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EL TEST DEL SPAGUETI

1.56. Te sientes a veces estresad@, estás preocupándote por un


montón de cosas. El siguiente ejercicio te ayudará para que puedas sentir la
tensión de manera consciente para después permitir que llegue la relajación.
Todo tu cuerpo relajado, al igual que un spaguetti perfectamente cocido. Cuando
tu cuerpo está relajado, tu mente también se relaja. Con una mente relajada
puedes aprender mucho mejor, reaccionar mejor a la presión de tu trabajo y
manejar mejor la cosas. Así que quiero pedirte que te sientas o acuestes en un
lugar en donde no puedas ser molestada. Ahora que ya encontraste ese lugar,
date cuenta de que estás sentada o tumbada, qué te llama la atención en este
momento, quizás notas algo en las piernas, o en la espalda o en el cuello. Quizás
simplemente te des cuenta de que estás cansad@ o experimentes cualquier otra
cosa. También puede ser que no notes nada de especial y eso también está
bien. Ahora quiero pedirte que cierres bien los ojos hasta que estén
completamente cerrados, como si miraras directamente al sol, cierra los ojos con
fuerza y aprieta las muelas las muelas unas contra las otras, tensa todos los
músculos de la cara y ahora deja ir toda la tensión conscientemente, poco a
poco, soltando completamente, tus ojos relajados, tus mandíbulas relajadas, tu
boca, tus labios, tus mejillas, completamente relajados, tu cara completamente
amable. Siéntelo.
Ahora que tu cara está completamente relajada cierra los puños y
contrae los músculos de tus manos fuertemente y no sólo tus manos, también
tus brazas sienten la tensión, consciente de cómo las sientes, quizás te das
cuenta de que ahora cuando haces esto retienes tu respiración, y al darte cuenta
de ello dejas ir toda la atención de tus manos y brazos, todo se relaja de nuevo,
tus manos y los dedos de las manos se relajan, toda la tensión desaparece,
siéntelo, todavía un poco más, siéntelo, cuando tus hombros se han relajado y
tu cuello y tus manos y tus brazos, tómate el tiempo para sentirlo muy
conscientemente.
Y ahora llevas tu atención a tu vientre. Contrae tu vientre, hasta que
quede plano y liso como una tabla, contráelo bien, sigue contrayéndolo por un
instante y cuando sientas que ahora también retienes tu respiración dejas ir la
tensión de tu vientre, con un suspiro relajas tu vientre, que se vuelve blando,
suave, quizás un poco más, y cuando tu vientre está completamente relajado,
entonces puedes sentir con más facilidad que estás respirando, siéntelo. Siente
el suave movimiento de la inspiración de la respiración, tu vientre se mueve
suavemente arriba y abajo conscientemente, respirando con calma, deja ir toda
la tensión. Y ahora lleva tu atención a tus piernas, inconscientemente muchas
veces tensamos partes de nuestro cuerpo pero ahora tensas conscientemente
los músculos de las piernas, doblas lo dedos de los pies, aprietas tus rodillas la
una contra la otra, tensa los músculos de las piernas y los músculos de los dedos
de los pies, siente la tensión por un momento. Qué sucede con tu respiración y
con el resto del cuerpo. Qué es lo que también se tensa. Y ahora deja ir cualquier
tensión, toda la tensión desaparece, las piernas nuevamente están suaves y
flexibles, las rodillas relajadas, los dedos de los pies relajados, todo tu cuerpo
puede relajarse, siéntelo. Quédate así, sentado o hechado, quédate así, tal y
como estás ahora. Quizás quieras fijarte en tu respiración, tu respiración que
fluye por todo tu cuerpo, respiración y calma, atención y relajación. No necesitas
ponerte en movimiento ahora que el ejercicio ha terminado, no necesitas hacer
absolutamente nada. Siempre puedes volver a hacer este ejercicio, justo antes
de una prueba, antes de un examen, antes de algún momento difícil o
simplemente porque te apetece tener tu cuerpo completamente relajado. En un
cuerpo relajado habita una mente relajada y después de esta relajación puedes
manejar mejor las cosas de forma más tranquila, más consciente y reaccionar
menos a impulsos.

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