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La cuestión de la composición de la materia ha preocupado a los seres humanos desde los tiempos

más remotos. Algunas de las ideas propuestas a lo largo de la historia, más o menos acertadas, han
servido para construir la ciencia química.
En física y química, la teoría atómica es una teoría de la naturaleza de la materia, que afirma que
está compuesta por pequeñas partículas llamadas átomos, en contraposición a la creencia antigua
de que la materia se podía dividir en cualquier cantidad arbitrariamente pequeña.
La teoría atómica comenzó hace miles de años como un concepto filosófico, y fue en el siglo XIX
cuando logró una extensa aceptación científica gracias a los descubrimientos en el campo de la
estequimetría. Los químicos de la época creían que las unidades básicas de los elementos también
eran las partículas fundamentales de la naturaleza y las llamaron átomos (de la palabra griega
átomos, que significa "indivisible"). Sin embargo, a finales de aquel siglo, y mediante diversos
experimentos con el electromagnetísmo y la radiactividad, los físicos descubrieron que el
denominado "átomo indivisible" era realmente un conglomerado de diversas partículas
subatómicas (principalmente electrones, protones y neutrones), que pueden existir de manera
separada. De hecho, en ciertos ambientes, como en las estrellas de neutrones, la temperatura
extrema y la elevada presión impide a los átomos existir como tales. El campo de la ciencia que
estudia las partículas fundamentales de la materia se denomina física de partículas.
Hasta comienzos del siglo XIX, la teoría atómica era principalmente filosófica y no estaba
fundada en la experimentación científica. Las primeras teorías conocidas se desarrollaron en
la Antigua India en el siglo VI a. C. por filósofos hindúes y budistas.

El primer filósofo que formuló ideas sobre el átomo de una manera sistemática fue Kanada.
Otro filósofo Indio, Pakuda Katyayana, que también vivió en el siglo VI a. C.

La cuestión de la composición de la materia ha preocupado a los seres humanos desde los


tiempos más remotos. Algunas de las ideas propuestas a lo largo de la historia, más o menos
acertadas, han servido para construir la ciencia química.
El concepto de átomo existe desde la antigua Grecia, propuesto por los filósofos griegos
Demócrito, Leucipo y Epícuro, tres griegos del siglo VI a. C. sin embargo, no se generó el
concepto pormedio de la experimentación sino como de una necesidad filosófica que
explicara la realidad, ya que, como proponían estos pensadores, la materia no podía dividirse
indefinidamente, por lo que debía existir una unidad o bloque indivisible e indestructibleque
al combinarse de diferentes formas creara todos los cuerpos macroscópicos que nos rodea.

Los griegos creían que todos los átomos estaban hechos del mismo material pero tenían
diferentes formas y tamaños, que eran los factores que determinaban las propiedades físicas
del material. Por ejemplo, ellos creían que los átomos de un líquido eran lisos, lo que les
permitiría deslizarse uno sobre otro. Según esta línea de pensamiento, el grafito y el diamante
estarían compuestos por dos tipos diferentes de átomos, si bien hoy sabemos que son dos
isómeros del carbono.
Demócrito, (imagen de la derecha) filósofo griego que vivió en el
siglo IV a. C. propuso que, si se dividía la materia en trozos cada
vez más pequeños, debería llegarse a una porción que ya no
podría dividirse más. A esta porción mínima e indivisible, base
de toda la materia, la llamó átomo. Lo demás, sugirió, es sólo
vacío.

Las ideas de Demócrito no fueron admitidas; la influencia de


Aristóteles (imagen de la izquierda), otro gran pensador
griego, hizo que se impusiese la teoría de los cuatro elementos.
Según Aristóteles, la materia estaba formada por cantidades
variables de Tierra, Agua, Aire y Fuego. El predominio de uno
u otro de estos elementos hacía que la materia fuera húmeda,
Fría, Seca o Caliente.
Durante el siglo XII (en plena Edad de Oro Islámica), los atomistas islámicos desarrollaron
teorías atómicas que eran una síntesis del atomismo griego y el indio. Desarrollaron y
profundizaron en las antiguas ideas griegas e indias y aportaron otras nuevas, como la
posibilidad de que existiesen partículas más pequeñas que un átomo. Al mismo tiempo que
la influencia islámica empezaba a extenderse por Europa, las ideas atómicas islámicas,
junto con las griegas e indias, comenzaron a difundirse por toda Europa a finales de la Edad
Media
En el mundo cristiano, la teoría de Aristóteles fue adoptada
por los alquimistas, precursores de los científicos, que
desarrollaron su actividad durante toda la Edad Media.

La alquimia era una técnica antigua practicada


especialmente en la edad media, que se dedicaba
principalmente a descubrir una sustancia que transmutaría
los metales más comunes en oro y plata, y a encontrar
medios de prolongar indefinidamente la vida humana.

Aunque sus propósitos y procedimientos eran dudosos, y a


menudo ilusorios, la alquimia fue en muchos sentidos la
predecesora de la ciencia moderna, especialmente de la
ciencia química.
Tuvieron que pasar veinte siglos para que en 1808 un químico
inglés llamado John Dalton retomara las antiguas ideas de
Demócrito y Leucipo y publicase su teoría atómica; en dicha
teoría sugiere: En los primeros años del siglo XIX, John
Dalton estudió y desarrolló su modelo atómico, en la que
proponía que cada elemento químico estaba compuesto por
átomos iguales y exclusivos, y que aunque eran indivisibles e
indestructibles, se podían asociar para formar estructuras más
complejas (los compuestos químicos). John Dalton
Mostró que los átomos se unían entre sí en proporciones definidas. Las investigaciones
demostraron que los átomos suelen formar grupos llamados moléculas. Las ideas de Dalton
fueron perfeccionadas por otros científicos.
Aunque muchos otros científicos, empezando por los antiguos griegos, habían afirmado ya
que las unidades más pequeñas de una sustancia eran los átomos, se considera a Dalton una de
las figuras más significativas de la teoría atómica porque la convirtió en algo cuantitativo.

Esta teoría tuvo diversos precedentes


1. Cada uno de los elementos están formados por partículas discretas, diminutas, e
indivisibles llamadas átomos, que permanecen inalterables en cualquier proceso químico.
2. Todos los átomos de un mismo elemento son idénticos en masa, tamaño y en cualquier
otra propiedad física o química.
3. Los átomos de diferentes elementos tienen distintas propiedades (incluyendo diferentes
masas).
4. Los átomos de un elemento no pueden ser transformados en otro tipo de átomo mediante
reacciones químicas; los átomos ni se crean ni se destruyen, solo cambian su distribución.
5. Los compuestos químicos están formados por "átomos de compuesto" (moléculas), todos
iguales entre sí; es decir, cuando dos o más átomos de diferentes elementos se combinan
para formar un mismo compuesto.
6. En un compuesto, el número relativo y la clase de átomo son constantes y definidas en sus
masas.

De la teoría atómica de Dalton destacamos las siguientes definiciones:


Un Átomo es la partícula más pequeña de un elemento que conserva sus propiedades.
Un Elemento es una sustancia que está formada por átomos iguales.
Un Compuesto es una sustancia fija que está formada por átomos distintos combinados en
proporciones fijas.
El químico francés Antoine-Laurent de Lavoisier en 1973 postuló su enunciado “La materia
no se crea ni se destruye, simplemente se transforma”, esta fue la primera ley formulada en
1789, demostrado más tarde por los experimentos de Dalton en 1804 (P-4). Ley de la
conservación de la masa, que afirma que la masa total en una reacción química permanece
constante. Esta ley le sugirió a Dalton la idea de que la materia era indestructible.

El segundo fue la Ley de las proporciones definidas. Enunciada por el químico francés Joseph
Louis Prost en 1799 (P-6), afirma que, en un compuesto, los elementos que lo conforman se
combinan en proporciones de masa definidas y características del compuesto.

Dalton estudió y amplió el trabajo de Proust para desarrollar una tercera ley y consistente con
su teoría, es la Ley de las proporciones múltiples (P-5): cuando dos elementos se combinan
para originar diferentes compuestos, dada una cantidad fija de uno de ellos, las diferentes
cantidades del otro se combinan con dicha cantidad fija para dar como producto los
compuestos, están en relación de números enteros sencillos. Por ejemplo la sustancia agua y
peróxido de hidrógeno están compuestas por los elementos de hidrógeno y oxígeno.
En 1803, Dalton publicó su primera lista de pesos atómicos relativos para cierta cantidad de
sustancias. Esto, unido a su rudimentario material, hizo que su tabla fuese muy poco precisa.
Por ejemplo, creía que los átomos de oxígeno eran 5,5 veces más pesados que los átomos de
hidrógeno, porque en el agua midió 5,5 gramos de oxígeno por cada gramo de hidrógeno y
creía que la fórmula del agua era HO (en realidad, un átomo de oxígeno es 16 veces más
pesado que un átomo de hidrógeno).

La Ley de Avogadro le permitió deducir la naturaleza diatómica de numerosos gases,


estudiando los volúmenes en los que reaccionaban. Por ejemplo: el hecho de que dos litros de
Hidrógeno reaccionasen con un litro de oxígeno para producir dos litros de vapor de agua (a
presión y temperatura constantes), significaba que una única molécula de oxígeno se divide en
dos para formar dos partículas de agua. De esta forma, Avogadro podía calcular estimaciones
más exactas de la masa atómica del oxígeno y de otros elementos, y estableció la distinción
entre moléculas y átomos.
En 1784, el botánico británico Robert Brown, observó que las partículas de polvo que flotaban
en el agua se movían al azar sin ninguna razón aparente. En 1905, Albert Einstein tenía la
teoría de que este movimiento browniano lo causaban las moléculas de agua que
"bombardeaban" constantemente las partículas, y desarrolló un modelo matemático hipotético
para describirlo. El físico francés Jean Perrin demostró experimentalmente este modelo en
1911, proporcionando además la validación a la teoría de partículas (y por extensión, a la
teoría atómica). John Dalton, describe en su libro A New System of Chemical Philosophy
(Nuevo Sistema de Filosofía Química, 1808), varios átomos y moléculas

Luego en 1811, Amedeo Avogadro, físico italiano, postuló que a una temperatura, presión y
volumen dados, un gas contiene siempre el mismo número de partículas, sean átomos o
moléculas, independientemente de la naturaleza del gas, haciendo al mismo tiempo la
hipótesis de que los gases son moléculas poliatómicas con lo que se comenzó a distinguir
entre átomos y moléculas.
Se creía que los átomos eran la división más pequeña de la materia,
hasta que en 1897, el británico Joseph John Thomson descubrió
unas partículas con propiedades sorprendentes que prácticamente
no tenían masa y tenían carga eléctrica negativa. J.J. Thomson
realizó el experimento con un aparato llamado el tubo de rayos
catódicos[1].
Afirmó que estos rayos, más que ondas, estaban compuestos por
partículas cargadas negativamente a las que llamó "corpúsculos"
(más tarde, otros científicos las rebautizarían como electrones). Joseph Thomson

El tubo de rayos catódicos que usó Thomson era un


recipiente cerrado de vidrio, en el cual los dos
electrodos estaban separados por un vacío.

Cuando se aplica una diferencia de tensión a los electrodos, se generan rayos catódicos, que
crean un resplandor fosforescente cuando chocan con el extremo opuesto del tubo de cristal.
Mediante la experimentación, Thomson descubrió que los rayos se desviaban al aplicar un
campo eléctrico (además de desviarse con los campos magnéticos, cosa que ya se sabía).
Mediante la experimentación, Thomson descubrió que los rayos se desviaban al aplicar un
campo eléctrico (además de desviarse con los campos magnéticos, cosa que ya se sabía).
Afirmó que estos rayos, más que ondas, estaban compuestos por partículas cargadas
negativamente a las que llamó "corpúsculos" (más tarde, otros científicos las rebautizarían
como electrones).

Thomson creía que los corpúsculos surgían de los átomos del electrodo. De esta forma,
estipuló que los átomos eran divisibles, y que los corpúsculos eran sus componentes. Para
explicar la carga neutra del átomo, propuso que los corpúsculos se distribuían en estructuras
anilladas dentro de una nube positiva uniforme; éste era el modelo atómico de Thomson o
pastel de pasas (de la analogía del inglés "plum-pudding model".[2] ) Thomson propuso uno de
los primeros modelos atómicos sugiriendo al átomo como una esfera con carga positiva en las
que estaban incrustadas las cargas negativas o electrones. Ya que se vio que los átomos eran
realmente divisibles, los físicos inventaron más tarde el término "partículas elementales" para
designar a las partículas indivisibles.
El modelo atómico de Thomson fue refutado en 1909 por uno de sus estudiantes, Ernest
Rutherford, que descubrió que la mayor parte de la masa y de la carga positiva de un átomo
estaba en una fracción muy pequeña de su volumen, que suponía que se concentraba en un
núcleo.

Experimento de la lámina de oro.

Resultados esperados: las partículas alfa pasan sin


problemas por el modelo atómico de Thomson.

Resultados observados: una pequeña parte de las


partículas se desvía, lo que revela la existencia de un
lugar en el átomo donde se concentra la carga positiva
En 1909, Robert Millikan de la Universidad de Chicago determinó la carga de un electrón
midiendo el efecto de un campo eléctrico sobre la velocidad con que partículas de aceite
cargadas caían por el efecto de la gravedad. La velocidad de las partículas con la cuál caían en
el aire está determinada por su tamaño y su masa. Observando una gota en particular, Millikan
midió la velocidad de la caída y con éste cálculo su masa.
Este experimento fue arreglado colocando una fuente radiactiva en las cercanías de las gotitas.
La fuente de radiactividad cargó las partículas. Esas partículas cargadas flotaban en l aire, pero
con frecuencia se adherían a una gota de aceite. Cuando se aplicaba una carga eléctrica a las
placas las gotitas cargadas que estaban entre estas eran activadas por el campo eléctrico. Su
caída se aceleraba, se detenía o se invertía, dependiendo de la carga que se ejercía sobre las
gotitas y la polaridad del voltaje que se aplicaban a las placas.
Al realizar mediciones cuidadosas de os efectos del campo eléctrico sobre el movimiento de
las gotitas, Millikan descubrió que la carga ejercida sobre las gotitas siempre era un múltiplo
entero de 1.60 x 10 -19 C, lo cual le permite deducir la carga de los electrones, 9.11 x 10 -28 g,
se calculó combinado los valores encontrados por Millikan con la relación carga-masa de
Thomson.
Al profundizarse en el conocimiento del átomo se vio consistía principalmente en espacio
vacío con un centro de ese espacio donde se encontraba el núcleo (que sólo mide,
aproximadamente, una diezmilésima parte del diámetro del átomo).
Ernest Rutherford dedujo que la masa del átomo está concentrada en su núcleo. También
postuló que los electrones, de los que ya se sabía que formaban parte del átomo, se movían en
órbitas alrededor del núcleo.
Afirmó que como el núcleo tiene una carga eléctrica positiva y los electrones tienen carga
negativa, la suma de las cargas de los electrones es igual en magnitud a la carga del núcleo,
por lo que el estado eléctrico normal del átomo debería ser neutro.

1911, modelo atómico en


donde los electrones
cargados negativamente
giran alrededor del
núcleo como los planetas
en el sistema solar.

Ernest Rutherford
En su experimento, Hans Geiger y Ernest Marsden bombardearon partículas alfa a través de
una fina lámina de oro (que chocarían con una pantalla fluorescente que habían colocado
rodeando la lámina).[3]

Dada la mínima como masa de los electrones, la elevada masa y momento de las partículas
alfa y la distribución uniforme de la carga positiva del modelo de Thomson, estos científicos
esperaban que todas las partículas alfa atravesasen la lámina de oro sin desviarse, o por el
contrario, que fuesen absorbidas. Para su asombro, una pequeña fracción de las partículas alfa
sufrió una fuerte desviación.

Esto indujo a Rutherford a proponer el modelo planetario del átomo, en el que los electrones
orbitaban en el espacio alrededor de un gran núcleo compacto, a semejanza de los planetas y el
Sol. [4]
Descubrimiento del neutrón

En 1918, Rutherford logró partir el núcleo del átomo al bombardear gas nitrógeno con
partículas alfa, y observó que el gas emitía núcleos de hidrógeno. Rutherford concluyó que los
núcleos de hidrógeno procedían de los núcleos de los mismos átomos de nitrógeno. [6] Más
tarde descubrió que la carga positiva de cualquier átomo equivalía siempre a un número entero
de núcleos de hidrógeno.

Esto, junto con el hecho de que el hidrógeno —el elemento más ligero— tenía una masa
atómica de 1, le llevó a afirmar que los núcleos de hidrógeno eran partículas singulares,
constituyentes básicos de todos los núcleos atómicos: se había descubierto el protón.

Un experimento posterior de Rutherford mostró que la masa nuclear de la mayoría de los


átomos superaba a la de los protones que tenía. Por tanto, postuló la existencia de partículas
sin carga, hasta entonces desconocidas más tarde llamadas neutrones, de donde provendría
este exceso de masa.
Este modelo es estrictamente un modelo del átomo de hidrógeno Niels Bohr
tomando como punto de partida el modelo de Rutherford, Niels
Bohr trata de incorporar los fenómenos de absorción y emisión
de los gases, así como la nueva teoría de la cuantización de la
energía desarrollada por Max Planck y el fenómeno del efecto
fotoeléctrico observado por Albert Einstein.
De acuerdo a esto el átomo propuesto por Bohr consiste en un
núcleo de hidrógeno alrededor del cual gira en órbitas circulares
un electrón, ocupando la órbita permitida de menor energía, es
decir, la más cercana al núcleo. El número de órbitas permitidas
para el electrón se encuentra restringido por su nivel energético,
y el electrón puede pasar a una órbita de mayor energía
solamente absorbiendo una cantidad de energía específica
(cuanto).

El proceso inverso también es posible, que un


electrón pase de una órbita de mayor energía a
una de menor, liberando una cantidad específica
de energía
Para explicar la estructura del átomo, el físico danés Niels Bohr desarrolló en 1913 una
hipótesis conocida como teoría atómica de Bohr. Bohr supuso que los electrones están
dispuestos en capas definidas, o niveles cuánticos, a una distancia considerable del núcleo.
La disposición de los electrones se denomina configuración electrónica (Imagen inferior).

Las capas electrónicas se superponen


de forma regular hasta un máximo de
siete, y cada una de ellas puede
albergar un determinado número de
electrones.
La primera capa está completa cuando contiene
dos electrones, en la segunda caben un máximo
de ocho, y las capas sucesivas pueden contener
cantidades cada vez mayores. Los “últimos”
electrones, los más externos o los últimos en
añadirse a la estructura atómica, determinan el
comportamiento químico del átomo.
Niels Bohr propuso que la energía de un
electrón estaba relacionada con la distancia de
su órbita al núcleo. Por tanto, los electrones
sólo giraban en torno al núcleo a determinadas
distancias, en "órbitas cuantizadas", que
correspondían a las energías permitidas.
Schrödinger, fue un físico y premio Nobel austriaco, conocido sobre todo por sus estudios
matemáticos de la mecánica ondulatoria y sus aplicaciones a la estructura atómica.
En 1926, Schrödinger introdujo un cambio revolucionario en el modelo atómico. Según el
modelo propuesto, los electrones no giran en torno al núcleo, sino que se comportan más bien
como ondas que se desplazan alrededor del núcleo a determinadas distancias y con
determinadas energías. Este modelo resultó ser el más exacto: los físicos ya no intentan
determinar la trayectoria y posición de un electrón en el átomo, sino que emplean ecuaciones
que describen la onda electrónica para hallar la región del espacio en la que resulta más
probable que se encuentre el electrón.

Modelo atómico con los electrones comportándose como ondas.


Erwin Schrödinger (1887-1961).
Hoy sabemos que el átomo es divisible, puesto que está formado por partículas más pequeñas,
llamadas partículas subatómicas. Estas pueden ser de tres tipos: Protones, Neutrones y
Electrones. Los protones y los neutrones están en el núcleo y los electrones están en continuo
movimiento formando una “corteza” alrededor del núcleo.
Los Electrones poseen una masa 1.840 veces menor que la del átomo más pequeño (el de
hidrógeno) y tienen carga eléctrica negativa.
Los Neutrones constituyen los núcleos de los átomos junto con los protones. No tienen carga
eléctrica (son neutros) y poseen una masa casi igual a la del protón.

Los Protones están ubicados en el


núcleo tienen carga eléctrica positiva.
El Número Atómico es igual al número
de protones en el núcleo de un átomo.
El Peso Atómico de un átomo es,
aproximadamente, la suma del número
de protones y neutrones existentes en su
núcleo.
Las propiedades químicas de un átomo están determinadas por sus electrones, que se
encuentran fuera del núcleo. El número de electrones en un átomo es igual al número de
protones y determina el número atómico.
La teoría nuclear moderna se basa en la idea de que los núcleos están formados por neutrones
y protones que se mantienen unidos por fuerzas “nucleares” muy intensas.
Para estudiar estas fuerzas, los físicos tienen que perturbar los neutrones y protones
bombardeándolos con partículas extremadamente energéticas. Estos bombardeos han revelado
más de 200 partículas elementales, minúsculos trozos de materia, la mayoría de los cuales sólo
existe durante un tiempo mucho menor a una cienmillonésima de segundo.
Las partículas elementales se pueden dividir en distintas categorías generales. Los hadrones y
leptones se definen según los tipos de fuerza que actúan sobre ellos.
Las interacciones o fuerzas fundamentales se transmiten mediante otro tipo de partículas, las
llamadas partículas de intercambio o intermediarias.
La existencia de Los Gravitones (con asterisco) aun no se ha confirmado experimentalmente.
La Tabla Periódica es una herramienta que agrupa a todos los elementos químicos dispuestos
por orden de número atómico creciente y en una forma que refleja la estructura de los
elementos. Los elementos están ordenados en siete hileras horizontales, llamadas periodos, y
en 18 columnas verticales, llamadas grupos.

Fue Dmítri Ivánovich Mendeléyev


(imagen de la izquierda) en 1869, quien se
propuso organizar los elementos en orden
creciente según sus propiedades químicas
y masas atómicas. Este trabajo fue el
precursor de la tabla periódica y formuló
la ley periódica (en simultáneo con Julius
Lothar Meyer, a la derecha) que afirma
que las propiedades físicas y químicas de
los elementos tienden a repetirse de forma
sistemática conforme aumenta el número
atómico. Mendeléyev, incluso dejó huecos
en su tabla para los elementos que, según
predijo correctamente, aún no se habían
descubierto.
El número atómico de un átomo representa el número de protones de su núcleo. Este número
es constante para cada elemento. Sin embargo, el número de neutrones puede variar, lo que da
lugar a isótopos que tienen el mismo comportamiento químico pero diferente masa. Estos
átomos que, por lo tanto, difieren entre sí en sus pesos atómicos, pero no en sus números
atómicos, se conocen como Isótopos del elemento.
La mayoría de los elementos tienen varias formas isotópicas. Las diferencias en peso, aunque
son muy pequeñas, son lo suficientemente grandes como para ser detectadas por los aparatos
modernos de laboratorio. Además, si bien no todos, muchos de los isótopos menos comunes
son radiactivos y pueden detectarse con un contador Geiger o con una película fotográfica.
Isótopos del hidrógeno.
Descubrimiento de los isótopos
En 1913, Thomson canalizó una corriente de iones de neón a través de campos magnéticos y
eléctricos, hasta chocar con una placa fotográfica que había colocado al otro lado. Observó
dos zonas incandescentes en la placa, que revelaban dos trayectorias de desviación diferentes.
Thomson concluyó que esto era porque algunos de los iones de neón tenían diferentes masas;
así fue como descubrió la existencia de los isótopos. [5]

Formas isotópicas del Carbono.


Descubrimiento de los isótopos
En 1913, Thomson canalizó una corriente de iones de neón a través de campos magnéticos y
eléctricos, hasta chocar con una placa fotográfica que había colocado al otro lado. Observó
dos zonas incandescentes en la placa, que revelaban dos trayectorias de desviación diferentes.
Thomson concluyó que esto era porque algunos de los iones de neón tenían diferentes masas;
así fue como descubrió la existencia de los isótopos. [5]
El número atómico de un átomo representa el número de protones de su núcleo. Este número
es constante para cada elemento. Sin embargo, el número de neutrones puede variar, lo que da
lugar a isótopos que tienen el mismo comportamiento químico pero diferente masa. Estos
átomos que, por lo tanto, difieren entre sí en sus pesos atómicos, pero no en sus números
atómicos, se conocen como Isótopos del elemento.
La mayoría de los elementos tienen varias formas isotópicas. Las diferencias en peso, aunque
son muy pequeñas, son lo suficientemente grandes como para ser detectadas por los aparatos
modernos de laboratorio. Además, si bien no todos, muchos de los isótopos menos comunes
son radiactivos y pueden detectarse con un contador Geiger o con una película fotográfica.
Isótopos del hidrógeno.
Los isótopos del hidrógeno son el protio (sin neutrones), el deuterio (un neutrón) y el tritio
(dos neutrones). El hidrógeno siempre tiene un protón en su núcleo, cuya carga está
equilibrada por un electrón. Las imágenes que se muestran sólo son representaciones
esquemáticas del átomo: en realidad el núcleo es 100.000 veces menor que el átomo, y el
electrón es un millón de veces menor que el núcleo. El tamaño del átomo está determinado por
el movimiento del electrón, que se produce en unas regiones del espacio llamadas orbitales.

Formas isotópicas del Carbono.


Muchas sustancias iónicas se separan fácilmente en agua, produciendo iones libres.
Los Iones no son otra cosa que átomos que han perdido o ganado electrones, cargándose así
positiva o negativamente. Cuando un átomo gana electrones, adquiere un exceso de carga
negativa, formando un ión negativo o anión ( X - ). Cuando un átomo pierde electrones tiene
defecto de carga negativa (más carga positiva que negativa), formando un ión positivo o catión (
X + ).
Muchos iones constituyen un porcentaje ínfimo del
peso vivo, pero desempeñan papeles centrales. El
ion potasio (K+) es el principal ion con carga
positiva en la mayoría de los organismos, y en su
presencia puede ocurrir la mayoría de los procesos
biológicos esenciales. Los iones calcio (Ca2+),
potasio (K+) y sodio (Na+) están implicados todos
en la producción y propagación del impulso
nervioso. Además, el Ca2+ es necesario para la
contracción de los músculos y para el
mantenimiento de un latido cardíaco normal. El ion
magnesio (Mg2+) forma parte de la molécula de
clorofila, la cual atrapa la energía radiante del Sol
en algunas algas y en las plantas verdes.
Las partículas formadas por dos o más átomos se conocen como Moléculas que se mantienen
juntas por medio de enlaces químicos. Dos tipos comunes son los enlaces iónicos y los enlaces
covalentes.
Las reacciones químicas involucran el intercambio de electrones entre los átomos y pueden
representarse con ecuaciones químicas.
Las sustancias formadas por átomos de dos o más elementos diferentes, en proporciones
definidas y constantes, se conocen como compuestos químicos que están formados por
moléculas.
Los seres vivos están constituidos por los mismos componentes químicos y físicos que las
cosas sin vida, y obedecen a las mismas leyes físicas y químicas. Seis elementos (C, H, N, O,
P y S) constituyen el 99% de toda la materia viva. Los átomos de estos elementos son
pequeños y forman enlaces covalentes estables y fuertes. Con excepción del hidrógeno, todos
pueden formar enlaces covalentes con dos o más átomos, dando lugar a las moléculas
complejas que caracterizan a los sistemas vivos.
Cuando los átomos entran en interacción mutua se forman partículas nuevas más grandes.
Estas partículas constituidas por dos o más átomos se conocen como moléculas y las fuerzas
que las mantienen unidas se conocen como enlaces. Hay dos tipos principales de enlaces:
iónico y covalente.
Los enlaces iónicos se forman por la atracción mutua de partículas de carga eléctrica opuesta;
esas partículas, formadas cuando un electrón salta de un átomo a otro, se conocen como iones.
Para muchos átomos, la manera más simple de completar el nivel energético exterior consiste
en ganar o bien perder uno o dos electrones. Este es el caso de la interacción del sodio con el
cloro que forma cloruro de sodio a través de un enlace iónico. Estos enlaces pueden ser
bastante fuertes pero muchas sustancias iónicas se separan fácilmente en agua, produciendo
iones libres.
Los enlaces covalentes están formados por pares de electrones compartidos. Un átomo puede
completar su nivel de energía exterior compartiendo electrones con otro átomo. En los enlaces
covalentes, el par de electrones compartidos forma un orbital nuevo (llamado orbital
molecular) que envuelve a los núcleos de ambos átomos. En un enlace de este tipo, cada
electrón pasa parte de su tiempo alrededor de un núcleo y el resto alrededor del otro. Así, al
compartir los electrones, ambos completan su nivel de energía exterior y neutralizan la carga
nuclear.
Los átomos que necesitan ganar electrones para tener un nivel energético exterior completo y
por lo tanto estable, tienen una fuerte tendencia a formar enlaces covalentes. Así, por ejemplo,
un átomo de hidrógeno forma un enlace covalente simple con otro átomo de hidrógeno.
También puede formar un enlace covalente con cualquier otro átomo que necesite ganar un
electrón para completar su nivel de energía exterior.
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www.biology-books.com/biologia/index.html Universitario. Fondo educativo
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