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UNIVERSIDAD CATÓLICA “NUESTRA

SEÑORA DE LA ASUNCIÓN”

FACULTAD ECLESIÁSTICA DE SAGRADA


TEOLOGÍA

INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO

EL CANON

Profesor: P. Guillermo Cabello, S.J.

Alumno: Mario Efrén Núñez Díaz.

CURSO: 3°

ASUNCIÓN - PARAGUAY
AÑO: 2018

1
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN .................................................................................................................................. 3

1. El canon. Origen etimológico. ........................................................................................................ 4

2. Uso del término en la historia de la Iglesia. ................................................................................... 4

3. Historia del canon bíblico. .............................................................................................................. 4

3.1. Origen de los libros del Antiguo Testamento.......................................................................... 4

3.2. El canon alejandrino: la versión de los LXX. ............................................................................ 6

3.3. La conformación del canon en la iglesia cristiana de los primeros siglos. .............................. 7

4. Criterios de canonicidad para la Iglesia Católica. ........................................................................... 8

CONCLUSIÓN ...................................................................................................................................... 9

BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................................... 10

2
INTRODUCCIÓN
En la presente monografía se investigó sobre el significado del canon bíblico y su
aplicación en la Iglesia Católica. Actualmente existen varias iglesias, mucho más que en
siglos anteriores, y cada una se presenta como la auténtica con su biblia propia. Cualquier
persona no conocedora del tema podría considerar que cualquier biblia que se le ofrezca,
independientemente de la denominación de la iglesia, es la misma, puesto que todas dicen
ser cristianas, aunque alguna sólo le considere a Cristo sólo como un gran profeta.

El canon no sólo implica una lista de libros, sino también la traducción y el


comentario que sobre la biblia se haga. De aquí que pueden haber diversas interpretaciones
y maneras de entender el mensaje no sólo de Cristo sino también de todo el Antiguo
Testamento. Ante tantas interpretaciones ¿dónde está la verdad? ¿Acaso Cristo no deseó la
unidad de su iglesia?

Los primeros cristianos, según Hch 2, 42-46:

“se mantenían constantes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la


fracción del pan y en las oraciones. […] Todos los creyentes estaban de acuerdo.
[…] Acudían diariamente al Templo con perseverancia y con un mismo espíritu…”.
La venida de Cristo necesariamente debió haber influido en la religión judía, en su
interpretación de las sagradas escrituras. Éste fue el deseo de Jesús. Pero como aun después
de la muerte y resurrección de Cristo los judíos no creyeron, los cristianos debieron seguir
un canon diferente, en el sentido de un modo diferente de entender las escrituras y, como
consecuencia, un modo diferente de vivir la relación con Dios.

El desarrollo de esta investigación se inicia con el origen del canon, su uso en la


Iglesia, para luego pasar a una breve historia del mismo, desde el Antiguo Testamento hasta
el periodo de transición de un sector del judaísmo que luego tuvo que seguir su propio
camino al creer en Cristo. Desde este momento no es posible una conciliación con el
judaísmo, separándose de este grupo los judíos cristianos desde finales del primer siglo.

La Iglesia Católica es heredera de estos primeros cristianos. En los siglos posteriores


se verá cómo se fue conformando el canon católico, a pesar de las dudas, hasta que gracias
a los concilios se llegó a un consenso. Sin embargo luego hubo rupturas, como ocurrió con
la Iglesia Ortodoxa y los evangélicos o protestantes. Es deseable una unidad, la que deseó
Jesús en su oración al decir “que todos sean uno” (Jn 17,21).

3
EL CANON

1. El canon. Origen etimológico.


La palabra canon proviene del griego κανών, que a su vez proviene de una raíz que
se encuentra en muchas lenguas semíticas, como el hebreo, como qaneh. En griego clásico
significa caña, palo, vara para medir. De aquí su sentido metafórico de regla, norma, ideal.

2. Uso del término en la historia de la Iglesia.


Orígenes (185-254 d.C.), uno de los padres de la Iglesia, fue el primero en utilizar el
adjetivo y a partir del siglo IV, con Atanasio, aparece el nombre canon de las Sagradas
Escrituras (Antiguo y Nuevo Testamento). Así, pues, la aplicación del término a la Escritura
es de origen cristiano. Actualmente, hay judíos que a veces recurren a este mismo término
para indicar su Escritura. De este modo la palabra canon significa una lista cerrada de libros
que son normativos para la Iglesia. Pero el concepto de noma es más importante que el de
lista. Los libros tienen autoridad como regla de fe y costumbres.

Además el canon refleja también la identidad de la comunidad, refleja cómo esa


comunidad se ve a sí misma. El canon responde a una triple necesidad: de conservar la
revelación, de guardarla de cualquier corrupción y de observarla en la fe y la vida. La Iglesia
acepta esos libros en su canon porque los considera inspirados, palabra de Dios.

En la historia de la Iglesia se ha utilizado para indicar aquello que es normativo para


la doctrina, la vida, la liturgia y sus escritos. Como por ejemplo el derecho canónico, el canon
de la misa, la canonización de un santo.

3. Historia del canon bíblico.


3.1. Origen de los libros del Antiguo Testamento.
“Los libros que componen el Antiguo Testamento nacen en un periodo de
tiempo determinado, en un ambiente geográfico y cultural concreto, en el seno de un
pueblo con características peculiares, pero inserto en ese ambiente y tiempo. Por
tanto influido por las culturas más antiguas de los otros pueblos de su área

4
geográfica: el Oriente Medio, con los que tiene vínculos de raza e incluso tradiciones
comunes”1.
“La mayor parte de los libros del Antiguo Testamento están escritos en
hebreo, algunos fragmentos de los libros postexílicos están escritos en arameo y los
que se redactaron en la diáspora alejandrina (Sabiduría, Eclesiástico y 2
Macabeos), en griego”2.
Los primeros escritos fueron sólo fragmentos que después se fueron conformando
los libros. En el siglo XI a.C., en la época de Josué y los Jueces, aparecen el cántico de
Débora de Jue 5, los mandamientos de Ex 20,1-21, el código de la Alianza de Ex. 20,22-
23,9. Luego entre los siglos XI y X a.C, con la monarquía aparece la redacción Yavista de
los libros 2 Sam 9-20; 1 Re 1-2, los primeros Proverbios, el Sal 2; 15; 24; 51-110; 121-134.
Y desde X a.C. en adelante van apareciendo libros y fragmentos de libros siendo el último
libro del Antiguo Testamento el de la Sabiduría, de la segunda mitad del siglo I a.C.

No suelen ser autores de los libros los personajes a quienes tradicionalmente se


atribuyen (el Pentateuco a Moisés, los Salmos a David, Proverbios o Sabiduría a Salomón,
etc.). Esta atribución de escritos a personajes importantes en la cultura de que proceden es
práctica común en todo el Oriente Medio Antiguo.

En otros casos (por ejemplo Isaías) sólo pertenece al autor histórico una parte del
libro (Primer Isaías: Is 1-39), al que luego se le añadieron otros escritos con el mismo espíritu
pero de fecha posterior y de otro autor o autores (Segundo Isaías: Is 40-55, y Tercer Isaías:
Is 56-66).

También hay libros cuya autoría se debe a una colectividad. Así se habla del Cronista
para Esdras, Nehemías y los dos de las Crónicas, o del Deuteronomista para Josué y los de
los Jueces, los Reyes y el mismo Deuteronomio.

El pueblo hebreo hasta finales del siglo I a.C. no tenía un canon propiamente dicho,
sólo un conjunto de libros que consideraban de inspiración divina. El primer intento de
agrupar los libros del pueblo judío en un libro, aunque no probablemente con un carácter
canónico, aparece con la llamada versión de los LXX.

1
La Biblia, en: Domus Mariae. [Internet]. Acceso 22/10/18. Disponible en
http://www.domusmariae.es/index.php/formacion/la-biblia/81-3-como-se-escribio-la-biblia

2
Op. cit.

5
3.2. El canon alejandrino: la versión de los LXX.
Hacia principios del s. III a.C., en Alejandría, durante el reinado de Ptolomeo II
Filadelfo (285-247 a.C.) se inicia la traducción al griego de los libros considerados
inspirados por los judíos de la Diáspora. Esta traducción fue un proceso que duró siglos, es
decir, en varios actos y en diversas escenas. Esta empresa parecía inevitable y necesaria por
la nutrida presencia de judíos en toda la Diáspora controlada por los griegos (especialmente
en Egipto), para quienes el hebreo, por falta de práctica, había llegado a ser una lengua
difícilmente comprensible.

La Septuaginta (en latín) o, en diminutivo, los "LXX" (Setenta), constituye la primera


traducción de la Ley Mosaica o "Pentateuco" y de los Profetas, a un idioma distinto al hebreo,
lengua considerada "sagrada" por los fieles judíos. En los decenios posteriores se sumaron a
la Septuaginta el resto de los "otros escritos" en hebreo antiguo o "paleohebreo" de la Biblia.

La Biblia Septuaginta contiene además de todos los libros del Tanaj judío, es decir
los libros de la actual biblia hebrea, otros libros y adiciones añadidos a libros. Los otros
libros que no están en la Tanaj son los actualmente llamados libros deuterocanónicos y otros
que luego fueron considerados apócrifos.

“Por lo que se refiere a los deuterocanónicos, es más difícil determinar si


eran admitidos por Cristo y sus discípulos como canónicos. Porque si bien los
autores del Nuevo Testamento conocían los libros deuterocanónicos, sin embargo
nunca los citan con la fórmula “está escrito”. De aquí que no se pueda concluir con
absoluta certeza que los escritores neotestamentarios los consideraban como
inspirados y canónicos. No obstante, se puede demostrar de un modo indirecto que
los apóstoles los consideraban como de origen divino. En efecto, el texto sagrado
usado por los apóstoles fue la versión de los Setenta, como se desprende del hecho
de que de unas 350 citas del Antiguo Testamento que aparecen en el Nuevo, unas
300 concuerdan con el texto de los Setenta. Esto demuestra que los apóstoles se
servían del texto griego de los Setenta como del texto sagrado por excelencia. Y, por
consiguiente, admitían como canónicos e inspirados todos los libros en ella
contenidos, incluso los deuterocanónicos, que formaban parte de dicha versión”3.
Pero está en duda que los judíos de Alejandría tuvieron un canon propio de escritos
sagrados, diferente del hebreo, heredado luego por los cristianos junto con la Biblia en
griego. Esta duda se debe a que Alejandría no fue nunca un centro religioso independiente
de Jerusalén de modo que pudiera formular su canon propio. Además porque en el Nuevo
Testamento se citan también pasajes de libros apócrifos que no están en la versión de los

3
Historia del Canon del Antiguo Testamento, en: Apologética Católica. [Internet]. Disponible en
http://apologeticacatolica.org/Canon/Canon03.htm

6
LXX. Por ejemplo Judas en el versículo 14 cita el apócrifo Libro de Henoc y en el versículo
9 el libro apócrifo Asunción de Moisés. Y los Padres apostólicos citan también los libros
apócrifos 4 Esdras, Henoc y Eldad y Modad (libro hoy perdido). De este modo el número de
libros bíblicos utilizados por la Iglesia antigua no sólo excede el canon hebreo, sino también
el presunto canon alejandrino.

Por tanto se podría deducir que

“no existía de ningún modo un canon especial en Alejandría, sino que tanto el
cristianismo como el judaísmo antes del llamado sínodo de rabinos de Jabne/Yamnia
(hacia el 90 d.C.) mantenían un canon bíblico fluido, cuyas fronteras no estaban aún
estrictamente delimitadas.
Los cristianos se separaron formalmente de la disciplina de la Sinagoga
antes de ese Sínodo (el de Jamnia), por lo que a partir de ese estado de
indeterminación de la lista de Escrituras sagradas tuvo el cristianismo que asumir
la tarea de fijar su propio canon. A la postre, los cristianos, ya independientes de la
Sinagoga, aceptaron un canon distinto del judío”4.

3.3. La conformación del canon en la iglesia cristiana de los primeros siglos.


Los judíos en el concilio de Jamnia alrededor del 90 d.C. hicieron un nuevo canon
hebreo en la ciudad de Jamnia, en Palestina. Ellos querían cerrar el período de revelación
siglos antes de la venida de Jesús, buscando así distanciarse del cristianismo. Por eso
cerraron el canon con los profetas Esdras (458 a.C.), Nehemías (445 a.C.), y Malaquías (433
a.C.). Por lo tanto dejaron fuera del canon los últimos siete libros reconocidos por el canon
Alejandrino. Y sólo aceptaron los escritos originales hebreos y arameos, no los traducidos
al griego. Actualmente el judaísmo helenista que aceptó la Septuaginta desapareció. Sólo
sobrevivió el judaísmo rabínico.

Al final del siglo II y comienzos del III empiezan a manifestarse las primeras dudas
sobre la inspiración de los deuterocanónicos. Incluso se dudó de Ester, libro protocanónico,
seguramente porque en aquel tiempo algunos judíos dudaban de la autoridad divina de Ester.
Las dudas sobre los deuterocanónicos van hasta el siglo V. A partir de fines del siglo V y los
posteriores las dudas acerca de los deuterocanónicos van desapareciendo.

4
PIÑERO, ANTONIO, Preguntas usuales sobre Septuaginta, en: blog Cristianismo e historia.
[Internet]. Acceso 19/10/18. Disponible en https://www.tendencias21.net/crist/Preguntas-usuales-
sobre-Septuaginta-Los-Setenta-LXX-Compartir-120-de-12-de-octubre-de-2015-Preguntas-y-
respuestas_a1893.html

7
Las primeras decisiones oficiales de la Iglesia conocidas son del siglo IV. El concilio
Hiponense (año 393) da el catálogo completo de los Libros Sagrados donde se incluyen los
deuterocanónicos.

La enseñanza tradicional sobre el canon fue confirmada solemnemente por el concilio


Florentino, el cual en el decreto pro Iacobitis (4 febrero 1441), da el canon completo de los
Libros Sagrados del Antiguo y Nuevo Testamento, incluyendo todos los deuterocanónicos.
Y, finalmente, el concilio Tridentino, en 1546, para salir al paso de los protestantes, que
negaban los deuterocanónicos del Antiguo Testamento, define solemnemente el canon de
las Sagradas Escrituras.

El concilio Vaticano I, en 1870, con el propósito de disipar algunas dudas aisladas,


que aún subsistían en algún que otro autor católico acerca de la autoridad de los libros
deuterocanónicos, renovó y confirmó el decreto del concilio Tridentino. Finalmente, el
concilio Vaticano II volvió a confirmar la doctrina de los dos precedentes concilios.

4. Criterios de canonicidad para la Iglesia Católica.


“Tres criterios objetivos guiaron a la Iglesia Católica para reconocer cuáles
son los escritos inspirados del NT: el origen apostólico, la ortodoxia y la catolicidad.
Ante todo, el criterio del origen apostólico. Se consideraron canónicos aquellos
escritos que se remontaban al círculo de los apóstoles o de sus colaboradores
próximos (Mateeo, Lucas). La canonicidad de Apc y Heb se discutió precisamente
porque se dudaba si tales escritos había que considerarlos obra de san Juan y de
san Pablo respectivamente. Un segundo criterio fue el de la ortodoxia, que pertenece
al «sensus fidelium» de los primeros siglos; es decir, la conformidad de los escritos
en cuestión con la predicación auténtica y con el auténtico anuncio acerca de Cristo,
de su vida y de su mensaje. Y el tercer criterio fue el de la catolicidad de los escritos:
los libros que todas o casi todas las Iglesias consideraban inspirados, como
testimoniaba su uso litúrgico, fueron incluidos en el canon; en cambio, los aceptados
sólo por Iglesias aisladas quedaron excluidos del mismo.5”
El canon judío, el Tanaj, consta de 39 libros. En cuanto al canon en el N.T. de las
iglesias Católica, Ortodoxa y las evangélicas o protestante, todas coinciden en los 27 libros.
Pero en el A.T. la Católica acepta 46 libros, la Ortodoxa 52 libros y las evangélicas o
protestantes coinciden con los 39 del Tanaj judío.

5
Criterios de canonicidad, en: Escritura Sagrada. [Internet]. Acceso 25/10/18. Disponible en
https://rsanzcarrera2.wordpress.com/2007/05/28/criterios-de-canonicidad/

8
CONCLUSIÓN
Como se vio, el canon fue necesario para darle una identidad propia a la nueva iglesia
que nació debido a la incredulidad de los judíos. A su vez, los judíos, ante la nueva religión
que los dividía hicieron su propio canon, que los definía como una religión que seguía su
propio camino.

Esta tarea inicialmente no fue necesaria porque todos los judíos se sentían unidos por
una religión común y por una tradición oral y en parte escrita, cuyo núcleo estaba en el
Pentateuco. Además sus creencias formaban parte de la nación judía, lo que les daba una
identidad propia frente a las demás naciones. Puede decirse que sin esa religión común los
judíos no habrían podido permanecer unidos y no iban a subsistir como nación. Actualmente,
sin embargo, debido quizás a la desaparición del estado judío que se inició en el año 70 d.C.
con los romanos y que los obligó a dispersarse entre las naciones, muchos perdieron el
contacto con su religión inicial y sólo los une un sentimiento nacionalista.

En el caso del cristianismo, la inclusión del nuevo canon con la adición de los nuevos
libros de la versión de los LXX y los del Nuevo Testamento duró aproximadamente cinco
siglos. Siglos después, en el año 1054, ocurre una división importante al que se le llamó el
Gran Cisma o el Cisma de Oriente y Occidente. Surgió le Iglesia Ortodoxa, la que formuló
su propio canon.

A mediados del siglo XVI, con la llamada Reforma protestante, las iglesias
originadas de Martín Lutero fijan un canon propio, que como ya se vio, en la parte del
Antiguo Testamento coincide con el de los judíos y en el Nuevo Testamento con la Iglesia
Católica y la Ortodoxa.

En todos estos casos se nota la función del canon. Aunque los cánones analizados
tienen relación con el número de libros aceptados, no sólo se debe mirar a la cantidad de
estos libros sino también a la interpretación de ellos. Esto se nota con más fuerza en las
iglesias evangélicas o protestantes. Una interpretación diferente supone un nuevo canon,
aunque se suponga que se hable de unos mismos libros. Por esto, no se puede decir, como
dicen muchos protestantes en su proselitismo, que cualquier católico puede asistir a sus
reuniones sin dejar de ser católico, porque lo único que hacen es estudiar y conocer mejor la
biblia, fuente única de fe para ellos. Porque al tener ellos una interpretación diferente, el que
acepte esa interpretación, indudablemente se estará alejando de su fe católica.

9
BIBLIOGRAFÍA
Criterios de canonicidad, en: Escritura Sagrada. [Internet]. Acceso 25/10/18. Disponible en
https://rsanzcarrera2.wordpress.com/2007/05/28/criterios-de-canonicidad/

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[Internet]. Acceso 22/10/18. Disponible en
http://www.mercaba.org/Enciclopedia/S/septuaginta.htm

Historia del Canon del Antiguo Testamento, en: Apologética Católica. [Internet]. Disponible
en http://apologeticacatolica.org/Canon/Canon03.htm

La Biblia, en: Domus Mariae. [Internet]. Acceso 22/10/18. Disponible en


http://www.domusmariae.es/index.php/formacion/la-biblia/81-3-como-se-escribio-la-biblia

La Septuaginta, el Antiguo testamento de Judíos y Cristianos, en: aciprensa. Disponible en


https://www.aciprensa.com/recursos/la-septuaginta-el-antiguo-testamento-de-judios-y-
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Libros de la Biblia, en: Wikipedia. [Internet]. Acceso 22/10/18. Disponible en


https://es.wikipedia.org/wiki/Libros_de_la_Biblia

LIGHTFOOT, NEIL R., Comprendamos cómo se formó la biblia, Editorial Mundo Hispano,
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https://books.google.com.py/books?id=TuWFHhUQh08C&pg=PA169&lpg=PA169&dq=
qaneh+significado&source=bl&ots=d_qVjrsJIg&sig=psGY1BZTnolKkuGQytek4l68cRw
&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwixzar3o5PeAhUKhZAKHTYyDyMQ6AEwBXoECAQQA
Q#v=onepage&q=qaneh%20significado&f=false

Origen de la Septuaginta, en: aciprensa. [Internet]. Acceso 22/10/18. Disponible en


https://www.aciprensa.com/recursos/1-origen-de-la-septuaginta-4321

PIÑERO, ANTONIO, Preguntas usuales sobre Septuaginta, en: blog Cristianismo e historia.
[Internet]. Acceso 19/10/18. Disponible en https://www.tendencias21.net/crist/Preguntas-
usuales-sobre-Septuaginta-Los-Setenta-LXX-Compartir-120-de-12-de-octubre-de-2015-
Preguntas-y-respuestas_a1893.html

Septuaginta, en: Wikipedia. [Internet]. Acceso 22/10/18. Disponible en


https://es.wikipedia.org/wiki/Septuaginta

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VALPARAÍSO, CHRISTIAN MARTÍN, Formación del canon bíblico, en: Apología 2.1.
[Internet]. Acceso 22/10/18. Disponible en https://apologia21.com/2017/01/21/formacion-
del-canon-biblico/

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