928, la producción mundial parecía volver a la normalidad, por lo que
aumentaron los movimientos bancarios, sin embargo, Europa, no se había recuperado
totalmente: Alemania sufría la hiperinflación del marco y la confianza en el sistema de
mercado capitalista menguado.
El mecanismo de funcionamiento del Plan Dawes.

Entonces, los Estados Unidos y sus aliados, con el fin de estabilizar el comercio mundial,
crearon en 1924 el Plan Dawes, según el cual:

 Estados Unidos concedió créditos a Alemania con el fin de reactivar su economía


para que pudiera pagar las reparaciones de guerra.
 Los alemanes se comprometieron a usar los ingresos de los impuestos al consumo, de
las aduanas y del sistema ferroviario para pagar las reparaciones.
 El dinero de las indemnizaciones sería usado por los Aliados para pagar las deudas
que adquirieron con Estados Unidos durante la guerra.
 Francia y Bélgica terminarían con su ocupación del Ruhr.

La aplicación de este plan ayudó a que, en el período de 1924 a 1928, la producción y el


comercio mundial se restablecieran logrando que las principales economías mundiales
volvieran a crecer. Por ello, en Estados Unidos los bancos otorgaron créditos con el fin de
fortalecer el consumo y se creó el sistema del pago a plazos. Todo esto permitió que las
personas pudieran adquirir electrodomésticos, automóviles y otros productos a crédito. A este
período de euforia consumista, varios historiadores lo han llamado “los felices años 20”.
Muchas personas y empresas usaron el dinero prestado por los bancos para comprar acciones
en la Bolsa de Valores, que en ese momento ofrecía altos rendimientos, en lugar de invertir
en actividades productivas.

La crisis económica

A finales de los años veinte, la economía estadounidense presentaba altos niveles de


especulación financiera que no tenían respaldo en la economía real o productiva, por esto
cuando se presentaron fuertes bajas en la Bolsa de Valores de Nueva York el pánico se
apoderó de los pequeños inversionistas, quienes empezaron a vender sus acciones. Esto hizo
que ocurriera el Crac del 29 en que millones de acciones perdieron su valor los días 24, 28
y 29 de octubre de 1929.

Consecuencias de la crisis y los intentos de solución

La caída de la Bolsa inició una crisis en cadena que llevó a una depresión económica en los
Estados Unidos. Al perder toda su inversión, muchas personas y empresas no pudieron pagar
sus créditos, lo que provocó quiebras bancarias; en 1932, unos cinco mil bancos de este
país habían cerrado. En la industria, muchas empresas se vieron obligadas a reducir su
producción o cerrar, porque el nivel de consumo se redujo drásticamente. Hacia 1932, la
producción mundial cayó a un 40%, mientras que el comercio internacional se redujo a un
tercio.

En el ámbito social, casi todos los sectores se vieron afectados, en las ciudades los
trabajadores asalariados vieron cómo el valor de sus ingresos se redujo a casi la mitad o, ante
el cierre de bancos y fábricas, millones perdieron sus empleos. En el sector agrícola, miles
de campesinos debido al descenso de los precios y la demanda no pudieron afrontar sus
deudas, de modo que fueron despojados de sus tierras y cayeron en el desempleo.

Además, la crisis económica que afectó a este país norteamericano se extendió en poco
tiempo a Europa. Esto sucedió porque los estadounidenses redujeron drásticamente sus
importaciones y con ello, la producción agrícola e industrial europea se redujo, lo que generó
el incremento del desempleo.

Adicionalmente, los Estados Unidos paralizaron la inversión exterior y repatriaron los


capitales que tenían en Europa porque eran la base de su recuperación. Esto causó el
hundimiento de los sistemas bancarios y económicos de Alemania y Austria. Mientras que
Gran Bretaña abandonó, en 1931, el patrón oro para poder devaluar su moneda.

En todos los países se implantaron políticas para salir de la crisis. En Estados Unidos, durante
su presidencia Franklin D. Roosevelt (1933-1945) puso en marcha un Programa llamado
New Deal (Nuevo acuerdo), que imponía una mayor intervención del Estado en la economía.
Por ello, el gobierno ofreció créditos a los industriales, invirtió en obras públicas, aumentó
la protección social y dio subvenciones para la agricultura. Todo esto con el fin de crear
empleo, incrementar el consumo y relanzar la economía.
Por otra parte, la Sociedad de Naciones convocó la Conferencia Económica de Londres
(1933) para que los países cooperaran entre sí para salir de la crisis. Pero este evento fracasó
porque los países europeos propusieron condonar las deudas intergubernamentales para
superar la depresión y Estados Unidos rechazó la idea y no participó en las negociaciones.

En 1925 se estableció la Conferencia de Locarno, donde se instauró un sistema de garantías


mutuas entre Alemania, Francia, Bélgica, Reino Unido e Italia para garantizar el compromiso
de respetar las fronteras occidentales de Alemania, así como la desmilitarización de la región
de Renania. Con la firma de este pacto, nació un nuevo estilo en las relaciones
internacionales basado en el diálogo y el acuerdo.

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