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PROCEDIMIENTOS: APLICACIÓN PRÁCTICA DE LA EVALUACIÓN DE RIESGO

Según la lectura la evaluación de riesgo comprende una serie de etapas o procesos, cada

una difiere en poco o mucho conforme a los diversos autores aquí mencionados.

Según un análisis del todo se desprende que las personas inmersas en muchos factores de

riesgo o protección deben ser evaluadas desde diversa perspectiva, porque dada la

complejidad del sujeto, no solamente en la dinámica, evolución o involución de sus

conductas, así como también es necesario considerar el contexto en el cual se desarrolla. El

ser humano no es un ente aislado carente de historia, o de conductas pasadas, muy por el

contrario arraiga en él fuentes de información que pueden permitir hacer inferencias

acerca de su comportamiento futuro y por tanto tomar medidas que puedan recudir el

impacto de estas en un contexto donde se puedan desencadenar conductas violentas en

contra de sus potenciales víctimas, personas con las cuales interactúa, o inclusive el vuelco

de estas en contra de sí mismo, refiriéndonos específicamente a potenciales suicidas. Una

persona puede tener uno o varios factores de riesgo, que pueden interactuar entre sí que

pueden contribuir a un mayor daño, y que pueden ser detectados con la aplicación del

instrumento específico; asimismo se postula que los profesionales que intervienen en la

evaluación de estos factores de riesgo deben de ser personas preparadas, exentas de

problemas personales o éticos para ser objetivos en sus apreciaciones y llegar a

predicciones, que permitirá tomar decisiones y reducir o minimizar las posibles

consecuencias de una agresión.

Se establece un orden a manera de ser explicativo el presente proceso.


En primer lugar se habla de la elección de un instrumento válido que permita delimitar la

población a evaluar en base a género, edad, tipo de violencia, etc., existiendo una serie de

escalas y hay que elegir la que más responda a las expectativas, y para esto hay que tener

acceso a las diversas fuentes de información relacionadas a la persona, que pueden ser

familiares, así como procedente desde diversa base de datos profesionales, oficiales,

estableciéndose la fiabilidad de las mismas, tiempo de ocurridas, y coger las que respondan

al tipo de riesgo que se quiere evaluar, fuentes que son importantes y que es necesario

mencionarlas en el informe respectivo.

En segundo lugar se toma en cuenta la evaluación, que consiste en ejecutar lo anteriormente

nombrado, empezándose por recopilar la información de la persona a evaluar y de todas

aquellas personas relacionadas con él, determinar los factores de riesgo en las que pueden

estar inmerso, considerando antecedentes, tipo de violencia, acontecimientos llamativos y

posibles desencadenantes en evaluaciones previas; asimismo determinar si estos factores

son relevantes o no para el estudio, porque un sujeto puede tener determinados problemas y

no necesariamente constituye un riego, como sí para otra.

En tercer lugar tenemos la formulación del riesgo, para dar una explicación del caso a tratar

y proponer y diseñar una acertada intervención para evitar violencia futura, además

permitirá conocer porqué la persona tomó la decisión de actuar en forma violenta y

comprender los factores que influyeron en esta decisión; además permitirá que el sujeto

ensaye conductas pro sociales y restar la aparición de conductas violentas.

En cuarto lugar se propone la formulación de los escenarios, técnica que resulta compleja y

las más complicadas en evaluación de riesgo y está en relación a cambios que se pueden dar
en el escenario y que el evaluador no puede predecir y controlar, obedeciendo a cambios,

corrientes o fenómenos sociales suscitados, en este caso el autor propondría un análisis

sistemático, que propondría soluciones o toma de decisiones ante un eventual o futuro

escenario, lo que permitirá anticipar problemas que se pueden presentar.

En quinto lugar se menciona la gestión de riesgo, constituye el objetivo prioritario del

procedimiento y consiste en ejecutar los pasos necesarios tras una evaluación, que permitan

reducir el riesgo, evitar futura agresión o minimizar las consecuencias en caso se produzca,

ya que se evitaría consecuencias fatales o de menos costo; estas propuestas en base a un

conocimiento concienzudo del contexto, la experiencia del profesional o profesionales

porque el estudio puede ser interdisciplinario en base al funcionamiento de casos previos e

investigaciones disponibles recogiendo recomendaciones de estudios empíricos; asimismo

esta gestión de riesgo de da en base al contexto donde se desarrolla el sujeto en estudio,

permitiendo que se tomen las medidas de protección adecuadas a las probables víctimas así

como al sistema o sociedad en la cual se desenvuelve o se encuentra inmerso, partiendo de

centros penitenciarios, sanitarios, psiquiátricos, entre otros, ya que el riesgo puede ser

genérico o específico es decir ir hacia la propia persona en estudio (suicidio).

Como sexto paso tenemos el resultado del instrumento, que no constituye un instrumento o

escala psicométrica y no miden constructos psicológicos, ya que esto suele constituir una

confusión en personas pocas entrenadas para este tipo de evaluación, el resultado de la

aplicación de la herramienta suele presentarse en formatos de tipo nominal sin ningún tipo

de condición numérica, basadas en criterios de bajo, medio y alto, lo que constituye en error

según los diversos estudios establecidos, mejorándose esto con criterios de punto de corte

que permitirá ubicar al sujeto en un criterio numérico para la toma de decisiones; por otro
lado se habla de los formatos basados en tasas y porcentajes, criterio que muchos no

comparten por el sesgo que puede constituir al presentar tasas bases o percentiles.

En séptimo lugar se específica la presentación del informe de evaluación de riesgo, que

constituye en elemento importante, porque depende mucho de la capacidad de

comunicación del evaluador y como pueda explicarse en sus conclusiones escritas, para

poder predecir todo acto de conducta violenta a futuro, ya que es importante saber

comunicar porque ese informe puede ir a diferentes estamentos en toma de decisiones,

dando respuesta a la consulta que lo ha motivado, bajo un estilo forense, que contenga entre

otros puntos recomendaciones destinadas a reducir el riesgo o minimizar las consecuencias

de la violencia.

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