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CONFLICTOS EN EL SECTOR DE LA MINERIA AURIFERA CHOCOANA

APROXIMACION A LOS PROBLEMAS POR LA TIERRA

1908 - 1932

SERGIO MOSQUERA

UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA

FACULTAD DE EDUCACION

DEPARTAMENTO DE POSTGRADO EN .HISTORIA

BOGOTA, 1988
CONFLICTOS EN EL SECTOR DE LA MINERIA AURIFERA-CHOCOANA

APROXIMACION A LOS PROBLEMAS POR LA TIERRA

1908 - 1932

SERGIO MOSQUERA
Bogotá, Noviembre 15 de 1988

Doctor
JOSE MARIA DE MIER
Coordinador Postgrado de Historia
Facultad de Educación
Universidad Externado de Colombia
Ciudad.-

Estimado Doctor de Mier:


Por medio de la presente, y en mi calidad de Director de Monograffa de
Magister del alumno SERGIO MOSQUERA, comunico a usted que el trabajo ha
quedado debidamente terminado de acuerdo con los reglamentos de la Fa-
cultad y puede presentarse con el fin de optar el correspondiente tftu-
lo.
Atentamente~

GERMAN MEJIA PAVONY


/
\
AGRADECIMIENTOS

A mis padres, JULIO CESAR y MARIA GRACIELA, mis hermanos: CARMEN JU-
LIA, LUZ EMILIA, GRACIELITA, CARLOS DANIEL y JORGE DARlO, quienes
en todos los momentos de mi vida me han llenado de amor y confian-
za sin escatimar esfuerzos.

A las INSTITUCIONES que me albergaron a lo largo de mi carrera estu-


diantil: LA ESCUELA ANDRES BELLO y LA NORMAL SAN PIO X de Istmina,
LA UNIVERSIDAD PEDAGOGICA NACIONAL y LA UNIVERSIDAD EXTERNADO DE
COLOMBIA. Ellas, junto con sus profesores, son responsables, en
gran medida, de mi formación.

A ROSITA GARZON, quien en los últimos años se convirtió e~. construc-


tora de esta obra. Ella, con mucha paciencia, releyó y mecanogra-
fió los borradores en múltiples ocasiones ayudándome a retomar la
investigación en los momentos de incertidumbre.

A todos mis AMIGOS, especialmente a mis COMPAÑEROS DE ESTUDIO, con


quienes vivimos momentos felices en circunstancias difíciles. Gra-
cias por haber creído en mí.

Reconozco que en la realización del presente trabajo adquirí deudas


intelectuales con muchísimas personas que supieron criticar, orien-
tar y aportar valiosas ayudas a la investigación. A todas ellas un
sincero reconocimiento y agradecimiento.
TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCION 7

l. LA OCUPACION DE LOS TERRENOS AURIFEROS :13

1.1 VISION GLOBAL 13

1.2 LEGISLACION SOBRE MINAS 24

1.3 LA NUEVA DISPOSICION SOBRE MINAS 28

1.3.1 Denuncio de Minas.- 29

1.3.2 Posesión de minas.- 30

1.3.3 Títulos sobre minas.- 30

1.4 LEGALIZACION DE LA PROPIEDAD 34

1.5 CONCENTRACION EN LA TENENCIA DE TERRENOS 45

2. SITUACIONES CONFLICTIVAS 49

2.1 EL CASO DE JOSE CICERON CASTILLO 51

2.2 LA PACIFIC METALS Y LA ANGLO COLOMBIAN 63

2.3 LA PRESENCIA DE LA CHOCO-PACIFICO 68

2.4 EL ESTADO Y LA CHOCO-PACIFICO 72

3. LA CHOCO-PACIFICO: CONTINUIDAD DE LOS CONFLICTOS 79

3.1 ENFRENTAMIENTOS CONTRA PARTICULARES 79

V
3.1.1 Disputa por la Mina "Félix Marta".- 83

3.1.2 Controversia por la Mina "El Banco".- 86

3.2 CUANDO LA COMUNIDAD RECLAMA 91

3.2.1 Los vecinos de Condoto.- 92

3.2.2 La protesta de Tadó.- 97

.3.3 LA CHOCO-PACIFICO Vs. LA BRITIHS CORPORATION 101

4. LA SOCIEDAD MINERA "LA LOZANA" 106

4.1 UNA FORMA DE ORGANIZACION DEL MINERO POBRE 106

4.2 CONFLICTOS EN "LA LOZANA" 111

4.3 QUE OCURRIO CON LA LOZANA? 117

A MODO DE CONCLUSION 121

MAPAS:

No. 1 UBICACION DE LA ZONA BAJO ESTUDIO 52

No. 2 LOCALIZACION DE LA CONCESION CASTILLO 56

No. 3 AREA DE EXPLOTACION CONTROLADA POR LA CHOCO-PACIFICO 106

No. 4 UBICACION DE LOS TERRENOS DE LA CHOCO-PACIFICO Y DE


LA SOCIEDAD MINERA LA LOZANA. 112

CUADROS:

No. 1 MINAS DENUNCIADAS EN LA INTENDENCIA DEL CHOCO

DURANTE 1988. 37 y 38

No. 2 TITULOS DE MINAS EXPEDIDOS DURANTE EL AÑO 1908

VI
[A. TITULOS EXPEDIDOS HASTA EL MES DE AGOSTO] 39

[B. TITULOS EXPEDIDOS A PARTIR DEL lo. DE SEPTIEMBRE] 40

No. 3 DENUNCIOS Y TITULOS 1907 - 1927 43

No. 4 MINAS ADJUDICADAS EN EL DEPARTAMENTO DEL CHOCO A LAS

CIAS. CHOCO-PACIFICO Y PACIFIC. METALS CORPORATION 70

BIBLIOGRAFIA 125
INTRODUCCION

El presente trabajo busca conocer la evoluci6n estructural en la te-

nencia de los terrenos aura-platiníferos en el.Choc6, concretamente

en la sub-regi6n del río San Juan. Así mismo, pretendemos estudiar

los conflictos que los cambios en dicha tenencia han generado en el

área.

Aquellos conflictos parecen ser el resultado de cambios que se pre -

sentan en la regi6n, entre 1908 y 1932, donde formas modernas en la

tenencia actuaron como disolventes de prácticas pre-modernas muy ex-

tendidas en la zona. (*) Las formas modernas están dirigidas a la a-

propiaci6n legal de los terrenos, justificando así la expulsi6n de


~

que son víctimas sus poseedores. Como resultado de estos procesos

surge un interés por la titulaci6n de dichos predios, ya que el títu-

lo constituye la única garantía de propiedad reconocida por el Esta-

do.

(*) Cuando hablamos de prácticas pre-modernas y modernas estamos ha-


ciendo alusi6n a las formas de apropiaci6n de los terrenos mineros.
Las primeras son validadas por la comunidad, dictadas por las normas
tradicionales y carecen de validez ante la Legislaci6n Colombiana.
Las segundas ¿on reconocidas por el Estado. '
Por otra parte, este trabajo es importante en la medida que aborda

el conocimiento de los problemas que se sucitaron en un campo especí-

fico de la historia colombiana, el cual ha sido poco estudiado duran-

te el presente siglo. Aquel rengl6n, la minería, es uno de los pri-

meros que empieza a desarticular la herencia premoderna que domina el

escenario nacional a principios del siglo XX. Resulta importante,

entonces, volver a él para conocer en que medida los cambios opera~

dos en éste sector afectaron dicha estructura.

La elecci6n de la regi6n y el período obedece, la primera, por consi-

derar que debido a sus condiciones como productora de riquezas aura-

platiníferas estos procesos se presentaron allí. La segunda raz6n

escogencia del período, tiene que ver con el auge de las inversiones

que se realizaron en el sector minero por parte de extranjeros y na-

cionales en las dos primeras décadas del presente siglo. En dicho

sector empiezan a consolidarse centros de enclaves mineros, los cua-

les adquieren grandes extensiones de tierras para el desarrollo de

sus actividades. La parte final del período lo marca el desestímulo

en las inversiones mineras. Motivos como la baja de los precios del

platino a nivel mundial, la casi titulaci6n de las áreas ricas en di-

chos metales en el Choc6, conllevan al descenso de los trámites e in-

versiones para obtener el respectivo título de propiedad y con ello

a una disminuci6n paulatina en las situaciones conflictivas.

Algunas de las situaciones anotadas arriba constituyen para que en el

8
Chocó comience a gestionarse cierta presión por la posesión legal de

la tierra, y con ello al desencadenamientode conflictos entre quienes

aspiran a obtener el título del predio. Esto es comprensible ya que

la posesión de este medio de producción, la tierra, es causa de cons-

tantes enfrentamientos entre hombres y naciones, pues el no poseerlo

puede acarrear la miseria de algunos y la fortuna para otros. Esta

consideración es aplicable para toda la población chocoana. Ella ha

dependido tradicionalmente de la extracción de los metales preciosos

que almacena el subsuelo, siendo esto un aliciente más para que se

presenten conflictos por la tenencia de la tierra al sentirse amena-

zados, sus poseedores, con el despojo de que pueden ser víctimas.

Hemos empezado, en este estudio, por destacar el importante papel que

tuvo el oro como factor de poblamiento, no solo en el Chocó y la Nue-

va Granada sino en el continente Americano. Por detrás del proceso

de poblamiento, tras la busqueda de oro, se ocultaban problemas de

carácter legal sobre los derechos de las minas. Ellos van a revestir

una característica específica en la región chocoana, debido a sus con-

diciones como productora de oro durante toda la colonia y a las prác-

ticas de apropiación y explotación heredadas de aquel período. Ade-

más, en esta región la economía minera se asentó básicamente sobre

relaciones de producción esclavista, y al extinguirse dicho sistema

dejo sin resolver, parcialmente, el problema de la legalidad de los

títulos de propiedad de las minas. Hecho que se agrava desde fina -

les del siglo XIX cuando entra en vigencia el código de minas que vie-

9
ne a regular las actividades en este ramo. Como consecuencia, vamos

a encontrar en el Chocó prácticas premodernas y modernas en la pose-

sión de los terrenos mineros, las cuales comienzan a propiciar con -

flictos por la tenencia de la tierra.

En la segunda parte del trabajo h~emosuna exposición del desencade-

namiento de varias situaciones conflictivas, entre personas natura -

les y jurídicas. En las cuales el papel del Estado varía según sean

las personas invólteradas en el conflicto: unas veces actúa como com-

ponedor o arbitro entre las partes, y otras para proferir sentencias

de lanzamientos contra quienes ocupan en forma ilegal un predio en

disputa. De igual manera, reconstruímos el surgimiento de la Chocó-

pací.fico y el significado de su presencia en la zona como único mi-

nero capitalista, el cual constituye alianzas de hecho con el Estado

colombiano, quien atravieza por el proceso de modernización capita -

lista.

En el tercer capítulo nos hemos ocupado por seguir la continuidad de

los conflictos contra la Compañía Minera Chocó-pacífico. Ella ha ad-

quirido extensas áreas en la provincia del San Juan y esto le permi-

te desplazar a otros competidores, tratese de personas jurídicas o

naturales, porque es ella quien puede exhibir títulos legales de po-

sesión. Una de estas personas jurídicas fue la British Corporation,

de origen ingles, que se vió forzada a abandonar labores en la zona

por no diponer de áreas suficientes. La gran mayoría ya estaba titu-

10
lada a favor de la Choco-pacífico. Así mismo, contra esta compañía

tuvieron que protestar algunas poblaciones - como en los casos de

Condoto y Tadó- cuando ella intentó dragar áreas urbanas.

En el cuarto capítulo cerramos este estudio mirando como la Compañía

Minera Chocó-pacífico en su proceso de expansión no sólo desalojó en

importancia la producción del minero pobre, sino que absorvió algunas

de las formas de organización en las labores de explotación. Una de

ellas fue la Sociedad Minera "La Lozana", cuyos socios eran mineros

pobres que realizaban trabajos con técnicas y métodos ya superados

por el desarrollo capitalista. Esta sociedad, con domicilio en Con-

doto, poseía legalmente algunas extensiones de terrenos en los cuales

adelantaba labores. La Chocó-pacífico comenzó a comprar acciones en

dicha sociedad y finalmente se quedó con todas las pertenencias de

"La lozana".

Por último, queremos manifestar que las fuentes escritas sobre este

tema son muy reducidas, muchas de ellas han sido destruídas, algunas

por los efectos del paso del tiempo sumado a las condiciones climáti-

cas de la región y otras, por funcionarios para quienes éstas no re-

vestían importancia. De ello se desprende, en gran medida, las in -

consistencias y lagunas presentes en el actual trabajo. La mayor in-

formación encontrada, la cual usamos constantemente, reposa en el Ar-

chivo Histórico Nacional, Fondo Ministerio de Gobierno, porque ante

este despacho recaían frecuentemente los problemas regionales para

11
que el titular de la cartera orientara a sus representantes en las

medidas a seguir.

12
CAPITULO l.

LA OCUPACION DE LOS TERRENOS AURIFEROS

1.1 VISION GLOBAL: La busqueda de oro como factor de poblamiento.

Desde principios del siglo XVI la corona española, a quien pertene -

cían los territorios de la nueva Granada, no ocultó su ambición por

explotar los recursos que gsto~ albergan. Los Españoles demostraron

gran intergs por 1as riquezas mineras, especialmente el oro y la pla-

ta, debido a los requerimientos del sistema económico mundial, los

bajos costos en su obtención, las altas ganancias reportadas, las fa-

cilidades de transporte por volúmen y su significación como medio de

ascenso social. Pero, en muy pocas ocasiones la corona española se

mostró dispuesta a beneficiar directamente las minas. De aquí que

Carlos V dictara la real cgdula del 9 de diciembre de 1526, la cual

entre otras disposiciones permite que:

"Todas las personas de cualquier estado, condición,


preeminencia o dignidad, españoles e indios (queda-
ron exceptuados los extranjeros) puedan sacar oro,
plata, azaque u otros metales .•. en todas las minas
que hallaren o donde quisieran y por bien tuvieran,
y las coger y labrar libremente sin ningún ggnero de
impedimento, con la condición de pagar el impuesto
real respectivo y de observar las leyes genera-
les y las ordenanzas hechas en cada provincia
siendo confirmadas por el Rey •.•• " (1).

Con ésta cédula, la corona cedía la explotación de las minas a los par-

ticulares para que ellos las beneficiaran, pero debían hacer pago del

respectivo impuesto. Ante ella, o sus representantes, se solicitaban

los permisos de explotación para obtener el derecho a adelantar dichas

labores. Pero la corona se reserva para sí la propiedad del suelo y

el subsuelo al considerar las tierras como realengos. La cédula ante-

rior autorizaba a los súbditos españoles para buscar y explotar yací-

mientas auríferos y platiníferos en forma incesante. Ciertas noticias

que llegaban a España, unidas al deseo de hacer fortuna, despiertan

la imaginación de los peninsulares y propician una oleada migratoria

hacia estos territorios.

El primer contacto e intento de explotación, por parte de los recien

llegados, fue en forma desorganizada. En ella, el vandalismo y la ra-

piña asumieron carácteres destructores para con la población y cultu-

ra indígena. En este período, siglo XVI; en gran parte en lo sucesi-

vo, el ansia por conseguir fortuna en forma rápida se dirige a la bús-

queda y consecusión, a través de cualquier medio posible, del precia-

do y codiciado oro.

1vELEZ, Fernando y URIBE, José. Código de Minas de Colombia. Medellín


Imprenta del Departamento, 1980, pag. 2.

14
La corona española asumió también la responsabilidad de racionalizar

la explotación, por cuanto no podía dejar que dicho desorden se per-

petuase, ya que iba en desmedro de su fisco. En la real cédula de Car-

los V se observa un intento por organizar la producción y explotación

aurífera. Más adelante esta política es continuada por instituciones

como la encomienda y la mita.

Durante todo el período colonial rigieron medidas tendientes a estimu-

lar la producción de oro, las cuales redundarían en mayores beneficios

económicos para la corona. Según Vicente Restrepo, pionero de los es-

tudios sobre minería aurífera en Colombia:

"Los reyes católicos habían fijado un impuesto de la quinta


parte de todo el metal que se estrajese, Carlos V estable -
ció un impuesto, llamado del quinto y cobo, de 1 y medio por
ciento. En 1678 se pagaba el veintena (dos tercios por cien
to), en 1755 se cobraba el dos por ciento por derecho de fu~
dición y el Virrey Salís lo rebajó al uno por ciento." (2)

Todas éstas medidas estaban dirigidas a evitar la evasión del oro, al

rebajar los impuestos se perseguía hacer más posible su pago. Estas

políticas resultaban atractivas para los productores, quienes concu-

rrían a las cajas reales para efectuar los pagos.

2RESTREPO, Vicente. Estudio sobre las minas de oro y plata en Colom-


bia. Medellín. Fondo de publicaciones, FAES. 1979, pag. 220

15
La corona no solo dispuso de este tipo de medidas para beneficiarse

con el pago de impuestos por concepto de la producción de oro. Tam-

bién son importantes las que, aunque en forma indirecta, contribuye-

ron a sostener los ingresos provenientes de este sector. Según un es-

tudio de Colmenares, en el primer ciclo productivo de oro; cuyo auge

lo sitúa hasta 1640, fue utilizada básicamente mano de obra indígena,

la que se agotó rápidamente. En este ciclo fueron ocupados y explo-

tados los territorios de Santa Fé y Popayán. Entre los años 1640/80

se situa un período de recesión, el cual ~ a afectar los ingresos rea-

les por cuanto la producción tuvo un descenso pronunciado. A finales

del siglo XVII la producción empieza a recuperarse; con un nuevo auge

que va a llegar hasta la primera década del siglo XIx.(3). Este se-

gundo ciclo es favorecido por la ocupación de nuevos territorios, los

cuales cubren parte de Antioquia y la región Chocoana, y por la trata

negrera. Esta, en su forma de asentamientos; que dura hasta 1789; y

con el libre comercio que se extiende hasta la independencia, va a

proveer al sector minero de una abundante mano de obra, lo que permi-

te el crecimiento de la producción. Al ésta elevarse, la corona per-

cibe mayores impuestos por la explotación de las minas, por el pro -

dueto obtenido y por el comercio esclavista.

La Corona, con las medidas sobre el comercio esclavistas, contribuye

(3)coLMENARES, Germán. La economía y la sociedad coloniales. 1500- .~


1800 en Manual de Historia de Colombia, Tomo I, Bogotá, Colcultura,
1982. pags. 238-240.

16
directamente a recuperar la productividad minera e indirectamente se

procura unos ingresos provenientes de este sector.

Por lo que hemos expuesto, en forma rápida, se desprende que la ocu-

pación del actual territorio colombiano, por lo menos hasta la prime-

ra década del siglo XIX, gira en gran medida en torno a las activida-

des mineras, especialmente la aurífera. Esta, al ampliar sus fronte-

ras de explotación iba llenando ciertos espacios "vacíos" existentes

en el territorio. Aunque muchas de estas ocupaciones no tuvieron un

carácter permanente, ni estuvieron muy ligadas al resto del virreina-

to, no por ello dejaron de representar las más grandes avanzadas en

la extensión, ocupación y población del territorio durante la época

colonial.

El carácter inestable de estas ocupaciones se encuentra estrechamente

ligado con las condiciones económicas que favorecen dichos poblamien-

tos. Por tratarse de ocupaciones que giraron en torno a la extrae -

ción aurífera, estas van a tender a la migratoriedad. Cuando se pro-

duce un período de auge los pobladores permanecen en sus alrededores,

o se convertían dichas regiones en centros de atracción poblacional.

Si las minas daban síntomas de agotamiento, sus ocupadores migraban

en busca de otras. Por esto muchas poblaciones en torno a este tipo

de minerÉ las podemos considerar como fantasmas. Ellas aparecen y de-

saparecen con el auge productivo, lo cual las hace figurar como cen -

tros de emporio transitorio. La débil integración de estas poblacio-

17
nes con el resto del virreinato fue consecuencia de las distancias que

las apartaban de los centros políticos, econ6micos y comerciales, la

casi inexistencia de vías de comunicaci6n que las hacían impenetrables

y la carencia de un comercio regular de abastecimientos. Además, los

pobladores no se sedentarizaban porque en estas regiones no realiza -

ban ningún tipo de inversiones que les hiciera permanecer allí.

Tratando un poco más de cerca la regi6n que nos ocupa, el Choc6, ob

servamos que ésta tambieñ ha sido permeabilizada por los fenomenos

descritos. En ella, y desde muy temprano, los peninsulares en su afan

por conseguir riquezas la penetraron y lentamente fueron ocupandola y

estableciendo pequeños poblados, como Santa María la Antigua del Da-

rién; en elsiglo XVI, los cuales tuvieron esplendorosa vida de corta

duraci6n.

Las noticias acerca de que en el Choc6 existían abundantes riquezas

auríferas estimulaban la realizaci6n de expediciones a esta zona, en

busca de las mismas. Vicente Restrepo nos presenta apartes de una

carta dirigida al Rey de España por Vasco Nuñez de Balboa, en 1513,

en la cual le afirma:

Yendo este río grande de San Juan (Atrato) arriba hasta trein
ta leguas sobre la mano derecha, está una provincia que se -
dice de Abanumaquí que tiene gran disposici6n de oro; tengo
nueva que hay en ella ríos de oro muy ricos, sélo de un hi-
jo del cacique de aquella provincia que tengo aquí y de o -
tros indios e indias de aquella tierra ••.• Tengo por nueva
cierta que yendo este Río de San Juan cincuenta leguas, que

18
hay muy ricas minas de la una parte del río y de la otra. (4)

Es muy probable que en la busqueda de dichas minas Balboa, además de

encontrarse con el Oceano Pacífico, pudiera ocupar algunos territorios

y contribuyera en ellos pequefios poblados que les sirvieran por lo

menos de puntos de referencia, campamentos o centros de partidas pa-

ra futuras expediciones en busca de oro. Como ocurrió con Santa Ma-

ría la Antigua del Darién, población que había fundado en 1510 y de

donde se desplazaba continuamente.

Quienes poblaban esta región, indígenas de la familia Chocoes, no fue-

ron fáciles de someter, al igual que otras del país. Por eso contra

ellos se debió emplear alguna clase de violencia. Los indios e in -

días que, de acuerdo a la versión dada por Balboa, le proporcionaron

información sobre la existencia de las mencionadas minas debieron ha-

ber sido forzados para ello y Balboa, por temer fuese un ardid para

ahuyentarlo, prefirió retener, llevándoselo como guía, al hijo del

cacique para que lo condujese a los lugares mencionados.

Balboa no fué el único Espafiol en llegar a la Región chocoana. Lo hi-

zo también Pascual de Andagoya, quien remontando el río San Juan, des-

de Buenaventura, logró llegar a la actual Novita en el siglo XVI.

4RESTREPO, Vicente. op. cit. No. 1, pag. 71

19
Debido al carácter belicoso de las tribus chocoes, el primer contacto

con ellas no se escapó de los actos violentos. Estos eran de esperar-

se si se tiene en cuenta el impulso natural que brota de todo indivi-

duo para oponerse a la dominación, sumado a la forma como llegaban mu-

chos españoles era un ingrediente más para producir choquesviolentos.

Al respecto, y sobre los indios de la región, Restrepo nos dice que:

"Las tribus que poblaban la extensa y ardiente región del Chocó eran

indómitos y feróces, que por muchos años fueron el terror de las po -

blaciones situadas al norte de la provincia de Popayán. Los Españoles

no habían podido someterlas. Los Jesuitas resolvieron convertirla al

cristianismo; ellos entraron al Chocó en 1654 y establecieron allí mu-

chas misiones florecientes" ( 5 ). Es de comprenderse que la fácil la-

bor realizada por los Jesuitas ya había sido adelantada, duramente,

por las huestes conquistadoras. Detras de la espada viene la cruz.

En las postrimerías del siglo XVII, ya habiendo sido vencidas algunas

hostilidades, irrumpe la extracción del oro chocoano para revitalizar

la producción Granadina, lo cual va a coincidir en el segundo ciclo

del oro que nos habla Colmenares.

La afluencia a la región chocoana, por parte de extranjeros y súbditos

de la corona, va a ser notoria durante los siglos de la colonia. En

5RESTREPO, Vicente. op. cit. No. 2, pag. 71.

20
el siglo XVII se dió un proceso de poblamiento acelerado, aunque no

muy estable, que de una forma más racional explotó las minas aurífe-

ras de veta y aluvión. Por ejemplo, las famosas minas de Cana y el


6
Espíritu Santo, en el sector del Dariin ( ), en el que a mediados del

siglo XVII ya existían algunos poblamientos, de carácter más estable,

como los de Troncoso, Sabalo, Tayecua, Arquití, etc ••• y en donde se

creó el real de minas de Santa María.

No hay indicios probables de que las tribus chocoes hallan sidomuy nu-

merosas y de una organización compleja, como si existieron varias en

el interior del país. Pero, al escasear la mano de obra para el desa-

rrollo de las actividades mineras, ista tuvo que ser reemplazada con

la introducción de esclavos. Así lo afirma Tirado Mejía:

"Como a la llegada de los Españoles no existían en estas re-


giones tribus numerosas y desarrol+adas y los indígenas que
la poblaban eran sumamente belicosos y fueron exterminados,
fui necesario para los Españoles asentar la economía sobre
la esclavitud" (7).

Esta situación se va a asentuar a finales del siglo XVII, cuando la

corona española otorga mayor número de licencias para el tráfico es-

clavista.

6RESTREPO, Vicente. op. cit. No. 3 pags. 134-144

7TIRADO MEJIA, Alvaro. Introducción a la Historia económica de Colom


bia. Medellín, Editorial La Carreta, 4a. Ed. 1975, pag. 46

21
Desde muy temprano, en el siglo XVII, ya se aprecia en el Chocó el la-

boreo de las minas con la utilización de esclavos africanos. Restre-

po nos informa que: En 1717 llegó del Chocó Sebastián Moreno de la

Cruz con una cuadrilla de esclavos y denunció las minas de aluvión del

Llano de Sopia •• "(B) Aquí se puede ver el carácter migrante que carac-

terizó este tipo de minería, pero desconocemos los motivos, que en es-

te caso particular, indugeron a Sebastián a abandonar sus labores en

el Chocó en un período de pleno auge productivo.

Quienes más van a intensificar la explotación de las minas chocoanas

bajo el sistema de producción esclavista, son personajes influyentes

del Cauca. Extrayendo un aparte del texto de Colmenares, este nos di-

ce:

En 1720 cuando el Cauca eleva su producción de oro no hay


duda que la mayor cantidad proviene del Chocó. A comien-
zos del siglo XVII, poseían cuadrillas de esclavos negros
en el Chocó, personajes conocidos en Popayán como Francisco
Arboleda, los hermanos Mosquera, etc. Estos personajes, que
controlaban también inmensas encomiendas, ejercieron el go-
bierno delegado de la provincia. (9)

Aquellos personajes entraron al Chocó ampliando la frontera minera,

la cual les proporcionaría óptimas fortunas. También se puede obser-

var que cierto capital acumulado por ellos a través de la encomienda,

8RESTREPO, Vicente. op. cit. No. 4, pag. 73

9cOLMENARES, Germán. Historia económica y social de Colombia. Medellín,


Edit. La Carreta, 1975, pag. 234.

22
la cual produjo algunos excedentes que podfan ser comercializables, ha

sido trasladado a las actividades mineras. Además la posesión de ex-

plotaciones agrfcolas en el Cauca les permite abastecer de alimentos

sus distritos mineros. Es de anotar que ellos no residieron en los

centros de laboreo, tenfan a su disposición capataces a quienes dele-

gaban sus actividades en el Chocó.

Durante el siglo XVIII el auge del oro chocoano va a propiciar la ocu-

pación de este territorio en forma incesante. "Según un censo de mi-

nas y esclavos hecho en el año de 1759, habfa en el Chocó 63 minas y


1
otros tantos propietarios que posefan 4.216 esclavos" ( 0) Lo cual es

una muestra evidente que la minerfa aurffera constitufa el motor de

ocupación y poblamiento de la región. Por otra parte, este tipo de po-

blamiento, al rededor de la economía minera esclavista, empezaba a con-

figurar la composición étnica de la zona.

Hasta aquf hemos hecho alusión a la importancia que tuvo el oro en la

población del territorio Granadino, especialmente en la zona del Cho-

có. Pero, detras de la explotación de las minas, existe una formula-

ción de legalidad de la cual pasaremos a ocuparnos. Esta, en gran me-

dida, determina los conflictos presentados en el Chocó a partir de la

primera década del siglo XX.

10VELEZ, Fernando y URIBE, José. op.cit. No. 1, pag. 3

23
1.2 LEGISLACION SOBRE MINAS.

En el transcurso del período colonial rigió en el Chocó, y en la Nueva

Granada, una débil legislación sobre los derechos de minas. En ella

el denuncio del hallazgo o descubrimiento de una nueva mina era . pa-

so previo para solicitar la posesión respectiva. Esta le otorgaba,

al denunciante, el derecho para explotar los recursos que en ella se

encontraran, pero en ningún caso el denuncio concedía título de propie-

dad sobre el terreno, puesto que éste era propiedad de la corona. An-

te ella, o sus representantes, se cursaban estas diligencias. Una vez

la mina entraba a producir, el beneficiario pagaba ante las autorida-

des reales el impuesto que la corona ya había fijado, el cual se co-

braba sobre el total de la producción. Esta apreciación ya se obser-

va en la Real Cédula dictada por Carlos V, citada anteriormente, y en

las reformas introducidas posteriormente.

Al iniciarse el período republicano la reglamentación española quedó

con efectos legales. Vélez y Uribe así lo atestiguan: ''en la nación

continuó vigente el derecho español después de la independencia mien-

tras no fue expresa o tácitamente reformado o derogado por el legisla-

dor colombiano. La derogación expresa de todo él, sólo la contiene el

artículo 15 de la ley 153 del 24 de agosto de 1887 que dice: "todas


11
las leyes españolas están abolidas" ( ). Una normatización que regu-

11 vELEZ, Fernando y URIBE, José. op. cit. No. 2 pag.17

24
lara especialmente este ramo, a nivel nacional, no se había dado.

Aunque ciertas leyes se habían dictado acerca de la minería aurífera,

un nuevo derecho minero sólo aparece hacia 1.887.

Algunas leyes,indicadas por Vélez y Uribe, dictadas con antelación a

la ley 153 de 1.887 son: la ley del 5 de agosto 1.823, en la cual el

ejecutivo queda autorizado para dar en arrendamiento las minas de la

república, menos las de platino. Posteriormente, la ley del 10 de

mayo de 1.834 suprime las atribucionffi de los gobernadores en el ramo

de las minas. Luego, la ley del 16 de mayo de 1.836 dispone las ren-

tas provenientes de las minas como provinciales. En 1858 se declaró

que las minas de oro pertenecieron a los estados soberanos, quienes

quedaban facultados para su administración. Sólo hasta 1.886, cuando

la nación se constituye como república unitaria, la propiedad de las

minas se revierte al Estado. La Constitución declara al respecto:

Art. 202. Pertenecen a la República de Colombia •••. 2o.


los baldíos, minas y salinas que pertenecían a los Esta-
dos, cuyo dominio recobra la nación, sin perjuicio de los
derechos constituídos a favor de terceros por dichos esta-
dos, o a favor de éstos por la Nación a título de indemni-
zación. 3o. Las minas de oro, de plata, y de platino y de
piedras preciosas que existan en el territorio nacional,
sin perjuicio de los derechos que por leyes anteriores ha-
yan adquirido los descubridores y explotadores sobre algu-
nas de ellas. (12).

A partir de este momento quedaban sin efectos legales todos los dere-

12 vELEZ, Fernando y URIBE, José. op. cit. No. 3, pag. 17

25
chos sobre minas otorgados con anterioridad a la promulgación de esta

norma. El Estado daría una nueva legislación que regiría en todo el

territorio nacional.

Habíamos hecho mención sobre la permanencia intacta de las leyes espa-

ñolas después de la independencia, en lo referido a los denuncios de

minas. Intentamos, con las limitaciones que nos imponen la carencia

de fuentes, por la casi inexistencia de archivos regionales; recons-

truír el proceso vivido en el Chocó.

Desde tiempo coloniales, y hasta 1906, la región chocoana era parte

integrante del extinto estado soberana del Cauca. Como tal, quedaba

cobijado por la reglamentación minera que en él rigiera y en su capi-

tal se efectuaban todas las diligencias con respecto a trámites lega-

les sobre posesión, adjudicación o titulación de minas. Proceso que

sólo hasta después de 1906 se trasladó a Quibdó, sede capital de la

intendencia del Chocó. Estos trámites, de denuncio y posesión, que-

daron sin validez al término del mandato español. Los cuales debían

ser expedidos por el Estado Colombiano, quien así lo dispuso en las

leyes de 1.823 y 1.858.

Durante el período colonial la minería chocoana se había asentado, bá-

sicamente, sobre relaciones de producción esclavistas. Al término de

este período, los propietarios de las minas sólo tuvieron que revali-

dar sus derechos ante el nuevo Estado. Ellos conservaron intactas las

26
estructuras de producción que venían operando, puesto que las leyes

dictadas estaban orientadas hacia los derechos de las minas, sin ata-

car el sistema de producción económico que en ellas regía. La escla-

vitud sólo va a ser abolida a mediados del siglo XIX, con lo cual los

esclavistas pierden sus derechos sobre la propiedad de la mano de obra,

más no sobre la propiedad de las minas. Hecho que se dará definitiva-

mente después de 1886.

Es muy posible que, entre la liberación de los esclavos y 1886, se ha-

ya producido un desestímulo para continuar invirtiendo en la minería

chocoana. En ella debían cobrar efecto nuevas relaciones de produc -

ción e introducir una tecnología más moderna, si se querían obtener

buenos resultados. Esto elevaría inevitablemente los costos de pro -

ducción; además, los propietarios de las minas en el Chocó no residián

usualmente en la región, ni eran ellos quienes realizaban directamente

el trabajo.

Ante esta nueva situación, muchos de ellos optaron. por abandonar di-

cha actividad. Nuestra operación se ve confirmada, parcialmente, si

comparamos los datos sobre el volúmen de la producción chocoana con la


de otras zonas, especialmente la antioqueña, que nos presenta Ocampo.
En el cual, según este autor, la producción antioqueña rebasa la cho-
coana durante el siglo XIX. Ello es reflejo, en cierta medida, de la
quiebra y abandono de la esclavitud chocoana y de las bases de produc-
ción diferentes que operan en Antioquia. (13)

13ocAMPO, José Antonio. Colombia y la Economía mundial 1830-1910, Bo-


gotá, Ed. Siglo XXI, 1984, pp. 347-359

27
Qué acontece con la propiedad a partir de la liberación de esclavos?.

Es a partir de este momento cuando empieza a darse la ley de la cos -

tumbre en la apropiación de los terrenos en el Chocó. Los antiguos

esclavos, que constituían la mayoría de la población, vivían para la

explotación de los recursos auríferos. El producto de este trabajo

era apropiado por el esclavista. Ahora ya libres, lo único que se de-

dicaron a hacer fué continuar explotando las minas, para que éstas les

permitieran seguir sobreviviendo pobremente, utilizando las técnicas

rudimentarias que ya conocían. Carentes de conocimientos y dinero pa-

ra realizar los trámites legales tendientes a la adquisición del pre-

dio, muchos nativos ocuparon y explotaron pacíficamente algunas tie -

rras, erando una tradición hereditaria en la apropiación de los terre-

nos auríferos. Contra esta estructura pre-moderna van a enfrentarse

las nuevas normas que empiezan a regir desde 1.887.

Lo expuesto arriba no invalida el hecho de que algunas personas hallan

realizado los trámites que obliga la ley. Estos son casos aislados y

excepcionales que van a pesar poco sobre el conjunto de la población,

sin alterar sustancialmente el fenómeno más generalizado.

1.3 LA NUEVA DISPOSICION SOBRE MINAS.

El código de Minas colombiano sólo aparece, y empieza a regir, a par-

tir de la promulgación de la ley 38 del 15 de marzo de 1.887, cuando

28
el Concejo Nacional Legislativo decreta:

Art. lo. Adóptase el código de minas del extinguido Estado de


Antioquia, y las leyes de éste que adicional aquel, con excep-
ción de la ley 38 de 1.887 en la parte que fué suspendida por
La Corte Suprema, con las reformas contenidas en la presente
Ley. (14).

Con la sanción de esta ley se dotó al Estado Colombiano de un código

especial para regular las actividades del sector minero. Por otra par-

te, esta ley pretende ligar la dinámica minera chocoana a la de la so-

ciedad colombiana. A través de aquel hecho institucional, el código

de minas, persigue evitar que rijan en el país, en las diferentes re-

giones, distintas prácticas en los asuntos mineros.

En este estudio nos limitaremos sólo a observar, las partes de dicho

código que más importancia revisten como causales en la gestación de

conflictos. Luego, confrontaremos dichas normas con las prácticas tra-

dicionales que venían operando en la zona, determinando así las carac-

terísticas de los enfrentamientos.

1.3.1 Denuncio de minas.- En el capítulo 4o. del citado código, en

su artículo 22, establece que el descubridor de una mina, nueva o an-

14 VELEZ, Fernando y URIBE, José. op. cit. No. 4, pag. 55.

29
tigua, deberá denunciarla dentro de los noventa días siguientes a a-

quel en que se repite el hecho. Este capítulo, que consta de doce ar-

tículos, fija los procedimientos legales para realizar las diligencias

legales sobre el denuncio.

1.3.2 Posesión de minas.- El capítulo 5o. del mismo código determina

que una vez introducido el escrito de denuncio de una mina con las for-

malidades establecidas en el artículo 33, el poder ejecutivo mandará

dar la posesión de la mina al denunciante. Los restantes artículos

de este capítulo instruyen sobre las formalidades para dar la posesión

por parte de la autoridad.

1.3.3 Títulos sobre minas.- Este es el documento que garantiza la

propiedad de una mina; en él consta que el Estado le ha cedido la po-

sesión. Las disposiciones previas para obtener la propiedad de la mi-

na están consagradas en el capítulo 7o. del respectivo código.

Analizando lo referente a denuncios y posesiones de las minas, nota-

mos que estos no garantizan la propiedad de las mismas~ Así se in -

fiere del artículo 117 que dice: "El que dé el aviso del que habla el

a~tículo 8o. adquiere, por este sólo hecho, un derecho a dicha mina,

preferente al de toda otra persona". Este derecho sólo es una prela-

ción en caso de presentarse otros aspirantes a obtener la posesión o

30
el título. Igualmente, este derecho de prelación, puede ser perdido

si el denunciante no cumple con las prescripciones ordenadas en los

incisos lo. a 6o. del artículo 118.

Estas disposiciones contradicen la práctica que se venía efectuando

en la región chocoana, ya que no tiene en cuenta que los mineros, en

muy pocos casos, concurren a denunciar las minas por considerarlas pro-

piedad hereditaria. Olga Moneada, al observar la forma tradicional

como se realiza el denuncio, nos dice: "El registro del mismo consis-

te en su limpieza y delimitación, teniendo en cuenta que el área no ha

sido desmontada o sembrada antes, lo cual sería índice de que perte -

necía a otra persona". (lS) Esto nos indica como se adelanta el denun-

cio o registro de un terreno con posibilidades de explotación aurífe-

ra. El minero desmonta la selva donde va a realizar sus labores y em-

pieza a hacer el cateo. Es decir, la prueba empírica que le permite

verificar la existencia o no de proporciones metalíferas significati-

vas. Si este cateo es favorable llama a otras personas, regularmente

familiares y parientes, para emprender el laboreo de la mina quedando

así denunciada la mina ante la comunidad. Si surge algún reclamo por

otra persona que pretende ser el propietario, por haberla descubierto

o beneficiado antes, el minero abandona el área o llegan a un acuerdo

15MONCADA ROA, Olga Inés. Chocó: Explotación de Minas y mineros. Bo-


gotá. Editora Guadalupe, 1.979. pag. 78.

31
por el cual el dueño participa de los beneficios que se obtengan mien-

tras dure la explotación, si este caso de reclamo no llega a presen -

tarse, el minero considera la mina de su propiedad y toma posesión de

ella. Quedando con derecho de trasmitirla a sus descendientes.

Por esta práctica, se vuelven casi imperantes las disposiciones del

código de minas en el Chocó; el denuncio que éste ordena lo legitima

la comunidad y no las aútoridades del Estado. La comunidad juega un

papel importante, como sustituta del Estado en la regulación de las ac-

tividades en este ramo. Ella ha recibido las normas de sus antepasa-

dos y a la vez debe transmitirlas a las próximas generaciones.

Las posesiones otorgadas por la comunidad vienen a ser posesiones de

hecho, y no de derecho. Segfin lo estipulado por el código de minas,

estas posesiones no son reconocidas como válidas por el Estado. Por

lo tanto, el Estado puede entregar una mina a otras personas siempre

y cuando cumplan las formalidades exigidas a la luz del derecho vigen-

te. Con estas disposiciones el Estado empieza a debilitar y desinte-

grar toda una ~estructura pre-moderna, en donde el papel de autoridad,

que reposaba en la comunidad, es transferido a sus representantes le-

gales. Esto va a tener consecuencias prácticas en el ramo minero Cho-

coano, porque si la posesión de una mina, aceptada por la. comunidad,

carece de validez ante las autoridades del Estado, el individuo se

siente menos ligado a su comunidad y buscará obtener dicha validez an-

te las autoridades que se la puedan dar y respaldar.

32
Es este uno de los factores que van a estar presentes en el crecimien-

to de los denuncios de minas en el Chocó a partir de 1.908. Recurrir

al denuncio, ante las autoridades estatales, es una forma de sustituír

la seguridad amenazada o perdida en la comunidad. Este proceso va li-

gando al individuo con un panorama más amplio, sus relaciones van de-

jando de ser comunales para integrarse, lentamente, a un contexto na-

cional, del cual emana la autoridad. La noción de Estado, como crea-

ción social y política, empieza a cobrar más sentido y presencia. Es

él quien ordena las leyes que le garantizan la propiedad y evita que

sea despojado de ella. En cierta medida el individuo siente que al-

guien vela por sus intereses y necesidades.

Con respecto a las titulaciones, se ha podido observar a través de es-

tas exposiciones, que los títulos de propiedad estan dados por las le-

yes hereditarias, que cohesionan al individuo a la vida de la comuni-

dad. Olga Moneada sostiene que: "debido a esto se da una inexisten -

cia casi absoluta de títulos legales que acrediten a los mineros como

duefios, y por lo tanto, la estructura formal de propiedad y herencia

que rige para la comunidad, carece de valor frente· al régimen de pro-

piedad colombiano". (l 6 ) El código que invalida estas formas de propie-

dad, reemplazamolffipor otras, es parte integrante del modo de produc-

ción capitalista, que al irse modernizando va creando sus estructuras

16MONCADA ROA, Olga Inés. op. cit. No. 1, pag. 77

33
jurídicas que lo legitimen. Esta estructura permite desalojar al pe-

queño productor independiente. Pero estas formas de propiedad, pre-

moderna y moderna, van a coexistir en la adquisición de los terrenos

auríferos en el Chocó, determinando conflictos por la propiedad del sub-

suelo. Aunque algunos mineros optan por la vía de la legalidad esta-

tal, la gran mayoría continúan resistiendose a ella. De aquí que son

pocos, como dice Olga Moneada, quienes en el Chocó pueden exhibir tí-

tulos de propiedad expedidos por el Estado.

1.4 LEGALIZACION DE LA PROPIEDAD.

Como se ha anotado, durante el siglo XIX, cuando el Chocó era parte

integrante del Departamento del Cauca, algunos mineros realizaron en

él diligencias para obtener la legalización de sus predios. Al cons-

tituírse el Chocó como Intendencia Nacional, las legalizaciones apro-

badas reposaban en Popayán, desconociendose sí estas tendrían acepta-

ción por el gobierno intendencia!. Estas legalizaciones deberían ser

aprobadas y registradas dentro de la nueva delimitación política y ad-

ministrativa para recobrar su efecto de validez. Por eso sus poseedo-

res presionaron al gobierno intendencia! para que estas legalizacio -

nes fueran traídas al Chocó, pues de continuar en la gobernación del

Cauca se sentirían amenazados por la posibilidad de perder la propie-

dad adquirida. Esto se confirma al leer el informe anual enviado al

Ministerio de Gobierno, por el Intendente, en 1.908. En la sección de

34
varios, contenida en el informe, esta reporta la existencia de: "so-

licitudes de particulares sobre el envío a la Intendencia de los denun-

cios de minas que reposaban en la Gobernación del Cauca". (17)

Estos mineros solo buscaban acreditar la propiedad ante las autorida-

des regionales para que éstas se la reconocieran por válidas. Con el

cambio de delimitación político-administrativa se presenta esta confu-

sión, la que se refleja en las solicitudes llegadas al despacho inten-

dencial. Este intenta resolver aquel problema hacia el año 1.910, cuan-

do la Asamblea Intendencial dicta el Decreto 27 de 1.910, sobre minas

y tierras baldías, que ordena:

Art. 3o. Solicítese al señor Gobernador del departamento del


Cauca copia de los expedientes respectivos sobre adjudicacio-
nes de minas y baldíos hechos en la región del Chocó después
de la sanción de la ley 19 de 1.904, y hasta la fecha en que
las provincias de Atrato y San Juan hicieron parte de aquel
antiguo departamento. (18).

Cumplida ésta disposición, el gobernador del Cauca manifestó serle im-

posible corresponder a la misma, excusandose por carecer de empleados

disponibles para realizar el copiado de los 324 expedientes que repo-

saban en su gobernación. Se acudió, luego, al Ministerio de Gobierno

obteniéndose idéntica respuesta. Finalmente, la gobernación del Cauca

17 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Ministerio de Gobierno. Sección República.


Sección primera. Tomo 602, Folio 472.

18ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno. Sección República. Sección la.


T. 638. F. 215.

35
devolvió 26 títulos que se encontraban en trámite.

El realizarse el inventario de oficinas correspondiente al año 1.907,

el cual se adjuntó al de 1.908, se registraron en el ramo civil la

"consulta de Víctor M. Calderón sobre algunas formalidades en la de-

nuncia de minas", y la "consulta de Guillermo O. Hurtado sobre forma-

lidades en el registro de títulos de minas". (l 9 ) Estas consultas evi-

dencian un desconocimiento, o confusión, en los requisitos exigidos y

consagrados en el Código de minas para cumplir las formalidades reque-

ridas. Por otra parte, las consultas demuestran un interés por adqui-

rir propiedades en forma legal. Aunque la segunda insinúa la posesión

de un título, que de ser real fue expedido por la autoridad del Cauca

y ahora busca registrarlo en el Chocó.

Este año, 1908, marca el inicio de la era de las titulaciones en el

Chocó. Debido al cambio de jurisdicción presentado, que trasladó los

trámites a Quibdó, ciudad capital de la nueva intendencia. Con esta

proximidad al lugar donde debían realizarse las diligencias para las

legalizaciones, el minero acude a ella en forma creciente. Siendo

muestra de ello el número de expedientes sobre denuncios y títulos de

minas que se presentaron en la Intendencia en 1.908. (Ver cuadros de

las páginas siguientes).

19 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno. Sección República. Sección la.


T. 602. F. 471.

)
)
36
CUADRO N2 1 MINAS DENUNCIADAS EN LA INTENDENCIA DEL CHOCO DURANTE 1.9 88
Nuevo Antiguo Distrito
~~~v~o~n
NE. Nombre de lo mina Oro de Provincia N. del dueño de la mi no
Veto Desc:ubrim. Descubrí m.
01 Manguilla Aluvión Ve-ta Nuevo Baudo Son Juan Leoncio Ferre r
02 Carabina 11 11 Antigua SipÍ 11 Luis Ulpiano Ferrer
03 Conejo 11 11 11 11 11 11 11 11

04 El Banco 11 11 Antiqua Nov i to 11 Víctor Manuel CalderÓn


05 la Loma 11 11 11 TadÓ 11 Ramón Mar in T.
06 El Aguacate 11 11 11 11 11 11 11 11

07 La Andina 11 1 11 11 11 11 11 11

OB la Palmera 11 11 11 1 11 11 11

09 La Cascado 11 11 11 11 11 11

10 El Congal 11 Antigua NÓvi ta Clodomiro M o reno


11 11
El Costi llo 11 11 Víctor Manuel CalderÓn
12 Sn. Ant. del Remolino 11 11 11 11 11 11

13 Toro Vi e jo 11 11 11 José E. Murillo


14 Lo Hormiga 11 11 Camilo 1
11 Lo pez
15 Dolores 11 li SipÍ Geno ro Solazar
16 Cornelia 11 11 11 11 11

17 La Democracia
" 11
Antigua Sn. R.Neguc Atra to
11
Alejandro Ferrer
lB Gu·adolu pe 11 SipÍ San Juan Genero Solazar
19 El Nepol Veta 11 Bagado' At rato RamÓn M. Gonzale:z
20 Los Animas ~~~.aY¡.fv\~~· Antigua TadÓ San Juan V_ictor M.Dominguez
21 Santo Lucia 11 11 11 11 11 11 11 11

22 Sesego Aluvion 11 No vito 11 11 Camilo E. Lo pez


23 Tall. Carmen y Playo'n 11 11 11 11 11 Manuel J, Guzman
24 Sn. Lorenzo y Mari e amo 11 11 11 11 11 11 11 11

25 Lo Fe!i cidad 11 11 11 11 Lucindo Pos so


26 Chiquinquira
" Nueva Antigua Quibdo A troto Ni colas Barrios
27 El Po letó 11 11 11 11 11 11 11

28 Lo PI o t~na 11 11 11 11 11 11 11

29 La· Candelaria 11 11 11 Bagadó 11 CicerÓn Angel


30 Mexi e o u 11 11 Sn. Pablo Son Juan Jo se Cicerón Castillo
Colombia
-- 1--
11 11 11 11
31 11 11 11 11 11 11

32 Esperanza 11 11 11 11 11 11 11 11 11 11

33 Mi Estrella 11 SipÍ 11 11 11 11
11 u 11

34 Oraville 11 11 11 NÓvita 11 lt 11 11 11

35 E 1 ·Son ti si m o 11 11 Antigua QuibdÓ A trato Nicolas Barrios


36 La Rica Veta 11 11 Bagado 11 Elíseo A rango
37 ·pele rmo 11 11 11 11 11
11
38 S'ta. Teresa. de Jesus Aluvion 11 11 Sn. Pablo San Juan Enesto Gutierrez
La Unio'n

39 11 11 Bagado __
-Atra
- - to
-- ?
40 Lo Paz 11 11 11 ll ?
-
41 Granizo les 11 11 El Carmen 11 ?
42 Sto. A no ? 11 11 Novita Son Juan Cicero'n Angel
11 TodÓ 11 11 11 11
43 Lo Perla 11

Lo Chocoana 11 11 11 11
44 11 Manuel Antonio Velez
t-·
45 Cocol 11 11 Bogado A troto 11 11 11
r - - - r------------------
46 Lo Realidad 11 11 11 11 Manuel Antonio Arce
CUADRO N~ 1 MINAS DENUNCIADAS EN LA INTENDENCIA DEL CHOCO DURANTE l. 988

N~ Nombre de lo mino Oro de Oro de Nuevo Antiguo Distrito Provlcla N. de 1 dueño' de lo mino
Aluvio'n Veto Descubrim. Descubrím.
47 Lo Cristalino N~ 1 Veto Nuevo TodÓ San Jua'n Manuel Antonio Arce

48 Santo Domingo N~l 11 11 TodÓ Son JuÓn Guillermo Santo Colo m o


Lo Siberio 11 11 11 11 11 11
49 11 11 Antiguo
50 Lo Roca 11 11 11 11 11 11 Benedicto Res trepo
51 Dos Amigos 11 Nuevo 11 11 11 11 Jua.tiniono Joro millo
52 Lo Niño 11 11 11 11 Jos e David Delgado
53 Lo Argelia 11 11. Bogodó A troto 11 11 11

54 Motontun 11 Antiguo 11 11 11 11 11

55 El Diamante 11 Nuevo PuebloRio ~n Juan Juatinlono Joro millo


56 Santa Elena 11 11 11 11 11 11 11 11

57 Son Jo sé 11 11 11 11 11 11 Guillermo Santo Colomo


58 Lo Hondo Aluvión Antiguo BogodÓ A troto IJ 11 11

59 Loa Amigos 11 11 11 11 Heliodoro Gonzolez


60 Do a Amigos N.2. 2 Veto Nuevo TodÓ Son Jua'n Rufino Bermudez
61 Doa Amigo a N~3 11 11 11 11 11 11

62 Duota Aluvio'n 11 11 11 Jea u a M. Sane hez


63 Lo Dorado N~l Veto 11 11 11 11 11

64 La Dorado N22 11 11 11 11 11 11

65 El Socorro 11 11 11 11 11 11

66 Lo Pobreza 11 11 1 11 11 11

67 Son Antonio 11 11 Vicente Garrido


58 El Topacio 11 11 1 11 11

69 El Cefiro 11 11 11

70 Exeso del 20 de Julio Abandono


"
11 Ramón Millar
11

? ? 11

71 Ex eso del 7 de Agosto ? ( 11 11 11 e ice ro'n Angel


72 E xeao de lo Condoteño 11
? ? 11 11 11 IJ

73 Cuatro Hnmonoa Aluvio'n Nuevo NÓ·vito 1 11 Toribio Luna


74 Bagadó A troto 11 11
Lo Pinta Veta 11

75 La Santo Mario 11 11 11 11 11 11

76 La Sociedad Lloro N!:!. 1 Aluvio'n 11 Quibdo 11 11 11

77 11 JI 11 N!:!. 2 11 11 11 11 Monu e 1 Arce


78 11 11 11 N!?. 3 11 11 11 11 11 11

11 11 NE 4 11 11 11 11 Ciceron Angel
79 11

so Cri a pi n Veta Antiguo TddÓ so'n Juo'n 11 11

81 11 Nuevo 11 11 11 Garrido
Oro Menudo Vicente
82 Guonohoni 11 11 Bogado A troto 11

83 La Niño 11 11 11 11 11

84 Conf. E.del 7 de Agosto· 11 11 Todó San JuCln 1

85 Cont. o. del 7 de Ag o ato 11 11 11 11

86 Cont. N. del 7 de A go ato 11 11 11 11

87 Cont. S del 7 de Agosto 11 11 11 11

88 Cont. E. de 1o Con dote ño 11 11 11 11

89 Cont.O.de lo Condoteño 11 11 11 11

90 CQnt.N de lo Condoteño 11 11 11

91 11
Cont.S de lo Condoteño il 11

92 Cont. E. del 20 de Julio 11 11 11

93 Con t. o. del 20 de Julio 11 11 11

94 Cont. N. del 20 de Julio 11 11 11 11 11

11 11 11
95 Cont.S. del 20 de Julio 11 11

Fuente A. H. N. Fondo Mingobierno Seccion Republica, Seccion 19. 60 FF 121 y 143


C U A D RO Nº- 2

TITULOS DE MINAS EXPEDIDOS DURANTE EL AÑO DE 1908

A T 1 TU LO S EXPEDIDOS HASTA EL MES DE AGOSTO

N2 FECHA DE EX PE NOMBRES
DENUNCIANTES CLASES DE MI NAS DISTRITO PROVINCIA
DICION DEL TITULC DE LAS MINAS
1 Enero 22 1908 La Fraternidad Augusto Posso V. Oro de Al u vion Qu i bdo' Atra t o
2 Enero 22 1908 La 1n tendencia 11
" 11 11 11 f¡

3 Febrero 3 19 08 La LLoredo Agustín Uoreda Oro y plata de veta Bagado 11

4 Febrero 1319.08 La Cond o leña Nonato Gamboc Oro de Aluvion Qui bd o 11

5 Febrero 12 1908 Ricardo Ricardo Quejadc 11 11 11 11

1
6 Febrero 19 190 8 El 7 de Agosto Luis E. Go mez Oro y plata de veta Ta do San Juan
7 Febrero 19 19 O 8 La Con do leña 11 ll 11 11 11 lt 11 11 11

8 Febrero 19 1908 El 20 de Julio 11 11 11 11 11 11 11 11 11

9 Marzo 28 1908 La LLored a Agustín Uoredo Oro de Aluvion Bogado A troto


10 Mayo. 141908 Remolino Federico Durier 11 11
Qu i b do' 11

11 Junio ·25 1908 La Democracia AlejandroFerrer 11 11 San Rafael Neg. 11


..
12 Junio 251908 San Francisco Lucindo Posso 11 11 N ov ita San Juan
13 Julio 25 19 08 La Felicidad 11 11 11 11 lf 11 11

14 Agosto 12 19Q8 La Condoleñ·a Nonato Gamboa 11 11


Oui b do A trato

A estos títulos hay que agregarles

1
Santa Lucia Victor Domingue¡ Oro de Al u vi o'n Todo San Juan
Las Animas 11 11 Oro y plata de Aluvior 11 11 11

Mina de los Pob'r. José C. Castillo Oro de Aluvidn lstmina 11 11


B. TITULOS EXPEDIDOS A PARTIR DEL 12 DE SEPTIEMBRE

EXPEDIENTE DE
NOMBRE DE LA MINA O E N U N C 1ANTES
LA MINA
18 11 11
La Rache Bartolome de la Rache y otros.
19 11 11 La Sol e dad 11 11 11

20 La 8 retañ a Jaime Castillo


21 El Recuerdo Doroteo Mosquero
22 " 11
El Santisimo 11 11

23 11 11 El Paleto M ilcia des Borja


24 11 11 La eh iquinqui ra Do rote o Mosquero
25 11 11 La Platina 11 11

26 11 11 La Gungubera Enrique Lecompte y otros.


27 11 11 El vente a de ro ll 11 11

28 11 11 Novi ta NQ.I Guillermo o. Hurtado


29 ll 11 La Colonia 11 11 ll

30 11 11
Providencia Henry Gro n ger
31 11 11 Tapo ra 1 Rodolfo M oren o
32 11 11 La Reina Guillermo o. Hurta do
33 11 ll No vito NQ2 11 ll 11

34 11 11 Novita NQ3 11 11 ll

35 11 11 Rio Negro N91 11 11 11

36 11 11 Rio Negro NQ2 11 11 ll

37 11 11 La Cajonera .. 11
"
38 11 11 La Francesa 11 11 11

39 11 11 Co.nviene Enrique Locomple y otros,


40 11 11 La Perla 11 11 11

41 11 11 El Carmen Narciso Medina


42 11 11 Las Merced es 11 11 11

43 11 11 San Jos e' ll 11

44 ll 11 San Anta n.io 11 11

45 11 ll
La D is cord ia Tiberio Posso
46 11 ll La Fl o rene i a Antonio floren e io Mosquer.
47 11 11 La Flaca 11 ll 11

48 11 11 La Trinidad Narciso M ed in a
49 ll 11 La Realidad. Continuacion sur. Ciceron Al gel
50 11 11 La Re a 1id a d . Continu acion Norte 11 11

51 11 11 Bajo O pogodd Victo r Manuel Caldero'n


52 ll 11 La Bodega Gu i 11 erfl'IO O. Hurtado
53 11 11 La Cristo b a 1in a Romon Mosquero (Pachi to)
.54 11 11 San S' rtHl c1.s.C:o de !bordo Froncisco A. Mosquero
55 11 11 La Rivera Vicente Rivera

Fuente A: A.H.N. Fondo MINGOBIERNO. Seccion Republica, Seccion P- T603. F22


Nota: Los tltulos marcados con los numeras 3 y 4 fueron anulados.

Fuente 8 A.H.N Fondo MINGOBIERNO, Seccion Republico,Seccion t9T.602.FF.4í9-480


El movimiento presentado, tendiente a conseguir la legalización de los

predios, evidencia un aumento creciente, con algunos años de descenso,

que va hasta las postrimerías de la década del 20. Durante estos años

se fueron ocupando todas las zonas con posibilidad de explotación, de

tal forma que a finales de los años 20s quedaban pocos espacios para

ser adjudicados. Así se desprende del informe al Ministerio de Go-

bierno, por el entonces intendente, donde da cuenta que:

Buena parte de estas titulaciones es de minas de veta o de fi-


lón, pero se puede asegurar que un 80% es de aluvión. Admiti-
do ésto, tenemos que las minas tituladas desde 1907 para acá,
tienen una superficie de kilometros cuadrados: 32.000, por
donde llegaríamos a la conclusión de que quedan apenas 16.000.
kilometros cuadrados libres en la Intendencia. (20).

La disminución de las áreas laborables va a incidir para que mermen

los trámites en busca de conseguir los respectivos títulos sobre las

minas. No solo este hecho, ocupación casi total de las áreas labora-

bles, incide en el descenso de denuncios y títulos. En esto también

hay que anotar que la producción colombiana de oro y platino había go-

zado, desde 1914, de un buen mercado mundial sin grandes competidores,

ya que la primera guerra mundial y la revolución rusa habían contri-

buído a desbaratar la producción, especialmente la Rusa. Pero a par-

tir de 1923 se restablece la producción en Rusia y empiezan a llegar

al mercado mundial los metales de la zona del Transvaal, lo que contri-

20 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno. Sección República. Sección la.


T. 965, F. 532.

41
buye al decaimiento de los precios. En 1926 Rusia aportaba el 56% de

los metales al mercado, con un costo de producción inferior al de Co-

lombia. Al decaer los precios en el mercado mundial, los pequeños pro-

ductores chocoanos se sintieron desestimulados para invertir en la mi-

nería, especialmente en lo referente a las legalizaciones, por cuanto

le era menos rentable. Ellos tenían que soportar una carga fiscal de

$5 por denuncio y $10 por títulos más un impuesto anual que se fijaba

de acuerdo a la extensión de la mina. Esto va a influír para que mu-

chos mineros optasen por no realizar las diligencias sobre legaliza-

ciones, evadiendo así la carga fiscal, que podía resultar pesada para

un minero que realiza esta actividad para el sustento diario.

El cuadro de la página siguiente contiene el número de denuncios y tí-

tulos de minas registradas entre 1907 y 1927. En el primer año no apa-

recen cifras sobre denuncios ya que no se registraron; los títulos del

mismo año corresponden a los que fueron trasladados del Cauca. Este

cuadro muestra el comportamiento de dicha actividad durante el perío-

do, en el cual, la última parte va a coincidir con lo expuesto arriba.

La legalización sobre propiedad minera trajo también algunos conflic-

tos. No solo los mineros desconocían las formalidades necesarias pa-

ra denunciar y adquirir un título, sino que las autoridades bajo cuya

competencia quedaba este asunto estaban en similar situación. Esto

trajo como consecuencia la expedición de algunos títulos con imperfec-

ciones, derivándose de ella situaciones conflictivas. Eduardo Ferrer,

42
C WA D RO No. 3

DE NUNCIOS Y TI TU LOS

1.907 1.927

AÑO DENUNCIOS TITU LOS

1.90 7 00 o 26
1.9 08 48 23

1.909 135 34
1.91 o 373 57
1.91 1 526 171
1.91 2 510 2 24
1.91 3 335 143
1.914 269 237
1.915 90 67
1.916 6 3 55
1.917 19 09
1.918 86 25
1.919 46 03
1.920 283 31
1.921 201 73
1.922 34 o 46
1.9 23 12 2 83

1.924 33 00
1.9 2 5 1 15 27
1.92 6 41 26
l. 9 2 7 13 03

Totales 3.65 o 1.3 65

FUENTE A.M.N. Fondo Mingobierno. Sección RepÚblica 1


Sección 1a T 965 1 F532.

* Respecto a los títulos y denuncios correspondientes a este año


preferí mos utilizar los datos de los cuadros 1 y 2 .
quien fuera Intendente del Chocó, en carta enviada al Ministro de Go-

bierno, fechada en Quibdó el 31 de diciembre de 1908, informa que:

Este Despacho ha procurado instruír a los alcaldes munlclpa-


les sobre el modo como deben actuar en este ramo, pues la
falta de ciertos requisitos en los libros de avisos de minas,
y las incorrecciones que se cometen al dar posesión de ellas,
or1g1nan,casi siempre, desaveniencias y litigios, sobre todo
cuando la mina resulta de buena calidad. (21)

Al dar una mina buenos resultados y rendimientos, ocasionaba el que

otras personas se presentaran a reclamar su propiedad por quedar den-

tro de sus linderos, pues estos regularmente eran mal determinados y

quedaban confusos.

Pero más frecuentes vinieron a ser los lanzamientos de personas que


~

laboraban una mina que había sido titulada por otro, quien no la te-

nía en explotación. Igualmente, según da cuenta el intendente, muchas

personas denunciaban extensos terrenos que podían contener varias mi-

nas, haciendolas figurar como si fuera una sola, con lo cual afecta-

ban los intereses del fisco.

Finalmente, los títulos expedidos durante la vigencia de la ley 72 de

1910 no sólo fueron imperfectos sino que q~edaron viciados de nulidad.

Esta ley prohibe la adjudicación de minas y tierras baldías en el Cho-

21 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno. Sección República. Sección la.


T. 603, F. 37.

44
có hasta que no se ajuste, dicha adjudicación, a las necesidades y con-

veniencias de la Nación, la que iría a determinar cuales eran las mis-

mas. La ley contempla que de hacerse alguna adjudicación, ésta no po-

drá ser traspasada a extranjeros. Por lo cual se infiere que en esta

época la actividad minera chocoana empieza a ser atrayente para inver-

sionistas extranjeros. Sobre ésto hablaremos más adelante.

1.5 CONCENTRACION EN LA TENENCIA DE TERRENOS.

Teniendo en cuenta el informe del Intendente en 1928, donde asegura

que casi un 80% de las titulaciones y denuncias realizadas en el Cho-

có pertenecen a minas de aluvión, y observando el cuadro número 1,

donde se aprecia que estas representan poco menos de la mitad de las

minas, aseguramos que la prelación por este tipo de minas obedece al

bajo desarrollo de las fuerzas productivas y la carencia de capitales

presentados en la zona. En la explotación de las minas de aluvión

prácticamente no fue necesario, para el minero pobre del Chocó, incor-

porarle tecnología que las hiciera más productivas. A ellos les bastó

poseer las técnicas tradicionales y rudimentarias, más su fuerza de

trabajo, para beneficarlas. Además, la carencia de capitales no les

permitía hacer uso de algunas tecnologías más avanzadas en el proceso

productivo. Ante esta situación, el minero pobre estaba obligado a de-

dicarse más por la minería de aluvión que por la de veta, la que re-

quiere de mejor tecnología y mayores capitales. Para este tipo de mi-

45
nería ( la de veta ) se realiza en el Chocó la variante conocida como

hoyadero, que requiere la misma fuerza productiva y los capitales em-

pleados en la minería de aluvión. Esta variante, de hoyadero, es una

forma de salvar los obstáculos que impone la minería de veta, y poder

realizarla.

De una atenta observación del cuadro número 1, se desprende que, tan-

to en la minería de veta como en la de aluvión, existen algunas perso-

nas que han denunciado muchas minas, las cuales no estaban en explota-

ción simultánea. Esta situación es factible que no sólo se haya sus-

citado en 1908, sino durante todo el período de legalizaciones. Por

la carencia de capitales, estas personas procuraban apropiarse de la

mayor cantidad posible de terrenos, para luego especular con elloso

La especulación se propicia porque al poseer un individuo los terrenos,

puede permitir o no que otros trabajen. Generalmente se organiza una

cuadrilla de mineros para que beneficien el terreno, y el propietario

es el capitan o capataz, con más razón si se trata de la variante del

hoyadero; él recibre una participación del producto obtenido por ser

dueño del terr~eno, además se le paga como miembro de la cuadrilla. En

algunas ocasiones estas transacciones, reparto del producto, se efec-

túan en metales. Pero es más frecuente que una vez realizada la venta

de los metales, el dinero recibido se reparta entre los ntiembros del

grupo, donde no todos reciben partes iguales. En esta repartición el

terreno figura como un miembro agregado del grupo cuya parte recibe el

dueño.

46
Este tipo de organización en el trabajo minero es una herencia del sis-

tema esclavista, que como tal no existe, pero su forma perdura aún.

Un grupo de trabajadores, supuestamente libres, se reunen al rededor

de un individuo, en supuesta igualdad como trabajador, pero quien es

el único que posee el medio de producción con el cual somete a los de-

más miembros y se apropia de una parte de la producción.

Pero no todos los propietarios de terrenos actúan de esta forma. Hay

quienes después de haber realizado alguna inversión, con relaciones

salariales más definidas, abandonan esta labor por los bajos benefi -

cios obtenidos, que en realidad son traducibles en quiebra de la em-

presa, dejando los terrenos sin un aprovechamiento pleno de su capa-

cidad de producción. Estos señores quedan anciosos de la aparición de

algún comprador que ofrezca sumas aparentemente jugosas, él que viene

a ser un nacional o un extranjero en representación de los intereses

de una compañía foránea, como algunos casos que veremos más adelante.

En resúmen, la concentración de los terrenos auríferos en el Chocó en

manos de algunos individuos, presenta un carácter dual. Por un lado

contiene elementos identificables cort el régimen de producción escla-

vista, aparentemente ya superado. Por otro lado. manifiesta la pre -

sencia, en forma embrionaria, de relaciones de producción. más comple-

jas. Pero ninguno de los dos casos dan evidencia de que dichas con -

centraciones esten orientadas a la introducción de capitales y tecno-

logías para impulsar el desarrollo de las formas de producción. Lo

47
cual si es constatable con la presencia de individuos extranjeros.

Sobre esta compleja estructura de la ocupación y tenencia de los te -

rrenos auríferos en el Chocó, donde la presencia de formas pre-moder-

nas tiene un peso todavía bastante considerable, el cual hemos inten-

tado demostrar, se van a suceder los conflictos por la posesión de la

tierra. Estos conflictos son el objeto del presente estudio. De al-

gunos de ellos, elegidos como representativos, pasaremos a ocuparnos

en el siguiente capítulo.

48
CAPITULO 2

SITUACIONES CONFLICTIVAS

De lo expuesto en el capítulo anterior se comprende que la confusa es-

tructura en la tenencia de los terrenos auríferos en el Chocó es pro-

picia para que se presenten algunas situaciones conflictivas. Ya he-

mos visto cómo las formas de apropiación de estos terrenos, acudiendo

a la legalidad estatal, se van a superponer sobre prácticas tradicio-

nales que pesan mucho en la región. Pero la legalidad estatal. en nin-

gún momento supone la eliminación de las formas de apropiación por vía

de hecho, consideradas así por la legislación minera. Al contrario,

estas prácticas, pre-modernas y modernas, van a convivir en la zona

generando conflictos entre los ocupantes de los terrenos por la pree-

minencia de la validez de ambas. Así se confirma del informe anual

enviado por el Intendente al Ministro de Gobierno, en el año de 1933,

en el cual le dice:

••• No parece fuera de lugar anotar que el descuido grande como


fueron hechos en ipocas pasadas las adjudicacion~s mineras
en este territorio, ha traído, como consecuencia, el choque
violento entre varios interesados y especialmente entre las
compañías extranjeras y los naturales, los que reclaman sus
derechos a las tierras y a la explotación. Para darle a es-
ta cuestión minera una completa organizaclon y para evitar
en parte los efectos de una leg~ación imposible de apli -
car en esta región, conviene sobre manera reglamentar con
carácter extraordinario la industria minera en este terri-
torio. (22)

Esta importante cita nos confirma en nuestra apreciación sobre la exis-

tencia de conflictos por la posesión de los terrenos a partir de 1908

y hasta su fecha. Además, permite ver que en la realidad la legisla-

ción minera colombiana no es aplicable, enteramente, para la región

chocoana donde operan las fuertes prácticas tradicionales, sobre las

cuales hemos venido insistiendo. Pero el Estado, en su proceso de mo-

dernización, legisló sobre ellas para favorecer los intereses del de-

sarrollo capitalista. De otro lado, la anterior cita recalca la exis-

tencia de conflictos entre compañías extranjeras y naturales de la re-

gión. Pero anterior a éstos se presentaron entre personas naturales

que reclamaban la propiedad sobre un mismo predio, debido, en gran par-

te, a la forma imperfecta como fueron adjudicados algunos títulos y a

la existencia aún de prácticas de apropiación no reconocidas por el

Estado.

En los conflictos suscitados a partir de 1908, entre personas natura-

les o entre naturales y jurídicas, va a primar la legalidad estatal

resultando desalojado quien no la posea o la posea con imperfecciones

22 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno. Sección República. Sección la.


T. 1050, F. 319.

50
según lo estipulado en el Código de Minas. Estos conflictos son solu-

cionados, regularmente, por las autoridades del Estado, el cual evita

que se desborden por otros marcos, al mismo tiempo que hace más senti-

da la presencia del Estado como regulador de los actos sociales.

De la lectura de los cuadros 1 y 2 observamos que existen algunas per-

sonas, casi todas naturales, que han denunciado y adquirido t{tulos de

varias minas, las cuales en muchos casos no estan en explotación. Es-

to da pie para que otros ambicionen poseerlas para explotarlas o con

miras a aumentar sus propiedades; ellos, en ocasiones, alegan que éstas

están dentro de sus linderos para justificar el desalojo del otro re-

clamante. Este tipo de conflictos entre personas naturales débiles,

carentes de grandes capitales para impulsar una explotación minera con

tecnolog{a más avanzada, son los primeros que se van a presentar en el

Chocó. Este tipo de conflictos lo ilustraremos con un caso bastante

representativo, acaecido en la sub-región del San Juan, lugar donde

estos se hicieron mas frecuentes. (el mapa de la página siguiente mues-

tra la región delimitada para el estudio de estos conflictos).

2.1 EL CASO DE JOSE CICERON CASTILLO.

Es este un señor de los tantos que desde principios del presente si-

glo, 1907, se van a interesar por los asuntos mineros en el Chocó.

Castillo ejerce una larga e interesante actividad en este ramo, que

51
1"1/-\í /-\ I~U a l

U 8 1 CA C 1 O N DE LA ZONA BAJO E'STUD/0

PANAMA

ANTI O QUIA

OCEANO

RISARALDA

VALLE

J
k~
SUBDIRECC/ON DEL SAN JUA'f
Area Aprox. 12.150 Km 2 · ~·
'~
se refleja en su presencia en los conflictos por la posesión del sub-

suelo y en la apropiación de los terrenos por parte de individuos ex-

tranjeros.

En la relación de los decretos dictados por la Intendencia Nacional

del Chocó, en los meses de enero a septiembre de 1908, encontramos uno,

expedido en el mes de febrero, que ordena: "Día lo. Decreto No. 24,

por el cual se restablece el puesto de Agente Especial de Policía en

el bajo San Juan al señor José Cicerón Castillo, con las mismas atri-

buciones conferidas en el Decreto No. 5 del 15 de enero de 1907." (Z 3 )

A partir de este momento, y aprovechando la condición especial que le

confiere su cargo, Castillo denuncia y adquiere títulos de minas en la

provincia del San Juan, en las zonas de Condoto y San Pablo, Sipí y No-

vita (los cuales podemos apreciar en los cuadros 1 y 2). Desde supo-

sición, el señor Castillo busca afianzar su poder como empresario mi-

nero para iniciar la explotación de la concesión sobre el río Condoto,

la cual le había sido entregada en 1907. Esto se deduce, parcialmen-

te, de su permanencia en el cargo, porque al haber obtenido dicha con-

cesión Castillo debió proceder a su explotación sin tener necesidad de

antes ocupar aquel cargo.

23 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno. Sección República. Sección la.


Tomo 603, Fol.io 52.

53
El lo. de julio del mismo año en que Castillo fue nombrado agente es-

pecial de policía, el Intendente del Chocó en comunicación enviada al

Ministro de Gobierno le informa que: "Para efectos contrato celebra-

do con señor Cicerón Castillo, avísole que dicho señor dio principio a

labores hace cuatro días. Asi comunícamelo alcalde Condoto •.• ( 24 ) Des-

de este momento, y del Decreto anterior, la presencia del señor Casti-

llo adquiere figuración en el ramo minero chocoano.

José .Cicerón Castillo, en compañía de otros socios, Víctor Ponce y An-

drés García, provenientes ambos de la Costa Atlántica, se dedican a

negocios particulares que tienen que ver con la explotación de madera

en el bajo San Juan, y de oro en la hoya del Río Condoto, en esta úl-

tima fundan una asociación denominada Sindicato Minero del Condoto.

No muy bien iniciadas estas labores, minería de oro, se presentaron

conflictos con otras personas por la posesión de terrenos. Estos se

verifican en la comunicación cursada entre el entonces Intendente del

Chocó, Guillermo Octavio-Hurtado, y el Ministro de Gobierno, fechada

en septiembre de 1909. En ella el primero informa que: "Correo lle-

vará expediente asunto mina Mandinga y Juan B. Ramírez para que su se-

ñoría pueda apreciar quejas infundadas del General José Ciceron Cas-

t l·11 O .
y SUS SOClOS. " ( 25)

24 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno. Sección República. Sección la.


Tomo 606. Folio 41.

25 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno. Sección República. Sección la.


Tomo.628, Folio 108.

54
El señor Castillo ha reclamado la propiedad de la Mina Mandinga, la

que supuestamente le pertenece por estar dentro de los linderos de su

concesión, pero el poder Judicial Intendencial falla la demanda en fa-

vor de la familia Arboleda; y Castillo acude ante el Ministerio que -

jándose de parcialidad por parte de las autoridades en el veredicto.

Es por ésto que Guillermo O. Hurtado envía al despacho ministerial el

expediente de la mencionada mina para que el titular de esa cartera

tenga a bien apreciar la justicia de la sentencia proferida y dejar

sin fundamentos las acusaciones de Castillo. Pero este fallo no fue

acatado por Castillo quien procedió a ocupar la mina. (el mapa de la

página siguiente contiene la ubicación de la concesión Castillo y de

la mina Mandinga) Esta situación crea una cálida tensión entre los

señores Castillo y Hurtado, viéndose este último en la necesidad de

recurrir nuevamente ante el Ministro, en Octubre del mismo año, por-

que Castillo se resiste a abandonar la mina. Esta vez Hurtado le di-

ce al Ministro: .•. Conceptúo necesario emplear gendarmería o quebran-

tarse acá principio de autoridad espero instrucciones son los mismos


26
señores de las constantes quejas procaces". ( ) Estos sucesos van

perfilando una marcada rivalidad entre estos dos señores, la cual es

importante seguir por lo que nos puede dejar al descubierto.

26 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno. Sección República. Sección la.


Tomo 628, Folio 127.

55
M a p a N o. 2

LOCALIZACION DE LA CONCESION CASTILLO

MANDINGA
En Abril de 1910 el señor Intendente Hurtado realiza una visita de ca-

rácter administrativo a la provincia del San Juan, y al llegar a esta

es agredido verbalmente por el señor Castillo. Inmediatamente, desde

Istmina, el Intendente hace saber al Ministro de Gobierno de estos nue-

vos sucesos diciendole: " ••• Es hora se le concrete (a Castillo) bajo

juramento pues acá es imposible obligarlo comparecer autoridades." ( 27 )

Parece pues, que Castillo tiene, o por lo menos se siente, con poderes

suficientes para desafiar y desobedecer la autoridad regional y a sus

ordenes, la que asegura serle imposible someterlo, y ya antes había pe-

dido permiso para lograr tal fin con el uso de la fuerza pública.

Luego de este incidente, el señor Castillo se retira al bajo San Juan,

hacia el corregimiento de Togoroma, donde posee un aserrío y reside su

familia. Después de permanecer algunos días allí prosigue, a través

del río San Juan, para Buenaventura y luego tomar la vía que lo conduz-

ca a Bogotá. Al encontrarse en esta última ciudad hace publicar, en la

Gaceta Republicana, un comunicado titulado: "Guillermo O. Hurtado en

evidencia". En este acusa al señor Hurtado de propinarle, utilizando

pandilleros de la región, la muerte a su hijo menor y que igual suerte

estuvo a punto de correr su esposa, sucesos estos que se presentaron

bajo su ausencia. En otra parte del mismo comunicado, Castillo sostie-

ne que Hurtado le había acusado de no poseer los elementos de trabajo

27 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno. Sección República. Sección la.


Tomo 642, Folio 116.

57
necesarios para explotar el lecho del río Condoto y que sus intencio-

nes eran entrgarle las minas del Chocó a los gringos. Este hecho, que

se le imputa, lo presenta Castillo en un escrito de Hurtado al Minis-

tro, el cual hace reproducir y que ~itamos completamente. En este Hur-

tado dice:

Aunque el señor José Cicerón Castillo, a quien la administra-


ción pasada le concedió el derecho de dragar el río Condoto,
no ha cumplido con las obligaciones de su cargo, ni ha tras-
pasado sus derechos a personas ni a compañías extranjeras,
pues aún no se ha verificado la inscripción de tal acto en
oficina respectiva, pretende dicho señor que las autoridades
del Departamento acepten y ejecuten sus exigencias, de índo-
le personal, lo que no sería mortificante si por otra parte
no mediasen las anti-patrioticas amenazas que hace a los hi-
jos de esta comarca con el poder del gobierno americano."(28)

Este texto, que hizo reproducir Castillo en su pelea contra Hurtado,

nos da señales manifestas para seguirle su actuación. Efectivamente,

en poder de Castillo reposaba una concesión, que lleva por nombre su

apellido, sobre los derechos para dragar el río Condoto. Esta había

sido dada por el gobierno en 1907 y acentada en la notaría pública No.

3 de Bogotá el 18 de diciembre del mismo año. Analizando la escritu-

ra de la concesión Castillo podemos apreciar el artículo cuarto que

dice: "El concesionario queda en la obligación de dar principio a los

trabajos hidráulicos preliminares, para poder llevar a cabo lo estipu-

lado en este contrato, dentro de los tres meses sub-siguientes a la fe-


29
cha en que este contrato sea perfeccionado". ( )

28 GACETA REPUBLICANA. No. 260, Bogotá 20 agosto de 1909.

2 9cONCESION CASTILLO: Artículo 4.

58
Aquel contrato quedó perfeccionado y se elevo a escritura pública ·en

diciembre de 1907. En él las partes quedaron comprometidas a cumplir

con las obligaciones contraídas, una de ellas es la contenida en el

artículo 4o. Pero, en julio de 1908, cuando el Intendente informa al

Ministro de la iniciación de labores por parte de Castillo, ya han

transcurrido más de tres meses desde la fecha de celebración del con-

trato. En consecuencia, dicho contrato quedaba declarado caducado de

hecho, pues una de las cláusulas, artículo decimo cuarto, contemplaba

que si en el plazo señalado en el artículo cuarto no se habían inicia-

do labores el contrato quedaba insubsistente. Por otra parte, el con-

cesionario se comprometía, después de seis meses contados a partir de

la fecha de celebración del contrato, a realizar las labores con dra-

gas construídas sobre modelos de las más experimentadas y modernas pa-

ra trabajos de ésta índole, las cuales ya se utilizaban en California.

Vencidos éstos términos, sin Castillo cumplir con las obligaciones con-

traídas, no resultan totalmente infundadas algunas acusaciones de Hur-

tado.

Continuando con el análisis de algunas de las cláusulas del contrato

entre José Cicerón Castillo y el Estado, vamos a encontrar que Casti-

llo no puede cumplir, o por lo menos no ha cumplido, con varias de e-

llas, ya que estas requieren el concurso de grandes capitales. Mire-

mos uno de los artículos que dice:

El concesionario queda en la obligación de fundar en la hoya


del río Condoto, un Instituto Industrial en el cual pueda

59
darse enseñanza de carpintería, herrería, mecanlca y fundí -
ción a los naturales de aquella región. El Instituto tendrá
para el efecto la herramienta y útiles indispensables, y un
hospital que serán montados tan pronto como se haya dado prin-
cipio a la explotación." (30)

Con todos estos gastos tenía que correr el señor Castillo y aún no da-

ba muestras de poder hacerlo. Este artículo resulta de gran importan-

cia porque en él se demuestra que el Estado se está desinteresando por

atender directamente las necesidades básicas de la población de la re-

gión, cediendo estas obligaciones a personas particulares, de tal modo

que éstas reemplacen a aquel. El hospital para Condoto se hace reali-


31
dad en 1958, cuando lo construye la Compañía Minera Chocó-pacífico. ( )

De todos los términos del contrato el señor Castillo está en condicio-

nes de cumplir, y muy bien, uno de ellos, es el que dice: "El presente

contrato podrá ser traspasado, previo permiso del gobierno, al indivi-

duo o compañía que tenga a bien el concesionario, pero en ningún caso

podrá verificar el traspaso en favor de gobierno o Nación extranje -

ra. " (32)

Resulta provable que algunos inversionistas extranjeros, conociendo

la existencia de esta concesión en manos de Castillo, quien no puede

30 coNCESION CASTILLO: Artículo 6.

31MONCADA ROA, Olga Inés. op. cit. No. 2, pag. 63.

32 coNCESION CASTILLO: Artículo 16

60
explotarla, hayan intentado que él haga uso del artículo anterior.

Pero, cuando se suscitan las controversias con Hurtado está en vigen-

cia la ley 72 de 1910, que prohibe la realizaci6n de tales negocios,

teniendose que esperar hasta la derogaci6n de dicha ley. Durante es-

te período de espera, los interesados en adquirir la concesi6n Casti-

llo han debido proteger a este, brindándole algunas comodidades, pa-

ra que no realice el negocio con otros cumpetidores. Esta situaci6n

sí explica los cargos hechos por Guillermo Hurtado sobre las inten-

ciones de Castillo para entregarle las minas del Choc6 a nacionales

norteamericanos, derivando de ellos el poder exhibido por Castillo en

la regi6n.

Toda esta controversia, entre Castillo y Hurtado, nos deja al descu-

bierto que la inténci6n primaria .de Castillo fue extender sus propie-

dades y, confiando en la protecci6n que le darían las autoridades,

quizo explotar a su favor la confusi6n reinante en las adjudicacio-

nes dadas. Al no lograr este prop6sito, porque las autoridades no

le colaboraron, enfil6 odios contra el Intendente Hurtado, quien des-

de un principio, Octubre 30 de 1909, había informado al Ministro de

Gobierno que Castillo " ••• quiere usar propiedades ajenas con asentí-
.
m1ento autorl. d a d ; pero
. . . "'d e 1 o. " ( 33 ) Que d an e 1 aros, pues,
. . lmpl
JUStlcla

33ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno. Secci6n República. Secci6n la.


Tomo 628, Folio 129.

61
los deseos de Castillo por convertirse en un influyente hombre de

negocios mineros en el Chocó, controlando amplias extensiones de te-

rrenos.

Las actuaciones de José Cicerón Castillo también revisten otro aspec-

to interesante sobre el destino final de su concesión. Según un in-

forme de las Naciones Unidas se asegura que: "Para 1907 el general

Castillo adquirió concesiones mineras en el río Condoto; al obtener

resultados poco satisfactorios vendió sus derechos a la Anglo Colom-

bian Development Co, subsidiaria de la Consolidated Gold-field Co.de

Inglaterra ••• " ( 34 )

La primera parte de esta Sección del informe ya ha sido plenamente

establecida, veamos lo referente a los resultados obtenidos por Cas-

tillo en la explotación de su concesión. Evidentemente, como lo a -

firma aquel organismo, los resultados que le arrojaron los trabajos

a Castillo no fueron óptimos, es decir, su empresa quebró. Pero es-

tos resultados no son sorprendentes: eran de esperarse desde el pre-

ciso momento en que se celebró el contrato entre las partes. En él,

Castillo se comprometía a realizar labores con un tipo de maquinaria

que exigía fuertes inversiones, las cuales seguramente no poseía.

Sabiendo esta realidad, pensaba captar algunos recursos a través de

34NACIONES UNIDAS. Proyecto de metales preciosos en las cuencas de


los ríos Atrato y San Juan en los Deptos. de Chocó y Antioquia.
Nueva York, 1977, pag. 14.
62
su cargo como Agente Especial de policía o de su empresa maderera?.

Carecemos de pruebas suficientes para concluír algo al respecto. Lo

que sí sabemos, por el informe de las Naciones Unidas, fue que Casti-

llo hizo uso del artículo diez y seis (16) del contrato, traspasando

sus derechos a otros. Este hecho vino a estar al final de parte de

Hurtado, pues las minas de Castillo fueron a parar a manos de extran-

jeras.

2.2 LA PACIFIC METALS Y LA ANGLO COLOMBIAN.

En 1889 Henry Granger, de nacionalidad norteamericano, realizó una

expedición al Chocó y exploró los ríos Atrato y San Juan con el fin

de adelantar en ellos operaciones mineras utilizando dragas mecáni -

cas. Carente de todo el capital que demandaba la inversión, Granger

regresa a Nueva York y, para buscar socios, publica el informe de su

expedición, donde demuestra la factibilidad de llevar a cabo la em -

presa. ( 3 S)

La política efectuada, de atracción de socios capitalistas, le pro-

dujo excelentes resultados porque: "Henry Granger, con el apoyo de

los hermanos Lewisohn, importantes comerciantes de cobre con sede en

35 Granger, Henry. Gold dredging on the Chocó rivers República of Co-


lombia. South American. Nueva York, 1908.

63
Nueva York, formó la Compañía Pacific Metals Co ••• " ( 36 ) con la cual

iniciaría labores en la región. Para adelantar estas ya disponía de

algunos terrenos, sobre los cuales había obtenido títulos, y lenta -

mente fue adquiriendo extensas áreas en la sub-región del San Juan.

Una de tantas fue la concesión en el río Condoto; ésta se extendía

desde la pequeña isla de Bazan hasta la desembocadura del Condoto en

el San Juan. Este último lugar, frente a la localidad de Andagoya,

corregimiento del municipio de Istmina. (ver mapa No. 2).

Ya sabemos que la Anglo Colombian había comprado la concesión Casti-

llo, y como nos lo recuerda Melo: "Entre 1911 y 1912 se iniciaron las

operaciones en el río Condoto y la Compañía inició la compra de otra

serie de propiedades adyacentes pertenecientes a antiguos adjudica-

tarios." ( 37 ) Es decir, la Anglo Colombian continuó su proceso de ex-

pansión adquiriendo terrenos necesarios para sus labores. En esta

época construye un campamento en Andagoya, que lo utilizaría como

Centro de operaciones en el área. En él van a residir el personal

administrativo y todo el equipo de materiales. Esta compañía importó

en 1915, desde Inglaterra, su primera draga para empezar la explota-

ción en gran escala de los metales preciosos que se encontrasen en

su concesión.

36MELO, Rector. La maniobra del oro en Colombia, Medellín, Editorial


La Pulga. 2a. Edición, 1975. pag. 54.

37MELO, Rector. op. cit. No. 1, pag. 53


64
La forma imperfecta como se adjudicaban los títulos en aquella época

en el Chocó, así lo hemos visto, va a crear fricciones entre la Paci-

fic Metals y la Anglo Colombian tan pronto como la última comienza la-

bores. En efecto, Henry Granger demanda a la Anglo Colombian por a-

delantar labores dentro de los terrenos que le fueron adjudicados.

La compañía Inglesa también reclama la propiedad de los mismos porque

había comprado la concesión Cestillo , en la cual uno de los artícu-

los la hace poseedora de los mismos predios reclamados por Granger,

el artículo dice: "El gobierno oto:rga al concesionario el derecho de

sacar por medio de dragas del lecho del río Condoto, afluente del San

Juan, en la Intendencia del Chocó y en la extensión comprendida desde

las cabeceras del río hasta su desembocadura en el San Juan, los me-

tales que encuentre ..• ( 38 )

Como podemos apreciar, esta extensión es bastante considerable y en

ella pueden quedar incluídos los terrenos que Granger alega pertene-

cerles. La Anglo Colombian está haciendo uso de un derecho legal da-

do por el gobierno, sobre el que Granger lo posee en idéntica condi-

ción.

Por ésta disputa, ambas compañías tienen que suspender labores en los

terrenos motivos del conflicto, mientras el Estado resuelve el liti-

3SCONCESION, Castillo. Artículo l.

65
gio. Pero debido a que éstos trámites no se resuelven con prontitud,
11
y la parálisis afecta a las partes implicadas, La Pacific Metals y

la Anglo Colombian Co. llegaron a un acuerdo y como resultado fue or-

ganizada en los Estados Unidos la Compañía South American Gold and


(39)
Platinum Company." de la cual surgió la compañía Minera Chocó-Pa-

cífico en calidad de subsidiaria y empezó labores en 1916.

Los acontecimientos anteriores demuestran que mientras el Estado Co-

lombiano se ocupaba por arbitrar los intereses capitalistas en pug -

nas, éstos le demuestran no tener barreras infranqueables para rea -

lizar acuerdos, y se inventan una compañía que les permite continuar

sus explotaciones en el Chocó y en Colombia. Es preciso recordar que

este conflicto, y el pacto entre las dos compañías, se presentan en

los momentos en que Europa vive bajo la primera guerra mundial. Los

actos preparativos para este cruel evento alinearon a los países mas

influyentes del mundo en dos bandos antagónicos; de estos dos bandos

Estados Unidos, potencia emergente, e Inglaterra, potencia declinan-

te, formaron al lado de la Entente Cordiale. Esto va a generar un

clima de mayor acercamiento y diálogo entre los nacionales de dichos

países, fortaleciendo más los lazos de unión. En consecuencia, más

que enfrentarse por los terrenos mineros del Chocó, se produce un

cordial acuerdo entre capitalistas para quedarse con ellos, crear una

3 9MELO, Héctor. op. cit. No. 2, Pag. 54

66
poderosa sociedad de habla inglesa, llevar en inglés la contabilidad,

y en inglés también reportarse las utilidades porque el Estado Colom-

biano no entiende este idioma.

A principios del siglo XX, antes de producirse un enfrentamiento ca-

pitalista, la dinámica de su desarrollo le imponía la necesidad de

llenar ciertos espacios vacíos y Colombia era parcialmente uno de

ellos; explotar sus recursos naturales e impulsar más el proceso de

industrialización utilizando nuevas materias primas con fines indus-

triales. ( 4 0) Colombia, en el Chocó, poseía una de estas materias pri-

mas en cantidades abundantes: el platino. A este metal, y sus adhe-

rentes, se le habían encontrado propiedades especiales para uso in -

dustrial en la fabricación de piezas de aviones y de material bélico.

El platino era necesario conseguirlo en cualquier rincón del mundo

porque la industria lo requería, y se cotizaba a un buen precio en el

mercado mundial. No nos sorprendamos entonces de encontrar, a comien-

zos de este siglo, capitalistas extranjeros invirtiendo en el ramo de

la minería Chocoana. Las buenas espectativas de ganancias creadas

por el platino, junto a los del oro, sirvieron como estímulo para que

en esta región el capital extranjero se hiciera presente y creara em-

presas que monopolizaran su producción. Pero la condición era el po-

40 ocAMPO, José Antonio. op. cit. No. 1, pag. 22. Tomado de: Harry Ri-
chardson, Elements of regional economics, donde desarrolla el con-
cepto sobre la teoría de la localización.

67
seer extensas zonas ricas en dichos metales.

2.3 LA PRESENCIA DE LA CHOCO-PACIFICO.

Anteriormente hicimos alusión a la conformación de esta empresa mi-

nera, filial de la South American Gold and Platinum, acto que se pro-

tocolizó mediante escritura pública No. 71, de septiembre de 1916,

ante el notario d~ Istmina.

Esta empresa, una vez constituída, inicia trabajos con los montajes

ya existentes y los sucesivos que importa, cada vez incorporando nue-

va tecnología al tiempo que moderniza los equipos que posee. Mela

cuenta que: "En menos de diez años, la compañía puso en operación

tres nuevas dragas en el Chocó, la segunda de su flota en 1920, la


41
tercera en 1923 y la cuarta en 1931." ( ) Este rápido incremento de

su maquinaria refleja los excelentes resultados que se están obte -

niendo al poder disponer de grandes capitales para invertirlos en es-

te tipo de trabajos, que por otra parte exige de los mismos. No era

esta la situación de Castillo quien careció de capitales. Los buenos

resultados que se estan cosechando son favorecidos por las condicio-

nes internacionales, pues la guerra mundial y la revolución Rusa, con-

4 1MELO, Rector. op. cit. No. 2, pag. 56.

68
tribuyeron a desorganizar la producción aura-platinífera en otros

frentes. Estos hechos le crearon un mercado, practicamente sin gran-

des competidores, a los productores chocoanos y colombianos.

La compañía Chocó-pacífico no sólo continuó su proceso de moderniza-

ción, sino también de expansión territorial. Ella se hizo heredera,

y propietaria, de los terrenos de la Pacific Metals y de la Anglo Co-

lombian e incorporó nuevas posesiones, hecho éste de esperarse. Al-

gunas de ellas se encuentran ilustradas en el cuadro de la página si-

guiente. En él observamos varias minas que fueron denunciadas por

antiguos propietarios y otras que habían sido objeto de litigios, las

cuales ahora son pertenencia de la Chocó-pacífico. Esta en su proce-

so de expansión va desalojando al minero pobre, y en su proceso de

modernización lo va absorviendo, ya amparada por la legalidad estatal

o sirviendose del dinero para adquirirle la propiedad a precios irri-

sorios, porque esta compañía es el único minero capitalista en la zo-

na.

En este proceso de modernización y expansión, debía resultar vencido

el minero pobre. Pues no se trataba de una lucha sólo por la legali-

dad de las posesiones: era una lucha del capitalismo, como sistema

moderno, contra vestigios de sistemas pre-modernos. En esta lucha

saldría victorioso quien , como la Chocó-pacífico, dispusiera de los

medios más eficaces para esta batalla que se libraba en la región cho-

coana, Lo dicho se prueba con la lectura de un aparte extraído del

69
MINAS ADJUDICADAS EN EL DEPARTAMENTO DEL CHOCO A LAS COMPAÑIAS
A CHOCO PACIFICO S A
8 PACIFIC METALS CORPORATION
Ng NOMBRE DE LA MINA MUNICIPIO PARAJE N9 DE N9 DE
MINAS EXT. Kms. NOMB.DEIA MlNA MUNICIPIO PARAJE
MINAS EXT. Kms.
1 J. F. Kennedy No l ltsmina Guiniauira 1 Nance Tado
5 X 2 Brazo de la Tuerta 1
2 J. F. Kennedy No. 2 ltsmina Primaveral 1 5 2 Q El Bacao
X Grant ltsmina 1
3 M arco Diaz No.l Con doto Opogodo 1 3 3 Sheridan ltsmina
X Q. San Pablo (arriba) 1
Condoto -·
4 Marco Diaz No.2 Opogodo 1 5 2 Sarah ltsmina Q. San Pablo
X 1
5 Marco Diaz No. 3 Condoto Opogodo 1 5 2 Sheridan ltsmina Q. San Pablo (abajo)
X 1
6 Marco D iaz No. 4 Con doto Opogod o 1 5 X 2 Isla La Bodega
1
San Juan No 3 ltsmina 1
7 Bajo Opogodo Con doto Bajo Opogodo 3 San Juan No. 4 Desem b. del Con doto
5 X 2 ltsmina 1 5 X 2
8 Exceso Bajo Opogodo Con doto Bajo Opogod o 3 5 2 San Juan No. 5 ltsmi na La Sordino 5 2
X 1 X
9 El Partidero Condoto Bajo Opogodo 1 2 SanJuanNo.6 lfs'mina Pri mav ero 1 5 2
5 X X
10 La Legiada Condoto Bajo Opogodo 1 5 X 2 San Juan No.7 ltsmina Bebed o' 1 5 X 2
11 Opogodo No. 1 Con doto Alto Opogodo 1 5 2 San Juan No. 8 ltsmi na 1 5 2
X Cimarronas X
12 Opogodo No.2 Cond oto Alto O pogodo San Juan No. 9 5 2
1 5 X 2 ltsmina Isla de Ci marranos 1 X
13 El Tigre o Tigresito Cóndoto Alto Opogodo Isla de Cucon~o
1 5 X 2 San Juan No. 1O ltsmina 1 5 X 2
14 La Sardina 'ltsmina Primavera 1 5 2 ltsmina ls la de Cruz 1 5 2
-- X San Juan No.ll X
-
15 Exceso Cartegui rra d. o : Certegui 5 2 1tsmi na Jsl a de Bartu 1e no 1 5 2
3 X San Juan No.l2 X
16 Novita No.l No vito San Lorenzo 1 San Juan No.l3 5 2
3 X 3 ltsmina Brozo de Garabato 1 X
17 Novita No.2 No vi t a El Tajo 1 3 3
X Jerobolum ltsmina Zancudito 1 5 X 2
18 Novita No.3 Novita Veloquia 3 3 Novita San Lorenzo 5 2
1 X H. B. P. 1 X
19 Magdalena No. 1 Quibdo Beca rama 1 5 2 K ing Salomón Nov ita Madre Vieja 5 2
X 1 X
20 Magdalena No. 2 Qui bdo Beca rama 1
1 5 X 2 Rene e onda to Punta de Andogoyo 1
21 Magdalena No. 3 Qui bdo La Pailita 1 2 Lincoin
5 X Con doto La Peñ i to 1
22 Maria Teresa ltsm in a Surucu 3 3 Neili 1\11. ·.:.
1
1 X Con doto Ang'Ostura s
23 La Emperatriz ltsmina Q. Sabaleta 1 3 X 3 !ro No. 2 Con doto Chorrera del medio 1
24 Pan de Oro (Redimida) Todo Puente antiguo 1 !ro No.3 Con doto Dosquebrados 1
25 El Banco (Redimida) Condoto Los Negros No.4
1 5 X 2 1ro Con doto Q. La Puente 1
26 Playa de Oro (Redimida) Todo El Peñon Grande 1 !ro No. 5 Cana Ion Grande
Con doto 1
27 Guinea ( Redimida) .Condoto Q.. Chontaduro ,.
28 Buenavista ( Las Peñitas. 1
29 La Bolsa (Redimida) Con doto Q. Mandé 1
30 Mandinga Mosquero (Redimida) Con doto Q. Mandinga 1
31 Mandinga Arboleda (Redimida) e ondoto Q. Planinde 1
32 Santico (Redimida) Condoto Peño trente cora 1
33 La Lizoma (Redimida) Con doto Q. Andrea 1
3 4! Angosturas (Redimida ) Con doto 1
informe anual elaborado por el Intendente del Chocó, en 1925. Este

dice:

En esta lucha vencerá quien disponga de capital más fuerte,


ya que el problema esencial no está en el reconocimiento mo-
mentáneo de un derecho o de una simple pretensión, pues más
tarde o más temprano el capitalismo y la industria moderna a
él vinculada, habran de hacer perder toda efectividad a los
derechos ampliamente reconocidos. (42)

Aquella sección del informe del intendente, capta con gran nitidez el

significado de la presencia capitalista en la minería chocoana. Los

derechos ampliamente reconocidos, quizá por la tradición, carecieron

de efectividad ante la legislación minera, modernización del aparato

jurídico capitalista. La industria moderna en la región representa-

da por la Chocó-pacífico, va desplazando la significación de la pro-

ducción del minero pobre ya que ella puede adquirir las últimas inno-

vaciones tecnológicas, proceso de modernización industrial capitalis-

ta. Además, existe una alianza tácita entre el Estado en su proceso

de modernización, y el desarrollo capitalista. Alianza que a través

de una compleja y múltiple red de intermediarios favorece el fortale-

cimiento de éste en la zona a través de la Chocó-pacífico. Esta no

va a frenar las fuerzas progresistas del capital, por el contrario,

contribuye a su aceleración y expansión.

42 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno. Sección República, Sección la.


Tomo 920. Folio 352.

71
2.4 EL ESTADO Y LA CHOCO-PACIFICO.

Lo arriba expuesto no es más que una abstracción de la comunidad de

intereses entre el Estado colombiano, en vías de modernización, y la

penetración del capitalismo en el sector minero. Pero entre estos

dos se dieron alianzas de hecho, las que ejemplificaremos en este a-

partado para concretar y precisar más nuestra disertación.

El hecho institucional de 1887, Código de Minas, constituye un acto

para darle unificación, en este ramo, al territorio nacional. Si en

algo se caracterizan algunos estados modernos es por la existencia de

una unidad nacional, por lo menos en el ramo jurídico. El Código de

Minas colombiano tendía a suprimir los diferentes códigos que regían

en los Es~ados Soberanos, pues ellos hacían imposible que el Estado

asumiera y controlara directamente este ramo. Cuando el Estado, a

través del Código de Minas, toma el control de estas actividades crea

en él espacios para atraer las inversiones, los que explota el capi-

tal. Algunos de estos espacios son los denuncios, adjudicaciones y

títulos, de los cuales nos ocupamos en el capítulo anterior. En 1886,

cuando la nación se recobra como República Unitaria, la propiedad de

las minas fue revertida a ella, quedando en facultad para conceder-

las a particulares. Una de estas formas de concesión es la consagra-

da en la ley 59 de 1909, la que en uno de sus artículos ordena:

Art. 3o. Los dueños de minas tituladas que hayan pagado el

72
impuesto establecido y que no esten en litigio, pueden asegu-
rar permanentemente la propiedad de ellas y quedan libres del
impuesto en lo sucesivo, sin que nadie pueda registrarles ni
denunciarles sus minas, si pagaren duplicado, de una vez, lo
que debieran pagar en veinte años, según el código del 21 de
Diciembre de 1867.(43)

Esta ley incorporada a los capítulos 4o. y 7o. del código, redimía a

perpetuidad las minas a quienes tuvieran capacidad económica para su-

fragar los impuestos estipulados, eximiendolos de los sucesivos. El

minero pobre no estaba en capacidad de beneficiarse de aquella ley,

ellos no disponían de capitales para adquirir una mina a perpetuidad.

Por consiguiente, de esta ley sólo podían beneficiarse los grandes ca-

pitalistas. Situación que aprovechó la Chocó-pacífico para apropiar-

se de muchas minas en el área de sus actividades, varias de ellas las

podemos apreciar en el cuadro No. 5.

Las relaciones más directas entre el Estado y la Chocó-pacífico, se

van a palpar cuando a alguno de ellos se le presentan dificultades y

recurre al otro para conjurar el momento. En septiembre de 1919, se-

gún información del Intendente Juan J. Carrasco, circuló en el Times

de Nueva York una versión sobre un atraco perpetrado en las propieda-

des de la compañía Minera Chocó-pacífico. Este hecho preocupó al go-

bierno Nacional e intendencia!, y la compañía exigió se le brindara

protección para evitar estos acontecimientos en lo venidero. Inmediá-

43 IRAGORRI, Isaacs, José María. Código de Minas colombianas. ;;Bogotá.


Imprenta de la luz, 1918, pag. 267.

73
tamente el Estado, por intermedio del Gobierno intendencial, procedió

a complacer las solicitudes formuladas por la empresa. El señor Ca-

rrasco dice que: " ••• a petición compañía, Intendencia hales dado guar-

dia permanente de gendarmes desde entonces compañías americanas e in-

glesas que explotan concesión terrenos platiníferos trabajan normal-


44
mente en provincia San Juan .•• " < )

En estos momentos, el Estado colocó su fuerza pública al servicio de

los intereses capitalistas de la mencionada compañía, para proteger

los mismos. Detrás de todos aquellos sucesos el Intendente, en la

información, sospecha que la Chocó-pacífico, quien hizo circular la

noticia del atraco, prosigue otros objetivos, los que él debela en

los siguientes términos: " ••• apariencias son de normalidad hasta aho-

ra por escazes de platino en el extranjero debe ser motivo para que

gobierno legisle premisivamente sobre futuras concesiones o adquisi-

ciones ..• " ( 4 S)

Es decir, con la versión del robo, a la que la Chocó-pacífico le da

tanta trascendencia, ella busca presionar al gobierno para que actúe

en su favor, ya sea otorgándole nuevas concesiones o para evitar que

se las adjudiquen a otros competidores. No olvidemos que estamos en

44 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno. Sección República, Sección la.


Tomo 812, Folio 293.

45 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno. Sección República, Sección la.


Tomo 812, Folio 294.

74
el año 1919 cuando la escazes y la necesidad de platino es verídica

en el mercado mundial, por las razones ya anotadas~

La noticia del asalto a la Chocó-pacífico causó gran preocupación al

Estado, pues la Justicia intendencial continuó las investigaciones,y

en enero de 1920 se pudieron esclarecer los hechos. En seguida el

señor Carrasco le comunica al Ministro: "Según informame gerente

Chocó-pacífico hurtos cometidos mismos empleados, puedo garantizar se-

ñoría dicha compañía tiene completas garantías y apenas complete per-


46
sonal gendarmería situaré mayor número de agentes." ( )

Aquel delito fué cometido por unos empleados extranjeros de la campa-

ñía; uno de ellos se suicidó al ser capturado, pero el Estado conti-

nuaba en su empeño de velar por los intereses de la empresa y para

ello se comprometía a aumentar su pie de fuerza. El empeño del Esta-

do es comprensible ya que el capital se invierte donde hay buenas pers-

pectivas de ganacia y seguridad. Las buenas ganancias eran realidad

en estos años por las condiciones internacionales, y aquellos aconte-

cimientos, conscientemente o no, sirvieron para poner a prueba el gra-

do de seguridad que podrían esperar les brindara el Estado, para así

continuar o no las inversiones.

46 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno. Sección República, Sección la.


Tomo 836, Folio 159.

75
El anterior no es el único hecho que nos permite mirar las relacio-

nes entre el Estado y la Chocó-pacífico. Algunos años más tarde,

1932, el país se vió en la necesidad de recurrir a esta compañía so-

licitándole un préstamo en metalico, oro o platino, que le permitie-

ra sortear la difícil situación que atravezaba. A esta petición el

señor N.C. Marshall, gerente de la Compañía, respondió a través del

Intendente, 4iciendo: " ••• creo compañía puede prestar al gobierno el

.platino que tiene guardado aquí y así helo recomendado a mis princi-

pales en New York en cable que acabo de pasar para ganar tiempo he di-
(47)
cho a ellos que contesten directamente en Bogotá."

Según esta comunicación, el Gerente de la compañía se mostraba en ca-

pacidad, ánimo y conveniencia para concederle el préstamo al Gobier-

no. El Intendente, Señor Emiliano Rey, era el intermediario para a-

delantar las conversaciones entre Mr. Marshall y el Gobierno, infor-

mándole constantemente al presidente y a los ministros de Gobierno y

Hacienda de cómo marchaban dichas conversaciones. En una de ellas

les informa: " ••• creo que compañía esta dispuesta entrar cualquier

arreglo con Gobierno para entregarle inmediatamente todo el metal tie-

ne depositado en sus cajas mediante bases acuerdanse allá con aboga-

d os. " (48) Se aprecia en esta comunicación un interés, por parte de

47 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno. Sección República, Sección la.


Tomo 1027, Folio 202.

48 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno, Sección República, Sección la.


Tomo 1027, Folio 203.
76
la.compañía para realizar el negocio con suma prontitud. No sabe-

mos cuales hubiesen sido las bases del arreglo, pues al final el ne-

gocio no se realizó. Pero de todas maneras de lo que sí estamos se-

guros es que los prestamos no vienen solos: detrás de ellos vienen

las condiciones, y quien coloca el dinero impone las reglas del juego.

Estas vendrían de los Estados Unidos, ya que de allá partiría la de-

cisión final del préstamo.

Hay algo muy interesante en la comunicación del señor Marshall: él

además recomienda que así se haga. Pero, por qué tienen depositado

el platino y no el oro?, por qué están dispuestos a prestar el uno y

nó el otro?. Inferimos, del resto de la comunicación que los de la

Chocó-pacífico tienen guardado el platino porque los precios de este

han descendido en el mercado munidal y guardan la esperanza que éstos

se recuperen pronto, para luego venderlo a mejores precios. El des-

censo de los precios tiene que ver con la presencia en el mercado mun-

dial del platino proveniente de Rusia y Sudáfrica donde ya se ha reor-

ganizado la producción. El Intendente, consciente de esta situación,

le dice al Gobierno que: "Personalmente conocedor negocio platino

permítome insinuar Gobierno inconveniencia lanzar mercado esta fuer-

te cantidad traería inmediatamente depreciación". ( 49 ) Verificada la

cantidad de platino depositada, esta ascendía a 29.734 onzas troy,

49 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno. Sección República, Sección la.


Tomo 1027, Folio 204.
77
que de llevarse al mercado contribuiría a acelerar la caída de los

precios.. Esta es la razón por la cual la Chocó-pacífico lo tenía re-

servado, y si el Gobierno la acepta y la vende, sería a un precio in-

ferior al del día de la realización del negocio, pero el pago se hu-

biese estimado de acuerdo a la cotización monetaria del día de la fir-

ma del empréstito.

Los casos citados nos sirven para evidenciar la existencia de lazos

recíprocos que unen al Estado y a la Chocó-pacífico. El Estado pro-

tege el capital, representado por la Chocó-pacífico, porque es un Es-

tado capitalista, aunque en proceso de modernización de estas rela-

ciones. El capital se muestra al servicio del Estado, para que este

le permita moverse libremente.

78
CAPITULO 3

LA CHOCO-PACIFICO: CONTINUIDAD DE LOS CONFLICTOS

3.1 ENFRENTAMIENTOS CONTRA PARTICULARES.

La presencia de la compañía Minera Chocó-pacífico en nada va a contri-

buír para que cesen los conflictos por la explotación del subsuelo

chocoano en la subregión del San Juan. Por ~1 contrario, esta enti-

dad va a sacudir más la estructura de la posesión del suelo en la re-

gión, presentándose conflictos por la posesión del mismo. Contra

ella tienen que enfrentarse los mineros pobres para intentar retener

sus propiedades5

Cuando surge un enfrentamiento entre las partes, particulares y la

Chocó-pacífico, la compañía apela al reconocimiento de la legalidad

estatal de los predios para justificar la expulsión de que es vícti-

ma el minero pobre. Este proceso se adelanta ante las autoridades ju-

diciales, a quienes les compete el caso, y las autoridades administra-

tivas proceden a ejecutar la acción de lanzamiento como acto legal.

Pero en algunos casos las autoridades, antes de ejecutar la acción,


exigen a la compañía el reconocimiento al minero de una idemnización,

bastante ínfima, por las mejoras que iste posee en el terreno. Fui

esta una situación, de tantas, ocurrida con el señor Pedro Manuel Val-

derrama.

El señor Valderrama se presenta ante el alcalde de Condoto, señor Ma-

nuel Flórez, a demandar a la Compañía Minera por destrozos que una de

sus dragas causa al pasar por sus propiedades. El señor Flórez deter-

mina: "En consecuencia notifíquesele al señor Marshall el caso en que

está de nombrar un perito que de acuerdo por un segundo designado por

el querellante Valderrama avalúen los destrozos ••• " (SO) Ante la au-

sencia del representante nombrado por Marshall, gerente de la Compa-

ñía, quien asiste a Valderrama avalúa los daños por iste sufridos en

la suma de Trescientos pesos ($300). El alcalde Flórez le hace saber

al señor Marshall la obligación de realizar el pago de tal indemniza-

ción, negándole el recurso de apelación.

Marshall designa inmediatamente su representante legal, señor Gerardo

Vega, quien se dirige al Ministro de Gobierno en los siguientes tir-

minos: "Valderrama acudió al alcalde de Condoto en demanda contra es-

ta compañía, por perjuicios de más de trescientos pesos. El alcalde

50ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno. Sección República, Sección la.


Tomo 977, Folio 146.

80
se considera juez que conoce de demandas como esa, siempre que sean

contra la compañía, y para quien es potestativo conceder o nó recur-

sos." (Sl) El señor Vega deja entrever que su intención no es solici-

tar, a través de este Ministerio, se le concede el recurso de apela -

ción negado por Flórez, en el cual las partes puedan llegar a un acuer-

do sobre el monto de los daños. El busca demostrar que el alcalde,

cuando se presentan estos casos, obra intencionadamente contra la em-

presa por él representada.

Vega va más lejos en la parte final de su memorial, dejando claridad

de la imágen del alcalde que desea crear ante el titular de esa car-

tera, en esta parte asevera:

•.. la Intendencia del Chocó está bajo la administración del


Gobierno, de quien sólo es un delegado el Intendente. Rue-
go a. S.S~ que se dirija al Intendepte para que. cambie al al-
calde de Condoto y lo reemplace con persona seria, para que
se tome mayor cuidado en la provisión de puestos oficia -
les ••• " (52)

El señor Vega pretende lograr la remosión de aquel alcalde porque es-

te se muestra intransigente con los deseos de la Chocó-pacífico, la

que se niega a reconocer el pago de una irrisoria indemnización. Si

ésta se compara con los beneficios obtenidos al extraer los metales·

5lARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno, Sección República, Sección la.


Tomo 977, Folio 141.

52ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno, Sección República, Sección la.


Tomo 977, Folio 142.
81
que reposaban en el subsuelo de la propiedad de Valderrama, no repre-

sentaría para la Compañía ningún gasto demasiado oneroso.

Parece que la práctica de solicitar remociones en los cargos públicos

no es nueva ni ajena a los inversionistas cuando consideran que deter-

minado representante del gobierno no actúa en pro de sus intereses.

Esta actitud genera dos aspectos: El primero se encamina a lograr a-

medrentar al representante público para que cese sus acciones contra

la entidad, el otro busca conseguir la adopción de la medida solici -

tada .como castigo por su actuación. Si ésto se logra, el reemplazan-

te no proseguirá inflexible como su antecesor: sabe que puede correr

igual suerte. En el fondo, el cambio solicitado por Vega no oculta

el objetivo por controlar las actuaciones de los representantes del

Gobierno en Condoto, de tal forma que éstos sean proclives con los in-

tereses de la Chocó-pacífico.

La anterior situación es muy frecuente cuando los nativos poseen te-

rrenos de utilidad agrícola y minera, regularmente sin títulos reco-

nocidos por alguna autoridad estatal. La Compañía pasa por ellos rea-

lizando la extracción de los minerales contenidos en el sub-suelo.

Después de ello, y una vez surgido el litigio, procede al avalúo de

las destrucciones causadas en los sembrados existentes; en este ava -

lúo no ent~a la capacidad de producción de los mismos. Por esta for-

ma resulta más afectado el propietario, pues los efectos de la elimi-

nación de la producción se sienten después del paso de los años.

82
Los enfrentamientos más constantes se suscitan entre la Chocó-pacífi-

co y personas naturales que reclaman la propiedad de alguna mina. E-

llos, aspirando a ser dueños legalmente, denuncian y empiezan a labo-

rar determinado terreno. Entonces, la compañía saca a relucir los tí-

tulos que la acreditan como la Única y legal propietaria de esos terre-

nos y acude a las instancias judiciales para que le ordenen al nativo

la suspensión de las actividades en el lugar. Estas situaciones las

ilustraremos con el desenvolvimiento de los siguientes casos.

3.1.1 Disputa por la Mina "Félix Marta".- En Diciembre de 1926 el

señor Nicanor Moreno denunció ante el alcalde de Condoto una mina de-

nominada "Félix Marta", nombres de sus abuelos Félix y Juana Marta

Mosquera, que le venía por herencia de ellos. Estos le habían compra-

do al señor Feliciano Cuevas parte de sus terrenos en 1888, en las

cuales se encontraba la mina objeto del actual denuncio. Esta mina

fué alinderada así: "Por el frente, el río Condoto; por atrás,con las

tierras de Soledad. Por arriba, con el Chorro llamado de Apotó, y por

abajo, con la quebrada de Chatica." (S))

El señor H.H. Standing, representante de la Anglo-Colombian Develop-

ment, se interpuso para que éste denuncio siguiera su curso y evitar

53MINISTERIO DE INDUSTRIAS, Boletín de Minas y Petróleo, Sección Jurí-


dico-Administrativa. pag. 3
83
que al sefior Moreno se le expidiese título de la respectiva mina, ya

que ésta mina, alegaba Standing, se encontraba dentro de la mina "Cas-

co de Condoto" propiedad de su representada. Standing aseguraba sus

razones manifestando lo siguiente:

... la mina que ha avisado el sefior Moreno, sin darle nombre


alguno, como descubierta por él, no solo forma parte integran-
te de la mina Casco de Condoto, sino que está comprendida en
su totalidad dentro de la expresada propiedad minera que per-
tenece a la sociedad The Anglo-Colombian Development Co, he-
cho que acredito con el respectivo título de propiedad ..• :'(54)

Esta mina, Casco de Condoto, fue comprada a la sefiora Mercedes Viuda

de Cuevas, natural del departamento del Cauca, quien la había redimi-

do a perpetuidad en 1903 de acuerdo con las estipulaciones consagra-

das en el Código del 21 de octubre de 1867. El sefior Standing presen-

ta los documentos legales que acreditan a la Anglo-Colombian como real

propietaria y, además, se apoya en la legislación vigente para susten-

tar más este hecho, y as{ la Intendencia procede a decretar:

En virtud de la apelación legalmente interpuesta contra la Re-


solución de Junio 2 de 1927, por la cual la Intendencia del
Chocó dispuso suspender indefinidamente el denuncio de la mi-
na de antiguo descubrimiento denominada Félix Marta, denuncia-
da por el sefior Nicanor Moreno, corresponde al Ministerio de-
cidir el recurso propuesto. (55)

54MINISTERIO DE INDUSTRIAS. Boletín de Minas y Petroleo. Sección Ju -


r{dico-Administrativa. pag. 4

55 MINISTERIO DE INDUSTRIAS. Boletín de Minas y Petroleo, Sección Ju-


rídico-Administrativa. pag. 6

84
El gobierno admite haber incurrido en un error al aceptar el denuncio

de la mencionada mina y traslada el caso al Ministerio de Industrias

para que éste despacho, en su Sección Jurídica, dirima el conflicto.

Esta cartera procede a reconfirmar la resolución del 2 de junio de

1927, sobre la suspensión de los trámites del denuncio, expedida por

el gobierno intendencia!.

La mina "Casco de Condoto". por haber sido redimida a perpetuidad,

quedaba amparada por el Código 21 de Octubre de 1867, reformado por

la ley 59 de 1909, la que garantiza la conservación así ésta no se

encuentre en explotación. Esta mina, en el momento de su redención,

comprendía tres propiedades de a 5 kilómetros cada una, las cuales se

fueron extendiendo mediante el pago de excesos. La Compañía no la es-

taba laborando en el momento en que Nicanor Moreno se presenta como

aspirante a la propiedad, pero cuando surge la disputa ésta demuestra

la propiedad del área. El gobierno, a través del decreto, procedió a

la no prosecución del denuncio para seguirle garantizando a la Chocó-

pacífico la propiedad de los predios.

Igual suerte acompañó al señor Cristóbal García, denunciante de la


11
mina La Chocoana", ubicada en el municipio de Condoto y en el mismo
56
año de 1927 y contra la misma compañía. ( )

56 MINISTERIO DE INDUSTRIAS. Boletín de minas y Petróleo. Sección Ju -


rídico-Administrativa. pp. 13-19

85
Estos casos insinúan que la Chocó-pacífico, en la provincia del San

Juan, por lo menos en el municipio de Condoto, controla una gran can-

tidad de terrenos y que ya son pocos los que pueden denunciar una mi-

na sin que se presenten conflictos con ésta entidad. Ella redimió a

perpetuidad extensas áreas en el Chocó para adelantar labores en las

mismas, demostrando ser el único minero en capacidad de adquirir ta-

les redenciones.

3.1.2 Controversia por la Mina "El Banco".- Esta mina de "El Banco",

ubicada en el municipio de Novita, provincia del San Juan, fue denun-

ciada en 1908 por el señor Víctor Manuel Calderón como mina de nuevo

descubrimiento (ver cuadro No. 1). Calderón abandonó sus labores en

fecha imprecisa; en esta mina se conoce de un litigio entre Antonio

Asprilla, en calidad de restaurador, y los herederos de Algerson K.

Johnston, como titularios. Más adelante veremos el desenlace de aquel

litigio.

Volvemos a tener noticias de esta mina cuando el señor Rodolfo Ortíz,

en memorial enviado al Intendente del Chocó en Junio de 1932, le dice:

Soy restaurador de la mina denominada "El Banco", ubicada entre este

distrito (Condoto) y el de Novita, como se deduce del aviso dado ante

86
el alcalde de éste lugar y el denuncio elevado ante el despacho de

Ud." (Sl) En esta sección del memorial se observa que después del li-

tigio, entre el señor Asprilla y los herederos de Johnston, la mina

supuéstamente quedó abandonada. Pues de no ser así el señor Ortíz,

quien se proclama como restaurador, no podía dar aviso de la mina y

mucho menos elevar denuncio ante el intendente con miras a obtener el

respectivo título. Este memorial va acompañado de un certificado que

lo acredita denunciante de esa mina en calidad de abandonada, expedido

por el Juez de Istmina. Quien da fé que desde el 21 de Junio de 1924,

fecha del reparto judicial, hasta el 8 de diciembre de 1931, no se ha

presentado oposición por otros para reclamar mejores derechos sobre la

mina. El otro documento que se adjunta al memorial es un ejemplar de

la Gaceta Intendencial No. 759 de Octubre 17 de 1931, donde aparece el

denuncio de la respectiva mina.

Rodolfo Ortíz adelanta estas diligencias orientadas a defender un de-

recho sobre la propiedad, a la cual aspira, porque ahora está siendo

pretendida por los señores de la Compañía Minera Chocó-pacífico. El

derecho a protección de la propiedad es solicitado por Ortíz en los

siguientes términos: " ••• Vengo a pedir a Ud. que en resolución pasada

por la tramitación respectiva se sirva ordenar al señor alcalde de No-

vita, se abstenga de dar posesión a la referida mina "El Banco" al se-

ñor N.C. Marshall, quien ha solicitado tal diligencia en virtud del

57 ARCHIVO,NACIONAL. Fondo Mingobierno. Sección República, Sección la.


Tomo 1027, Folio 390.
87
derecho a titularla comprado a Antonio Asprilla." ( 5 B)

Al aparecer en Octubre de 1931 en la Gaceta Intendencial el denuncio

de la mina, hecho por Rodolfo Ortíz, los señores de la Chocó-pacífico

se apresuran a solicitar el título de la mina. En consecuencia, el

señor Ortíz está pidiendo se le proteja la propiedad rechazando las

aspiraciones de Marshall, quien ha nombrado al señor William Avery co-

mo su representante legal en el actual litigio.

El señor Avery respalda sus pretenciones con los siguientes documen-

tos:

"A. Recibo de la administración de Hacienda Nacional en el


cual consta que Newton C. Marshall pagó, el 5 de diciembre de
1921, a nombre de la Anglo-Colombian Development los derechos
para adquirir a perpetuidad la mina denominada "El Banco".
B. Certificado del Juez de Istmina sobre el juicio de oposi-
ción presentado, que se encuentra actualmente en el tribunal
de Cali.
C. Ejemplar de la Gaceta "Chocó". órgano oficial de la In-
tendencia, No. 723". (59).

Armado con éstos documentos, más el conocimiento del Código de Minas,

Avery prueba la legal aspiración a pretender el título de la mina en

conflicto. Reconoce el derecho al denuncio presentado por el señor

Ortíz, pero éste derecho, según lo vimos en el capítulo primero, no

58ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingpbierno. Sección República, Sección la.


Tomo 1027, Folio 390.

59 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno. Sección República, Sección la.


Tomo 1027, Folio 3991.

88
es más que un derecho de prelación sobre el de otro aspirante, para

concederle o nó el título de propiedad. Como resultado, el señor Or-

tíz es impreciso al solicitar protección de amparo sobre el predio,

afirma Avery.

Anteriormente dejamos inconcluso el resultado final de la querella en-

tre Asprilla y los herederos de Johnston sobre esta mina. Pues bien,

este negocio fué elevado ante la Corte Suprema de Justicia quien puso

fin a la controversia en favor de Antonio Asprilla; el fallo llegó al

juzgado de Istmina en Junio de 1924. La liquidación de esta contra -

versia, es un argumento que presenta el señor Avery en la actual dispu-


11
ta. Este dice: El señor N.C. Marshall en su condición de gerente de

la Compañía Minera Chocó-pacífico compró entonces a Asprilla y a sus

socios el derecho a titular dicha mina. Pero las gestiones conducen-

tes a la titulación solo se han agitado por parte de la Compañía com-

pradora desde el 9 de diciembre último (1931). nC 6 0)

En resúmen, Avery afirma que cuando Ortíz avisa la mina ante el alcal-

de de Condoto, y la denuncia ante el Intendente, ella no está abando-

nada como él supone, pues ésta es una mina en litigio ante la Corte y

como tal no puede ser denunciada por otros hasta tanto no: se produzca

60 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno, Sección República, Sección la.


Tomo 1027, FQlio 393.

89
'la decisión de éste organismo. Cuando esta se produce, favorable a

Asprilla, Marshall le compra a él los derechos para titularla, pasan-

do así la mina a ser propiedad de la Compañía.

Después de presentada la apelación, por parte de Avery, se da en la

Intendencia, el lo. de Agosto de 1932, el concepto final del titular

quien: "Resuelve. No accede a lo solicitado por el señor Rodolfo Or-


(61)
tíz en los memoriales en que se ha hecho mérito."

No es esta una tribuna para juzgar los factores que produjeron la re-

solución favorable a las pretenciones de Avery, pero sí nos deja mu -

chas sospechas con respecto a la veracidad y licitud de los argumentos

presentados. Por ejemplo: La existencia en su poder de dos argumentos

que le acreditan la propiedad del predio. El primero es el título de

redención adquirido en 1921; El segundo, la compra que·Marshall hizo

a Asprilla de la mina después del fallo emanado de la Corte Suprema de

Justicia, hacia 1924. En este caso uno de los dos documentos tal vez

pudiera sobrar ya que afirman la propiedad del mismo predio, pero es

sospechoso que el señor Marshall redima primero una mina para luego

comprarla. Otro aspecto que nos suscita serias dudas es un posible

manejo, por parte de Avery, al Juez de Istmina. Este, hasta el 8 de

61 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno, Sección República, Sección la.


Tomo 1027, Folio 394.

90
Diciembre de 1931, da fé que nadie se ha presentado a reclamar mejores

derechos sobre la mina denunciada por Rodolfo Ortíz. Avery afirma que

desde el 9 de Diciembre, al día siguiente del testimonio dado por el

Juez, la Compañía presentó recurso de apelación, el cual se encuentra

ante el Tribunal de Cali; porque a esta jurisdicción ya no le compete

el caso y queda impedida para pronunciarse al respecto.

Quien se pronuncia de último presenta las más fuertes argumentaciones

y la razón casi siempre viene a estar de su parte. El señor Ortíz fue

desalojado, y la mina "El Banco" quedó en propiedad de la Chocó-pacífi-

co.

3.2 CUANDO LA COMUNIDAD RECLAMA.

Los enfrentamientos que se gestan entre la Chocó-pacífico y algunas lo-

calidades de la provincia del San Juan parecen ser resultado de la a-

menza que sienten sus habitantes de que el área urbana sea objeto de

dragado. Cuando estos aparatos mecañicos se aproximan a la población,

el reclamo de los habitantes, por hacerlos retroceder, puede adquirir

tonalidades que hacen presagiar a las autoridades el desecadenamiento

de actos violentos •

. No existen indicios que prueben que un área de asentamiento urbano ha-

ya sido devorada por las dragas, aunque intentos nohan faltado, pero

91
el laboreo de éstas cerca a los perímetros urbanos si han causado se-

rios problemas. Las dragas crean rápidos y montañas de piedra que en

cualquier momento, cuando elrío crece, inundan algunas partes de la

localidad llevándose consigo casas, animales de cría, plantíos y to-

do lo que a su paso encuentra. Las montañas de piedras, además de de-

jar los terrenos agrícolas inservibles, constituyen un permanente pe-

ligro para los navegantes de la región en épocas de fuertes crecien-

tes.

El conocimiento de estos peligros se agolpa en la mente de cada uno de

los habitantes en el momento en que se presienten el paso de una dra-

ga por las goteras del perímetro urbano. Esto hace que los poblado-

res, casi en forma instintiva, se agrupen en un solo cuerpo para re-

chazar tal acto, pues el interés de unos es el de todos: evitar la

destrucción del área urbana. Los siguientes casos son prueba de ello:

3.2.1 Los vecinos de Condoto.- Los pobladores de esta localidad son

quienes más han sido víctimas de desalojos por parte de la Chocó-pa-

cífico, según se desprende de nuestro estudio. Igualmente, las labo-

res adelantadas por la Chocó-pacífico han causado males en el munici-

pio, generando la protesta de la población. Una de ellas se eviden-

cia en las celebraciones de las fiestas patronales, donde a cada ba -

rrio le corresponde organizar los festejos del día. En estos feste -

jos los habitantes del barrio aprovechan la ocasión para, por medio

92
de sátiras, hacer manifiesta la protesta o rechazo por los padecimien-

tos que afectan a la comunidad.

En una de estas fiestas, los habitantes del barrio platinero, mineros

en su mayoría, dramatizaron los daños causados por la Compañía a la

comunidad y fue muy escuchado un estribillo que decía: "Señores mi -

nistros y señor Gobernador miren la quebrada como se secó. Quién tu-

vo la culpa que la quebrada se secó? Fue la compañía que nos la tran-


... H (62)
co.

En alguna época, expresa el estribillo, los trabajos de las dragas obs-

truyeron el cauce de una quebrada con el consiguiente secado de su le-

cho. Al desaparecer la corriente de agua, los mineros no pudieron vol-

ver a realizar sus acostumbradas labores en la quebrada, lo que origi-

na la protesta manifestada en esta ocasión.

Los desalojos a particulares y los daños ocasionados a la comunidad

van creando un profundo resentimiento en los Condoteños que los lleva

a fortificar un espíritu de solidaridad para cuando se enfrenten a la

Compañía minera Chocó-pacífico. Este enfrentamiento se manifiesta en

1921, en un intento de la draga por penetrar a las proximidades del

62 TRADICION ORAL.

93
área urbana. El Intendente del Chocó, Juan José Carrasco, le comunica

a los ministros de Gobierno y Obras Pfiblicas lo siguiente: ''Sefior al-

calde de Condoto, en telegrama fecha 18 díceme: Draga no trabaja en

área población no amenazan peligro. Mismo empleado díceme garantizar


63
tranquilidad ••• " ( )

Al parecer la draga se venía acercando peligrosamente a la población

y la protesta de sus moradores no se hizo esperar para intentar dete-

ner su avance. Sí la población ha reaccionado contra este hecho es

porque en realidad existe el peligro, que no existe segGn el alcalde,

y puede adquirir proporciones grandes para los habitantes.

El Estado no realiza ningún intento por detener el avance de este apa-

rato y a medida que la má,quina sube también sube la protesta de los

Condotefios, hasta tal punto que el Intendente, el lo. de febrero del

mismo afio, le hace saber al Ministro de Gobierno que: "Acuerdo comí-

sario, Jefe Policía Nacional, hoy instruyo prefecto para que pague
64
gastos movilización policía acantonada en Condoto •.• " ( )

Las tonalidades de la protesta han ido creciendo y el Intendente, de

comGn acuerdo con el comisario, el Jefe de la policía y el prefecto

63 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno, Sección República, Sección la.


Tomo 849, Folio 290.

64 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno, Sección República, Sección la.


Tomo 849, Folio 276.

94
del San Juan buscan reprimir a la población para que ésta silencie su

voz de inconformidad. Para ello consideran necesario movilizar a Con-

doto el pie de fuerza armada. Una vez más el Estado se muestra al

servicio de los intereses capitalistas.

Estos hechos demuestran que existe una relación de igualdad, en algu-

nos casos, entre el grado de represión y reacción. A mayor represión

mayor reacción. Cuando la policía de la provincia del San Juan es mo-

vilizada hacia Condoto se produce mayor efervecencia en esta ciudad,

elprefecto del San Juan se dirige al Intendente, el 5 de febrero, di-

ciéndole: "Medio peligrosísimo retirar policía de Condoto allá pre-

párase ataque draga y empleados de la Chocó-pacífico pronto retiren


65
policía. Este aviso salvo mí responsabilidad." ( )

El prefecto, ante la gravedad del asunto, considera que para llegar a

un acuerdo es necesario retirar la policía que se encuentra en Cando-

to, pues su presencia allí complicaría más las coasas. Este telegra-

ma nos permite ver que la población está dispuesta, aún con el uso de

la violencia, a impedirle a la draga su paso. Si el Estado no está en

disposición ellos sí lo estan.

El conflicto ha convencido al prefecto del San Juan·de la inconvenien-

65 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno, Sección República, Sección la.


Tomo 849, Folio 277.

95
cia de recurrir a la represión como medio para darle solución, pero

al alcalde de Condoto nó. Este, en telegrama del 6 de febrero, le ma-

nifiesta al intendente: " •.• Abandono empleo si retiran de allí poli-

cía. No es cuestión de tener nervios sino conveniencia gravedad si-


66
tuación. Ruégole contraordenar retirar fuerzas •.• " ( )

El Intendente Carrasco accede a la petición del alcalde de Condoto y

le ordena a éste y al prefecto, proveer las tropas de lo necesario,

porque la población se niega a darles lo más indispensable. Paco

Elías Serrano, alcalde de Condoto, se muestra en apuros para evitar

que los acontecimientos se desborden por otros causes, de ahí que con-

sidera conveniente la no retirada de la policía de esta localidad. Es-

te señor había asegurado, anteriormente, garantizar la tranquilidad en

la ciudad y ahora amenza con abandonar el cargo siretiran a quienes

pueden garantizarle la seguridad proque la ciudad estaba intranquila.

La protesta condoteña no alcanzó los niveles que hacía presagiar. Pe-

ro no hay duda que en ella se mezclaron sentimientos en contra de la

Chocó-pacífico, y los pobladores vieron en esta oportunidad la ocasión

para tomar revancha contra quien tanto los había golpeado.

Finalmente, en el mismo mes de febrero, luego del retiro de las tropas

66 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno~ Sección República, Sección la.


Tomo 849, Folio 277.

96
la Compañía firmó un pacto con representantes del Gobierno y del pue-

blo donde se comprometió a pasar la draga por sitios que no represen-

taran peligro para la población. Además, y como participación al

pueblo de las explotaciones realizaría una obra importante para la co-

munidad. Cual fue esa obra? una plaza de mercado construída en made-

ra y zinc, obra de duración efímera para ayudarle al pueblo a olvidar

rápidamente que ese era el fruto de su lucha.

3.2.2 La protesta de Tadó.- Exactamente once años más tarde, Febre-

ro de 1932, le correspondió protestar a los habitantes de Tadó contra

la Compañía minera Chocó-pacífico. Una de sus dragas había remonta-

do el río San Juan hasta ésta localidad y ahora se encontraba explo-

tando la mina "Pandeoro", en el límite sur del área urbana. Est.e he-

cho preocupó a sus habitantes, quienes se mostraron dispuestos a im-

pedir la continuación de las actividades, por parte de la draga, ya

que éstas representaban peligro para la población. Este sentir de la

comunidad todoseña lo manifiesta el Intendente, el lo. de febrero de

1932, a los Ministros de Gobierno e Industrias así: "Anoche recibí

urgentes comunicaciones hanse presentado conflictos entre habitantes

población de Tadó y Compañía Minera Chocó-pacífico por dragado río

San Juan frente localidad. Pueblo quejóse que con dragado población
(67)
corre peligro y opónese a que draga continúe labores ••• "

67 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno, Sección República, Sección la.


Tomo 1027, Folio 126.
97
El Intendente, Emiliano Rey, se dirige a estos ministerios dándoles

conocimiento de la situación para que ellos dispongan lo conveniente,

y le ordena al alcalde provincial de Istmina, Señor Antonio Asprilla,

trasladarse al municipio de Tadó para irle buscando solución al con-

flicto, mientras los Ministros disponen las medidas a seguir.

Asprilla, en cumplimiento de las ordenes dadas, se traslada a Tadó,

y al llegar a esta localidad le comunica al Intendente que: " ••. de

informe alcalde aparece que solo hay prevenciones de parte de veci-

nos aspirantes impedir dragado río frente población, no han ocurrido

vías de hecho. Mañana acuerdo con alcalde y notables iniciaré actua-

ciones sobre asuntos ••• '' ( 68 )

De esta comunicación se desprende que los tadoseños, atemorizados por

posibles daños, se oponen al paso de la draga por las inmediaciones

de la localidad. Antonio Asprilla, comisionado para este caso, asu-

me desde el principio una actitud conciliatoria entre las partes y

para ello convoca a una Junta integrada por el alcalde de Tadó, un

grupo de notables del pueblo, el representante de la Compañía H.H.

Standing, y él. Pero la población considera que la compañía debe

prescindir definitivamente del dragaje en el río.

68 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno. Sección República, Sección la.


Tomo 1027, Folio 124.

98
La Junta determina, hábilmente, la suspensión temporal del dragado

hasta que los Ministerio de Gobierno, de Obras Públicas e Industrias,

decidan al respecto. Durante esta espera ellos continuarían las la-

bores de conciliación.

Antonio Asprilla, el 20 de febrero, le hace saber al Intendente que:

"La compañía propónese pasar draga trabajando orilla opuesta pobla -

ción" ( 69 ), con lo cual desaparecería el peligro. Esta proposición

de la compañía va a dividir a los habitantes de la población. Unos

consideran no permitir el paso de la draga por los daños que signifi-

carían para la localidad, éstos son los más indeclinables y empiezan

a representar la minoría, y "otra parte de habitantes opinan permitir

dragaje mediante fianza responder perjuicios sí hubierenlos solicitar


7
Compañía ejecute obra utilidad pública localidad." ( 0) Con una opi-

nión dividida el pueblo de Tadó fue fácil presa para las aspiraciones

de la Compañía. En efecto, el señor Marshall optó por la opinión de

la mayoría. Depositó la fianza, cinco mil pesos, y construyó una pla-

za de mercado con las mismas características de la realizada en Con-

doto. Esto le permitió continuar sus labores pasando la draga fren-

te a la población. Asprilla, honrado por su función, le comunica al

Intendente, el 23 de febrero: "Asunto Tadó quedó soluci.onado ••. ma-

69 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno, Sección República, Sección la.


Tomo 1027, Folio 128.

70ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno, Sección República, Sección la.


Tomo 1027, Folio 129.
99
yoría pueblo autoridades gente sensata satisfechos arreglo y conside-

ran justo compañía ejercite sus derechos. Otro grupo sin importancia

encabezado por Arquímedes Delgado, José María Sarria y otros muéstra~­

se descontentos sin que su inconformidad merezca importancia." ( 71 -

Así quedó solucionado el conflicto y las dragas de la compañía prosi-

guieron devorando las tierras chocoanas para extraer las riquezas auro-

platiníferas. La protesta de los tadoseños fue pacífica y la solución

rápida; éstos no habían padecido como los habitantes de Condoto los

despojos por parte de la poderosa compañía. Por lo tanto, ellos no

habían acumulado en su interior tanto rechazo, ni resistencia como los

condoteños.

Aquellos descontentos, inconformes y sin importancia, como los tilda

Asprilla, quizá representaban el ala más consciente de la población.

Ellos comprendieron, tal vez, que a la draga no se le podía permitir

el paso porque los despojaba del único medio para sobrevivir, y no

tendrían nada que dejarle a sus descendientes porque ya no habría oro

que extraer.

71 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno, Sección República, Sección la.


Tomo 1027, Folio 135.

100
3.3 LA CHOCO-PACIFICO Vs. LA BRITIHS CORPORATION.

Las actuaciones de la Britihs Corporation en la provincia del San

Juan resultan menos conocidas que las de la Chocó-pacífico. Ello se

debe, en gran medida, a su corta trayectoria en el área. "Ella ope-

ró en los años 1921-1927 una pequeña área cerca a Opogodó, durante po-

co tiempo otra draga en Bazán, cerca de Condoto y suspendio activida-

des en 1927" (
72 ). Es decir, su permanencia en la región no cubrió un

largo período y ésta, aparentemente, no fue muy abundante en conflic-

tividad; razón por la cual a menudo pasa desapercibida en algunos es-

tudios. Durante su corta vida en la región se presentaron conflictos

con la Chocó-pacífico, propietaria de extensos terrenos en la provin-

cia del San Juan.

Previo al desencadenamiento de algún tipo de conflicto, se da una con-

vivencia incómoda entre estas dos compañías, la Britihs y la Chocó-pa-

cífico, por lograr el desplazamiento de la otra. Melo, al respecto

dice:

.•. Las dos compañías 1n1c1aron una verdadera rap1na por apo-
derarse de las propiedades en el área que adquirieron a pre-
cios irrisorios. Como las solicitudes de los títulos se
presentaban al mismo tiempo, las dos compañías ponían mine-
ros a realizar trabajos manuales, para garantizar de esta

72 ESCALANTE, Aquiles. La Minería del hambre: Condotó y la Chocó-pa-


cífico, Barranquilla. Tipografía Dovel, 1971. pp. 99-100.

101
forma la posesión sobre el terreno. (l 3 )

La ambición por demostrar la ocupación de estas áreas, con miras a

obtener el título, llevaba de continuo a que se dieran situaciones de

esta índole. Los mineros realizaban labores manuales, bien de cateo

o extracción de oro, bien de limpieza y desmonte de los terrenos, con

lo cual una compañía podía apelar al derecho de prelación, demostran-

do ocupación del área, para que se le adjudicase el respectivo títu-

lo. Este fenómeno encubre la disputa por adquirir la mayor cantidad

posible de terrenos, de tal forma que a una de las dos compañías le

quedasen espacios muy reducidos para el laboreo. A la compañía que

esta suerte la acompañara estaría condenada al fracaso.

Los nativos también fueron utilizados en esta guerra entre las dos

compañías. En 1923 se produce una disputa por la propiedad de unos

terrenos encre los señores Antonio Asprilla y Pantaleón Flórez, plei-

to que el tribunal superior de Cali decidió a favor de Asprilla, dán-

dole posesión definitiva de la mina "Bajo Opogodó". Esta sentencia

no fue obedecida por Flórez, quien opuso resistencia a la entrega de

los predios. Constantino Salazar, alcalde de Condoto, dice que:

"La resistencia consistió en que oponiendose de lado de la Compañía

Chocó-pacífico, con quien según Flórez tenía opcionada esa propiedad

73MELO, Héctor, op. cit. No. 3, p. 55

102
formaron cuadrillas de individuos armados de revolver y machete, que

rechazaron con actitud agresiva a los empleados organizados por As-

prilla ... " (l 4 )

La Choc6-pacifico, que protege a Fl6rez, parece que ya babia pactado

comprarle sus terrenos para evitar que éstos fueran adquiridos por su

inmediato competidor: La British Corporation.

Toda competencia termina cuando se logra la eliminaci6n del adversa-

rio, por medios licitos o ilicitos. Estas compañias no cesaron en

su empeño por conseguir aquel prop6sito y los mutuos y constantes hos-

tigamientos tendrian que desembocar en un enfrentamiento frontal. El

mismo se produjo en Abril de 1923 en el corregimiento de Suruco, mu-

nicipalidad de Istmina, al pasar la draga No. 2 de la British cerca

donde laboraba la draga No. 3 de la Choc6-pacifico. Esta última no

facilita el paso de la primera, y recurri6, según se deduce del in -

forme, al empleo de otros medios para impedirle el paso. El alcalde

de Condoto, a quien correspondi6 investigar los hechos, da cuenta de

ellos asi:

Consta pues de las actuaciones: primeramente que el cabl!=


que aseguraba la draga No. 2 (propiedad de la British) fué
cortado con instrumento metálico en cuyo esclarecimiento
se encuentra este despacho; que igualmente seis dias des -

74ARCHIVO NACIONAL.Fondo Mingobierno, Secci6n República, Secci6n la.


Tomo 886, Folio 159.

103
pu~s, y pocos momentos (antes) de ahogarse el sefior J.R. Ba-
hamón denunciante de los hechos, la misma draga No. 2, fu~
atacada de mano armada por individuos que se prejuzga son
empleados de la Chocó-pacífico. (75)

Al ser cortado el cable que aseguraba la draga de la British Carpo-

ration se pretendía conseguir su hundimiento; ~sto acarrearía gran-

des p~rdidas a la compafiía y su posible quiebra. Nadie más intere-

sado en que esto sucediera que la Chocó-pacífico. Los hechos infor-

mados por el alcalde no quedaron plenamente esclarecidos por el fa-

llecimiento del denunciante, sefior Bahamón, ocurrido coincidencia!-

mente en el mismo escenario de los actos. Pero las compafiías tuvie-

ron que suscribir un pacto de no agresión y mutua colaboración en el

maniobraje de sus aparatos. ( 76 ) En este pacto el Gobierno Nacional,

a trav~s del intendencia!, actuó como componedor amigable entre las

partes. Actuación muy bien recibida por el Ministro de Gobierno

quien, despu~s de conocer los detalles enviados por el Intendente

Juan Arbelaez, ordena: "Cont~stese al Intendente Nacional que el

Ministerio se ha impuesto con satisfacción de su atento telegrama;

que el Gobierno aplaude la actividad y discreción exhibidas por él


77
para conciliar los intereses de las compafiías contenedores." ( )

75 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno. Sección República, Sección la.


Tomo 886, Folio 158.

76 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno. Sección República, Sección la.


Tomo 886, Folios 153-157.

77 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno. Sección República, Sección la.


Tomo 886, Folio 157.
104
Mientras los capitalistas se pelean una franja del territorio nacio-

nal, el Estado se satisface con su funci6n de &rbitro.

Finalmente, la British Corporation suspende labores en 1927 al hun-

dírsele una draga en el paraje denominado Cascajero, pr6ximo a Opo -

god6. Con una draga en funcionamiento, y con pocos terrenos para ex-

plorar, los resultados no serían los m&s deseados. Con el abandono

de la British de sus actividades, el &rea qued6 sin grandes competi-

dores y despejada para la Choc6-pacífic~, quien prologa sus actuacio-

nes hasta mediados de la década de 1970. El mapa de la p&gina siguien-

te muestra los terrenos controlados por aquella compañía en aquel pe-

ríodo.

105
MAPA No. 3

AREA DE EXPLOTACION CONTROLADA POR LA


CHOCO-PACIFICO
/. 9 7 3




4

PAN A M A ... ..
fl

... .
• •

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...

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ANTIOQ UIA

R/ S A R A L D A

...........,~~-EXTENSION APROX.
121.000 Hectáreas

V A L L E
CAPITULO 4.

LA SOCIEDAD MINERA LA LOZANA

4.1 UNA FORMA DE ORGANIZACION DEL MINERO POBRE.

Para el desarrollo de las actividades mineras los habitantes de la

región chocoana, carentes de capitales, no sólo se asociaron bajo

las formas descritas en el capítulo primero, sino que ellos también

constituyeron precarias sociedades, a través de acciones, donde el

único bien social e indiviso era la propiedad de la tierra. Una de

ellas fue la "Sociedad Minera La Lozana", con domicilio en el munici-

pío de Condoto, la cual se conformó hacia el año 1908. Su título le-

gal fue ''Expedido por la Intendencia Nacional del Chocó, el 29 de Oc-

tubre de 1910, debidamente registrado, cuyos linderos generales son:

ambas vegas del río Condoto, desde su confluencia con el Tajuato,


78
hasta desembocar en el río San Juan ••• " ( ) A partir de aquella fe-

cha la sociedad adquiere existencia jurídica legal reconocida por las

78ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno. Sección República, Sección la.


Tomo 977, Folio 142.
autoridades estatales. Escalante afirma que los primeros socios, con

sus respectivas acciones, fueron:

Francisco Carrasco 125, Gumercindo Lozano 115 !, Malluk Her-


manos 2 3/4, Ricardo Ayala 41, Clodomiro Moreno 44 ~' Clara
Lozano 2 3/4, José Sánchez 4 !, Pascuala Lozano 23 *'
Vicen-
ta Vda~ de Lozano 37 3/4, herederos de Manuel Lozano 95, he-
rederos de Natalio Lozano 62 ~, herederos de María Josefa
Lozano 62 ~' herederos de Matías Lozano 62 ~' herederos de
Tomás Lozano 62 ~' Manuel Flórez 24, Emiliano Vallejo 4 ~'
Lino Mosquera 2, Manuel A. Peña 2, Antonio Asprilla 20, An-
tonio Quintana 15 y Aristides Abadía 4. (79)

Un total de 24 socios se repartieron las mil acciones que conforma

ban la totalidad de la sociedad "La Lozana". El poseer acciones en

dicha organización concede un derecho, además de tener voz y voto en

las asambleas realizadas, a laborar en las tierras de su pertenencia.

Según la proposición No. 31, aprobada por la Junta de Accionistas y

celebrada el 19 de Mayo de 1912, los socios tienen obligaciones para

con la organización. Esa proposición establece:

Todos los que trabajan en las tierras de "La Lozana" deben


pagar mensualmente medio Castellano de platino cada una de
las personas, sean accionistas o nó, a quienes se les conce-
da por el tesorero permiso para la extracción de metales en
los terrenos de la mina "La Lozana" por el sistema rudimen-
tario acostumbrado. (80)

Este fondo estaba destinado al posterior dividendo de utilidades, y

79 ESCALANTE, Aquiles. op. cit. No. 1~ p. 100.

80ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno, Sección República, Sección la.


Tomo 920, Folio 324.
108
al pago de los impuestos grabados por el Estado para seguir conser-

vando La propiedad de los terrenos. Además, todo aquel que no fuera

miembro de la sociedad y deseara trabajar en los predios de "La Lo -

zana" debía hacerlo bajo previo consentimiento de la directiva, y

quedaba obligado a cumplir con la anterior disposición. Por otra

parte, se expresaba claramente que las labores sólo se adelantarían

con los medios tradicionales empleados en este tipo de minería, con

el uso de la fuerza física más las técnicas y herramientas acostum-


81
bradas, ( ) lo cual descartaba la utilización de alguna clase de ma-

quinaria eléctrica o mecánica.

Cabe preguntarse aquí: qué razones indujeron al minero pobre a ele

gir este tipo de organización?, qué ventajas le representaba?. Es

indudable que esta forma de asociación rompe con el esquema heredado

del sistema esclavista, tratada en el capítulo inicial.

Bajo esta forma de organización el minero se siente un trabajador más

independiente, no está ligado a las relaciones de mando en calidad

de subordinado, presentes en otro tipo de organización. Por otra par-

te, en esta clase de sociedad sus integrantes son poseedores legales

de los terrenos. Ellos, con sus acciones, han podido comprar las

tierras que ahora benefician y ésto les permite no ser explotados por

81 La técnica más frecuente es el mazamorreo, en las minas de aluvión


o de veta. Esta última bajo las modalidades de: el canalón, el ho-
yadero, el socavón y el zabullidero. Las herramientas empleadas
son: almacafre, batea, barra, cachos, vetadora y mate. Para mayor
descripción ver: ESCALANTE, Auiles, op. cit. No. 2 pp. 78-84
109
quienes concentraron inmensas extensiones de terrenos, y no trabajan

para que otros se apropien de una parte de su producción. Igualmen-

te, si la nueva legislación minera ha contribuído a quebrantar los

lazos de unión y autoridad presentes en la comunidad, al trasladar

el carácter de validez de la propiedad al Estado, el asociarse bajo

esta modalidad devuelve, aunque a un grupo más reducido, cierta cohe-

sión, solidaridad y dependencia a los agrupados. Ellos están obli -

gados a velar por la conservación del patrimonio que poseen, para

evitar que sea menoscabado o perdido.

Una de las formas de velar por la conservación de la propiedad es vi-

gilarpara que todos los socios paguen cumplidamente las obligaciones

económicas a que están sometidos, medio castellano de platino men -

sual, pues de no hacer esto traería inconvenientes en el funcionamien-

to normal de la organización. Quienes incurran en esta falta pierden

el derecho de accionistas y no podrán trabajar en las tierras de "La

Lozana", tampoco podrán entablar contra ella demanda alguna. (SZ)Los

denuncios ante las autoridades estatales contra quienes laboran ile-

galmente en los terrenos de la sociedad, para que éstas procedan a

expulsarlos, también evidencian una manera de luchar por la preser -

vación de la propiedad. Sobre estos conflictos, en los cuales la so-

ciedad defiende sus intereses, pasaremos a ocuparnos a continuación.

82 contenida en la proposición No. 31 del 19 de Mayo de 1912, aproba-


da en la sesión de ese día por la Junta de accionistas.

110
4.2 CONFLICTOS EN "LA-LOZANA".

Los conflictos en "La Lozana", según se desprende de la exposición

anterior, van a revestir una característica específica. Ellos no re-

presentan una lucha por la defensa de la integridad total de su te -

rritorio, tampoco demuestran un enfrentamiento contra otras personas,

naturales o jurídicas, por deseos de la sociedad de apropiarse de te-

rrenos ajenos. Es decir, "La Lozana" no muestra ambiciones expansio-

nistas, ni contra ella alguien manifiesta intenciones por reducirle

sus pertenencias; por lo tanto, no se presentan conflictos por estos

casos. Aunque, como se pudo apreciar en la primera parte de este ca-

pítulo, y se muestra en el mapa siguiente, sus propiedades lindan y

estan comprendidas confusamente con las tierras de Mr. Granger y de

la concesión Castillo, dueño de éstas la Chocó=pacífico. Esta últi-

ma, en su proceso de expansión, tampoco intentó invadir arbitraria -

mente las tierras de la sociedad "La Lozana".

Los motivos por los cuales "La Lozana" se ve envuelta en situaciones

conflictivas quedan mejor precisados cuando, en memorial dirigido al

alcalde de Condoto, señor Manuel Flórez, y fechado el 17 de septiem-

bre de 1928, el señor Isaias Sarabia le hace saber:

Haciendo uso del poder especial que me confirió el señor Pre-


sidente de la Sociedad Minera La Lozana para que, en mí cali-
dad de tesorero-administrador~ promueva ante esa alcaldía las
acciones necesarias para la defensa de los intereses de la
sociedad nombrada, ya contra accionistas o arrendatarios u o-
cupantes arbitrarios que, en cualquier caso, se nieguen a

111
UBICACION DE LOS TERRENOS DE LA CHOCO-PACIFICO
Y D LA SOCIEDAD MINERA LA LOZANA

1
___....CHOCO- PACIFICO

-J-~SOCIEDAD LA LOZANA
cumplir las obligaciones que la sociedad tiene establecidas a
las personas que trabajan en sus terrenos ••• (83)

Como se puede apreciar aquí, los conflictos más frecuentes y comunes

se gestaban cuando algún socio, ocupante arbitrario o arrendatario,

se niega a dar cumplimiento a las obligaciones contraídas.

Isaías Sarabia se dirige al alcalde de Condoto, en esta ocasión, pa-

ra defender los intereses de la nombrada sociedad y así éste proceda

a expulsar de los predios de la sociedad por él representada a las

siguientes personas: Emilia Mosquera, Agustín Lozano y Manuel María

Viveros. Ellos, argumenta Sarabia, trabajan ilegalmente en las tie-

rras de la sociedad" ••• desde hace unos diez días, sin mandato de

autoridad competente y sin permiso de esta administración, han ocu-

pado de hecho, haciendo hoyaderos con cuadrillas de peones, un lote


84
de terreno de la sociedad Minera La Lozana •• "C ) Para responder a

la petición cursada por Sarabia, el alcalde cita a las personas arri-

ba mencionadas para que en un término de 24 horas cumparescan ante

su despacho provistos de los documentos que los habilitan para tra -

bajar en dichos predios. Cumplidas estas diligencias el señor alcal-

de Flórez, el día 28 de septiembre, dicta un auto en el cual ordena:

83 ARCHIVO NACIONAL. Fo ndo Mingobierno, Sección República, Sección la.


Tomo 977, Folio 142.

84 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno, Sección República, Sección la.


Tomo 977, Folio 142.
113
" ••. Se llevará a cabo el lanzamiento de Lozano y la Mosquera y no con-

tra Viveros porque éste presentó una escritura de compra de media ac-

ción en La Lozana a Fulgencio Benítez, y este título legal lo acredi-


(85)
ta para trabajar en la mina La Lozana, como accionista que es

El representante de la sociedad no queda satisfecho con esta medida,

desea que ella se haga extensiva al señor Viveros, quien, según Sa-

rabia, no posee título legal alguno ya que esa acción carece de valí-

dez ante la sociedad minera.

Sarabia sustenta este hecho, y la extensión de la medida solicitada,

diciendo que: " ••• en sesiones públicas celebradas en Istmina, varios

socios se opusieron y se resistieron por repetidas ocasiones a con-

signar los contingentes acordados. Por esto, tales individuos per-


86
dieron sus derechos en favor de la sociedad •• '' ( ). El señor Fulgen-

cio Benítez parece ser uno de estos socios que incumplían con las o-

bligaciones acordadas, por este hecho sus derechos quedaban revertí-

dos en favor de la sociedad. Esta, para no causarle pérdidas a los

deudores morosos dictó una especie de amnistía a tales socios; copia

de ella es presentada por Sarabia en el actual litigio, en ella hace

saber que: " ••• en su sesión de fecha 12 de Marzo de 1925 se aprobó

85 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno, Sección República, Sección la.


Tomo 977, Folio 143.

86 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno, Sección República, Sección la.


Tomo 977, Folio 143.
114
la proposición No. 23, en la cual se le concede a todos los socios re-

beldes el no ejercitar contra ellos la acción de lanzamiento siempre

que cumplan las condiciones de arrendamiento en los terrenos de La

Lozana" ( 87 )

No todos los socios aprovecharon la oportunidad para cancelar las

deudas pendientes y seguir conservando sus derechos. Estos, entre

ellos Fulgencio Benítez, llevaron a cabo la negociación de algunas

acciones que no le daban derechos en la sociedad, afirma Sarabia. Es

decir, el señor Viveros fue víctima de una estafa por parte de Bení-

tez y "La Lozana" no tendría porque responder por aquel acto y ser

lesionada en sus intereses aceptando que viveros explote sus propie-

dades. Por todo ésto Sarabia solicita que se tome también la medida

delanzamiento contra Manuel María Viveros.

El alcalde de Condoto se pronuncia, el 25 de Octubre de 1928, sobre

la adopción de la petición solicitada por Sarabia. En esta pronun -

ciación manifiesta:

..• la alcaldía de Condoto circunscribiéndose a su radio de ac-


ción, se abstiene de entrar a considerar las razones jurídi -
cas en que pueda descanzar la petición precedente. En conse-
cuencia se niega a lo pedido por el proponente señor Sarabia
y más bien,se apresta el despacho a conceder el recurso de

87 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno, Sección República, Sección la.


Tomo 977, Folio 144.

115
apelación que pueda interponer el memorialista si acaso a-
serta en sus deseos •••• (88)

Sarabia!inconforme ante aquel pronunciamiento, hace uso del recurso

de apelación, pero en esta ocasión lo lleva al prefecto del San Juan,

en Istmina, y del cual desconocemos el descenlace final debido a la

inexistencia de la documentación.

Las fuentes no contienen información sobre las causas que inducen a

algunos miembros de la sociedad a rebelarse contra el pago de las o-

bligaciones a que estaban sometidos. Esta pregunta es conveniente

formulárnosla porque de este acto se derivan las consecuencias vis-

tas que padece el minero. Una de las razones por la cual varios ac-

cionistas se rebelan contra el pago del impuesto, por derechos a tra-

bajar en las tierras de la sociedad, puede estar asociada con los ba-

jos precios del platino a nivel mundial, y lo que pierde en adquisi-

ción monetaria desea recuperarlo en cantidad de metales. Dicho de

otra manera, el minero necesita vender más platino para percibir un

poco más de dinero que le permita equilibrar sus gastos. En conse-

cuencia, pagar medio castellano de platino mensualmente le puede re-

sultar demasiado pesado para su sostenimiento. Por otra parte, la

rebeldía al pago podría estar determinada por su inconformidad ante

algunos malos manejos que se le estan dando a los fondos. Sea por

88 ARCHIVO NACIONAL. Fondo Mingobierno, Sección República, Sección la.


Tomo 977, Folio 144.

116
estas razones, o por cualquier otra, los socios van a padecer las

consecuencias del incumplimiento de sus obligaciones.

Estos actos de rebeldía, al igual que los conflictos analizados, ge-

neran unas relaciones tensas entre los miembros, que en nada benefi-

cian el desarrollo y fortalecimiento de la sociedad "La Lozana". Es-

tos, por el contrario, contribuyen a su debilitamiento progresivo y

posterior ocaso. Ella no es una sociedad altamente capitalizada que

pueda resistir los efectos surgidos por las situaciones aludidas.

4.3 QUE OCURRIO CON LA LOZANA?.

La vida de esta sociedad fue bastante accidentada. Al interior, los

conflictos entre sus miembros contribuyeron a minarla lentamente,

creando un caos administrativo y unas relaciones tensas que entorpe-

cieron su normal funcionamiento. Del exterior vino a recibir un duro

golpe cuando el tribunal de Cali, el 17 de Abril de 1921, declaró:

"La sociedad "La Lozana" es nula, de nulidad absoluta, porque en su

formación y funcionamiento no se ha subordinado a este requisito

esencial, pues está dividida en mil acciones ..• Toda mina en compañía
(89)
se considera dividida en veinticuatro derechos o acciones iguales .• "

89 ESCALANTE, Aquiles. op. cit. No. 3, p. 101.

117
El Código de Minas, en su capítulo 16 artículo 255, establecía que:

"Toda mina en compañía se considerará dividida en veinticuatro dere-

chos o acciones iguales, que representarán los votos que deben compu-

tarse en las deliberaciones de la sociedad''.(gQ) Esta disposición

aún no había sido reformada y por ello surtía efectos jurídicos. La

sociedad minera La Lozana desde su formación, corno se habra podido a-

preciar, no se acagió a los anteriores requerimientos. Ella estaba

dividida en mil acciones, repartidas entre veinticuatro socios. En

consecuencia, quedaba al rnárgen de la legislación.

Pero, quiénes habían podido intervenir para que el tribunal de Cali

profiriera aquel fallo?, por qué la Chocó-pacífico no fue decretada

por fuera de la ley?. Son algunos interrogantes que nos quedan por

resolver. Indudablemente, en esta determinación actuaron las ocultas

y complejas influencias 'del poder. El fallo contra la Lozana hubie-

se sido explicable si sus tierras se encontraran, en ese momento, en

disputa con alguien, pues a aquel tribunal le competía el negocio.

La sentencia dictada por el Tribunal de Cali, unida a los conflictos

internos de la Sociedad, también pudo influír para que cundiera la

desconfianza en el futuro de la organización, y algunos socios, an-

tes que ver perdidas sus acciones, se apresuraron a venderlas, cayen-

do rápidamente el precio de éstas. Esta situación fue muy bien capi-

talizada por varias personas, especialmente la Compañía Minera Chocó-

pacífico. Escalante, al referirse a este hecho, afirma: "En teoría,

118
el valor de cada acción era de $300, pero la compañía disfrutaba de

una serie de intermediarios, de "Sapos". como decía la gente, que a-

pelabn a toda suerte de artimañas para adquirir a precios irrisorios,

a veces hasta $30 las acciones •• ( 90).

De esta forma, la compañía fue adquiriendo, lentamente, acciones en

la sociedad para lograr hacerse con sus propiedades. Aunque ella no

laboraba en dichas tierras porque uno de los artículos, fijados por

sus socios, establecía el no uso de maquinaria en los trabajos de ex-

tracción de los metales.

Mr. Marshall, en calidad de accionista de la compañía, fue el ponente

de la proposición No. 23, del 12 de Marzo de 1925. El, seguramente

conocedor de la incapacidad en que se encontraban muchos socios para

efectuar los pagos a la sociedad, procuraba que ésta, a través de la

mencionada proposición, le diera validez a unos derechos que ya ha-

bían prescrito en favor de "La Lozana". Circunstancia que aprovecha-

ría para comprar legalmente unas acciones válidas. Fué así como, u-

tilizando aquellos mecanismos, la compañía Minera Chocó~pacífico lo-

gró acaparar las acciones de "La Lozana" Y. quedarse con los terrenos

de su propiedad.

Los nativos recuerdan hoy la existencia de "La Lozana", pero la Cho-

90 vELEZ, Fernando y URIBE, José. op. cit. No. 5 p. 87

119
có-pacífico se fué apoderando de ella tan imperceptiblemente que ya

nadie, consciente o inconscientemente, recuerda la fecha en que ésta

desapareció.

120
A MODO DE CONCLUSION

El trabajo que acabamos de entregar no ha sido otra cosa q~e un pri-

mer esfuerzo por penetrar, y conocer, el desenvolvimiento de la ma-

nera como evolucionó la estructura en la tenencia de la tierra en el

Chocó, centrado en la sub-región del San Juan, durante los años 1908-

1932. Junto a dicha evolución se suscitaron conflictos por la apro-

piación de los terrenos, para ser utilizados en labores mineras y ex-

plotación del subsuelo. Prueba de estos conflictos se evidenciaron

cuando la compañía Minera Chocó-pacífico se enfrentó contra personas

naturales como Nicanor Moreno, quien fue objeto del desalojo del pre-

dio que ocupaba pues la mencionada compañía pudo exhibir mejor títu-

lo de propiedad reconocido por el Estado, único ente validador de los

mismos. Igual suerte le acompañó a la British Corporation en sus ri-

validades con la Chocó-pacífico.

Los cambios que se presentaron, los cuales designamos como prácticas

modernas de apropiación de los terrenos, constituyeron parte inte -

grante de los procesos de modernización y penetración capitalista que

sufría el país a principios del presente siglo. Ellos, en el sector


de la minería regional, propiciaron una sacudida a las formas de ad-

quisición tradicional de la tierra, calificada como premoderna. Pe-

ro estos cambios no lograron borrar definitivamente las prácticas tra-

dicionales como se adquirían y explotaban los terrenos ricos en meta-

les preciosos, oro y platino principalmente, pero sí consiguieron a-

lertar a gran parte de la población para que orientara por una vía

moderna, única reconocida por el Estado, la ocupación de los predios

bajo la cual no serían desalojados. Hecho este que se deja sentir

en el creciente número de denuncios en procura de adquirir los títu-

los, los cuales empiezan a diligenciarse desde 1908 en la Intenden-

cia del Chocó.

Por otro lado, el desarrollo del capitalismo en Colombia, a través

de la Chocó-pacífico, penetró el sector de la minería aurífera cho-

coana, en el período en mención, propiciando los conflictos motivos

del presente estudio. Ellos también manifiestan un enfrentamiento

entre dos modos de producción que luchan por alcanzar la supremacía.

En este enfrentamiento tendría que salir victorioso el que, como la

Chocó-pacífico, dispusiera de los mecanismos más eficaces para esta

lucha. Esos mecanismos fueron: el contar con una alta capitalización,

conocimiento y explotación en su favor de la legislación minera, una

red de intermediarios que actuaban en pro de sus intereses, además

una efectiva alianza con un Estado en proceso de modernización cuyos

intereses no eran divergentes. En la protesta Condoteña el Estado

manifestó,claramente, estar dispuesto a proteger los intereses de la

122
Chocó-pacífico colocando a disposición de aquella entidad sus efecti-

vos militares para reprimir a los habitantes de esa localidad. Igual-

mente, en el código minero quedaron espacios, como la redención de

minas a perpetuidad, que solo podían beneficiar a mineros capitalis-

tas como la Chocó-pacífico, y no al minero pobre chocoano quien nun-

ca pudo adquirir tales redenciones.

En resúmen, la existencia de mineros pobres y de sociedades como La

Lozana prueban que las prácticas premodernas y modernas convivieron

en la región sin que se pueda afirmar categóricamente que una de ellas

significó la eliminación de la otra, pero en los conflictos suscita-

dos se impusieron siempre las razones de validez de la segunda, lo

cual evidencia la primacía de las "nuevas" relaciones políticas, so-

ciales y económicas sobre los resagos de sistemas anteriores repre -

sentados en el Chocó por la forma de apropiación y explotación de los

terrenos aura-platiníferos.

Finalmente, esperamos que esta investigación sirva como apertura de

Crítica, conocimiento y nuevos trabajos _que nos ayuden a comprender

y explicar más el sector de la minería aurífera chocoana.

Investigaciones como la reconstrucción del mundo mítico al interior

de la minería tradicion_l, desequilibrio ecológico causado por la in-

dustrialización minera, impacto social de las nuevas relaciones econó-

micas introducidas por la minería capitalista en la región, estudios

123
de formas de protestas en el sector minero, etc •.• serán de gran a-

yuda para contribuír al conocimiento de la minería chocoana. En la

medida que ello se cumpla nos sentiremos satisfechos, porque es par-

te de nuestros objetivos.

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BIBLIOGRAFIA

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Sección la. Tomos: 602, 603, 606, 628, 638, 642, 812,

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