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Según Inés Aguerrondo la educación tiene que cambiar, se habla mucho de esto, pero

no cambia, eso es su gran obsesión, ¿por qué no cambia la educación?

Plantea una hipótesis muy potente. Estamos viviendo un cambio fenomenal entre la
sociedad industrial y la sociedad del conocimiento, pero la educación no lo ha
acompañado y eso significa que el conocimiento que está adentro de la educación es
obsoleto.

Había una época que era la de los grandes inventos, cuando surge la locomotora, la
máquina de vapor y la imprenta y estos inventos ¿por qué aparecieron? Por debajo de
esto estaba el avance del conocimiento, aparece la ciencia experimental, la ciencia
positiva, lo que se llama comúnmente la física de Newton. Newton creía que el mundo
era un mecanismo muy aceitado con leyes universales y permanentes y que la ciencia
tenía que conocer esas leyes universales. Esto era tan así, que a fines del siglo XIX los
científicos creían que todo se había descubierto, que no había nada más por saber, hoy
vivimos lo que se llama una era de innovación. Más que la era de innovación, la segunda
época de los grandes inventos porque ahora se sabe mucho más cosas que en el siglo
XIX.

El siglo XX se llama el siglo de la revolución silenciosa del saber. Hay tres grandes hitos
en esta revolución. Primero en 1905 Einstein y su teoría de la relatividad; segundo en
1915 aparece la teoría cuántica con el submundo del microcosmos; tercero a mediados
del siglo XX en los años 30 40 y 50 aparece en la teoría de los sistemas complejos no
lineales. ¿Pero cómo?, no era que el mundo era un mecanismo tan organizado con leyes
permanentes, pues parece que no.

Hoy lo que se sabe es que el universo está en permanente expansión, en permanente


movimiento y que existen leyes pero no son universales y hasta hay un componente de
azar. No existiría el microondas, el GPS, el Internet ni la medicina nuclear si la humanidad
se hubiera quedado con la física de Newton. Ese es el conocimiento relevante de hoy y
este cambio también le pidió a la educación que cambie.

Cuando se diseñaron los sistemas escolares a fines del siglo XIX, la sociedad le pedía a
la educación que enseñara a leer y escribir el cálculo elemental a los niños en la escuela.
Pero ¿que pide la escuela de hoy? pide aprender, que todos aprendan, (no tanto énfasis
en la enseñanza), las competencias del siglo XXI, que son más que sólo leer y escribir
el cálculo elemental y también conceptos generales de ciencia, no solamente a los niños,
sino que hoy se pide aprendizaje a lo largo de toda la vida y entonces, no sólo en la
escuela, sino en múltiples entornos de aprendizaje.

El mandato social ha cambiado de tal manera que esa escuela del siglo XIX que fue
exitosísima, que cumplió muy bien su cometido hoy están jaqueado, no sabe, no puede
o no tiene los elementos para poder responder a esta nueva demanda, es como que la
base de sustentación se le cayó y ahora es una cáscara, un esqueleto que quiere
subsistir pero que tiene muchos problemas. Hoy entonces estamos en el medio de una
época en donde lo viejo muere y lo nuevo sale.
Todos los países del mundo están haciendo mucho esfuerzo por innovar, por cambiar la
educación, el primer mundo, América Latina y el resto de las regiones, pero cuidado, no
hagamos lo que hicimos a finales del siglo XIX cuando creamos nuestros sistemas
escolares que hicimos una especie de copy paste de lo que hacían los países del primer
mundo y no pudimos resolver lo que nosotros necesitábamos en América Latina. Es muy
bueno inspirarse, estar atento a lo que está sucediendo en otras partes, pero las
soluciones tienen que partir de nosotros, de lo que son las características nuestras.

Dos características para que empecemos a pensar primero no tenemos la base


presupuestaria que tienen los países avanzados para poder financiar los modelos de
escuela que tienen ellos. Necesitamos tener presupuestos de educación de buena
calidad pero más que autosuficientes. Segunda característica América Latina tiene una
base cultural más heterogénea que el primer mundo, quiere decir que necesitamos
soluciones flexibles que puedan adaptarse a las características de la población, pero que
también tengan algo que la vieja escuela no tiene, que es un mecanismo para cerrar la
brecha.

Todos nuestros habitantes tienen derecho a una educación de calidad, hayan nacido
donde has nacido y eso tiene que ser algo que sea parte de esta nueva propuesta.

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