You are on page 1of 21

UNIDAD IV

RELACIONES ENTRE EL DERECHO INTERNACIONAL Y EL DERECHO


INTERNO

Introducción
La efectividad de una gran parte del Derecho internacional público (DIP) dependerá
de su incorporación en los ordenamientos jurídicos nacionales y de la posibilidad práctica
de su aplicación a nivel interno. El DIP no regula solamente las relaciones entre los sujetos
internacionales, sino que además impone el cumplimiento de estas normas a los Estados.
De ese modo, una vez incorporado al ordenamiento interno, el DIP se torna aplicable y es
exigible ante los órganos estatales.
El problema de la relación entre el DIP y el Derecho nacional constituyó una
importante preocupación de la doctrina internacionalista de fines del siglo XIX y principios
del siglo XX, dando lugar a una polémica que sobrevive hasta nuestros días y que enfrentó
a dualistas y monistas. Los primeros son partidarios de una separación total entre el DIP y
el Derecho interno, mientras que los segundos son favorables a la unidad entre ambos
Derechos, considerados como dos grandes niveles de un único ordenamiento jurídico.
La relación entre el DI y el Derecho interno es problemática en un triple sentido:
1) Debe precisarse el ámbito de aplicación exclusivo del Derecho interno, es decir,
materias en que el DIP no debería tener injerencia alguna.
2) Debe precisarse de qué modo se incorpora el DIP al Derecho interno.
3) Debe precisarse si en caso de conflicto prevalece el DIP o el Derecho nacional.
Estas cuestiones serán tratadas a continuación.

1. Asuntos reservados a la jurisdicción doméstica de los Estados


Los asuntos reservados a la jurisdicción interna de los Estados son aquellos que se
rigen exclusivamente por el Derecho interno. El principio rector en esta materia es el de no
intervención en los asuntos internos de un Estado consagrado en el art. 2.7 de la Carta de la
ONU: “Ninguna disposición de esta Carta autorizará a las Naciones Unidas a intervenir en
los asuntos que son esencialmente de la jurisdicción interna de los Estados, ni obligará a los
Miembros a someter dichos asuntos a procedimientos de arreglo conforme a la presente

1
Carta; pero este principio no se opone a la aplicación de las medidas coercitivas prescritas
en el Capítulo VII”1.
Los Estados suelen recurrir al argumento de la exclusividad de sus asuntos internos
para intentar eludir su responsabilidad internacional en materias tan relevantes como la
protección de los derechos humanos. Sin embargo, dada la expansión y la complejidad del
DIP es difícil sostener que hoy en día existen asuntos únicamente sometidos a la
jurisdicción doméstica de los Estados. Como decía KELSEN, el DIP puede regular todo
asunto, incluyendo los que se consideran tradicionalmente estatales, por ejemplo, la forma
de gobierno, la nacionalidad, los aranceles o la inmigración. Lo anterior ha sido confirmado
por el TPJI en la opinión consultiva sobre ciertos decretos de nacionalidad dictados en la
zona franca entre Túnez y Marruecos. Según la Corte, determinar si un asunto corresponde
o no a la jurisdicción exclusiva de los Estados es una cuestión relativa que depende del
desarrollo de las relaciones internacionales2.

2. La incorporación del Derecho internacional al ordenamiento jurídico interno.


Como se había adelantado, la relación entre el DIP y el Derecho nacional ha sido
debatida por dos posturas doctrinarias que se explicarán a continuación.

2.1. La teoría dualista (TRIEPEL, ANZILOTTI)


Según la premisa principal de esta teoría, el DIP y el Derecho interno constituyen
dos sistemas jurídicos separados que no se confunden y que, por ende, no pueden entrar en
conflicto.

1
El cap. VII se refiere a las amenazas o quebrantamientos de la paz y a la agresión.
2
TPJI. Nationality Decrees Issued in Tunis and Morocco, Advisory Opinion, 7 de febrero de 1923, Series B,
n° 04. Gran Bretaña fundamentaba su posición en unos tratados que había concertado con Túnez y Marruecos
con anterioridad al establecimiento de protectorados franceses sobre tales territorios. En virtud de esos
tratados, concertados en 1856 y 1875, los súbditos británicos residentes en esas zonas gozaban “de una
especie de extraterritorialidad que sería incompatible con la atribución forzosa de otra nacionalidad”. Sin
embargo, con la instalación de los protectorados, se expidieron algunos decretos internos que contrariaban lo
anterior otorgando forzadamente la nacionalidad francesa. Según el Reino Unido, el asunto era propio de la
jurisdicción interna de los Estados. En su contestación, Francia sostuvo que los tratados mencionados habían
caducado en virtud de la aplicación del principio clausula rebus sic stantibus. Al ser una opinión consultiva, la
Corte no resolvió el asunto como un caso, pero estimó que la cuestión planteada no era aquellas que en virtud
del Derecho internacional pertenecen a la jurisdicción interna de los Estados. Además, agregó que para
determinar si una cuestión era de exclusiva competencia interna, era necesario atender al desarrollo de las
relaciones internacionales. Finalmente, señaló que para resolver el problema que planteaba el caso se podría
acudir a las normas sobre validez y nulidad del tratado, confirmado que se trataba de un asunto de carácter
internacional.

2
Las principales diferencias entre ambos Derechos son las siguientes:
1) Ámbito de aplicación: dentro del Estado rige el Derecho interno, mientras que el
DIP regula las relaciones entre los Estados.
2) Fuentes: el Derecho interno tiene su principal fuente en la voluntad unilateral del
Estado, a diferencia del DIP que tiene su fuente primordial en la voluntad común de
los Estados.
3) Destinatarios: los destinatarios de las normas del DIP son los Estados, mientras que
los del Derecho interno son los individuos.
4) Estructura: sólo el Derecho interno cuenta con la estructura adecuada para lograr el
cumplimiento coactivo de sus normas.
Según esta postura, la aplicación del DIP a nivel interno requiere un acto en cuya
virtud sea transformado en Derecho nacional. De ese modo, son las normas internas las que
permiten la incorporación de las normas internacionales, con lo cual dentro del Estado sólo
rige el Derecho nacional. TRIEPEL decía que el DIP es como un mariscal de campo que da
órdenes a los generales, pero no a los soldados. Esto quiere decir que el DIP impone
obligaciones a los órganos ejecutivos y legislativos de un Estado, pero no es directamente
exigible a los particulares ni puede ser aplicado directamente por los órganos
administrativos o judiciales.

2.2. La teoría monista (KELSEN, KUNZ, VERDROSS, SCELLE)


La premisa fundamental del monismo es la unidad del conjunto de normas jurídicas,
ordenadas de una manera jerárquica, encontrándose las normas de Derecho interno en una
relación de subordinación con las normas de Derecho internacional. Éstas son ramas de un
mismo ordenamiento jurídico.
Así, el DIP no necesita de un acto transformador y puede ser directamente aplicable
a los individuos por los órganos internos de un Estado. Puede que sea necesario un acto
interno de complementación o implementación, pero ese acto no implica una
transformación de las normas internacionales en normas internas. Un ejemplo de este tipo
de actos podría ser la intervención del legislador en el proceso de conclusión de un tratado.

3. La jerarquía entre el Derecho internacional y el Derecho interno

3
En el evento de que el Derecho internacional entre en conflicto con el Derecho
interno debe resolverse cuál de los dos debe ser aplicado. Para solucionar el problema debe
determinarse si el conflicto normativo se produce en plano internacional o en el plano
interno.

3.1. Conflicto en el plano internacional


Frente a un conflicto normativo que se produce en el plano internacional, es
indiscutible que el Derecho internacional debe prevalecer sobre el Derecho interno, porque
ningún Estado podría invocar las disposiciones de su Derecho nacional para eludir el
cumplimiento de sus obligaciones internacionales. Este principio se infiere del art. 27 de la
Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados, según el cual “Una parte no podrá
invocar las disposiciones de su Derecho interno como justificación del incumplimiento de
un tratado”.

3.2. Conflicto en el plano nacional


El tema de la jerarquía del Derecho internacional a nivel interno, generalmente, es
una materia que viene resuelta expresamente por el texto constitucional de cada Estado. En
general, es posible diferenciar los siguientes modelos:
1) Valor supraconstitucional del Derecho internacional: según este sistema, las
normas del Derecho internacional prevalecen sobre las normas constitucionales de
un Estado. La Constitución de los Países Bajos (art. 91.3) y la Constitución Peruana
(art. 57) adoptan este modelo con una variante, en cuya virtud la norma del tratado
conflictiva debe ser aprobada por el Legislativo.
2) Valor constitucional del Derecho internacional: este sistema suele adoptarse para
los tratados de derechos humanos, en cuanto los derechos que en ellos se protegen
se equiparan a los derechos fundamentales consagrados en la Constitución. En
algunos casos, los tratados se consideran como un elemento interpretativo
(Constitución Española, art. 10.2; Constitución Colombiana, art. 93), pero en otros
casos, se contempla un reconocimiento explícito de carácter declarativo de los
derechos consagrados en los tratados (Constitución Colombiana, art. 94,
Constitución Venezolana, arts. 19 y 23).

4
3) Valor supralegal del Derecho internacional: según este sistema, el Derecho
internacional tendría un valor superior al de la ley, pero inferior al de la
Constitución (Ley Fundamental de la República Federal Alemana, art. 25).
4) Valor legal del Derecho internacional: este sistema atribuye al Derecho
internacional valor de ley. Esto significa, por ende, que es posible aplicar el criterio
cronológico de interpretación3.

4. Relaciones entre el DIP y el Derecho nacional en el sistema jurídico chileno


El gran problema del ordenamiento nacional consiste en la ausencia de una norma
constitucional que regule la incorporación del DIP al Derecho interno, siendo este un mal
hábito de las Constituciones nacionales desde la Constitución de 1833 hasta la Constitución
de 1980. A continuación, se analizará el problema desde la óptica de las diversas fuentes
del DIP.

4.1. La costumbre y los principios generales el Derecho


En general, la jurisprudencia ha considerado que la costumbre y los principios
generales del Derecho internacional forman parte del ordenamiento jurídico chileno. Se
trata de una cuestión importante, aunque debe tenerse en cuenta que muchas normas
expresadas en principios o costumbres han sido positivadas en tratados internacionales, de
modo que la jurisprudencia suele referirse a estas últimas fuentes.
Hay un caso bastante antiguo de la Corte Suprema que ha confirmado la
incorporación del Derecho no convencional, denominado “caso de los barcos daneses”
(Lauritzen con Fisco) en el que se concluyó que los principios del Derecho internacional
priman sobre las leyes nacionales4. En otro caso que vinculó a Cuba, la Corte Suprema
llegó a la misma conclusión5.

3
Así fue sostenido por la Corte Suprema de Estados Unidos. Whitney vs. Robertson, 124 US 190 (1888). El
caso se refería a un conflicto sobre los aranceles de importación de azúcar desde la República Dominicana.
Según un tratado celebrado con Estados Unidos, había una cláusula que evitaba una subida del arancel,
cuestión que fue modificada mediante una ley interna norteamericana. Dado que se otorgó al tratado valor de
ley, se aplicó el criterio cronológico haciéndose primar la ley posterior sobre el tratado anterior.
4
CORTE SUPREMA. Lauritzen y otros con Fisco, 19 de diciembre de 1955, Revista Chilena de Derecho, Año
1996, Volumen 23, Número 2-3, Tomo II, pp. 518-ss. El caso se refiere a la incautación de cinco naves
danesas durante la Segunda Guerra Mundial por parte del Estado chileno. Los demandantes alegaban a su
favor el derecho de indemnización que surge de la puesta en marcha del derecho de angaria, institución
regulada por el Derecho consuetudinario internacional. Básicamente, es una institución utilizada en

5
4.2. Los tratados internacionales
En primer lugar, se analizará cómo se procede a la incorporación de los tratados al
Derecho interno, prestando especial importancia a las normas constitucionales sobre la
materia. En segundo lugar, se reflexionará sobre la jerarquía de los tratados internacionales
en nuestro ordenamiento

4.2.1. Conclusión de los tratados en Chile


4.2.1.1. Atribución del Presidente de la República
La facultad de concluir, firmar y ratificar los tratados que se estimen convenientes
para los intereses del país es una atribución especial del Presidente (art. 32 nº 15 de la
Constitución)6. Por lo general, el Presidente ejerce esta facultad a través del Ministerio de
Relaciones Exteriores.
Además, el Presidente tiene la facultad exclusiva para denunciar un tratado o
retirarse de él (art. 54 n° 6 inciso de la Constitución).

4.2.1.2. Atribuciones del Congreso Nacional


La regla es que los tratados internacionales se someten a los mismos trámites de
aprobación de una ley. Por ende, dependiendo de la materia, el quórum de aprobación
será el de las leyes (art. 54 n° 1 inciso primero de la Constitución)7.

situaciones de emergencia que faculta la incautación por un beligerante de la propiedad mueble enemiga o
neutral para servirse de ella en su lucha contra el adversario.
5
CORTE SUPREMA. Presidente del Consejo de Defensa del Estado y Embajada de Cuba, Revista Fallos del
Mes, junio de 1975, pp. 90-ss. El caso se produjo en el contexto de la ruptura de relaciones diplomáticas con
Cuba en 1975. Cuba había adquirido un inmueble destinado a la residencia del embajador. El vendedor
solicitó la nulidad del contrato. Sin embargo, la Corte aplicó el principio consuetudinario según el cual un
Estado soberano no puede ser sometido a la jurisdicción de otro Estado.
6
Art. 32 nº 15: “Son atribuciones especiales del Presidente de la República: 15º) Conducir las Relaciones
políticas con las potencias extranjeras y organismos internacionales, y llevar a cabo las negociaciones;
concluir, firmar y ratificar los tratados que estime convenientes para los intereses del país, los que deberán ser
sometidos a la aprobación del Congreso conforme a lo prescrito en el artículo 54 Nº 1º. Las discusiones y
deliberaciones sobre estos objetos serán secretos si el Presidente de la República así lo exigiere”.
7
Artículo 54 n° 1 de la Constitución: “Son atribuciones del Congreso: 1) Aprobar o desechar los tratados
internacionales que le presentare el Presidente de la República antes de su ratificación. La aprobación de un
tratado requerirá, en cada Cámara, de los quórum que corresponda, en conformidad al artículo 66, y se
someterá, en lo pertinente, a los trámites de una ley”. Tales quórums son: mayoría simple si es materia de ley;
mayoría absoluta si es materia de ley de quórum calificado; tres quintas partes de diputados y senadores en
ejercicio si se refiere a leyes interpretativas de la Constitución; cuatro séptimos si se trata de una materia de
ley orgánica constitucional (art. 66 de la Constitución Política de la República).

6
No todos los tratados requieren de la aprobación del Congreso (art. 54 n° 1
inciso cuarto de la Constitución); a saber:
1) Tratados que se celebran para el cumplimiento de otro tratado en vigor.
Si existe un tratado marco vigente y previamente aprobado por el Congreso, el
tratado posterior destinado a darle ejecución no requiere la aprobación del
Parlamento si no versa sobre una materia de ley. Por ejemplo, en base al
Tratado General de Arbitraje de 1902 con Argentina, en 1970 se celebró un
tratado para someter a arbitraje el asunto de Canal Beagle. Algo similar se hizo
con el arbitraje sobre el caso de la Laguna del Desierto sobre la base del
Tratado de Paz y Amistad de 1984 firmado con Argentina.
2) Tratados celebrados por el Presidente en ejercicio de la potestad
parlamentaria.
Se trata de una expresión de las facultades de administración y gobierno por un
lado y por otro, de conducir las relaciones internacionales del Presidente.
Ejemplos de materias en que podría tener aplicación esta regla son los acuerdos
sobre supresión de visa; valijas diplomáticas; policía fronteriza; intercambio de
profesores universitarios; etc.
Sin embargo, se trata de una cuestión polémica, ya que la potestad
reglamentaria es una potestad normativa unilateral del Poder Ejecutivo,
mientras que los tratados se celebran en virtud de la capacidad que se le
reconoce al Estado como sujeto internacional. Aun cuando la facultad de
ratificar tratados viene delegada por nuestro ordenamiento al Presidente de la
República, técnicamente, se trata de una facultad que no forma parte de su
potestad reglamentaria. La solución de la Constitución, por ende, es fruto de
una asimilación entre el tratado y la ley8.

Pasando a otro punto, en el mismo acuerdo aprobatorio de un tratado podrá el


Congreso autorizar al Presidente de la República a fin de que durante la vigencia de aquél

8
ALDUNATE LIZANA, Eduardo. “La posición de los tratados internacionales en el sistema de fuentes del
ordenamiento jurídico chileno a la luz del Derecho positivo”, Ius et Praxis, año 16, n° 2, 2010, pp. 185-210.

7
dicte las disposiciones con fuerza de ley que estime necesarias para su cabal cumplimiento
(art. 54 nº 1 inciso final de la Constitución)9.
La reforma constitucional de 2005 agregó otras atribuciones importantes del
Congreso:
i. sugerir la formulación de reservas y declaraciones interpretativas (art. 54 n° 1
inciso tercero de la Constitución).
ii. pronunciarse sobre la denuncia o el retiro de tratados que hayan sido aprobados
por el Congreso (art. 54 n° 1 inciso sexto de la Constitución).
iii. pronunciarse sobre el retiro de una reserva que se tuvo en cuenta al momento de
aprobarse el tratado por el Congreso (art. 54 n° 1 inciso octavo de la
Constitución).

4.2.1.3. Control de constitucional del Tribunal Constitucional


El Tribunal Constitucional ejerce un control de constitucionalidad preventivo
sobre los tratados que versen sobre materias objeto de leyes interpretativas de la
Constitución o de leyes orgánicas constitucionales (art. 93 nº 1 de la Constitución).
Eduardo ALDUNATE LIZANA ha criticado duramente el hecho de que se someta a control
preventivo obligatorio a esos tratados, mientras que el resto se sujetan sólo a un control
facultativo. El autor argumenta que todos los tratados vinculan al Estado en su integridad y
si el sentido del control de constitucionalidad es evitar que pueda surgir para Chile una
eventual responsabilidad internacional por una contradicción entre el tratado y la
Constitución que conllevare un eventual incumplimiento del primero, entonces todos los
tratados deberían someterse a control preventivo obligatorio10.
Finalmente, le corresponde resolver las cuestiones de inaplicabilidad (art. 93 nº 3 de
la Constitución). Esta última facultad ha sido objeto de discusión, ya que el proyecto de ley
original que reformó la ley orgánica Constitucional del Tribunal para adaptar dicha ley a las
reformas constitucionales de 2005, descartaba expresamente esta facultad. Sin embargo, el
mismo Tribunal Constitucional, en la sentencia sobre constitucionalidad de dicho proyecto,

9
En principio, es aplicable a esta facultad la limitación del art. 64 de la Constitución, de modo que esta
facultad no puede operar respecto de tratados que se refieran a la nacionalidad, ciudadanía, elecciones o
plebiscito, garantías constitucionales o materias objeto de leyes orgánicas constitucionales o leyes de quórum
calificado.
10
ALDUNATE LIZANA, op. cit., pp. 193-194.

8
consideró que esa exclusión era inconstitucional, con lo cual hoy en día se entiende que
sería posible plantear una cuestión de inaplicabilidad respecto de un tratado. El fundamento
para concluir lo anterior fue la asimilación entre los tratados y los preceptos legales,
cuestión que es susceptible de ser discutida 11 . Por su parte, no se pueda promover una
acción de inconstitucionalidad respecto de los tratados12.

4.2.1.4. Vigencia interna


Tras el canje o depósito de los instrumentos del tratado, se promulga un decreto
supremo por el Ministerio de Relaciones Exteriores y se procede a la publicación del
tratado y del decreto en el Diario Oficial13.
Aplicándose lo dispuesto en los arts. 6 y 7 del Código Civil, el tratado entra en
vigencia con la publicación en el Diario Oficial. Lo anterior puede generar inconvenientes,
si el tratado ha entrado en vigencia internacionalmente y aún no es publicado a nivel
interno. Una situación de esta naturaleza ocurrió con el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, dado que el decreto supremo se promulgó en 1976 procediéndose a su
publicación sólo en 1989. La Corte Suprema ha sostenido que el Pacto no puede aplicarse a
hechos anteriores a la fecha de su publicación en Chile, cuestión que merece ser criticada14.
En efecto, situaciones de esta índole pueden implicar la configuración de la responsabilidad
internacional del Estado. Aunque la exigencia de la publicación puede ser coherente
respecto de tratados que establecen obligaciones recíprocas con otras partes, pueden surgir
problemas respecto de tratados que regulan situaciones objetivas, como es el caso de los
derechos humanos.

4.2.1.5. ¿Asimilación entre tratado y ley?

11
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL. Proyecto que modifica la Ley Nº 17.997 Orgánica Constitucional del
Tribunal Constitucional. (Boletín 4059-07). Ley Nº 20.381 (D. Oficial 28/10/2009). Sentencia Rol 1288, 25
de agosto de 2009.
12 Art. 47 Ñ inc. 2º de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional nº 17.997.
13
La ley 18.158 sobre publicación de tratados internacionales que indica, publicada en el DO el 9 de
septiembre de 1982, autoriza de manera especial la publicación de tratados de gran extensión mediante el
depósito de ejemplares autenticados en el Ministerio de Relaciones Exteriores y en la Contraloría General de
la República, imponiendo a ésta el deber de mantener un ejemplar en cada una de sus oficinas regionales.
14
CORTE SUPREMA, sentencia de 25 de agosto de 1976, Rol 24.128, sobre la expulsión de los abogados de
Derechos Humanos Castillo Velasco y Velasco Letelier. Una sentencia más antigua establecía la misma tesis:
CORTE SUPREMA. Sucesión Juan Gardaix con Fisco, Revista de Derecho y Jurisprudencia, 1921, primer
semestre, p. 22.

9
En la actualidad y a pesar de la reforma constitucional del año 2005 puede
concluirse que el tema de la jerarquía de los tratados internacionales a nivel interno no está
resuelto. En este documento, sólo se abordará desde una perspectiva muy general este
problema complejo.
En cuanto al Derecho positivo constitucional, tras una lectura superficial de las
disposiciones constitucionales pertinentes nuestra Carta Fundamental (arts. 5 inciso
segundo, 32 n° 15, 54 n° 1, 93 y 94 inciso segundo) podría concluirse que la Constitución
asimila los tratados a la ley, porque en relación con los requisitos de aprobación de ambos
existe una distribución de competencias entre el Presidente y el Congreso y porque ambas
fuentes se someten al control de constitucionalidad.
Sin embargo, hay diferencias:
i. la derogación, suspensión y modificación de un tratado solo pueden realizarse
mediante las normas del Derecho internacional;
ii. no hay una disposición expresa que establece dicha equivalencia, como sí ocurre
por ejemplo con los decretos con jerarquía de ley (art. 64 inc. final de la
Constitución);
iii. en materia de entrada en vigor, debe recordarse que el tratado entra en vigencia a
nivel internacional de acuerdo a las normas del Derecho de los tratados;

4.2.2. La jerarquía del Derecho internacional de los derechos humanos en el


sistema jurídico chileno
El gran problema del ordenamiento nacional consiste en la ausencia de una norma
constitucional que regule la incorporación del Derecho internacional al Derecho interno,
siendo este un mal hábito de las Constituciones nacionales, desde la Constitución de 1833
hasta la Constitución de 1980.
Para reflexionar sobre el problema sobre la jerarquía de los derechos fundamentales
consagrados en los tratados internacionales en Chile debe considerarse la reforma
constitucional introducida en 1989 al art. 5 inc. 2. El segundo inciso original de esta
disposición prescribía lo siguiente: “El ejercicio de la soberanía reconoce como limitación
el respeto a los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana”. En virtud de la
reforma, se agregó la siguiente frase: “Es deber de los órganos del Estado respetar y

10
promover tales derechos, garantizados por esta Constitución así como por los tratados
internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes”. Sin embargo, esta
reforma constitucional no ha resuelto el problema sobre la jerarquía de los derechos
humanos consagrados en los tratados internacionales, problema que sigue siendo objeto de
discusión en el presente.
Con posterioridad a la reforma de 1989 un conjunto de autores comenzó a sostener
que el art. 5 había elevado a rango constitucional los tratados internacionales en materia de
derechos humanos que se ratificaren por Chile y se encontraren vigentes 15. Sin embargo, al
cabo de pocos años surgió un grupo de autores que criticaba la tesis anterior y que negaba
el rango constitucional de los derechos humanos consagrados en tratados internacionales16.
Hoy en día y tras muchas publicaciones sobre la materia, el debate sigue vigente, de modo
que a continuación se intentará la ardua tarea de resumir los principales argumentos de cada
posición.

4.2.2.1. Argumentos a favor del rango constitucional de los tratados sobre


derechos humanos
Los argumentos a favor del rango constitucional de los tratados sobre derechos
humanos dicen relación, principalmente, con:
1) La finalidad de la reforma constitucional del art. 5 inc. 2.
2) La eventual responsabilidad internacional en que podría incurrir el Estado
chileno de no cumplir con el Derecho internacional de los derechos
humanos.
3) La teoría del bloque de constitucionalidad.
Se explicará a continuación cada una de estas líneas argumentativas.

1) La finalidad de la reforma constitucional del art. 5 inc. 2


La intención de la reforma constitucional del art. 5 inc. 2 estribó en dotar de rango
constitucional a los tratados internacionales sobre derechos humanos. Si es una norma
constitucional –el art. 5 inc. 2– la que establece que los derechos humanos representan un
límite al ejercicio de la soberanía con independencia de que hayan sido consagrados en la
15
Pueden mencionarse, entre otros, a Cecilia MEDINA QUIROGA y Eduardo JARA CASTRO.
16
Pueden mencionarse, entre otros, a Fernando SAENGER y Lautaro RÍOS.

11
Constitución o en un tratado internacional, significa que los tratados internacionales sobre
los derechos humanos detentan un rango constitucional.

2) La responsabilidad internacional del Estado de Chile por el incumplimiento


del Derecho internacional
Una vez que una norma del Derecho internacional de los derechos humanos se
incorpora al ordenamiento jurídico nacional, el Estado de Chile tiene el deber internacional
de darle cumplimiento, con lo cual, en caso de no hacerlo puede generarse en su perjuicio
un motivo de responsabilidad internacional. En el Derecho internacional, tanto en materia
de Derecho de tratados, como en materia de responsabilidad internacional de los Estados,
existe un principio claro según el cual un Estado no puede alegar en su favor una norma de
Derecho interno –ni siquiera una norma constitucional– para alegar el incumplimiento de
un tratado o para eludir su responsabilidad internacional ante un hecho ilícito.

3) La teoría del bloque de constitucionalidad


I. Finalidad de la teoría del bloque de constitucionalidad
La teoría del bloque de constitucionalidad de los derechos humanos ha sido
desarrollada en Chile, principalmente, por el profesor Humberto NOGUEIRA ALCALÁ17. El
profesor de la Universidad de Talca recoge esta teoría originaria de los sistemas
constitucionales de Francia y España y la adapta al ordenamiento jurídico chileno
utilizando como fundamento positivo constitucional el art. 5 inc. 2.
La teoría del bloque de constitucionalidad, entre otras cuestiones, pretende
identificar cuáles son los “derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana”, o sea,
pretende determinar a qué derechos se refiere la Constitución con dicha expresión. Según el
autor, la expresión aludida no se refiere únicamente a los derechos fundamentales
positivizados en la CPR. En efecto, el art. 5 hace referencia a un bloque de
constitucionalidad de derechos fundamentales, esto es, al conjunto de derechos de las
persona asegurados por fuente constitucional o por fuentes del Derecho internacional de los
derechos humanos (tanto el Derecho convencional como el derecho consuetudinario y los

17
Vid. NOGUEIRA ALCALÁ, Humberto. Derechos fundamentales y garantías constitucionales. Dogmática de
los derechos fundamentales, interpretación de derechos y derechos de la personalidad. 4ª ed. Santiago:
Librotecnia, t. I, pp. 23-ss.

12
principios del ius cogens) y los derechos implícitos, todos los cuales constituyen límites a la
soberanía, como lo especifica categóricamente el artículo 5º inc. 2.

II. Derechos que integran el bloque de constitucionalidad


¿Cuáles son los componentes de este bloque de constitucionalidad?
a) Derechos asegurados por fuente constitucional
NOGUEIRA no alude a derechos asegurados “por la Constitución”, sino que “por
fuente constitucional”, por lo que debemos incluir dentro de este primer acápite,
todas las fuentes formales del Derecho constitucional, entre otras, la Constitución
formal y las sentencias del Tribunal Constitucional.

b) Derechos asegurados por fuentes del Derecho internacional de los derechos


humanos.
Dentro del concepto de “Derecho internacional de los derechos humanos”, se
incluyen:
i) las normas de derecho convencional (tratados internacionales);
ii) las normas de Derecho consuetudinario (costumbre internacional);
iii) el ius cogens.
Estos derechos se incorporan a nuestro ordenamiento constitucional, por especial
mandato de lo dispuesto en el art. 5º inc. 2.

c) Derechos implícitos
Corresponden a derechos fundamentales cuyo fundamento arranca directamente de
la dignidad de las personas, pero que no cuentan con consagración positiva
constitucional o internacional. Por lo tanto, estos derechos, se oponen a los derechos
“explícitos”, vale decir, los que están poseen una mención positiva.
Según NOGUEIRA la norma del artículo 29 letra c) de la Convención Americana de
Derechos Humanos incorpora la noción de los derechos implícitos al indicar que:
“Ninguna parte de la presente Convención puede ser interpretada en el sentido de:
(c) excluir otros derechos y garantías que son inherentes al ser humano o que se
derivan de la forma democrática de gobierno”.

13
III. Efectos del bloque de constitucionalidad
Asumir la existencia de un bloque constitucional de derechos implica, entre otras
consecuencias, las siguientes:
a) Los derechos que no están consagrados en el texto constitucional, actúan como
fuentes integradoras o complementarias de la Constitución Política formal y, por lo
tanto, colman los vacíos o lagunas que pudieren existir en la Carta Fundamental. Si
entendemos a la Constitución como un sistema, esto es como un conjunto de normas
y principios coherentes y armónicos, habrá que entender que los eventuales vacíos
que pudieran existir en ella deben ser llenados por diferentes vías.
b) El bloque de constitucionalidad contribuye a una interpretación más armónica y
sistemática de los derechos fundamentales que tenga como base los distintos
componentes del bloque, esto es, las distintas fuentes que consagran derechos
humanos. En el mismo sentido, es indispensable que los tribunales y otros
operadores jurídicos nacionales, tomen en consideración los criterios interpretativos
adoptados por los órganos internacionales encargados de supervisar el cumplimiento
de la respectiva normativa internacional de derechos humanos.
c) Si un mismo derecho se encontrare consagrado en dos o más textos, deberá
aplicarse aquél donde este mejor protegido ese derecho. Esto, por ejecución del
principio pro homine, que estudiamos anteriormente en lo referente a la
interpretación constitucional. Por lo mismo, entre normas que versan sobre derechos
humanos, no prima un criterio jerárquico, sino el criterio de mayor protección de
derechos.
d) Considerar al Derecho internacional como componente del bloque de
constitucionalidad, tiene importantes repercusiones. En efecto, permite introducir al
ordenamiento jurídico nacional aquellos derechos que, sin estar protegidos por la
Constitución, estén protegidos por una norma de fuente internacional. Asimismo, en
caso de que un derecho esté tutelado de mejor manera en una norma de fuente
internacional que en una norma nacional, en virtud del principio explicado en el
punto anterior, esta norma debería aplicarse de manera preferente la norma
internacional.

14
e) En el control de constitucionalidad debe tomarse en consideraciones los distintos
componentes del bloque de constitucionalidad. En ese sentido, el bloque de
constitucionalidad aumenta los parámetros a tener en cuenta para el control de
constitucionalidad.
f) Todos los derechos fundamentales, con independencia de la fuente del bloque de
constitucionalidad de la que se originen, constituyen un límite para el ejercicio de
la soberanía nacional, a la luz de lo establecido en el art. 5º inc. 2. Por lo mismo, el
Estado debe respetar y promover los derechos consagrados en la Carta
Fundamental, sino también todos los demás derechos que integran el bloque de
constitucionalidad.

4.2.2.2. Argumentos en contra del rango constitucional de los tratados sobre


derechos humanos
En general, los principales argumentos de la doctrina que es contraria al rango
constitucional de los derechos humanos consagrados en los tratados internacionales han
sido reflejados en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional sobre esta materia,
jurisprudencia que será brevemente comentada a continuación. Sin embargo, para
contrastar la tesis del Tribunal Constitucional, también se hará referencia a la
jurisprudencia sobre el punto de la judicatura ordinaria

I. Jurisprudencia del Tribunal Constitucional sobre la jerarquía de los tratados


internacionales sobre derechos humanos
1) Argumentos del Tribunal Constitucional de la tesis favorable a la
infraconstitucionalidad de los tratados internacionales de derechos humanos
El Tribunal Constitucional ha sostenido en una jurisprudencia mayoritaria que los
tratados internacionales sobre derechos humanos tienen una jerarquía inferior a la de la
Constitución. Resumiendo, los principales argumentos aludidos por el Tribunal
Constitucional son los siguientes:
1. Según una interpretación literal del art. 5 inc. 2, este precepto no consagra que los
tratados sobre derechos humanos tengan una jerarquía igual o superior a la Carta
Fundamental. Lo único que se pretendió con la reforma fue resaltar que los tratados

15
internacionales no pueden ser objeto de modificación por normas de carácter
interno.
2. Una segunda línea interpretativa acude al elemento histórico de la interpretación
jurídica. Así, se ha sostenido que de las actas de la Comisión Ortúzar se deduce que
no era intención del Constituyente originario otorgar a los tratados internacionales
un rango constitucional. Por otra parte, la finalidad de la Comisión Conjunta de la
Junta de Gobierno al reformar en 1989 el artículo en cuestión era reforzar el
principio de servicialidad del Estado. Además, en un informe de esta Comisión se
acepta la posibilidad de interponer un recurso de inaplicabilidad por
inconstitucionalidad en contra de un tratado, con lo cual se puede inferir que en
opinión de la Comisión la jerarquía de un tratado se consideraba inferior a la
Constitución.
3. Sostener que los tratados de derechos humanos tienen una jerarquía idéntica a las
normas constitucionales implicaría dejar sin efecto el capítulo XV (anterior capítulo
XIV) de la Constitución sobre la reforma constitucional. Este capítulo contempla
una rigidez considerable en lo que se refiere a la modificación del capítulo sobre los
derechos y deberes constitucionales (Capítulo III). En efecto, se requiere un quórum
equivalente a las dos terceras partes de los diputados y senadores en ejercicio. Por
ende, aceptar que el Capítulo III puede ser objeto de modificación por medio de
tratados, implicaría vulnerar el capítulo XIV de la CPR.
4. La tesis de la constitucionalidad de los tratados generaría un desajuste severo con el
sistema de control de constitucionalidad, sobre todo, con el control represivo, ya que
los tratados internacionales pueden ser objeto de acción de inaplicabilidad de
conformidad al art. 93 nº 6 de la CPR. En efecto, según el TC la expresión
“precepto legal” incluiría a los tratados internacionales. Por ende, es incompatible
sostener, por un lado, que el tratado es susceptible de un control represivo de
inconstitucionalidad y, por otro lado, que tiene rango constitucional.
5. El TC suele asimilar el rango normativo de un tratado al de una ley, aunque no lo
señala de una manera clara y explícita. Para sostener esa tesis, el Tribunal alude,
entre otras similitudes, al procedimiento de incorporación de un tratado que es muy
similar al procedimiento para la aprobación de una ley y al control de

16
constitucionalidad sobre los tratados, que también es similar al de una ley, tanto en
lo que se refiere al control represivo ya explicado anteriormente, como al control
preventivo, dado que existe un control preventivo obligatorio sobre tratados que
versen sobre materias objeto de leyes interpretativas de la Constitución o de leyes
orgánicas constitucionales (art. 93 nº 1 de la Constitución)18.

2) Jurisprudencia del Tribunal Constitucional sobre el problema de la


jerarquía normativa de los tratados internacionales de derechos humanos
La tesis del TC viene desarrollada en dos sentencias capitales, una de ellas anterior
y la otra posterior a la reforma constitucional del 2005. La primera sentencia tenía por
objeto valorar la constitucionalidad del Estatuto de Roma sobre la Corte Penal
Internacional19. En esta sentencia, el TC declaró varios motivos de inconstitucionalidad de
ese tratado y obligó al legislador a promulgar una ley (Ley 20.352, publicada en el D.O. el
30 de mayo de 2009) para el sólo efecto de introducir una disposición transitoria en la
Constitución a fin de permitir la incorporación del Estatuto. En esta sentencia, el TC
reflexiona directamente sobre el rango constitucional de los tratados sobre derechos
humanos, esbozando la tesis de su rango infraconstitucional.
La segunda sentencia aludida dice relación con el control de constitucionalidad
preventivo obligatorio ejercido sobre el proyecto de ley que tenía por objeto modificar la
propia ley orgánica constitucional del TC 20 . Este proyecto de ley, entre muchas otras

18
Sin embargo, el tratado posee importantes diferencias con la ley. La principal diferencia es de fondo, ya que
el tratado es un acuerdo entre Estados y otros sujetos de Derecho internacional, mientras que la ley es una
fuente formal interna. También existen otras diferencias: i. la derogación, suspensión y modificación de un
tratado solo pueden realizarse mediante las normas del Derecho internacional (art. 54 nº 1 inciso 5 de la
Constitución); ii. no hay una disposición expresa que establece dicha equivalencia, como sí ocurre por
ejemplo con los decretos con fuerza de ley (art. 64 inciso final de la Constitución); iii. en materia de entrada
en vigor, debe recordarse que se trata de una materia regida por normas del Derecho de los tratados; iv. las
normas constitucionales que regulan el control de constitucionalidad no especifican cuál sería el efecto de la
declaración de inconstitucionalidad de un tratado.
Por otro lado, ALDUNATE LIZANA ha criticado duramente el hecho de que se someta a control preventivo
obligatorio sólo esos tratados, mientras que el resto sólo se sujeta a un control facultativo. El autor argumenta
que todos los tratados vinculan al Estado en su integridad y si el sentido del control es evitar que pueda surgir
para Chile una eventual responsabilidad internacional por una contradicción entre el tratado y la Constitución
que conllevare un eventual incumplimiento del primero, entonces todos los tratados deberían someterse a
control preventivo obligatorio. Vid. ALDUNATE LIZANA, Eduardo. “La posición de los tratados internacionales
en el sistema de fuentes del ordenamiento jurídico chileno a la luz del Derecho positivo”, Ius et Praxis, año
16, n° 2, 2010, pp. 193-194.
19
TC. Rol 346-2002, 8 de abril de 2002, especialmente, consid. 59-75.
20
TC. Rol 1288-2009, 25 de agosto de 2009.

17
cuestiones, establecía que como causal de inadmisibilidad de la acción de inaplicabilidad el
hecho de que ésta se ejerciere respecto de un tratado internacional. El Tribunal Constitución
consideró que esa sección del proyecto de ley era inconstitucional, dado que entre las
atribuciones de este Tribunal estaría contemplado un control de constitucionalidad
represivo de los tratados internacionales.
Hay otras sentencias del TC sobre el punto que merecen una referencia. Por
ejemplo, el Tribunal ejerció un control preventivo eventual de constitucionalidad sobre un
proyecto de ley relativo a la responsabilidad penal de los adolescentes 21. Los requirentes,
un grupo de diputados de la concertación, planteaban que uno de los artículos del proyecto
de ley era inconstitucional, porque no respetaba el estándar mínimo de protección de
derechos de los menores contenidos en la Convención de Derechos del Niño, ratificada por
Chile y vigente. En su opinión, los derechos del niño constituirían parte de la Constitución
en virtud del art. 5° inciso 2° de la CPR, con lo cual tales derechos serían parte del
parámetro de control de constitucionalidad del precepto cuestionado. NOGUEIRA ha
interpretado que en el considerando vigésimo sexto de la sentencia el TC asume como parte
del parámetro de control de constitucionalidad los derechos del niño contenidos en la
Convención en los siguientes términos: “Que la referida inconstitucionalidad consistirá,
específicamente, a juicio de los requirentes, en que al establecer la norma impugnada del
proyecto modificatorio de la Ley N° 20.084, como única sanción posible, para el tramo de
penalidad superior a 5 años, la de internación en régimen cerrado, configuraría una
violación al artículo 5°, inciso segundo, de la carta Fundamental que consagra el deber de
los órganos del estado –como es el caso del legislador– de respetar y promover los derechos
esenciales del ser humano garantizados por la Constitución y los tratados internacionales
ratificados por Chile y que se encuentren vigentes. Ello, porque el legislador no habría
respetado el principio del interés superior del niño, consagrado en el artículo 3.1 de la
Convención sobre los Derechos del Niño, así como los artículos 37, 40 y 41 de la misma,
según los cuales la privación de libertad de los adolescentes debe ser la última ratio e
imponerse por el menor tiempo posible”. Dicho con otras palabras, NOGUEIRA interpreta
que el TC está utilizando la Convención de Derechos del Niño como parámetro de

21
TC. Rol N° 786-2007, 19 de mayo de 2007.

18
constitucionalidad22. Sin embargo, parece ser que el TC simplemente está argumentando
que el principio del interés superior del niño no se infringe, porque se regula de manera
adecuada en el proyecto y no adentra su argumentación en la valoración del rango
normativo de la Convención23. Cabe señalar, de todos modos, que la sentencia rechazó el
requerimiento de inconstitucionalidad.
En otra sentencia que dio lugar a una acción de inaplicabilidad del art. 206 del
Código Civil24, se discutió si esta disposición era inaplicable en base a una contradicción
que podría producirse con respecto al art. 317 del mismo cuerpo legal. Si bien hay una
contradicción entre ambas normas, el art. 206 podría hacer pensar que el hijo póstumo
cuyos padres fallecen dentro de los 180 días del parto es el único que puede ejercer la
acción y los demás hijos no podrían hacerlo, generándose una infracción al derecho a la
igualdad ante la ley. Piénsese por ejemplo, en un padre que nunca reconoció legalmente a
su hijo y que muere con posterioridad a los mencionados 180 días. Además, en este caso se
invocó la infracción del derecho a la identidad consagrado en varios tratados
internacionales. En esta sentencia es bastante clara la utilización de los tratados como
parámetro de constitucionalidad (consid. 7 a 9). Sin embargo, a diferencia de las dos
primeras sentencias analizadas, el TC no se dedica a tratar expresamente el problema de la
jerarquía de los tratados.
Sin embargo, en unas sentencias más recientes, el TC vuelve sobre sus pasos25. En
dos casos objeto de acumulación, se discutió si un proyecto de ley modificatorio de la Ley
de Pesca vulneraba el Convenio 169 de la OIT al no contemplar la consulta. Tratando de
manera expresa el problema de la jerarquía de los tratados internacionales y haciendo
referencia a las dos primeras sentencias analizadas, el TC confirmó su posición sobre la
jerarquía infraconstitucional de los tratados.

22
NOGUEIRA ALCALÁ, Humberto. “Los derechos contenidos en tratados de derechos humanos como parte del
parámetro de control de constitucionalidad: la sentencia Rol N° 786-2007 del Tribunal Constitucional”,
Estudios Constitucionales, Año 5, Nº 2, 2007, pp. 457-466.
23
TC. Rol N° 786-2007, cit., consid. 27-ss.
24
TC. Rol N° 1340-2009, 4 de marzo de 2009.
25
TC. Roles N°s 2387-12-CPT y 2388-12-CPT acumulados, 23 de enero de 2013.

19
II. Jurisprudencia de los tribunales superiores de justicia sobre la jerarquía de
los tratados de derechos humanos26
La jurisprudencia de los tribunales superiores de justicia no está alineada con la
posición del Tribunal Constitucional. De hecho, hay importantes tendencias
jurisprudenciales que han afirmado sin tapujos la jerarquía constitucional de los tratados de
derechos humanos.
Entre esas líneas jurisprudenciales, la más importante, sin duda alguna, es la que ha
sido trazada a propósito de las graves violaciones a los derechos humanos cometidas
durante la dictadura. Entre tales sentencias, quizás las más interesantes sean las dictadas
con posterioridad al fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos Almonacid
Arellano vs. Chile en la que se condenó al Estado de Chile, entre otras cuestiones, por la
incompatibilidad de la amnistía consagrada en el Decreto Ley 2191 relativa a los crímenes
cometidos en la dictadura, por ser contrarias a las obligaciones derivadas de la Convención
Americana de Derechos Humanos27.
Desde el fallo de la Corte Interamericana, los Tribunales Superiores de Justicia
nacionales no han vuelto a aplicar la amnistía en casos de violaciones a los derechos
humanos cometidas en la dictadura. Ahora bien, en esa jurisprudencia existen

26
Para este punto se ha considerado a HENRÍQUEZ VIÑAS, Miriam Lorena. “Jerarquía de los tratados de
derechos humanos: análisis jurisprudencial desde el método de casos”, Estudios Constitucionales, año 6, nº 2,
2008, pp. 73-119.
27
Corte IDH. Almonacid Arellano y otros vs. Chile. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 26 de septiembre de 2006. Serie C nº 154. Luis Alfredo Almonacid Arellano era profesor
de enseñanza básica y militante del Partido Comunista. El 16 de septiembre de 1973 fue detenido por
carabineros quienes le dispararon, en presencia de su familia, a la salida de su casa. Falleció al día siguiente.
En el curso del procedimiento judicial interno se aplicó el Decreto Ley 2191, que concede la día a todas las
personas, civiles o militares, que en su calidad de autores, cómplices o encubridores hubieran intervenido en
hechos acontecidos durante la vigencia del Estado de sitio, esto es, el periodo comprendido entre el 11 de
septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1978. La amnistía opera como una causa de extinción de la
responsabilidad penal, eliminado por completo la pena y sus efectos e impidiendo en algunos casos la
investigación de los hechos. Sin embargo, la Corte Interamericana, siguiendo su jurisprudencia sobre la
materia, dispuso entre otras cuestiones, que la amnistía era contraria a lo dispuesto en la Convención
Americana de Derechos Humanos, particularmente a la obligación de investigar, procesar y eventualmente
sancionar a los responsables de las violaciones de algunos de los derechos contemplados en dicho tratado. En
base a lo anterior, se declaró internacionalmente responsable al Estado de Chile por infringir este deber
internacional y por no haber adaptado su ordenamiento jurídico interno, todo lo anterior en relación con la
infracción de un abanico de garantías judiciales protegidas por la misma Convención. Además de fijar un
conjunto de reparaciones para las víctimas, la Corte dispuso que el Estado de Chile debía asegurar que el
Decreto Ley 2191 no siga representando un obstáculo para la investigación y sanción de los responsables.

20
interesantísimas apreciaciones sobre la jerarquía constitucional de los tratados
internacionales sobre derechos humanos28.
i. Se ha recalcado que el Estado de Chile es responsable de cumplir los deberes
internacionales asumidos al ratificar e incorporar a su ordenamiento jurídico interno
los tratados internacionales sobre derechos humanos29.
ii. Se recurre a la noción de ius cogens del Derecho internacional para argumentar que
los delitos cometidos son crímenes de lesa humanidad. La jurisprudencia en
comento acude al Derecho internacional consuetudinario a fin de sostener que la
categoría de crímenes de lesa humanidad estaba vigente al momento de los hechos.
Entre los efectos jurídicos de tales crímenes, cabe destacar la prohibición de la
amnistía y de la prescripción30. Además, la prohibición de cometer tales delitos es
una norma del ius cogens. En alguna sentencia se indica expresamente que la
incorporación del Derecho internacional consuetudinario y del ius cogens tiene un
fundamento positivo en el art. 5 inc. 2 de la CPR31.

28
Ministro de Fuero. Luis Vidal Riquelme Norambuena con Claudio Abdón Lecaros Carrasco; José Basilio
Muñoz Pozo; Omar Antonio Mella Lillo. 7 de noviembre de 2005, consid. 9; Corte de Apelaciones de
Santiago. Contreras Aburto, Luis / Ruiz Bunger, Freddy; Saavedra Loyola, Juan; Cobos Manríquez, Jorge;
Guimpert Corvalán, Daniel; Muñoz Gamboa, Manuel; Palma Ramírez, César; Sáez Mardones, Alejandro. 31
de julio de 2006, consid. 6 (este caso trata la desaparición de Carlos Contreras Maluje dirigente de las
Juventudes Comunistas y regidor de Concepción. En 1976, agentes del Comando Conjunto intentaron
capturarlo en el centro de Santiago. Contreras Maluje decidió lanzarse al paso de un microbús con el fin de
quitarse la vida y así evitar ser detenido y torturado. Pero el chofer del vehículo alcanzó a frenar y sólo lo
hirió. Contreas Malue fue detenido, torturado y desaparecido).
29
Corte de Apelaciones de San Miguel. Ramón Luis Vivanco Díaz, Adiel Monsalves Martínez, Manuel
Zacarías González Vargas, José Leningrado Morales Álvarez, Arturo Koyck Fredes, Joel Guillermo Silva
Oliva, Roberto Segundo Ávila Márquez, Alfredo Acevedo Pereira, Raúl Humberto Castro Caldera, Pedro
Enrique Oyarzún Zamorano y Hernán Elías Chamorro Monardes con Víctor Raúl Pinto Pérez. 1 de abril de
2005, consid. 15. Los sucesos materia del encausamiento consisten básicamente en que las víctimas,
trabajadores de la Maestranza de Ferrocarriles de San Bernardo, fueron privadas de libertad y recluidas en un
centro de prisioneros del Cerro Chena, a cargo de personal de las Fuerzas Armadas.
30
Cfr. Ministro de Fuero. Luis Vidal Riquelme Norambuena..., cit., consid. 8; Corte de Apelaciones de
Santiago. No consignado con Fernando Remigio Burgos Díaz; Sergio Antonio Medina Salazar; Isidro
Custodio Durán Muñoz; José Jaime Darrigrandi Márquez. 20 de abril de 2006, consid. 11 (este caso trató el
fusilamiento y ocultamiento de los integrantes del Dispositivo de Seguridad y Asesores de Allende).
31
Corte de Apelaciones de Santiago. No consignado con Fernando Remigio Burgos Díaz...., consid. 13-14;
Corte de Apelaciones de Santiago. Estado de Chile; Miriam Luz Ancacura Pafián; María Ester Hernández
Martínez; con Sergio Héctor Rivera Bozzo, 8 de noviembre de 2006, consid. 5, 21 y 23 (este caso se conoce
como el Episodio del Lago Ranco, referido a la desaparición forzada de cuatro opositores del régimen militar,
todos ellos detenidos el día 16 de octubre de 1973 en sus domicilios de Lago Ranco. En la noche de ese día
fueron subidas al vapor "Laja", donde fueron ejecutados y sus cuerpos fueron lanzados al lago).

21

You might also like