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y cultivos básicos
La finca familiar: abonos verdes
y cultivos básicos
Año: 2010
Elaborado por :
Equipo Técnico de Acción contra
el Hambre
Diseño Gráfico:
Juan Morales
Noelia Rojas
Ilustración:
Diana Chávez
Impreso en
AECID Paraguay
Oficina Técnica de Cooperación
Calle Venezuela Nº 141 casi Avda. Mcal. López
Tel: +(595-21)446 636 – http://www.aecid.es
C/ Los Madrazo, 34
28014 Madrid
Telf. +34 917 206 648
Asunción, Paraguay
2010
Índice
1 - Objetivos de Acción contra el Hambre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
5. Abonos verdes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
5.1. Ventajas del uso de los abonos verdes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
5.2. Exigencias y características que deben reunir los abonos verdes . . 22
5.3. Recuperación de suelos degradados con abonos verdes . . . . . . . . . . 23
5.3.1. Kumada Yvyra’i . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..25
5.3.1.1. Kumanda yvyra’i asociado con maíz . . . . . . . . . . . . . . 25
5.3.1.2. Manejo de la cobertura del kumanda yvyra’i . . . . . . . 26
5.3.1.3. Cultivos posteriores al kumandá yvyra’i . . . . . . . . . . 27
5.3.1.4. Producción y almacenamiento de semillas de
kumanda yvyra’i . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
5.3.4. Canavalia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
5.3.4.1. Canavalia asociada con maíz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
5.3.4.2. Producción de semilla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
7. Cultivo de la mandioca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
7.1. Preparación de suelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
7.2. Corte y almacenamiento de rama semilla de mandioca . . . . . . . . . . 49
7.3. Almacenamiento de ramas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
7.4. Preparación de estacas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
7.5. Variedades y época de plantación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
7.6. Densidad y método de plantación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
7.7. Asociación de la mandioca con abonos verdes . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
7.8. Control de malezas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
7.9. Rendimiento y manejo de rastrojos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
7.10. Rotación de cultivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
1. Objetivos de Acción contra
el Hambre
A continuación se comparten los objetivos de Acción contra el Hambre-
Paraguay en el ámbito de la seguridad alimentaria de familias y comu-
nidades campesinas e indígenas.
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2. La familia campesina, protagonista
del desarrollo del departamento de
Caazapá
No hay posibilidad de cambios duraderos de las condiciones de vida, o
del uso y manejo de los recursos naturales si no hay un cambio efectivo
de actitudes (conducta), del ser humano. Si un productor o productora
está tomando decisiones que afectan la sostenibilidad de los recursos
naturales, siempre hay una o más razones para que actúe así.
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El cambio de actitudes o conducta de los pequeños productores y pro-
ductoras pasa necesariamente por el tratamiento de cuatro aspectos:
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3. Planificación de la finca familiar
campesina
La asistencia técnica, las capacitaciones realizadas, la transferencia
condicionada o no de insumos de apoyo, estarán estrechamente liga-
das a la:
Cuadro 1: Estimaciones para una producción variada que cubra las necesida-
des nutricionales básicas de una familia tipo
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Estimación de requerimiento promedio para alimentación animal
Balanceado 4 1497
Sal Común
Balanceado 2 2125
Sal Común 20
Total/Sup. 2,5
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por venta de la carne de cerdo. Para esto se requiere una producción de 2.50
ha.(maíz, soja y mandioca).
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4. Recuperación de la fertilidad del
suelo en la finca familiar campesina
El suelo es la base de la producción agrícola. Por ello se deben tomar de-
cisiones de manejo agronómico que lleven a que sus poblaciones de mi-
croorganismos y cantidades de nutrientes permanezcan equilibradas y
todos podamos beneficiarnos de las funciones que ellos desempeñan.
Sin un buen manejo del suelo, la fertilidad disminuye, las cosechas son
menores, el cultivo requiere más trabajo y la familia campesina al final
se empobrece. La capa fértil del suelo es la reserva de capital (o de di-
nero), de cada chacra.
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●● El reciclaje y uso de residuos de la finca (residuos de comidas, estiérco-
les de animales, rastrojos, etc.) para la elaboración de abonos, compost
y biopreparados.
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4.4. Evaluación directa de la calidad del suelo para la
producción agrícola
Algunas maneras rápidas de identificar un suelo sano incluyen el tacto
y el olor, para este fin se debe tomar un puñado de suelo y percibir el
olor. ¿Tiene olor a tierra? ¿Es suelto y poroso, hay algunas lombrices
presentes?
Otro método simple para conocer cómo está el suelo es con el uso de
una varilla, la cual debe penetrar en el suelo hasta unos 30 cm de pro-
fundidad de donde se extrae un poco de tierra y se toca con las manos
para sentir su textura. Si existe compactación debido a la continua uti-
lización de arado y rastra, se habrá sentido al hincar la varilla. Voltear
la tierra con una pala para buscar lombrices y sentir el olor caracterís-
tico a tierra húmeda y fresca, e incluso a otros microorganismos que
ayudan a estabilizar la materia orgánica en descomposición.
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5. Abonos verdes
Un cultivo de abono verde es definido como “una cobertura vegetal viva
que cubre el suelo y que es temporal o permanente, y está cultivado en
asociación con otras plantas (intercalado, en relevo o en rotación)”.
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5.1. Ventajas del uso de abonos verdes
●● Reducen costos: porque disminuye la necesidad de la utilización de
insumos externos (fertilizantes, herbicidas, alimentos de animales);
reduce el uso de la mano de obra para el desmalezado. Bajo costo para
el agricultor, una vez que las semillas están disponibles (y pueden ser
proveídas de agricultor a agricultor).
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También puede influir en el ciclo de otros nutrientes, poniéndolos a
disposición de los próximos cultivos, cuando se descomponen como
abono verde.
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radicular de plantines de algodón debido a sustancias volátiles de la
rizósfera, producidos por cultivos de cobertura invernales.
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ficultad de crecimiento y, hay señales de compactación, se puede pasar
el subsolador entre las hileras de la leguminosa para eliminar esa com-
pactación, preferentemente antes de la poda de la misma o en algunos
casos, se pueden acomodar los rastrojos de la leguminosa en hileras
continuas y efectuar la escarificación, después de la poda.
Subsolador
Sembradora abonadora
Rollocuchillo tipo matraca
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5.3.1. Kumanda yvyra’i o guandu
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En ambos casos se recomienda sembrar 40 a 50 mil plantas por hec-
tárea, una a dos semillas por hoyo, evitando más de dos plantas por
hoyo para que haya una buena administración del agua de lluvia. Se
necesitarán por tanto 25 Kg de semilla de maíz/ha aproximadamente.
- Manejo anual: se cortan las plantas con machete bien filoso, a una
altura de 50 cm del suelo, depositando las ramas cortadas en las mel-
gas, para permitir el rebrote. Esta operación se puede repetir durante
tres años consecutivos, realizando el corte en un nivel más alto que el
corte anterior. Las plantas de Kumanda yvyra’i volverán a rebrotar de
forma natural, pudiendo cultivarse en las melgas de éste el cultivo de-
seado. La plantación durante más de un año puede proporcionar una
gran cantidad de materia verde para el ganado porque se llega a pro-
ducir entre 15 a 50 toneladas por hectárea, (7 a 14 ton/ha de materia
seca). Si el objetivo es la alimentación para el ganado, nunca se debe
cortar a ras del suelo porque las plantas no se recuperan. Al cuarto
año, se recomienda la eliminación, cortando con machete al ras del
suelo. Luego se espera de 20 a 30 días para que las ramas se sequen.
Una vez secas, se pasa el rollo cuchillo cargado con agua, para el aca-
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mado de los rastrojos y para facilitar la siembra de un nuevo cultivo,
preferentemente maíz.
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Figura 6: Cultivo de maíz sobre kumandá yvyra’i
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períodos cortos de sequía. Se destaca también por su efecto favorable
en disminuir las poblaciones de nemátodos. Es una de las mayores fi-
jadoras de nitrógeno en simbiosis con bacterias del género Rizobium.
Por esta razón es recomendada para anteceder a cultivos exigentes en
nitrógeno como maíz algodón y trigo.
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También es válida la opción de sembrar la crotalaria en hileras, en
cada melga de maíz, en hoyos cada 30 cm, dejando 8 a 12 semillas
por hoyo. Se puede sembrar con sembradora, azada en forma manual,
yvyrahakua u otros. Dependiendo de la variedad (ciclo corto, largo), el
maíz se estaría cosechando aproximadamente a los 80 días o más de
la siembra de la crotalaria, para facilitar el libre crecimiento de ésta
hasta su corte.
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5.3.2.4. Crotalaria juncea y sorgo forrajero, asociados con maíz
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que se cosechen las vainas porque las semillas producidas pueden con-
vertirse en malezas.
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días. La cosecha se realiza en forma manual, cortando las ramas con
vainas o directamente las vainas para luego trillar con palos. Los ren-
dimientos oscilan alrededor de 600 a 800 kg/ha, pudiendo alcanzar
1.200 kg/ha o más. Se necesita un semillero de 700 m2 para cosechar
la cantidad de semilla necesaria para la siembra de 1 ha de crotalaria.
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30 cm entre hoyos, utilizando 2 semillas/hoyo. Se puede sembrar con
azada, yvyrahakua, sembradora a mano u otro implemento. Se necesi-
tan de 80 a 110 Kg/ha de semillas.
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La mucuna puede morir naturalmente con las heladas durante el in-
vierno o por término de su ciclo; en caso de que las semillas madu-
ren, éstas deberán cosecharse para evitar su germinación e infestación
dentro del cultivo siguiente. En lo posible se debe evitar que esto su-
ceda, salvo que el objetivo sea de regeneración natural en suelo pobre.
Para cultivar mucuna se eliminan las malezas en las melgas del cultivo
perenne, después se realiza la siembra (en las melgas del cultivo) con
sembradora, yvyrahakua u otro implemento para el efecto, con un es-
paciamiento de 50 cm entre hileras y 40 cm entre hoyos. Se recomien-
da dejar un espacio sin mucuna, de aproximadamente un (1) metro a
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ambos lados del cultivo perenne; la siembra se puede realizar desde
octubre hasta fines de enero, pero recién al segundo año de los cultivos
perennes, para evitar competencia.
5.3.4. Canavalia
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degradados produce 2 a 4 ton/ha de materia seca. Sus hojas son de
gran porte, motivo por el cual realiza una rápida cobertura inicial.
El maíz debe sembrarse una vez que haya pasado el peligro de las he-
ladas. Si el agricultor no tiene tracción animal se realiza la siembra de
canavalia en forma simultánea con el maíz; sin embargo aquellos que
disponen deberán sembrarla aproximadamente 30 días después de la
siembra del maíz, luego de la primera carpida con carancho.
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ma cantidad de carpidas recomendadas para el maíz. Eventualmente
podrá economizarse una carpida.
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5.3.5.1. Siembra de avena y lupino después de algodón
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5.3.5.2. Manejo de la cobertura
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6. Cultivo de maíz
Para la implantación de sistemas de producción de maíz sin fertiliza-
ción química se recomienda utilizar suelos medianamente fértiles a
fértiles (que producen normalmente más de 2.000 kg/ha de granos
de maíz). En suelos degradados que producen menos de 1.500 kg/ha
de granos de maíz se puede implantar con fertilización química para
iniciar un sistema de recuperación con kumanda yvyra’i, según se ha
descrito anteriormente.
6.1. Siembra
Se recomienda realizar siembra directa sobre abonos verdes o sobre
kokuere. El proceso comienza con una corpida o rolado de la vege-
tación existente. Se nivela el terreno con azada u otro implemento si
fuese necesario. Se eliminan los rebrotes y plantas recién germinadas
(malezas o abonos verdes), a través de carpida selectiva.
Con las malezas controladas, se abren caminos (para las hileras del
cultivo), con machete o azada en caso de existir exceso de masa muer-
ta. El pie de arado debe eliminarse realizando un subsolado a una pro-
fundidad de 15 a 25 cm, sobre todo en las hileras del cultivo. Para el
efecto se puede fabricar surcadores-subsoladores a tracción animal
adaptando cuchillos o dientes (elásticos viejos, etc.) sobre vértigos de
arado o carancho.
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Se necesitan 20 Kg/ha de semillas con más de 85% de poder germi-
nativo para sembrar una hectárea de maíz. Para la variedad karape
pytâ y similares se recomienda utilizar 50.000 a 60.000 plantas/ha,
empleando una distancia de 0,8 a 1 metro entre hileras y 0,40 metros
entre hoyos, dejando 2 plantas/hoyo. Para conseguir esta densidad,
se deben echar 3 a 4 semillas por hoyo y ralear a los 20 días después
de la siembra. Las semillas deben seleccionarse previamente, utilizan-
do una zaranda para garantizar un buen y homogéneo tamaño de las
mismas.
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metros entre hoyos. Se debe echar 3 a 4 semillas por hoyo y después
ralear, dejando 2 plantas/hoyo.
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sea en forma manual o con desgranadora y someter los granos a un
nuevo secado al sol (sobre pista o carpa), durante aproximadamente 3
días, hasta alcanzar por lo menos 14% de humedad. Una vez secos, los
granos de maíz se pueden almacenar en silos o tambores, controlando
periódicamente eventuales ataques de gorgojos o por si los granos no
estén bien secos y se recalienten, ocasionando perjuicios en su vigor.
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6.4. Rotaciones del maíz
En suelos degradados, en donde se inició un sistema de recuperación
con maíz/Kumanda yvyra’í, en el segundo año puede repetirse el cul-
tivo de maíz asociándolo con otro abono verde de verano (mucuna ce-
niza u otros). En suelos fértiles o medianamente fértiles, así como en
suelos ya recuperados, se puede implementar una rotación de maíz con
otros cultivos como algodón, sésamo, etc.
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Cuadro 2: Costo de Producción - Base 1 ha.
Insumos físicos
Insumos técnicos
Ítem Concepto Unidad Cantidad Costo Subtotal Total
unitario Gs. Gs.
Gs.
1. Semillas Kilo 20 3.500 70.000
2. Fertilizante Bolsa de 50 4 250.000 1.000.000
10- 20- 20 Kg
3. Urea Bolsa de 50 2 250.000 500.000
Kg 1.894.000
4. Envases Unidad 84 1.000 84.000
(bolsas)
5. Semillas de Kilo 80 3.000 240.000
mucuna ceniza
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Asociación con abono verde
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7. Cultivo de mandioca
La mandioca es un cultivo rústico que se adapta a diversas condiciones
ambientales, incluso crece y produce bien en suelos muy pobres. Sin
embargo, para obtener una producción comercial y rentable es necesa-
rio que sea implantado en suelos medianamente fértiles a fértiles (bue-
na producción de cultivos anuales).
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pie de arado u otra compactación del suelo (si existe), realizando un
subsolado a una profundidad un poco superior al pie de arado, (15 a 25
cm). Para esta operación pueden utilizarse surcadores-subsoladores a
tracción animal los cuales pueden pasarse sobre las futuras hileras del
cultivo. Se debe preparar una buena cobertura muerta, utilizando pre-
ferentemente los restos de cultivos y sembrando abonos verdes (mu-
cuna, avena negra, etc.). Ocasionalmente puede iniciarse la siembra
directa en una parcela de kokuere, sin que ésta haya sido sometida a
la quema.
Se deben eliminar los rebrotes del abono verde y las malezas recién
germinadas con una carpida selectiva. Después se abren caminos para
las hileras del cultivo con machete o azada en caso de existir cobertura
excesiva.
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Para que el material propagativo sea de buena calidad genética y fito-
sanitaria que garanticen una buena brotación, vigor y rendimiento, es
necesario que dicho material sea proveniente de plantaciones vigoro-
sas, uniformes, libre de plagas y enfermedades y que no tengan mezcla
de variedades. Para lograr esto, el cultivo debe ser instalado en suelo
fértil, libre de malezas y con buen control de plagas y enfermedades. El
corte de las ramas (cosecha), se debe realizar con machete bien afilado,
de plantaciones maduras, (8 a 10 meses de edad), a partir de la segun-
da quincena de mayo hasta mediados de junio (antes de la primera
helada). Los tallos seleccionados deben presentar desarrollo equilibra-
do entre leño y médula (50% y 50%), eliminando aquellas ramas que
presenten signos de secamientos u otros daños físicos. Las ramas se
deben orear, cortadas en el sitio, durante 3 a 4 días para eliminar hojas
y el exceso de agua. Finalmente se deben almacenar en un lugar alto y
al aire libre hasta su utilización.
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7.3. Cuidados para el almacenamiento de las ramas
El suelo del sitio de almacenaje debe limpiarse y removerse. Es nece-
sario preparar un soporte de 70 a 80 cm de altura del suelo con dos
postes y un travesaño. Las ramas se deben transportar cuidadosa-
mente hasta el lugar de almacenaje para evitar daños a las yemas; si
es posible preparar atados de 30 a 50 ramas. Colocar las ramas (de
a una) en forma parada, apoyadas por el soporte de tal forma que la
base tenga contacto con el suelo. Luego, cubrir totalmente con restos
de gramíneas secas (pastos, maíz, pajas, hojas de caña, entre otros)
para evitar daños por heladas, vientos, sol y temperatura alta. No se
recomienda el uso de plantas de hojas anchas. Finalmente las ramas se
deben atar con materiales disponibles (piolín, ysypo, otros) para darle
mayor firmeza y evitar daños que puedan ocasionar animales, vientos,
entre otros.
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7.5. Variedades y época de plantación
Para minimizar los riesgos de producción se recomienda que cada pro-
ductor utilice una combinación de tres o más variedades de mandioca
conocidas localmente. Las de mejor comportamiento mencionadas por
los productores y que presentan alto potencial para una producción
comercial destinada al consumo humano, son las siguientes:
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estacas/hectárea en suelos medianamente fértiles, pudiendo utilizarse
espaciamientos de 1 metro entre hileras y 1 metro entre plantas.
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suelo, procurando dejar 5 a 7 yemas por estacas (estaquillas) sin
abrir ningún surco, sobre rastrojos del abono verde. Luego se en-
tierran las estaquillas pisándolas con el pie, de manera a mejorar
el contacto de su base con el suelo y permitir que aflore su ápice
en la superficie. Con este sistema debe cuidarse que el corte en
bisel quede orientado hacia abajo, las raíces también siempre van
orientadas hacia el bisel.
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para implantar los abonos verdes es cuando la planta de mandioca al-
canza la rodilla del productor (aproximadamente 50 cm de altura). En
las melgas del cultivo puede sembrarse una (suelo fértil) a dos (suelo
pobre) hileras de abonos verdes de crecimiento limitado como la cana-
valia, la mucuna enana, entre otros.
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7.9. Rendimiento de la mandioca y manejo de rastrojos
Con la tecnología recomendada se pretende obtener en promedio 20
ton / ha de raíces en mandiocales de un ciclo (a partir de 9 meses hasta
1 año). Del total de producción se espera que alrededor del 70 % (14 to-
neladas), sean raíces comerciales que pueden ser vendidas al mercado
para consumo humano. Si se pretende vender a las industrias puede
aprovecharse la producción total de mandioca. Las variedades cano-i
y pomberi eventualmente pueden producir mucho menos cuando son
implantadas en suelos pobres. La producción esperada en mandioca-
les de segundo ciclo (normalmente 18 meses) es alrededor de 30 tone-
ladas de raíces por hectárea.
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Bibliografía consultada
1. Derpsch, R.; Florentín, M. A.; Moriya, K. Importancia de la
Siembra directa para alcanzar la Sustentabilidad agríco-
la - Programa Nacional de Manejo y Conservación y Recu-
peración de Suelos. MAG -GTZ, San Lorenzo, Paraguay. 2006.
40 p.
57
Equipo Técnico: Acción Contra el Hambre - ACH
• Norma Ramos
• Eduardo Godoy
• Arnaldo Espínola
• Graciela Galeano
• Fátima Flecha
• José María Romero
• Sindulfo Daniel Villalba
• Nelson Benavente
• Venus Caballero
• Guadalupe Rolón
• Lucía Palacios
• Alba Gaona
• Francesco Anichini
• Roque González, Cooperativa Capiibary
• Carlos Valdez , Luís Caballero, Cooperativa Ycuá Bolaños