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Marión Bello
Literatura Romántica Universal
Prof. Paula Baldwin L.
05-9-2018.

Esencialidad de lo divino en Hölderlin

“Por eso, a vosotros, ¡oh inmortales!, quiero también daros las gracias,
Para que desde el pecho aliviado surja de nuevo la oración del poeta.
Y como cuando estaba junto a ella, erguido en la radiante altura,
Reanimándome, desde lo profundo del templo me hable un dios”
(Hölderlin, 1951, p.45).1

El movimiento social y artístico denominado romanticismo se caracterizó por el surgimiento


de una nueva sensibilidad que llevó al hombre a un plano superior, tomándolo como el centro y
fundamento de todo. De ahí que en los románticos surgiera un profundo anhelo por explorar el
mundo divino, porque a través de la religión se pueden resolver gran parte de las dudas
existenciales del hombre. Sin embargo, esta corriente no sólo se guio por el dios cristiano sino
que, además, revivió a los dioses de la mitología griega dándoles igual o incluso mayor
importancia que al primero.
Con el romanticismo, por lo tanto, regresó también la cultura griega que favoreció tanto en el
aspecto estético, haciendo que surgieran una gran cantidad de autores que, al igual que Homero y
Hesíodo, invocaban a las musas al inicio de sus poemas para que les inspirasen; como en el
ámbito de la reflexión, pues aparecieron nuevas perspectivas sobre lo divino, por ejemplo, la idea
de una divinidad universal fundada en lo mítico de Grecia. Tal como lo hizo Federico Hölderlin,
cuyo fundamento poético fue el mito.
Desde el índice de su obra, puede verse que Hölderlin era un fiel discípulo de los grandes
autores griegos, pues aparecen poemas dedicados a distintos dioses, como Hércules, Diotima y
las Parcas, entre otros. Y es que dicho autor consideraba que a través del lenguaje podía
explicarse todo el misticismo humano junto con las creencias del hombre, tal como señala Andrés
Castrillón, en su trabajo sobre Hölderlin y la religión, donde se habla de cómo este autor apelaba
a lo mítico poético para sustentar la religión.

1
Hölderlin. (1951). Grandes elegías. Santiago de Chile: Editorial Universitaria.
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Lo esencial para Hölderlin, afirma Castrillón, son los mitos creados en la Antigüedad debido
al dinamismo que estos poseen dentro de sus elementos sacros, por ejemplo, la sensibilidad que
ostentan los distintos dioses griegos y la diversidad de características que engloba cada uno de
ellos. A diferencia del dios cristiano que, si bien presenta rasgos distintivos, no logra identificarse
del todo con la raza humana. Dicho de otro modo, los dioses míticos logran una mejor recepción
en los hombres, en el aspecto de identificación, porque poseen características que permiten
asimilarlas con los seres humanos. Tal como ocurre con el personaje de Diotima: diosa
sacerdotisa que define la concepción de amor a Sócrates en El Banquete. Ella es la
personificación del amor real de Hölderlin y es quien encarna la concepción romántica sobre el
amor que consiste en un amor imposible, perfecto, platónico.
Lo que hace el autor con esta diosa, es atribuirle, además de la concepción Socrática de amor
imposible, la virtud de ser eterna con el propósito de inmortalizar al amor mismo y, por ende,
llevarlo a un aspecto universal: el amor, desde su punto de vista, lo es todo y permite, a su vez,
explicarlo todo. Así como puede verse en la siguiente estrofa del poema a Diotima:
Tras prodigarle todos los homenajes,
mi espíritu, confuso, vencido,
trató de conquistar
a la que sobrepasa sus pensamientos
más atrevidos. Ardor solar
y dulzura primaveral, guerra
y paz, luchan en el fondo de mi corazón
frente a esta imagen angélica (Hölderlin, 1977, p. 61)2.
Aquí puede verse con claridad el anhelo de Hölderlin por explicar cómo es que el amor, al
ser sagrado, consigue penetrar en el hombre a tal punto de hacerle sentir todo tipo de
sentimientos, incluso, aquellos que son más contradictorios, porque es Diotima, el amor, quien
sobrepasa sus pensamientos más atrevidos. Más abajo, también indica esto al escribir: guerra y
paz, luchan en el fondo de mi corazón.
Lo fundamental para Hölderlin, por lo tanto, es el mito pues a través de este se puede
explicar toda la mística que abarca la humanidad, las creencias que permiten mostrar lo esencial
en la vida de cada hombre. Tal como afirma Castrillón al anunciar que Hölderlin:

2
Hölderlin, F. (1977). Hölderlin poesía completa. Barcelona: Ediciones 29.
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...apela a la interacción del hombre con lo divino representando en el mito y en la


conmemoración, puesto que es en esta relación donde tiene mayor sentido la dupla racional
irracional, o sentimiento y razón, y no de modo exclusivo en la revelación lógica de lo santo
(Castrillón, 2017, p. 93)3.
Hölderlin, además, apela a una mitología de la razón lo cual le resultó posible gracias a que
agregó elementos novedosos a cada selección mítica utilizada, es decir, añadió nuevas ideas a los
mitos griegos, por ejemplo, la asociación que hizo de lo sagrado y divino con la naturaleza, pues
a través de ésta podía explicar toda la mística que aparecía en sus escritos, tal como señala
Rüdger Safranski en su libro: Romanticismo, una odisea del espíritu alemán:
…Hölderlin experimenta los poderes de la naturaleza como divinos y numinosos. E
interviene la poesía por cuanto ésta es el lenguaje que crea espacio a lo sagrado, un espacio
en lo que puede mostrarse lo divino (Safranski, 2012, p.148)4.
Lo anterior puede verse con claridad en su poema a Diótima, puesto que en este mismo
explica cómo la naturaleza es la única capaz de concebir a su amada quien, a su vez, es
representada por una divinidad; lo que refleja el carácter sagrado de su poética:
Ahora he vuelto a encontrarte,
más hermosa que como te había soñado
en las horas solemnes del amor.
¡Noble y buena, allí estás!
¡Oh pobreza de la fantasía,
sólo tú, Naturaleza, puedes crear este modelo,
en medio de eternas armonías,
feliz en tu perfección! (Hölderlin, 1977, p.59)
Con esto puede verse lo fundamental que resultaba para Hölderlin poder manifestar la
consistencia del mito, pues es aquí donde se encuentra lo sagrado del hombre. La naturaleza, a
diferencia de la imaginación, no posee límites y a través de ella el ser humano puede darse cuenta
de la existencia de un ser divino.

3
Castrillón, A. (2017). Hölderlin y la religión. Escritos/ Medellín-Colombia, vol. 25 (n°54),
pp. 83-101.
4
Safranski, R. (2012). Romanticismo: una odisea del espíritu alemán. (Gabás, R., Trad.).
Barcelona: Tusquets Editores, S. A. (2009).
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Finalmente, otro hecho que comprueba la veracidad de que el fundamento poético de


Hölderlin fue el mito, es que dicho autor tuvo como fuente de inspiración principal a los dioses
griegos porque para él la única manera de interpretar la vida era a través de lo mítico. Tal como
indica Safranski: “Para Hölderlin la fantasía mítica es un órgano de percepción. Sólo a través de
ella se abre e interpreta la vida” (Safranski, 2012, p. 148). Esto puede verse con claridad en su
devoción por el Eter; su máxima inspiración. Cabe mencionar que para la mayoría de los
románticos era así.
Entre sus elegías destaca la que hace a este dios, pues en ella deja claro que éste fue quien le
entregó el aliento y no sólo a él, sino que a toda la humanidad. Tal como puede verse en la
segunda estrofa de dicha elegía Al ETER:
No sólo de lo terrestre se crían los seres,
Más tú, ¡oh Padre!, a todos los alimentas con tu néctar,
Y de tu eterna plenitud escapa y fluye
El aire vivificante por todas las arterias de la vida.
Es por eso también que te aman los seres y luchan, e incesantes
Se esfuerzan hacia ti en plenitud gozosa (Hölderlin, 1951, p. 31).

En conclusión, resulta posible afirmar que el fundamento poético de Hölderlin fue el mito,
porque, en primer lugar, a través de este lenguaje poético puede explicarse todo el misticismo
humano; las creencias del hombre; todo aquello que para éste debe ser considerado como
sagrado, puede definirse por medio del mito, por ejemplo, el amor. Hölderlin logra explicar con
claridad la importancia del amor personificándolo con la diosa sacerdotisa Diotima.
En segundo lugar, esto se ve porque el autor busca explicar, a toda costa, lo mítico puesto
que en éste se haya lo sagrado del ser humano y esto se da en la naturaleza misma, debido a que
en ella el hombre puede darse cuenta de la existencia de lo divino. De ese modo, Hölderlin le
atribuye a esta, al igual que lo hizo con el amor, un carácter divino.
En tercer lugar, y para finalizar, se puede afirmar que el fundamento poético de Hölderlin
fue el mito, porque él consideraba que la única manera de interpretar la vida era a través de lo
mítico. Desde este argumento surge su anhelo por introducir el mito a su poética. Y es que, tal
como indica Safranski, “…para él los dioses habían desbordado las imágenes antiguas y se
habían hecho actuales, luego él los desplazó a imágenes de su lenguaje, y por último desapareció
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con ellos” (Safranski, 2012, p. 154). Desapareció con ellos, porque murió por estos dioses a los
que él les atribuyó diversas características que ampliaron el dinamismo que cada uno de ellos ya
poseía. Federico Hölderlin murió por los dioses; por amor; por Diotima; cimentando todo esto en
el mito.

Bibliografía
Castrillón, A. (2017). Hölderlin y la religión. Escritos/ Medellín-Colombia, vol. 25 (n°54),
pp. 83-101.

Hölderlin, F. (1951). Grandes elegías. Santiago de Chile: Editorial Universitaria.

Hölderlin, F. (1977). Hölderlin poesía completa. Barcelona: Ediciones 29.

Safranski, R. (2012). Romanticismo, una odisea del espíritu alemán. (Gabás, R., Trad.).
Barcelona: Tusquets Editores, S. A. (2009).

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