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Época precolombina

En el territorio que actualmente ocupamos los colombianos, hubo un gran número de


culturas precolombinas que pese a su alto desarrollo, desaparecieron en su mayoría.

“La época precolombina se refiere al período histórico de Colombia anterior a la


colonización española. El término –precolombina- se refiere a los pueblos que
habitaban América antes de la llegada de Cristóbal Colón en 1492, pero aplicado
exclusivamente a las antiguas colonias españolas en el continente, lo que hoy
conocemos como Hispanoamérica”.

La mayor parte de la existencia de estas culturas se basó en cultivar una filosofía de


la relación del hombre con la naturaleza y conceptos como la necesidad de la
convivencia sosegada, la conducta discreta, la opción por el equilibrio.

Fuente: talcualdigital.com

En Colombia como en casi todo el territorio de América, la aparición de la agricultura


produjo una transformación socioeconómica en los grupos indígenas, propiciando en
muchas comunidades un cambio fundamental: se pasó de una sociedad tribal
igualitaria, a pequeños Reinos, en los cuales comenzó a aparecer cierta diferenciación
social, sin existir aún la propiedad privada.

Debido a esto se dio el surgimiento de comunidades a las que se les conoce como las
Culturas Indígenas Precolombinas, que en Colombia fueron conformadas por varios
grupos importantes, como la Cultura de Nariño, Cultura de Tierradentro, y los Pijaos.
Estas culturas se destacaron por tener seres que eran agricultores, ceramistas,
tejedores y orfebres, incluso, los hallazgos arqueológicos en Colombia confirman que
los grupos indígenas de esta zona fueron los mejores orfebres de la América
precolombina , tanto en la técnica como en la calidad artística.

Dentro de las culturas precolombinas de Colombia encontramos:

Calima: es un conjunto de antiguas culturas que habitaron el departamento del Valle


del Cauca y que no cohabitaron de manera simultánea. Las excavaciones, estudios y
hallazgos de piezas de orfebrería y cerámica indican que la región estuvo densamente
poblada y que fue un importante centro de orfebrería, puesto que sus habitantes
conocieron avanzadas técnicas para el trabajo del oro.

Malagana: se trata un cacicazgo importante en el sur occidente colombiano que tuvo


su periodo de mayor auge y desarrollo durante los primeros siglos de la era cristiana.
La producción orfebre de los malagana, caracterizada por el trabajo sobre láminas de
oro de buena ley, el tamaño de las piezas y los usos para los cuales fueron
diseñadas, concuerdan con la producción del periodo yotoco – calima. Estos
pobladores practicaron las técnicas del martillado de láminas gruesas de oro para
convertirlas en máscaras rituales y funerarias.
Muisca: el territorio de la cultura Muisca abarcaba las cuencas y valles del río Bogotá
hasta Ten; del río Negro hasta Quetame, el Guavio hasta Gachalá, de Garagoa hasta
Somondoco, de Chicamocha hasta Soatá y del río Suárez hasta Vélez. Está cultura
fue básicamente agricultora y tuvo grandes conocimientos sobre los ciclos de la lluvia,
los cambios de la luna y el cuidado de los cultivos.

Quimbaya: en el área que circunscriben las cordilleras occidental y central de los


Andes colombianos y los ríos Otún y Paila, afluentes derechos del Cauca torrentoso,
tuvo su asentamiento la civilización Quimbaya. Las principales ocupaciones de este
pueblo de elevada cultura eran la agrícola, la orfebrería y la guerra. Obtenían su
alimentación cultivando en sus fertilísimas tierras maíz, frijoles, chachafrutos, yuca,
arracacha, ahuyama o zapallo, y los consumían cociéndolos con sal.
San Agustín: la aldea de San Agustín, centro principal donde se han descubierto
extraños monumentos designados con su nombre, se halla en una alta meseta a
1.636 metros sobre el nivel del mar, en territorio huilense, dentro de la horqueta que
forman, corriendo al fondo de profundos cañones, el río Magdalena y el Sombrerillo,
uno de sus primeros afluentes por la banda derecha. La economía agustiniana se
basó en el cultivo del maíz, complementado con el de los tubérculos y frutos, así como
por la caza y la pesca.

Tayrona: los Tayronas se situaron entre el nivel del mar y una altura aproximada de
dos mil metros, principalmente en la zona de Santa Marta, cerca del río Bonda y a lo
largo de los ríos Ariguaní, Cesar y Ranchería, también en los valles de los ríos
Palomino y Buritaca. Eran excelentes horticultores y, favorecidos por la diversidad de
sus climas, pudieron cultivar e intercambiar casi todos los frutos que se cosecharon en
Precolombia. En ninguna otra cultura de nuestro territorio aparecen tan claros los
procedimientos para mantener la fertilidad del suelo, consistentes en terrazas que
impedían la erosión de los suelos, ni otras aplicaron tan hábilmente la irrigación
artificial, conduciendo por canales el agua de los ríos hasta sus sementeras.

Tierradentro: la cultura de Tierradentro está localizada en las sierras y valles que


descienden a lado y lado de un sector de la cordillera central, en los municipios de
Inzá, San Andrés, Belalcázar y vitonco, en el actual departamento del Cauca.
Empleaban el maíz como alimento; este grano, con la calabaza y el fríjol, fue la base
económica de los pueblos precolombinos. Una producción agrícola eficiente permitió
la dedicación de un grupo de individuos tareas diferentes de sembrar y cosechar, lo
cual trajo la especialización del trabajo. La caza y la pesca proporcionaban la
variación en la dieta.
Tumaco: En las llanuras inundables y los manglares de la costa del Pacífico, entre
Esmeraldas en el Ecuador y Buenaventura en el Valle del Cauca, vivieron durante mil
años sociedades de pescadores, cazadores y agricultores que navegaron en el mar y
trabajaron los metales. Los arqueólogos fechan su presencia desde el 700 a.c. hasta
el 350 d.c. Otras sociedades sin orfebrería ocuparon luego la isla de El Morro y la
llanura costera, y permanecieron hasta la Conquista.

Los taironas o tayronas fueron un grupo indígena que habitaba en


los departamentos colombianos de Magdalena, Guajira y del Cesar, en las faldas de la Sierra
Nevada de Santa Marta, incluyendo las cuencas de los ríos Guachaca, Don Diego, Buritaca y
la zona baja costera comprendida dentro del Parque nacional natural Tayrona.
Se trata de un grupo de filiación chibcha.1 Se presume que el nombre tairona pueda estar
relacionado con los términos teyuna y teiruna, que se han encontrado en varias lenguas de los
pueblos indígenas que aún sobreviven en la sierra de Santa Marta, todos ellos de filiación
arhuácica-magdalénica. Entre estos pueblos se encuentran los kogui, que presumiblemente
puedan ser descendientes de los tairona.2 Sobre la lengua de los kogui, se sugiere que hay
cierto parentesco con la antigua lengua de los tairona;3 en la actualidad aún hay cerca de 7 mil
hablantes de kogui-tairona.

Índice

 1Historia de los Taironas


 2Poblados e infraestructura
 3Orfebrería
 4Cerámica de los taironas
 5Referencias
 6Enlaces externos

Historia de los Taironas[editar]


Bastón tairona en piedra, 1550 - 1600 d.C.

Se descubrió la ciudad fundada por los taironas en el año 800 y habitada hasta el 1600, hoy
conocida como Ciudad Perdida. Poco más se sabe hasta ahora de su historia. Esta sociedad
se encontraba organizada en unidades políticas de varias dimensiones que ejercían control
sobre distintos territorios en el macizo montañoso, desde el mar Caribe hasta las cumbres
del Gonavindua (pico Simón Bolívar) y el Aloglue (pico Cristóbal Colón). La población era
independiente y estaba dirigida por su propio cacique, con distintas alianzas y enemistades
entre ellos.
El primer contacto con los conquistadores españoles se dio en 1498 con la llegada
de Fernando González de Oviedo, con quien los caciques de la zona establecieron relaciones
comerciales. En 1525, con la fundación de la ciudad de Santa Marta por Rodrigo de Bastidas,
los españoles intentaron establecer una presencia más fuerte en la zona, dando inicio a la
empresa colonial española en esta parte del continente sudamericano. Entre 1525 y 1599, las
relaciones entre los pueblos indígenas de la zona (que incluían además de a los tairona a
los guanebucán, los malibúes, los guajiros, los kosina, y los chimila entre otros) y los colonos
españoles se caracterizaron por su inestabilidad: intensos periodos de conflicto y guerra en los
que se intentaba dominar a los habitantes eran seguidos por años de calma tensa en las que
los españoles se veían forzados a establecer relaciones pacíficas con las distintas
comunidades.
Durante este tiempo, los tairona quemaron Santa Marta varias veces, conquistaron
el fuerte español de Bon hida, establecieron relaciones comerciales
con piratas ingleses y franceses, y en general, consiguieron limitar el crecimiento de la colonia
española. Entre 1599 y 1600, el gobernador de Santa Marta, Juan Guiral Velón, emprendió
una intensa campaña militar para sojuzgar a estas poblaciones. Un intento fallido de alianza
entre los distintos poblados dio pie para que el gobernador pudiera capturar a los caciques
uno a uno, cortándoles la cabeza y descuartizándolos. Los pobladores que no lograron
escapar fueron llevados a los alrededores de Santa Marta y entregados a encomenderos. Los
sobrevivientes se internaron en las partes más altas del macizo para escapar de los
españoles, y sus descendientes son los Koguis, que han permanecido aislados hasta ahora.
Se estima que en la actualidad sus descendientes "puros" suman 50.000 personas, mientras
que los mestizos y zambos con sangre tairona suman varios millones de personas,
principalmente en la costa caribeña de Colombia (1,5 a 2 millones en la Sierra Nevada).4

Poblados e infraestructura[editar]
Dentro del territorio tairona todos los pueblos y ciudades estaban comunicados por una red
de caminos de piedra, que se extendía desde las laderas bajas hasta los parajes más alejados
de la Sierra Nevada. Sus viviendas tenían forma circular, construidas generalmente
sobre terrazas de piedra; no tenían ventanas, los techos eran de palma de montaña. Los
muros eran de adobe y piedras pequeñas, y estaban pintados con cal y agua, aunque a veces
se hacían de paja en las ciudades más cercanas al agua.
En la construcción de las ciudades primero se hacían las terrazas que proporcionaban
los árboles y la madera; luego estas terrazas se usaban para las labores agrícolas y para
construir las viviendas. Se hacían canalizaciones para llevar el agua de montaña a las
viviendas; Tanto las canalizaciones como las ciudades y las terrazas de cultivo fueron
diseñadas de forma tal que evitaba la erosión.
El tamaño de cada vivienda indicaba la importancia del morador. Había también edificios
especiales, como almacenes y templos.
Una de las aldeas más conocidas y de los sitios arqueológicos taironas se conoce
como Ciudad Perdida. Era una ciudad importante, con cerca de 13 hectáreas, y los
estudios demográficos recientes sugieren que estaba habitado por entre 1.500 a 2.400
personas que vivían en por lo menos 11.700 metros cuadrados en 184 casas redondas
construidas en terrazas pavimentadas con piedra. Hay muchos otros sitios de tamaño similar o
mayor.
Un lugar más grande, Pueblito está situado cerca de la costa, en el Parque nacional natural
Tayrona. Según la investigación de Reichel Dolmatoff, contiene por lo menos 254 terrazas y
tenía una población de cerca de 3.000 personas. Los estudios arqueológicos regionales
demuestran que también había aldeas grandes en la ladera occidental de la sierra Nevada de
Santa Marta, como Antigua y Posiguieca. Actualmente es posible acceder a Pueblito desde el
Parque Tayrona, en el que existe una playa llamada la piscina, una pequeña bahía con una
hilera de piedras de gran tamaño que servían como trampa para peces, por lo que los taironas
venían aquí a pescar, no existe la certeza de como llegaron estas rocas, si es natural o los
nativos las traían.
En la Sierra Nevada de Santa Marta hay también varios sitios de pinturas rupestres
y petroglifos. Entre estos se destaca la piedra de Donama, enigmática roca tallada que, por
algunos investigadores, es un código de la naturaleza.

Orfebrería[editar]

Colgante antropomorfo Tayrona, representando un chamán con dos cetros, un gran ornamento nasal y
un sombrero alto con dos tucanes. Fabricado con la técnica de la cera perdida con decoración
afiligranada falsa, entre el siglo X y el XV.

En el área de la orfebrería los taironas tenían un papel principal, pues desarrollaron bastantes
técnicas como:

 la cera perdida, que consistía en hacer moldes de barro rodeando una figura de cera, que
se derretía después de calentar el empaque de barro. Luego de sacar la cera derretida, el
orfebre vertía el oro líquido en el espacio dejado por la figura de cera, posteriormente
esperaba a que se solidificara y rompía el molde para sacar la figura deseada.
 la tumbaga, una aleación de cobre y oro que permitía ahorrar recursos y derretir más
fácilmente el oro.
 tratamientos para mejorar la calidad del oro, como calentarlo hasta la oxidación del cobre
y luego sumergirlo en agua helada para conseguir una pátina permanente de oro y evitar
que la pieza se cuartease. Finalmente el proceso terminaba con el lijado de la pieza hasta
que llegara a la perfección.
Se cree que varias de estas técnicas fueron desarrolladas por los muiscas y exportadas al
pueblo tairona. A su vez, a estos también se les considera exportadores de técnicas de
orfebrería e hilados: mientras la mayoría de las primeras obras muiscas parecen toscas y mal
terminadas (aun cuando la calidad del oro es superior), las taironas son técnicamente
perfectas. La técnica de la cera perdida mejoraba la estética de las obras, por lo que los
muiscas prácticamente abandonaron el método del repujado directo, que además de inexacto
le restaba vida útil a la pieza (por el riesgo de cuartearse), y que también restringía las obras a
láminas, ya que repujar sobre el oro bruto es casi imposible. A su vez, los taironas, al aprender
métodos como la inmersión de la pieza en agua, mejoraron sustancialmente la calidad del
material y la belleza del ornamento.

Cerámica de los taironas[editar]


La cerámica tairona se ha datado a partir del año 200 a. C. y hasta el 1650, y en la costa
colombiana del Caribe hay evidencia de cerámica entre al menos el 2500 a. C.. Sus trabajos
era hechos en barro o en arcilla. Investigaciones recientes del arqueólogo Alejandro Dever en
Chengue, Parque Tayrona, demuestran variaciones significativas para una división
cronológica en cinco fases:

 Fase 1, del 200 a. C. al 500 d. C. y fase 2 del 500 al 900, ambas formando el periodo
Nehuange.5 La cronología de la región también ha sido planteada por Carl Henrik
Langebaek en su libro The Prehispanic Population of the Santa Marta bays, publicado en
la Universidad de Pittsburgh (2005).
 Fases 1, 2 y 3 del llamado periodo Tayrona, desde el 900 al 1650. Estas tres fases se
caracterizan por un aumento considerable en la variación.

Referencias[editar]
1. Volver arriba↑ Henao, Luis Guillermo (20 de septiembre de 2011). «Etnomicetología». Acta
Biológica Colombiana 10 (1): 75-78. ISSN 0120-548X. Consultado el 30 de abril de 2016.
2. Volver arriba↑ "Renovación del Museo del Oro Tairona de Santa Marta", en el sitio en internet
de la Biblioteca de Luis Ángel Arango, del Banco de la República de Colombia, consultado el 9
de octubre de 2008
3. Volver arriba↑ La definición de la lengua "Kogui" que puede verse el reporte de Ethnologue,
consultado el 9 de octubre de 2008.
4. Volver arriba↑ Indígenas de Colombia transmiten mensaje sobre conservación del ecosistema
5. Volver arriba↑ La fase 2 Nehuange también se conoce como Buritaca tras las excavaciones de
Jack Wynn en la década de 1970.

Enlaces externos[editar]

 Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Taironas.


 Instituto Colombiano de Antropología e Historia
 Universidad Distrital FJC / Cultura Tayrona
 Pensamiento Arhuaco
 Artículo de Yuri Leveratto sobre Teyuna, la ciudad perdida de los tairona
Categorías:
 Culturas precolombinas del Área Int

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