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2.

- ARISTOTELES

 FILOSOFÍA PRIMERA: EL CONCEPTO DE SER. SUSTANCIA Y ACCIDENTE. SER


EN ACTO Y SER EN POTENCIA

De entre todas las ciencias, LA FILOSOFÍA PRIMERA (o teología) es para Aristóteles


la ciencia de las ciencias. La filosofía primera estudia el ser en cuanto tal, es decir, los
aspectos del ser que son comunes a todos los seres. Es una teoría de las causas y
principios del ser, de lo que hace que las cosas sean.
EL CONCEPTO DE SER.
Aristóteles admite que lo que nace y muere puede recibir el nombre de “ser”. No es
tampoco un concepto equívoco, que tenga significados diferentes, sino un concepto
análogo, que se puede aplicar con ciertos matices a las distintas cosas que
encontramos en el universo, porque, aunque de modo diferente, todas las cosas “son”.

SUSTANCIA Y ACCIDENTE.
Para Aristóteles hay, pues, distintos modos de ser; aunque lo verdaderamente existente
son los seres singulares (entelequias o sustancias). Así, todo lo que existe es o
sustancia o cosas que afectan a la sustancia, los accidentes. Ambos conceptos son
descritos y definidos por Aristóteles de diversas maneras:

- Entiende, primero, por SUSTANCIA aquello que existe en sí y no en otro. Cumplen


esta condición los cuerpos simples (tierra, agua, aire y fuego) y los compuestos de
éstos. También llama sustancia a la esencia de cada cosa, que es lo que se expresa
en su definición.

- La noción de ACCIDENTE es correlativa a la de sustancia: aquello que existe en la


sustancia sin ser necesario ni constante. La necesidad que tiene los accidentes de
darse en una sustancia impide que puedan existir separados. Aunque aportan
determinados aspectos a la sustancia, su desaparición no modifica esencialmente
la cosa individual.

Esta distinción entre sustancia y accidente va a permitir explicar el problema del cambio
y el movimiento en los seres.

SER EN ACTO Y SER EN POTENCIA.


Aristóteles distingue entre ser en acto y ser en potencia:

- SER EN ACTO (energía, entelequia) significa lo que un ser es de hecho, aquí y


ahora.
- SER EN POTENCIA (dynamis) significa la capacidad para llegar a ser algo que
todavía no se es, pero que se puede ser.

Con este modo de ser potencial salva la dificultad parmenídea: el ser en acto no
procede del no ser, sino del ser en potencia. Esto le permite explicar el movimiento
como el paso del ser en potencia al ser en acto.
 LA EXPLICACIÓN DE LA NATURALEZA: EL CONCEPTO DE CAUSA. LA TEORÍA
HILERMÓRFICA. CLASES DE CAMBIO. LA TEORÍA TEOLÓGICA.

Para Aristóteles, la naturaleza comprende todos los seres naturales dotados de


movimiento. Su explicación la desarrolla en la física. Aristóteles aborda el estudio de la
naturaleza examinando las causas que producen cualquier hecho o fenómeno.

EL CONCEPTO DE CAUSA
Aristóteles llama causa al principio del cual algo procede. Para explicar todo lo existente
es necesario recurrir a cuatro causas o principios:

- Causa material: aquello de lo que algo está hecho.


- Causa formal: aquello que hace que una cosa sea tal cosa y no otra. Es la esencia
o forma.
- Causa eficiente: es el agente o productor de la cosa.
- Causa final: aquello que se mueve al agente a actuar, el fin por el que se hace algo.

La coincidencia de estas causas es necesaria para que se dé un ser cualquiera, aunque


las principales y básicas son la causa material y la formal. La causa formal tiene un
especial relieve, ya que es la que determina lo que una cosa es y permite definirla. En
este sentido recibe el nombre de esencia y determina las actividades propias y
específicas del ser.

LA TEORÍA HILEMÓRFICA
Según esta teoría, todos los seres están compuestos de materia y forma. Materia y
forma no son propiamente realidades separadas, sino aspectos que nuestra mente es
capaz de distinguir en las cosas.
La materia y la forma son las causas o principios de las sustancias naturales y, en este
sentido, tanto la materia como la forma serían “naturaleza”. La materia es pura
pasividad, mera capacidad de recibir formas y es “potencia”. La forma nos muestra lo
que la cosa es en un momento dado, lo que es en “acto”.

También es relevante, en la teoría aristotélica, el papel que desempeña la causa final


en la explicación de la naturaleza. Ésta es concebida como teológica o finalista: todo
ser se dirige o tiende a la realización de su propio fin.

CLASES DE CAMBIO
Cuando hablamos del cambio, comúnmente entendemos que éste se produce porque
algo se pierde, algo permanece y algo se adquiere. Según Aristóteles, para que se
produzca el cambio o movimiento son necesarios tres principios:

- La materia o sustrato, que es aquello que permanece en el cambio.


- La privación de una forma, que es lo que no se tiene todavía, pero que se puede
adquirir en el cambio.
- La forma, que se adquiere, una vez perdida la que se poseía anteriormente.

Para Aristóteles hay dos tipos de cambio: CAMBIO SUSTANCIAL (generación y


corrupción de un ser) y CAMBIO ACCIDENTAL (modificación de algunos aspectos del
ser).
En el caso del CAMBIO ACCIDENTAL, lo que permanece es la sustancia o sujeto
individual. Lo que permanece en el caso de los CAMBIOS SUSTANCIALES es la
materia primera (o prima), sustrato indeterminado susceptible de recibir cualquier forma
sustancial.

TEORÍA TEOLÓGICA
Esta teoría del movimiento le sirve para explicar tato los cambios sustanciales como
los accidentales:

- Aplicado a los primeros hace posible la aparición y desaparición de nuevas


sustancias (generación y corrupción).
- Aplicado a los cambios accidentales explica la alteración, el aumento o la
disminución y el desplazamiento que equivale a nuestro concepto de movimiento.

A lo hora de explicar el cambio, utiliza dos modelos de análisis. El primero se basa


fundamentalmente en la composición de los seres, en el que utiliza la oposición
materia-forma.

El segundo hace hincapié en los conceptos de acto y potencia: la materia se comporta


como potencia, que puede ser activa o pasiva, mientras que la forma lo hace como
acto.

El movimiento es así un proceso dinámico entre potencia y acto: el paso de la potencia


o posibilidad al acto o realidad. O, en otros términos, la adquisición por parte de un
sustrato material (potencia) de una forma (acto).

 EL SER HUMANO: LA TEORÍA DEL ALMA. TIPOS DE CONOCIMIENTO.

EL SER HUMANO
El ser humano es para Aristóteles un ser natural más. El ser humano es un compuesto
de materia y forma. La materia se identifica con el cuerpo y la forma con el alma.

Pero entiende el alma como un principio de vida y como tal no es exclusivo del ser
humano, sino atributo de la naturaleza animada.

La teoría aristotélica del alma representa así una especie de animismo biológico, ya que
reconoce, en todos los niveles de vida, unos principios vitales distintos a los cuerpos,
que son las almas.

LA TEORÍA DEL ALMA


Aristóteles distingue tres tipos de alma, que dirigen, respectivamente, las actividades
vegetativas, sensitivas e intelectivas en los seres vivos.

Esta diferenciación de almas le permitirá explicar la escala de los seres vivos. Los
diferentes tipos de almas forman una serie tal que el tipo superior presupone siempre el
inferior, pero no a la inversa.

- La forma inferior es el alma nutritiva o vegetativa, que ejerce las funciones de


asimilación y reproducción. Es propia de las plantas.
- Los animales poseen alma sensitiva, que les permite tener percepción sensible,
deseo, movimiento local y, en muchos casos, imaginación y memoria.
- El grado superior lo ocupa el alma intelectiva que asume las funciones vegetativas
y sensitivas, y hace posible el pensamiento científico o conocimiento teórico y el
pensamiento práctico.

Aristóteles mantiene la concepción platónica del hombre como compuesto de alma y


cuerpo. Pero en su explicación de la relación entre estos dos elementos difiere, ya que
al aplicar la teoría hilemórfica, al hombre lo presenta como una unidad sustancial, un ser
individual.

De donde se deduce la mortalidad del ser humano, puesto que el alma, forma ya acto
del cuerpo, se halla indisolublemente unida a éste, que es el elemento material y
potencia.

TIPOS DE CONOCIMIENTO
Para Aristóteles todos los seres vivos tienen algún tipo de conocimiento de acuerdo con
las funciones propias de cada uno. Distingue varios niveles que van desde el mero
conocimiento sensorial hasta el conocimiento intelectual.

Aristóteles recoge la herencia intelectualista de Sócrates y Platón, que destacan la


superioridad del conocimiento intelectual sobe el sensible. La experiencia, el contacto
con la realidad, es el punto de partida de todo conocimiento.

- CONOCIMIENTO SENSIBLE.
El conocimiento sensible es el primer nivel de conocimiento que distingue. Se da
también en los animales, es el nivel más elemental y su fundamento es la sensación
que es el ejercicio de la facultad sensible que permite captar las cualidades de los
objetos.
Este ejercicio se lleva a cabo a través de los sentidos. Aristóteles distingue entre
sentidos propios, especializados en un tipo de sensación: vista, oído, gusto, olfato y
tacto, y sentido común que subyace a todos los sentidos y permite realizar
determinadas operaciones.

La imaginación desempeña un importante papel en el conocimiento humano, al


posibilitar la reproducción mental de objetos percibidos anteriormente en ausencia
de los mismos. Esta actividad se ve reforzada por la memoria, que permite acumular
y actualizar imágenes pasadas.

- CONOCIMIENTO INTELECTUAL
Es el grado superior del conocimiento y una forma de conocimiento que sólo se da
en los seres vivos y es llevado a cabo por el entendimiento, facultad discursiva, que
opera desarrollando razonamientos y hace posible la ciencia.

Esta facultad permite establecer hipótesis y emitir juicios. Para ello se apoya en las
imágenes almacenadas que proviene de sensaciones previas. De esta forma, la
imaginación se convierte en intermediaria entre la sensación y el pensamiento,
haciendo posible la opinión, la ciencia y la intelección.
La ciencia, que siempre es verdadera, se establece por demostración y tiene por
objeto conocer el universal o concepto de las cosas, que el entendimiento agente
obtiene por abstracción.

Aristóteles distingue dos clases de entendimiento: un activo el “entendimiento


agente”, y otro pasivo, el “entendimiento paciente”. Sobre el entendimiento paciente
dice que hay que suponer que es como una tablilla que no tiene nada escrito hasta
que el entendimiento agente “escribe” los inteligibles o conceptos universales de las
cosas. Éste es el entendimiento que nos hace ser seres pensantes.

 ÉTICA Y POLÍTICA: LA FELICIDAD COMO FIN DE TODAS LAS ACCIONES.TEORÍA


DE LA VIRTUD. LOS REGÍMENES POLÍTICOS.

ÉTICA Y POLÍTICA
Ética y política, son para Aristóteles, aspectos inseparables de una misma realidad.
De acuerdo con la clasificación que hace, ética y política son las dos ciencias prácticas
que se ocupan de las acciones humanas. En la ética parte del análisis de la naturaleza
humana y en la política, del análisis de regímenes políticos concretos.

La ética se ocupa de las acciones humanas en cuanto que conducen al bien del hombre.
Para determinar este bien, parte de la consideración del hombre como ser natural. Todo
ser natural se dirige algún fin que consiste en la autorrealización.

LA FELICIDAD COMO FIN DE TODAS LAS ACCIONES.


Será preciso conocer el bien del hombre y cómo puede alcanzase. Todos están de
acuerdo en que el bien supremo para el hombre es la felicidad.

Los hombres conciben la vida feliz de tres maneras distintas en función de los bienes
que se puedan desear: bienes externos (honores, fama, riqueza…), bienes del cuerpo
(placeres) y bienes del alma (conocer las cosas bellas).

De entre las posibles actividades, señala que es únicamente la actividad teórica o


contemplativa la que puede deparar una vida feliz.

TEORÍA DE LA VIRTUD
La virtud es la estrategia para conseguir la felicidad. Aristóteles entiende que hay dos
tipos de virtudes: las dianoéticas, que se refieren al entendimiento y las propiamente
éticas encaminadas a dirigir las acciones humanas.

La virtud ética dice que tiene que ser una de las cosas que afectan al alma: pasión,
facultad o hábito. La virtud no puede ser ni una pasión ni una facultad, porque no hacen
al hombre bueno o malo. Entonces, es un hábito, por lo que entiende un modo de
comportarnos bien o mal respecto de las pasiones y sólo en virtud de ellos se nos llama
buenos o malos. La virtud es, pues, el término medio entre dos vicios, el uno por exceso
y otro por defecto.
LOS REGÍMENES POLÍTICOS
Aristóteles presupone que hay diversas formas de organizar la ciudad, las cuales
pueden tener como objetivo conseguir el bien común, y que todas ellas son rectas si
cumplen esta función.

Para Aristóteles, todos los regímenes políticos que se proponen el bien común son
rectos desde el punto de vista de la justicia absoluta, y los que sólo tienen en cuenta el
beneficio de los gobernantes son defectuosos o despóticos.

La forma de gobierno ideal para Aristóteles es una mezcla de aristocracia y democracia,


porque evita los extremos. A esta organización política ideal le da el nombre de politeia
(república): “Una república bien mezclada debe parecer a la vez ambos regímenes y
ninguno, y conservarse por sí misma y no por el exterior, y por sí misma no porque sean
mayoría los que quieren este régimen, sino por no querer otro régimen ninguna de las
partes de la ciudad en absoluto”

A pesar de la preferencia de Aristóteles por este tipo de régimen, se muestra partidario


de un “posibilismo político” que le lleva a afirmar que el gobierno más conveniente es el
que mejor se adapta a las características naturales de cada pueblo.

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