ADORAR A UNO INSPIRAR A TODOS

ADORAR A UNO INSPIRAR A TODOS

CAPÍTULO UNO

VERDADEROS ADORADORES

Pero se acerca el tiempo, de hecho, ya ha llegado, cuando los

verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad.
El Padre buscapersonas [adoradores] que le adoren de esa manera.
(Juan 4:23 NTV)

DIOS NO ESTÁ BUSCANDO PERSONAS QUE SE CONVIERTAN A UNA

RELIGIÓN; ÉL ESTÁ BUSCANDO ADORADORES.

F
uimos creados por Dios para adorar. Está en nuestra naturaleza;
en nuestro ADN como seres humanos. La pregunta es: ¿A quién o
qué estamos adorando? Si no estamos adorando a Jesús,
inevitablemente estamos adorando algo más en la vida. Al estar
estudiando y meditando sobre el significado de este versículo tan
conocido por las personas involucradas en equipos de alabanza, la
palabra “buscando” captó mi atención. ¿Por qué diría “buscar”? ¿Será
porque la realidad es que no hay muchos adoradores de Dios en espíritu
y en verdad? ¿Será que son tan escasos que Él los tiene que “buscar”
literalmente? Al leer este versículo, se intensificó el clamor de mi ser que
Dios encontrara a este tipo de adorador en mí, en mi familia y en nuestra
iglesia.

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La adoración no es solo lo que hacemos en público sobre una plataforma.

Tampoco es únicamente la música que cantamos o tocamos en la iglesia
los domingos—es más, me atrevo a decir que ni siquiera es la música en
sí. Adorar en espíritu y en verdad significa: Amar a Dios con todo lo que
soy y honrarlo todos los días en todo lo que hago. La adoración
verdadera es un estilo de vida que da gloria a Dios.
Podemos aparentar y pretender ser muchas cosas en la vida que quizá
no seamos, pero nadie puede engañar a Dios. O somos verdaderos
adoradores o no lo somos. Así de sencillo. Es tiempo de que en la iglesia
local se levanten esa clase de adoradores: adoradores en espíritu y en
verdad. Yo quiero ser uno de ellos y sé que tú también.

CUANDO LAS PERSONAS VIENEN A LA IGLESIA, DEBEN EXPERIMENTAR

UNA ATMÓSFERA DIFERENTE A LA DE AFUERA DEBEN ENCONTRARSE
CON JESÚS Y CON PERSONAS QUE AMAN A JESÚS Y AL
PRÓJIMO: ES DECIR, CON VERDADEROS ADORADORES.

Como miembros de un equipo de adoración en nuestra iglesia local,

tenemos responsabilidades claves que ayudan a un mejor desarrollo de
la reunión y contribuyen a la conexión de las personas con Dios durante
el tiempo de adoración. Al dirigir la adoración, lo que más queremos es
exaltar a Jesús y facilitar que las personas tengan un encuentro con Él.
Recuerda que toda la banda está dirigiendo la alabanza y juntos
necesitan venir enfocados. Es un trabajo en equipo, no de uno solo.
Nuestra meta es traer la presencia de Dios al lugar. Lo que hacemos o
no hacemos como músicos aporta a que esto ocurra. Una atmósfera o
ambiente correcto siempre impulsa a todos los presentes a fijar su
mirada en Jesús. Cuando adoramos a Uno en espíritu y en verdad, como
resultado inspiramos a todos a hacer lo mismo. Cuando exaltamos a
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Cristo, Él llena el lugar con Su gloria, Su gozo y Su paz y la atmósfera del

cielo se traslada a la tierra.

Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien es poderoso para
evitar que caigan, y para llevarlos sin mancha y con gran alegría a
Su gloriosa presencia.
(Judas 1:24 NTV)

Anhelamos con todo nuestro ser tener la atmósfera del cielo aquí en la
tierra. Nuestra búsqueda constante es lograr un ambiente en el cual
Jesús, y solo Jesús, es glorificado. La siguiente porción de la Biblia
describe muy bien lo que está ocurriendo en este mismo momento en el
cielo ante el trono de Jesús—y debe suceder lo mismo cada vez que nos
reunimos para adorar aquí:
⁹Y cantaban un nuevo canto con las siguientes palabras:
“Tú eres digno de tomar el rollo
y de romper los sellos y abrirlo.
Pues tú
fuiste sacrificado y tu sangre pagó el rescate para Dios de gente de todo
pueblo, tribu, lengua y nación.
¹⁰Y la has transformado
en un reino de sacerdotes para nuestro Dios. Y
reinarán sobre la tierra”.
¹¹Entonces volví a mirar y oí las voces de miles de millones de ángeles
alrededor del trono y de los seres vivientes y de los ancianos. ¹² Ellos
cantaban en un potente coro:
“Digno es el Cordero que fue sacrificado,
 de recibir el poder y las
riquezas
y la sabiduría y la fuerza y el honor y la gloria y la bendición”.
¹³ Y entonces oí a toda criatura en el cielo, en la tierra, debajo de la tierra
y en el mar que cantaban:
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Bendición y honor y gloria y poder
le pertenecen a aquél que está

sentado en el trono
y al Cordero por siempre y para siempre.
(Apocalipsis 5:9-13 NTV)

La adoración celestial gira alrededor de Jesús. Es importante empezar a

cantar más acerca de Él y menos acerca de nosotros. Cuando cantamos
canciones que exaltan a Jesús y le adoramos extravagantemente, algo
increíblemente poderoso ocurre en medio de nosotros. Es esencial, de
hecho, que todo lo que hagamos en la plataforma ponga la atención en
Jesús y no que quite la atención de Jesús.

La congregación también es clave en crear la atmósfera correcta. Ellos

son parte de lo que está sucediendo y el equipo de adoración debe
facilitar su adoración a Dios. En este pasaje no es simplemente una
banda que está ministrando, sino “miles de millones” de ángeles.

Si la adoración te aburre, no estás listo para el cielo. La adoración es la

atmósfera misma del cielo, que se centra en la persona de Jesús. – ¹

Durante el período de alabanza y adoración, es importante la

participación activa e intencional de cada uno de los presentes. Por esto
mismo, los que estamos dirigiendo siempre debemos hacernos la
pregunta si lo que estamos haciendo musical o vocalmente está
conduciendo a una atmósfera que inspira a todos los asistentes a
participar o si más bien lo está impidiendo.

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¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en Ti;

a todos los que concentran en Ti sus pensamientos!
(Isaías 26:3 NTV)

Me fascina este versículo, especialmente la frase “los que concentran en

Ti sus pensamientos”. Es cuando fijamos nuestros pensamientos en
Jesús, y no en nosotros mismos o nuestras circunstancias, que Él nos
puede llenar de paz. Cuando el ambiente del cielo es transferido a la
tierra, también se percibe una atmósfera de paz. Nuestra labor principal
como equipo de adoración es hacer voltear la mirada de cada uno de los
presentes hacia Jesús para que tengan un encuentro con Él, nuestro
Príncipe de Paz.
¡No se desalienten ni entristezcan, porque el gozo del Señor es su
fuerza!” (Nehemías 8:10 NTV)

Me mostrarás la senda de la vida; en Tu presencia hay plenitud de

gozo, delicias a Tu diestra para siempre.
(Salmo 16:11 RVR1995)
La atmósfera celestial está llena de gozo; como hijos de Dios, parte de
nuestra herencia es tener ese gozo. Estoy convencida de que Jesús es
una persona alegre. La Biblia nos menciona que los niños querían estar
con Él (Mateo 19:14). Si tienes hijos como yo, sabes que un niño no
quiere estar con alguien gruñón, mal encarado o triste. Ellos quieren
estar con alguien divertido. El hecho de que los niños querían estar con
Jesús me parece una evidencia clara de que era una persona agradable.
Él estaba lleno de gozo y estoy seguro que tenía una sonrisa y carácter
para demostrarlo. Es lo mismo que las personas de la iglesia deben ver
en nosotros. Jesús nunca está ansioso o confundido, ¡Él siempre está
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alegre! Cuando exaltamos a Jesús y levantamos Su nombre, el resultado

es una atmósfera de gozo celestial entre nosotros. Recuerda que donde
está la presencia de Dios, hay abundancia de gozo y por lo tanto hay
poder: poder para sanar y poder para salvar.
“Pues el Señor tu Dios vive en medio de ti. Él es un poderoso
salvador. Se deleitará en ti con alegría.
Con Su amor calmará todos tus temores. Se gozará por ti con cantos
de alegría”.
(Sofonías 3:17 NTV)

Cuando adoramos a Dios, es como si estuviéramos en una fiesta en

honor a Él. Hemos sido invitados a la gran fiesta y Jesús es el motivo de
nuestra celebración. Nos deleitamos con Él y Él en nosotros cuando
venimos a Su presencia para adorarlo.
Como directores de alabanza, tenemos que planear nuestras reuniones
y dirigir la alabanza con esto en mente, sabiendo que en la adoración que
es en espíritu y en verdad, la presencia de Dios se manifiesta.
No existe una regla general en cuanto a cómo crear el ambiente; cada
ciudad e iglesia se conecta a Dios de una manera distinta. Ora al respecto
y determina cómo puedes ayudar a la gente que estás dirigiendo a ser
parte de este momento tan importante cuando unidos adoran a Dios.
Hacemos uso de la tecnología en iluminación, audio y vídeo para
complementar el momento—siempre con el propósito de que sea un
apoyo a la adoración y nunca una distracción. Buscamos ser
excelentes en la proyección de las letras durante los cantos, que las luces
reflejen el ambiente de lo que está sucediendo y que el sonido sea lo más
claro posible, para ayudar a las personas a participar del momento.

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Si en tu iglesia no hay acceso a tecnología similar, no te preocupes. Esto

no es lo más importante. Lo más importante es que cada congregación
usemos las herramientas que Dios sí nos ha dado y busquemos las
maneras para formar una atmósfera celestial en la cual a una sola voz
podamos exaltar a Jesús, permitiendo que todo lo que Dios tiene para
nosotros sea manifiesta en la vida de cada uno de los presentes.
Crear una atmósfera de adoración no es resultado de acciones, sino de
una actitud que exalta a Cristo—una actitud de adoración y de excelencia
por parte de un grupo de personas que inspiran a los demás a disfrutar
la presencia de este gran Dios al que ellos alaban de todo corazón.

LA ADORACIÓN EN LA IGLESIA DEBE GIRAR SOLAMENTE ALREDEDOR

DE JESÚS Y NO ALREDEDOR DE LAS PERSONAS O DE GUSTOS
PERSONALES.

Hay diferentes elementos de la alabanza que arden en mi corazón. Son

ingredientes o principios indispensables para los líderes y equipos de
alabanza de la iglesia local en cualquier parte del mundo. No estoy
diciendo que sean todo o lo único importante para el funcionamiento
exitoso del equipo, pero sí son los que Él ha puesto en mi corazón para
nuestra iglesia. En los siguientes capítulos estaré describiendo uno por
uno estos principios porque todos son útiles para que el Reino de Dios
avance, y llevarán a la iglesia local a un nuevo lugar en su
adoración. Esto es lo que Dios nos ha llamado a hacer.