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PROMESAS DE SAL
un encuentro inesperado
V
uestros últimos trabajos han ido a dar con
vuestras almas en la gran ciudad de Nassyre. Sus
calles, otrora alegres y bulliciosas, enmudecen
a la suave caricia de la humedad y la noche. Pocas almas
desventuradas pueblan las calles de una de las doce marcas
de Kelvanna, y, las pocas que lo hacen, o se aventuran a
ello, son necias o de corazón tan oscuro como las pozas
de Varesh, señor del dolor. La ciudad tiempo atrás imagen
del esplendor, sobrevive como enclave mercantil y paso de
caravanas entre el norte y sur del reino así como control y
explotación de gemas para el uso de la magia extraídas en las
minas de la espina de Fir Khassim.
Ya ha pasado algún tiempo de vuestro último encargo
escoltando el paso de las caravanas de los hermanos
Dümber a lo largo de la espina y, la sonrisa de Nitzana,
señora de la fortuna, os ha sido esquiva de un tiempo, a
esta parte lo que ha conducido de nuevo vuestros pasos a
Nassyre, casi lo más parecido a un hogar a la hora de buscar
un lugar donde refugiarse.
1. Aquel extraño individuo
Los personajes se encuentran al fondo del salón central
del Pozo de la Luna, una vieja posada no demasiado
grande frecuentado por parroquianos habituales del lugar.
Su nombre se debe al agujero redondo del techado que
comunica con un gran pozo en el centro de la posada.
Las historias cuentan que, en otros tiempos, aquel lugar
lugar había podido der un sancta Araetris (capilla sagrada)
consagrada a Eldôran, dama de las estrellas. Por otro lado
hay quien piensa que Ordell, el dueño de la taberna es
demasiado avaro para gastarse una cuantas marcas de plata
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en arreglar la techumbre del local y fomenta la historia para
atraer a ingenuos.
Allí parapetados entre escudillas y licor, los personajes ríen
y hablan estruendosamente y dan cumplida cuenta de una
agradable aunque no desmedida cena. Crema de castañas
calientes, una hogaza de pan de centeno y varias cuencos de
vino caliente de Aptiah.
Habituales del Pozo de la luna
l Ordell Tabernero. Apodado “La Morsa” por lo
poblado de su desproporcionado mostacho
l Ildarah Ramera algo mayor, no demasiado agraciada,
se cree capaz de presentir la fortuna
l Naël (Joven) Ayuda a servir a Ordell. Apasionado de las
grandes gestas y héroes de la primera era.
Durante el transcurso de la cena, Ordell se acerca a la mesa
de los jugadores. Aunque mantiene un tono paternalista,
sabe que lleva ya algún tiempo atrasando la deuda de los
jugadores con él, y, un extraño viajero se presenta como una
perfecta oportunidad de arreglar cuentas.
- Chicos, mis, queridos chicos- hace una pausa mientras mira a
los cuatro aunque niega con la cabeza al detenerse en Pim /
Phei. - Supongo que sabéis que hace tiempo, ya que Nassyre dejó de ser
una tierra de bonanza, y que cada día es más difícil ganarse el jornal, el
cual por cierto es complicado ganarse cuando tus clientes no zanjan sus
deudas… Pero, en el fondo (resopla) soy un desgraciado sentimental y
creo que puedo ayudaros con eso… No, no voy a perdonar lo adeudado
Yorgos / Yrian. Sin embargo (baja el tono de voz y agacha su
corpachón aproximando su cabeza a la mesa) hay un pardillo
que busca… aguerridos aventureros (contiene una risa) No parece
excesivamente espabilado, ha estado toda la mañana por la lonja roja
(mercado de Nassyre) y ofrece una más que generosa recompensa,
así que (hace una pausa señalando con la cabeza la entrada
de la taberna) me he permitido concertaros una reunión personal
(asiente mientras hace un gesto a los dos desconocidos)
No tarda demasiado, iluminado por una intensa luna roja
que confiere a la taberna un halo bermellón, en hacer acto
de presencia un par de figuras. La primera de ellas no es
demasiado alta apenas si debe llegar con esfuerzo al metros
sesenta de altura. Al desprenderse de la capucha que oculta
su rostro se muestra un joven de no más de 16 años, algo
desgarbado y de andar torpe. De cuerpo algo esmirriado y
ojos calmos azules profundos como las costas donde muere
el Dreanni. Un metro tras de él, una segunda figura alta y
recia como una montaña parece ocultarlo en sombras. De
piel oscura como el mismo ébano, su rostro descubierto
deja claras marcas de la edad así como las cicatrices en su
rostro parecen querer contar historias de batallas pasadas.
A su espalda se asoma una hoja de gran tamaño envainada
entre telas de distintos colores y su cabeza, carente de
cabello asoma un leve resto de pelo blanquecino sobre su
mentón.
Mientras se acercan a la mesa no debe resultar muy difícil de
percibir por los jugadores las pinturas sobre su piel (Tirada
de inteligencia dificultad 15 puede revelar el origen Ör del
acompañante) y la gruesa cicatriz que surca su cuello.
El joven parece bastante decidido e impaciente en sus
movimientos y avanza con decisión hasta la mesa de
los jugadores. Ordell se gira antes de que llegue a los
jugadores… - recordad trabajo es dinero, dinero es felicidad, sobre
todo mi felicidad- mientras se aleja de la mesa saludando a los
caballeros.
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El chico se para frente a ellos y arquea una inmensa sonrisa
mostrando unos dientes extremadamente bien cuidados y
blanquecinos. Permanece unos segundos que se os antojan
eternos en silencio antes de arrancar a hablar:
-Buenas noches, compañia, caballeros, respetables… es un inmenso
placer a la par que un grato honor compartir mesa con tan exquisita
compañía- afirma a la vez que toma asiento -... pero, como
dicen los adeptos a su gremio, no es un asunto grato tratar asuntos de
negocios con la garganta reseca (adopta un aire de persona ruda
bastante impostado) ¡Tabernero! Servidnos dos jarras de su néctar
más almizclado y exquisito, por Nitzana que estamos sedientos.
Dedica una mirada a su acompañante que parece reprobar
con la cabeza su actitud pero tan solo sonríe como respuesta
- Y bien mis valerosos camaradas, permitidme que os narre el propósito
de esta reunión (toma aire) Sea pues mis hermanos, preciso de vuestra
ayuda, arte, arrojo y presteza para la más grande de todas las gestas,
para dar fin a un tormento que me tiene sometido, que, no, sin más
dilación, grande es el pesar y la congoja de esta herida, pues hermanos,
estoy cruelmente herido… de amores (pausa de unos segundos)
Mantiene el silencio como quien intenta buscar la aprobación
de un público presente, da un sorbo intentando apurar la
jarra, no sin llegar a atragantarse en el intento. Después de
un fuerte ataque de tos vuelve a relatar.
- Sé que las palabras quedan cortas ante un sentimiento…
permitidme que me presente, mi nombre es Kembäriel Varseth,
injustamente arrancado de la presencia de Darjahla, la joven razón
de mi existencia…
El joven describe la belleza de Darjahla Serüll con
una vibrante exaltación en comparaciones a cada cual
más grandiosa en cuanto a sus dotes, sus virtudes y su
incomparable belleza. No obstante, Darjahla es hija de un
hombre hosco y misterioso del que poco se sabe más allá
de su nombre, Valafor el cinéreo (sabiduría CD 15 para
posibles rumores)
RUMORES O HISTORIAS
l El hombre de la tierra de ceniza está maldito por los
dioses (FALSO)
l La belleza de Darjahla es una joya de incalculable valor
(CASI CIERTO)
lNo es su padre. La retiene perturbado y cautivado por su
belleza (CASI CIERTO)
l El hombre cinéreo jamás ha sido visto en las calles
(CIERTO)
l Cualquiera que quiera profanar sus dominios sufrirá el
peor de los finales (CIERTO)
Kembäriel no dispone de un capital real con lo que pagarles
más allá de unas pocas marcas de oro que se antojan
insuficientes para el encargo. Si los jugadores rechazan la
petición el joven se pondrá bastante nervioso e intentará
conseguir el favor de los jugadores. Su alteración le llevará a
mostrar sin parecer conocer su valor, EL CORAZÓN DE
IZUAÏLL, la más grande de las Iogara. La gema es similar
a un rubí de un tamaño desorbitado. Su tacto es cálido
como si estuviera dotada de vida propia e incluso al trasluz
parecen poderse ver pequeñas líneas como si se trataran de
venas en su interior.
El gigantón que acompaña al joven reprueba el gesto e
intentará hacerle entrar en razón. Los jugadores escucharán
entre susurros calificativos como escoria de taberna,
bribones, simples ladrones que venderían a sus familias por
una luna chica (marca de plata) Si alguno de los jugadores
entra a la provocación, Kembäriel apaciguará los ánimos y
ensalzará las virtudes de los jugadores para seguir adelante
con el acuerdo.
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2. EL PACTO
Es en teoría sencillo. Llegar a la torre de ceniza ubicada en
los arrabales de Nassyre. Abrirse paso hasta los aposentos
de Darjahla y liberarla de su cautiverio en la que Valafor
la mantiene cautiva para reunirla junto al joven que
emprenderán su huida de la ciudad. Una vez cumplido el
acuerdo, ellos cobrarán la gema convenida, un pago más
que sobrado para hacer frente a las deudas y sobrevivir
una buena temporada. Para ello necesitarán caballos o un
carromato que les permita transportar a la joven. Si bien
Ordell no puede proporcionarlo con un leve adelanto de
lo pactado pueden tratar de negociar con Uriandra de Nyr,
una mujer no en exceso agradable aunque encaprichada de
los varones fuertes y el dinero. Uryandra negociará para
conseguir a los jugadores aquello que crean poder necesitar.
3. LA TORRE DE CENIZA
Se trata de un antiguo y alto torreón en las afueras de la
ciudad. En la distancia el torreón da la impresión de ser en
exceso antiguo y no encontrarse en las mejores condiciones,
un lugar, en el que no parece llegará a vivir alguien de la
reputación de Valafor. Si los jugadores deciden acercarse un
poco más deberán realizar una tirada de salvación contra
petrificación a parálisis, con una bonificación de +2 por la
distancia a la que se encuentran. Aquellos que no la superen,
quedarán absolutamente embelesados por la voz que sale de
su interior. Es un canto de mujer joven que parece evocar
los mejores momentos de la vida de cualquiera de los
personajes. La congoja se hará con ellos y no podrán salir
de ella en un período de no menos de 1d4 horas a no ser
que otro jugador lo saque del ensimismamiento. Cualquier
jugador que supere la tirada será inmune durante el mismo
d4 horas al canto de la mujer.
En los alrededores de la torre, los arrabales de la ciudad,
algunas mujeres venden sus cuerpos a voces antes de
llegar a la entrada a la ciudad. Son mujeres que el tiempo
o la naturaleza no ha tratado con justicia y saben que de
estar en las casa de la ciudad no podrían realizar su labor
con facilidad y aprovechan la llegada de los viajantes y su
calentura para asaltarlos con la premura de la bolsa llena y
la entrepierna prieta.
SI INTERROGAN A LAS CORTESANAS: Después
de intentar sacarles algo de dinero a cambio de favores o
información. La que parece llevar la voz cantante de ellas.
Doti, una mujer de bastante envergadura y altura, de
pechos más que generosos, el pelo grasiento y un parche en
el ojo derecho hablará con ellos. Las chicas del lugar tienen
cierto recelo a la torre aunque jamás han llegado a ver al
señor de la misma, y, solo son conscientes de la presencia
del deforme GULLHORN un hombre de más de 1´40
dotado de una prominente joroba y extremadamente
velludo que ejerce las labores de guarda del torreón. Para las
mujeres Gullhorn no es un extraño pues es un habitual de
los servicios de estas chicas y su vicio es tan desmesurado
como el miembro que posee. Y guarda cada mísero jornal
que recibe de su señor para gastarlo entre las piernas de
las mujeres, aunque son ellas quienes van siempre allí
puesto que él tiene prohibido salir del torreón bajo ningún
concepto, y el terror que profesa a Valafor hace que sea una
orden que no está dispuesto a contravenir. Del misterioso
señor de la torre poco pueden contar más allá de que en
ocasiones han llegado a ver su sombría figura a través de las
ventanas del torreón de la joven chica.
NOTA A TENER EN CUENTA. El torreón está
jalonado de estatuas a modo de gárgolas (cuatro en total)
Debido a la altura, la escasez de luz y la fina niebla que rodea
la torre no es posible ver apenas con ninguna precisión
estos pétreos guardianes, no obstante de conseguir situarse
a la suficiente distancia los rasgos les resultarán aunque fríos
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y con las facciones difusas, bastante conocidos,guarda cada
mísero jornal que recibe de su señor para gastarlo entre las
piernas de las mujeres.
4. ASALTO A LA TORRE DE CENIZA
Deberían sospechar pues no es una extracción para nada
complicada. Gullhorn es poco más que una niñera y no un
rival combativo aunque de poder, más que atacarlos, dará la
alarma despertando a alguno de los verdaderos guardianes,
las gárgolas (ficha anexa) Aun así deberían llegar a las
habitaciones de Darjahla antes de que las gárgolas tengan
tiempo a actuar. Lo primero que debe llamar la atención
de los jugadores es que la joven, aunque parece ilusionada
ante el gesto de Kembëriel se resiste a abandonar sus
aposentos y la torre. Asegura que Valafor será consciente
de su desaparición y teme su ira, aunque su temor no es
hacia ella. Si los jugadores la interrogan a ese respecto les
dirá que el hechicero no se encuentra en la torre, que no
suele estar pero que siempre sabe cuando algo va mal y que
no tardará en hacer daño a los personajes , una promesa de
coraje y dolor es la amenaza de Valafor a cualquier que lo
aleje de ella.
La conversación se interrumpe con un alarido gutural.
Una de las gárgolas se asoma a la ventana dispuesta a
acabar con la vida de los jugadores. La velocidad de los
jugadores en acabar con ella determinará cuantas más
de sus hermanas cobran vida. Si consiguen acabar con
una de ellas, el golpe que lo haga, resquebrajará el rostro
de la gárgola y al morir como si fuera una armadura, en
su interior verán el rostro del joven Kembëriel. En
esta escena la mejor opción es intentar deshacerse de la
primera gárgola a la mayor velocidad y salir lo más rápido
posible de la torre, con algo de suerte solo tendrán que
hacer frente a una segunda gárgola en la zona baja de la
torre.
5. VOLVER AL POZO DE LA LUNA
En principio con Darjahla rescatada, subidos a los caballos
o el carromato no tardarán demasiado en regresar sobre
sus pasos hasta la taberna de Ordell. En cuanto entren la
joven parece buscar con la mirada a Kembëriel cuyos ojos
se impregnan de lágrimas al verla. Toma su rostro con
delicadeza entre sus manos y apenas pronuncia su nombre
casi sin poder articular palabras. El hombre de ébano se
colocará entre ellos pero serán testigos de su reencuentro.
Pasado un rato si los jugadores no recuerdan su pago será
Ordell quien lo haga…
- Es cierto mis queridos y aguerridos héroes, una promesa realicé y a
ella me debo- Rebusca entre sus pertenencias EL CORAZÓN
DE IZUAÏLL, lo observa durante un instante y sonríe
- Es vuestro… aunque, permitidme… Arda feï dam duim, ivei
am marüm, koth durein finn disul, ereban traelnusüll- murmura
mientras saca de su capa unos colgantes. Se trata de una
flauta doble de cobre, el tallaje es vulgar y no parece tratarse
de un objeto de valor.
- Sería para mí un honor… - dice sin más y los entrega a los
jugadores antes de partir.
La alegría vuelve a los jugadores y sus bolsillos así como a
las mejillas de Ordell que parece saborear las ganancias. Tras
una inmensa carcajada invita a los jugadores a una ronda de
su mejor vino, vino que jamás llegará a la mesa...
PROMESAS DE SAL
Todo cambia en apenas segundos, como si la arena del mayor
de los desiertos lo devorara todo a su paso y se abriera paso. El
brazo de Ordell parece ser engullido por sal que se abre paso
convirtiendo al mesonero en una estatua cristalina. El sonido
de la jarra caer alerta a los jugadores… No solo Ordell, todos
los parroquianos de la taberna y, al salir al exterior podrán
comprobar con horror que toda Nassyre, toda su población,
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es un inmenso erial poblado de estatuas de sal…
Todo Nassyre contempla inmóvil y convertido en sal a los
héroes de la torre de ceniza, atónitos ante lo ocurrido…
Una ciudad entera condenada cuyo peso recae sobre los
hombros de los personajes.
LA MALDICIÓN
Una tirada de inteligencia CD 10 podrá hacer que Variël
/ Varlinn se den cuenta de la sombra de una maldición
arcana en todo lo ocurrido. Una maldición de tal dimensión
no puede lanzarse sin estar anclada a una fuente de poder
y en el caso de Valafor y debido a su extensión y poder
él mismo es la fuente de la magia que cesara si la vida del
hechicero llega a su fin. Una información como esta puede
llegar al entendimiento del elfo si la misma tirada realizada
anteriormente superara una dificultad de 13. Así pues,
muerto Valafor, Nassyre sería libre del encantamiento que
los atrapa en estatuas de sal.
VUELTA A LA TORRE
Desde la distancia las figuras de sal parecen perder
lentamente granos que se mueven sin remedio hacia la
torre de ceniza. Si los jugadores siguen la senda marcada
verán que aunque se dirigen hacia allá no entran en la
torre. Tras una exploración concienzuda podrán ver que
a las espaldas de la misma, casi a orillas del río Eushäl, la
sal parece desaparecer para filtrarse por las grietas de una
inmensa roca tumbada en el suelo. Un intento de mover
la piedra entre varios puede llegar a ser fructífero aunque
costará bastante y dejará exhaustos a los personajes (-1 a sus
acciones durante 5 asaltos) Aunque una vez movida podrán
comprobar que la piedra deja paso a una apertura angosta
y siniestra que se interna en la tierra en lo que parece un
descenso escalonado. La falta de luz, o la ténue que puedan
portar no les permiten observar los detalles con claridad,
más allá de los bailes de sombras que se proyectan en las
paredes, aunque, si, alterados por los crujidos a sus pasos
examinan el suelo, podrán ver que descienden por escalones
de huesos humanos mal amontonados a fin de facilitar el
acceso. La cueva (mapa adjunto) se bifurca en dos caminos.
El situado más al este, lleva a una especie de pequeño
templo, aunque a tenor de la impresión de “La Palabra”
por sus símbolos, no parece en honor a ninguno de los
dioses conocidos y apenas guarda algunos pergaminos sin
aparente sentido para los jugadores.
Durante el camino de los otros caminos los jugadores
se encontrarán con una patrulla de criaturas similares
a necrófagos que casi aullan dolor a cada paso. Al verlos
arrancaran partes de su piel mostrando tendones y músculo
con idea de sustituirlo por los suyos (estadísticas en anexo)
EL TRONO DE VALAFOR
La pérdida de Darjahla ha acelerado el envejecimiento de
Valafor que no puede moverse de la sala aferrado a un
trono de huesos, ceniza y sombras. Desde allí el espíritU
les conminará a devolverle a la mujer, aunque desconoce
que lejos se encuentra ya de su alcance. Al saber lo que
ha ocurrido rugirá de rabia y sus palabras de maldición se
harán más amplias. Parece sorprenderse de que la maldición
no haya afectado a los jugadores
- Así que al fin el necio de Kembereth encontró el camino y cree que su
magia puede protegeros… sea pues, si mi tortura ha de acompañarme,
mi maldición lo hará con mis pasos, y la sal como olas de rabia
bañarán cada paso de las tierras de Kelvanna hasta enterraros en
ella y os convirtáis en hombres caminando en tierras de sal sin m`´as
compañía que vuestro pecado...
El combate será cruento y sin piedad, la rabia de Valafor
quiere acabar con los protegidos de Kemberiël sin darles
opción alguna. Si el hechicero es derrotado, la maldición
comenzará a revertir lentamente devolviendo todo Nassyre
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a su estado natural como si de un mal sueño se tratara.
EPílOGO, KEMBERETH NO KEMBERIËL
Como rezan las palabras de Valafor, no es un error en las
palabras pues el nombre que el hechicero es Kembereth, el
señor de la belleza, el arte, el amor y la música. Tiempo atrás,
prendado de la belleza de una faerie, Kembereth tuvo una
hija con ella a la que el Dios veneraba. La herencia divina
de la joven, cuyo nombre era Darjahla, hacía que el paso del
tiempo se ralentizara y su cuerpo se resistiera a los estragos
de la edad. Valafor, cuyos años comenzaban a llegar a su fin,
fue conocedor de esto y consiguió llegar hasta su paradero
más allá de la fortaleza de Zaedum y hacerse con la joven
para encerrarla en el torreón de ceniza de Nassyre. Al no
poder intervenir directamente como Dios, Kembereth
intentó durante varias ocasiones sin éxito rescatar a la joven.
El rostro de las gárgolas es parte del orgullo del hechicero
como advertencia a cada intento frustrado del “joven
Kemberiël” desafiando la voluntad de la deidad.
De esta manera el amor de Kembereth no es el entendido
hacia una mujer como tal sino del padre hacia la hija perdida.
Darjahla sabe de la crueldad de Valafor es por ello que ha
desistido de que su liberación suponga el sufrimiento de los
demás. aunque en el fondo de su corazón anhela de nuevo
como faerie su libertad y llenar los bosques de su melodiosa
voz (casi divina) que parece embelesar a cuantos la escuchan.
Y así es como el Dios buscó cómo burlar la promesa de
no intervenir para liberar su bien más preciado. como la
avaricia del espíritu de ceniza y su poder pudo ser por fin
derrotada acabando con la amenaza y un poder que crecía en
la sombra, y, unos aventureros acuciados por las deudas, se
convirtieron en héroes, sin elegirlo enfrentados al mayor de
los peligros y liberando a Nassyre y las tierras de Kelvanna
de la sombra de ceniza que amenazaba con sepultarlos…
darjahla
l Alineamiento: Neutral
l Movimiento: 30 (10 m)

l Clase de armadura: 7

Darjahla es la hija de Kembereth, el Dios de la música, belleza,

amor y arte y una de las reinas faéricas de la corte de los bosques
de Zaedum. Como tal sus habilidades están muy por encima de
una faerie normal y su voz, su canto, está dotado de un tono tan
dulve y melodioso que puede llegar a funcionar como un hechizo
de encantamiento. La vitae de la joven es un potente tratamiento
que retrasa el envejevimiento de la carne volviendo a aquel que la
toma casi inmune al paso de los años y por ellos es prisionera de los
designios de Valafor.

gárgola
l Alineamiento: Caótico
l Movimiento: 27 (9 m)

l Volando: 45 (15 m)

l Clase de armadura: 5

l Dados de golpe: 4

l Ataques: 4 (2 zarpazos, mordedura, cornada)

l Daño: 1d3/1d3/1d6/1d4

l Salvación: G8

l PX: 500

Las gárgolas son bestias de naturaleza mágica y apariencia diabólica

que solo pueden ser dañadas mediante magia o armas
encantadas. Tienen grandes alas de murciélago, colmillos, unas
imponentes zarpas y un color de piel gris piedra. Aunque
no son muy inteligentes, lo compensan con la
naturaleza astuta propia de un buen depredador.

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valafor
EL ESPÍRITU DE CENIZA

l Alineamiento: Caótico
l Movimiento: 120 (40 m)
l Clase de armadura: 0

l Dados de golpe: 11

l Ataques: 1 daga

l Daño: 3-12

l Salvación: M11

l PX: 3500

Similar a una aparición, esta criatura parece un simple humano, aunque siempre
porta una daga. Sorprende a sus víctimas en el 90% de las veces, normalmente
moviéndose a través de una puerta o una pared donde sea encontrada. Se
mueve rápido hacia su objetivo,amenazando con su arma; la víctima debe hacer
un tiro de salvación contra rayo mortal o muere inmediatamente presa del
mayor de los terrores.
Especiales
- La sombra de ceniza TS contra petrificación o parálisis o la ceniza lo engulle en
2 asaltos (puede ser liberado
- Lazos de ceniza Similar a proyectil mágico 3d4+3 (2 veces)
- La sombra incierta Genera dos imágenes espejo de la criatura

legión de ceniza (diablo desollado)

l Alineamiento: Caótico
l Movimiento: 36 (12 m)
l Clase de armadura: 8

l Dados de golpe: 2

l Ataques: 1 (o arma)

l Daño: 1d8 o arma

l Salvación: G1

l PX: 29

La legión de ceniza o diablo desollado son muertos-vivientes, cadáveres

reanimados a través de magia oscura y siniestra. Debido a su absoluta falta
de inteligencia, las instrucciones de su creador deben ser muy sencillas. Los
magos y clérigos caóticos crean legión de ceniza para que protejan lugares o
valiosos tesoros. La legión de ceniza son vulnerables a las armas ordinarias,
pero, al igual que otros muertos-vivientes, son inmunes a los conjuros de
Sueño y Encantamiento. Los zombies son los últimos en atacar en cada
asalto debido a su torpeza natural y avanzado estado de putrefacción.

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 2
3

5 6

NASSYRE
l 1: El atrio de luna (mensajes aventureros) l 4: La casa de ley (y calabozos)

l 2: El pozo de la luna (Ordell) l 5: La lumbre del cuerpo (cortesanas)

l 1: La trastienda (Uriandra de Nyr) l 6: La torre de Valafor

 TRONO DE VALAFOR
LA ESTANCIA GRIS

DOS DIABLOS
DESOLLADOS

LA GUARDA
DESOLLADA
10 CABALLEROS
(ENCUENTRO
EVITABLE CON
SIGILO)

CADÁVERES DE
AVENTUREROS