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HOMICIDIO CRIMINIS CAUSAE “Homicidio conexo con otro delito”

Art: 80: “Se impondrá reclusión perpetua o prisión perpetua, pudiendo aplicarse lo dispuesto en el artículo
52, al que matare:...7º Para preparar, facilitar, consumar u ocultar otro delito o para asegurar sus
resultados o procurar la impunidad para sí o para otro o por no haber logrado el fin propuesto al intentar
otro delito.”

La característica de este delito es que se trata de un homicidio que se comete en vinculación con otro
delito de allí la base de la conexión ideológica. Ese otro delito puede estar antes, al mismo tiempo o
después. Las expresiones “para” y “por” son las que dan justamente esa conexión ideológica.-

Los motivos que tiene el homicida en el caso del inc. 7º no se cimientan en un concurso entre dos delitos
sino en una conexión entre ellos lo cual está dado por las palabras “para” y “por”. En el primer caso se dice
que hay una conexión hacia adelante, en el segundo es hacia atrás.-

Debe existir entre ambos delitos un nexo de causalidad.-

También es importante concretar las diferencias existentes entre el inc. 7º del art. 80 y el art. 165
aduciendo que el primero se refiere a un delito de homicidio y el segundo a uno de robo.

Según Núñez la esencia de todas las figuras comprendidas en el homicidio criminis causae es subjetiva ya
que reside en la preordenación de la muerte a la finalidad delictiva o posdelictiva, o a la satisfacción del
despecho que mueve al homicida.

El homicidio se comete para preparar cuando con él se procura obtener los medios o colocarse en la
situación que permita comenzar la ejecución de otro delito.-

Para facilitarlo cuando se procura con él dificultades menores para la ejecución o efectividad del resultado
del otro delito.-

Para consumarlo cuando es el medio para dar término al otro delito.-

Para ocultarlo, cuando con el homicidio se procura que el otro delito no llegue a ser conocido. También los
delitos pueden ser tanto dolosos, preterintencionales o culposos

Para procurar su impunidad cuando está dirigido a resguardar a la persona por la consecuencias del
primer delito. El otro delito del que habla la ley tanto puede ser doloso, culposo o preterintencional como
en el anterior caso. Estas vendrían a ser las únicas excepciones pues el resto del inciso se refiere a delitos
dolosos.-

Para asegurar los resultados cuando el resguardo va dirigido a proteger lo obtenido por el delito y
mantenerlo lejos de la acción investigadora.-

Por no haber logrado el fin propuesto al intentar otro delito se trata del caso del que mata por despecho,
resentimiento, frustración o mal querencia y dicha contrariedad puede provenir de la víctima o de la propia
torpeza del delincuente.-

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Cabe aclarar que esta forma de homicidio sólo admite la especie dolosa. Para algunos dolo directo, para
otros también el dolo eventual.-

El homicidio en ocasión de robo está contenido en el art. 165 que establece: “Se impondrá reclusión o
prisión de diez a veinticinco años, si con motivo u ocasión del robo resultare un homicidio”.-

El mayor problema y que ha dado lugar a diversas interpretaciones se presenta en distinguir el homicidio
criminis causae con el robo con resultado de muerte. Sobre este tema se han expedido numerosos autores
y básicamente las posiciones se han reducido a 4.

a) La tesis de Soler y que sigue también López Bolado se cimienta en el hecho de que en el art. 165
quedan ubicados los homicidios que producidos durante el robo, tienen forma culposa o
preterintencional y los dolosos van a parar al art. 80 inc. 7º.

Así se ve que el homicidio calificado tiene un contenido eminentemente subjetivo consistente


precisamente en otro delito propuesto, mientras que la figura del art. 165 es una figura del robo; la acción,
tanto objetiva como subjetivamente, tiende al robo y no al homicidio.

La del art. 80, en cambio es una figura del homicidio, y la razón de la agravante es de naturaleza
eminentemente subjetiva e independiente de que en realidad se logre o no se logre robar.

El hecho se agrava porque se mata para robar.

Al art. 165 pueden ir a parar todos esos hechos en los cuales no sea posible afirmar que el autor de la
muerte, en el momento de inferirla tenía subjetivamente por delante sea la preparación, la consumación o
la ocultación de otro delito.

La muerte resultante debe estar conectada, como en los demás delitos preterintencionales bajo la forma
de responsabilidad culposa.

Para una interpretación correcta de esta normativa fondal es importante tener presente el verbo típico
“resultare” pues ello implica causación o producción que involucra los resultados culposos y
preterintencionales. En el art. 165 no existe preordenación del homicidio, resulta incidental con
respecto del robo, como consecuencias de las violaciones ejercidas, admitiendo además de los
resultados antes dichos, el dolo eventual

b) La tesis de Nuñez quien sostiene que además de los homicidios culposos y preterintencionales
incluye a los dolosos no preordenados o no conectados.-

Un expositor de esta tendencia considera que la regla es que corresponden al art. 80 inc. 7º los casos
en los cuales el ladrón ha vinculado ideológicamente el homicidio con el robo, sea como medio para
cometerlo, ocultarlo, asegurar sus resultados o su impunidad, sea como manifestación de despecho.

En tanto en el art. 165 quedan comprendidos los homicidios que son un resultado accidental de las
violencias ejecutadas con motivo u ocasión del robo , de manera que el homicidio es un suceso
eventual que altera el designio del ladrón y que resulta, o de las violencias físicas ejercidas por él para
facilitar o cometer el robo o para preparar su impunidad; o de las violencias físicas que sin ser las
propias del robo, son ejercidas a causa de éste por el ladrón; o de las violencias desenvueltas por la
víctima o terceros a raíz de las violencias del autor, ya que la ley, a diferencia de lo que dispone con
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atinencia a las lesiones, no requiere que el homicidio sea causado por las violencias ejercidas para
realizar el robo sino que el homicidio resulte del robo.

Se enfatiza en que el tipo del art. 165 es incompatible con la preordenación del homicidio respecto del
robo pero no lo es con el dolo del homicidio simple (con lo que quedan incluidos los homicidios
culposos, dolosos y preterintencionales).

Además se agrega que el que lleva a cabo el robo concibe o debe concebir el resultado muerte (ya sea
a título de dolo eventual o culpa con representación), el autor aunque no haya preordenado el crimen
homicida (art. 80 inc. 7º) debe imaginarse que en su acción criminosa contra la propiedad puede
desembocar la muerte de una persona no descartándose el homicidio culposo dentro del art. 165. Así
las cosas quedan comprendidos en esta norma todo tipo de homicidios menos los del art. 80 siempre
que sea en perjuicio de estos sujetos pasivos: víctima del robo, sus allegados físicamente o las personas
que salen en su defensa; y en el art. 80 inc. 7º los cometidos con dolo premeditado .

En el homicidio criminis causae la tentativa se refiere a la muerte y no al robo. En el art. 165 no hay
diferencia en que el robo quede en grado de tentativa o se consume ya que si el robo queda tentado y
el homicidio se consuma la figura del art. 165 estará consumada (plenario “Merlo”).-

En resumen en ambos casos (arts. 165 y 80 inc. 7º) se está frente a delitos dolosos, en el art. 165 el dolo
puede admitir cualquiera de sus formas, en el art. 80 inc. 7º sólo es admisible el dolo directo.-

En el art. 165 la relación es ocasional – nunca premeditada –, se mata con motivo u ocasión, en el art.
80 inc. 7º la relación de conexión es subjetiva, se mata para preparar, facilitar, consumar otro delito o
para asegurar sus resultados o procurar la impunidad para sí o para otro o por no haber logrado el fin
propuesto al intentar otro delito, pudiendo ser el homicidio preordenado premeditadamente,
reflexivamente, o simplemente resuelto].-

Autoría y Participación

En el homicidio críminis causae se aplican las reglas y principios de la autoría, coautoría y participación.
En esta línea la jurisprudencia tiene dicho: “En el homicidio calificado por su conexión final con otro
delito, el autor puede actuar con partícipes y con coautores, rigiendo los principios de la autoría y
participación, así como los de comunicabilidad de las circunstancias agravantes, conforme al
conocimiento y al dolo eventual”.

La coautoría se da cuando el agente ha tenido el dominio del hecho. En este sentido se ha dicho que
“Como la acusada tuvo el dominio del hecho y colocó a las víctimas en situación de ser agredidas por
sus compañeros, tenía el deber de garantizar que no se produjera un resultado más lesivo que el
planeado. Consumado el doble homicidio calificado reviste, en consecuencia, el carácter de coautora.
La finalidad de los homicida, lograr la impunidad mediante la muerte de las víctimas, estaba decidida al
resolver los encausados llevar a cabo el despojo aun con los ancianos de la casa”.

Consumación y Tentativa

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En el homicidio críminis causae la tentativa y la consumación se refieren al homicidio y no al otro
delito. Para que pueda mediar tentativa de homicidio debe aparecer de modo indubitable y concreto el
designio de matar.

Al hacer hincapié la tentativa y la consumación al homicidio, muerta la víctima, no es necesaria la


consumación del delito conexo.

Es posible la tentativa de este homicidio calificado, la que se rige por los principios generales, con
prescindencia del grado y aun del comienzo de ejecución del otro delito. Se trata de la tentativa de
homicidio.

Concurso de Delitos

Sobre este aspecto el Dr. Buompadre, sostiene al respecto “…que la agravante exige para su
configuración una conexidad subjetiva o ideológica que une al homicidio con el otro delito. De esa
conexidad nace el homicidio agravado y de la falta de conexidad el concurso de delitos…”.

Se define por dolo el querer realizar el tipo objetivo guiado por el conocimiento, es la voluntad
realizadora del tipo objetivo.

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