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1.

Cuidado del cutis

La piel la cara o el cutis, al igual que la del resto del organismo, se encuentra en constante
renovación. La zona más superficial, o epidermis, consta de cinco capas de células. La capa más
profunda incluye los melanocitos que producen la melanina (pigmento que da el color moreno a la
piel) y las células madre, de las cuales surgen las capas más superficiales. Lentamente, las células
más profundas se dirigen a la superficie y poco a poco pierden vitalidad, hasta que mueren y se
desprenden. Este ciclo viene a durar cuarenta y ocho horas. Para permitir que se mantenga en
perfectas condiciones, debemos cuidar el cutis.

 Tomate crudo: para mantener la vitalidad del cutis, aplíquese tomate crudo una vez por
semana. Se limpia y se pela un tomate, se corta en rodajas gruesas, se quitan las semillas y se
hace una pasta que en primer lugar se colocará en una capa fina sobre la cara y luego deberá
cubrirse con un paño mojado en agua caliente y escurrido. Se deja que actúe durante quince
minutos y luego se elimina con agua tibia.
 Yogur natural: el yogur natural es una de las mascarillas más baratas y eficaces que se conocen.
Se extiende una fina capa de yogur por el cutis y se deja actuar durante quince minutos, luego
se elimina con agua tibia. También se puede preparar unas mascarillas con una cucharada
sopera de yogur, una cucharadita de miel y diez gotas de jugo de limón, que ayudaran a suavizar
el cutis y a que luzca más resplandeciente. Para mezclar mejor los ingredientes, se calienta un
poco la miel, poniendo una cerilla o un mechero debajo de la cuchara. Se aplica durante
cuarenta y cinco minutos en la cara limpia y se retira con agua tibia. A los tres días ya se notan
sus efectos. Se deberá repetir nueve jornadas seguidas.
 Harina, leche y miel: para esta mascarilla se mezclan cuatro cucharadas de harina con medio
vaso de leche y una de aceite de oliva virgen. Se aplica una vez por semana, extendiéndola por
la cara y cuello, siempre después del baño o la ducha. Pasados treinta minutos se elimina con
un poco de agua tibia. Esta mascarilla limpia y equilibra de forma notable la piel.
 Mascarilla limpiadora: para obtenerla se mezcla una cucharadita de levadura de cerveza, una
cucharadita de germen de trigo, una cucharadita de aceite de almendras y una cucharadita de
huevo batido. Se bate todo bien y se extiende por la cara y cuello. Se deja que actúe durante
veinte minutos y luego se retira con agua tibia. Hay que aplicarla dos o tres veces por semana.
 Para la cuperosis: que altera el aspecto del cutis podemos recurrir a una infusión de menta,
bardana y primavera. Para elaborarla, añadir una taza de agua muy caliente una cucharadita de
menta, una cucharadita de bardana y una pizca de primavera. Dejamos reposar la mezcla quince
o veinte minutos y luego filtramos el líquido. Se toman dos o tres infusiones durante un par de
semanas (no deben seguir este remedio aquellas personas que padezcan de vértigos o mareas
con cierta frecuencia).
 Manteca de cerdo o tocino blanco: cuando tenían el cutis muy estropeado, las abuelas se
untaban con un poco de manteca de cerdo o se aplicaban masajes con un trozo de tocino blanco.
 Aceite de onagra y borraja: aplicar el aceite de las perlas de onagra y borraja por el rostro y el
escote, que es donde primero donde se envejece. Es igualmente bueno tomar estas perlas, pues
la belleza también entra por la boca.
 Polvos de arroz: es el secreto de las geishas para tener un cutis claro y aterciopelado. Los polvos
de arroz tienen propiedades suavizantes y calmantes, pero son más apropiados para la tez clara
que para la morena. Se pueden preparar pasando dos cucharadas de arroz por el molinillo de
café. También se pueden usar como líquido limpiador para las pieles más sensibles e
intolerantes incluso a los jabones neutros. Para ello, se pone un poco de polvo de arroz en un
saquito y se deja en agua tibia durante unos minutos. Después se da masaje a la cara con el
saquito mojado.
 Cutis piel de melocotón: se prepara el zumo de un melocotón y un vaso de leche. Una vez bien
batida la mezcla con la batidora, se aplica directamente sobre el rostro. Pasados unos minutos,
se aclara con agua tibia.
 Parietaria: se pone a macerar un puñado de hojas frescas de parietaria en una taza de agua
durante toda la noche. A la mañana siguiente se utiliza esta agua para lavar la cara. Embellece
y aclara la piel del rostro. Se recomienda hacerlo durante varias semanas.

2. Cuidados para el cutis graso

Toda nuestra piel cuenta con un pequeño manto de grasa cuya función es protegerla de las
agresiones de la temperatura, la polución ambiental y agentes extraños.

Esta capa grasa se produce a partir de las glándulas sebáceas que hay cerca de las raíces del
vello, en las zonas más profundas de la piel. En el caso del cutis graso podemos observar un manto
excesivamente amplio y rico en grasa, generalmente con poros muy dilatados que facilitan el
envejecimiento precoz del cutis y la aparición de arrugas profundas.

Sea el cutis seco o graso, puede verse afectado por la deshidratación, que se manifiesta con
aspereza de la superficie facial, escamas en las cejas, en el nacimiento del cabello y sensación de
tirantez en la cara.

El cutis graso debe limpiarse a diario, ya sea con agua tibia sola o con la ayuda de geles
hidratantes y pobres en grasa. No deben utilizarse productos ricos en aceites, o que incluyan aceites
en su composición.

 Rodajas de pepino: todos los días, por la noche, coloque unas rodajas de pepino sobre el cutis
y déjelas actuar durante quince o veinte minutos. El pepino ejerce un efecto astringente sobre
los poros de la piel: equilibra la producción de grasa, al tiempo que cierra los poros. Además
revitaliza la piel por sus elevadas concentraciones en vitaminas A,B,C,E y minerales. Este
remedio es también muy conocidos entre las azafatas de los aviones, artistas de cine y teatro,
ya que también ayuda mucho a “animar” el cutis fatigado después de un largo día de trabajo.
 Para eliminar la grasa del día: sin necesidad de desprenderse del maquillaje, podemos utilizar
un pañuelo de papel con el que, por medio de pequeños toques, eliminaremos la grasa
sobrante.
 Naranja: otro remedio muy sencillo con el que podemos reducir los poros del cutis y disminuir
la secreción de grasa consiste en aplicar todos los días una loción astringente. Se mezcla el jugo
de una naranja con un chorrito de agua de rosas, y se extiende por la piel con la ayuda de un
algodón o grasa. Se deja que actúe durante quince minutos.
 Cocción de hojas de alcachofa: si tenemos el cutis graso es bueno que ayudemos a nuestro
hígado a deshacerse de la grasa que él no puede eliminar y que envía hacia nuestra piel. Para
ello, en un litro de agua se cuecen durante quince minutos las hojas de la alcachofa que
normalmente van a la basura. Se toma el caldo resultante a lo largo del día, durante nueve días.
Hay que vigilar la dieta y evitar, sobre todo, los quesos curados, el chocolate, la pastelería y la
leche.
 Desmaquillador natural: para el cutis graso, un buen desmaquillador puede ser la leche de soja,
avena o arroz aplicada con un algodón. Además de regular la hiperactividad sebácea de las
glándulas, nutre la piel.
 Mascarilla de pera: muy recomendada para la piel muy grasa. Se hace un puré con una pera y
se aplica como una mascarilla durante cuatro o cinco minutos.

3. Las arrugas

Las arrugas representan un proceso de envejecimiento de la piel, porque ésta ha perdido


parte de los elementos que la integran, y en particular el colágeno y elastina.

En la desaparición de estos elementos tienen especial importancia los llamados radicales


libres, una especie de basura que producen las células durante su actividad que, si no se elimina por
completo, altera las células y con ellos la formación de colágeno y elastina.

Hay muchas situaciones en las que la formación de radicales libres se incrementa


considerablemente, como es el caso de exposiciones prolongadas al sol o a las graduaciones.
Consumo excesivo de alcohol y tabaco, contaminación ambiental o abuso de cosméticos. Estos
factores, unidos a otros de tipo genético (herencia), grado de hidratación en la piel y alimentación
con abundante grasa animal, hacen que las arrugas aparezcan antes en unas personas que en otras.

 Masaje Facial: practique todos los días un sencillo pero efectivo masaje facial en la frente,
sienes, mejillas y barbilla, con la ayuda de la punta de los dedos o la palma de la mano. Basta
con presionar ligeramente cada una de esas zonas durante unos segundos con el fin de estimular
la circulación de la sangre (llegarán más nutrientes y se eliminarán mejor los radicales libres).
 Mascarilla de yogur: con ella revitalizamos la piel. Se aplica directamente sobre la piel un yogur
natural y se deja actuar durante diez minutos. Después se elimina con un poco de agua tibia. Se
repite dos veces por semanas.
 Zanahoria cocida: además de prevenir y mitigar las arrugas, la zanahoria cocida es un valioso
protector solar. Para obtenerlo se cuecen dos o tres zanahorias, hasta que estén bien tiernas;
luego se hace un puré, que se aplica sobre la cara y cuello con la punta de los dedos. Hay que
dejarlo actuar durante quince minutos y retirar la pasta con agua tibia. Puede aplicarlo una vez
por semana, o dos veces por semana en verano.
 Perifollo: se trata de una planta aromática cuyo jugo contiene abundantes vitaminas y minerales
imprescindibles para la piel. Para tratar y prevenir las arrugas, coloque sobre la cara y cuello
unas compresas impregnadas en jugo fresco de perifollo (basta con un puñado de hojas).
Mantenga las compresas quince o veinte minutos. Conviene aplicarlo cada noche.
 Mascarillas antiarrugas: colocar seis fresas maduras en un paño de algodón, en volverlas y
machacarlas con la mano hasta que salga su jugo, que iremos vertiendo en un cuenco donde
previamente hemos preparado la clara de un huevo a punto de nieve. Se mezclan el jugo y la
clara, se añaden diez gotas de agua de rosas y se revuelve todo. La mascarilla elaborada se aplica
sobre las arrugas y se deja actuar durante quince minutos hasta que la zona quede seca y dura.
Después, se elimina la mascarilla con agua templada y se seca mediante pequeños golpecitos.
Podemos potenciar los efectos si aplicamos sobre la cara, después de la mascarilla, una infusión
de manzanilla, que dejaremos secar libremente.
 Cuidado con los cosméticos: hay que eliminar las sombras de ojos (secando los párpados),
emplear tonos suaves y claros, disminuir la pintura de labios y cualquier tipo de reflejo metálico.
 Mascarilla rejuvenecedora: para tener un cutis aterciopelado, se coge una cucharada de yogur
natural bien colmada, se le añade una cucharilla de miel (para que emulsione se puede calentar
previamente con una cerilla o un mechero bajo la cucharilla con la miel) y por último diez gotas
de jugo de limón. Se mezcla todo bien y se aplica en el rostro durante cuarenta y cinco minutos,
luego se retira con agua tibia. Podemos aprovechar ese tiempo para descansar tumbados en un
lugar tranquilo. Al tercer día de aplicación se empiezan a notar los resultados.
 Crema antienvejecimiento: para elaborar esta eficaz crema contra las arrugas se tomen 175 g
de aceite de almendras dulces, 125 ml de agua de rosas, 35 g de cera de abejas, 10 gotas de
esencia de rosas 15 g de manteca de cacao. Se funde todo al baño María, poco a poco, y queda
lista la crema para aplicar en la cara por la mañana o por la noche. Si la envasamos en pequeños
tarros, podremos compartirla con nuestras amigas.
 Mascarilla de jugo de naranja y miel: esta mascarilla antiarrugas se obtiene mezclando dos
cucharadas de jugo de naranja con una cucharadita de miel, añadiendo un poco de harina de
avena y removiendo hasta lograr una pasta cremosa. Se aplica durante quince o veinte minutos
y después se aclara con abundante agua tibia. La vitamina C y las propiedades nutritivas de la
miel ayudarán a mantener el cutis joven por más tiempo.
 Tónico de col antienvejecimiento: la col o berza es uno de los productos de belleza que más se
han utilizado a lo largo de la historia para prevenir las arrugas en el cutis, cuello y escote. Se
puede preparar de dos maneras: o bien licuando unas cuantas hojas de col o bien cociendo las
hojas. En ambos casos, se aplica y se deja secar al aire para que la piel absorba los principios
activos.
 Crema a la centella asiática: la centella asiática, como su nombre indica, proviene de Asia. Esta
planta es un excelente complejo antiarrugas y renovador de los tejidos. La crema elaborada con
la centella asiática se aconseja para las arrugas, incluso para las más acusadas, cicatrices e
imperfecciones de la piel debidas al paso del tiempo, ya que controla la formación de las fibras
colágenas y elásticas. Su ligereza la hace imprescindible al tacto, pero no por ello sus principios
activos pierden efectividad. Es una crema hidratante, para todo tipo de cutis, incluso los que
tienen tendencia al acné, por su gran poder cicatrizante. Para elaborarla, se vierten en una
cazuela tres pellizcos de la centella asiática (planta) y se cubren con aceite de almendras dulces.
Se calienta a fuego lento hasta su ebullición. Se apaga el fuego, se cuela a un recipiente y se
añaden 25 g de cera virgen junto con 10 gotas de esencia de lavanda y el contenido de dos perlas
de aceite de onagra. Se remueve bien hasta que se homogeneiza y después se pasa a un
recipiente para envasarlo. Si se desea, se le pueden añadir 2ml de colágeno vegetal.

4. La piel del cuello

La piel que protege el cuello, junto con la que rodea los ojos, es una de las zonas más
sensibles, razón por la que también es de las primeras en presentar arrugas, motivo más que
suficiente para que los cuidados en esta región sean precisos y constantes.

La piel del cuello refleja con mayor rapidez los síntomas del envejecimiento porque es más
fina y pobre en las glándulas sebáceas que el resto. Por eso es necesario hidratarla a diario y aplicar
una crema antiarrugas o un tratamiento específico.

La piel del cuello es muy sensible a las exposiciones solares ya que con ellas se favorece la
oxidación de esta zona, y con ello la formación de pliegues y arrugas. Las zonas de la piel tan
sensibles como la del cuello no deben recibir perfumes, ya que este elemento reseca la piel e
impulsa la aparición de arrugas.

Las arrugas tienen un orden de aparición: hacia los 30 años surgen en el contorno de los
ojos, luego en la frente, más tarde entre las cejas y hacia los 50 años en el cuello y los contornos de
los labios.

 Tónico para el cuello: aplastar o licuar unas hojas de lechuga o col hasta conseguir 3 cucharadas
soperas de jugo. Después mezclarlo con 3 cucharadas de miel y el jugo de medio limón. Aplicar
el tónico sobre el cuello y particularmente sobre las manchas y arrugas, y dejarlo actuar durante
veinte minutos. Después aclarar con agua tibia.
 Infusión tónica: poner en un recipiente o frasco 25 g de hojas de perejil secas (50 g si son
frescas), 25 g de hojas de romero (50 g sin son frescas) y echar por encima ½ litro de leche entera
hirviendo. Tapar y dejar reposar durante media hora, después filtrar, envasar en un botellón y
guardar en la nevera. Se aplica dos veces al día, por la mañana y por la noche, con un algodón
empapado en la infusión, y poco a poco se van dando golpecitos suaves sobre las zonas con
arrugas y pliegues.
 Crema para las arrugas: en un recipiente poner al baño María 40 g de manteca de cacao hasta
que se funda. Después de retirar del fuego, agregarle 1 cucharada y media de aceite de oliva
virgen de primera presión en frio y revolver bien hasta que se enfríe la mezcla. Se introduce en
un frasquito y queda listo para utilizar (conservar en la nevera). Esta crema está indicada para
las arrugas y pliegues, sobre todo el cuello. Cuando se administra la crema hay que hacerlo con
suaves golpecitos desde el nacimiento del cuello hasta la barbilla. Aplicarla dos veces al día, por
la noche y por la mañana. Debemos procurar no estirar la piel ni pellizcarla.
 Tónico de rosas: preparar una infusión de manzanilla con una bolsita y un vaso de agua muy
caliente. Dejar reposar quince minutos y colar. Cuando el líquido esté frío, introducirlo en un
recipiente hermético, añadir 100 ml de agua de rosas y 2 gotas de aceite o esencia de sándalo.
Cerrar el recipiente y agitarlo hasta obtener una buena mezcla. Guardar en la nevera durante
una semana. Para utilizar el tónico, humedeceremos un algodón y los extendemos suavemente,
dibujando círculos, por la piel del cuello y de la cara. Puede utilizarse todos los días ya que, a
diferencia de muchos tónicos comerciales, su contenido en alcohol es nulo.
 Tónico cutáneo de cebada: verter en una cazuela 3 vasos de agua y un puñado de cebada.
Encender el fuego al mínimo y esperar a que hierva el agua. Seguidamente apagar el fuego y
dejar que se enfríe la mezcla. Colar a un recipiente con cierre hermético o botella con tapón de
rosca. Añadir 5 gotas de aceite de limón, cerrar y agitar hasta conseguir una buena mezcla.
 Borraja: para prevenir el envejecimiento prematuro en la piel del cuello es bueno que nos
apliquemos a menudo en esta zona aceite o infusiones de borraja.
 Ejercicio de estiramiento: además de los cuidados ofrecidos por cremas hidratantes y nutritivas,
es de gran ayuda practicar todos o casi todos los días el siguiente ejercicio: acercar la cabeza al
hombro derecho, tratando de tocarlo con la oreja, luego al hombro izquierdo, hacia delante
pegando la barbilla al pecho y hacia atrás, la nuca a la espalda. Realizar estos ejercicios diez
veces cada uno.

5. El cuidado de los ojos

Un ocho por ciento de la información que recibimos de nuestro entorno penetra en el


organismo por los ojos, y hay muchas situaciones en las que estos pueden verse afectados; un
exceso de radiación solar, cosméticos, trabajo excesivo, prolongada vida nocturna, contaminación
ambiental, trabajo con computadoras, etc. Esto exige que los cuidemos como se lo merecen, y le
dediquemos todos los días un poco de nuestro tiempo. Para aplicar cualquier tipo de crema, el
masaje en el contorno de los ojos debe ser circular y hacia dentro, es decir, hacia la zona digital.
A partir de los 35 o 40 años es frecuente la aparición de manchas rojas en los ojos,
generalmente de forma aislada, que además desaparecen a las pocas horas sin ninguna atención
particular. En el caso de que pasen unos días y persistan, hay que acudir al especialista.

Una buena prevención, para mantener el mayor número de años posible el brillo de los ojos
al nacer, incluye una serie de prácticas: lavarlos dos veces al día (mañana y noche) con abundante
agua y, de vez en cuando, añadir una infusión de manzanilla; utilizar lo menos posible cosméticos
en las proximidades de los ojos; emplear lentes de sol en días de luz abundante, especialmente si se
tiene los ojos claros; si se usan lentes de contactos, hay que lavarlos todos los días, y en el caso de
los lentes mantenerlas en buenas condiciones higiénicas, no sólo de uso; practicar ejercicios
oculares, como parpadear quince veces por minuto durante dos o tres minutos, pues fortalecen su
vitalidad y además los relajan; colocar las palmas de las manos sobre los ojos cerrados, presionar
ligeramente con movimientos laterales de la palma uno o dos minutos; y finalmente, visitar al
oftalmólogo cada dos o tres años, y a partir de los 35 años, o si hay problemas oculares tipo miopía
o astigmatismo, debe hacerse todos los años.

Para cuidarla con eficacia, tenga en cuenta, además, los siguientes consejos:

 Buena higiene diaria: todos los días hay que lavar los ojos dos veces, mañana y tarde,
únicamente con agua templada o fría. Debemos protegerlos de las radiaciones solares con gafas
de sol adecuadas. Conviene descansar diez minutos cada hora si se trabaja con pantallas de
computador o ambientes con mucha luz (estudios fotográficos y similares). Reducir al mínimo
el uso de cosméticos en párpados y pestañas.
 Nunca tocarse los ojos con los dedos: los dedos siempre tienen gérmenes que pueden
contaminar los ojos o, como poco, irritarlos con las uñas, desplazamientos de pestañas.
 Enrojecimiento ocular: todos los días, hasta que desaparezcan las lesiones, tomaremos un
preparado de arroz integral. Para elaborarlo se deja en remojo, el día anterior, una taza de arroz
integra; después de 24 horas se escurre, se machaca y se le añade un poco de agua hasta
conseguir una pasta homogénea para tomar. Otro remedio para esta situación consiste en
elaborar, antes de acostarse, una infusión de manzanilla con la que lavaremos los ojos una vez
que esté bien fría.
 Ejercicios oculares: para mantener en forma nuestros ojos y otros elementos cercanos
realizaremos un par de veces por semana los siguientes ejercicios: se coloca el dedo índice a un
palmo de la nariz y luego se mueve lentamente haciendo el signo de la cruz. Se repite el ejercicio
tres veces con un descanso de un minuto entre cada ejercicio.
 Infusión de Eufrasia y tomillo: un par de veces por semana se lavan los ojos con una infusión de
Eufrasia y tomillo a partes iguales (media cucharadita de cada una de estas plantas por taza de
agua). Después nos aclararemos abundantemente con agua fría.
 Jugo de limón o manzanilla para dar brillo: si queremos que nuestros ojos brillen un poquito
más de lo normal, los lavaremos con un vaso de agua templada con unas gotas de limón.
También es bueno echar unas gotitas de infusión de manzanilla fría en los ojos.
 Párpados hinchados: pondremos auyama fresca sobre los párpados durante un tiempo no
inferior a media hora. También se puede mezclar una zanahoria con dos hojas interiores de una
cebolla y media hora diaria sobre los párpados.
 Arrugas: aceites como el de aguacate, jojoba, almendras dulces y sobre todo el de manzanilla,
aplicados mediante ligeros toques alrededor de los ojos tensando un poco la piel con una de las
manos sobre la sien, previenen la aparición de arrugas en el contorno de los ojos.

6. Las ojeras

Las ojeras se caracterizan por una pequeña hinchazón de los párpados que, en ocasiones, se
acompaña de alteraciones del color, adoptando un tono grisáceo, azulado o rojizo.

Las ojeras se deben a una actividad prolongada o intensa de la musculatura que rodea a los ojos y
en particular de los músculos orbiculares de los párpados. El exceso de actividad añadido a la falta
de sueño, irritaciones diversas (frotarse los ojos, cosméticos….), facilitan la aparición de un pequeño
edema en esta zona que tiende a hinchar los párpados y aumentar su presencia. Otro tipo de ojeras
son las permanentes, aquellas que por debilidad de los músculos de los párpados e incluso del tejido
conjuntivo que hay en su interior, hace que la piel se deslice en sentido descendente (con la
gravedad) y forme pliegues o arrugas. Éstas son más propias que la edad.

No hay que frotarse los ojos y hay que evitar durante tiempo prolongado los trabajos intensos para
los ojos y, en su caso, lavarlos de vez en cuando con agua fría para estimular la musculatura y la
circulación sanguínea de los parpados; es muy recomendable utilizar lentes de sol en caso de
exposición

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